Tomado de: Maqueo, Ana María. Redacción ITAM México DF. II. PUNTUACIÓN.II.1. Introducción Cualquier manual de gramática o de ortografía recoge con suficiente exactitud y claridad las reglas de puntuación. No obstante, la puntuación no es una ciencia exacta ni sus normas (acerca de la coma, el punto, el punto y coma, etc.) son dogmas de fe. La puntuación es, en gran medida, un asunto de estilo, y quien dice estilo está hablando de psicología o temperamento: La puntuación, dice Azorín, tiene una base más ancha que la decisión personal, que el capricho del escritor. Esa base es la psicología; no puede tener uno el estilo que quiere. No basta decir ‘Yo voy a poner punto y coma donde los demás ponen punto”. Y voy a poner punto donde la generalidad de las gentes punto y coma. ¿Cuestión de psicología el puntuar? Evidentemente. Varía la puntuación a lo largo del tiempo, como varía -no mucho- la sensibilidad. Varía la manera que el hombre tiene de sentir, y varía el modo de expresar ese sentimiento; cosa curiosa es ver cómo puntuaban los antiguos y cómo puntuamos nosotros”. Así es. La puntuación es, en parte, asunto de sensibilidad, de psicología, de temperamento. Pero ello no significa que la libertad de puntuar sea absoluta. Hay maneras de puntuar totalmente inadmisibles, que contravienen toda lógica y violan la sintaxis de las oraciones; hay errores, al colocar una coma, un punto, etc. que no admiten justificación”. Por ejemplo, nunca puede ponerse una coma -y es error común- entre el sujeto y el verbo. Ejemplo incorrecto: insospechadas.
Además,
esta
unión,
produce
reacciones
La versión correcta sería: Además, esta unión produce reacciones insospechadas. La Puntuación tiene sus reglas. Ahora, hay que tener mucho cuidado con las definiciones inexactas y poco ‘pedagógicas’. Por ejemplo: decir que ‘la coma sirve para señalar una pausa breve (…)”, y que “el punto y coma indica una separación más intensa que la coma y menos intensa que el punto” (Casado, 1988) no es incorrecto. Pero si es incorrecto y, sobre todo, no ayuda en nada al estudiante que no sabe puntuar. Porque, ¿qué es una pausa corta, una pausa menos corta o más larga, o una pausa más intensa o menos intensa? ¿Cómo se mide el grado de esa "extensión” o de esa “intensidad‘? Repetimos: la definición no es equivocada, pero es incompleta y –esto es lo más importante- no
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contribuye en nada –o casi nada- a una verdadera comprensión de la “filosofía de la puntuación” y al correcto uso de sus signos. Otro error que se ha perpetuado peligrosamente a través de una suerte de tradición oral creada y sostenida por los alumnos es que “delante de la y nunca puede ir un punto”. Basta citar nuevamente a Azorín, escritor de justa fama, y autor de uno de los más depurados estilos de la lengua castellana. “No basta decir: “Y voy a poner punto donde la generalidad de las gentes pone punto y coma.” En resumen: a) La puntuación es, en gran medida, cuestión de estilo y, por ende, de psicología o temperamento, y hasta del sentir de una determinada época. b) A pesar de ello, no todo queda sujeto al azar (o a las leyes del estilo y del temperamento). Hay maneras de puntuar totalmente inadmisibles, lo cual es otra forma de afirmar que sí hay ciertas normas obligatorias. UNA DE LAS MÁS IMPORTANTES ES QUE ¡NUNCA DEBE PONERSE UNA COMA ENTRE EL SUJETO Y EL VERBO! c) Hay definiciones (de la coma, del punto y coma, del punto) que, si bien no son incorrectas, no ayudan en nada (o en muy poco) a la correcta comprensión y uso de la puntuación. El concepto de “pausa”, sobre todo, es especialmente nebuloso e impreciso. d) Finalmente, conviene defenderse ante la tenacidad y falacia de ciertas “leyes no escritas”: ¡A la “y” sí se puede antecederle un punto! En realidad, puede antecederle cualquier signo de puntuación, una coma, un punto y coma, dos puntos etc.
El porqué de la puntuación ¿Por qué se puntúa? ¿Para qué sirve la puntuación? Sirve para contribuir a la claridad y comprensión de un texto. Un texto sin puntuación (véanse, por ejemplo, los párrafos transcritos para los ejercicios al final de esta sección) es muy difícil de entender. Lo mismo ocurre con un texto mal puntuado. Hay que hacerse dos preguntas importantes. ¿Qué signos de puntuación son los más frecuentes? ¿Qué signos, por el contrario, suelen escasear en un texto? Los signos de puntuación utilizados más frecuentemente son el punto y la coma. Los signos menos frecuentes son el punto y coma, los dos puntos, los signos de interrogación, las comillas, los paréntesis y los guiones. Ello quiere decir que, si nuestro texto está plagado de puntos y comas y de dos puntos, por ejemplo (lo cual suele ocurrir con frecuencia en las redacciones de los alumnos), algo anda mal y necesita remedio.
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Una breve lección de sintaxis El texto está formado por la suma de una serie de “unidades de sentido”. Estas “unidades de sentido” son las oraciones. Una oración debe tener, por lo menos, sujeto y verbo. Puede tener también una serie de complementos (ya sea directos, indirectos o circunstanciales) que, a veces son prescindibles. No obstante, si integran una oración, no pueden “vivir” de manera independiente, sino que deben estar unidos a la oración a la que pertenecen para que adquieran su unidad de sentido. Por ejemplo: Los alumnos escriben con dificultad es una oración simple, pues solo está integrada por un sujeto (“los alumnos”), un verbo (“escriben”) y un complemento circunstancial (“con dificultad”). Pero, ¡qué sucede si a esta oración le agregamos algunos elementos gramaticales más? Por ejemplo: Los alumnos escriben con dificultad porque no conocen el mecanismo de la puntuación. Sucede que tenemos una unidad de sentido con dos verbos, es decir, una oración compuesta. Le hemos agregado más elementos, pero esos elementos no pueden “vivir” solos, sin la oración que les da “sentido”. Para establecer esa relación de dependencia entre los elementos gramaticales que integran nuestra oración, necesitamos conservarlos unidos. Así, sería un error hacer lo siguiente: Los alumnos escriben con dificultas. Porque no conocen el mecanismo de la puntuación. Los alumnos escriben mecanismo de la puntuación.
con
dificultad;
porque
no
conocen
el
Los alumnos escriben mecanismo de la puntuación.
con
dificultad:
porque
no
conocen
el
Lo correcto sería: Los alumnos escriben con dificultad porque no conocen el mecanismo de la puntuación. Cada vez que escribimos una oración, simple o compuesta, utilizamos una serie de elementos gramaticales en su construcción. Estos elementos son el sujeto (S), el sustantivo (s), el adjetivo (A), el verbo (V), el adverbio (Ad), los nexos (N), las preposiciones (P), los gerundios (G), etc. Como dijimos, las oraciones simples poseen un solo verbo, y las compuestas tienen dos o más verbos que generalmente van unidos, ya sea por signos de puntuación, ya sea por nexos.
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Retomemos nuestra oración simple: Los alumnos escriben con dificultad. Si la expresáramos matemáticamente, equivaldría a la siguiente fórmula: S + V + Complementos = oración simple Las oraciones compuestas se construyen cuando le añadimos otras que también llevan verbo Ejemplo de oración compuesta: Los alumnos del ITAM escriben con dificultad porque no conocen el mecanismo de la puntuación. Matemáticamente, podríamos expresarla así: S+A+V+Ad+N+V+s+P+s O así: Oración simple (Los alumnos del ITAM escriben con dificultad) + nexo (porque) + oración subordinada (no conocen el mecanismo de la puntuación) Cada vez que nosotros le agregamos elementos gramaticales a nuestra oración simple, tenemos una unidad de sentido mayor. Sin embargo, no podemos hacerlo arbitrariamente, puesto que debemos respetar el orden sintáctico “natural” de nuestra lengua. A saber: Sujeto + verbo + complemento Pero, ¿qué sucede si, por estilo, por distracción o por desconocimiento, nosotros decidimos cambiar ese orden sintáctico “clásico”? Sucede que la oración se vuelve confusa. En realidad, si lo hacemos, si decidimos alterar ese orden de los elementos gramaticales, debemos indicarle al lector todos esos cambios, y para ello es necesario utilizar los signos de puntuación, en especial, la coma. Ejemplo correcto del cambio de orden sintáctico: Porque no conocen el mecanismo de la puntuación, los alumnos del ITAM escriben con dificultad. Ejemplo incorrecto de alteración del orden sintáctico: Los alumnos porque no conocen el mecanismo de la puntuación del ITAM escriben con dificultad. Como vemos, si alteramos caprichosamente el orden sintáctico de las oraciones, éstas se vuelven ilegibles, dado que el orden de los
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elementos gramaticales responde también a un orden lógico de ideas. Al principio, cuando el alumno apenas empieza a escribir con cierta regularidad e intenta mejorar su redacción, se encuentra con ciertas dificultades para identificar dónde empieza y dónde termina una oración, dónde comienza o termina un verbo, si la oración es simple o compleja, qué tipo de nexo utilizó, si debe ir o no una coma o un punto y seguido, etc´3etera. Pero, en la medida en que va adquiriendo práctica y habilidad, en la medida en que disipa sus dudas, este procedimiento de identificación de los elementos de la oración de estructuración lógica de las ideas se hace cada vez más “automático”. No olvidemos que aprender a redactar es un proceso que se adquiere con el ejercicio cotidiano, con la práctica diaria de la escritura, con la constante autocorrección de nuestros escritos y, por supuesto, con la también constante revisión de las reglas de la gramática y de la puntuación. Para comprender mejor el ordenamiento sintáctico de los elementos gramaticales y el acomodo lógico de las ideas en la oración, hemos incluido en este capítulo una serie de Ejercicios de sintaxis y de lógica que ayudarán a entender ese “mecanismo interno “ de las oraciones. POR EL MOMENTO, ES IMPORTANTE RECORDAR QUE, para que las ideas se entiendan y para que los lectores no se “pierdan” en el laberíntico camino de la oración, se debe respetar el orden sintáctico “clásico” de nuestra lengua, o bien, indicar (generalmente, mediante una coma) cualquier cambio importante que se haga en la sintaxis “clásica” de la oración. La sintaxis y los signos de puntuación El punto, la coma, el punto y seguido o el punto y coma son, de alguna menra, las pautas que el lector tiene para ver cuándo empieza o acaba el sentido de una oración, o bien, si na idea depende o no de otras. Por eso, si nosotros no sabemos cuándo comienza o acaba una oración o si ésta depende de alguna otra, no podremos puntuar correctamente. El signo más “radical” que separa las unidades de sentido u oraciones (ya sean simples o compuestas) es el punto. Por ejemplo: Vivo en México. Estudio en el ITAM. Sin embargo, aunque estas dos frases estén bien puntuadas, lo cierto es que casi nunca escribimos así, como si se tratara de un telegrama, sino que constantemente unimos o relacionamos dos o más ideas para conformar oraciones “más largas” o compuestas. De la unión o separación de estas ideas, de su dependencia o independencia sintáctica (y temática) en la oración, surge, a su vez, la necesidad de clasificar las oraciones y, por supuesto, de puntuarlas adecuadamente.
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Tipos de oraciones Como dijimos, las oraciones pueden ser simples o compuestas: Una oración simple es la que está integrada por los mínimos elementos: sujeto + verbo (+ complementos, si es que los hay). Ejemplo de oración simple: Yo vivo en México. Una oración compleja es la suma de dos ( o más) oraciones simples. Ejemplo de oración compuesta: Yo vivo en México y estudio en el ITAM. Las oraciones compuestas, a su vez, pueden ser coordinadas o subordinadas: Las primeras se llaman coordinadas porque ninguna depende de otra para adquirir un sentido propio. Ejemplo de oración coordinada: Yo vivo en México y estudio en el ITAM. Tanto Yo vivo en México como Estudio en el ITAM tienen una vida independiente, constituyen una unidad de sentido, solo que, en este ejemplo, están unidas gracias a la “y” (o conjunción copulativa). Las oraciones coordinadas son, pues, dos o más oraciones simples, independientes y principales, que se relacionan o enlazan mediante una serie de “nexos” que, como ligas, las mantienen unidas. Como en el caso de la “y” que utilizamos en el ejemplo anterior, existen otros nexos o puentes que nos permiten relacionar dos o más oraciones simples para hacerlas coordinadas. Estos nexos se llaman nexos de coordinación. A continuación enumeramos algunos de ellos: -
E, ni, pero, mas, sin embargo, o, u, ya, bien, ahora, aquí… allí, antes… después, así pues, entonces, en fin, en realidad, o sea, no obstante, en primer lugar, además, por consiguiente, por (en) conclusión, finalmente, con todo, en efecto, es decir, por lo tanto, en consecuencia, luego, en primer lugar, en último término, etc.
Las oraciones subordinadas no son independientes y, por ello, necesitan de la oración que las antecede para cobrar sentido. Ejemplo de oración subordinada: yo estudio en el ITAM, pues me parece muy buena universidad.
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En el ejemplo, el nexo que permite unir a la oración simple con la subordinada es “pues” , pero antes de introducirlo siempre hay que poner una coma. Si ponemos un punto o un punto y coma antes de “pues” cometemos un grave error de sintaxis, pues le damos vida independiente a una oración que necesita de la principal para sobrevivir y constituir una “unidad de sentido”. Cuando una oración simple se une a una subordinada se utilizan los nexos de subordinación, que sirven de enlace entre una oración y otra y, a la vez, evidencia la dependencia que existe entre la oración subordinada y la oración simple (o principal). Estos nexos son distintos a los de coordinación y sirven para mantener unidas a las oraciones subordinadas con las simples o principales (que les dan su sentido completo). A continuación enumeramos algunos de ellos: -
Ya que, como, como si, cuando, desde, mientras, donde, menos que, tan… como, cuanto, más que, mejor que, de modo que, si, siempre que, aunque, por más que, porque, puesto que, para que, a fin de que, etc.
Muchas de las reglas de puntuación que más adelante enlistaremos respetan dos principios básicos. A saber: 1) Que las oraciones (simples o compuestas) se unen entre sí por una serie de nexos, ya sea de coordinación o de subordinación; 2) Y que generalmente, dependiendo de los nexos que se hayan utilizado, se necesita poner ciertos signos de puntuación para relacionar las distintas oraciones que integran una unidad mayor de sentido. De hecho, una de las “claves” para puntuar bien, para poner o no una coma o un punto y seguido, surge de las diferencias que existen entre los diferentes tipos de oraciones (simples o principales, coordinadas y subordinadas), así como de la relación que se establece entre los distintos nexos que las enlazan. En resumen: En las oraciones compuestas coordinadas, las dos (o tres o más) frases que las conforman son oraciones principales, es decir, oraciones autónomas, que tienen significado en sí mismas y no dependen de la otra oración. Simplemente, se unen mediante un nexo de coordinación. En cambio, en las oraciones compuestas subordinadas hay una frase (la subordinada) que necesariamente depende de la oración principal. Sin ésta, carece de sentido, queda incompleto su significado. ¡POR ESTA RAZÓN, NUNCA PUEDE HABER UN PUNTO O UN PUNTO Y COMA O DOS PUNTOS ENTRE LA ORACIÓN PRINCIPAL Y LA SUBORDINADA, PUES LA ORACIÓN SUBORDINADA NO TIENE UNA VIDE INDEPENDIENTE! Por ejemplo:
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Si digo: Yo estudio en el ITAM, todos me entienden. Si digo, sin más, pues me parece muy buena universidad, nadie entendería nada, y la pregunta lógica sería: ¿De qué universidad hablas? A esa pregunta respondería la oración principal ausente: Yo estudio en el ITAM. Ejemplos incorrectos de puntuación en frases compuestas subordinadas: Yo estudio en el ITAM. Pues me parece muy buena universidad. Yo estudio en el ITAM; pues me parece muy buena universidad. Yo estudio en el ITAM: pues me parece muy buena universidad. Ejemplo correcto: Yo estudio en el ITAM, pues me parece muy buena universidad. El valor de los signos de puntuación El punto y coma y los dos puntos tienen (fuera de una serie de matices) la misma función que el punto: separar unidades de sentido. Basta una imagen muy sencilla: estos tres signos de puntuación (. /; / : ) son un “muro”. La coma, en cambio, es menos “radical”, hace de transición entre un segmento y otro. Completemos la imagen propuesta: si el punto, el punto y coma y los dos puntos son un “muro”, la coma es un “puente”. NOTA IMPORTANTE: Conviene que las oraciones sean más bien breves. Recuerden que, si bien la lengua española acepta frases más largas que, por ejemplo, el inglés, las oraciones demasiado extensas también afean el estilo en castellano. Acabamos de decir que la coma es un “puente”. No obstante, conviene evitar demasiados “puentes” dentro de una frase. Los “acueductos” (frases largas llenas de comas) hacen la lectura torpe y dificultosa. Recuerden también que, antes de decidir si hay una coma, un punto o un punto y coma, es necesario identificar si las frases son simples, coordinadas o subordinadas, pues de eso depende, en gran medida, que no tengamos problemas de sintaxis, que nuestro texto se entienda y que no violemos las reglas más elementales de la puntuación. El valor de la coma. Los incisos Imaginemos una oración simple: “María es estudiante del ITAM”. Esta frase tan sencilla es como un cajón que, si así lo queremos, puede ir llenándose de pequeños retazos informativos. Por ejemplo: “María, la hija de mi amiga Susana, es estudiante del ITAM”. A esos “retazos informativos” (en este caso, “la hija de mi amiga Susana”) los llamaremos “incisos”. PARA SEÑALAR LA PRESENCIA DE ESOS INCISOS, SIMPLEMENTE LOS COLOCAMOS ENTRE COMAS. Introduzcamos otro inciso: “María, la hija de mi amiga Susana, esa amiga que conociste ayer en mi casa, es estudiante del ITAM”. ¿Qué ocurre con una frase en la que los incisos no se señalan con comas? Pues lo mismo que ocurriría con un cajón no dividido en compartimentos. Los objetos,
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guardados así en un cajón, se revuelven, se desordenan, de la misma manera que se revuelve y desordena el sentido en una frase sin comas. ¿Qué ocurre, por otra parte, si “llenamos” excesivamente la frase y la sobrecargamos con incisos? Pues ocurre lo mismo que ocurriría con un cajón excesivamente lleno: que la oración, ante la sobrecarga de incisos, se desordena, se vuelve confusa, a pesar de la presencia de comas bien puestas. Por esa razón, para evitar el desorden excesivo y entorpecedor, conviene que las frases nunca sean demasiado largas y que los incisos sean pocos y bien señalados por las comas. Hasta aquí, hemos comentado 6 reglas fundamentales:
- Nunca va una coma, un punto y coma o punto entre el sujeto y el verbo. -Algunas de las reglas de puntuación surgen de la necesidad de relacionar las oraciones entre sí mediante la utilización de distintos nexos (ya sea de coordinación o de subordinación) con el propósito de construir una oración más larga que posea una “unidad de sentido” completo. - Otras reglas de puntuación nacen debido a que modificamos el orden sintáctico “clásico” de los elementos gramaticales que componen la oración u oraciones. - El punto, punto y coma y los dos puntos son un “muro” que separan radicalmente las oraciones. Por eso no puede haber ninguno de estos signos de puntuación entre una oración principal y su oración subordinada, pues esta última no tiene vida independiente. -La coma es un “puente” que hace de transición entre oraciones. Por eso, entre una oración principal y su oración subordinada puede insertarse una coma. - Los incisos tienen que ir siempre entre comas.
Hay otras reglas que pueden servir de ayuda y que ofrecemos a continuación. Sin embargo, es muy importante que recuerden siempre lo siguiente: LA PUNTUACIÓN ES UN ELEMENTO MÁS DE NUESTRA LENGUA. TODA LENGUA O LENGUAJE CONSTITUYE UN SISTEMA LÓGICO DE PENSAMIENTO. EN ESE SENTIDO, EL LENGUAJE LINGÜÍSTICO ES IDÉNTICO AL LENGUAJE MATEMÁTICO. PARA ENTENDER LAS MATEMÁTICAS, NO BASTA CON APRENDERSE DE MEMORIA UNAS REGLAS. LO MISMO OCURRE CON EL ESPAÑOL Y SUS REGLAS DE PUNTUACIÓN: NO BASTA CON APRENDÉRSELAS DE MEMORIA. HA QUE “ENTENDER” EL MECANISMO, EL FUNCIONAMIENTO LÓGICO DE LA PUNTUACIÓN Y DE LA SINTAXIS.
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II.2. Otras reglas de puntuación Completamos el presente capítulo con las reglas de puntuación. Para esta sección, hemos utilizado la información contenida en los siguientes volúmenes: Ortografía, de Wenceslao Ortega (México: McGraw Hill, 1996); Redacción, de Ana María Maqueo (México: Limusa, 1993); Manual de español urgente, publicado por la Agencia EFE (Madrid: Cátedra, 1985); Manual del redactor, de Antonio Miguel Saad (México: Diana, 1990). Ese apartado contiene las reglas básicas. No obstante, recordemos siempre que NO SE TRATA DE APRENDERSE DE MEMORIA LAS REGLAS; LO VERDADERAMENTE ESENCIAL ES COMPRENDER EL “MECANISMO” DE LA PUNTUACIÓN Y EL FUNCIONAMIENTO DE LA LÓGICA DEL LENGUAJE ESCRITO. 1. El punto y seguido. Como sabemos, siempre va al final de una oración y se utiliza: a) Para separar entre sí unidades autónomas y con sentido completo: La claridad en un escrito es necesaria para que nuestras ideas sean entendidas adecuadamente. Las ideas rebuscadas o incompletas solo cansan y confunden a los lectores. Un trabajo de investigación es valioso si aporta algo nuevo a la comunidad. Así que el investigador nunca debe perder de vista ese objetivo. b)
Cuando cambiamos ligeramente un tema o de idea: Al caer la tarde, volvimos a casa. Mi madre nos avisó que la comida estaba lista. Nos sentamos a la mesa. Más tarde, fuimos al cine. Una tesis de compilación es útil porque el investigador puede haber reunido de manera orgánica las opiniones expresadas por otros estudiosos. Las tesis que ofrecen una amplia información sobre un tema determinado generalmente son muy valiosas. c) Cuando introducimos un nexo de coordinación (véase también la sección coma, inciso f): Todos tenemos recursos lingüísticos para expresarnos. No obstante, el orador o el escritor que posea un mejor o mayor acervo de palabras en su vocabulario tendrá una mejor capacidad para hacerse comprender. Recibí el mensaje cuando me disponía a salir de casa. Sin embargo, no pude responderlo porque estuve ocupado durante la mañana. d) Cuando utilizamos un nuevo sujeto o sujetos para construir una nueva oración distinta de la anterior: El gobierno no ejerce la suficiente autoridad para acabar con la violencia. Los mexicanos ya no confían en sus gobernantes. La pobreza aqueja a la mitad de la población. La gente no consigue empleo. e)
Después de una abreviatura: - Art. (artículo) - Sr. Sra. Srta. (señor, señora, señorita)
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Gral. (General) Ing. (ingeniero) Arq. (arquitecto) Lic. (licenciado) Págs. (páginas) Figs. (figuras)
No se utiliza cuando las abreviaturas correspondiente a la ciencia o a la técnica:
representan
una
voz
10 m (10 metros) 500 km (500 Kilómetros) kg (kilogramo) ha (hectárea) hm (hectómetro) dam (decámetro) 14.30 h (14.30 horas) cm (centímetro) dm (decímetro) 2. El punto y aparte Se usa para separar párrafos e implica un cambio de “tema” en la redacción. (véase ejemplos a lo largo de este manual) 3. La coma Se separan con comas: a) Los elementos de una serie (palabras, grupo de palabras o frases) cuando no van unidos por o, y, e, ni y que. (Véase también la sección punto y coma, inciso a) - El cachorro pastor alemán es obediente, noble y tolerante con los niños. - La crisis económica de México es producto de la corrupción, el desorden, la ignorancia y la falta de responsabilidad de nuestras autoridades. - Para que un niño obedezca, no es necesario ni gritarle ni golpearlo ni castigarlo: basta dialogar con él. b) Los incisos o frases explicativas que el lector puede dejar de leer sin que la idea pierda su claridad y su sentido: - Luis, mi hermano preferido, vendrá a visitarme por la tarde. - La libertad de pensamiento, enemiga de los dictadores, no puede restringirse ni en la prisión. - La delincuencia, enfermedad tan arraigada en nuestra sociedad, no podrá erradicarse sin el apoyo de las autoridades. c) El vocativo –que es la palabra o palabras que se utilizan para llamar o dirigirse a una persona en particular- va con una coma
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cuando está al principio o al final de la oración, y entre dos si está intercalado en ella: - Señor Presidente, escuchamos su opinión. - Mira, madre, ya es muy tarde para salir. - Estamos con ustedes, compañeros. d) Los elementos en aposición, que –al igual que los incisos y oraciones explicativas- son las palabras que explican, aclaran o detallan algo del sujeto: - Madrid, la capital de España - La Habana, capital de Cuba, es una de las ciudades más hermosas del mundo. - Simón Bolivar, el Libertador de América, murió en 1830. e) Las oraciones elípticas, es decir, aquellas en las que se omite el verbo porque lo “toma prestado” de la oración anterior: - Prefiero la noche; mi hijo, el día - ¿Qué asiento deseas? Yo, el del pasillo. - Estos libros parecen interesantes, aquellos, no. f) Las locuciones, adverbios y nexos de coordinación, como: sin embargo, efectivamente, en efecto, finalmente, en fin, en realidad, con todo, por último, esto es, es decir, por lo tanto, en primer lugar, no obstante, o sea, además, por ejemplo, por consiguiente, etc., cuando el antecedente es de corta extensión. (Ver también sección punto y coma, inciso d) Como en el caso de los vocativos, van con una coma cuando están al principio o al final de la oración, y entre dos si están intercalados en ella: - Ahí murió, lamentablemente - Pedro, sin embargo, se negó a declarar. - Por lo tanto, no es necesario que asistas a la reunión del jueves. g) Cuando pues concluye un razonamiento, va entre comas; cuando expresa causa, motivo o razón, va antecedido solo por una coma: - Recuerda, pues, que debes pasar por mí a las siete en punto. - Miguel se enfermó del estómago, pues bebió agua del estanque. - No podré asistir a tu fiesta de cumpleaños, pues mañana tengo que estudiar para el examen de matemáticas. h)
Los nombres de una obra o de su autor: - El laberinto de la soledad de Octavio Paz, es una obra fundamental para entender la idiosincrasia del mexicano. - El libro titulado Redacción de Ana María Maqueo, es una obra de consulta indispensable para el escritor en ciernes. - Cuentos de amor, de locura y de muerte, de Horacio Quiroga, es uno de los libros más leídos en Latinoamérica.
i) Antes de pero, sino, ya que, mas y aunque, cuando les antecede una oración principal:
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La contaminación en la Ciudad de México es una asunto prioritario para las autoridades, ya que está afectando la salud de los habitantes. Trataré de llegar temprano, mas no depende de mí. María piensa inaugurar su tienda próximamente, aunque todavía no sabe la fecha exacta en la que lo hará.
j) Cuando se cambia el orden sintáctico natural o “clásico” (sujeto+verbo+complementos) de una oración; es decir, cuando se adelanta lo que debería ir después: - Al anochecer, llegaremos a Acapulco - En este cuadernillo, pega su colección de estampillas de correo. - Durante las tardes, imparto cursos de pintura. k) Las oraciones subordinadas, cuando preceden a la principal, ya que implican un cambio de orden sintáctico: - Cuando duerme, ronca - Para estudiar, organizo mis actividades con antelación. - Si te dice que no, avísame. l)
¿Puede ir una coma antes de la y? Si, debe ir cuando: 1. Une oraciones con sujetos distintos: - Pedro murió, y tú no me lo comunicaste - Manuel corrió varios kilómetros, y su amiga lo esperó en la meta. 2. Une una oración positiva con otra negativa. - Comí manzanas verdes, y no me enfermé. - Julia adora el baile, y detesta el canto. 3. La Y introduce una última oración con un significado distinto, después de oraciones breves y semejantes: - Conseguí los libros, la calculadora y los cuadernos, y regresé inmediatamente a mi casa a estudiar para el examen de matemáticas. - Compré dulces, pasteles y refrescos, y corrí a festejar mi cumpleaños con mis amigos.
m) Los adverbios de afirmación, las negaciones y las expresiones exclamativas que van antes del sujeto: - Sí, estoy de acuerdo contigo. - No, no vayas. - ¡Ay!, olvidé mi agenda en su casa. n) Los nombres de las ciudades para separarlos del país, provincia o estado: - Cuernavaca, Morelos. - París, Francia - Buenos Aires, Argentina. o)
Las preguntas o exclamaciones incluidas en la oración: - Un lamento parece escaparse de lo más profundo de su sur, aunque, ¿será sincero ese sufrimiento?
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El calor no le molestaba, ¡y eso que había vivido siempre en el extremoso frío de Canadá! Pero, ¿qué podemos hacer para resolver este problema?
p) Cuando utilizamos la expresión por ejemplo (Véase también la sección dos puntos indico f): 1. Cuando el ejemplo va después de la expresión por ejemplo, se puntúa así: - Por ejemplo, el nivel de pobreza en el que vive casi la mitad de la población de nuestro país. - Por ejemplo, cuando fuimos al médico porque Julián se enfermó. 2. Si primero ponemos el ejemplo, se escribe así: - Ya no le intereso. Últimamente, no me ha llamado, por ejemplo. - Me he vuelto un tanto despistada. Ayer perdí la bolsa, por ejemplo. 3. Si intercalamos la expresión por ejemplo en la oración, se puntúa de la siguiente manera: - No sé, por ejemplo, cuándo debo inscribirme al curso de matemáticas. - Recuerdo, por ejemplo, un sueño que tuve cuando era niña. 4. El punto y coma Se emplea el punto y coma: a) Detrás de las oraciones seriadas: - Son seres egoístas quienes viven sin respetar al prójimo, pensando que ellos son los únicos habitantes de la ciudad; quienes tiran basura en las calles y jamás se preocupan por los problemas ambientales, los que corrompen a la policía para evitar ser detenidos; los que violan las leyes más elementales de la convivencia. - Hay tres problemas urgentes por resolver. La delincuencia, que amenaza a la población; el viejo cáncer de la corrupción, que corroe a nuestros gobernantes, y el círculo vicioso de la pobreza. - Hay diversas razas de perros: lo9s pastores alemanes, que no reconocen ni a su dueño: los dálmatas, que siempre se mantienen erguidos; los chihuahueños, que parecen ratas de estanque, y otras más. - Para comprender el mecanismo de la puntuación, es necesario identificar los elementos sintácticos que integran una oración; reconocer si las oraciones son simples o compuestas; estudiar las reglas de puntuación más importantes, y corregir constantemente nuestros escritos. b) Para separar cláusulas en las que ya hay comas. Véase el siguiente ejemplo y los del inciso anterior: - A la reunión de periodistas asistieron las siguientes celebridades. El Lic. López, columnista del El Reforma; la Dra. Margarita Flores, quien llegó una hora más tarde de lo previsto; el Sr. Carlos Fuetes, reconocido escritor mexicano, y el Mtro. José Peñaloza, que presidió la reunión.
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c) En toda oración que posea un sentido completo que vaya antecedida de las conjunciones adversativas más, pero, sin embargo, etcétera. También se puede poner coma (ver sección coma, inciso f), o bien, punto y seguido (ver sección punto y seguido, inciso c): - Salieron durante la mañana y caminaron casi todo el día sin descansar; pero el mal clima los hizo regresar antes de lo previsto. - Supongo que la investigación médica será del interés de todos los asistentes al coloquio; sin embargo, tendremos que esperar más de dos meses para comprobarlo. 5. Los dos puntos. Los dos puntos se utilizan en los siguientes casos principales: a)
Después de toda frase que anuncia una idea textual: - Te aseguro que me dijo esto: “Estaré allí a las seis” - Emilio respondió: “No me interesa tu propuesta”. - Recuerdo sus palabras: “No quiero verte más.”
b) Para anunciar una enumeración, siempre y cuando no vaya precedida de como, es, son o fue: - Hay dos motivos por los que no voy a esa conferencia: el tema no me atrae y la hora no me conviene. - Jorge tiene cuatro tíos: Mario, Julián, Pedro y Antonio. - No olvides ponerle a la sopa los siguientes ingredientes: Dos tazas de pepinos sin semillas, dos cebollas de cambray finamente picadas y un diente de ajo. c) Al revés, para cerrar una enumeración y comentar (o sintetizar) lo que ella representa: - Buenos profesores, estupendo nivel académico e instalaciones de lujo: éstos son los atractivos que ofrece la universidad en la que estudio. - No saludaba, no veía, no hablaba: lloraba. - El reglamento es muy claro: no se permite fumar en el aula. d) Para preceder a una oración que extrae una conclusión o presenta la causa de lo que acaba de afirmarse en la anterior. (Léase también los ejemplos del inciso anterior): - Era domingo. Estábamos aburridos, no había nada que ver en la televisión: decidimos salir a comer (consecuencia) - Nada hay más repugnante que la avaricia: degrada a los hombres. (causa) e) Cuando siguen a los encabezamientos de cartas e instancias: - Estimados señores: - Querido Juan: - A quien corresponda:
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f) Van después de por ejemplo cuando le sigue el o los ejemplos enlistados o explicados a continuación (ver también sección coma, inciso p): - La violencia en la Ciudad de México se ha acrecentado en los últimos años; por ejemplo: antes, los ciudadanos caminaban libremente por las calles o manejaban sin preocupación a altas horas de la noche, pero ahora casi nadie se atreve a caminar ni a manejar ni a salir después de las nueve de la noche. - Últimamente, he tenido muchas actividades; por ejemplo: ayer me invitaron a dar una conferencia; mañana iré al cine con mis amigos, y la próxima semana impartiré un curso en Toluca. 6. Los signos de interrogación y de exclamación Se emplean: a) Al principio y al final de la oración si toda ella tiene carácter interrogativo o exclamativo. Si solo una parte de la oración es interrogativa o exclamativa, los signos se usan solo en esa sección de la oración: - ¿Cómo te llamas?, ¿qué edad tienes?, ¿en dónde estudias?, ¿hace cuánto que trabajas aquí? - ¡Qué espectáculo tan maravilloso! - Sé lo que estoy buscando, pero, ¿crees que lo encontraré? Nótese que el signo de interrogación o de admiración sustituye al punto. Por eso, la palabra que sigue a estos signos debe comenzar con mayúscula. No obstante, después de utilizar un signo de exclamación o de admiración, también puede ponerse coma, punto y coma o dos puntos, pero, en tal caso, la siguiente palabra debe comenzar con minúscula: -
¡A estudiar! ¡A estudiar, muchachos!, que ya vienen los exámenes finales. ¿Cómo crees que voy a salir a estas horas de la noche? ¿Qué no sabes que los asaltos están a la orden del día? “¡Déjame en paz!”, le dije. Y él me contestó: “Mejor nos vemos otro día, ¿no crees?”
Obsérvese que, en los ejemplos de los incisos anteriores, cada una de las preguntas que se formulan conlleva sus propios signos de admiración o interrogación. En el caso que se formulen dos preguntas unidas con una y, o u e, deben escribirse de la siguiente manera: -
¿Cuándo llegaste a México y por qué? ¿Cuál es su nombre y qué edad tiene? ¿Cómo sucedió y a qué hora?
7. Los guiones Debemos distinguir dos tipos de guiones: el gión corto (-) y el guión largo o raya (--)
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a)
El guión corto tiene tres usos: Para separar las sílabas en el silabeo: - con-ta-mi-na-ción - do-min-go - con-tem-po-rá-ne-o
b) cuando al final del renglón no cabe un vocablo entero, pero debe usarse para separar una sílaba. No se permite descomponer un prefijo ni dejar al final o al comienzo del renglón una silaba de una sola vocal.
c)
INCORRECTO
CORRECTO
De-sarrollar
Des-arrollar
No-sotros
Nos-otros
Fle-xible
Flexi-ble
Para indicar oposición en palabras compuestas: - Acuerdo franco-prusiano - Conflicto germano-soviético - Obra lírico-dramática
No se usan si se juntan las palabras y expresan una nueva región geográfica o un tratado comercial, cultural o amistoso: -
Acuerdo francoprusiano. Conflicto germanosoviético. Obra liricodramática.
El guión largo o raya (--) se usa: a)
En los diálogos, delante de lo dicho por cada interlocutor: El juez le preguntó brevemente: - ¿Cuál es su apellido? - Fernandez, contestó el interrogado. - ¿Cuántos años tiene? - Cincuenta - Queda en libertad.
b) Para introducir, como la coma, elementos incidentales o complementarios dentro de la oración principal, pero indicando un grado mayor de separación: - Los manifestantes -–unidos por sus demandas-- no dejaban de gritar y de insultar a las autoridades. - Si entre los libros que he escrito –que, por cierto, no son pocos— no encuentras alguno que te guste, podemos ir a la librería a escoger una novela de tu agrado. 8. Los paréntesis Se usan: a) Para señalar los elementos que tienen un grado mayor de separación que las comas respecto a la idea contenida en la oración
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principal. Se usan también para encerrar entre ellos datos aclaratorios, fechas, explicaciones de abreviaturas, etc.: - La SEP (Secretaría de Educación Pública) es la responsable de distribuir los libros de texto gratuitos para las primarias del país. - Platón (siglo V A.C.) es uno de los pensadores más leídos en mi escuela. Obsérvese que el uso de los guiones y los paréntesis es similar, y no altera las reglas de puntuación que hemos señalado hasta aquí. 9. Las comillas Se utilizan: a) Cuando hacemos referencia a citas textuales. Debemos emplearlas con cuidado, es decir, solo cuando estemos seguros de que lo citado es rigurosamente literal: - Confusio dijo: “El hombre superior tiene a la justicia como modelo.” - “La verdadera política, cualesquiera que sean sus formas, no es más que el orden y la libertad”, dijo Chateaubriand. - Como dice un proverbio popular: “Más vale pájaro en mano que ciento volando) b) Para apodos, para destacar una palabra o frase, para darle cierto énfasis o simplemente para señalar su sentido irónico: - Mario Moreno, “Cantinflas”, es un gran cómico. - Nunca pensé recibir un ataque tan “refinado” como éste. (Nótese la ironía) - Miguel es tan “hábil” con las manos que le dicen “El manitas”. c) Se emplearán siempre que se escriban palabras extranjeras y no se disponga de cursivas: - “dumping” - “stock” - “poster” - “long play” 10.
Los puntos suspensivos.
Son poco usados por los periodistas, pero algunos redactores o escritores (generalmente inexpertos) los utilizan con frecuencia. Se emplean para: a) Dejar incompleta la oración y omitir alguna idea o palabra que fácilmente pueda suponer el lector: - No sé si iré, amiga mía, quizá… - Lamentablemente, rompió el vestido nuevo, pero… - No sé… no creo que me hayas entendido… b) Provocar una pausa y expresar temor, duda o sorpresa. (Véanse también los ejemplos anteriores)
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-
Salí a la calle… minutos después, escuché un sonido… una explosión…un trueno… tal vez una bomba… La ciudad vivía una de las peores tragedias… No sé por qué no fue… tal vez llegó tarde a la cita o… quizá se le olvidó…
c)
Transcribir una forma incompleta una frase u oración: - El Quijote de la Mancha, de Cervantes, empieza así: “En un lugar de la Mancha…” - Recuerda el proverbio popular: “Quien quiera azul celeste…”
d)
Provocar el recuerdo de algo que se ha olvidado: - ¿Te acuerdas de ese profesor de matemáticas…? ¿Cómo se llamaba…? - Yo te conozco, pero no recuerdo tu nombre… ¿Juán…? ¿Matías…? ¿Marcos…?
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