Texto III Umberto ECO – Cómo se hace una tesis
Este libro trata de ser un manual para todos los estudiantes universitarios (pero sobre todo los cursantes de doctorado), especialmente los de letras y humanidades, aunque por extensión va dirigido a todos aquellos estudiantes que pretendan llevar a cabo un proyecto científico o de investigación, con orden y coherencia, además de proporcionar unas bases para que el futuro tesista o doctorante adquiera una metodología de trabajo, que pueda servir para futuros trabajos. Eco resalta la importancia de adquirir un método de trabajo, que es lo que en definitiva pone en orden y da coherencia a las ideas que se pretenden expresar. Por otro lado intenta responder a preguntas como: que és, para qué sirve y a quién va dirigida una tesis. La división de capítulos y párrafos del libro de Umberto Eco, en forma de ordenado manual de método de trabajo, lo hace muy ágil de leer. Tocando todos los aspectos que se deben tener en cuenta al llevar a cabo un proyecto de investigación. Además de aconsejar al estudiante hasta en los aspectos más subjetivos del trabajo. De entrada, Eco, distingue entre las tesis de investigación, que suelen acarrear más tiempo de trabajo que las tesis de compilación. Muchas tesis pueden representar el trabajo de toda una vida de investigación. Éstos son factores a tener en cuenta antes de preparar el objetivo del trabajo. También resalta que el tema que se escoja es secundario respecto al método de trabajo. Aunque el tema debe motivar al estudiante, hay que tener en cuenta las fuentes que se van a necesitar para llevar a cabo el proyecto. Que no exista excesiva dificultad para acceder a éstas o para su manejo. Ante la elección del tema, Eco aconseja que conlleve un trabajo monográfico, donde no se disperse en exceso el objeto de estudio y las fuentes a analizar. Este tipo de tesis, monográfica, hace más cómodo el trabajo que, por contra, una tesis más panorámica. En esta última se corre el riesgo de que todo el trabajo se disperse, por una ansia de intentar abarcar todo el propósito que se tenía en mente, unido a una desesperación al tener entre manos un trabajo que no termine nunca. Lo ideal es un proyecto intermedio, acotando al máximo el objeto de estudio. En cuanto al tiempo de elaboración de una tesis, el autor propone un mínimo de elaboración de seis meses y un máximo de tres años. De todas formas el tiempo también está unido a la motivación del estudiante, relacionado con el tema y la facilidad de manejo y accesibilidad de las fuentes. Es recomendable conocer algún idioma extranjero para poder tener un mayor radio de acceso en la elección de fuentes y bibliografía. Esta cuestión será de vital importancia si se trabaja sobre bibliografías de personajes o autores extranjeros, será importante conocer el idioma en el que
estén escritas la mayoría de las fuentes. Además, el doctorante tiene la ayuda de un profesor o tutor que ayuda y conduce la labor del estudiante. Muchas veces puede haber una relación de profesor y discípulo a través del campo de estudio. Uno o varios profesores y alumnos unidos por un objeto de investigación. En esta relación un doctorante puede llevar a cabo un trabajo de investigación que pueda formar parte de un proyecto mayor de su tutor. En esta situación, el futuro doctorante puede estar totalmente de acuerdo, pero también puede ser manipulado. Aunque una tesis debería decir siempre algo nuevo, proporcionar nuevas preguntas y respuestas, una nueva visión sobre un tema concreto, no es del todo decisivo, ya que se puede hacer un estudio que represente un estado de la cuestión sobre un tema. Lo más importante es que la tesis que se lleve a cabo sea útil para los demás, que pueda ser objeto de consulta para todo el mundo, tanto la tesis como las fuentes utilizadas para su elaboración. Cap. III – Búsqueda del material Hay fuentes de primera y segunda mano. Cuando se trabaja con libros, una fuente de primera mano es una edición original o una edción crítica de la obra en cuestión. Una traducción, un resumen o un informe no son una fuente. De cara al orden en el trabajo, Eco da consejos para el mejor manejo de las fuentes y la bibliografía que se está manejando. Como elaborar un índice de obras y un útil archivo de fichas de lectura. Se aconsejan diferentes tipos de fichas para ordenar la información que vamos recopilando. Los ejemplos de fichas que propone son fichas de papel: “Al hacer una ficha de lectura resumís en varios puntos el autor que os interesa; es decir, hacéis una paráfrasis y repetís con palabras el pensamiento del autor. En otros casos transcribís fragmentos enteros entre comillas. Luego, cuando pasáis a redactar la tesis, ya no tenéis el texto a la vista y os limitáis a copiar fragmentos enteros de vuestra ficha. Entonces, tenéis que estar seguros de que los fragmentos que copiáis son verdaderamente paráfrasis y no citas sin comillas. En caso contrario cometeríais un plagio. Esta forma de plagio es bastante común en las tesis. El estudiante se queda con la conciencia tranquila porque antes o después dice, en una nota a pie de página, que se está refiriendo a ese autor determinado. Pero pongamos por caso que el lector advierte que la página no está parafraseando el texto original, sino que lo está copiando sin utilizar las comillas; se lleva una mala impresión. Y esto no concierne al ponente, sino a cualquiera que después eche un vistazo a vuestra tesis para publicarla o para estimar vuestra competencia.
¿Cómo se puede estar seguro de que una paráfrasis no es un plagio? Ante todo, si es mucho más breve que el original. Pero existen casos en que el autor dice cosas muy sustanciosas en una frase o periodo breve, de manera que la paráfrasis tiene que ser muy larga, más larga que el fragmento original. En tal caso no hay que preocuparse neuróticamente de que no aparezcan las mismas palabras, porque a veces es inevitable o francamente útil que ciertos términos permanezcan inmutables. La prueba más segura la tendréis cuando seáis capaces de parafrasear el texto sin tenerlo ante los ojos. Significará que no sólo no lo habéis copiado, sino que además lo habéis comprendido.” Las citas deben usarse correctamente, hay diferentes métodos, siempre con exactitud y honestidad. (VER BOTTA) A la investigación bibliográfica, dedica un capítulo, donde explica por ejemplo como citar. Las citas deben servir para confirmar lo que ya se ha explicado con las propias palabras, pero nunca para sustituir una explicación propia. Este tipo de consejos, dan calidad y verosimilitud a la redacción y demuestran que se sabe de qué se está hablando, este es uno de los consejos más básicos que sirven para todo tipo de tesis. Eco dedica una parte importante de su trabajo a la redacción y el orden de todo el trabajo final. Partiendo de una buena expresión, teniendo en cuenta a quien va dirigida la obra, con un lenguaje correcto y lo más universal posible. Por lo que se deben definir al máximo todos los conceptos o términos que puedan resultar confusos. Ya que una tesis es ante todo un ejercicio de comunicación, una coordinación de todas las ideas que rodean al tema, se debe prestar mucha importancia a la redacción final. Da pautas para que nuestra exposición sea clara sin ser excesivamente extensa y que aporte toda la información que tenga que aportar: Lo primero que hay que saber es a quién se habla y cómo se habla y explica que la mayoría de las veces es más aconsejable utilizar un lenguaje sencillo para que pueda ser comprendido fácilmente y que a diferencia de lo que mucha gente cree esto a veces cuesta más incluso que utilizar un lenguaje más técnico pero Eco dice: “... los textos que no explican tranquilamente los términos que utilizan (y proceden por rápidos guiños de ojo) hacen pensar en autores mucho más inseguros que aquellos en que el autor explica cada referencia o cada pasaje”.
Eco también aconseja un buen uso de los signos de puntuación, y una buena coordinación de las frases y los párrafos, para conseguir una buena lectura. “Quisiera concluir con dos observaciones: hacer una tesis significa divertirse y la tesis es como el cerdo, en ella todo tiene provecho.
Lo importante es hacer las cosas con gusto. Y si habéis escogido un tema que os interesa, si habéis decidido dedicar verdaderamente a la tesis el período que os hayáis prefijado (por breve que sea; ya hemos puesto el límite mínimo de seis meses) os daréis cuenta de que la tesis puede vivirse como un juego, como una apuesta, como una búsqueda del tesoro. Por lo general, mientras se trabaja en una tesis sólo se piensa en el momento de acabar: se sueña con las vacaciones subsiguientes. Pero si el trabajo ha sido bien hecho, el fenómeno normal es que, tras la tesis, surja un gran frenesí de trabajo. Se quiere profundizar en todos los puntos que habían sido dejados de lado, se quiere seguir las ideas acudidas a la mente pero que tuvieron que ser apartadas, se quiere leer otros libros, escribir ensayos. Y esto es señal de que la tesis ha activado el metabolismo intelectual, que ha sido una experiencia positiva. Si os dedicáis de algún modo a la investigación, descubriréis que una tesis bien hecha es un producto en que todo tiene provecho. Como primera utilización sacaríais de ella uno o más artículos científicos y quizá (tras algunas reelaboraciones) un libro. Pero con el paso del tiempo os daréis cuenta de que volvéis a la tesis para sacar material a citar; volveréis a utilizar las fichas de lectura haciendo uso quizá de parte de las que no entraban en la redacción final de vuestro primer trabajo; las que eran partes secundarias de la tesis se os presentarán como el inicio de una nueva investigaci