Transformando actitudes hacia las armas de fuego Plan Canje de Armas por Mejores Condiciones de Vida Martín Appiolaza Gabriel Conte William Godnick
Junio 2003
Asociación Espacios para el Progreso Social Argentina
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Contenido
Introducción: El contexto sobre armas, seguridad y violencia en Argentina El programa de canje de armas por mejores condiciones de vida Implementación del programa Evaluación del programa de canje de armas Conclusión Bibliografía
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Sobre los autores Martín Appiolaza Es coordinador en el Centro Regional de Desarme de Naciones Unidas del proyecto que apoya a las ONG y redes que trabajan sobre armas de fuego en América Latina y el Caribe. Licenciado en Comunicación en la Universidad Nacional de Cuyo (Argentina). Editó en español Desarme.org y fue presidente de la Asociación Espacios para el Progreso Social de Argentina. Coordinó el Plan Canje de Armas y luego fue director de Control de Armas y Seguridad Privada de Mendoza.
Gabriel Conte Gabriel Conte es presidente de la Asociación Espacios para el Progreso Social de Argentina. Como subsecretario de Relaciones con la Comunidad del Ministerio de Justicia y Seguridad de ese estado, puso en marcha el Plan Canje de Armas. Es editor en español del sitio Desarme.org. Es escritor y periodista, autor de 4 libros y coautor de otros 6. Ha asesorado informalmente a la Comisión Nacional de Desarme, a la Comisión de Seguridad Interior del Senado nacional, a diversos gobiernos provinciales y municipales de Argentina.
William Godnick William "Bill" Godnick es asesor sobre asuntos latinamericanos con la ONG británica International Alert y candidato para el doctorado en estudios de paz con la Universidad de Bradford. Recibió su maestría en relaciones internacionales del Monterey Institute of International Studies (Estados Unidos) y su licenciatura en el comercio internacional de San Francisco State University (Estados Unidos). Bill fue un asesor informal en el desarrollo del Plan Canje de Armas en Mendoza.
Sobre la Asociación Espacios para el Progreso Social Espacios es una asociación civil nacida en la ciudad argentina de Mendoza, con desarrollo de actividades en todo el territorio nacional. Sus principales objetivos son la lucha contra la violencia urbana y la concreción de reformas en materia de seguridad y control de armas. Ha organizado junto a la ONG Viva Rio de Brasil, un seminario de Desarme en Rio de Janeiro, en abril de 2002, que dio origen al sitio bilingüe Desarme.org que Espacios edita en español. Asimismo, ha coordinado seminarios de capacitación sobre Desarme y Seguridad ciudadana en Mendoza (2000/2002), sobre Violencia Familiar (2003) y acompañado con asesoramientos a distintas provincias, legisladores, ONG y autoridades de diverso nivel. En el campo de acción, Espacios ha participado en la organización de eventos de la semana de lucha contra las armas pequeñas en 2003 tanto en Mendoza como el Santa Fe. En este mismo aspecto, realiza una campaña ante el Comité Federal de Radiodifusión (COMFER) con el objeto de reordenar la transmisión de programas en donde se enseña la utilización de armas de fuego en la televisión por cable. Espacios ha reclamado ante el Congreso argentino que se investigue el funcionamiento del RENAR (Registro Nacional de Armas), especialmente en lo que respecta a su relación con ONG que defienden la utilización de armas, en los controles a la entidad y en el otorgamiento de licencias de uso tenencia legal de armas de fuego, a raíz de la derogación de importantes normas producidas tras la debacle política argentina de 2001. Espacios ha producido informes sobre “Niños y armas en Mendoza” (Martín Appiolaza, 2002), “Paz ciudadana: las formas en que participa la gente en el nuevo sistema de seguridad de Mendoza” (Gabriel Conte, 2002), entre otros.
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Resumen Durante las fiestas de fin de año de 2000, el Ministerio de Justicia y Seguridad de la provincia argentina de Mendoza completó la primera fase del Plan Canje de Armas por Mejores Condiciones de Vida, de aquí en adelante llamado Plan Canje de Armas, como parte de un enfoque multifacético de largo plazo para transformar el clima de inseguridad pública. Doscientas ochenta y cinco pistolas, revólveres y escopetas fueron entregados voluntariamente por los ciudadanos para su destrucción a cambio de vales de comestibles y tiquetes para juegos de fútbol, por valores de 50 a 100 pesos. Los participantes pudieron hacer contacto con los organizadores del programa a través de llamadas sin costo a una línea de teléfono. El intercambio concreto se realizó durante la semana de la Navidad. Sin embargo, el debate se había instalado en la sociedad desde los medios de comunicación y la Legislatura ocho meses antes, con amplia difusión y participación. Un mes antes de que se recibieran las armas de fuego, al concluir el ciclo lectivo en las escuelas primarias, se coordinaron esfuerzos con el sistema educativo con el fin de sensibilizar en torno a la problemática a los alumnos y, por su intermedio, los docentes y a las familias. Este proceso previo culminó en la entrega de juguetes violentos en las escuelas, recuperando de pistolas de juguete y juegos de video para su destrucción pública e incorporación en instalaciones de arte. Los niños recibieron a cambio objetos fuertemente simbólicos: árboles, plantas, libros, cometas (barriletes, volantines) y complementaron el trabajo con exhibiciones de música, pintura, dibujo y teatro. También se creo una línea gratuita y anónima dependiente del área de Investigaciones (policía judicial), el Fono Arma. Se promovió la realización de denuncias a esta línea para señalar tráfico ilícito de armas de fuego, con mas de 50 operativos exitosos entre 2002 y 2003. La respuesta sumamente positiva a la primera fase del programa motivó a los organizadores para lanzar una segunda fase de recolección de armas el 10 de Abril del 2001 incluyendo sectores de la provincia fuera del área de la Gran Mendoza. Si bien la segunda fase estaba programada para finalizar el 24 de Abril del 2001, tuvo que ser extendida en dos ocasiones adicionales en respuesta a la entusiasta solicitud de varias localidades que no estaban originalmente programadas dentro del Plan Canje de Armas. La segunda fase, que duró seis semanas, recogió un total de 2.281 armas y 6.547 municiones, llegando a un total de 2.566 armas y 8.262 municiones para ambas fases combinadas. Se puede argumentar que el pueblo de San Rafael, en la zona sureña de la provincia de Mendoza donde se entregaron 809 revólveres, pistolas, escopetas y rifles en el curso de cuatro días, vio la entrega de más armas per cápita que cualquier otro programa en el mundo a la fecha. Eso motivó un reconocimiento entregado por Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz, el Desarme y el Desarrollo en América Latina y el Caribe (UN-LiREC) y la Organización de Estados Americanos (OEA) a las autoridades locales civiles, políticas y de la Policía Comunitaria durante un acto realizado en noviembre de 2002 en la Ciudad de Mendoza.
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Luego, con la asistencia del UN-LiREC y la Real Policía Montada de Canadá las armas fueron destruidas y refuncionalizados los almacenes de armas de los poderes Ejecutivo y Judicial, lo que permitió su reordenamiento, traslado a un nuevo sitio (la ex Bodega vitivinícola Giol), la incorporación de distintos niveles de seguridad edilicia y la informatización del circuito incorporando nuevo y moderno software. La donación por parte de UN-LiREC de una prensa permite la destrucción permanente de las armas decomisadas para evitar la acumulación en depósitos. Introducción: El contexto sobre armas, seguridad y violencia en Argentina “Dormimos sobre un colchón de armas”, fue la frase utilizada por el ex presidente Fernando De la Rúa para referirse a la situación de la seguridad en la Argentina en 2000, en ocasión de recibir a los dos autores argentinos de este trabajo y hablarle a la prensa del plan de Mendoza. Las antinomias de la historia argentina, los grupos armados y la represión de las distintas dictaduras militares que gobernaron este país, dejaron una fuerte impronta de violencia a las generaciones venideras. La restauración del sistema democrático mediante elecciones libre en 1983 permitió un histórico juicio y condena a los militares de la última dictadura. Sin embargo, los principales responsables y aquellos que obedecieron ordenes fueron liberados de sus responsabilidades mediante indultos y leyes especiales realizadas primero por los primeros dos presidentes de la nueva democracia, Raúl Alfonsín y Carlos Menem. Todavía existen deudas sobre la desarticulación del aparato represivo, mediante necesarias reformas al sistema de seguridad pública, tanto a nivel nacional como en ámbitos provinciales. La ausencia de políticas de seguridad de mediano y largo plazo quedó en evidencia con el descalabro social originado por la política de concentración económica y exclusión social generada en la Argentina en los años 90. Desempleo e inseguridad fueron la marca de esos tiempos, y aun la recuperación parece difícil. No hay estudios publicados en el país sobre violencia y armas que abarquen la totalidad del territorio. Pero hay indicios de que la violencia social, hacia adentro de cada hogar, se potenció por la tenencia, descontrol y subestimación existente del poder de las armas de fuego. De tal modo, el estudio realizado en la provincia de Mendoza por Espacios, dio cuenta que de 1.000 muertes producidas con armas de fuego en 10 años, el 90 por ciento se produjo entre personas que se conocían, eran familiares, amigos o comerciaban entre si (Appiolaza, 2001). Sumada la situación social a la carencia de controles por parte del estado, a priori la prensa -frente al debate nacional instalado en los últimos dos años
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sobre el problema de las armas y su incidencia en la inseguridad- ha señalado que existe una incapacidad estructural para controlar la circulación de armas. De tal modo, debe señalarse que el RENAR (Registro Nacional de Armas) tiene en sus archivos registrados un total de 805.097 usuarios legales de unas 2.625.000 armas. Esas cifras se duplicarían si se sumaran las que se calcula existen ilegalmente o sin registrar. Datos recientes dan cuenta de un incremento de 50 por ciento de los homicidios producidos en la provincia de Buenos Aires entre 2001 y 2002 (Cassese, 2003). Cada tres horas se produjo un homicidio doloso en ese lapso en la zona señalada. De modo contrastante, debe señalarse la evaluación formulada por el Ministerio de Justicia y Seguridad de Mendoza para el mismo período: entre 2001 y 2002 se redujeron en 18 por ciento los homicidios con armas de fuego (Desarme.org, 2003). Ese índice es adjudicado a la eficacia de los programas de control de armas puestos en marcha allí.
La industria argentina de armas pequeñas El Small Arms Survey (2001, p.16) clasifica a la Argentina como un pequeño productor en su clasificación de fabricantes internacionales de armas pequeñas y armas livianas y el tercer actor más importante en la Américas después de Estados Unidos y Brasil. La definición de armas pequeñas y armas livianas usada en este documento cubre tanto armas de tipo militar como armas de fuego comerciales (escopetas cortas y largas) (Naciones Unidas, 1997). Los términos armas pequeñas, armamentos, armas de fuego y pistolas serán usadas de manera intercambiable dependiendo del contexto específico. La Argentina ha estado produciendo armas pequeñas desde la década de 1930. La industria de armas creció exponencialmente después de 1946 cuando el país comenzó a seguir una política de industrialización a través de la substitución de importaciones (Der Ghougassian, 2000). Existían más de veinte firmas del sector privado, además de múltiples instalaciones de producción de la estatal Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM), durante el auge de la prosperidad industrial en la década de 1980 (Dreyfus, 2000a; Solingen, 1998). Históricamente la DGFM ha producido una variedad de armamento militar bajo la licencia para FN Hestal (Bélgica) y Beretta (Italia), principalmente para los militares argentinos. A fines de la década de 1990 el control de la DGFM fue transferido del Ministerio de Defensa al Ministerio de Finanzas y varias fábricas fueron cerradas mientras otras se fundieron con intereses del sector privado. Estos cambios tomaron lugar en el contexto de una mayor competencia de los fabricantes brasileños; la posible participación de la DGFM en la venta ilícita de armas a Croacia y Ecuador, incidente que llevó a la detención del ex presidente argentino Carlos Menem; y una amplia política gubernamental de privatización de la empresas pública bajo la presión de las instituciones financieras internacionales (Dreyfus, 2000a).
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Tres importantes productores privados que todavía existen son Bersa, Rexio y Mahely. Los tres operan fuera de la provincia de Buenos Aires y producen un abanico de productos para el mercado civil y militar, tanto doméstico como internacional. El sector privado produjo unas 300.000 unidades por año en la década de 1980, pero desde 1994 la industria sólo ha alcanzado un promedio de 24.000 unidades por año (Small Arms Survey, 2001, p.28; Dreyfus 2000a). La Tabla 1 muestra la exportación e importación de armas de fuego de la Argentina desde 1994. El país ha mantenido un positivo balance de comercio de armas de fuego para el período mostrado. Table 1: Argentina – Importación y exportación de armas de fuego (cantidades) Año Importación Exportación 1994 43.341 49.792 1995 22.055 39.839 1996 29.529 51.318 1997 40.489 58.066 1998 45.864 44.206 1999 28.137 56.664 2000 33.828 44.070 2001 26.151 51.711 Total 269.394 395.666 Fuente: Registro Nacional de Armas de la Argentina, Mayo 2003
La Tabla 2 enlista los precios aproximados del comercio y el mercado negro para armas de fuego seleccionadas en Argentina además de los precios del mercado negro brasileño. El grande y relativamente barato mercado negro de Brasil provee un amplio incentivo a la exportación de armas a países vecinos como la Argentina. Tabla 2: Características de precio del mercado argentino de armas de fuego Calibre Comercio privado Mercado negro Mercado negro brasileño .22 $200-900 $70-300 $30 .38 $250-900 $80-300 $40 9mm $500-1,000 $150-400 $90 Fuente: Ministerio de Justicia y Seguridad, Gobierno de Mendoza, Noviembre 2000
Rol de las armas en la sociedad argentina A pesar del violento pasado de la Argentina caracterizado por cincuenta años de golpes militares que duraron hasta el comienzo del proceso de democratización en 1983, solo durante los últimos diez años los ciudadanos del país han comenzado a mostrar preocupación en relación a la proliferación de armas de fuego en tanto se vincula con la seguridad pública y el crimen (Der Ghougassian, 2000). La atención de las instituciones de seguridad giró de un enfoque tradicional sobre la defensa nacional y la represión interna hacia nuevas amenazas tales como el tráfico de armas, corrupción policial y terrorismo internacional. La última amenaza se manifestó en la Argentina durante dos explosiones terroristas contra la embajada israelí (1992) y una organización nacional judía (1994).
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Los militares siempre mantuvieron fuertes restricciones y control sobre el armamento militar que podría ser usado en levantamientos nacionales, aunque estas restricciones no impidieron a las fuerzas guerrilleras de obtenerlas durante el período de desapariciones forzadas de enemigos reales o percibidos de la junta militar, conocida como la “Guerra Sucia” (Der Ghoussian, 1998). Antes de que la democratización echara raíz, la junta militar usaba la lucha contra el comunismo como un pretexto para cualquier acción de fuerza tomada contra los oponentes políticos del régimen. Hasta que el anterior presidente norteamericano Ronald Reagan pudo revertir a su predecesor (Jimmy Carter) sobre las limitaciones a la venta de armas a América Latina, Argentina e Israel servían como la principal fuente para el entrenamiento de unidades nativas de inteligencia y combate en los conflictos de la Guerra Fría en Centroamérica, así como para la venta de armas (Armony, 1997, p.132). Este rol puso más dinero en los cofres de la junta militar argentina y ayudó a prolongar su legitimidad a pesar de la oposición interna. Hoy la Argentina es vista por algunos como un posible lugar para el comercio internacional ilícito de armas, especialmente donde su frontera tiene límites con Brasil y Paraguay. En la superficie parece haber una desconexión entre la industria de armas y la prevalencia de su uso en actos de violencia en la Argentina actual. Sin embargo, las nuevas amenazas de seguridad de corrupción policial, narcotráfico y crimen callejero han sido exacerbadas por una prolongada recesión económica que ha resultado en altos niveles de desempleo. En su estudio del crimen y la violencia en América Latina, Buvinic, Morrision, et al. (1999 p.27-28) concluyen que en Argentina la violencia social incrementó cuando creció la disparidad de ingreso. En años recientes los reportes en la prensa nacional de estremecedores y violentos que involucraban armas de fuego han incrementado dramáticamente en la Argentina. Según las encuestas de opinión pública la seguridad es una de las tres necesidades insatisfechas de los ciudadanos del país. Estadísticas sobre armas de fuego Hay 890 vendedores de armas de fuego legalmente registrados en el Registro Nacional de Armas (RENAR) del Ministerio de Defensa argentino. De estos 310 se encuentran en la provincia de Buenos Aires, también capital de la nación. Veintidós están localizados en la provincia de Mendoza dando servicio a una población de aproximadamente 1,5 millones. En la Argentina hay 2.224.779 de armas de fuego registradas en el RENAR. El registro provincial sostenido por el Ministerio de Justicia y Seguridad (MJS) en Mendoza tiene 80.000 armas registradas y los funcionarios estiman que el número de armas ilegales en la provincia rondan las 15.000 (Zentil, 2000a). Mendoza da cuenta del 4 por ciento de la población de la Argentina, pero solo de 1,4 por ciento de todas las armas de fuego registradas. El RENAR estima que hay un total de 1 millón de armas de fuego ilegales circulando en la Argentina. Más de 46.000 se reportaron robadas a nivel nacional entre Enero 2000 y Marzo 2001 (RENAR, 2001).
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El 75 por ciento de todas las armas legalmente registradas, a nivel nacional y para la provincia de Mendoza, son pistolas y revólveres; 60 por ciento pertenecientes a ciudadanos privados, 25 por ciento a autoridades de seguridad pública y el resto categorizada como coleccionables (Appiolaza, 2000). Solo 4 por ciento de todas las licencias para armas de fuego son de mujeres (RENAR, 2001). La ley argentina permite a los civiles la posesión de revólveres hasta el calibre .32, pistolas hasta 6.25 mm y carabinas hasta el calibre .22. Se requieren permisos especiales para revólveres calibre .38 y pistolas 9 mm. Un estudio realizado sobre las armas secuestradas por la Justicia en actos criminales y que se encontraban en depósitos custodiados por la policía, permitió demostrar en el 2001 que el tipo de arma más utilizada en actos criminales son los revólveres de calibre .22 (Appiolaza, 2001). Esto ayudó a debilitar la idea de que el problema eran las armas de grandes calibres. El trabajo también permitió advertir que las marcas más utilizadas eran de fabricación nacional y de un tipo que se había vendido en grandes cantidades a bajo precio y sin restricciones durante los años 70 y 80. Un trabajo posterior permitió comprobar que los jóvenes varones de sectores socioeconómicos bajos son los que en mayor proporción reconocen tener armas, se manifiestan a favor de su uso y al mismo tiempo son el grupo más victimizado por las armas de fuego (Appiolaza, 2002). El costo humano de la violencia por armas de fuego en Mendoza Mendoza no es un hervidero de violencia armada en comparación con otras ciudades sudamericanas tales como Río de Janeiro o Bogotá. El uso de rifles de asalto, granadas y otros armamentos militares en el crimen no es común como en Centroamérica y otras partes de América del Sur. Sin embargo, la Argentina en general ha experimentado un incremento exponencial en la magnitud de la violencia armada durante la última parte de la década de 1990. El contexto de Mendoza, y la Argentina en general, no es el de los países postconflicto sino más bien similar a la situación de naciones industrializadas atentas a la prevención del crimen y el mejoramiento de la seguridad comunitaria. El perfil típico de una víctima de violencia por armas de fuego es un hombre joven entre las edades de 15 y 30. Sin embargo, no hay un perfil para la típica persona que es intimidada o amenazada por armas de fuego, pero no dañada físicamente. Las estadísticas del crimen relacionado con armas de fuego entre 1998-2000 muestran diferentes tendencias, por un lado demostrando un decrecimiento de los homicidios por armas de fuego y por el otro, un incremento en los robos armados como se ilustra en la Tabla 3. Tabla 2: Crimen relacionado con armas de fuego en Mendoza, Argentina (1998-2000)
Año Homicidios Robos armados
1998 168 2,474
1999 115 3,538
2000(a) 76 3,458
Fuente: Ministerio de Justicia y Seguridad, Gobierno de Mendoza, Noviembre 2000 (a) Cifras para el 2000 solo incluyen Enero a Septiembre.
Como sucede a menudo, las estadísticas difieren de los registros de salud pública debido a los abordajes en la colección de datos y no son directamente comparables. De acuerdo con el Ministerio de Salud y Desarrollo Social, entre
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1997 y 1998 el número total de víctimas de violencia por armas, incluyendo suicidios, tratados en los hospitales de Mendoza incrementó de 145 a 206, aunque los números de muertes decrecieron (Appiolaza, 2000). A la inversa, las muertes por armas de fuego, donde las víctimas no lograron llegar al hospital para tratamiento, se incrementaron de 66 a 117 entre 1999 y el 2001. Estas cifras se han incrementado tanto para hombres como para mujeres, aunque los niveles de victimación femenina son significativamente más bajos. Las Tablas 4 y 5 detallan las circunstancias de muerte, con información más específica recogida en 1999. A primera vista los datos más detallados de 1999 que también incluyen el suicidio indicarían que los rifles o escopeta son atribuibles a muertes más violentas que las pistolas o revólveres, pero el gran número de muertes donde no se ha identificado el tipo de arma de fuego utilizado hace irresponsable sacar tal conclusión. Los datos también indican un marcado incremento de muertes por armas de fuego incluyendo suicidio de un año a otro, contradiciendo directamente la información presentada por las fuentes policiales en la Tabla 3 anterior. Tabla 4: Muertes por armas de fuego en Mendoza, Argentina (1998) Tipo de armas Hombres Mujeres Pistola o revólver 12 2 Rifle o escopeta 6 1 Sin identificar 39 6 Total 57 9
Total 14 7 45 66
Fuente: Ministerio de Desarrollo Social y Salud, Gobierno de Mendoza, Noviembre 2000
Tabla 5: Muertes por armas de fuego en Mendoza, Argentina (1999) Armas/Situación Hombres Mujeres Suicidio c/pistola o 5 1 revólver Suicidio c/rifle o 17 3 escopeta Suicidio c/arma no 25 1 identificada Homicidio c/pistola o 1 0 revólver Homicidio c/rifle o 6 1 escopeta Homicidio c/ arma no 50 7 identificada Total 104 13
Total 6 20 26 1 7 57 117
Fuente: Ministerio de Desarrollo Social y Salud, Gobierno de Mendoza, Noviembre 2000
Hasta en los países ricos industrializados tales datos sostenidos por diferentes agencias de gobierno con diferentes mandatos y agendas puede confundir y demostrar tendencias conflictivas. En Mendoza, en general, parece que el sentimiento de inseguridad está en alza, mientras la confianza en las autoridades locales de seguridad se ha mejorado levemente. Esto demuestra que la mayoría todavía desaprueba su trabajo, pero un tanto mejor que las actitudes hacia la ahora desaparecida fuerza policial de décadas anteriores que estaba inspirada por la doctrina de la seguridad nacional y que se centraba en la represión de actividades políticas subversivas más que en la prevención del crimen, a fin de justificar el continuado control militar del gobierno. 10
Comenzando en 1998, el gobierno provincial de Mendoza y los distintos partidos políticos con representación en el parlamento provincial iniciaron la reforma de la policía, incluyendo la creación de una academia de entrenamiento multidisciplinario de seguridad pública y un instituto universitario que también introdujo muchas de las más modernas técnicas socialmente orientadas, de refuerzo de la ley, tales como una policía orientada a la comunidad (Appiolaza, 2000). Doscientos oficiales de policía corruptos fueron removidos de sus cargos al comenzar el proceso. Ahora, a fin de alcanzar posiciones importantes en los rangos de la policía un oficial tiene que asistir a la universidad y completar cinco cursos en derecho. La descentralización también tuvo lugar dentro de este esquema. Cada una de las cuatro zonas de la provincia tiene su propia fuerza de policía autónoma cuando antes había una. Adicionalmente, hay una policía de tránsito y otra de investigaciones. Como en casi todos los casos de reforma del sector seguridad, el grado de sinceridad institucional para llevar a cabo estos cambios en orientación y práctica es debatible y no discutiremos este aspecto aquí. El judicial se ha sometido a un proceso similar, aunque Mendoza continúa quedando atrás de otras regiones de la Argentina en relación a los crímenes cometidos y las sentencias ejecutadas, como se demuestra en la Tabla 6 con información tomada en cuenta al diseñar el Canje de Armas. Tabla 6: Comparación nacional de crímenes y sentencias (1999) Lugar Crímenes Sentencias Provincia de Santa Fe 73,968 1,684 Ciudad de Buenos Aires 191,755 2,513 Provincia de Córdoba 104,362 1,207 Provincia de Buenos 293,802 3,408 Aires Provincia de Mendoza 89,930 694 Fuente: Ministerio de Justicia de Argentina, Noviembre 2000.
Porcentaje 2.28% 1.31% 1.16% 1.16% 0.77%
La situación en Mendoza descripta hasta ahora demuestra que las armas de fuego están presentes en esta sociedad y tienen efectos negativos según las estadísticas de seguridad pública y salud pública. Si bien las técnicas de policía pueden estar mejorando, es evidente que el judicial debe volverse más eficiente en enjuiciar todos los crímenes incluyendo aquellos relacionados a armas de fuego y violencia. Toda la discusión hasta ahora ha estado muy enfocada en la evidencia estadística proveída por el gobierno nacional y provincial. Debemos tomar esta información por lo que vale, un punto de referencia con el cual comenzar a analizar el problema. Si bien nadie es tan crédulo para creer que las cifras del gobierno reflejan la realidad completamente, la mera categorización y estratificación de los datos colectados por las agencias de gobierno nos dicen bastante. Además de la violencia armada que han tenido permanente impacto en la opinión pública, la caza furtiva e ilegal también ha sido descubierta como una fuente del mal uso y de efectos negativos de las armas de fuego en el medio ambiente. Estos incidentes están más a menudo asociados con armamento de mayor poder que aquellos relacionados al crimen doméstico tradicional o de la
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calle. En el primer mes del 2001 la delegación regional del servicio forestal para la región de Mendoza recuperó dieciséis armas de fuego incluyendo ocho carabinas calibre .22, una carabina Mauser de 7.62 mm, dos escopetas de 12 a 16 y tres revólveres, calibres .22, .32 y .38 (Castón, 2001). En resumen, que hay evidencia concreta que Mendoza esta negativamente afectada por la presencia y mal uso de armas de fuego en varios contextos en términos de crimen y salud pública así como del medio ambiente. Con este establecido es apropiado ahora discutir los particulares del Plan Canje de Armas del Ministerio de Justicia y Seguridad. El Programa de Canje: Orígenes, apoyo político y planificación La idea de intercambiar armas por algún beneficio en especie no es original de Mendoza. De hecho estos tipos de programas han sido implementados en Estados Unidos por varias décadas ya en el contexto de prevención del crimen y construcción de paz en el postconflicto, en la mayor parte de 1990. El Programa de Canje de Armas en Mendoza fue inspirado por un estudio de programas anterior en El Salvador, Panamá, Río de Janeiro, Albania y Cambodia entre otros. De hecho los organizadores del programa escogieron un nombre llamativamente similar al realizado por el gobierno municipal de San Miguelito, Panamá en 1998. Muchos en el Reino Unido recordarán el esquema de recomprar armas implementado por la Oficina Sede en colaboración con el refuerzo de la ley en respuesta al tiroteo en 1996 de una escuela en Dunblane, Escocia, donde dieciséis niños y una maestra fueron muertos y doce otros fueron heridos. La Ley sobre Armas de Fuego de 1997 prohibió la posesión de todas las armas en manos de civiles. Entre Julio de 1997 y Febrero de 1998, 162.000 armas y 700 toneladas métricas de municiones fueron entregadas a través de Gran Bretaña a cambio de amnistía e incentivos monetarios. A pesar de algunas fallas, incluyendo el fracaso de la participación de parte de 25.000 propietarios de armas, el programa fue considerado un marcado éxito al colectar 87 por ciento de todas las armas de mano legalmente registradas (Bonn International Center for Conversión, 2001). Un canje de armas o programa de amnistía fue formalmente presentado a la legislatura provincial en Mendoza, Argentina en Febrero el 2000. Las primeras reacciones fueron de carcajadas que después se convirtieron en un candente debate sobre si tal esquema desarmaría a los criminales. Los simpatizantes del tema en todos los tres principales partidos, Alianza, Justicialista y Demócrata, fueron más realistas y propusieron que tal esfuerzo se enfocaría más sobre el cambio de las actitudes y cultura locales en relación a los instrumentos de violencia. Como es usual, el debate incluyó el punto de vista que la entrega voluntaria de armas dejaría indefensos a los ciudadanos honestos contra criminales bien armados. Sin embargo, a diferencia de muchas otras sociedades, el debate sobre el rol de las armas en la sociedad no fue estrictamente sobre las líneas partidarias; los partidos gobernantes Alianza y Justicialista estaban unánimemente de acuerdo para la recolección voluntaria
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de armas, mientras los Demócratas estaban divididos entre varios liderazgos en la misma legislatura bajo la misma bandera partidaria. Aunque con amplio apoyo político en la provincia y el apoyo moral del presidente argentino Fernando de la Rúa y los líderes provinciales de Santa Fe y Córdoba, que estaban pendientes de ver si este programa era adecuado para sus regiones, llevó hasta el 9 de Agosto del 2000 elaborar y aprobar la Ley Provincial sobre Desarme 6809 (Appiolaza, 2000). Esta ley hizo lo siguiente: •
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Hizo posible la entrega de armas legales e ilegales, explosivos y municiones a cambio de un beneficio en especie para el propósito de destrucción por un periodo de 180 días con la posibilidad de continuar con el proceso por 180 días adicionales. Creó dos líneas telefónicas abiertas para llamar sin costo, una bajo la vice-secretaría de relaciones con la comunidad del MJS para suministrar información en relación al programa de entrega de armas y la otra bajo el control de la policía de investigaciones para denunciar la presencia y localización de armamento ilegal. Estableció el marco para desarrollar mecanismos de prevención para la entrada ilegal de armas de fuego, explosivos y municiones en el territorio provincial. Promovió el desarrollo de una estrategia para la mejor implementación y control del registro regional de armas de fuego y del intercambio comercial de armas de fuego.
Una vez establecido el marco legal, la tarea de planificar e implementar el esquema de recolección de armas fue colocado en manos del MJS – específicamente de la Subsecretaria de Relaciones con la Comunidad. Esta área convocó a Martín Appiolaza, un periodista que había trabajado con el Diario Los Andes, el de mayor circulación en Mendoza, para coordinar el programa y educar al público sobre el mismo. Como periodista tenía una perspectiva distinta de aquella de la política y los políticos en relación a la seguridad pública y el rol de las armas de fuego en la sociedad. Esto no solo le ayudó a conceptualizar el reto de motivar a los ciudadanos de entregar las armas desde una perspectiva más sociológica, sino que sus contactos con los medios aseguraron que el programa sería cubierto por los periódicos durante todas sus etapas. Correia (2000) apunta que la trangulación de apoyo del gobierno local, los ciudadanos y los medios es crítica para el éxito de programas diseñados para mejorar la seguridad comunitaria. En este punto el principal desafío del MJS era convencer a la ciudadanía de aceptar el programa y de participar. Antes de continuar, los organizadores contactaron a docenas de ONG participantes en la emergente Red Internacional de Acción sobre Armas Pequeñas (IANSA), incluyendo al movimiento de desarme brasileño de alto perfil conocido como Viva Río.1 Además de apoyo moral y motivación, IANSA y Viva Río puso al MJS de Mendoza en contacto con el Bufete de Ayuda para 1
Para más información sobre la Red Internacional de Acción sobre Armas Pequeñas visite y para Viva Río visite http://www.vivario.org.br
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el Desarme Práctico en el Bonn International Center for Conversion (BICC)2 del cual recibieron consejo experto e intercambio sobre diferentes ideas y enfoques. El BICC ya había desarrollado una guía para una mejor práctica en recolección de armas y destrucción con versiones en inglés, español, francés, portugués y ruso que fue usada como un punto de referencia clave para desarrollar todo el esquema del programa (Laurance, Godnick, et al., 2000). Durante las etapas de planeamiento el programa de Mendoza no solo se benefició de otras experiencias en Estados Unidos y América Latina, sino también del abordaje pionero del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) “Armas para el Desarrollo” en Albania. Si bien pueden haber opiniones contendientes en cuanto a la efectividad y eficiencia del esfuerzo piloto de recolección de armas del PNUD en Gramsh, Albania, el concepto trajo la idea de promover la participación comunitaria en el desarme con la promesa del desarrollo de los bienes públicos e infraestructura de la comunidad. Como veremos más adelante el MJS en Mendoza decidió desarrollar un programa híbrido combinando los beneficios materiales individuales del enfoque de “Bienes a cambio de armas” con incentivos colectivos para la comunidad. Metas y objetivos Las metas y objetivos del Plan Canje de Armas deben ser vistas en el contexto del acuerdo político multipartidario que hizo posible su implementación. Bajo este acuerdo se adoptó una nueva política pública de seguridad incluyendo reformas significativas del sector policial, incremento de la investigación y el procesamiento de las redes de crimen organizado y mejoras en el procedimiento de las patrullas en el Gran Mendoza. Puntos focales adicionales incluían la ampliación de los programas de resolución de conflictos vecinales y mediación, sistemas de vigilancia comunal y foros para asegurar la participación ciudadana directa en la política del sector seguridad. El Plan Canje de Armas se dispuso a comunicar el mensaje de desarme a todos los niveles de la sociedad, a proveer consejería y subrayar sobre los múltiples peligros que entraña la posesión de armas de fuego. Los objetivos específicos del programa eran: • • • • • • •
Elevar el precio de las armas de fuego en el mercado negro; Reducir el número de armas disponibles a los criminales; Prevenir mayor proliferación de armas de fuego; Reducir el número de muertes, accidentes y lesiones; Reforzar la relación entre armas y violencia; Incrementar la solidaridad comunitaria; Desarrollar programas complementarios para beneficiar la seguridad pública.
Campaña de educación pública
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Un amplio rango de recursos y perfiles de país/caso pueden encontrarse en el sitio web de BICC Help Desk en http://www.disarmament.de>.
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Con anterioridad, los organizadores del programa admitieron que no era probable que un esfuerzo de recolección voluntaria de armas llevara a la entrega de las mismas de parte de criminales y que la verdadera meta era influenciar un cambio en la cultura y las actitudes hacia el rol de las armas en la sociedad. En este contexto la campaña de educación pública se volvió igualmente importante como el programa de entrega de armas. A fin de hacerlo saber al público y motivarlo a participar en el Plan Canje de Armas se implementó una estrategia multi-media por el MJS. Esta campaña de educación pública incluía: • • • • • •
El establecimiento de un número 0-800 sin costo y anónimo donde la gente pudiera conseguir información sobre el Plan Canje de Armas; La cobertura constante de parte de los periódicos; Anuncios televisados que mostraban dos pistolas idénticas lado a lado frente a un niño a quien se le pedía que distinguiera la verdadera de la de juguete; La creación de un sitio web con todos los detalles del programa3; La incorporación de organizaciones no gubernamentales, específicamente grupos vecinales y la Liga de Fútbol del Gran Mendoza, como extensionistas a nivel de la comunidad; Implementación de una campaña de entrega de juguetes violentos en las escuelas de primaria locales.
El componente más poderoso de la campaña de educación pública del MJS fue la campaña de entrega de juguetes violentos llevada a cambo en las escuelas primarias locales. Las acciones de entrega de juguetes violentos no son nada nuevo y han sido probadas en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos. Sin embargo, lo que hizo algo original de esta experiencia era la forma en que se conectaba directamente en el venidero programa de canje de armas y en que los niños no sólo eran educados sobre los peligros de las armas, sino también usados como vehículos para influenciar a sus padres que podrían efectivamente tener armas de fuego en su casa. Alrededor de unos 6.000 escolares entregaron más de 6.000 juguetes violentos y juegos a cambio de libros, plantas y arbustos en macetas. Escuelas de nueve departamentos (divisiones políticas similares a condados) participaron en la provincia de Mendoza. Los sicólogos recomendaron no destruir los juguetes porque esto podía ser visto como un “acto violento”, y que mejor se derritieran los plásticos y se incorporaran en mosaicos o trabajos de arte a ser exhibidos en la escuela. En muchas escuelas, se actuaron dramas, se cantaron corales y lanzaron globos al cielo con mensajes contra la violencia. En un punto, en una escuela particular, toda la excitación llevó a un grupo de muchachos casi al enfrentamiento porque cada niño apoyaba un equipo de fútbol contra otro, Boca Juniors versus River Plate. Cuando el Director General de Escuelas (Ministro de Educación) se dio cuenta hizo que ambos grupos se pusieran frente a frente y se diesen la mano y abrazaran. Esto puede sonar trivial, hasta ridículo, pero aquellos que conocen la seriedad con que los fanáticos 3
El Programa de Canje de Armas puede ser encontrado en
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argentinos apoyan a sus equipos de fútbol verían alguna significación en este acto, por muy corto que sea su impacto. En resumen que la campaña de entrega de juguetes violentos llegó a un amplio público que incluía 6.000 niños, sus maestros, padres y familias. Varios participantes en el programa de canje de armas que comenzó un mes después mencionaron la influencia de sus hijos en la decisión para entregarlas.
Implementación del Programa Fase 1 – Diciembre 2000 Aun antes de que el programa comenzara el 23 de Diciembre del 2000 varias docenas de personas habían llamado a la línea gratuita para preguntar acerca de las armas que querían entregar y sobre los incentivos disponibles por hacerlo. En esencia, el MJS había hecho arreglos para recibir 35 armas de fuego por la vía de la recolección a domicilio. El resto de las 285 armas de fuego fueron entregadas en sitios establecidos con anticipación a través del área del Gran Mendoza en centros comunitarios, sucursales del MJS y en las sedes de la liga de fútbol. Las armas recogidas incluían revólveres hasta el calibre .32, pistolas hasta el calibre .25, rifles y escopetas hasta el calibre .38 con cañones de no más de 60 cm de largo. Mil setecientos quince balas fueron recogidas con las armas de fuego, pero fueron tomadas como donaciones. Esta primera etapa del programa solamente incluía armas permitidas para el uso civil. El MJS y ambas cámaras de la legislatura se comprometieron a trabajar hacia una ley temporal en el futuro cercano que permitirá la entrega de todo tipo de armas ilegales en próximas jornadas de recolección. Tabla 7: Armas aceptadas bajo el Programa de Canje de Armas • • • • •
Rifles, hasta el calibre .22 Escopetas, de un solo cañón hasta de 60 cm Pistola, hasta el calibre .25 Revólveres, hasta el calibre .32 Cualquier modelo fabricado antes de 1970
El esfuerzo de recolección duró cuatro días, 23-27 de Diciembre del 2000, 285 armas de fuego fueron entregadas para su destrucción a cambio de tiquetes para eventos deportivos o billetes de Vale Más por valor de $ 50 a $100. Vale Más son subsidios del gobierno similares a las estampillas de comida. Son redimibles en pequeños negocios familiares, pero no en las grandes cadenas de supermercados. De esta manera el gobierno provincial ayuda a promover los pequeños negocios que son una especie en extinción de cara a la expansión global de las grandes cadenas internacionales de hipermercados. En futuras rondas de recolección el MJS está estudiando instalar alarmas comunitarias en vecindarios que colectivamente entregaron cantidades significativas de armas. Las alarmas comunitarias son sistemas eléctricos que conectan a las casas de un vecindario dado y permite a los ciudadanos
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responder colectivamente a los problemas de crimen y violencia. Otros incentivos bajo consideración para futuros esfuerzos incluyen becas educacionales; pases de transporte público y billetes de viaje. Diecinueve mil novecientos dólares se gastaron en incentivos para recuperar las 285 armas entregadas, resultando en un costo por incentivo de 70 pesos por arma en la primera fase del programa. Además del MJS y la policía, otras agencias gubernamentales y no gubernamentales colaboraron con tiempo y recursos para hacer posible el Plan Canje de Armas, incluyendo el Ministerio de Salud y Desarrollo Social y la Dirección General de Escuelas. En cada lugar, incluyendo los sitios de recolección móviles, un equipo recibía las armas y asistían a los individuos participantes en cómo escoger la forma más apropiada de compensación. Un representante de la Subsecretaría de Relaciones con la Comunidad del MJS y trabajadores sociales del mismo ministerio recibían a los participantes del programa. Un representante del Registro Provincial de Armas REPAR asistía con todas las consideraciones técnicas, sin uniforme, a fin de no causar desconfianza entre la gente que sospecha de la participación oficial de la policía o los militares. La policía sólo se involucró directamente en el transporte de las armas en contenedores de plástico o metal recogidos en visitas casa por casa y en resguardar las armas en los sitios de recolección pre-establecidos. En general, la primera etapa del Programa de Canje de Armas fue considerada un éxito, no solo en términos de elevar la conciencia pública sino también en sobrepasar las expectativas sobre las armas recogidas. Los organizadores del programa no esperaban recibir más de 30 armas en total y de hecho recogieron 285, con aún mayor interés en participar expresado por grupos e individuos fuera del área metropolitana. Debido a la naturaleza anónima del intercambio y sobre la base de no hacer preguntas, fue imposible recoger datos sobre los individuos que entregaron armas. Sin embargo, a como ha sido el caso en otros programas “cada arma es una conversación” y, de hecho, mucha gente optó por compartir sus razones de la entrega del arma. A continuación hay varios ejemplos anecdóticos de la Fase 1: • •
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En una comunidad una mujer en sus cuarenta entregó un revolver y rehusó cualquier compensación. Una semana antes había tratado de matar a sus niños y suicidarse. Un anciano llamó a la línea gratuita desde un teléfono público y una unidad móvil de recolección fue a encontrarle en la humilde vivienda donde vivía en las afueras de la ciudad. Estaba desempleado y dijo que el vale de comida que él recibió por su arma lo alimentaría a él y a su esposa por varios meses. Dos hombres más salieron de sus casas para entregar sus armas envueltas en periódicos cuando vieron que su vecino había entregado la suya. Otra mujer entregó un arma que su hijo tenía escondida en su casa, pues había andado involucrado con una pandilla local. Antonio R. Había amenazado a su esposa, Susana D, ambos profesores universitarios, con un revólver en varias ocasiones durante
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discusiones domésticas. Susana insistió que él entregara el arma como parte del programa si quería que permanecieran juntos. El lo hizo. El dueño de un pequeño establecimiento en el conflictivo vecindario Godoy Cruz entregó su revólver y escopeta porque no quería preocuparse de que alguien pudiera salir lastimado con sus armas. Esperaba que su ejemplo motivaría a otras personas cercanas a hacer lo mismo. Una pareja de mediana edad entregó varias pistolas a cambio de tiquetes para ver jugar a su equipo favorito de fútbol; las habían guardado durante muchos años sin ninguna intención de usarlas.
Todas las armas entregadas fueron aplastadas con una prensa públicamente y guardadas en contenedores plásticos en el almacén de la policía provincial. Una compañía local donó tiempo y equipo para destruir el armamento. Las armas destruidas serán incorporadas dentro de una o más obras de arte, para ser entregadas al departamento de arte de la universidad local. La artista local y jefe del departamento de arte de la universidad Eliana Molinelli expresó que “es posible crear conocimiento y belleza de un material que fue originalmente designado sólo para matar y herir” (Revista Nueva, 2001). Fase 2 – Abril 2001 Después de semanas de atención de los medios comenzó la segunda fase del Programa de Canje de Armas el 10 de Abril del 2001. Además de establecer un centro de recolección en Relaciones con la Comunidad del MJS en Mendoza, la Tabla 8 muestra los centros de recolección establecidos a través de la provincia. Tabla 8: Fechas y localización de los centros de recolección de la Fase 2 Abril 10-11 en el Centro Cultural de Junín Abril 12-13 / Mayo 9-10 en Palmira Abril 16-17 en la terminal de buses de Tunuyán Abril 18/ Mayo 7-8, 10 en el Edificio Municipal de Luján de Cuyo Abril 16/20/Mayo 2-4. 7-11, 14-15 en Relaciones con la Comunidad del MJS, Mendoza Abril 19-20 en el Centro Comunitario de Villa Nueva Abril 23-25/Mayo 2-4 en el Museo del Ferrocarril de San Rafael Abril 24 en el Centro de Compras de Maipú Abril 25-26 en la Unión de Trabajadores de Servicios Alimenticios, San Martín Abril 27 en La Consulta en San Carlos Mayo 14-16 en General Alvear Mayo 16-17 en La Paz Mayo 18 en Eugenia Bustos en San Carlos
Los centros fueron escogidos estratégicamente por ser locales ya familiares para la mayoría de la comunidad y estar completamente disociados de la policía. La segunda fase recolectó 2.281 armas de fuego. El MJS gastó US$ 112,850 en incentivos para recoger 2.281 armas de fuego resultando en un costo por incentivo por arma de $ 49 para la segunda fase y $52 por armas en general para las dos primeras fases del programa.
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Si bien se entregaron armas fabricadas en todas partes del mundo, en su mayoría las armas fueron producidas en fábricas argentinas. Como mencionamos antes el pueblo de San Rafael, una municipalidad provincial con una población de aproximadamente 80.000 habitantes, entregó 809 armas en cuatro días. Cuando los organizadores del programa agotaron los incentivos después de los dos días originalmente programados tuvieron que reprogramar otra visita a San Rafael. Otras áreas donde la demanda pública requería nuevas visitas incluían el Area Metropolitana del Gran Mendoza y Luján. Abajo se presentan ejemplos de anécdotas de la Fase 2: • Una mujer con dos hijos adolescentes entregó una escopeta que había heredado de su padre. “Mis muchachos siempre están preguntando por la escopeta del abuelo, queriendo verla, tocarla, jugar con ella –no es un juguete y me da miedo que algo pase. No somos del tipo de familia que caza, o... yo no quiero que mis muchachos piensen que las armas son útiles para algo más que herir”. • Una mujer entregó un revólver que su marido originalmente compró para protección personal. Tres meses antes ella estuvo peligrosamente a punto de dispararle durante una discusión doméstica. “Me di cuenta qué peligroso era tener un arma en mi casa. La escondí y le dije a mi esposo que me la habían robado del carro. Esto fue antes de que oyera acerca del Plan Canje de Armas – escuche sobre el intercambio de armas y decidí deshacerme de ella de una vez y para siempre. Ahora ya no estoy tan asustada”. • Un hombre expreso: “Decidí entregar mi pistola porque tengo niños. Acostumbraba a cazar, pero ya no lo hago más. Verdaderamente, la principal razón es que tengo miedo de que mis niños entren en contacto con una bala”. • “Escuche de la recolecta de armas en televisión y traje estas armas que pertenecen a mi abuelo. Creo que es una buena manera de concienciar a todo mundo sobre el peligro de las armas. Patricia de López, veinte años, de Ciudad Mendoza. • Una mujer paralítica confinada a una silla de ruedas llegó a la oficina del Ministerio de Justicia y Seguridad de Mendoza con una pistola completamente cargada. Entregó la pistola después de confesar que ella había comprado la pistola recientemente con la intención de suicidarse. Un pequeño grupo de las armas recogidas en la segunda fase del programa fueron destruida el 9 de Julio del 2002 en Mendoza en solidaridad y al unísono con el Día Internacional de la Destrucción de Armas Pequeñas que se celebró en Nueva York y otros lugares simultáneamente en el mundo, al comenzar la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas en Todos sus Aspectos4, con el patrocinio del gobierno de Brasil, Mali, Países Bajos y el Reino Unido. La destrucción se completó entre el 8 y el 10 de agosto, luego los días 22 y 23 de noviembre del 2002: la iniciativa llamada “Mendoza sin armas” sumó al MJS, 4
Para más información sobre la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas en Todos sus Aspectos visitar http://www.un.org/Depts/dda/CAB/samllarms/.
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al Poder Judicial, la Universidad Nacional de Cuyo y la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza y contó con el apoyo de UN-LiREC, al Real Policía Montada de Canadá y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. La destrucción se complementó con la reforma de los depósitos de armas y grandes eventos públicos de concientización en la que participaron miles de niños y jóvenes. Evaluando el Programa de Canje de Armas El Plan Canje de Armas ha recuperado más de 2.000 armas a cambio de comestibles, entradas para el fútbol y otras cosas. Ha reducido la posibilidad de accidentes y el mal uso en los hogares de aquellos que participaron. Combinado con la campaña de educación en las escuelas también iluminó la relación entre armas y violencia en la mente de miles de jóvenes y sus familias. De hecho el Plan Canje de Armas en Mendoza influyo la posición del Gobierno de Argentina ante la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas en Todos sus Aspectos haciéndola más progresista y dando un ejemplo concreto desde el mundo en desarrollo de no postconflicto. Adicionalmente, se debe observar que seis otras provincias argentinas: San Juan, Neuquen, Córdoba, Chubut, la capital y la provincia de Buenos Aires han adoptado todas ahora el nuevo y progresista modelo de seguridad de Mendoza que contempla la implementación de un programa incentivado de amnistía de armas. Mendoza y su vecino provincial San Juan han establecido una comisión de seguridad bi-provincial que incluye combatir la proliferación y mal uso de armas (Diario Los Andes, 2001). En lo relativo a armas de fuego la comisión se ha comprometido a: • • •
Desarrollar controles de la frontera provincial para prevenir el tráfico de armas y drogas: Establecer mecanismos de intercambio de información permanentes y flexibles entre las instituciones policiales y de gobierno provincial; Promover la armonización en la reforma policial y judicial.
La idea es expandir eventualmente la comisión a fin de incluir otras provincias en el Oeste de la Argentina. Las contrapartes en el Ministerio de Justicia y Seguridad del Gobierno de San Juan expresaron que no habrían estado tan dispuestos a formar una comisión bi-provincial si no hubiesen sido testigos del éxito del Programa de Canje de Armas. Tal vez la única debilidad que los autores de este reporte han encontrado en el desarrollo del programa y su implementación es la exclusión de la participación de gente que tiene armamento militar de alto poder y explosivos. Por supuesto, es improbable que Mendoza tenga grandes cantidades de rifles AK-47 y granadas de mano, pero otras armas excluidas del programa incluían pistolas automáticas 9 mm y revólveres calibre .38, básicamente cualquier armamento prohibido para la posesión civil. Es entendido que esto es probablemente una consecuencia de los acuerdos políticos y legislativos que hicieron posible el Plan Canje de Armas. El punto principal aquí es que es contraproducente
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rechazar gente dispuesta a entregar algunos tipos específicos de armamentos ilegales cuando sacarlos de circulación es una las principales metas del programa. Los organizadores del programa se han comprometido a rectificar el programa si obtienen más fondos y aprobación para implementar una tercera fase. Evaluar los resultados del Programa de Canje de Armas será un desafío. De acuerdo a Rosenfeld (1996) hay tres tipos de metas de programa a ser evaluados en relación a los programas de recompra de armas: metas inmediatas relacionadas con servicios de entrega, metas intermedias tales como conciencia pública y las metas finales del programa (ya enunciadas). La toma de conciencia pública tendrá que medirse a través de una variedad de encuestas de opinión y grupos focales. Un grupo multidisciplinario que incluya organizaciones comunales, funcionarios de policía y salud pública, deben estudiar las otras y más complejas metas de largo plazo. Después de cientos de programas implementados en los Estados Unidos no hay evidencia concluyente sobre si estos programas reducen la proliferación y el mal uso de armas, pero esto puede subestimar otros objetivos de la política (Laurance, 1996). Rosenfeld (1996) apunta que el atractivo popular y el significado social de programas de recompra de armas es mayoritariamente normativo e ideológico, parte de un sistema de controles suaves. El éxito se mide por la vía del fortalecimiento de los lazos comunitarios, la movilización del apoyo para el liderazgo comunitario y llamar la atención hacia otras formas de control social capaz de reducir la violencia armada en vez de métodos tradicionales de control del crimen. Romero, Wintemute, et al. (1998) en su estudio de un programa en Sacramento, California en 1993 concluyeron que los beneficios potenciales de un programa de recompra de armas son más fácilmente medibles en el nivel hogareño que en el comunitario. Cuantificando resultados tangibles Tabla 9: Armas entregadas al Programa de Canje de Armas Tipo Carabinas Escopetas Pistolas Revólveres Total
Fase I 26 35 40 184 285
Fase II 165 373 307 1.436 2.281
Total 191 408 347 1.620 2.566
Fuente: Ministerio de Justicia y Seguridad, Gobierno de Mendoza, Argentina, Julio 2001.
Aunque los organizadores del programa evitaron hacer grandes alegatos y predicciones sobre lo que haría el Programa de Canje de Armas en términos de impacto más allá del cambio cultural y la toma de conciencia pública, los escépticos en el gobierno y la sociedad civil preguntarán si el esfuerzo produjo cualquier beneficio tangible. Hughes-Wilson y Wilkinson (2001) han puesto una serie práctica de guías y simples fórmulas para evaluar el impacto de un programa en términos de estadísticas de recuperación y el costo financiero del programa. Las estadísticas sobre el crimen y el efecto en el mercado negro para las armas de fuego tendrán que ser medidas en el tiempo a fin de detectar cualquier impacto, mientras que el índice de riesgo de armas específicas
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requiere analizar el uso de modelos específicos de armas y su frecuencia de uso en mortalidad y lesiones por armas de fuego a fin de calcular el número de vidas potencialmente salvadas. a. Estadísticas de recuperación Las 2.281 armas recuperadas representan aproximadamente el 2.5 por ciento de todas las armas legales e ilegales circulando en Mendoza, estimadas en unas 95.000 (80.000 legalmente registradas y 15.000 armas ilegales). Sin embargo, las 2.281 armas recuperadas representan el 15% de las armas ilegales que el MJS estima están circulando en la provincia, un porcentaje de recuperación mucho más significativo. b. Costos financieros Un costo de incentivo por encima del promedio por arma se estimó en US$ 52. Sin embargo, había otros costos involucrados que incluían salarios del personal, seguridad, operadores de teléfonos, publicidad, suministros y logística. El Plan Canje de Armas gastó US$ 299.197 en incentivos del programa y costos de operación resultando en un costo de US$ 116 por arma recobrada. Riesgos de evaluación Hay dos desafíos directos para cualquiera que intente evaluar la efectividad de un programa dado de recolección de armas. Primero, debido a que son generalmente anónimos por naturaleza no se puede impedir que alguien fuera del área geográficamente designada llegue a entregar un arma. Segundo, el número real de armas ilegales es en gran medida desconocido, a pesar de estimados educados. Adicionalmente, hay una amplia variedad de otras políticas, aparte de los programas de entrega voluntaria de armas que también tienen un impacto en la proliferación y el mal uso de las armas de fuego. Di Chiaro III (1998) y Greene (2001) creen que hay una multitud de otras medidas requeridas para enfrentar la ampliación y el abuso de armas de fuego incluyendo: • • • • • • • • •
Fortaleciendo las leyes existentes; Armonizando los enfoques con ciudades vecinas, provincias y países; Marcando únicamente las armas pequeñas y ligeras; Persiguiendo mayor transparencia en la producción de armas y el comercio; Restringiendo los suministros de municiones; Construyendo capacidad en las regiones afectadas; Mejorando la recolección de datos y compartiendo la información; Mejorando la capacidad de seguridad y almacenamiento entre entidades gubernamentales incluyendo mantenimiento de registro y reporte de pérdidas; Asegurando altos estándares y prácticas entre empresas privadas de seguridad y otros cuerpos no gubernamentales autorizados para mantener y usar armamento; 22
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Adoptando una base legal clara e inambigua para la posesión y uso; y Suprimiendo y eliminando las herramientas de violencia a través de cateos y otras operaciones.
Intentar aislar el impacto de un programa de recolección de armas, o cualquier otra de las políticas mencionadas arriba, sobre la circulación y uso de armas de fuego durante un período dado de tiempo es una tarea muy difícil. Más allá de estas dificultades hay aún una mayor mezcla de variables sociales, políticas y económicas más directamente relacionadas con las causas de raíz de la proliferación y mal uso de armas que necesitan ser tomadas en consideración como parte de cualquier evaluación de programa. Conclusión Por supuesto los críticos tenían razón. Pocos criminales, si es que alguno, entregaron sus armas. Sin embargo, desde el principio el MJS expresó que las metas del Plan Canje de Armas eran más culturales que otra cosa. Aunque en una ocasión un hombre llegó al centro comunitario donde las armas estaban siendo recogidas, colocó dos revólveres sobre la mesa y dijo: “No quiero cometer otro robo y estoy entregando mis armas”. Las autoridades se dieron cuenta después que el reconocido delincuente tomó los vales de comida por $100 que recibió por los revólveres y los donó a un hogar para discapacitados esa misma tarde. El Plan Canje de Armas ha sobrepasado por mucho las expectativas de sus simpatizantes más idealistas, tanto en números duros como en historias inspiradoras. Cuando se comenzó a promover la idea dentro de la Secretaría de Relaciones Comunitarias del MJS se convirtieron en objeto de caricaturas políticas que se burlaba de lo que consideraban era una idea ingenua y simplista. Desde entonces los periódicos han cambiado su línea editorial, celebrando la innovación y habilidad de su comunidad para establecer un nuevo estándar para la seguridad pública en Argentina. El Plan Canje de Armas ha demostrado una vez más que al enfocarse en las herramientas tangibles de la violencia se puede obtener la atención de grandes segmentos de la población, especialmente las mujeres. Habría que esperar que, como entidad de gobierno, el MJS tome la oportunidad para fortalecer los lazos con grupos comunitarios, organizaciones no gubernamentales y la policía local y desarrollar un programa más amplio de acción que no solo busque la reducción en la mortalidad y lesiones por armas de fuego, sino también tener un impacto en las percepciones de inseguridad de los mendocinos en su vida cotidiana. El futuro del Programa de Canje de Armas Para mediados del 2001 la severa situación financiera y económica en Argentina una vez más alcanzó niveles de crisis. Los gastos del Gobierno, incluyendo fondos proveídos por el gobierno central a los gobiernos provinciales para proyectos tales como el Plan Canje de armas, fueron recortados en una gran escala. Una tercera fase del programa planificada para
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Agosto del 2001 fue cancelada. El entusiasmo para implementar programas similares de parte de otras provincias argentinas disminuyó sin la posibilidad de fondos nacionales para sus esfuerzos. Los organizadores del Plan Canje de Armas en Mendoza, sin embargo, no han renunciado a su esperanza ni parado sus esfuerzos. En cooperación con miembros de la sociedad civil local los representantes del MJS han creado la organización no gubernamental sin fines de lucro Asociación Espacios para el Progreso Social. Entre sus metas esta la continuación del Programa de Canje de Armas en el micro nivel, organizar recolección de armas y destrucción en vecindarios particulares, sustituir el apoyo económico del gobierno por uno del sector privado e iglesias. Esta vez los políticos, la prensa y la sociedad en su conjunto son menos escépticos acerca del potencial del programa para producir resultados positivos. El desarme continuará en la Argentina y Mendoza. En la provincia que tuvo la iniciativa, se han aprobado desde el MJS diversas normas que garantizan la continuidad del programa: • • • • • • • •
Plan de recepción de armas en “donación”; Inclusión de la discusión sobre la relación armas-violencia-inseguridad en todas las escuelas (400 mil alumnos participaron en 2002); Exigencia de estudios psicológicos y físicos para autorizar la tenencia legal; Continuidad de funcionamiento de las líneas gratuitas de consulta; Apoyo logística para el funcionamiento continuado de otra línea telefónica gratuita y anónima: el Fono Arma, para denunciar la venta, locación / arrendamiento, transporte o guarda ilegal de armas de fuego; Prohibición de la venta de replicas de juguete de armas de fuego (Proyecto de ley en estudio legislativo y ya aplicado en municipios); Capacitación policial para el control de fronteras; Destrucción permanente de stock ocioso de armas de los almacenes oficiales.
En tanto, la asunción de las nuevas autoridades argentinas encabezadas por el presidente Nestor Kirchner, ha dejado abierta la posibilidad de fuertes reformas en materia de justicia y seguridad, que podrían incluir cambios en la política de armas. De hecho, con el asesoramiento y acompañamiento de Espacios, las ciudades argentinas de Rosario (la segunda en importancia y cantidad de habitantes, después de la capital Buenos Aires) y Santa Fe han aprobado normas municipales para la realización de planes de canje de armas, con la base del programa realizado en Mendoza, aunque adaptados a la realidad local. El mismo camino han seguido otros estados provinciales, como Córdoba, Salta, Río Negro, Chubut, Neuquen, Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Chaco, San Luis, San Juan y una gran cantidad de municipios que han solicitado el asesoramiento de Espacios y/o del Gobierno de Mendoza.
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En lo que respecta a los controles, Espacios y Viva Rio han planteado la necesidad de investigar el tráfico de granadas militares argentinas a Brasil. Asimismo, en setiembre de 2002 la ONG argentina expuso ante la Comisión de Seguridad Interior del Senado Nacional argentino la necesidad de un amplio plan de desarme y reforma del sistema de seguridad, algunos de cuyos puntos basamentales son los siguientes: • • • •
Reforma interna de las fuerzas armadas y de seguridad; Plan de auditoria, control permanente y seguridad de arsenales y almacenes oficiales de armas y municiones; Plan de recolección de armas en todo el territorio argentino; Reformulación del RENAR de modo de vincular su control a la seguridad y no solo a la legalidad de la tenencia y potación de armas.
En buena medida, el enfoque amplio y las acciones sobre armas de fuego en distintos ámbitos de la Argentina se originaron en el Plan Canje de Arma. Además, Espacios se ha integrado al trabajo de la red de MERCOSUR de ONG que trabajan por el desarme y es parte de IANSA.
www.espacios-eps.org
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