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LA BIBLIA COMO NORMA DE FE Y CONDUCTA. Para el hombre y mujer bautista, la Biblia es la Palabra de Dios que le indica quién es, de dónde viene y a dónde va. Esta Palabra le revela el amor de Dios para la humanidad encarnado en Jesucristo y sienta las bases para la disciplina cristiana. Lo que se dice y se hace dentro de la Iglesia siempre está influenciado por la contestación a la siguiente pregunta: ¿Qué dice la Biblia sobre este asunto? EL BAUTISMO DE CREYENTES. Los bautistas consideran el bautismo como una ordenanza del Señor. El bautismo es el testimonio de que la persona ha oído el mensaje del evangelio de Jesucristo y lo ha aceptado en su totalidad. La experiencia del bautismo por inmersión anuncia que el creyente ha entrado a formar parte del cuerpo de Cristo que es su iglesia, con todos los privilegios y responsabilidades que esto conlleva. LA LIBERTAD DE CONCIENCIA. Este principio envuelve la libertad de pensamiento y de expresión. Todos los miembros de una iglesia bautista tienen la libertad de pensar y actuar libremente. La acción y el pensamiento deben estar fundamentados en la Palabra de Dios que es la norma de fe y conducta. LA SEPARACION DE LA IGLESIA Y EL ESTADO. Los bautistas sostenemos que el estado (gobierno) no tiene derecho para interferir con las creencias religiosas y prácticas de personas o congregaciones. Tampoco puede intervenir en las decisiones que toman los miembros de la iglesia para resolver sus asuntos internos. La razón de ser de este principio es sostener y reforzar la libertad religiosa y de conciencia. EL SACERDOCIO UNIVERSAL DE LOS CREYENTES.
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Cada creyente es un sacerdote con acceso directo a Dios a través de Jesucristo, el sumo sacerdote, y con la responsabilidad de testificar acerca de Dios y de su voluntad ante el mundo. Los bautistas sostenemos que todos los que pertenecen a Cristo están debidamente equipados para el ministerio, con las obligaciones y responsabilidades que esto conlleva. EL GOBIERNO CONGREGACIONAL. El congregacionalismo es lo que permite que cada creyente en Cristo Jesús tenga acceso a la revelación que proviene de Dios, de tal manera que como miembro y participante de un cuerpo de creyentes, pueda discernir la voluntad de Dios para el mundo y para la iglesia de la cual forma parte. En cada toma de decisiones de una iglesia bautista, se realizan tres actos fundamentales: a. La comunidad de creyentes se reúne para considerar o decidir sobre un asunto. b. La comunidad de creyentes analiza el asunto a la luz de la Escritura, que es la norma de fe y de gobierno. c. La comunidad de creyentes, bajo la dirección del Espíritu Santo, busca hacer la voluntad de Dios, que es la base para sus decisiones. AUTONOMIA E INTERDEPENDENCIA. La iglesia bautista como comunidad de creyentes tiene la capacidad para gobernarse a sí misma y dirigir sus propios asuntos. La autonomía propicia la creatividad, imaginación, desarrollo y crecimiento de la comunidad bajo la dirección del Espíritu Santo. La comunidad apoya y sostiene las relaciones fraternales que trascienden los límites locales para fortalecer la hermandad y colaboración denominacional, interdenominacional; que enriquecen el amor y la fe. VISION Y COMPROMISO MISIONERO. La iglesia fue constituida por Jesucristo para llevar su evangelio a todas las naciones. La labor misionera aquí y allá es parte del ser de una iglesia. LA CELEBRACION DE LA CENA DEL SEÑOR. La Cena es la proclamación viva de la gracia de Dios y de su misericordia infinita. A pesar de que la iglesia recuerda la muerte de Cristo, lo hace con gozo y gratitud, porque Cristo vive. Los creyentes alrededor de la mesa confirmamos la presencia transformadora y fortalecedora de Dios que actuó en Cristo y sigue actuando en nuestras vidas.