Segunda Estacion.docx

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OFICINA PARA LAS CELEBRACIONES LITÚRGICAS DEL SUMO PONTÍFICE

VÍA CRUCIS AL COLOSSEO PRESIDIDO POR EL SANTO PADRE FRANCISCO VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR MEDITACIONES de un grupo de jóvenes libaneses bajo la dirección de Su Beatitud Eminentísima el Señor Cardenal Béchara Boutros Raï

VÍA CRUCIS 2013 Introducción «Se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?”» (Mc 10,17). Jesús respondió a esta pregunta, que arde en lo más íntimo de nuestro ser, recorriendo la vía de la cruz. Te contemplamos, Señor, en este camino que tú has emprendido antes que nadie y al final del cual «pusiste tu cruz como un puente hacia la muerte, de modo que los hombres puedan pasar del país de la muerte al de la Vida» (San Efrén el Sirio, Homilía). La llamada a seguirte se dirige a todos, en particular a los jóvenes y a cuantos sufren por las divisiones, las guerras o la injusticia y luchan por ser, en medio de sus hermanos, signos de esperanza y artífices de paz. Nos ponemos por tanto ante ti con amor, te presentamos nuestros sufrimientos, dirigimos nuestra mirada y nuestro corazón a tu santa Cruz y, apoyándonos en tu promesa, te rogamos: «Bendito sea nuestro Redentor, que nos ha dado la vida con su muerte. Oh Redentor, realiza en nosotros el misterio de tu redención, por tu pasión, muerte y resurrección» (Liturgia maronita).

PRIMERA ESTACIÓN Jesús es condenado a muerte

Lectura del Evangelio según san Marcos 15,12-13.15 Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó: «¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?» Ellos gritaron de nuevo: «Crucifícalo». Y Pilato, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. Ante Pilato, que ostenta el poder, Jesús debía de haber obtenido justicia. Pilato tenía en efecto el poder de reconocer la inocencia de Jesús y de liberarlo. Pero el gobernador romano prefiere servir la lógica de sus intereses personales, y se somete a las presiones políticas y sociales. Condenó a un inocente para agradar a la gente, sin secundar la verdad. Entregó a Jesús al suplicio de la cruz, aun sabiendo que era inocente… antes de lavarse las manos. En nuestro mundo contemporáneo, muchos son los «Pilato» que tienen en las manos los resortes del poder y los usan al servicio de los más fuertes. Son muchos los que, débiles y viles ante estas corrientes de poder, ponen su autoridad al servicio de la injusticia y pisotean la dignidad del hombre y su derecho a la vida. Señor Jesús, no permitas que seamos contados entre los injustos. No permitas que los fuertes se complazcan en el mal, en la injusticia y en el despotismo. No permitas que la injusticia lleve a los inocentes a la desesperación y a la muerte. Confírmales en la esperanza e ilumina la conciencia de aquellos que tienen autoridad en este mundo, de modo que gobiernen con justicia. Amén.

SEGUNDA ESTACIÓN Jesús con la cruz a cuestas

Lectura del Evangelio según San Marcos 15,20 Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron para crucificarlo. Jesucristo se encuentra ante unos soldados que creen tener todo el poder sobre él, mientras que él es aquel por medio del cual «se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho» (Jn 1,3). En todas las épocas, el hombre ha creído poder sustituir a Dios y determinar por sí mismo el bien y el mal (cf. Gn 3,5), sin hacer referencia a su Creador y Salvador. Se ha creído omnipotente, capaz de excluir a Dios de su propia vida y de la de sus semejantes, en nombre de la razón, el poder o el dinero. También hoy el mundo se somete a realidades que buscan expulsar a Dios de la vida del mundo, como el laicismo ciego que sofoca los valores de la fe y de la moral en nombre de una presunta defensa del hombre; o el fundamentalismo violento que toma como pretexto la defensa de los valores religiosos (cf. Exhort. ap. Ecclesia in Medio Oriente, 29). Señor Jesús, tú que has asumido la humillación y te has identificado con los débiles, te confiamos a todos los hombres y a todos los pueblos humillados y que sufren, en especial los del atormentado Oriente. Concédeles que obtengan de ti la fuerza para poder llevar contigo su cruz de esperanza. Nosotros ponemos en tus manos todos aquellos que están extraviados, para que, gracias a ti, encuentren la verdad y el amor. Amén.

Pero Él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre Él, sus cicatrices nos curaron. Aquél que tiene las luminarias del cielo en la palma de su mano divina, y ante el cual tiemblan las potencias celestes, cae por tierra sin protegerse bajo el pesado yugo de la cruz. Aquél que ha traído la paz al mundo, herido por nuestros pecados, cae bajo el peso de nuestras culpas. «Mirad, oh fieles, nuestro Salvador que avanza por la vía del Calvario. Oprimido por amargos sufrimientos, las fuerzas le abandonan. Vamos a ver este increíble evento que sobrepasa nuestra comprensión y es difícil de describir. Temblaron los fundamentos de la tierra y un miedo terrible se apoderó de los que estaban allí cuando su Creador y Dios fue aplastado bajo el peso de la cruz y se dejó conducir a la muerte por amor a toda la humanidad» (Liturgia caldea).

Señor Jesús, levántanos de nuestras caídas, reconduce nuestro espíritu extraviado a tu Verdad. No permitas que la razón humana, que tú has creado para ti, se conforme con las verdades parciales de la ciencia y de la tecnología sin intentar siquiera plantearse las preguntas fundamentales sobre el sentido y la existencia (cf. Carta ap. Porta fidei, 12). Concédenos, Señor, abrirnos a la acción de tu Santo Espíritu, de modo que nos conduzca a la plenitud de la verdad. Amén.

Política La política puede ser la reina de todas las salsas

Religión toca sensibilidades e identidades

Matrimonio y maternidad No tiene porqué traer polémica hablar sobre el matrimonio o la maternidad, pero quizás algunas preguntas puedan sentirse incómodas

Homosexualidad en algunos países la homofobia está muy presente y muchos piensan que es una conducta sexual desviada que no se debe “fomentar” PASIÓN POR LA VIDA • EDAD RECOMENDADA: 1 5 años en adelante. • ORIENTACIÓN La Pascua de Jesús nos revela el amor apasionado de Dios por nosotros. En su muerte y resurrección alcanza la celebración máxima su darse sin medida, integrando en su cruz toda realidad humana a la misericordia de Dios. • RECURSOS / Recortes de diarios o revistas, tanto positivos como negativos / Evangelios •TIEMPO: 50 minutos. • DESARROLLO MOTIVACIÓN El animador invitará a que los participantes traten de definir lo que se entiende por persona apasionada. Tratarán juntos de relacionar la pasión de Jesús con algunos de esos aspectos. Por ejemplo: darse entero a los demás. 35 ACTIVIDAD 36 Los participantes se reunirán en grupos de a cuatro o seis. Elegirán un pasaje del Evangelio en el que se identifique a Jesús en defensa de la vida. Si el grupo tiene un buen manejo de las Sagradas Escrituras podrá hacer esta selección libremente. De no ser así, el animador tendrá preparada alguna selección de citas: Mt 15, 29-39. Segunda multiplicación de panes. Mt 19, 1 3-1 5. Jesús y los niños.

Me 10, 46-52. El ciego de Jericó. Me 12, 41-44. La ofrenda de la viuda. Le 2, 16-19. Jesús proclama su misión. Jn 8, 1-11. La mujer adúltera. Jn 1 5, 12-1 7. El mandamiento del amor. Le 12, 22-34. No inquietarse por cómo viviremos. Le 23, 32-46. Padre, perdónalos. Leído el fragmento evangélico, tratarán de asociar esa actitud de Jesús a alguna escena de la actualidad extraída de los diarios. Terminado el trabajo grupal, cada equipo presentará la situación de la realidad elegida y cómo actuaría Jesús en ese caso. ILUMINACIÓN Juan JO, 7-11. Jesús vino a darnos vida en abundancia. Él se compara al buen pastor que es capaz de dar su vida por las ovejas. No mide, no calcula, cuando de amar hasta el final se trata. Él se pone al frente del rebaño y asume el mismo camino de la historia por el que peregrinamos de su mano. CONCLUSIÓN En un clima celebrativo los participantes armarán el "Credo de la vida", diciendo espontáneamente aquellas cosas en las que creen y que son capaces de revertir (situaciones de injusticia, indignidad, etc.). Ej.: Creo, Señor, en la fuerza de los que trabajan sencillamente y con honradez cada día.

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