POSMODERNIDAD Y LITERATURA. El postmodernismo arranca de, prolonga, pero también subvierte, del modernismo. El postmodernismo se puede definir como la cultura del fragmento (cultural, del pensamiento, etc...). esta fragmentación ya estaba, si lo pensamos, en el modernismo, el cubismo. Otra característica del postmodernismo es el multiperspectivismo sobre un mismo objeto, las perspectivas rotas. La idea de una perspectiva única es falsa e ilusoria. Un efecto óptico. El postmodernismo surgió en relación con la arquitectura en primer lugar y luego, la música, la literatura, etc... es un concepto muy difícil de definir. Posmodernidad: es la condición cultural en la que estamos inmersos. Es algo que no se elige. Postmodernismo: son los fenómenos que se nutren de los presupuestos posmodernos. La modernidad surge de los principios de la Ilustración, de la idea del humanismo. Es un pensamiento que se centra en lo humano. La modernidad florece en el S.XIX y entra en crisis a principios del XX con la crisis de los principios de la modernidad. · Principios de la modernidad: Existencia de un YO racional, consciente, autónomo, capaz de conocerse a si mismo y al mundo. Creencia en un mundo racional. La racionalidad como forma suprema de verdad, de objetividad, como principio indiscutible. La idea de que la ciencia procura verdades universales e independientes. Concepción del lenguaje como modo de expresión del conocimiento, para difundirlo. El lenguaje se percibe como algo transparente. Hay una relación clara entre significado y significante. Modernidad orientada hacia el orden. En este sentido, hay muchos autores (aun hoy y, sobretodo, en el S. XIX) que dicen escribir para imponer orden al caos. El Modernismo surge a principios del XX cuando todos estos principios entran en crisis. Podemos fechar el nacimiento del modernismo en 1922 con la publicación del Ulises de Joyce. · Características del modernismo literario: Lo que importa es cómo vemos (los procesos cognitivos) frente a lo que se ve. La escritura empieza a concebirse como flujo de conciencia, influencia del psicoanálisis. Crece la influencia de las pasiones, la conciencia, etc... Aparecen los primeros estudios sobre la histeria, también para los hombres (después de la primera Guerra Mundial, en relación con “el síndrome de las trincheras”). Todo esto lleva a poner entre comillas la idea de los seres racionales. Desaparecen las voces en 1ª o 3ª personas (narrador omnisciente) para dejar sitio a las voces múltiples, perspectivas múltiples... Disminuye la autoridad del autor y aumenta la responsabilidad del lector. Los acontecimientos se nos narran de forma refractada, transformada por la mente del autor. Se rompe con la linealidad y con ella la causalidad. Es el lector el que tiene que buscar las causas. El lector tiene que reconstruir las causas de esa atomización. Incorporación de la reflexión sobre el proceso de conocimiento y creación literario, metaficción. La ficción que reflexiona sobre si misma, su representación (es lo que se da, por ejemplo en la novela La mujer del teniente francés) Difuminación entre géneros, entre arte popular y culto, lo culto y lo popular. Ya no nos identificamos con un personaje es lo que Ortega llamó la deshumanización del arte. Diferencia con el postmodernismo: el modernismo se lamenta de esa pérdida, hay una sensación de malestar. Frente al postmodernismo que lo celebra e insiste en la gran falsedad de todo eso: fiabilidad del lenguaje, la unicidad de perspectivas,... Esa es la gran diferencia. El postmodernismo va a descontruir (para ver cómo está engarzado, los entresijos, etc.) lo desmantela, examina lo que hay en la base de todas esas construcciones. Y lo hace desde una perspectiva, entre otras, irónica. Y, desde la historia, que se atribuye el poder de narrar el pasado.
El lenguaje es el que está construyendo lo que sucedió en el pasado. Lo que el historiador recoge es ya una selección. De hecho, literatura e historia tienen mucho en común. Barthes, dice que lo más que puede conseguir un historiador es la ilusión de verdad, hacer desaparecer su voz como narrador/autor de una novela, historia. Jean François Lyotard: La condición posmoderna. Establece como característica de esa condición la desconfianza en los grandes metarrelatos de legitimación. Estos metarrelatos son aquellas historias que se cuentan para justificar una ideología, por ejemplo el Marxismo decía que el capitalismo acabaría por caer por si mismo y ser remplazado por una sociedad socialista (# caída del muro de Berlín) el humanismo liberal tenía la idea del progreso incesante del género humano (#Auswich). El posmodernismo es muy crítico con estos tipos de relatos. Se instala “la hermenéutica de la sospecha”. Al rechazar estos grandes relatos lo que los sustituye son micro historias que abarcan historias y prácticas locales... que se enmarcan en momentos y espacios concretos, válidos para una situación concreta. Desaparecen pues las historias universalmente válidas. Es la “moral del cubismo” (sólo se puede abarcar una parte del todo). Lo que es válido aquí y ahora no es válida siempre y para todos. Para el postmodernismo sólo existen significantes. El frío se define, se entiende por contraste con el calor. El lenguaje es el que precede al sentido. El lenguaje opera evadiendo sistemáticamente el sentido. Cada palabra tiene asociada una carga histórica mucho mayor que lo que transparenta... siempre hay distintos significados, connotaciones y estas connotaciones están jerarquizadas(sobretodo si se trata de conceptos más que de objetos). Por ejemplo, la luz tiene frente a la noche/ oscuridad una connotación positiva. El sol es “superior” a la luna, el día a la noche, el hombre a la mujer que es asociada a la luna, la oscuridad, la noche... mientras que el hombre es asociado con la luz, la fuerza, la razón... Los significantes siempre remiten a conceptos previos. [esto es un poco lo que dice Derida y su idea de la deconstrucción. Cf. La cultura. ] El postmodernismo invita a la duda, promueve la defensa de la pluralidad, da voz a todo lo que antes estaba al margen, excluido, lo otro. En la literatura, frente a lo canónico se está rescribiendo, releyendo en clave posmodernista. Dentro de la hermenéutica de la duda se cuestiona todo: lenguaje, el canon literario, la experiencia ... Al calor de esa hermenéutica de la duda nacen ciencias como la semiótica, la pragmática... hablan de la necesidad de un contexto para cualquier postulado. Insiste en la ficción discursiva del lenguaje que sirve para imprimir y enmascarar ideología. El objetivo del postmodernismo es descubrir cómo se ha llegado a la cristalización de estas ideologías. Es una forma de cuestionar la repetición automática de los discursos, conceptos, valores, principios, etc... que ni siquiera son cuestionados. Es un movimiento que invita a revisar los valores, de resistencia cultural. Está cargado de ideología. Frente a la totalidad, exalta la individualidad, el fragmento. Es un esfuerzo por atender a la diversidad, tolerancia hacia la diversidad. El postmodernismo lo que propugna es el cambio permanente, desenmascarar la voluntad de orden (el ejercicio de poder que hay detrás de esa voluntad). Se atacan los discursos únicos, prevalecientes... se da voz a las voces alternativas. Por esto mismo las grandes voces posmodernas no tienen nada que ver con los escritores consagrados, se trata, por ejemplo, de escritores poscoloniales, de origen sudamericano, etc... El postmodernismo nace en Francia de Lyotard, Foucault, Derida, etc.. pero actualmente los países pioneros son USA y UK.