Historias Vividas - Historias De María Luisa Ballebella

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13.97cm X 21.59cm

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Colección Novela

Memorias

En síntesis, es esta una obra personal y experiencial, de fácil y amena lectura, que se encarga de despertar en el lector recuerdos lejanos y quizá olvidados o relegados a un rincón de la memoria. Al leer estas páginas, con toda seguridad, descubrirá muchos hechos y sentimientos coincidentes con los que ha experimentado en su propia vida.

Historias vividas

E

n Historias vividas la autora nos presenta las memorias de cómo formó la familia con la que había soñado desde siempre. Ella escribe la historia en forma de diario personal, en el que va, más que relatando, reviviendo cada una de las experiencias con una fuerza expresiva muy particular. “Así es la vida”, es su dicho preferido con el que titula y, además, justifica, todo lo que puede ocurrirle, en forma caprichosa, a una persona.

5 María Luisa Ballebella

M

aría Luisa Ballebella nació el 15 de septiembre de 1968 en Montevideo, Uruguay. Desde temprana edad, sintió una clara inclinación por los libros, hecho que pronto se vio reflejado en sus destrezas para escribir. A los quince años se fue a vivir a Buenos Aires, Argentina, donde se graduó en diseño de modas, otra de sus pasiones dentro del mundo artístico. Actualmente se desempeña como empresaria, y reside en Miami, con su esposo y su hijo Lucas. Su más preciado sueño es compartir Historias vividas, su primera obra literaria y sin dudas, un testimonio íntimo y franco de cómo ha llegado a convertirse en una persona realizada y feliz. ISBN 978-1-59835-086-9

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Copyright ©2008 María Luisa Ballebella All rights reserved. www.cbhbooks.com Managing Editors: Francisco Fernández and Manuel Alemán Designer: Ricardo Potes Published in the United States by CBH Books. CBH Books is a division of Cambridge BrickHouse, Inc. Cambridge BrickHouse, Inc. 60 Island Street Lawrence, MA 01840 U.S.A. No part of this book may be reproduced or utilized in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying, recording, or by any information storage and retrieval system without permission in writing from the publisher.

ISBN 978-1-59835-086-9 Library of Congress Control Number: 2008943085 First Edition Printed in Canada 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1

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Agradecimientos A mi esposo Dito, mi bastón, el hombre de mi vida. A mi hijo Lucas, que también es para mí, mi vida. A mi hermana Silvana, en quien me apoyo en todo momento, para que esto se convierta en realidad. A mi hermana Simone para que, cuando lea estas páginas, se emocione. Y a todos mis amigos que me apoyaron en esta obra. A todos, una vez más, ¡muchas gracias!

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Índice Capítulo I Argentina, momentos difíciles 9 Capítulo II La separación 19 Capítulo III Mi viaje a Miami 29 Capítulo IV De nuevo en Buenos Aires 35 Capítulo V La operación de Maxi 41 Capítulo VI Pequeños negocios 51 Capítulo VII Historia de la familia 65 Capítulo VIII Mi amiga Clarita 71

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Capítulo IX Mi boda 77 Capítulo X El viaje definitivo a Miami 85 Capítulo XI Miami ¿para siempre? 91 Capítulo XII La pérdida de los amigos 101 Capítulo XIII Historias de cubanos 105 Capítulo XIV La historia de Sara 113 Capítulo XV Nostalgia por la patria 119

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. Historias vi vidas ,

Capítulo I

Argentina, momentos difíciles

Una locura, pero uno nunca sabe lo que le puede deparar el

destino. Contar, hablar, interesarse por el otro, es una buena manera de desahogarse. Agradezco todo lo que la vida me ha enseñado y por todos los momentos que me ha hecho pasar. De todos —y de todos los acontecimientos— he aprendido y sigo aprendiendo. Pero muchas veces me pregunto si no será mucho todo el sufrimiento tan fuerte que llevo sobre mis espaldas. Perdí a mi madre a los seis años; estuve sin hablar con mi padre; tuve a mis hermanas lejos; y sufrí por amor; he pasado momentos inolvidables que me han llenado de amor y alegría, pero todo eso ha quedado esfumado en el pasado. Hoy tengo que vivir un cruel sinsabor. Cómo puede ser que, después de tantos momentos lindos vividos en estos últimos diez años de mi vida, me tenga que pasar esto ahora: estar tan mal anímica y económicamente. Espero, con todas las fuerzas que tengo, poder salir de ello lo mejor posible. La vida es cruel, muy cruel, y tengo muchas cosas que reprocharle porque siempre he sido una persona digna, respetuosa y nunca le hice mal a nadie, todo lo contrario. Y, cuando pensé que tocaba el cielo con las manos, se me vino un derrumbe económico de gran naturaleza. No voy a bajar los brazos y voy a seguir luchando hasta mi último aliento. Perder todo lo que uno construyó, luchó y trabajó para tener, es muy triste, aun cuando todos sabemos que la plata no lo es todo en la vida y que hay cosas que con la plata no se compran.



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. Maria Luisa Ballebella , De lo que hice, no me arrepiento; al revés. Pero me hubiera gustado una recompensa mejor y no haber pasado otra vez por caminos llenos de obstáculos para salir adelante. De lo primero que tengo que dar gracias es de un marido maravilloso al que amo con locura y un hijo con el que siempre soñé. Juntos somos muy, pero muy felices; gozamos plenamente de la vida a pesar de los momentos que nos toca vivir. Luché mucho por tener el amor de mi vida y lo conseguí; luché mucho por tener un hijo y lo tuve, aunque sufriendo horrores cuando nació por todos los pequeños problemas que tuvo: hipospadia, terapia intermedia, los deditos de los pies torcidos. Sin embargo, luché y lo saqué adelante. Trabajé desde los dieciséis años sin parar y conseguí muchas cosas. Aprendí, también, muchas otras. Coseché amigas inolvidables, lo que creo es uno de los logros más importantes. Algunas de ellas muy compinches; otras, no tanto. A medida que pasó el tiempo fueron apareciendo las demás. Pero siempre puedo contar con ellas, lo que me llena de alegría y felicidad. De mis hermanas puedo contar mucho. Claudia, la mayor, es incondicional conmigo. Tuvo dos hijos hermosos a los que amo. Hoy ya son hombres, adoro a mis sobrinos. Claudia es una mujer muy particular. Ella lleva todo lo de mi madre y para mí ha sido como mi segunda mamá. Fue quien, sin querer, ha tenido que asumir ese papel. Es muy temperamental y ha construido una familia ejemplar. Mamá era brasileña y para ella ese ha sido su mayor orgullo. Físicamente no se le parece pero yo, sin haberla conocido casi, sé que son iguales. Mi hermana es quien más la recuerda. De Anita no puedo decir lo mismo; por su locura galopante, por no haber podido superar sus problemas de chica, es la que quedó con secuelas gravísimas al ver morir en sus brazos a la madre. Ella nunca va a olvidar ese momento tan triste. Es la rebelde. Así y todo, tuvo tres hijos divinos a los que amo en la distancia y sufro por ellos y por los momentos tan duros que viven. Hubiera querido que todo fuera distinto, pero no es así: solo la vida sabe por qué. 10

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. Historias vi vidas , A las dos las he ayudado infinitamente y con todo mi corazón. Muchas veces la distancia tiene estas cosas, estas traiciones, estas culpas. Por estar lejos uno se siente todo el tiempo con culpa; pero el tiempo ha pasado y es como si no pasaran los años: uno lleva todo esto consigo.

Comienzan los problemas En algún lugar de Buenos Aires frente a un escritorio y un cuaderno... Ya es de madrugada…

Las soluciones no llegan y los días pasan. Tengo tiempo hasta

febrero para resolver esto si no, pierdo todo el arreglo al que llegué. Es de un millón de dólares por todo. Me parece excelente, pero la hermana de mi marido no nos quiere ayudar. Me revuelve el estómago; no tengo consuelo. Siento un odio muy grande. Cuento hasta diez para no decir más lo que siento. Me parece un verdadero desastre. Solo de una cosa estoy segura: voy a luchar contra viento y marea por todo lo que hice y logré hasta ahora y no voy a permitir que nadie me lo saque. Aunque tenga mucha bronca y sepa que las cosas materiales en la vida van y vienen, creo que esto no lo puedo perder y si es una locura perderlo por capricho, lo perderé. Sé que algo tiene que pasar. Igualmente llegué a un punto tal que no puedo pensar coherentemente. Me abruman los problemas por todos lados: los míos; los de mis hermanas; los de mis amigas; el de Juana con su novio enfermo; el de Dani con su mujer depresiva y el de mi trabajo, porque realmente hay poco. No dejo de pensar por qué la vida es tan cruel y me enfrenta a estos momentos tan difíciles. Quizá, al final de todo esto, aprenda estas lecciones porque sé que la vida es un continuo aprendizaje. Quisiera en este momento estar tranquila y dormir como lo hacen los demás y no pensar tanto en cosas materiales; sin embargo es más fuerte que yo y no lo puedo controlar. Veo a todos en contra de mí y que me van a atacar hasta destruirme. Pero estoy decidida a 11

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. Maria Luisa Ballebella , que no lo logren: tengo mucha fuerza para luchar y, aunque toda mi vida sea una lucha, lucharé; no me dejaré vencer. Solamente en el fondo de mi corazón me entiendo. En estos momentos me encantaría hablar con alguien —no sé con quién— para poder contarle horas y horas mis vivencias; tener un oído que me escuche y que pueda quitarme el odio que me producen ciertas situaciones. Por el momento me desahogo aquí y ahora. Divido el problema en dos: por un lado, es lo que se le debe a este hombre y, por el otro, es haber cambiado de nombre los departamentos. A mi entender son dos cosas distintas. Por una parte, el arreglo del millón de dólares que me parece excelente; y, por otra, no pienso hipotecar mis departamentos para pagarles, por óptimo que sea el arreglo, porque si no, no les hubiera cambiado la titularidad. Sí; pienso pagarle, pero de otra manera. No quiero que me aprieten y tenga que salir a reventar lo que me queda. Si no, no hubiera establecido el negocio en Miami. Mi estrategia es muy buena, pero se me está derrumbando. Mañana iré al abogado para que me asesore bien sobre cuáles son los pasos a seguir para terminar con esta pesadilla. Hay cosas sobre las que no quiero hablar porque si no, termino peleada con todos. Sé que tengo que ser más diplomática a la hora de hablar. Sé que no soy rencorosa y tengo una virtud —o no sé muy bien si es un defecto—: no me quedo con nada adentro, por eso digo todo lo que siento. Yo no tengo la culpa de ello: soy así. Cuando tenga la oportunidad de hablar con la hermana de mi marido —creo que la voy a tener— voy a decirle todo lo que pienso: por qué está con un traidor como su marido, como fue ella toda su vida. El problema no es que su hermana me defienda o me arruine lo poco que tengo; es un problema de principios; de cómo son las personas. ¡Cuánto me equivoqué al pedirle un favor a una traidora de malos sentimientos! Ella ahora se empeña en que no va a arriesgar nada por nadie. La vida no es así y yo lo sé. He aprendido y creo que esta es una lección que no voy a olvidar jamás. Cuando alguien da algo, no debe hacerlo para recibir, sino solo por dar, por amor, para hacer el Bien.

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. Historias vi vidas , No se traiciona; se habla, se llega a un acuerdo. No se acusa ni se echa en cara nada. Aunque llegara a solucionarse el problema y viniera de parte de ella, esto no lo voy a callar y voy a defender mi postura como siempre la defendí: siendo una persona honesta y trabajadora. La vida me ha dado un marido y un hijo maravillosos y lucharé hasta el final por ellos. Los días pasan y las horas también; espero soluciones hoy en que se sientan a hablar mi abogado y Pepe. La noticia que me dejó helada es la del hijo de mi marido, el mayor, que llamó a Miami para pedir el número de mi cuenta bancaria. Estas cosas me aterran. No puedo creer hasta dónde llega la gente con mis propias cosas. Pero la gente no tiene la culpa; la única culpable soy yo. No tengo justificación, en el fondo, me dejo envolver. No lo puedo permitir. Hoy hablé con mi hermana Claudia y me dijo que el viernes viene a visitarme. Me encanta que venga. No veo la hora en que esté acá; tengo muchas cosas que contarle. Nunca pensé en este momento. La hipocresía me da asco. Tengo que ser astuta y pensar en varias estrategias a la vez. Pensar en el trabajo, en no perder nada, en cómo organizaré otro trabajo; en cómo ganar plata para salir de estas deudas. Con trabajo se pagará todo. Algo tengo que inventar pronto. Todas las semanas me tengo que poner una meta y cumplirla; esa va a ser la mejor manera de salir adelante: vender los autos, mudarme de oficina, pagar las tarjetas, cerrar cuentas bancarias, pagar a los deudores... Días después... Es tarde del domingo. Mi marido no está; se fue al velatorio del papá de un amigo. Me acaba de llamar para decirme que llegará tarde. Estoy con mi hijo esperando que termine de comer, ya un poco mejor de ánimo. El viernes estuvo mi hermana y le conté todo lo que está pasando. Vino para que yo le firmara las autorizaciones para sacar la plata del depósito que tenemos en Uruguay por el departamento de Anita: se mudará a otro lugar. Estoy contenta por haber podido terminar; esto se me había convertido en una pesadilla: pensar en

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