¿Permite Dios el "sexo oral" y el "sexo anal"? Autor: Lic. Dawlin A. Ureña (El Lic. Ureña es Pastor, y miembro de la Asociación Científica CRS - Creation Research Society)
¿En qué consiste el "Sexo oral"? Sexo oral es la forma en la que se conoce la práctica que consiste en el acto de colocar un miembro sexual en la boca del segundo participante en el acto sexual. Este miembro sexual puede ser el pene o la vagina. En otras palabras, si la mujer besa con su boca el pene del hombre o si el hombre besa la vagina de la mujer, se está incurriendo en "sexo oral". El "sexo oral" es una práctica que no proporciona la posibilidad de reproducción, y más importante que todo, es una práctica en la que los homosexuales (sexo entre hombres) y las lesbianas (sexo entre mujeres) dan riendas sueltas a sus deseos carnales. De hecho, el "sexo oral" es una de las formas predilectas en las que la comunidad homosexual, casi por obligación, debe incursionarse, debido a la incapacidad de tener sexo de la forma natural. Es mejor ni mencionar las formas adicionales en las que estas personas tienen "sexo". El Apóstol Pablo habla sobre las prácticas homosexuales en general y menciona a los hombres y a las mujeres cambiando "el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres (y mujeres con mujeres)…". Romanos 1:26-27. Paréntesis míos: DAU. Es evidente que aquí Pablo se refiere, no sólo a la práctica de penetración anal en que se enfrascan los homosexuales, sino además a la práctica de lo que ahora conocemos como "sexo oral".
¿Y qué del "sexo anal"? En una ocasión un visitante de Antesdelfin.com me envió una pregunta en la que me interrogaba sobre la posición de Dios con respecto a lo que él denominaba como "sexo anal". Pero lo más espeluznante de tener que enfrentarme a dicha disyuntiva lo conformaba el hecho de que esta persona me decía que fue una pareja de pastores quienes se
encontraban incursionando en tales prácticas y que inclusive se habían dado la libertad de admitir desde el púlpito lo satisfechos que se encontraban al hacerlo. Pues hasta ahora yo había colocado en la gaveta la engorrosa situación de tener que responder a tal pregunta, pero ahora, dado el tema en que nos encontramos inmersos, he considerado apropiado mencionar que tales prácticas, en mi humilde opinión, podrían agruparse bajo prácticas que van contra "el uso natural" de los miembros sexuales creados por Dios. En mi humilde opinión, creo que tanto el "sexo oral" como el "sexo anal" (donde el hombre inserta su pene por el ano de la mujer), son prácticas que van "contra la naturaleza". Dios inventó el sexo para la reproducción y para proporcionar placer a la pareja unida a través de la prescripción divina. El sexo no puede verse como un utensilio para satisfacer los deseos perniciosos y evidentemente pervertidos de la otra pareja recurriendo a actos que evidentemente van contra lo natural. Sea usted creacionista o evolucionista, debe admitir que el sexo que no es reproductivo es simplemente placentero. Pues aunque Dios no está opuesto al placer sexual (¡fue Él quien lo concibió!), Él sí está totalmente opuesto al placer pernicioso y liberal donde los participantes recurren a medidas claramente opuestas a lo prescrito por Él cuando nos diseñó. Si tuviéramos que transar y en pos de lograr "placer sexual" tuviéramos que admitir cualquier cosa que resultara placentera a cada persona en particular, entonces tuviéramos que transar también en la admisión de los actos sádicos y masoquistas, los cuales, al parecer traen gran satisfacción y "placer sexual" a los envueltos en tales actos.
¿Dice la Biblia explícitamente que el "sexo oral" y el "sexo anal" son prohibidos por Dios? Pues no creemos que la Biblia diga textualmente tal cosa. Sin embargo, la Biblia dice: "Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla" (Hebreos 13:4). Y aunque es obvio que la Biblia no nos dice exactamente a lo que se refiere cuando dice que se debe mantener "el lecho sin mancilla", es también contextual, dialéctico y exegético, entender que cualquier cosa que esté contra lo "natural", según lo define el Apóstol, es también motivo de causar "mancilla" a la cama matrimonial; esto, sin mencionar al que se enfrasca en tales prácticas ¡fuera del matrimonio!
¿Qué dice la Biblia que sí se puede hacer en la intimidad de la cama matrimonial?
Existe una gran cantidad de prácticas en las que la Biblia nos deja sin instrucciones precisas. Por tanto, es difícil para un hombre como yo, afectado por ideas preconcebidas, costumbres, entrenamiento y prejuicios, tomar la posición de juez y decir: "Esto se puede y esto no se puede". En esas zonas grises consideramos que es labor del Espíritu Santo decidir. Es Él quien hablará individualmente y dará paz si lo que se practica es "puro" o redargüirá si lo que se practica es "impuro".
¿Nos proporciona la Biblia alguna regla general que nos sirva de directriz? "Todo lo que no es de fe, es pecado". Romanos 14:23. Creemos que esta es una regla general que nos puede guiar en este tipo y otros tipos de prácticas de nuestro diario vivir. Si al hacer cualquier cosa (asumiendo que usted es salvo) usted siente el toque del Espíritu de Dios, y la paz característica que sólo estar en perfecta obediencia para con Dios desaparece, entonces, esto no es "de fe", y por tanto es "pecado". Dios no ha llamado a ser santos, como Él es santo. Dios no nos ha exonerado la santidad para lograr la mal interpretada "felicidad" que tanto el hombre busca. Hace poco escuché en la televisión a una pareja de homosexuales "cristianos" decir flagrantemente que "ellos sabían que ser homosexuales no ofendía a Dios y que no dudaban en lo absoluto de su salvación ya que siendo homosexuales ellos eran felices, y sin duda alguna Dios deseaba que ellos fueran felices". En ningún lugar de la Biblia Dios nos dice que Él desea nuestra fidelidad. ¡No! Dios sí quiere que seamos "santos", ver Levíticos 11:44 y 45; 19:2; 20:7; 20:26 e incontables otras escrituras. Dios no es feliz. ¡Dios es Santo! Es sólo en la obediencia total a sus preceptos donde podemos encontrar la paz que el hombre, a través de sus propios medios, no puede encontrar. Una combinación entre "obediencia", "santidad" y "humildad" proporciona el terreno perfecto para lograr la paz divina. Es esa paz la que el hombre confunde con felicidad. Si usted pierde la paz de Dios en su corazón cuando haga cualquier cosa, eso no es de Dios y por tanto es pecado. Si al tener sexo oral, anal o al incurrir en cualquier otra práctica sexual, usted pierde la paz de Dios en su corazón, entonces eso es pecado. ¡No lo haga! Pastor Dawlin Ureña Grand Rapids, Michigan. USA