Scapa Flow: Los Alemanes Hunden Su Flota (i)

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20-M

NÁUTICA

Domingo,17 de diciembre de 2006 / Diario de Mallorca

HISTORIA NAVAL

Scapa Flow: Los alemanes hunden su flota (I) Antes de que cayera en manos enemigas, el almirante Von Reuter dió la orden de que se procediera al hundimiento de su propia flota Una vez firmado el armisticio, los se, los buques de batalla König Alaliados acordaron que los acoraza- bert, Kaiser, Kronprinz Wilhelm, dos, cruceros de combate, cruceros Kaiserin, Bayern, Markgraaf, ligeros y los destructores alemanes Prinzregent Luitpold y Grosser fuesen internados en la base britá- Kürfurst; los cruceros de batalla nica de Scapa Flow. Esta base es Seydlitz, Derfflinger, Von der un puerto natural entre las islas Or- Tann, Hindenburg y Moltke; los cadas y casi cerrado por cinco de cruceros ligeros Karlsrühe, Frankellas, formando un lago de 15 mi- furt, Emden, Nürnberg, Dresden, llas de largo por 8 de ancho. La mi- Brummer, Köln y Bremse, y 50 sión de conducir la Hochseeflotte destructores. Uno de estos últimos al internamiento fue encargada al naufragó al chocar contra una mialmirante Beatty. David Beatty na. contaba con una intachable hoja de La Gran Flota partió en la maservicios. Participó en diversas ba- drugada del día 21 del citado mes, tallas entre ellas la de Dogger y se alineó en dos grandes columBank. En 1.915, ascendió a viceal- nas, compuestas de no menos de mirante. Un año más tarde, en la trece escuadras, que constituían batalla de Jutlandia, fue jefe de una magnifica muestra del poder vanguardia de la la Gran Flota del naval inglés. Los buques alemanes almirante Jellicoe. Al ser promovi- fueron avistados sobre las 9 horas. do este último, al cargo de primer El crucero Cardiff condujo a estos Lord del Almirantazgo, Beatty ob- buques en medio de las dos columtuvo el mando de la Gran Flota. nas de la Gran Flota, y el almirante A mediodía del 13 de noviem- Beatty, arrumbo al oeste para esbre de 1918, Beatty recibió un coltar a la flota enemiga hasta su mensaje en el que se le anunciaba llegada a puerto. El día aparecía Cambiado con la DEMO VERSION CAD-KAS PDF-Editor que el contralmirante Meurer se conde niebla, y los buques se aproxipresentaría ante él con plenos po- maron al fondeadero a poca máquideres de la Marina alemana y lle- na. Sobre el mediodía, las unidades garía a Rosyth, en la orilla norte alemanas se encontraban ya en sus del Firth of Forth, a bordo del cru- lugares de fondeo. Los acorazados, cero ligero Königsberg. El almi- los cruceros de batalla y los crucerante Meurer y su estado mayor ros ligeros alemanes se dispusieron fueron recibidos a últimas horas en seis líneas en medio del Firth of del 15 de noviembre a bordo del Forth. Los destructores fondearon Queen Elizabeth, comenzando de cercanos a la costa de Haddington. inmediato la negociación para fijar Cuando la última unidad germana en que condiciones pasarían las quedaba fondeada, el almirante unidades navales alemanas, tanto Beatty dio la orden de arriar la bande superficie, como submarinas, dera alemana. Este es el testimonio bajo el control aliado. Al cabo del almirante alemán Von Reuter : veinticuatro horas, se había llegado “ Hacia las 16.00 horas recibimos a un acuerdo, al parecer conve- por radio esta orden del comandanniente para ambas partes. Unos dí- te en jefe británico: “Arriar bandeas después, Berlín nombró al almi- ra alemana a las 15 horas y 57 minutos. No podrá ser izada sin nuestro permiso”, y prosigue: “El 22 de noviembre se procedió a la visita de control de los buques... los briEl amotinamiento por parte tánicos habían dado orden de reude las tripulaciones y su falta nir nuestras tripulaciónes en culejos de los cañones; todos de disciplina, puso en graves bierta las dependencias y todos los pañoles estarían abiertos, y debíamos apuros al almirante alemán tener preparados las listas de tripulantes, los planos de los buques, así como varios intérpretes y guías. La rante Von Reuter comandante de la verificación del desarme fue ejecuescuadra destinada a Scapa Flow. tada minuciosamente... Los britáEl 19 de noviembre, la escua- nicos no pudieron ocultar una cierdra alemana de Von Reuter aban- ta admiración ante nuestro avanzadonó sus bases rumbo a las aguas do material…”. del Firth of Forth, - estuario del río Completadas las visitas de conForth, en Escocia -. Seguían al bu- trol, los buques alemanes recibieque insignia, el Friedrich der Gros- ron la orden de abandonar el Firth



ILUSTRACIÓN: RAMÓN SAMPOL ISERN

of Forth para dirigirse hacia la base naval de Scapa Flow, lugar donde quedarían internados. Las maniobras se iniciaron el 22 de noviem(http://www.cadkas.com). bre y duraron una semana. Bajo la vigilancia de una escuadra de batalla, quedó allí, inactiva y desarmada, la Hochseeflotte. A bordo de cada unidad permaneció una dotación reducida, con la prohibición expresa de bajar a tierra; el carbón y el agua debían ser adquiridos en los almacenes de la Marina británica, en tanto que todos los demás suministros llegarían expresamente desde Alemania. El temor del almirante Von Reuter era que, antes o después aprovechando el delicado momento del armisticio y las conclusiones que pudieran surgir de la conferencia de paz-, los buques fuesen capturados por los británicos, ya que su misión consistía en salvaguardarlos para Alemania o, en caso contrario, hundirlos. Por desgracia para el almirante, no bastaba con soportar aquella inimaginable situación, sino que además tenía que hacer frente al estado de rebelión de las tripulaciones, constituidas en comités de marinería, en contra de los oficiales y mandos. En estos momentos de derrota, la disciplina y el respeto al superior, pasaban por un estado de descomposición. Esto podría provocar una acción armada británica a bordo de sus buques. El almirante Von Reuter debía evitar esa intervención, para impedir la presencia del enemigo inglés a bordo de la flota, ya que podría convertirse en una toma de posesión. Se produjeron gravísimos choques entre elementos rebeldes de marinería y los mandos, rechazando siempre la oferta de la Royal Navy para restablecer el orden y la autoridad. La dramática situación la describe así el propio Von Reuter: “ Durante algunas horas el comandante del buque insignia fue destituido y reemplazado por un oficial de la tripulación…”. “ Cierto nú-

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mero de marineros, cerca de la quinta parte de la dotación del buque insignia, se habían constituido en guardia roja, bajo la dirección de un jefe de fogoneros…”. El internamiento había creado un clima favorable para el desarrollo de estos acontecimientos. Los telegramas interceptados, los periódicos y las cartas que describían los choques que se habían producido en enero de 1.919 en Berlín y otras ciudades de Alemania, habían



El sacrificio de Scapa Flow acabó con los sueños de Alemania de llegar a ser una gran potencia naval

excitado los ánimos de los tripulantes. Los consejos de marineros no querían de ningún modo que el oficial recuperase su posición preponderante. Hubieran preferido desembarazarse por completo de ellos, pero no podían hacerlo, porque los oficiales eran, para los británicos, los únicos representantes de la escuadra y de los buques... Las experiencias profesionales daban a los oficiales un carácter insustituible, y la mayor parte de los hombres veía en ellos la única garantía de su vida a bordo. Gradualmente, entre las mismas dotaciones se creó un movimiento de rechazo contra los elementos más radicales y se impuso la necesidad de restablecer un orden jerárquico, único posible a bordo de una unidad naval. Gradualmente, los elementos extremistas fueron desembarcados y enviados a Alemania, y la situación a bordo de la escuadra mejoró. En el plano político se iban precisando poco a poco las exigencias de las potencias vencedoras respecto a

Alemania. Era evidente que la firma de los acuerdos de paz, conllevaría al reparto de la flota alemana, reducida ahora a la condición de mercancía de cambio en favor de mejores cláusulas territoriales, financieras y políticas. A este respecto, escribió el almirante Von Reuter: “Yo no quería ensuciarme las manos con este comercio repugnante, y pensaba que todos los oficiales de mi escuadra eran de la misma opinión…. En tales condiciones, sólo cabía tomar una decisión, la que todo comandante, todo almirante, habría tomado: ¡hundir los buques!”. Eran poco más de las 11 horas 20 minutos, del 21 de junio de 1.919, y el gobierno de Berlín había aceptado las condiciones de la Entente para el tratado de paz, cuando Von Reuter hizo transmitir a todas sus unidades la orden fatal: “Hundir inmediatamente las naves”. A partir de entonces y siguiendo las instrucciones recibidas para tal eventualidad, se abrieron los grifos de fondo de todas las unidades, comenzando su inundación. Poco después del mediodía, el acorazado Friedrich der Grosse, cada vez más sumergido, se escoró fuertemente; los botes habían sido lanzados ya al agua y se encontraban a popa. Se oía claramente el repique de la campana de a bordo, que daba la señal de abandono de buque. El Friedrich der Grosse, escoró todavía más. Al mismo tiempo, una pequeña unidad británica se había aproximado al acorazado y sus tripulantes observaban con estupor la insólita inclinación que tomaba éste, viendo después que la nave daba la voltereta súbitamente y se iba a pique. Los ingleses comenzaron a disparar con furia contra los hombres desarmados de los botes salvavidas, a pesar de que éstos enarbolaban bandera blanca. MANOLO RIVES Director Escuela Náutica Palma

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