Prisiones : 10 Relatos Desde Los Hospicios

  • May 2020
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Agradecimiento Agradecimientos especiales a quienes colaboraron con la elaboración de este libro; a mis hijas Mariela y Margorie por la paciencia de soportar las incomodidades que les provoqué; y en especial a Daniel F. y demás integrantes de Leusemia por haber permitido en forma tácita que les distorsione su obra de arte. Dedico este trabajo a toda mi familia; a mis colegas del Poder Judicial; a la Asociación de Fiscales Cesantes del Ministerio Público; a todos aquellos que me estimen y también al amigo que se fue: el “Pato” Edwin Núñez, por su amistad y alegría que me brindó, especialmente por haber sido un gran admirador de los Rolling Stones, que a mediados del año 1976 me perseguía para que le preste sus discos, y yo le decía “ya, pe, pero …..otro día”(es broma); y me hacía acordar cuando yo también era como él, allá por el año 1969, en que todos estaban entumecidos con los Beatles, yo tomaba la Linea 25 para dirigirme por la Av. Colonial, me bajaba por las cuadras 14 o 15, y me internaba hacia la fábrica de discos IEMPSA, para comprar sus long plays, pues en las disco-tiendas sólo habían algunos 45s; allí pude conseguir el 12x5, Aftermath, December's children y el Out of our heads . ¡¡Qué tiempos!!! PR E S E NTAC I O N Es para mí, un gran reto, dirigirme a ustedes con esta narrativa de cuentos relacionados a un nosocomio de personas afectadas en su salud mental. Y , no es que esta idea me haya salido por algún apego o tendencia de admiración que tenga hacia estos sorprendentes seres humanos. Lo que me ha impulsado para hacerlo, es simplemente, por la admiración y placer que me ha producido, escuchar el disco Hospicios del conocido grupo Leusemia, editado en el año 2004, en que se cantan versos y prosas de personajes que integran esta clínica siquiátrica, donde cada uno tiene una vivencia, un drama, una historia y, por supuesto un futuro. A Leusemia la he seguido, podría decirse, casi año a año, en su desempeño musical. Inclusive desde que, su principal integrante armó su conjunto, con todas las limitaciones de cualquier muchacho de clase media baja, pero que seguía adelante, seguramente porque él sabía que lo único que le sobraba era lo que a muchos les falta: inspiración y originalidad. Y fue así, que ellos produjeron su primer y único disco en vinilo, allá por el año 1985, el que en el año 2002 fue masterizado y editado como disco compacto. Durante todo ese tiempo (1985-2002), ya Leusemia había editado otras producciones en casette, como “A la mierda lo demás” y “Moxon”; y en compacto “Yasijah” y “Al final de la calle”. De todas estas producciones, la que más me gustó fue el doble “Moxon”. En esta obra, Daniel F logró congeniar muy bien tres elementos que resaltaron : 1. la sinfonía clásica; 2. el rock sicodélico, y en menor grado, 3. el rock puro (llámese punk o garage) No quiere decir esto, que los dos últimos discos mencionados me hayan gustado poco, pues tanto el Yasijah como Al final de la calle, son musicales sinfónicos,

baladísticos y rituales, metódicamente preparados con un trabajo muy profesional, pero que no fueron de gran impacto en la sensibilidad de mis sentidos. Sin embargo, poco después, en el 2004, cuando escuché un constante sonido de olas marítimas que chocaban contra las rocas, mientras al fondo se oía unos instrumentos de viento que anunciaban el inicio de unos acordes de piano de cola, que me hacían recordar las melodías más célebres de la música clásica, fue que me di cuenta que estaba preparado para escuchar la música mas hermosa jamás oída en muchos años, y que, por feliz coincidencia, a esta tan singular introducción, escuché luego una seguidera de canciones con sonido envolventes y grandes aires de sinfonía pura, con nuevo guitarrista incluido, y esas canciones eran precisamente los temas musicales que componen la obra “Hospicios” y en donde nuevamente se juntaron, por lo menos esos dos primeros elementos mencionados, que me hizo recordar las grandes obras de la música de más de cuatro décadas. Y lo que más me sorprendió de todo esto, es que, estoy hablando de músicos nacionales; por lo que, en ese momento, no necesité acudir a escuchar a los llamados grandes grupos de rock mundial; llámense los andersons, los emersons, los floyds, ni los quos; no. Ellos son como todos nosotros; y están aquí cerca. Los Leusemia, al igual que los Saicos, Laghonía y los Traffic Sound en los años 60 y 70, me hicieron creer que en Perú en los años 2000, también se puede hacer rock muy competitivo y de gran calidad. Cuando estudié por vez primera en un colegio de secundaria, en el Hipólito Unanue, en 1965; los días lunes de mañana salía la escolta formada por 6 alumnos del 5to. de secundaria; el que llevaba el pabellón en primera fila y al centro era Percy Rojas, que poco después llegó a jugar por la “U” en primera división, destacando hasta llegar a la selección nacional; luego todos desfilábamos desde el 5to. al 1ro de media; en esas circunstancias siempre veía desfilar a Edy Zaraoz entre los de 3ro de media, y también a los hermanos Saúl y Manuel Cornejo; poco tiempo después estos tres muchachos formaron la banda New Juggler Sound, que después cambiaron a ser Laghonía; 30 años después comprendí que este grupo fue el que más satisfacciones me dio a nivel local; los hermanos Cornejo después naufragaron con We all together, allí se les acabó la historia. También lo hicieron a mediados del año 2000 una decena de agrupaciones como el Metadona de Sandra Requena, los Paranoias de Rafo Ráez, D'mente Común, Electro Z, entre otras agrupaciones. Cuando escuchaba tantas veces el disco doble “Moxon”, entre los años 1997 y 2001, siempre quise ver esta obra plasmada en una pantalla de cine, como un musical, digamos tipo Tommy o algo parecido, con todos los personajes de la obra, desarrollándose al lado de la pista de sonido; pero, por supuesto, esto era algo imposible de verlo realizado, porque solamente estaba en mi imaginación. Fue allí que recién descubrí la genialidad musical del principal integrante de Leusemia, porque, a pesar de no ser un buen guitarrista o cantante, había compuesto e interpretado canciones que, al escucharlas, me hicieron experimentar varios puntos de quiebre en mi percepción musical, por no decir una frase más sensual. (Podía imaginar las actuaciones de Patti Smith, Elvis Costello, Buddy Holly, Dion, Ritchie Valens, Johnny Rotten, Johnny Ramone, Tom Verlaine y todos los grandes músicos que se parezcan) Igual sucedió en el año 2004 con el disco “Hospicios”; también imaginaba a los personajes en una gran película musical. Después de 7 años, Daniel F repitió la misma tendencia, casi el mismo estilo, y también fue un gran éxito para mis sentidos. Es por esta razón que me propuse hacer algo, escribir algo, ante tan grande complacencia; y si solamente hubiera comentado el disco, como un crítico más de los que ya existen, mi comentario no hubiera necesitado más de dos páginas. Fue por eso

que, decidí hacer unas cuantas historias que representen de alguna manera una versión literaria de esta obra, ofreciendo mil disculpas a su creador, por semejante atrevimiento, pues éste es solamente un ensayo literario que trata de darle vida a los protagonistas. Esta novela comprende la narración de diez cuentos de personajes singulares, que, según el drama que nos cuenta el autor en estas canciones, cada uno tiene un rol vivencial y circunda en ese nosocomio que les da a cada uno su propio lugar, su propio drama, su propio hospicio. El personaje que da inicio a este trabajo narrativo es Guliano, conocido como el lanzador de monedas; es el culpable del descubrimiento de este centro de sanación mental, a donde ingresa por casualidad, en busca de algo que le pertenece y que simplemente desea recuperar; allí conoce al Dr. Mancer, quien dirige la institución; es él, quien le da a conocer a los habitantes de la misma y de todos los misterios que encierran cada uno de ellos. EL AUTOR EL LANZADOR DE MONEDAS PRIMERA PARTE EL INCOLUME DICTAMEN DE UNA MONEDA I. EL ENCUENTRO FURTIVO Como el increpar estrepitoso de un rayo, la apacible calle del balneario, engastado, en el cálido atardecer del verano, se vió irrumpido por dos jadeantes figuras juveniles, que, agarrados de la mano, corrían en dirección firme donde su instinto les indicara. Lucrecia y Guliano, que sorteando calles, avenidas, parques y la impertinencia de algún conocido; después de una tácita señal cuando se divisaron, trataban de compensar por última vez, la represión ejercida a su inevitable atracción, el cual, se conjugaba en una tempestuosa relación sentimental. Percibiendo ya, cierta intimidad al entrar a la calle solitaria, cuyo corredor, animado por la efervescencia de sus jardines, disminuyó en algo, el momentáneo estado de suspicacia; buscaron, donde sentarse y platicar. Se ubicaron delante de un pequeño edificio desde donde se divisaba el mar, se abrazaron, y se fundieron en el sopor de sus desordenados besos, luego, despertados por la crudeza de su censurada situación, contemplaron el mar; ya, sosegados. II. EL AZAR DICTA LOS ACUERDOS Lucrecia toma la iniciativa, acariciando los cabellos de Guliano; le increpa por la actitud de sus padres, por la intolerancia a una situación tan normal de esta época; el joven, desde su sensatez que le proporcionan sus dieciocho años, uno menos que el de ella, dándole un beso en la frente, le responde: Mi amor, tu cuestionamiento no incluye a tus padres que también niegan nuestra relación, mi abuelo me comentaba que la incertidumbre del amor nace de la imperiosa necesidad de aprobación en la persona de nuestro interés y, que la razón sólo

contempla algún indicio de armonía para entrar en acción, también afirma, que en vista que este embrollo afecta a la conciencia, éste reacciona tomando partido por lo que le indica el instinto de conservación objetivizado en la moral, pero, de una manera represiva; la verdad, yo no le entiendo, por último dice, que el azar nos va proporcionando las migajas de lúcidez, que descubrimos en cada intento del ejercicio de la razón. Mi abuelo me sorprende, creo que si mi padre hubiera pensado como mi abuelo, otra sería mis circunstancias, te amo, te aprecio, desde mis sentidos, éstos avasallan creo a mi razón, al cual no tengo ningún interés de recurrir cuando estoy contigo. Lucrecia, toma la palma de la mano de Guliano y se lo pone en su mejilla derecha, y le dice: Creo que esa es la razón por la cual nuestros padres se oponen, no tanto por nuestra edad, que es una razón secundaria, sino, porque el azar nos brinda proposiciones inconsistentes, muy limitadas, para el gobierno de nuestra conciencia. Mis padres han optado por un camino a tomar si es Seguir contigo, el de un viaje forzoso. No sé que nos deparará, sin ti me siento tan sola…………. Guliano le responde desde una actitud espontánea que fugazmente parecía haber concebido: - Mi amor, creo tener la solución. El azar; si éste lo rige todo, que rija nuestra situación. Lucrecia, contagiada del fulgor anímico le responde: ¡¡Cuenta, cuenta, mi amor, que me intrigas!! Guliano, de un brusco impulso se pone de pie, mete la mano a su bolsillo y, saca una moneda, enseñándosele a su compañera le dice: Antes, pongámonos de acuerdo en lo que determine su efecto; si al lanzar la moneda, nuestra elección sale diferente cuando éste caiga al piso, entonces desistimos de nuestra relación; en cambio, si sale favorable, seguimos contra viento y marea ¿qué opinas? Desentonada por la duda, la joven alcanzó a decir: Lo único que tengo en cuenta es, que cualquier resultado no aplacará la avidez de armonía de nuestra conciencia, pero me intriga la pasión del azar, que rara es nuestra condición humana, así que, echa esa moneda al aire de una vez por todas. III. UN ENCUENTRO SUBLIMINAL La moneda surcó con su aletear rotatorio, el espacio conquistado por las aves, que se desplazaban rutinarias por el corredor de la atractiva calle; en su caída, ejerció itinerantes saltos, para perderse por debajo de la puerta del pequeño edificio, cuya vereda les servía de asiento emotivo. Guliano, ansioso por la respuesta en suspenso, se abalanzó a tocar la gruesa puerta, entretanto, la joven se percató de un letrero casi impercibible, que no tomaron en cuenta, cuando apenas llegaron; leyó, casi dificultosamente las letras traídas por el tiempo y la desatención. Sorprendida y temerosa, se acercó a su compañero para persuadirlo sobre los golpes en la gruesa puerta; el joven, confundido le reclamó por el impedimento, la muchacha, con toda la suavidad posible, le puso su mano en la boca y le dijo en su oído:

No hagas ruido, el letrero de arriba anuncia, que este edificio, es un instituto para enfermos mentales. -

¡¡Oh, lo siento, lo ignoraba, quien iba a pensar que en esta bonita calle.... No alcanzó a responderle a su compañera, la gruesa puerta se abrió de manera abrupta y, en ella se perfiló un adulto de estatura regular, con el semblante agradable más una bata blanca con los cuales contrastaba, salió a recibirlos dejando atrás la puerta abierta en toda su magnitud, les miró afable aquellos configurados rostros de temor, y, les dijo: Soy el doctor Mancer, director de este hospital, las visitas se hacen por las mañanas pero, si desean, les puedo conceder sólo unos minutos, en vista de su tenaz inquietud. Doctor, le contestó el joven que tenía abrazado a su compañera -nuestra intención no es esa, sólo somos dos transeúntes por esta calle, el motivo de nuestro tocar a la puerta, se debe, a que se nos ha caído una moneda para nuestro pasaje, por debajo de la puerta de este edificio, sólo deseamos que nos lo devuelva y nos marchamos. El doctor plantó la mirada en el perímetro del salón de la puerta, al no divisar nada retrocedió y entró hacia adentro, siempre con la mirada en el piso, de pronto, a dos metros del umbral de la puerta, se presentó en el salón, una peculiar figura de mujer que sorprendió a los jóvenes, por su porte, por su elegancia en el vestir, por el portafolio en una de sus manos, y, lo más sorprendente, portaba en la mano vacía y mostrándosela, la moneda que con tanto afán buscaba el doctor. El galeno pendiente de su trabajo y de la puerta abierta, se dirigió hacia ésta, para culminar la improvisada entrevista, en vista que la moneda ya había sido encontrada. Mirando con cierta reverencia al nuevo personaje se le acerca y le dice: - Histriana, los jóvenes necesitan esa moneda ¿te agradaría entregárselos? Vamos, requiero de cierta información sobre la invasión del Rey Sol sobre los países bajos. La aludida, retrocedió hacia adentro de la puerta, para buscar comodidad en el rebusque de su portafolio, pero, sin entregar la moneda; momento propicio que el doctor estaba esperando, para ponerlos al tanto, a los jóvenes, de la nueva situación que se había presentado. Con cierta mirada suspicaz les dijo: Les agradecería que sean muy prudentes con esta señora, el historial médico de su internamiento es muy dramático, su talento y su conocimiento es una gran pérdida para nuestra cultura, gran actriz de teatro, posee aún bajo estas circunstancias, una gran disponibilidad de cambio de personalidad, una fértil elasticidad de representación que nada tiene que ver con la Patología, es un espíritu consagrado ardiendo injustamente en el infierno; su drama real, empieza con su vida sentimental: casada con un encubierto gigoló lo sorprendió a éste, sinceramente espeluznante, con la madre de la actriz, le dislocó la conciencia, al punto de perder el juicio. Pero, ella no descendió al vértigo de lo orate, más bien se elevó por encima de la razón, pareciera que su conciencia, dotada de tanta existencialidad, al no poder procesar semejante afrenta, se refugió en una dimensión con la cual más se identificaba. En sus lagunas de cierta lúcidez, es todo un ente en potencialidad y en depresión, es todo un artista, la admiro, la aprecio, la amo; así, como amamos insospechadamente al aire, al sol, y , a tantas cosas existenciales que los convencionalismos nos las presentan como nimias disposiciones. Por favor hasta donde puedan, traten de ser complacientes con ella, les aseguro que no van a tener pesar de ello ¡Silencio que allí viene!.

Histriana, con unos papeles en la mano se aproximó al grupo, saludándolos con cierta reverencia medieval, mirando a los jóvenes con circunspeccia, se les acercó con la moneda en la mano y les dijo: Como verán, la venia del señor doctor, me permite desplazarme libremente por esta Institución, parece que le agrado, pero resulta que yo................. La mujer de repente, se tocó la cabeza con el dorso de la mano en donde tenía los papeles, agachó con esta actitud la cabeza, al subirla, súbitamente la expresión de su rostro, ya era otra, los jóvenes , seguían en silencio contemplativo los cambios físicos de la señora ¿qué habría pasado? ; el doctor , por la premura del tiempo, no alcanzó a decirles que la actriz, a cualquier intención de afecto, cambiaba de personalidad, ahora era otra, y otro, su mirar, les dio la moneda diciéndole: Tomad vuestra moneda irradiantes jóvenes, sólo trataba de admirar su excelentísimo elaborar, al parecer vivís en una época muy saludable en creatividad ¿podríais responderme vosotros algunas inquietudes que me sorprenden respecto a vuestra época? Los jóvenes en total dependencia admirativa, sólo dieron un afirmativo movimiento de cabeza, entonces, la charla continuó: Hay un bicho raro, que habla, que tiene imágenes en su rostro, que posee en vez de orejas un par de antenas como el de los grillos, seguramente, para que no escuche mis reclamos cuando me agobia con tanto artificio. Explicadme, ese bicho, al que tanta reverencia se le muestra ¿es una emulación de los filósofos de mi época?. La dialéctica de su estructura dramatical ¿porqué descansa en alimentar las bajas pasiones? El amor, ¡¡Oh, el consagrado amor!! ha sido, reducido en esencia y aumentado en materia, vosotros jóvenes, soís la representatividad prístina del sentimiento humano, la distorsión del amor dependerá de la virtud de vuestras lozanía, para no caer en la intemperie de la afrental contaminación, perdonad si os aburro con mi conversación, pero, necesito vuestro consejo, en esta gran casa donde convivo con muchos personajes de diferente época, es imposible llegar a un acuerdo, todos poseen su verdad unipersonal, así las cosas, no quiero perderme la oportunidad de charlar con visitantes de otra época, diferentes con las que suelo frecuentar. Escuchad con atención: después de consagrarme en el teatro de Corneille, fuí llamada para trabajar en el teatro de Moliere, luego de transitar por éste, me consolidé en el teatro de Racine, todo marchaba bien hasta que vuestro excelentísimo LUIS XIV, me invitó a la corte para una entrevista. La plática se realizó bajo una regia cortesía, hasta que sacó la espada del chantaje: Se enteró de que vuestro Ilustrísimo Racine, estaba buscando la actriz adecuada para estrenar “Atalía”, me persuadió de que no lo aceptara, porque la obra era una insinuación irreverente, hacia el grueso de los súbditos, de la imagen del Rey; a cambio, me ofreció una buena suma que ningún mortal puede rechazar. Me negué rotundamente, y, me confinaron a prisión; lo más trágico de todo esto, era que yo amaba a Racine y él también me amaba, me buscó durante tres años hasta que.................... Otra vez el espasmo y otra vez el dolor de cabeza y, otra vez otra persona; Histriana, se tomó con la palma de su mano vacía la frente, agachó la cabeza, después de unos minutos cuando la levantó, miró con otra expresividad a los jóvenes, y, les dijo:

Doctor Mancer, ¿a quiénes vienen a visitar estos agradables jóvenes? ¿ó es qué cúpido los ha envíado a este recinto en busca de la razón? -No es así, interrumpió Guliano , la verdad es que nuestra visita a este recinto es pura casualidad; sin embargo ahora que estoy aquí siento cosas extrañas, muy extrañas…… ……………… Doctor, como cuántos internos viven en este lugar? preguntó. -Hay muchos nombres aquí, pero eso no interesa, lo importante es que estén bien y reciban el trato adecuado, cada uno guarda un secreto, un vivir, un desahogo, un suspiro, una existencia, cada uno tiene aquí su hospicio y eso es lo más preciado para ellos. Preciado? Dijo el muchacho.- Estar encerrado aunque sea por un fin noble, no es nada preciado. Una gran decepción y una imagen de desesperanza le apareció en el rostro a Guliano, como recordando cosas de su pasado o de su futuro. Lucrecia se sintió sorprendida por la reacción de su pareja. ¿Qué te pasa? Le dijo; -son persona que están recibiendo ayuda.- Así es la vida para ellos. No hay por qué compadecerlos. No sé Lucrecia! Le exclamó el muchacho. Pero siento que en este lugar debo conocer a mucha gente; quiero conocer a mucha gente.- Es sólo eso, concluyó. Está bien, dijo el doctor, los visitantes que vienen a este lugar reaccionan de muchas formas.- No hay por qué alarmarse.....Le explicó a la jovencita, mientras que de manera suave el doctor tomó del brazo izquierdo a Histriana, le dijo que los jóvenes eran vecinos de la calle, y para colmar más su curiosidad, les persuadió, a que contaran a partir del edificio donde se encontraban, en dirección hacia la derecha y de forma ascendente, seis casas, la séptima era la de ellos. El Doctor, se despidió cortésmente de los jóvenes, entró con Histriana y cerró el grueso portón; desde lo alto, las aves contemplaban desde su antigua noción, el humor existencial, que despide, el conflicto entre el pensar y el sentir. IV. LA COMPOSTURA EN EL SABOR DE UNA DESPEDIDA Caminando bajo el cálido extinguir, de un energético día de verano, con las aves revoloteando en el corredor de la calle, dos complexiones diferentes de una joven pareja, se desplazaban agarrados de la mano, ya no corrían, ni tampoco estaban angustiadas; ya no escapaban de nada ni de nadie. Al llegar a un parque más o menos concurrido, buscaron donde sentarse, se ubicaron al pie de una pileta y charlaron, charlaron; como si de eso, dependiera su existencia. Cuando intuyeron la despedida, se pararon y se besaron, sin intensidad, podría decirse como amigos. Antes de tomar direcciones individuales, Lucrecia bajo una ineludible actitud de tristeza, le toma del cabello al nostálgico joven y perdiendo el rítmico movimiento de sus jugueteantes dedos entre sus ensortijado pelo, le dice: La idea es buena pero cruel pero, antes de despedirnos dime, ¿cómo así se te ocurrió esta opción? ¿acaso , has tomado en cuenta mi opinión? ¿acaso, la decisión de una relación es unilateral?, en lo último de las opciones ¿crees que funcione?, creo que la distancia va a secar poco a poco lo fértil de nuestros sentimientos.

El joven agarrando tiernamente la mano de Lucrecia, la cual, jugaba inocente en sus cabellos, acomoda ésta en su hombro derecho, y desplazando su otra mano por el contorno de la cintura de la muchacha, la aprieta para sí, mientras le decía: Mi amor, no es un dictado mío, en vista de las circunstancias por la que acabamos de pasar, nuestra situación se rompe ante sus ordenanzas. El amor es tan confuso, mi edad no alcanza a verificar, toda esa configuración que se me presenta a través de las experiencias de los adultos, contempla la situación del doctor: ama a la señora de otra manera como nosotros nos amamos, ama al aire, al sol, al misterio de su trabajo; contempla a la señora Histriana: amó y quizás lo sigue amando y sigue pesando el recuerdo de su esposo, ama a su madre por una determinación que no puede evitar, aún así, bajo la traición, ama, rigurosamente su trabajo, más que a su esposo, asimismo, su madre amando a su hija ama al esposo de ésta, y, el esposo de la actriz quizás amó a su esposa pero no trató de impedirse de amar a la madre de ésta. Ahora, donde encajamos nosotros, mi abuelo tenía razón, mientras el amor, la razón, la moral y el azar no pase por el crisol de la sobria conjugación la existencia tendrá esas dos dimensiones por la cual acabamos de transitar. Contempla el dictado del azar por medio de la moneda, a donde nos condujo, qué nos mostró; hemos ahorrado años de forjar bajo su enseñanza. Sólo será durante un año; es justa nuestra separación, si sobrevivimos, no perdemos, sólo habríamos sembrado las bases para impulsarnos mejor y no sólo para el sentimiento sino también para el pensamiento. Sé que en adelante.Dijo Guliano.-. Volveré a visitar ese hospicio y preguntaré por cada uno de sus ocupantes. Deseo saber de ellos.-. Una sensación de. displicencia era lo que reinaba en el ánimo de Lucrecia durante la charla de su joven novio, pero al configurar todas esas actitudes descritas, se calmó y dijo: Pero, si controlamos la forma de pensar ¿acaso podremos controlar la forma de sentir ¿no es acaso ésta una contradicción que siempre nos va a agobiar? Somos jóvenes, este año seguramente pasará de prisa, no nos perdamos la oportunidad de confrontarlo, la existencia a través del azar se le dá a los adultos como mi abuelo, justo, cuando la vida se le acabale dijo pausadamente Guliano. Bueno, que así sea contestó Lucrecia El anochecer veraniego del balneario, daba paso solemne a dos anónimas complexiones que se desplazaban en medio del tumulto de las actitudes, en busca de su destino. V. LA VERDAD SE ESCRIBE CON MODESTIA Cuando Lucrecia llegó a su casa, encontró cenando a su familia, saludó a todos y se introdujo al baño, se lavó las manos, salió, y se sentó en la mesa, miró a sus dos hermanos, a sus padres de manera hirsuta y les dijo: Lo siento me retrasé, no va a volver a suceder. Tranquila mi hija, vino a buscarte Ana, para un asunto de la parroquia le contestó la madre -

- ¡¡Aah ya! el asunto ese de la brigada juvenil que el padre Matías quiere formar en el barrio .- dijo la joven. ¿No te parece interesante?, creo que lo complementarías bien con tu pertenencia a los “Boy Scout” le dijo su padre: Ella es rockera, su pasión es la banda “U2”.- le contestó Carlos su hermano menor. Calla tonto, acaso no sabes que mi hermanita va a ser nuestra futura Sor Lucrecia, contestó su otro hermano, por favor niños, las bromas después de la cena. Dijo la madre. La cena transcurrió en silencio, cuando concluyeron, los niños se pararon y se dirigieron a prender el televisor, la madre se puso a recoger los platos junto con Lucrecia, el padre se para y se dirige al jardín, y, desde la puerta le dice a su hija: Pequeña, ven un momento que quiero charlar contigo Salieron, se sentaron, y tomándola de la mano le comenta: Hija, tu madre y yo hemos deliberado esta conversación que vamos a tener, es necesario que lo sepas en vista de las circunstancias, necesitas de todo tu valor para asimilarlo, sé que has estado por la tarde con Guliano, y no me molesta, ni me alegra, solo trato de mantenerme sobrio en lo que percibo, no se trata de ti, se trata de él, más bien, se trata de la familia de él. Por un momento, el padre, hizo una pausa, la hija estimulada por la novedad de la situación, expresaba su asombro por la prominencia de sus ojos castaños, el padre, bebió un poco de agua aromatizada que había traído consigo, y, prosiguió: - Cuando egresé de la carrera de medicina, puse mi consultorio en el centro de la ciudad; para equilibrar nuestra economía, también trabajé en el hospital del Seguro Social. Cierta vez en el turno de la noche, trajeron una emergencia cardíaca, el operativo fue un éxito, cosa rutinaria entre los médicos; pasaron dos años, ya estaba pronto a renunciar al hospital, en esa misma fecha trajeron otro caso de infarto, cuando hice la intervención, me dí con la sorpresa de qué era el mismo señor que lo había intervenido dos años antes, esta vez me tocó hacerle un “by pass”, ese señor es fuerte, pero, la mente tiene sus misterios; el paciente me agradeció, al punto de obsequiarme unos instrumentales importados de alta tecnología. El señor posee una empresa de importaciones, y yo, ya me estaba independizando, sinceramente, se lo agradecí. Posteriormente, lo estuve tratando en mi consultorio, le llevaba un seguimiento clínico riguroso, lo cual motivó la inevitable amistad. Me contó de su matrimonio, de su familia, en fín, todo, yo era para él una especie de confidente; ya te imaginaras, la tolerancia con estos típicos casos, toda impresión enérgica es fatal para el sujeto. Cuando nació su primer hijo, hicimos un agasajo, pasó el tiempo y, desapareció, ya no lo volví a ver hasta cerca de tres años cuando apareció de nuevo, pero esta vez, con el niño que ya había crecido; el niño, sufría de esporádicos desmayos, recorrió, según él, todas las clínicas de la ciudad y, todos coincidían con una anomalía en su circulación sanguínea, pero no le daban confirmación total; lo puso a mi criterio, mis exhaustivas investigaciones me condujeron a algo temible, comprobé y recomprobé , no quiero embrollarte en tecnicismos médicos hija; pero, el mal del niño era evidente: Tenía una enfermedad que se estaba expandiendo por su cuerpecito, el cual, nosotros lo conocemos como “soplo al corazón”. Se puede superar este mal, pero es fatal en la mayoría de los casos, cuando acudí a un llamado de él fue por su secretaria, para que me pagara mis honorarios, ya que el señor había salido del país con toda su familia. Han pasado doce años mi hija, hasta saber de él, resulta, que es el vecino que hace dos años compró la casa, hermosísima pero bien cara, que está a tres cuadras hacia el norte de la

nuestra, indagué por allí, y me dí con la sorpresa, que me consternó cuando lo relacioné contigo. La familia había salido del país por el cambio de gobierno, todos los importadores y exportadores estaban bajo la mira del partido en turno, estaban expropiando sus bienes. Cierto día pasó con su carro, y no me reconoció, a pesar de que lo saludé; hija, ya sospecharas a quien me refiero, si, es el padre de Guliano. El padre de Lucrecia tomó otro sorbo de agua, y ésta, de un solo trago se engulló todo el contenido, no podía creer lo que había escuchado, se paró, caminó por el jardín en silencio, se aproximó de nuevo donde su padre y le dijo: Papi, has indagado bien, no te equivocas de persona. Tu mami, me puso al tanto de tu romance mostrándome al joven; pero, cuando lo ví en el carro con su padre, deduje la relación. Hija, el mal que posee el joven no lo sabe, tampoco su papá. Hija, la mamá del joven, está recluída en un sanatorio a raíz de las expropiaciones que sufrió el padre de ésta, ya que éste, no pudo salir del país a tiempo, y, porque pesaba en él una orden de arresto por un fraude financiero; ahora, la abuela de la mamá del joven, o sea, la mamá de su papá de la madre de Guliano, pasando otro caso similar, se echó kerosene y se quemó viva la pobre. No hijita, no entiendo, yo me dedico a salvar vidas, y si tuviera la potestad de mejorarlas, sería una gracia, que con toda modestia, trataría de desempeñar, libre de presunción, los griegos lo concibieron desde la filosofía, y, hasta hoy sólo es una idealista proposición, soy médico, tengo una hija, me interesa su futuro genético y sentimental, esa es la causa de nuestra inconformidad de esa relación, ¿qué me dices al respecto, qué opinas? Lucrecia miraba el jardín, ensimismada, su joven corazón, su brusca incursión en la dimensión que los adultos conocen como el espacio dialéctico, su razonar, su moral, todo, todo a la vez , colisionó, cuando se enamoró de Guliano; el azar, el incólume azar, era su anfitrión, era joven, era mujer, y, algún día sería madre y esposa, y, todo dependía de hoy. Se paró, y le dijo a su padre: Padre, nunca entendí este poema, que, por antonomasia en mi razonar se quedó grabado en mi conciencia, dice: “La moneda fue lanzada y dio vueltas tantas veces Ya la suerte estaba echada de reojo, de costado o de frente Está prohibido un paso en falso, pues el tiempo se apresura “Ya no arañes más al mundo que el fantasma que no perdona- ya llegó” Es curioso, -decía Lucrecia en un estado casi sicodélico - el fantasma llega, sin distingo, sin credo, sin reverencia, y, se posa delante de nosotros, no lo percibimos, pero el sí a nosotros ¿Cómo nos libramos? Padre, sólo te pido un favor, déjame resolver este problema, pero quiero tu aprobación, de verme con él, claro, bajo tu ponderación. Yo sabré como se lo digo, ¿qué dices? El padre no pensó mucho, y le respondió: Estoy seguro que tu madre no se negará, pero bajo mi ponderación, que tengas suerte hija mía.

EL DESENCANTO DE ESE DESTINO A los pocos días, Lucrecia se encontró con Guliano, a la salida del Instituto que lo preparaba en su futura carrera de estadista que había elegido, lugar donde destacaba mucho por su habilidad en las matemáticas y la ciencia. Qué haces acá Lucrecia? Habíamos acordado ya no vernos por un tiempo, sostuvo Guliano, mientras le acariciaba el brazo con cierta ternura, de la que no olvidaba sentir. Ella tenía un rostro de dolor y cierto desencanto, por todo lo que sabía de su amado Guliano y le incriminó la culpa de no haber sido sincero con ella, respecto de su vida pasada y presente. Basta Lucrecia, ya no sigas; es verdad lo que sabes ahora. Pero cómo voy yo a desplazarte de mi lado por la tragedia que encumbra mi vida. Replicó el muchacho. Aquello del problema cardíaco de mi padre ya está superado , y también mi supuesta afección que adolecía cuando era niño. Ahora hay tratamientos adecuados para hacerlos desaparecer casi por completo. Lo que sí es algo irremediable, continuó es la afección mental de mi familia por parte materna. Mi madre, como mi abuelo, y la madre de mi abuelo eran hijos primogénitos y cada uno de ellos cuando eran jóvenes tenían la inteligencia y habilidad para los estudios que escogieron y los llevaron con mucha brillantez. Eran primeros alumnos en sus escuelas y también socialmente destacaban. Formaron hogares sólidos y felices, pero llegados a cierta edad, sus mentes se desvanecían y hacían desgraciados a sus familiares más cercanos. La alucinación y la falta de cordura les invadía y divagaban en la nada hacia un futuro incierto. Yo soy hijo primogénito de mi madre, y creo tener ya la suerte echada, de reojo, de costado o de frente. Nooo¡ Exclamó la pobre Lucrecia Tú no puedes tener este destino. Por favor, amor mío, dime que esto no es cierto. A ti no te va a pasar nada, dime, dime………! Lucrecia, le replicó el joven, tú ya eres una mujer entera, y entiendes que la vida te dá muchos golpes, pero así como te golpea también te acaricia. Aprende a vivir y vive feliz. Yo sé que encontraré mucho consuelo acercándome a esas personas que habitan aquel hospicio y les entregaré lo mejor de mí. Comprenderé sus lamentos y sé que les aliviaré mucho hasta que sea uno más de ellos. EL ANTICORRIDAS Bruno ya había superado su encierro y tratamiento riguroso en la clínica siquiátrica del Dr. Mancer. Ahora él es , como se dice, un paciente externo que continúa tratamiento sicológico por la neurosis extrema que padecía cuando era niño; ahora él puede pasar sus días con su familia y amigos, pero debe reportarse al hospicio constantemente y continuar con el tratamiento administrado por su siquiatra. Sin embargo él continúa con su grupo de anticorridas y el movimiento de protección a los animales, niños y la naturaleza en general. Hacía pocos días que

ellos habían sido intervenidos por las autoridades policiales en una de esas manifestaciones y Bruno estaba encerrado en una carceleta por atentar contra el orden público. Por la mañana, se levantó muy sobresaltado de la cama de cemento, en su pesadilla lo perseguían miles de hombres con espadas y estacas, de esas estacas que eran destinadas para los clavar en el lomo o la espalda de los toros y todo el mundo gritaba: Atrapen a ese loco. , no permitan que se escape ese hijo de puta… despertó dando puñetazos al aire diciendo: mierda!!, mierda!!. Estaba sudando y nervioso y lo único que pudo hacer fue llorar, porque esta pesadilla era un recuerdo doloroso de su fallida intervención en la marcha de protesta contra la Corrida de Toros que hacían los domingos en la plaza de Acho; la marcha de los manifestantes fue repelida gracias a un acto impulsivo de salvajismo y prepotencia por parte de la policía y las fuerzas de la comuna, a pesar que la marcha se notaba claramente que era muy pacífica. Pero en esta oportunidad Bruno todavía estaba detenido en la comisaría, ya tenía que pasar dos semanas de encarcelamiento, pagando una condena que los policías creían un delito grave; el solo hecho de haber entrado en la corrida y robar la capa del torero que había llegado de Sevilla, tan sólo para enfrentarse a un gran toro que había humillado a muchos toreros internacionales de renombre. Cuando el torero de Sevilla se presentó hubo una algarabía y un bullicio sin igual y empezó con su óle… óle…óle, en ese instante Bruno entró corriendo en medio de la plaza y le quitó la capa y empezó a correr como un loco, muchos toreros amigos del torero sevillano empezaron a perseguir a Bruno para recuperar la capa, pero Bruno era muy rápido para correr y podía doblar su velocidad cuando quisiera, por ello no podían atraparlo fácilmente, entonces entraron más personas y Bruno con el fin de descontarlos, abrió la tranca del toro Rocoso y la trifulca se armó, todos esos maricas corrían gritando desesperados por salvar sus vidas, y todo el público empezó gritar sal de ahí maldito!, atrapen a ese loco!, atrapen al hijo de puta… Bruno, en ese instante se encontraba sólo contra el mundo, estaba sólo contra todos los fanáticos de la plaza de Acho y después de darse cuenta que el toro no lo defendería y que por el contrario lo cornearía quiso huir por una de las salidas de la plaza pero no tuvo éxito, pues, en el acto lo atrapó la policía y le dieron una tremenda paliza y gracias a que tuvo mucha suerte, pues la policía lo atrapó, porque si lo atrapaban los fanáticos de la tribuna sí que lo linchaban, ya que todos conocían a ese anticorridas, pero hasta ahora sólo le habían visto llevando pancartas de: “No a los espectáculos de tortura, no al sufrimiento indebido, sí a la vida” “No a los carniceros sádicos, Sí a la comida” “No a la sangre indefensa, Sí a tu hermana” Hasta ahora nadie se hubiese imaginado que este muchacho osaría en quitarle la capa del Torero Sevillano y haber abierto la tranca de los toros a destiempo, hubo corneados, lastimados y heridos que gritaban : Voy a matar a ese mal hijo de su madre! Gracias a Dios una vez libre los policías le recomendaron no aparecerse por ahí por un buen tiempo, si es posible que no salga nunca porque se había ganado miles de enemigos, tanto que hasta el Torero Sevillano había pagado para que lo encarcelen por una semana más y de paso le den una calentadita a punta de patadas y cientos de porrazos, pero los policías al verlo tan, pero tan loco, sólo le dieron unas dos docenas de patadas y unos cuantos porrazos. La autoridad policial ya sabía que Bruno padecía de una enfermedad mental leve y que era interno intermitente en el refugio privado para insanos mentales del Dr. Mancer; que recibía tratamiento ambulatorio; tenía un régimen rutinario de ingesta de medicamentos, y que era muy violento cuando se ofuscaba. Sin embargo, ya le habían advertido que de seguir ocasionando problemas

a la gente o que hubiere agraviado gravemente a una sola persona, ya no sería considerado un enfermito mental y que la cárcel sería su destino. Bruno una vez que estuvo libre, después que lo devolvieran a a su refugio hospitalario, empezó a recordar momentos tan hermosos cuando vivió en el campo en una etapa de su niñez, esos días cuando él tenía un profundo contacto con la naturaleza, allí conoció a su primera mascota que era un becerrito que se llamaba Manchas, con él y otros animalitos pasaban los días jugando en el pastal y ahí descubrió que los animales tenían sentimientos y que eran muy sensibles que entendían lo que uno les decía y a veces, cuando les hablaban de corazón te hacían caso, sólo que no podían responder a tus preguntas. Cuando apenas tenía unos siete años, vinieron los carniceros a matar una res, él quiso impedir el asesinato de uno de los toros más maduros, pero lo único que logró fue hacer enfadar a su padre quién le metió unos correazos para que no estorbe la matanza con sus lloriqueos de niño bueno y tonto. Bruno, siempre amó a todos los animalillos que existen en el mundo, tanto que defendería el honor de éstos hasta con su propia vida. En una oportunidad defendió a unos pajaritos que recién estaban aprendiendo a volar que eran molestados por unos pilluelos que agarraban y los estrellaban en los espinos del parque y él se les enfrentó porque calculó que más o menos tendrían su edad. Oigan, amigos no molesten a esos pajaritos, pobrecitos recién están aprendiendo a volar, son tan indefensos, necesitan volar para salir a buscar sus alimentos y si ustedes lo lastiman, ellos no podrán volar y si no vuelan se morirán de hambre y sed. Por favor, no los hagan sufrir… Entonces, le contestaron del otro lado: Oye, mongo, apártate de nosotros y no estorbes porque nosotros nos estamos divirtiendo de lo lindo y no quiero que nos interrumpas con tus palabras estúpidas, a quién les importa estos miserables pajaritos, como nosotros no tenemos juguetes y ninguna otra diversión, pues jugamos como nos venga en gana. Pero estos pajaritos no le hacen mal a nadie, sólo quieren aprender a volar… Y fue porque Bruno no les dejaba tranquilo que ellos reaccionaron enfadados y le advirtieron en una sola voz todos juntos: Oye, tarado, sabes que tú éstas solo y nosotros somos tres y nos estamos divirtiendo y tú nos estás molestando y si no te alejas pronto, te vamos dar una golpiza que ni tu madre te reconocerá. A ver que entre quien se cree machito, quién se atreve, quien quiere morir, cobardes… Y fue el error más grande que cometió, los tres empezaron a patearle y él se defendió como pudo pero con la convicción que ese acto de abuso tenía que ser castigado. Bruno en el fondo estaba contento porque logró impedir que los mataperros maltrataran a los pajaritos que los consideraba sus amigos, estaban volando y alejándose poco a poco de aquel lugar y ahora la pandilla lo estaban golpeando a él por metiche. Los tres le golpearon tanto que se cansaron y se pusieron a descansar, mientras Bruno estaba un poco maguyado al haber recibido la golpiza, pero en el fondo tenía una cólera y furia, entonces esperó un momento, se recuperó más rápido que los tres y se levantó de improviso y cogió el primer palo que estuvo a su alcance y acto seguido les dio una paliza a los tres, del cual sólo a uno le dio como verdaderamente se lo merecían, los otros dos huyeron asustados, pues, el madero que llevaba entre manos era de un espino muy conocido por su dureza. Después de este incidente, Bruno conoció a un estudiante de

zoología con quien entabló una gran amistad y fue que gracias a él acrecentó aún más su amor por los animales. Empezó a defender el derecho de la vida del ser humano como de los animales y las plantas, empezó a asistir a los programas pacifistas y cuidados del medio ambiente. Bueno, en fin……. Después de este recuerdo, empezó a pensar muchas cosas que le vinieron a la mente, eran tantas interrogantes a la vez, como por ejemplo por qué su mejor amigo el afamado defensor de toros, al que lo llamaban Toribio, había huido de la protesta anti corridas y dónde estaba él cuando la policía lo había apresado, tal vez sólo era un cobarde, algo más: ¿Por qué el torero siente una gran pasión cuando asesina o le clava la estaca al toro, qué no sabe que el toro cuando está suelto en la plaza sólo corre para salvar su vida?, O si torea una capa es sólo por su instinto animal? Siente una gran tristeza porque ya sabe que le toca morir en esta corrida o en la otra, sabe que el final está próximo y lo menos que puede hacer es dar unas cuantas corneadas para herir o tal vez para matar. Y ¿Por qué el público se emociona cuando ve sangre que fluye del pobre animal qué sólo le pide al mundo un poco de pasto, agua y sal? No ha nacido para matar, ni para recrear o divertir a los sádicos que apuestan dinero y sus vidas, sino para comer, crecer, engendrar y morir pero siendo útil a la humanidad como alimento, carne de res y no carne para circo, sangre inocente que siembra en las conciencias muchas semillas de violencia y hostilidad. “El Caballero Carmelo”, no era un gallo de pelea, era un gallito de corral que le gustaba disfrutar la vida cantando y pisando gallinas, era un verdadero gallito, pero en contra de su voluntad le hicieron pelear para que haga uso de sus espuelas y navaja y derroche todas sus fuerzas y habilidades de pelea, pero “El Caballero Carmelo”, peleó con el Ajiseco sólo para salvar su vida, pero una vez ganada la batalla se dejó morir porque entendió que si vivía, era un gran campeón y como campeón, tenía que seguir peleando para conservar el título, es decir, tenía que seguir matando a los otros gallos de la ciudad o morir en una de las peleas, sabiendo eso, “El Caballero Carmelo” se dejó morir. ¿Por qué chispita, huyó del establo? Porque se enteró que al día siguiente lo llevarían a la Plaza de Acho, y lo iba a torear el torero mexicano, Juan Moreno, el cantiflas de las corridas, así lo llamaban porque toreaba con una gracia y peculiaridad que hacía reír a todo el público, era muy querido por los apostadores y muy temido por los toros de la plaza, ya había matado a muchos. ¿Por qué Manchas mató al torero Juan Moreno? Porque cuando era niño, mi papá vendió a mi torito llamado Manchas, era un gran toro ágil, escurridizo y recio, él nunca había estado atado a la soga, además cuando lo atraparon antes que lo vendan para que se lo lleven a la Plaza de Acho yo le dije a Manchas; Manchitas, por favor, defiéndete todo lo que puedas y trata todo lo posible para que puedas huir de ahí. Entonces, Juan Moreno se presenta en la plaza y recibe los saludos, luego se pone a torear a Manchas pero Manchas que es muy bravo, aprovecha un descuido del confiado torero, le da un golpe a gran velocidad que el torero salió disparado por los aires y se estrelló contra la tribuna y murió de un fuerte impacto en la cabeza. Después del fracaso de este torero llegó el siguiente torero menos experimentado que gracias más a la suerte que al estilo logró matar a Manchas después de un largo y triste espectáculo, Manchas sufrió mucho, corte por corte, punzada a punzada, a estacazos, aprendió que la vida era dura y la muerte era dulce.

Después de todos estos pensamientos o preocupaciones, Bruno decidió salir un fin de semana del hospicio para pelear por los derechos de “El Caballero Carmelo”, de “Manchas” y otros animales amigos que significaban mucho para él, lo primero que hizo fue a buscar a Toribio. Hola Toribio, cómo estás. Pues, como siempre igual que tú. Puedo hacerte una pregunta? Sí, pero que sea interesante eh, Ya, ¿Por qué nos abandonaste en la marcha anti corridas? Interesante pregunta, es que como sabes… tuve miedo como todos los manifestantes teníamos miedo y a mí se me aflojó el estómago y me vine a mi casa antes de recibir los palos y nosotros no teníamos con qué defendernos, por eso es que huí en cuanto pude, Bruno amigo mío, espero que me perdones por lo que hice, te abandoné en el momento que más me necesitabas. Bueno, si quieres que te perdone, ayúdame a organizar otra marcha, pero esta vez nosotros también llevaremos palos para darles una paliza a esos policías abusivos y de pasada golpearemos a sádicos que les gusta ver sangre de las corridas. ¿Qué dices Toribio, sale o no sale? Sale, pero de todos modos yo tengo mucho miedo y estoy muy asustado por lo que vamos a hacer, así no más nadie se enfrenta la policía. Entonces nos vemos en la entrada de la Plaza, me reúnes a todos y que todos lleven palos. Al siguiente domingo, el grupo de Bruno estaba en la entrada de la Plaza de Acho, protestando nuevamente, para que pare este derramamiento de sangre innecesario, Bruno estaba con ellos pero él siempre iba adelante, cuando los policías vieron a los anti corridas, se dieron cuenta que estaban armados con palos y al darse cuenta que les superaban en número, decidieron simplemente no tener que enfrentárselos en ese momento porque sabían que iban a perder, pero pidieron más refuerzos que llegarían a doblar en número a los anti corridas que estaban protestando, entonces los policías sólo se pusieron a un lado mientras se limitaban a esperar calmadamente para darles su merecido a los protestantes. Pero cuando los policías estuvieron completos empezaron a golpear a los manifestantes que tenían sus palos de espino , que los cobardes no usaron armas, y lograron hacerlos retroceder lanzando gases que asfixian y hacen llorar e hicieron que los protestantes rompieran las filas para lograr huir a sus casas antes de ser detenidos y llevados a la comisaría, fue ahí donde atraparon a Toribio y le dieron tantos porrazos que Toribio sólo miraba estrellas y sentía dolores de cabeza, pero antes que lo metan a la cárcel, él dijo a los policías: ¿Por qué ustedes me golpean? Si nuestra marcha es pacífica. Porque ustedes los anti corridas hacen bulla, fomentan desórdenes y crean un malestar en la entrada de la plaza y ahuyentan al público, por eso que los organizadores nos hacen un llamado de alerta y nos piden apoyo, porque ustedes los anti corridas, hacen asustar al público y no le dejan comprar sus boletos de entrada en la boletería. Pero ustedes saben que eso no es cierto, nosotros usamos pancartas y sólo reclamamos derechos de la vida de los toros y de pasada exhortamos que no maltraten a ningún otro animalito. No sólo en Acho, también los hacen sufrir en la pelea de gallos, pelea de perros y otras atrocidades. Además ustedes por qué nos tratan como a delincuentes si saben que no hacemos nada malo en protestar y al contrario protestamos por el bien de todos.

La verdad, nosotros los policías sólo recibimos órdenes de nuestros superiores y sólo la hacemos cumplir como Dios manda. ¿Y por qué no pensar en Dios cuando dejan que maten a los toros haciéndolos sufrir con demasiada crueldad y sadismo?. Pero hable lo que hable Toribio había sido capturado y ya estaba en el calabozo, pero claro está que sólo estaría por un día, como una pena de reflexión para que recapacite por lo que había hecho. Qué haya estado mal o bien, yo creo estuvo bien y que no creo deba de arrepentirse por protestar para que paren ese espantoso cuadro de sufrimiento y dolor que tienen que padecer los toros que tienen la mala suerte de terminar en la Plaza de Acho. A Bruno, esta vez en vez de que se lo lleve la policía varios fanáticos de los toreros se lo llevaron a rastras hacia adentro de la plaza con una velocidad increíble pues, esta vez el torero Sevillano había pagado para que capturen al anti corridas y se lo lleven a su presencia, así sucedió y así lo hicieron. El Sevillano vio por primera vez frente a frente al revoltoso y como un caballero ordenó que lo soltarán y le dijo a Bruno que se preparara para recibir una paliza inolvidable por haberle robado su capa, malogrado la función y hacerle pasar un mal momento frente a su público, así que le metió un patadón y un puñetazo e lo hizo caer, el público al ver que el torero no estaba toreando un toro, sino al enemigo de las corridas, empezaron a gritar: Vamos Sevilla, así se hace, suénale, hínchale el ojos, desángrale a ese maldito, golpéalo, dale su merecido, cose al anticorridas, mata a ese hijo de puta. Bruno se levantaba y otro puñete lo hacía correr, y después de tanto esfuerzo se puso de pie, pero esta vez le cayó un golpe en la nariz que lo hizo sangrar pero no cayó, en ese instante le vino a la mente rápidamente el recuerdo de la historia del “Caballero Carmelo”, entonces se calmó un momento y estudió a su oponente que era ovacionado por la tribuna, como estaba confiado, Bruno, le echó tierra a los ojos y rápidamente le dio una fuerte tunda que el sevillano quedó lastimado y casi fuera de combate que lo revolcó en la arena, el sevillano estaba bañado de tierra y de sangre, Bruno, había llevado la peor parte de la pelea, a pesar de que iba ganando momentáneamente, pero la vista le empezaba a fallar y sentía mareos, uno, era por el sol de la tarde y dos: por los golpes rápidos y fuertes que le había propinado el torero. Ambos contendores peleaban como dos seres hidrofóbicos e irracionales. Pero como el torero sevillano estaba en mejor forma y estado físico, respondió rápidamente al ataque con unos puños muy veloces que hizo morder el polvo a nuestro amigo el anti corridas que ya nada tuvo que hacer en la plaza. El torero sevillano como ganador de la pelea se dirigió al público, bueno amigos toreros creo que por hoy ha sido suficiente espectáculo, hoy ha corrido mucha sangre, hoy ha caído el más molesto enemigo que sólo malogra las corridas con su intolerable presencia, a mí me parece que ya tuvo suficiente, después de ésta no creo que se vuelva a levantar ni creo que asome sus narices por aquí. Doy por terminado el espectáculo de esta tarde taurina y que los toros podrán esperar para el otro domingo inolvidable, porque yo ahora me siento cansado, sucio, lleno de tierra y adolorido. El público respondió alegre y excitada: ¡Viva! ¡Viva el Sevillano!, es nuestro héroe, el más grande de todos los tiempos. Entonces, los espectadores empezaron a salir y muchos se lo llevaron al Sevillano cargado en sus hombros, es más todos querían cargarlo.

Así terminó la pelea de ese domingo, con la victoria del torero y la derrota del anticorridas, para suerte de Bruno, el público lo creía muerto y nadie se le acercaba y nadie quería ni tocarlo ni siquiera mirarlo. Cuando recuperó el conocimiento, la plaza estaba vacía y era el día lunes del siguiente día, había amanecido nubla y con un poco de garúas, estaba sucio, lleno de tierra en su boca, al darse cuenta de su situación y recordar lo que realmente había pasado se puso a llorar por un largo rato, luego se tranquilizó y se regresó a pie hasta el hospicio. En la noche estuvo pensando en tomar venganza, porque no se daba por vencido, aceptaba sí que el torero casi lo mata, que todos en la plaza no lo querían pero no aceptaba que la corrida de toros siga dando tristes espectáculos, no aceptaba que sigan clavando estacas y matando toros con poses y estilos tan crueles y sanguinarios, pensó en “El Caballero Carmelo”, en “Manchas” y muchos otros amigos animales y en memoria de ellos estaba dispuesto a luchar y cobrar su venganza, y eso que todavía faltaban los policías. Con esta decisión es que salió para buscar a Toribio y convencerlo para luchar un domingo más en la protesta de los derechos universales y naturales que nos ha dado Dios. Hola, Toribio qué tal tu paseo por la cárcel? Es desastroso, Bruno, no te lo recomiendo, es terrible, me encerraron, no me dieron ni pan ni agua, era todo escuro y frío, yo llamaba a la puerta y nadie me escuchaba o peor aún nadie me quería atender, con decirte que tuve ni ganas de ir al baño porque no habían un baño ahí. Y qué le pasó a tu cara, te caíste o algo así.? Bueno, este lo dejamos para más adelante, después te lo cuento con más calma. Y me vas a decir a mí acerca de la carceleta de la policía que estuve que dos semanas soportando los golpes y maltratos, todo por ser el popular anticorridas que todos quieren matar, y no sólo eso, comía dejando un día, y en el día comía una sola vez y solamente, un pan y un vasito de agua para poder mantenerme y el olor que reinaba ahí no te deja ni respiras, es un basurero de inmundicia. Bueno, Bruno, habla a qué se debe tu visita…? la verdad Toribio yo creo que para este domingo tenemos que atacar defendernos de la policía porque ya son muchas veces que nos maltratan, nos arrestan y las corridas se siguen haciendo como si nada hubiese pasado y si es posible yo tendré que golpear a todos los toreros ese día para que no salgan a torear y así la función se cancela y adiós corridas; al menos por un buen tiempo. Bruno, qué buena idea. Es buena la idea, pero no es fácil porque los toreros saben pelear bien. Qué, por qué lo dices?. Porque el torero del domingo me dio una golpiza que mira mi cara cómo me la dejó el malparido. Pero lo intentaste y cómo fue que tuviste la oportunidad de pelearte con el torero o tuviste la idea de atacarlo por la espalda. No fue así, el torero ya lo había planeado y estaba esperando que yo apareciera en la marcha y pagó para que sus hombres me atrapen y me lleven a su presencia y me dio la paliza de sol a sol y con todo el público alrededor, me dijo que estaba molesto porque el otro domingo anterior a este que pasó le quité su capa de la buena suerte. Entonces, hasta el otro domingo voy a pasar la voz y a organizar la gente, esta vez sí que usaremos la fuerza, no nos dejaremos pisotear, elevaremos los derechos al cielo.

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Buenos, nos vemos hasta el domingo, chau. Entonces, Toribio organizó a toda la gente que pudo y dejó todo listo para el domingo y por su parte, Bruno se dedicó a entrenar y a ejercitarse para estar ágil y tener resistencia a la hora de la pelea y si el torero sevillano no se presentase, tendría que pelear con cualquier otro torero, la idea era una vez que se le da una golpiza al torero no hay espectáculo, y si no hay espectáculo no hay corridas y el público poco a poco empieza a disminuir y triunfa el movimiento anti corridas. Y así fue, llegó muy pronto el domingo, la marcha anti corridas por fin dio sus frutos, la mayoría se enteró que Bruno pelearía por su revancha y por la forma que el torero sevillano le había tratado, muchos habían decido apoyar el movimiento de protesta contra las corridas de toros. Esta vez habían más protestantes que policías y muchos de los uniformados tenían otras misiones importantes que realizar como resguardar zonas la seguridad, del presidente que inauguraba una universidad en los suburbios, en fin... Pero a pesar de la superioridad los policías decidieron tomar la ofensiva pensando que los protestantes estaban sin defensas, así fue como se encontraron recibiendo golpes y palizas por parte de los protestantes que les dieron su lección, la contienda fue tan fuerte que hubieron muchos heridos de ambos bandos. Al darse cuenta se tendría peores resultados, la policía dejó de atacar y se quedó en un solo lugar sin hacer nada más que pararse quietos y cuidar que el grupo de los anti corridas no haga desmanes y lo mismo sucedió por el lado de los anti corridas que sólo protestaban en su sitio. Bruno, aprovechando este respeto que se habían ganado los protestantes entro a la plaza para cobrarse su revancha y luchar por el derecho de los más indefensos. Y para su suerte llegó justo cuando el torero sevillano estaba saludando a su público, entonces, corrió y le quitó su capa y le retó a una calentadita. Rápidamente, el torero le empezó a pelear y le dio golpes tan acertados a Bruno, que sólo pudo esquivar algunos golpes para recuperarse. Hubo una pelea pareja de igual a igual, pero esta vez, el muchacho logró taparle la cara con su propia capa al torero y rápidamente lo hizo caer al suelo y el público enmudeció por completo, todos se quedaron atónitos, pero después de una pausa todos los aficionados empezaban a bajar de la tribuna no para recoger al luchador caído, sino para pegarle a éste, y todos gritaban a viva voz: atrapen al anticorridas, no permitan que se escape ese hijo de puta… Hasta que por fin cuatro policías ingresaron a la arena y lo atraparon, sacándolo de la plaza, llevándoselo detenido. Luego de este largo incidente, por fin la tarde se les había arreglado a los espectadores, quienes esperaban que la estrella de la tarde, es decir el famoso torero sevillano diera su faena de fondo, toreando al más impetuoso de los toros que estaba en el corral de la plaza, se trataba del toro Agusto, un tierno animal, pues sólo tenía 4 años, pero tenía una fortaleza comparable con la de una mole de acero. El sevillano había salido momentáneamente de la arena para cambiarse de indumentaria, pues la pelea con Bruno lo había ajetreado no sólo en su físico sino también le había roto su chaleco y pantalón. Y allí está nuevamente el famoso sevillano, con nuevo traje de luces, apareciendo ante el público, acompañado de su corte de toreros secundarios y auxiliares, y por detrás el caballo que montaba el picador de turno; hasta que abrieron la puerta y salió Agusto, gallardo, impetuoso, y corriendo presuroso por alrededor de la plaza; hasta que se detiene el animal en un extremo de la misma, mirando fíjamente al sevillano que se le enfrentaba muy de lejos, en el otro extremo del ruedo; entonces, el sevillano, como una forma de agradecer a su público tan generoso, que lo había

apoyado tanto en sus faenas y en los encuentros con este loco de Bruno que le había hecho pasar tan amargos momentos, les ofrece a todos la corrida e inmediatamente se hinca en su rodilla derecha hacia el suelo, abre su capa y reta al animal a que se le venga, agitando con su mano derecha el capote de luces; escuchándose el estruendo de Agusto que se acerca a la carrera, produciendo un gran sonido con sus pezuñas en cada trancada que daba, colocándose el torero hacia un lado para que pase el toro justo sobre su capa; sin embargo, sin saber nadie cómo sucedió, al pasar en animal por el lado del sevillano, le clavó uno de sus cuernos en uno de sus ojos, perforándole la cabeza hasta el otro lado, y siguió su carrera frenética alrededor de toda la plaza, dando varias vueltas a la misma, llevándose consigo al ahora pobre torero, ya sin vida, como un amuleto grande de forma humana, moviendo su cabeza de lado a lado, sin que el hombre caiga al piso. La gente quedó estremecida ante tan espeluznante y sangrienta escena en donde una vida humana se perdía, las mujeres se desmayaban y los demás abandonaban la plaza, despavoridos y aterrados, mientras finalmente el torero cae a la arena con la cabeza ya destrozada. Las autoridades de la plaza disponen atrapar al animal y sin sacrificarlo lo regresaron al corral, y de ahí en adelante nunca más lo sacaron al ruedo para otra faena; solamente lo usaron como semental; sin embargo expertos taurinos después dijeron que Agusto no había sido un toro asesino ni malvado, ni diferente a los demás. Era un toro, como le llaman “de pura sangre” que, por supuesto al igual que todos los toros que salen a la arena, nunca tuvo el propósito de matar a nadie; los toros de las plazas embisten y torean solamente por instinto; por cornear al trapo que se mueve; no herir a quien lo manipula ; cosa muy distinta con el pensamiento y propósito humano de aquellos taurinos que sí tienen la idea fija , no solamente de torear al animal, sino sobre todo, de herir al animal hasta matarlo, y con ese espectáculo alegrar a las personas; alegrar y divertir a la raza humana; al ser racional. ¿No somos los hombres los verdaderos animales? Recién después mucha gente consideró las actitudes de Bruno y su grupo, como una de las más nobles en este convivir diario entre las personas y los animales; que estos seres no sólo nos dan alegrías y pasatiempos sanos, también curan algunas dolencias y hasta nos alimentan con su carne; por eso debemos quererlos y respetarlos como a cualquier ser viviente y tratar en lo posible en no hacerlos sufrir. Y esta historia tan violenta y aleccionadora termina con este poema tan original : La daga en tu dedo es solo otra apuesta mortal de algún asesino de luces serial de alguna doncella a ultramar que quiere acercarse a mi almohada y tentar… despacio. La gente se reúne en la plaza esperando ver sangre, burlarse o posar. es sólo otra mierda que tiene la bendición estatal la muerte es su cultura / es la basura que muere despacio despacio… la rabia en tus ojos me dice que aún lo podemos lograr que aun hay un sueño que viene / aún hay un sueño que armar que viene acercándose lento y despacio / intentar… despacio despacio… y a la mierda.

PENSAMIENTOS DE BRUNO CUANDO INGRESO A LA CLINICA SIQUIATRICA Y SU HOSPICIO ERA EL MAS RIGUROSO TRANSCURRIR DE SUS DIAS. DOS AÑOS ANTES Nadie más que tú puede comprender mi dolor de simple mortal. Una sensibilidad esclerótica a prueba de balas, sólo mediatizada por una sempiterna timidez que es a veces acallada de un certero golpe. Los otros internos dormitan, mientras yo contemplo ensimismado una carta descansando por un momento de terapias y medicaciones inútiles; tu nombre lo llena todo, absorbe mis sentidos in crescendo. Escribí la carta a sabiendas de que no podía enviarla debido al reglamento del centro. No me importa. Las admoniciones y disposiciones del reglamento me tienen sin cuidado. Son resistencias endebles que no pueden detener un flujo incontrolable, incoercible. Sus prohibiciones son construcciones deleznables que no pueden vulnerar mis 27 ni el ímpetu natural que me incita a intentar pulverizar sus sacrosantas tradiciones, sus inveteradas costumbres. Yo y los muchachos somos electrones libres viajando a toda velocidad por la red, esquivando alegremente los nodos y desarmando resistencias innobles y dispositivos de adocenamiento perversos. Su poder no nos toca. No sé muy bien cómo llegó a mis manos el volante de la actividad del grupo. Tal vez fue alguien en el colegio. Señalaba el inicio de la Feria taurina de octubre y las acciones específicas en contra. Conciertos de rock, plantones frente a Acho, boicots. Fue así como llegué a ti. “Vaya, hoy son berenjenas y apio”- es el comentario de Bruno, de semblante abatido, resultado del día en el que vio apagarse muy despacio la desdicha en los ojos de un alma hambrienta - “ y pensar que nuestros antepasados solo vivían de frutas y verduras, porque no nos quedaríamos así, que necesidad habrá de sacrificar gallinas o toros!, que necesidad hay de interferir con la vida pacifica de ellos, bueno seria que todo comenzara de nuevo… y mantener la armonía sin sangre…” Tenia ya algunos años de claustro en este recinto, no eran mas que los recuerdos su única visita y eternas las charlas de los especialistas que dicen conocerte… solo satisface la frescura del agua para saciar la sed en la débil privacidad de los servicios higiénicos “quien cree tener la vara de autoridad para decidir acerca de su vida” fue una explosión en su mente que se irradio a través de su voz, los bocados van y vienen y de pronto surge un deseo “hubiese tenido un don o poder o algo que me ayude a cambiar esta situación” fue la conclusión al terminar su comida. La circular presencia en la pared del sol yaciente se adueña de la mirada de quien desea un don para ayudar a los que el llama “almas sin voz”, aquella mirada destila melancolía en su mente, fruto de la impotencia de no corresponder la necesidad de un antiguo y leal compañero, al lado del mejor amigo del hombre compartió muchas penurias en aquel episodio de su vida, rechazos por un andrajoso aspecto más compañero con una excesiva necesidad de rascarse, era el vacío de sus estómagos la fortaleza de sus caminatas y las frías noches la razón de un solidario abrazo, momentos de exploración en los restos alimenticios de algún restaurante o acomodarse bajo el enternecedor abrigo de una manta para comentar temas sin sentido crearon una línea de amistad indestructible, bajo el idioma de las miradas y los movimientos de cejas y orejas, suelen sostener el gesto hasta conciliar el sueño, transcurren los días entre sacrificios y consuelos pero solo alargan lo inevitable, las desavenencias de su trágica situación tienen mayor efecto en nuestro peludo protagonista quien no soporta por mucho los estragos constantes, ante la notoria debilidad de sus piernas lo toma en brazos y pasos

mas allá siente un inusual gemido que se entiende como algo importante, luego de un pequeño tramo encuentra un lugar; se aposentan debajo de una escalera que los cubre del llanto del cielo, un bote de basura y papeles en el suelo sacudidos por el viento son sus testigos, no es la alegría la compañera sino la pena quien los abraza en ese momento, el escenario es la noche, es su ultimo acto juntos en donde las estrellas reclaman a su moribundo amigo para que forme parte de ellas, es impredecible calcular el tiempo que les queda, lo observa y recuerda cada hermoso momento juntos, se detiene en sus ojos, el brillo triste de una agradecida despedida por estar siempre con el, por compartir su escasa comida y poco espacio, son más grandes sus pupilas como un ultimo intento de transmitir sus emociones, lo abraza un poco mas fuerte y acaricia su pequeña cabeza, un suspiro fuerte es la antesala a la ultima línea de este acto, se miran, se acerca el descanso y se reclina apagando muy despacio la luz de sus ojos, no olvida este momento, el llanto del cielo es compartido por la indeseada partida… y ya no hay mas… el sonido del viento reemplaza al silencio que los rodea, se cobija en su tristeza y concilia el sueño apaciguando la indignación nacida esa noche… un rayo de sol cae sobre ellos pero es la soledad quien lo despierta, no hay palabras de consuelo, ya no se levanta y se sacude para la aventura de un nuevo día, solo yace quieto, frío y en silencio, ni siquiera un respetable entierro… donde su cuerpo repose no importa, es tan solo su ultima mirada la que vivirá en su corazón , junto con la impotencia de no haberlo podido ayudar, el sol custodia su caminar pero el verdadero calor que lo acompañaba desapareció aquella noche. Sobra la melancolía en su alma, los lamentos ensordecedores de un huésped del lugar lo regresan a la realidad, son frías las instalaciones, en un rápido recorrido visual sobre sus compañeros comprende que cada quien vive en su mundo, los hacen felices las realidades que crean apartándolos que quienes dicen conocerlos y solo simulan alegría por estar junto a ellos, de celeste y blanco están bañadas las paredes del lugar que lo mantienen en un estado de trance calmando así la euforia que lo condujo ahí, nadie comprende las acciones impulsadas por la pasión, entonces te encuentras solo librando una batalla con un ejercito de soldados pasajeros, el valor y entrega solo son afectados por la retirada de aquellos en los que confiaste alguna vez, no hay estrategias ni análisis de las batallas, solo un interminable deseo de cambiar las reglas del mundo… aunque sea por unos momentos. Bruno sólo da vueltas con sus pensamientos, recordar es su paseo por las mañanas, regocijarse en sus pequeños logros en la tarde y las noches para su obligado dulce sueño solo sirven para lamentar y molestarse por todo lo que esta dejando de hacer porestar ahí, sus pensamientos lo transportan a los diferentes sucesos que marcaron su no remunerada vocación, y, es este ardor lo que lo condujo a compartir y librar de sufrimientos a muchas “almas sin voz”, que solo se comunican con la mirada y un agradable gesto los inmortaliza, el hizo hasta donde pudo para alargar su existencia en este mundo, quiere seguir luchando pero sus injustificados actos para los poderosos de la sociedad fueron suficiente razón para perjudicarlo, mucha euforia trajo consigo un mal que le habían heredado sus antecesores que el desconocía, en muchos lugares fue presa de esta incontrolable euforia , que cuestiono su cordura, la partida de innumerables compañeros fue la primera consecuencia, el no poder sustentar una salud estable lo dejo sin los que lo respaldaban financieramente, las protestas de su sola persona en medio de la gente en las calles lo volvió peligroso y un día, con las rodillas enterradas en la arena y las manos llenas de sangre apoyadas en un vacuno ser fallecido terminaba en derrota su probable ultima batalla. Observa en sus manos las marcas que le dejo su ultimo enfrentamiento con la sociedad que no lo comprende, recuerda cada lugar en el que participo en defensa

de las “almas sin voz”, solo el sentía la comunicación con ellos, pudo unirse a una entidad que pensara como el y así llevar a cabo su causa, pero quiso enfrentar en directo a los agresores de las “almas sin voz”, se presento a trabajar en donde los sacrificaban y desde ahí sabotear los procedimientos, un día mas de vida para “las almas sin voz” era una batalla ganada, agotar todas las posibilidades hasta que lo echaran era el objetivo y ese no era el fin… -“Que importa lo que sientan” era la frase que a cada momento le repetían cada vez que abogaba por ave, fue una avícola su primer campo de batalla a ganar en donde laboró casi inmediatamente después del ocaso de su compañero, sirvió para su desarrollo como persona y fortaleció sus ideas, con el transcurrir de los años muchas fueron las aves que en sus manos no conocieron la muerte, mas no podía evitar el dolor por la gran mayoría que encontraba su final todos los días, perturbadoras eran sus noches planificando como lograr salvar mas vidas cada día, nunca eran suficientes y cada día era más la demanda, fueron dos los sucesos que determinaron su salida, el primero fue el de cortar la energía eléctrica, sin este suministro las congeladoras dejan de funcionar y a la vez se cae el sistema de organización, los problemas de retraso son significativos pero no evita la entrega de lo que ellos llaman “mercadería”, entonces… Carta a Edelmira. Lima, 21 de Abril de 2001 Inolvidable amiga: Mi amor y el recuerdo fresco de lo que hicimos me mantiene firme, indoblegable frente a tanta prepotencia y desprecio por la libertad que, contra mi voluntad, me ha tocado expectar y vivir en carne propia por estos días. No puedo describirte el odio que siento por mi inefable padre después de tanta humillación. Sin embargo, tengo algo de culpa por no haberme anticipado a sus acciones. Mi padre ha tenido tiempo para planificar calculadamente esta tropelía y yo debí descifrarlo de sus veladas amenazas. Pero ni su dinero ni su poder podrán doblegar mi espíritu. Fui secuestrado y traído hasta aquí contra mi voluntad hace unas tres semanas. Estoy incomunicado, no puedo llamar ni ver a mis hermanos. Mi celular ha sido confiscado. No se me permite escribir ni recibir cartas. Tengo un supervisor que me acompaña hasta para ir al baño. Pero ahora mismo mis pensamientos viajan como por fibra óptica y llegan a ti, amor de mi vida. Cuéntame de las actividades del grupo que se vienen. ¿Toribio sigue creyéndose un jefe innato? ¿Víctor continúa con sus arrebatos de misántropo? Mi corazón y mi espíritu están con ustedes. Sigan adelante. Yo estaré un tiempo fuera de vista, pero no desarmado. Tu incondicional BRUNO. EL HOMBRE DE LOS INSOMNIOS El hombre de los insomnios, así hablaban en voz bajita para referirse a él en la posada, donde ya llevaba muchos años sin poder dormir, siempre se le consideraba como el más tranquilo entre todos los demás, pero guardaba su geniecito con mucha cautela para cualquier acto que iba contra la ética; nuestro amigo era un hombre muy

original, amante de la naturaleza, metódico en su alimentación, le exasperaba el abuso y la injusticia y le gustaba escuchar cada tendencia de la música rock; en sus letras se halla la mejor protesta para tranquilizar su perturbada alma que le reclama que cambie el mundo. Larry poco a poco se fue dando cuenta que cambiar no es tan fácil que requiere de mucha entrega y dedicación pero a pesar de sus aparentes limitaciones se cree el único capaz de romper barreras, de decir lo que piensa, de sentir y disfrutar la vida mejor que cualquier otro entusiasta o poeta. Eso lo sabía mejor que nadie el Dr. Mancer quién trata, frecuenta y conoce mejor que nadie a todas las personas que viven en el hospicio, es el más humano de todos pero rígido, serio y conservador, es el único de los pocos profesionales que aman su profesión como también a sus pacientes, la vida para él tenía un significado que sólo a él le parecía importar. Mancer charlaba con todos los pensionistas pero irremediablemente se interesaba con una pasión especial en “el hombre de los insomnios” el que ya no tiene cura, a quien catalogan el hombre del año, todos los años consecutivos sin parar, los doctores que vienen al hospicio para hacer su tesis o terminarlo, pero el único que no concluía nunca era el Doctor Mancer. Larry era el que más llamaba la atención a todos porque hablaba con la noche al pie del viejo roble que era tan grande que podía dar sombra a más de cien personas, este árbol era el testigo de tantas noches que venía para pensar o hablar con la noche y no sólo él venía a estas horas de la noche, también asistía Albert, otro enamorado que se había enamorado de la hija de la luna. Larry se quedaba siempre a la izquierda del árbol porque era la parte baja del árbol y Albert, el hombre que estaba enamorado de la hija de la luna siempre ocupaba la zona alta para mirar el claro que mostraba la mejor posición de la luna. A Larry a veces se le escuchaba algunas conversaciones y otras tantas sólo lo pensaba con tanta pasión que se abstraía porque siempre hablaba con la noche a pesar que su voz era un tanto ofuscada se podían entender con toda claridad: En eso, Larry “el hombre de los insomnios” deja de hablar y abandona su soliloquio y queda flotando en un eterno silencio que va contando historias acerca de todos los tiempos perdidos y encontrados, y en el brillo de sus ojos se aprecia el vivo reflejo de la noche maravillosa y mística que adopta todas las formas y colores de tonos suaves y delicados, de tanto verlo, pareciere que ahí estuviese Masiel. En ese momento, Larry lanza un suspiro y una vaga sonrisa, como si estuviese satisfecho y complacido y se va a dormir a pesar, quedan pocas horas para que se extinga la noche. Al día siguiente cuando ya están próximos al desayuno, Edson uno de los bachilleres, va a tocar la puerta de su cuarto para avisarle que ya es hora del desayuno, el medio sonámbulo le contesta que ya va y le agradece de pasada a pesar creerse un rebelde sin causa tan sólo porque se dedica a escuchar músicas de rock de protesta que enseñan más de la vida que los colegios de clase A. Todos saben que Larry, es un hombre muy educado y casi todos lo consideran refinado, los demás siempre lo han visto como un burgués frustrado o un poeta al vuelo. El desayuno estaba tan delicioso que no fue de su agrado, porque el plato de entrada mostraba una gran variedad de panes entre ellos pan con queso, pan con

palta, con huevos revueltos y tocinos junto con las salchichas que acompañaban al plato fuerte que consistía en una dieta de café con leche y lomo saltado. Entonces, se acercó a Bertha y le habló muy bajito al oído. Bertha, creo que olvidaste que soy vegetariano. Uyyy de verás que se me olvidó, Larry, discúlpame amorcito, que te parece si te repleto de quesos y palta y si gustas te hago una ensalada abundante de brócoli y tomates. Bueno, si me hablas con ese tono tan sentimental, sí que no puedo negarme a tu voz y a tu encanto tan abnegado y dulce. Larry, papacito, hasta ahora no se me hace la idea de que un hombre tan corpulento como tú le tenga miedo a las carnes que son las más ricas, jugosas, deliciosas y sobre todo nutritivas. Bertha, es la cocinera de la pensión una mujer blanca muy simpática a quien no le abandona la sonrisa ni la gordura, sobre todo es una mujer muy sensible que pocas veces ha tenido suerte en el amor, una de tantas que tuvo la mala suerte de enamorarse de Larry, quien tiene muchos complejos poco comunes y le gusta vivir aislado de los demás. Actualmente la enamorada real de Larry, es Masiel una estudiante de medicina que lleva una doble vida: en el día es una estudiante de medicina muy brillante y en la noche es una bailarina profesional que tiene futuro, hasta la podrían contratar paraqué haga desnudos por su escultural cuerpo y por su forma elegante de vestir ya que tiene un cuerpo glamoroso y sugestivo, es una de la chicas un tanto sofisticada pero buena en absoluto porque ella tiene un don humanitario y siempre está compartiendo su sonrisa y hablando muy amenamente con los demás. En la vida lo que más le preocupa es el complicado solaz y exageración que demuestra Larry en su forma de vivir y para el colmo de males también se suma su abstracción e indiferencia que tiene para los demás; es decir, para el mundo que gira fuera del hospicio. “Salí en busca de las cosas que nunca necesitaré, porque aquí…” esta frase de inicio le gustó mucho a Masiel por lo positivo y ganador que se expresaba como alguien realizado y feliz “Puedo ser feliz de muchas otras formas_/ puedo ser feliz Complicándome las cosas” aquí se expresa que puede ser aún más feliz de lo que se imagina al extremo que puede complicarse al buscar la felicidad “Conversando con la noche / preguntando si la luna se ha mudado o se esconde pues yo la llamo y no responde…” Masiel cree que a ella la considera la noche y que a veces la extraña porque sólo a su lado es muy feliz. “Salí en busca de las cosas que nunca necesitaré / porque yo aquí Puedo ser feliz sin Dios y sin banderas / sin más estandarte que dos tibias y una calavera” este es el verso es el que le hace dudar el exclusivo amor que le tiene Larry y empieza a angustiarse porque dice que puede ser feliz sin Dios y para ella este verso es una

verdadera blasfemia contra Dios y lo siente más tétrico, y lo llega a encontrar hasta un tanto satánico, pero no puede hacer nada es tan sólo un poema y como ella lo quiere tiene que dejar que el autor dé rienda suelta a su creación “Puedo ser feliz sin patria sin fronteras / sin más fundamento que una flor y tu rivera”. este verso tan hermoso dice mucho de él, que no tiene barreras ni límites y lo dulce que le sale del alma, la mente y el corazón esa palabra que dice: sin más fundamento que una flor es la forma cómo se va realizando su relación sin muchas preguntas, sin muchos secretos, tan sólo se aman porque se aman y punto, lo que más importa es que están juntos y felices “Puedo ser feliz sin políticos de mierda / Sin moneda, policía o animales en mi dieta.” “Puedo ser feliz sin toda esa cagada! Sin más ideal que una Lluvia o tu mirada” hablar de los políticos es perder el tiempo, ella que es tan culta sabia que los políticos son las peores personas, por eso hasta sentía una alegría ya que ella como mujer que es no lo podía decir: políticos de mierda, la verdad es un gran ideal, la moneda esclaviza y sin moneda la vida sería más sencilla, un poco aburrida pero mil veces tranquila y sin estrés. Y sobre todo Larry habla de su dieta no a la carne, sí a los vegetales. A pesar de toda la cagada, Larry, termina bien esta estrofa sin más ideal que una lluvia y tu mirada, es con este final que Masiel se enamora más que nunca “Puedo ser feliz sin ti… pero no quiero! ¿Por qué iba yo a dejar es te suicidio placentero?” le dice que puede vivir sin ella pero no quiere porque la ama “Y a demás… porque te quiero!!! ¡Como un loco te espero! / ¡Entre las piernas de tus dedos!” Y para terminar le dice que la quiere y que la ama como un loco que a pesar de tenerla prefiere algo más sublime que el inocente acto de acariciar su mano y jugar un juego inocente con los dedos Ya cuando Larry, “el hombre de los insomnios” estuvo descansando en su zona de retiro leyendo unas revistas del último chillido de la guitarra eléctrica; Edson, Rosé y Tulio le gritaron a la vez: eyyy Larry te espera Masiel en el corredor, así que se levanta muy en silencio y sale a recibir a Masiel y olvida dar las gracias a los demás, pero más parecía que no tenía ni el más mínimo interés en ser amable con sus benefactores que no le atendían bien, salvo para avisarle que tiene una visita o para ir a comer. Entonces le sonríe y se saludan: Hola Masiel, no me lo esperaba, es un milagro de vida que hayas venido a visitarme. No exageres Larry, siempre te visito los sábados y domingos. Me extrañaste amor? Sí, no sabes cuánto, eres el milagro que le pedí a la mágica noche. Larry, todos los amigos de mi salón te invitan a la fiesta de aniversario y de paso quieren conocerte porque les he hablado tan bien de ti que se mueren de ganas por conocerte. Masiel, amor de mi vida, tú sabes que me gustaría ir pero yo no puedo dejar este lugar, este es mi hogar, es todo lo que tengo, es el único recuerdo que tengo

desde que llegué de niño; si yo salgo de aquí a los pocos segundos estaré muerto; muerto de tristeza, de dolor y de soledad. Pero Larry, no me hagas esto, yo les prometí a todos mis amigos que haría todo lo posible para estar presentes los dos, inclusive les dije que te gustan las discos más raros del rock. Bueno, Masiel, Masielita, motivo de mi alegría, iré por ti pero no me comprometo en agradarle a tus amigos, la verdad no quiero que me aburran con sus temas de medicina y yo no quiero revelarles el secreto de las calaveras, ni hacer escuchar el último grito de Ultratumba que ya ha cobrado víctimas. Y así sucedió Masiel y Larry fueron a la fiesta, es ahí donde Larry se da cuenta que a su enamorada la quieren y estiman. Muchos tratan de hacerle una conversación aunque sea de bienvenida pero se dan cuenta que están hablando con un muro frío y poco a poco casi todos se van dando por vencidos y lo toman como un hombre tal vez celoso, estirado, engreído y lo peor hasta lo llegaron a catalogar como petulante. En fin Larry acompañó a Masiel a la puerta de su casa y él volvió presuroso, muy estresado por la mala experiencia en la fiesta, tan sólo con la idea que la hija de la noche se impaciente de tanto esperar y lo abandone. Llega de regreso a la posada y le atiende el Dr. Mancer: Buenas noches hijo, pasa. Gracias doctor. No me digas que todavía te queda otra cita Sí, aún me queda una cita muy especial y le prometí a la mágica noche. Qué, no es Masiel a la mujer que amas y a la quién le dedicas toda tu vida, no me digas que le estás siendo infiel. No, doctor, Masiel es una bella persona, es más que un ángel un mujer que me ama sin condiciones y lo nuestro es una maravilla que todo funciona a la perfección, en cambio con Luz, parece que todo fuese incierto, es como si no existiera como si sólo fuese un amor platónico y sobre todo tengo la mezquina suerte de hablar con ella sólo por las noches de inmensa calma. Dime, cómo es Luz físicamente, tal vez la puedo ir a buscar y encontrarla para decirte dónde vive… Luz, es un ángel de luz como su nombre habla por sí solo, ella no come carnes le gustan los vegetales y gusta de las baladas, siempre habla en tono suave, pesa apenas unos escasos kilos, tiene el cabello - largo, sus ojos son muy expresivos, tienen una chispa de alegría y muchos rasgos de tristeza. Bueno, gracias doctor Mancer por acompañarme, nos vemos otro día. Y unos minutos más tarde hace su aparición Albert el amigo de Larry quien vive en la habitación número dieciocho, que está frente del jardín del hospicio, donde hay un Roble gigantesco. Todas las noches Albert salía para que hablar con la luna y ahí bajo de ese gran roble Albert y Larry hablaban cada uno con sus propias complicaciones, sí que era un gran roble porque su sombra abarcaba grandes dimensiones como si quisiera dar sombra a dos casas juntas; Albert hablaba con la luna, Larry hablaba con el firmamento como murmurando en silencio. Albert habla siempre con la luna, es decir con la hija de la luna imaginariamente habla con ella de muchos temas en común.

Para Larry, Luz es la mujer que siempre soñó tener, misteriosa, muy hermosa, de una figura exacta que sólo se viste de blanco como si recién hubiese bajado del cielo, sobre todo es inteligente, dulce, calla cuando es necesario y con el silencio lo dice todo o no dice nada pero siempre lo visita para darle fuerzas en la vida y entusiasmo. Albert y Larry son amigos callados que siempre se observan y comparten ese momento de soledad y soliloquios severos que a veces, sólo a veces se rompe con algunas murmuraciones claras, siempre los dos salen a hablar con sus amadas, uno con la hija de la luna y el otro con la hija de la noche. Larry conoció a Albert en una tocada de rock, antes que su amigo llegara al hospicio, Albert en ese tiempo tocaba la guitarra eléctrica y pertenecía al Grupo “Doom” Albert en cada concierto recibía el saludo de Larry y a la vez le devolvía el saludo o le tiraba una cerveza con una puntería y precisión certera que la lata le caía como una caricia en la mano; desde mucho tiempo soñaba en llegar a formar parte de la banda de rock “Soap Dragon”. Pero los sueños de Albert como guitarrista eléctrico se echaron a perder una noche cuando terminaba el concierto una fan se le acercó para rápidamente hacerle la conversación después de pedirle un autógrafo y no pasó mucho tiempo que de tantas conversaciones insinuadas, terminaron bajo las sábanas de un hotel, fue una noche feliz para la desadaptada, pues, se emborracharon y llenos de felicidad hicieron repetidas veces el amor, pero contrariamente un desesperante amanecer para Albert que llevó la peor parte de la improvisada cita, él amaneció en la sala de un hospital en estado de coma, casi pierde la vida, debido a la sobredosis que la maniaca le habría aplicado con el fin de sedarlo y robarse su guitarra eléctrica valorizada en cinco mil dólares. Albert pase lo que pase nunca se despegaba de su guitarra y esa madrugada le dijo adiós para siempre, los doctores le salvaron la vida. Albert perdió su guitarra, su carrera, sus sueños pero ganó un amigo; a Larry con quien al inicio sólo hablaba del movimiento rock; se enteró que a éste le gustaban los grupos sesenteros como Status Quo, Amboy Dukes, Electric Prunes, Nirvana (los ingleses), y otras bandas más que también a Albert le gustaba; y por ese simple detalle ellos congeniaron mucho en el futuro; poco después Larry terminó siendo paciente en el hospicio. Larry conoció a Masiel en una tienda donde venden comidas vegetarianas que popularmente es conocida como EL RESTAURAN NATURISTA o casa naturista, donde Masiel se pedía unas jugos especiales de fresa, unos yogures de fresa y para cerrar la dieta unos panes integrales con quesos cajamarquinos; Larry también tenía su lista de pedidos que respondían a los extractos de betarraga, de zanahoria y de manzana, más un surtido de frutas que especial llevaba abundante fresa y miel, sin olvidar que después de la entrada comería un guisado de brócoli con tomates, huevos revueltos con coliflor y una pequeña fuente de saltado de vainita con choclos y frejolitos chinos y una porción de arroz. La primera vez Larry inició la conversación preguntándole si ella trabajaba en la clínica de la calle tal y a ella le llamó la atención del nombre de la Residencial “Isla Bonita” cuando realmente debería decir: “Isla complicada o isla de locos”, él se presentó formalmente y le dijo que vivía en dicho hospicio, después de terminar la breve conversación, Masiel pensó para sí misma que el nombre de hospicio le sonaba a un hotel. Pero con el pasar de los días como Larry no llegaba al restaurant naturista, ella empezó a extrañar a un ser tan amistoso y formal que prefería una dieta

tan abundante y especial y empezó a indagar sobre el nombre del hospicio o la dirección de la Residencial “Isla Bonita” y no logró averiguar nada pero un sábado gracias a la casualidad, se encontró nuevamente con Larry y de ahí en adelante entablaron una amistad cada vez más progresiva, tanto que poco en poco iban acompañándose bien al hospicio o a la casa de la dama. Masiel mayormente salía con Larry en el día y ya que ambos tenían muchas cosas en común, que eran bien parecidos, intelectuales, y sobre todo que casi todas las noches las pasaban ocupados. Masiel bailaba en las noches y Larry solía hablar con el firmamento, en una tarde muy especial para ellos cuando Larry estaba por entrar por el portón del hospicio, fue que una persona los vio conversando muy juntitos y luego vio entrar a Larry por el portón y a Masiel la vio tomar un taxi. Entonces, este tipo, un poco sombrío por cierto, la siguió por el transcurso de cinco minutos y dio con el lugar donde bailaba. Y para consumar su objetivo se quedó dentro del cafébar de una zona residencial donde sólo entraban con reservación, entonces la reconoció cuando salió bailando con su vestimenta sugestiva y le tomó muchas fotos y en oportunidades cuando se le acercaba a una distancia corta a los clientes mientras bailaba y cantaba y a algunos les hacía caricias que eran parte del show, estos clientes del cafébar le dejaban buenas propinas tan solo por verla bailar y cantar, muchos de ellos se tomaban fotos con ella. Ya casi a la madrugada cuando ya cerraban el bar, este señor, de nombre Favio Montero, que en realidad era asesor de un congresista, se entrevistó con Masiel y le dijo que tenía evidencias que estaba engañando a su pareja. Masiel se rió en el acto y en su cara y le especificó que no tenía pareja; el señor Montero le contó que le venía siguiendo desde la tarde; Masiel le dijo que nunca había hecho nada malo y no tenía ningún problema con la ley. Después de esta aclaración él se puso un poco sonriente y amable con ella y le invitó unas bebidas y le explicó cuál era el trasfondo de la conversación. Montero le dijo y le pidió que le ayudara a resolver un caso que era difícil de comprender ya que la clínica siquiátrica estaba siendo investigada por unos probables malos manejos y que los internos eran mal atendidos y necesitaban identificar a los accionistas que venían creando sistemas de cobros que eran excesivos para ser una entidad caritativa. Pero realmente el motivo era mucho más grave, pues se tenía la sospecha que la institución estaba siendo utilizada para “lavar” dinero mal habido. Masiel le puso al tanto que aún no había ingresado al hospicio por lo que apenas era una mejor amiga del interno Larry y que su amistad se basaba en un pequeño análisis del consumo de medicamentos naturales y de laboratorio (estaba haciendo una pequeña investigación) como ella estudiaba medicina estaba haciendo grandes progresos con Larry ya que él era vegetariano y consumía algunos medicamentos de laboratorio. En fin, Montero necesitaba cierta información y como un favor y una ayuda para luchar contra las irregularidades y contra el abuso, según le decía, para convencerla le dio un anticipo de cien dólares y por cada información que sea útil para su investigación, ella recibiría quinientos dólares. Con estos argumentos ella, acepto, pero Montero, un ex policía que había trabajado en inteligencia, le puso condiciones de entablar un romance con Larry y gracias a este romance entrar también al corazón del hospicio, y si fuera posible ganarse la confianza de todos con el único fin de obtener ciertas pruebas. Masiel no ganaba cien dólares tan fácilmente, ni muchos menos quinientos, por bailar toda la noche apenas le pagaban ocho dólares la hora, los únicos que gratificaban eran

sólo algunos clientes que dejan a veces buenas propinas , pero los demás solamente dejaban propinas simbólicas. Una vez que Masiel puso en marcha el plan de Montero, empezó a recibir cifras de dinero que nunca imaginó recibir a diario. Pero esto de iniciar un romance era riesgoso y no pasó más de un año que ella resultó verdaderamente enamorada de Larry, a tal punto que ella se dio cuenta que con él fue la primera vez que se sintió atraída físicamente por un hombre, y era tanto su enamoramiento hacia él que hasta le dedicaba poemas de amor : “En la colina de los duendes; en esa ciudadela de telarañas y de eternos enigmas sin brazos, había una multitud de remolinos. En medio estaba aquella voz infrecuente pregonando el latido de los sueños en el rígido canto de sus ojos que me incitaron a besar el torrente más cansado de tus labios.” Este poema se lo dedicó cuando ella se dio cuenta que su corazón latía únicamente por Larry. Y desde entonces, ellos fueron pareja, pero Masiel poco a poco dejó de brindarle información interesante a Montero y a final a éste ya no le interesaba, pues al parecer ya habría conseguido la información que necesitaba; además a Masiel ya no le llamaba la atención ni necesitaba el dinero porque pudo ahorrar lo suficiente como para terminar otra carrera más, sin la mínima preocupación. ENIGMA Tulio: Es un bachiller, delgadito, narizón y no muy atractivo, que siempre se retoza cada vez que puede con la cocinera quien sólo tiene ojos para los flaquitos, odia a los gordos en extremo por eso nunca le ha ido bien en el amor, sólo tiene que contentarse con las aventuras que se lo proponen hombres delgados. Tulio, siempre le trata mal o trata de hacerle la vida imposible a Albert, sólo porque Albert es bien parecido y tiene el porte atlético y tiene una buena educación, una enamorada muy bella, escultural como profesional que lo adora tanto como él, en cambio él tiene que contentarse con la cocinera gorda que tiene la voz de un bebé. Edson: Es otro bachiller que es bajito de estatura y es de color oscuro, pero es racista, no se perdona el hecho de haber nacido negro, es su peor complejo y como Albert es blanco y rubio, y como está medio loquito, se aprovecha de él y siempre lo trata mal y está a la espera de alguna oportunidad de hacerle quedar mal, Edson es la típica persona que cuando quiere algo y cree que le es imposible lograrlo, dice siempre que no le gusta, por no decir simplemente, me gustaría comprarme esa corbata tan bonita pero no me alcanza lo que gano para comprarla; o sino decir: me gusta esa señorita pero no me siento capaz de enamorarla o ganarme su amor. Rosé: Es otro bachiller gordo que está enamorado de Bertha, la cocinera que tiene la voz de bebe, pero para su mala suerte una sola vez tuvo la oportunidad de pellizcarle el trasero gordo de su amada . Rosé envidia a Albert porque tiene un buen cuerpo y además es rubio y casi todas las mujeres se sienten atraídas por él.

Mancer: Es un siquiatra ya un poco viejo y buena persona, aunque a veces reniegue un poco, pero en general siempre trata bien a los pacientes y da todo de sí en beneficio de éstos . Luz: Es la hija de la noche, es el amor platónico de Larry. Masiel: Es la enamorada real de Larry, quien sólo quiere que su enamorado sea una persona normal y sociable, pero al final se entera que Larry está loco , sólo habla con el firmamento y está enamorado de Luz, así que le pregunta al Dr. Mancer acerca de todo el caso y se hace pasar por Luz y así entra a su cuarto arriesgando su vida, pero vive feliz con él por algún tiempo, plazo en el cual ya no soporta que la llame Luz, porque ella es tan real como bella. EL HOMBRE DEL OTRO DIA Como si fuese el día de ayer, recuerdo a aquel muchacho de barrio popular que se columpiaba presuroso y excitado en los juegos del parque, cerca de su casa pequeña, y al lado de amiguitos de todo nivel social, con quienes compartía emociones y aventuras nunca imaginadas. Fabrizio era bondadoso pero calculador, siempre preocupado por las inquietudes de su mamá; una señora, madre soltera, buena pero estricta en los hábitos y rutinas del único ser de sus entrañas; detallando en lo más mínimo en la educación de su hijo en la escuelita fiscal, y del tratamiento sicológico que debía seguir por causa de un leve autismo que le aquejaba desde que nació; aunque también, cuando tenía unos 5 años, se dice que veía caminar a demonios que gateaban suspendidos en el interior de los techos de su casa, alucinaciones que felizmente fueron controladas gracias a un eficaz tratamiento con fármacos. Fabrizio, ya es hora que apagues la televisión.-Acuérdate de los cuadernos que debes trabajar para el día de mañana. Tú lo has dicho madre, será para mañana o para otro día. No seas gracioso hijo y ponte a trabajar la tarea que te han dejado, ya que cada día es mayor la cantidad de ejercicios y trabajos que debes hacer. Fabrizio cursaba el 3ro de Primaria en esa escuelita de su barrio; además tres veces por semana debía acudir al tratamiento sicológico en el hospital de seguridad social, en donde sus tratantes no le veían mucho progreso o avance alguno, pero sí veían en él un carisma y generosidad que pocos chicos poseían. De pronto, su madre lo dejó solo en el mundo, una grave enfermedad que la aquejaba la alejó de la vida, sintiendo el niño la angustia más terrible de ver partir al único ser que amaba. Esta es la historia de este muchachito que cuando creció, su conducta se vio complicada muy seriamente, pues comenzó nuevamente a percibir un mundo irreal, cambió su forma de vida, comenzaron las malas juntas y el muchacho tuvo que ser ingresado en el pabellón siquiátrico del hospital estatal, pero que gracias a la labor social de una entidad extranjera, pudo ingresar a la clínica siquiátrica del Dr. Mancer. I Qué frío es el suelo de ácido blanco, de pequeñas islas negras y de piedras preciosas que suelo rasgar para guardarlas en mi bolsillo con hueco, como si fuera un centavo más al recuerdo o como una bonita aventura. ¿Si recuerdo alguna? ¿Si

se me extravió una? ¿Si conseguí más que una? Por ciertos momentos olvido el otoño. Por ciertas eternidades, el atavismo de la bohemia médica, de la crema y nata de la intelectualidad o del requesón de la indiferencia. No comparto cama, aunque nada me quita. Cinco manos de ancho, siete mejillas de largo y cincuenta uñas del dedo índice de altura. Nada más y más que menos, la isla que descubrí sin ser naufrago. Mi ventana siempre tan alta y mis pies que siempre rondan tras la silla para mirar más allá del vidrio de la ventana. Mirando lejos y cerca, y con el catalejo que siempre es mi mano que heredé sin muerto, que heredé sin pedir vida. Almacené algunos recuerdos en esta cajetilla de cigarrillos Inca. Lo escondí, porque los barones de la amnistía, vienen a quitarme lo poco y mucho, lo materialmente corto de presupuesto y el momento grato delatado por una sonrisa EN ALGUNA COMISARIA DE LA CIUDAD. Sargento, alférez, señor, buenos días. Mis primeras palabras. De prima hermana, una máquina de escribir Rémington de la comisaría. ¡Nombre!, gritó un bigote sentado en un escritorio frío. -.Fabrizio señor. ¡Apellido!, gritó el joven principiante, cadete de brigada y caballero sin cabellera, porque sufrió el ataque inconsciente de un peluquero. Silencio. Mutis ante el ventilador malogrado y yo agazapado debajo de algún escritorio jugando a los soldados con las colillas de los cigarrillos. Un salón inmensamente verde. El papá de bronce y mármol que alguna vez tuve al colgarme de su cuello. Un carajo, una mierda, un mocoso. Mi padre seguía siendo padre, aunque nunca me respondió. Cerré los ojos con fuerza y me dormí. Desperté con la cabeza pegada al vidrio de un auto policía. El wiuu wiuu de los policías desesperados por dejarme aquí. Bueno, allá. Aquí es mi cuarto. Allá, pasando el umbral de la puerta, viene todo el juego. Saqué mi cabeza por la ventana y abrí la boca tragando el aire como el desayuno que se me hizo ajeno o como la cena con perdices y venados que me sirven allá, solo que la traen aquí. Succioné tanto como pude, respiré tan cómodamente como nunca. Pude conocer, por primera vez, el efecto de la velocidad. La conocí muy bien y recibí el golpe celoso del guardia que me acompañaba. ¡Cálmate, mocoso, que vamos a llegar! Me despedí de mi amiga velocidad y no la volví a sentir tan cerca como en ese entonces. Nunca más. Huérfano de madre y de padre el bronce de la comisaría. Me suelen preguntar lo que tantas veces callo, pero, la verdad, nadie sabe lo que tengo que decir. El pellizco que afirma el código que aprendí para la convivencia. Olvidadizo, quizá. EN EL INTERIOR DE SU NUEVO HOGAR. Acá tienes- dijo la condesa que me sirve la vianda en una pequeña mesa coja de madera. Entró tan esperanzada en hallar alguien nuevo, en ver a alguien más. Esperanza. Siempre me solían hablar de ella. Esperanza casi nunca viene y hasta hay veces que nunca se va. Suelo discutirlo con la condesa. Su falda blanca que se confunde con la pared del dormitorio y el almizcle que dibuja su rostro. La hipocresía de tanto maquillaje. Los labios siempre rojos y bien cuidados. La camisa bien cuidada, el perfume de flores que emite su cuerpo y el curioso movimiento de sus delicadas piernas para sentarse en un trono que, al irse, vuelve a ser simplemente de madera. Su nariz

siempre curiosa y delatadora cuando dejo restos de comida debajo de mi cama para que las hormigas no se aburran de andar siempre en el jardín. Las manos blancas y su cabellera hecha un moño. -¿Qué se dice? -Gracias. -De nada. -No, eso debo yo responder. -¿A qué? -... Jurará ella que me hago el desentendido y se rinde con la sonrisa que comparte con muy pocos pobladores de este lugar. Su nombre es enfermera Lucila Segovia. Suelo reconocer las veces que ella entra a mi dormitorio para darme de comer los banquetes que sus deliciosas manos preparan. De allí viene la dulzura, el olor, el quita-ruido que hace mi panza en la tarde. -¡Comienza la caballería!- grité una tarde en mi dormitorio. Comenzó a sonar el paso de los caballos que hacían chocar su armadura de metal contra las espadas brillantes de los jinetes. Se hacía más tarde y esperaba a que el elegante Cheff ingrese a mi dormitorio con el pavo al horno, con la perdiz que cazó un señor allá en Italia o con el venado asado de algún lugar de Austria. Esperaba y esperaba. Ya faltando segundos para que entren a mi cuarto, comienza la trompetada mágica que viene desde las bisagras de la puerta. ¡Comienzan las trompetas!- grité y golpeé con la mano la pobre mesa que no tenía culpa alguna. Luego me disculparía con ella. Esa noche, no pude ver a la condesa. Escuché murmullos cerca de mi puerta. ¡Espías!, grité una vez más. ¡Proteger a la condesa!, volví a gritar. Hubo saqueo. Entraron sin cuidado alguno y me arrinconaron. Posé el rostro sobre la pared. Un pinchazo, me culparon. Al Juzgado. Perdí. A dormir. Me desmayé. No sentí hambre esa vez. No volvería a hacer ruido una vez más. Entendí que la condesa pide silencio para que su camino no sea avisado a sus enemigos. Sus enemigos fueron quienes entraron y me hicieron dormir. Pedí venganza por lo hecho. Aprendí a no gritar más para ver a mi condesa. -Paciente- escuché otro día. -¿Ah?- respondí. -Paciente. -¿Yo? -Paciente. -¿Qué? -Tenemos juegos acá. -Yo también los tengo aquí. -Los míos son mejores. Se burlaba. Sabía que no podía salir por un buen tiempo. Una voz sin rostro. Una voz que me conocía. Sabía mi nombre. ¿Mi apellido? Quizá lo sepa y me interesa saber si lo sabe. No por ser interesante: quiero que alguien me lo diga. -Venga- gritó un barón de la amnistía (así le llamo a los celadores del hospicio) con su espada enfundada aún para no dar ejemplos de violencia o de envidia. Le miré desconfiado. Sabía que debía obedecer. El código….. el código.¡-repetí. -¿Adónde? -Acá, donde estoy. -¿Dónde está?

Estaba lejos, no tan cerca. Estaba afuera de mi cuartel. No conocía las fronteras. Debía explorar, aunque aún le tenía miedo a mi misma ventana que casi nunca llegaba en ese entonces. -Ven- cogió mi mano y me llevó al vacío donde el ácido era más nocivo para mis pies y la mano del barón calentó la mía. Todos me miraban. Era popular, conocido, aclamado. Me miraban y yo solo con el reojo. Mis primeros pasos. Todos tendrían las ganas de jugar conmigo. En algún momento, el barón se desprendió de mi mano. Caí sentado en la primera silla que encontré. ¿Jugar? Volví a escuchar la voz que quería jugar conmigo. No miré. ¡Mis juegos son mejores!, grité viendo las curiosas líneas de mi mano para no ver a todos los demás jugadores. -¿Sabes jugar “yo gano”? Me preguntó. -¡Mis juegos son mejores!- En ese momento, mentí. Dudaba y hacía pequeñas ranuras en mis manos para ver disimuladamente a los demás. Nadie me estaba viendo. -¿Sabes? -Puedo aprender. -Es fácil. Me jaló de la mano y caí sobre el ácido blanco del suelo. El barón huyó hacia su almena para dejarme en un suicidio sin culpa alguna de remordimiento. Miré hacia arriba y solo atiné a observar el ventilador oxidado. El piso cedía con mi resbalo y llegué a estar debajo de una mesa. Me levanté y hubo una silla vacía. La mesa era redonda y de madera con patas de metal. Muchas manos, pocas ideas, nada de apuestas. Está prohibido. El código., las apuestas que piden todo por nada. El dos por uno que chantajea las ganas de vencer. Temíamos. Todos sabían que la condesa no iría a visitarlos si rompen con el silencio de penitencia. -¡Vamos a jugar!- Dijo Uno. -¡Nadie se aburrirá!- Dijo Dos. -Me toca repartir- dijo Tres. Uno, Dos y Tres eran mis eventuales acompañantes. Cogí las tarjetas rojas que eran tantas como los dedos que tengo en todo el cuerpo. Las puse en mi mano y no pensé en voltearlas. -Mira, primero tienes que voltearlas y mirar- me dijo Uno. -Rápido que, que, que, que....- dijo Dos. -¿Alguien me llamó? ¿Me llaman? ¿Quién era?- Preguntó Tres. -No entiendo- dije. -¡Mira...! -¡Ah!, ¿y ahora?.... ¿”Yo gano”? Comenzó el barullo y el vitoreo de victoria. -¿!Gane¡- Gritó Dos. -¿De nuevo?- Preguntó Tres. -¡No ha ganado, carajo! Y comenzó a gritar la multitud: ¡Trampa!, ¡Trampa!, él sí ganó justamente. Se volvió a repartir las cartas. -¿Qué tienes?- Me preguntó Tres al ver que tenía mis cartas en la mano. -¿Y ahora?.... ¿”Yo gano”?- pregunté por segunda vez para confirmar si era el mismo juego. Volvieron los gritos, la euforia, el cariño ajeno hacia mí por parte de extraños a mi saber. ¡Viva el campeón! ¡Viva el As de picas! ¡Viva tu vieja! ¡Viva! La bulla delató a la doncella y los espías salieron con su sable minúsculo. Yo corrí hacia mi dormitorio, pero no lo hallé. Todos eran iguales. Diez debajo de una cama. Once debajo

de una cama. Pequeños pero portátiles para escapar. ¿Mi dormitorio? Me senté a llorar en el marco de la primera puerta que hallé. -¡Te tengo, mocoso! Me tocó volver a dormir. ¡Largo sueño al campeón!- gritó Tres quien se escondía de los espías enemigos. Se hallaba debajo de una mesa con un mantel muy largo. Me tocó despertar y, claro, esa fue la peor pesadilla que pude haber tenido: despertar. Crii crii fue las buenas noches traducidas al idioma de un grillo. Abracé la almohada y me di cuenta que no era tan fría. En ese momento extrañé a mi papá. Toda la noche soñé estar en un día de fiesta; bailaba vestido con ropa de encaje, tela caleidoscópica y brillante; resaltaba el celeste, marrón y naranja, sombrero de mago, veía un castillo de hadas al fondo y a la condesa la veía entrelazando su mano derecha con la mía la izquierda; tocaba su figura tersa y bonita, mientras los violines nos balanceaban en ese escenario de fantasía. A lo lejos pensaba en los barones de la amnistía. Por favor, sólo déjenme bailar .

II No pasó muchas lunas para que comience a acercarme más a mi pequeña ventana. Solía levantarme muy temprano para ver lo que afuera pasa y me espera. Una cadena perpetua. Eso es. Una vez que el sol tocaba la tierra, me subí a la silla y decidí ver por la ventana. ¿Qué era eso? ¿Qué hace? ¿Cómo vuela? Era un ave y hacía un sonido que hasta ese entonces no conocía. Era grande y amarilla. Sé que le gustaba dar regalos a los niños que luego se los meten a la boca. Sonríen muchos y muy pocos son los disgustados. Su canto muchas veces corto alerta a los niños a salir. Pude ver una silueta femenina balancearse como de encanto; bailaba sí; es Linoria, me dijeron, mientras se oían violines en su más dulce fulgor musical. ¡Allí viene!- Gritó Falda Azul. ¡Yo quiero de chocolate!- Gritó Camioncito Sin Llanta. Un ave que no volaba, sino que andaba sobre tres ruedas estratégicamente ubicadas. Querido por todos los niños. Vi la novedad en unos cuantos segundos y buscaba algo mejor. Quizá el ejercito completo de la condesa o el “sube y baja” que nunca supe haber jugado antes. Ver el gris de las veredas para sentirme multifacético al control, a los sables diminutos, a las persecuciones. Recordé, aunque la voluntad no quiso, la vez que cogí algunas témperas para pintar el suelo de color gris. Todo el ácido se nubló y el gris se mezcló con el frío suelo y sentí ese olor amargo que me encantó. Era parte de lo que la ventana me mostraba. Yo era más de los que están aquí. Mi suelo gris como la calle donde los niños juegan y corean sus deseos ante esa ave amarilla y muy cuidadosa con lo que brinda. Pinté poco a poco los cuadrados del suelo hasta arrinconarme hacia una esquina. No podía más. Me estaba manchando con el gris que yo quise. Traición.

-¡Abra la puerta! Escuché que gritaba la puerta. No pude ir a abrir sin mancharme los pies. No quería. Se escuchó un golpe y dejé de formar parte del paisaje que me enseñaba la ventana. Comprendí que el mundo es como una pizarra o como un buen lienzo. La vida es la protagonista de lo poco interesante que puede ser comprender alguno de “ellos”. Me resultó toda una novedad. Me sentía especial. Sé que era diferente. Lo comprendí mientras dormía y desperté sin querer hacerlo. Vi que el suelo volvió a ser blanco. Parece que aquí nadie ve por una ventana. Saqué el catalejo una vez más, pero era de noche. Unas luciérnagas estaban en la cima de cada obelisco de cemento. La luz que ellas hacían era de tristeza amarilla. Vi un par de personas que habían nacido juntas. Se les llamaba siameses. Solo que estos están unidos por la boca. Se me hacía extraño lo que todos juzgan como normal. Conocí las pequeñas luces que brillan sin tener las ganas de hacerlo y el foco nocturno de la ciudad. Su nombre era Luna. Estaba completa y poseía unas pecas algo oscuras. Algunas veces se hace la difícil para salir y solo aparece una mitad de ella. Incluso, hay veces que ni se aparece. Otras veces que la luna es muy coqueta y sale cuando el sol aún no está por decir adiós. La miraba con cierto encanto y le guiñé un ojo para conquistarla, como una vez vi en la televisión con Dos. Quería saber si bajaba y me daba un beso, tal como ocurrió en la televisión. Tenía sentido. La televisión es la ventana de quienes están allá. Veo lo que hacen. Es él y ella. La luna. Es mujer. No puede fallar. Esa noche comprendí lo que realmente era una mujer, aunque nunca me contestó. No faltaba mucho para darme cuenta que comenzaba a subir una cola de hormigas y el sueño. Vi a alguien en la esquina de la calle. Era una chica con cartera. Le guiñé el ojo tantas veces como pude. Nada. No me miraba y veía el más allá de la pista. Parece esperar a alguien o algo. Quizá sea lo mismo que yo espero. Andaba de pié sobre el gris con una rodilla doblada. Se pintó los labios con una tiza muy fuerte que combinaba con la triste luz de las veredas. Faltó poco para que se vaya en un auto. El auto de detuvo solo. Vi que conversaban y escaparon de mi vista. No encontré semejanza. Una noche que la oscuridad no era simplemente sinónima de terror a un vacío. No hay vacío. Cada pulgada métrica y cúbica de la realidad y de la imaginación, respectivamente, estaba completa, repleta y pidiendo alguna botana para encantarse con lo diferente. ¿Habrá tope? Tuve suerte, pienso, para estar acá. Que alguien se apiade. Otra vez la trompeta, la chica, las estrellas y las luciérnagas. Difícil. Ya me sabe al mismo venado que probé hace una semana. El mismo bocado sin pedir permiso. Los ojos no cierran más cuando se abren. Miré de más. Vi lo extranjero, lo ajeno, el trasero de alguna señora o el carrito de juguete de algún niño. Lo observé, lo estudié y decidí sacar la botella que había debajo de mi cama. -¡Yo también tengo!- Grité. El niño corrió con gotas sobre los ojos. ¿Una ruptura de algún tuvo? Lo mismo sucede con los caños, con las duchas, con la cisterna que alguna vez sin querer. Derramó alguna sustancia ajena y se los tapó por vergüenza. Debía repararse. Un pañuelo fue la llave inglesa para su desencanto. Temí por algunos días. Todos me sabían a máquinas como alguna vez vi en la televisión con Uno. Hasta la vista, baby... Fue lo que grité y lo que causó gracia al niño. Me tomó tiempo entender aquellas fugas de sustancias por los ojos. Se les llaman lágrimas, me dijo el gran cheff ¿A qué saben?

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A agua salada. ¿Tanto como el mar? Por eso dicen que el mar está hecho de lágrimas. ¿Y quién lloró? No me contestó y me dio la ternera que siempre le pedí en mis sueños. La condesa me dio tres golpes en la espalda y me regaló un gran espejo que coloqué en la pared y donde me podía ver casi de cuerpo entero. Me erizé al verme allí como un flacuchento despiadado; ése no puedo ser yo, caramba; qué insignificante luzco, parezco un palo que asoma. Hoy tienes que estar listo para una charla. Mejor será para mañana, o para otro día. No, tiene que ser hoy. ¿Con quién? Ya verás. Me abrazó sin que pueda responder. Su corazón marcaba mi mismo diapasón y su perfume se pegó a mi ropa. Me soltó y salió de mi cuartel con alguna despedida y las buenas noches que nunca paso por alto. Comí hasta donde pude, pero guardé un poco. Vi las calles y estaban mojadas. Estaba lloviendo como nunca antes, porque nunca había visto una lluvia como tal. Caía una gota tras gota haciendo cosquillas al suelo gris. Los autos, los niños, todos metidos en cajitas de fósforos para no mojarse y algunos en cajas de televisores vacías porque no tenían lugar alguno donde refugiarse. Todos temían a la lluvia tal y como si fuese ácido que escupe el cielo. Posé mi mano fuera de la ventana para sentir que tanto quema lo que el cielo parió. No sentía ácido. Junté las manos para tomar agua. Traté de guardar un poco en el bolsillo y mi pantalón se mojó. Tomé, bebí y viceversa. Sonreí y luego grité. Se hacía de noche. Apareció ella. Eran lágrimas lo que bebía. Ojo derecho, guiño. Ojo izquierdo, guiño. No pude ver más por el calor de sus manos al abrazar mi rostro; mientras escuchaba a lo lejos que del patio salía una voz de mujer tatareando como una soprano una melodía. Será que hay una ceremonia en el salón principal? me pregunté. Debajo de la cama pude encontrar a algunos pequeños amigos. La comida putrefacta, la botella de plástico que nunca reconocí como mía. El salitre y unas manchas insaciables de gris que determinaron mis decisiones en salir. Clic. Se escuchó la voz interferida de un señor. Boletín de último minuto. Pronóstico de fuertes lluvias en la ciudad por toda la semana. Abrigarse lo mejor posible, porque la temperatura bajará tres grados respecto al día de ayer. La noche sería larga y comencé a frotarme las manos en mi polo pensando en una ayuda. La sed de lluvia se me detuvo y decidí salir debajo de la cama. La puerta estaba sorprendidamente abierta. Corrí y alguien me quiso detener. Mis zapatos, en su pantalón, dejaron una gran huella. Seguí corriendo chocando con el aire como si fueras paredes frágiles al tiempo y al apuro. Llegué donde la caballería depositaba sus armas y un pequeño ariete estaba lleno de comida. Cogí el pan que no extrañó alguna misa y el arroz duro de ayer con alguna carne fría de venado sabroso. La condesa estaba donde nadie pregunta. Basta con decir que no estaba. Corrí y seguía corriendo. El pan, el arroz, la carne. Todo en mi mano para no perder alguna migaja, algún trozo o algún granito. El barón de la amnistía seguía en el suelo. Corrí siendo discreto. Cogió mi tobillo con fuerza para hacerme caer. Le di un golpe y pegó un grito. Entré a mi cuarto.

¡Ven! ¡Ya te jodiste!- gritó el barón adolorido. No estaba con el rango de amnistía. Ven, está en el otro dormitorio- grité haciéndome una túnica con la sábana blanca de la cama para disfrazarme y hacerme transparente como la pared. La comida la había dejado en la ventana. Arrodillado estuve y pestañeaba una sola vez. Vino Silencio quien se posó en la ventana para picotear lo que había dejado para la luna. Hablé con Silencio y extendió sus alas para volar hacia otra ventana donde alguien le tenga alguna sorpresa. Mi ventana habrá sido su decepción, pensé. Dejé la comida muy bien servida. Rompí un poco de mi sábana y la doblé en triangulito para que la luna tenga donde limpiarse la boca. El barón esperaba jugando a los carritos buscando la llave de mi dormitorio. Seguía en el suelo que a nada desemboca. Sorpresivamente, no estaba tan solo. ¡Abra!- gritó un barón despeinado por el apuro y la sorpresa. ¡Hijo de...!- Alguien muy amable se acordó del nombre de mi mami. Sin embargo, no pude escuchar cómo terminaba su frase que despedía su boca. ¿Cómo se llama?- Pregunté mientras seguía con la sábana cubriendo todo mi cuerpo. Nadie me escuchó. Decidí sentarme esperando a que la luna terminara su merienda. La servilleta se fue volando y la luna la tendría sobre su camisa blanca para no ensuciarse. Me sentí satisfecho. Me arropé y le ahorré el desenfunde de un sable diminuto del barón de la amnistía. Sorprende que al día siguiente no hubo lluvia y al señor de la caja nunca más lo volví a ver hablando del cielo y de sus sustancias. Me paré orgulloso y me puse detrás del televisor hablando lo que el señor de ayer no dijo. Todos me escucharon, barones con o sin amnistía, la doncella quien recordaba su infancia al jugar tristemente con las armaduras de los caballos a la cocinita, y entendí, por primera vez, qué es estar en la televisión. III La condesa entró a mi cuartel sin pedir documentos. Entró como si nunca hubiese una aduana entre mi hogar y la locura. No quedó más que hacer caso a sus órdenes y prestar atención a lo que tenía sobre el brazo. Estaba tan emocionado que parecía el horror de algún niño al ponerme debajo de la mesa para que no vea mi sorpresa tan eufóricamente ridícula. Ya no sería un submarino de cartón mal hecho, porque tenía dos zapatos adentro que nada tenían que hacer allí. Pensé, también, si me daría una escurridiza serpiente de cuero con su lengua muy rígida y con algunos huequitos al terminar su cola. Momentos que me daba por doctor, porque no comprendía la gastritis de las serpientes de cuero. Toma, ahora... Ahora salió al jardín, condesa. ... No estaba con ánimo alguno. Ella se acercó conteniendo alguna palabra que jugaría con mis oídos de la manera más perversa. Dijo nada que valiera la pena y continuó con la rutina de irse de mi habitación. Lo que la condesa me trajo era unas telas para mí. Un saco marrón con un pantalón muy negro y una cuerda muy suave y bonita. Tendría que estar listo. Me mostré frente al espejo; debía estar listo. Si pongo esto acá y esto aquí y lo demás por allá. Quedó un bonito florero, pero lo que la condesa no quería era un florero, sino a mí con estas telas.

Pasó el tiempo y Dos pasó por mi puerta saltando en un pie. Salto, abajo. Salto, abajo. Una carrera con el tiempo y la aventura de no pisar lo blanco del piso, sino lo negro. Un suelo parecido a una mesa de ajedrez. Yo soy peón; ella, reina:. la condesa. ¿Telas? Telas está en el baño. ¿Qué es eso? Un regalo que me trajo la condesa. ¿Para qué sirve? Aún no sé- le mostré el espejo brillante que recibí de la condesa. Dos se asustó y se dirigió al baño a hacer lo que su nombre dice. No se apareció más. Decidí hacer lo que tanto le asustó a Dos. Miré y vi lo que solo un charco de agua en la pista pude haber visto. Sacudí el espejo queriendo botar el agua que hace su reflejo. No salió gota alguna. Decidí ver otra vez y vi lo que, con el bronce, pude adivinar. Me asusté y casi me voy a hacer compañía a Dos. El espejo se cayó y pensé en vivir los siete años de mala suerte que en alguna caricatura de canal nacional vi sin querer. Doblé todos los dedos y también los del pie como hizo Pedro Picapiedra. Levanté el espejo y, para mi buena suerte, estaba aún intacto. Tuve una idea y si la doncella quería verme bien, ya sabría cómo hacerlo; debía preparar mi delgado cuerpo en faenas de rutina, sudaba y sudaba, día tras día, pero no, el espejo no engañaba. Listo, el pantalón con el saco marrón que la doncella me regaló. No supe si esperar o ir por ella. Estaba ansioso y sentía el frío de la porcelana de algún florero barato. Tres pasa por mi cuarto y me ve sentado en el borde de la cama con la mano cargando mi mentón, como una vez vi a un señor muy serio que aparecía en algún billete. Se acercó. -Fabrizio, ¿qué esperas? Levanté un poco el rostro y Tres salió despedido del cuartel como si fuera a haber alguna leva. Decidí no esperar más y salí caminando del dormitorio sin tomar alguna dirección, porque no podía ver, ni siquiera mi misma mano. -¿Fabrizio?- Preguntó un dominó que escuché no muy lejos. -Espera... ¡Soy yo quien camina!- Gritó un rompecabezas no muy genio. -¡No, imbécil, soy yo!- Gritó el control remoto de algún televisor. -¡Imbécil no está, tarado! ¡Quién camina soy yo!- Gritó algún ventilador mareado de girar. -¡Tarados e imbéciles ; están en mi cuarto! ¡Quién camina soy yo!- Grité con el ojo casi morado . Así comenzó todo y los barones de la amnistía corrieron en muchedumbre con sus pequeños sables, aunque no comprendía el caso. Un puñete por allá, un lapo por aquí. Todos hacían lo que los barones querían y, aún así, desenfundaban los sables diminutos. Seguí mi paso jugando al equilibrista con las rayitas negras entre las baldosas y con el nuevo truco de estar con los ojos imposibilitados para mirar. Toqué alguna puerta que no reconocía y entré donde la voz parecía más cercana y menos amenazante. Escuché la voz de la condesa y un caballo que corría muy veloz, porque podía escuchar su paso apurado como si fueran los tacos de alguna mujer, y me cogió del hombro y me sacó donde se suponía haber entrado. Sentía el olor a madera recién barnizada y el olor muy característico de mis soldaditos con los cuales jugaba en la comisaría donde trabaja mi papi. -¡Sácate eso de la cara!- Me gritó, no muy fuerte, la condesa quien vestía un traje azul muy oscuro como el mar, pero sin marino. Sacó un pañuelo y le puso un poco de saliva para limpiarme las mejillas hasta ponérmelas rosadas como el trasero de alguna

propaganda de pañales. La condesa me quitó un espejito de la cara y lo guardó en el fondo de su cartera siempre tan misteriosa de cada mujer o de cada anciana. Tal vez guardaba un perfume, un revolver, alguna cuerda para sostenerse el cabello o alguna goma de mascar para no delatar el venado que come acá. Un chicle que tapa el crimen salvaje de la humanidad de alimentarse de lo que subsiste en esta carrera sin podio alguno. La envidia de los cazadores en hallar la paz reinante en un pobre animal. Todo ello vino como una brisa suave que despedía la boca de la condesa que chocaba en mi rostro. Vio mi correa bonita y muy suave que me regaló, pero pareciera que no quiso que la use, porque me la quitó. Lo puso en mi cuello y pareciera que me quería ahorcar. Me lo ajustó un poco, quizá por estar ocupada, y decidimos salir del baño. Pensé en hacer nada para que ella no me siga apretando lo que ella llamaba como corbata. Un sinónimo sería la horca. Fabrizio, ¿sabes qué haces acá?- preguntó el director con una horca igual a la mía, pero la mía era más bonita. La condesa apretaba su pañuelo como si tuviera un cuello villano en las manos. El doctor se quitó los anteojos para verme mejor y tenía una aparato de plástico al oído. Eso era para oírme mejor. Un viejo, una condesa, un niño. Cogí mi muñeca con mucha fuerza para que la condesa no me siga apretando la horca, digo, la corbata. -Parece que no quiere hablar, enfermera Segovia. -Mire, le tengo algo que decir. -Continúe. Dijo el doctor. -Sucede que el joven no se acostumbra y... -Mire. Si usted se refiere acerca de su estado, los doctores del lugar saben qué hacer con él. Usted es solo una enfermera, ¿entiende? -Señor, pero... Vi, no muy lejos, una urna de vidrio sin alguna ceniza y decidí ver lo que contenía. Nadie me vio, porque la conversación estaba tan interesante que Señor con horca se sacó los lentes y los puso bruscamente en el escritorio. Todo vibró y estaba a punto de gritar temblor, pero paró muy fácilmente con la mirada cabizbaja de la condesa. Comprendí que solo era una condesa. Hay reyes afuera. Hay barones con o sin amnistía afuera con quien luchar más de una vez. Me sentí entre iguales con la condesa y Señor con Horca era solo uno. Unito como quien ampara el absolutismo de lo absoluto cuando uno reina sobre la nada. La condesa parecía ser lo que nunca, para mí, pudo ser. Le guiñe un ojo para que se calmara, pero ella no era la luna, pensé. Saqué un poco de pan duro de mi bolsillo para darle a la condesa. Ella parecía no oírme y se lo dejé debajo de la silla por si se tiene que ir. La miré con los ojos muy abiertos para adivinar lo que quería, pero solo buscaba hablar. Doctor Mancer, entienda que este niño... Sabe usted, acá quien pone las condi...- De pronto vino mi ayuda a la condesa quien iba perdiendo y no sabía por cuanto. La frase que al intelecto destruye y que sube la moral para brindar una sonrisa. ¡Bla, bla, bla! ¡Oiga! ¡Qué le sucede! ¡Bla, bla bla! Por favor, ya estamos por salir- lo dijo como si nada tuviera que perder allí al despedirse. Cogió mi horca y yo caí al suelo con todo y silla. La condesa se puso roja de vergüenza y el Señor con Horca se puso morado. Me puse detrás de él para quitarle la horca y el señor se puso más morado aún. Parecía un chupetín de mora que le encanta a Uno. ¡Aléjate del señor!- Gritó la condesa.

Jajaja, este niño es la muerte. Solo se está riendo, mi amor. ¿No se estaba ahorcando?- Me volví a sentar en la silla un poco floja y el Señor Horca no dejaba de ponerse morado. Lo miraba esperando que su cuello se torciera y sus ojos aparezcan una equis. Nada. Quería ver alguna equis para reírme como lo hago frente a la televisión. Discúlpeme, doctor Mancer- no escuché lo que venía. Vi la urna de cristal y vi algunas canicas muy bonitas con colores brillantes. Saqué tres y estaban adentro de una bolsita muy chistosa. Vi bien de lo que se trataba y me guardé cuchucientos de ellos en el bolsillo. No hay moros en la costa. Saqué uno en especial y lo abrí. Era una bolita roja que despedía un olor a fresa muy rico. Me fijé bien y era un caramelo en forma de pelota de fútbol. Vi lo que hacen los jugadores con esta pelota. Nunca tuve una pelota con cual jugar. -Mire, mi casa tiene suficientes cuartos , además…………. -Sabe bien que me reí un poco, pero no se aproveche de mi buen estado de humor, enferma Segovia. -Estará mejor que aquí, señor. -¡Sabe con quién habla, enfermerita!- dejó el morado por el rojo. Me reí y traté que se ponga de otro color. -Lo siento, doctor Mancer . Mejor será si................. -¡Goooooooooooooooooool! -¡Qué carajo! -¡Goooooooooooooooooool! ¿Ahora comprende?- La condesa festejó conmigo y yo me lancé al suelo de rodillas para hacer lo que todos los jugadores de la selección muy pocas veces hacen cuando ocurre un gol. ¡Goooooooooooooooooool!- El siguiente fue a dar a una fotografía y cayó al suelo. No pasó mucho para que me regresen a mi dormitorio y hallarme tendido en la cama con mucho sueño y con una maleta lista para irme a no sé dónde con el cruce de ¿Qué Haré Acá? Me acuerdo poco, pero supe que Uno, Dos y Tres escucharon mi gol y todos decidieron sacarse el polo. Eran las cuatro de la tarde y todos ya estaban dormidos. Desperté rasgándome los ojos y con la corbata afuera y muy bien doblada como hace la condesa con las telas que siempre me trae. Vi algunas bolsas negras cerca de la puerta y la ventana estaba cerrada con un seguro muy pequeño. Las adversidades entre los tamaños y lo que uno espera. La condesa estaba apoyada al otro lado de la puerta y estaba recostada viéndome muy detenidamente. Pareciera que busca jugar conmigo a las escondidas. Me metí debajo de la cama y jugué a los soldaditos con ella. -¡Bang, bang, bang!- La condesa sonrió y se tapó con la pared. Luego apareció de nuevo muy amenazante con una mirada tipo John Wayne. ¡Pum, pum, pum! Me dio, pero en el corazón. Escuché algunos pasos suaves y la voz quejona de una mujer muy anciana. La condesa se acercó con un pañuelo muy blanco y me dijo que era la esposa del Señor con Horca. Parece que se queja de tu gol, amiguito. ¿Viste el efecto que tenía? ¡Eso que le di con la zurda! Puso sus brazos sobre mi cabeza y me pegó a su cuerpo. Sentí que mi ropa se hacía fría. Culpables: tres gotas de rocío de alguna condesa. No siempre las lágrimas son tristeza. Vamos.

No pregunté por el destino, pero al primer lugar donde me metí sin pensar fue debajo de mi cama para sacar mi cajita de cigarritos Inca con mis recuerdos. Algún que otro soldadito-colilla, un poco de bronce que se cayó del rostro de mi padre, una nota que la tenía desde que nací diciendo “Perdóname” y una chapita de Lulú que un policía me regaló. No te demores. Me suspendí de la mano de la doncella y salí de mi dormitorio con lo poco que había traído y mi pequeña caja de cigarros en el bolsillo. Todos me vieron como si no pudiera volverles a mirar otra vez. Percibí tristeza en el rostro del gran cheff, que en realidad era el empleado de la alimentación de este hostal en donde estoy alojado. Uno, Dos y Tres eran, realmente, hermanos y trillizos. El barón de la amnistía dejó su sable en algún botiquín. Las armaduras estaban mojadas esperando el oxido. El televisor quedó con cero de rating. Fui el televisor de todos, el dominó de algunos o el as de picas que algún ludópata siempre buscó al apostar atentando al código aprendido. Se hizo el silencio como las noches de apagón, como la ventana que da a la pared y felizmente no fue mi caso. Ya los pasos se hacían largos hacia la puerta, pero muy cortos para buscar coherencia. Los barones no tocaron trompetas y la doncella me cogía cada vez más fuerte de la mano. Pareciera que cargara conmigo antes de caer a ningún lado, porque es la nada a quien le tuve miedo. Inventado lo que rompe el aburrimiento. Encantando lo que nadie encanta. Dos no contuvo las lágrimas; Tres comenzó a aburrirse, porque no tendría con quién jugar; un barón de la amnistía soltó su pequeño sable al suelo; y Uno comenzó a inventar un nuevo juego: “Yo pierdo”. Me confesó que nunca ganaba, porque siempre repartía. No me despedí del Señor con Horca. Ya nadie volvería a escuchar mi voz hablando del clima o de lo que vi por la ventana. Algunos intentaron mi hazaña hasta todos pintaron s piso de color gris. Escuché mil veces gracias y salí con una sonrisa. La doncella cogió mi mano aún mas fuerte cuando abrió las tres puertas con tantas llaves. Supe que eran tres veces salir por la puerta para hallarme con los demás, pero solamente fue una ventana que me abría a todo. Escuché el sonido de varias gotas de lluvia que cayeron detrás de mí cuando salía. Luego me enteraría que era el golpe entre palma y palma de cada mano. Pasé la última puerta y ya el sol estaba por ir a su casa y las luciérnagas comenzaban a excitarse para alumbrar toda la calle. Hacía de personaje ahora en otro dormitorio, pero mucho más grande. Me obligaron a llamarla ciudad. La velocidad vendría a visitarme y pasó un perro quien lamió mi mano; me agaché a observarlo; estaba helado y un poco adolorido; pasé mi mano sobre su lomo frío , lo cargué y lo llevé conmigo. -Es macho, fue lo único que me dijo la condesa. Ella paró un auto amarillo diciendo algún nombre ajeno a mi saber. Todos los nombres que ella decía comenzaban con Avenida. Pensé que todos eran hermanos y muy populares como la gaseosa Lulú. Luego la condesa me explicaría lo que inventaba con tanta inocencia. Mira, está que llueve- me dijo la condesa quien rechazó la oferta del auto amarillo. Miré al cielo y supe que no era más tristeza que la luna llora, sino la alegría contenida que se materializaba en pequeños charcos. Paró un nuevo auto amarillo y entramos sin discutir con el señor de adelante. No detuve mi mirada al cielo que comenzaba a oscurecerse.

Condesa, la luna no llora por mí... ¿Por quién, mi amor? Por nosotros, pero de alegría, condesa. Mi amor, no me digas condesa. ¿Acaso no lo eras? ... Me miró para luego llevarme a algún punto hueco del paisaje que ella veía todos los días; yo, una vez. Todo espacio con cuatro esquinas tiene una o dos ventanas.. No volví a discutir de la esperanza con la condesa. Ella aún no sabe que la esperanza es la mascota de la ciudad que también lame manos a quien dejó algún lugar, con sus respectivos recuerdos, para terminar en otro. Sea una oficina, alguna cocina, algún hotel, castillo , hospicio o cuartel. Pasaría tiempo para comprender que la esperanza también era una persona. Fabrizio, ya es tarde- me vio debajo de la cama contando esta historia a un soldadito que aún tenía en mi cajita de cigarros Inca. Sí, dentro de un rato me voy a dormir. Más te vale. Buenas noches, mi amor. Buenas noches... mamá. ...Clic... EL ASESINO PRECARIO El reloj parecía dar la cuenta regresiva mostrando de lo más profundo, un desesperado mundo que no sabe qué dirección tomar. El reloj parecía retroceder a la hora cero, pero no había tiempo para volver atrás; la velocidad de su auto aumentaba a más de cien por hora y ella continuaba con las manos firmes en el volante y llenos de angustia sin saber hacia a dónde ir, en cada curva una emoción tan desesperante que parecía hacerla chocar bruscamente y podía besar a la muerte repetidas veces con cada bache que la impulsaba al cielo, pero la suerte le decía todavía nooo¡. Para su mala suerte la visión parecía fallarle, y en su conciencia tan sudorosa tenía la sensación y seguridad que alguien más aterrador que el diablo le seguía, era una patrulla que se había percatado de las bruscas maniobras del coche y la rapidez con que conducía; y aceleraba más y aun más, pero la carretera estaba solitaria y desértica pero ella seguía huyendo de sí misma, entre tanto nerviosismo, llanto y pánico, y de tanto huir llegó a las carreteras de la comuna y justo ahí se vio perdida al ver otros patrulleros juntos estacionados a los lados de la carretera sus manos empezaron a temblar y el volante no pudo superar una curva que primero chocó con un auto policial y con la inestabilidad volcó e impactó con rocosos desmontes y basura y luego salió disparada para dar vuelcos, tras vuelcos hasta parar cerca al precipicio, pero aún no era su hora, viviría para contarlo. Después de mucho silencio, posterior al estrépito, la mujer que conducía se quedó paralizada y su cuerpo había quedado tan lastimado (rasguños, cortes y sangre) creía que estaba muerta y cuando vio a los policías a lo lejos imaginó que el infierno se le venía encima pero ellos se distrajeron al ver la maletera abierta y descubrieron el cuerpo del pequeño cadáver que estaba en el auto gris y se llevaron la peor sorpresa al ver que el pequeño tenía a penas casi dos meses de nacido y había muerto ahorcado pero se asustaron más al ver el aspecto del engendro que presentaba una deformación en la cabeza que nunca antes había sido visto ni oído.

Luego de haber atendido a su curiosidad tres de los policías más ágiles corrieron en segundos a socorrer a la madre que se desangraba mirando al cielo pero no para pedirle perdón a Dios, sino para soportar el dolor para evitar dormirse porque si se dormía, se le iba el alma y por consiguiente iba a estar muerta. Esto parece el final. El piso se hunde y se empieza a ahogar de todas maneras estoy demasiado cansado, muy asustado para hablar y mientras las olas se rompen al frente ya no hay elección I y ví tu cabeza estallar entre golpes de frío ... y no viene el final. Así fue como los tres uniformados cumplieron con su labor de rescate y uno de los patrulleros donde maneja un gordo calvito ni bien llegaron al incidente, Tony llamó por radio al código de emergencia un RT - 11 clave de emergencia con peligro de muerte y como esa ciudad era tan pequeña, para suerte de Loreta, llegaron pronto dos ambulancias con un sonido de sirenas que desde muy lejos ululaban de color rojo y azul uiuu, uiuu, uiuu, uiuu, diru, diru, diru, uuiuu, uiuu, como diciendo permiso por favor, alerta máxima código rojo, permiso si se encuentran en medio de la carretera, háganse a un lado por favor, victima con fracturas severas y sangrado mayor nos espera. Después de un espectacular despliegue relámpago los paramédicos en conjunto con la policía cargaron el cuerpo de la mujer herida a la camilla y le aplicaron suero y una inyección y luego se la llevaron lo más rápido que pudieron, al inicio creí que habían olvidado el cuerpo del pequeño bebé de enorme cabeza pero no fue así, pues Tony también había llamado al forense para que se encargue de la autopsia, pues, después de media hora se lo llevaron para hacerle los exámenes correspondiente aunque la verdad se notaba muy claramente, sólo falta un simple resultado para confirmar lo que ya se sabía, que Loreta había matado a su bebé. Muchos de los presentes se compadecían de la madre; todo lo que tenía que haber pasado para tomar esa decisión tan desconcertante en la vida que desespera y llena de impotencia a uno que lo ve de otro contexto. Loreta, despertó de buena salud corporal en el hospital, después de haber luchado 3 semanas para poder restablecerse y cuando estuvo ya consciente, empezó a angustiarse al dar una pequeña lectura de su vida desde que inició su romance con :Matías a quien ella lo considera como el responsable. Y a medida que avanza su recuerdo, más se ve incrustado de poemas que de mutuo acuerdo los escribieron inconscientemente y los dos se sienten o están varados en esta cruda historia que nos puede llevar a un viaje de locura ajena, bueno en fin algunas estrofas que nos van contando lo que sucedió: Y empieza por recordar, primero esos momentos inolvidables que pasaron los dos, esos atardeceres de verano, las tardes frías que no eran impedimento para darse más amor y caricias, en fin; luego pasa a recordar las reuniones que frecuentaban juntos en nombre del amor, ella hacía sacrificios en asistir a las bohemias de rock que tanto le fascinaba a Matías porque a él le gustaba mucho cuando hablaba de sus dos grupos favoritos Deep Purple y Urlah Heep, en quienes había oído las guitarras más malabarísticamente perfectas de su vida; y recíprocamente él se aburría en las reuniones de Loreta que escuchaban música clásica y de exageradas baladas, pero como se querían el uno al otro, ambos se tenían tolerancia y respeto por sus gustos, creencias y costumbres pues, cada quien tenía su espacio. Fue en una de esas reuniones que alguien habló de un hechicero que da buenos consejos y te lee la vida, el pasado, presente y futuro y puede hacer milagros que nadie puede, como por ejemplo que puede hacer dar a luz a una mujer certificada como estéril. Ambos asistieron a muchas sesiones con el hechicero, a quién llamaban el mago, por sus supuestos resultados y dones, pero era un hombre común y corriente

que se dedicaba a aconsejar a las personas ingenuas, pero que para su buena fortuna acertaba en sus adivinaciones, motivo por el cual se hizo de fama y renombre, el que menos de ese círculo social había acudido a don Alipio por distintas razones. Este hombre, de aspecto provinciano, les dijo que su embarazo iba a ser normal y que gracias a ese hijo que naciese la vida les iba a poner una prueba y a premiar con la felicidad y prosperidad porque que todo iba salir bien, con el nacimiento serían una gran familia y sobre todo habrían más hijos de por medio que les alegraría la vida colmándoles de amor y dicha. Pero con el transcurrir de los meses y los días con exagerada tranquilidad, llegó ese día tan esperado para los dos, iban a ser papá y mamá pero desafortunadamente a la hora del parto algo salió mal y nació un niño muy pequeño de cuerpo pero de enorme cabeza y deforme que parecía una masa de hacer pan. Matías, que tanto tiempo esperó ese día, quedó tan triste y decepcionado que sólo tuvo que salir callado y pensativo como si él tuviese la culpa de lo que estuviera pasando, entonces acongojado empezó construir sus primeros versos: Todo parecía repetirse desde como vi la trágica vida, poco a poco segundo a segundo, me perdí en esa angustia que no tiene final. Después de unos días que le dieron de alta a Loreta, Matías fue para ayudarla a regresar a casa; en el trayecto a pesar que no quería cargar al recién nacido, tomó el valor. y las fuerzas para hacerla y por primera vez sintió esa sensación de temor, terror, miedo y un dolor por esa tristeza que le frustraba la alegría de ser padre, fue aquí donde empezaron los problemas que alimentaron la decisión genocida de Loreta: Matías, por favor, ayúdame a cargar tu hijo. No me pidas nunca más eso, por favor Loreta, ese engendro no es mi hijo, es mi peor pesadilla, maldito mago y yo tengo la culpa de haberte acompañado a la casa de ese idiota, bueno para nada. Matías, por favor, el bebe llora, sólo por un momento. No puedo, no puedo soportado más Loreta o se calla o me voy, su chillido está por hacer estallar mi cabeza en mil pedazos. Matías, por el amor de Dios, es un pobre sercito que no tiene la culpa de nadie sólo pide un poco de atención, además, sólo lo cargas unos minutitos mientras yo termino de hacer su comida y tu comida. Loreta, mejor yo preparo la comida y tú sigues cargando al niño. Bueno, está bien. Luego del almuerzo Matías después de soportar por más de tres días tomó una decisión final, de mantenerse alejado de la casa porque ahí todos los pensamientos malos y los remordimientos le llegaban como una solución para que ese niño deje de llorar, pero en sí el bebé no dejaba de llorar porque le dolía la cabeza y los calmantes no surtían efecto o duraban por mucho tiempo. Se fue a su oficina y pasó la noche ahí y al día siguiente recién volvió a su casa para llevar algunos víveres y medicamentos. Matías que te ha pasado amor mío! Cómo no puedo dormir aquí me quedé a dormir en la oficina. Pero cómo es posible que no piensas en mí y en tu hijo . Loreta, no insistas por favor, ya te dije que no es mi hijo, esta cosa es un castigo de Dios. Pero Matías, no nos puedes abandonar así. O ya no me amas, tenemos que estar juntos en esto, con un poco de amor y fe, debemos rezarle a Dios para que esta enfermedad pase y nuestro hijo se mejore. Yo, creo que debes estar volviéndote loca.

Yo soy su madre y yo traje al mundo a esta criatura con tanto amor, dolor y sacrificio, y creo que tú no quieres comprender que te amo y amo a tu hijo, ustedes dos son sólo uno. Loreta, no te das cuenta, míralo con tus ojos y pregúntate si con este niño podrás tener una vida normal y feliz; la verdad sólo serás esclava de la indiferencia y la compasión de todos los que te quieren, pero en sí tu vida será sólo trabajo y sufrimiento, hasta que llegues a cansarte realmente, luego te preguntarás qué ha sido de ti vida y de tu esposo. Tal vez, tengas razón, pero yo prefiero luchar hasta que ese día llegue, hasta el final, la vida nos ha dado un hijo y este pequeño ser representa nuestra fortaleza, Matías tenemos que luchar, tenemos que buscar todos los medios para conseguir por lo menos que nuestro hijo tenga la oportunidad de tener una vida digna. Loreta, creo que, contigo no se puede conversar, no me entiendes, no quieres aceptar la realidad, a ti no puedo hacer entrar en razón pero yo ya no puedo más, no cuentes conmigo para tu experimento, me voy a otro sitio, pero no te preocupes yo correré con los gastos, para cuando entres en razón, llámame o búscame. Matías, si tú sales por esa puerta, significará que renuncias a nuestro amor, a nuestro matrimonio y a nuestra amistad. Y si tú no te deshaces de esa criatura, estarás renunciando a mí y a lo nuestro. Bueno, me voy te giraré para los gastos que sean necesarios. Adiós, llámame cuando entres en razón. De esta manera se terminó parcialmente un matrimonio que tuvo la mala suerte de procrear un ser no deseado, la consorte lloró todas las noches, en voz alta y en silencio. Matías se fue a otra ciudad tratando de luchar con su conciencia, por lógica y por costumbre se sentía tranquilo, pero por el amor que le había jurado a Loreta y que todavía le tenia, él sufría; a éstas horas que son las seis de la tarde y donde corre un frío viento en el corredor, él sólo se consuela con interminables giros que dan los discos que escucha, que tiene letras como: "quisiera, gritar y reír y decide nada a la vida que es un cagada" "Pero trato de ser feliz aunque no soy feliz" "yo te quiero nena, aunque la suerte es una pena", Y, y, y, ... Maldeciré cada instante de ausencia que no hable contigo terminaré cada tiempo que quede encendido el reloj y acabaré ... cada mundo que siga asaltando un temor. Loreta, tan sólo en pocos días se consumía en el profundo silencio como si hubiese sufrido desde que hubiese nacido, no podía creer que el hombre de toda su vida la abandonaba en los momentos más difíciles donde tenían que estar juntos como una familia. Entonces, comenzó con su martirio, el bebe lloraba y exageraba con sus chillidos que desesperaban como si su llanto no fuese humano, a los pocos días empezó a sentir la inseguridad de su amor maternal que sólo a unas pocas madres en el mundo se les acaba o muere, y le asalta en la memoria, las palabras de su querido y adorado Matías. También recordó las advertencias de los doctores especiales quienes le advirtieron que su hijo podría tener problemas genéticos. Loreta temblaba con infinito nerviosismo e histeria cuando dudaba de su amor maternal y al ver la forma horrorosa

que presentaba, por escasos segundos empezó a comprender que su vida no iba ser saludable, pero una fortaleza tonta le instaba a luchar hasta que se le acabe la última chispa de esperanza y fe. En ese silencio tan prolongado de las noches frías en su cuarto y en su corazón extrañaba a Matías, los gritos del bebé poco a poco la fueron ensordeciendo y en su mente, por primera vez y en un giro radical apareció la idea de deshacerse del niño y probar otro embarazo con Matías y tener una vida, ya empezaba a ver la vida desde otro ángulo, la salida fácil pero en esta oportunidad era coherente y plausible. Al siguiente día, con la situación tan desesperante que no tenía cuando acabar, el bebé seguía igual, empezó a imaginar la forma de deshacerse; pensó primero en ir al hospital y decirle a los doctores que le ayuden a asesinar a su bebé, eso sonaría burdo y cruel, pues ellos no lo aceptarían de ese modo, primero le harían un estudio y experimentarían con su vida y le daban todo tipo de sufrimiento, hasta le alargarían la vida tan sólo para engordar aun más sus folios y tesis. Después pensó con más convicción la idea de quitarle el sufrimiento de su bebe por cuenta propia y si se lo pedía a Matías no estaba mal la idea pero el orgullo que la caracterizó siempre la detenía, pues, se reiría de ella, ya que había defendido tanto a su hijo y su matrimonio como familia, estaba más que seguro que la tomaría como una mujer de poco carácter, débil e indecisa, entonces, empezó a prepararlo todo. Primero lo ahorcaría, luego lo metería en su maletera, viajaría con toda calma, sin levantar sospechas y se iría a una ciudad tranquila y desértica y lo enterraría baja los tallos de un árbol frondoso, para que ahí tenga una vida y además para que el árbol sea una seña para ir a visitarlo cada vez que pueda. Entonces, tomó un poco de vodka y vino, para llenarse de valor, y cogió la soga con la que ahorcó a su único hijo que lo amó como a nadie pero no pudo soportar la trágica idea de que viva toda su vida sufriendo lleno de frustraciones, dolencias y limitaciones, pues, era casi seguro que iba a ser casi un vegetal ambulante si es que lograba caminar. Una vez que le quitó la vida, lo metió a la maletera de su auto y empezó su huida pero en vez de manejar con calma, empezó a acelerar con todo lo que pudo, es que se le había grabado la idea cómo lo hizo, y si algo salía mal ella diría que lo hizo porque no soportaba la idea de ver a su único sufrir ......... Todavía estaba reciente lo que le hizo y lo que le dijo a su bebé: Angelito de mi vida, por favor disculpa que te haga esto, perdóname, corazón, ya muy pronto dejarás de sufrir……. Seguía manejando y presentía que la venían siguiendo desde que salió de su casa, y de tanto acelerar perdió el control y terminó dando tantos vuelcos, que sólo despertó casi inconsciente después de haber sido sedada muchas veces ypoco a poco se dio cuenta de su verdadera situación o la situación difícil que estaba por afrontar. Le hicieron pocas preguntas, pues, al verla ojerosa, abandonada de ánimo, se notaba obviamente que esa mujer estaba desequilibrada, tenía el cabello completamente desarreglado, su mirada apuntaba a todas partes y no podía posarse en un solo punto. Entonces, no les quedó más solución a los doctores que internarla en el sanatorio para enfermos mentales, donde permaneció de aquí en adelante. Avisaron a Matías que Loreta había sufrido un accidente, él llegó lo más pronto que pudo y paulatinamente le fueron explicando que estaba loca y que ella había matado a su propio hijo. esta noticia, le causó un gran dolor. Se compadeció de ella y de su hijo que había sido asesinado. Entonces decidió ir a ese lugar a visitarla.

Al llegar al hospicio, se enteró que en la visita se tenían que comunicar por medio de un auricular, al estar la sala de visitas dividida por un enorme y grueso vidrio, que representaba la seguridad de los visitantes que por cualquier razón uno de los hospedados pierda el control y cause daños físicos a su visita. Cuando se vieron empezaron a hablar aunque el tema que trataban ya no tenía nada que ver con el niño, increíblemente hablaban de las cosas maravillosas que le rodean, del futuro de su amor, y otras cosas. En su segunda visita empezó a recitarle poemas y aunque ella no entendiese lo que querían decir sus versos, lo disfrutaba como si fuesen versos de amor, tan romántico y cursi, uno de ellos es éste: Tanto le temí a la locura, que tu mirada terminó deslizándose entre las paredes enloquecidas de la noche, de esas noches tan oscuras, entre el frío de mis manos y mis pupilas de sal que se han secado que le quitaron el romanticismo al viento y el canto a las enredaderas. Y pensé como tú pensaste y me abrí paso a las crujientes cortezas de la sombra. El asesino precario -- ése debo ser yo, y me hice muchas preguntas: ¿Quién sabrá de estas horas? / ¿Quién acudirá en tu ayuda? ¿Quién sabrá lo que esconderás? / y verás ... pasar horas ... ¿ Quién descifrará tu locura? / ¿Quién llenará ese espacio? ¿ Quién sabrá lo que esconderás / cuando al fin ... tú ya no estés? Otro día de visita que era un día especial se oía en el ambiente una voz femenina entonando una melodía suave, entonces, Matías le pregunto a Loreta: Y quién canta en este hospicio? O es un disco nuevo? Ah, esa voz es de Histriana y no de un disco nuevo, ella es una soprano. Canta muy bonito y suave, se ve que sabe proyectar sus sentimientos con toda la intensidad de su ser y bondad. Sabes? Histriana es una buena amiga, ella me contó que primero estuvo aquí por la recomendación de un familiar, pero a pesar que es muy lindo estar aquí, volvió con los suyos pero no le fue bien, entonces regresó acá para ser feliz y nunca salir de este lugar; es desde esa decisión que tomó que nosotros contamos con su divina presencia y con el disfrute de toda su inspiración. Muy interesante que tengas amigos así. Histriana canta todos los días? No. Sólo lo hace los días de visita, fechas de gran importancia y especiales. Pero yo le he captado que casi todas las noches, a oscuras tatarea muy suavecito, y casi nadie la oye, y así ella se deleita de la vida. Entonces tu también debes disfrutar de su melodía. La de ella y también la de But. ¿But?. Quién es But? Bueno, But es un flautista muy interesado y apegado a la filosofía; al extremo que no prueba un solo bocado antes de pensar. ¿También se presenta ante el público como Histriana? No; él por el contrario es más reservado; trata lo menos posible involucrarse con el público; sólo toca su flauta en las madrugadas. Una vez cuando But tocaba sus melodías, sorprendí a Linoria danzando como una cigüeña al compás de su música; ella es otra hospedada en este lugar; antes de estar aquí era enfermera en un hospital, pero perdió la razón al tener un conflicto amoroso con su pareja; aquí se ven cosas muy extrañas. Sabes?; Una vez Linoria me invitó a que participe en una sesión de baile que ella había estado practicando por bastante tiempo; lo hizo en el salón de gimnasio

del hospicio, y sinpúblico, por supuesto; pues ella trataba de enseñarme sus pasos de ballet provista de un par de patines y al final terminé yo también patinando y bailando al compás de ella. Cómo fue eso, cuéntame. Puso una grabación en alto volumen sobre una partitura clásica, me parece que de violines y órgano; y ella comenzó a patinar rítmicamente y le salía muy bien; yo empecé a imitar sus pasos, y en vista que de pequeña siempre he patinado, no me fue tan difícil aprender sus ritmos, y ya estaba casi a su nivel; luego Linoria se separó de mí y continuó danzando como una profesional al ritmo de dicha armonía; y daba vueltas y hacía los pasos más difíciles que yo hubiera visto alguna vez; por supuesto, yo ya no pude seguirle el paso; sólo me detuve a contemplarla, admirando la belleza de su danza; de pronto varios internos ingresaron al salón, pero sólo se quedaron cerca de la puerta, y se pusieron a observarla, mostrando su complacencia y admiración; ella se dio cuenta y detuvo la danza, un poco enojada por esta intromisión. No sé que hace ella acá; debería trabajar en algún ballet profesional. Hay un joven que siempre nos visita y nos aconseja cosas; es como de nuestra familia; él asegura que algún día será como uno de nosotros. Por qué dice él eso? No sé exactamente, pero algo tiene que ver con su familia, dice que la esquizofrenia la tiene dormida pero encendida como si fuera un piloto de hornilla o como el punto rojo de un aparato enchufado. Acude a las actividades que realizamos los internos, tiene muchos amigos en este lugar, y le gusta salir con algunos pacientes, cuando realizan caminatas en unas islas lejanas, acompañados de celadores y algunos doctores. Le llaman el lanzador de monedas. Por qué le llaman así? Porque siempre anda jugando con una moneda; la lanza al aire y decide cosas. Es muy gracioso y se lleva muy bien con todos, sobre todo con los internos varones. Qué cosas curiosas se ven en este lugar,. Verdad Loreta? Sí. Una vez presencié una escena que me conmovió mucho. Hay un interno que permanentemente invoca la luna; le habla como si fuera su amante; una vez le grabé una conversación en donde le decía: “Luna de todas las lunas, luz de mis días; cuéntame todo y no calles nada, porque esta noche es la noche de todos los versos más románticos y cadenciosos, y si no te gustan mis cursilerías puedes hablarme tú del tema que más prefieras, o de todo lo que te intrigue o te apeste, porque yo soy tu mejor amigo, tu hermano con quien compartirás un momento verdadero; yo soy tu baluarte para enfrentarte a este mundo cruel y desastroso, donde sólo vivimos los más fuertes o los más hipócritas que sólo vivimos por conveniencia, olvidando algo más importante que los valores, el amor, la amistad, los buenos sentimientos, que le da mayor fe a la sonrisa, tu sonrisa”. “tú que iluminas las ventanas oscuras de las casas; que le das fuerza a los ancianos………”. Y bueno es bastante lo que le dice a la luna, como si lo escuchara. Y te has tomado el trabajo de grabar su voz? Claro, aquí en este lugar nosotros tenemos que dedicarnos a diversas cosas para pasar los días Sabes, un día le hablé a este joven sobre la obsesión que tiene con su “amor”; quizá con el fin de ayudarle a que retome la realidad; y él me dijo que las cosas que ella le contesta se las trasmite directamente a su pensamiento, y que en ocasiones su luna se transforma en una mujer y que la puede tocar y besar.

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Pobre chico; ojalá algún día se recupere. Y así transcurren los días entre Loreta y Matías. * Para Matías, Loreta pasa a ser un pasado romántico que sólo visita para cumplir con el remordimiento de su conciencia, pero de todos modos de rato en rato le salen momentos prolongados de ternura. El cuando no visita el hospicio sale con una mujer muy amable y simpática con quien anhela casarse y tener un hijo normal. Para Loreta, el hospicio es su hogar, tiene a Histriana y Linoria como amigas, a un But, que es amigo tácito que lo comprende a distancia, de un joven obsesionado con su amor lunar, y tiene muchos amigos más que hacen que sus días no pasen en vano, ya que poco a poco al sentirse ocupada, percibe sentimientos hacia Matías, como si él sólo fuese un amigo lejano que conoció en una etapa de su adolescencia. EL ONANISTA PERFECTO I Después de salir de clases, nuestro universitario tenía la imagen inolvidable de Caty (todo entre siluetas: senos puntiagudos, anchas caderas y una delicada cintura y sin olvidar sus largas y deliciosas piernas), quien todas las noches se cambia con la luz encendida en su transparente vestidor que está pegado a la ventana de su pequeño dormitorio que está al frente de la ventana de nuestro desesperado amigo Gróver quien todas las noches tiene ese detallado placer de contemplar sus deliciosos atributos; bueno, esta vez se dirige a su cuarto con una nueva fantasía: que le habla a Caty, que la enamora, la besa y le hace el amor como nunca nadie le hizo; bueno, es sólo una de esas noches que la ve desde una distancia corta, cambiarse una y otra vez una colección de lencería fina y lo hace de una forma tan sensual que Gróver queda exhausto, pero luego se oscurece la habitación y a nuestro joven universitario le da una electricidad que le invade por todo el cuerpo, sus orejas empiezan a calentarse, sus manos empiezan a temblar y se le hace agua a la boca de tanto pensar y desear en ese escultural cuerpo de diosa, entonces ya no puede más y vierte toda su virilidad al vacío. Al día siguiente nuestro joven universitario tiene que ir de prisa para estudiar a la universidad de Larco Herrera, bueno, Gróver, en su escaso momento de lucidez todavía cree que estudia en la universidad de sus sueños pero en realidad, él hace un año que está internado, no realmente en el Hospital Larco Herrera, sino en un instituto privado para enfermos mentales, su mal : Demencia Controlable; por esta razón es que en casa de su tía lejana, donde alquila el departamento todos le siguen la corriente o la onda. Anteriormente, nadie podía salir de ningún Larco Herrera, salvo si fuese por emergencias de salud corporal, hasta que un día llegó un loquero o mejor dicho un sicólogo de prestigio, muy reconocido y respetado quién enfatizó que era necesario dejarlos salir fuera del manicomio porque este grupo de pacientes presentaban un cuadro de locura controlable; se les podía dejar por sí solos continuar con su vida y había muchas posibilidades para su pronta rehabilitación, es más, muchos se habían sanado con este método, por esta razón y por otras más es que los locos de Larco Herrera eran estudiantes de una universidad muy prestigiosa llamada Cosmos para los pacientes y para la gente de afuera era conocida como la universidad de los locos quienes todos los días iban y venían del manicomio a sus casas con absoluta libertad. En fin llegó el día domingo y Gróver sale a pasear a una playa muy desértica y olvidada que está alejada de la ciudad por una diferencia de seis kilómetros. Gróver salió a divertirse junto con algunos universitarios, entre ellos Raúl, quien se

desquició por tanto estudiar, también está Juana, la chica que enloqueció por tanto consumir alucinógenos, Lucho quien perdió la razón al encontrar in fraganti a su novia en actos de infidelidad con el propio padre de él; la verdad, es triste y desgarrador ver una escena tan desastrosa en tu padre y tu prometida estén fornicando en el baño. Lucho al ver a su enamorada de toda la vida con quien se iba a casar a los pocos días se quedó mudo y sin habla, luego empezó a tirarse de los pelos, dando vuelcos por doquier; también rasgó su ropa y empezó a romper cuanto habia en casa, empezó a dar patadas y puñetazos que no pudieron esquivar ni su prometida ni su padre quienes tuvieron que salir corriendo como Dios los trajo al mundo para salvarse de ese loco, locazo que hacía las veces de boxeador, karateca, yudoca, etc., etc., bueno, ya estuvo bien; y no nos olvidemos que Gróver se volvió loco, no por masturbarse de tres a cinco veces al día y todos los días, sino por razones seguramente hereditarias. El anfitrión de la tarde es Raúl, por ser él el más aplicado y más antiguo de todos: Amigos, nosotros somos un grupo muy compacto y unido, tengo la certeza que nosotros dirigiremos el mañana porque somos profesionales que el mundo requiere para realizarse satisfecho, tú Juana que eres química farmacéutica, gracias a ti la salud respirará tranquila, tú Lucho que eres un actor de renombre, contigo el mundo no se guardará sus emociones y aprenderá a reír y llorar adecuadamente, con la sinceridad que nos hace más humanos; Gróver, el mundo necesita mucho de ti, ya que eres un educador y tú eres el pilar del mundo pues yo sólo soy un simple - constructor del mundo que me llaman Ingeniero y sin ustedes mi mundo no podría girar. Raúl, todos nos sentimos grandes y humildes a la vez, te agradecemos por ese gesto tan hermoso Dice Juana, y continúa yo creo que en este momento no prima nuestra profesión ni nuestro rol, sino que tenemos que individualizarnos y hablar de cada uno de nosotros mismos: qué nos hace falta, qué deseamos o qué queremos para ser felices; por ejemplo: yo fui feliz toda mi vida y lo soy todavía, yo amé y me entregué a muchos hombres y ellos me amaron también y quisiera seguir amándolos y disfrutar al máximo el amor. Apruebo lo que dices Juana lo celebra Lucho yo deseo estar a lado de María y amarnos como siempre nos amamos, no se imaginan son quince años de un amor tan compacto que dio vida a nuestra relación tan bella e intensa. ¿Saben? Dice Gróver todas las noches hago el amor con una chica que es mi vecina que no sé cómo se llama ni ella sabe mi nombre porque nunca nos preocupamos en esos asuntos sin importancia pero lo que sí sé es que los dos nos amamos y nos sabemos llevar bien a la hora de la cama, ella se desviste yo la visto, luego ella me desviste y luego me viste suavemente, nos reímos en silencio y luego hacemos el amor y volvemos a hacer hasta altas horas de la noche y sin saber qué ocurre con nuestros cuerpos los dos amanecemos cada uno en su respectivo departamento; a mí me parece extraño pero me gusta tanto que no sé qué haría sin ella. En esos momentos suena una llamada que interrumpe la conversación; el celular suena en las manos de Raúl y es su madre quien lo llama para decirle que regrese pronto a casa y se despide brevemente: Bueno rulitos, tu mami se despide y te dice que la parrilla y la fiesta no te puede esperar todo el día, chauuu, besos. Después de esta llamada Raúl el popular “rulitos” se disculpa y despide: Bueno chicos, me tengo que ir el deber me llama tengo que construir puentes de felicidad y amor. Ah y a propósito, Juana, tienes toda la razón del mundo y te agradezco por hacernos recordar lo más importante de la- vida. (y se despide el popular rulitos porque tiene que atender al llamado de mamá) Suerte, nos vemos… chauuuuuuuuuu

Todos saben que Raúl es gay y amanerado, siempre está muy apegado a su mamá y que está perdidamente enamorado de Gróver quien es el único chico en la universidad que siempre tiene las manos en el bolsillo agarrando su miembro viril, pues, Gróver difícilmente puede dejar el hábito de tocarse. Después de la despedida, Gróver queda divagando en lo deliciosa que es su amada y se olvida de la conversación por un largo trance. Es en ese momento que Lucho se pone ligero y empieza enamorar a Juana; pues habían quedado literalmente solos: Juana, aprovecho la ocasión para felicitarte y confesarte que me gustó esa hermosa palabra que dijiste, eso de que te gustaría seguir amando y que te amen, por casualidad ¿Te gustaría ser mi María? Lucho, hablemos las cosas claras, me gustaría ser tuya, pero no me gustaría ser María. Bueno, entonces ¿te gustaría ser mía? Sí, pero hoy y no mañana, mañana puede ser demasiado tarde… Juana era una de esas mujeres que aparentan seriedad y formalismo pero que en el fondo son unas putas y coquetas que mil hombres no pueden saciar. Es en ese entonces que empiezan los besuqueos y los juegos de manos que se manifiestan al desvestirse y muy enseguida se cogen el uno al otro y en el momento de los gemidos y las alabanzas cuando ya están muy cerca del clímax es que alardean inocencia y se dan cuenta que Gróver existe y está mirándolos. Gróver… le dice Lucho: ¿Podrías traernos un par de cervezas? Gróver que es más listo le dice: No te preocupes que ya me voy, ustedes sigan no más, a mí también se me ha abierto el apetito iré a buscar a mi amor y a propósito el quiosco más cercano está a seis kilómetros de aquí y no me gusta hacer mandados ni cumplidos. Gróver se despide con su habitual sonrisa y sale en busca de Caty la mujer de su fantasía sexual, pero por el camino va recordando el hermoso cuerpo de Juana cuando es desvestida por Lucho, el color de su piel, sus pechos exuberantes que tienen los pezones que se asemejan al tamaño del limón, sus piernas un poco cortas pero muy carnosas, con estas imágenes muy nítidas en su ojos es que él empieza a masturbarse repetidas veces, hasta que llega al departamento de Caty, pero la vecinita no se encuentra y le dicen que ha salido de gira, que durará un mes o si es exitosa tal vez un año y con el calor de la conversación recién se entera que Caty es una bailarina y que su nombre es Catherine. Nuestro pervertido sexual, siente la angustia más dolorosa de su vida él cree que ya no volverá ver a Caty nunca más en su vida; es en este momento que decide contarnos su vida a través de su diario que hallé en su casillero del manicomio , y Gróver lo inicia contando a través de un poema: Cuando octubre cayó sobre sus ojos se agotaron los días de verme en enojos Cuando vi el brillo en sus ojos se terminaron mis días de tranquilidad. Caminaba entre islas sin puerto seguro como ciegos que miran de reojo el futuro caminaba pensativo flotando en la nada

Que nadie me apague la luz, para poder ver sus ojos Que nadie me apague la luz, para poder ver la luz de su luz y la luz de su luz de esa luz. Que nadie mate mis sueños, que no me apaguen la luz Soñaré que sueñas un sueño indiscreto / que despierta en secreto en un pueblo remoto con el pliegue de invierno que viene de costado con el miedo agazapado y con el santo en alboroto soñaré que también tienes sueños lujuriosos pero los escondes con miedo y te arrepientes de tus deseos. que nadie me apague la luz, para poder ver sus ojos que nadie me apague esa luz, para poder ver la luz de su luz y la luz de su luz de esa su luz. Quiero estar en todas, embriagarte a solas Quiero enterarme de tus pasos, Incluso de aquellos que no son exactos Quiero violentarte, y cada noche explorarte Y ser el único perro que te ladre, que te muerda Y que logre atraparte. Quisiera saber más de ti para estar a solas, quisiera violarte hasta explotar, aunque tenga que rogarte o arrastrarme, tan sólo para poseerte. Desearé ke tu viento no traiga un reposo (ni uno solo) Controlarte deseoso, soy un viejo celoso, mañoso, morboso. Y es por eso que quiero a veces amarrarte (anudarte…) Y es contigo que quiero hasta el fin masturbarme, Le ordenaré al viento que no te distraiga y pueda controlarte porque soy un viejo muy mañoso y celoso, es por eso que quiero atarte para masturbarme sin descanso. Desde que mis ojos te vieron descubrí la vida, por eso quiero que nadie me apague la luz y todo lo demás. Qué nadie me apague la luz que quiero ver las bondades de su cuerpo Cuando mis ojos cayeron en esos tus ojos… fue cuando mis ojos se posaron en tu desnudez. Mi nombre es Gróver y yo amo a Caty, ella es la mujer más hermosa y sensual que he conocido, la primera vez que la vi a través de la ventana quedé cautivado por su escultural figura y sobre todo por el brillo de sus ojos, ella se cambiaba todas las prendas posibles en su vestidor que yo podía desde muy lejos con toda claridad todas las noches sin faltar, después de vestirse y desvestirse interminables veces, luego apagaba la luz de improviso como para castigar mi osadía y predilección, a mí sólo me quedaba contentarme con ese recuerdo tan delicioso que muchas veces me inspiró infinitas noches de placer y agonía llenos de felicidad.

Al día siguiente, después de tantas noches de pasión y sin saber quien soy o quien era me dirigí para enfrentarla, tenía que enfrentar mi miedo, es decir enfrentar el amor. Toqué su puerta y me dice hola, quién es pase… Disculpe señorita … …Caty….. y usted? Mi nombre es Gróver, encantado de conocerla. En qué le puedo servir? Bueno, este… ¡Hable con confianza no sea tímido! Bueno, la verdad me enteré que usted es bailarina y yo no sé bailar ni siquiera un poquito y tengo pendiente un baile de graduación este fin año en mi universidad, por eso quisiera que me enseñe a bailar aunque sea un poquito para yo ir practicando día a día hasta que llegue el día de la graduación, no quiero hacer el ridículo en la fiesta. No sé si usted pudiera o tuviese algún tiempito libre para enseñarme pasos de baile, por favor… Mira, la verdad me gustaría ayudarte pero en estos días estoy muy atareada y a veces hasta tengo problemas con el reloj, qué te parece si vuelves la próxima semana? Pero por su puesto!!! Gracias!!! Caty, usted es una buena persona, no sabe el gran entusiasmo que tengo por aprender a bailar, chauuu hasta la próxima semana. Después de mi primera presentación ante Caty, me dirijo muy contento a mi universidad y los cuento a mis amigos: Hola Raúl qué tal vas…? Dijo Lucho. Bien, bien no me puedo quejar, estoy haciendo unos planos para construir una escuela de niños especiales, imagina la aceptación y la demanda que tendrá una vez esté terminada y todos dirán el nombre del ingeniero que realizó el proyecto y no sólo eso, sino que se terminará la marginación y ellos serán aceptados con amor para terminar con los prejuicios de lástima. Sabes? Hoy entablé una conversación y saqué una cita con mi vecina favorita, ella es bailarina y me enseñará a bailar. Mira me alegro por ti y por tu futuro romance pero siendo tu mejor amigo sólo me queda recordarte que no te descuides de tus calificaciones ya que las mujeres distraen a uno, te atan y te quitan la libertad. Mira en la calle y encontrarás la respuesta; allá hay una pareja de enamorados, el chico de azul está abrazando su pareja pero a sus espaldas está mirando a la mujer del vestido largo; mira al otro lado la tristeza de ese señor que tiene esposa e hijos no parece feliz demuestra un semblante cansado y un tedio sin límites. Ahora concéntrate y observa al chico solitario de la esquina que está parado haciendo lo que quiere, dando suspiros, con un aire de tranquilidad y calma, como si un sueño de don Juan le inquietase y ya se prepara para una y mil aventuras más. Bueno creo que tienes razón, pero a pesar de tus ejemplos igual deseo estar con ella, amarla y hacerle el amor repetidas veces. Bueno, allá tú… Raúl cierra la conversación Estoy un poco abatido y triste por la aversión que Raúl tiene en contra de los romances; luego me dirijo al apartado de Juana que es una sección un poco amplia de toda la universidad para poder platicar un poco de su felicidad. Hola Juana, cómo te va?

Bien Dime qué opinas del amor? Mira Gróver, para mí el amor no existe. Qué y Lucho no significa nada par ti? Lucho!!! De qué hablas, yo tengo sexo pero nunca me comprometo en algo serio; Lucho sigue siendo mi amigo, tanto como lo es de ti. Dime tú… tú amas a tu enamorada misteriosa? O sólo la deseas. Ya no es un misterio, se llama Caty y es bailarina; la verdad no sé si la amo o la deseo. A ver Gróver hay que ser sinceros ¿Qué fue lo primero que te impactó de ella o qué es lo que te gusta? Bueno, la primera vez la vi desnuda cambiándose de vestidos, me gustó su cuerpo: sus pechos, su cadera, su pubis, sus largas piernas y desde ahí todas las noches la veo desvestirse y hace poco, es decir ayer hablé con ella y me gustó el brillo de sus ojos, la suavidad de sus manos y su voz y sin olvidar la gentileza que tiene al tratar, es una mujer muy frágil y deliciosa. No te engañes sólo la deseas y quieres tener sexo con ella sigue Juana con voz experimentada te gusta porque es bonita y se desviste y es por eso que tienes fantasías. Y cómo lo sabes Juanita? Es fácil bebé; si yo me desvisto en tu delante yo sé que sentirías lo mismo que sientes por Caty, además sé que nunca has tenido sexo, mira te lo probaré: Y empezó a desvestirse tan rápido como pudo y me dejó sin aliento, luego sin más ni más, empezó a jugar lentamente a vestirse y desvestirse tan sensual; esta vez era de día y pude ver todo con más claridad tanto que podía memorizar cada detalle de su cuerpo con tranquilidad; luego empecé a sentir que mi cuerpo se calentaba poco a poco cada vez más y no pude hacer nada para evitar desearla con tanta desesperación que mi pene obedecía al llamado de la piel de mi Juanita, entonces sucedió: Tuvimos sexo por un tiempo prolongado; Juana alcanzó orgasmos incontrolables y como nunca se sentía feliz, tantos que me dijo que me amaba como nunca había amado a nadie en la tierra; pero yo no le pude decir nada sólo podía gemir, pues era la primera vez que tenía sexo real con una mujer. Tuvimos sexo toda la noche, y lo logramos dándonos descansos y luego continuábamos con la faena de amor. Ya al amanecer me fui aterrado por lo que hice, pues había tenido sexo con la mujer de mi mejor amigo; me remordía la conciencia. Entonces decido hacerle una visita para confesarle mi traición: Hola Lucho, que tal?..... Qué día no? Lo mismo digo. La verdad vengo a hablar de algo muy serio contigo. Qué tan serio es, mataste a alguien, te falta dinero, alguien secuestró a tu perro? O algo así. No. Algo más importante y delicado. Bueno, habla de una buena vez………………….. Lucho, estoy saliendo con Juana y creo que te debo una disculpa amigo mío, pero tú debes comprender que soy un hombre débil a la carne……..¿Que?¿Eso es todo? Jajajaja Mira Gróver. Juana es sólo una amiga para mí y que haya tenido sexo con ella no significa que me pertenece. Te seré sincero eres un perfecto imbécil, Juana

es una perra, sólo le gusta tener sexo una vez con cualquier persona que conoce y yo la comprendo, tiene miedo a amar. Bueno vete tranquilo, no hay problema. Nos vemos Lucho. Estoy sorprendido con esta revelación, doy un suspiro de gran alivio, a pesar del encontrón que había tenido la noche anterior, pensaba un poco en Juana, me intrigaba el porqué ella, hacía eso, eso de no creer en el amor; en fin esta deliciosa experiencia me abrió el apetito de irme a la cama nuevamente con ella, pero una fuerza interior me impide, uno, que Juana se haya acostado con todo el mundo pero sólo una vez con cada uno; dos, que mental, emocional y carnalmente me siento muy ligado a Caty, tan sólo imaginar de cómo bailaría con ella, qué color de ropa usaría, qué le tenía que decir en el momento apropiado, todo me tiene preocupado y como por arte de magia me olvidé de Juana por completo, hasta me olvidé cómo hicimos el amor miles de veces; en mi mente se repetía miles de veces: Caty y Caty y Caty…hasta el cansancio. Siento muchas ganas de ir a verla lo más pronto posible, bueno, mejor voy de una buena vez por todas para decirle muchas cosas y si puedo desvestirla poco a poco como ella se desviste, mejor y nuevamente llego a tocar su puerta y ella me atiende muy amablemente: Hola Gróver pasa, listo para aprender a bailar? Sí, y qué paso ensayaremos hoy. Por el momento iniciaremos con valses. Y pasamos hasta altas horas de la noche bailando, pero yo no pude aprender nada porque me dediqué a mirarle los senos y de pasada a soñar mis sueños más eróticos y locos. Pero por lo menos aprendí algunas letras de las canciones que el vals tenía para hacernos soñar. Jueves otro día interesante para aprender a bailar y sobre todo para charlar un poco de la vida que para algunos es un tanto deliciosa como para Caty. Hola Gróver, qué gusto verte. Hola Princesa ¿Princesa? Sí, princesa porque eres muy linda Gracias por el cumplido, aunque no te creo, bueno, después de formalismos, a demostrar el espíritu de baile. Después de horas y horas de baile y días, más días de práctica de baile, también teníamos momentos libres para conversar de todo un poco, y poco a poco entramos en confianza como para contarnos algunos pasajes o resúmenes de nuestras vidas ya que no tenía mucho de qué hablar, pues, yo no soy una persona interesante que digamos pero sin embargo, le parecí muy interesante tan interesante que ella me empezó a hablarme de su vida con toda la tranquilidad y sinceridad, de su vida tan indecisa y de sus días cotidianos un tanto vacíos con pocas novedades, tanto como eran los míos a mi simple entender. Gróver, amas tanto tu profesión que no la cambiarías por otra, ¿qué tan seguro estás? Ser profesor es todo lo que quieres y amas en la vida? Para ser sincero, te diré que me hubiese gustado ser un buen soldado de las fuerzas especiales, pero con el paso de los años y con la madurez que alcancé con el estudio, pude percibir que la mayoría de las fuerzas élite se preparan para participar en maniobras arriesgadas que a veces no contribuyen para el desarrollo de su país o para el beneficio mundial; están siempre subordinados a las órdenes de un general o un presidente; en cambio siendo profesor puedo contribuir directa e indirectamente a disminuir el analfabetismo y a formar líderes del mañana o a no dejar que los alumnos

inteligentes dejen de interesarse por los estudios; ser educador me hace feliz, pleno y realizado porque tiene más opciones de realizar y contribuir con la sociedad; en fin, y tú qué tan segura estás de tu profesión. Mira, cuando papá y mamá decidieron que tenía que postular la universidad, ellos quisieron que yo postule para doctora y así lo hice, postulé e ingresé sin muchos apuros, con el tiempo terminé mi carrera fácilmente porque siempre fui muy aplicada en clases, y fue ahí que poco a poco me incliné más por la sicología, carrera que terminé hace ya siete meses pero como después de tanto tiempo de estudio no me pude divertir, actualmente me dedico a ser bailarina, no como profesión, sino como pasatiempo; en estos meses de práctica he aprendido mucho y me divierto mucho; además mis padres son profesionales, uno es administrador y mi madre es ginecóloga, y mis dos hermanos que estudian en la Universidad Garcilazo, ellos siempre están ocupados, sólo nos reunimos en familia los fines de semana y por un par de horas. Caty, de mis padres te puedo decir que no son profesionales pero son buenos vendedores, ellos tienen su negocio en Huancayo y mueven fuertes sumas de dinero porque tienen que mantener a mis cinco hermanas y dos hermanos, sin olvidar a sus doce respectivos nietos, entre ellos, hay escolares, universitarios y técnicos, de quienes hay que cubrir sus - cuantiosos gastos. Como te darás cuenta como ellos están lejos yo vivo solo en mi departamento al igual que tú. Qué te parece si el domingo salimos a dar una vuelta por los parques y jardines y de pasadita nos quedamos todo el día en la playa y si aún nos queda dinero vamos al cine y a probar algunas palomitas de maíz. No está mal la idea pero primero tengo que ver qué día tengo libre, qué día no me toca ir a bailar; a ver… qué suerte tienes, el jueves y el viernes no me toca ir a bailar. Caty, y por qué no dejas de bailar por un tiempo? Y tú con qué crees que voy a pagar el alquiler del departamento? Tienes razón, entonces hasta el jueves, chauuu Después del baile y la charla me dirijo apresurado a mi departamento pero entro a oscuras y sólo prendo la luz de los interiores, no prendo la luz del frente porque ahí está Caty cambiándose o probándose vestidos, bueno ya empezó el show, primero se peina el cabello, luego se quita la blusa suavemente, botón por botón y se ve sus pezones puntiagudos y duritos, pero me distrae a pesar de la distancia el brillo de sus ojos que brillan como caramelos, y me concentro para seguir viendo cómo se quita ese pantalón tan apretadito y veo sus piernas tan largas que se siente la suavidad de su piel, ya siento el olor a shampoo y jabón que tiene fragancias a pétalos de rosas y flores del campo, también veo su calzoncito tan chiquito que parece transparente; qué bonito camina, se está yendo al otro lado de su cuarto, se ha puesto, que hace aun más deseables sus senos puntiagudos y su vientre sagrado, una linda bata negra bordeada con bobos dorados que hace lucir aún más rosada su piel pero en este momento está tocando el interruptor, oh no, no me apagues la luz, no me apegues esa luz, quisiera gritarle, pero temo ser descubierto, empiezo a sentir un calor intenso por todo el cuerpo y empiezo a soñar despierto, su cuerpo y mi cuerpo juntos, entonces hacemos el amor toda la noche. Al día siguiente al despertar amanezco solo y todo parece ser un simple sueño pero yo lo sentí tan real porque sé que los dos lo hemos hecho. Al día siguiente, me encuentro con una Juana más decidida y romántica que parece interesarse nuevamente en mí y este acto me trae dudas de que sólo se acuesta una sola vez con sus amantes. Hola, Gróver qué pasó? Ya te olvidaste de mí o ya no te agrado y ya no te importo?

No es eso Juanita, lo que pasa es que te veía callada en clase, creí que estabas preocupada, entonces, decidí dejarte a solas y no distraerte ni incomodarte, pero si quieres hablar o tener un amigo con quien conversar, estás hablando con el hombre indicado. Gróver qué te parece si me acompañas a mi casa esta noche, no sabes cuánto te he extrañado, no sabes la falta que me hace conversar con alguien. Como tú digas Juanita. Al llegar a casa yo no sabía que la mamá de Juana estaba de viaje; ella se había casado otra vez y estaba de luna miel y por esta razón la casa estaba sola por una semana; su papá se fue a vivir a Venezuela abandonando a su madre, quien no le dijo que ella esperaba una hija, al enterarme de todos estos acontecimientos, empiezo a tomarle cariño a Juana. Ella me preparó la cena, me puso el video, cenamos y vimos películas y entre una de ellas pornográficas la cual nos abrió el apetito y tuvimos sexo en todas las habitaciones de la casa, lo hicimos con tanta intensidad que nos quedamos dormidos hasta el atardecer del día siguiente y así estuvimos días tras días hasta que trascurriera más de una semana y para mi mala suerte no llegaba la dueña de la casa, la mamá de Juana. Después de tanto sexo apenas pude reaccionar y hablar por suerte usando un poco la razón le pregunté: Juana, dime porque dicen que tú no duras mucho tiempo en una relación amorosa o que no te gusta iniciar una relación seria con tus amantes, es cierto? La verdad sí, pero al conocerte me he dado cuenta que tú cuando miras a una mujer no sólo amas de ella su cuerpo, sino también su alma, además eres la única persona que vale la pena para convivir una vida de pareja llena de emociones y sentimientos. Juana, para serte sincero, yo no te amo, te quiero sí pero como una amiga y si tuve sexo contigo es porque quise experimentar ya que yo nunca lo tuve con ninguna otra persona y además decían de ti que eras fácil y una mujer pasajera. Gróver, que no me ames no importa, lo único que quiero es que te quedes conmigo una semana más. Mira, el inconveniente es que no quiero que tu mamá nos encuentre aquí en situaciones vergonzosas y la otra razón de más importancia es que tengo que ir disculparme con una amiga porque le fallé a una cita que yo mismo propuse; seguramente ahora debe estar muy enfadada. A mí no me importa si está enfadada o no; lo que quiero es que no te vayas y no me dejes sola, aunque sea quédate una noche más y de ahí si quieres puedes olvidarte de mí, si quieres ya no me volverás a ver nunca más , pero quédate conmigo esta noche, por favor. Bueno, si así lo quieres lo haré por ti pero que sea la última vez. Esa noche, a pesar que Juana estaba tan deliciosa, traté de excitarme lo menos posible para no debilitarme y no quedarme dormido hasta el atardecer. Al día siguiente, para mi suerte Juana se quedó dormida y yo aproveché para salir corriendo, antes de que me empiece a decirme palabritas que se susurran al oído o darme atenciones muy cariñosas y amorosas de esas que tienen un gran poder de convencimiento con los niños: preparando postres, palabras dulces de promesas sin tiempo y también algunos recursos muy usuales como el acto de limarme las uñas o me peinarme antes de vestirme y desvestirme, etc., etc., atenciones muy dedicadas con afecto como si yo fuese único hombre en la tierra o algo así por el estilo. Pero ni bien amaneció yo me fui a casa. Necesitaba dormir, así que llegué a mi cuarto y me eché a

dormir y dormí tanto que parece que pasé dos días con sus respectivas noches en la cama. Cuando desperté, caminaba sonámbulo más que un ebrio fanático de las cantinas o bares, y a pesar de las dificultades poco a poco pude restablecerme y me di una ducha, me cambié para poder llegar a tiempo y presentable a clases. Ya en clases, después de tantos días, todo transcurría con total normalidad; Raúl apenas me conversaba, Lucho se veía ocupado y Juana se mostraba totalmente abstraída e indiferente como si lo nuestro nunca hubiese ocurrido; bueno, luego de formar parte de este inmenso clima de tranquilidad, es decir; después de clases me dirigí a tocar la puerta de Caty. Hola Caty. Hola Gróver, ¿listo para bailar? Sí Entonces a bailar Y en pleno baile, tengo que aprovechar la oportunidad para disculparme y espero sorprenderla con un regalo que traje. Caty, gracias por todo lo que haces por mí. No tienes por qué agradecerme si tú pagas cada clase, yo sólo hago mi trabajo y me esmero lo mejor que puedo para que aprendas lo más rápido posible. Bueno, tengo que agradecerte por todo ello, pero el punto es que quiero disculparme por mi falta de consideración y responsabilidad, pues, si ya lo olvidaste; tenías una cita pendiente al que yo falté y no es de caballeros ni de amigos faltar a una cita con tantos días de anticipación, lo que pasó fue que tuve algunos contratiempos de suma importancia y por esta razón es que no pude ir a pasear a la playa contigo, pero yo más que nadie tenía y tengo todavía la ilusión de salir a pasear al lado de una persona tan especial que hace que la vida sea bella e interesante No te preocupes, ya tendremos otra oportunidad de conversar y pasear al lado del mar o pasear por los jardines con absoluta tranquilidad. Y también yo pienso lo mismo, quisiera tener una cita especial. Princesa, toma este presente, son todas las flores de los jardines dentro del florero de caracol sólo para ti, cada flor representa a un jardín muy especial que conocí en los paseos de mi infancia cuando recorría el mundo, el caracol gigante, representa la eternidad de las horas que pasé conociendo las orillas del mar. Gracias, Gróver, eres una bella persona, espero que en la próxima cita si tengamos la oportunidad de conocernos y de compartir aunque sea un paseo. Qué te parece si volvemos al tema del paseo, te gustaría intentarlo para este martes, ya que el lunes damos exámenes y tenemos vacaciones los días restantes de la semana, te prometo que esta vez sí no te fallaré. Bueno, si tú lo dices y lo prometes, porque ese día yo fui antes de tiempo y tuve que contentarme a sentarme y esperar, luego terminé paseando en círculos. Está bien, este martes será un día especial e inolvidable en honor a la amistad. Con esta escena muy cursi terminó nuestra práctica de baile y eso que todavía no tomo lecciones de piano, para mi buena suerte a estas alturas ya sabía muchos pasos de baile y a pesar de hacerme el que no aprendía tenía que hacerle frente a los pagos de las clases particulares que eran un poco elevados. Después de salir del departamento de Caty, siempre todas las noches tenía que llegar al mío a toda prisa y con el cuarto a oscuras me sentaba mirar por la ventana siempre a escondidas camuflado entre las cortinas para no perderme la linda vista que regala al desvestirse muy iluminada por las luces de su alcoba muchas veces su ventana está

cubierta de cortinas y yo sólo me contento con deleitarme con bella e inspiradora silueta pero esta vez como hace mucho calor me dejó la ventana abierta y pude ver todo el contorno de su cuerpo tan escultural pero sólo se cambió un juego de prendas para dormir y apagó la luz más rápido que de costumbre, bueno, yo creo que es porque nos quedamos bailando hasta muy tarde. En fin, no puedo superar este sueño real que de mi ventana salto a su ventana y la hallo tendida en su cama tallada de unicornio y su rostro se lee la expresión que está soñando conmigo un encuentro muy sensual, romántico y erótico, entonces hacemos el amor como lo soñamos hace una vida atrás, hastaque se termina la noche y la madrugada nos queda cortos; tú desapareces con una sonrisa de satisfacción y yo amanezco en mi cama muy cansado y satisfecho. Al siguiente día me quedé dormido hasta que el ocaso llegó a calentar mi rostro de chico alegre que amó a su amada, pero al despertar tengo serias preocupaciones como el hambre voraz de un náufrago en islas olvidadas y el deber de estudiar para salir con buenos récords en el examen general de aptitudes. El lunes me dirijo a dar mi examen, el cual nadie pudo dar porque todo el personal docente estaba ocupado, decían que estaban en una reunión de último minuto y en la tarde no nos dejaron salir de la universidad y el rector dio órdenes estrictas que ninguno de los estudiantes saliera porque había una emergencia a nivel nacional, muchos decían que se trataba de una epidemia y todas las personas estaban siendo evacuadas a zonas seguras. Ese día estábamos presentes todos los universitarios menos una y esa una que estudiaba en mi salón era Juana. Como a nuestro grupo nos evacuaron en nuestro salón decidimos pasarla bien ya que siempre lo sentimos amplio y acogedor, por eso, todo el mundo hacía lo que quería, aprovechando ese momento de recreación que ya duraba dos semanas decidí, abrir el casillero de Juana que estaba casi vacío y encontré este poema: Al sentirme amada, un cielo nuevo se abrió para mí yo que nunca creí en el amor y siempre sonreí vacía. Llegaste a mi vida y me diste esperanzas, no sólo amaste este cuerpo, sino mis ojos y comprendiste lo que decían, me diste más amor de lo que nunca imaginé recibir, Las tardes de infinito sol me hicieron pensar En mi alegría cuando llegaste a mí y en mi agonía, cuando dejaste amarme, te comprendo y justifico: La vida no es justa; vive el que puede ser feliz. ¿Quién podría amar a una mujer que se entregó a medio mundo? ¿Quién podría amar a una mujer que coquetea sin motivos? ¿Quién podría amar a hija producto de una violación? Pero tú me amaste y yo fui tuya con toda mi alma, y antes de huir de esta universidad que nos está matando te digo que también trates de huir conmigo para tener vida propia; sabes? a mi padre que nunca lo vi me hubiese gustado conocerlo y también a mi madre a pesar que siempre se dejó ver. Sabes? Estoy completamente segura que no estamos locos, El mundo nos trata de hacer creer que lo somos, sólo somos incomprendidos pero hemos demostrado que podemos vivir este mundo, en este mundo donde todo es tan confuso

y es difícil hallar respuesta para todos estos vacíos… por favor, huye conmigo o déjame morir. Sinceramente, no llegué a comprender este poema en su totalidad pero sé que Juana no se está sintiendo bien pero es una escritora muy sensible. A la media hora los doctores me avisan que tengo una visita de una mujer y para mi sorpresa es Caty. Hola Caty Gróver, vine porque me debías una cita. Sí, pero no podemos salir de aquí, dicen que hay una epidemia global y los especialistas no quieren exponernos al peligro, pues la humanidad tiene que salvarse hasta que pase, nos dijeron que pasaría pronto pero llevamos muchos días encerrados. Te traje las flores de los jardines y los caracoles de las orillas de los mares. Gracias, me enseñaras a bailar? Sí, por supuesto, a eso vine aparte de la visita. Sólo que tengo un inconveniente… Cual No traigo efectivo No importa, de aquí en adelante todas las clases serán gratis. Sólo que hay otro inconveniente… Cuál? Que no traes puesto el vestido que a mí me gusta para bailar. Bueno, espérame aquí, no me tardo. Cuando volvió Caty vino con otro vestido más sensual y sugestivo. Te gusta éste color? No, que te parece el negro que usas todas las noches. Traje otros vestidos más por si acaso no te gustaban, me prestas tu vestidor? Claro, puedes usar este cuarto móvil de los doctores. Caty empezó a desvestirse para vestirse y por esta ocasión no me había masturbado durante algunos días por estar preocupado en el encierro, entonces sucedió que con las primeras imágenes que vi por algunas ranuras del cuarto de cortinas empecé a soñar un encuentro más de amor y en el momento que estoy por llegar al clímax, salió Caty vestida y se sorprendió con las manos en el maso y ella vio en el momento preciso cuando explotaba lleno de placer y se quedó callada delante de mí y después de un prolongado momento, me habló con la ternura de una madre: Por qué haces eso, por qué te masturbas así de esta manera? Porque te amo y he soñado miles de noches con hacerte el amor con la vergüenza que sentía, contesté con la voz totalmente lánguida y moribunda Discúlpame, por favor, te lo juro que nunca más va a volver a ocurrir. Toma, límpiate me pasó una franela pero estaba sudando y nerviosa ¿Cuántas veces has tenido sexo? Sólo una vez, pero ella inició todo, yo no hubiese podido pedirle que tengamos sexo, con la timidez que siempre tuve me es imposible llegar a ese momento tan fantástico. Y tú cuántas veces tuviste sexo? Yo, la verdad hasta ahora, nunca Y cuántas veces te has masturbado. La verdad, hasta ahora no se me ha ocurrido porque nosotras las mujeres, siempre desfogamos con la menstruación; al menos eso siempre nos han dicho; o si

tengo esos pensamientos desesperados, siempre tengo a mi amigo la ducha fría o sino como terapia me visto y me desvisto. Caty, discúlpame, pero para serte sincero, ya que me descubriste quiero que sepas toda la verdad… Qué? Es que yo vivo al frente de tu departamento y todas las noches te estuve espiando cuando te vistes y te desvistes, a veces lo hacías hasta muy altas horas de la noche, otras tan rápido que me dejabas tan triste. Y te masturbabas? Aunque me avergüense decirlo, si. Además, con ese cuerpo tan hermoso que tienes, yo nunca podría dormir tranquilo o me moriría si no te viese una vez más. Por favor, si es necesario golpéame, pero yo quisiera que sigamos siendo amigos no soportaría que me dejes y mucho peor en este momento de soledad y encierro. Gróver, para tu tranquilidad, me empezaste a gustar desde la tercera noche de prácticas, pero yo no dije nada porque esperaba que tú me dijeras palabras de amor, y hoy con este momento un tanto incómodo para los dos has demostrado que eres una persona muy sincera y me has conmovido pero yo pensé que tú eras una persona más profunda que no te interesarían las cosas carnales, pero bueno, hay que dejar a un lado los prejuicios y hay que hallar las soluciones, ¿Desde cuándo te masturbas? Es un trauma que cargo desde los cuando tenía 10 años. Cómo fue, claro si me puedes contar Caty, aunque no me creas, cuando yo tenía diez años iba a jugar a casa de una vecinita que tenía más o menos quince años de edad pero ella jugaba con las niñas pequeñas y fue ahí cuando jugué con ella al papá y a la mamá, al doctor y a la enfermera y a otros jueguitos sucios y como yo no tenía aún el pene lo suficientemente grande como para complacerla, ella se masturbaba y me enseñó a masturbarme. Así termina mi detestable historia. ¿Sabes? Me siento orgullosa de tener un amigo tan sincero y valiente de confiarme tu secreto y te alabo por ser lo verdaderamente hombre para confesarme tus sentimientos y deseos. Gracias por comprenderme no sabes, la tranquilidad que me das al haberme escuchado y no tomarme como un verdadero pervertido sexual o un violador, gracias eres una gran mujer. Gróver, doy un suspiro y me invaden los nervios, debo estar loca para decirte esto: ¿Sabes? He salvado mi virginidad de muchos enamorados que sólo han tratado de tener sexo conmigo o de otros que sólo querían estar conmigo, tan sólo por temerle a la soledad. Yo pensaba por casarme y entregarme al hombre de mis sueños pero me cansé de esperar, pues, ahora pienso en el hombre que quiero, un hombre real, al que puedo hallar cuando quiero y no buscarlo en sueños. Debo estar completamente loca pero creo estoy muy enamorada de ti, antes no estaba segura, te digo que mi amor y mi virginidad están listos para ti si lo quieres, pero no quiero que me tomes hoy, sino mañana cuando te sientas seguro, no sólo de cuerpo, sino con el alma, la mente y el corazón. EPÍLOGO

Gróver hizo el amor con Caty, y ella se desvestía para él, a pesar que Gróver seguía masturbándose pero pensando en su pareja, con el transcurrir del tiempo tuvieron hijos, gradualmente Gróver estaba dejando de masturbarse, uno porque tenía que cumplir con el apetito sexual que tenía Caty, dos porque tenía que ponerle más atención a sus hijos, pero está por demás decir que de vez en cuando se masturba un poco. Comprendió también que cuanto menos se masturbaba, tenía mejor lucidez y podía entender las cosas en sano juicio. Cuando Gróver se sanó por completo, recién pudo comprender que sus padres no estaban en Huancayo, que no tenía muchos hermanos porque era hijo único y papá era dueño de muchos departamentos lujosos y su madre había sido una personal de limpieza que se casó con su padre pero que se aman, pero la decisión de internarlo en ese hospicio fue sólo de su padre. Entendió muchas cosas como por ejemplo que nunca hubo una epidemia global que estaba matando a las personas del planeta y de las ciudades, sino que un psicólogo muy famoso había fracasado en su plan de darles libertad a los locos para que salgan del internado cuando gusten por culpa de Juana que se había suicidado por amor. Debido al poema, Gróver entendió que Juana se había enamorado de él y que lo había amado, supo mucho de ella cuando habló con los psicólogos que su madre no la quería por eso la internó primero en el Larco Herrera, después en ese internado privado; pues, su madre no era una buena mujer, ella, no había superado el trauma de haber sido violada y concebir una niña, Juana se enteró en una conversación de sus abuelos que su padre era el violador responsable de su nacimiento; por eso enloqueció, como su madre no le daba amor, ella se desquitaba o vengaba entregándose a muchos hombres con quienes sentía felicidad, pero luego los tomaba como violadores, por eso, sólo se acostaba una sola vez con ellos, luego, después ya no los conocía. Con Gróver fue diferente. Raúl y Lucho, sus amigos, no pudieron resistir estar encerrados por mucho tiempo en la época en que les hicieron creer que había una epidemia y perdieron el control y completamente el juicio, por eso ahora usan camisas de fuerza. A Gróver le parecía completamente injusto que Raúl se volviera loco tan sólo por estudiar demasiado, y todavía le pareció más injusto que Lucho se volviese loco, sólo porque su enamorada le hizo cornudo, si una mujer te engaña es porque nunca te amó y es mejor que la hayas descubierto antes de cometer un gran error, lo más triste es que su propio padre lo haya traicionado junto con su enamorada con quien se iba a casar a los pocos días. Lo que sí nunca supo o sabe Gróver, es que Caty era una prostituta de Clase A1 por eso le pagaron buenas sumas de dinero para que se desvistiera frente de su departamento y también por acostarse con él; y si Caty tuvo hijos con él es porque su padre le ofreció la mitad de la herencia si lograba sanarlo, en fin, Gróver es feliz y todos lo somos. Así lo creo yo. EL HOMBRE QUE CONVERSABA CON LA LUNA Como que el mundo se resquebrajara por uno de sus meridianos, y, cual libro de terror volteara su página después de un ruido ensordecedor con ánimo de

darnos a conocer el mundo hediondo de quienes viven inquietudes, descubiertas y conquistadas por ellos mismos, nos muestra una península desarticulada, y dentro de ella, un lugar maldito creado por los mismísimos demonios; un espacio cuadrangular con muros infranqueables, construidos con piedras de acantilados de aspecto lúgubre que atemorizan sólo de verlos, dentro de él un conjunto de cuartos fabricados con el mismo material, cubiertos de moho, cuyo olor da la sensación, al que lo habita, de querer vomitar. El conjunto habitacional, creado por dioses infernales, supera todas las edificaciones de ciencia ficción, bautizado con el nombre de Pasmópolis, con médicos y pacientes que se sustraen el pensamiento, recíprocamente, por momentos, y por otros, renuncian a la apreciación natural del paisaje, que en resumidas cuentas eran sólo el mar y el cielo; el sol, las estrellas y la luna; los médicos preocupados en agravar la situación de los orate s (los mismos que, sin mas nada habían ido a parar allí), poniendo música estridente, verdaderos taladros que terminan reventando los tímpanos; dando medicinas que sabían agradables al empezar a ingerir, y al terminar, laceran sus carnes; con inyectables que abren las venas; proporcionándoles alimentos, que en un día los engordan y el otro los enflaquecen; con conferencias que destruyen su ego incipiente, porque no les importa soñar, para ellos es igual el día y la noche, el calor y el frío, lo malo y lo bueno. Entre los médicos indolentes se encontraba Mancer, de aspecto siniestro, pero el más bueno entre los malos; los demás doctores tenían un lenguaje, que además de ser procaz, eran de propinar puntapiés y puñadas, matizado con hincones de agujas y cuchillas; con personal de servicio encargados de llenar de basura los cuartos de los dementes, cuando desobedecían la rutina impuesta, a quienes les obligaban tirarla al otro lado de la muralla, es decir, al mar, bajo amenaza de quemarles con agua hervida. Los dioses del mal dispusieron que los cuartos fueran pequeños con un tragaluz también pequeño, con vista al mar, y a lontananza vea el tránsito de embarcaciones pesqueras, y por las noches se vea la luna. En el día, los dementes, podían caminar por el patio con todos los riesgos del trato salvaje de médicos y empleados, del guardián y soldados. Los orates más afligidos, sin duda, eran: Albert, Claufio, Abet, Nelson y But. En las noches eran martirizados por espíritus que ellos los creaban o por los espíritus malignos que los dioses enviaban. Albert, era el único que había logrado concentrarse en la luna, la había visto pasar por su claraboya noche tras noche, en unas oportunidades mirándolo en silencio, en otras, mirándolo de reojo, hasta regalándole un guiño, y en otras noches, mirándolo de frente, como queriendo entender sus cuitas. La visita nocturna de la luna había logrado que Albert venciera sus temores. Una de esas noches él experimentaría de algo que tanto deseaba, pero nunca imaginó que se haría realidad en su mundo de esquizofrenia, la luna le habló desde lo alto, de su mansión celestial, con voz arrolladora, quedamente: “Albert, no te acongojes, te haré compañía para consolarte, para escuchar tus preocupaciones y tus quejas, para conversar de todo lo que tu quieras, bajaré por una escalera de nubes hacia tu cuarto, de esta manera no estarás solo”. Albert, emocionado quedó en mutis por largos minutos, al cabo de los cuales, sin pronunciar palabra rogó porque las nubes aparecieran de algún lado; pasaron horas y las nubes no se mostraban; pasó toda la noche esperando que esto sucediera, pero no, el cielo seguía límpido hasta el alba, en que la luna se retiró. El muchacho quedó triste, resbalándole algunas lágrimas por las mejillas, balbuceando:-Ella me habló, y yo, ni siquiera pude contestarle-.

Pasaron muchas noches, hasta que por fin vio que por el firmamento venían con pasos agigantados copos nubes, pero la luna no estaba, su alegría se iba apagando ... y, cuando creyó que noaparecería, de pronto, con luz rutilante, se presentó en el cielo, una hermosa mujer de bonito rostro y un lunar que le adornaba su mejía derecha; estaba vestida con tules brillantes, y, haciendo de las nubes una escalera, bajó ella, erguida, con mucho garbo y gracia de mujer, con ganas de entender la inteligencia del hombre y la vida. La luna ingresó al recinto por la ventanilla, como un bello haz de luz, donde ansioso él la esperaba, parándose a su frente, diciéndole: -hola, Albert, mi nombre es Clara, aquí estoy, conforme te prometí. ¿Te sientes bien?- Sí, me siento bien, muy bien, contento de tenerte en mi cuarto, a mi lado -contestó presuroso-. Mientras aquello ocurría en la habitación de Albert, los médicos, enfermeras, guardián y soldados, al igual que los demás empleados, salieron alborotados al patio de la funesta mansión, incluso los orates, entre éstos los cuatro aludidos, al apreciar la iluminación sobrenatural que se había producido a lo largo y ancho de la península, y luego, verla desaparecer, sin embargo, Novel, recobrándose un tanto del susto, dijo: Doctores, miren la habitación del loco Albert; sí, la habitación 18; está lleno de luz, cuando sabemos que ninguna de las habitaciones de los orates tiene luz. Los médicos, luego de mirarse el uno al otro, al unísono, dijeron: -¡Novet, vaya averiguar que es lo que está pasando!- Novet, que también se moría de miedo, no aceptó la orden, indicándoles que mandasen a los cuatro orates conocidos. Los doctores así lo hicieron. Los cuatro enfermos se dirigieron a la habitación iluminada, unos caminando y otros saltando, sonrientes y alegres, llegando rápidamente al cuarto misterioso, donde todos ellos vieron que una hermosa mujer vestida de blanco conversaba con Albert. Los enfermos mentales no se movieron de la puerta hasta que fueron llamados, Claufis, dijo: Una mujer muy hermosa está allí-; Abet, “Tiene el cabello rubio”; Nelson, -La naricita la tiene perfilada-; y, But, -Tiene los zapatitos de cristal y habla como un ángel. Los médicos, encolerizados por el absurdo de sus expresiones, según ellos, pues, nada tenía que ver la luz con una mujer, ordenaron: -Estos locos no saben de lo que hablan. Tú, Novel, anda con los soldados y averigua sobre lo que está pasando en ese cuarto- Esta vez no pudo negarse por temor a perder su puesto, poniéndose en marcha con los soldados, caminando muy cautelosos, por el temor a perder la vida; conforme iban acercándose el cuarto perdía luminosidad, ya estando en la puerta vieron que el cuarto no tenía nada de luz, estaba completamente oscuro, por lo que tuvieron que usar sus linternas, se pusieron de acuerdo para ingresar juntos, y así lo hicieron, encontrando a Albert durmiendo plácidamente sobre la tarima, retornando rápidamente con esta noticia: -Doctores, no hay luz ni mujer hermosa, todo se puso oscuro cuando llegamos, Albert, está durmiendo sobre la tarima- Los doctores le señalaron el cuarto: -y esa luz ¿qué es?, recua de timoratos, cobardes ... , iremos nosotros, dijo, el Dr. Mancer, tratando de vencer el miedo que lo hacía temblar. Llegando a la puerta, y sin que ellos la maniobrasen, se abrió de par en par, dejando al descubierto un caballo viejo recostado sobre la tarima donde Albert suele dormir. Los médicos se miraron el uno al otro para ver que hacían y que decían, cada uno creyó estar alucinado, manteniéndose, por tanto, callados, retornando corriendo hasta el lugar de donde habían partido, tirándose de los cabellos y gritando. Clara y Albert quedaron riéndose por la huida de los médicos. Transcurridos los días y las noches, dentro de su mente torcida, Albert, caminaba por el patio como un zombi, mirando el cielo de rato en rato, buscando a

Clara, pero ella, flotando en el espacio sombrío, bajo los rayos del sol le miraba de soslayo, indiferente, ausente, tal vez perdida, con pensamientos bifurcados e inexplicables: amar y no amar, definitivamente no estaban en su diccionario, pero el hombre, humano, sólo sabe amar, la luna existía sólo para una inspiración romántica, para comprender que no podía salir de su órbita y sin embargo ya lo había hecho, más no para amar y acercarse al hombre; algo pasaba dentro de ella, en las oportunidades que bajaba del zenit a la celda de Albert, una y otra vez volvía a pensar en lo mismo; en su navegar pausado, se decía: -Algo esta pasando conmigo, siempre que estoy frente a Albert y veo sus ojos henchidos de pasión y siento su aliento en las comisuras de mis labios, mis piernas tiemblan, mis neuronas se ponen a punto de fallecer ¿Es acaso esto el amor?, pero yo soy Clara, y tengo sólo una misión material de girar alrededor de la tierra bañando de luz su superficie, no puedo claudicar y abandonar a quienes me necesitan. Clara, no resiste la atracción que le inspira. Su visita a la habitación de Albert es más frecuente, pero éste ignora su tribulación, más bien aprovecha de su acercamiento para confesarle su deseo de huir del hospicio, prometiendo amarla estando fuera de ese lugar inhóspito. Ambos, no resisten la tentación de estar más cerca el uno del otro y aproximan sus rostros, Albert, le dice: -Te quiero Clara, te amo, como nunca he amado y deseo estar contigo a plenitud en el mar, lugar de donde me hablan las luces y me reclaman sirenas vestidas de tules con bordes de encajes que llegan hasta las playas, entonando cantos corales, celestiales; ellas, después de cada partitura me dicen que huya de este lugar; empero, es preciso que sepas que tengo preparada mi huida por el lado opuesto al mar, por tierra- Clara, conciente de que su ser había sido invadido por el amor humano, que le agradaba muchísimo, le dice: -Aún cuando no entiendo totalmente lo que está pasando por mi, te diré que también te amo, siento que tengo corazón y es bonito lo que siento por ti; por lo mismo que te quiero, no deseo que huyas ... , posteriormente veremos la forma de que salgas de aquí; te van a azotar, maltratar. Créeme, si tu mueres, yo también moriré de pena y mis despojos vagarán por los confines del firmamento, y la tierra quedaría sin luz por las noches y las gentes nunca más soñarían conmigo. Albert, le responde: -No Clara, no desistiré de mi propósito, saldré de esta celda, de esta prisión; mi mundo de libertad será compatible con el tuyo, sólo de ese modo seremos felices por siempre. Nuestro mundo será distinto al de Claufis, que se pasa persiguiendo todo el día a una rana saltarina; al de Abat, que acostumbra arrancar las estrellas del cielo, tanto de día como de noche; al de Nelson, que insiste solamente en filosofar, hablando del poder del fuego; y, al mundo de But, que solamente toca la flauta al comienzo de la mañana. Clara, abrazó a Albert. El abrazo de los dos amantes produjo la cólera de los dioses del infierno haciendo crepitar el manicomio y toda la península. Los días pasaron y llegó la noche clave para Albert, era el momento de la huída, Clara se había escondido en algún lugar del espacio para que la oscuridad sea aún más negra para facilitar la salida de su amado. Albert había horadado el piso y cavado un túnel por debajo del cimiento del muro, pasando al lado opuesto del mar, es decir, a tierra firme, por donde rápidamente superó la dificultad del obstáculo y, cuando se disponía gritar: libertad, el guardián y los soldados le dieron el encuentro, propinándole una golpiza hasta dejarlo casi desmayado, devolviéndolo nuevamente al hospicio, lugar donde pudo haber muerto de no ser los cuidados de la enfermera CarIa, quien le dijo: -Pobre ángel mío, desdichado y soñador, nunca podrás salir de este infiernoContestándole, Albert: -Saldré empujado por las olas. - El persistiría con la idea de fugar, pero ya no por tierra sino por el mar: -Me llaman las crestas azules y níveas de las olas y los barcos-, agregó.

Albert, en la noche recibe la visita de Clara, quien con lágrimas en los ojos, le dice: -Amor, te advertí, mira lo que te han maltratado, debiste haberme hecho caso-, respondiéndole: -No te preocupes Clara, ellos creen que me han maltratado, no saben que tengo el poder de no sentir ningún dolor en el cuerpo, para mí resultan siendo los azotes, una caricia, que despierta mi ego: que estoy vivo y soy un personaje muy importante. Clara, amor mío, mi vida, mi locura, te veré en el mar. Con estas palabras, Albert, salió de la habitación dejando a Clara muy apenada, ella sabía de antemano que el resultado sería igual, que volvería a recibir otra golpiza. Empero, Albert, había estudiado muy bien los movimientos de Novet, éste solía llevar con los soldados una canasta grande sobre una plataforma de cuatro ruedas para recibir los víveres en el portón del nosocomio, sin pensarlo dos veces, rápidamente se metió en ella, al ser rodada, los conductores no se dieron cuenta del peso. El guardián y los soldados, estando ya fuera de la muralla se pusieron a jugar al box mientras llegaba el carro que traía los comestibles, situación que Albert aprovechó para escurrirse hacia el mar, que estaba a unos pasos, sumergiéndose en sus aguas, poniéndose a nadar sin brújula, a cualquier parte. En su avanzada escuchaba voces: -¡Huye, huye! Clara vendrá por ti. Albert, gritaba a viva voz: -¡Clara! ¡Clara! Amor mío, ven a mí. No hay dios ni fuerza alguna que logre separamos. ¡Nos amamos!, y esto es más que suficiente-o Pero ella no llegaba ni llegaría nunca. Albert, seguía nadando bajo el marco musical del canto de las sirenas y el chasquido de las olas, cual platillos de sinfónica, sonaban al ritmo de las braceadas que daba; el recorrido, sin duda, era largo, máxime si se boga sin rumbo; sin embargo, el cansancio no se hizo esperar, empezó a perder fuerza, y así, en ese estado, llamaba a Clara. Ya cuando comenzaba a hundirse, tragando agua, fue avistado por un pescador de nombre Chacaro, el mismo que se arrojó de su barca para sacar de las aguas al infortunado enamorado, subido al bote recibió el auxilio necesario con el que recobró el conocimiento. Chacaro, dijo: -Es uno de los locos del manicomio del doctor Mancer, llevémosle allíCuando ingresó nuevamente Albert al mosocomio era tibia la mañana, el personal se aprestaba a ocupar sus lugares, los pacientes recién despertaban, y esa vez como nunca se le escuchó a But tocar la flauta con tanta fineza y la melodía que propalaba en el ambiente se oía como el epílogo de una desatinada aventura que muy pocos se habrían atrevido a realizar, mientras Albert decía resignadamente: “El hospicio es la última frontera……..Más allá de estos muros también hay locura”. Otra vez, los dioses del mal frustraron el ansia de libertad de Albert. El desdichado, nuevamente recibió otro castigo. Pasaron dos meses más, hasta que un domingo, día de visita de familiares y amistades. Lot y Doret, padres de A1bert, subieron a su limusina para ver y saludar a su querido hijo, el recorrido era largo, pero muy simpático, pues, tenían para gozar: una pista nueva, recién asfa1tada, con pintas blancas; el más hermoso paisaje de toda la península, lugar conocido como el paraíso, con pinos de toda especie, a más de otros árboles; con flores exóticas a cada lado de la pista, con pájaros, de los colores más deslumbrantes y animales que saltaban alegres en las praderas. Doret, dijo: -Esposo mío, qué buena idea del doctor Mancer instalar un nosocomio tan grande y elegante en este lugar, yo creo que es el único sitio donde los pacientes disfrutan de tanta comodidad- El esposo, repuso: Claro, se explica la comodidad por la cantidad de dinero que recibe de todos nosotros, familiares de los pacientes. La esposa lo reprochó sutilmente: -Cuántos doctores, millonarios hay, que no tienen ninguna gracia, sólo se dedican a amasar fortuna y nada más, pero el Dr. Mancer ha mandado construir un hermoso castillo más que hospicio, con calor humano,

queriendo a los pacientes como si fueran sus hijos; con habitaciones alfombradas, con televisores, computadoras, pianos y equipos médicos modernos El señor Lot, agregó: -Es cierto, tiene muy buen gusto, además, destaca por esa atención amica1 con nuestro hijo. Por otra parte, estoy pensando comprarnos una residencia en esta península para estar más cerca de nuestro querido hijo- Doret, emocionada llenó de besos el rostro de su querido esposo. Han pasado las horas, y los esposos, al fin llegan a lo que ellos llaman el Hospicio, es decir el nosocomio del Dr. Mancer. El director, con la diplomacia que le caracteriza hizo pasar a los padres de Albert a un salón especial destinado para los mejores amigos, mientras en el patio central se producía la visita general a los internos por los familiares que habían acudido. A lo lejos se escuchaba a una mujer cantar, que llamó la atención de Lot y Doret. -Es Histriana. agregó Mancer, mientras sacaba una botella del mejor champagne francés para invitar a sus ocasionales visitantes. Ella siempre nos regala sus dulces melodías en ocasiones como ésta. Ya tiene más de cuatro años en el hospital. Ella dice cantarle a la libertad y a los deseos de todos aquellos que quieran verse libres. Sin embargo, es curioso; a Histriana se le dio de alta hace mucho tiempo, pero estando con su familia afuera ella nunca se adaptó a estar libre y su salud empeoró. Su familia la ingresó nuevamente, y antes que afuera, aquí está mejor. Por eso ahora comprendo que a la libertad que ella le canta, no es la que está fuera de estos muros, sino la que tienen los seres que están muy afectados con los males de la mente. -Pero en fin, agregó el doctor. -Sigamos con lo nuestro. -Los he reunido aquí señores para comunicarles una buena noticia. Mientras tanto el galeno llamaba directamente a Albert por medio de esos intercomunicadores inalámbricos. Estando presente el hijo predilecto de los señores Lot y Doret, el doctor y director del sanatorio dijo: --Sorpresa; hoy le damos de alta a Albert, él se encuentra ya casi restablecido, ahora le vendrá muy bien estar en el seno familiar. Los papás, emocionados, se dieron de abrazos, agradeciendo con lagrimas en los ojos a la eminencia por haber obtenido el éxito, curando de su enfermedad a su amado hijo. Gracias Dios mío, gracias doctor, dijeron emocionados, pero viendo parado a Albert sin decir nada , le dijeron : Qué esperas hijo?, por qué no agradeces al doctor?; ahora eres libre, estás sano, podrás disfrutar de la maravilla de la vida con nosotros y con quien quieras. Albert, con toda tranquilidad dijo : No me quiero ir de aquí, viviré en la paz de mi celda, solo con mi Clara. He comprendido que la locura no sólo está aquí, sino también afuera, lo que yo veo como calamitoso otros lo ven como un paraíso…… …. ¿Clara?, irrumpió Mancer.- De qué Clara estás hablando? Insistió. -De la más maravillosa mujer que haya conocido dijo Albert, ella es la propia luna; yo no sé cómo es que viene hacia mí, lo único que sé es que a su lado soy inmensamente feliz, y además puedo ver todo el firmamento del cielo. El Dr. Mancer le preguntó nerviosamente: ¿No habrá sido Diana, la autista que creía ser la luna?. Ella se hacía llamar Clara, por la gran afinidad que tenía con la luz de luna. Entonces, ¿ella está aquí en el hospicio? Preguntó Albert. Ya no, dijo el Dr. Mancer. El año pasado se suicidó con una cuerda en su celda. Diana siempre soñó con ser la luna; cuando recibía su luz, mientras miraba el cielo, se le veía mucho más hermosa todavía . Recuerdo ese lindo lunar en su rostro……. Todos la contemplaban cuando descansaba en el patio y dirigía su mirada al cielo que ya había oscurecido.

¡No es mi Clara! Dijo Albert. ¡No es mi Clara! ¡Clara está viva! Siempre la veo y la seguiré viendo y hablándole. Será que quiere Ud., que abandone este mi hospicio; aseguró Albert al director.- No, no lo haré, no me iré. Albert, tranquilízate, por favor; Diana, la mujer delgada, blanca y chinita, la que tenía un pequeño lunar en su mejilla, ella está muerta desde hace tiempo; ella vivía en el mismo cuarto donde estás tú ahora. Noo, usted se equivoca; debe estar confundiéndola con otra persona; Clara nunca sufría ni un poquito. -Albert, a Clara la has visto con el vestido de novias color champagne ¿Cierto? Siiii, maldita sea, pero no puede ser cierto, yo hablo aún con ella todas las noches casi. Pero no se llama Clara, sino Diana, la escritora enamorada de la noche, que sufre porque una noche fue la novia más triste porque al ser abandonada por su novio, un hombre inestable que no sabría lo que quería y nunca más volvió para casarse. Diana en ese entonces tenía 21 años, y estuvo viviendo por dos años en ese cuarto número 18 donde tu vives ahora, pero no pudo soportarlo, no pudo superar este hecho tan lamentable y triste. En el transcurso de ese tiempo, ella no hablaba con nadie; y en muchas de sus noches de insomnio, a ella se le oía hablar con la luna y lloraba inconsolablemente, pero no hablaba con nadie más, y pocas veces podía dormir; hasta que después de un tiempo, Diana cambió un poco su forma de ser, ya no era tan solitaria; empezó a tener algunas conversaciones con una que otra interna del nosocomio, es decir cedió un poco en su hermetismo; pero ella comenzó a decir que era la propia luna; que por ser una persona que siempre vivía en la soledad, tenía que ser la propia luna, pues la luna gira sola alrededor del planeta, nadie la acompaña; ¡Ella sí que sabe lo que es la soledad¡, repetía siempre; y que la luz que expedía servía para guiar a muchos caminantes de la noche, a muchos navegantes en los mares; a muchos vigilantes en sus rondas noctabundas. Y es por eso, que ella se hacía llamar Clara, por la luz de luna que recibe la tierra durante la noche. Hasta que en un triste amanecer, encontraron su cuerpo ahorcado a una soga que ella había colgado para quitarse la vida, y ahora ella descansa en paz. Doctor Mancer, usted debe estar loco; alguien se lo debe haber contado todo y usted no quiere que yo sea feliz con mi Clara. - Clara no existe ¡!!!! - Mentira, cabrón, marica de mierda. - Albert , tranquilízate. Albert emprezó a reaccionar de una manera descontrolada y comenzó a golpear al Dr Mancer, y con el ruido y el alboroto que se armó, es que salieron tres internos y la cocinera gorda del hospicio, y era raro ver a Albert, con llanto en los ojos, la cara enrojecida de ira, dolor e impotencia, y con los puños en el aire tratando de golpear a más no poder al director, quien ya era casi un anciano. En el acto tenían que parar y detener a ese bruto y abusador que había perdido los papeles; había enloquecido por completo, llegando a ser cogido por estas cuatro personas que intervinieron al final. Sí, aprovéchense, malditos hijos de putas, pandilleros, maricas; todos ustedes están conspirando contra mí; nadie quiere que sea feliz; maldecidos; maldecidos; malnacidos. A cada descuide de los cuatro, les regalaba un patadón o un puñetazo; al ver que esta situación continuaba, decidieron amarrarlo, y con la ayuda de algunos celadores, le pusieron una camisa de fuerza.

Y así fue como Albert enloqueció aún más; fue llevado al cuarto de máxima seguridad de los hombres considerados peligrosos, no solo porque hablaba con la luna, sino porque la luna afectó su cerebro. Pero todas las noches dejaban salir a Albert para que hablara con su amor de luna y ahí bajo el gran roble, Albert y Larry hablaban cada uno con sus propias complicaciones; sí que era un gran roble porque su sombra abarcaba una dimensión como si quisiera dar sombra a dos casitas juntas. Para Albert, Clara era una mujer muy frágil, de hondos sentimientos, y sincera, por eso era la única mujer que ocupaba toda su vida. Para Larry, Luz era una mujer que siempre soñó tener, misteriosa, muy bonita, de una figura exacta, que solo se viste de blanco como si recién hubiese bajado del cielo; sobre todo una mujer inteligente, dulce; que callaba cuando era necesario y que con el silencio lo decía todo, o no decía nada, y que siempre le visita para darle fuerzas y entusiasmo en la vida. Albert y Larry son amigos callados que siempre se observan y comparten ese momento de soledad y soliloquios severos, que a veces, sólo a veces se rompe con algunas murmuraciones claras. Siempre los dos salen a hablar con sus amadas; el uno con la hija de la luna y el otro con la hija del firmamento (la noche). Luz y Clara, los grandes amores de dos grandes seres muy especiales. EL HOMBRE QUE CRUZABA EL PUENTE DE LOS CONFLICTOS La ciudad se movía a un gran ritmo de esfuerzo y trabajo, la gente iba y venía con apresurados pasos agigantados. Unos se hacían tarde para entrar a su trabajo, otros hacían tarde para entrar a sus centros de estudio, colegios, institutos, universidades; en este ritmo de progreso y pujanza daba un solemne paso al siguiente y hermoso día. A pesar que los limeños y casi la mayoría de peruanos, están con la idea de viajar a otros lugares del mundo en busca de mejores oportunidades para progresar, yo me quedo con un pedacito de nuestro querido Perú, que es un gran país; a pesar de la gran lista de malos políticos, periodistas y policías que decepcionan nuestras vidas. Todo parece indicar que debo contar una dulce historia, pero no… Esta tragedia sucedió a las horas de la fría tarde que mostraba su tonalidad gris que reflejaba los últimos esfuerzos del otoño invierno, nada parecía ser favorable para Isaac, que así se llama el estudiante que ganó una beca y todo el cariño de la universidad. Las puertas de la Universidad de la Molina, se abrían para darle paso a un peculiar sujeto que vestía elegantemente un saco que y sombrero que le hacía ver como un inspector o detective privado, aunque su disfraz lucía un tanto viejo se notaba que el casimir era verdadero y de gusto y estilo, a lo lejos daba la impresión que era un gánster. Se paró en la cafetería y esperó cómodamente que el tiempo pasara lentamente, tanto que la impresión que causó inicialmente fue perdiendo brillo y al pasar de las horas ya todo quedaba desapercibido, casi siempre en la cafetería se reunían la mayoría de las jóvenes más populares de la universidad y algunos chicos, es que a estas horas de la noche sólo a ellos se les apetece gastar su dinero en bocaditos caros , capuchinos y expresos. Cuando llegó el momento que esperó desde hace muchos meses, el sujeto se dio cuenta de que era de actuar al ver venir a una bella estudiante rodeada de cuatro amigos, uno de ellos daba la impresión que era su enamorado, porque la abrazaba y le tenía de la mano. Aquel gánster mediocre, lo primero que hizo fue voltearse contra la

pared para acomodarse y sacar su arma para apuntar al grupo de amigos que no distaban mucho en ese espacio cuadrado y cerrado, les miró el rostro asustado de los infelices y uno de ellos que creía que era una broma todavía le sonrió antes de morir, uno de ellos abrazó a la universitaria y los demás sólo tuvieron que recibir el impacto de las balas, el supuesto gánster apuntó diabólicamente y con precisión para no fallar ni una sola bala y disparó con sadismo que parecía excitarse y disfrutar el sólo hecho de disparar y matar, cuando los cinco estaban tendidos, disparó al aire y a quemarropa para espantar a los mirones y chismosos que salieron corriendo como si hubieran visto al diablo, entonces se acercó al lado de la universitaria y al verla herida se sacó el sombrero y le miró fijo a los ojos y se reía de ella, y luego de volver a cargar su arma automática le apuntó al corazón para impactarle tres balazos. Una vez perpetrado y consumado su deseo, no huyó por la puerta de entrada ni salida, sino que se fue por el almacén de la universidad y saltó a la calle utilizando una garrocha e hizo el mejor salto y casi rompe un nuevo récord, pero su preocupación no era ser popular, sino que le importaba fugar y desaparecer del lugar. Después de sus esfuerzos en pocos segundos estuvo andando libremente por las calles intransitables de Lima, ese día había un congestionamiento vehicular, se sacó su disfraz y estuvo andando con un buzo y una chompa de abrigo, tan tranquilo, como si nada hubiera ocurrido. La intervención de los efectivos policiales, no fue tan inmediata, a pesar de su deficiente servicio llegaron cuatro uniformados que bajaron muy lentos del patrullero y se pusieron en guardia apuntando la puerta de la entrada, llamaron por radio vinieron más afectivos y luego entraron para hacer las primeras pesquisas pero no encontraron nada, mejor dicho, no encontraron al asesino pero sí a las víctimas y a las cámaras de vigilancia que seguían filmando sobre el lugar de la escena satánica. La policía analizó una y otra vez la escena macabra e identificó rápidamente gracias a la ayuda de los universitarios que reconocieron entre sollozos a Isaac como el asesino de los cinco estudiantes en la cafetería, “La Tía Panchita”. Ese día Isaac no estaba en clases, estaba bailando en la discoteca “INSOMNIOS”, una discoteca en Miraflores, y esa noche tocaba Nirvana y no se lo podía perder por nada del mundo y cuando llamaron el rector y la policía a su casa, el papá respondió que Isaac no estaba, que había salido a la discoteca porque esa noche de exclusiva se presentaba Nirvana (o sea los nirvana peruanos que tocaban tan bien que parecían los ídolos americanos). La policía rápidamente montó un operativo para capturar a Isaac. Y allanó la discoteca, todos los metals y fanáticos de música punk y de otras corrientes salieron de prisa, haciendo viento en polvorosa, es decir se hicieron humo; pero Isaac seguía bailando con un grupo de amigos. La policía esposó rápidamente, sin hacer preguntas a Isaac y se lo llevó arrestado, pero la prensa limeña estaba en las afueras, todos esperaban llevarse la primicia, querían la declaración del asesino loco y satánico que había disparado tres tiros en el corazón a una universitaria a corta distancia y a cuatro de sus acompañantes, quienes murieron sólo de dos y de un tiro; y la universitaria había recibido cinco impactos de bala. Cuando a Isaac se le llevaban al Poder Judicial, luego de realizar el interrogatorio policial y la denuncia fiscal correspondiente, casi toda la prensa logró interceptarlos, y la noticia dio la vuelta al mundo, las preguntas que le hicieron fueron : ¿Cómo se considera señor Isaac de los cargos que se le acusan? Inocente, soy inocente ya se los he dicho a la Policía pero no me quieren creer.

Pero Señor cómo le van a creer si hay pruebas contundentes donde usted aparece en el video asesinando y luego sonríe antes de ultimar a la señorita Clery, una de las alumnas más populares de esa universidad. Señorita, yo no fui, se lo juro, ese no soy yo, espero que las investigaciones y la justicia esclarezcan este mal entendido, tengo fe en Dios, amo a mi padre y a mi madre, aunque ella no está, juro por ellos y ante Dios que yo no cometí ese crimen que se me acusa. Señor, pero por qué miente, las pruebas son contundentes, el video ha dado la vuelta al mundo, todo el mundo lo ha visto, hasta yo lo puedo reconocer sin haber sido testigo. Señorita, creo en Dios y en mi inocencia. Era la pesadilla que siempre Isaac soñaba y temía y se dio, todas las pruebas le acusaban, pero él desde lo más profundo de su alma, mente y corazón estaba seguro que no había matado a nadie. Cuando se inició el juicio, casi todo el mundo lo odiaba por el asesinato, por parte de las víctimas se presentaron sus familiares y testificaron que Isaac ya llevaba mucho tiempo saliendo con Clery y que ella lo había presentado a sus familiares y amigos pero ante ellos se presentó con el nombre de Steve y no de Isaac y peor aún desde hace mucho que la relación había terminado por los celos de Steve. Los familiares de las víctimas habían contratado a la abogada más prestigiosa de todas las abogadas, representaba al bufete más conocido de la cuidad. En estas circunstancias, como Isaac pertenecía a la clase media y en ese momento su padre había hecho un gasto de sumas elevadas, se encontraba sin recursos disponibles, entonces, el estado le puso un abogado de oficio, quien no pudo abordar muy bien el juicio, a pesar que sus mejores amigos habían ido a testificar por él. En el alegato, Gróver y Larry dijeron que estuvieron bailando todas las piezas sin siquiera salir del baño, pero la abogada Jimena De la Fosh les pidió que presentaran pruebas de que no habían salido de aquel lugar; ellos no pudieron probar nada porque la discoteca se encuentra ubicada en una zona exclusiva y tiene muchas salidas y entradas y además carece de control estricto y por el contrario podían ser denunciados como cómplices del asesinato, pero el juez descalificó a los testigos porque la abogada presentó pruebas de que Grover y Larry eran sicópatas con tratamiento ambulatorio en una clínica siquiátrica y que, aunque eran pacíficos, padecían de alteraciones mentales y , para la abogada era un insulto a su profesionalismo e inteligencia. También, el rector apoyó totalmente a Isaac, aunque temía tener que enfrentarse con la Dra. De la Fosh; y al fin dijo: Señores vocales, señor Fiscal, Señorita Abogada, soy el Rector de la Universidad Agraria, aunque haya un video como evidencia, yo no creo que uno de mis mejores alumnos haya cometido ese asesinato tan cruel, porque lo conozco desde que ingresó a la universidad como becado, siempre lo vi muy entusiasta, positivo, risueño lleno de vida y humanitario, siempre ha estado al servicio de los demás y por el hecho que haya asistido a una fiesta de rock no lo hace tomar el perfil sicópata del que se le acusa. La Abogada dijo: Señor Rector, ni por más que el acusado sea caritativo y todas sus demás virtudes no quiere decir que ahora sea inocente. Señoría, pido permiso para pasar el video… Ahí lo tienen, miren esa risa positiva y esa pose que tiene para disparar tres tiros. Disculpe su señoría no puedo, no puedo, pido perdón para retirarme. -Sostuvo el rector, procediendo a retirarse.

Señores, aquí tengo más pruebas que la infancia de Isaac fue muy complicada y difícil siempre tuvo problemas de aprendizaje, era callado y peleaba con todo el mundo, siempre fue problemático y conflictivo para los demás, en el colegio lo recuerdan porque constantemente estaba yendo a la dirección para recibir correctivos y castigos. Su padre estuvo en silla de ruedas y así vio crecer a su hijo, su madre fue violada y como no pudo recuperarse de este trauma, ella viajó a la Argentina, donde trabaja en un exclusivo baño sauna, - es una mujer de compañía, trabaja sólo para beber y no quiere venir al juicio porque no quiere vivir otro dolor más; nuestro embajador en Argentina dice que si la señora no quiere venir al juicio, es porque tiene el derecho de elegir y se debe hacer respetar su decisión, porque actualmente lleva la nacionalidad argentina. Entonces, reinó un silencio pero Isaac lo rompió con un llanto de niño y cuando todos pensaban que iba a confesar su delito, grito en voz alta, ofuscado y lleno de lágrimas: ¿Es cierto lo que dice la abogada?, papá, es cierto papito, es cierto???, por favor papá, papito, dime la verdad… El padre contestó en silencio y con unas lágrimas abundantes en los ojos y con aspecto lastimero, qué sólo tuvo el apoyo de su futura nuera quien atinó a abrazarlo y llorar junto con él, porque esta verdad que la abogada cruel había ventilado, era una gran verdad que a Isaac se lo había ocultado toda la vida. Isaac, saltó de su silla y así esposado quería llegar hacia donde estaban los suyos pero los policías se lo impidieron y cayó en el suelo. Todo este incidente estaba siendo filmado y pasó a las primeras planas de la televisión peruana y del mundo entero, y se vió en por lo menos dos cadenas televisivas., en fin… Fue en el momento de la cena que el Dr. Calixto Mostert, otro prestigioso abogado, vio el fatal desenlace y cuando vio a Isaac, percibió en sus ojos la inocencia que sólo se puede ver en los niños y en los ángeles, le dio tanta pena que decidió ir en su defensa para salvarlo de una condena segura. Al frente de todo se encontraban los vocales de la Corte, y en la tribuna estaba el padre de Isaac y July, su enamorada , a quien la conocían como la Frágil ; ellos dijeron al abogado de oficio que apele la sentencia, que los vocales habían declarado a Isaac culpable por los delitos de homicidio premeditado (asesinato), satanismo y terrorismo en alto grado y por ese hecho tan detestable lo condenaban a cadena perpetua. El abogado que era proporcionado por el Estado, apeló a pedido de los familiares de Isaac, pero sabía que iba a perder el juicio, pues no encontraba argumentos de defensa y se sentía un poco enojado, pues ya quería dejar el caso, ya que antes creía que los juicios iban a ser tan fáciles como cuando realizaba sus prácticas. Después de la apelación que fue aceptada, el abogado renunció a continuar este caso. Isaac fue trasladado a un penal de alta seguridad hasta que se resuelva el caso en la última instancia, es decir en una sala de la Corte Suprema Entonces, el Dr. Mostert se presentó al padre de Isaac, diciéndole que creía en la inocencia de su hijo y se ofreció a representarlo como su abogado para la apelación donde tenían que presentar todos los recursos para que sea declarado inocente y le dijo que tenga fe, que Isaac no iría a pasar el resto de su vida purgando cadena perpetua. Y así fue, sucedió el milagro de este experimentado abogado; estaba defendiendo gratuitamente a Isaac, nadie podía creerlo, era un caso totalmente perdido, no quedaba mucho por hacer, su rostro que fue reconocido, la misma risa antes de un

joven tranquilo en el asesinato que se había registrado demostraba la risa de un patán, que ni por más que el parecido era como dos gotas de agua, la risa del asesino no era la misma que tenía Isaac y además, el Dr. Mostert había notado una diferencia que el asesino tenía una pequeña cicatriz en la punta de la nariz, era un pequeño corte. En el alegato la Dra. Jimena, refutó las pruebas profesionalmente contundentes que presentó, pero no había tiempo para más recursos, los miembros de la Sala Suprema, tenían que dar un veredicto lo más pronto posible y la última esperanza era esta apelación. El Dr. Mostert se dio cuenta que si insistía en la cicatriz de Steve perdería el juicio, personaje que parecía un mito pero posiblemente era real. Entonces optó por un recurso improvisado un tanto desesperado, expuso que Isaac estaba emocionalmente desquiciado y que no podía recordar las cosas que hacía, que tenía dos formas de actuar: una vida respetable como Isaac de un buen universitario ejemplar y como Steve una vida detestable llena de emociones negativas; en resumen tenía doble personalidad, por ello es que salía con July y con Clery a la vez y gracias a la investigación exhaustiva de la Dra. Jimena corroboraba que Isaac había tenido una infancia difícil y complicada por los vacíos de la falta de su madre y al no compartir muchos momentos agradables con su padre que se la pasaba todo el día en silla de ruedas y todo su dinero lo invertía pagando detectives incompetentes que buscaban a su esposa y ni siquiera podía averiguar que la mamá de Isaac estaba en Argentina y que ella misma no quería aparecer. Además existía el hecho que Isaac durante su infancia había tenido problemas con su personalidad; había padecido un cuadro de autismo leve en su niñez, y durante la pubertad había acudido a consultas siquiátricas en la misma clínica de donde sus amigos Gróver y Larry eran pacientes siquiátricos. Después de presentar este recurso, tan brillante y perfectamente creíble , se fueron al receso, estaban analizando la vida de Isaac, y el por qué él creía en Dios y tenía fe en la justicia, todos asumían este recurso como el más secuencial y detallado porque encajaba perfectamente con la realidad y la coyuntura. La pregunta que hicieron todos fue por qué Isaac no mató a July, pues, era simple no la mata a ella, porque ella es una universitaria con buena educación que la conoce en el colegio y con el pasar de los años, ella le da amor y lo hace cambiar para el bien, lo regenera y lo hace un hombre decente y devoto hacia ella, le da todo lo que un hombre quiere en la vida, le da amor, cariño, comprensión, le ayuda con todos sus proyectos y le motiva a seguir adelante. En cambio, Clery lo único que le ofrece son momentos de aventura, adrenalina pura, drogas, sexo y orgías, lo único que mantenía sólida la relación era una común predilección por disfrutar música desenfrenada. Cuando Isaac cambia de conducta, él le exhorta a regenerarse para que no siga en esos malos rumbos y como no le hace caso, se venga de ella porque no le hizo caso y porque le engañaba con muchos chicos hasta con un profesor de sicología, con quien disfrutaba de sus desvanes. Al final, los jueces de la Suprema Corte dieron su fallo en el sentido que Isaac era inimputable por los hechos cometidos, es decir la personalidad que él tenía, afectada por la enfermedad mental que padecía, lo hacían inmune a condena alguna porque habría actuado bajo un estado de alteración de su consciencia; y habiéndosele tomado los exámenes siquiátricos correspondientes, lo absolvieron de los cargos; sin embargo, en vista de ser un enajenado mental se ordenó su internamiento en el hospital de salud mental del Estado, pero al haber sido paciente externo del centro particular dirigido por el Dr. Mancer, fue recluído en dicho lugar para que sea tratado, bajo vigilancia extrema para que no lo dejen escapar y con un equipo especializado de psicoanálisis y rehabilitación.

El padre de Isaac, el Dr. Calixto Mostert y July se abrazaron fuertemente y lloraron por la victoria y el abogado del millón de dólares expresó palabras de fortaleza y aliento: Esta no es una victoria, no es todo lo puedo hacer, es sólo el primer paso, pues, yo estoy completamente seguro que podremos sacarlo del hospicio en tan sólo dos años si buscamos y hallamos algunos cabos sueltos. A Isaac se lo llevaron a ese hospicio; su padre se quedó sufriendo por haber perdido un hijo y por la verdad que no le había dicho a su hijo, pero para su consuelo, July se mudó a su casa para atenderlo. El Dr. Mostert tuvo la visita de su homóloga la Dra. De la Fosh, quién le felicitó por el resultado en el juicio, pero le dijo: Disculpa mi visita sin anticipación Calixto, pero tuve que venir porque una intriga me está matando. Habla Jimena, somos profesionales. Pues, hasta ahora no me explico cómo puedes defender a un criminal que tiene todas las evidencias que lo acusan y todos lo han visto y todas las pruebas lo acusan, es más sé que es un asesino. Jimena con todo respeto, yo creo que no es un asesino, por eso lo defendí y por ahora pude probar con un recurso bajo que va contra mi ética pero más adelante probaré que nunca mató a nadie. Calixto, debes estar perdiendo la cordura; mira primero que nada no cobraste ni un solo céntimo por defender este caso, segundo, quieres continuar con el caso a pesar que ya has ganado, le salvaste la vida, tercero, le has ganado al bufete más caro de todo Lima y en especial manchaste mi reputación de invencible. Sabes Jimena yo buscaré la forma de liberar a Isaac y te juro que demostraré que es inocente, y sinceramente siento mucho haberte ganado este juicio, y siento mucho haberte quitado prestigio. Mira Calixto, que pierda prestigio lo puedo tolerar, que pierda dinero o la vida lo puedo tolerar, pero no puedo aceptar que me hayas ganado un caso en el que con toda justicia el asesino tenía que pagar su crimen con cadena perpetua. Jimena, siento mucho, que haya sido de esta manera, qué te parece que si me das tiempo y me apoyas a remover este caso que ya fue sentenciado y me ayudas a reunir todas las pruebas necesarias para liberar a Isaac, yo me retiro del bufete de Abogados y de la abogacía para siempre. Y por qué debo creerte. Porque toda mi vida he defendido a mis clientes por dinero y porque nunca he creído en la justicia realmente y como hasta ahora he quedado invicto así me quiero retirar, además ya estoy un poco viejo para esto y si voy a ponerme sensible hacia la verdadera justicia creo que voy a comenzar a ir perdiendo casos. Entonces, con estas razones expuestas, la abogada aceptó ayudarlo para una revisión en el caso de Isaac; primero: porque ella también era sensible a la justicia y ella también estaba pasando por lo mismo que el Dr. Calixto Mostert, y segundo: las palabras del doctor la habían conmovido y estaba empezando a sentir algo especial por él, a pesar de que el doctor, tenía sus 45 años y ella recién tenía 29, era una abogada joven, de una esbelta figura y belleza singular y vestía elegantemente pero nadie sabía que a su edad todavía conservaba la virginidad, había perdido a todos sus pretendientes por culpa de su profesión; todos los hombres de su entorno la deseaban pero le temían por el carácter fuerte que ella tenía. Jimena una vez pensó en pagar a un hombre de compañía tan sólo para tener una relación sexual, pero este tipo de pensamiento lo desechaba, quizás por la formación moral que tenía.

EL HOMBRE DE LAS HOGUERAS Volviendo al tema de Isaac, éste se quedó en el hospicio con sus amigos Grover y Larry . Ahí conoció a Teófilo, un tipo silencio de pocas palabras era el hombre que hablaba con las hogueras; a veces cuando le daban permiso para ir con su familia , se iba a los grandes basurales de los conos de Lima y amontonaba toda la basura con la ayuda de todos sus amigos y prendía su hoguera y se quedaba al lado cuidando y alimentando la hoguera por horas y horas, pero luego terminaba su meditación y regresaba sonriente para conversar con todos y luego se callaba absolutamente hasta prender otra hoguera. Ademas, él era un compulsivo estudioso de la historia de los países, en especial la historia del Perú. Teófilo le decía a Isaac: -Tú no estarás por mucho tiempo en el hospicio porque tú serás absuelto y serás completamente libre, mientras tanto aprende a meditar al lado de esta hoguera. Isaac le contaba todo a sus otros amigos. Una vez organizaron en la clínica un paseo vigilado por la isla Vientre de la Sirena, un lugar muy silencioso y oscuro, llevaron muchas maderas para hacerle su hoguera y de paso para tener fogata toda la noche y con ese silencio en la hoguera todos recibieron un mensaje en sus corazones cuando se quedaron en silencio. Escucho el silencio cercano, puedes ser tú o el vecino sé de tus alegrías y limitaciones, pero el brillo de la noche me dice que podemos ser sabios o sólo adivinos. Quiero estar dentro de ti y conocer tu hoguera, he visto la historia de mi país como lo has visto tú y sé de sus miserias no son de cuerpo son de espíritu que llena la penumbra los caminos y las calles aledañas por donde van. En estos paseos también acudía Guliano, un amigo de ellos que no era paciente del hospicio, pero que siempre los visitaba; éste era conocido como el lanzador de monedas porque le gustaba tirar al aire una moneda para cualquier decisión a tomar. Isaac pasa sus días, estudiando la vida misma, como ir haciendo su tesis sin tener que sufrir el encierro, era como si estuviera en la universidad pero con la diferencia que todo era más fácil en el hospicio y de cuando en cuando recibía la visita de July o de su padre. Pero Isaac parecía que había vivido desde siempre en el hospicio y no se le notaba las ganas de salir. En otro lugar July y el padre de Isaac conversaban: Señor Saldaña, por qué la Abogada Jimena logró probar que su esposa no estaba muerta y que vivía en Argentina trabajando como dama de compañía en los bares. Debes de saber, hija mía, esta historia que no se lo he contado jamás a nadie. Qué señor de qué se trata. Que Isaac no es mi hijo. Cómo que no es su hijo.

July, hija mía, todo comenzó un martes por la noche en esa época en que cumplíamos tres años de casados, llevábamos tres años de una vida felicidad a medias porque yo soy estéril y no podía engendrar hijos, en ese día viajábamos en mi auto nuevo a una velocidad normal cuando de repente un hombre se apareció en medio de la pista, yo tuve que frenar todo lo pude y detuve el auto, para nuestra mala suerte el sujeto era un asaltante que me apuntó en la cabeza y me hizo bajar del auto y yo reaccioné rápidamente, lo golpeé hasta dejarlo en el suelo tan quieto que parecía muerto, le quité su revólver y lo boté lejos pero no sabía que no era un solo asaltante, sino cuatro, uno encañonaba a mi mujer, los otros dos me atacaron con palos para dejarme sangrando y semimuerto hecho por el cual me desmayé, al despertar, no hallé ni a mi mujer, ni a mi auto la policía me halló arrastrándome en el suelo ; desde ese entonces pasé dos años en una gran búsqueda, sin resultado alguno; luego de este tiempo ella me envió una canasta y una nota en la que me decía que había sido secuestrada, drogada y violada aquel martes y fruto de esa violación nacieron dos gemelos, me entregaba a Isaac para que lo críe y ella se quedaba con Steve y en la nota decía que no la busque porque no la iba a encontrar, porque no se sentía, bien, se sentía un monstruo, que era otra y ya no era ella. Dios mío, Señor Saldaña, por qué no se lo contó a Isaac en su debido momento. Porque lastimaría su corazón y hubiese complicado su adolescencia, por eso le dije que su madre había muerto en un accidente automovilístico. El Desenlace Definitivo Después de tres años, un día lunes recuerdo, a las seis de la mañana aparecería nuevamente Isaac en acción asaltando una gran tienda en San Miguel, y la cámara lo había registrado en pleno asalto, todos sus socios, tenían pasamontañas, menos él, huyeron y se llevaron un gran botín cuatro millones de dólares, luego aparecieron en otra tienda grande, a las ocho de la mañana y también robaron otro gran botín. Con estas evidencias el Dr. Mostert pudo sacar a Isaac del hospicio, pues la Corte Suprema lo declaró inocente de todos los cargos que se le acusaban, y por parte de los familiares de las víctimas le debían una gran disculpa. Ya que esta vez los especialistas y todas las personas del hospicio tenían pruebas suficientes de que uno de los asaltantes que había participado en perjuicio de estas tiendas no era Isaac sino otro hombre que podría ser su doble, su clon o parecido y muchos podían jurar que podía ser su hermano gemelo. La Fiscalía y los jueces supremos analizaron los videos y estudiaron el rostro de Isaac, el rostro del asesino tenía una cicatriz en la nariz como un pequeño tajo o corte muy finito que se le ve en los tres videos; en la cafetería, y en las dos grandes tiendas que fueron asaltadas y cuando les pasaron por un video que intencionalmente se habia filmado a Isaac para hacer la comparación mediante la misma fuente (los videos), se dieron cuenta que éste no tenía la cicatriz que tan claramente se le veía ahora al asaltante Steve. Así de esta manera, Isaac salió libre y volvió a su casa para encontrarse con July y con su padre, tenían mucho de qué hablar, en especial de que cómo es que su madre estaba en Argentina. CONCLUSION

STEVE: No era un mito, si existía. Era el hermano gemelo de Isaac , producto de aquella relación violenta que sufrió su madre con los malhechores cuando fue asaltada al lado de su esposo. Nunca lo llegó a atrapar la policía porque después del asalto, como los asaltantes tenían en su poder el botín empezaron a festejar y emborracharse en un hotel no muy conocido y casi todos cayeron al suelo por la ebriedad, menos Steve porque era el jefe, el se apoderó de los cuatro millones y se lo giró a su mamá que estaba en Argentina, cuando despertaron los asaltantes se enteraron que alguien les había robado el botín se enojaron y rebuscaron todos nadie podía sospechar de nadie, al transcurrir de los días, un día menos pensado, descubrieron que Harry quien realmente era Steve tenía un boleto de avión a escalas, entonces, sospecharon que él les había robado, pero a pesar de ser cinco contra uno le tenían miedo porque era el más sanguinario de todos y era él quien los formó como banda, él sabía manejar bien los puños y podía matar a seis o siete a la vez sin usar armas y con armas era aún más peligroso. Lo único que hicieron fue tenderle una trampa y le dijeron que asaltarían el Banco de la Nación, entonces prepararon sus armas y a su AKM de Harry le pusieron balas de salva. Cuando llegaron a un descampado para desenterrar explosivos le dispararon a Harry a quemarropa, él disparaba sus balas de salva y a cambio recibía balas verdaderas, tanto que cayó con sesenta y seis balas en el cuerpo, acabando así su vida. LA ABOGADA DE LA FOSH Y EL DR. CALIXTO MOSTERT.: Se enamoraron y ella se entregó íntimamente a él, a pesar que ella era muy bonita y el abogado no era tan atractivo, sin embargo pudo conquistarla. Jimena era una mujer atractiva, delgadita y pequeña, ella se enamoró de él porque le ganó el caso; en realidad se enamoró más porque Calixto ya no pensaba en el dinero, sino en la justicia y estaba decidido a dejar la abogacía si Isaac salía libre y lo consiguió y de paso se ganó el amor de la Gran Abogada del medio millón de dólares, la excelente Dra. Jimena de la Fosh. ISAAC: Sale libre pero sigue visitando el hospicio ,sigue haciendo fogatas y acompañando a Teófilo-el hombre que busca el silencio en la hoguera. Isaac después de esta experiencia ya no fue el mismo, deambulaba entre la realidad y la ficción. LA MAMÁ DE ISAAC: Llegó al Perú después de reflexionar y decidió volver para saber más de sus dos hijos y de su esposo el Señor Saldaña. Todo sucedió cuando unos asaltantes, violentaron al Señor Saldaña y como se resistió le fracturaron todo el cuerpo. Y cómo su esposa era simpática la secuestraron y se la llevaron hasta cruzar la frontera de Chile y después de tanto drogarse y violarla, se volcaron en un barranco y ella cayo del auto cuando éste todavía rodaba por el precipicio. Con el transcurrir del tiempo se enteró que estaba embarazada, por eso decidió trabajar y consiguió un puesto en chile, pero no era tan digno, pero era lo único que podía conseguir; era dama de compañía, así trabajó hasta que su barriga se hizo notar, cuando nacieron sus dos hijos, decidió enviarle uno a él y quedarse ella con uno, le envió a Isaac con su mejor amiga a quien le pagó para hacer esta entrega y para su suerte ella no reveló el secreto, sino que le dijo al Señor Saldaña que su esposa estaba en provincias y de ahí le enviaba el niño y la nota firmada por ella. EL MITO ACERCA DE LOS GRANDES ABOGADOS : Siempre se dice en todas las esferas, que para que ganes un juicio debes tener un buen abogado; yo diría que esto es verdad, pero sólo parcialmente, y no es definitivo; pues, cada uno hace su propia defensa; y si las cosas están en tu contra, no te salva ningún Calixto Mostert; pues el resultado de cada juicio depende principalmente de la decisión de los jueces. A veces nos tocan jueces competentes y equitativos, que prefieren dar paso a la justicia, aunque

ésta sea contraria a la ley; y otras veces jueces desafortunados (comprados y/o cobardes y/o incapaces y/o negligentes), que muchas veces nos marcan terriblemente. ¿No lo creen ustedes? EL LANZADOR DE MONEDAS SEGUNDA PARTE Entre el libre vuelo de las horas y el pasar tranquilo de la tarde, un pensamiento de reconocimiento a lo desconocido que se le hace familiar para Guliano quien piensa que en el hospicio hallará las repuestas que no halló en su línea familiar de alcurnia y rebaza a los filósofos de antaño, él piensa y piensa y a la vez sus ojos, su mente y sus movimientos hacen lo correcto se abstrae pero no deja de que la vida pase en vano, no se pierde ninguna escena de lo más hermoso que ven sus ojos. Sonríe, de un repentino acto hace un stop frente a la calle de la residencial Isla Bonita y suspira disfrutando el suspiro tan calmadamente, se detiene para suspirar algunos minutos más que se hacen eternas e interminables. En su mente se quedó grabada la imagen de Histriana, de cómo se ve tan saludable y refinada como dama eterna de otra época, su simpática sonrisa y su amable modo, luego automáticamente repasa perfectamente sus variadas mutaciones que nunca pierden la coherencia y el estilo tan natural que no se distrae del contexto. Entonces, Guliano saca su moneda y la lanza para que surque los aires y la moneda ordena la decisión que tiene que tomar por fuerza propia y por convicción. Tomó confianza en sus pasos y visitó toda las residenciales vecinas, la primera casa era la casa de las ánimas, pues nadie la habitaba porque ahí penan muchas almas que murieron cuando aún no tenían que morir, por eso no se van de ahí y si por casualidad hubiese un valiente osase en entrar a esa casa nublada, se llevarían el gran susto de su vida, muchos más habrían muerto por tener curiosidad. Al hombre que profanaba la noche de los espíritus podía salir con cortes, golpes y traumas severos de la pérdida y la alteración de la memoria. En la segunda casa, se encontraban las damas de compañía más requeridas de la ciudad, eran mujeres exclusivas que podrían cobrar tan sólo por una sonrisa y unas caricias todo el sueldo de un ejecutivo de la clase media, eran mujeres muy bonitas, tan simpáticas como risueñas, siempre derrochaban talento, inteligencia y elegancia, muchas personas volvían como si en esa casa estaba verdaderamente su segunda familia. En la tercera casa, se encontraba un museo privado de todos los libros más antiguos y raros de toda la ciudad, casi todo parecía un almacén muy ordenado. En la cuarta casa se encontraban albergados todos los mudos y sordos del país que aprendían cómo luchar contra sus limitaciones y miedos, esta casa albergaba milagrosamente a más de trescientas personas incapacitadas entre sordomudos y sólo mudos o sordos. En la quinta casa se encuentran los niños y hombres especiales que demuestran más habilidades y destrezas, mejor que los atletas que coleccionan medallas de hombres olímpicos y récords. En la sexta casa, se hallaba un asilo de ancianos donde muchas personas que tenían mucho que enseñar y otras tantas que necesitaban aprender de nosotros los jóvenes. Y en la sétima casa se encontraba nuestro hospicio que don Guliano esperaba formar parte de esa familia que tenía integrantes de todas las escalas sociales y de todos los rangos y las edades, tenían tantas celebridades juntas que su única

limitación era la estabilidad mental, no había opción mental, sólo era la herencia de la circunstancias. Guliano tocó el portón pesado tan sólo una vez y se abrió rápidamente como si lo esperaban desde hace mucho tiempo como si supiesen que volvería pronto, salió el Dr. Mancer para atenderlo: Hola, buenos días jovencito, me da gusto volver a verlo nuevamente, en qué lo puedo servir? Buenos días, señor, vengo a visitar como siempre a todas las personas de este lugar. Supongo que viene a visitar a Histriana. Ella lo dará por bienvenido cuantas veces guste. Gracias, pero desde ya le pido su permiso y aprobación para visitar paulatinamente a todos los integrantes de esta su clínica. Guliano ya había visitado poco antes en dos o tres ocasiones más el hospicio, y no había vuelto a ver al director desde la primera vez que lo conoció. Joven ¿Cree que sea saludable visitar a todos los pacientes del hospicio, ¿está seguro? Por supuesto, pero si hay inconvenientes que me lo impidan y que puedan atrofiar mi búsqueda, entonces, daré marcha atrás y me iré por donde vine para guardar muchas interrogantes en mi corazón que no me dejan dormir y es más me mantienen preocupado. Digame Guliano qué es lo que busca usted, muchas personas de aquí quieren salir, empezando por los doctores, enfermeras y terminando por todos los integrantes que sólo piensa en paseos y en la libertad, dicen que están sumidos en esta oscuridad que los consume. Dime por qué quieres encerrarte aquí cuando puedes disfrutar de todos los sucesos más hermosos de la vida. Bueno, Dr. Mancer yo vengo a encontrarme con mi destino y de paso quiero ir preparándome para cuando yo sea una Histriana o un… Bruno, un amante de la noche… Si es lo que quieres te doy la bienvenida y las llaves de este lugar que está bajo mi cargo para que vengas cuando lo decidas. Gracias. Señor por su comprensión y aprobación, y sepa usted que ya he venido en ocasiones anteriores y conozco ya a varios de sus hospedados. Guliano después de la entrevista entró a visitar el primer cuarto que pudo, ahí fue donde se encontró con Arquímedes que así lo llamaban, era un tipo que no tenía nombre pero sabía calcular la vida, ángulo por ángulo y todo lo que él veía en su vida diaria sabía a una exposición de matemáticas muy complicada que para él eran muy sencilla. Después visitó a un hombre que tenía aires de superioridad que cuando llegó a su habitación lo halló caminando de un lado hacia otro y cuando vio a su visita le dijo siéntate y presta atención porque tú serás mi primer profeta y quiero que escribas todas las palabras que te voy a dictar… Al principio yo creé los cielos y la tierra, y a todo el universo lo poblé de estrellas para que mis hijos tengan luz y sueños y nunca vivan en la oscuridad, la noche del día… Dime donde está Adán y dónde está Eva, espero que no se estén comiendo del árbol que les prohibí comer porque es la fruta más deliciosa y a mí no me gusta compartirla……… ehhh! Estás escribiendo todo lo que te estoy dictando………?

Luego llegó a otro cuarto donde había una mujer que decía que nos invadían los extraterrestres que los llama marcianos porque se supone que vienen de Marte, y cuando entró él pegó un grito al cielo diciendo: ¡Un marciano auxilio sálvenme,...! Entonces, no quedaba otra que pasar a otro cuarto, para continuar con sus visitas de improviso y llegó al cuarto de Loreta, la mujer que ahorcó a su hijo deforme , pero para su sorpresa ella estaba hablando con otro joven en particular que se llama Isaac el chico que fue declarado inimputable por la justicia. Isaac se dio cuenta que un intruso estaba en el cuarto, le saludó y le preguntó qué se le ofrecía, entonces Guliano se presentó muy cortésmente para decirle que estaba haciendo un recorrido por el lugar porque ahí tenía varios amigos. Isaac empezó a hablar con el visitante como si lo conociera de siempre. Le contaba que ya no era un integrante interno del hospicio pero que sí lo fue por un periodo de tres años, tiempo que duró su internamiento decretado por el juez por un delito que no cometió y su abogado utilizó un recurso trucado de alteraciones mentales y doble personalidad para salvarle la vida o de la silla eléctrica o de la cadena perpetua y logró que lo internaran en esta clínica. Después de la conversación Guliano e Isaac salieron del cuarto de Loreta y buscaron un lugar más tranquilo y menos frecuentado por todos y ese lugar era el enorme jardín central que había en el hospicio. Ahí Guliano le relató su vida y qué era de su vida y de cómo confiaba en la moneda que al lanzarla le daba resultados de decisiones que tenía que tomar y el lugar que deseaba ocupar en este lugar, le relató también de la entrevista que tuvo con el Dr. Mancer quien le abrió las puertas del hospicio por primera vez. Isaac también tenía un papel casi principal en esta casa, pues pertenecía al grupo más influyente de los integrantes de este centro de salud mental. Cuando Guliano volvió a casa se encontró solo y llamó a su papá y su hermano mayor para hablar de la decisión que había tomado con respecto al hospicio pero como tardaron en llegar demasiado tiempo, entonces se puso a pensar en un trocito de un poema que una vez escribió: Sé que tiene cien mentiras amarradas a su boca sin mediar palabra alguna buscaremos en los rincones, debajo del tiempo,,, la razón Con este poema él mismo asentía que mientras transcurría más rápido el tiempo empezaba a fallarle la razón, y tenía que buscarla en los rincones que nunca imaginó, en las calles olvidadas o en lugares tan patéticos y tétricos como el hospicio u otros que siempre no perdían la ilación de su naturaleza, para Guliano lo que importaba era ser o no ser; tenía que estar completamente cuerdo o de lo contrario completamente loco pero tenía que pertenecer a uno de los dos lugares que definen el límite de la razón, de la locura o la cordura. La sétima casa, recogió las marcas del hospicio lanzándome a la soledad de las renuncias escupiendo una cicatriz en el cielo naranja de su espejo. Y los versos iban y venían mientras Guliano pensaba en su situación tan desesperante que lo reducía a la imagen de un hombre sin identidad, el hospicio sería un lugar de retiro para analizar su soledad mirándose en el espejo de su futura vida que no era tan lejana. Al este del recuerdo, se sentenciaban los verbos comunicándose unos a otros sin salir de las habitaciones preguntando si las olas llegan solas

o tienen algo con orilla ante los ojos del viento. Y por otro lado imaginaba cómo convivían las personas del hospicio en común acuerdo unos a otros sin salir de sus habitaciones, tan sólo con el sonido del mar que les llevaba el viento, y que abrían polémicas distintas de cada hospedado, pues cada cual tenía su teoría sobre el origen de las olas y por qué éstas no cesan de formarse, pues, son millones de ellas las que existen a la vez; provienen de la luna dicen algunos; son los sonidos de nuestro planeta dicen otros; -nooo; dice el más cuerdo de todos; este sonido es el castigo que nos ha enviado el Señor, por ser tan diferentes a los demás, para que lo escuchemos mientras dura nuestra condena, nuestras prisiones. Siento que puedo correr hacia ti Siento que puedo burlar al celador de la cordura Siento que he sentido mis sentidos en las ventanas de los buitres y siento que he perdido todo, menos la razón. Siente que puede luchar y ganarles a los celadores que creen tiene la razón y siente que todavía tiene la razón aunque está a punto de perder la razón, aparentemente cree que lo ha perdido todo, pero no la razón. La moneda fue lanzada y dio vueltas y vueltas tantas veces ya la suerte estaba echada de reojo, de costado o de frente está prohibido un paso en falso, pues el tiempo se apresura ya no arañes más el mundo que el fantasma que no perdona ya llegó. la suerte estaba echada desde cualquier punto de vista, estás prohibido dar un paso en falso porque el tiempo no perdona, es el destino de la locura y no luches contra ella, sino aprende a convivir. Después que pasó casi toda una vida llegaron los seres que más lo aman y conversaron con Guliano: Guliano, hijo mío, te comprendemos pero la decisión que has tomado por el momento no nos parece tan acertada, tú tienes un gran futuro, así como nosotros nos forjamos los nuestros a base de mucho esfuerzo y mucho trabajo y todavía seguimos trabajando duro para que tú logres alcanzar tus metas, pero si te internas en el hospicio no nos significarás un gasto económico, sino una gran pérdida de unidad familiar, si tú te quedas en el hospicio, nosotros también viviremos nuestro hospicio aquí en la casa sin necesidad, hijo mío, por favor entiende que eres el único hijo a quien lo tengo alejado. Lo entiendo perfectamente papá, y por el amor que les tengo así como ustedes son comprensivos yo también lo soy y los amo como ustedes me aman a mí. Estoy pensando que me inscriban como un integrante del hospicio como uno más pero a diferencia de los demás yo tendría la libertad de entrar y salir libremente. Hijo, es una de las alternativas más brillantes que escuchado en mi vida, pero por favor, hijo mío, espero que esto no te afecte, trata de no contagiarte y enloquecer o cargar complejos, porque te queremos mucho. Después de esta conversación que quedó en un gran acuerdo, Guliano con la sonrisa en los labios se fue a visitar a su amiga que antes fue su enamorada Lucrecia - y la mantuvo al tanto y para su tranquilidad le contó que había entablado amistad con varios integrantes de ese centro; que visita constantemente los cuartos que

demuestra que nunca se hubiese ido del hospicio, también le habló de la amistad y la comprensión que le brinda el Dr. Mancer. Entonces, ella también le prometió uno de estos días acompañarlo en todas sus visitas si fuera necesario. Después de una prolongada conversación terminó la cita improvisada y con una sonrisa de gozo se despidieron ambos, ella volvió a su casa y él se dirigió a sus clases de en el instituto donde estudia Estadistica. Al cabo de algunos días Guliano volvió al centro mental y para su buena suerte se encontró Isaac y con todo el grupo más influyente del hospicio, después de las horas de conversación acordaron que irían de paseo por las islas para pasar dos días y una noche, haciendo fogatas, comiendo en campamento , realizando caminatas y jugar entre otras cosas. Después que todos se despidieron, sólo se quedaron Guliano e Isaac; éste le contó que habían cosas extrañas que pasaban en el hospicio y le contó de cada uno de ellos en especial de los personajes más influyentes: Por ejemplo: Que Gróver no podía de dejar de masturbarse pero que era hijo de un padre millonario quien era dueño de uno de las cadenas más grandes de hoteles y de casas residenciales y que este muchacho una vez sanado todavía visita el hospicio pero el comete la locura de quedarse muchas veces en este sanatorio, especialmente para ver a Histriana y a Linoria, de quienes se siente atraído físicamente. Que Bruno, el famoso anticorridas es un renegado que lucha contra la injusticia sanguinaria que se comete contra los animales inocentes y por eso es capaz de seguir luchando es considerado el Robín Hood de los animales indefensos. Que Larry es el hombre que habla con el firmamento y que a pesar de tener su enamorada, a Luz, una mujer que sólo él conoce ; al igual que Albert con conversa con Clara la hija de la Luna, ellos sí que no quieren irse del hospicio al contrario no quieren irse nunca de aquí. Y es una pena que Histriana ni Linoria no vayan al paseo porque son mujeres muy conservadoras, recatadas y finas que no pueden estar exponiéndose a paseos y aventuras que no son propios de la cordura femenina, para ellas no era posible que escasas mujeres vayan rodeados de tantos hombres y peor si tenían que ir a una isla que tiene problemas de marea. Pero que el flautista y filósofo sí iría porque es un hombre que le gusta estar en contacto con los demás, es un hombre que ama la noche, tan igual como el hombre que habla con la hoguera. Después de este paseo Guliano e Isaac regresaron a sus casas para hacer los preparativos para ir de paseo por las islas. Al día siguiente todos se encontraron en el parque y antes que nadie estaban primero presentes los celadores quienes son responsables por la seguridad de los personajes que adornan el hospicio, después paulatinamente uno por uno fueron llegando cada uno con sus equipajes tan singulares algunos iban sin equipajes, solamente con lo que tenían puesto. Cuando el grupo estuvo completo, todos subieron al bus de turismo y lo llenaron en un impecable orden y madurez que parecían militares experimentados que iban a una zona de reconocimiento. Después de llegar a las pequeñas embarcaciones tomaron una barca muy acogedora y empezó a sonar el motor de propulsión y todos gritaron una sola voz viva, bravo, buena, somos lo máximo… Y empezaron a mirar como el color de las aguas del mar iban cambiando etapa por etapa y cómo se iba oscureciendo el agua y cómo iba aumentando el frío muchos se abrazaron, también apreciaban a las numerosas aves que les recreaba el

panorama de libertad, todos se sentían felices, sin antes siquiera haber llegado a la isla casi todos estaban contentos y eufóricos. Hasta que después de unas horas avistaron las islas y eligieron una de ellas que tenía vegetaciones cercanas a las orillas, ahí Arquímedes se creía Cristóbal Colón y el hombre que se creía Dios empezó a creerse pájaro y conversaba, pero el más callado era el hombre que hallaba el silencio al lado de la hoguera. Cuando estuvieron en la isla todos parecían niños, empezaron a correr y desempacar, claro que sólo los que llevaron equipajes y corrían y jugaba y saltaban; era un loquerío (sin agraviar a los presentes); y en esta oportunidad Guliano hizo gala de su experiencia lanzando monedas para sus amigos, el hombre de la hoguera estaba recluido la mayor parte de su tiempo pegado a la fogata, otros se dedicaban a pasear, otros a pescar y empezó el concierto de rock en las rocas, los barcos pasaban por ahí prendiendo sus luces para responder a las señales de la fogata; alguna de las embarcaciones de pesca hasta se atrevió a rescatarlos porque pensó que eran náufragos pero los celadores se disculparon y les invitaron a participar de la fiesta y como hubo muchas personas más se armó un gran festival de locos y beodos porque se las arreglaron en llevar bebidas de licor entre otros, fue una gran fiesta, hubo muchos pescados para asar en la fogata, aquí en esta fiesta fue que Guliano confirmó que de aquí en adelante el hospicio sería su gran hogar. EL ADIOS A LOS CELADORES DE LA CORDURA ¿Es necesario que te vayas mamá? Sí hijo mío parecía responderle la voz de una madre pero volveré todos los domingos que pueda sin fallar para traerte amor y cariño y lo que más te gusta tus platos y dulces favoritos que te da alegría. ¿No deberían más bien cerrar el nosocomio? Sí, hijo de mi vida pero eso es imposible yo tendría un lugar donde ir a visitarte y saber cómo estás o que ha sido de ti si estás alegre o triste si te gustan los juegos o si aprendes algo nuevo. y que todos los locos corramos libres por las calles? Yo creo que sí, deberían correr libremente por las calles sin recibir ningunos prejuicios, para mí ustedes son más normales y son a la vez más brillantes que todos los genios juntos del mundo, en las calles encontrarán la experiencia y la sabiduría que todos nosotros no encontramos porque ustedes tienen mejores percepciones que nosotros los cansados. Ustedes todavía no olvidan ese sueño de la libertad a la razón y a la vida. Con esta conversación de un hijo expone sus ideas de libertad a su madre porque ya quiere estar encerrado en la cárcel que lo llaman hospicio, le podemos llamar cárcel porque en su mayoría los personajes que viven en la séptima casa son tratados como se les viene en gana al antojo de los celadores o guardianes de los cuartos a quienes consideran guardianes de celda. En el rincón más recluso de la casa / en la solana de tu boca como lluvia de incendios sin cabeza terminaron por encontrarse todos los fantasmas del Sumidero perpetuamente niños / perpetuamente ausentes hasta llegar a la esperanza de las tumbas. Los profetas de las ilusiones decapitadas harán ke cierre mis brazos de arena / y trataré de no soltarte ni a ti, ni a tus silencios / ni a ti, ni a tus extremos ni a esa luz estrangulada que se aloja en mi piel

y en cada astilla de mi noche más muda y más ciega que te buscará… en lo más silencioso de esta séptima casa de la obscuridad. En el rincón más estrecho de todos los cuartos una sola tristeza vaga y se traduce de nuestras bocas como una sola voluntad de todos los sentimientos se hicieron uno solo como niños sintieron las ganas de salir para poder jugar, todos en silencio lograron sumar sus esperanzas. Los profetas eran los personajes más influyentes que harán realidad los sentimientos de libertad que crecen y hacen que todas las manos se junten y no se suelten a pesar de la oscuridad, la tristeza y el silencio que reina en el hospicio. La historia del final tan trágico, comienza con el impedimento de los paseos que se tenían que realizarse en las islas, todos los personajes singulares en el anterior paseo se habían quedado muy contentos y satisfechos que necesitaban más paseos. En esta oportunidad habían más excursionistas el director se fue a alquilar otro bus más de turismo y se demoraba más de lo necesario, pues, para su mala suerte como no había hecho pedidos ni reservaciones fue a buscar inútilmente en varias agencias de turismo y no logró conseguir lo que sus amigos necesitaban. Sus ayudantes por el contrario; practicantes y voluntarios a sueldo no estaban de acuerdo con el paseo y las excursiones que se hacían a las islas y como el Dr. Mancer tardaba en llegar, decidieron tomar el control y anular el viaje, con una voz de mando de autoridad y prepotencia en frente de los personajes más influyentes. En estas circunstancias que Guliano aportó junto con Bruno, Larry, Isaac y había un revolucionario que se creía presidente y sabía mucho de política y burocracia, entonces, empezaron a quejarse en voz alta de que siempre nos dejan en abandono, que la comida no llega a su hora, encima llega fría que la atención es pésima y que a muchos de los nerviosos se les encierra bajo llave por muchas horas en el olvido, que más de uno ha sido sedado constantemente para obligarlo a dormir, tan sólo para que le sobre tiempo a ellos para que puedan leer el periódico o ver la tele o leer las revistas censurables por cierto. Uno de ellos dijo que la culpa la tenía el director y otro dijo que no y otros decían que sí, hasta que habló Isaac para defender al Dr. Mancer que estaba más informado dijo que este Hospicio no estaba bajo el poder del Dr. Mancer, sino que era una fuente de ingresos de tres compañías mafiosas muy grandes que lavaban dinero y a la vez ganaban con los ingresos y con las donaciones que recibían de las cuales ningún paciente se beneficiaba. Después de esta aclaración uno de los pacientes se sintió amenazado y ofendido por los loqueros, entonces, empezó a golpear a diestra y siniestra a los enfermeros, doctores y guardianes y se armó la pelea porque los loqueros empezaron a optar medidas de fuerza para controlarlo y este acto causó un mal entendido porque al guardián se le escapó varios tiros que mató a un paciente y también a Guliano que trató de impedir este fatal desenlace. Todos los pacientes empezaron a perder el control por la furia y la histeria. Fue ahí que muchos pacientes más empezaron a reaccionar con los puños, las visitas entraron con los guardias de seguridad que portaban armas para restablecer el orden pero rápidamente fueron atacados por los locos que cada vez se enfurecían y se sumaban a pelear por la defensa de su dignidad. Unos abrían las puertas que faltaban abrir de las demás celdas, es decir, de los demás cuartos donde los pacientes eran tratados de acuerdo a su historial de

demencia crónica o temporal. Los pacientes voluntarios tenían el control de total de sus puertas y de las puertas de las calles con absoluta libertad. Cuando todos los pacientes salieron afuera empezaron a bailar, correr, gritar, pero la mayoría de ellos empezó a enfadarse y a golpear a los celadores, doctores y algunas enfermeras que en muchas oportunidades les habían tratado mal o encerrado en la oscuridad, uno de ellos prendió fuego y poco a poco todo se empezó a consumir y todo empezó a entrar en una confusión parecía una batalla griega, es decir que empezaba a arder Troya por todos lados, entonces se empezaron haber a las primeras víctimas del incendio, habían dos doctores y una enfermera asfixiados por el humo, otros tres ahorcados por la turba de locos, uno de ellos acuchillado por el loco que se creía Tarzán. En este incendio y batalla campal a la vez, nadie llamaba a los bomberos, ni a la policía y ya el fuego se estaba desplazando al segundo y tercer piso donde se encontraban almacenados todos los archivos del hospicio y el fuego empezaba a devorar con más apetito que nunca, en esas circunstancias llegó el director y miró todo desde afuera y pegó un grito al cielo, luego se recuperó de su espasmo y entró al local; trató de hacer algo para detener el fuego pero fue el detenido por una turba de locos que no conocían las buenas obras que había hecho por el hospicio que lo empezaron a golpear a gritar y a morder, en esa bulla llegaron rápidamente los profetas, es decir, los personajes más influyentes del hospicio quienes recuperaron al Dr. Mancer y lo sacaron del lugar para embarcarlo a su casa o a una zona segura lejos de la turba que lo creía perverso, por el sólo hecho de ser el director del hospital. Al empezar el incendio y ver caer a los primeros muertos, Histriana, que se encontraba en el tercer nivel, empezó a entonar su más dulce y linda melodía que se escuchaba en todos los lugares del hospicio, como una partitura sacada de las sinfonías de las grandes partituras de la música contemporánea; la dulce Histriana cantó mejor que nunca y se sentía la ternura y el amor en su música que atrapaban al tiempo y espacio. Linoria que siempre acompañaba los cantos de la soprano, esa vez no dio ningún paso de baile, pues se sentía aterrada por todo lo que sucedía y sólo se puso a llorar y gritar. Poco a poco los doctores y celadores se iban escapando y la mayoría muriendo presa del humo, de los golpe y muchos caían en manos de la turba que los ahorcaba o los agredía a punta de patadas y puñetazos, la cocinera ni bien sintió la pelea, salió corriendo y para que la dejen salir con vida, empezó a repartir dulces de su repostería que todos recibían contentos pero ella huyó para nunca más regresar cargando su olla gigantesca; bueno todos entendieron y comprendieron la pasión que tuvo siempre por la comida. El hombre que habla en silencio con la hoguera se quedó en un rinconcito muy tranquilo para contemplar el incendio que se expandía cada vez más y el hombre de la hoguera se quedo quieto sin moverse ni a la izquierda ni a la derecha, era el hombre más sublime que siempre parecía responder con su silencio. Al mismo ritmo de Histriana , Grover personaje que recitaba poemas para el deleite del hospicio empezó a declamar un poema más; inspirado en el incendio que ya terminaba, y declamó : Y dice “adiós” el Sumidero / aún abrazo tu sombra y ni me entero / Sube y da vueltas y alcanza a mirar / pero no ve ni su sombrero. La moneda que gira se fue a su entierro / Aún llevo tus ojos como un incendio Si detienen el mundo yo me bajo primero /

Pues se oye aquí en silencio / Alcánzame esa luz: te quiero No me la apagues que aún no veo. Y de aquí, nos despedimos del Hospicio Le damos las buenas noches a sus puertas sin nombre a sus luciérnagas iluminadas de prisiones, de renuncias, de locuras! de ventanas pequeñas y de causas perdidas de niños reincidentes y de espejos destrozados. A sacarle filo al corazón / a montar cada gota de lluvia cada luz que colapsa / cada voz que se esconde en la nube más tibia y certera / en esa oscura armonía ciudadana donde nos daremos… un abrazo! Y un salud! …¡por los espejismos! / ¡por las hogueras! por tu sonrisa que la llevo como encrucijada en bandolera. Y porque a pesar de todo aún te canto … ¡locura! Todos le dicen adiós al hospicio que fue una tortura, aún sienten ese aire familiar mientras se va consumiendo bajo las brazas de las llamas que avanza y sube y alcanza los tres enormes y espaciosos pisos y ya no se ve ni su forma, sólo el fuego. La suerte llegó a su funeral para ver el final del hospicio que consume con el incendio, pero el mundo tiene que seguir girando y si lo detienen yo renuncio, aquí se halla el silencio y la luz. Desde ahora nos despedimos para siempre del hospicio, le damos las buenas noches anónimas que vigilaban horas tras horas para darnos prisiones que nos hagan renunciar a nuestras locuras que son verdades, nuestros pedidos eran pequeños y nuestras causas perdidas, nos trataban como niños perdidos, sin espejos y renombre. A sacar fuerzas del corazón, hay que tener valor, a resistir aunque colapse nuestra fortaleza, aunque se ofusque nuestra voz y veamos las cosas de colores. En esa oscura armonía ciudadana nos daremos un abrazo y brindaremos con un salud por nuestros sueños, por las hogueras del incendio, por nuestra felicidad bandolera que se contrasta con nuestra calma absoluta y a pesar de todo aún te canto, locura mía. Todos escucharon el poema que declamó Grover y se sintieron felices y a pesar que el tercer y segundo piso caían reducidos por los escombros, Histriana , But y el hombre de las hogueras seguían haciendo lo suyo; Histriana seguía cantando y cantó hasta que se hubo consumido todo el hospicio Se oían los sufrimientos de las víctimas del incendio, se escuchaba toser y gritar y sufrir pero el hombre de las hogueras sólo escuchaba su hoguera en profundo silencio y calma. Cuando todo el hospital había quedado en cenizas y se hubieron reunido los más cuerdos entre tantos otros, Isaac, Grover, Albert, Bruno, Larry, Histriana y Butel flautista, sólo les quedaba recoger y amontonar a los muertos y algunos heridos que pudieron salvar a esas alturas ya estaban reunidas todas las personas y habitantes que habían salidos de las otras seis casas de la oscuridad alarmados por el incendio y la música de Histriana y el flautista que parecía que los había encantado o hipnotizado, entre todos unieron sus fuerzas para recoger a los muertos que lo pusieron en un montón

en la vereda de la calle de la zona residencial, al mismo tiempo llegaron aunque ya era tarde los bomberos, la ambulancia y la policía, a ellos en ese momento sólo les importó los heridos y los muertos y no diferenciaban quién estaba loco o cuerdo o quien estaba histérico o sensible, los bomberos empezaron a sacar las mangueras y apagar las llamas que podían propagarse a las seis casas vecinas, la ambulancia empezó a recoger a los heridos en las camillas y los policías que no tenían nada qué hacer sólo hacían preguntas a todos los personajes que estaban parados, uno de los policías conversaba con las prostitutas a parte de sacar una cita, les preguntaba cómo había ocurrido el siniestro, la prostituta sólo le amenazó que lo atraparía con su fuego pasional cuando termine todo este peritaje. Los personajes del Hospicio parecían una promoción que se recibían de una larga carrera entonces se reunieron y se abrazaron para todos juntos y lloraban con lágrimas en los ojos dando vivas, pues, todos tenían sueños de un nuevo comienzo, todos hablaron de sus sueños y se oyeron interminables discursos, pero claro está que eran brevísimos y se abrazaban unos a otros y se sonreían y algunos se decían palabras que ni entre ellos se entendía pero deducían que eran palabras de arenga para continuar con sus vidas, entonces, se abrazaron una vez y todos rompieron la ronda y se soltaron de las manos y se fueron corriendo cada uno por calles distintas, unos en silencio, otros vociferando; sólo cuatro personas se quedaron en ese rincón donde era el portón del hospicio, se sabía que esperaban al Dr. Mancer. HISTRIANA: Esperaba al Dr. Mancer para continuar con su repertorio y continuar no tenía otros planes que estar al lado del director, ya que él era el único que le entendía y la trataba como a una verdadera dama. BUT- EL FLAUTISTA: Había aprendido a convivir con la melodía de Histriana y si ella se quedaba, él también se quedaría para hacer un dúo tan tácito que no les interesaba si confabulaban o no, lo que importaba era que estaría siempre al lado de la soprano. TEOFILO-EL HOMBRE DE LAS HOGUERAS: Esperaría al Dr. Mancer porque fue el único que se interesó él a pesar de estar siempre muy ocupado y le enseñó a construir pequeñas hogueras para que nunca más sintiera frío y la vez podía escuchar respuestas y verdades que nunca nadie se lo diría. GROVER: Volvería a casa para estar al lado de sus hijos y de su escultural mujer que bailaría y lo excitaría antes de llevárselo a la cama, viviría un tiempo tranquilo y luego más adelante buscaría algún lugar que sea como el hospicio. LARRY: A pesar que salió corriendo, presa de la excitación y del momento, volvería y esperaría al Dr. Mancer para que reconstruya el hospicio porque él no se iría nunca de ese lugar porque era su hogar, además a pesar del incendio no se había quemado ese enorme árbol donde conversaba con la noche y seguiría su romance con Luz que aparecía en momentos muy especiales. ALBERT: Al ver destruido el edificio de su hospicio, regresó a vivir con sus padres; ya no había razón para quedarse, pues su amada Clara ya no se le apareció más; algunos doctores le decían que era por que ya estaba recuperando poco a poco su consciencia; recién él comprendió que Clara había sido realmente el espíritu de Diana, que todavía no descansaba en paz, aunque a él le hubiera gustado mucho más seguir divagando con su mente un poco transtornada, solamente por el amor de su amada Clara. LORETA: Huyó del lugar, no sin antes buscar a Linoria para escapar juntas, pero no la encontró. Después de un tiempo se encontró con Matías y ahora viven juntos en algún lugar del país; luego ellos tuvieron dos hijos más, con quienes forjaron la aventura más feliz de sus vidas; cimentaron un hogar sólido en el amor y en lo material, pues tuvieron

una bonanza económica dedicándose a los negocios inmobiliarios; ahí recién comprendieron que realmente se había cumplido el destino que les había presagiado Alipio, el mago. BRUNO: Le sacaría al máximo su libertad organizaría muchas marchas más en son de protesta para que no sigan sacrificando a los toros en las corridas. Hace poco tuvo una gran decepción al enterarse que habían elegido como una maravilla del mundo al Coliseo de Roma; un lugar donde se produjeron los crímenes más horrendos contra la especie humana. Así somos de bestias los hombres. ISAAC: Volvería tranquilamente a su casa para continuar con su vida y se llevaría a su casa a algunos amigos que había hecho; en especial enterraría a Guliano que había muerto como un mártir del hospicio. LUCRECIA : Después de separarse de Guliano; ella nunca lo acompañó en sus visitas al nosocomio; su familia, al poco tiempo le promovió un viaje a Francia para estudiar una carrera y nunca le contaron de la muerte de su amado Guliano. LA COCINERA: Buscaría trabajo en algún restaurant aunque nunca más volvería a trabajar para un hospicio de loquitos; éstos siempre tendrían los más grandes síntomas de insanía. ARQUÍMEDES: Se tendría que ganar la vida dando clases de sus tratados o trabajaría en los teatros siempre en cuando le paguen con comida o ropa para poder vestirse. DIOS: Reinaría para siempre las calles aunque muchos le teman por su aspecto desastroso y sus aires de grandeza y autoridad. LINORIA : No se supo más de ella; sólo quedó el recuerdo de sus danzas y ternura de niña grande, dócil, callada y buena. FABRIZIO : No estuvo presente , pues ya hacía tiempo que había dejado el hospicio con la enfermera Lucila Segovia, quien lo llevó para criarlo como a un hijo; pero después se supo que iniciaron un romance , pese a la diferencia de edad; y ahora ellos crían a su propio bebé. EL Dr. MANCER: Huyó del país, temeroso por el problema que afrontaría al haberse descubierto la complicidad de su institución con un grupo de potentados delincuentes de cuello y corbata que utilizaban al hospicio, así como a algunas otras instituciones, para maquillar el dinero mal habido en sus negociaciones ilícitas. Después se supo que Raymundo Mancer había sido un médico cubano que llegó al Perú en los años 80, huyendo de la dictadura de Fidel Castro, y que, sin tener la intencionalidad de delinquir, fue captado por ese grupo de hombres de empresa, quienes inclusive habían formado una ONG para operar mejor en sus actividades ilegales. Actualmente de él no se sabe nada; no se sabe si pensará en sus hijos locos que nunca tuvo y que por el amor que les tenía, haga su aparición y cobije nuevamente a estos niños indefensos y reconstruya otro hospicio; y uno de esos niños e hijos soy yo, que todavía lo estoy esperando.

F I N

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