Prosperidad y Abundancia Carta de Mary Kretzmann Recientemente un amigo me envió esta historia, sencilla pero con poder e instructiva: Hace muchos años Yogananda le preguntó a su discípulo Yogacharya Oliver Black si rezaba a Dios, Mr Black le dijo que “si”. Yogananda le sugirió que rezara con Dios en vez de rezar a Dios. De la misma forma, Swami Kriyananda nos enseña que si rezamos para obtener amor divino, debemos de rezar con una sensación de alegría. Cuando rezamos esperando recibir alegría, ya empezamos a tocar “el borde de su túnica” y de esta forma dejamos atrás el dolor, el aburrimiento, la desesperación. [Se refiere a la historia de la Biblia donde la mujer toca la túnica de Jesús y Jesús, entre toda la multitud que le rodeaba, pregunta: “¿Quién toco mi túnica?”] Recientemente estamos recibiendo muchas peticiones para orar por un trabajo, casa, y otras cosas que no le dábamos más importancia cuando los tiempos eran buenos. Algunas de estas peticiones han obtenido una respuesta muy bonita; especialmente cuando el que las recibe practica una actitud correcta, y hace un esfuerzo espiritual y práctico. La gracia Divina parece que fluye y envía un buen trabajo al devoto, incluso cuando hay muchas personas que solicitan el mismo trabajo. Últimamente he visto como esto se repite, quizás sea el fruto de un buen karma y al mismo tiempo en confiar en lo Divino. ¡Seamos todos agradecidos y generosos y sigamos sintiendo las bendiciones de estas enseñanzas!
En la alegría Divina, Mary Kretzmann
Generosidad Diaria: “Cuando veas Belleza, de cualquier índole – los colores de una puesta de sol, el canto de los pájaros, el sonido del agua, de los árboles, la suave brisa en tu rostro, el calor del sol, la alegría del amor y la amistad….- no te olvides de expresar tu gratitud al Padre que te rodea con tanta belleza y asombro, y por abrirte los ojos para que puedas ver y disfrutar de su creación.” Paramhansa Yogananda, East West, Inner Culture
“El secreto de la prosperidad es gratitud y generosidad.” Swami Kriyananda
Oraciones y Afirmaciones de Paramhansa Yogananda:
“Encontraré algo cada día, por lo que pueda dar gracias, y de esta manera formar el habito de la gratitud por todos los regalos que el Padre me ha dado.” Paramhansa Yogananda
“Padre Divino, no me preocupa lo que poseo permanentemente, pero dame el poder de adquirir a voluntad todo lo que necesito diariamente.” Paramhansa Yogananda
Reza en sintonía con ese aspecto del Infinito que es Abundancia Divina en sí mismo. Imbuye tus oraciones con este flujo abundante de luz y alegría. Reza con receptividad hacia el flujo Divino que quiere bendecirte a ti y a los otros ahora. Siente que en tiempos de necesidad, “Abundancia” no significa opulencia necesariamente, pero que nuestras necesidades están cubiertas amorosamente. Deja que el aspecto de Abundancia de la Madre Divina fluya, no solo hacia ti, pero también a través de ti; bendice a otros con bendiciones prácticas, en sintonía con tu realidad presente. De la misma forma que usamos las oraciones para la curación, tu estás bendiciendo a otros de forma espiritual.
Deja que tu corazón sea generoso, bendice a otros de la misma forma que tú serás bendecido. (Mary Kretzmann)
El Sendero Hindú de la Iluminación: De J. Donald Walters (Swami Kriyananda) Cuando vemos con los ojos de la sabiduría, todo se convierte en un símbolo Infinito. Es como una ventana al universo, que aunque esté sucia, se puede vislumbrar lo Divino a través de ella. Los símbolos del Hinduismo, como los símbolos de cualquier religión verdadera, tienen como finalidad expandir nuestra consciencia, para recordarnos las Verdades universales que están en nosotros. No hay templo, ni sinagoga, ni mezquita que puedan tener el monopolio de la Verdad. Las formas externas solamente pueden recordarnos quienes somos en el interior. El sentido más elevado y verdadero, el cuerpo humano es el autentico santuario, porque es dentro de nosotros, primeramente, que alabamos a Dios donde quiera que nos sentemos, que nos arrodillemos, que estemos de pie, o postrados ante el grupo de oración. A medida que nos movemos en el mundo, estamos, consciente o inconscientemente, en un peregrinaje. Nuestras vidas se santifican al tomar la vida como algo sagrado, ya que la vida es una manifestación de Dios.
La Madre Divina es ese aspecto de Dios que el planeta necesita más en nuestros días. Necesitamos traer el Amor de nuevo; un Amor incondicional, confiado, que da Amor; un amor que no pide nada a cambio, pero que se da generosamente, libremente y para siempre. Este, más que ningún otro sentimiento humano, es el amor de la madre.
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