TRAICION. Los rayos del sol le iluminaban la cara. Me había levantado antes que el; para asomarme a la pieza y verlo dormir. Me encantaba. Era un amor, que jamás hubiera imaginado sentir. Supe desde un principio que iba a estar por siempre a su lado. Hasta que un día sucedió lo terrible. Maria
Buenos días, amor. – siempre se levantaba de buen humor-. Yo le hacia el desayuno, mientras el leía el diario. No dejaba una sección sin leer. Hacía dos años que estábamos casados y todo iba de maravilla. Estábamos en busca de hijos-el quería que sea nena. Después de ocho de casados; una tarde de verano el me dijo:Por favor nunca me lastimes; no me traiciones; por que no lo toleraría. Yo lo tome de la forma más tierna. Nunca pensé que llegaría a eso; Yo trabajaba a la mañana y volvía casi al atardecer, si llegaba un poco mas tarde; el me empezaba a interrogar y si no me creía, me pegaba. Yo no dije nunca nada, a temor, de que el me haga algo peor. Cada tarde, cada día . El golpe se hacia mas fuerte y doloroso. Siempre encontraba una forma nueva de hacerlo. Como si lo gozara. Hasta que un día me canse, y dije- ¿que es lo que no toleraría el? – La traición. Sabía que en el trabajo, el encargado de la caja fuerte, yo le gustaba. Y lo primero que se me vino a la cabeza fue que con el podría llegar al objetivo. Y asi lo hice; los miércoles faltaba al trabajo. Para encontarme con el. Ya no llegaba mas tarde a casa. Pero el me seguía pegando, y a mi mas odio me agarraba.
Una mañana me levante. Lo observe dormir. Y sentí dentro mió que no podía estar haciéndole esto; vinieron recuerdos, de los primeros años que convivía con el, era tan feliz y podía seguir siéndolo. Sentí devuelta ese amor intenso. Esa misma mañana fui en busca del otro. Para decirle que ya no esto no iba mas. Pero no imagine que mi marido me iba a perseguir para ver hacia donde iba. Y lo que vio fue lo que el temía. Me vio con el. Lo vi. Me miro a los ojos y se fue corriendo. Lo terrible iba a suceder. Lo sabía dentro mió, Mientras lo corría. Llegamos a casa. El estaba enloquecido. Gritaba. Gritabamos.Hasta que fue a la pieza. Estaba toda desarreglada, como en el momento en que me fui. Abrió un cajón y saco un arma. Yo no sabia de donde la había obtenido; me dijo que la había comprado, en el momento que sospecho de mi. Que este momento sabía que iba a llegar. Me quede con la boca abierta. Le dije que la soltara, enloquecida, temerosa. Me apunto. No sabia que hacer. Salí corriendo de la habitación. Cuando quise agarrar algo para defenderme siento que una bala me perfora el pantalón. Caigo y me levanto, no se como, pero lo logro. Y en eso veo que se mete nuevamente al dormitorio y se siente otro tiro. Fui lo mas rápido posible, pero el ya estaba muerto. El día de hoy recuerdo, como una pesadilla, esa sangre que salía de su pecho, el lado izquierdo, el corazón. Dejándome una nota diciendo que era ahí donde yo lo había lastimado. Es el día, en que digo, que yo lo mate. Autora : Agustina quiroga.