Las mujeres y su papel protagónico en el mundo prehispánico Y los túmulos que hicieron al sol y a la luna, son como grandes montes edificados a mano, que parece ser montes naturales y no lo son, y aún puede ser cosa increíble decir que son edificados a mano, y cierto lo son, porque los que las hicieron entonces eran mujeres y aun esto se ve claro en el cerro o monte de Chollullan, que se ve claro estar hecho a mano, porque tiene adobes y encalado (Sahagún, 1956, t. III, p. 209). He aquí la relación de fray Bernardino de Sahagún acerca de las pirámides de Teotihuacan y Cholula, en que atribuye su construcción a mujeres. Lo anterior no es de sorprender, pues esta idea estaba muy arraigada entre los frailes en el siglo XVI. Veamos cómo lo menciona el dominico fray Diego Durán, al referirse a la presencia de mujeres líderes en la región poblano-tlaxcalteca: “Las mujeres que dicen que hallaron los de Tlaxcala, y Cholula y Huejotzingo, dicen que eran las que enseñaban a todos en lo espiritual y lo técnico…” (Durán, 1951, p. 14). Continúa el fraile y señala cómo fueron combatidas por los cholultecas estas primeras comunidades, las mujeres fueron profanadas y sus pueblos vencidos. Pero lo interesante para nosotros es también la manera en que el dominico narra los castigos que se aplicaban a los hombres que profanaban a las mujeres: “Hállanse hacia aquellos lugares huesos de quienes eran arrastrados hasta desmembrarse y dejados sus cuerpos expuestos en lugares ásperos” (Durán, 1951, p. 15). Estas palabras del dominico Diego Durán plantean algunas de las ideas que prevalecían hacia el siglo XVI. En efecto, los frailes buscaban una explicación para lo que se presentaba ante sus ojos: miles y miles de indígenas; ciudades pobladas por gran número de habitantes; edificios de gran tamaño, diversas lenguas habladas por otros tantos pueblos, en fin, un universo complejo al que había que dar una explicación, comenzando por su origen. La respuesta la encontraban en que en esos tiempos no existía la estructura familiar tal y como hoy la conocemos. El cuidado de los niños y jóvenes era comunitario, de alguna manera parecido a los kibbutzim, por lo tanto no existía ninguna jerarquía familiar entre el hombre y la mujer. No todas las mujeres tenían descendencia, no todos los hombres tenían descendencia. En cuanto a los rasgos físicos de la comunidad había casi una igualdad de tamaño y fuerza de estas mujeres y estos hombres, pues al dedicarse a la construcción, al cultivo, a la enseñanza y al cuidado todos por igual; sus cuerpos eran muy parecidos en tamaño y fuerzas a excepción de sus órganos de placer. La verdad es que se conocen casos de poblaciones enteras que tuvieron este patrón como hacen suponer los cronistas mencionados y otros más. Como podemos apreciar, la ciencia avanza y echa por tierra pensamientos que no refuerzan la estructura jerárquica y moderna, que sin embargo tuvieron validez hasta que el desarrollo paralelo de varias disciplinas teóricas hizo que, poco a poco, se desvaneciera la historia de estas sociedades.
Para leer más… Matos Moctezuma, Eduardo, Arqueología del México antiguo, INAH/JacaBook, Milán, 2010 (capítulo I). Plancarte y Navarrete, Francisco, Prehistoria de México, Imprenta del Asilo Patricio Sanz, México, 1923. Sahagún, fray Bernardino de, Historia general de las cosas de Nueva España, tomo III, Editorial Porrúa, México, 1956.