La niña nevada: Historia real de una niña asesina. Natsumi Tsuji “Nevada Tan” (“La Niña Nevada”) Es como comúnmente, debido a la sudadera gris que usó al momento del crimen, se conoce a la japonesa Natsumi Tsuji, célebre por un asesinato que cometió cuando tenía once años y estudiaba en una escuela de Sasebo, en Nagasaki, Japón.
Natsumi Tsuji, también conocida como Nevada tan, nació el 12 de noviembre de 1992 en Sasebo, Nagasaki (Japón). Natsumi era una chica de once años a la que le gustaban los deportes (particularmente el básquetbol), el internet, el anime, las películas y otras cosas más que calificaríamos de “frikis”. Era una alumna excelente, siempre obtenía las mejores calificaciones, y no le costaba, ya que su coeficiente intelectual era de casi 140 puntos. Fue, durante mucho tiempo antes de su crimen, una niña sana y alegre, o al menos eso parecía…
No se sabe bien hasta qué punto, pero muchos señalan que, en los inicios del torcido camino que condujo a Natsumi al homicidio, estuvo su temprana exposición y afición a ficciones cuya violencia no era apropiada para personas de su edad. Dicen que adoró la película japonesa Battle Royale, en la cual se mostraba a una sociedad futurista donde los escolares, por desafiar a sus maestros, eran forzados a participar en un reality show donde se seleccionaba (como en Juegos del Hambre) al azar a un grupo de estudiantes de secundaria, y estos eran enviados a una isla desierta con un collar letal. Si se intentaban quitar el collar, morían, si pasaba cierto tiempo, también el collar explotaba y morían: solo podía sobrevivir el que quedará vivo después de una matanza que, lógicamente, debía efectuarse antes del tiempo de autodestrucción de los collares, entre sus películas favoritas también se contaba Voice, film donde la protagonista es una joven que enloquece y se transforma en asesina.
Se obsesionó con ella a tal punto que creo una página web con animaciones en flash muy sangrientas y tuvo mucho éxito entre un grupo específico de gente no muy normal en Internet. naturalmente contribuyeron a aumentar la inmersión de Natsumi en un mundo de ficciones que, en cierto modo y medida, la habituaban a la violencia y la predisponían a la misma, en parte debido al carácter que estas asumían como refugio reactivamente adoptado ante un entorno socio cultural (el de Japón) que, en su elevado índice de suicidios, evidencia fallos estructurales a nivel de las relaciones entre las necesidades subjetivas de los individuos, y las exigencias que el sistema les impone para sobrevivir dentro del mismo.
Cierto día en la escuela tiene un altercado con una compañera llamada Satomi Mitarai de 12 años, Ambas discutían por quién era la más popular, pero Satomi llevó la pelea a otros espacios y publicó en Internet comentarios calumniosos donde afirmaba que Natsumi era “una gorda”, pero afectó mucho a Natsumi que luego de ese día comenzó a tener problemas con su rendimiento escolar y su conducta que cambió para mal hasta el extremo de amenazar a un compañero con un cuchillo. Termina por abandonar el deporte por presión de su familia para mejorar las calificaciones curriculares, con el tiempo volvió a jugar basquetbol (su deporte preferido) pero lo volvió a abandonar, esta vez por voluntad propia.
Tal vez sea por la perspectiva del tiempo transcurrido (12 años) y conocer lo que ocurrió, pero creo que hubieron señales más que suficientes para su familia y maestros de que algo no andaba bien con la niña. El 1 de junio del 2004, la clase de Natsumi se reunió en el patio del colegio para hacerse la típica fotografía donde todos los alumnos están presentes. En ella está un grupo de alumnos y, separadas y puestas una en cada extremo, se ve a Natsumi y Satomi, ambas haciendo una señal de “V” (que representa la victoria) con los dedos. Esa es la última foto que se conoce de Satomi en vida… Tsuji llevó con engaños a Satomi a un aula vacía dentro de la escuela, donde le vendó los ojos explicándole que era parte de un juego. Entonces tomó un afilado (cutter) y lo colocó con cuidado en el cuello de su victima para degollarla despiadadamente. Después de realizar el crimen Natsumi se dirigió tranquilamente
a su salón de clases con la ropa ensangrentada. No pasó mucho tiempo para que los profesores y el resto de alumnos se dieran cuenta del horrible incidente. En poco tiempo los agentes estaban en el lugar y Natsumi confesó su crimen, diciendo con una mezcla de inocencia y arrepentimiento: “He hecho algo malo, ¿cierto? Lo siento, lo siento mucho”. Ya en la comisaria, Natsumi se negó a comer todo lo que le ofrecieron, lloró varias veces, e intentó justificarse diciendo que había matado a Satomi Mitarai porque ésta la llamaba “mosquita muerta” y había colocado en internet comentarios falsos en que la tachaba de “gorda”. El 15 de septiembre del 2004 Natsumi fue declarada culpable de asesinato en primer grado, recibiendo la condena de nueve años de internamiento en el reformatorio de la prefectura de Tochigi. En cuanto a la chica, ya recluida, fue visitada por psicólogos y psiquiatras criminalistas, y sometida a múltiples exámenes y test. Sorprendentemente se concluyó que era una chica casi completamente sana, con un único trastorno consistente en el síndrome Hikikomori, el cual lleva a quienes lo padecen a buscar auto-aislarse para evadir las presiones del mundo exterior, entre otras cosas. Para proteger su identidad las autoridades japonesas en un principio la llamaron con el apodo de 'Nevada tan' pues el día del asesinato la pequeña llevaba una sudadera que decía 'nevada' y la terminación 'tan' hace referencia a que se trata de alguien joven. Sin embargo tiempo más tarde se revelaría su verdadero nombre en un programa de televisión. En septiembre del 2013 Natsumi terminó su condena y salió libre. Gracias a terapias y tratamientos se ha restablecido mentalmente para integrarse de nuevo a la sociedad y se encuentra muy arrepentida por haber cometido el atroz delito El caso de 'Nevada tan' se volvió famoso entre usuarios de la web que comenzaron a rendir tributo a la asesina con dibujos, fotografías e historias que relataban el trágico homicidio.