La peligrosidad de los residuos químicos más utilizados en el laboratorio de orgánica Residuos químicos Haluros de ácidos orgánicos Clorhidrinas y nitroparafinas Ácidos orgánicos sustituidos Aminas alifáticas Sales inorgánicas Oxidantes y reductores Cianuros Nitrilos Hidracinas Hidruros Amidas inorgánicas Compuestos internometálicos Peróxidos inorgánicos Sulfuros inorgánicos Carburos Aldehídos Alcalinos, alcafinotérreos, alquilos, alcóxidos Clorhidrinas, nitroparafinas Compuestos orgánicos halogenados Aminas aromáticas Aminas alifáticas Fosfatos orgánicos y compuestos Disulfuro de carbono Mercaptanos, sulfuros orgánicos Éteres Hidracina Hidruros Hidrocarburos, alcoholes, cetonas y ésteres
Método de eliminación más adecuado
Tratamiento previo y vertido al desagüe
Incineración
Amidas orgánicas Ácidos orgánicos Desechos metálicos Mercurio metal Mercurio compuestos Arsénico, bismuto, antimonio Selenio, teluro Plomo, cadmio Berilio Estroncio, bario Vanadio Disolventes halogenados
Recuperación
Medidas de prevención y seguridad personal en el laboratorio La regla principal es la concentración. Ante cualquier duda preguntar al profesor encargado o asistente. No interferir con el trabajo de sus compañeros. Usar bata o mandil de manga larga por fines de protección como también vestir pantalones largos y zapatos cerrados. No comer, beber o fumar en el laboratorio. El laboratorio debe mantenerse ordenado y limpio porque el orden y la limpieza evitan que se produzcan accidentes. Antes de usar el contenido de cualquier recipiente, leer cuidadosamente la etiqueta del frasco que lo contiene. No hacer experimentos sin autorización del encargado del laboratorio. Ante cualquier accidente, llamar al profesor o jefe de laboratorio. Nunca verter al desagüe residuos peligrosos. Procurar segregar al máximo los residuos de cada línea de trabajo con el objetivo de minimizar los residuos genéricos y mezclas.
Evitar incompatibilidades entre los residuos peligrosos. Evitar trasvasar los residuos peligrosos de un recipiente a otro. Asegurarse de que los envases que contienen los residuos peligrosos se encuentren herméticamente cerrados y que no estén deteriorados, manchados ni presenten derrames o fugas.