CALIDAD DEL AGUA EN TRATAMIENTOS AGROQUÍMICOS El agua cubre el 71% de la superficie de la corteza terrestre, localizándose principalmente en los océanos donde se concentra el 96,5% del agua total, y el 3,5 % restante se distribuye entre los glaciares y casquetes polares, los depósitos subterráneos (acuíferos), los permafrost y los glaciares continentales; y el resto, que es tan sólo un 0,04%, se reparte en orden decreciente entre lagos, humedad del suelo, atmósfera, embalses, ríos y seres vivos. Aunque el agua oceánica sea la mayoritaria, esta no puede aprovecharse por el hombre debido a la alta salinidad que presenta y debe hacerse uso del agua dulce existente. Se estima que aproximadamente el 70% del agua dulce es usada para agricultura y el 30% restante se reparte entre el uso industrial (20%) y el uso doméstico (10% restante). El agua es esencial para la mayoría de las formas de vida conocidas, incluida la humana. El acceso al agua potable se ha incrementado durante las últimas décadas en la superficie terrestre. El agua actúa como medio, o “Carrier”, sobre el que se estabiliza y dispersa el producto agroquímico, de manera que la idoneidad de este medio de dispersión será fundamental a la hora de asegurar un óptimo tratamiento. Los productos fitosanitarios son disueltos en agua para su empleo, y dependiendo de la calidad de las aguas actúan con mayor o menor eficacia. La calidad de un agua vendrá determinada por su pureza, o lo que es lo mismo, por todo lo que lleve asociado o disuelto distinto a la propia agua, sales minerales, materia orgánica, limos… Existen diferentes factores que determinan la calidad de un agua, como son:
El pH o potencial de Hidrógeno del medio
La materia orgánica en suspensión y las partículas sólidas insolubles en suspensión (arcillas)
Las sales disueltas (dureza del agua)
Cada uno de estos factores va a actuar negativamente sobre el tratamiento, restando efectividad a las aplicaciones. 1) Influencia de la presencia de sales disueltas: dureza del agua Se denomina dureza del agua a la concentración de compuestos minerales que hay en una determinada cantidad de agua, en particular sales de magnesio y calcio. La dureza total del agua normalmente se expresa en mg/L de CaCO 3 y se clasifica según se detalla en la figura 1. Figura 1. Calidades de agua de tratamiento en función de la dureza
Si se utiliza un agua con un alto contenido en sales disueltas (agua dura) la efectividad de los tratamientos fitosanitarios puede verse mermada porque su emulsionabilidad y dispersabilidad en el “Carrier” quedan reducidas. Los iones disueltos (especialmente calcio y magnesio) forman sales insolubles con las formulaciones de los fitosanitarios (o con los surfactantes con los que van estabilizados), reduciendo la concentración de principio activo en el caldo de tratamiento. Además, estas sales de materias activas con los cationes mencionados pueden reducir la velocidad de adsorción de la materia activa a través de la cutícula de la hoja, y en casos de productos fotosensibles, aumenta el tiempo de exposición a los rayos solares, reduciendo notablemente la efectividad del tratamiento. Figura 2: Rangos de pH óptimos para tratamientos en distintos cultivos En el caso del glifosato, hay infinidad de estudios científicos realizados, ya que se trata de una sustancia ampliamente utilizada en agricultura y a la que la dureza del agua le afecta negativamente; incluso se ha llegado a establecer una fórmula que permite cuantificar el proceso de inactivación (Villaseca, S.; 1988) que puede verse reseñada en la figura 3.
Figura 3. Fórmula de inactivación del glifosato
Ejemplo: usando un agua de dureza 400 ppm; con una dosis de 1 Kg/ hay un volumen de tratamiento de 200 L/Ha, el % de inactivación puede llegar a ser del 37%; quedando fehacientemente demostrada la importancia de la dureza del agua en los tratamientos fitosanitarios. Como ejemplo, otros autores, Ing. Agr. Allieri, Luis 1; Ing. Agr. Papa, Juan C.2 I1 Técnico de Dow Agrosciences Argentina, Crop Protection, 2 Técnico del Grupo de Trabajo Protección; realizaron ensayos para evaluar el impacto del empleo de aguas duras en la efectividad de tres tipos de sales de glifosato, para ello se utilizaron aguas de tres calidades diferentes: -Desmineralizada -1500 ppm -3000 ppm de dureza Total
de
Y se evaluaron tres tipos de sales de glifosato diferentes:
dureza
Total
-Sal -Sal -Sal monamónica
de
Isopropilamina potásica
La evaluación del impacto de la dureza del agua en el tratamiento se realizó mediante un control visual, respecto a un testigo sin tratar a 7 y 14 días después de la aplicación. Los resultados obtenidos pueden verse a modo de tabla resumen en la figura 4.
Figura 4. Impacto de la dureza del agua en la reducción de la efectividad de sales de glifosato
Como se observa en la tabla de resultados, a mayor dureza del agua se reduce la efectividad de los tratamientos notablemente, alcanzándose valores de hasta el 40% en algunos casos, lo cual refleja la importancia de la calidad del agua en la efectividad del tratamiento fitosanitario
CONCLUSIONES 1. Existen diferentes factores que determinarán la calidad de un agua, como son: a. El potencial de Hidrógeno b. Materia orgánica y partículas sólidas insolubles en suspensión (arcillas, limos…) c. Sales disueltas (dureza del agua) 1. El agua se usa como agente conductor o “Carrier” de los tratamientos fitosanitarios, pero debido a sus características solventes, ésta puede contener infinidad de sales disueltas que alterarán la efectividad de los tratamientos, ya que pueden interferir en la estabilidad de las sustancias usadas para tales fines, reduciendo notablemente su efectividad. 1. Para corregir estas interferencias (pH y dureza del agua) asociadas a los diferentes tipos de aguas de riego, se pueden utilizar productos correctores que minimicen o anulen el impacto negativo de estos parámetros en la efectividad de los tratamientos fitosanitarios. ARVENSIS ha diseñado para tales fines ACISOL COMPLEX, que combina ambos efectos en una formulación líquida de fácil manejo y aplicación.
Propiedades de ACISOL COMPLEX 1. Agente tamponante a. Mejora de tratamientos fitosanitarios
regulador
del
pH
Es reseñable indicar que se trata de una solución tampon o “buffer” y no de un producto que simplemente disminuye el pH del agua, como pudiera ser el efecto conseguido con la aplicación de una sustancia ácida. Se trata de un producto tamponado, cuya aplicación a la dosis recomendada bajará el pH del agua de tratamiento hasta el valor óptimo deseado (en torno a 5) y lo mantendrá constante en ese valor. La adición de un producto alcalino no ocasionará que el pH aumente provocando un indeseado efecto sobre los principios activos que se estén utilizando. En los laboratorios de ARVENSIS se ha realizado un ensayo para investigar la influencia del pH en la actividad del glifosato (herbicida ampliamente conocido) sobre Cynodon dactylon. Los resultados se muestran en la figura 5. Figura 5. Impacto del pH del agua en la reducción de la efectividad de la sal monoatómica de glifosato
En la gráfica mostrada se observa claramente como ACISOL COMPLEX, además de favorecer la disminución del pH desde el valor inicial de 8 a un valor final de 5, consigue favorecer el efecto del principio activo, mejorando la acción del herbicida.
b. Mejora la asimilación de nutrientes El producto se puede usar en combinación con productos nutricionales, regulando el pH de la mezcla hasta niveles óptimos de asimilación por parte de la planta, como son pH desde 5 hasta 6,5. En los laboratorios de ARVENSIS se realizó un estudio para verificar la influencia del pH en la absorción de Nitrógeno durante un ciclo de crecimiento de tomate (Lycopersicum esculentum) cultivado al aire libre. Los resultados se muestran en la figura 6. El gráfico nos muestra claramente un efecto negativo en la asimilación del Nitrógeno por parte de la planta cuando aumenta la alcalinidad en el medio. Tomando como 100 % el valor de absorción máximo de Nitrógeno obtenido con ACISOL COMPLEX (que corresponde con 2,20 Kg de Nitrógeno por cada 1 Tn de tomate producido), se observa que los otros tratamientos dan resultados muy por debajo de dicho valor (1,53 Kg de Nitrógeno/Tn de tomate en el caso del producto de la competencia y tan sólo 0,65 Kg de Nitrógeno/Tn de tomate en el caso de no aplicar ningún tratamiento corrector del pH) Figura 6. Absorción de Nitrógeno durante un ciclo de crecimiento de tomate cultivado al aire libre en función de la variación del pH del agua de tratamiento.