Timothy Geithner

Timothy F. Geithner (☼Brooklyn, Nueva York, EE.UU., 18 de agosto de 1961 - )

El presidente electo estadounidense, Barak Obama, anunció el equipo con el que afrontará la peor crisis económica de los últimos 80 años. Su hombre clave, el encargado de conducir el barco en plena tormenta, es este economista de 47 años, a quien designó Secretario del Tesoro. Geithner desde el principio del conflicto se había ubicado al frente de la lucha actuando determinantemente desde su cargo de jefe de la Reserva Federal de Nueva York. Su nombramiento despertó optimismo en los mercados y en la opinión pública. Es considerado "el hombre correcto", ya que reúne los atributos de líder pragmático con bajo protagonismo y exposición, conoce "los pasillos" del Departamento del Tesoro, tiene experiencia en crisis y se destaca por su dominio de las lenguas asiáticas y su conocimiento de ese continente, uno de los desafíos a los que la economía estadounidense tendrá que enfrentarse a corto plazo. Su perfil, su trayectoria profesional y su visión de la economía argentina, se resumen aquí.

Timothy Franz Geithner nació en Brooklyn, Nueva York. Hijo de Deborah, una profesora de piano y Peter F. Geithner, director del programa para Asia de la Fundación Ford. El trabajo de su padre hizo que Tim y toda su familia debieran trasladarse a diferentes países asiáticos durante toda su infancia y juventud. Terminó la escuela secundaria en la Escuela Internacional de Bangkok, Tailandia; asistió a Dartmouth College, graduándose con un AB en el gobierno y en estudios de Asia en 1983. Obtuvo un MA en Economía Internacional y Estudios de Asia Oriental de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins en 1985. Se casó con su compañera de clase Carole Sonnenfeld en 1985 con quien tiene dos hijos, Benjamin y Elise. Ha estudiado japonés y chino y ha vivido en la actual Zimbabwe, India, Tailandia y China. Todo ello hacen del nuevo secretario del Tesoro un experto en Economía asiática. Tras finalizar sus estudios, ingresó en la empresa de consultoría Kissinger and Associates, en Washington DC, propiedad del legendario ex secretario de Estado de Nixon y Ford. En 1988, pasó a trabajar para el departamento del Tesoro, donde ascendió con rapidez y, 11 años más tarde, ya era vicesecretario de Asuntos Internacionales, bajo las órdenes de Robert Rubin y Larry Summers, quien fue su mentor y lo tomó como su protegido. En 2002 dejó el Tesoro para participar en el Consejo de Relaciones Exteriores como Miembro Senior en el Departamento de Economía Internacional. En el Fondo Monetario Internacional fue director de la Elaboración y Examen de Políticas del Departamento (20012003). En octubre de 2003, fue nombrado presidente de la Reserva Federal de Nueva York. Una vez allí, se convirtió en Vicepresidente del Comité de Mercado Abierto de la Fed, institución

encargada de fijar las tasas de interés. En 2006, también se convirtió en un miembro del Grupo de los Treinta, órgano de asesoramiento financiero. Al término de la presidencia Clinton, se incorporó al FMI como director del Departamento de Desarrollo Político. Dos años más tarde, pasó a trabajar para la Reserva Federal. Como un oficial del Tesoro, él ayudó a gestionar múltiples crisis internacionales durante el decenio de 1990 en Brasil, México, Indonesia, Corea del Sur y Tailandia. En marzo de 2008, organizó el rescate y la venta de Bear Stearns y fue uno de los que dio el consentimiento político a la caída del banco de inversión Lehman Brothers. Por esta medida, se ganó la reprobación de muchos, que la consideraron una de las principales causas del dramático agravamiento de la crisis. Quienes le conocen, dicen de él que es un hombre gris al que no le gusta reclamar atención. A pesar de contar sólo con 47 años, Geithner ha ocupado cargos de altísima responsabilidad en entidades financieras públicas de Estados Unidos e internacionales. Este componente multicultural e internacionalista de su biografía rompe con el molde de sus antecesores y lo alinea con el que será su jefe, Barack Obama. Geithner apoyó desde el principio la intervención del Estado para atajar los problemas financieros. Pero en su trayectoria no figuran donaciones a políticos y dicen que no es amigo de Obama. Pero como relató el economista asesor del candidato republicano John McCain, Douglas Holtz-Eakin a The Wall Street Journal: "es un buen mecánico, sin que sea peyorativo. Conoce bien las tuercas y los tornillos" del sistema. Amante del surf, la pesca con mosca y el tenis. La afición por la pesca, que tanta paciencia requiere, es quizá una de las facetas que mejor retrata su personalidad. Es más, sus condiciones de negociador, de experto en 'tira y afloja', le han valido para poder estar presente en las negociaciones de todas las operaciones de rescate del sector financiero realizadas por la Fed desde 2007 (Bear Stearns, AIG o Citigroup) y no fracasar. Su principal reto a corto plazo será continuar con el plan anticrisis. Su opinión respecto a la economía argentina La Argentina tendrá en el nuevo secretario del Tesoro de Estados Unidos a un conocido, aunque no necesariamente un amigo y mucho menos alguien convencido de las políticas adoptadas en los últimos años por el Gobierno. Geithner tuvo una relación proactiva hacia la Argentina en el Tesoro durante la era Clinton y, luego, como director del Departamento de Desarrollo de Políticas y Revisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) y como presidente de la Reserva Federal de Nueva York. En 2007 tenía expectativas positivas sobre la entonces aspirante a la presidencia Cristina Fernández de Kirchner y por esa razón le organizó un desayuno en septiembre, en plena campaña electoral argentina, con importantes ejecutivos norteamericanos. El discurso de la candidata oficialista en ese encuentro "lo impresionó, porque le pareció una persona inteligente que tenía la decisión de hacer las cosas bien y a la que había que brindarle el beneficio de la duda", según una persona de gran confianza de Geithner. Sin embargo, tras las elecciones, no tardó en decepcionarse y adoptar un tono muy crítico sobre el rumbo económico, como la mayoría de los analistas locales y extranjeros de diversas corrientes ideológicas.

Más allá de los Kirchner, Geithner mantiene una visión crítica sobre los pilares de la economía local: •

El país no tiene instituciones fuertes y por lo tanto está demasiado expuesto a los cambios del ciclo económico.

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El nivel de apertura comercial es demasiado baja respecto del tamaño de la economía.

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La tasa de evasión es inaceptable para un país de desarrollo medio.

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El sistema financiero no funciona en forma adecuada.

En cuanto a la mala relación de la Argentina con el FMI, Geithner es un defensor a ultranza del multilateralismo, aunque critique la pasividad del organismo de crédito en los últimos años. Por esta razón, si la Argentina retoma alguna vez la negociación de la deuda impaga con el Club de París, le pedirá al Gobierno que participe el organismo de crédito. Esa es la misma actitud que lo guió como negociador del blindaje financiero con el gobierno de la Alianza en 2000: fue uno de los que más apoyaron dentro del Tesoro que conducía Larry Summers la necesidad de un paquete del FMI que cubriera la mayoría de los pagos de la deuda en medio de la crisis, ante la desconfianza del mercado privado. A diferencia de economistas como Joseph Stiglitz, que critican la "dureza" del FMI, Geithner cree que el organismo fue indulgente con la Argentina desde 1998, cuando los bancos le prestaban mientras el país no crecía pero la deuda y el gasto aumentaban exponencialmente. Tiempo después admitió que el país pudo manejar la situación en 2002 mejor de lo que pensaban los analistas en el exterior, por una "fortaleza política" que fue subestimada, pero al mismo tiempo opinó que no se aprovechó esa oportunidad para generar un crecimiento más sano.

Fuentes: Diario La Nación (Argentina), Expansión (España) y Wikipedia