Desde el punto de vista de las estudiantes en contra del tema a debatir (Melissa Torres y Stephany Brochero), y de manera muy general aceptaron la libertad de expresión siempre y cuando esta tuviera límites morales, sociales y políticos, puesto que al no existir una moderación de los medios de comunicación al transmitir ideas o eventos, esta podía atacar directa o indirectamente a una comunidad dando lugar a conflictos con consecuencias graves, tales como muerte de periodistas o siendo más específicos el caso expuesto al final del debate con las caricaturas del diario Charlie Hebdo, el cual ocasionó un atentado terrorista en París. Esta parte alegó que la pérdida de la vida de un ser humano no es justificada por defender una idea o solo hacer una crítica, y por esta razón debía existir la autocensura por parte de los medios para controlar y filtrar lo que sea que se publique. Ahora bien, los estudiantes a favor de la libertad de expresión en los medios de comunicación (Darly Tatiana Herreño y Sergio Eduardo Vesga) comprendían que si tienen que existir ciertos límites y una vez comprendido en que punto pasa de ser una crítica a atacar la integridad de una persona, hacer uso de la libertad de expresión sin censura como lo acobija la constitución colombiana y los derechos humanos. Argumentando que es muy distinto promover un discurso de odio que el criticar o exponer una opinión y la prensa tiene la obligación de informar con datos verídicos al pueblo y por esto la autocensura no tiene lugar, ni la prensa ni las personas del común en las redes sociales. Para terminar, están los aportes de los estudiantes del público al final del debate, todos los que hablaron estaban a favor de la libertad de expresión y no apoyaban el hecho que la prensa se censure o incluso nosotros mismos al escribir algo en una red social con el temor en no encajar con lo políticamente correcto, evitando dar nuestra verdadera opinión. Comentaban lo sensible que era la sociedad hoy día y como cualquier publicación podía ser ofensiva porque en muchas ocasiones dependía de cómo la gente reacciona a las publicaciones que a la publicación en sí. En conclusión, debe existir un límite pero personal, más no infringido por terceros sobre lo que debemos o no publicar.