Sexo Oral - Guia Ilustrada Del Sexo Oral Para Hombres Y Mujeres

  • June 2020
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Sexo Oral Pequeña Guía Ilustrada Para las mujeres Ustedes están en la mayor locura, locos de excitación el uno por el otro. Él ni lo necesita pedir. Usted sabe que él quiere sentir la suavidad de su boca, el cariño que sólo su lengua húmeda y ágil puede proporcionarle.

Un buen comienzo es chupar con la punta de la lengua aquella mucosidad que comienza a escurrir del orificio de la uretra. Exactamente así, coseche la primera gota y saboree el gusto de su hombre.

Enseguida recorra con la lengua toda la extensión de su miembro, de arriba para abajo, de abajo para arriba. No se detenga: muestre la lengua, deje el rastro de su saliva en la piel tiesa.

La lengua, además indispensable, es bella.

de

Ponga su lengua hacia fuera con naturalidad y deje que frote el glande.

Una de las regiones más sensibles del pene es el "frenillo", aquel cordón de piel que sujeta el prepucio en la parte posterior del glande. No ahorre cariños allí. Lama, vibre la punta de la lengua, y reciba a cambio los gemidos de placer de él. Bese, bese mucho. Pero haga eso de un modo bien sensual, suave, despacio. Nada de labios contraídos. Déjelos sueltos, livianos, doblados hacia fuera. Usted va a quedar linda así.

Bese la cabeza del miembro...

...chupe juguetonamente la región del frenillo haciendo una leve succión y, al mismo tiempo, lengüeteando.

Ahora, perversamente, pare y quede sólo lamiendo suavemente la punta del capullo. Haga eso mirando a su hombre a los ojos. Deje que él vea en su mirada cuánto le está gustando a usted chuparlo. A esas alturas, él ya debe estar loco y usted tampoco aguanta más las ganas de comerse aquél miembro duro e inmenso que late en sus manos. Entonces, sírvase!

Observe los labios de la chica. Al succionar el pene de esa forma, la boca se transforma en una especie de tubo tibio, blando y húmedo. Chupe con ganas.

Haga que el pene salga casi todo de su boca...

... y siga chupándolo hasta donde usted pueda soportar. Quede así, chupando y haciendo el pene entrar y salir de su boca, imitando los movimientos de una buena follada.

Quiere ver a su hombre subir por las paredes? Chupe la cabeza del pene y, al mismo tiempo, lengüetéele la puntita. Pocos hombres resisten...

Continúe mamando en la punta del capullo y, esta vez, haciendo movimientos circulares con la mano en torno al pene, que debe estar bien mojado de saliva.

Sorprenda su hombre. Haga cosas que nunca le ha hecho y nunca olvidará esta impresionante mamada. Por ejemplo: Coloque su miembro en la parte interna de su boca y hágalo deslizar suavemente hacia dentro y hacia fuera. La mucosa de esa región de la boca es extremadamente blanda y la sensación es muy, muy exquisita!

La saliva, crea, no es un mero ayudante. Si usted está disfrutando, la chupadita te va a dejar, literalmente, con la boca llena de agua.

Juguetee con la saliva... déjela escurrir sobre el pene de su hombre y después prepárese para atacar su puntita con la lengua.

Provóquelo! Quítese el pene de la boca lentamente formando un hilito de saliva entre la boca y el miembro. No es una delicia?

Después de todo eso, el gozo es ineludible. A usted le gusta engullir? Entonces, relájese y reciba el premio por su desempeño en el arte de enloquecer su hombre con la boca, los labios y la lengua.

Si a usted no le gusta engullir, o no lo precisa, existen otras formas de disfrutar el gozo de él. Sólo cuide de no cometer lo pecado de salir corriendo para escupir. Cómo se sentiría usted si su hombre, después de chupar su vulva fuera corriendo al baño lavarse la boca y cepillar los dientes?

Al presentir que su compañero está presto a gozar de su clímax, continúe las caricias con la lengua y besando, pero mantenga la boca abierta para que el esperma escurra. Esparza el esperma por todo el pene y lama bien despacio, hasta la última gota.

Otra alternativa es sacar el pene fuera de la boca, pero sin parar de besar y lamer el borde del glande y el cuerpo del pene, y dejar que él goce sobre sus pechos. Aproveche esa rica crema para un masaje. Dicen que es ideal para la piel.

Y después? Bien, relájese, bese, enamore y deje que su hombre, a estas alturas feliz y satisfecho, le retribuya el placer.

Técnicas avanzadas, o mejor, cositas que usted debe hacer con extremo cuidado

Acaricie el palo de él con los dientes. Pero haga eso delicadamente, arañando al de leve.

Los testículos son, con certeza, la región más delicada del cuerpo masculino. Cualquier golpe, o aún una presión más fuerte, provoca un dolor insoportable. Por lo tanto, cójalos suave!

Colóquelos en la boca pero no chupe con fuerza. Sólo envuélvalos con los labios y use la lengua.

Nada de dientes en ese momento. Los labios y la lengua son los instrumentos que realmente proporcionan placer.

Una "garganta profunda" es garantía de éxito pero vaya tranquila. Pocas mujeres consiguen engullir un palo de buen tamaño (con más de 18 cm., por ejemplo) Intente engullirlo un poco. Vaya forzando despacio hasta conocer su propio límite. Ir más adelante puede provocar ganas de vómito, lo que es desagradable. Si usted lo consigue, proporcionará un placer indescriptible a su compañero. Experimente, al mismo tiempo, acariciar el miembro con la lengua. Si no lo consigue, no se desespere.

Para los hombres Tenga siempre presente que el sexo oral no se restringe a la región genital. El cuerpo de la mujer es todo sensible y merece ser besado, lamido y chupado por entero. Claro que algunas partes son más sensibles que otras y eso varía de mujer a mujer. Por lo tanto, para no correr el riesgo de desagradar, vaya despacio, lamiendo alrededor. Tratándose de asunto tan delicado (bajo todos los sentidos) nunca vaya al grano. El clítoris es demasiado sensible e incluso el contacto de la lengua puede ser incómodo si su compañera no estuviera suficientemente excitada.

Los senos y los pezones son óptimos puntos de partida. Trátelos con cariño, chupe despacio, pase la lengua en los pezones y siéntalos endurecer. Muerda bien suavemente (a no ser que ella pida el contrario).

Cuidado con la barba por afeitar. Aunque algunas mujeres puede que les guste, la mayoría va sentirse incómoda. La barba por hacer rozando en lugares sensibles funciona como una lija.

Dedique especial atención especial a la nuca y a la espalda. Deje la lengua deslizar lentamente de arriba para bajo, hasta la base de la columna. Bese el culo, los muslos, las ingles... Juguetee con la lengua entorno al ano, lama cariñosamente el perineo (aquel pedacito que queda entre la vulva y las nalgas). Usted puede y debe concentrarse durante algunos minutos en esa región extremadamente rica en terminaciones nerviosas y, de ahí que supersensible.

Bien, finalmente llegó el momento de ir al grano. Ella, a estas alturas, está loca para sentir su boca envolviéndola por entero. Provoque un poco más. Toque su vagina con los dedos, introduzca uno o dos en la vagina, menee allá dentro, sienta el calor, la humedad. Quite los dedos, humedecidos con el caldo de ella y chupe, sienta el sabor... Ella va a adorar verle a usted haciendo eso.

La vagina posee una arquitectura compleja, rica en detalles. Explótelos. Deslice la lengua por los labios menores, de arriba para bajo, debajo y encima, de un lado, del otro... Separe los labios de la vagina con los dedos y meta la lengua en la vagina lo más fundo que usted pueda. Haga movimientos de entra y sale con la lengua, imitando una buena follada. Envuelva toda la vagina con la boca y chupe golosamente, como quien chupa una fruta madura, sorbiendo cada gota de su miel, sin dejar de trabajar con la lengua. El clítoris es la meta. Solamente quien sabe tratarlo adecuadamente es capaz de dar una chupada inolvidable. Más que nunca, usted necesita estar sintonizado con su compañera, atento a las sus reacciones más sutiles. Ese es el mejor de los guías para hacerlo bien. Vaya con calma. Algunas mujeres son tan sensibles que no aguantan el contacto directo con la cabeza del clítoris. Comience lamiendo los lados... Coloque el clítoris en la boca y chupe suavemente mientras juguetea con la lengua en la punta. Alterne las chupadas con lamidas a lo largo de la hendidura de la vagina, en las ingles, en los labios mayores... Vuelva a concentrarse en el clítoris, vibrando la lengua bien rápido. La alternancia es importante pues la manipulación constante del clítoris puede provocar un resultado opuesto al deseado: queda anestesiado y ahí todo el camino que usted construyó rumbo al placer supremo de su compañera se viene abajo.

Experimente penetrar uno o dos dedos en la vagina mientras lame el clítoris. Menee allá dentro despacio, haga movimientos lentos de entra y sale con los dedos, intente encontrar el Punto G. Si usted va directo al punto ella va a quedar dolida. Pero atención, si ella le pide quitar los dedos, sáquelos. Algunas mujeres pierden la concentración cuando usted hace eso. De igual manera, puede meter un dedo en el ano de ella mientras chupa. Pero vaya con tranquilidad porque no todas gustan de ese tipo de cariño. Conéctese a las reacciones de ella.

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