1.- Canto Inicial: (Sugerimos “Somos canción” o “ El don de la fraternidad “ de Kairoi, pero queda a elección de cada Comunidad el canto más apropiado.)
2.- Introducción: (una solista)
“Siempre os he predicado el AMOR y me he fatigado, no sólo para ayudaros a salvar vuestras almas, sino para que seáis santas. Os lo he dicho repetidas veces: vivid santamente de manera que los que os ven de cerca puedan tomar ejemplo de vuestra vida…” (Úrsula Benincasa) "Toda la vida comunitaria es una llamada a la experiencia mística de la presencia de Dios en el Corazón. Y es que sólo una actitud interior que vibre desde la verdad del misterio define a la persona, la subyuga constantemente, la eleva, exige purificación, hay otro horizonte diario y constante de cercanía.
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Día Tercero: “ÚRSULA Y LA VIDA FRATERNA“
Es la forma experiencial de la vida de Dios, aprendida en la interioridad y en el silencio, donde se aprende a amar, a perdonar, a sufrir, a saber estar, a jugar limpio; es ahí donde se crea un auténtico lugar que debe ocupar Dios y todas aquellas personas que son su expresión directa, a las que debo llevar el auténtico amor que se funda en Cristo. Dios concede a quien se consagra a Él, a los que forman comunidad, la gracia de ejercitar la mística de los ojos abiertos que nos enseña Jesús. La mística de los ojos abiertos es saber quiénes somos, qué misión tenemos, cuáles son las inquietudes de la comunidad y sus fracasos..." ( IMANOL LARRÍNAGA, " ÚRSULA BENINCASA EN EL TERCER MILENIO " )
2.- Palabra de Dios
( liturgista)
“Os doy un mandamiento nuevo, que os améis unos a otros como yo os he amado: amaos así unos a otros. En eso conocerán todos que sois mis discípulos, en que os amáis unos a otros…” (Del Evangelio Según San Juan 13, 34.35 )
3.- Meditación:
( Se puede optar leer el texto en silencio o que varias solistas lean cada fragmento)
“Para llegar a ser verdaderos hermanos y hermanas hay que conocerse. Para conocerse es muy importante comunicarse cada vez más y más profundamente” (VFC,29). La fraternidad no se crea con cualquier tipo de comunicación. Las comunidades pueden convertirse en mapas de desiertos silenciosos, que no desempeñan ningún papel educativo por causa de falta de lazos entre las personas, reflejo de la lejanía que hay entre sus corazones, del paralelismo de sus planes, de la soledad de sus itinerarios.” Es innegable, si vivimos en verdad, reconocer que hay mucho “individualismo religioso” en las personas consagradas, que en el mejor de los supuestos, piensan a nivel individual en su perfección personal; a nivel comunitario, les preocupan sobre todo sus planteamientos y estrategias, a menudo al margen de un proyecto global de Iglesia; y a nivel de familias religiosas, se orientan sobre todo a cerrarse o abrirse con criterios en cierto modo mercantiles que sólo contemplan sus propios intereses.
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Día Tercero: “ÚRSULA Y LA VIDA FRATERNA“
La tentación de levantar una torre que llegue al cielo es la pretensión, ni más ni menos, de tener hilo directo con Dios… pero, si como dice la Escritura, este pecado se “celebra” además en grupo por varias personas, cuyo ambicioso proyecto común no logra convertirse en comunidad, serán castigadas con no poder relacionarse ni siquiera entre sí, mediante “la confusión de lenguas” (Gen.11, 7). Cada uno puede hacer lo que quiera, pero está claro que no puede considerarse y pretender que se le considere socialmente maduro si no siente el placer de compartir. No es libre el que no ha aprendido a dar y a recibir en la relación interpersonal, ni el que no ha caído todavía en la cuenta de lo mucho que la palabra de los demás le ha ayudado a crecer, ni se siente agradecido por ello. La vida consagrada es un “don divino que la Iglesia ha recibido de su Señor” (L.G.43). Posee un don que no ha recibido para sí misma, sino para la comunidad de creyentes y no creyentes, eclesial y civil. Y es fiel a ese don, es decir a sí misma, cuando lo da a manos llenas, lo comparte y lo pone a disposición de todos. (Fragmentos de “Fraternidad en Camino” de Amedeo Cencini)
4.-SILENCIO BREVE y REFLEXIÓN PERSONAL…
5.- ORAMOS JUNTAS… ( Varias solistas ) “ No hay camino más breve para alcanzar la perfección que la simple y pura obediencia…” ( Úrsula Benincasa )
EL BAILE DE LA OBEDIENCIA Si estuviéramos contentos de ti, Señor, no podríamos resistir a esa necesidad de danzar que desborda el mundo y llegaríamos a adivinar qué danza es la que te gusta hacernos danzar, siguiendo los pasos de tu Providencia. Porque pienso que debes estar cansado de gente que hable siempre de servirte con aire de capitanes; de conocerte con ínfulas de profesor; de alcanzarte a través de reglas de deporte; de amarte como se ama un viejo matrimonio.
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Día Tercero: “ÚRSULA Y LA VIDA FRATERNA“
Y un día que deseabas otra cosa llamaste a Madre Úrsula, la mística humana y fraterna, la loca de amor, la que convocaba a sus hijas una y otra vez ¡a la alegría!. Y a nosotros nos corresponde dejarnos inventar para ser gente alegre que dance su vida contigo. Para ser buen bailarín contigo no es preciso saber adónde lleva el baile. Hay que seguir, ser alegre, ser ligero y, sobre todo, no mostrarse rígido. No pedir explicaciones de los pasos que te gusta dar. Hay que ser como una prolongación ágil y viva de ti mismo y recibir de ti la transmisión del ritmo de la orquesta. No hay por qué querer avanzar a toda costa sino aceptar el dar la vuelta, ir de lado, saber detenerse y deslizarse en vez de caminar. Y esto no sería más que una serie de pasos estúpidos si la música no formara una armonía. Pero olvidamos la música de tu Espíritu y hacemos de nuestra vida un ejercicio de gimnasia; olvidamos que en tus brazos se danza, que tu santa voluntad es de una inconcebible fantasía, y que no hay monotonía ni aburrimiento más que para las viejas almas que hacen de inmóvil fondo en el alegre baile de tu amor. Señor, muéstranos el puesto que, en este romance eterno iniciado entre tú y nosotros, debe tener el baile singular de nuestra obediencia. Revélanos la gran orquesta de tus designios, donde lo que permites toca notas extrañas en la serenidad de lo que quieres. Enséñanos a vestirnos cada día con nuestra condición humana como un vestido de baile, que nos hará amar de ti todo detalle como indispensable joya. Haznos vivir nuestra vida, no como un juego de ajedrez en el que todo se calcula, no como un partido en el que todo es difícil, no como un teorema que nos rompe la cabeza, sino como una fiesta sin fin donde se renueva el encuentro contigo, como un baile, como una danza entre los brazos de tu gracia, con la música universal del amor. Señor, ven a invitarnos. (Madeleine Delbrel) 6.- CONCLUSIÓN: - Se puede optar por la oración a Madre Úrsula o por un canto final alusivo ( “ Úrsula acompáñanos” o “ Feliz el que te ama “)-
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Día Tercero: “ÚRSULA Y LA VIDA FRATERNA“