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Cristología del Documento de Santo Domingo
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Tercer informe de Lectura Dirigida Documento de Santo Domingo. 1. Introducción: entre los caminos del Documento. Una lectura del documento de Santo Domingo puede darse a partir de una visión general del mismo, y claramente se podría pensar que en su interior se tratan de armonizar una serie de elementos que se presentaron en el documento final respecto a la Cristología y a la funcionalidad de la proclamación del Evangelio. Este documento, en sí pretende ya con su título mostrar una unidad única de la proclamación: la verdad de Jesucristo, él que es el mismo “ayer, hoy y siempre” (Cf. Hb 13,8), así parte el mensaje del discurso inaugural del Papa, y así continúan también los Obispos convocados en su mensaje a la Iglesia Latinoamericana. Si bien es cierto esta frase puede mostrar unidad, hay que mirar de forma crítica también la redacción del documento; ha habido una redacción que ha pretendido no mostrar las tensiones que hubo, y que era una necesidad en función del rol que juega la Iglesia. En una lectura más acabada las relaciones que se dan a los títulos de Cristo en relación a la Evangelización nos hacen ver que hay continuidad con Medellín y Puebla en relación a la urgencia de la Evangelización en América Latina, pero se deja de Lado ya el método del Vaticano II y de Gaudium et Spes, que era el ver (la realidad), el juzgar (con herramientas adecuadas para dar respuestas) y el actuar (momento en el cual se realiza un acto también hacia la realidad), ahora se parte de lo doctrinal para dar razón de la existencia que vivimos los americanos, eso puede verse ya que se parte de un presupuesto Cristológico que es entender a Cristo como la medida de cada cultura. Se entienden entonces las palabras de Víctor Codina al hablar sobre el documento refiriéndose a una doble estructura del mismo en que se ven conjugadas dos visiones, pero en la cual prevalece la aportada por el Vaticano: “Existen dos concepciones teológicas diversas sobre la Nueva Evangelización, presentes ya en el primer documento preparatorio: «Elementos para una reflexión», documento azul. 1ª) La Nueva Evangelización debe ser ante todo doctrinal, frente a los problemas de América Latina que son la secularización de la cultura moderna y las sectas, que amenazan con desintegrar América Latina y hacer perder su identidad católica, que nació con la primera Evangelización (visión del texto). 2ª) La Nueva Evangelización debe ser ante todo «buena noticia» para los pobres e indígenas, pues el problema central es la pobreza y la falta de inculturación del Evangelio en los sectores originarios y populares, como consecuencia de la primera Evangelización (visión que aparecen en los anexos).
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Existieron dos visiones en todo el proceso de preparación: a) Elementos de reflexión, Documento de Consulta, Documentos de trabajo realizado por peritos, reflejan la visión 1ª), con diversos matices y grados. b) La «Relatio» segunda, que recoge los aportes de las Conferencias Episcopales latinoamericanas, refleja la visión 2ª). Las dos posturas se hicieron presentas en la misma Asamblea de Santo Domingo. a) representada por la CAL1, la Presidencia, la casi totalidad de la comisión de redacción, comisión de coordinación teológica, mayoría de expertos oficiales, reglamento, y por bastantes episcopados (Argentina, Colombia, México). Santo Domingo era visto sobre todo como un Sínodo para los Obispos de América Latina que no debían elaborar un documento final sino una serie de conclusiones para el Papa. b) Representadas por otros episcopados (Guatemala, Bolivia, gran parte de Venezuela, Brasil, Uruguay, etc.) y por obispos de todos los países, que se sentían ante todo «pastores» de un pueblo que sufre. Concebían Santo Domingo no como un Sínodo para los obispos de América Latina sino como Asamblea de América Latina con documento final de la Asamblea. Obviamente, estas dos posturas se reflejan en el propio Documento final: a) Presente en la Cristología, parte histórica, Nueva Evangelización y cultura cristiana: cambio del método teológico típico de América Latina (y de la GS del Vaticano II), visión teológica desde arriba, más deductiva que histórica, poco realce del caminar de la Iglesia de América Latina (silencio sobre los mártires, poca referencia a las CEBs, a la lectura bíblica por el pueblo, sustitución del lenguaje de «liberación» por el «reconciliación»...). b) Presentes en algunos capítulos de la Nueva Evangelización (laicos, mujeres y jóvenes) y sobre todo en la promoción humana y en el capítulo de las culturas indígenas y afro americanas: se parte más de la realidad del pueblo de América latina, preocupación por la vida y la liberación integral del pueblo, Cristología del Jesús histórico, Eclesiología de los pobres, sensibilidad ante las culturas indígenas y afro americanas, etc.”2
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Pontificia Comisión para América Latina y el Caribe CODINA, Víctor “El documento de Santo Domingo”, en Revista Latinoamericana de Teología http://www.servicioskoinonia.org/relat/014.html, visitada el 12 de mayo de 2002. 2
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2. Línea que pretende dar el documento. El documento de Santo Domingo, es una proclamación cristológica de unidad, ello lo podemos ver en las constantes remembranzas que se realizan al texto de la carta a los Hebreos (13,8) de hecho fue la intención que éste girara en torno a esta proclamación de verdad frente a la nueva evangelización. Ya en el discurso inaugural del Papa se dan las directrices que acompañarán al documento final (algo similar que en Puebla), y ello a partir de los títulos presentados. Podríamos expresar el discurso del Papa de la siguiente forma: a) Declaración Inicial: Títulos:
Jesucristo “el mismo ayer, hoy y siempre” (Hb 13,8) Evangelizador Señor de la Historia
b) Siguiendo al Vaticano II: Títulos:
Principio Guía Esperanza y Término Luz, Señor, Maestro
c) En la vida de la Iglesia: Títulos:
Misterio Celebrado Verdad Eterna (que comporta anunciarlo) El Anunciado a los Corazones de América Latina.
d) Frente a la Evangelización: Títulos:
Fidelidad a Jesucristo
Medida de la Cultura (DI 6)
Fiel, y que no Cambia (fidelidad y pureza del anuncio) Quien anuncia la llegada del Reino
Se puede ver, desde el discurso inaugural, y confrontado con los títulos del documento que la finalidad es tener una “uniformidad” respecto a la visión que se ha de vivir sobre Cristo, y desde allí también el hincapié dado a la Evangelización y a la Catequesis, y del especial cuidado que hay que tener frente a las ideologías, al secularismo, y frente a las sectas, que atentan contra la unidad de la Iglesia en América Latina. Esta preocupación de Romano Pontífice hace eco en todo el documento, dejando para una segunda parte la preocupación por los receptores de este anuncio: los pobres, y ahora de forma explícita los pueblos originarios de América Latina.
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3. Estructura presentada (Visión desde el Mensaje de los Obispos). En su primera parte del Documento los Obispos se hacen cargo de la preocupación de los anteriores documentos: La verdad sobre Cristo, la Iglesia y el Hombre. Ahora va a ser desde la evangelización, con la intención de penetrar profundamente en todos los estratos de la sociedad. Es la Evangelización el punto de la proclamación de esta imagen integral del Cristo en la Historia de América Latina, que ha sido también el fundamento de la esperanza de este pueblo que gracias a los misioneros que anunciaron la Cruz de Cristo, y junto a ella la dignidad y los derechos de los aborígenes americanos, la que ha mantenido la esperanza del pueblo abatido muchas veces por su marginalidad y pobreza. De forma muy plástica presenta el itinerario de la Iglesia de acuerdo al camino de los peregrinos de Emaús (Lc 24), toda ella en relación a Cristo que:
sale al camino del hombre comparte, se hace camino con los que sufren (SD 17) Ilumina, corrige los errores que se pueden dar al interior de la comunidad3 Comparte y Celebra: la apertura de la casa a los peregrinos, especialmente en la fracción del Pan. Está la “obligación” de anunciarlo a todos los hombres y mujeres
Desde esta perspectiva se dan las líneas pastorales del Documento: Jesucristo como evangelio del Padre, es el mismo ayer, hoy y siempre De esta parte del documento, se presenta, a parecer de la redacción la universalidad del anuncio cristiano, es Cristo Jesús presentado en el misterio de fe que ha guardado la Iglesia y que ha custodiado a lo largo del proceso del anuncio de la buena noticia que han transmitido los apóstoles a toda la creación. Este mensaje es fiel para todo hombre, de todo lugar, y ése es el mensaje que entrega la Iglesia a los hombres de América.
Jesucristo Evangelizador Viviente en Su Iglesia, dándose el énfasis en la Catequesis y en la Evangelización (correctas y sin reducciones) Esta segunda parte congrega los tres puntos importantes del discurso inaugural del Papa, que son la Nueva Evangelización, la Promoción Humana, y la Cultura Cristiana, se hace aquí un análisis de la situación de una manera novedosa, iluminando de forma doctrinal antes que nada para luego llegar a la realidad que se vive, se abarcan los ámbitos de la vida eclesial, y de cómo 3
Es notorio que es aquí donde se hace la crítica al peligro que corren ciertas apreciaciones de la teología de la liberación, y para ello recuerda los dos documentos que se han publicado sobre ella, recordando el mensaje inaugural del Santo Padre (DI, 16)
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Cristo sigue actuando en su Iglesia para mantener en ella su unidad del mensaje. Jesucristo, Vida y Esperanza en América Latina y el Caribe. Es la parte en que se ve la novedad del documento, se reflexiona más a fondo de la imagen de Cristo como medida de nuestra conducta moral, pero es mejor entendido como la medida del hombre, por el misterio de la encarnación, Cristo también se encarna en la cultura, purificándola y plenificándola. De ahí que se constate que el anuncio de Jesús sea también proclamado, como lo dice el mismo Documento por medio de la educación (reafirmando las opciones realizadas en Medellín y Puebla, sobre esta plataforma de Evangelización), y de los Medios de Comunicación social, desde donde la reflexión teológica ve a Cristo como el gran comunicador: “En el gesto de comunicación del Padre, a través del Verbo hecho carne, ‘la palabra se hace liberadora y redentora para toda la humanidad en la predicación y en la acción de Jesús’ (SD 278)
4. La Cristología que se quiere dar a entender. En la lectura del texto, se da un especial realce al título de Cristo como “Señor”, de la historia y de su Iglesia, ya que amorosamente Dios ha hecho de que sea Cristo reconocido como imagen de Dios. Este Señor, en la proclamación de fe del Documento tiene como “fin” reconciliar, vale decir, en palabras de las mismas Conclusiones, adherir a los hombres mediante el anuncio del Evangelio, y acercar a los que estaban marginados. Además de esta reconciliación, Jesús entrega al mundo una comunidad en la que los hombres pueden encontrar la verdad de su existencia y también nos entrega el sacramento de su amor. El Centro del Anuncio del Evangelio es Jesucristo, aquí se ve un desplazamiento del centro del mensaje, si bien es cierto que en los documentos anteriores se habla de que Cristo anunció el Reino y quedó implantado ya en el corazón del mundo, como lo expresó Puebla (núm. 193. 197. 226-229. 231) en “las conclusiones de Santo Domingo el Reino aparece bajo una perspectiva complementaria, en cuanto lo es de la iglesia primitiva respecto a los evangelios. Estos se concentran en la predicación y realización del Reino de Dios en la tierra por Jesucristo, y en la progresiva revelación de que el Padre ha querido poner el Reino en manos de su Hijo hecho carne”4. La tarea de la Evangelización es el anuncio de Cristo muerto y resucitado, tal como lo ha recordado en el discurso inaugural, donde se expresa la unidad de la Iglesia y de su mensaje integral a todo hombre y a toda cultura. Ahora bien, esta fuerza de la Evangelización se da en tres elementos que se van a ir desarrollando en las otras dos partes de las Conclusiones, ante el reconocimiento de la situación del pecado que afecta a todo hombre, y centrando la mirada en América Latina, el anuncio se da en el mensaje de 4
GONZALEZ, Carlos Ignacio “El misterio de Cristo en el Documento de Santo Domingo”, Medellín 74 (1993) 216.
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reconciliación (salvación y liberación incluidas dentro de esta categoría)5, y en el propio mensaje evangélico. La actitud del anuncio cristiano, por tanto debe centrarse en la fraternidad, como signo de la unidad, expresado en la sanación, el afianzamiento, en la promoción y en la construcción de ésta. Por último un reconocimiento a la presencia de Cristo en las culturas, cabe hacer notar que en la experiencia de fe de la Iglesia en América ha habido un reconocimiento hacia el designio histórico de salvación, y el reconocimiento de la presencia de Cristo como “semilla del Verbo” en la cultura, con la intención de la purificación y planificación de ésta. Se colige que en la visión general, en la parte doctrinal, se trata de dar una unidad de la visión sobre el mensaje de Cristo, y se trata de enfocar una imagen del Señor como consumador, en una parte trascendente y plenificadora, que si bien es cierto que en el caminar cristiano se entrega este anuncio integral salvador de Cristo, se deja de lado la visión del conflicto histórico de Jesús de Nazaret. Luego, en una lectura más amplia del mensaje de las Conclusiones vemos que en la praxis, vale decir, en las líneas de acción pastoral, se ve más relacionada la acción liberadora de Cristo, que es respuesta a los anhelos más profundos del hombre, sobre todo en relación a: -
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El pecado y sus consecuencias, devolviendo la dignidad de Hijos de Dios que se ve reducida por el secularismo. Ser motor de la promoción humana, por estar al lado de hombres que tienen un rostro concreto, con necesidades reales y no abstractas. El compromiso de la Iglesia y la meta de toda evangelización inculturada.
Es desde aquí en que lo lineamientos pastorales estén dirigidos hacia una promoción evangelizadora que busque descubrir esa cercanía de Dios que sale al encuentro del hombre y que con el hombre vaya a descubrir el misterio de la redención, como salvación y liberación integral, y respuesta de los anhelos más profundos del hombre y de la cultura. Capítulo aparte son los anexos que aparecen en el documento, dos mensajes que da el Santo Padre a los indígenas6, y el mensaje a los pueblos afro americanos7, en ambos textos se resalta la imagen de Cristo centro y Señor de la historia de los hombres, que es fuente de la dignidad de cada pueblo y cultura, porque ellos son imágenes de Dios, y por lo mismo con la dignidad y derechos frente a los demás para pedir justicia (frente a las tierras, frente a las desigualdades, frente a las faltas de oportunidades, etc.). 5
Para ello es interesante ver estas tres categorías en el artículo de Carlos Ignacio González. Cf. GONZALEZ, Carlos Ignacio, op. cit. 224 – 238. 6 13 de octubre de 1992 7 13 de octubre de 1992
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Así también en estos anexos se nos recuerda que cada cultura tiene su riqueza y que la Iglesia no quiere la uniformidad, sino también valora y aprecia la riqueza que tiene cada pueblo y cultura, y que gracias al aporte que realiza cada uno enriquece el misterio de Cristo con estas “semillas del Verbo” presentes, que han de ser purificadas en la verdad de Cristo, “medida del hombre y de la cultura”.
5. Algunos aportes y deficiencias del Documento. Santo Domingo expresa la dinámica de la Integralidad de la fe de la Iglesia universal frente a la reflexión dinámica y conflictiva que se ha vivido en América Latina, en el mismo documento el énfasis que se les ha dado a ciertos títulos que se aplican a Jesús dan a entender esta dinámica de unidad. Se ha hablado que al interior del mismo texto final se han dejado de lado elementos que son propios de la unidad, según Carlos Ignacio González, siguiendo la formulación de Calcedonia, se le ha dado un énfasis parcial a una visión de Jesucristo como verdadero Dios, pero se ha dejado de lado la visión de Jesús como uno de nosotros8, tal vez esto refleje la tendencia que tenemos al interior de la reflexión de los pueblos de este continente a limitarnos a hablar de Cristo, y no de Jesús, ya que se ha omitido también hablar de la dinámica histórica que ha vivido el hombre que vivió en Nazaret y el cual tuvo conflictos con hombres de su tiempo. Esta omisión se da también a la hora de hablar de la experiencia de la Iglesia que anuncia a Jesús y que vive presente y actuante en los pueblos, junto a ello cuando se habla de liberación se deja de lado el conflicto y la denuncia (cosa que estaba en documentos anteriores). Se corre el serio peligro de un monofisismo, en la predicación y en la utopía del reino, porque aparece el anuncio integral del Reino y de Jesús como algo que se ha de realizar más allá de esta historia, y no como algo que ha comenzado y que se tiene que ir manifestando con verificaciones concretas. Ahora bien, cuando se llega al terreno de la praxis evangelizadora las Conclusiones reflejan algo que la iluminación doctrinal no alcanza a iluminar en su totalidad, que es el compromiso que tiene Jesús con los más pobres y marginados. Esta constante se dio en los documentos anteriores con fuerza, y se sigue manifestando en este último. Si en Puebla fueron los rostros concretos de los que hablaba el mensaje, aquí también son los rostros de los marginados, y recordando los 500 años de evangelización son los rostros de los que son marginados por los propios marginados: los aborígenes y los afro americanos. A ellos el mensaje de Cristo es un mensaje de dignidad y de respeto, de restitución de sus derechos, y de la cercanía de Jesús que se hace al camino para caminar junto a ellos.
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GONZALEZ, Carlos Ignacio, op. cit. 213 – 214.