Now i can realize about everything No tenía sentido siempre haberme hecho miles de preguntas filosóficas acerca de los sentimientos humanos del arte necesario e indispensable de amar, si nunca le iba a hallar la respuesta que buscaba de todo ello. Tal vez era necesario preguntarse tantas veces el por qué de estos sentimientos humanos, el por qué de los míos; ya que los veía desde una perspectiva externa. Los veía desde la niña fuerte que se supone soy y que de cierto modo no pretendo pero me es inevitable ser. Pero como en el espionaje las pistas llevan a resolver el misterio, cada una de las respuestas que una noche me pudo dar me llevo a la más importante de todas ellas. ¿por qué no puedo decirle lo enojada que estoy con él?¿por qué no me permito demostrar debilidad alguna frente a mi familia?¿por qué muestro una sensibilidad superflua y pocas veces honesta con la gente que me ama?¿por qué aunque silenciosamente siempre estoy buscando alguien que me ayude a salir de esta soledad?¿por qué soledad?¿de dónde proviene todo este miedo? Siempre anhele muchas cosas en mi infancia, aunque ya tuviera lo indispensable siempre quise más, en algún momento quise llegar a aparentar sobre quien era para mi familia. Anhelaba
un nuevo y más
grande hogar para nosotros, pero olvide que no por esa razón sería uno más feliz, o peor aún, si seguiría siendo un hogar, y por esforzarme en construir no me di cuenta que el anterior, el que en realidad valía la pena, se estaba destruyendo de una forma irremediable. Aunque no lo admitiera siempre fui una perfeccionista de detalles diminutos, siempre quise ver a mi familia y a mis amigas felices, aunque me molestase algo nunca tuve el valor de decirles lo que en realidad sentía en algunos momentos. Quería armar y construir también un “algo” perfecto e indestructible, pero me di cuenta que lo importante no era ello. Lo importante eran todos los errores, defectos, peleas y al fin y al cabo palabras que pudiéramos comunicar al otro siendo ellas nada más que sinceras. Pero lo complicado y triste es que esa barrera que me puse en esos momentos aunque sea tan transparente como el agua y tan invisible como el viento, parece indestructible como una roca; no sé en qué momento pasó
de ser un simple “hacer a las personas felices” , a convertirse en no poder expresar mi alma y mi mente. Descubrí entonces que hacerlas felices no era el problema, el problema era que a pesar de que yo no lo fuera no era capaz de mostrarlo; aunque me molestara lo hacía por su felicidad en algunos casos en forma de indiferencia, que no me importaba nada el que estuvieran bien o mal. Sin embargo, si alguien que me conoce leyera esto en este punto no creerían lo que digo simplemente porque pensaran que mi naturaleza es solo así y que no escondo nada, pero sí que hay sentimientos de una persona sensible y sobre todo humana. Mis amigas por otro lado viven y conocen la mitad de la historia, la mitad de mi ser. Se puede decir que ese muro anti-sensibilidad es más pequeño y de menor grosor, ya que ellas saben mis problemas, saben algo de lo que siento, pero lo escuchan desde mi perspectiva de ser indiferente y maduro que supera los problemas rápidamente aunque no sea asi. Y eso me lleva a soñar en el amor, a escribir sobre el amor, a encontrar en él una salida. Un pequeño agujero en este gran muro, que me da la confianza no solo de contarle mis problemas sino de sentirme vulnerable hacia ellos, de dejarme llevar y sentir, no solo llorando y desahogándome en la soledad vacía de este instante, sino en la compañía de una mano incondicional y que deje a parte instantáneamente cualquier rastro de esta barrera que es mi más grande obstáculo. El miedo de desilusionar y no hacer feliz a alguien, proviene del dolor que se siente cuando te desilusionan a ti. Es como tener experiencia sobre algo y querer lo mejor para el otro, no querer que se repitan si fue una experiencia triste, pero querer que la viva si fue una experiencia agradable. Y sucede que la única persona que pudo haber estado a mi lado del muro era mi papá que me pudo desilusionar de muchas formas en muy poco tiempo; pero me quiero convencer que por la imagen que tiene de mí, piensa que todo el asunto me es indiferente aunque no lo es. Y cuando me dejan sola de este lado, la soledad es más grande y el dolor es vivido solo por una persona. Pero el amor que se siente es tal que aunque el te provocó dolor, tú no quieres hacerle daño, prefieres simplemente quedarte como estas, quieta en silencio, y con un miedo aterrorizante dentro de ti, que aunque se desee no te deja decir palabra alguna.
Un miedo a que si llego a hablarle o reprocharle alguno de sus actos, que si llego a mencionarle y abrirle sus ojos enceguecidos y embrujados por algún conjuro dañino; por el solo hecho de que no sea mi padre de sangre en algún momento sin quererlo aquel ser con más defectos de los que imagine, aquel humano tan parecido a mí, pueda dejar e quererme algún día. Puedo poner dentro de mi cabeza el pretexto de que si se enoja no me pague el estudio o no me dé cosas artificiales y profanas que quiero pero en realidad es para mostrarlo de un modo más aterrizado a este planeta y esta sociedad, mostrarlo en la forma que la mujer de hierro lo quiera mostrar para no demostrarle al mundo que lo que es, es solo una bella actuación que aunque mucho de su yo real nunca mostrara lo ha mostrado su humana y frágil esencia.
13 de julio de 2009