Silence

José Pedro Jarpa

Silence ¡No más palabras! [26 de diciembre de 1981]

Rodrigo viste especial como siempre, se le ve alegre caminando por el parque forestal ensaya una y otra vez el monólogo de Othelo que leerá en la TV, está feliz por fin cumplirá uno de sus más grandes sueños, ¿No es cierto rorrito? Serás alguien importante, ningún poeta como tú volverá a existir, te ha tocado difícil, no se como aún sigues en pie…

Cuándo sube la voz, una pareja lo observa con mirada de desprecio. ¿Tendrás que morir para que alguien te valore? Por qué mierda los poetas tenemos que ser individuos póstumos. Siempre he sufrido de la soledad sexual , solo he tenido las novias que dicen que invento, pero

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yo las veo, las tengo en mi mente. He dormido con muchas, he fumado después del sexo con todas, pero ¿Por qué me dicen que no existen? Solo tienes amigos que se burlan de ti que te dicen que tu poesía es buena, todo por que saben que estás enfermo.

Mientras enciendes el quinto cigarrillo de la mañana, te detienes ante la figura de una mujer preciosa. Es tú Janis Joplin, no la dejes ir, pregúntale la hora lo que sea, no dejes que se vaya, puede que sea tu única salvación, haz algo, dile que es tu cumpleaños y que la invitas a un café, improvisa un poema que se yo.

Janis se aleja y Rodrigo mira su reloj , sabe que aún que pasaran tres horas , nunca se acercaría a hablarle , ya estaba cansado de los rechazos ya no quería más guerra , parece que era el momento de descansar

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después de su ultimo ridículo para llamar la atención , se iría sin decir adiós.

Subes las escaleras de tu antiguo edificio, ya no quieres recordar nada más, ya no quieres saber de nadie más al parece el último show está por terminar.

A su mente vienen todas esas carcajadas de hienas que lo humillaron mientras recitaba a Shakespeare, siente en lo más profundo de su ser un dolor inmenso. Algo que no olvidará y que ni la muerte sanará.

Solo necesita a alguien que lo quiera, que le diga que tan bella persona es, alguien que no le mienta para no herirlo.

Estoy loco pero no soy tonto, en realidad lo único que quiero más que ser un poeta reconocido, es una mujer

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que me ame, que me entienda como yo soy, pero en esta vida ya no se dio.

Estás desnudo, buscas el cassete donde está tu canción preferida, llevas la radio hacia el baño, la enchufas y pones play a todo el volumen que da.

“This is the end , my only friend , the end”

Como te hubiese gustado ser Jim Morrison, el Rimbaud del siglo XX, al menos morirás como él. Algo en que se asimilen.

Tú estás frente al espejo, miras tus patillas están más largas que nunca, eres el mismo de siempre, lloras frente al espejo, lloras frente a ti.

Puedes ver a tus padres aceptando el electroshock, puedes ver a todos como se ríen de ti, puedes ver

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como te rechazan , puedes ver a un niñito de 9 años soplando las velas en su cumpleaños , ves a todos esas mujeres que inventaste en tu cabeza. Te ves a ti, al mismo de siempre, el que nunca cambiará.

Ya no quiero pensar más, ya no quiero volver a escribir, quiero descansar. Has vuelto a nacer a la edad en que Cristo también murió.

La bañera se tiñe de rojo, Rodrigo cierra sus ojos y la música suena sin parar y Morrison canta para nadie.

“No safety or surprise, the end. I’ll never look into your eyes again”.

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