Un Cafe Con Tu Con Ciencia

  • November 2019
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  • Words: 19,176
  • Pages: 62
DAVID MONTALVO

Un café con tu conciencia www.montalvoconsultores.tk

GRACIAS a Dios por darme la vida y ponerme los medios para ponerla al servicio de los hombres.

“¡Detente! Comienza a descubrir las cosas maravillosas que la vida tiene preparadas para ti. Disfruta la aventura de volar, de soñar, de disfrutar plenamente, que estás vivo, y que no necesitas nada más, para ser feliz. Es uno de los momentos claves en tu vida, ¿estás listo para afrontarlo? Éxito en tu desafío”. Genios y locos ¿Sabías

que

a

Marconi

lo

metieron

en

un

manicomio?

Cuando Guglielmo Marconi, la persona que inventó el radio, anunció que había descubierto una forma de enviar mensajes a través del aire, sin la ayuda de cables ni ningún otro medio físico de comunicación, sus amigos le tomaron por loco y le ingresaron en un manicomio para que le "curaran". Hoy en día, las ondas de radio cuyo principio descubrió Marconi son algo totalmente común en nuestras vidas. La radio, la TV, e incluso las conexiones vía satélite que utiliza internet para que tú puedas leer este artículo, son algo totalmente cotidiano en nuestras vidas. Hay muchas personas que no comprenden en su totalidad, la forma en que la televisión, la radio y los satélites funcionan gracias a las Ondas de Radio, pero aunque esas personas no lo comprendan, el hecho innegable, es que están ahí, que existen, que son una parte de nuestra vida, y sólo un loco se atrevería a negarlo. Cuántos personas no conocemos, que por haber sido tachados de “locos”, se dejaron caer y no continuaron los grandes sueños que tenían en mente. Pero a la vez, cuántos “locos” conocemos por la historia o en persona, que se convirtieron en genios o extraordinarios héroes que le dieron una vuelta al mundo con sus ideas. Pero esto no es ajeno a nuestras vidas, sino que sucede a diario, inclusive nos pasa a nosotros mismos. Cuando le dices a tus amigos, familiares o conocidos que quieres hacer algo por los demás, que quieres dar tu vida a Dios y ponerla al servicio de los hombres, te tachan de “loco”, “utópico” o “soñador”. Se te quedan viendo algo extraño e igual, algunos hasta se dan media vuelta y se van. A veces los que menos crees, son los que más te empiezan a desviar tus

objetivos, diciéndote cosas como: “nunca vas a cambiar el mundo”, “eso déjalo a los gobernantes o a los que no tienen nada que hacer”, “ponte a estudiar y olvídate de esos asuntos”, “la sociedad sigue igual, tú no puedes hacer nada”. Esas mismas frases, pero con lenguaje de su tiempo, se las dijeron a Jesús en la cara. Pero no sólo lo tacharon de loco, farsante o falso profeta. Se burlaron de él, le latigaron, le escupieron y hasta lo pusieron en una cruz, como el más cruel de los ladrones de la época. ¿Eso te detendría a ti a que siguieras con tu misión?. Pues a Él no le detuvo y gracias a su lucha incansable y al gran amor que nos tiene, hoy podemos recordarlo día con día, alrededor del mundo, como el hombre más extraordinario que ha pisado este planeta. Era un loco para muchos, y hoy millones de personas, lo reconocen y le siguen. No hay mejor ejemplo, que la resurrección de Cristo. En donde venció a la muerte y nos demostró, que una persona que sigue sus ideales, recibirá su recompensa, tarde que temprano. Pero la situación está en ser perseverantes y no desfallecer. Hay una línea muy delgada entre un genio y un loco. El punto está en que un “loco” se queda en sus ideas y un genio emprende la acción, sin miedos y con el corazón en la mano. ¿Tú en cual grupo estás?. De los “locos” apasionados por Jesús o de los que con miedo a lo que pueda opinar la sociedad, prefieren estar del otro lado, criticando, inmóviles, con una vida mediocre. No tengas miedo a ser diferente, único, especial. Simplemente un ser extraordinario. La gente podrá opinar muchas cosas, pero qué mejor que ser “loco” por alguien tan especial como Dios, que ser “cuerdo”, ordinario, sin iniciativa, sin vida. No te guíes nunca por lo que opina la gente, porque te podrás ir desviando del camino, sin que te des cuenta. Toma la mano del Señor, confía en ÉL, en sus planes, se coherente, mantén limpia tu conciencia y nunca, nunca, nunca, dejes de luchar por lo que sueñas. Te tendrán preparada una gran recompensa.

Carta de Navidad Por un adolescente Hola, desde hace tiempo quería saludarte, tengo ganas de expresar lo que siento y a veces me siento tan solo y tan incomprendido por el mundo pero me da gusto que te hayas tomado unos cuantos minutos para escucharme un momento. Sé que es difícil entender a los adolescentes, tenemos tantas ideas y sueños en nuestra cabeza que a veces no sabemos ni por donde ponerlas, pero tú también has vivido esta aventura y a lo mejor recordando algunas experiencias me podrás comprender un poco. Es Noche Buena y las hojas de los árboles van cayendo poco a poco, las pueden oír desde la ventana, en momentos me olvido del tiempo y me dedico a escribir esta carta y a reflexionar sobre mi vida. Ya han pasado tantos años desde que los conocí, el tiempo se va volando ¿no creen?, hemos vivido experiencias juntos que no cambiaría por nada, hemos gozado y disfrutado de las mieles del triunfo pero también me han apoyado en los momentos más tristes. Quisiera en esta noche, en este pequeño espacio, hacer una reverencia a ustedes padres que conviven actualmente con un hijo o hija adolescente, otra a los que están pasando por ello, una más a los que ya cumplieron con ese encargo y otra para los que en unos cuantos años lo podrán vivir más de cerca. Me pidieron que esta reflexión fuera algo corta, para aquello de los desesperados y no se preocupen, me esforzaré en así hacerlo, aunque hay tantas cosas que decirles papás, pero las quiero resumir esta noche en dos palabras: Gracias y adelante. Reconozco que es difícil tratar con alguien como yo, porque en esta edad es cuando chocan intereses y gustos, las personalidades ya no son paralelas y la muestra del afecto y cariño se hace diferente causando un poco de

incertidumbre pero aunque no lo crean, a pesar de la edad el corazón no cambia y menos hacia los padres como ustedes. Primero que nada, preséntense ante el Jefe, ante ese amigo que nunca falla, Dios es su mejor compañero, si papás, yo se que han tenido muchos problemas y que tal vez puedan pensar que Él no los ha escuchado, pero si supieran, ha estado más cerca de ustedes, pero a veces somos tan egoístas que en nuestros triunfos nos sentimos los principales actores y en los fracasos Él es el que tiene la culpa, pero como cada año, tienen la oportunidad de volverle a decir con humildad, aquí estoy Jesús, dame paciencia y sabiduría para poder resolver mis problemas. ¿Saben papás? La han hecho muy bien de Santa Claus todos estos años, gracias por todo su esfuerzo y sobre todo por su gran inteligencia para poder elegir los escondites perfectos, han creado una gran ilusión en nuestras vidas, y les digo ¿qué es lo que más importa? gracias porque siempre me dijeron que era el Niño Jesús el que daba los regalos, gracias porque me acercaron a Dios, tal vez ahorita en esta época difícil de mi adolescencia, no sabría que camino tomar si no es que ustedes padres, supieron orientarme. Queridos papás, si pudieran comprender tantito otros padres del mundo, que no necesitamos miles de regalos materiales, que no necesitamos dinero, un carro nuevo o ropa de marca, lo único que queremos es su palabra, su atención y sobre todo su afecto, aunque a veces nosotros no se lo demostremos, estamos jóvenes papás, pronto aprenderemos, lo único que les pido es un poco de su tiempo. Pero bueno, antes de concluir mi mensaje, quisiera que pusieran su corazón junto al del Niño Jesús, ¿se acuerdan papás, que ustedes me enseñaron eso?, bueno, ahora es mi turno en esta Noche Buena, que mejor momento para cerrar los ojos del alma un momento y observar aquella carita de ángel que después sería destrozada por los soldados romanos, observen el rostro de Jesucristo que les dice: No se den por vencidos, adelante. Gracias papás, soy un hijo adolescente, y aunque algunos ya pasaron por eso o están a punto de pasar quiero decirles a todos, gracias, muchas gracias y adelante. Algunos más jóvenes que otros, pero siguen siendo padres, y ese reto no lo toma cualquiera. Dios es el Escritor. La vida es la obra. El mundo el teatro. Y nosotros los

actores. Con nuestra libertad, decidimos qué clase de papel representaremos, si uno mediocre o uno que se merezca una ovación de pie, o incluso si queremos o no actuar. Dios nos pone el libreto, la obra y el escenario, pero depende de nosotros hacer una representación digna de premiación. Espero que en esta Navidad reflexionen sobre su papel de padres de familia, yo se que mis palabras todavía son muy jóvenes, pero por el simple hecho de ser un hijo tengo el deseo de pedirle a mis padres lo que siento. Hoy es el día en que vuestros hijos les piden a gritos: Papá, mamá, enséñame a vivir. Y el momento para hacerlo es hoy, porque a lo mejor, después va a ser demasiado tarde. Feliz

Navidad

Su hijo adolescente

y

próspero

año

nuevo

les

desea,

Déjate encender Es extraño, pero mientras más conocemos a Dios, más crecen nuestras ganas de seguirlo haciendo. Es como un mar, describía una santa, que entre más te metes al fondo, vas encontrando nuevos peces, piedras, plantas, cosas insospechadas que nunca habías visto. Sólo por el hecho de “ir más a fondo”. Dios no tiene profundidad, entre más lo vayamos conociendo, más nos sorprenderemos de lo que nos tiene preparados, de su amor infinito. Este fin de semana lo pasé lejos del ajetreo continuo de la ciudad, fuera de cualquier ruido, amigos, Internet, televisión, proyecto o cualquier otra distracción que pudiera tener. Quise alejarme un poco para tener un poco más de quietud interior y exterior. No había ruido, pero estaban las palabras del Maestro. No estaban mis amigos, pero estaba con el Mejor Amigo. No había Internet o televisión, pero tenía la mejor conexión, el mejor “chat”, las mejores películas sobre mi vida que pasaban por mi mente. No me encontraba trabajando en las “cosas del Señor”, en proyectos o trabajos, pero era momento de encontrarme con el “Señor de las cosas”. Decirle mis planes para que riera un poco, escuchar los de Él y tomar estos últimos como los que necesitaba para mi vida. En el lugar donde estaba, con la ayuda de medios concretos como eran las pláticas, la orientación moral, la oración, las lecturas sobre diversos temas muy interesantes y sobre todo, la reflexión personal y el diálogo cara a cara con Jesucristo, no tuve más remedio que darle vuelta en mi cabeza a una serie de ideas que los resumiría en una sola: “Dejarse encender”. En un mundo que está muriendo por la falta de Cristo, que se está apagando y extinguiendo, que vive muchas veces en completa oscuridad, si no hay grandes antorchas que lo iluminen, ¿qué será de nosotros en unos cuantos años?. ¿Pero quién está llamado a ser antorcha, luz viva?. Tú papá, tu mamá, el director de tu colegio, el de la tienda de la esquina, el cartero, el policía, el

viejito que pide limosna e inclusive “TÚ”. Así es, todos y cada uno de los seres humanos que tengan conciencia en este planeta Tierra, están llamados a ser faros de luz en medio de la tormenta. Pero “nadie da lo que no tiene”, por lo tanto, ¿cómo queremos ser luz, si ni siquiera la tenemos?. Joven del siglo XXI, a ti que te gustan los retos fuertes, peligrosos, aventureros, te propongo uno, muy sencillo de decir pero difícil de vivir. “Déjate encender”. ¿Parece fácil, no?. Tan fácil o difícil como lo quieras hacer. Déjate encender por la luz que nunca se apaga, que nunca se extingue, por esa vela infinita que ilumina al mundo entero con el sólo hecho de soltar unas cuantas chispas. Déjate prender por la luz de Dios. Y, ¿cómo es eso?, ¿tienes que ponerte con una vela a ver a qué horas se aparece Dios a encendértela?. No exactamente. Déjate encender por aquel Maestro que llamó a sus 12 discípulos, de una forma personal hace 2000 años y que hoy lo hace contigo. Déjate encender, conociéndole cada día más pero sobre todo, aceptando sus designios y sus planes, no con resignación, sino con amor y valentía. Déjate encender como una vela suave y ligera, que no pone impedimentos. No olvides que si estás buscando a Dios ahora es porque Él ya te había buscando a ti antes. Damos un paso y el avanza 1000 más. Déjate encender en cada día de tu vida, desde el momento de levantarte hasta que anochece, como un acto de entrega y fidelidad a Él. Déjate encender cuando sea fácil y llevadero y cuando cueste un mar de dolores y sacrificios. “Amor con amor se paga”. Si Él nos amó hasta el extremo que murió por nosotros en la cruz, ¿por qué limitarnos a vivir una vida mediocre?. Esa luz que tendrás todos los días, no es “gratis”, Dios te la regala claro está, pero el costo fue la vida de su Hijo, Jesucristo. Él te pide tu perseverancia final para llegar hasta el final de tu vida con las manos vacías por haber entregado todo lo que tenías. Tienes que conservar esa luz para que no se extinga ni se acabe poco a poco. Le tienes que poner atención, es tu fe, es tu esperanza. Cuídala como lo más preciado que tienes. No permitas que nadie te la arrebate, al contrario, mejor ofrécela con gusto y anímate a encender las velas de los demás, que se encuentran apagados, confundidos y hasta tristes. Tu misión en esta vida es trascender, más allá de la historia. Conoce la luz, recíbela con amor, cuídala y entrégala a los demás. Podrás transformar vidas con el hecho de que les hables de Dios un poco. El mundo de hoy lo está pidiendo a gritos, hay una sed tremenda de Dios. Pero si no eres tú, ¿quién lo

hará? Si no es ahora, ¿cuándo será?. Es el momento, es el año, es el mes, es el día preciso para dejarse encender por la Gran Luz y con la nuestra ayudar a que otros también se acerquen a Él. Sólo aquel que toma una decisión definitiva por Jesucristo, tendrá luz en su vida, y podrá darle un sentido auténtico y real a su existencia. “Opta por Él, empápate de Él, conócele día con día y pídele que te ayude para ser luz que ilumine a cuanta gente pase por tu camino”. Ese amigo tan desconocido Cuántas veces nos ha llamado, inclusive por nuestro propio nombre. Cuántas veces se ha acercado con nosotros y nos ha tendido una mano justo cuando más lo necesitábamos. Cuántas veces nos ha hecho sentir de maravilla, en medio de la tristeza y la soledad. Cuántas veces nos ha visto caer y sin embargo nos ha ofrecido su mano. Cuántas veces se ha quedado horas, meses, años enteros esperando, siquiera un “hola” de nuestra parte, y sin embargo nos sigue amando. Cuántas veces nos ha dado grandes regalos y cuántas los hemos sabido agradecer. Pero cuántas veces lo hemos olvidado y lo hemos visto como un hombre más, del “montón”. ¿Estamos hablando de la misma persona?. Yo creo que sí. Es JESÚS. Aquel hombre que murió por ti, y que sin embargo para muchos, sigue siendo un perfecto desconocido. En nuestra vida, pasamos por momentos tristes, felices, angustiantes y otros llenos de esperanza. Simplemente, así es la vida de todo ser humano, pero sobre todo, de todo joven que se atreve con cambiar el mundo. Pero siempre que pienso esto, automáticamente llega a mi mente una imagen, de alguien que vivió todo esto a mi lado. No adelante, ni atrás. Sino que fue caminando justo en cada paso que daba. Ese alguien, hoy por hoy, también camina contigo, es Jesús, tu Señor, Dios mismo. Él, mejor que nadie, conoce cada momento de tu vida, cada parte en donde eres fuerte como una roca, o cuando a veces caes pero sin embargo, te levantas. Conoce tus lágrimas de cuando eras niño, tus confusiones de adolescente, tus risas de joven, y también tu futuro de adulto y padre de familia.

Pero hay una situación que más que castigo, es un gran regalo que Él nos dio: la libertad. Esa palabra mágica que funciona para decidir qué tanto queremos conocerle a Él. Tú más que nadie, eres dueño y constructor de tu propio destino. Nada ni nadie harán que cambies de opinión, al menos que tú mismo lo decidas. Si quieres conocerle, Él te da los medios para hacerlo. Tus padres te fueron dando e instruyendo qué camino seguir, en la iglesia a dónde asistes se te fue recomendando las mejores opciones, pero sólo tú y nadie más que tú, tendrá el poder de decisión para seguir a Aquel que llama a todos por igual. A algunos les toca conocer a Dios a los 10 años, a otros a los 20, a otros una noche antes de morir, etc. Pero todo depende de qué tanto vayan conociendo su fe, pero sobre todo, si en verdad quieran voltear a ver aquella cara de amor, de Jesús, que desde siempre les estaba buscando. Lo importante es entender, que si desde hoy, nos están dando las herramientas útiles para de verdad acercarnos a Él, ¿por qué no aprovechar el momento para decir: “hoy es el mejor día”? ¿Por qué esperar una llamada de atención, un accidente, una experiencia fuerte?, para comenzar a conocer a esa persona tan desconocida para muchos, pero que nos conoce mejor de lo que podemos imaginar. ¿Sabes algo?. No es casualidad que estés leyendo esto. Porque no existen las casualidades. Todo tiene su razón de ser. Hoy es el gran día para que vuelvas a Él, tengas una verdadera reconciliación, cara a cara, hablen como buenos amigos, y te des cuenta que ese amigo puede ser tan conocido para ti, como tu quieres que sea. Nunca es tarde para volver a Dios. Siempre te estará esperando con los brazos abiertos. Porque antes de que tú lo buscaras, Él ya te estaba buscando a ti.

Si lo puedes soñar, lo puedes lograr Cuántas veces no nos hemos sentido derrotados antes de empezar, sobre todo, porque imaginamos que nuestra encomienda, es un gran “paquete” con el que no vamos a poder. Ni siquiera hemos visto el examen y ya nos sentimos reprobados; todavía no conocemos el nuevo lugar donde vamos a vivir y pensamos que nadie nos va a aceptar; ni siquiera hemos abierto las páginas del proyecto y ya nos “rascamos” la cabeza buscando soluciones a problemas inexistentes, y lo más común, no ha pasado ni un mes con nuestro grupo de jóvenes y ya nos sentimos los menos indicados para dirigirlos. Todo esto es de lo más normal del mundo, si tú te encuentras reflejado en uno de estos aspectos, estás en el promedio de personas que se rinden antes de iniciar. Pero no te preocupes, todavía estás a tiempo de cambiar y llegar a tener una mente exitosa que realmente contagie a los demás y que sea productora de grandes ideas. Uno de los principales factores para llegar a ser un gran líder, y no quedarnos a la deriva, es la AUTOMOTIVACIÓN. Sí, aunque no lo creas, tú también puedes motivarte a ti mismo. No se trata de estar todo el día viéndote al espejo repitiendo la frase: ¡Soy el mejor!. Ni mucho menos creo que te pueda servir algún libro de “Cómo automotivarse en 5 días”. Pero de lo que sí estoy seguro es que para que los demás crean en ti, y crean en tus ideas y proyectos, tú debes de creer en ti mismo. En la persona más difícil con la que tienes que trabajar, es contigo mismo. No puedes llegar y transmitir una idea si tú no crees en ella al 100%, porque no lo harás con la misma capacidad y poder de convencimiento. Es por eso, que tal vez debes de empezar a conocerte mejor, para irte dando cuenta de qué es lo que te gusta, qué es lo que tienes que hacer en tu vida, a

qué estás llamado, etc. Para que así te des cuenta de tus cualidades y defectos, y apliques la técnica CAS: Conócete, Acéptate y Supérate. Si tú realmente estás convencido de esto, puedes llegar perfectamente frente a cualquier adversidad, proyecto u obstáculo que te pongan enfrente y te lo aseguro que lo tomarás con la mano en la cintura, sin rendirte antes de afrontarlo. Pero después de creer en ti, hay un punto que no podemos dejar a un lado, ¿qué pasa con tus papás?, ¿con tus amigos?, simplemente, ¿qué pasa con los demás?. Un líder que tiene una mente de éxito, no se deja influenciar por ninguna persona, es auténtico y tiene sus propias ideas, obviamente dentro de unos parámetros, no te digo que armes una revolución, ni que te vayas de tu casa porque tus papás no te apoyan. Pero si realmente eres coherente con lo que haces, dices y piensas, transmitirás una fuerza increíble en donde la gente, tus papás, tus amigos, se quedarán asombrados, que te verán convencido y el apoyo vendrá de inmediato. Una persona que lucha por todo, que va en busca de grandes cosas, es un testimonio de vida impactante. El testimonio arrastra. Es por eso que tu forma de pensar se verá reflejada en tu grupo de jóvenes, y ellos siempre tendrán iniciativas para poder hacer en tu iglesia, en tu colonia, en tu comunidad. Un buen líder no es el que exige, si no el que motiva. Por lo tanto, hay que aprender a motivar, pero no podemos motivar si no estamos de acuerdo con esa idea, y mucho menos, si ya nos dimos por vencidos. Para esto hay que conocernos, aceptarnos y superarnos. Aprendamos a siempre tener una mente de éxito, que rompa paradigmas, que vaya más allá de lo que la sociedad dice, y verás que tendrás un grupo de jóvenes líderes, unidos, y sobre todo, con ideas que te asombrarán y que darán mucho fruto.

Atrévete a ser grande Hace algunas semanas, tuve la oportunidad de hacerle una entrevista a un psiquiatra que lleva años trabajando con jóvenes en la ciudad de Monterrey. La verdad me encontraba preocupado ante la gran crisis que estamos viviendo en nuestra sociedad, en donde cada día más adolescentes le pierden el verdadero sentido a sus vidas. Se podría pensar que ser feliz a nuestra edad es cosa fácil y sin complicaciones, es la edad del estudio, del deporte, del amor, pero tristemente, a veces nos encontramos vacíos. Entre la plática con el doctor, el café, el diván, su puro y un poco de misterio, surgió la pregunta de los 64 mil, ¿qué nos pasa a nosotros los jóvenes, por qué se nos quitan las ganas de vivir?. Prácticamente lo dejé desarmado, se acomodó la barba, respiró profundo y me sorprendió con su respuesta: Ni siquiera el mismo joven, sabe lo que le pasa, y cuando un enfermo no sabe qué enfermedad tiene, es difícil curarse. Se cerró la conversación con una frase que me inspiró a escribir esta columna: los jóvenes están hartos de vivir, cuando ni siquiera han empezado. Muchos jóvenes tratan de ocultar lo que hay dentro de ellos, nos hacen ver que son felices y riegan sus carcajadas con la gente con la que se topan, pero no necesitan decir nada, hay veces que con sólo observarlos, se ven tristes, insatisfechos. Estamos viviendo una etapa de grandes cambios en nuestra vida, desde físicos, emocionales, espirituales hasta psicológicos, estamos poco a poco, formando nuestro carácter, nuestra voluntad, nuestros valores, para poder llegar a ser lo que verdaderamente hemos sido llamados. En un mundo de tecnología, de globalización y materializado por los mismos hombres, es difícil ser joven y salir bien librado. Se piensa que vivimos en una etapa donde todo es color de rosa, y donde la misma vida nos va indicando el

camino, cuando muchas veces nosotros somos los que tenemos que ir marcando ese camino. A veces nos dejamos llevar por aparentes fuentes de felicidad, como las drogas, el alcohol, el sexo, pero, siento yo, que hay un mal mucho más fuerte que esta aniquilando a todos los jóvenes que han querido trascender: la mediocridad. La apatía por hacer sólo lo que nos corresponde, y a veces ni eso, nos va consumiendo y envolviendo en este mundo famoso de la adolescencia. Creo que aquí no se trata de preguntarle a psiquiatras, psicólogos, doctores, o expertos en la superación personal, sino preguntarnos a nosotros mismos, si realmente estamos dejando algo a este mundo, preguntarnos de forma particular, ¿qué me está pasando?, o ¿por qué le he perdido el sabor a la vida?. Cuando una persona no tiene bien definido su destino en un viaje, siente mucha incertidumbre y mucha intranquilidad, siente desesperación porque no se sabe cuando ni en qué condiciones va llegar al final. Cuando nosotros no tenemos trazados nuestros destinos, nuestros sueños, no pidamos vivir con tranquilidad y no pidamos vivir sin tristeza, porque la misma mediocridad de ni siquiera tener planeada nuestra vida, nos lleva a esta cuerda floja en donde con cualquier movimiento en falso, llámese adicciones, desórdenes, problemas familiares, etc. podemos caer al precipicio del cual nunca saldremos. El mundo necesita una juventud con ideales altos, con sueños realistas y convicciones fuertes. No hay que irnos muy lejos, tu misma escuela, tu familia, te necesitan como un hombre íntegro que se proponga grandes cosas, con valores auténticos y que no se deje engañar por cualquier “moda” de la sociedad. El mundo necesita y pide a gritos, hombres y mujeres que se atrevan a ser grandes, sin miedos, ni recovecos, que se entreguen sin medida, y que planeando su vida, contagien con su testimonio para que puedan darle el verdadero sentido a los millones de jóvenes, que están hartos de vivir sin siquiera haber comenzado. Es buen momento para que dejemos el papel de críticos de la juventud, recuerda que a ningún crítico se le ha construido una estatua, la idea no es preguntar: ¿qué le pasa a la juventud?, sino, ¿qué me está pasando a mi mismo, qué está pasando con mi vida?, ¿qué legado le estoy dejando a mi país?, para que así, puedas llegar tan alto como te lo propongas y puedas

ayudar a que esta sociedad se encuentre con que los jóvenes fueron los que transformaron el mundo con su entusiasmo y ganas de vivir. Nos vemos en la próxima, y nunca olviden, que todos estamos llamados a SER GRANDES. La diferencia está en atreverse a serlo.

Sólo para valientes “No preguntes qué no te ha dado la vida, pregúntate qué le has dado tú a ella.” “El mundo necesita líderes”. Frase típica con la que nos hemos topado, más que una vez en nuestra vida. ¿Cuántas veces nos hemos puesto a reflexionar y la hemos puesto en práctica?. Jóvenes, hoy en día atravesamos un cambio de siglo. Que bien o mal, es en el que nos tocó, que por gracia de Dios, hemos sido elegidos de manera única y personal, para vivir en este día, a esta hora, con estos minutos, precisamente, los que tiene tu reloj, en estos momentos. Atravesamos el umbral de una nueva esperanza, atravesamos las barreras de la mediocridad, de la flojera, del pesimismo, del odio y del rencor. Simplemente, somos “actores” importantísimos en esta obra maravillosa, llamada vida. Sin nosotros, simplemente, el mundo no sería el mismo. La vida no sería igual para muchos seres humanos, pero sobre todo, la transformación de la historia, la transformación del mundo, no se podría completar sin nuestra colaboración; sin millones de corazones, de mentes, y de manos juveniles, dispuestas a darlo todo, por los demás. Hace mucho tiempo, en una conferencia, tuve la oportunidad de hacerle una pregunta a los jóvenes con los que me encontraba. Tardaron unos cuantos minutos en responder. Esta misma pregunta es la que quiero hacerles a ustedes, en este espacio, “de joven a joven”, mi pregunta era: ¿Qué es lo más importante que has hecho en tu vida?

Algunos respondían que terminar la preparatoria, otros que conseguir una beca de estudio, algunos otros que tocar un instrumento musical, otros que poder unir a sus papás, etc. Respuestas y más respuestas. Tu en estos momentos, tienes la mejor respuesta. Realmente, ¿has hecho algo importante en tu vida?. Sí, has sido bueno, sí, has cumplido con ciertas reglas, sí, no has sido un criminal. Pero, mi pregunta va más allá que todo eso. ¿Has dejado una huella imborrable en el corazón de las personas? ¿Te has decidido valientemente, hoy por hoy, sin recovecos, a dejarte a ti mismo, y lanzarte para transformar, antes que el mundo, a tus amigos?, ¿a tu familia? ¿a tus seres queridos?. Piénsalo. Puede ser una pregunta sencilla, pero con respuestas que tal vez te pueden cambiar tu vida. Es muy fácil quejarnos de la situación del mundo. Es muy sencillo criticar y criticar, hasta que se nos cansen las palabras, es muy fácil hablar de nuestros “malos” gobernantes o de ciertas personas que cometen errores. Pero te has dado cuenta, en realidad, ¿qué pasa con tu vida?. Como dije al principio, “el mundo necesita líderes”, pero líderes, no nada más económicos, no sólo sociales, sino también, líderes humanos, líderes espirituales, líderes que toquen hasta el corazón más frío y lo hagan arder en amor, en libertad, en generosidad. Es fácil criticar el mundo, pero es difícil actuar. Es duro jóvenes, cuando tenemos una marea de gente que se pone a nuestra contra. Que no cree en nosotros los jóvenes. Que tristemente piensa que no tenemos los medios, que no tenemos la capacidad. Cuántas veces hemos demostrado lo contrario. Yo les aseguro que si me dan un grupo de jóvenes realmente comprometidos con Dios y con su mundo, pero realmente que den la vida, por ese ideal, con ellos, se puede cambiar el mundo. ¿Suena complicado verdad?. Nadie dijo que iba a ser fácil la misión. La vida está hecha para valientes, para seres humanos que luchen, que se entreguen a toda costa. El mundo necesita de estos jóvenes, y sobre todo, de adultos que crean en nosotros. Pero primero hay que demostrarlo. Y que mejor que demostrarlo, que empezando con nosotros mismos. Piensa y reflexiona hoy, no mañana, porque hoy te necesita el mundo, hoy te necesitamos todos, ¿quién eres?, y ¿a dónde quieres llegar?, ¿qué has hecho?, y si realmente ha valido la pena.

Si no, no te preocupes, todavía hay tiempo. Pero el tiempo se agota, y entre más tiempo pase, el mundo tal vez esté muriendo, porque falta gente que con entusiasmo y que le diga sí a la vida, sí a la misión. Estoy seguro que eres una persona que trascenderá, porque te han dado las cualidades y sobre todo, eres del grupo de los valientes. No tengas miedo, tu lucha apenas comienza.

Historia de un portero Un semestre más. Un año más. Muchos terminamos clases y muchos otros terminaron un año difícil de trabajo. ¿Qué va a pasar ahora?. Los graduados de prepa a elegir carrera y los de carrera a la difícil tarea de encontrar trabajo o algunos a seguirse preparando con la maestría. Parece fácil decirlo, pero ¡ah! como nos costó trabajo terminar una etapa más en nuestra vida, de esas que valen la pena recordar, por lo mismo de nuestro esfuerzo. Nada mejor que disfrutar de unas merecidas vacaciones o de echarle las ganas en el famoso “verano”. Total, hay más tiempo que vida. Hace ya un rato, que no veía a tanta gente presionada. Los exámenes nos traían de un lado a otro, sacando apuntes de todos lados, con asesorías extras y un poco de motivación a los maestros, para que nos tuvieran algo de compasión. Pero hay personas del otro lado, que nos hacen la vida un poco más fácil, o nos hacen que nos demos cuenta, que no le debemos de poner tanta seriedad a las cosas. Eran las 12: 45 de la tarde. Un calor, de esos únicos en San Pedro. Se me ocurrió la “brillante” idea de hacer un movimiento en un banco de nuestro municipio. Cabe recalcar que no me pasó por la mente, la cantidad de personas que tenían la misma intención que yo, justo en el mismo banco, a la misma hora. Al llegar y ver la cantidad de autos que estaban estacionados, empezó mi presión y coraje, al ver que mi estancia iba para largo.

Pero al entrar, conocí a un hombre, y digo que lo conocí, porque es un honor conocerle, que hizo que cambiara mi gesto de enojo, por una sonrisa. Aunque usted no lo crea, esa persona, era el portero del banco. Un hombre de edad avanzada que saludaba a cualquier persona que entraba al lugar, como si lo conociera de toda la vida. Un: “buenas joven, cómo le va,” agregándole una sonrisa, sirvió para que por lo menos, me pusiera de buen humor. Pensé que le había caído bien, pero yo no era el único. No existía una sola persona que se le pasara desapercibida sin que le diera un gran saludo con entusiasmo; inclusive a algunos los llamaba por su nombre. La filaba esta larguísima, pero el simple hecho de observar a aquel portero, hizo que se me hiciera muy corta. Obviamente no faltaba la queja de las señoras en la fila; que nunca habían visto semejante cosa, que tenían que llegar a hacer la comida, que ya no aguantaban estar de pie, etc. Pero el portero seguía, saludando y despidiendo a cuanta gente entraba y salía del banco. Tratando de hacer más alegre la vida en aquel lugar y sobre todo, transformando el estado de ánimo de todos los clientes. Siento que él, más que nadie en el banco, sabe lo que es el servicio al cliente. Porque le está brindando lo más importante, algo que les cambie su forma de ver las cosas. Una sonrisa, una palabra de aliento, de ánimo, en momentos difíciles, sirve muchísimo más que cualquier oferta o promoción. Aprendamos a darle un poco de alegría a nuestras vidas. No le demos tanta seriedad a las cosas. Ya no lo han demostrado tanta gente, que no tiene lo mismo que nosotros, y sin embargo sonríe ante cualquier adversidad. Cada cual tiene sus propias “broncas” y sabe la magnitud de las mismas, pero también sabemos que la mayoría tienen solución, entonces no hay de que preocuparnos; y si no la tienen, ya no hay nada que hacer, entonces tampoco hay que preocuparnos de más. Ojalá que disfruten sus vacaciones y espero que nunca olvidemos, que estamos aquí para trascender. Que mejor que trascender, transformando aunque sea, la vida de una persona. Cambia tu vida, cambiando otra vida.

Quiero ser payaso Andrés vivía en Querétaro, era el típico niño que se la pasaba haciendo tonterías en la escuela, era el “payaso” de su grupo. Una vez, al no tener transporte para irse a la escuela, decidió irse en camión; con mochila en mano y unos cuantos centavos se lanzó a la aventura. Estando dentro del camión, al observar la burbuja personal que cada ciudadano se fabrica, para no platicar ni convivir con el que estaba a su lado, dejó el respeto humano a un lado y realizó un canto de ópera que no podía estar más desafinado y, aunque era más español modificado que otra cosa, para la gente que viajaba con él, era un italiano perfecto. Había risas, algunas burlas, ,y una que otra señora sentimental, pero, como todo buen actor, al final se ganó al público y obtuvo la satisfacción de hacer lo que le gustaba hacer: tonterías. Y esto se hizo costumbre, todos los días iba el mismo niño en el camión cantando o diciendo poesías que hasta hacían llorar. Todos hemos pasado por nuestras épocas en donde hemos querido ser bomberos, payasos, magos, astronautas, Superman, Batman, y algunos hasta pensaban ser Bart Simpson. Soñar es gratis y el hombre permanece de pie gracias a eso. Todos tenemos sueños, fantasías e ilusiones por cumplir, el problema muchas veces es poner la fuerza de voluntad para que se cumplan. Pero hay una pequeña cuestión, tus papás, ¿qué pasa con eso? Desgraciadamente ahora somos adolescentes y estamos decidiendo el camino, existen padres de familia que impiden la auténtica realización de los hijos y por lo tanto su verdadera felicidad.

Papás que se crean en su mente una felicidad irreal en donde los únicos que interactúan son ellos, dejando la opinión del hijo a un lado; piensan que tienen la razón por el simple hecho de ser los mayores, los de la experiencia... Pero momento, ¿por qué quitarle a los hijos la iniciativa, la acción, las ilusiones, los sueños?. ¿Por qué no sentarse a un lado de ellos y decirles: Ánimo, te apoyamos?. Llegas a tu casa y los primeros saludos son: “¿Cómo te fue en la escuela?”, “¿Cuánto sacaste en el examen?”, “¿Hablaste con tu maestro?”, “¿Recogiste la papelería?”, “Por cierto, dejaste un tiradero en tu cuarto, ve a recogerlo” o “Me dijo tu hermano que ayer...”, bla, bla, bla, bla. Nosotros los jóvenes, estamos esperando otro tipo de saludo, esperamos un “¿cómo estás?”, pero interiormente, ¿estás feliz?, ¿estás triste?, ¿qué pasó con tu proyecto?, ¿cómo va todo? Pero estos saludos nunca llegan, y ya cuando los padres quieren implementar en la conversación de la vida diaria, , es demasiado tarde, sentimos que no ha valido la pena el luchar por nuestro sueño, pensamos que es una tontería. Pero ánimo, despierten, háganle ver a sus papás que no es cualquier tontería, estamos llamados a ser grandes. Ellos tienen la misión de educarnos, ya que es una realidad que para todo hay límites; nos quieren llevar por el mejor camino, pero lo importante es que te sientas contento en ese camino. Si quieres ser bombero, hazlo, si quieres ser doctor, hazlo, si quieres ser poeta, adelante, ,si quieres ser payaso, convierte ese sueño en realidad, no tengas miedo. ¿Quiénes somos nosotros para decidir la vocación de los demás?. Cuando se trata de la vida de alguien más no se puede exigir, pero sí aconsejar, motivar y orientar. Es normal que se nos presenten dificultades y más en nuestra casa para poder sobresalir, aunque no todos los casos son iguales, no estoy generalizando, pero si tú has vivido un caso parecido, toma esto como ejemplo y decídete a emprender el vuelo. Mantén una grata conversación con tus papás cada día, para que así cuando llegue el momento de poner las cartas sobre la mesa y decidir el futuro de tu vida, te entiendan y te apoyen al máximo.

Por cierto, Andrés fue escogido por unos americanos para ser becado, sus papás lo entendieron y apoyaron a pesar de la magnitud de ese sueño. Ahora es Andrés Aguilar, payaso profesional graduado de la Universidad de Payasos de Estados Unidos, estuvo trabajando en el famoso circo Ringling Brothers, dando giras internacionales. Es orientador pre-universitario y en el verano piensa cursar una maestría en payaso, aunque usted no lo crea. Siguió su sueño y a lo mejor ahora es mucho más feliz que algunos otros que no hicieron lo que siempre habían soñado. Ahora ¿qué te impide cumplir tu vocación?. Recuerda que a fin de cuentas, el que va a vivir y a disfrutar de sus triunfos o a aprender de sus fracasos, eres tú mismo, nadie más lo hará por ti.

Bendita coincidencia La carta de un hombre que ya vivió para los que estamos comenzando Estimado amigo: He querido dedicar unos minutos del mucho tiempo que tengo, para toparme contigo en mi camino. Mi faena no ha sido nada fácil en este mundo. Hoy vengo hacia ti para expresarte mis sentimientos, mis dudas y mis aciertos, no lo hago como viejo, ni como anciano, ni como abuelo, nada más, como un gran amigo. Estoy cansado. He trabajado, he luchado y me he esforzado, no quiero irme del mundo sin platicar contigo, sin contarte mis penas y aventuras de adulto, mis trivialidades de adolescente, mis inocencias de pequeño y mi realidad como viejo. Quiero que sepas que estos últimos días te he estado esperando, aunque no lo creas y ni me conozcas, te he estado esperando en los ojos de miles de ancianos que cruzan en tu vida sin que te des cuenta, te he estado esperando en el amor y el cariño de tus abuelos, aunque a veces los visites por obligación o compromiso. En el anciano que pide limosna afuera de la iglesia o la viejita que sin vivir, “vive” en un asilo abandonada. Aunque lo dudes y no me lo creas, sí, gran amigo, te he estado esperando. Mi cuerpo va decayendo; ley natural yo creo, pero mis huesos se van quebrando a la par de los años, ha nevado en mi cabeza, mi tono al hablar disminuye, en fin, tantas cosas, que mejor te invito que disfrutes antes de que llegues a esta difícil pero preciosa etapa. Mis pasos vacilantes, mis suspiros sin razón, mis comentarios sin sentido o mis historias sin variar, cosas que hay que vivir y afrontar. Benditas

coincidencias de la vida, Dios las pone y el hombre se queja de ellas. Pero siempre existen personas como tú que nos ayudan a llevar eso con coraje y valentía, aunque nos llamen viejos, aunque nos llamen torpes. Me tachan de un peligro al volante, fuera de moda, de aspecto físico maltratado, que no sabe hablar y mucho menos comer, que es aburrido, mejor amigo del diario por las mañanas, para mí, cada arruga es un orgullo, un recuerdo que contar, cada hijo es un triunfo, una huella que marcar. Es triste observar tantas definiciones negativas para la vejez, una etapa importante de la vida, en la cual la mayoría va a pasar por ahí. A esta preciosa etapa la crucifican, la matan, la destruyen. He puesto mis esfuerzos en esta carta para resucitarla, aliviarla, construirla. Un ser humano puede estar rodeado de miles de personas y al mismo tiempo sentirse solo, cuando el amor falta, la esperanza se acaba. Así me he sentido yo querido amigo, cuando has mencionado la palabra: es un anciano, no le hagas caso; Ya está viejo, está alucinando. Yo sólo trataba de entablar conversación, a lo mejor para ti, mi sabiduría era locura, y mi cariño era rareza. Ahora que el tiempo ha pasado y he decidido contarte esto, no es para que me tengas lástima ni mucho menos, sino para desearte suerte para que cuando llegues a viejo, no te llamen loco, raro o anticuado como lo han hecho conmigo. En fin, por eso acudo a ti, porque tengo una esperanza en tu corazón. Lo único que te pido es un saludo, comprensión, un minuto de tu tiempo y algo de tu amor. Cuántas veces he querido llamarte personalmente, para que me concedas una cita de tu ajetreada agenda, pero me has contestado un NO con la mirada, con esa mirada que aniquila hasta el corazón más tierno. Espero nos podamos ver algún día. Por lo pronto, gracias por acompañarme estos minutos, aunque sólo sea por una bendita coincidencia. Atentamente,

Un “viejo” amigo

Carta de un hijo a su padre La vida se nos va de las manos, como esos puños de arena, que de la orilla del mar levantamos Querido papá: Hola. Quiero saludarte y presentarme de nuevo contigo, soy tu hijo. Sí, ese mismo bebé que tuviste en tus brazos, ese mismo niño con el que jugabas en las tardes, ese mismo adolescente con el que no concordabas en ciertas opiniones. He crecido, soy joven, el mismo de siempre, pero a la vez diferente; he cambiado, este ser humano que quiere convertirse en adulto y que extraña sus tiempos de niño, quiere dedicarte esta carta. Es difícil escribirte papá, tú que todo lo sabes, tú que todo me has enseñado, tu que siempre ganas o que a veces me dejas ganar. Es duro escribir de hombre a hombre, pero es muy fácil cuando se escribe de corazón a corazón. A lo mejor te preguntarás que porqué no le escribí a mi mamá, que ya sabes que le gustan estas cosas, pero ahora te tocó a ti. Es tiempo de que hablemos, de que nos demos unos minutos, aunque sea por este medio, para poderte agradecer todo lo que has hecho, aunque nunca terminaría. En estos momentos, me identifico con muchos chavos y chavas de mi edad, que por la pena, el qué dirán, tienen miedo a decirte un “gracias”, un “te quiero”, un abrazo, o un simple apretón de manos. A veces papá, es complicado hacerlo, pero eso no quiere decir que no lo sentimos. Somos una familia como todas. Han pasado tantas cosas, tantas historias que contar, tantos recuerdos, tantos viajes juntos, tantas bromas, el accidente y el milagro que vivió mi hermano, la inocencia de mi hermana pequeña y las

ocurrencias de la más grande, pero sobre todo, el amor incondicional de mi mamá. Qué hubiera pasado papá, si aquel momento difícil de mi vida, no te hubieras regresado de la oficina, y con lágrimas en el corazón no me hubieras dado tu apoyo y compañía. Qué hubiera pasado sin ese líder, sin ese ejemplo a seguir, sin ese coraje, sin esa fuerza de voluntad por luchar a pesar de la adversidad, simplemente, qué sería de mí, sin ese hombre, que me hizo lo que actualmente soy. Porque aquí no se trata sólo de ser amigos, no se trata de ser sólo compañeros, aquí simplemente se trata de ser hijo y padre. Un amigo no tiene el amor que tu tienes conmigo, un compañero significa estar en lo mismo, a veces no “comparte” lo mismo. Tú y yo compartimos algo más que eso, no somos “compadres”, no puedo rebajar tu gran trabajo como padre en un simple amigo. Gracias por hacérmelo ver, al principio no lo entendía, pero al pasar los años, me di cuenta que eres mi amigo, mi compañero, mi maestro, mi guía, mi ayuda. ¿Verdad que no sabías todo eso? Gracias por darme las herramientas para ser forjador de mi propio destino. Por dejarme volar justo cuando era el momento indicado. Gracias por enseñarme que no hay que buscar caminos fáciles para ser felices. Porque lo que se consigue fácil, se pierde fácil. Lo que más vale la pena es lo que más cuesta, me has enseñado a trazar mi propio camino y a no seguir los “trazados por otros”. Bueno, ¿qué más te puedo decir?. Gracias por hacernos lo más importante en tu vida. Muchas felicidades por el próximo Día del Padre, gracias por haber aceptado ese título tan complicado pero lleno de satisfacciones. Tu labor ha sido cumplida a la perfección. Gracias y perdón por todo, pero no te olvides que a pesar de mis errores, sigo siendo tu hijo, y tú sigues siendo mi padre. Te quiere tu hijo, David

Esta es una carta de un hijo como tú, a un padre como el de ustedes, es un testimonio que se escribió en una computadora, pero con el corazón en la mano Valoremos a nuestro padre, esté donde esté, ,aprendamos a amarlo, porque aunque se oiga cursi o alucinado, aunque tenga sus fallas y nosotros también, sigue siendo nuestro padre. Alguien me acaba de decir que quiera mucho a mis padres, porque cuando los pierdes sientes un gran vacío. Espero llegar al final de mi vida, junto a ustedes, para que podamos decir que nunca nos faltó amor a las personas que más lo merecen, los que dijeron sí para darnos la vida. Honor a quien honor merece.

Carta a Don Quijote Muy estimado Don Quijote de la Mancha: Es un honor para mí poder enviarle correspondencia, discúlpeme por no saber cómo referirme a su admirable presencia, pero para no hacernos bolas y dejarnos de rollos, te llamaré Quijote, pa´que la gente entienda. Primero que nada, vamos a ponernos de acuerdo, déjame informarte, que aquí no hay ni Rocinantes, ni Dulcineas, ni Sanchos (bueno a veces), ahora les llamamos coches, chicas, y “amigos”. Quisiera que me explicaras algunas cosas, porque desde que nos “bautizan” como jóvenes, las cosas se ponen más complicadas, y entre pregunta y acertijo terminamos más confundidos. Hace tiempo Miguel nos explicaba alguna de tus hazañas, que mira, a pesar de ser tu creador, él no sabe ni por qué te vestías con hojalata. Pero antes de desviarme de mis cuestiones, porque sé que contigo me puedo aventar toda el día platicando, quisiera felicitarte. Qué lucha tuviste con esos gigantes, bueno, aunque para que nos hacemos tontos, si aquí entre nos, sabemos perfectamente que eran un par de molinos de viento. Como quiera felicidades, a veces nosotros los jóvenes pensamos que nuestros problemas, nuestras tristezas y depresiones son unos perfectos gigantes, cuando en realidad son molinos de viento.

Pero que tanto nos enseñas Quijote, porque a pesar de todo, no te quedaste en tu Rocinante, sino luchaste hasta tener la bandera de la victoria. Cuantos jóvenes actualmente, me pregunto a mí mismo, son veletas que se dejan llevar por el viento, hacia donde el mundo los mueva, que son como esos viejos molinos de viento, que viven dependiendo del aire. Lo que más admiro de ti, es tu capacidad de soñar, que bárbaro, es impresionante cómo a pesar de las adversidades de la vida, todavía hay hombres que creen en la capacidad de soñar. Sabes, esos son los que nunca envejecen, porque el tiempo en los sueños va muy despacio; tenemos que vivir soñando para no volvernos viejos. Con que tengamos una idea por la cual luchar, una meta que conseguir, un triunfo que lograr, para ti era aquella famosa Dulcinea del Toboso, cada cual tiene su sueño, el chiste es tenerlo. Qué importante también es saber ser fieles, honestos, y transparentes de alma y corazón... ¿Recuerdas a tu fiel escudero Sancho Panza...? Aquel hombrecillo que fue testigo de innumerables “batallas”, campesino bondadoso, y que siguió ahí, al pie del cañón a tu palabra, a la voz del amigo. Cuántos jóvenes son verdaderos amigos, que sin intereses, son fieles y transparentes, que no te dicen ni una sola mentira, que no te juzgan, sino que te aceptan, y te ponen en el buen camino cuando te pierdes. Creo que como Sancho, ya no quedan muchos, pero espero que se vayan creando con el tiempo. ¿Te acuerdas cuando te tachaban de loco? ¿Por qué no desistías...? Porque tenías un gran corazón, porque a pesar de lo que decía el mundo, seguías luchando, por ser un gran guerrero. Sabías que millones de almas te necesitaban, y que existías por algo, tenías que partirte la cara, hasta que el último latido de tu corazón se dejara de escuchar en esta tierra. Ojalá miles de jóvenes aprendieran un poco de ti, alguna que otra de tus cualidades. Hay tantos jóvenes que no encuentran un camino u otros que ya lo han encontrado pero que el miedo les impide continuar, que tienen miedo al futuro, a la misión.

Ya para concluir, recuerdo una frase tuya, cuando Sancho tenía miedo de algunos perros que les ladraban; así como muchos jóvenes de ahora, tenemos miedo a lo que vaya a pasar si somos coherentes, a las críticas de la gente, o a la burla del mundo. “Tranquilo Sancho, que si ladran, es porque estamos cabalgando” Creo que después de escuchar esa frase, estoy seguro que hay que seguir viviendo, hay que soñar, luchar y disfrutar, la gente dirá lo que quiera, mientras seguiremos cabalgando, si ladran es buena señal, vamos por buen camino, estamos avanzando. Quisiera escribir más, pero eso ya será en otra ocasión, cuando nos volvamos a encontrar, en alguna mente, en algún corazón. Firma con admiración Un joven como tú

Con todo por favor ¡Elooteeees! Gritaba con enjundia don Gustavo. Un hombre que todas las mañanas se levanta a las 5:30 para preparar la misión que tiene en el día, vender ricos elotes, por las calles del centro de la ciudad. Estaba saliendo de una imprenta, por razones de mi trabajo, cuando el destino me cruzó con Don Gustavo, el elotero, como normalmente le conoce la gente de por ahí. Un hombre sencillo, con una gorra haciendo alusión a un partido político, pero con unas fuerzas increíbles de aprovechar su tiempo, porque tenía que cerrar el “changarro” antes de que cayera la tarde. Mi amigo y yo decidimos probar los elotes, digo a cualquier mexicano de corazón, se nos antoja un elotito de la calle de Porfirio Díaz, porque le da un mayor sazón mexicano. – “Con todo por favor”. Se los pedimos sin que él nos dijera los ingredientes, la experiencia mexicana la sacamos a relucir. Nos pusimos a platicar con él, digo un momentito no era nada, pero ese momento se alargó como 30 o 45 minutos. Hablamos de todo un poco, pero nuestra plática se centró en la historia del elote desgranado, que empezó en una feria, de los famosos juegos Manzo. Don Gustavo se auto-nombró el iniciador, dijo que tenía 20 años en la labor, y que él fue el primer elotero que se lanzó a la aventura de servir elote en vaso. Nos despedimos, tomó su bicicleta y siguió por todo Porfirio Díaz y el grito: ¡elooteeeees! lo escuchamos por un buen rato. A lo mejor esta conversación no les dice nada en su vida, pero me puse a “filosofar” un momento. Me acordé que había platicado esta semana con una amiga, angustiadísima por la impuntualidad mexicana, la falta de compromiso, y el mal uso del tiempo. Al principio me dio risa, porque mucha de gente le

había quedado mal y a mí se me hacía lo más normal del mundo, pero pensé un rato, y creo que tiene mucha razón. Me puse a reflexionar en el típico: llego a las 5, que normalmente se alarga hasta las 7. Digo no estoy descubriendo el hilo negro, nos pasa a todos. Que pasan por nosotros a tal hora y no estamos listos, o que quedamos en ir a un compromiso, mas sin razones faltamos y todavía nos da pena avisar. Comparé todo esas ideas con el gran compromiso de Don Gustavo, si en su vida, lo que le había tocado era vender elotes, mis respetos, porque me platicó que su secreto era que a pesar de que lloviera, hiciera mucho frío o lo que quieran, el seguía por esas calles ofreciendo elotes, y así lleva 20 años, eso es a lo que me refiero en cuanto al compromiso con su gente, al uso del tiempo. Como a veces en nuestra vida, se nos cruzan muchas “barras” para evitar compromisos, normalmente nos dejamos llevar por la flojera, o por la falta de importancia en las cosas, ah pero cómo somos expertos en decir a todo sí. En juntas de trabajo, de acción social, proyectos, etc. sólo para llenar nuestra agenda, ,decimos que sí y nos hacemos bolas, sin horario ni estructura, y terminamos por quedar mal, nada más porque estaba “lloviendo”. Pero bueno, tampoco sería coherente decir a todo mundo que no, digo tenemos que tener responsabilidades, aunque seamos jóvenes, tenemos pequeñas misiones que nos van ayudando para nuestra vida en un futuro, empezamos con la escuela, la familia, el trabajo para algunos, etc. lo importante es saber administrar el tiempo, pero sobre todo tener el compromiso para afrontar estas pequeñas misiones. Ojalá que el compromiso que tenemos como mexicanos, no lo veamos nada más cuando hay un señor vendiendo banderitas de la nación como el mes pasado. Aprendamos que el tiempo es valioso, no sólo para ti, sino para los demás. Que el “con todo por favor” no sea sólo en la preparación de un rico elote en el centro de Monterrey, sino un grito de batalla, para que así, podamos ser mexicanos comprometidos con nuestra gente, y no simples analistas políticos. Disfruten estos meses de fiesta y días de descanso. Aprovechemos todas las actividades que nos ofrece el país para darle valor a la vida y estar preparados cuando las adversidades toquen nuestro camino. Hay que divertirnos

sanamente, no nos cuesta nada. Demos la vida por el país, no dejemos nuestra vida en el país, por un pequeño error.

Date la oportunidad La felicidad no es tener todo lo que quieres, sino querer todo lo que tienes. Me gustaría compartirles esta historia que recibí hace unos días: Un banquero de inversión estaba en el muelle de un pueblito caribeño cuando llegó un botecito con un sólo pescador. Dentro del bote había varios atunes amarillos de buen tamaño. El banquero elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo le había tomado pescarlos. El pescador respondió que sólo un poco de tiempo. El banquero luego le preguntó porqué no permanecía más tiempo y sacaba más pescado. El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia. El banquero luego preguntó: Pero, ¿qué haces con el resto de tu tiempo? El pescador dijo: Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, tomo siesta con mi señora, caigo todas las noches al pueblo donde tomo vino y toco guitarra con mis amigos. Tengo una vida placentera y ocupada. El banquero replicó: Soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos del bote más grande podrías comprar varios botes y eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador y eventualmente abrir tu propia procesadora. Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este pequeño pueblo e irte a la capital, donde manejarías tu empresa en expansión.

El pescador preguntó: Pero, ¿cuánto tiempo tarda todo eso? A lo cual respondió el banquero: Entre 15 y 20 años. ¿Y luego qué? El banquero se rió y dijo que esa era la mejor parte. Cuando llegue la hora deberías anunciar un IPO (Oferta inicial de acciones) y vender las acciones de tu empresa al público. Te volverás rico, tendrás millones. Millones... y ¿luego qué? Dijo el banquero: Luego te puedes retirar. Te moverás a un pueblito en la costa donde puedas dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer siesta con tu mujer, caer todas las noches al pueblo donde tomes vino y toques guitarra con tus amigos. El pescador respondió: ¿Acaso eso no es lo que tengo ya? No hay ser humano más feliz que aquel que cree en él mismo, y que ha puesto a Dios como el centro de su vida. La felicidad no es una extraña teoría, se encuentra en los lugares que menos te imaginas, en las cosas tan sencillas de la vida, pero hay veces, que nosotros nos dejamos llevar por falsas ideas de felicidad, en lugar de aprovechar los pequeños instantes, el encuentro con una persona querida, un atardecer, una llamada, una sonrisa, un te quiero. Date la oportunidad de ser feliz, te aseguro que no vas a perder nada. A pesar de los problemas, de los obstáculos y de esas cosas difíciles de entender, siempre hay pequeñas esperanzas, pequeños destellos en la obscuridad que nos hacen levantar, que nos hacen poner la vista en el horizonte y emprender el camino hacia la felicidad. Claro que se vale sufrir; pero hay que sufrir con amor, aprender del dolor. Somos humanos de carne y hueso, no un costal sin sentimientos, tenemos derecho a caernos y obligación a levantarnos, tenemos derecho a sentirnos tristes alguna vez en nuestra vida, tenemos derecho y libertad sobre todo, a ser felices. Yo te aseguro, que si algún día te sentiste derrotado, abandonado, que no eras nada ni nadie, que sólo estabas robando oxígeno en esta Tierra, fue tal vez porque esas pequeñas motivaciones no estaban cimentadas sobre roca. La felicidad es una tarea interior, es algo que tienes que vivir desde adentro. Nadie te dará la clave secreta para ser feliz.

Muchas veces nos la pasamos buscando pequeños minutos de felicidad, en placeres materiales, drogas, alcohol y sexo, cuando ni siquiera hemos puesto la vista en nosotros mismos para descubrir que una gran parte de nuestra felicidad, nosotros mismos la creamos. Éxito en su proyecto de vida. Aprovechemos estos días para tomarnos unos minutos y darnos la oportunidad de ser felices, con lo que tenemos y lo que somos por dentro. Feliz soledad Cuánto mejor es morir por algo que vivir por nada Si alguna vez te has sentido solo en tu vida, este espacio es para ti. Si alguna vez te has sentido triste o con un gran vacío, este espacio también es para ti. Si a pesar de estar rodeado de gente, de amigos, sientes que te encuentras sin nadie, a lo mejor esto te puede servir. Después de una gran temporada de fiestas, alegría, diversión y regalos nos topamos con una realidad latente y que no podemos borrar, estamos comenzando un año más. Aunque muchos todavía no lo crean, se nos terminaron las vacaciones y a estudiar se ha dicho. Unos todavía con la “cruda” realidad de levantarse temprano, y otros con todas las ganas de entrar. Parras, Acapulco, San Miguel, San Antonio y otros lugares más excéntricos fueron los elegidos por los jóvenes para pasar año nuevo, pero ahora que estamos de regreso hay que hacer un recuento de lo que fue el año anterior y prepararnos para el que comienza. Me gustaría empezar este año contando una historia que me llegó hace unos días y que puede resultar positiva para que nos pongamos a pensar un poquito en el “enemigo” principal de cualquier ser humano, la soledad. Había una vez un joven que era el primero en todo, mejor atleta, mejor estudiante. Pero lo que nunca supo fue si era buen hijo, un buen compañero o un muy buen amigo. En un día de depresion el muchacho se dejó morir. Cuando iba camino al cielo se encontró con un ángel y este le pregunto: ¿por qué lo hiciste si sabias que te querían?.

A lo que él respondió: Hay veces que vale más una sola palabra de consuelo que todo lo sientan los demás. En tanto tiempo de vida nunca escuché: estoy orgulloso de ti, gracias por ser mi amigo, ni siquiera un "te quiero mucho..." Al quedar pensativo el ángel, el muchacho dijo: y sabes ¿qué es lo que más me duele?. El ángel triste le preguntó: ¿qué? y respondió: ¡que todavía espero escuchar algún día un te quiero! Luego de esto el ángel abrazó al muchacho y le dijo que no se preocupara, porque está a punto de conocer a la única persona que siempre le dijo al oído que lo amaba, pero que tal vez nunca escuchó. Es tiempo de que demos una mirada a nuestro alrededor, a todos nuestros amigos, que como nosotros tal vez se sienten solos, necesitamos tener la iniciativa de ir en búsqueda de esa gente que tanto nos necesita, a lo mejor tus papás se encuentran solos y necesitan tu palabra, a lo mejor ese abuelo que necesita un poco de alegría, esa novia(o) que también necesita de tu amistad, porque como dijo alguna vez la Madre Teresa: sin un corazón lleno de amor y sin unas manos generosas, es imposible curar a un hombre enfermo de soledad. Hay que dar hasta que nos duela, hay que dejar de ser tan fríos, hay que vaciarnos para que el mundo no se sienta tan solo y triste. Pero ahora, pensemos en nosotros mismos. Tantas veces que a pesar de estar rodeado de gente, amigos, familia, y actividades diarias, nos sentimos realmente solos, como si estuviéramos en un bosque perdidos. La soledad es algo que no le gusta a nadie, creo que todos hemos pasado por eso. El ser humano por naturaleza, quiere ser aceptado, le gusta querer y dejarse querer. Nacemos con ese sentimiento de amor y desde chiquitos somos educados de esa forma. Hay que tomar en cuenta también, que los seres humanos cometen errores, nos pueden fallar incluso nuestros mejores amigos, nuestros papás, nuestros maestros, inclusive aquella persona que tu tenias en un gran concepto. El mundo te puede abandonar, por eso hay que mantenernos firmes, hay que tratar de ser muy fuertes, y poner nuestra fe en algo que nunca se acaba, en algo más allá de lo humano, que no te abandona. Si algún día te encuentras solo entre la gente, o inclusive solo contigo mismo, tranquilo. Sé que es difícil y no soy nadie para darte los tips para salir de un momento así. Pero te recomiendo algo, tal vez es el mejor momento que

puedes tener para rehacer tu vida, para soñar en grande y prepararte para lo que viene. Hay que acordarnos que paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro, sin dolor. Paz significa que, a pesar de estar en medio de todas estas cosas, permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Haz el intento estos días, de darte a ti mismo, un tiempo de soledad, un momento en que te encuentres tú, y nadie más que tú, para que hables, platica contigo mismo. Sólo así, podremos ver a la soledad no como un obstáculo, sino como una gran oportunidad que nos presenta la vida. Solo así nos daremos cuenta, que es mejor vivir por algo, que morir por nada, en esos espacios de soledad, podrás encontrar el sentido de toda tu vida. No me quisiera ir si antes recordar, que cuando nos sentimos solos, tristes, agobiados o deprimidos, no es coincidencia, a lo mejor es Dios, quien ha estado esperando ese momento para platicar con nosotros, hay que escucharlo, vale la pena.

Un mundo nos vigila “No tengo tiempo para pensar” significa que vivo sin pensar, sin saber por qué vivo y para qué vivo Decía un pensador que manejar el silencio es más difícil que manejar la palabra. Esta semana santa que acaba de pasar, quise poner a prueba esta filosofía y decidí tener unos cuantos días de descanso, pero sobre todo de “reflexión interior” en un rancho por Villa de Santiago. Llámenle filosofar, callarme un rato, tirar flojera, descansar, o simplemente perder el tiempo. Yo prefiero llamarle “momento necesario en mi vida”. El activismo al que todos nos acostumbramos puede ser un arma de doble filo. Nos puede traer muchas satisfacciones y logros personales, pero por otra parte, podemos perdernos e involucrarnos en esas mismas actividades, que nos convertimos en enemigos principales del silencio y la reflexión, terminamos perdiéndonos y no podemos contestar ni quiénes somos y hacia dónde vamos. Cuando nacemos, nuestros padres nos van indicando el mejor camino hacia la felicidad, nos educan de acuerdo a sus costumbres y tradiciones, a lo que ellos creen que es lo mejor para nosotros. Nos vamos adaptando a ese estilo de vida y vamos adquiriendo cierto tipo de comportamiento, pero ese comportamiento va a ir variando de acuerdo a cómo caminamos por la vida, a nuestros éxitos y fracasos, a la gente que conozcamos, etc. “Un mundo nos vigila” diría Pedro Ferriz hace algunos años; no hablo precisamente de seres de otro planeta, hablo de personas del lugar donde vivimos. Se presenta el grave peligro que podamos ser presas fáciles de “los otros” (tampoco refiriéndome a una película de miedo), podemos llegar a un momento en que nos hagan vivir una vida que no es la nuestra, sino la que ellos nos fabrican, y tendremos que vivirla como “ellos” se les antoje.

La pregunta es: ¿quiénes son “los otros”?. Hablemos sinceramente, no me gustaría generalizar, simplemente quiero poner sobre la mesa que estamos expuestos a cualquier persona: los medios, los artistas, los periodistas, los profesores, los “amigos”, la ONU, los “brujos”, el esoterismo, las campañas gubernamentales, los doctores, los psiquiatras, la publicidad, las revistas, etc. Tengo que reconocer que en muchas ocasiones, algunos de ellos pueden estar en lo cierto, porque ven la realidad mejor que nosotros. Pero claro está, que tenemos que pensar, analizar y sobre todo no “tragarnos” todo lo que nos dicen, porque podemos estar ingiriendo una vida que esta totalmente torcida a como nosotros la teníamos planeada, simplemente nos están quitando el tesoro más grande que tenemos, la libertad de ser nosotros mismos. Suele pasar que a veces tenemos miedo a tener nuestra propia jerarquía de valores, tenemos miedo a enfrentarnos a lo que la gente pueda opinar de nosotros, tenemos miedo a ser hombres de una sola pieza, ¿qué ya no se acostumbra? ¿qué ya no es la moda? ¿que lo que viene es ser “originales”?. La palabra original significa ser “uno mismo”, no dejarnos llevar por lo que todo el mundo hace, cambiando de facetas de acuerdo al momento o por lo que los supuestos “especialistas” nos dicen. Tristemente gracias a que nos hemos estado rigiendo por ese tipo de “modas”, el planeta se encuentra como se encuentra, ese mundo del que nos quejamos tanto. Un mundo nos vigila. “Los otros” están acechando a su presa día con día, dentro del activismo diario que nos rodea. No seamos títeres de la sociedad. Tomemos la firme decisión de pensar aunque sea en unos minutos de silencio. Al fin y al cabo, los responsables de nuestra vida, somos nosotros mismos. Y como dice un escritor catalán, “es curioso, que la vida mientras más vacía... más pesa”. Ahí se las dejo de tarea.

Una Navidad diferente Querido Santa Claus: Hola, desde hace tiempo quería enviarte esta carta, pero no quise empezarla, hasta saber exactamente lo que te quiero pedir esta Navidad. ¿Te acuerdas de mí? Soy Pablo, el niño que te pidió una bicicleta el año pasado. No te preocupes, sé que no me la pudiste traer, a lo mejo no fui tan bueno. Esta navidad no te voy a pedir ninguna bicicleta o cosa material. Me gustaría conocerte un día, porque aquí nunca llegas, no te culpo, sé que tienes mucho trabajo y que te cansas, ya me acostumbré a mandarte cartas sin respuesta, pero me conformo con que las leas. Hace mucho frío aquí en mi “casa”, un par de cartones y techo de lamina hacen que por lo menos tenga un hogar. Aunque siendo sincero, casi siempre estoy fuera de aquí, deambulando por las calles de la ciudad, tratando de encontrar algo para llevar a casa; sobre todo en este tiempo, en que supuestamente la gente es más generosa. Con las pinturas que me compré y unas cuantas naranjas, trato de hacer trucos en los semáforos para poder sobrevivir día con día. Es difícil Santa, porque tengo que estar en medio de los coches, en plena aventura, junto con los demás “payasos” de los cruceros. Tal vez mi carta suene un poco extraña, porque para empezar mi querido Santa Clos, esta navidad te voy a pedir cosas que jamás te había pedido, no es la clásica carta que muchos niños te mandan, pidiéndote: juguetes, ropa, dinero, dulces, etc.

No, esta navidad quiero que sea diferente. Primero que nada, quiero pedirte mucha alegría para contagiar a los demás. Te pido muchas sonrisas, reales y llenas de sinceridad. Te pido que por lo menos me des la oportunidad de hacer felices a los papás de mis amigos, pobrecitos, piensan que la navidad es el alcohol y se la pasan en la cantina día y noche, siempre se están quejando de sus esposas. Te podría pedir una varita mágica para hacerles ver lo que realmente es la navidad, pero como me enseñó mi abuelo, “los golpes en cabeza propia son los que más duelen”, protégelos para que no les pase nada y vivan su navidad como Dios manda. También me gustaría pedirte, como favor extraoficial, que don Manuelito pudiera pasar la Navidad con nosotros, tú sabes, el ya es viejito, y nadie se acuerda de él, el pobre pide limosna y la gente de dinero lo trata como si fuera un extraterrestre. No le puedo ofrecer mucho, pero sería bueno regarle aunque sea un “minuto” de mi tiempo, si no lo hago yo, nadie lo hará por mí. Mi ropa se ha convertido en simples pedazos de trapo, que no me quitan el frío. Mi pelo está sucio y mi cara manchada, por el sudor y la tierra de todos los días. Mis manos con olor a las limosnas y mi cuerpo, lleno de raspones. Pero ¿te digo algo?, no me importa, porque tengo a mi mamá y a mis hermanos, y a ellos les doy mi corazón, lo interior es lo que realmente importa. Te pido para cada uno de los que vivimos en este planeta, un corazón nuevo, para que volvamos a empezar, sin mancharlo. Que no nos importe si estamos vestidos con ropa nueva o si el frío es insoportable, que nos importe si estamos “vestidos” con un corazón limpio. Te pido Santa Clos un poco de inteligencia para entender a los adultos, no entiendo por qué hasta ahora valoran el don de compartir, de entregarse, dales un poco de entendimiento para que puedan vivir la navidad, como si fuera la última de sus vidas. Sé que no me he portado muy bien en todo el año, pero créeme, que he hecho lo posible por hacer sonreír a mis amigos, a mi mamá y a mi papito que está en el cielo. He estado yendo al colegio, he hecho los quehaceres de la casa, he

ido a misa, pero sobre todo, me he esforzado para que todos tengamos una gran navidad. Otra noticia es que mi hermanita, “la María”, sigue enfermita, y no espero el milagro, pero me pongo triste porque apenas tiene dos años y llora mucho con el frío. Dice el doctor que ya no nos va a durar mucho. Te pido que siga con nosotros por lo menos hasta navidad, para que mi mami no se nos ponga triste. He ido a la iglesia del barrio, a rezarle al Niño Jesús, porque siempre está solito, y nadie se acuerda de él. Tú que eres su amigo, dile que no tengo dinero para comprarle ropita, pero que le regalo mi corazón, con toda confianza. Me he preguntado, qué pasaría si esta navidad fuera la última del mundo, si nos dijeran que iba a ser los últimos días para convivir y compartir nuestro cariño, nuestra generosidad. ¿Cuántos hombres habrán vivido una navidad real y diferente? ¿Cuántos niños habrán merecido los “verdaderos” regalos?, ¿Cuántos “Don Manuelitos” estarán solos, sin que nadie se acuerde de ellos? ¿Cuántas iglesias sin que nadie haga una simple visita? ¿Cuántos niños nos quedaremos con las ganas de por lo menos recibir algo de comer?. Cuántas cosas pasarían si esta navidad fuera la última. Respecto a la bicicleta, para que no te molestes, estoy ahorrando unos centavos para comprármela; es para ayudar a mi mamá a traer el agua y el pan. Mi mamá me dice que no me la voy a poder comprar, pero cuando trabaje, hasta le voy a comprar una a ella. Ya me tengo que despedir, por razones de trabajo. Pero no me quisiera ir, sin antes pedirte con todo mi corazón, que les des un poco, por lo menos un poquito de amor, a los que como yo, vivimos una navidad diferente. Tu amigo, Pablo P.D. ¡Feliz Navidad!. Hoy y siempre.

Y tú, ¿eres o te haces? Daniela es una chava que estudia arquitectura en una universidad muy reconocida del país, le gusta pintar y es novia de Sergio. Sergio estudia leyes y tiene su negocio propio. Su amigo, Jorge, en los fines pasa por toda disco que se le ponga enfrente, tratando de salir con la niña más guapa del momento. A Cristy le gusta Jorge, es la más tranquila del grupo, su ex novio murió en un accidente automovilístico. Quisiera seguir escribiendo. Quisiera seguir definiendo la vida de los demás, pero estoy seguro que primero tengo que definir la mía. Si siguiéramos esta cadena, y de repente apareciera tu nombre, cual sería la definición, cómo te conocería el mundo. Cómo te conocerías tu mismo. ¿Cuál es la gran semejanza entre este grupo de personas?. Es muy sencillo decir, pero difícil de comprender: todos ellos, son jóvenes. Que bien o mal, han pasado por situaciones diferentes a las tuyas, cada cual ha vivido su vida. Tú no la has podido vivir por ellos, ni ellos han podido vivir por ti. Pero son jóvenes. En este espacio, he querido hablar, de los que leen esto, de los actores principales de esta película llamada vida, de los jóvenes. Ya se ha hablado mucho de los problemas, de lo que hacen mal los jóvenes, de lo que dejan de hacer. De por qué no son diferentes, de porqué ocasionan esto y aquello. ¿por qué no ser parte de la solución, en lugar del problema? Si tu eres joven de corazón, no importa la edad, estarás de acuerdo conmigo, que los jóvenes más allá de las broncas, de las discusiones, de la rebeldía, de los vicios, son personas que están viviendo la mejor etapa de su vida.

Daniela, Sergio, Jorge, Cristy, tú, y los millones de jóvenes del mundo son unos seres escogidos por Dios de una forma única y especial. Él te ha regalado los años que tienes para vivir sin límites, pero con ciertas reglas, para soñar en grande, para sonreír cuando es tiempo de llorar y para gritarle al mundo, que nosotros no somos el futuro de México, somos el presente. Pero ser joven no es simplemente tener la edad para serlo, tienes que responderte con la mayor sinceridad posible, ¿ estoy dentro de lo que me pide el mundo, dentro de ese grupo de jóvenes selecto, o simplemente, hago como si estuviera? No es lo mismo ser joven o hacerse parecer joven. Un joven está lleno de energía y transmite su felicidad ante los demás. No puedes dar lo que no tienes. Por eso mismo tienes que estar seguro si realmente quieres vivir como vive un joven. Un joven es coherente con lo que le pide Dios y con lo que le exige la sociedad y el mundo, pero sobre todo, es coherente con el mismo. Todos hemos sido llamados a este gran reto de dejar una huella en nuestra vida, en nuestra gente, en nuestro ambiente. Todos hemos sido llamados a que nos definan como algo más que “el que se la pasa de antro en antro”, “la que anda con fulanito”, etc. Ser joven. Si pudiera definir esta frase, no creo tener el suficiente espacio. Pero lo que si estoy seguro es que cada quien va construyendo esta definición, de acuerdo a su propia vida y a su propia historia. Y tú, ¿qué onda? Eres o te haces que estás dentro de esta gran misión. Porque acuérdate, queramos o no, el mundo sigue girando y nosotros seguimos siendo jóvenes.

La vida no se improvisa La vida es un juego; diviértete La vida es una meta; alcánzala La vida es una lucha; empréndela - Madre Teresa de Calcuta Hace algunos días estuve en el funeral y entierro de la abuelita de un amigo; me habló ese mismo día en la noche para ver si lo podía acompañar a la misa del día siguiente, era un domingo y como la señora toda su vida había vivido en lugar llamado Linares, fuimos hasta allá para darle el entierro como Dios manda. Desde el día de la noticia todos los familiares estaban consternados y como se pueden imaginar, la despedida antes del entierro fue lo más duro de aceptar. Lágrimas por un lado, rosas blancas y murmullos por otro, muchas imágenes, decenas de rostros encontrados, pero sobre todo un sentido de nostalgia por la muerte de un ser querido. Sobre lo que les quiero platicar ahora, es algo que pasó a unos cuantos metros de donde yo estaba, observando curioso antes de la despedida final. En ese momento, cuando se iban despidiendo personalmente iba acercándose al ataúd un señor de traje, que al parecer era el hijo de la señora difunta, su única labor en ese día fue decir seis palabras, en donde con unos cuantos segundos pudo resumir toda la vida que llevó su querida mamá en esta vida, él entre lágrimas dijo: “Mamá, viniste a cumplir y cumpliste”.

Sería un mentiroso si no lo dijera, que en esas simples palabras, tan sencillas que incluso podría decir un niño de siete años yo encontré la mejor forma y la verdadera respuesta sobre cómo llevar mi vida. En este mundo, o se cumple o simplemente no se cumple; o eres un verdadero hombre que puede ser digno de llevar el título de ser humano, capaz, coherente y que verdaderamente ama la vida o simplemente no lo eres; o lo eres, o te despides. Nada causa más satisfacción que, no importando edad ni condición social, poder mencionar en nuestros últimos días, “vine a cumplir y cumplí”. La vida no se improvisa, no se trata de ir haciendo lo que se nos vaya ocurriendo, porque que triste sería pensar en un ser humano que a los 80 años de edad se da cuenta que todo lo que hizo en esas ocho décadas lo pudo haber hecho en 40, incluso en 20 años, todo el tiempo perdido se esfumó sin darse cuenta, ,y el único responsable de eso, es el mismo. Es muy gratificante ver cómo muchos jóvenes como tú y como yo, ya tienen planeada su vida, ya saben lo que van a hacer con ella y cómo realizarla de la mejor manera, incluso tienen metas y objetivos concretos o por lo menos saben que van a estudiar. Te podrías preguntar, bueno, ¿qué hay que planear? ¿Qué hay que organizar?, ¿Qué no mi futuro ya está hecho? Déjame decirte, lo único que tienes que hacer es: que tu vida sea una verdadera aventura en donde al final la gente que va a estar cerca de ti, pueda decir “fulanito” (pon tu nombre aquí), viniste a cumplir cumpliste. Si comienzas a hacer eso, lo demás vendrá por sí solo. Te invito a tomar papel y lápiz, a comenzar a escribir cómo quisieras que fuera tu vida y los medios que vas a poner para que esto se cumpla, acuérdate que la pluma es más potente que la mejor memoria; pon todo sobre papel y decídete antes de que se acabe tu tiempo aquí en la Tierra, que inclusive podría ser el día de mañana u hoy en la noche; decídete a tener una visión de tu vida que te haga planearla y no dejarla a las improvisaciones que te llevarán tal vez, a darte cuenta de que lo que hiciste en 80 años, lo hubieras podido hacer en 40. Ojalá que puedas cumplir con el gran paquete que tienes que llevar a cuestas, tu propia vida.

Testimonio de un desconocido Ya han pasado tres años de mi muerte, quiero platicarte mi vida Querido amigo: Hola, ¿cómo estás?, me llamo Carlos, pero me apodan “desconocido. No me conoces ni me conociste, a lo mejor me conocerás o a lo mejor tienes amigos que sí me llegarán a ver. Hace 3 años, un 4 de marzo, tuve un accidente automovilístico; fue lo clásico, lo que nadie piensa pero que siempre pasa, combiné la fórmula mágica: un poco de alcohol y otro de volante, eso causó mi muerte y desgraciadamente también la de dos de mis mejores amigos. Hace ya mucho tiempo de mi accidente, y hasta hoy he decidido contarte lo que me pasó, tal vez sea la primera vez que una persona difunta te puede dar su testimonio, desgraciadamente es real y la verdad no quiero verte sufrir por las mismas tonterías que yo hice en la tierra. Tenía 17 años cuando tuve mi accidente, estaba en cuarto semestre de prepa y durante toda mi vida me la pasé creyendo que era totalmente feliz, yo nada más seguía lo que todo mundo decía y como veía a todos supuestamente “felices” pensé que en el placer, en el alcohol, en las drogas, encontraban la felicidad. Nunca me conocí a mí mismo, nunca conocí al verdadero Carlos, siempre fue el Carlos para los demás, la imagen el del mustang, el que anda con la niña más guapa y todos los adjetivos que le puedas agregar, pero todo eso, en este lugar, ya ni siquiera lo piensas. Ese fue uno de mis principales problemas, preocuparme tanto por las cosas que no tenían sentido y olvidar las

que en verdad valían la pena, las únicas necesarias. Pero ya es demasiado tarde para mí, tal vez tú todavía tengas tiempo. Te preguntarás por qué lo del apodo del “desconocido”; es muy sencillo, simplemente fui una persona que en la tierra era el más popular, pero en el día de mi entierro me di cuenta que sólo era un ser humano más, como cualquier otro, porque después nadie volvió al panteón a visitarme. Es triste cómo los seres humanos nos la pasamos viendo cómo resolver el futuro, mortificándonos por el pasado, y nunca vivimos el presente, por eso vivimos tal light que ni disfrutamos de la vida; ponte en mis zapatos, yo ya tenía planeado cambiar cuando me casara, ser un joven coherente, tener mucho dinero y una gran familia, pero como te puedes dar cuenta, eso nunca llegó. Nunca digas mañana, por favor, te lo dice un amigo que ya vivió. Ese mañana tal vez nunca llegará, utiliza “hoy” como tu palabra favorita. Haz cosas que en verdad valgan la pena y que dejen huella en los demás, no trates de ser una simple “pantalla” para otros, en donde te la pasas cambiando de máscaras, una con tus papás, otra con tus amigos, otra en el colegio, y sobre todo otra con los papás de tu novia. No seas como un político en campaña que a cada tipo de persona le ofrece lo que quiere oír. Que lamentable sería que en tu tumba esté inscrita una frase que diga: aquí ha muerto un mediocre, un desconocido. Porque tal vez ahorita eres el más conocido de la gente, pero ya te quiero ver, cuando te des cuenta que de toda esa gente, son contados los que se van a acordar de ti. En mi vida yo me la pasé diciendo mañana hago, mañana ayudo, mañana cambio, mañana lo otro, y un 4 de marzo me dio cuenta que ese mañana nunca llegó.

¿Has pensado en suicidarte? EL recuerdo de mi familia, de mis amigos, de mi novia, los grandes momentos de éxito y felicidad; todos esos recuerdos impidieron que jalara el gatillo aquella tarde de agosto en que pensé que mi vida no tenía sentido. Pensé que no había porqué luchar y me di cuenta que mi lucha apenas comenzaba, tenía que luchar conmigo mismo. Creo que todos, alguna vez en nuestra vida, nos hemos preguntado por qué estamos aquí, cuál es nuestra misión y si en verdad vale la pena continuar, entre tantos problemas, fracasos y desilusiones. Y en esos momentos difíciles llega algo que nos hace cambiar de opinión, algún detalle, alguna carta, alguna llamada. Es muy común que cuando vemos “una montaña” que no conocemos nos ponemos a temblar, sin pensar que tal vez anteriormente ya habíamos escalado una mucho más alta. Nos da miedo enfrentarnos a nuestros problemas y hay veces que utilizamos salidas fáciles, desgraciadamente la más usual y la más triste es la de querer quitarnos la vida. Leyendo unas cifras de la Organización Mundial de la Salud me di cuenta de una triste realidad: Cada 40 segundos una persona muere por su propia mano. El suicidio se ha convertido en una situación preocupante sobre la cual muy pocas veces nos ponemos a pensar lo lamentable que es que en un año mueran más de un millón de personas de esa forma. Es una verdad actual y que no esta fuera de nuestra sociedad, esto lo viven tanto pobres como ricos, empresarios como artesanos, jóvenes y viejos. ¿Por qué rendirse? ¿Por qué dejar de luchar? Somos la esperanza de una sociedad que cada vez tiene menos cosas por las cuales vivir, tenemos todas

las oportunidades para volar con nuestras propias alas; miles de generaciones posteriores esperan una respuesta urgente y necesaria de nosotros. Si los jóvenes del pasado no supieron responder como debían a las exigencias del mundo, nosotros sí. ¡Qué lamentable es que en las personas que más confías para salvar el mundo, se ahoguen en sus problemas y dejen la carrera antes de que finalice! Estoy de acuerdo que los problemas no ayudan a disfrutar la vida, pero el ser humano todavía no saca una fórmula mágica para terminar con los momentos de tristeza o angustia; nadie está exento de ellos, todos los vivimos, pero lo único que descubrió el hombre fue que el quitarte la vida no soluciona nada. Muchos presentan el suicidio como la llave perfecta a la felicidad, a la liberación de los problemas, pero nadie habla de todo el cambio positivo que con una sola vida se puede hacer. El mundo no sería igual sin ti, todo cambiaría y por supuesto se notaría tu ausencia, debido a que esta generación espera que cumplas tu misión. ¿Cómo puedes decir que no eres nadie y que no vale la pena seguir? ¡Si ni siquiera te has dado cuenta para qué fuiste creado!. En ciertos momentos te sientes débil y cansado de luchar, pero cuando veas que todo está sobre ti, que los problemas te agobian y que ya estás a punto de caerte, observa el cielo, y si este es gris para ti, recuerda que algún día estuvo azul, vive con la esperanza de volverlo a ver de ese color. Cuando le tomes el verdadero sentido a tu vida, cuando entiendas en qué sentido tu puedas hacer de este planeta un mundo mejor, tendrás algo por qué luchar y seguir viviendo, a pesar de los problemas y fracasos. Cuando te pongas a pensar en las grandes experiencias que has tenido y que te han hecho amar tu vida, aunque haya sido por unos instantes, dejarás de jugar con lo fácil y peligroso de quitarte la vida. Te quitarás ese vacío interior que has sentido desde hace mucho tiempo. Piensa en todos los momentos que te han hecho sonreír, y no tengas miedo de vivir, tu lucha apenas está comenzando.

¡Estás vivo! La vida no le ha sonreído, pero ella le ha sonreído a la vida En una zona al sur de la Ciudad de México, conocí a una de las personas más especiales en mi vida, me pasó algo que muy probablemente te puede pasar a ti. Yo en aquel tiempo vivía en una fuerte crisis de estado de ánimo, no sabía lo que quería ni por qué merecía seguir viviendo, lo típico, te sientes nada, alguien que no vale la pena, la “depre” a todo lo que da. Fue un día en donde no me quería levantar de mi cama, creo a todos nos ha pasado, de esos días que simplemente se definen como “malos”, aunque yo me di cuenta de que son tan buenos como nosotros queramos. Sonó el teléfono como a las tres de la tarde, dejé que sonara unas cuatro veces, por eso de la flojera, contesté y me sorprendió que una señora preguntara por mí. Me comentó que su hija tenía inquietudes de escribir una novela, y me pidió que la asesorara un poquito. Pensé que era una niña como cualquier otra, con muchos sueños e inquietudes, una típica adolescente que estaba descubriendo un nuevo talento, una joven “normal”. Pero estaba muy equivocado. Al principio me hice el muy ocupado y le quería dar cita dentro de una semana, pero la verdad era porque tenía mucho miedo, era algo diferente y no

sabía como afrontarlo, aparte de mis problemas, mis cosas, en fin, mi propio egoísmo que me hacían ser un poco infeliz, pero que concepto tan tonto tenía de la felicidad. Decidí recibirla ese mismo día. Para ser sincero, mi mente seguía atrofiada con tanta información, mis papás, mi escuela, mis amigos, me estorbaban mucho la mente, y llegué a pensar que esos si eran problemas verdaderos. Llegó la hora esperada, me avisaron que había llegado la niña, y cual fue mi sorpresa que al entrar a la oficina, que esa niña “x”, la supuesta chava “normal”, resultó ser totalmente lo contrario. Gaby tenía alrededor de 14 años, pero no era como tú y como yo, , era alguien diferente, mejor dicho, alguien “especial”. Tuve el gran honor de saludarla, su sonrisa cambió parte de mi vida. Traté de cruzar alguna palabra con ella, pero debido a la situación fue algo complicado. Me sentí una caricatura de ser humano enfrente de ella, se borraron todos mis problemas y me di cuenta que a lo mejor tenía “todo” lo que un ser humano podría desear y aún así yo seguía infeliz, ella no tenía “todo” y esa paz interior, esas ganas de luchar y seguir viviendo me dieron una cachetada con guante blanco. Desde ahí comencé a vivir, te preguntarás, ¿cómo es posible que una sonrisa de una niña de 14 años me cambiar por completo? Ella tenía parálisis cerebral, estaba en una silla de ruedas, y aún así, “seguía de pie” en la lucha de la vida. ¿Cómo no me iba a cambiar una niña que a los 14 años quería escribir una novela para ayudar a otros jóvenes? David, me preguntaba a mi mismo, ¿cuánto te ha dado la vida?, ¿acaso ha sido tan cruel como para estarme quejando cada minuto de mis broncas?. Creo que todos nosotros hemos tenido algún encuentro con esos ángeles que Dios manda a nuestra vida, para darnos el trancazo de que andamos mal y tenemos que luchar. Si no puedes poner una sonrisa en tu boca, tú que tienes todo, ¿cómo me explicas que una niña que no tiene todo, puede hacerlo?.

Todos pasamos por momentos de depresión o crisis en el estado de ánimo, eso se refleja en miedos, angustias, estrés. Lo importante es saber que tenemos el don más grande que Dios nos pudo haber dado, la vida. Si estamos vivos, estemos en una silla de ruedas o en un carro de lujo, si tenemos puesta una camisa de marca o un pedazo de trapo, si hablamos tres idiomas o muy apenas podemos hablar; si estamos vivos, no tenemos excusas para ser felices, tenemos el derecho y la obligación de serlo, pero los únicos que podemos lograrlo somos nosotros. Recuerda que puedes ser feliz sin tenerlo todo, pero que tontería que teniéndolo todo, no eres feliz. ¡Estás vivo!. ¿necesitas algo más?. ¿Valdrá la pena esperarse? “Yo tengo SIDA, mi esposo era portador del virus y mi hijo acaba de morir por la misma causa. Viví en un mundo de infidelidades y ahora sólo me quedan unos cuantos días de vida” – Testimonio de una mujer colombiana “Nunca pensé que a mis dieciocho años fuera a tener la responsabilidad de ser mamá, pensé que sólo le pasaba a otro tipo de gente, pero me pasó a mí, ¿arruiné mi vida en unos segundos?”- Testimonio de una joven de 18 años “Pensé que no iba a pasar nada, le juré a mi novia que iba a aceptar ser papá, pero ahora después de haber visto las consecuencias, hicimos la peor tontería que un ser humano puede hacer: Matamos a nuestro propio hijo” – Testimonio de un joven de 20 años ¿Valdrá la pena esperarse? Vivimos en una sociedad de cambio constante en donde los hombres y las mujeres se van haciendo cada vez más parte de esa masa de gente que caminan por las calles sin tener rumbo ni dirección. Seres humanos que sin tener la suficiente orientación cometen errores en minutos de los cuales se pueden arrepentir el resto de su vida. En tiempo de nuestros papás hablar de relaciones prematrimoniales era considerado un escándalo. Ahora forma parte ya de nuestras vidas. No confundamos jóvenes, lo natural de lo naturalista. No nos excusemos diciendo “es que es natural”, cuando en realidad lo natural, y lo lógico, es hacer las cosas cuando se tiene la suficiente madurez para poder tomar la responsabilidad de asumir las consecuencias, en este caso de tener un hijo.

¿Por qué poner en riesgo tu integridad, tus planes y seguridad sólo por una noche? Tener una relación antes del matrimonio, haciendo a un lado el punto de vista religioso, es algo que te queda marcado por el resto de tus días. A mí me dieron hace mucho tiempo un ejemplo y se me quedó muy grabado: ¿cuántos de nosotros nos acordamos la primera vez que comimos hamburguesa? Yo creo que nadie. ¿Cuántos de nosotros nos acordamos de nuestro primer beso? Yo creo que todos. Esto significa que recuerdas las cosas más impresionantes, así como las más difíciles de superar. Tener relaciones es una experiencia que se quedará grabada para siempre y aunque no lo creas existen chavos o chavas que sí prefieren que su esposo(a) llegue virgen al matrimonio; para mí, no existe mejor regalo de bodas. Jóvenes, sean inteligentes, aunque muchos científicos lo digan, el tener sexo no es una necesidad fisiológica, no te vas a morir si no lo haces, no es como comer o ir al baño. Miren en los hospitales, no existe gente que se abstiene de tener relaciones, pero sí hay miles de niñas embarazadas, papás jóvenes preocupados y muchos enfermos a punto de morir por una enfermedad de transmisión sexual. Existen muchas mentiras alrededor de este tema, entre ellas está que “sirve para conocerte”, porque creo que no necesitas conocer qué se siente tener una relación sexual para ser feliz; mejor primero hay que conocer lo que pasaría después de una relación sexual y disfrutar cuando estés preparado para asumirlo. Psicológicamente se involucra a toda la persona, no sólo el cuerpo, y por consecuencia se pierde la tan deseada libertada que todos los jóvenes buscan. Qué triste sería saber que tus 16,17,20 años los cambiaste por un segundo de diversión, en donde consciente o “inconscientemente” hiciste algo que de acuerdo a tus valores, costumbres, educación, formación, sabías que no era lo correcto. Que por haberte creído Super Man, que todo lo puedes, por haberte creído dios, por pensar que eres el amor y señor de tu vida te das permiso para destruirla, pasan cosas que al momento nos hacen sentir bien, pero que después de uno, tres, treinta o más días te das cuenta de que a ese Super Man simplemente se le terminaron sus poderes y ahora se da cuenta de que está en un pozo, del cual es muy difícil salir.

Piensa y reflexiona en la forma en que vas a ser coherente con tu propia libertad, sólo tú y Dios sabrán lo que va a pasar, pero ojalá y tu conciencia o algún acontecimiento, no te reclamen días más tarde sobre algo de lo cual estarás arrepentido el resto de tu vida. Habiendo tantas maneras de divertirte y de tener una relación más cercana con tu pareja, ¿porqué meterse a la boca del lobo a experimentar cosas nuevas? ¿No sería mejor convertirse en “Super Man” pero de fuerza de voluntad para poder decir NO? Te aseguro que si haces eso, al final de tu vida podrás decir: Valió la pena esperarse, estoy tranquilo, conmigo mismo y con Dios. Después de haber visto estos ejemplos y los que tu conoces, no me queda más que hacerte otra vez la pregunta: ¿Valdrá la pena esperarse?. Amor, ¿verdadero? No te preguntes si eres feliz, pregúntate si son felices los que viven contigo - Anamaría Rabatté Te has preguntado alguna vez en tu vida, ¿cuál es el amor verdadero?. En estas fechas, todo parece indicar, que el amor verdadero se encuentra en las serenatas, en las fiestas, en los miles de ramos que regalan, en los mensajes de las típicas tarjetas o inclusive en lo que me “demuestre” mi pareja. Triste pero cierto, todos nos envolvemos en el aire que lleva estas fiestas, en las supuestas imágenes que nos regala la sociedad. Todos conocemos los muchos noviazgos fáciles que existen, el vivir sin compromisos o el dejar que pase el tiempo, al cabo, entre más dure, me siento mejor, aunque mi noviazgo marche mediocremente. Mucho también se ha hablado, de los famosos “frees” o amigos con derecho, pero yo me pregunto: con derecho, ¿a qué? ¿con derecho a lastimar a la otra persona? ¿con derecho a jugar con los sentimientos? o ¿con derecho a aplastar el amor y bajarlo a simples juegos inmaduros?. Siento que aquí no hay de dos sopas, o se respeta a la otra persona su libertad y empiezan un noviazgo o no se empieza. Que argumentos tan falsos y tan llenos de “borreguismo”, eso de que sirve para “conocer” mejor a la otra persona. Para eso, existe algo que se llama

amistad, uno de los tesoros más grandes que nos pudieron haber regalado. El hecho de contar con un amigo, saber que está ahí, que sabiendo cómo eres, con tus cualidades y defectos, a pesar de eso, te acepta y te quiere, es digno de admirarse. Actualmente hay muy pocos amigos verdaderos, normalmente nos convertimos en amigos de paso o de conveniencia. Cuando conozcamos a una persona, aprendamos a valorarla, porque tal vez, esa persona, hará la diferencia en nuestras vidas. Agradezcamos a nuestros amigos, y sobre todo, tengamos la humildad para perdonar sus errores, porque tal vez, nosotros también los haremos en algún momento. Dicen por ahí, que “el anillo es para siempre”, y creo que mejor respuesta no pudieron haber encontrado para definir al verdadero amor. El verdadero amor exige, el verdadero amor duele, el verdadero amor significa vivir ese compromiso de fidelidad para el resto de los días. Aquí no nada más hablo de matrimonios, ese anillo de compromiso, es el compromiso en los jóvenes, el compromiso en el noviazgo es para siempre, hasta que por las circunstancias termine, pero mientras, hay que vivirlo con intensidad. El verdadero amor es hacer feliz a la otra persona, sin ser egoístas pensando primero en nosotros mismos. El amor todo lo soporta, todo lo puede. Es difícil actualmente encontrar una pareja que viva el verdadero amor. El noviazgo es como una planta que hay que estar regando todos los dias, para que no se marchite. En el noviazgo hay que decirle a la persona lo que sentimos, no nos cuesta nada una simple palabra y tal vez para la otra persona significó el cambio total de su día. Vive tu noviazgo como si fuera el primer día. La rutina mata, la rutina es la peor enemiga de las personas que quieren llevar su compromiso serio y formal, inventa actividades para que no se vuelva rutina, inventa detalles, inventa lo que sea, con tal de hacer feliz a la otra persona, que a fin de cuentas, es lo único que realmente importa. No tengas miedo a demostrar lo que sientes, pero de una manera coherente, en donde se respeten mutuamente, no tengas miedo de hacerla sentir bien por el hecho de que te vayas a “clavar”. No tengas miedo a vivir una relación como Dios manda, una relación en donde se comprometan a vivir con la mirada en el futuro, no en el “vive el momento”. Es importante que analicemos si la persona a la que queremos actualmente es con la que pensamos formar un matrimonio, es nuestro modelo ideal, porque si no es así, siento yo, que hay que hacer un alto y decir: bueno, ¿ a qué le tiro en la vida?, ¿a dónde voy?. A lo mejor me puedo ver demasiado formal, pero

que triste es ver, que sólo un pequeño porcentaje de los matrimonios en México llega a pasar los 5 años de matrimonio. Porque no olvidemos que también, la familia es para siempre. El amor es el mayor sentimiento del hombre. El amor es la fuerza más poderosa que nos une y que quiebra hasta el corazón más frío. No te detengas a demostrar lo que sientes, pero demuestra un amor verdadero, un amor en donde los dos sean felices, un amor coherente con lo que piensas y dices, un amor que los lleve a la plena realización. Realmente confía en la persona que tienes al lado, puede ser tu novio(a), tu amigo o amiga, pero esa persona, está ahí, porque eres importante, porque ha creído en ti y espera que tu también creas en ella. Vive intensamente éste 14 de febrero y tómate el tiempo para decirle a toda la gente, que la quieres, que la aprecias, pero sobre todo, dale las gracias, a esas personas que han estado ahí, en los momentos más duros de tu vida, demostrándote, el amor verdadero. ¡Arriésgate! Un grupo de ranas iba atravesando el bosque y dos de ellas cayeron en un hoyo muy profundo. El resto de las ranas se reunieron alrededor del hoyo, ,y al ver que éste era muy profundo, les dijeron a las dos ranas que se dieran por muertas. Las dos ranas ignoraron los comentarios y trataron de saltar con todas sus fuerzas para salir del hoyo, mientras que las demás continuaban diciéndoles que se detuvieran, que se dieran por muertas. Finalmente. Una de las ranas se dio por vencida, haciendo caso a las demás. Se dejó caer al suelo y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como pudo, mientras que las otras ranas le gritaban que no sufriera intentando salir y que se dejara morir. La rana saltaba más y más fuerte, hasta que logro salir. Esta rana era sorda, lo cual la hizo pensar en todo momento que sus compañeras la animaban a salir. Hemos ido construyendo la historia de nuestra propia vida en la que se nos van presentando diferentes tipos de retos. Estamos listos tal vez, para cerrar una etapa más en nuestra vida, difícil, pero que podemos saltar, y si la vivimos bien, tendremos muchos recuerdos especiales que contar.

Como estas ranitas, esta típica historia tan conocida, también nosotros muchas veces vamos caminando y sin darnos cuenta caemos a “hoyos profundos” de los cuales se nos dificulta mucho salir. Pero hay veces, incluso gente conocida de nosotros, que le sale lo “rana” y se vuelve totalmente sorda a lo que opina la gente o la sociedad, rompe paradigmas y se arriesga a tomar grandes retos. Esa es la gente que realmente importan y que necesita el mundo; no necesitamos gente miedosa que se tumba frente a cualquier comentario u opinión en su contra, sino personas que “salten” lo más fuerte y alto que puedan y salgan de se hoyo, que se arriesguen, que se tapen lo oídos a lo que puedan opinar los demás y tomen retos importantes que después lo puedan convertir en grandes realidades. Dicen que el respeto humano es la guillotina de los santos, y tienen mucha razón, el respeto humano sale cuando nos importa tanto el comentario de los demás que a veces hasta tenemos que comportarnos de otra manera, diferente a la que somos, para ser aceptados en un ambiente o círculo de amigos; el respeto humano es “querernos a nosotros mismos” siendo egoístas y por lo mismo, evitar cualquier reproche, insulto, crítica aunque sea por una buena causa. Cuando se vence el respeto humano y se rompe con el miedo, cuando verdaderamente tú, joven privilegiado, puedas decir que te arriesgaste a pesar de todo, te puedes sentir tranquilo porque hiciste la mejor parte: “luchar y saltar” sin oír a los demás, verás que rápido sales de ese reto y te vas convirtiendo en una persona más madura y preparada para cualquier adversidad en la vida. Cuando seas capaz de enfrentarte a cualquier medio o ambiente, para poder realizar un sueño que vaya totalmente en contra de lo que la gente piensa, ten por seguro que ya venciste tu respeto humano y ese sueño nunca se va a caer, aunque lluevan gritos y gritos de otras personas en donde te pidan que no te arriesgues y que te retires. Simplemente acuérdate de las ranas y elige con quién te identificas mejor: con la que murió en el intento por lo que los demás decían o con la sorda que luchó por obtener lo mejor y logró su objetivo. Hace tiempo encontré esta reflexión, espero que podamos darnos cuenta de que los grandes retos sólo los toma la gente especial, la gente valiente, que lucha contra el mundo por lograr un sueño. Estos retos pueden ser desde poner

un negocio a cambiar tu sociedad; lo importante es tomarlos, arriesgarse y ver los frutos llegar por sí solos: -Reír es arriesgarse a parecer tonto -Llorar es arriesgarse a parecer sentimental -Exponer tus sueños frente a las multitudes es arriesgarse a hacer el ridículo -Andar por alguien es arriesgarse a comprometerse -Expresar sentimientos es arriesgarse a ser rechazado -Amar es arriesgarse a no ser correspondido -Adelantarse en presencia de adversidades es arriesgarse a fallar Los riesgos deben de ser tomados, si uno detecta un fin noble por alcanza, porque el más grande de los peligros en la vida es el no arriesgarse a nada. La persona que no arriesga nada, no hace nada, no tiene nada, es nada... Evita sufrir y penar, pero no puede aprender, sentir, cambiar, crecer o amar. Acuérdate que una persona que no arriesga es un esclavo encadenado por sus incertidumbres; sólo la persona que toma riesgos es libre y completamente feliz. Ahí está el detalle Lo más maravilloso y extraordinario, te sucede exclusivamente a ti. ¿Te ganaste el primer premio en una rifa?, ¿Sacaste 90 en ese examen supuestamente difícil? ¿Andas con la persona que tanto querías? ¿Te aceptaron en la maestría en Estados Unidos o Europa? ¿Grabaste tu primer sencillo y ya eres famoso? O simplemente, ¿anotaste un gol y tu equipo está en las finales? Primero que nada, déjame decirte: ¡Felicidades! Estás entre los hombres triunfadores de este planeta, porque quieras o no, llegó un éxito a tu vida, llámale suerte, llámela coincidencia, llámale como quieras, el caso es que “parece demasiado bueno para ser verdad”, pero es cierto y con que lo sepas tú, basta para que seas totalmente feliz. Por que hay una ligera situación, pero que nos causa tantos conflictos. Llegas contentísimo con tu premio en la mano o en la cabeza por lo menos, te sientes en el “cielo” después de tu logro, y sorpresa, nadie te pela. Aunque tú no lo

creas, nadie te pone la atención que esperabas. No existe el famoso tapete rojo o las edecanes esperándote con una sonrisa “colgate” para felicitarte. No. Estás solo, a lo mejor con algún perdido sacado de onda, que te dice: “échele mi compadre, si se pudo”. No está la típica niña o niño con la que pensabas compartir tu alegría. Esto te lo cuento, no porque no tenga nada que decirte, sino porque lo he vivido muchas veces, justo cuando esperas que la gente esté contigo o que por lo menos te apoyen cuando más lo necesitas, desaparecen y no los vuelves a ver. Como sé que a varia gente que conozco le ha pasado lo mismo, y se que a ti, también. Quiero platicarte que no eres un “ser extraño” o de otro planeta, no, eres perfectamente normal, sólo que estás viviendo una situación que mucha gente vive, pero que poca gente entiende. No niego que exista aquella persona “especial” con la que siempre compartas tus triunfos y alegrías, lo digo, porque yo también lo he vivido y se que existe. Pero hay momentos, o por lo menos, eso llegas a sentir, en que las personas se van alejando de tus éxitos, porque piensan que es tan “x” lo que estás viviendo, o es tan “sin importancia”, que no les pasa por la cabeza el decirte un : ¡ felicidades!, o lo hiciste muy bien. Muchos nos acordaremos de un gran hombre, de una gran figura. Puso la comedia y supo manejar el “humor blanco” como su principal arma para hacer felices a los demás. Don Mario Moreno “Cantinflas”. El tenía una frase que me parece que va muy de la mano, con lo que estamos hablando. Después de un “rollazo” que se echaba y una explicación que no le entendías la mitad y la otra se la dudabas. Decía: “Ahí está el detalle, chato”. Ahí está el detalle. Ese es el punto en el que tenemos que vivir día con día. Estamos tan ocupados con nuestros pensamientos, que creemos que solamente a nosotros nos suceden cosas extraordinarias. Y sí, estoy de acuerdo, sólo a nosotros nos suceden “esas” cosas extraordinarias, porque somos únicos. ¿Cómo esperar que la gente sienta lo mismo que nosotros, si no vivió el mismo acontecimiento?. Porque tal vez tuviste a mucha gente a tu alrededor, o fue un éxito compartido. Pero las cosas especiales y los momentos más extraordinarios los vive uno por dentro, y nadie más los puede vivir por nosotros. Pero también hay más seres humanos a los que les pasa lo mismo, sería bueno, felicitarles de vez en cuando.

Si viviéramos con la “filosofía” de Cantinflas. De ver en los pequeños detalles, de preocuparnos por los logros de la gente, tal vez no dudaríamos ni un segundo en ponerle atención a una persona cuando se acerque y nos quiera platicar de un gran triunfo. “Ahí está el detalle”. El chiste es aplicarlo. El éxito no es exclusividad de unos cuantos. Todos, absolutamente todos, lo vivimos alguna vez en nuestra vida. Si tienes la fortuna de haber encontrado una persona con la que puedes compartir tus alegrías, ¡felicidades!, consérvala para toda la vida. Y si no, tranquilo, recuerda que lo importante es que sepas, que lo más maravilloso te pasó a ti y eso, ya es más que suficiente.

“Hay personas en la vida que pasan desapercibidas como hojas que se las lleva el viento y hay otras que dejan una huella imborrable para el resto de los días. Atrévete a ser de los segundos".

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