“Una tarde estaba yo en casa de un amigo que siempre sospeché de ser homosexual, sin haberlo confirmado. Llegó entonces el ex marido de una prima mía, un muchacho muy buenmozo, y pude advertir que había algo entre ellos, algo que era amor. Me conmoví hasta los huesos, me dio una envidia, una desesperación, unas ganas de tener exactamente lo que esos dos tenían —y, sin embargo, un deseo vehemente de no ser como ellos... Es esa envidia lo que está en la base de todos mis problemas, gorda. ¿De dónde viene, por qué es, qué significa? ¿Hasta dónde puede llegar a destruir nuestra vida, esa envidia mía por una situación homosexual? [...] La tentación es inmensa, terrible, pero resulta que eso (asumir una vida homosexual) me produciría tanto o más dolor que el no hacerlo. Mi neurosis es debida, ahora, a esa sensación de estar viviendo sobre arena movediza.”
José Donoso Yáñez nació en Santiago de Chile el 5 de octubre de 1924 y falleció el 7 de diciembre de 1996. Hijo del médico José Donoso Donoso y de Alicia Yañez. Estudió en The Grange School donde fue compañero de Luis Alberto Heiremans y Carlos Fuentes, y en el emblemático Liceo José Victorino Lastarria. A pesar de venir de una familia acomodada durante su juventud, antes de desarrollar su actividad literaria y docente, trabajó como malabarista y oficinista. En 1949, gracias a una beca, se trasladó a estudiar filología inglesa en la Universidad de Princelton, donde tuvo como profesores a Lawrence Thompson y Allan Tate. La revista Princelton publicó sus dos primeros cuentos en lengua inglesa “The Blue Woman” y “The poisoned pastries” entre 1950 y 1951. En 1961 contrajo matrimonio con la pintora María Ester Serrano, conocida como Marìa Pilar Donoso, hija del chileno Juan Enrique Serrano y la boliviana Graciela Mendieta. En sus últimos años de vida, en 1981, creó un taller literario en el que participaron escritores como Roberto Brodsky, Carlos Franz, Eduardo Llanos, Alberto Fuguet, entre otros. Al mismo tiempo el escritor continuó publicando novelas, pero estas no obtuvieron la misma repercusión que sus obras anteriores. Donoso finalmente fallece en su casa de Santiago de Chile el 7 de diciembre de 1996, y se dice que en su lecho de muerte pidió que le leyeran poemas de Vicente Huidobro. Sus restos fueron inhumados en el cementerio de un balneario ubicado en Petorca, en la región de Valparaíso. Una década después de su muerte, en el 2007 se publica una inédita e inconclusa novela llamada Lagartija sin cola. Luego en 2009 se publica una obra de su hija adoptiva, Pilar Donoso, “Correr el tupido velo”, que actúa como un texto de gran valor para mostrar el universo creativo del escritor. En este libro se incluyen extractos de los diarios personajes
de Donoso y de su mujer, y se revelaron cosas como la homosexualidad del escritor, su paranoia, egocentrismo y sus constantes problemas económicos, además del alcoholismo y la adicción a los antidepresivos, además de la tormentosa relación entre los tres. “El lugar sin límites” es una novela corta del escritor, originalmente publicada en 1966. Considerada como la obra que dio un mayor reconocimiento al autor durante toda su carrera y de la misma manera la que lo posicionó como uno de los principales exponentes de la literatura latinoamericana del siglo XX. También considerada por el mismo como su novela más sagrada y en múltiples ocasiones elogiada por otros autores como Carlos Fuentes, Severo Sarduy y Manuel Puig. Es una obra indispensable dentro de la obra del autor y de importante lectura para entender su mundo narrativo. La historia se centra en la Manuela, un travesti que, en conjunto con una mujer, son dueñas de un prostíbulo en el pequeño pueblo conocido como Estación El Olivo, ubicado en las cercanías de la ciudad de Talca. Esta novela muestra de forma cruda la miseria de los pueblos olvidados y la cotidianidad de la prostitución en un lugar como éste, condenado a desaparecer frente a la modernidad que parecía nunca llegaría por más que fuese prometida por las autoridades. La trama además de abordar temas sociales como la precariedad anteriormente nombrada contrastada con la modernidad a la que solo puede acceder cierta parte de la población como Don Alejo por ser el quien cumple el rol del alcalde con intenciones que beneficiarían solamente a el mismo, juega con el erotismo por parte de los personajes principales en los que se desenvuelve la historia entorno a una homosexualidad reprimida por parte de Pancho Vega y su enamoramiento hacia la Manuela quien rompe y cuestiona la masculinidad y sus valores, entre otras situaciones de burdel que acaban por llevar a la novela hacia un trágico y chocante desenlace, marcado por la violencia ejercida desde la homofobia y la hetero norma.