TERRITORIOS MUERTOS Una bicicleta yace enterrada entre la maleza como un recuerdo, un dinosaurio. Los nuevos territorios, ajenos para el resto del mundo, son la sombra de Kowloon y Hong Kong. La parte campirana que me recuerda a México. Quién pensaría que la modernidad guarda tradición y dinosaurios en entronques. Una luz alumbra una bandera azul, hondeando con el aire del refresque nocturno veraniego. Todo el día he estado en la habitación. Me duermo. Te observo. Me pregunto qué nos une. El banderín azul es sostenido entre dos bicicletas viejas, pequeñas. Te he visto llorar amargamente, tan amargo que tus huesos tiemblan y te estremeces en dolor. Una bicicleta es del mismo azul ultramar que el banderín y, la otra es de un color rojo apasionado; las ruedas parecen ser todo terreno. Y a pesar de que lloras no me dices ni una sola palabra. Te abrazo tiernamente mientras estas recostado. Te volteas. La bicicleta roja está tirada. El pasto la cubre. Por en medio de la bicicleta azul sale maleza, pareciera que alguien hizo un arreglo floral. NO ENTIENDO. Salgo a caminar. Bajo con miedo las escaleras para llegar a la salida a la calle. Es luna nueva. Camino siguiendo la direccion que toma el taxi cuando me trae a tu apartamento. Izquierda, derecha, atravieso un puente pequeño , pero peligroso. Camino derecho en Shui Tau Tsuen, hasta llegar a un entronque de cuatro calles. Bajo un poste de luz hay dos bicicletas una roja y otra azul, sosteniendo un banderín azul. Apenas y puedo ver un tubo ahogado entre la hierba; la bicicleta azul está encadenada. La roja simplemente está tirada, pero libre. ¿Quién dejaría en éste territorio muerto estas bicicletas? No se ven viejas, ni inservibles… Sin embargo, están olvidadas junto a ese banderín, anunciando la serparación de los caminos, las carreteras que no sé a dónde llevan. ¿Qué hizo que una estuviera parada y otra tirada? Una no puede ser más fuerte que la otra… Tampoco entiendo, pero sólo es lo que es. Sonrío y regreso a casa.
26-27/08/08
Adania Reyes©