Patrimonio

Open Office y el culto de la cultura Software Libre: una alternativa para repensar la libertad humana. Open Office es una de esas suites que están destinadas a volverse software de culto. Y no digo esto como un vaticinio azaroso, todo lo contrario, lo digo con la seguridad de saber lo que es resistir el paso del tiempo, como producto, de una sociedad plenamente masificada, en donde la carrera por la permanencia de ciertas marcas suele ser, muchas veces, una ilusión y un desatino. El sistema open es más que un idea llevada a su mejor expresión (¿con esto no estaré queriendo decir “mucho”?), es decir, el concepto open source tuvo y tiene desarrollos, que en otros aspectos de la existencia humana, nunca se han dado. Significó, y si me siguen les explico porqué, cómo y qué, la apuesta más alta, de una época en la que no llegábamos a imaginar “otra” ingeniería social, que ayudara en la parición de un concepto absolutamente nuevo, y de confines universales. No la mera “globalización”, de la cual los medios y los pensadores de cada día hacen su ensalada, sino definitivamente la apuesta a la SOLIDARIZACIóN como vía para la evolución. Eso es lo que el núcleo de la idea de open source propone. Tener instalada la suite Open Office, en Ubuntu, Windows, Mac, gratis (aunque eso no lo justifica), fácil y claramente actualizable, es algo que debemos agradecer al proyecto de software de código abierto, del que cada usuario somos una parte, y continuar aprendiendo este sistema no capitalista, de declaración de los derechos, y producto de la práctica de ideas humanas, en LIBERTAD. Sabiendo que el conocimiento es el valor más práctico para aprender y mejorar nuestras oportunidades de vida, liberar sus alambrados, derrocar los miedos, compartir lo que sin la sociedad no se generaría, y menos se comunicaría, de todos modos: debería ser sentido por cada uno como una obligación fundamental al ser vivo y pensante, al patrimonio sin banderas, sin fronteras, sin propietarios de la Humanidad. Si la idea de obligación nos fuese grata, cosa que a mí no. Preferiría tomarme la libertad de decir: el gusto, el placer, la emoción de compartir mis ideas, mis realizaciones, mis mejores momentos de socio, de esta sociedad en la que crezco. Nadie puede oponerse si califico de “revolucionaria” la era digital, buena y mala, mínima y absoluta, con fé y sin fé, con carne o sin ella, con religión y religiones, con gratitud y soberbia, con astucia o cinismo, no importa qué pares opongamos, la conclusión sigue siendo cierta: la era digital conmueve los cimientos del hombre. Y cuando significo revolucionaria, quiero significar el mismo aspecto, la misma acción desencadenante de reacciones, que significó cuando el hombre echó a rodar la primera rueda sobre la tierra. Otro suceso, en la cadena de sucesos y realidades que conmueven, y empujan más allás de sus límites, el pensamiento de los hombres. Open Office, una alternativa que multiplica las opciones a la hora de trabajar con ideas, junto a los conocidos desarrollos de creative commons, sourceforge.org, linux, y bueno, toda una reingeniería social, económica, aplicada en forma sistemática sobre la libertad de circulación de las ideas, y los productos de esas ideas, me ofrecen herramientas que hoy se hacen, sino indispensables, por lo menos, básicas. Jorge Ernesto Siga, Amaicha -2008.-