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ACOSO ESCOLAR Y ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN EN EDUCACIÓN ESCOLAR BÁSICA Y NIVEL MEDIO

SILVIA MARTHA MUSRI

ORIENTADOR: Msc. PATRICIA R. FIGUEREDO

Tesis presentada a la Facultad de Ciencias Humanas, de la Universidad Tecnológica Intercontinental, como requisito para la obtención del Título de Licenciado en Ciencias de la Educación.

San Lorenzo - Paraguay. Diciembre 2012

DERECHO DE AUTOR Quien suscribe, Silvia Martha Musri, con documento de identidad Nº 3.777.441, autora del trabajo de investigación titulado “ACOSO ESCOLAR Y ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN EN EDUCACIÓN ESCOLAR BÁSICA Y EDUCACIÓN MEDIA” declara que voluntariamente cede a título gratuito y en forma pura y simple, ilimitada e irrevocablemente a favor de la Universidad Tecnológica Intercontinental el derecho de autor de contenido patrimonial que como autor le corresponde sobre el trabajo de referencia. Conforme a lo anteriormente expresado, esta cesión otorga a la UTIC la facultad de comunicar la obra, divulgarla, publicarla y reproducirla en soportes analógicos o digitales en la oportunidad que ella así lo estime conveniente. La UTIC deberá indicar que la autoría o creación del trabajo corresponde a mi persona y hará referencia al tutor y a las personas que hayan colaborado en la realización del presente trabajo de investigación. En la ciudad de San Lorenzo, a los 8 días del mes de diciembre de 2012

---------------------------Silvia Musri

CONSTANCIA DE APROBACIÓN DEL TUTOR Quien suscribe, Patricia Raquel Figueredo de Mitjans, con documento de identidad Nº 1.090.157, tutora del trabajo de investigación titulado “ACOSO

ESCOLAR

Y

ESTRATEGIAS

DE

PREVENCIÓN

EN

EDUCACIÓN ESCOLAR BASICA Y EDUCACION MEDIA” elaborado por la alumna Silvia Martha Musri, para obtener el Título de Licenciado en Ciencias de la Educación, hace constar que dicho trabajo reúne los requisitos exigidos por la Facultad de Ciencias Humanas, de la Universidad Tecnológica Intercontinental y puede ser sometido a evaluación y presentarse ante los docentes que fueren designados para integrar la Mesa Examinadora.

En la ciudad de San Lorenzo, a los 8 días del mes de diciembre de 2012

---------------------------Patricia Figueredo

DEDICATORIA A mi familia, amorosa fortaleza para culminar una carrera más en esta tierra paraguaya donde elegimos vivir.

AGRADECIMIENTO Al Espíritu Santo,

por los dones

recibidos A mi madre política, por la dedicada atención a mis hijos durante los años de cursado A mi tutora, por su disposición para ayudarme a descubrir el camino de la investigación

ACOSO ESCOLAR Y ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN EN EDUCACIÓN ESCOLAR BÁSICA Y EDUCACIÓN MEDIA

Autora: Silvia Martha Musri Orientadora: Msc. Patricia Figueredo

RESUMEN Este trabajo de investigación tiene por objetivo describir la situación del acoso escolar y las estrategias de prevención abordadas por la institución y los profesores del 3º ciclo de la Educación Escolar Básica y la Educación Media del Colegio Nacional de EMD “Dr. Fernando de la Mora” de Fernando de la Mora, Paraguay, en el ciclo lectivo 2010. Las informaciones contenidas fueron obtenidas mediante una amplia revisión bibliográfica, páginas electrónicas y de los datos adquiridos en el trabajo de campo. La investigación es del tipo cuantitativa, de nivel descriptivo y diseño no experimental Los resultados muestran que en el centro tienen lugar todos los tipos de acoso, existiendo una relación inversa entre la “gravedad” de la conducta de acoso y la frecuencia. Las agresiones verbales, exclusión social y la agresión física indirecta son las formas de acoso más frecuentes, siendo la clase y el patio los escenarios elegidos para estas conductas agresivas. Las estrategias preventivas combinan las actuaciones dirigidas a mejorar las relaciones interpersonales a través del diálogo en todas sus formas (a solas, en clase, con la familia), del aprendizaje cooperativo, de la atención a la singularidad del alumno, con otras de control de espacios y horarios de mayor riesgo. Se ha llegado a comprobar que la Institución se encuentra en una transición de procedimientos punitivos o sancionadores a preventivos o correctivos, tendiente a lograr una convivencia armónica y segura en el centro. Palabras clave: Acoso Escolar, Prevención del Acoso Escolar

ÍNDICE Página Página de derecho de Autor Constancia de aprobación de Tutor Dedicatoria Agradecimiento Resumen Índice Lista de Tablas, Gráficos y Figuras INTRODUCCION CAPÍTULO I – EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN 1.1 Planteamiento del Problema 1.1.1 Enunciado 1.1.2 Formulación del Problema 1.1.3 Preguntas de Investigación 1.2 Objetivos 1.2.1 Objetivo General 1.2.2 Objetivos Específicos 1.3 Justificación de la Investigación 1.4 Delimitación 1.5 Limitaciones al trabajo 1.6 Estructura del Trabajo CAPÍTULO II - MARCO TEÓRICO EL ACOSO ESCOLAR 2.1 Antecedentes de la Investigación 2.2 Marco Conceptual 2.2.1 Violencia 2.2.2 Violencia Escolar 2.2.3 Acoso Escolar 2.2.4 Tipos de acoso escolar 2.2.5 Criterios que distinguen y caracterizan el acoso escolar 2.2.6 Perfiles psicosociales de los sujetos sometidos al acoso Escolar 2.2.6.1 Con respecto a la víctima 2.2.6.2 Con respecto al agresor/a o victimario 2.2.6.3 Con respecto a los espectadores/as 2.2.7 Prevalencia del acoso escolar 2.2.8 Causas del acoso escolar 2.2.9 Consecuencias del acoso escolar para victimas, agresores y testigos 2.2.10 Indicadores de observación para la identificación de Víctimas y agresores acoso escolar

ESTRATEGIAS DE PREVENCION DEL ACOSO ESCOLAR 2.3 Marco conceptual 2.4 Importancia de la prevención 2.5 Propuestas de intervención educativa 2.5.1 Prevención Primaria a. Medidas de Centro b. Medidas de Aula 2.5.2 Prevención Secundaria a. Mediación de conflictos b. Ayuda entre iguales c. Círculos de calidad 2.5.3 Prevención Terciaria a. Desarrollo de la asertividad en víctimas b. Desarrollo de la empatía en agresores/as c. Métodos Pikas o de reparto de responsabilidades 2.6 Aspectos legales 2.7 Operacionalización de variables CAPÍTULO III – ASPECTOS METODOLÓGICOS 3.1 Características Metodológicas 3.1.1 Tipo de Investigación 3.1.2 Nivel de conocimiento 3.1.3 Diseño de la Investigación 3.2 Descripción de la Población y Muestra 3.2.1 Universo del discurso 3.2.2 Población 3.2.3 Muestra 3.3 Técnicas e instrumentos de recolección de datos 3.4 Procesamiento de datos CAPÍTULO IV – ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS 4.1 Encuesta aplicada a los alumnos 4.2 Encuesta aplicada a los profesores 4.3 Entrevista aplicada al orientador CAPÍTULO V – CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 5.1 Conclusiones 5.2 Recomendaciones REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS ANEXOS

LISTA DE TABLAS, GRÁFICOS Y FIGURAS LISTA DE TABLAS Página Tabla 1 - Condiciones de riesgo en casos de violencia Tabla 2 - Condiciones de riesgo en casos de violencia Tabla 3 - Consecuencias del acoso escolar para las víctimas, Agresores y los espectadores Tabla 4 - Indicadores para identificar posibles víctimas Tabla 5 - Indicadores para identificar posibles agresores Tabla 6 - Frecuencia de estudiantes por grado o curso Tabla 7 - Tipos de manifestaciones de acoso escolar Tabla 8 - Porcentaje de víctimas, agresores y testigos en los diferentes tipos de acoso escolar Tabla 9 - Porcentaje de profesores que señala que se han producido en su centro diferentes tipos de acoso

LISTA DE GRÁFICOS Gráfico 1 - Porcentaje de víctimas que declaran haber sufrido diferentes tipos de acoso escolar Gráfico 2 - Porcentaje de estudiantes que se reconocen agresores en los diferentes tipos de acoso escolar Gráfico 3 - Porcentaje de testigos de los diferentes tipos de acoso escolar Gráfico 4 - Comparación del porcentaje de víctimas, agresores y testigos en los diferentes tipos de acoso escolar Gráfico 5 - Opinión sobre el acoso Gráfico 6 - Curso de quien maltrata Gráfico 7 - Quien/quienes maltratan Gráfico 8 - Unión a grupos para agredir Gráfico 9 - Lugar de la agresión Grafico 10 - Con quien habla Gráfico 11 - Quien interviene Gráfico 12 - Reacción de víctimas ante la agresión Gráfico 13 - Reacción ante maltrato entre compañeros Gráfico 14 - Reacción de los profesores Gráfico 15 - Causas de que te agredan Gráfico 16 - Consecuencias de las agresiones Gráfico 17 - Posibles soluciones Gráfico 18 - Importancia de los siguientes problemas en el funcionamiento del centro Gráfico 19 - Porcentaje de profesores que señala que se han producido en su centro diferentes tipos de acoso

Gráfico 20 - Porcentaje de participantes que señalan haber observado/participado en diferentes tipos de acoso Gráfico 21 - Lugar de la agresión Gráfico 22 - Medidas más habituales adoptadas por el Profesorado Gráfico 23 - Conocimiento de conflicto entre alumnos Gráfico 24 - Evolución de la conflictividad Gráfico 25 - Causas a las que atribuyen los profesores el hecho de que un alumno/a se convierta en víctima Grafico 26 - Causas en conducta del alumno agresor Gráfico 27 - Estrategias de prevención en centro Gráfico 28 - Estrategias de prevención en aula Gráfico 29 - Sugerencias para prevención

LISTA DE FIGURAS Figura 1 – Niveles de Prevención

INTRODUCCIÓN

En los últimos tiempos se asiste al deterioro progresivo de la convivencia escolar: el clima en algunos centros educativos se ha degradado y se han hecho más visibles aspectos como violencia, indisciplina, vandalismo, malos modales y actos disruptivos. En este clima de falta de respeto a los derechos

personales,

las

agresiones

entre

estudiantes

se

han

incrementado de forma que han sido objeto de atención en los medios de comunicación y han provocado preocupación en familias, profesorado y en la sociedad en general. “En Paraguay, en octubre de 2007, el Colegio Fernando de la Mora fue escenario de un hecho de agresión con arma blanca protagonizada por un alumno de la institución que apuñaló en el hombro a otro estudiante durante el partido final de un torneo interno de fútbol de salón. El evento deportivo derivó en una gresca campal que involucró a decenas de alumnos, entre jugadores y espectadores, que no pudo ser controlada por padres y profesores presentes. El agresor, quien acudió intencionalmente al evento deportivo con un cuchillo de caza, fue detenido”. (www.argijokin.blogcindario.com)

“Las alumnas de un Colegio de Itapúa agredieron a sus compañeras y grabaron con teléfonos celulares. Las golpizas se produjeron en el Colegio San Pío X. Los hechos fueron premeditados, ya que las estudiantes no grabaron sólo el momento de la agresión. A raíz de esto una adolescente tuvo que ser atendida en un centro asistencial de la zona y varias alumnas fueron suspendidas”. (www.ultimahora.com)

“Una alumna del 3º de la Media de un Colegio de Asunción denuncia ante la policía que fue manoseada en sus partes íntimas por seis compañeros suyos como parte de un juego llamado el “corralito. Los acusados fueron suspendidos por la institución”. (www.ultimahora.com)

“En Argentina, Romina Perrone de 10 años de edad fue acosada en el Facebook. Padeció lo que podría ser un caso de “ciberbullying”, o acoso escolar por medio de Internet. La chica que creó el grupo en Facebook sería una compañera de curso. En el título del grupo podía leerse “3 razones para odiar a Romina Perrone”. Además, contenía insultos como “estúpida, malparida…”. (www.seguridadydefensa.com)

El acoso escolar o “bullying” es un tipo específico de violencia escolar, referido a un comportamiento repetitivo de hostigamiento e intimidación, cuyas consecuencias suelen ser el aislamiento y la exclusión de la víctima. Las recientes investigaciones hechas en Latinoamérica y países europeos señalan que el acoso escolar es un fenómeno frecuente en el ámbito escolar.

Cada día, en cualquier centro educativo, hay un número

importante de chicos y chicas que están provocando o viviendo situaciones serias de intimidación. Es preciso enfatizar que esta relación de abuso, si se repite y se mantiene en el tiempo, produce, a la larga, consecuencias

negativas

tanto

académicas

como

psicológicas

e

interpersonales, ya que afecta al desarrollo socioemocional de los/as implicados/as. Los estudios alertan de las fuertes repercusiones tanto en las víctimas (baja autoestima, depresión, ansiedad, rechazo de la situación escolar, suicidio...) como en las y los agresores (que en estudios longitudinales de seguimiento se muestran con conductas antisociales y/o delictivas consolidadas). El problema es que el acoso escolar, por su misma naturaleza, es difícil de detectar. Los/as implicados/as no lo comunican, las víctimas no piden ayuda precisamente por el mismo miedo e intimidación de que son objeto, las familias no llegan a saberlo, las profesoras y profesores pueden no darse cuenta de lo que ocurre y los compañeros/as que lo conocen no suelen intervenir ni lo ponen en conocimiento de las personas adultas. Aunque este problema no es nuevo ya que en todos los tiempos se han producido tratos abusivos entre iguales en todas las edades, en este momento hay mayor sensibilización social hacia el respeto de los derechos

de la infancia y adolescencia, pese a que vivimos en un contexto social de mayor tolerancia y permisividad hacia la violencia, alentado por los medios de comunicación, que con frecuencia muestran programas en que los protagonistas pegan, amenazan, insultan, se burlan, etc. En Paraguay, según datos de la campaña “Aprender sin miedo”, impulsada por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el 38% de los estudiantes son violentados o agredidos por sus compañeros, de forma física o verbal.

Además, son pocas las Instituciones que tienen

conocimiento y toman conciencia de su responsabilidad en el tema, y más escasas aún, las que trabajan de alguna manera para prevenir o disminuir este tipo de violencia mencionada. De allí que la presente investigación pretenda describir la situación del acoso escolar y las estrategias de prevención abordadas por la institución y los profesores en el

3º ciclo de la Educación Escolar Básica y la

Educación Media del Colegio Nacional EMD “Dr. Fernando de la Mora”, de Fernando de la Mora en el ciclo lectivo 2010.

CAPÍTULO I – EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

1.1

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1.1 ENUNCIADO Cada vez es mayor la frecuencia con que las instituciones educativas aparecen en los medios de comunicación por episodios de violencia entre estudiantes, que alcanzan gran atracción pública y causan alarma social. El acoso escolar puede producirse mediante conductas diferentes. A pesar de compartir los rasgos comunes de desequilibrio de poder, intencionalidad y reiteración, muestran también una especificidad que debe ser tenida en cuenta a la hora de interpretar sus consecuencias y deducir la mejor manera de intervenir.

Se distinguen conductas de

exclusión social (ignorar y no dejar participar); agresión verbal (insultar, poner apodos o “marcantes” ofensivos, hablar mal del otro); agresión física directa (pegar); agresión física indirecta (robar, romper, esconder); amenazas; acoso sexual (verbal o físico). A estas manifestaciones se ha unido últimamente el denominado “ciber-bullying”, conductas en las que cualquiera de los otros tipos de agresiones se realiza grabando la agresión y difundiéndola mediante el celular o internet, o se utilizan estos medios para acosar a la víctima fuera del recinto escolar. Hay una gran diversidad de aspectos que deben ser considerados para analizar el acoso escolar, como las posibles variaciones según el género y el curso, así como tener en cuenta dónde sucede, quién lo lleva a cabo, no sólo en cuanto al género de los agresores, sino también al número y configuración del grupo, y también a quién se lo cuentan las víctimas, si piden ayuda o no y a quién lo hacen y cómo se comportan los testigos que asisten a estos conflictos. Asimismo, el acoso escolar se aborda en el marco de la educación para la convivencia, del desarrollo de la competencia personal y social

y del

clima de relaciones interpersonales, dado que el maltrato entre pares se

entiende como un problema de convivencia, una forma de malas relaciones entre iguales y, un fracaso en el aprendizaje de la competencia social. Los aspectos sobre los que se explora son la valoración de problemas en el funcionamiento del centro y evolución de la conflictividad en el mismo. Sobre esta problemática del acoso escolar, no se cuenta aún con suficientes datos a nivel nacional sobre la incidencia del “bullying” tanto en instituciones públicas como privadas, que se constituyan en un punto de partida para explorar los métodos más eficaces para intervenir en este problema y prevenirlo.

1.1.2 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA A partir de estos datos surge el siguiente planteamiento: ¿Cuál es la situación del acoso escolar y las estrategias de prevención abordadas por la institución y los profesores en el

3º ciclo de la

Educación Escolar Básica y la Educación Media del Colegio Nacional EMD “Dr. Fernando de la Mora”, de Fernando de la Mora?

1.1.3 PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN Además se plantean las siguientes interrogantes: ¿Cuáles son las diferentes modalidades de acoso escolar (físico, verbal, social) desde los distintos roles de víctima, agresor y testigo? ¿Quiénes son los protagonistas del acoso? ¿En qué escenarios se producen situaciones de acoso en el contexto del centro educativo?

¿Cómo reaccionan los implicados en situaciones de violencia entre compañeros? ¿Cuáles son las causas del maltrato entre compañeros? ¿Qué consecuencias experimentan los agredidos? ¿Cuál es la visión del profesorado sobre los problemas en el funcionamiento del centro? ¿Cuáles son las estrategias de prevención primaria, secundaria y terciaria implementadas en el aula y en el centro? ¿Cuáles son las sugerencias propuestas por el profesorado y los alumnos para solucionar los problemas de acoso escolar?

1.2 OBJETIVOS 1.2.1 OBJETIVO GENERAL Determinar

la situación del acoso escolar y las estrategias de

prevención abordadas por la institución y los profesores en el 3º ciclo de la Educación Escolar Básica y la Educación Media del Colegio Nacional EMD “Dr. Fernando de la Mora”, de Fernando de la Mora.

1.2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS Describir las diferentes modalidades de acoso escolar (físico, verbal, social) desde los distintos roles de víctima, agresor o testigo. Caracterizar a los protagonistas del maltrato.

Conocer los escenarios donde se producen situaciones de acoso en el contexto del centro educativo. Determinar las reacciones de los implicados en situaciones de violencia entre compañeros Reconocer las causas del maltrato entre compañeros. Identificar las consecuencias que experimentan los agredidos. Conocer la visión del profesorado sobre los problemas en el funcionamiento del centro educativo Discriminar las estrategias de prevención primaria, secundaria y terciaria implementadas en el centro y en el aula. Reconocer las medidas sugeridas por el profesorado y los alumnos para solucionar los problemas de acoso escolar

1.3

JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

Ante los episodios de violencia escolar, algunos graves, de los que se han hecho eco los medios de comunicación y que han propiciado un clima de temor y preocupación sobre lo que está ocurriendo entre los estudiantes, resulta de especial interés conocer cuáles son los tipos de conductas violentas más habituales en los centros educativos, y a partir de ahí, adoptar las medidas que permitan prevenir el acoso, amparar a sus víctimas y frustrar el inicio y la consolidación de las conductas violentas en el aula. La presente investigación surge viendo la necesidad de estudiar el acoso escolar en 3º ciclo de la Educación Escolar Básica y la Educación Media, con el propósito de conocer la cantidad de casos ocurridos en las distintas modalidades de maltrato entre pares, tal como lo informan los propios estudiantes desde su triple perspectiva de testigos, víctimas o agresores,

así como las estrategias de prevención adoptadas por la Institución y los profesores ante este tipo de conductas antisociales. Debido a que no se cuenta con suficientes estudios de alcance nacional sobre el fenómeno “bullying”, el presente trabajo es conveniente para afianzar un mayor conocimiento sobre la ocurrencia de cada tipo de acoso, sus características principales y las necesidades de intervención más prioritarias. Por otra parte, la investigación contribuiría a ampliar los datos sobre el acoso escolar, para contrastarlos con otros estudios similares, y analizar las posibles variantes según el género, el grado o curso, el nivel socioeconómico, la gestión del centro (pública o privada) y la localidad o departamento de pertenencia. Proporcionará información que será útil a toda la comunidad educativa para mejorar el conocimiento sobre el alcance del problema en la institución y las formas de prevenirlo. Por un lado las familias, que deben implicarse en la educación de sus hijos, contribuyendo activamente a su desarrollo social y moral, participando y colaborando junto a los centros educativos. Por otra parte, la escuela, como institución socializadora y formativa, debe ser un contexto de convivencia pacífica y democrática, generando un clima escolar de cooperación, confianza, respeto, equidad y de consistencia de las normas de convivencia, haciendo conscientes a alumnos y profesores de la importancia y los efectos negativos del acoso escolar, facilitando que los conflictos se resuelvan de forma dialogada. El trabajo tiene una utilidad metodológica, ya que podrían realizarse futuras investigaciones que utilizaran metodologías compatibles, de manera que se posibilitaran análisis conjuntos, comparaciones entre periodos temporales concretos y evaluaciones de las intervenciones que se estuvieran llevando a cabo para la prevención y erradicación del acoso escolar.

La investigación es viable, pues se dispone de los recursos necesarios para llevarla a cabo.

1.4 DELIMITACIÓN El estudio de campo se llevó a cabo en el Colegio Nacional de E.M.D. “Dr. Fernando de la Mora”, de Fernando de la Mora, Paraguay, con alumnos/as y profesores del 3º ciclo de la Educación Escolar Básica y Educación Media.

El período de estudio se efectuó en el mes de

noviembre del ciclo lectivo 2010.

1.5 LIMITACIONES AL TRABAJO Los datos fueron recogidos los días 1 y 2 de noviembre de 2010, la semana previa a los exámenes de la última etapa y presentación de proyectos, en que los docentes llevan a cabo las actividades de retroalimentación y de cierre de procesos. Además, debido a un reciente episodio de pelea entre estudiantes a la salida del Colegio que tomara estado público en el mes octubre de 2010, se evidenció una cierta reticencia, reserva o desconfianza por parte de los miembros

del

Departamento

de

Orientación

para

responder

al

cuestionario, argumentando que “estaban demasiado ocupados ahora” para contestar.

No obstante, los profesores de los cursos estudiados

demostraron muy buena predisposición para completar el instrumento, así como un real interés por conocer los resultados de la presente investigación. Debido a la escasez de estudios empíricos previos publicados sobre el tema de acoso escolar en Paraguay,

se debió recurrir para consulta

bibliográfica a estudios epidemiológicos extranjeros sobre maltrato entre iguales o acoso escolar.

1.6 ESTRUCTURA DEL TRABAJO El trabajo presenta tres partes bien diferenciadas: una parte preliminar, el cuerpo del trabajo y una parte complementaria, siguiendo el esquema adoptado por la Universidad Tecnológica Intercontinental (UTIC) para los trabajos de investigación para la conclusión de Carrera, del Prof. Dr. Domingo Borja Ortiz, extractado del libro Metodología de la Investigación de Roberto Hernández Sampieri y otros. A su vez, el cuerpo del trabajo, se divide en cinco capítulos: el primero de ellos consiste en el Marco Introductorio; el segundo corresponde al Marco Teórico, en dos apartados: Acoso Escolar y Estrategias de Prevención del Acoso Escolar; el tercero concierne al Marco Metodológico; el cuarto y quinto capítulos conforman el Marco Analítico.

CAPÍTULO II – MARCO TEÓRICO

EL ACOSO ESCOLAR

2.1 ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN En el 2010, las investigadoras de la Universidad Católica de la ciudad de Asunción, Soledad Montaner y Nataly Álvarez realizaron un estudio de tipo descriptivo comparativo sobre el “Nivel de Acoso Escolar en una Institución Pública y una Privada de Asunción”. Los participantes fueron 374 alumnos/as de educación básica y media, de entre 13 y 18 años a los cuales se les aplicó la Escala Cisneros de Acoso Escolar. Los resultados mostraron que la presencia del acoso escolar en las dos instituciones es baja y no existen diferentes entre los grupos. En promedio, la mayoría de las conductas son de hostigamiento verbal y en menor frecuencia la agresión física y manipulación social. En cuanto a género y edad de los participantes, se pudo observar que no se presentan diferencias significativas en la práctica de conductas de acoso escolar. En el 2007, Alejandro Brown Mateo y Adriana Gómez, también de la Universidad Católica de Asunción, realizaron como tesis de grado para la licenciatura, un estudio sobre la percepción de acoso y violencia interrelacional en un colegio privado de Asunción. Se aplicó el test Acoso y Violencia Escolar (AVE) de Piñuel y Oñate (2006) a escolares de 9 a 12 años. Los resultados mostraron que el 46,92% no presentó acoso, el 21,54% presenta acoso constatado, el 23,46% acoso bien constatado y el 8,08% acoso escolar muy bien constatado. En España, el estudio del Defensor del Pueblo con la colaboración del Comité Español de UNICEF, realizado en los años 1999 al 2006, ha sido un antecedente importante para esta investigación. En el citado estudio, que constituyó un estudio epidemiológico a escala nacional sobre la

incidencia del maltrato entre iguales en los centros españoles de educación secundaria obligatoria, participaron 3000 estudiantes y 300 profesores/as y jefes/as de estudio de 300 colegios públicos, privados y concertados. En términos generales, los resultados obtenidos permiten afirmar que el panorama del maltrato entre iguales por abuso de poder ha mejorado. Debe destacarse que el número de agresores es mayor que el de víctimas. La mayor incidencia se da en el primer ciclo de Educación Secundaria Obligatoria (12 a 14 años), y desciende paulatinamente hasta el cuarto curso (16 años). Con respecto al género, los varones cometen más agresiones de tipo físico y verbal, mientras que la exclusión y la intimidación psicológica son más características de las mujeres. Con respecto a la Prevención del Acoso Escolar, la presente investigación toma en cuenta los conceptos del programa SAVE diseñado por Ortega, R. (1997; en Ortega y cols, 1998) y aplicado en algunos centros de Educación Secundaria de Sevilla (España), inspirado en el modelo de Olweus y en el modelo de Shieffeld. Se trata de un modelo de carácter fundamentalmente

preventivo

aunque

incluye

un

programa

de

intervención correctivo dirigido a alumnos que ya presentan problemas de violencia, ya sea como agresores o como víctimas. Se asienta en un modelo ecológico y sistémico, según el cual la violencia escolar es un reflejo de aquella que se produce en contextos más amplios: familia, medios de comunicación, amigos, es decir, en la sociedad en general. Su objetivo es mejorar las relaciones interpersonales, a través del trabajo en grupo cooperativo, la educación en valores, actitudes y sentimientos y la gestión democrática de la convivencia. 2.2

MARCO CONCEPTUAL

2.2.1 Violencia En 1996 la Asamblea número 49 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la violencia como un problema importante de Salud Pública en constante aumento en todo el mundo. Esto, para llamar la atención

acerca de las serias consecuencias a corto y largo plazo de la violencia, tanto para individuos como para las familias, comunidades y países, y de los efectos que tienen las manifestaciones para los servicios de salud. El fenómeno de la violencia no es simple ni tampoco se manifiesta de una sola forma o modo. Aparece en distintos niveles y magnitudes, con distintas características según tiempo y lugar, y también con distintos actores. Es por ello difícil de definir. La OMS propone la siguiente definición de violencia: “El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.” (OMS, 2002; citado por Monclús, 2005).

La violencia puede categorizarse según distintas variables, producto de las múltiples formas y manifestaciones que presenta: a) según las víctimas de la violencia: quién es aquel que se ve perjudicado por quien ejecuta un acto violento; b) según los agentes violentos: quiénes son aquellos que realizan un acto violento, los entes que violentan a otro; c) según la naturaleza del acto violento: de qué tipo es la agresión o el daño que se recibe (físico, psicológico, sexual, etc.); d) según la intención del agresor: por qué se actuó violentamente, por un fin específico e instrumental o si fue algo emocional; e) si es que fue con intención instrumental, cuál fue el motivo (económico, político, social, étnico, familiar, racial, etc.); f) según el lugar: principalmente si la violencia es urbana o rural, pero también dentro de que contexto o espacio físicoinstitucional; g) Según la relación entre la víctima y el agresor (si quien agrede es un conocido, desconocido, pariente). La violencia produce gran daño y tiene muchos costos para distintos sectores, lamentablemente, de manera desigual. Afecta más a quienes viven en las periferias de las grandes ciudades, más excluidos y con menor escolaridad. Además, otros grupos que se ven más afectados por este problema, y que pueden ser identificados de manera particular son:

las mujeres, las cuales se ven más afectadas por la violencia doméstica; los niños, para quienes el hogar y la escuela son ambientes en donde perciben violencia y corren el riesgo de aprenderla; los adolescentes, quienes son víctimas y perpetradores frecuentes de violencia; entre otros.

2.2.2 Violencia escolar La dificultad de definir violencia escolar se encuentra en parte en lo diverso y heterogéneo que puede ser el fenómeno. “La violencia escolar es todo acto por el cual un individuo o grupo utiliza la fuerza física, armas o la coacción psíquica o moral en contra de sí mismo, de objetos o de otra persona o grupo provocando como resultado la destrucción o daño del objeto y la limitación o la negación de cualquiera de los derechos establecidos de la persona o grupo dentro de la comunidad escolar” (Abraham y Grandinetti 1997; citado por

Lavena, 2002). La organización Plan, en su Campaña “Aprender sin miedo”, señala que la violencia en las escuelas es un verdadero problema global. Este tipo de violencia puede expresarse a través del castigo corporal; abuso sexual; negligencia; abuso verbal y emocional; hostigamiento escolar (bullying en inglés), pandillas juveniles; uso de armas; o acoso durante el trayecto hacia y desde la escuela. Plan detectó que los principales problemas de violencia escolar que afecta a los niños, niñas y sus comunidades son el castigo corporal, la violencia sexual y el hostigamiento escolar y prioriza su accionar en estos temas en los 66 países en los que trabaja, inclusive Paraguay. Juan Manuel Moreno Olmedilla (1998) identifica distintos niveles o categorías, no de violencia escolar, sino de comportamiento o conducta antisocial. Establece seis categorías: Disrupción en las aulas: un alumno o grupo de alumnos impiden el desarrollo normal de la clase con sus comportamientos, lo que obliga al profesor a emplear parte del tiempo, a controlar el orden.

Probablemente sea el fenómeno que más preocupa actualmente al profesorado y que interfiere con el aprendizaje de la gran mayoría de los alumnos. Problemas de disciplina: se presentan como conflictos de relación entre profesores y alumnos. Son conductas que implican una mayor o menor dosis de violencia desde la resistencia o “boicot” pasivo hasta el desafío y el insulto activo al profesorado que pueden llegar a desestabilizar la vida cotidiana del aula. Acoso

escolar

(“Bullying”):

procesos

de

intimación

y

victimización entre iguales, esto es, entre alumnos compañeros de aula o de centro escolar que acosan o intimidan a otro a través de insultos, rumores, vejaciones, etc. Es un fenómeno preocupante, que puede tener lugar a lo largo de meses e incluso años, siendo sus consecuencias muy graves Vandalismo y agresión física: se consideran ya como fenómenos puros de violencia. El primero contra las cosas; el segundo contra las personas. Acoso sexual: Es una manifestación oculta del comportamiento antisocial. Absentismo: el abandono de las responsabilidades académicas, tanto de manera activa como pasiva se introduce en este agrupamiento por su relación con los problemas de convivencia tanto en el centro como fuera de éste. El autor sugiere dos grandes modalidades de comportamiento antisocial en los centros escolares, a saber, el invisible y el visible. Así, por un lado, la mayor parte de los fenómenos que tienen lugar entre alumnos, como el bullying, el acoso sexual o cierto tipo de agresiones y extorsiones, resultan invisibles para padres y profesores; por otro lado, la disrupción, las faltas de disciplina y la mayor parte de las agresiones o el vandalismo,

son ciertamente bien visibles, lo que puede llevar a suponer que éstas ultimas son las manifestaciones más importantes y urgentes que hay que abordar, olvidando aquellos fenómenos caracterizados por su invisibilidad. “Estaríamos localizándonos en la punta del iceberg, olvidando aquello que lo sostiene y esta por debajo de las aguas”. (Moreno Olmedilla, 1998)

2.2.3 Acoso escolar El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar, maltrato entre iguales por abuso de poder, o, incluso, por su término inglés bullying) es una forma extrema y característica de violencia escolar. Resulta complejo definir el fenómeno bullying y más aún traducir literalmente este vocablo inglés al español. Dicho término surge de la palabra en inglés “bull” que significa literalmente, toro; de ahí se deriva “bully” que significa matón, agresor, una criatura fuerte y que atropella a otros más débiles y pequeños (bullier). Representa a un toro envistiendo a alguien, ejerciendo su poder de matón sobre los demás (Lera y García Mora, 2000; citado por Ramos, 2008). El psicólogo Dan Olweus (1998; citado por Olweus, 2007),

de la

Universidad de Bergen, pionero en estudios sobre violencia escolar en los países nórdicos, desarrolló los primeros criterios para detectar el problema de forma específica, permitiendo diferenciarlo de otras posibles interpretaciones como: juego turbulento, acto disruptivo, incidente puntual o bromas y relaciones de jugueteo entre iguales propias del proceso de maduración del individuo: “Un alumno es agredido o se convierte en víctima cuando está expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otro alumno o varios de ellos”, y para aclarar el significado de acciones negativas dice: “Se produce una acción negativa cuando alguien, de forma intencionada, causa daño, hiere o incomoda a otra persona. Se pueden cometer acciones negativas de palabra, por ejemplo con amenazas y burlas, tomar el pelo o poner motes. Comete una acción

negativa quien golpea, empuja, da una patada, pellizca o impide el paso a otro mediante el contacto físico. También es posible llevar a cabo acciones negativas sin el uso de la palabra y sin el contacto físico, sino, por ejemplo, mediante muecas, gestos obscenos, excluyendo de un grupo a alguien adrede, o negándose a cumplir los deseos de otra persona”,

y enfatiza que estas acciones deben ocurrir repetidamente por un período de tiempo, y pueden ser ocasionadas por un solo estudiante o una sola estudiante, o un grupo de estudiantes, dirigidas a un solo estudiante, o una sola estudiante, o a un grupo de estudiantes. Es claro que Olweus determina en gran medida la ocurrencia del fenómeno por la repetición constante de las acciones hostiles, no por una sola acción aislada, así sea grave; de hecho, explicita en su concepto ciertas acciones que no causan daño físico evidente, como por ejemplo decir apodos o hacer muecas a las víctimas. También resalta que debe existir una relación de poder asimétrica en la que el alumno o alumna víctima no se defiende. Estas acciones pueden ser directas, con acciones negativas evidentes, o pueden ser indirectas, tomando la forma de exclusión o aislamiento deliberado, considerando esta forma como menos evidente. Estas acciones negativas, intimidatorias y de acoso entre jóvenes de edad y fuerza similar y repetidas en el tiempo, constituyen lo que denominó bullying, excluyendo las acciones negativas ocasionales que en un momento se dirigen a un estudiante y en otra ocasión a otro u otra estudiante, aunque puedan ser graves. Según Olweus la definición de bullying o de hostigamiento entre pares que formuló inicialmente no se ha cambiado; más bien se ha ampliado (Olweus 2001; citado por Paredes, 2008): “Decimos que un estudiante está siendo hostigado por pares o es víctima cuando otro estudiante o varios de ellos: Le dicen cosas con significados hirientes, o hacen burla de él/ella o lo/a llaman con nombres que tienen significados hirientes. Lo/a ignoran o excluyen completamente del grupo de amigos o lo dejan fuera de cosas a propósito. Lo/a golpean, patean, empujan, tumban, o lo/a encierran en un cuarto.

Dicen mentiras o difunden falsos rumores sobre el/ella, o envían notas y tratan de hacer que otros estudiantes sean antipáticos con el/ella. Les hacen otras cosas hirientes. Cuando hablamos de bullying, esas acciones suceden repetidamente y es difícil para el/la estudiante agredido/a, defenderse por sí mismo. También llamamos bullying cuando se burlan repetidamente de manera hiriente de el/ella. No llamamos bullying cuando la burla es hecha de una forma amigable y juguetona. Tampoco es bullying cuando dos estudiantes de mas o menos la misma fuerza, discuten o pelean”.

Esta ampliación mantiene el carácter central de las acciones agresivas repetidas durante un tiempo para determinar si es un problema de hostigamiento entre pares o bullying y tiende

a ampliar los

comportamientos del maltrato; por ejemplo, aislar intencionalmente o esparcir falsos y negativos rumores no es explícito en la primera definición, pero se conservan los tres elementos iniciales: es un comportamiento agresivo que puede tomar diversas formas, este comportamiento se repite en el tiempo, y la víctima no logra defenderse, lo que establece un desequilibrio de poder entre los dos. 2.2.4 Tipos de acoso escolar El acoso escolar puede producirse mediante conductas diferentes que merecen ser estudiadas de manera específica porque, a pesar de compartir los rasgos comunes de desequilibrio de poder, intencionalidad y reiteración, muestran también una especificidad que debe ser tenida en cuanta a la hora de interpretar sus consecuencias y deducir la mejor manera de intervenir. Entre las conductas

que los acosadores dirigen a la víctima pueden

distinguirse los siguientes tipos: Exclusión y marginación social: ignorar sistemáticamente a la víctima y no dejarla participar, aislándola intencionadamente de las interacciones del grupo

Agresión verbal: con insultos, a través de burlas, apodos ofensivos, hablando mal de otro, sembrando rumores y mentiras, o ridiculizándola. Cuando la víctima pertenece a un colectivo que es objeto de discriminación en el conjunto de la sociedad (por pertenecer a una minoría étnica), esas

agresiones verbales

suelen aludir a dicha característica, dando origen a acoso racista, xenófobo, homófobo o sexista. En ocasiones, estas agresiones verbales giran en torno a dificultades de la víctima (como tener una menor agilidad o alguna necesidad especial). En otros casos, por el contrario, son precisamente cualidades de la víctima valoradas por la sociedad (como el rendimiento, llevarse bien con las figuras de autoridad o tener una apariencia que suscita envidia) las que son ridiculizadas en los sobrenombres o apodos. Agresión física indirecta: robando, rompiendo o escondiéndole cosas. Agresión física directa: a través de golpes, patadas, palizas, empujones… Intimidación/amenaza/chantaje:

para

provocar

miedo,

obligándole a hacer algo que no quiere (como traer objetos o dinero, hacer trabajos), u obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere Acoso sexual: supone un atentado dirigido a la dignidad y libertad sexual de las personas. De tipo verbal (con frases o insultos obscenos) u obligando a participar de situaciones de carácter sexual con coacciones. Ciberacoso (cyberbullying): conductas en las que cualquiera de los otros tipos de agresiones se realiza grabando la agresión y difundiéndola mediante el teléfono celular o internet, o se utilizan estos medios para acosar a la victima fuera del recinto escolar. Según Willard (2004; citado por Del Río, 2010), el cyberbulllying

puede ser definido, en pocas palabras, como “el envío y acción de colgar –‘sending’ y ‘posting’– de textos o imágenes dañinas o crueles en internet u otros medios digitales de comunicación”. Manson (2008; citado por Del Río, 2010) añade que el acoso lo puede realizar un individuo o un grupo de modo deliberado y repetitivo: “El cyberbullying se define como el uso de la información y comunicación a través de la tecnología que un individuo o un grupo utiliza deliberadamente y de manera repetida para el acoso o amenaza hacia otro individuo o grupo mediante el envío o publicación de texto cruel y/o gráficas a través de los medios tecnológicos”.

Según Manson (2008; citado por Del Río, 2010), existen otros rasgos que diferencian el acoso tradicional del digital, como la amplitud de la potencial audiencia; la invisibilidad o anonimato; es imperecedero; se pueden realizar en cualquier lugar y en cualquier momento con rapidez y comodidad (por la movilidad y la conectividad de las nuevas tecnologías que traspasa los límites temporales y físicos que marcaban el acoso en la escuela).

2.2.5 Criterios que distinguen y caracterizan el acoso escolar El acoso escolar es un tipo específico de violencia escolar, que se caracteriza por: a) La existencia de una o más conductas de hostigamiento

para

causar un daño intencionado. El agresor/a actúa con deseo e intención de dominar y de ejercer poder sobre otro/a.

b) Las acciones de maltrato tienen que producirse de forma repetida en el tiempo, durante un período prolongado y de forma recurrente. La expectativa de repetición de los actos intimidatorios tiene consecuencias nefastas para la víctima. c) Las acciones deben darse en situaciones de desigualdad de poder, en las que existe un desequilibrio de fuerzas físicas, sociales y psicológicas. Supone un abuso de poder, en una situación desigual y de indefensión por parte de la víctima. d) Comprende diversos tipos de conducta violenta. Se inicia generalmente con actos aislados como agresiones de tipo social y verbal y, progresivamente, se produce una escalada en el grado y diversidad de conductas hasta llegar a formas complejas y dañinas, como coacciones y agresiones físicas. e) Las acciones suelen estar provocadas por un escolar apoyado generalmente en un grupo. f) Las

acciones

de

intimidación,

por

su

propia

naturaleza,

permanecen secretas, escondidas y ocultas fundamentalmente para los adultos y pueden pasar desapercibidas y no ser conocidas por el profesorado ni por la familia. Los profesores no se dan cuenta, tienden a subestimar la frecuencia del acoso en su aula o centro y, en determinados casos “hacen relativamente poco para detener la intimidación” (Olweus, 1998) g) Las acciones se vertebran en torno a un triángulo formado por agresor/a,

víctima

y

espectador/a,

con

distinto

grado

de

responsabilidad. Hay un silencio que el agresor exige o que la víctima se impone por diversos motivos (vergüenza, temor, etc.). Los espectadores también callan y no comunican los hechos debido al temor a represalias, cobardía, no ser soplón. En torno al “bullying” hay una marcada “Ley del silencio”.

h) Las acciones de intimidación ocurren en cualquier lugar del centro escolar, aunque son menos frecuentes en aquellos momentos y lugares en los que hay adultos presentes. También pueden producirse fuera del centro educativo. i) Estas acciones tienen consecuencias negativas para todos los implicados. Las víctimas sufren ansiedad y angustia, así como un deterioro de su autoestima y el autoconcepto; los agresores/as aprenden a establecer vínculos de dominio y sumisión que afectan a su desarrollo socio-personal y moral y, los observadores/as, desarrollan sentimientos de culpabilidad o desensibilización ante el sufrimiento ajeno. j) Por lo general, el acoso parece ocurrir sin provocación aparente por parte de la persona que lo sufre. Esta definición deja claro que el “bullying” puede ser considerado como una forma de abuso entre iguales; lo que lo distingue de otras formas de abuso como el maltrato infantil o hacia la mujer es el contexto en el que se desarrolla y las características de la relación existente entre quienes participan en él. La presente investigación tiene en cuenta los enunciados de Olweus para esclarecer la presencia de acoso escolar en la institución objeto de estudio.

2.2.6 Perfiles psicosociales de los sujetos sometidos al acoso escolar Cada una de las partes implicadas en una conducta agresiva, tanto el agresor como la víctima, parecen reunir un perfil o una serie de características personales que están asociadas con el mantenimiento de esas conductas. Muchas investigaciones se han centrado en identificar y analizar los perfiles y características que muestran las víctimas y los

agresores con el objetivo de poder intervenir preventivamente con los alumnos y alumnas que presenten ciertos perfiles de riesgo, antes de que se impliquen en un problema de bullying. 2.2.6.1 Con respecto a la víctima En cuanto a la personalidad, las víctimas suelen ser débiles, inseguras, ansiosas, sensibles, tranquilas y tímidas con bajos niveles de autoestima. La opinión que llegan a tener de sí mismas y de su situación suele ser negativa. Pasan más tiempo en casa, no desean salir ni divertirse. Muestran una excesiva protección paterna. Generalmente, tienen un contacto más estrecho y positivo con las madres. Esta protección en exceso puede ser tanto causa como efecto del acoso. Con referencia al aspecto físico, las víctimas suelen ser menos fuertes y no son agresivos ni violentos. Muestran un alto nivel de ansiedad e inseguridad. A veces rasgos como ser gordos, bajitos, usar anteojos, el color de la piel, tener orejas “pantalla” o dificultades del habla (tartamudez), constituyen signos visibles que el agresor/a elegiría para atacar a las víctimas. Son sujetos rechazados con dificultades para establecer una relación de amistad. Son los menos populares. Se aceptan dos prototipos: La víctima activa o provocativa que presenta los rasgos anteriores pero combinados con un modelo de ansiedad y reacción agresiva, desafiante, lo que es utilizado por el agresor/a para excusar su propia conducta. La víctima pasiva es la más común. Son sujetos inseguros que sufren en silencio el ataque del agresor/a. Con frecuencia las víctimas de burlas, marginación social y bromas pesadas son escolares integrados en el sistema educativo (Ortega y Córdoba, 2006), especialmente en las relaciones con los adultos. Atienden al profesor/a, son muy sensibles y provocan envidia y celos de

los otros. Pero nunca es un factor desencadenante ni el responsable ya que hay buenos alumnos/as que son muy hábiles socialmente, aprenden a ocultar sus intereses académicos y a seguir la corriente al grupo de alumnos/as agresores. Por lo tanto, conseguir evitar ser objeto de maltrato es una habilidad social que no necesariamente acompaña a los que tienen buenas habilidades cognitivas. Otras veces, la víctima es un alumno/a que carece de experiencias previas de confrontación agresiva. Suelen ser sujetos sobreprotegidos, educados en un ambiente familiar tolerante y responsable y que presentan graves dificultades ante los retos de prepotencia y abuso. Se refugian en un grupo muy reducido de amigos. Otras víctimas son estudiantes simplemente diferentes por tener una deficiencia física o psíquica, con dificultades de desarrollo, trastornos de aprendizaje, etc., o simplemente, por tener una característica especial como usar anteojos, tener una nariz grande, ser obeso o demasiado delgado. Esto corrobora una vez más que el problema de la violencia es siempre un problema de crueldad y no sólo de conflicto. Otro grupo de víctimas lo conforman aquellas que pertenecen a minorías étnicas, raciales y culturales, que pueden ser fácilmente acosadas, apareciendo conductas de racismo y xenofobia. Es importante, señalar que aquellos estudiantes que han padecido una experiencia larga como víctimas pueden convertirse a su vez en agresores, generando una espiral de violencia que incide negativamente en el clima interactivo del centro. 2.2.6.2 Con respecto al agresor/a o victimario Esta figura se asocia fundamentalmente al varón (Olweus, 1998). No obstante, son cada vez más los casos en los que se ven involucradas las chicas como autoras de situaciones de acoso psicológico bajo intimidaciones sutiles y poco evidentes.

El agresor/a manifiesta un temperamento agresivo e impulsivo, deficiente en sus habilidades para comunicar y negociar sus deseos. Escasa empatía, poca capacidad para ponerse en el lugar del otro, escaso control de la ira, impulsivos, autosuficientes y con altos niveles de autoestima. Conforma una personalidad problemática propiciada por un conjunto de experiencias previas de abandono e inestabilidad emocional. En su aspecto físico, tienen mayor fortaleza física con respecto a sus compañeros/as en general y las víctimas, en particular. Muestran una carga excesivamente agresiva en sus interacciones sociales. Suelen estar en grupos en los que son los mayores por haber repetido curso siendo su integración escolar menor (Cerezo, 1997). Son menos populares aunque están menos adaptados que las víctimas. Su relación paterna es deficiente, y ésta manifiesta un interés pésimo por el funcionamiento del centro y el quehacer de sus hijos/as en el mismo. Suelen ser producto del abandono, la crueldad y el abuso familiar. Esto les convierte en verdugos y víctimas a la vez. Les resulta difícil entender los sentimientos del otro ya que viven la experiencia cotidiana de que sus propios sentimientos son ignorados y agredidos (Ortega y Córdoba, 2006). Para los chicos que practican el bullying, la violencia es solo un instrumento de intimidación. Para él su actuación es correcta y por lo tanto, no se autocondena, lo que no quiere decir que no sufra por eso. Se reconocen tres perfiles en el agresor (Olweus, 1998): Activo y directo, que agrede personalmente, estableciendo relaciones directas con la víctima. Social-indirecto, no tiene contacto directo con la víctima, siendo sus seguidores los que perpetran las acciones de violencia y persecución. Pasivos, que participan en la planificación de la agresión aunque no actúan en la misma

Los agresores/as rara vez son alumnos/as académicamente brillantes aunque esto constituye un hecho que no parece importar demasiado al grupo de iguales (Ortega, 1998). Por eso, suele encontrarse que estudiantes con bajos resultados académicos gozan de un buen prestigio social entre sus compañeros/as. Estos sujetos suelen ser enormemente hábiles en sus conductas sociales. Parecen haber aprendido las claves para hacer daño y evitar el castigo e incluso ser descubiertos. Suelen tener una explicación más o menos acertada para justificar su maltrato hacia el otro. Llevan la situación de forma virtuosa, es decir, “nunca ha sido él”, “siempre es capaz de demostrar que otro empezó primero y que él no tuvo más remedio que intervenir” (Ortega y Córdoba, 2006). A veces, el argumento que se explicita es “él se lo ha buscado”. Con frecuencia, añade esta autora, suelen ser alumnos/as populares y muy simpáticos con los profesores/as a los que han aprendido a adular. 2.2.6.3 Con respecto a los espectadores/as Generalmente, el alumnado conoce la existencia de problemas de malos tratos entre compañeros/as. Conocen quiénes son los intimidadores y quiénes las víctimas, dónde tienen lugar y hasta dónde pueden llegar. Estos actos a veces son conocidos por un número importante de observadores, si bien es verdad que hay un grupo de estudiantes que desconoce estos hechos. Es un grupo bastante heterogéneo dentro del que se pueden considerar tres formas de implicación: Antisociales: no actúan directamente, pero refuerzan de alguna manera la conducta del acosador, por ejemplo, sonriendo o con gestos cómplices. Parece que ante estos episodios, se produce un contagio social del agresor que inhibe las conductas de ayuda y llega a fomentar la participación de los observadores.

A veces el abuso se hace en

pandilla o grupo; son varios los que molestan y es difícil salirse de este grupo. Espectadores propiamente dichos: observan y no hacen nada; permanecen “neutrales” y pueden sentirse indiferentes con la situación, no dándole importancia en absoluto, con lo que toleran y se acostumbran a estas injustas situaciones. A veces se muestran nerviosos e incómodos pero no hacen nada.; el peligro es que a la larga pueden convertirse en cómplices. Hay distintas razones por las que no actúan, siendo las principales: no quieren meterse en problemas, no se atreven a afrontar al acosador, impotencia frente a la situación, miedo a ser intimidados, cobardía, concepto de lealtad y fidelidad mal entendido, ideas erróneas respecto a ser soplones y romper el código de los amigos. “No es mi problema, que lo resuelvan entre ellos”. Prosociales: ayudan a la víctima y hasta pueden llegar a recriminar al agresor, verbal o gestualmente. Se sienten afectados y a veces asustados y suelen pedir ayuda y/o comunicárselo a los adultos. Los espectadores, especialmente los prosociales y los propiamente dichos son elementos muy importantes porque son a ellos a los primeros que el chico victima les contará su problema y les pederá ayuda. Según el Informe del Defensor del Pueblo (2000), los estudiantes se comportan de forma agresiva después de observar un acto de agresión. Es decir, se produce un contagio social que inhibe la ayuda e incluso fomenta la participación intimidatoria en el desarrollo del maltrato entre iguales. Esta falta de apoyo del alumnado hacia las víctimas se ha interpretado por Olweus (1998) como el resultado de la influencia que los agresores/as ejercen sobre los demás. Es el miedo a ser incluido en el grupo de la víctima y a convertirse en otro sujeto más de agresiones lo que impide ayudar y hacer algo más. Además, si la víctima acumula insultos y ataques continuados se termina percibiendo a ésta como una

persona que se merece lo que le ocurre y con poco valor, disminuyendo el sentimiento de culpabilidad de los observadores. Ante las actuaciones exitosas del agresor, los espectadores pueden entender “que todo vale”, incluso actuando de forma agresiva. Es decir, al observar que desde el modelo agresivo se logran los objetivos mediante la fuerza y la intimidación, éstos imitan dichos comportamientos para obtener determinadas recompensas. En el caso del acoso escolar, la recompensa está en el sentimiento de poder y superioridad hacia la víctima. El alumno/a que es obligado a callar e ignorar la violencia de un tercero sobre otro está instado a asumir un cierto grado de culpabilidad que tiene consecuencias para todos. Para el agresor, porque recibe una especie de consentimiento que se interpreta como aprobación; para la víctima porque puede sentir no sólo la crueldad del agresor/a sino también la de sus compañeros/as que optan por la vía del silencio y la del espectador/a, porque se siente un cómplice que dificulta la intervención del profesorado y la familia (Ortega y Córdoba, 2006). Por tanto, si los adultos que están alrededor no actúan de forma categórica contra el agresor/a quedan aumentadas las probabilidades de aprender que la vida social funciona con la ley del más fuerte. 2.2.7 Prevalencia del acoso escolar Según Garaigordobil y Oñederra (2010), el acoso escolar es un fenómeno general que se produce en todos los países en que se ha estudiado. Sin embargo,

los

datos

de

prevalencia

no

son

homogéneos.

Independientemente de que exista mayor o menor presencia del problema del acoso y de sus diferentes formas en los distintos países, los datos no son fácilmente comparables, teniendo en cuenta la diversidad de instrumentos y métodos utilizados en las investigaciones. Sin embargo, sí aparecen una serie de tendencias generales referidas a variables, tales como el género, el curso escolar o la edad, los tipos de

abusos más frecuentes y el lugar en que se producen, que merecen ser mencionadas y se presentan a continuación: Por lo que respecta al género, los chicos siempre tienen mayor participación en los incidentes de maltrato tanto en el papel de agresores como en el de víctimas. Las formas más usuales de abuso que llevan a cabo los chicos son la agresión verbal y la agresión física directa. Las chicas, por el contrario, realizan y son víctimas de más agresiones indirectas, sean de carácter verbal o social como por ejemplo: hablar mal de otro o excluirle. Por lo que se refiere al curso escolar, los problemas de violencia disminuyen progresivamente a medida que avanzan los cursos y por tanto aumenta la edad. El momento de mayor prevalencia del problema se sitúa entre los 11 y los 14 años de edad, disminuyendo a partir de aquí. Las formas más comunes de acoso son, en primer lugar, el de tipo verbal (insultos, motes), seguido por el abuso físico (peleas, golpes…) y el maltrato por aislamiento social (ignorar, rechazar, no dejar participar), aunque esta modalidad de maltrato no siempre ha sido indagada en los estudios revisados, ya que el estudio pionero de Olweus, modelo de la mayoría de estudios posteriores, no la incluía. Los casos de amenazas con armas y acoso sexual son muy raros en todos los estudios. Con referencia a los lugares donde tienen lugar los episodios de abuso, éstos varían dependiendo del curso en que se encuentren los estudiantes. Mientras que, en general, en los niveles de Educación Escolar Básica el espacio de mayor riesgo es el recreo, en el Nivel Medio se diversifican los lugares de riesgo, incrementándose los índices de abusos en las aulas y en los pasillos, en cambios de clase y aquellos momentos en lo que no hay una presencia directa de las personas adultas y el camino de ida y vuelta a casa.

La violencia entre iguales en la escuela se produce en todo el mundo y en todas las clases sociales. El origen socioeconómico apenas tiene incidencia causal. Si puede haber diferencias en los tipos de maltrato siendo las clases bajas y los niveles marginales más propensos a la utilización de maltrato físico. El porcentaje promedio aproximado de victimización grave oscila entre el 3% y el 10%, y el porcentaje de estudiantes que sufren conductas violentas oscilan entre un 20% y un 30%. Gestión del centro escolar: se produce en centros tanto públicos, subvencionados

como

privados,

no

existiendo

diferencias

de

incidencia según la gestión. Comunicación de los hechos: en Educación Escolar Básica se comunica entre el 30 y 40% de los casos descendiendo en Educación Media al 5%. Se comunica en primer lugar a los iguales, después a la familia o teléfono de ayuda (cuando existe) y en último lugar, al profesorado. Generalmente se cuenta más a los iguales ya que, en la edad adolescente, se tiene más confianza con ellos. No se cuenta a las personas adultas ya que tiene pocas expectativas de que les puedan ayudar en estos problemas, piensan incluso que las cosas van a empeorar y se complicarán con la intervención de los adultos. Los problemas de acoso escolar se dan con más frecuencia de lo que parece y están aflorando y haciéndose cada vez más presentes. Socialmente se aprecia mayor tolerancia y permisividad de conductas violentas (por ejemplo agresiones verbales). La violencia indirecta y no explícita forma parte del ambiente y llega a ser aceptada como normal, cotidiana, permitida y no prohibida ni penalizada. Los adolescentes se acostumbran a vivir en un clima de relación interpersonal de dominiosumisión. 2.2.8 Causas del acoso escolar

No hay una sola causa del acoso escolar, sino un conjunto de factores de riesgo que predisponen hacia el acoso en ausencia de condiciones protectoras suficientes como para contrarrestar las anteriores, por lo que podría hablarse de cierta vulnerabilidad hacia la intimidación o la victimización. El acoso escolar es un fenómeno multideterminado, es el resultado de la compleja interacción entre distintos factores. Variables personales e historia personal Temperamento: inhibición contra desinhibición conductual Aprendizaje de conductas violentas o sumisas durante la infancia Aprendizaje observacional de conductas de violencia en los medios de comunicación y en la sociedad Experiencias previas de haber sido maltratado por adultos, victimizado, abandonado, agredido físicamente. Algunos chicos/as han sufrido el castigo, la humillación o el desprecio que trasladan a las relaciones con sus iguales. Algunos chicos/as, a lo largo de su proceso de socialización, no han aprendido a afrontar la prepotencia, las bromas, las presiones, las burlas… y se sienten inseguros y con falta de confianza en estas situaciones Falta de autocontrol personal Inhabilidad social

Variables familiares

Estilo de educación familiar autoritario y uso de disciplina autoritaria y métodos coactivos, punitivos y violentos en la educación infantil Permisividad hacia la conducta agresiva del niño Reforzamiento, apoyo y aprobación de conductas de intimidación Ausencia de un padre o figura paterna (modelo masculino) positiva Actitud emocional básica de la madre de carácter negativo Algún modelo familiar de víctima Maltrato familiar (físico o psíquico): “Un niño mal tratado aprende a maltratar”. Escaso tiempo compartido en familia Escasos canales de comunicación

Tabla 1: Condiciones de riego en casos de violencia

Variables escolares

Variables ambientales, sociales y culturales

Falta de autocontrol personal Inhabilidad social Metodología competitiva Disciplina autoritaria y medidas punitivas y sancionadoras Reglamento o normas de convivencia no contextualizados Carencia o inadecuación de normas y de pautas disciplinarias positivas Clima enrarecido en el aula o en el centro: La falta de respeto, humillaciones, amenazas o exclusiones del personal docente hacia los alumnos llevan a un clima de violencia y situaciones de agresión Organización con tiempos muertos entre clase y clase. Falta de control físico y de vigilancia. A mayores dimensiones del predio escolar más riesgo de que haya acoso escolar Ausencia de enseñanza de habilidades sociales, asertividad y educación emocional Ausencia de educación en valores Falta de atención a la diversidad cultural Escasa participación en actividades de grupo Escasa comunicación entre alumnado y profesorado

Creencias y costumbres sociales: estereotipos sexistas y xenófobos instalados en la sociedad. Medios de comunicación social: presentación de modelos carentes de valores en series televisivas y reality-shows, baja calidad educativa y cultural de la programación, alta presencia de contenidos violentos en los programas televisivos, tratamiento sensacionalista de las noticias con contenido violento. Valores socialmente aceptables Permisividad social hacia la violencia: justificación social de la violencia como medio para conseguir un objetivo o resolver dificultades o problemas Situación económica precaria

Tabla 2: Condiciones de riego en casos de violencia

Algunos ejemplos de condiciones de protección ante la violencia son: Modelos sociales positivos y solidarios Colaboración entre la familia y la escuela Contextos de ocio y grupos de pertenencia constructivos Adultos disponibles y atentos para ayudar

2.2.9 Consecuencias del acoso escolar para las víctimas, los agresores y los testigos El acoso escolar tiene consecuencias perniciosas para todos los implicados pero con distintos síntomas y niveles de sufrimiento. Aunque los efectos más acusados se muestran en la víctima, los agresores y los espectadores también son receptores de aprendizajes y hábitos negativos que influirán en su comportamiento actual y futuro (Garaigordobil y Oñederra, 2010).

Todos los alumnos implicados en situaciones de

maltrato, en cualquiera de los roles, están en mayor situación de riesgo de sufrir desajustes psicosociales y trastornos psicopatológicos en la adolescencia y en la vida adulta que los chicos y chicas no implicados. No hay duda de que la consecuencia más extrema del bullying es el suicidio o la muerte de la víctima y precisamente fue esto lo que impulsó la primera investigación, realizada en Noruega por Olweus a principios de la década de los setenta del pasado siglo. Este tipo de evento dramático ha servido para impulsar la investigación y la intervención institucional en muchas comunidades. Obviamente, quienes sufren las consecuencias más negativas son las víctimas: consecuencias como fracaso escolar, altos niveles de ansiedad, riesgos físicos, que conllevan a una personalidad insegura. Para el agresor, estas acciones también conllevan una serie de consecuencias ya que aprende a conseguir sus objetivos de manera violenta y se instala en una situación predelictiva. Entiende que obtiene reconocimiento social y esto en un futuro les puede llevar a ejercer la sumisión y la dominación en la convivencia doméstica. Los espectadores, igualmente, tampoco quedan inmunes tras los hechos pues refuerzan posturas egoístas e individualistas. Llegan a valorar como importante tales conductas agresivas y les produce insensibilización ante el sufrimiento del otro.

Víctimas Bajo rendimiento académico y fracaso escolar Rechazo a la escuela (suelen cambiar de colegio) Sentimientos de inseguridad, soledad, infelicidad Introversión, timidez, aislamiento social Baja popularidad y a veces impopularidad Baja autoestima Carencia de asertividad Baja inteligencia emocional Sentimientos de culpabilidad Alteraciones de la conducta y conductas de evitación Diversas somatizaciones y dolores físicos Insomnio, enuresis Síndrome de estrés postraumático: flashbacks Ansiedad Terror y pánico Depresión: alteraciones del estado de ánimo, como la tristeza e ideación de suicidio En casos más extremos el suicidio Persistencia de síntomas a largo plazo y en edad adulta

Agresores Bajo rendimiento académico y fracaso escolar Rechazo a la escuela Muchas conductas antisociales Dificultades para el cumplimiento de normas Relaciones sociales negativas Nula capacidad de autocrítica Falta de empatía Falta de sentimiento de culpabilidad Crueldad e insensibilidad Ira e impulsividad Baja responsabilidad Consumo de alcohol y drogas En casos más extremos el suicidio Persistencia de síntomas a largo plazo y en edad adulta

Espectadores Miedo Sumisión Pérdida de empatía Desensibilización ante el dolor del prójimo Insolidaridad Interiorización de conductas antisociales y delictivas para conseguir objetivos Sentimientos de culpabilidad Persistencia de síntomas a largo plazo y en edad adulta

Tabla 3: Consecuencias del acoso escolar para las víctimas, los agresores y los espectadores (Garaigordobil y Oñederra, 2010)

2.2.10 Indicadores de observación para la identificación de víctimas y agresores A continuación, en las tablas 4 y 5 se citan algunos indicios que puedan dar sospechas tanto a profesores como a padres de que su hijo/a o alumno/a sea objeto de algún tipo de acoso escolar, o tenga tendencia a la agresividad. VICTIMAS Señales para los educadores La relación de los alumnos y alumnas en áreas comunes: los peores momentos se sufren cuando los profesores no están presentes Los “escritos” en las puertas de baños y paredes La no participación habitual en salidas del grupo Darle importancia a las risas o abucheos repetidos en clase contra determinados alumnos o alumnas Estar atento a aquellos alumnos que sean diferentes, por su forma de ser o aspecto físico Se queja de forma insistente de ser insultado, agredido, burlado… Comenta que le roban sus cosas en el colegio cada día Investigar los cambios inexplicables de estados de ánimo sin motivo aparente Escasas relaciones con los compañeros/as Evidencias físicas de violencia y de difícil explicación Quejas somáticas constantes Variaciones del rendimiento escolar, fracaso repentino Quejas de los padres que dicen que no quiere ir al colegio Rechazo a la escuela (suelen cambiar de colegio)

Señales para la familia Sienten recelo o miedo de ir al colegio (buscan cualquier excusa para no ir) Regresan a casa del colegio con la ropa rota o desordenada, con los libros y material escolar rotos Tienen contusiones, heridas o arañazos que no se explican de forma habitual No les acompañan compañeros de clase o del colegio cuando vuelven a casa Es posible que no tenga un solo amigo con quien compartir el tiempo libre Rechazo a fiestas, excursiones… Se aísla en su habitación Llanto fácil. Se muerde las uñas Vómitos y náuseas antes de ir al colegio Nervioso e intranquilo, angustiado, ansioso y no puede concentrarse Relata situaciones de acoso sucedidas a “otro niño” Se preocupa en exceso por su seguridad o por la de los miembros de su familia Ataque de rabia desproporcionados No puede contar lo que le pasa ni nombrar a su agresor

Tabla 4: Indicadores para identificar posibles víctimas (Garaigordobil y Oñederra, 2010)

AGRESORES Señales para educadores y padres Querer dominar, tener poder y sentirse superior Ostentación de fuerza física Temperamento fuerte, se enoja fácilmente Impulsivo/a Baja tolerancia a la frustración Desafiante y agresivo/a hacia los adultos Comportamientos antisociales tempranos (problemas de disciplina, vandalismo y daños materiales, violencia física) Poco populares entre compañeros/as. Solo algunos le siguen Actitud negativa hacia la escuela

Tabla 5: Indicadores para identificar posibles agresores (Garaigordobil y Oñederra, 2010)

Para finalizar, la Psicóloga Clínica Isabel Menéndez, cita tres frases de Mahatma Gandhi, activista hindú de la no violencia, que se pueden aplicar a cada uno de los tres protagonistas de este importante problema: Para el espectador: “Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena”. Para el agresor: “La humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de la no violencia”. Para la víctima: “No dejes que muera el sol sin que hayan muerto tus rencores”.

ESTRATEGIAS DE PREVENCION DEL ACOSO ESCOLAR 2. 3 Marco conceptual Según el DRAE, el término estrategia proviene del latín strategĭa, que a su vez procede de dos términos griegos: stratos (ejército) u agein (conductor, guía). Por lo tanto, el significado primario de estrategia es el arte de planear y dirigir las operaciones bélicas. El concepto también se utiliza para referirse al plan ideado para dirigir un asunto y para designar al conjunto de reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento, es decir, un proceso seleccionado a través del cual se prevé alcanzar las metas planteadas. Asimismo, el DRAE señala que el término prevención proviene del latín praeventĭo, -ōnis, que significa acción y efecto de prevenir; preparación y disposición que se hace anticipadamente para evitar un riesgo o ejecutar algo. Significa “antes de venir”, es decir, actuar para que un problema no aparezca o al menos para que disminuyan sus efectos; igualmente connota preparación, organización, disponer con anticipación, prever. Como ya se ha detallado, el acoso escolar es una conducta de persecución física/o psicológica que realiza un alumno o un grupo de alumnos contra otro, al que elige como víctima de repetidos ataques. Esta acción, negativa e intencionada, sitúa a las víctimas en posiciones de las que difícilmente pueden salir por sus propios medios. Para hablar de acoso debe suceder: Intencionalidad: el agresor quiere causar daño a otra persona Desequilibrio de poder, por motivos físicos (menor fuerza, menor edad…), psicológico (carácter débil) o sociales (varios agresores) Reiteración del hecho

Indefensión de la víctima, que no es capaz de salir de la situación por sí sola. Según Ortega y Córdoba (2006) “La prevención del acoso escolar significa anticipación a la aparición de situaciones que puedan obstaculizar el desarrollo de una personalidad sana e integrada, propiciando que pueda desarrollar al máximo sus potencialidades”. Prevenir el acoso escolar implica: Minimizar los factores de riesgo de ser agresor o víctima, de ser espectador, de ser adulto “no enterado” o no implicado Maximizar los factores protectores que posibilitan la competencia personal y social, los valores morales… Para prevenir hay que incidir sobre: Todos los posibles participantes directa, indirecta o lejanamente implicados Los diversos contextos y escenarios: centro escolar y aula; familia. El acoso escolar es un tema que afecta a toda la sociedad. El adjetivo “escolar” alude al principal contexto donde se producen estas agresiones, no a la institución social que tiene la exclusividad para combatir este problema. La erradicación del acoso escolar, así como de todo tipo de violencia escolar, requiere el esfuerzo de los tres grandes agentes de socialización: familia, escuela y medios de comunicación. La escuela, como agente de socialización y como espacio en el que tienen lugar estas agresiones, ocupa un papel destacado en la intervención ante el acoso escolar. Pero para no caer en la frustración, es necesario no perder de vista que muchos de los factores que generan una situación de violencia escolar no pueden ser abordados desde el centro educativo y que el pilar educativo

básico en la transmisión de valores y conformación de actitudes democráticas es, y seguirá siendo siempre, la familia. La familia tiene una función educativa primordial, donde los niños interiorizan los principios y las normas de conducta que les permitirán insertarse de forma positiva y constructiva en la sociedad. La familia no puede eludir su función educativa ni delegar esta obligación en la escuela. La educación en valores para una vida democrática no sólo debe formar parte del currículo escolar, sino también y sobre todo de la dinámica familiar. La actuación de la escuela en este aspecto se apoya siempre en la base moral que la familia ha inculcado en el niño. Si un niño no ha adquirido las normas de comportamiento cívico en el seno familiar, muy probablemente su paso por la escuela estará ligado a sucesiones de conflicto con profesores y alumnos, en detrimento de su aprendizaje escolar. Los medios de comunicación de masas deberían a su vez realizar una reflexión sobre cuál es la influencia que ejercen en la transmisión de conocimientos y valores, y derivar de ahí un código ético que impida la presentación de personas agresivas como modelos socialmente aceptados y de la violencia como medio para resolver las situaciones conflictivas. Las investigaciones señalan que el acoso escolar está asociado a la visión de imágenes violentas a través de videojuegos, cine y televisión. 2.4 Importancia de la prevención Los niños/as y adolescentes, considerados como personas especialmente vulnerables y en proceso de desarrollo, tienen el derecho a que se respete su integridad física y psicológica y tienen el derecho de estar protegidos ante cualquier forma de explotación, maltrato o abuso físico, psicológico o sexual. Por supuesto que tienen el derecho a aprender en un clima social positivo. Estos derechos conllevan unos deberes en la

familia y el profesorado que han de desarrollar los aspectos necesarios para su protección y garantizar un contexto escolar seguro y positivo. La importancia de la prevención radica en que la calidad de la convivencia escolar influye directamente en los logros académicos y en el desarrollo integral de los estudiantes. Además porque la escuela es un ámbito de intervención privilegiado para la socialización y formación de valores prosociales, y para prevenir que los niños y jóvenes sean víctimas o autores de un amplio rango de conductas negativas, ahora y en el futuro. 2.5 Propuesta de intervención educativa El acoso escolar y el ciberacoso suponen por su extensión y sus efectos, un problema que hay que afrontar. Según Ortega y cols (1988) es necesario un modelo de prevención del acoso, cuya base teórica esté sustentada en dos planos inseparables en un centro educativo: la actividad escolar (el proceso de enseñanzaaprendizaje) y el entramado de relaciones interpersonales subjetivas que surgen (convivencia).

Se trata de un modelo ecológico, sistémico y

comunitario que requiere tiempo para su implementación ya que tiene en cuenta el contexto en el que se inserta el centro educativo, que cada proceso que se lleve a cabo puede ser causa o efecto de otro y que han de hacerse partícipes a todos los miembros para incrementar las probabilidades de éxito. Aunque todos los casos de acoso escolar se caracterizan por tener determinados elementos comunes, cada situación es única, por tanto, la intervención debe adecuarse a cada realidad y tipos de personalidad. Al ser un fenómeno relacional, no sólo hay que intervenir con la víctima y el agresor, sino también con los miembros del entorno (otros alumnos, profesores, padres, personal no docente…). Todas las actuaciones encaminadas a la intervención concreta cuando se identifican situaciones de acoso, y a la mejora de la convivencia en general, así como todos los protocolos, deben ser recogidos y englobados dentro de un plan de

convivencia de centro. La actuación ante el acoso escolar no debe tener como meta exclusiva evitar los conflictos, sino contribuir a mejorar la convivencia en el centro y al desarrollo de capacidades prosociales en el alumnado. La intervención en situaciones de acoso debe implicar cuatro niveles de intervención: a) Institucional, es decir, todo el centro educativo debe estar implicado; b) Familiar, ya que es fundamental implicar a los padres en el proceso, informando de los resultados de las evaluaciones que se llevan a cabo en el centro, así como solicitando su colaboración y seguimiento cuando se producen incidentes; c) Grupal, es decir, con el grupo aula en su conjunto; d) Individual, con el agresor, la víctima, y ambos conjuntamente. Una propuesta de intervención en el acoso escolar y el ciberacoso debe incluir: a) Prevención primaria: Son las medidas para evitar la aparición de situaciones de acoso escolar, es decir,

actuaciones genéricas

dirigidas a mejorar la convivencia, prevenir la conflictividad y evitar la aparición del fenómeno. b) Prevención secundaria: Se implementa cuando se detectan situaciones de maltrato incipientes, para evitar su consolidación. Son las medidas que se llevan a cabo ni bien se conoce la existencia de una situación de acoso escolar en el centro y hacen referencia a un protocolo de actuación propiamente dicho. c) Prevención terciaria: Se implementa cuando se trata de situaciones consolidadas, dirigida a minimizar el impacto sobre los implicados, aportando apoyo terapéutico y protección a las

víctimas, así como control a los agresores. Se realiza mediante la aplicación

de

programas

específicos

con

intervenciones

individuales y en el grupo de alumnos.

Figura 1 :Niveles de Prevención. Adaptación de Sprague, J., School-based interventions for Preventing Juvenile Delinquency, IVDB. University of Oregon, 2004, citado por Jorge Varela, 2007 (Prevención Primaria: Sistemas para todos los alumnos y profesores, en toda la clase o escuela; Prevención Secundaria: Sistemas especiales para alumnos con conductas de riesgo; Prevención Terciaria: Sistemas especializados e individualizados para alumnos de alto riego)

No se puede hacer una división tajante entre los tres niveles, ya que están mutuamente interrelacionados. Ofrecer un tratamiento eficaz para los estudiantes que manifiestan conductas antisociales es también hacer prevención primaria al evitar que estos sujetos sirvan de modelos para otros individuos (familiares, compañeros, etc.), del mismo modo que la prevención secundaria evita que ciertos estudiantes, tras una respuesta educativa precoz, sean objeto de la intervención terciaria. Al mismo tiempo, se evitan así nuevas situaciones de acoso y actuaciones antisociales.

Además, las consecuencias de un determinado esfuerzo no deben considerarse desde una perspectiva temporal limitada. Los efectos de cualquier intervención pueden tener impacto preventivo en generaciones posteriores, sobre todo por su influencia en el medio social y jurídico.

2.5.1 PREVENCION PRIMARIA En éste ámbito se encuentran aquellas estrategias diseñadas para prevenir que ocurran comportamientos disruptivos y violentos en los centros de enseñanza. Este tipo de intervención considera la participación de toda la comunidad educativa y parece ser la mejor alternativa para llevar a cabo una prevención realmente exitosa. El objetivo principal de estas intervenciones es modificar el ambiente escolar mejorando las relaciones entre iguales y promoviendo comportamientos prosociales. Incluye también la formación para los profesores y procedimientos para motivar la implicación de los padres. a. Medidas de Centro Estas intervenciones parten de la concepción de escuela como un sistema general de convivencia

que es necesario dinamizar para facilitar las

relaciones positivas e impedir las negativas, implicando en este proceso a todos los miembros de la comunidad educativa. Es importante que existan canales de relación entre padres y profesores como la realización de reuniones informales y foros de debate en el centro escolar que permitan discutir y negociar criterios comunes de educación, y donde los padres puedan participar activamente, expresar sus opiniones y debatir sobre los problemas de comportamiento e integración social que surjan en el centro educativo. Es preciso

entonces, sensibilizar a toda la comunidad

educativa sobre el fenómeno del acoso escolar y sus consecuencias. Además, toda intervención que vaya encaminada tanto a prevenir las conductas violentas en los centros de enseñanza como a facilitar la

convivencia y bienestar psicosocial de los alumnos, debe considerar como elementos clave la tolerancia cero respecto del acoso entre estudiantes y la necesidad de integrar socialmente a todos los alumnos en el aula. Por ello, es necesario analizar el currículum oculto, es decir, las creencias sobre la violencia en general y el acoso escolar específicamente (Jackson (1968; citado por Díaz-Aguado, 2002). En este sentido, para prevenir y minimizar las conductas violentas en la escuela sería preciso, en general, adoptar un estilo no violento para expresar las tensiones y resolver los conflictos escolares, desarrollar una cultura de la no violencia a través del rechazo

explícito

de

cualquier

comportamiento

que

provoque

vicitimización, así como romper la “conspiración del silencio” que suele establecerse en torno a este problema. Algunas orientaciones generales recomendadas para prevenir la violencia escolar desde el ámbito organizacional son: Sensibilizar a la comunidad educativa sobre el fenómeno del acoso escolar y fomentar en el alumnado el debate sobre el mismo Evaluar el clima del centro y las concepciones previas del profesorado y el alumnado sobre lo que significa convivencia y disciplina Obtener datos sobre la situación concreta del centro: realizar evaluaciones cualitativas y cuantitativas sobre el acoso escolar a través de cuestionarios y entrevistas anónimas. Crear un buen clima escolar en el centro, un lugar acogedor donde los alumnos se sientan aceptados como personas y tengan modelos positivos del papel de adulto Incluir la educación en valores y actividades para el desarrollo de habilidades sociales y personales desde un debate democrático y participativo Establecer estructuras para la mediación y resolución de conflictos, si no existieran

Revisar el Reglamento de Centro y Proyecto Educativo Institucional, si procede, con participación de todos los miembros de la comunidad educativa. Favorecer la identificación de los alumnos con el centro y aumentar su grado de participación en la toma de decisiones Concretar un sistema de normas referido a las conductas que tengan sentido para los alumnos y que se negocie con ellos Tomar decisiones sobre adecuación del currículo, la metodología, los agrupamientos, el uso educativo de tiempos y espacios, incremento de la supervisión, mejoras en la infraestructura, etc. Establecer medidas para el seguimiento individualizado del alumnado que lo precise. Integrar a la familia y desarrollar una actitud colaboradora con los padres, informando y capacitando sobre cómo abordar situaciones de acoso, ya se trate tanto de chicos/as que han sido acosados como con los agresores La implicación del profesor para poner en práctica estas estrategias es fundamental. Además, la formación del profesorado, ya sea a través de cursos breves o mediante la educación continuada en los centros, constituye un aspecto clave para la mejora de la convivencia. Esta formación debería incluir la dotación de conocimientos sobre los factores de riesgo y protección relacionados con el comportamiento violento en las etapas de la niñez y la adolescencia, así como acerca del manejo

y

resolución de situaciones conflictivas que puedan surgir entre el alumnado. El hecho de que todos los docentes pertenecientes a un mismo centro puedan recibir la misma formación y contrastar puntos de vista, favorece la toma de decisiones consensuadas, lo que redundará en beneficio de la buena convivencia escolar.

b. Medidas de Aula Conjuntamente con las propuestas mencionadas, existen otras medidas concretas que pueden aplicarse en el contexto específico del aula para prevenir el desarrollo de problemas de conducta entre alumnos. Una forma eficaz de favorecer la convivencia y que se presenta, a su vez, como un importante instrumento didáctico en el aula, es el denominado aprendizaje cooperativo.

Los alumnos necesitan aprender a cooperar,

puesto que la cooperación constituye una destreza básica, un requisito necesario y fundamental para conseguir una sociedad sin violencia. En una situación cooperativa, las personas procuran obtener resultados que sean beneficiosos tanto para ellos mismos como para todos los demás miembros del grupo, lo que contrasta con el aprendizaje competitivo, en el que cada persona trabaja en contra de los demás para alcanzar objetivos individualistas. El trabajo cooperativo trata de realizar el aprendizaje en grupos heterogéneos de alumnos/as interdependientes que tienen el objetivo de alcanzar una meta común y para llegar a ella, el éxito de los compañeros/as es tan importante como el propio.

Enseñar en grupo

cooperativo implica aceptar que ciertos contenidos se aprenden mejor si se trabajan, no sólo en compañía de otros, sino en cooperación con ellos, estimulando la comunicación y la negociación.

Sólo de esta forma

tendrán lugar experiencias que favorezcan la mejora del clima afectivo, las actitudes y valores positivos de unos estudiantes hacia otros con independencia de sus capacidades, intereses y motivaciones así como de su cultura o lugar de procedencia. (Ortega y cols, 1998). Además,

se propone la utilización del diálogo para mejorar las

habilidades sociales, el aprendizaje de estrategias constructivas para resolución de los conflictos, el desarrollo de la autoconfianza y la autorregulación, el establecimiento de normas y fronteras en un marco de democracia participativa, el fomento de la empatía y la asertividad, la comprensión del comportamiento violento, así como la promoción de modos de confrontación no violentos.

Otras estrategias recomendadas para prevenir la violencia escolar desde el contexto del aula son: Acordar normas claras, concretas y con consecuencias inmediatas a la trasgresión, consensuadas en el aula Adjudicar más responsabilidades a los alumnos, por ejemplo en la mediación entre compañeros para la resolución de conflictos Introducir periódicamente elementos de reflexión social como debates sobre conflictos y problemas en el aula y tratarlos abiertamente con el grupo. Cambiar de grupo a algunos alumnos y alumnas (nunca a la víctima, para que no pierda las posibles redes de apoyo) La puesta en marcha de todos estos esfuerzos conlleva una importante dotación de recursos a los adolescentes, tanto personales como sociales, lo que supone la mejor forma de prevenir conflictos sociales en los centros de enseñanza. Estas medidas de carácter positivo favorecen el desarrollo de un clima saludable, mientras que por el contrario, la adopción de medidas estrictamente sancionadoras como los castigos severos y la expulsión del centro, han mostrado ser totalmente insuficientes e inadecuadas para afrontar la violencia escolar tal y como comenta Smith (1999; citado por Varela, 2008), puesto que estas medidas no resuelven el problema de base ni suponen ninguna estrategia de prevención para futuros conflictos.

2.5.2 PREVENCION SECUNDARIA Implica estrategias que se llevan a cabo ni bien se conoce la existencia de una situación de acoso escolar en el centro, y tiene como objetivo la reducción del número de casos cuando ya han aparecido los problemas, y estaría dirigida a la población de riesgo.

Entre los programas que atienden a la población que se encuentra en riesgo de desmejorar la convivencia en un centro educativo se destacan la mediación, la ayuda entre iguales y los círculos de calidad. Dichos programas tendrán sentido dentro de un modelo de actuación global por parte del centro educativo que parta de la prevención primaria y en el que la implementación de un programa de atención al alumnado en riesgo pueda tener sentido y no ser rechazado. De la misma forma es necesaria una preevaluación inicial de la situación antes de llevarlo a cabo, una evaluación de su desarrollo, al final y un tiempo después de su implementación. Entre los recursos para llevar a cabo estas evaluaciones se encuentran los cuestionarios, las entrevistas, etc. (Ortega y cols, 1998; citado por Ortega y Córdoba, 2006). a. Mediación en conflictos Dentro del entramado de las relaciones interpersonales que influyen en la convivencia, el conflicto se puede presentar en cualquier tipo de relación, es decir, puede aparecer un conflicto entre dos alumnos/as, entre dos profesores/as, entre un profesor y un alumno/a, entre una familia y un profesor, etc. El conflicto no es sinónimo de violencia ni la violencia es una consecuencia directa del conflicto. El conflicto no deja de ser una contraposición de intereses, deseos, creencias…, entre dos o más partes implicadas, por lo que las relaciones interpersonales suelen estar llenas de conflictos. Lo importante no es tanto el conflicto sino la manera de resolverlo: son una oportunidad de desarrollo y cambio pero también el origen de los reales problemas de convivencia en el centro. Si la resolución del conflicto se lleva a cabo de una manera pacifica, éste dará lugar al crecimiento en ambas partes, cada uno de los implicados aprenderá del conflicto y de su resolución. Sin embargo, si la resolución del conflicto se pretende llevar a cabo a través de la fuerza o de la imposición, es muy probable que desemboque en violencia. Según Ortega y cols. (1998), un programa de mediación en conflictos exige, en primer lugar, el establecimiento de un equipo de mediadores

aceptados por la comunidad escolar y que intervengan de manera específica para hacer llegar a un acuerdo a las partes. Estos mediadores (profesores, alumnado, etc.) nunca deben ser parte integrante del conflicto, y requieren un entrenamiento previo, así como unas normas muy claras de actuación a las que deben ajustarse. Además, es imprescindible que las partes implicadas en el conflicto acepten abiertamente a los mediadores como tales. Si todo esto se desarrolla de forma favorable y se llega a la mediación, los pasos a seguir son los siguientes: Establecer los papeles sociales, las normas y las reglas de la mediación; Que cada una de las partes defina el conflicto; Análisis del conflicto con la ayuda del mediador; Búsqueda de soluciones; Enunciar por escrito el acuerdo de resolución del conflicto; Propuesta de revisión del acuerdo Implantar un programa de mediación en el centro puede favorecer la prevención de problemas de violencia escolar: con la mediación se trabajan muchas habilidades que pueden frenar la puesta en marcha de episodios de violencia escolar e incluso se pueden llega a detectar problemas de violencia enmascarados. Pese a que últimamente la mediación en conflictos se está presentando como una estrategia bastante válida no se aconseja su uso cuando las partes implicadas están envueltas en problemas de maltrato, abuso o intimidación ya que, en primer lugar, la premisa básica para llevar a cabo la mediación es la simetría de la relaciones que en este caso se encuentra deteriorada y no existe; en segundo lugar, lógicamente la víctima del acoso se encuentra en desventaja con respecto al agresor que puede estar ejerciendo incluso

cierto chantaje emocional en la misma y, por último, es difícil conseguir la imparcialidad del mediador en estos casos. b. Ayuda entre iguales La finalidad de un programa de ayuda entre iguales es que chicos/as con problemas encuentren, en la conversación y el apoyo con otros/as, un ámbito de reflexión optimizado para afrontar por ellos mismos/as sus problemas. (Ortega y cols., 1998). Se trata de crear en el centro una red de apoyo explícita para el alumnado que sienta tener algún problema. Los aplican los propios alumnos y alumnas, pero los responsables son los adultos y se consideran adecuados a partir de los 10-11 años. Es un programa bien estructurado que requiere del seguimiento de una serie de fases previas a su implementación, como el entrenamiento de los propios docentes que van a coordinar el programa, para que sean ellos mismos quienes formen al alumnado participante como consejero de sus iguales. Este entrenamiento, proporcionado por expertos, contemplaría una preparación en las principales habilidades necesarias para escuchar, resolver problemas, mediar en conflictos sin implicarse en ellos y liderar grupos: técnicas de escucha activa, confidencialidad, expresión y comprensión de los sentimientos, etc. En segundo lugar, se tendrán que eligir los consejeros, según ciertos requisitos como la voluntariedad, la aceptación del resto de los compañeros de clase, el ser nominado/a por gran parte de sus profesores/as y demostrar en una entrevista individual con el orientador/a tener desarrolladas ciertas habilidades. Posteriormente, el entrenamiento específico de los consejeros lo llevaría a cabo el profesorado implicado, empleando una mayor simulación, la retirada progresiva del control y la diversidad de tareas. Una vez elegidos los y las consejeras se estaría en disposición de poner en marcha el programa, para lo cual habrá que iniciar una buena campaña de sensibilización y de difusión de los beneficios del programa a

nivel de centro, tomar decisiones acerca de las responsabilidades que asumirá cada uno de los implicados/as, determinar quién será consejero de quién, los espacios y tiempos que se utilizarán, así como las medidas de recogida de información para evaluar el buen desarrollo del mismo y sesiones de revisión grupales e individuales entre los responsables e implicados. Pese a que es un programa trabajoso de poner en marcha y requiere de mucho tiempo e implicación por parte de los coordinadores hasta incluirlo en la cultura del centro, una vez implementado, los resultados son muy satisfactorios. c. Círculos de calidad El círculo de calidad es un grupo de personas, entre cinco y doce, que se reúnen regularmente, porque están interesadas en identificar problemas comunes, analizarlos objetivamente y resolverlos lo mejor posible. Una reunión cada semana con duración mínina de una hora es lo que está indicado (Ortega y cols., 1998). La elección de los componentes del círculo (alumnos/as, sólo profesores o mixto) debe ser voluntaria y estar fundamentada en la decisión de lograr un objetivo concreto. La responsabilidad, compartida por todos los miembros, no se diluye, ya que el círculo hace un permanente análisis de objetivos, que permite que todos los miembros asuman su parte como un deber hacia

los otros, con los cuales ha tomado la decisión. Una

estrategia de círculo de calidad puede durar entre 12 y 15 semanas y un profesor o un adulto experimentado debe actuar como facilitador y supervisor del proceso. Cuando se hayan logrado los objetivos, se debe informar a la dirección del centro o al equipo docente, que deben estudiar la puesta en funcionamiento de la propuesta que eleva el círculo. (Ortega y cols., 1998). La creación de un círculo tiene que tener como objetivo la resolución de un problema muy concreto y consta de las siguientes fases: a) Identificar

el problema a través de diferentes estrategias como la tormenta de ideas; b) Analizar el por qué de las causas del problema y sus respectivas consecuencias; c) Sugerir y estudiar soluciones para cada una de las causas producto del anterior análisis; d) Presentación de soluciones a los responsables; e) Evaluación de resultados.

2.5.3 PREVENCION TERCIARIA Son aquellas estrategias centradas en individuos con un problema establecido y diseñadas para remediar ese problema, disminuir la duración y minimizar los efectos negativos. Estas medidas de ayuda se adoptan, por tanto, con aquellos escolares que ya se han identificado como protagonistas de los casos de acoso escolar, como agresores.

víctimas o

Ante la confirmación de un caso de acoso escolar es

necesario detener de inmediato las agresiones, crear un contexto de colaboración por parte de todas las personas implicadas y garantizar la confidencialidad de los datos. Entre los programas de intervención directa, para atender al alumnado implicado en episodios de acoso escolar, se destacan: los programas de desarrollo de la empatía en agresores/as, desarrollo de la asertividad en víctimas y el método departamento

de

Pikas o de reparto de responsabilidades. El

Orientación

sería

el

más

adecuado

para

la

implementación de dichos programas, pero necesitan del entrenamiento previo pertinente, así como de prácticas y simulaciones. a. Desarrollo de la asertividad en víctimas La asertividad es una habilidad social que consiste en la capacidad de autoafirmarse en las propias convicciones, deseos o necesidades, previa evaluación de que dichas convicciones son buenas y merecen ser defendidas. Se trata de expresar las propias convicciones mediante un comportamiento y una actitud intermedia entre la pasividad y la

agresividad. Dicha habilidad suele estar bastante deteriorada y deficitaria en el alumnado que es víctima del acoso escolar. La incorporación a un programa para el desarrollo de la asertividad en alumnado detectado previamente como víctima de sus compañeros, pretende enseñar a los alumnos/as a defender sus derechos sin violar los derechos de otras personas, proporciona sentimientos de seguridad, confianza en uno mismo/a, reduce el miedo y aumenta la resistencia a la frustración que produce el ataque o aislamiento social.

El principal

objetivo es conseguir una distancia afectiva y emocional hacia la persona acosadora; que conozcan y, a la vez, dominen los sentimientos y emociones propios así como sus actitudes, gestos y lenguaje corporal; y, en última instancia, que defiendan el derecho de todo ser humano a “Decir NO”. El alumnado víctima responderá al agresor manifestando sus intenciones, deseos, sentimientos de forma clara y directa. b. Desarrollo de la empatía en agresores/as Los/as alumnos que se detectan como agresores/as de sus pares presentan una importante carencia de reciprocidad moral, una falta de empatía cognitiva y emocional que les impide ponerse en el lugar de los demás (Ortega y Córdoba, 2006).

La empatía es la capacidad para

apreciar sentimientos y emociones de nuestro interlocutor/a en una situación de comunicación con él/ella, es decir, la capacidad para ponerse en el lugar de la otra persona. El desarrollo de niños/as en contextos sociales en los que predominan conductas de desapego, malas relaciones interpersonales, sistemas de comunicación poco adecuados, etc., podría favorecer el déficit de estas habilidades sociales básicas. La incorporación de alumnos/as agresivos/as a programas de habilidades sociales, pretende que aprendan a presentarse de forma positiva, pero no prepotente, y reconocer a los compañeros como semejantes; que reconozcan las emociones y sentimientos comunes a los compañeros;

que

piensen

que

todos

necesitamos

ser

queridos,

respetados,

reconocidos y ayudados en determinados momentos. c. Método Pikas o de reparto de responsabilidades Fue desarrollado por el sueco Anatole Pikas en 1989. Es un método de intervención ante casos de acoso grupal, en los que se produce una difuminación de la responsabilidad. Este programa, que suele durar un mes, tiene como finalidad es reindividualizar a los miembros del grupo y conseguir que cada persona implicada (víctima, agresor y espectador) reflexione sobre la naturaleza de su actuación, las consecuencias de la misma y cambie sus planteamientos, hasta hacerse personalmente responsable de su conducta, una vez que comprende el efecto de la misma. Se trata de un método muy directivo, perfectamente estructurado, que se compone de tres fases: 1º fase: de entrevistas individuales con los protagonistas; 2º fase: de entrevistas de seguimiento con agresores, víctimas y espectadores; 3º fase: reunión del grupo. Para finalizar, si las estrategias se centran exclusivamente en el alumno “problemático”

se estarían soslayando otros factores contextuales de

suma relevancia en la explicación y mantenimiento de los problemas de conductas antisociales. Una estrategia efectiva de intervención supone un acercamiento más proactivo y preventivo al problema de la violencia escolar que, en caso de niños/as y adolescentes, está estrechamente vinculado al ámbito familiar y escolar, por lo que ambos contextos deben estar igualmente implicados en el establecimiento de alternativas y soluciones.

2.6 ASPECTOS LEGALES

El marco jurídico-legal ampara y protege a la sociedad ante la problemática

del

acoso

escolar, posibilitando así preservar a niños,

niñas y adolescentes y promover la prevención del acoso escolar u otras formas de violencia. El conocimiento de las normativas permite actuar de acuerdo con las disposiciones legales vigentes y encuadrar el accionar dentro de la institución escolar. Las mismas se presentan según el orden de prelación jurídico a nivel nacional. La Constitución Nacional, sancionada en 1992, establece en su Artículo 54. De la Protección del Niño: “La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de garantizar al niño su desarrollo armónico e integral, así como el ejercicio pleno de sus derechos, protegiéndolo contra el abandono, la desnutrición, la violencia, el abuso, el tráfico y la explotación. Cualquier persona puede exigir a la autoridad competente el cumplimiento de tales garantías y la sanción de los infractores. Los derechos del niño, en caso de conflicto, tienen carácter prevaleciente”.

El Artículo 60. De la protección contra la violencia: “El Estado promoverá políticas que tengan por objeto evitar la violencia en el ámbito familiar y otras causas destructoras de su solidaridad” Artículo 106. De la responsabilidad del funcionario y del empleado público “Ningún funcionario o empleado público está exento de responsabilidad. En los casos de transgresiones, delitos o faltas que cometiesen en el desempeño de sus funciones, son personalmente responsables, sin perjuicio de la responsabilidad subsidiaria del Estado, con derecho de éste a repetir el pago de lo que llegase a abandonar en tal concepto.”

Por Ley Nº 57/1990, Paraguay aprueba y ratifica la “Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño” y se compromete a adecuar su legislación en concordancia con los principios y normativas de ese Convenio, según los Artículos 3 (Del Principio del Interés Superior de del Niño), Artículo 19 y Artículo 34.

En el año 2001 se aprueba la Ley Nº 1680/2001 “Código de la Niñez y la Adolescencia” que está fundamentada en la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño y la Niña, que a su vez, se nutre de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948). Artículo 3. Del Principio del Interés Superior “Toda medida que se adopte respecto al niño o adolescente, estará fundada en su interés superior. Este principio estará dirigido a asegurar el desarrollo integral del niño o adolescente, así como el ejercicio y disfrute pleno de sus derechos y garantías. Para determinar el interés superior o prevaleciente se respetarán sus vínculos familiares, su educación y su origen étnico, religioso, cultural y lingüístico. Se atenderá además la opinión del mismo, el equilibrio entre sus derechos y deberes, así como su condición de persona en desarrollo” .

Se destacan asimismo, el Artículo 5. De la obligación de denunciar; Artículo 25. Del derecho del niño y adolescente a ser protegidos contra toda forma de explotación; Artículo 29. De la prohibición de la publicación; Artículo 34. De las medidas de protección y apoyo; Artículo 191. Del procedimiento para la atención del maltrato El Código Penal hace referencia en el Artículo 110 al Maltrato Físico; Artículo 111, Lesión; Artículo 112, Lesión grave; Artículo 113, Lesión culposa; Artículo 117, Omisión de auxilio; Artículo 119, Abandono; Artículo 134, Maltrato de menores; Artículo 240, Omisión de aviso de un hecho punible. En Paraguay, el 16 de junio de 2011, se llevó a cabo una audiencia pública sobre el Proyecto de Ley

“Contra el Acoso Escolar en

Instituciones Educativas Públicas y Privadas” en la Sala de Sesiones del Congreso Nacional. Estuvieron invitados todos los estamentos educativos involucrados en el tema. El trabajo fue el resultado de las tareas conjuntas de un boque multisectorial integrado por la Secretaría de la Niñez y Adolescencia, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Global Infancia y otros sectores con vasta experiencia en problemas sociales que incumben a la niñez y juventud. Este proyecto de ley contra el acoso escolar, con el

tiempo mutó de ser un instrumento sancionador o punitivo a ser una herramienta que busca prevenir los casos y atender integralmente los que se registren. La idea del proyecto es que las instituciones cuenten con normas de convivencia y que los docentes estén capacitados para identificar y enfrentar los casos. El objetivo es la reconciliación a través de la mediación. Además se busca el acompañamiento individual y grupal a los involucrados y a las familias. medidas aplicadas

La propuesta del MEC es que las

en el ámbito escolar deben tener contenido

pedagógico y orientador. Las instituciones educativas deben contar con sicólogos y asistentes sociales para asegurar que los alumnos cuenten con este apoyo, lo cual requiere de rubros para su implementación, pues de no ser así, la ley no tendrá los efectos deseados. El Proyecto de Ley contra Acoso Escolar, aprobado en forma general en Cámara de Diputados el 26 de agosto del 2011, pasó a Cámara de Senadores para su consideración, por las Comisiones de Educación, Cultura y Culto y de Salud Pública. Finalmente, el 6 de julio de 2012 se promulga la Ley Nº 4633/12 “Contra el Acoso Escolar en Instituciones Educativas Públicas, Privadas y Privadas Subvencionadas”, la cual entrará en vigencia el 6 de julio del 2013. La aprobación de una Ley de Acoso Escolar coloca a Paraguay a la vanguardia frente a los países vecinos. El Ministerio de Educación y Cultura (MEC), por Resolución Nº 8353, de de mayo de 2012, aprueba el “Protocolo de Atención para los casos de violencia y acoso escolar en las instituciones educativas dependientes del Ministerio de Educación y Cultura. Por su parte, la ONG Plan Paraguay, en el marco de la Campaña Aprender Sin Miedo, elaboró 6 materiales, 1 Manual Didáctico de Contenido Teórico y 5 Guías de Actividades para docentes, destinadas a Nivel Inicial; Primer, Segundo y Tercer Ciclo, Segundo Ciclo, Tercer Ciclo de la Educación Escolar Básica y Nivel Medio.

El reglamento interno institucional es un documento que rige la organización y la tarea de las instituciones educativas, cuya finalidad es explicitar las pautas, normas y disposiciones vigentes en el espacio escolar, para favorecer la calidad académica y la convivencia armónica. Todo reglamento interno se elabora, básicamente, fundamentado en la Constitución Nacional (1992), el Código de la Niñez y la Adolescencia (Ley Nº 1680/2001) y la Ley General de Educación (Ley Nº 1264/1998), y debe contar con la aprobación y el reconocimiento del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). Cabe mencionar que el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), a través de la Unidad de Resignificación Educacional, se encuentra en proceso de elaboración de un Marco Orientador para la elaboración y/o actualización de las Normas de Convivencia en las Instituciones Educativas basado fundamentalmente en principios democráticos participativos y con enfoques de derecho. El Reglamento Interno del Colegio Nacional de E.M.D. “Dr. Fernando de la Mora”, en su artículo 14 establece: “Los/as alumnos/as tienen derecho a asistir a la institución dentro de un clima de seguridad académica y social, libres de temores y violencias”; el artículo 15 sobre los deberes de los alumnos/as: “conocer y respetar las normas de convivencia; respetar a las autoridades, profesores y demás miembros de la comunidad educativa; mantener un trato cordial y respetuoso entre compañeros/as”; en artículo 17 sobre responsabilidad y comportamiento: “Evitar utilizar palabras, gestos o figuras indecorosas; evitar el daño intencional a terceros; evitar injurias, ofensas, actitudes agresivas y/o acciones violentas en su relacionamiento con sus compañeros/as; evitar toda clase de violencia personal o colectiva en las relaciones con sus compañeros/as o con alumnos/as de otras instituciones educativas” .

Los artículos 19, 20 y 21 establecen las sanciones según se consideren faltas leves o graves.

2.7 OPERACIONALIZACIÓN DE VARIABLES Variables

Conceptualización

Dimensiones

Tipo y frecuencia

Acoso escolar

Es la intimidación y el maltrato entre estudiantes de forma repetida y mantenida en el tiempo, casi siempre lejos de la mirada de personas adultas, dentro de los límites físicos del establecimiento o en el marco de alguna actividad escolar, con la intención de causar daño, herir, humillar o incomodar a una persona indefensa por parte de una persona acosadora o de un grupo mediante agresiones físicas, verbales, psicológicas y sociales con la consecuencia de temor y rechazo grupal.

Indicadores

Exclusión social

● Ignorar ● No dejar participar

Agresión verbal

● Insultar ● Poner apodos ofensivos ● Hablar mal de alguien

Agresión Física Indirecta

● Esconder cosas ● Romper cosas ● Robar cosas

Agresión Física Directa

● Pegar

Amenazas/ chantajes

● Amenazar para dar miedo ● Obligar a hacer cosas con amenazas ● Amenazar con armas

Acoso sexual

● Acoso sexual

Violencia a través de TICs

● Agresiones a través de teléfono móvil o Internet ● Curso del agresor ● Género y número de quien agrede ● Unión a grupos para intimidar ● Opinión sobre el acoso entre compañeros/as ● Lugares donde se lleva a cabo la agresión ● Personas a quienes se comunica sobre la agresión ● Personas que ayudan a la víctima de agresión ● Reacción de las víctimas ante las agresiones ● Reacción de los testigo ante agresión entre compañeros/as ● Reacción de profesores ante agresiones entre alumnos

Protagonistas del acoso

Escenario del maltrato

Reacciones de los implicados

Causas del acoso

Consecuencias del acoso

Valoración del profesorado

● Motivos de ser víctima de agresiones ● Motivos por los que se realizan las agresiones ● Consecuencias para la víctima de las agresiones ● Valoración de la gravedad de problemas en funcionamiento del centro ● Conocimiento de los profesores de abusos entre estudiantes ● Evolución de la conflictividad

Primarias (enfocadas a mejorar la convivencia en el centro)

En el centro

Estrategias de Prevención del acoso escolar

Conjunto de medidas para evitar la aparición de situaciones de acoso escolar

Secundarias (actuaciones que se llevan a cabo al detectarse situaciones de acoso escolar)

Terciarias (pretenden evitar el agravamiento del problema con la aparición de efectos indeseados)

En el aula

Primarias

Sugerencias

● Sensibilizar sobre características personales del alumnado ● Sensibilizar a la comunidad educativa sobre acoso escolar ● Fomentar y mantener un ambiente de apoyo y respeto mutuo ● Refuerzo de vigilancia en zonas y horarios de riesgo ● Medidas habituales adoptadas por el profesorado ● Identificación de la situación de acoso de forma clara y concreta ● Capacitación docente para manejo y solución de conflictos en aula ● Brindar oportunidades de participación significativa al alumnado en la gestión de determinados conflictos ● Tratamiento individualizado con los implicados: desarrollo de la empatía en agresores/as, desarrollo de la asertividad en víctimas, rechazo de violencia en espectadores ● Seguimiento y evaluación constante de las situaciones de acoso

● Debatir y acordar en clase las Normas de Convivencia ● Uso metodologías cooperativas y participativas en el proceso de enseñanza- aprendizaje ● Programar actividades para mejorar las habilidades sociales, solución de problemas, manejo sano del estrés ● Cambio de grupo a algunos alumnos/as ● Sugerencias para prevención

CAPÍTULO III – ASPECTOS METODOLÓGICOS

3.1 CARACTERÍSTICAS METODOLÓGICAS 3.1.1 TIPO DE INVESTIGACION El trabajo de investigación es del tipo cuantitativo pues la información es cuantificada a efectos de su tratamiento estadístico. 3.1.2 NIVEL DE CONOCIMIENTO La investigación tiene un alcance descriptivo (Hernández Sampieri, 1997) porque

selecciona

y describe

diversos aspectos,

dimensiones,

componentes o atributos del fenómeno del acoso escolar y las estrategias de prevención utilizadas por el centro y los profesores. 3.1.3 DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN El diseño de la investigación es no experimental porque no hay manipulación deliberada de una variable para observar sus efectos y es transversal porque se describe el estado del fenómeno estudiado en un momento determinado.

3.2 DESCRIPCION DE LA POBLACION Y MUESTRA 3.2.1 Universo del Discurso La investigación del trabajo de campo se realizó en el Colegio Nacional de Enseñanza Media Diversificada “Dr. Fernando de la Mora”, de gestión

pública, ubicado en calle De Las Residentas esquina Cadete Parquet de la ciudad de Fernando de la Mora, con teléfonos: 501 093 – 501.498. Pertenece a la Región Educativa 1 de Central y se halla bajo la Dirección General de la Lic. Georgitte Marendier de Paiva. El Colegio de EMD “Dr. Fernando de la Mora” atiende el Tercer Ciclo de la Educación Escolar Básica (7º, 8º y 9º grados) y Educación Media Diversificada con las siguientes modalidades: Bachillerato Científico con Énfasis en Ciencias Sociales, Bachillerato con Énfasis en Ciencias Básicas, Bachillerato con Énfasis en Técnicos

en

Contabilidad,

Diseño

Letras y Artes Gráfico,

y Bachilleratos

Técnico

en

Salud,

Electromecánica y Administración de Negocios. Cuenta con 751 alumnos en el turno mañana, 741 alumnos en el turno tarde y 181 alumnos en el turno noche y un total de 210 docentes distribuidos en todos los turnos y cursos. La Institución posee un edificio moderno, en un amplio predio, dotado de aproximadamente 50 aulas, sanitarios sexuados en cada pabellón, Laboratorios de Ciencias, Física y Química, Electromecánica, Salud e Informática (dotado de 40 computadores con internet),

Talleres,

Polideportivo con canchas de fútbol, atletismo, voleibol y pista olímpica, Biblioteca, Sala Audiovisual (con in-focus y proyector), sala de Trabajo y Tecnología, Salas de Profesores, Direcciones, Secretarías, Sala de Consejo Directivo, Archivo,

cantina y librería tercerizadas y demás

dependencias para atender la demanda del estudiantado de los distintos niveles y turnos. Los diversos pabellones, con adecuada iluminación y ventilación, presentan un aceptable nivel de mantenimiento en pisos, paredes, techos y aberturas, lo que permite una cómoda estadía dentro de la institución.

Se evidencia un cierto déficit en la dotación y

mantenimiento del mobiliario.

El centro educativo es una institución

compleja por sus dimensiones, la matrícula de alumnos en los diversos turnos y el cuerpo docente, sin embargo bien organizado.

3.2.2 Población En estadística, población se usa para referirse no sólo a personas si no a todos los elementos que han sido escogidos para su estudio. La población está constituida por 229 alumnos de la Educación Escolar Básica y Educación Media, con edades que oscilan entre los 12 y los 19 años de ambos sexos, distribuidos de la siguiente manera: 93 alumnos del 3º Ciclo de la Educación Escolar Básica (7º 4ta, 8º 6ta y 9º 6ta) del turno tarde y 136 alumnos del Bachillerato Científico (1º 10ma, 2º 7ma y 3º 5ta) del turno tarde del Colegio Nacional de EMD “Dr. Fernando de la Mora”. Se seleccionaron estos niveles porque según la bibliografía consultada, la mayor frecuencia de casos de acoso escolar se registra durante el Tercer Ciclo de la E.E.B. y que tiende a disminuir en la Educación Media. Los alumnos y profesores provienen principalmente de misma localidad y de otras aledañas, con un nivel socioeconómico medio. Se considera también a 11 docentes de los cursos seleccionados, con una formación profesional universitaria, que se desempeñan en las Áreas de Ciencias Sociales, Guaraní, como Profesores Guía y Jefes de Estudio con una variada experiencia docente, y a 1 Psicóloga del Departamento de Orientación, con una antigüedad de 7 años en la Institución, posee el título de Licenciada en Psicología y es Técnica Orientadora.

3.2.3 Muestra Muestra, en estadística, es el conjunto de individuos extraídos de una población con el fin de inferir, mediante su estudio, características de toda la población. El tipo de muestreo es no probabilístico,

pues no se conoce la

probabilidad de que un elemento de la población pase a formar parte de la

muestra, ya que la selección de los elementos muestrales depende del criterio del investigador. El método de muestreo es por conveniencia (Canal Díaz, 2009) porque el investigador decide qué individuos de la población pasan a formar parte de la muestra en función de la disponibilidad de los mismos. El cuestionario se aplicó sólo a los estudiantes que se encontraban en ese momento en los salones de clase de los grados y cursos seleccionados. A instancias del Departamento de Orientación, se juzgó conveniente incluir intencionalmente en la muestra a una joven de sexo femenino que fue víctima en el mes de octubre de 2010 de un episodio de acoso escolar a la salida del Colegio. Se trata de una muestra discrecional (Canal Díaz, 2009) en que, a criterio del investigador, los individuos son elegidos sobre lo que se cree que pueden aportar o contribuir al estudio. La muestra está compuesta por 180 alumnos del Tercer Ciclo de E.E.B. y Nivel Medio de entre 12 y 19 años del Colegio EMD “Dr. Fernando de la Mora”.

7° 4ta. 8° 6ta. 9° 6ta. 1° 10ma 2° 7ma 3° 5ta

Total Total Población Muestra Porcentaje 39 35 21,9 24 22 13,8 30 19 11,9 47 37 23,1 46 25 15,6 43 22 13,8 229 160 100,0

Tabla 6: Frecuencia de Estudiantes por Grado o Curso

3.3 TECNICAS E INSTRUMENTOS DE RECOLECCION DE DATOS La técnica empleada es la encuesta y el instrumento aplicado es el cuestionario a estudiantes y profesores. Además de una entrevista a una psicóloga miembro del Departamento de Orientación.

Ambos cuestionarios contienen preguntas acerca de conductas de acoso muy específicas que se agrupan en distintas categorías: verbal, físico, de exclusión social, amenazas, acoso sexual y a través de las tecnologías de la informática y comunicación, para evitar malas interpretaciones del término global acoso. Es decir, cuando se pregunta a un alumno/a si es maltratado/a o acosado, puede contestar que no, aunque realmente lo sea, porque su idea de acoso o maltrato no coincide con el de la investigación. Para las preguntas sobre conductas de acoso escolar se empleó una escala ordinal: “nunca” (si no han existido), “a veces” (2 o 3 veces al año) y “muchas veces” (2 o 3 veces al mes o 1 vez por semana). Tipo de agresión Exclusión social Agresión verbal

Agresión Física Indirecta

Ejemplo de conducta ● Ignorar ● No dejar participar ● Insultar ● Poner apodos ofensivos ● Hablar mal de alguien a sus espaldas ● Esconder cosas de la víctima ● Romper cosas de la víctima ● Robar cosas de la víctima

Agresión Física Directa

● Pegar

Amenazas/ chantajes

● Amenazar para dar miedo ● Obligar a hacer cosas con amenazas (chantaje) ● Amenazar con armas (cuchillo, palo)

Acoso sexual

● Acoso sexual con actos o comentarios

Violencia a través de TICs

● Agresiones a través de teléfono celular o Internet

Tabla 7: Tipos de manifestaciones de acoso escolar

Para acceder a la institución, previamente se debió presentar una nota solicitando

autorización para recabar los datos referentes a la

investigación. Una vez otorgado el permiso, se realizó la designación de los cursos de aplicación de cuestionarios, según la disponibilidad horaria.

El instrumento, anónimo y auto-administrado, fue aplicado directamente por la investigadora y un momento antes de entregar los instrumentos, se efectuó una breve introducción sobre el tema del “acoso escolar”, se leyó pausadamente las instrucciones a fin de comprobar que todos los participantes hayan entendido. Se insistió en que debe referirse sólo a lo que ocurre de forma continuada. Se enfatizó además sobre el carácter anónimo del cuestionario y las razones que motivan la investigación. El cuestionario para estudiantes cuenta con 17 preguntas: 16 cerradas de opción múltiple y 1 abierta.

El encabezado recoge información sobre

el género, la edad y el grado que cursa actualmente el estudiante. Dicho cuestionario está organizado en bloques, según el rol de testigo, víctima o agresor/a. Por su parte, el instrumento para profesores cuenta con 11 preguntas: 10 cerradas de opción múltiple y 1 abierta. La entrevista aplicada al Orientador explora sobre la existencia de casos remitidos por profesores sobre acoso escolar, el abordaje y estrategias de prevención implementadas por la institución, opinión sobre adecuada capacitación docente sobre resolución de conflictos y conocimiento de programas/políticas que atiendan la problemática del acoso escolar.

3.4 PROCESAMIENTO DE DATOS

Los datos se expresan en porcentajes. Para determinar la ocurrencia de un tipo de conducta de acoso, se suman todos los casos (“a veces” y “muchas veces”) frente a la no ocurrencia (“nunca”). Los mismos se presentan en tablas y gráficos.

CAPÍTULO IV – ANALISIS DE LOS RESULTADOS 4.1 ENCUESTA APLICADA A LOS ALUMNOS 4.1.1 Diferentes tipos de acoso según víctimas, agresores y testigos a. Según las víctimas

Gráfico 1: Porcentaje de víctimas que declaran haber sufrido diferentes tipos de acoso escolar

Las conductas sufridas mayoritariamente por los alumnos son agresiones de tipo “verbal”, “exclusión social” y indirecta” (esconder cosas).

“agresión física

b. Según los agresores

Gráfico 2: Porcentaje de estudiantes que se reconocen como agresores de otros compañeros, en los diferentes tipos de acoso escolar

Algunos estudiantes reconocen ser agresores. Desde su perspectiva se obtiene una jerarquía de frecuencia de los distintos tipos de acoso, muy similar a la ofrecida por los alumnos víctimas.

c. Según los testigos

Gráfico 3: Porcentaje de testigos de de los diferentes tipos de acoso escolar

Cuando se tiene en cuenta la perspectiva de los testigos u observadores, los porcentajes de los distintos tipos de acoso ascienden de forma importante, en comparación con las víctimas o agresores. De estos datos se deduce que prácticamente todos los alumnos de cada clase son conocedores de este tipo de hechos y podrían identificar a aquel compañero que lo está “pasando mal” y a aquel o aquello otros, que son los “responsables” de ello.

Gráfico 4: Comparación del porcentaje de víctimas, agresores y testigos en los diferentes tipos de acoso escolar

Exclusión social Agresión verbal

Agresión física indirecta Agresión física directa Amenazas/chantajes Acoso sexual Acoso por Tics

Tipo de acoso Ignorar No dejar participar Insultar Poner “marcantes” ofensivos Hablar mal de alguien Esconder cosas Romper cosas Robar cosas Pegar Amenazar Obligar con amenazas Amenazar con armas Acosar sexualmente Acosar a través de TICs

Testigo 60,6 66,3 76,3 81,9 73,1 70,6 34,4 36,9 47,5 41,3 12,5 7,5 11,9 40,1

Víctima 18,8 24,4 37,5 40,0 42,5 40,6 10,6 12,5 8,1 10,6 2,5 1,9 5,0 11,9

Agresor 28,8 21,3 31,9 31,3 23,1 21,9 3,8 3,8 16,3 10,0 5,6 1,9 2,5 6,9

Tabla 8: Porcentaje de víctimas, agresores y testigos en los diferentes tipos de acoso escolar

Todos los tipos de acoso escolar tienen lugar en el centro, si bien, con una frecuencia muy distinta.

Asumiendo las dificultades que

implica hablar de “gravedad” en acoso escolar, existe una relación inversa entre ésta y la frecuencia.

Así,

“acosar sexualmente”,

“amenazar con armas”, “obligar a hacer cosas con amenazas” son las formas de acoso menos frecuentes, lo que sin embargo, no les resta importancia. A pesar de que existen variaciones dependiendo de que el alumnado responda como víctima, agresor o testigo se aprecia una pauta general según la cual los abusos más frecuentes tienen que ver con distintos tipos de “agresiones verbales”, de “exclusión social” y “esconder cosas”. En un segundo bloque de importancia se encuentran “la intimidación por amenazas”, “la agresión física” (pegar), agresiones físicas indirectas“

“las

relacionadas con robos y destrozos y

“el acoso a través de las tecnologías de la información y comunicación” (teléfonos celulares o internet).

Por último, con

frecuencias muy inferiores, “obligar a otro a hacer cosas que no desea con amenazas”, “acosar sexualmente” y “amenazar con armas”. Los alumnos/as que dicen ser testigos de los distintos tipos de acoso escolar, alcanzan un alto porcentaje, con un patrón de frecuencias que coincide básicamente con el de las víctimas, teniendo en cuenta las grandes categorías de maltrato. La “exclusión social”,

la “agresión

verbal” y la conducta “esconder cosas” son las formas más frecuentes de acoso.

4.1.2 Opinión sobre el acoso entre compañeros

Gráfico 5: Opinión sobre el acoso

La mayoría de los participantes opinan que el acoso escolar les parece mal, sobre todo a las chicas, mientras que los chicos optan por no meterse.

Una minoría opina que es normal que suceda entre

compañeros o lo justifican porque habrá motivos.

4.1.3 Curso del agresor

Gráfico 6: Curso de quien maltrata

La tendencia mayoritaria es que el agresor/a esté en la misma clase del agredido/a, seguido en frecuencia por agresor/a del mismo curso o de un curso superior del agredido/a. Estas cifras coinciden con los estudios de Roland & Galloway (2002; citado en www.educar.chile) que establecieron que la mayoría de las acciones relacionadas con el “bullying” son cometidas por compañeros del mismo curso. Más del 50% de los estudiantes afirma que nadie los maltrata, lo cual coincide con las cifras de victimización (Tabla 8)

4.1.4 Género y número de quien agrede

Gráfico 7: Quien/quienes maltratan

La tendencia dominante es que el acosador sea varón. Las chicas reconocen ser acosadas con mayor frecuencia por un chico o una chica, a diferencia de los varones quienes admiten ser agredidos mayormente por un grupo de chicos. El porcentaje de alumnos/as no acosados se mantiene similar al gráfico precedente. Esta tendencia coincide con lo citado por Dan Olweus (2007): los chicos son acosados esencialmente por chicos; además, gran parte del acoso sufrido por las chicas es ejercido por los chicos.

4.1.5 Unión a grupos para intimidar

Gráfico 8: Unión a grupos para agredir

La mayoría de los estudiantes afirma que nunca se unió a grupos para acosar o agredir; sin embargo, alrededor de un tercio de los mismos, lo ha hecho pocas o muchas veces. Como explica Dan Olweus (2007), determinados

alumnos

normalmente

amables

y

no

agresivos

participan en ataques sin grandes prejuicios, ya que el actuar en grupos o acompañados de otros, reduce el sentimiento de culpa o inhibiciones que se produciría en solitario y se difumina la responsabilidad individual.

4.1.6 Lugar donde se lleva a cabo la agresión

Gráfico 9: Lugar de la agresión

La clase es el lugar privilegiado para el acoso, fundamentalmente cuando el profesorado no está delante, seguido por el patio como segundo escenario de las agresiones.

Los varones reconocen

también sufrir agresiones en los baños, la cantina y a la salida del Colegio.

El porcentaje de alumnos/as que se declaran no acosados

se mantiene similar al gráfico precedente. Estos datos coinciden con lo citado por Informe Defensor del Pueblo (2006) en que los alumnos declaran que la mayoría de las agresiones se realiza en la sala de clase, siendo el escenario preferido para las agresiones verbales, exclusión social, acciones contra los objetos de propiedad de los estudiantes, golpes y amenazas.

4.1.7 Personas a quienes se comunica sobre la agresión

Grafico 10: Con quien habla

En general, las víctimas acuden a los amigos/as principalmente o no lo comentan con nadie.

Se debe destacar

el bajo porcentaje de

víctimas que habla con los profesores o con el orientador. Esto es así porque las víctimas suelen avergonzarse de lo que les está pasando, se culpan a sí mismos, y temen sufrir represalias de los acosadores si el colegio toma medidas. El porcentaje de estudiantes que declaran no ser maltratados se mantiene superior al 50%.

4.1.8 Personas que ayudan a la víctima de agresión

Gráfico 11: Quien interviene

La ayuda a las víctimas proviene principalmente

de las amigas y

amigos. En concordancia con los gráficos anteriores, el porcentaje de alumnos que declaran no ser maltratados supera el 50%. Según DíazAguado (2002), las víctimas de acoso escolar necesitan mucho apoyo de los amigos y adultos importantes para comprender que no es culpa suya y que se puede hacer algo para ayudarles. Con una pobre red social de apoyo (compañeros y profesores) y sin un grupo que proteja a la víctima, puede recluirse en sí mismo y crearse un estado de miedo que predispondrá a los otros contra él/ella.

4.1.9 Reacción de las víctimas ante las agresiones

Gráfico 12:

Reacción de víctimas ante la agresión

Las víctimas de acoso reaccionan principalmente tolerando la agresión o haciendo lo mismo que les hacen. Sin embargo, hay diferencias por género: las chicas aguantan o responden con insultos; los varones, en cambio, manifiestan reaccionar con golpes o haciendo lo mismo que les hacen. Esto se explicaría, según lo expresado por Díaz- Aguado (2002), porque los adolescentes aceptan la creencia de que “si no devuelves los golpes que recibes, los demás pensarán que eres un cobarde”, muy de acuerdo con las frases que con frecuencia los adultos transmiten a los niños: “si te pegan, pegá”. Por otra parte, aquí sí llama la atención la diferencia en los porcentajes de quienes declaran que nadie los maltrata con los valores de los gráficos anteriores. Es difícil que los alumnos admitan ser acosados o maltratados, ya sea por vergüenza o porque en el fondo se sigue considerando que las agresiones verbales o agresiones físicas indirectas realmente son “normales”.

4.1.10 Reacción de los testigos ante agresión entre compañeros

Gráfico 13: Reacción ante maltrato entre compañeros

Los testigos del acoso opinan en su mayoría que tratan de detener la situación, sea o no la víctima un amigo/a, seguidos por los que informan a un adulto (Esto se corresponde con los datos obtenidos en el gráfico 8 sobre quién interviene). Según Díaz- Aguado (2002), el hecho de tener amigos contribuye a que no se produzca acoso o a que éste se detenga en sus inicios, por lo que es necesario intervenir con el conjunto de la clase, favoreciendo las relaciones entre compañeros basadas en el respeto mutuo, que inhibe la aparición del acoso.

4.1.11 Reacción de los profesores ante agresiones entre alumnos

Gráfico 14: Reacción de los profesores

La mayoría de los estudiantes señalan que los profesores intervienen de diversas formas: deteniendo las agresiones, citando a los padres y castigando a los que agreden. Una minoría explica la pasividad de los profesores al desconocimiento del problema. Según Garaigordobil y Oñederra (2010), no es sencillo detectar el acoso escolar y es muy posible que el profesor no lo haga por diversas razones: pasa muy pocas horas con los alumnos, hay algunos que sólo los ven dos horas a la semana y aunque el acoso se suela dar de forma continuada, los alumnos tienen miedo y no lo cuentan.

4.1.12 Causas de la agresión

Gráfico 15: Causas de que te agredan

Las víctimas del acoso responden mayoritariamente que desconocen los motivos de las agresiones, seguidos por aquellos que opinan que el agresor

lo hace por el solo hecho de molestar, porque son

diferentes o porque son más débiles.

Ningún estudiante considera

que merece ser intimidado. Según Dan Olweus (2007) los agresores experimentan una fuerte necesidad de poder y dominio, a la vez que disfrutan ejercer el control y someter a otros, en especial si son tímidos, retraídos o físicamente más débiles.

Suele existir un

componente instrumental o de beneficio en su comportamiento para obtener algún objeto de valor o verse recompensado en forma de prestigio.

4.1.13 Consecuencias de las agresiones

Gráfico 16: Consecuencias de las agresiones

Un tercio de los estudiantes señala que las situaciones de acoso no han tenido consecuencias para ellos, seguido por los que admiten sentirse nerviosos/as. Como señala Díaz-Aguado (2002), el acoso entre escolares, como otras formas de violencia, produce miedo y rechazo al contexto en el que se sufre la violencia, pérdida de confianza en sí mismo y en los demás, así como problemas de rendimiento, baja autoestima y conductas autodestructivas.

4.1.14 Sugerencias para solucionar problemas de agresiones

Gráfico 17: Posibles soluciones

La mayoría de los participantes opina que se pueden solucionar los problemas de acoso dialogando y llegando a acuerdos

para la

resolución de conflictos, con la participación de toda la comunidad educativa. Sin embargo, se sigue reclamando la aplicación de sanciones para aquellos que no cumplen con las normas de convivencia.

4.2

ENCUESTA APLICADA A LOS PROFESORES

4.2.1 Valoración de gravedad de problemas en el funcionamiento del centro

Gráfico 18: Importancia de los siguientes problemas en el funcionamiento del centro

Las agresiones entre el alumnado son consideradas como uno de los principales problemas en los centros educativos en opinión de los profesores.

4.2.2 Diferentes tipos de acoso según profesores

Tipos de acoso Exclusión social

Agresión verbal

Agresión física indirecta

Agresión física directa Amenazas/chantajes

Acoso sexual Acoso por Tics

Le ignoro No le dejo participar Le insulto o digo groserias Le pongo apodos que ofenden Hablo mal de el o ella Le escondo cosas Le rompo cosas Le robo cosas Le pego Le amenazo para dar miedo Le obligo con amenazas Le amenazo con armas Le acoso sexualmente Le acoso a través de TICs

Pocas veces 45,5 54,5 63,6 54,5 27,3 27,3 54,5 36,4 63,6 45,5 54,5 45,5 18,2 54,5

Muchas veces 0,0 18,2 18,2 27,3 45,5 45,5 27,3 45,5 0,0 36,4 0,0 9,1 0,0 27,3

Total 45,5 72,7 81,8 81,8 72,7 72,7 81,8 81,8 63,6 81,8 54,5 54,5 18,2 86,0

Tabla 9: Porcentaje de profesores que señala que se han producido en su centro diferentes tipos de acoso

Gráfico 19: Porcentaje de profesores que señala que se han producido en su centro diferentes tipos de acoso

Los profesores consignan que los tipos de acoso más frecuentes son las agresiones verbales, agresiones físicas indirectas, amenazar para dar miedo y el acoso a través de las TICs.

Gráfico 20: Porcentaje de participantes que señalan haber observado/participado en diferentes tipos de acoso

La ocurrencia de casos que informan los profesores se asemeja al que declaran los estudiantes cuando hablan como testigos, para las conductas de exclusión social, agresión verbal, “esconder cosas” y “acoso sexual”. El resto de los comportamientos de maltrato, presentan una ocurrencia muy superior a la manifestada por los estudiantes como testigos, especialmente las conductas de agresión física indirecta, amenazar para dar miedo y acoso a través de las nuevas tecnologías.

4.2.3 Lugar de la agresión

Gráfico 21: Lugar de la agresión

En opinión de los profesores, los escenarios más frecuentes de conductas de acoso son “a la salida del Colegio” y “fuera del centro”, seguidos por el “patio”, la “clase” y “las canchas deportivas”.

Estas

respuestas discrepan de las suministradas por el alumnado, que colocan al “aula” y al “patio” como los principales lugares de agresión entre compañeros.

4.2.4 Actuación de los profesores ante agresión entre alumnos

Gráfico 22: Medidas más habituales adoptadas por el profesorado

Para la exclusión y la agresión verbal los docentes recurren fundamentalmente al diálogo en sus distintas formas (a solas, en clase, con la familia). Las “actas” y derivación al Dpto. de Orientación se

utilizan en caso de agresiones físicas, indirectas y directas,

amenazas, chantajes y acoso sexual. En resumen, cuando el tipo de acoso

es

considerado

menos

“grave”,

las

respuestas

son

fundamentalmente el “diálogo” con los estudiantes, tanto a solas como en grupos y sus familias. A medida que aumenta la “gravedad” crece también el uso de actas, suspensiones y derivación al Dpto. de Orientación. Por lo que se toman medidas más bien preventivas que correctivas o sancionadoras y los conflictos tratan de resolverse mediante medidas internas.

4.2.5 Conocimiento de los profesores de agresiones entre estudiantes

Gráfico 23: Conocimiento de conflicto entre alumnos

La mayoría de los profesores cree que cuando suceden conflictos entre alumnos en su centro, ellos suelen enterarse. Estos valores discrepan con los proporcionados por los alumnos (Gráfico 14), que señalan que los profesores suelen no enterarse. Según Moreno Olmedilla (1998) fenómenos como el bullying, el acoso sexual o cierto tipo de agresiones y extorsiones, resultan invisibles para padres y profesores; por otro lado, la disrupción, las faltas de disciplina y la mayor parte de las agresiones o el vandalismo, son ciertamente bien visibles, lo que puede llevar a suponer que éstas ultimas son las manifestaciones más importantes y urgentes que hay que abordar, olvidando aquellos fenómenos caracterizados por su invisibilidad.

“Estaríamos localizándonos en la punta del iceberg,

olvidando aquello que lo sostiene y esta por debajo de las aguas”.

4.2.6 Evolución de la conflctividad en el centro

Gráfico 24: Evolución de la conflictividad

Una gran mayoría de los profesores considera que los conflictos “han aumentado” en su centro en los últimos tres años.

4.2.7 Causas de ser víctima de agresiones

Gráfico 25: Causas a las que atribuyen los profesores el hecho de que un alumno/a se convierta en víctima

Los profesores consideran que son los aspectos relacionados con la personalidad y las características familiares los que los que influirían en la probabilidad de convertirse en víctima de acoso.

4.2.8 Causas en conducta del alumno agresor

Grafico 26: Causas en conducta del alumno agresor

Cuando se pregunta a los profesores qué es lo que creen que lleva a sus alumnos/as a convertirse en agresores, las respuestas apuntan a problemas familiares, seguidos de falta de disciplina escolar y el contexto social. Es decir, los profesores reconocen como más relevantes los “motivos relacionados con lo familiar”, aunque atribuyen importancia a algunas razones concernientes a su práctica, y por lo tanto dentro de su control, el hecho de que determinados estudiantes acosen a otros. Como señala Avilés (2001), dentro de los factores causales en el ámbito familiar figuran: falta de cariño, de atención y de comunicación; educación inestable y agresiva, excesivamente estricta (uso de castigo físico y maltrato emocional) o, por el contrario, permisiva (carente de límites a su conducta y las consecuencias por su incumplimiento); falta de control del adolescente. Y dentro del ámbito escolar, posiblemente un

sistema

disciplinario

inconsistente

o

ambiguo,

ausentismo

recurrente de maestros, dimensiones del centro y dificultades de control entre profesores-alumnos.

4.2.9 Estrategias de prevención en el centro

Gráfico 27: Estrategias de prevención en centro

Una mayoría de los profesores reconoce que se atienden las características personales del alumnado de forma de respetar su dignidad, individualidad y sus diferencias, seguido por la vigilancia en horarios y zonas de mayor vulnerabilidad. Asimismo, los docentes se esfuerzan Sólo una minoría de los profesores admite una mejor comprensión de lo que realmente es el acoso escolar y las medidas de prevención que promueven ambientes sanos . Esto podría explicarse debido a que desde 2009 el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) viene realizando capacitaciones a directores, docentes y supervisores sobre dicho tema.

De estos valores se deduce que se está en los inicios hacia un enfoque preventivo tendiente a mejorar la convivencia escolar, sin embargo se requiere de un plan de intervención para las situaciones de acoso escolar, tendiente a realizar una detección temprana, para que no siga avanzando, y si se ha producido el acoso, mitigar el impacto negativo del mismo y de evitar su repetición.

4.2.10 Estrategias de prevención en el aula

Gráfico 28: Estrategias de prevención en aula

Según María José Díaz Aguado (2002), el aprendizaje cooperativo en equipos heterogéneos (en género, origen cultural, rendimiento,

actitudes…),

a

través

de

la

nivel de

interrelación

e

interdependencia de los participantes, ayuda a que aprendan, desde su individualidad, a colaborar, respetarse, tener en cuenta la opinión de los demás, dialogar para superar las diferencias, consensuar opiniones, etc. Asimismo, los datos señalan que se desaprovechan las ventajas de debatir y acordar las normas de convivencia del colegio como marco contenedor, referencial o protector que permiten a los chicos reconocer lo que se puede o se debe hacer y aquello en lo que se excede. Los límites permiten elegir y actuar. La ausencia de esa línea demarcatoria, entendida como aquello que reglamenta y normativiza el encuentro con el otro, lleva a un estilo vincular violento. Las partes están perdidas: uno, porque supera a otro anulándolo y el otro, porque

no consigue dar respuestas que lo ubiquen de una manera más agradable y favorecida en el entorno escolar, del hogar o de cualquier otro espacio social. Tampoco los docentes incorporan suficientemente actividades para el desarrollo psicosocial, que se constituyan en una herramienta de gran utilidad

para

el

trabajo

interno

(autoconocimiento,

atención,

comunicación directa, vencimiento de resistencias) y para facilitar el contacto con los otros. Tanto el juego como el trabajo en equipo, serían altamente beneficiosos para abordar el tema del acoso escolar.

4.2.11 Sugerencias para la prevención

Gráfico 29: Sugerencias para prevención

En este gráfico se recogen aquellas medidas que los profesores han sugerido en la pregunta abierta. La primera de ellas agrupa las sugerencias, formuladas en distintos términos, de la “necesidad de un mayor compromiso y colaboración de las familias” y “favorecer una mayor participación de todos: padres, profesores y alumnos”, seguidas por la necesidad de “potencias la figura de autoridad del profesor”, “dar seguimiento personalizado a los casos detectados” y “enseñar formas pacíficas de resolución de conflictos”. Se puede concluir que las actividades sugeridas por los profesores anticipan la necesidad de responden a un enfoque preventivo integral, y no sólo sancionador o correctivo.

4.3 ENTREVISTA APLICADA AL ORIENTADOR

Sexo: Femenino Edad: 42 años Título que posee: Lic. en Psicologia. Técnica Orientadora Años de experiencia docente: 7 años

1. ¿Se han registrado casos de acoso escolar que fueran remitidos por los profesores en el presente ciclo lectivo? Esa es una información que no se suele suministrar a personas ajenas a la Institución. Hay obviamente episodios de agresiones y violencia de distinto tipo entre estudiantes, y dependiendo de la gravedad y si se han reiterado, se derivan al Dpto. Orientación, pero no se han detectado casos específicos de acoso escolar. 2. ¿Cuál es el tratamiento o abordaje que se da de estos casos? Se trata de investigar qué pasó y de buscar una solución. Se habla aparte con cada implicado para calmarle, tranquilizarle, casi como si fuese más una madre o un padre que como profesor. Si no se soluciona el problema con el alumno y vuelve a repetirse, se habla con los padres. Según el tema de violencia de que se trate, se habla separadamente con cada uno de los implicados. Se suele sugerir, si se estima necesario y si todavía no se ha hecho,

la derivación a servicio psicológico externo.

El equipo

técnico evalúa si las conductas corresponden a una falta leve, grave o gravísima según las Normas de Convivencia del Colegio, y se actúa en consecuencia. Las medidas de expulsión o denuncias a la policía o la fiscalía son muy infrecuentes, y se aplican a los casos de agresiones con armas o peleas entre alumnos en que se puedan provocan lesiones físicas severas; las denuncias generalmente realizan los padres.

3. ¿Cuáles son las estrategias para la prevención de las manifestaciones de violencia en el ámbito escolar implementadas por la institución? Se trata de mantener la supervisión de espacios comunes y entre clase y clase, a la entrada, salida. También, hablando con mucho respeto con los alumnos y sus familias cuando surgen confrontaciones. Se pone en conocimiento al resto de los profesores y se pide su colaboración de estar atentos al trato entre ellos. Esto no es sólo un problema de los chicos, es muy complejo y remite a una cuestión sociocultural: “el no te metás”, “sálvese quien pueda” y por otra parte, a los chicos

se les pide

solidaridad, aceptación de los semejantes, la no discriminación, respeto y valoración del otro, equidad de género y esto está potenciado por los medios de comunicación, que muestran contenidos muy violentos. Además se nota que hace falta adultos con autoridad que contengan a los chicos, porque actualmente se crían solos, sin padres responsables que los controlen y sepan qué hacen y qué sienten, no pueden “manejar” a sus hijos.

4. ¿Considera que los docentes reciben adecuada capacitación para introducir en el aula estrategias de resolución de conflictos?

Si bien hay avances y cada vez más interés por estos temas, es aún insuficiente. Los cursos de actualización o capacitaciones los realizan los docentes por autogestión. 5. ¿Conoce programas y/o políticas que atiendan esta problemática de acoso escolar de manera oportuna y eficaz?

Dentro del diseño curricular para la EEB se incluye el tema del acoso escolar o “bullying” en las clases de Orientación, Ética, o las materias de Ciencias Sociales (Proyecto o Desarrollo Personal y Social, o sea, todo lo relacionado con la educación en valores, como trasversal a través de las

áreas académicas y que apunta a través de distintas estrategias a que los chicos desarrollen capacidades como autodominio, actitud dialógica, autoconocimiento, la afectividad, empatía, la asertividad, etc. Pero todavía no se cuenta con manuales o un protocolo específico para los casos de violencia entre estudiantes desde el Ministerio de Educación. Por lo expresado, se manifiesta escasa apertura para responder a una situación institucional.

Por manifestar desconocimiento de situaciones

concretas de acoso escolar, la entrevistada respondió acerca del abordaje de manifestaciones de violencia estudiantil en general. Al momento de realizarse la entrevista, si bien los casos de violencia estudiantil no son ignorados, por el contrario, el equipo técnico (orientador, profesor guía) procede según el reglamento del colegio, se precisa de protocolos estándares para identificar la situación de acoso de forma clara y concreta que permitan establecer, con absoluta claridad y precisión, quién o quienes cometen la agresión, cuál es el tipo de agresión cometida, en qué momento ocurrió, en presencia de quién o quiénes y cuál es la actitud de los observadores. Y a continuación implementar medidas de emergencia con cada uno de los implicados: con el acosado (medidas para proteger y educar), con el acosador (medidas para reeducar-sancionar), con los observadores (claro rechazo a la agresión y violencia). Se debe poner en conocimiento, por un lado,

a la

familia de los implicados sobre la situación planteada, de forma de lograr un compromiso sobre un plan de acciones conjuntas; y por otro lado, al conjunto de profesores, directa o indirectamente involucrados en la situación de acoso. Asimismo, requiere desarrollar un plan

de

intervención a corto y largo plazo para mejorar las relaciones interpersonales e instaurar un clima moral de apoyo y respeto en el centro, con un adecuado seguimiento y evaluación de los hechos que hayan ocurrido o están ocurriendo. La derivación a profesionales externos se recomienda cuando se constata que no se puede resolver la problemática dentro del centro.

CAPÍTULO V – CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

5.1 CONCLUSIONES El objetivo general de la investigación consistió en describir la situación actual del acoso escolar y las medidas de prevención abordadas por la institución y los profesores en el 3º ciclo de la Educación Escolar Básica y la Educación Media de un Colegio de Fernando de la Mora. Considerando los datos recabados, puede decirse que en la institución tienen lugar todos los tipos de acoso, existiendo una relación inversa entre la “gravedad”

de la conducta de acoso y la frecuencia.

La

tendencia mayoritaria es que el agresor/a está en la misma clase del agredido/a,

y que el acosador sea varón; las chicas reconocen ser

acosadas con mayor frecuencia por un chico o una chica, a diferencia de los varones quienes admiten ser agredidos mayormente por un grupo de chicos. La clase y el patio son los escenarios elegidos para las conductas de acoso. Si bien es difícil que los alumnos admitan ser acosados o maltratados, las víctimas suelen comunicárselo a sus amigos/as, quienes suelen intervenir para detener las agresiones,

las cuales frecuentemente pasan

inadvertidas para los profesores. De acuerdo al instrumento aplicado a los profesores, se puede concluir que las agresiones y abusos entre alumnos son considerados uno de los principales problemas del centro, reconociendo a la falta de disciplina escolar como una causa importante de la conducta del alumno agresor,

mientras que atribuyen a las características de la personalidad del alumno y las características familiares, las causas de que un alumno/a se convierta en víctima. Las estrategias de prevención de acoso escolar del centro y del aula combinan

las

actuaciones

dirigidas

a

mejorar

las

relaciones

interpersonales a través del diálogo en todas sus formas (a solas, en clase, con la familia), del aprendizaje cooperativo, de la atención a la singularidad del alumno, con otras de control de espacios y horarios de mayor riesgo, desaprovechando las ventajas de acordar las normas de convivencia del colegio de modo de fijar límites claros y firmes, así como tampoco se implementan suficientes actividades para el desarrollo psicosocial. Asimismo, los docentes enfatizan la necesidad de un mayor compromiso de las familias, potenciar la figura del profesor reforzando su autoridad y dar un seguimiento personalizado a los casos detectados. La entrevista aplicada al Orientador puso de manifiesto la escasa apertura a responder a una situación institucional, al tiempo de manifestar el desconocimiento de episodios de acoso escolar en el centro. Si bien al momento de aplicar los instrumentos de investigación,

no se han

implementado aún protocolos o programas específicos “anti bullying” que unifiquen criterios de actuación en las instituciones del país, cabe afirmar que se está en los inicios de un enfoque preventivo, que no sólo queda en la aplicación de sanciones o la separación del grupo del agresor de quienes protagonicen acciones violentas, sino tendiente a convivencia armónica y segura en el centro.

lograr una

5.2 RECOMENDACIONES Es evidente que aún queda mucho por profundizar sobre el fenómeno del acoso escolar que atenta contra los derechos de niños, niñas y adolescentes y que torna urgente las medidas para su prevención, que es el tema que concierne a este estudio, y a partir del mismo se pueden establecer algunas sugerencias para futuras investigaciones sobre el tema: Ampliar la selección muestral a fin de hacerla más significativa y que realmente represente a la población de estudio Extender el estudio a instituciones de gestión pública y privada, a otras localidades de diverso tamaño y de áreas rurales o urbanas Realizar estudios longitudinales para determinar si las agresiones constantes entre compañeros son un factor causal significativo de problemas de salud y bienestar emocional, de efectos duraderos. Y también para conocer la evolución de las manifestaciones de acoso después de la aplicación de políticas “antibullying”. Considerar las variables el clima sociofamiliar y las escolares, incluyendo no sólo a los alumnos sino también a profesores y padres. Considerar al profesorado como víctima y también las agresiones de alumnos a profesores, como parte de los conflictos de convivencia Examinar los datos por medio del Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS) a fin de poder establecer correlaciones entre variables como género, edad, curso, nivel socioeconómico, así como entre ser agresor/a y ser víctima.

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ANEXOS Anexo 1: CUESTIONARIO PARA ESTUDIANTES Apreciado/a Estudiante: En algunas ocasiones hay chicos y chicas que sienten que son acosados o maltratados por algunos compañeros. Estos chicos/as pueden recibir burlas, amenazas o agresiones físicas de forma repetida por otra persona o por un grupo. A menudo se sienten mal por esto y no lo dicen, pero lo sufren. Otras veces hay chicos/as que molestan a sus compañeros y abusan de los débiles. Otros simplemente lo presencian. Esto provoca un mal ambiente en el colegio, ya sea en clase, durante el receso o en otros espacios. El presente cuestionario tiene como objetivo recoger datos referentes a “Acoso Escolar y Estrategias de prevención en la Educación Escolar Básica y Educación Media”. Su finalidad es exclusivamente pedagógica para optar al título de “Licenciada en Ciencias de la Educación”. El cuestionario es anónimo y los resultados serán tratados con total confidencialidad y sólo a los fines de la presente investigación. Es muy importante que contestes con sinceridad. Recuerda que no es un examen. Todas las respuestas son válidas porque representan lo que piensas sobre el acoso escolar. MUCHAS GRACIAS POR TU COLABORACION Instrucciones: 1. Lee las preguntas detenidamente. Revisa todas las opciones y marca con una x la respuesta que más se acerca a lo que tú piensas o sientes. Hay algunas preguntas donde puedes elegir todas las respuestas que quieras. 2. Si tienes alguna pregunta, levanta la mano y te respondemos

Fecha: . . . . . . . . . . . . . . . Nombre de la Institución Educativa: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Localidad: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ............. Curso: . . . . . . . . . . . . . . . Turno: . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sexo: Masculino ( ) Femenino ( ) Edad: . . . . . . . . . . . . . . .

AHORA VAS A CONTESTAR A UNAS PREGUNTAS RELATIVAS A LO QUE OCURRE EN TU COLEGIO 1. Algunas de estas situaciones pueden estar sucediéndole a algún compañero/a de tu Colegio, en forma continua desde que empezó el año, de las que has sido testigo. Marca con una x una respuesta por línea. Nunca

A veces (2 o 3 veces al año)

Muchas veces (más de 2 o 3 veces al mes)

Le ignoran No le dejan participar Le insultan o dicen groserías Le ponen “marcantes” o apodos que ofenden y ridiculizan Hablan mal de el o ella (esparcir rumores o chismes) Le esconden cosas Le rompen o dañan cosas Le roban cosas Le pegan (patadas, empujones, puñetazos) Le amenazan Le obligan a hacer cosas que no quiere con amenazas Le amenazan con armas (palos,cuchillo, pistola,etc.) Le acosan sexualmente Le envían por celular o por internet de forma reiterada mensajes de texto ofensivos o amenazantes, o comentarios negativos o insultantes a través de redes sociales (Facebook,…), le toman fotos para burlarse, o graban videos de juegos bruscos o peleas para subir a Internet, etc

LAS PROXIMAS PREGUNTAS ESTAN RELACIONADAS CON LO QUE TU SIENTES O PIENSAS 2. ¿Qué opinas de la existencia del acoso escolar o maltrato e intimidación entre compañeros? Marca con una x lo que tu piensas Nada, no me meto Me parece mal Es normal que pase entre compañeros Hacen bien, tendrán sus motivos

ESTAS PREGUNTAS SE REFIEREN A CÓMO TE SIENTES TRATADO POR TUS COMPAÑEROS 3. ¿Cómo eres tratado por tus compañeros/as desde que empezó el año? Marca con una x una respuesta por línea Nunca

A veces (2 o 3 veces al año)

Me ignoran No me dejan participar Me insultan o dicen groserías Me ponen “marcantes” o apodos que ofenden y ridiculizan Hablan mal de mí (esparcen rumores o chismes) Me esconden cosas Me rompen cosas Me roban cosas Me pegan (patadas, empujones, puñetazos) Me amenazan Me obligan a hacer cosas que no quiero con amenazas Me amenazan con armas (palo,cuchillo, pistola, etc.) Me acosan sexualmente Recibo de forma reiterada mensajes de texto ofensivos o amenazantes, o comentarios negativos o insultantes a través de redes sociales (Facebook,…), me toman fotos para burlarse, o graban videos de juegos bruscos o peleas para subir a Internet, etc

4. ¿De qué curso es quien te acosa o maltrata? Posible Multirrespuesta Nadie me maltrata De mi clase Del mismo curso, pero de otra clase De un curso superior De un curso inferior Personas ajenas al colegio

Muchas veces (más de 2 o 3 veces al mes)

5. ¿De qué sexo es quién o quienes te acosan o maltratan? Posible Multirrespuesta Nadie me maltrata Un chico Un grupo de chicos Una chica Un grupo de chicas Un grupo de chicos y chicas

6. ¿En qué lugares del Colegio te agraden o intimidan? Posible Multirrespuesta Nadie me maltrata En el patio En el baño En la clase sin profesor/a En la clase con profesor/a En los pasillos En las canchas deportivas En la cantina A la salida del Colegio

7. ¿Con quién hablas de estos problemas y le cuentas lo que te pasa? Posible multrirrespuesta Nadie me maltrata Con mis amigos y amigas Con algún compañero/a Con los profesores Con el orientador/a Con otros Con nadie

8. ¿Interviene alguien para ayudarte cuando ocurre esto? Posible multirrespuesta Nadie me maltrata Algún amigo o amiga Algunos chicos y chicas Algún profesor o profesora Los directivos del Colegio Un familiar Algún otro adulto No interviene nadie 9. ¿Cómo reaccionas cuando te agraden? Posible multirrespuesta Le pego Le insulto No hago nada, me aguanto Le hago lo mismo que me hacen Nadie me agrede 10. Si te han agredido alguna vez, ¿Por qué crees que lo hicieron? Posible multirrespuesta No lo sé Porque los provoqué Porque soy diferente a ellos Porque soy más débil Por molestarme Por hacerme una broma pesada Porque me lo merezco

11. ¿Qué consecuencias han multrirrespuesta Han bajado tus calificaciones No duermes bien Te sientes nervioso/a Te sientes triste Te sientes solo/a Te sientes con miedo Ninguna

tenido

para

ti

estas

agresiones?

Posible

AHORA NOS GUSTARÍA SABER SI TU HAS ACOSADO O MALTRATADO A ALGÚN COMPAÑERO 12 ¿Has maltratado o agredido a algún compañero/a durante el año de forma reiterada? Marca con una x una respuesta por línea Nunca

A veces (2 o 3 veces al año)

Muchas veces (más de 2 o 3 veces al mes)

Le ignoro No le dejo participar Le insulto o digo groserías Le pongo “marcantes” o apodos que ofenden y ridiculizan Hablo mal de él o ella (rumores o chismes) Le escondo cosas Le rompo cosas Le robo cosas Le pego (patadas, empujones, puñetazos) Le amenazo Le obligo a hacer cosas que no quiere con amenazas Le amenazo con armas (palo, cuchillo, pistola, etc) Le acoso sexualmente Le envío mensajes de texto ofensivos o amenazantes, o comentarios negativos o insultantes a través de redes sociales (Facebook,…),quito fotos para burlarme, o grabo videos de juegos bruscos o peleas para subir a Internet, etc

13. ¿Te has unido a un grupo o a otro compañero/a para acosar, intimidar o maltratar a alguien desde que comenzó el año? Marca con una x lo que tu piensas Nunca Pocas veces Muchas veces

14 ¿Qué haces tú cuando un compañero/a maltrata o intimida a otro? Marca con una x lo que tu piensas Trato de detener la situación, si es mi amigo Trato de detener la situación, aunque no sea mi amigo Informo a un adulto (profesor, familiar, otros) No hago nada, aunque creo que debería hacerlo No hago nada, no es mi problema Me la agarro con el /ella, igual que el grupo

15. ¿Qué hacen los profesores ante situaciones de este tipo? Marca con una x lo que tu piensas No se lo que hacen No hacen nada porque no se enteran Algunos intervienen para detenerlo Castigan a los que agreden Citan a los padres Aunque lo saben, no hacen nada 16. ¿Cuáles serían las posibles soluciones a los problemas de acoso en el ámbito escolar? Posible multirrespuesta Aplicando castigos o sanciones estrictas al estudiante Dialogando y llegando a acuerdos Que alguien intervenga Favorecer una mayor participación de todos: padres, profesores y alumnos en la resolución de problemas No dándole importancia y dejándolo pasar Tener normas de convivencia claras y compartidas en el colegio Que se enseñen formas pacíficas de resolución de conflictos Pedir disculpas No hay solución posible para los conflictos 17. Si tienes algo que agregar sobre el tema que no te hayamos preguntado, puedes escribirlo a continuación ................................................................ ................................................................ ................................................................ ................................................................ ................................................................ ................................................................

Anexo 2: CUESTIONARIO PARA PROFESORES Apreciado/a Profesor/a: En algunas ocasiones hay chicos y chicas que sienten que son acosados o maltratados por algunos compañeros. Estos chicos/as pueden recibir burlas, amenazas o agresiones físicas de forma repetida por otra persona o por un grupo. A menudo se sienten mal por esto y no lo dicen, pero lo sufren. Otras veces hay chicos/as que molestan a sus compañeros y abusan de los débiles. Otros simplemente lo presencian. Esto provoca un mal ambiente en el colegio, ya sea en clase, durante el receso o en otros espacios. El presente cuestionario tiene como objetivo recoger datos referentes a “Acoso Escolar y Estrategias de prevención en la Educación Escolar Básica y Educación Media”. Su finalidad es exclusivamente pedagógica para optar al título de “Licenciada en Ciencias de la Educación” y los resultados serán tratados con total confidencialidad y sólo a los fines de la presente investigación. Es muy importante que contestes con sinceridad ya que interesa conocer tu opinión sobre el acoso escolar, las medidas que utilizas ante los conflictos entre alumnos, las medidas preventivas, etc. MUCHAS GRACIAS POR TU COLABORACION Instrucciones: Para responder el cuestionario basta con responder a cada una de las preguntas, marcando con una x la respuesta que más se acerca a lo que sucede en tu centro. Si en alguna pregunta no encuentras la respuesta que se ajuste exactamente a lo que sucede en tu centro, marca aquello que más se aproxima.

Nombre de la Institución Educativa: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Localidad: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Gestión: Pública ( ) Privada ( ) Subvencionada ( ) Sexo: Masculino ( ) Femenino ( ) Edad: . . . . . . . . . . . . . . . Curso en que te desempeñas: : . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Área: : . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Años de experiencia docente: : . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fecha: . . . . . . . . . . . . . .

1. Valora la importancia que consideras que tienen los siguientes problemas en el funcionamiento de tu centro: Marca con una x una respuesta por línea Poco Muy Importante importante Importante Falta de recursos humanos y materiales Los problemas de aprendizaje del alumnado Inestabilidad de la plantilla docente Conflictos y agresiones entre alumnos Falta de participación de las familias La comunicación entre los miembros de la comunidad educativa Alumnos que no permiten que se impartan las clases Vandalismo y destrozo de objetos y material Ausentismo

2. Como Profesor, desde que comenzó el curso, ¿con qué frecuencia consideras que se ha dado en alguno de tus alumnos continuamente los siguientes conflictos en tus clases? Marca con una x una respuesta por línea. Nunca

Es habitualmente ignorado/a Le impiden frecuentemente participar Es insultado/a Le ponen “marcantes” o apodos que le ofenden o ridiculizan Hablan mal de el o ella (esparcir rumores o chismes) Le esconden sus cosas Le rompen o dañan sus cosas Le roban cosas Le pegan Le amenazan para darle miedo Le obligan a hacer cosas que no quiere con amenazas Le amenazan con armas Le acosan sexualmente Le envían mensajes de texto ofensivos o amenazantes, o comentarios negativos o insultantes a través de redes sociales (Facebook,…), le toman fotos para burlarse, o graban videos de juegos bruscos para subir a Internet, etc

A veces (2 o 3 veces al año)

Muchas veces (más de 2 o 3 veces al mes)

3. ¿En qué lugares del Colegio ocurren las agresiones entre alumnos? Posible Multirrespuesta En el patio En el baño En la clase En los pasillos En las canchas deportivas En la cantina A la salida del Colegio Fuera del centro, aunque son alumnos del centro Fuera del centro por personas ajenas al centro

4. Como profesor en los grupos en los que impartes clases ¿cómo actúas cada vez que se producen agresiones o intimidaciones a algún alumno de forma continuada? Exclusión social Ignoro el hecho sucedido Echo de la clase a los implicados Hablo a solas con el alumno/a Cambio de sitio al alumno/a Hablamos sobre el tema en clase Hablo con la familia Se labra un acta Lo derivo al Dpto. de Orientación Le comunico al Director para sanción

Agresión verbal

Agresión física indirecta

Agresión física Amenazas Acosar Acoso por directa /chantajes sexualmente TICs

5. ¿Hasta qué punto consideras que los profesores y adultos se enteran de los conflictos y abusos entre alumnos? Marca con una x lo que tu consideras Nunca se enteran A veces se enteran A menudo se enteran Siempre que sucede se enteran 6. En tu opinión, los conflictos en el centro escolar en los últimos tres años…Marca con una x tu opinión Se han mantenido igual Han aumentado ligeramente Han aumentado drásticamente Han disminuido ligeramente Han disminuido drásticamente 7. Valora la importancia que consideras que tienen las siguientes causas en las conductas del alumno agresor. Poco Muy Importante importante Importante Aumento de la intolerancia en la sociedad Falta de disciplina escolar Características de la personalidad del alumno Problemas familiares Contexto social Tipo de organización y clima del centro 8. Valora la importancia que consideras que tienen las siguientes causas como factores que explican el porqué un alumno es agredido de forma continuada Poco Muy Importante importante Importante Características de la personalidad del alumno (falta de autoestima, inseguridad, etc.) Características físicas Falta de amigos Características familiares Ser diferente por razones culturales, sociales o religiosas Búsqueda de popularidad en el grupo

9. ¿Qué actividad o actividades de prevención se desarrollan en tu centro? Marca con una x aquellas que se llevan a cabo en tu centro Sensibilizar a los profesores acerca de las características personales del alumnado Crear un clima escolar positivo en el centro, que promueva la participación y la asunción de responsabilidades Reforzar la vigilancia en zonas y horarios de mayor riesgo (pasillos, recreos, salida) Sensibilizar a la comunidad educativa sobre el fenómeno del acoso escolar Fomentar y mantener un ambiente de apoyo y respeto mutuo Identificación de la situación de acoso de forma clara y concreta Capacitar a los profesores para introducir en el aula estrategias de manejo y solución de conflictos Brindar oportunidades de participación significativa al alumnado en la gestión de conflictos (comentar y examinar posibles soluciones) Seguimiento y evaluación constante de las situaciones de acoso Tratamiento individualizado con los implicados: desarrollo de la empatía en agresores, de asertividad en víctimas y rechazo de violencia en espectadores

10. Como profesor, ¿qué estrategias de prevención utilizas en el aula? Márcalas con una x . Debatir y acordar en clase las Normas de Convivencia del colegio asegurando claridad, aceptación y consecuencias inmediatas a la trasgresión Fomentar el uso de metodologías cooperativas y participativas en el proceso de enseñanza-aprendizaje Programar actividades para mejorar las habilidades sociales, solución de problemas, manejo sano del estrés, etc. Cambiar de grupo a algunos alumnos/as

11. ¿Qué sugerencias darías para prevenir y resolver este tipo de situaciones entre alumnos? ................................................................ ................................................................ ................................................................ ................................................................ ................................................................ ................................................................

131

Anexo 3: ENTREVISTA APLICADA AL ORIENTADOR

Nombre de la Institución Educativa: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Localidad: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Gestión: Pública ( ) Privada ( ) Subvencionada ( ) Sexo: Masculino ( ) Femenino ( ) Edad: . . . . . . . . . . . . . . . Título que posee: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Años de experiencia docente: : . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fecha: . . . . . . . . .

1. ¿Se han registrado casos de acoso escolar que fueron remitidos por los profesores en el presente ciclo lectivo? 2. ¿Cuál es el tratamiento o abordaje que se da de estos casos? 3. ¿Cuáles

son

las

estrategias

para

la

prevención

de

las

manifestaciones de violencia en el ámbito escolar implementadas por la institución? 4. ¿Considera que los docentes reciben adecuada capacitación para introducir en el aula estrategias de resolución de conflictos? 5. ¿Conoce programas y/o políticas que atiendan esta problemática de acoso escolar de manera oportuna y eficaz?

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