Resumen para el primer control de lectura de Visiones 3. Relación entre filosofía y ciencia Hegel, la filosofía es la Ciencia Suprema del Espíritu. Aunque no es de hecho una ciencia, debería llegar a constituirse como tal; es decir, debería de trabajar con los mismos métodos, el mismo rigor y exactitud que son propios de las ciencias positivas. La filosofía verdadera se ha caracterizado siempre por un deseo de rigor y de exactitud. Lo que caracteriza la actividad cotidiana del científico es la búsqueda y el descubrimiento de las leyes por las que se rige el universo o las sociedades e individuos humanos. La filosofía, como hemos visto, no pertenece a las ciencias positivas de la naturaleza o del hombre, sino a las ciencias críticas. 3.1. La filosofía como radicalización de las ciencias Las preguntas filosóficas son por esto mucho más radicales que las científicas, y no pueden responderse de una forma meramente científica. Evidentemente, se trata de preguntas que no se pueden responder con facilidad y que escapan al dominio del científico 3.2. La sospecha filosófica ante las ciencias La ciencia, además de liberar respecto de las inclemencias del mundo natural, puede ser también un medio de consagrar la división entre naciones o entre clases sociales, distinguiendo a los que "saben" de los "ignorantes y analfabetos;" a los pueblos "civilizados" de los salvajes." En nombre de la ciencia se legitima la desigualdad social, las diferencias enormes de salarios, la marginación de mayorías enormes de población, etc. Es decir, mostrar que la ciencia, lejos de ser un saber "neutral" y "sin compromiso," fuente de verdades absolutas e indubitables, es, en realidad, una actividad teórica que surge en sociedades concretas. 3.3. La voluntad emancipadora de la filosofía Es decir, en filosofía no se trata de desarrollar un mero gusto por la crítica, sino que toda crítica filosófica auténtica está siempre al servicio de la emancipación del hombre. En definitiva, la filosofía es un modo de saber que necesita inexorablemente de las ciencias —naturales y sociales— como modos de conocimiento privilegiados de la realidad. Pero al mismo tiempo, la filosofía, por su carácter crítico, es un saber que va más allá de las ciencias, para revisar sus fundamentos e incluso para poner en tela de juicio sus pretensiones de neutralidad y de objetividad desinteresada.
Filosofía del conocimiento El dogmático es aquél que piensa que su conocimiento sobre las cosas, sobre el hombre, sobre la sociedad y sobre la historia tiene un carácter absoluto y definitivo. las posturas dogmáticas suelen estar unidas a actitudes profundamente intolerantes. La filosofía ha de indagar por sí misma, en el presente, la verdad o falsedad de una idea, sin dejarse seducir por las venerables barbas de la antigüedad. 1. Problemas generales del conocimiento La filosofía, como dice Aristóteles, nace de la admiración. El filósofo se pregunta por la verdad del conocimiento del hombre: ¿hay alguna verdad entre tantas ideas diferentes y
hasta contrarias? ¿Cómo saber qué teorías son verdaderas y cuáles son falsas? ¿Cómo es posible que el hombre llegue a alcanzar alguna verdad? 1.1. La posibilidad del conocimiento Cuando el filósofo se interesa por el conocimiento, lo hace preocupado por determinar en qué consiste la verdad y cómo es posible que un conocimiento llegue a alcanzarla. Es decir, se trata de saber si es posible y cómo es posible un conocimiento verdadero. Por verdad se ha solido entender, en la historia de la filosofía, la adecuación entre la inteligencia del hombre y el mundo que conocemos. El conocimiento, lejos de ser algo neutral, igual para todos los hombres, es una capacidad humana sometida a los avatares del tiempo, de la cultura, de la historia, etc. 1.1.1.
El escepticismo Para el escéptico el hombre es radicalmente incapaz de alcanzar la verdad. Lo conducen a pensar que no puede haber ninguna verdad definitiva ni inconmovible. Para el escéptico la pregunta por la posibilidad del conocimiento se responde de un modo simple: el conocimiento verdadero no es posible.
1.1.2.
El subjetivismo El subjetivismo parte del mismo hecho del que parte el escéptico: los hombres conocen de modos muy diversos según cada cultura y según los grupos sociales a los que pertenecen. Para el subjetivismo, la verdad es posible. El subjetivismo afirma que es imposible saber de un modo definitivo cómo son las cosas en sí mismas, pues todo conocimiento humano del mundo es un conocimiento en el que hay implicada una subjetividad. El punto de partida de todo conocimiento: el sujeto. a) El racionalismo Para el subjetivista no tenemos ninguna certeza sobre el mundo exterior. De lo único que podemos estar ciertos es de lo que se da en nuestro interior. El racionalista pone su confianza en la razón como fuente de conocimientos bien fundados, y no en los sentidos. Al mundo se accede no por los sentidos, sino mediante la razón, piensa en el fondo el racionalista. b) El empirismo. Frente a los racionalistas, el empirismo va a defender que la verdadera fuente del conocimiento humano no está en la razón, sino en los sentidos. Solamente podemos afirmar la verdad de aquellas tesis que puedan ser comprobadas por los sentidos. La causalidad es pues una idea que nos formamos por la costumbre, y no un principio que funcione en el mundo real. c) El kantismo Todo conocimiento comienza en los sentidos, pero no se acaba en los sentidos. En todo conocimiento humano hay algo más que pone la razón a los sentidos. El conocimiento, para el kantismo, es una síntesis entre la experiencia sensible y las categorías del entendimiento. El hombre, para Kant, es capaz de conocer el mundo, y de ello dan buena muestra las ciencias modernas. Ahora bien, el mundo que el hombre conoce es un mundo estructurado por la subjetividad. La realidad es siempre una realidad estructurada y configurada por el entendimiento humano, y nunca podemos ir más allá de éste.
d) Subjetivismo e idealismo. Es importante distinguir entre subjetivismo e idealismo. El subjetivismo es una posición en teoría del conocimiento, mientras que el idealismo es una teoría sobre la realidad. Ciertamente, es fácil, como vimos, que una posición subjetivista en teoría del conocimiento vaya unida a un idealismo, pues el subjetivismo sitúa a la conciencia humana en el centro de la realidad, de modo que son sus ideas y categorías las que rigen y estructuran el mundo que conocemos. e) Subjetivismo e individualismo. Las filosofías subjetivistas han buscado siempre, en el ámbito sociopolítico, el respeto de la interioridad y de la individualidad de los hombres. Sin embargo, esta defensa del sujeto suele pasar por alto las dimensiones sociales y colectivas del ser humano, convirtiéndose en un individualismo. El individualista defiende por ejemplo la propiedad privada como un derecho absoluto del sujeto. 1.1.3.
El realismo El conocimiento es posible porque el hombre se ajusta a la realidad. Las diferencias subjetivas son superables en un diálogo sobre la realidad, acudiendo a criterios objetivos que nos sirvan para medirla (como es el termómetro). Para el realismo es posible superar las limitaciones subjetivas, cosa que el subjetivista consideraba imposible. a) Realismo y materialismo. El materialista admite que el conocimiento humano puede estar condicionado por factores subjetivos, pero en cualquier caso se inclina a subrayar la prioridad de la realidad sobre la conciencia: en definitiva, la subjetividad humana no es más que una parte del mundo material. La realidad material es anterior a la conciencia: por eso, aunque no todo realismo, todo materialismo es de un modo o de otro realista. b) Realismo e individualismo. Para el subjetivista el hombre no puede salir de su propia interioridad: todo lo que conocemos, piensa el subjetivista, son datos e ideas que están dentro de nuestra conciencia, de la que nunca podemos salir. El realismo, por el contrario, insiste en el carácter abierto de la realidad humana: lo que importa en el conocimiento no son los límites subjetivos, sino la realidad. Por esto, mientras que el subjetivismo ha solido unirse al individualismo en la concepción del hombre y de la sociedad, el realismo más bien ha estado unido a las ideas colectivistas y socialistas. c) Realismo ingenuo. Una primera forma de realismo es la del llamado realismo ingenuo. Para el realismo ingenuo, el hombre conoce la realidad tal cual es. La conciencia no hace más que reflejar las cosas con perfecta fidelidad. El conocimiento humano sería algo así como un espejo perfecto que no haría más que reproducir las cosas tal como son en sí mismas.
1.1.4.
Hacia la formulación de un realismo dialéctico a) Realismo crítico. En cierto modo, el realismo crítico viene a ser una síntesis de subjetivismo y de realismo, una especie de "vía intermedia." Se trata de un realismo porque se afirma la posibilidad de conocer el mundo exterior, saliendo del aislamiento de nuestra conciencia. Pero este realismo es "crítico" porque mantiene una tesis propia del subjetivismo: no conocemos el mundo tal cual es, los sentidos no nos dan necesariamente una imagen adecuada del mundo exterior. b) La fenomenología. Sólo hay subjetividad cuando hay objetividad. Sujeto y objeto, por así decirlo, son dos momentos dialécticos de una relación en la cual ellos se constituyen como polos opuestos que, sin embargo, se necesitan el uno al otro. Subjetividad y objetividad se determinan mutuamente. c) El pragmatismo. En consecuencia, para el pragmatismo, los conocimientos verdaderos son aquellos que reportan utilidad para la especie humana. Lo verdadero es por ello lo útil. Para el pragmatismo la verdad depende de sus intereses prácticos. En cualquier caso, la verdad sigue siendo cuestión subjetiva y personal. d) Filosofía de la praxis. Desde este punto de vista, la praxis humana consiste en una interacción entre el hombre y el mundo que lo rodea. Y es que el hombre se hace en buena medida a sí mismo, si no tanto como individuo, al menos como especie. Y es justamente la praxis humana, su intercambio creador con la naturaleza, lo que hace posible esta constitución del hombre a lo largo de la historia. Ciertamente, tanto el pragmatismo como la filosofía de la praxis llaman la atención sobre la vinculación entre el conocimiento y los intereses prácticos de los hombres. Sin embargo, el pragmatismo se diferencia de la filosofía de la praxis por su enorme subjetivación del problema del conocimiento. Para el pragmatista, la verdad es sencillamente lo útil para los intereses subjetivos particulares de quien conoce.