JOHANNES BRAHMS Complete Works - Oeuvre intégrale - Gesamtwerk
Manual Digital: Notas del inserto y textos de las obras cantadas 1
Las Cuatro Sinfonías, CDs 1-3 CDs 1-3 Las Sinfonías Las cuatro sinfonías Para un compositor cuya reputación yace firmemente en la música orquestal, Johannes Brahms compuso muy poco de ella. Aparte de los cuatro conciertos, las dos primeras serenatas y un puñado de arreglos de danzas húngaras, las dos oberturas y las Variaciones sobre un tema de Haydn, toda su producción para orquesta sin voces consiste de 4 sinfonías. Pero este pequeño grupo de obras, que totalizan alrededor de las tres horas de duración, ha alcanzado una prominencia en el repertorio orquestal de forma desmesurada por sus dimensiones: un concierto totalmente de Brahms se encuentra entre los más seguros de los recitales que cualquier promotor sinfónico pueda montar. La razón para esto, no es sorprendente, es el dominio de la música — su garantía más absoluta en la expresión, la forma, y composición orquestal. Sugerir que Brahms fue un maestro colorista es, curiosamente, ir en contra de una gran cantidad de opiniones, pues pocos críticos considerar que la representación de sonidos era uno de sus característicos dones. Quizás este fuera el resultado de la intoxicación del siglo XIX con los espectaculares efectos orquestales de compositores como Liszt, Wagner, Rimsky-Korsakov, Mahler y Richard Strauss. Si la luz (o los resplandores) de sus enfoques muy diferentes a la orquestación de Brahms parece, por comparación, apenas perceptible; el punto es bastante superficial, y para nada le desacredita. Como Stravinsky astutamente observó, "en general no es una buena señal cuando lo primero que destacamos de una obra es su instrumentación, y los compositores lo hacemos de— Berlioz, Rimsky-Korsakov, Ravel — no son los mejores compositores. "Los lectores podrán indistintamente disputar la inclusión de Berlioz, o Ravel, en el cuadro de deshonor, o incluso se preguntarán maliciosamente si el ballet Pájaro de Fuego le otorga el derecho a Stravinsky de un lugar, aunque la controversia general difícilmente puede ser negada. Para un auditorio que aún no ha sido cegado por el tecnicolor de los profesionales hay una gran cantidad suficiente de efectos instrumentales visibles en Brahms. Quizá la gama más sorprendente de ellos proviene de la nueva independencia armonizada de 2
Las Cuatro Sinfonías, CDs 1-3 sus texturas orquestales para instrumentos de viento y de metal. Al menos siete de los dieciséis movimientos de las sinfonías comienzan realmente con instrumentos de viento tocando en solitario o discretamente apoyados por los instrumentos de cuerda graves, entrando sólo los violines más tarde. Éste es un efecto raro en la música de sus predecesores. Beethoven es a menudo considerado como el "Libertador" por excelencia de los instrumentos de viento orquestales. Sin embargo, aunque Mozart ya había mostrado el camino con los fragmentos de apertura de su Concierto para Piano en Si bemol mayor K450, esta forma de comienzar un movimiento orquestal atrajo menos menos a Beethoven — quien sólo intentó algo parecido en el primer movimiento del Concierto para Violín y en los dos últimos movimientos (estos últimos para conseguir esencialmente un efecto extra-musical) de la Novena Sinfonía – que a Brahms. De modo semejante, hay que volver a los bocetos de la composición tipo serenata para viento en las sinfornías de Haydn y Mozart y en los Conciertos para Piano de Mozart para encontrar un precedente para los muchos pasajes que se pueden escuchar en Brahms. Aparte del ocasional paralelismo del bucólico tri-corno del Trío en la Sinfonía Eroica de Beethoven y unos cuantos efectos de banda militar enlos momentos más ligeros de las primeras sinfonías de Schubert, no hay nada como ellos en el transcurso de las tres cuartas partes de un siglo. Brahms también tuvo sus instrumentos favoritos. Una y otra vez en su música, los notables y elocuentes pasajes para la trompa, clarinete y el cello testifican la especial atracción que sentía por estos instrumentos. Deberían ser solamente estos tres – los más cálidos de los tonos de los metales, viento y cuerda respectivamente, son por sí mismos significativos, ya que la predilección que enfatiza esa riqueza en lugar de brillantez, es la característica de la sonoridad Brahmsiana. Si no hubo acuerdo sobre la habilidad de Brahms como orquestador, el reconocimiento de su maestría en el manejo de la forma de gran escala fue lo más cercano a la unanimidad. Conscientemente orientado hacia el pasado, él fue el único compositor de mitad del siglo XIX en conservar las ideas clásicas de la medida, el equilibrio y la cohesión en un momento cuando la escuela de música-teatro Wagnerianos y el sinfonismo Bruckneriano avanzaba más y más pesadamente, hacia la elefantiasis y la actitud ‘omnium-gatherum’ en la declaración de Mahler que una sinfonía tenía que ser como el mundo. Pero Brahms y la nueva escuela alemana de Liszt y Wagner no estaban enfrentadas en ningún aspecto. Junto con su dedicación a los principios básicos de la forma de la sonata, que molodeó para sus propios propósitos líricos con una nueva inclinación hacia tonos conectados por el intervalo de un énfasis dramático anterior en la quinta, la decisiva contribución de Brahms a la historia de la forma musical yace en esta elaboración sin 3
Las Cuatro Sinfonías, CDs 1-3 precedentes de la técnica de desarrollo de motivos. Y en la medida en que uno de los aspectos de esta técnica impregna sus texturas hasta el más mínimo detalle, es el dispositivo de mayor escala de la transformación temática, sus métodos muestran una clara afinidad con los de Liszt en la Sonata para Piano, los poemass sinfónicos y las dos sinfonías. Para ambos hombres, el verdadero antepasado aquí es Schubert — una influencia más penetrante en el estilo de Brahms, cuando se mira debajo de la superficie, que el de Beethoven — y en particular en la Fantasía Wanderer, una obra seminal cuya influencia en el pensamiento musical del siglo XIX no ha sido del todo reconocida.
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Sinfonía Nº 1, CD 1 CD 1 Sinfonía nº 1 en do menor, op.68 Brahms era por naturaleza el más autocrítico de los compositores. Instinto que en este caso fue tremendamente alimentado por un amplio e inusual conocimiento de la música del pasado en un artista creativo. Cuando sólo tenía 20 años el celebrado artículo de Schumann Neue Bahnen (Nuevos caminos), aclamándole en términos Mesiánicos como el emergente compositor del momento, debió de haberle reforzado el sentido de responsabilidad añadida a las expectativas avivadas públicamente. El cuarteto de cuerda y la sinfonía fueron fueron los dos ámbitos en que sentía la inhibición más poderosa, precisamente porque fueron los dos que para él evocaban con especial vivacidad la supremacía de Beethoven. Pasaron otros 20 años antes de que él se sintiera con la suficiente confianza, para presentar en 1873 su propio Primer Cuarteto de Cuerda ante el público (por entonces ya había destruido más de una docena de obras del mismo género), y otras tres más antes de permitir la representación de su Primera Sinfonía. Había estado trabajando en la partitura, intermitentemente pero apasionadamente absorto durante dos décadas. Su inicios nos hacen regresar a los días en que el Primer Concierto para Piano (cuyo primer movimiento fue originalmente concebido como parte de una sinfonía) y las siete partes del Requiem alemán también fueron concebidos. Pero si esta larga gestación nos trae a la mente el proceso de expansión, a menudo prolongándose varios siglo que se necesitaron para construir las catedrales medievales, el resultado artístico difícilmente podría ser más diferente. En esta Primera Sinfonía no existe mezcla de estilos dispares, ni alegre descaro Berlioziano en el reciclaje de reputadas composiciones en las que se pensaron tiempo atrás. Precisamente lo contrario, lo que choca al oyente más disciplinado en estas páginas es la reducción de texturas al mínimo imprescindible, el refinamiento del mínimo exceso de material. Intensamente resoluto en su obsesión por la unidad, la obra comienza con una superposición de dos líneas temáticas, una de escalada de arduos pasos cromáticos, y la otra igual pero descendente, y a partir de estas dos figuras se deriva prácticamente todo el primer movimiento y demás. Es este don para texturas, en que apenas una nota podría ser escatimada sin dañar el argumento, lo que diferencia a Brahms de su protegido y admirador Dvořák: la superficie de la música de Dvořák a menudo lleva la impronta influencia de Brahms, pero lo que sucede por debajo de ella carece del toque orgánico y unificador del último. 5
Sinfonía Nº 1, CD 1 Una pieza característica de Brahms de desarrollo de motivos musicales se encuentra en la sección de evolución del primer movimiento, cuando las cuerdas, en plena-entonación y fraseos radicales, proclaman un sostenido, un tema tipo himno que suena bastante nuevo. Cuando se examina de cerca resulta ser una prórroga de una tensa figura de tres notas ascendentes, y una nuevamente descendente — escuchada mucho antes, aproximadamente a un tercio en el transcurso de toda la exposición, donde fue brillantemente articulada por los instrumentos de viento. Tampoco es el primer movimiento el final de esta línea de desarrollo. Tiene importantes consecuencias más tarde en el tema coral de la introducción a la Finale, nuevamente en el Allegro del famoso tema principal de ese movimiento, y finalmente en la exultante octava con los violines, violas, cellos al unísono y justo antes del final de la sinfonía — donde a su vez remonta el vuelo una figura que puede remontarse, mediante las enervantes síncopas de los instrumentos de viento en la introducción del movimiento, los violines en su primera aparición con parte del primer movimiento transcurrido. La forma de Sonata no es sólo una cuestión de estructura temática, ni siquiera de necesidad. En un nivel más de sonido básico, preocupado de la organización tonal — con la interacción y conflicto de tonos y la solución definitiva del conflicto. En la Primera Sinfonía el potencial de creación de formas de la tonalidad está al frente con toda la prudencia habitual de Brahms. Su enfoque individual se puede ver más fácilmente en las relaciones tonales de cada movimiento que los de sus colegas en Haydn, Mozart y Beethoven, movimientos lentos que tienden en general ser afinados un quinto por arriba o un quinto por debajo en obras de tonos de la clave general. Brahms prefería a moverse un tercio arriba o abajo. Cuando la clave general es menor los precedentes son más complicados. Pero en ninguna parte hay un precedente más cercano para el esquema de la clave general de esta sinfonía, en la que el Do menor da lugar en el movimiento lento a la nota lejana, una tercera mayor ascendente, de Mi mayor en el que el siguiente movimiento está afinado para otra tercera mayor ascendente, un La bemol mayor (= Sol sostenido) y en el que la Finale completa el círculo de terceras mayores ascendiendo otra vez hasta el Do menor y finalmente mayor. Muchos otros toques testifican la procupación del compositor para el equilibrio más eficaz posibley la interacción de movimientos y secciones. Sabemos que acortó los dos movimientos centrales justo antes de que fueron copiados para el ensayo. La Finale es por sí solo el que más pesa de los cuatro. Tanto aquí y en la Tercera Sinfonía, Brahms, siguió el ejemplo de la 6
Sinfonía Nº 1, CD 1 Quinta y Novena Sinfonía de Beethoven de trasladar el énfasis principal del argumento sinfónico del primer movimiento al último — y no fue convencional al aplazar la sección de desarrollo hasta después de la recapitulación del tema principal, una especie de escorzo de la estructura con la que Brahms había comenzado a experimentar el Cuarteto para Piano en La mayor de 1861-62 y el Quinteto para Piano de 1864. El punto del dispositivo es que, por esta etapa tardía en una obra a gran escala, el poder de concentración del oyente ya había quedado fatigada por un argumento musical variado, de modo que un rápido modo de acción era necesario. Esto se conseguía acelerando el regreso del tema principal, y la necesidad de ensayar con el material queda satisfecho después cuando el movimiento se considera que está más firmemente sobre su curso. Una sorprendente modificación que Brahms efectuó durante su largo trabajo en la sinfonía fue la adición de la introducción del primer movimiento — cuando Clara Schumann escribió a Joseph Joachim acerca de la obra en 1862, el movimiento todavía comenzaba con la brusco octava al unísono con Do que lanza su Allegro. Tal y como está la obra ahora, el primer y último movimiento comienzan con las únicas introducciones lentas que se pueden encontrar en las sinfonías de Brahms, realmente no tan lentas en el caso del primer movimiento, sólo Un poco sostenuto, o “poco sostenido”. La circunstancia subraya la seriedad con la que Brahms abordaba al desafío de un primer sinfonía. Pero con toda su seriedad, hay abundantes toques de color e incluso pintorescos en la partitura: solos románticos de trompa en el primer movimiento, en el Andante sostenuto (junto con el único solo de violín de la obra orquestal de Brahms), y en la introducción a la Finale; una límpida composición para clarinete en el primer y tercer movimiento; trompetas suaves y acallantes utilizadas para informar del propósito en la recapitulación del tema Final ; y, en la introducción a ese movimiento nuevamente, algunos escalofriantes tonos del contrafagot. También los trombones se utilizan con gran imaginación — con moderación y hasta cerca del final, principalmente con suavidad, como Schubert los había utilizado en su Novena Sinfonía. Quizás la manera de componer una primera sinfonía que no sonara como la obra de un novato era esperar, como hizo Brahms, hasta ser un compositor muy experimentado. Esta puede que sea la Sinfonía nº 1, pero un concierto para piano, media docena de obras corales, y las Variaciones sobre un tema de Haydn ya habían contribuido a hacer de él un maestro de orquesta. 7
Sinfonía nº 2, CD 2] CD 2 Sinfonía nº 2 Sinfonía nº 2 en Re mayor, op.73 La creación de la Segunda Sinfonía fue rápida y aparentemente libre de problemas dado que la Primera había sido larga y difícil. A finales de 1870, Brahms, había establecido una rutina de visitas a Italia en la primavera y a lugares de vacaciones en Austria, Suiza o Alemania en el verano y otoño que vagamente podían denominarse vacaciones en vista de su fecundidad musical. Fue en uno de sus viajes a Austria — a Pörtschach, en el idílico Lago de Worth en los Alpes Carintios — cuando comenzó a trabajar en la obra en el verano de 1877, que fue compleada en octubre en Lichenthal cerca de Baden-Baden . Hans Richter ofreció la primera actuación con la Filarmónica de Viena el 30 de diciembre, y la sinfonía fue un éxito inmediato. Clara Schumann había vaticinado que, “tan genial estado de ánimo y tanta habilidad había dado fruto“, la Segunda Sinfonía agradaría al público incluso más que la Primera, y de hecho, en muchas de sus primeras actuaciones, levantó tanto entusiasmo que había de repetirse el tercer movimiento en particular. Sin embargo, la fácil creación y alegre disposición de la obra no es de ninguna manera inferior a la estricta lógica de la Sinfonía nº 1. El dispositivo con el que había iniciado obras anteriores — la superposición de dos temas que tienden en direcciones opuestas — se encuentra nuevamente en el comienzo del Adagio no troppo. Aquí, en un solemne Si mayor (característicamente, un tercio lejos del tono de la clave general en Re), la melodía decreciente de los cellos rivaliza contra otra de los fagots que compiten con grave perseverancia en su ascenso. Pero luego, la sinfonía completa va aún más lejos que su antecesora, relacionando de forma rigurosa todo su material temático hasta llegar a un motivo germinal de sólo tres notas. Esta figura en Re, Do sostenido y Re se puede escuchar en el principio con los cellos y bajos. Impregna las texturas de los cuatro movimientos, e incluso genera el tema principal del tercero y del cuarto. También dentro de los movimientos, aunque el oído es obsequiado con una inagotable variedad de fraseo y color, el fuerte contraste tradicional entre los grupos temáticos es modificado por una sutil unidad subyacente. Así el inicio del tema de la Finale 8
Sinfonía nº 2, CD 2] una vez más es invertido para dotar el tema secundario; y en el primer movimiento, el glorioso segundo tema presenta, cantando, por cellos con violas tocando en tres notas consecutivas por debajo, en métricas cuarta y quinta, una línea melódica idéntica a la que se escucha de las trompas en su segunda entrada casi al principio. Es difícil saber qué admirar más en estas ingeniosas derivaciones: su estricta economía, o la plenitud del tema que la deslumbrante variedad de tratamiento de Brahms sugiere. Más notable incluso que la interacción temática de la Segunda Sinfonía es la audacia y la originalidad de su lenguaje rítmico. El ritmo es el ámbito en el que Brahms es más coherente e innovador. Establece un nuevo equilibrio entre la regularidad de ritmos y los elementos de la música que marcan su influencia, Bramhs variaba a veces el patrón del compás no más drásticamente de lo que Beethoven estaba acostumbrado a hacer, y en otras ocasiones se disuelvía tan minuciosamente que el oído no acostumbrado no podía, durante un determinado tramo de música, saber dónde se encontraba la línea de barras. Ambas técnicas abundan en la Segunda Sinfonía, y especialmente en su primer y último movimiento. Hacia el final de la exposición del primer movimiento hay un pasaje donde el equilibrio entre ritmo y la línea cambia tan radicalmente que el oído se siente engañado, pensando que la métrica principal de demarcación rítmica ha cambiado. Al preparar el terreno con síncopas subversivas, Brahms presenta una derivación temática del material de apertura de la sinfonía, refraseándolo tan decisivamente en toda la línea de barras que pocos oyentes, al escuchar esta emergente imitación entre las cuerdas bajas (con fagots) y los violines por primera vez, podrían saber en qué métrica se encontraban. Pasajes estimulantes como éste -y el igualmente burlón de ña Finale que frasea toda la línea de barras en 2/2 primero en grupos de cinco medio-ritmos y luego en tres culminan en un sentido de seguridad recuperada, de haber llegado, cuando los fragmentos se reúnen una vez más en un claro énfasis del ritmo. Para mantener tales procesos en la mente de toda su compleja ambigüidad exije el mismo tipo de concentranción por parte del oyente que la que se necesita en los altos vuelos de fantasías rímicas de la música india. La integridad orgánica e incansable vigor distingue a esta extraordinaria sinfonía, junto con una sensación de tensión disipada en la casi explícita reacción de la estimulación de las emociones de la Sinfonía nº. 1. La nueva relajación tiene su expresión tambien en la cromática orquestal de la obra, por sí sola plena de radiantes cuerdas in crescendo, el detalle del canto de instrumentos de viento y una riqueza de solos que la convierte en un feliz terreno de caza para un instrumentista detrompa como en la Novena de Mahler. 9
Sinfonías nº 3 y nº 4, CD 3 CD 3 Sinfonías nº 3 y 4 Sinfonía nº 3 en Fa mayor op.98 y Sinfonía nº 4 en Mi menor op. 98 La primera representación de la Tercera Sinfonía de Brahms tuvo lugar en 1883 a cargo de Hans Richter y la Filarmónica de Viena. La composición vino a rellenar un hueco sinfónico con el que Brahms había estado ocupado con grandes proyectos en varios otros medios como el Concierto para Violín (1878), el Segundo Concierto para Piano (1881) y el Trío para Piano en Do y el Primer Quinteto de Cuerda (1882), así como dos obras corales impresionantes, muchas canciones y dos oberturas. La Tercera y Cuarta sinfonías forman un complemento. La Tercera es una sutil colección de recursos mientras que la Cuarta permite en sus temas una gran y elaborada interacción. Esta vez el equilibrio emocional está invertido. Para la Cuarta es enfáticamente el más saturnino de los dos. Pero aunque la Tercera tiene un heroico brillo de tono que ayuda a explicar su éxito inmediato con sus primeros audirorios, es probablemente su mera economía y franqueza de expresión lo que impacta en el oyente violentamente en el primer contacto, especialmente en los tres primeros movimientos. El Allegro con brio de apertura por ejemplo, avanza en sólo 36 métricas hasta su tema secundario — una etapa que a las dos primeras sinfonías le había llevado el doble alcanzarla. Ese decisivo movimiento gana tiempo para el compositor de forma que cuando alcanza la Finale, su relativa amplitud tiene mucho más efecto. En su manejo de la orquesta, su lenguaje rítmico y su idioma melódico, la Tercera Sinfonía toma su lugar natural como una estación a lo largo del camino de crecimiento estilístico de Brahms, desarrollando ideas escuchadas en obras anteriores y en otros puntos que indican líneas de pensamiento que alcanzan una expresión intensificada en la Sinfonía nº 4. La independencia de los vientos es llevada hasta otra nueva etapa – tienen los comienzos de los dos primeros movimientos para ellos mismos, además de muchas obras temáticas importantes de otros lugares — y, añadimos el papel de función vital asignado en muchos momentos del argumento musical a los clarinetes, la exuberante dirección a la recapitulación en el primer movimiento se encuentra entre las más potentes evocaciones del carácter esencialmente romántico del solo de trompa de Brahms. Rítmicamente este mismo movimiento es notable por la forma en que su métrica básica no sufre un desplazamiento menos 10
Sinfonías nº 3 y nº 4, CD 3 violento que los de la Segunda Sinfonía, e igualmente subversivo en cuanto a las expectativas del oyente. Al menos en dos aspectos importantes la Tercera Sinfonía se aparta de la práctica típicamente sinfónica de Brahms. Uno de ellos es su modo de argumento musical. EL otro salida de métodos establecidos radica en un sosegado final. A diferencia de la enérgica y bien dirigida Tercera Sinfonía, la Cuarta presenta un desfile expansivo de temas — más de media docena en la exposición del primer movimiento solo, haciendo parecer ridícula la terminología ‘primer tema’/’segundo tema’ convencionalmente utilizada en debates de la forma de sonata. También hay profundas diferencias. La Cuarta es una sinfonía extraña, quedando de alguna forma aparte de los otros tres esencialmente en carácter más que en detalles superficiales. Es pintoresco aunque Brahms casi nunca lo es. Tiene una ambiente de lo lejano y del pasado, un aroma de fábula, una caballerosidad, una almenada calidad. Esto es particularmente verdadero en los movimientos centrales. Ambos de ellos están tocados con una solemnidad inocente que hace que la madurez todavía infantil de Brahms le convierta en un gran compositor. En contraste, la imperturbable visión épica de la Finale es lo más punzante en su vuelta del romanticismo a la realidad. Este último movimiento es también una mayor ejemplo del sentido del pasado musical que Brahms ya había mostrado en obras como las Variaciones sobre un tema de Haydn. De forma sin precedentes para un movimiento sinfónico, está considerado como un passacaglia, o un conjunto de variaciones que se repiten regularmente sobre una base sólida. Hay 30 variaciones y un coda, y las variaciones preservan con notable fidelidad la forma del bajo, una versión modificada de un tema de la Cantata BWV150 de Bach (Nach dir, Herr, verlanget que), ampliada desde 5 medidas a 8 y coloreadas por una adición cromática en su quinta nota. Brahms tenía previsto desde hacía tiempo basar unmovimiento sinfónico sobre un tema de Bach, pero había comentado unos años antes a Von Bülow que “tendría que ser alterado cromáticamente de alguna manera” si iba a llevar el peso de un argumento sinfónico. Ingeniosamente, por supuesto, y lo suficientemente sutil que se pueda escucharatentamente la obra varias veces antes de notar el punto — el tema del passacaglia queda esbozados hasta la quinta nota, un momento antes del final del Allegro con brio anterior. Pero con esta excepción Brahms se desvía del dispositivo de más o menos referencias cruzadas literalmente temáticas que él había utilizado en la Tercera Sinfonía, y se concentra en su lugar en el tipo de unidad que resulta de la saturación de la textura con las derivaciones de una pequeña figura generadora. Toda la Cuarta Sinfonía demuestra la esencia de la idea sinfónica: variedad en la unidad, cada una mejorando a la otra. 11
Oberturas, CD 4 CD 4 Oberturas, Variaciones sobre un tema de J. Haydn’ op. 56a, Serenata n1. 2 op. 16 Oberturas Parece que Brahms se enfrentó a menudo con una forma de compositiona componiendo obras en parejas contrastadas (dos tempranas serenatas para orquesta, dos cuartetos de piano ya cercano a los treinta años, dos sonatas para clarinete al final de su vida). Sus dos oberturas de concierto (1878 -80) constituyen un estudio casi simultáneo de contrastes. La Obertura del Festival Académico fue una expresión de agradecimiento a la Universidad de Breslau por investir a Brahms como Doctor Honoris Causa de la música. De carácter humilde se refirió a la obra como “un popurrí de canciones estudiantiles“. Pero es bastante más artera y humorística que eso: una estructura de sonata ‘no académica’ en Do mayor plenamente trabajada pero desafiante camuflada como una fantasía libre o quodlibet. Además, las canciones estudiantiles eran respetables y lo suficientemente populares para ser consideradas como una especie de música folklórica, y Brahms las trató con el mismo cariño. El resultado es consecuencia del irónico punto de vista del estudiante sobre la nobleza del aprendizaje, terminando con un gran apoteosis de la canción estudiantil más famosa de todas, ‘Gaudeamus igitur’. La Obertura Trágica es totalmente diferente. Aunque el título es un tanto evasivo, se cree que está conectado con un proyecto fallido para representar íntegramente el Fausto de Goethe en el teatro Burgtheater de Viena. Cualquiera que fuera su origen, Brahms, creó aquí una imagen musical convincente de los desafíos humanos contra los efectos adversos del destino que pueden ser apreciados sin referencia a ningún modelo literario en particular. Es un una forma de sonata poco ortodoxa, dramática en sus temas, ambiental en sus transiciones. El desarrollo divide n dos el tempo y se convierte en una especie de movimiento lento espectral, caminando hacia adelante en la crepuscular media luz hacia una airada recapitulación y coda.
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Variaciones sobre un Tema de J. Haydn, CD 4 CD 4 Variaciones sobre un tema de J. Haydn Variaciones sobre un tema de J. Haydn (‘St Anthony’) op. 56a. No fue hasta la segunda mitad del siglo pasado que las variacones orquestales independientes comenzaron a surgir, con Brahms, mostrando el camino con su Op. 56. Para él era un casi un movimiento predestinado. Desde sus primeros días había estado interesado en la forma, algunso ejemplos incluían varios obras para teclado, como por ejemplo en los temas de Schumann, Handel y Paganini, por no mencionar el movimiento lento de su Sexteto para Cuerda en Si bemol. Cualquiera que fuera el desencadenante para que Brahms compusiera las presentes variaciones quedó mostrado por C. F. Pohl (biógrafo de Haydn del siglo XIX); una suite al aire libre o Feldpartita en Si bemol, entonces atribuida a Haydn y compuesta para orquesta de viento. Su segundo movimiento en particular capturó su fantasía, una que se basaba en el himno de un peregrino de Burgenland (entre Austria y Hungría), conocido como la Coral St Antoni. Tres años después, durante el verano de 1873, Brahms, empezó a trabajar en el tema que se derivaba de dos conjuntos de variaciones paralelas, uno para dos pianos y otro para orquesta completa. Por entonces, con su primer sinfonía en su repertorio se sintió convencido de haberse hecho justicia en una composición totalmente para orquesta. El origen de la orquesta de viento del tema queda destacado desde el principio, aunque Brahms sustituyó la trompa antigua de Haydn por un doble fagot con pizzicato de violoncelos y bajos como apoyo. Se repite en dos secciones de diez y diecinueve barras y contiene características importantes para ser explotadas posteriormente. Estas forman parte de la estrecha relación durante el curso de la melodía; sus ritmo punteados; su armonización en las sextas; estudió el ritmo de dos-en-una-barra; la desigual duración de cinco-barras del primer fraseo, y el insistente hincapié en la nota tónica de Si bemol al de la segunda. De esos materiales Brahms establece una serie de estudios de caracteres orquestales strictamente construidos y perennemente vivoso. Hay ocho variaciones que concluyen con un Passacaglia. Esto culmina en un potente coda, reintroduciendo una versión del fortissimo m del tema original. 13
Serenata no. 2, CD 4 CD 4 Serenata nº. 2 Serenata nº. 2 op.16 Aal igual que con su primer Serenata, Brahms compuso la segunda Serenata (en CD 5) para familiarizarse con la composición para orquesta y aprovechando así la oportunidad presente cuando trabajaba con la orquesta de Detmold. A diferencia de su primera música para piano las dos serenatas muestran a un Brahms todavía en desarrollo, que palpaba el camino a seguir hasta encontrar un estilo personal. La segunda serenata fue terminada en 1859 y revisada en 1875. Ambas serenatas tienen una forma de suite y son, más o menos, estudios. La segunda fue compuesta para una orquesta sin violines, dándole un sonido más característico de serenata. En ambas Brahms utiliza la forma de sonata. Los clarinetes y fagots abren el primer movimiento presentando el tema que continua en su desarrollo con otros instrumentos de viento. Entonces un segundo tema es introducido por los clarinetes. Ambos temas muy melodiosos hacen de este movimiento uno de los más románticos. Al movimiento siguiente, un Scherzo vigoroso, le sigue un Adagio de ensueño con la flauta y clarinete tocando la melodía sobre un lecho suave de música de cuerda. El cuarto movimiento, un encantador Minueto y el Trío, preceden al brillante Rondo final, con el primer tema anunciado por el clarinete y el segundo una vez más por los clarinetes y fagots, concluyendo en un elaborado canon.
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Serenata no. 1, CD 5 CD 5 Serenata nº. 1 Serenata nº. 1 in Re op. 11 Persona con talento pero sin perspectivas ni fortuna, el joven Brahms se alegró lo suficiente cuando aceptó un modesto puesto como músico de la corte del príncipe de Detmold durante los inviernos de 1857, 1858 y 1859. Su funciones fueron poco sugerentes y la remuneración pequeña, pero obtuvo una valiosa experiencia en la creación de música corporativa y se benefició de su introducción en las partituras clásicas archivadas en la biblioteca. Su Concierto para Piano en Re menor data de aquellos años y también sus dos Serenatas, Op.11 y Op.16, ambas consiguiendo su forma definitva en 1860. El anterior en Re mayor, se había iniciado como un noneto para viento y cuerda. Siguiendo las recomendaciones de Joachim, Brahms, rehizo la partitura para una orquesta del tamaño de Beethoven, con cuatro trompas y sin trombones. Una de las primeras composiciones y por tanto más expansiva en sus movimientos externos que Brahms hubiese preferido en aquellos tiempos, tiene las cualidades melodiosas plenamente visibles, encanto, frescura y energía. Por definición se podría esperar que superara el alcance normal de movimientos sinfónicos, y hay seis, incluidos dos Scherzos y un Minueto. Haydn y anteriormente Beethoven tejieron grandes influencias formativas: qué puede ser más Haydniano que el inicio de la Allegro de apertura y su ingeniosa conclusión o incluso el segundo Scherzo. En el Minueto sin embargo, se invocan otros procedimientos más antiguos, su Trío titulado Minueto II después del uso barroco. Si el dominio de Brahms sobre la orquesta en ese período carecía de la sofisticación que posteriormente alcanzó, la partitura de la Serenata suena perfectamente válida, su composición para trompas y clarinetes muestran indicios de lo que va a llegar. Por la misma razón, algunas de sus huellas idiomáticas ya dejan constancia, especialmente su afición por los tresillos y el efecto rítmico de tres contra dos, hemiolia. Es el extenso Adagio en forma de sonata donde se pudo escuchar entonces y después la esencia de que la esencia del carácter reflexivo de Brahms. 15
Danzas Húngaras, CD 6 CD 6 Danzas Húngaras Danzas Húngaras Johannes Brahms compuso cuatro volúmenes, multiplicados por dos, de “Danzas Húngaras“. Fueron publicadas en 1869 y 1880, respectivamente, y originalmente compuestas para piano a cuatro manos. Le llevó cerca de 17 años su composición y recomposición. Como compositor Brahms tenía un gran interés en la música de otras épocas, de diferentes países y géneros. Pero de algún modo fue la música folkclórica húngara la que en especial le puso el dedo en la llaga. Un encuentro con Eduard Réményi, violinista húngaro pudo haber despertado su interés en la música folklórica húngara. Esto se demuestra también en algunas piezas, como por ejemplo en el movimiento final de su Cuarteto para Piano en Sol menor, op. 25. El compositor tiró de fuentes musicales de la música folklórica original, y aunque elaboró material melódico y armónico material de consideración, el resultado final todavía vibra con la enfermedad contagiosa vitalidad, típica de esta música ‘zíngara’. Desde el comienzo las Danzas Húngaras han formado parte de las obras más conocidas y preferidas de Brahms. Él no fue el único compositor que se sintió atraido por este repertorio. En la música alemana se pueden encontrar influencias de la música húngara o zíngara desde finales del siglo XVIII. Josef Haydn fue uno de los primeros en hacer referencia correctamente del origen de ciertos movimientos, indicando “todo Ongarese” o “alla zingarese”. Más tarde, en el siglo XIX, mientras luchaban por la independencia de la dominación de los Habsburgos, el pueblo magiar y la cultura ganó en simpatías. Por ello no es sorprendente que compositores como Brahms y Liszt escribieran sus “Rapsodias Húngaras“ y ‘Danzas Húngaras“ en el momento oportuno. Hay otro aspecto más importante que entra en la ecuación con Brahms. Brahms estaba interesado en la música compuesta antes de su propia época, aunque esta atención no solamente era hacia la música como arte. Para él las canciones folkóricas alemanas formaron parte de su patrimonio. Y no sólo musicalmente sino también como medio de representar a su país de origen. Para Brahms, aunque era ‘chico de ciudad’ de Hamburgo pero con raíces en familias campesinas humildes, no hubo diferencias en el 16
Danzas Húngaras, CD 6 valor del arte y música folklórica. Una parte considerable del hermoso y cálido estilo y sonido Brahmsiano se debe a la incorporación de muchos elementos de canciones folklóricas alemanas, aún muy viva en el siglo XIX. Este autenticidad de expresión hace que estas “Danzas Húngaras“ sean absolutamente encantadoras y genuinas. Brahms no sólo incorporó folklore aleman y valses austríacos sino también el idioma húngaro Csárdás en su poderosa y a la vez música dulce. La versión en CD 6 es para orquesta. Los arreglos de las danzas 1, 3 y 10 fueron hechos por el propio Brahms. El resto fue realizado por diversos compositores, entre los que se incluye Dvořák. La versión original para piano a cuatro manos se puede encontrar en el CD 25. El compositor también hizo los arreglos de las Danzas Húngaras para solista de piano. Esta versión está grabada en los CDs 32 y 33 (con 10 y 11 danzas respectivamente).
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Concierto para Piano nº. 1, CD 7 CDs 7, 8, 9 Solo Conciertos CD 7 Concierto nº 1 para Piano Concierto para Piano nº 1 en Re menor, op.15 (concluido en 1858) El primer Concierto para Piano de Brahms, uno de sus primeros esfuerzos orquestales, fue realmente concebido como una pieza relacionada con Robert Schumann y pasó por varias etapas antes de que llegar a su forma definitiva. Originalmente fue una sinfonía de cuatro partes lo que sugería que Brahms quería continuar con el patrimonio de la sinfonía alemana tal y como Schumann y Mendelssohn pusieron de manifiesto. La sinfonía fue esbozada como una versión para dos pianos pero nunca se completó. Parece ser que no estaba satisfecho con la composición para piano virtuoso y abandonó esta versión. Parte del movimiento lento original, concebido como recuerdo a Robert Schumann, finalmente encontró su camino en su Requiem Alemán. En muchos sentidos, el concierto es muy representativo del estilo de composición de Brahms. Por un lado se consideraba como compositor clásico de la tradición de Mozart, Beethoven y Schubert. La primer movimiento es un gran sonata con episodios, exposición, desarrollo y repetición distintivos. El finale fue modelada sobre la finale del Tercer Concierto para Piano de Beethoven. Aunque las citas literales no aparecen, las estructuras son similares. Por otro lado Brahms maneja los detalles más libremente. Le gusta trabajar en exceso los fragmentos cortos, no siempre tiene claro la principal clave de la pieza y la parte de piano casi nunca tiene un virtuosismo ostentoso, aunque es difícil de tocar. De hecho, en este concierto trata al piano como un instrumento más de la orquesta que como uno solista. Por contra en su segundo Concierto para Piano, el piano y la orquesta suelen tocar por sí solos y en diálogo; En el Primero el piano es parte de una gran polifónica estructura. La apertura es ejemplar para el joven Brahms: es una pieza Sturm und Drang (Tormenta e Ímpetu). El violento comienzo del concierto, seguido de un pasaje provoca incertidumbre en la audiencia acerca de sus notas, convirtiéndolo 18
Concierto para Piano nº. 1, CD 7 en un concierto turbulento por excelencia. Muchas piezas más de la época joven de Brahms presentan este desasosiego. Solamente más tarde en su vida Brahms presentará su austera melancolía y la falta de fuego externo en combinación con una clara y clásica tranquilidad. Esta mezcla de viejos y nuevos elementos claramente desconcertaba a sus primeros oyentes. En conciertos de esta duración (aproximadamente 45 minutos) se esperaba que irradiaran heroísmo y optimismo, como el Quinto Concierto para Piano de Beethoven, apodado el Emperador. Por contra, el concierto de Brahms es decidicamente más sombrío, incluso en la sección central con sus notas mayores se observa claramente un matiz sombrío. La duración del concierto fue también inusual para Brahms. Nunca antes ni después escribiría piezas de esta extensión, ni siquiera en sus sinfonías y conciertos. Además, la mayoría de sus piezas sombrías tenían también un aire de ligereza y tranquilidad, pero no en este concierto. El movimiento final comienza en clave menor, pero termina en mayor. Este final se refiere claramente a la tradición alemana en la que una persona pasa por problemas y dificultades antes de llegar a la bendición y catarsis (de la oscuridad a la luz). El estallido de emociones, como en el inico del primer movimiento, son raros en la obra de Brahms. En la música de Brahms un gran optimismo y alegría igual que una pena y tragedia intensa quedan siempre atemperados por el clásico control de emociones y su lirismo. En el estreno en 1859 de enero en Hanover, con Brahms como solista, el concierto recibió crítiocas variadas. En un segundo concierto en Leipzig días más tarde, de nuevo con Brahms al piano, fue abucheado. Sólo años más tarde la audiencia comenzó a comprender y apreciar el carácter de la pieza. Este falta inicial de éxito tuvo consecuencias importantes para el joven compositor. En 1859 Brahms aún no era el famoso compositor en que se convertiría a su muerte cuarenta años después. No era muy conocido y tenía problemas en darse cuenta, a su manera, de las ambiciones que Schuman había fijado para él. El concierto no fue la única pieza de Brahms que la audiencia en general encontró difícil de entender. Solamente éxitos posteriores del concierto y sin lugar a dudas el del Requiem Alemán, ayudaron a establecer firmemente la condición del compositor alemán vivo más grande además de Richard Wagner. La falta de seguridad financiera para sí mismo y una posible familia fortaleció su decisión de vivir en soltería, condición en la que permaneció incluso años posteriores cuando consiguió la fama y la fortuna. 19
Concierto para Piano nº. 1, CD 7 Su reputación quedó sellada cuando en 1859 firmó una declaración reaccionando contra la creciente influencia de innovaciones y modernismos en la música alemana (siendo Wagner y Liszt los compositores acusados) y defendiendo la aceptación explícita de las enseñanzas de los grandes maestros alemanes como Bach, Mozart y Beethoven. Desde que la propia música de Brahms tuviera fuertes elementos clásicos, le proporcionó la imagen de compositor conservador, en contraste con el más progresista Wagner, quien fue por naturaleza un compositor de ópera que carecía de la moderación clásica tan típica de Brahms a quien gustaba mostrar con emociones extrovertidas y brillantez orquestal. Poco a poco la personas comenzaron a comprender que la música de Brahms era más grande que ese cliché de conservador quería hacerles creer. La calidad de la música se hizo irresistible para las audiencias y, pese a su dificultad, también para otros intérpretes. Brahms evolucionó como compositor, pero nunca rechazó sus primeras obras. El buscador serio que fue en su juventud se convirtió en un divertido anciano que gustaba apoyar a los músicos que ejecutaban su música. Emanuel Overbeeke
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Piano concerto no. 2 CD 8 Concierto para Piano nº 2 Concierto para Piano nº 2 en Si bemol mayor, op.83 (1881) El Primer y Segundo concierto para Piano de Brahms no pudieron ser más diferentes. El Primero es la obra de un joven, buscando el equilibrio entre el carácter tormentoso y la moderación clásica, entre la forma clásica clara y el flujo continuo. El Segundo fue compuesto por una persona de edad relativa que sabía cómo combinar una gran energía con un gran control y cómo comprender el flujo de movimiento dentro de una coherente arquitectura. El concierto es a menudo descrito como Apolonio, relajado, tranquilo y bucólico. Estos términos son comprensibles, pero no describe la obra en todos sus aspectos. Entre el Primer (1959) y el Segundo Concierto (1881) Brahms había experimentado una gran evolución. Se había convertido en el compositor alemán más popular de su tiempo junto con Wagner y había demostrado su dominio en una variedad de géneros. A principio de 1860 se había trasladado a Viena desde Hamburgo donde su reputación había aumentado enormemente. Dirigió un coro y pudo permitirese vivir de sus composiciones. Ocasionalmente actuaba como intérprete, principalmente de sus propias obras. Brahms debe su fama en gran medida a la forma en que ocupó su lugar en la tradición clásica. Por un lado él acató las formas utilizadas por Haydn, Mozart, Beethoven y Schubert. Conocía sus obras íntimamente e integró elementos de su música en su propia piezas, a menudo citas literales difícilmente reconocibles pero con muchas similitudes estructurales ocultas. Por otro lado fue un representante del romanticismo. Tenía un fuerte sentido de lirismo y amaba melodías que no encajaban totalmente en los estrictos patrones clásicos de las líneas de barras, amaba las progresiones armónicas disconformes con las estrictas reglas clásicas relativas a la alternancia de disonantes y consonantes y amaba el drama musical que no encajaba totalmente en los esquemas clásicos. Fue capaz de dar a la música de cámara un carácter orquestal y viceversa. Con un material musical básico y simple podía componer humildes piezas cortas domésticas así como ambiciosas creaciones para la sala de conciertos. 21
Piano concerto no. 2 Brahms podía jugar con estas cualidades y fue capaz de combinarlas con total libertad. Su Segundo Concierto para Piano es uno de los conciertos más largos jamás escrito (aproximadamente 45 minutos), pero a pesar de su duración su música no es la de una larga y apasionada pieza orquestal, como su Primera Sinfonía, sino la de una pieza de música de cámara con unas ambiciones magistrales como sus Cuartetos de Cuerda y Quinteo para Piano. Aunque la parte de piano es muy difícil, casi nunca es ostentosa. Uno de los pasajes más difíciles del concierto — de hecho, en toda la literatura para piano, las octavas paralelas para piano solo en el segundo movimiento, suena poco espectacular, para un concierto para piano del siglo XIX una inusual proeza. En contraste con su Primer Concierto para Piano, Brahms no solía componer largos acordes completos, si no que prefería finas texturas polifónicas, como si quisiera destacar el carácter relativamente relajado de la pieza. También notable para su tiempo fue la relación entre orquesta y el solista del concierto. A los compositores clásicos les gustaba una civilizada competencia entre los dos — con Beethoven como el mayor rival de todos. Los primeros compositores románticos, especialmente Liszt y Chopin, ponían al solista virtuoso en primer plano y a menudo trataban a la orquesta como mero acompañamiento. A Brahms le gustaba crear un flujo continuo de acontecimientos en los que el piano y orquesta solían tocar en solitario, especialmente en el Primer y Segundo movimiento. Al igual que en la música de cámara, se continuaba con el material de uno y otro, un desarrollo gradual era más importante que un cambio repentino. Los dos primeros movimientos son los más alegres y poco convencionales. En el primer movimiento trata la forma clásica de sonata a su manera poco ortodoxa pero sin dar la impresión de hacer algo especial. El continuo lirismo proporciona al movimiento un claro sentido de unidad. El segundo movimiento presenta a Brahms en su forma más caprichosa. Es la parte más turbulenta del concierto. El tercero, movimiento lento muestra a Brahms en su forma má noble. Otorga un papel importante al primer cellista de la orquesta: la línea melódica del cello subraya el carácter romántico del concierto y al mismo tiempo la moderación clásica que Brahms nunca quiso abandonar. En el último movimiento , Brahms combina la forma del rondo que había utilizado en toda sus obras de cámara, con su amor por la música húngara. Esta supuesta música húngara era principalmente la música de músicos húngaros (o de aquéllos que presentaban como tal) y que tocaban en restaurantes vieneses que Brahms visitaba con frecuencia. Para los turistas era principalmente una especie de música folklórica. A principio del siglo XX, cuando Bartok comenzó a estudiar música folklórica húngara, la gente descubrió la verdadera, que era muy diferente. A Brahms le gustaba esta pseudo música húngara por su vivacidad rítmica y aspectos melódicos picantes. 22
Piano concerto no. 2 Durante sus años en Viena Brahms desarrolló un gran sentido del humor. Cuando terminó el concierto se lo describió por carta a su amiga Elisabeth von Herzogenberg como pequeño pero entrañable concierto. En cierto sentido esta observación era más que una broma. El pianista tiene que ser capaz de tocar con la modestia e intimidad de una de las últimas piezas cortas de Brahms y al mismo tiempo con la grandeza que tipifica un concierto romántico. Brahms fue un excelente pianista y tocó la parte de piano él mismo en el estreno en Pest en 1881. Inmediatamente después inició una gira y ejecutó el concierto en varios lugares de países alemano parlantes — 21 recitales en tres meses. Fue pronto reconocida como una de sus mayores obras y uno de los mejores conciertos para piano jamás compuesto que ha permanecido en el repertorio desde entonces. Es el favorito de muchos solistas y audiencias por igual. Brahms viajó también con este concierto a Holanda cuando su amigo Julius Röntgen, compositor holandés compositor de ascendencia alemana dirigió la orquesta. Cuando el tercer movimiento empezó, los intérpretes de cello no habían decidido aún quien interpretaría la parte solista y todos empezaron a tocarla. Cuando Brahms decidió quien debería hacerlo, todos en la orquesta acataron su decisión. Emanuel Overbeeke
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Concierto para Violín, CD 9 CD 9 Concierto para Violín y Concierto Doble Concierto para Violín en Re mayor, op. 77 Tras la muerte de Schumann en 1856, Brahms, mantuvo una estrecha amistad con Clara Schumann y fue posiblemente ella más que nadie, quien alentó a Brahms para que tuviera fe en sí mismo. Su amistad fue constante y duradera, a diferencia de otras, como la de Joachim quien fue el que le presentó a Schumann en primera instancia, y que sufriría como resultado de una proclamación de normas morales y tenacidad de Brahms. Aunque había intentado establecerse en su Hamburgo nativo no fue hasta 1864 cuando se trasladó a Viena donde pasó a formar parte de la sociedad establecida. Aunque carecía de tacto y con una tendencia a la rudeza, fue sin embargo apoyado por un fuerte grupo de admiradores y se convirtió en la cabeza visible de un movimiento dedicado a la música pura, a diferencia de lo que muchos había visto como la excentricidades de Liszt y Wagner, una posición reforzada por su cuatro sinfonías. Permaneció en Viena el resto de su vida, muriendo allí de cáncer en abril de 1897, a la edad de 64 años. Tal y como se ha mencionado anteriormente Brahms no fue un hombre fácil con el que entablar amistad. Sin embargo, tenía un vínculo común con Joseph Joachim lo que significó la dedicación de su Concierto para Violín en Re mayor, Op. 77, el cual completó en 1878 durante sus vacaciones de verano en Pörtschach. El estreno del concierto fue en Leipzig para la celebración del Año Nuevo en 1879 con Joachim como solista y Brahms como director. Pensado como una obra de cuatro movimientos, Brahms más crítico que nunca, abandonó los dos movimientos centrales y los sustituyó con el Adagio que, en palabras de Brahms era “débil”, pero que no solo complacía a Joachim si no que tenía asegurada la popularidad de la obra con el público desde entonces. El primer movimiento abre con una exposición para orquesta que sugiere, en lugar de presentar, el primer tema y se mueve 24
Concierto para Violín, CD 9 ampliamente para presentar segundo temas y otros temas que surgen más tarde en el seno del solo para violín. Después de bastante tiempo el violín finalmente entra presentando el primer tema en su totalidad; aquí Brahms emula el estilo y la técnica del Concierto para Violín de Beethoven que con una exposición orquestal más prolongada había tentando la paciencia de algunos auditorios vieneses setenta años atrás. Hoy aunque el ritmo parezca natural, aunque este primer movimiento de extensa cadenza, abandonada por Brahms al capricho de Joachim es la parte“seria“ de Brahms, mientras que el Adagio exquisitamente melódico y el último movimiento al estilo ostentoso húngaro demostró un aspecto más inmediato y sensible. Una de las principales razones de la génesis de la obra fue que Brahms deseaba proporcionar a Joachim un concierto que le permitiera exhibir sus importantes conocimientos. Aunque él también era violinista se había en componer como quería y de hecho declaró públicamente, que su conocimiento sobre la técnica del violín era muy limitado. Pero lo que surgiría siegue siendo uno de los grandes conciertos para violín del siglo XIX. Brahms acomodó varias de las sugerencias de mejoras de Joachim , aunque un estudio del manuscrito revela que una gran mayoría de la parte del solista permanece tal y como fue concebida originalmente. A veces la parte solista tiene una amplitud de campo de acción que aparece para sugerir una fundación en composición para piano, pero la técnica de Joachim fue tal que esto se tradujo en lo que se piensa que fue un estilo moderno y significativamente diferente esperado por el público de la época. Sin embargo, los desafíos planteados significaron que el concierto, ahora reconocido como entre los más importantes de su género, fue rechazado muchos años, porque nadie aparte de Joachim podía hacerle justicia.
Apenas se repitieron las interpretaciones por Joachim bajo la dirección de Brahms debido a un incidente que dejó a los músicos enfrentados. En 1880 Joachim había iniciado el procedimiento de divorcio de su esposa, la mezzo-soprano Amalie Weiss, con quien se había casado en 1863, afirmando que él no era el padre del último de sus hijos. Brahms se puso al lado de Amalie, no solo porque se comentó que Joachim le había sido infiel, y habló en su nombre ante el tribunal como ayuda para conseguir un resultado a su favor. La ruptura de la relación entre el violinista y compositor duró por parte de Brahms, unos seis años, y fue convencido por un número de personas a su alrededor, entre las que se encontraba su íntima amiga y esposa de Robert Schumann, Clara, para dejar de lado sus diferencias Joachim y componer una nueva obra para él. 25
Concierto Doble, CD 9 Concierto para violin y cello en La menor, op. 102 Por este tiempo aunque también había prometido componer un concierto para Robert Hausmann, cellista del Cuarteto de Joachim tomó la decisión bastante inusual de componer el Concierto Doble, una forma con pocos precedentes excepto en las obras de Mozart, se aseguró la forma de reconciliarse con Joachim con un gesto que no fuera demasiado evidente y que le provocara más vergüerza. Sin embargo, en el momento en que la partitura fue publicada a principios de 1888, Brahms envió la primera copia a Joachim con la inscripción “Para él para quien fue compuesto“. El doble concierto comienza dramáticamente con una potente, pero breve, apertura declamatoria apertura para orquesta completa que consistía de dos grupos de tres notas cayendo de forma interrogante, seguidas de cuatro grupos de tres notas en patrón ascendente que conducen rápidamente a un desafiante solo de cello de apertura. Tras de un introducción de clarinetes y flautas, se presenta el violín con los dos solistas que luego se unen en un diálogo; la interacción e introducción alrededor de los dos temas principales, es uno fuerte y decidido y el otro suave y lírico. El segundo movimiento, un Andante, comienza con un fragmento de suave melodía entre los solistas y la orquesta antes de emerger en su totalidad con las ejecuciones de ambos, violín y cello. Walter Niemann, en la biografía de Brahms describió este movimiento como “un gran balada, impregnada de ricos y misteriosos tonos de un ambiente norteño“. El último movimiento fue el ejemplo final de Brahms de muchos rondos con sabor húngaro, con un penetrante estado de animo lleno de vitalidad y buen humor. Contiene también una emoción sincera proporcionada en las partituras de una composición tierna y melódica para ambos solitas. Aunque la complejidad general ha seguido siendo un reto hasta nuestros días, para que los conciertos tengan éxito requieren solistas con unas capacidades técnicas de máximo nivel. De hecho el papel de la obra como una ofrenda de paz fue el dominante en la recepción de la obra y a lo largo de las vidas de Brahms y Joachim , con Clara Schumann sin llegar a ver ni expresar entusiasmo sobre la música. Sin embargo hoy en día, junto con el Concierto para Violín es apreciado como una obra de gran altura y ha conseguido por fin un merecido reconocimiento. Martin Medforth 26
Cuarteto para Piano nº. 1, CD 10 CDs 10-25 Música de Cámara CDs 10 + 11 Cuartetos para Piano CD 10 Cuarteto para Pioano nº 1 + 3 Cuarteto para Piano nº 1 en Sol menor El Primer Cuarteto para Piano fue compuesto entre los años 1857-61 y publicado en 1863. Fue la primera obra de Brahms en ser escuchada en Veina después de haberse establecido allí; la parte del pieano fue ejecutada por él mismo el día del estreno en Viena en 1861. Desde entonces ha sido una pieza favorita entre músicos, y en particular entre pianistas que disfrutan tanto de funciones para solistas o de música de cámara. Al igual que en la otra música de cámara con piano de Brahms, esta obra requiere de verdaderos solistas virtuosos pero que también sepan cuál es su puesto dentro de la orquesta. Quizás Brahms cayó en la cuenta que estos últimos a veces causan problemas pues hizo una versión de la obra para os pianos para crear un mejor equilibrio entre el piano y las ‘cuerdas’. Arnold Schönberg se quejó que en muchos conciertos el piano era demasiado dominante (aunque vacilaba en culpar a los pianistas), forzando a las cuerdas a un segundo plano. En un intento por mejorar el equilibrio realizó una instrumentación para gran orquesta en 1930; las partes son más fáciles de escuchar, pero también se puede oir cómo era la propia concepción orquestal de Brahms del cuarteto para piano. A duras penas se trató de una coincidencia los arreglos que Schönberg realizó para esta pieza en particular, ya que el opus 25 es una de las composiciones más modernas de Brahm. Moderna en el sentido que basa su obra en temas cortos que están continuamente prolongándose para convertirse en grandes estructuras a veces con poco parecido a las formas conocidas. Brahms consiguió unir con éxito el enfoque del siglo 20 con su estilo del siglo XIX. El primer movimiento tiene de forma de simple sonata. A diferencia de la sonata clásica, las pausas entre las secciones son más vagas y las progresiones armónicas más libres. Nuevamente aquí Brahms muestra sus preferencias para hilar las melodías, pasajes con las cualidades de una canción y el 27
Cuarteto para Piano nº. 1, CD 10 contraste entre la composición escueta y amplia . El segundo movimiento ofrece el típico ejemplo del Scherzo estilo Brahms: no demasiado rápido, pero con ambientes rápidamente cambiantes. El tercer movimiento comienza como una canción y se desarrolla hasta llegar a ser una compleja sinfonía. El movimiento final es un Rondo alla Hongarese. La música que Brahms y muchos contemporáneos pensaron que rera húngara, no era realmente así. Su estilo ‘Húngaro’ está inspirado en la música de músicos errantes que tocaban en restaurantes cuyas audiencias, en un estallido de de exotismo, querían creer que eran extranjeros, una ilusión cuidadosamente mantenida por los músicos ambulantes. La música húngara verdadera no se llegó a conocer en occidente hasta que Bartok y Kódaly comenzaron a estudiarla en serio poco después de 1905.
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Cuarteto para Piano, nº 3, CD 10 Cuarteto para Piano nº 3, op.60 en Do menor El Tercer Cuarteto para piano op.60 en Do menor data de los años 1855-75 y es también poco típico de Brahms, aunque por diferentes razones. Aquí el compositor apunta, no al futuro si no hacia la ópera del siglo XIX, un aspecto posiblemente que guarde relación con la historia de la obra. La primera versión en Do Sostenido Menor data de 1855, mientras que la versión definitiva en Do fue publicada en 1875. Brahms compuso la primera versión poco antes y después de la muerte de Robert Schumann en 1856, cuando sus sentimientos hacia Clara Schumann eran muy intensos y al mismo confusos. Poco antes, Robert Schumann había intentado suicidarse y había ingresado en una institución mental. Tras completar su opus 60, Brahms escribió a su amigo Billroth: ‘Imagínate a un hombre al borde de pegarse un tiro’. Y nuevamente a Billroth: ‘ este cuarteto es una ilustración del último capítulo del Hombre del Manto Azul y la Chaqueta Amarilla’. Estas dos citas solamente podían significar una sola cosa para la clase culta de la era romántica alemana: fueron nada menos que referencias a la novela de Goethe Die Leiden des jungen Werthers (Las Desventuras del Joven Werther), en la que un amante se suicida después de una ruptura amorosa. Este material dramático, perfectamente adaptado a la ópera, fue explotado al máximo por Brahms. En el primer movimiento en particular, adaptó todo tipo de típico de notas operísticas hasta que llegaron a ser notas típicas de Brahms, mientras que el principio podría tomarse directamente de un recitativo operístico. En los ‘pasajes de opera’ el ritmo desaparece durante un momento cuando Brahms repentinamente introduce una exclamación demandando toda la atención. En los ‘Pasajes de Brahms’ se puede escuchar toda la elaboración al completo de la parte de piano, las melodías –tipo-canción de las cuerdas y la combinación de simple temas y complejos acompañamientos. Emanuel Overbeeke
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Cuarteo para Piano nº 2, CD 11 CD 11 Cuarteto para Piano nº 2 Cuarteto para Piano n1 2 en La mayor, op.26 Se ha dicho a menudo que Johannes Brahms compuso en pares, trabajando en dos obras muy seguidas entre sí, estrechamente relacionadas en género y duración pero diferentes en el tema. Mucho se podría hablar que apoyara esta aseveración. Un ejemplo de obras compuestas en un periodo corto incluyen a su sombría y poco reticente Primera Sinfonía y a la más pastoral y bucólica Segunda Sinfonía, a la Obertura Festival Academic y a la Obertura Trágica , a las Sonatas para Piano 1 y 2 y a los Cuartetos para Piano 1 y 2. Ambos cuartetos duran unos 40 minutos y constand de cuatro movimientos: entre los movimientos externos relativamente rápidos hay un rápido Scherzo y un Adagio lento. (En el Segundo Cuarteto, a diferencia del primero, el Adagio precede al Scherzo). Ambas obras demuestran la relatividad de direcciones de tempo: rápido significa relativamente rápido, y lento significa relativamente lento. En ambos cuartetos los movimientos exteriores combinan la forma de sonata con la de rondo. Las obras difieren principalmente en el carácter y la estructura. El Primer Cuarteo es más concentrad y compacto, mientras que el Segundo es más relajado y extenso. Hay dos razones para ello. En primer lugar, el material temático del Segundo Cuarteo es bastante más encantador y elegante que el del Primero, que es más corto y angular. En segundo lugar, el material del Primer Cuarteo fue más fácil de alargar que el del Segundo, que fue más independiente. La sensación de desarrollo y elaboración en el Primer Cuarteto queda sustituida por un sentimiento de expansión y serpenteo casual del Segundo. Los dos movimientos centrales ilustran esto. El ánimo del moviiento lento se asemeja a uno de sus Intermezzi tardíos. Mientras que estas piezas para piano duran tres o cuatro minutos como mucho, en el Cuarteto Brahms se entrega a un largo ambiente alemán nocturno. En el Scherzo mantiene un exuberante espíritu aferrándose en gran parte al material musical con el que compositores clásicos habrían compuesto como mucho un Scherzo de cuatro minutos. Es típico de Brahms que trate la feliz y sencilla melodía del Trio como un tema para un ingenioso y desesperanzado canon, algo a lo que el compositor se opone a menudo, la frivolidad con la seriedad. El primer movimiento revela a Brahms de la forma que muchos le conocen: ligeramente 30
Cuarteo para Piano nº 2, CD 11 melancólico, torpe y de rutinas laboriosas. Al igual que en su otra música de cámara con piano, la parte del piano es plena y casi orquestal en su concepción, pareciendo partes de piano de conciertos en lugar de obras para piano solo. Por contra al Primer Cuarteto el equilibrio entre piano y cuerdas es mucho mejor. La forma de composición para todos los instrumentos permite ver fácilmente cúal de ellos viene al principio y en qué punto. El broche es inusualmente exuberante para Brahms, ya que crea una agilidad extra introduciendo muchas características rítmicas sorprendentes sin poner en peligro el fluido movimiento del conjunto. Aunque el título ‘Finale’ excluye cualquier referencia a un estilo exótico, la viveza de la música trae a la mente la finale ‘Húngara’ del Primer Cuarteto. Durante la vida de Brahms el Segundo Cuarteto fue tan popular como el Primero. Esto cambió tras su muerte, ya que muchos consideraban la obra demasiado largo y expansivo por lo que se escuchaba con más frecuencia en grabaciones que en las salas de concierto, situación que afortunadamente ha cambiado en los últimos años. Brahms compuso su Segundo Cuarteto para Piano en 1861, en Hamburgo, poco antes de establecerse en Viena. Fue un excelente pianista (interpretado por él mismo en el estreno de su Segundo Concierto para Piano) y trabajó frecuencia con varios grandes músicos, entre ellos, el violinista Joseph Joachim. El compositor se encontraba en posición de demandar grandes logros de sus intérpretes, una situación que aprovechó plenamente. Una de las razones para su traslado a Viena fue su situación personal familiar. La casa familiar era pequeña y la vida allí era tremendamente ajetreada. Por suerte, Brahms pudo componer este cuarteto en el tranquilo hogar de su amiga la Dra. Elisabeth Rösing, a quien dedicó la obra.
Emanuel Overbeeke
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Quinteto para Cuerda en Fa mayor, CD 12 CD 12 Quintetos para Cuerda Quinteto para Cuerda en Fa mayor, op.88 En 1882 Brahms envió a su recién terminado Quinteto para Cuerda en Fa mayor, op. 88 a su amiga vienesa Elisabeth von Herzogenberg, excusándose con estas palabras: ‘Le envío una bagatela’. La respuesta de ella contenía un extraño elogio, especialmente con relación al primer movimiento: ‘Es refrescante para ver la forma presentada de una forma tan severa y prosaica’. Clara Schumann, quien también había recibido la partitura, fue más entusiasta y la definió como una ‘pieza maravillosa’. Antes de iniciar su trabajo en este Quinteto para Cuerda en su amada residencia de verano en Bad Ischl, Brahms, había levantado el puño de una forma oscura e inflexible a los ciegos y despiadados dioses de su obra coral Gesang der Parzen (Canto de las Parcas), inspirada en la canción del destino de Iphigenia in Taurus de Goethe. Tras despejar así el ambiente con tales sonidos purificadores, el compositor se relajó para dedicarse al mundo íntimo de la música de cámara. Durante estos meses de verano no sólo compuso el Quinteto para Cuerda en Fa mayor, una pieza inusualmente feliz, si no que también concluyó el Trío para Piano en Do mayor que había con anterioridad. Aunque Mozart ya había compuesto un quinteto instrumental para dos violines, violas y cello, el Quinteto para Cuerda en Fa mayor op.88 de Brahms y el Quinteto para Cuerda en Sol mayor op. 111 (compuesto tres años más tarde) fueron una adición bien acogida en este ‘abandonado’ terreno. El movimiento de apertura del Quinteto para cuerda en Fa mayor comienza con un tema tipo canción desde el que se desarrollan otros pensamientos rápidamente. Esto genera un movimiento feliz en forma sonata seguido de un melancólico Grave ed appassionato, un estado de ánimo sombrío que es interrumpido temporalmente por unas secciones centrales más relajadas: la primera por un Allegretto vivace con el ritmo de una Giga, y después por un Presto de ritmo regular. La Finale comienza con un fugato con el que la primera viola introduce el tema. En el curso del movimiento el impresionante ritmo del contrapunto alterna con un elegante florecimiento, temas melodiosos tras los cuales la Coda lleva a un urbulento desarrollo final. 32
Quinteto para Cuerda en Sol mayor, CD 12 Quinteto para Cuerda en Sol mayor op.111 El Quinteto para Cuerda en Sol mayor op. 111 fue también compuesto durante un periodo feliz en la vida de Brahms. En la primavera de 1890 viajó por Italia con su amigo Joseph Widmann, escritor alemán y poeta. Brahms había viajado desde Viena a Riva, su punto de partida, con tres pares de pantalones para protegerse del frío. ‘Este tipo de ideas prácticas le mantuvieron de buen humor durante el día’, según Widmann. Juntos visitaron Parma, donde Brahms quedó muy impresionado por el cuadro de Parmigiano ‘La esponsales de Santa Catalina’, con esas ‘incontables e indescriptibles rostros cariñosos de los niños de la feria’. Llegaron a Crémona , célegre por los violines y Monteverdi, para pasar la noche. Se albergaron en una posada donde el hijo del posadero, siguiendo los pasos de Fígaro, resultó ser barbero y un violinista, algo que agradó mucho a Brahms. Además, descubrieron una estatua de San Joaquín allí. Brahms pensó que ‘era de lo más adecuado’ de la ciudad que había conmemorado a su mejor amigo Joseph Joachim. En este alegre el estado de ánimo los dos amigos viajaron hasta que Brahms regresó para pasar el resto del verano componiendo una vez más en la campiña de Bad Ischl. Con este espíritu optimista compuso el Quinteto para Cuerda en Sol mayor. Tras un ensayo en Viena un amigo le propuso llamar al Quinteto ‘Brahms en el Prater’. ‘Tienes mucha razón’, Brahms le respondió, ‘¿debes de estar pensando en esas bellas muchachas de allí , no? “Un amigo a quien le envió la partitura escribió ‘cuando la leí casi pude sentir el viento de primavera’. Al principio del Quinteto para Cuerda en Sol mayor, mientras cuatro instrumentos altos producen sonidos que recuerda realmente al susurro del viento, el cello transporta al oyente lejos, al soleado panorama musical del primer movimiento. Le sigue un melancólico Adagio , donde el melodioso tema es anunciado por la primera viola. Tras un soñador tercer movimiento Brahms vuelve a la diversión realista en la Finale. Wenneke Savenije
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Sonatas para Clarinete, CD 13 CD 13 Sonatas para Clarinete Sonatas para Clarinete op.120 ¿Quién fue Johannes Brahms? Conocemos la imagen del anciano corpulento ocultando su verdadero rostro tras una larga barba gris. Muchos asocian sus obras con la tristeza otoñal, escuchando una música de reconfortante belleza que parece traicionar al dolor de las oportunidades perdidas. El filósofo Nietzsche lo juzgaba severamente, asentando la ‘melancolía de la incapacidad’ a sus pies. Pero ¿Puede la música de Brahms demostrar tanta incapacidad? ¿Era tan irremediablemente anticuada, como los intérpretes de Wagner alegaban? ¿O fue quizás un progresista como Schönberg alegó un tiempo más tarde? Cuando uno examina de cerca la vida de Brahms, se descubre a un hombre que podía ser no se vuelve familiarizados con un hombre que podría ser rudo y desinteresado y también afectuoso y magnánimo. Para los menos afortunados fue muy servicial. Tuvo un gran talento para la amistad, aunque sus amigos a menudo le encontraban muy difícil. Sus relaciones platónicas con las mujeres eran visibles. Pero incluso Clara Schumann, la más afectuosa de todas declaró tras 25 años de amistad con Brahms que siempre fue un enigma. Es notable que ninguna de estas relaciones llegara a ser más íntima. Esto puede estar relacionado con su vivencias en un prostíbulo de Hamburgo donde se ganaba un dinero a los trece años tocando el piano. Cualquiera que sea el caso, este trauma no le detuvo en su afan de desarrollar un gran amor por la diversión y la música folklórica. Hay vestigios de Light Muse a lo largo de su obra. Muchos contemporáneos, sin embargo, apreciaron a Brahms en particular por su música de cámara más elaborada y sus sinfonías. En estos géneros respetables Brahms fue considerado el verdadero sucesor de Beethoven. También compuso numerosas obras corales y canciones que son igualmente bellas. Es aquí donde nos parece vislumbrar al verdadero Brahms ya que los textos que escogía solían tratar de cuestiones existenciales. Aunque su conocimiento de la Biblia era considerable, parece que siempre estuvo más interesado en la aceptación impasiva que en la redención cristiana. ¿Quién fue Johannes Brahms? Quizás se reservó sus sentimientos más íntimos para su música. Aquí sin embargo, nuevamente el silencio amenazaba. En el verano de 1890 sintiéndose cansato declaró que sus años como 34
Sonatas para Clarinete, CD 13 compositor productivo habían acabado auque tan solo tenía con 57 años. Un encuentro con Richard Mühlfeld un año más tarde lo llevó a renunciar a aquella prematura decisión. Mühlfeld, clarinetista de la orquesta Meiningen de la corte, era famoso por su maravilloso tono y ejecución expresiva. Brahms quedó tan impresionado por su interpretación que sintió que su inspiración regresaba y debido a esto cuatro de las más bellas obras de todo el repertorio de música de cámara llegaron a ver la luz. El Trío para Clarinete y el Quinteto para Clarinete fueron rápidamente escritos, seguidos tres años más tarde, en 1894, por las dos Sonatas para Clarinete. Brahms ecompuso estás últimas durante una de sus vacaciones de verano en Ischl. Se las dedicó a Mühlfeld con estas palabras “Para el Sr. Mühlfeld, maestro de este bello instrumento con mi más sincero agradecimiento“. Brahms retrasó su publicación hasta finales de 1895 para que Mühlfeld pudiera aprovechar el hecho de que él era el único clarinetista con estas sonatas en su repertorio. Realizó numerosas actuaciones en diversas ciudades alemanas, con Brahms acompañándole al piano. Brahms también realizó versiones alternativas para viola y piano y para violín y piano. La versión de viola se puede encontrar en el CD 22. Fue su última música de cámara. Las sonatas para clarinete se caracterizan contrastes de gran trascendencia, mantenidos con equilibrio por el sublime arte del compositor. Así el apasionado movimiento de apertura de la Primera Sonata viene seguido por un rápido nocturno. El tercer movimiento es un Intermezzo encantador, que evocaca al tradicional baile austríaco ‘Ländler’. La obra finaliza con un inspirado Rondo, animado y pleno de las alegrías de la vida. Los movimientos externos de la Segunda Sonata son más delicados; el último movimiento es un tema con variaciones. Estos serenos movimientos cubren a un robusto Scherzo, llevándole como un heroico vals. Se estaría muy equivocado si se escuchara esta música como la “melancolía de la incapacidad”. “Económica, pero enriquecida“ sería la descirpción más ajustada. Esta fue la forma de describir para Schönberg la esencia de la música de Brahms. Es cierto que la madurez artesanal de estas obras traicionan a la vejez. Sin embargo, las sonatas para clarinete revelan también que el anciano de la barba gris seguía siendo joven de corazón. Hans Jacobi 35
Quinteto para Clarinete, CD 14 CDs 14 + 15 Quinteto para Clarinete y Cuartetos de Cuerda CD 14 Quinteto para Clarinete op. 115 + Cuarteto para Cuerda nº.2 Quinteto para Clarinete en Si menor, op.115 (1891) El estilo musical de Brahms a menudo ha sido descrito como una mezcla de sobriedad norteña y ternura melancólica. Esta caracterización se ajusta ciertamente con el Quinteto para Clarinete en Si menor op. 115, compuesto seis años antes de la muerte del compositor. Brahms se inspiró para escribir el Quinteto para Clarinete en Richard Mühlfeld, el famoso clarinetista de la orquesta de la corte del Duque de Meiningen in Thüringen. Un invitado frecuente y bien acogido, Brahms había trabajado a menudo con la orquesta realizando interpretaciones con Mühlfeld de obras para clarinete de Carl Mari von Weber entre otras. El Quinteto para Clarinete fue compuesto en la residencia de vacaciones de Brahms en las montañas que rodeaban Bad Ischl. El humor punzante de resignación engendrado por la obra fue descrito por uno de los contemporáneos de Brahms de la forma siguiente: “Con Brahms sentimos como reflesiona sobre una vida rica en creación musical, rica en amor y devoción, consciente de que la nave de su vida no puede ser dirigida sin el doloroso sentimiento del ‘pasado’“ Este estado de ánimo melancólico y sereno de la obra es típico del periodo tardío de Brahms. Los temas carecen de contrastes agudos y los movimientos están recíprocamente relacionados con motivos recurrentes. El quinteto al completo se asemeja a una exposición magistral del arte de la variación; el último movimiento es un rondo con cinco variaciones, basado en un tema extraído de las primeras cuatro barras del movimiento de apertura. Un vínculo similar crea una estrecha relación entre el primer movimiento y el Adagio. La obra concluye como comenzó, con felicidad alternándose con la nostalgia, sin acentos fuertes ni rebeldes.
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Cuarteto para Cuerda nº.2, CD 14 Cuarteto para Cuerda nº.2 en La menor, op.51 nº.2 Brahms esperó a cumplir cuarenta años antes de publicar sus primeros cuartetos para cuerda. Fue consciente de que además de la sinfonía, un concierto y una sonata, éste fue el género central de la música de Haydn, Mozart, Beethoven y Schubert. Tales ejemplos tan destacados le crearon incertidumbre y frustración. Si meditaba sobre la composición de una sinfonía sentía el ritmo de Beethoven en su cuello. Lo mismo le debió de suceder con el cuarteto para cuerda. No tuvo el valor de iniciar el trabajo en la Sinfonía y el Cuarteto hasta que no cumplió cuarenta años. En secreto había estado experimentando de forma interminable pero no queda nigún vestigio de ello. Según sus propias palabras, unos veinte intentos de un cuarteto fueron arrojados al fuego. En la época de Brahms el cuarteto llevaba a una existencia tormentosa, todo el estamento musical en pleno evitaba este despiadado y estricto género porque éste fue el periodo de las producciones megalómanas de ópera de Wagner, del poema sinfónico y del popurrí musical. El cuarteto para cuerda estaba casi anticuado, hasta que Brahms lo revivió y le llenó de aires románticos, ofreciendo algo nuevo en sus dos cuartetos en Do menor y en La menor op. 51 por vez primera desde el op.132 de Beethoven. No fue hasta 1873 cuando tuvo el valor de publicarlos. Ahora sabemos que los primeros bocetos datan de ocho años atrás, difícilmente un extraño curso de los hechos en el caso de este compositor. Todo el Cuarteto para Cuerda en La menor op. 51 nº.2 está impregnado con la leve melancolía, que sólo Brahms podría plasmar en papel. En las primeras barras, como es de esperar, se pueden escuchar el conocido motivo F-A-E, traicionando el juvenil lema de su amigo Joseph Joachim: Frei Deje Einsam (Libre pero solitario). El siguiente Andante moderato es también uno de los movimientos instrumentales más encantador de Brahms; comienza suavemente pero sufre una transformación similar al primer movimiento. El estado de ánimo contenido ya no se puede controlar y estalla en la sección central para dar paso a acontecimientos dramáticos. En el tema que recuerda a una gaita del minueto sucesivo Brahms sutilmente hace referencia al tema del primer movimiento. Hay una reconciliación en la finale, provocada por el pronunciado ambiente húngaro y gran euforia. Clemens Romijn
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Cuarteo para Cuerda nº.1, CD 15 CD 15 Cuarteto para Cuerda nº. 1 + 3 Cuarteto para Cuerda nº.1 en Do menor op.51 ‘Se oyen a cuatro personas inteligentes conversar entre sí, uno escucha cada uno de los argumentos y se familiariza con las posibilidades de cada instrumento’. Esta cita de una carta escrita por Goethe en 1828 ha sido atesorada por los amantes del cuarteto para cuerda durante siglo y medio. Y con razón ya que forma una descripción poética objetiva y concisa de lo que los cuartetos de cuerda son: la paridad de los cuatro instrumentos, independientemente de que se refuercen, complementen o compitan entre sí. El adjetivo ‘inteligente’ de Goethe es especialmente elogioso. El poeta era consciente de que el noble y serio cuarteto para cuerda estaba destinado a endulzar el oido de los entendidos más que ningún otro género. Tras Schubert, Schumann y Mendelssohn, Johannes Brahms hizo una importante contribución al género de cuartetos a pesar de que compuso sólo tres. En un conocido artículo titulado ‘Neue Bahnen’ en la revista Neue Zeitschrift für Musik, Schumann se refirió a la actividad en este campo del joven Brahms. Realizó muchos comienzos falsos y el Primer Cuarteto para Cuerda op. 51 no. 1 no salió de la prensa del Simrock hasta 1873, tras un proceso de composición de varios años. En un sombrío Do menor este cuarteto se vincula perfectamente en dimensión, forma e idioma con los tres Cuartetos Rasumovsky de Beethoven que tanto admiraba Brahms y que había estudiado tan intensamente. En el movimiento de apertura (Allegro) en particular, la similitud es evidente en numerosos giros de fraseo en los que Beethoven parece estar citado. Esta forma de sonata presenta tres temas; el característico motivo de punteo en el primer tema desempeña un papel importante en el desarrollo, mientras que fragmentos del segundo tema pueden ser escuchados en un ingenioso contrapunto. El segundo movimiento es un expresivo Poco Adagio titulado Romanze. El himno-melodía rícamente armonizado nuevamente nos recuerda a Beethoven, pero ahora en sus cuartetos tardíos. Sin embargo el tratamiento de la disonancia y las modulaciones, sólo podían ser obra de la pluma de Brahms. El compositor sustituye el habitual Scherzo como tercer movimiento con un Allegretto molto moderato en su estado de ánimo más patético. Mantiene la habitual forma ternaria y los frívolos pizzicatos dotan al Trío de un carácter delicado. Sigue una finale en forma de sonata-rondo, apasionada y conspicua que salta a una séptima y el ánimo del primer movimiento regresa. 38
Cuarteto para Cuerda nº 3, CD 15 Cuarteto para Cuerda nº 3 en Si bemol mayor, op.67 ‘La ambiente de su presencia aún subsiste y continuamos con este deleite. Cómo de insignificantes nos sentimos a la sombra de su talento! Gracias, mil gracias, es todo lo que podemos pronunciar. Después de su marcha nos sentimos abatidos por la melancolía: las miradas amistosa pasaron a ser serias, unos ojos brillantes, aburridos y suspiramos profundamente, tan profundamente... “ Estas palabras fueron escritas por el médico holandés Theodor Engelman a Brahms en Viena poco tiempo después de que el compositor hubiera compartido alojamiento con él en Utrecht. Engelmann actuó como maestro de ceremonias de Brahms más de dos semanas, cuando el célebre maestro hizo su aparición en el Amsterdam Parkzaal (Requiem Alemán), en el edificio de las Artes y las Ciencias de la Haya (1er Concierto para Piano), y en Rotterdam (Rapsodia para Alto). En cartas posteriores dirigidas a Engelmann parece ser que el compositor disfrutó muchísimo en Holanda, aunque sintió que las celebraciones oficiales fueron menos agradables que las horas en la soledad en su habitación y los paseos en el más absoluto anonimato a lo largo de los canales de Utrecht. Brahms y Engelmann se carteron intensamente, quizás demasiado para Brahms, quien contestaba a las interminables cartas de Engelmann con breves y formales comunicaciones. En 1877 Engelmann se quedó de hecho muy sorprendido cuando Brahms inesperadamente le dedicó su Tercer Cuarteto en Si bemol mayor op. 67. Profundamente conmovido, escribió: ‘Acabo de recibir su cuarteto de cuerda de su editor. El regalo de Navidad más elegante con el que pudiera haber soñado, debo enviarle mi más profundo y sincero agradecimiento. ¿Qué he hecho yo, un pobre mortal, para ser digno de un regalo tan divino? Brahms honró a su amigo holandés con una obra de gran valor artístico. Las audaces innovaciones que asumió en este cuarteto incluyen contrastes de tempo y cambios de compás en el primer movimiento, que también se caracteriza por temas relativamente cortos con extensos fraseos de transición. En general, Brahms, fue bastante prudente cuando experimentaba con formas. Sin embargo, el lento segundo movimiento , de ánimo sereno y poético también tiene rasgos de experimento. El Agitato (tercer movimiento), tan popular hoy día que a veces se ejecuta por separado, es transportado por las intensas melodías de la parte de la viola. 39
Cuarteto para Cuerda nº 3, CD 15 Con este cuarteto para cuerda Brahms consiguió rápidamente una gran admiración por parte del público. El célebre violinista Joseph Joachim escribió a su amigo: ‘No creo que haya escrito nunca una música de cámara más hermosa’. Fue particularmente elogioso del aire romántico del Agitato, y describió la finale como una serie de ligeras variaciones sobre un tema original, como una fiesta de ‘encanto y gravitación’.
Jos van der Zanden
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Quinteto para Piano, CD 16 CD 16 Quinteto para Piano + Trío para Trompa Uno de los misterios de la historia de la música es por qué ninguno de los primeros compositores clásicos pensó jamás en combinar el cuarteto para cuerda con el piano. Esta instrumentación es ahora conocida como el quinteto para piano: dos violines, viola, cello y piano. Pero ¿dónde están los quintetos para piano y cuerda de Haydn, Mozart y Beethoven? No existen. Incomprensible. Pero Mozart y Beethoven sí reunieron a cuatro intérpretes alrededor de un piano. ¿Y qué hay del famoso Quinteto La Trucha de Schubert de 1819? Schubert sustituyó el segundo violín por un contrabajo para dar al grupo más solidez y más calidez al sonido. Éste no fue un buen cuarteto para cuerda con piano tampoco. De hecho, el mundo tuvo que esperar hasta Robert Schumann tuvo una idea en 1842. Todo lo que sabemos es que en ese año compuso el primer Quinteto para Piano (op. 44) de la historia de la música. Tras Schumann, solo hubo que esperar a Borodin (1862), Brahms (1866), Max Bruch (1886 y Dvorak (1887). El fuerte y recargado emocionalmente Quinteto para Piano en Fa menor (1866) de Brahms tiene una larga historia. Empezó como un quinteto para cuerda y también apareció en forma de Sonata para dos pianos op. 34b (grabación que se encuentra en el CD 23). La versión para cuerda posiblmente el compositor la hiciera pedazos cuando su amigoro Joseph Joachim expresó su opinión sobre la obra a la que encontró demasiado contundente y refractaria. Sin embargo, el Quinteto para Piano ha permanecido como un poderoso e insubordinado bloque de música, más monumental, más concentrad y más elaborado que el Cuarteto para Piano en Sol menor. Los dos movimientos rápidos extremos en particular son un teatro de drama y división. Aquí la líneas temáticas luchan por atraer la atención y al mismo tiempo uno es consciente de la propia lucha de Brahms con el material. La serenidad del aparentemente íntimo segundo movimiento queda obstaculizada sistemáticamente por unas bulliciosas voces medias y ritmos recalcitrantes. Herman Levi, por cuya insistente petición Brahms adaptó la pieza para el cuarteto de cuerda con piano, comentó después de su conclusión: ‘Es un modelo de belleza toal, un consuelo para los amantes de la música y una pieza magistral de música de cámara como no se ha escrito desde la muerte de Schubert’.
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Trío para Trompa, CD 16 Trío para Trompa en Mi bemol mayor, op.40 (1865) Al igual que Mozart, Brahms también se aventuró ocasionalmente con instrumentaciones menos tradicionales que incluían todo tipo de combinaciones de viento y cuerda. En el Trío para Trompa en Mi bemol mayor op. 40 presentó a la majestuosa trompa orquestal en la música de cámara como una discreta acompañante del violín y piano. Un sonido mágico. En este indescriptiblemente hermoso Trío para Trompa, Brahms proporcionó a esta inusual instrumentación de música de cámara las mejores notas que uno hubiera podido desear. había conseguido reunir los instrumentos que él tocaba. Había tenido una relación especial con la trompa, especialmente con la trompa natural sin válvulas e insistió en que el Trío debería ser interpretado con ese instrumento. Una elección muy inteligente en ese momento porque eran los inicios de la trompa con válvulas, aún no se había convertido en el instrumento versátil y flexible que conocemos hoy en día. El carácter pastoral y rústico del Trío es perceptible desde el comienzo, en el primer tema del Andante, un tema que le vino a la mente caminando por la Selva Negra cerca de Baden-Baden. Hay dos puntos en los que se percibe una ligera aceleración de calma y de melancólico ánimo, aunque el violín y la trompa continúan con su aparentemente simple pero profunda conversación. Al mismo tiempo la orgullosa parte de piano crea un romántico entorno como nadie que no fuera Brahms fue capaz de evocar. Le sigue un potente Scherzo burlón solo en apariencia, porque debajo de la superficie unas fuerzas inquietantes están gestándose para buscar un escape; el austero y sombrío Trio, hace evocar el ánimo del Andante. El siguiente Adagio mesto (lento y triste) fue compuesto en memoria de la madre de Brahms, fallecida unos meses atrás en 1865. El violín y la trompa lloran tiernamente y sin desesperación, apoyados por el sereno sonido del piano. Las emociones polifónicas ocasionalmente estallan pero nunca causando que se alcen las voces; Brahms permaneció como dominado. La Finale, llena de vida vuela rápido pasando en ritmos a menudo asociados a escenas de caza. Oculta en el tema de este Allegro con brio hay una versión rápida y transformada de la coral ‘Wer Gott den lieben lässt walten’. Clemens Romijn
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Sonatas para Violín, CD 17 CD 17 Sonatas para Violín Antes de Brahms compiera su primera Sonata para Violín y Piano posiblemente escribió cuatro con las que no se encontró satisfecho. Su publicación se demoró tanto tiempo en parte a su deseo de conseguir una combinación satisfactoria combinación de muchos elementos en una sola obra. La primera Sonata fue compuesta inmediatamente después de las Ocho Piezas para Piano op. 76 y del Concierto para Violín op. 77. En su primera Sonata para Violín, Brahms combina la intimidad de las piezas para piano, pensadas para salón de música, con los gestos más amplios del Concierto para Violín, compuesto para gran auditorio. A la vez que empleaba un gran virtuosismo instrumental, su intención era evocar un ambiente lírico en lugar de dramático y para ello dos solistas auténticos eran necesarios, debían formar un dúo bien equilibrado y no resaltar uno más que otro. Brahms fue un compositor reconocido que solía tener en cuenta los gustos convencionales de su gran audiencia conservadora; él también quiso condimentar su música con pasajes armónicos y rítmicos, muy modernos para su tiempo. Sin embargo estos modernismos, iban a quedar totalmente ubicados en un fluido discurso clásico-romántico. Brahms consiguió formar con estos polos un maridaje feliz. No sorprende pues, que estas sonatas hayan disfrutado de tanta popularidad desde su aparición.
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Sonatra para Violín nº 1, CD 17 Sonata para Violín nº 1 En Sol mayor, op.78 Brahms compuso su primera Sonata para Violín entre los años 1878-79. En su estreno él mismo intrerpretó la parte del piano mientras que Hellmesberger, entonces primer violinista del celebrado Cuarteto Hellmesberger, interpretó el primer violín. Brahms, sólidamente arraigado en la tradicón clásica, consideraba a Bach, Mozart, Beethoven y Schubert como sus grandes ejemplos. Como en todos los movimientos de su sonata, el movimiento rápido de apertura está compuesto en forma de sonata convencional. El enfoque drámático y conciso de los grandes maestros, sin embargo, es sustituido por un gran lirismo y una cierta disipación con fluidas transiciones entre episodios. El ambiente lírico recuerda a la Última Sonata para Violín (op.96) de Beethoven, una de sus más romántias composiciones. El movimiento lento de la sonata de Brahms cuenta con tres secciones de acuerdo con la tradición clásica: una idílica apertura en tono mayor, una turbulenta secuela en el menor y un regreso al comienzo aunque con un matiz temperamental. En el último movimiento Brahms cita a dos de sus propias canciones: ‘Regenlied’ op. 59 nº 3 y ‘Nachklang’ op. 59 nº 4, ambas de 1873. Dado que el tercer movimiento comienza con la melodía de ‘Regenlied’, la primera Sonata es a veces llamada ‘Regensonate’ [sonata de la lluvia]. Lo que más sorprende a todos es el final de este movimiento: tras un largo episodio notoriamente en clave menor, cita sin previo avisto al tema principal del segundo movimiento en tono mayor, ahora en un rápido tempo. Después de este giro inesperado la obra llega a un tranquilo final. En la música de Brahms los términos rápido y lento son relatiavos. Rápido normalmente significa bastante rápido y lento significa bastante lento. El contraste entre los dos es mucho menor que en los compositores de quienes se inspiró.
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Sonatas para Violín nº 2 y 3, CD 17 Sonata para Violín nº 2 en La mayor, op.100 La Segunda Sonata para Violín op. 100 fue compuesta entre 1886-87 y es conocida como ‘Meistersinger’ (Maestros Cantores). Debe su nombre al tema de apertura extraído del tercer acto de la ópera de Richard Wagner ‘Los Maestros Cantores de Nuremberg’. Sin embargo,Brahms, no estaba nada interesado en la grandeza operística sino en el lirismo. Aquí nuevamente, el virtuosismo instrumental, particularmente en la parte de piano, es considerable aunque los músicos no se atrevan a intentar eclipsarse entre sí. La melodía es más tipo canción y no sorprende que Brahms utilizara el segundo tema del primer movimiento una vez más en la canción ‘Wie Melodien zieht mir’ s op. 105 nº 1, que data del mismo período. El segundo movimiento es muy del estilo de Schubert en un sentido: Brahms combina la forma de sonata y la forma del rondo. También combina dos texturas muy características, una solemne melodía acompañada por serios acordes completos, y una melodía con un aire popular acompañada de la complejidad de la música más académica. Lo que deba prevalecer en esta segunda textura, depende de los músicos. El amigo de Brahms, el crítico Hanslick, cuando escuchaba esta sonata solía imagiar ‘la serena tranquilidad de una romántica tarde de verano’.
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Sonata para Violín nº 3, CD 17 Sonata para Violín nº 3 en Re menor, op.108 La Tercera Sonata para Violín de 1886-88 es la más dramática de las tres y la única en tono menor. Brahms trató su material musical mucho más escuetamente que en las dos primeras sonatas. Es también la única de las tres con cuatro movimientos, todos basados en ejemplos clásicos. El primero es un movimiento rápido en forma de sonata, el segundo un adagio, el tercero un scherzo; en el último movimiento rápido los instrumentos compiten entre sí enérgicamente. A lo largo de la extensión de la obra escuchamos una composición enérgica y generalmente del romático tardío; sin embargo, en los detalles, está lleno de modernismos. Emanuel Overbeeke
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FAE-Scherzo, CD 17 Scherzoen Do menor Este Scherzo para Violín y Piano en Do menor no tiene número de opus. Fue compuesto por Brahms en 1853, el año en que el jóven compositor se encontró por primera vez con Schumann. Robert estaba tan encantado con la música del joven compositor que le invitó a sumarse a un proyecto conjunto. Para el Scherzo es la última parte de una sonata F-A-E (‘frei aber einsam’) (‘libre pero feliz’) completa en La menor. Los otros dos movimientos fueron compuestos por Albert Dietrich y el propio Robert Schumann como regalo de cumpleaños para el violinista Joseph Joachim. Joachim llegó a convertirse en íntimo amigo de Brahms, lo íntimo que Brahms permitía a sus amigos llegar a ser. Joachim estrenó él mismo la pieza acompañado de Clara Schumann. El Scherzo no se publicó hasta 1906. Es un vibrante pieza con una impresionante parte de piano de grandes gestos; y el violín especialmente utiliza toda su gama de tonos y dinámica. Un verdadero vehículo para que ambos músicos demostraran su talento.
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Sonata para Cello nº 1, CD 18 CD 18 Sonatas para Cello Sonata para Cello nº 1 en Mi menor, op.38 (1865) Los dos Sonatas para Cello de Brahms fueron compuestas con un intervalo de 20 años entre sí. Ambas se han convertido en el repertorio estándar favorito en este campo. La Sonata para Cello en Mi menor op. 38 data de 1865, cuando Brahms tenía 32 años. Al igual que con el resto de la música de cámara más importante de la época, como el Sexteto para Cuerda en Sol mayor y el Trío para Trompa el contenido musical parecería estar inspirado en el maravilloso paisaje boscoso de los alrededores de Baden en Suiza. La sonata sólo tiene tres movimientos, en contraste con los cuatro habituales de otras muchas sonatas. Parece ser que Brahms decidió no incluir un movimiento lento central. El extenso primer movimiento (Allegro no troppo) está en un tempo moderado y emplea tres temas en forma de sonata. Estos temas estaban normalmente concebidos para crear contrastes; los aquí presentes, sin embargo, irradian el ánimo elegíaco y sombrío de la sutil melodía del violoncelo del comienzo. No es hasta el final del movimiento cuando un rayo de sol de otoño parece abrirse paso. El segundo movimiento comienza y termina con un elegante intermezzo tipo minué; parece bastante arcaico y forma un buen ejemplo de credo musical de Brahms: contenido romántico en formas clásicas y barrocas. El trío habitual después del minué es de una naturaleza totalmente diferente, muy expresivo y con reminiscencias a Schumann. La Sonata concluye con una estricta, contumaz y arisca fuga (Allegro). La temática principal es casi idéntica a la de las fugas 16ª y 17ª de Kunst der Fuge’ de Johann Sebastian Bach y por consiguiente es otro de los homenajes musicales de Brahms al patrimonio barroco. El tema principal va acompañado de tres contratemas diferentes y la textura polifónica resultante suele ser muy compleja y exigente para los intérpretes.
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Sonata para Cello nº 2, CD 18 Sonata para Cello nº 2 en Fa mayor, op. 99 (1886) Su cada vez más intenso programa de conciertos llevó a Brahms a buscar la paz y la belleza en la campiña suiza durante los meses de verano. En el verano de 1886 permaneció mucho tiempo en la aldea de Hofstetten, cerca de Thun. En la rústica paz y hermosa naturaleza de Thunersee, Brahms, tras una interrupción de unos cuatro años, volvió a dedicarse a su género de música de cámara favorito. Además de la Sonata para Violín en La mayor op.100 y el Trío para Piano en Do menor op. 101, produjo también la Segunda Sonata para Cello en Fa mayor op. 99, una apasionada obra que fluctuaba entre el drama y la exuberancia. Dos notas, Fa mayor y Fa Sostenido mayor/menor luchan por la dominación. En el heroico primer movimiento, el cello inmediatamente se pone manos a la obra y queda abrumado por el turbulento e incluso sonido orquestal del piano. El desarrollo dramático es la nota oscura de Fa Sostenido mayor. En el delicioso Adagio affettuoso la relación tonal es exactamente lo contrario, la nota básica de Fa Sostenido mayor hace una extensa excursión a Fa menor. El movimiento abre y cierra con notas solemnemente punteadas en el violoncelo. Aquí, y en las tensadas cantilenas del cello, uno parece estar escuchando la música de uno de nietos de Beethoven. Un sombrío, carácter nocturno es en el fantasmagórico Scherzo . Un progresivo cromatismo nos recuerda vívidamente el final de la Tercer Sinfonía. El último movimiento de la Segunda Sonata para Cello parece estar sacado directamente de la tosca y rústica música folklórica. Estas son las bruscas aunque algo torpes alegrías de la vida como solamente Brahms podía plasmarlas en música. Clemens Romijn
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Sexteto para Cuerda en Sí bemol mayor, CD 19 CD 19 Sextetos para Cuerda Sexteto para Cuerda en Si bemol mayor, op. 18 Hacia el final de 1859, tres años después de la muerte de Robert Schumann, el ‘Neue Zeitschrift für Musik’ celebró su 25 aniversario. A pesar de que esta pionera revista había sido fundada por Schumann (quien inicialmente la llenó con sus escritos), ni su esposa Clara Schumann-Wieck ni el violinista Joseph Joachim ni el compositor Johannes Brahms, sus mejores amigos, fueron invitados a la celebración. No les consideraron miembros del ‘grupo’ porque no habían adoptado el estilo de la llamada nueva escuela alemana, cuyos ídolos eran Wagner y Liszt y que se habían servido de la revista ‘Neue Zeitschrift für Musik’ para convertirla en su principal propaganda. En enero de 1860 Brahms escribió a Clara Schumann: ‘Este plaga seguirá extendiéndose más y más y seguramente contribuirá para alargar más las orejas de burro de la audiencia y de los jóvenens compositores’. Poco tiempo después Brahms y Joseph Joachim firmaron una protesta-manifiesto que fue publicada en el ‘Berliner Echo’ en 1860, en la que afirmaban que las opiniones de la nueva escuela alemana se afirmó que las opiniones de la nueva escuela alemana eran totalmente contradictorias al esoíritu de la música. Reacciones y ataques burlescos por personajes como Wagner de repente hicieron comprender a Brahms lo vulnerable y aislada en que se había convertido su posición como compositor ‘conservador’. En lugar de unirse a los pioneros por razones de oportunismo, Brahms se dedicó cada vez más a la causa clásica. Si él hubiera imaginado que alguien como Arnold Schönberg, inventor de la dodecafonía y padrino de la música contemporánea le dedicaría un capítulo entero a Brahms años más tarde en su libro ‘Style y Idea’ bajo el título ‘Brahms el Progresivo’, y además Schönberg se encargó él mismo de orquestar el Cuarteto para Piano op. 25 de Brahms.
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Sexteto para Cuerda en Sol mayor, CD 19 Sexteto para Cuerda en Sol mayor, op.36 Durante el periodo del manifiesto Brahms compuso música de cámara de un gran atractivo orquestal: el Sexteto en Si bemol mayor op. 18, que data de 1860. El trabajo comienza con un agradable Allegro ma no troppo en el que el cello anuncia el primer melodioso tema, seguido rápidamente de nuevos y encantadores pensamientos. El movimiento es en forma de sonata y su rico desarrollo melódico recuerda a Schubert. Las seis fascinantes variaciones del Andante se basan en un tema folklórico. Después de un lúcido y compacto Scherzo, con ritmos de danza que recuerdan a Beethoven, y le sigue una atractiva Finale en forma de rondo. Los ritmos alegres y temas envolventes de este último movimiento se pueden considerar como un homenaje ‘moderno’ a Haydn. El Segundo Sexteto, el Sexteto en Sol mayor op. 36, fue compuesto en 1865 y forma la reacción musical al desgraciado compromiso entre Brahms y Agathe von Siebold, la hija de un profesor de la universidad de Göttingen a quien había conocido en 1858. Agathe poseía una voz igual que un ‘violín Amati’, y Brahms compuso al menos tres volúmenes de canciones para ella. Brahms escribió en su diario sobre sus largas caminatas Brahms escribió en su diario: ‘Me sentía extasiado, solo podía pensar en la música. Como todo siga así me alejaré y desapareceré sin dejar rastro, como los acordes musicales’. Cuando personas del círculo de Agathe empezaron a insistir en que hicieran público su compromiso, Brahms, se echó para atrás. Desde Leipzig, donde su Concierto para Piano en Re menor, op. 15 no había sido bien recibido, escribió a Agathe en 1859: ‘Te amo. Deseo volver a verte, pero no puedo comprometerme ahora. Escribíbeme y dime si puedo regresar y tomarte entre mis brazos’. Agathe se sintió insultada y rompió la relación pues lo único que deseaba era estar lo más lejos posible de Brahms. Tiempo después Brahms declararía a un amigo: ‘En aquel tiempo cuando me habría gustado a contraer matrimonio, mi música era recibida con silbidos y con hostilidad invitándome a abandonar el escenario. Personalmente podía aguantar todo porque conocía el valor de mi música y sabía que un día todo cambiaría para mejor. Pero si en ese momento hubiera tenido que enfrentarme a la afectada e interrogante mirada de una mujer que parecía decir “otro fracaso”, no lo habría podido soportar. Agathe a su vez ecribió una novela semi biográfica en la que dijo del carácter de Brahms: Él como todos los grandes genios pertenece a la humanidad... Ella nunca habría podido llenar su vida con su gran amor. 51
Sexteto para Cuerda en Sol mayor, CD 19 Siete años después de su fallido compromiso, Brahms aún albergaba sentimientos profundos hacia Agathe, tal y como se desprende del segundo tema el cual se basa en las notas A – G – A – H – E de su Sexteto en Sol Mayor op. 36, compuesto en 1865. Como un verdadero romántico, Brahms inmortalizó así este ‘inalcanzable amor’ en el melodioso movimiento de apertura del sexteto, en el que las dudas de su corazón sólo quedan expresadas en un sombrío pasaje menor, justo antes de la recapitulación. Al colorido Scherzo le sigue un melancólico Poco Adagio, tras el cual el Sexteto en Sol mayor concluye con una eérgica Finale: el conflicto aparentemente insoluble entare el lirismo y la rítmica energía queda finalmente resuelto en una animada coda. Wenneke Savenije
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Trío para Piano Si mayor, CD 20 CDs 20 + 21 Tríos para Piano + Trío para Clarinete CD 20 Tríos para Piano, op. 8 y 101 Trío para Piano en Si mayor, op. 8 Brahms compuso su Trío para Piano en Si mayor op. 8 en 1854 y lo firmó originalmente como ‘Kreisler junior’. Este era una referencia al ladino maestro de capilla Kreisler, personaje creado por el escritor romántico E. T. A. Hoffmann. Schumann dedicó su Kreisleriana op. 16 para piano a dicha figura. Esto no fue casual pues en su juventud Schumann y Brahms fueron grandes admiradores de E. T. A. Hoffmann, y ambos lograron capturar en su música los rasgos valientes, ingeniosos, apasionados y caprichosos del maestro de capilla de Hoffmann. El Trío para Piano en Si mayor op. 8 es una obra de juventud que Brahms revisaría 40 años más tarde. El animado tema principal del primer movimiento es lo primero que se escucha al piano, seguido del cello. Seguidamente todas las tres partes se hinchan en una combinación fraternal, vehemente y conmovedora como si el romántico maestro de capilla diera rienda suelta a sus fervientes emociones. El siguiente Scherzo, con sus sutiles ritmos de danza, es ligero como un hada, mientras que el Adagio se asemeja a una commovedora plegaria, alzándose sobre las adversidades terrenales. En el Allegro final, el joven Brahms regresa a la tierra en una intensa y bulliciosa expresión de alegría y sufrimiento.
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Trío para Piano en Do menor, CD 20 Trío para Piano en Do menor, op.101 “¡Qué pieza! ¡Totalmente brillante, que nos transporta con su inventiva, encanto y poética fuerza! ninguna otra obra me produjo tanto encanto’. Estas son palabras plamadas en el diario de Clara Schumann, que fue escrito el 20 de junio de 1887, poco tiempo después de que Brahms revelara al mundo su tercer (y último) Trío para Piano en Do menor, op. 101. Sin embargo la opinión de Clara no fue compartida por Tchaikovsky, quien no sentía ninguna admiración por él. La obra tan admirada por Clara fue compuesta durante el verano del año 1886, cuando Brahms disfrutaba de unas vacaciones en Thunersee en Suiza. La composición parece reflejar esta relajación. El primer movimiento, en forma de sonata, abre con firme acordes seguidos de un característico tresillo, que se convierte en el principal elemento coherente del movimiento. Este motivo se presta perfectamente para el tratamiento armónico y de contrapunto, tal y como aparece en la evolución, y con el que a pesar del toque frívolo, en su tono menor, es una sección bastante seria. El estilo armónico no va más allá de los límites del tiempo. La fuerza del movimiento de apertura radica en sus majestuosos temas y en el sutil tratamiento de la disonancia. Brahms escogió componer un moderado Scherzo como segundo movimiento, aunque evitó el nombre. Mediante una dinámica uniformidad y el fino y mate sonido de las cuerdas que crea un ambiente misterioso y mágico. En el tercer movimiento, Andante, el piano tiene la oportunidad de salir a la palestra, es su vez una introducción a la alegre finale; aquí Brahms no sólo traiciona su amor por el flolklore si no que consigue la fuerza demoníaco-expresiva de los cuartetos para piano. El apasionado Do menor da gradualmente paso al Do mayor, nota en la que la obra llega a su brillante final. Jos van der Zanden
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Trío para Clarinete, CD 21 CD 21 Trío para Clarinete + Trío para Piano nº. 2 Trío para Clarinete en La menor, op. 114 Dos obras maestras de Brahms para ‘Fräulein Klarinette’ estaban indirectamente inspiradas en el Quinteto para Clarinete de Mozart. Tal fue su entusiasmo tras conocer a Richard Mühlfeld, el primer clarinetista de la Orquesta Meiningen quien solía interpretar el intemporal quinteto de Mozart en las veladas de música de cámara, que decidió investigar, en el verano de 1891, la técnica y potencia tonal del clarinete. Muchos tardes con Mühlfeld dieron como resultado dos composiciones que ahora se encuentran entre las mejores del repertorio para clarinete del siglo XIX, el Quinteto para Clarinete op. 115 y el Trío para Clarinete op. 114. En noviembre de 1891 completó este último trabajo y el primero interpretado por amigos de Brahms, Mühlfeld y el violinista Joseph Joachim. El sonido del clarinete, descrito desde el principio como ‘cálido’, ‘suave y ‘tierno’, hizo que Brahms se refiriera a esta obra como ‘Fräulein Klarinette’; esta ternura queda plenamente explotada en el Trío para Clarinete. Los moderados tempos , abundante lirismo, ambiente melancólico y modulaciones expresivas sirven para acentuar y reforzar el color de este instrumento de viento, a pesar de que apenas juega un papel destacado como instrumento solistad. Aunque la obra es una oda al clarinete, Brahms, creó paridad entre los tres instrumentos, con el cello y piano compartiendo igualmente el material melódico. Esto es evidente en el comienzo, cuando el cello en lugar del clarinete anuncia un expresivo tema. Los diálogos posteriores quedan modestamente apoyados por el piano. Uno de los amigos de Brahms quedó tan impresionado que imaginó que ‘los dos instrumentos estaban enamorados uno del otror’, una descripción divertida del movimiento de apertura. El segundo movimiento es un triste y moderado Adagio con algunos rayos de sol ocasionales. El Scherzo es cuanto más exuberante, con un tema principal algo folklórico. El cello y el clarinete una vez más entablan un diálogo, alternando breves fraseos melódicos en un juego de preguntas y respuestas. La finale abre con un ardiente y apasionado espíritu; hay también un tiempo a la calma y composición homofónica mientras que la coda no es nada menos que una gran fiesta de sorpresas armónicas. 55
Trío para Piano nº. 2, CD 21 Trío para Piano Nº. 2 en Do mayor op.87 (1880) Brahms compuso el Trio para Piano en Do mayor en 1880 a una edad avanzada. Tras un apretado calendario de conciertos de invierno, necesitó unas vacaciones durante el verano de 1880. Para ellas, escogió Ischl, un elegante balneario cerca de Salzburgo, donde vienéses notables y amigos, tales como el temido crítico Hanslick y el rey del vals Johann Strauss iban a menudo a relajarse. Cuando no trabajaba Brahms también disfrutaba divirtiéndose, generalmente uniéndose a la familia Strauss para componer valses en un concurso entre el gran maestro de la música clásica y el gran maestro de la danza. La Obertura del Festival Académico y la Obertura Trágica fueron compuestas durante este período, un díptico con el que el compositor expresa algo presente en toda su música, la percepción que en cualquier tiempo feliz y sin preocupaciones la desventura puede llamar a la puerta. En Ischl Brahms también comenzó a componer su Trío para Piano Do mayor opus 87, aunque él no lo consideró listo para su publicación hasta 1883. La pieza guarda un perfecto equilibrio entre la rica fantasía y la minuciosa atención al detalle técnico. Una energía prevalece en el apasionado movimiento de apertura, las dos cuerdas presentan el caracterísico tema principal al unísono. Le sigue un lírico Andante con moto, rezumando con la nostalgia de la música folklórica húngara. Tras un fugaz Scherzo el trío para piano concluye con una enérgica Finale, revelando claramente el gozo y el placer que Brahms experimentado en el verano de 1880.
Wenneke Savenije
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Sonatas para Viola + Trío para Piano op. Posth., CD 22 CD 22 Sonatas para Viola + Trío para Piano op. Posth. Sonatas para Viola, op. 120 Ambas Sonatas para Viola op. 120 son arreglos del propio Brahms de sus dos sonatas para clarinete y piano. Compuestas en 1894, se presentaron en Viena por primera vez, poco después de haberlas finalizado. Fueron publicadas en 1895. La versión original de estas sonatas se puede encontrar en el CD 13.
Trío para Piano en La mayor, op. posth. Este trío estuvo perdido durante mucho tiempo. Se tiene la certeza de que Brahms lo terminó en 1853 poco después de haber entablado amistad con Robert Schumann. Pero no salió a la superficie hasta 70 años después de la muerte de Brahms. En 1924 la copia de un trío para piano de un compositor anónimo llegó a las manos del musicólogo Ernst Bücken en Colonia. Aunque fue interpretado un año después, Bücken tardó varios años en descubrir junto con el publicista y compositor Karl Hasse la verdadera identidad del autor de la obra. Ellos basaron sus conclusiones al comparar esta obra con el resto de los tríos para piano (en Si mayor) de Brahms a partir de 1853 y con sus primeras composiciones para piano. El trío fue finalmente publicado en 1938. Es posible que Brahms compusiera el Trío en La mayor durante el verano de 1851. En aquel momento estaba pasando un tiempo con la familia Deichmann y aquí llegó a familiarizarse con la música de Schumann, a la que llegó a adorar. Esto podría explicar la clara influencia de este compositor en el Trío en La mayor. Durante su estancia con la familia Deichmann Brahms solía intrepretar tríos con frecuencia y todo apunta que pudo haber estrenado este trío él mismo acompañado del violinista Joseph von Wasielewski y del violoncelista Reimers. 57
Sonatas para Viola + Trío para Piano op. Posth., CD 22 El primer movimiento, Moderato, está en forma estricta de sonata. El piano presenta el primer tema, inusualmente acompañado por el cello. A continuación la viola y el cello siguien desarrollando el tema. (El otro trío de 1853 (en Si op. 8) abre de forma similar). El segundo tema en Mi mayor es E importante, hace su entrada con el violoncelo para después tomar la viola el control. El piano hace una interrupción con una figura rítmica notable. Esto vuelve a suceder varias veces después en el movimiento. En el Vivace, un scherzo con un trío, el cello está especialmente presente en las frecuentes síncopas. El trío de este scherzo en Si mayor vuelve a surgir sorprendentemente en la repetición que es tratada casi como una variación. El tema rítmico del Vivace y la apertura del siguiente movimiento lento evoca al Trío para Piano en Si. El Lento está basado en dos temas, ambos repitiéndose varias veces. Uno es como una canción popular y el otro es más animado, ritmico y virtuoso. Los elementos de ambos se utilizan en la coda que cierra el movimiento.
Por último el Presto introduce dos temas que son muy típicos de Brahms. El primero es de contrapunto con pasajes de escalas simples, mientras que el segundo tiene una estructura rítmica más compleja y una variación más melódica. La sección de desarrollo y la coda se concentran principalmente en el primer tema al que ahora se han añadido elementos del segundo.
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Sonata para dos pianos, CD 23 CDs 23-33 Música para Piano CD 23 Sonata para dúo con piano, op.34b Brahms compuso el intenso quinteto op. 34 entre 1864 y 1861. Aunque Brahms había compuesto la versión original para quinteto de cuerda, no quedó contento con el resultado. No existen copias de esta versión. Posteriormente volvió a rehacer la pieza en sonata para dúo con piano, grabación que se encuentra en este CD. El público no recibió bien esta composición y Brahms volvió de nuevo a trabajar en la obra y la misma música terminó siendo un quinteto para piano (op.34 grabación presente en el CD 16), su forma definitiva y más convincente. La persona a quien fue dedicada esta versión de dúo con piano fue la Princesa Ana de Hesse.
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Música para dúo con piano, CD 24 CD 24 Variaciones sobre un tema de J. Haydn, op.56b Variaciones sobre un tema de ‘J. Haydn’, St. Anthony Chorale, Op. 56b, para dúo con piano. Brahms, como Beethoven, fue un maestro de la forma de variación. Este dominio es el producto de una mente nacida con la habiliadd para pensar sinfónicamente. Una mente capaz de exprimir hasta la última gota de una frase musical o de una melodía. Parte del bagaje del estudioso de las variaciones radica en la habilidad para reconocer en un tema esa calidad que permite un examen profundo y constructivo y que responde al examen desde muchos ángulos diferentes, y en amplios estados de ánimo opuestos. Aparte de las tres sonatas para piano, las más prominentes de las primeras obras para piano de Brahms fueron, de hecho, grupos de variaciones. Las Variaciones sobre una Canción Húngara (1853) y las Variaciones sobre un Tema Original (1857) se publicaron juntas en 1861 como op. 21, y de los dos grupos de variaciones sobre temas de Schumann, op. 9 de 1854 y op. 23 opus de 1861, ésta última para piano a cuatro manos. Otros grupos de variaciones fueron creados sobre temas de Handel (op. 24, de 1861) y Paganini (op. 35, de 1862-3). Con esta amplia experiencia a sus espaldas Brahms vió inmediatamente las posibiliadades de las variaciones cuando en 1870 se topó con una simple y popular coral en una Feldpartita en Si bemol para instrumentos de viento, que hasta hacía poco se consideró que pertenecía a Joseph Haydn. En aquel tiempo, a principios de 1870, Brahms dudaba de su fuerza cuando componía sólo para orquesta. Sus dos Serenatas y el Primer Concierto para Piano le dieron mucho trabajo y su Primera Sinfonía le había estado rondando por la mente durante muchos años (de hecho, no salió a la luz hasta 1876), de modo que utilizó la vieja coral como ejercicio de orquestación (esta versión se puede encontrar en el CD 4) además de escribir la partitura para dos pianos. El tema original, titulado Chorale St. Antonii, formó el Segundo movimiento de la Partita para orquesta de viento y el compositor, quien quiera que fuera, utilizó nuevamente, de forma variada, para realizar su finale. 60
Música para dúo con piano, CD 24 De las dos versiones de Brahms, el op.56a para orquesta y el op.56b de dúo para piano, ambas compuestas a finales del verano de 1873 during una visita suya a Tutzing cerca de Munich, parece muy probable que fue la la parte del piano la que completó primero, quizás fuera concebida puramente como boceto de una partitura orquestal más ambiciosa hasta que Brahs se dio cuenta que tenía mucho éxito tal y como era y la versión para teclado se ha convertido en una de las obras más queridas de Brahms. Aunque la autoría de la Feldpartita es muy dudosa, la estructura del tema muestra el tipo de irregularidad que Haydn hubiera compartido. La primera sección se ajusta a frases de cinco compases y la segunda a un formato de tres grupos de cuatro compases cada uno y una codetta de siete compases; estas dos secciones vuelven a repetirse. Brahms no solo ofrece el tema exactamente igual a como era originalmente (excepto por el cambio de instrumentación) si no que respeta fielmente la duración de las frases en cada una de las ocho variaciones e incluso cuando las frases se fusionan de alguna manera, como en las variaciones VI y VII, el número correcto total de los compases se cumple estrictamente. Es evidente que Brahms dio prioridad al contraste desde que agrupara sus variaciones en pares con cambios de ánimo decisivos en cada una de ellas. Después de que el tema de St. Anthony se anunciara, las dos primeras variaciones tenían el aspecto enérgico del primer movimiento de una sinfonía. Les siguieron las variaciones III y IV, suaves e introspectivas respectivamente, como si tomaran el lugar de un movimiento lento. Las Variaciones V y VI eran rápidas, una parecida a un scherzo y la otra tormentosa y austera. Después siguió el contraste mayor de todos causado por el enfático ritmo de la VI dando paso a un mágico Siciliano en 6/8 (Variación VII) que se empareja con la Variación VIII, un episodio misterioso preparándose con expectación para la finale. El tema original, ahora transformado en un basso ostinato, fluye por una gran parte de la finale a la vez que la emoción lentamente se acrecienta. Emerge triunfante al final de una espléndida confirmación de la clave principal. La exultante composición anuncia el comienzo de la alegre conclusión de la Obertura del Festival Académico, siete años más tarde.
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Diecieséis Valses, op.39, para dúo con piano, CD 24 Dieciséis Valses, op. 39, para dúo con piano Brahms nació y creció en Hamburgo y mostraba esa reserva y seriedad del típico alemán del norte; aunque no por ello se cerrara a las influencias musicales que venían del sur. Al principio desarrolló una preferencia, que nunca le abandonó, por el oscuro color y la impetuosidad rítmica de la música popular húngara, y ya en 1848, cuando tenía 15 años interpretó su primer concierto en Hamburgo con su Fantasía basada en la música de un popular vals. La época vibraba al ritmo de los valses de Franz Schubert, Michael Palmer, Josef Lanner, y Johann Strauss el Viejo. “En Viena”, declaró Chopin, “Strauss y sus valses borran a cualquiera.” Durante el verano de 1859 en una visita a Viena Brahms conoció de primera mano esta música despreocupada, natural, calmada, relajada y alegre a través de una dama, Bertha Porubsky, que tipificaba el gemütlich carácter vienés y cantó para él sus canciones favoritas. Tres años más tarde, otra dama de Viena, Luise Dustmann-Meyer, que participó como cantante en el Festival de Colonia durante la estancia de Brahms, le confirmó que el encanto de Bertha había sido la excepción que confirmaba la regla en la capital austríaca. Luise le cautivó de igual manera, y ella le habló de su ciudad con tanto afecto que Brahms decidió hacerle una visita o incluso trasladarse a vivir allí. Esta resolución se vio reforzada cuando sus amigos Joseph Joachim y Clara Schumann le detallaron a grandes rasgos la belleza de la ciudad y su campiña y también le hablaron de las oportunidades artísticas que podía encontrar allí. En septiembre de 1862 partió para Viena, portando cartas de presentación escritas por Clara para varias personas influyentes de Viena. Brahms no tardó en acostumbrarse a la hospitalaria capital austríaca; tanto, que unos meses después le ofrecieron un puesto importante como director en la Singakademie. De ahí en adelante, aparte de sus frecuentes viajes de conciertos, Viena se convirtió en su hogar, y en el lugar de su descanso final. En enero de 1865 Brahms había asimilado totalmente el ambiente de la ‘Ciudad del Vals’ y produjo su propio conjunto de 16 valses para dúo con piano que fueron dedicados a su amigo Eduard Hanslick, el crítico musical alemán que también terminó yendo a Viena. Fueron publicados dos años más tarde en versiones paralelas para uno o dos pianistas. A 62
Diecieséis Valses, op.39, para dúo con piano, CD 24 diferencia de las Variaciones “Haydn” para dos pianos, la versión de dúo con piano es ligera y llena de espontaneidad y alegría, más atractiva y relajada incluso que las primeras serenatas orquestales, y totalmente opuesta a las serias sonatas para piano. El opus 39 pasa de forma romántica por varias notas exóticas que tienden a convertirse en más sencillas a medida que progresa, como si Brahms estirara deliberadamente las posibilidades tonales del vals en la mayoría de los primeros ocho bailes, hasta llegar a sentirse más satisfecho con tonalidades menos desafiantes después. Además, la superficie, aparentemente inocua de la obra, oculta un mundo de habilidades técnicas: prestar atención especial al doble contrapunto del vals final. Hay vínculos sutiles entre los valses como, por ejemplo, cuando el nº 15 vuelve al ritmo del nº 3, donde el primo había presentado un ritmo sincopado suave por encima del enfoque más literal del secondo. Por dos veces, el secondo es obligado a seguir el ritmo del primo en el nº 3, mientras que en el nº 15, permanece inamovible. A pesar de esto y otras conexiones, a Brahms le preocupaba el contraste, igual que en sus variaciones, y los Dieciséis Valses forman parte de una entidad variada y muy satisfactoria.
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Variaciones sobre un Tema de Robert Schumann, op.23, para dúo con piano, CD 24 Variaciones sobre un Tema de Robert Schumann, op. 23, para dúo con piano Hay pocas historias más conmovedoras en la historia de la música que la que se refiere a la amistad entre Robert Schumann y Johannes Brahms. Schumann, 23 años mayor que Brahms, fue su apoyo mientras luchaba por establecerse. Por supuesto que el entusiasmo mostrado por Brahms por las influyentes composiciones de Schumann contribuyó al éxito de este joven hombre. Después, mientras su mente iba inexorablemente hacia el trágico colapso total de febrero de 1854, Schumann supo que la amistad y simpatía de Brahms era verdadera y en los momentos de remisión de su locura, le reconfortaba pensar que su esposa Clara sería consolada en su aflicción por la desinteresada devoción y fortaleza del joven compositor. En noviembre de 1861, cinco años después de la muerte de Schumann, Brahms compuso sus Variaciones para dos pianos, op. 23. El tema que eligió ha sido sujeto de muchas historias extraordinarias de intervenciones sobrenaturales. La primera vez sucedió en el movimiento lento del Concierto para Violín en Re menor de Schumann, una de las últimas obras que completó. Parece ser que el compositor prestó a Joseph Joachim este concierto, quizás para llevar a cabo sugerencias o correcciones antes de su estreno. Schumann que debió olvidarse de la obra hasta que un día, poco antes de su depresión nerviosa, el tema volvió a pasarle por la mente, inspirado, según aseguró por los espíritus de Mendelssohn y Schubert. Las Variaciones de Brahms llegaron a ser publicadas por Peters, como variaciones basadas en el tema de Schumann ‘Geisterthema’ (‘Tema de los Espíritus). Los espíritus estuvieron en activo hasta 1933, cuando un vidrio en movimiento alegó que estaba siendo guiado por el espíritu de Schumann y Joachim, llevando finalmente a los investigadores hasta la Librería Estatal de Prusia de Berlín donde el hasta entonces desconocido Concierto fue descubierto. Esa es una de las historias, creíble o no, que la gente decida. Estas Variaciones fueron la primera música que Brahms compuso para dos intérpretes en un piano. Fueron dedicadas a tercera la hija de Schumann, Julie, de 16 años por quien Brahms sentía un grandísimo afecto. El tema en Mi bemol, que Brahms marcó como Leise und innig (“dulce e íntimo”), se compone de dos partes de 16 y 12 compases respectivamente, siendo la segunda parte una repetición. Este formato, en general, se sigue en las primeras nueve 64
Variaciones sobre un Tema de Robert Schumann, op.23, para dúo con piano, CD 24 variaciones, excepto en la segunda parte que ocasionalmente se amplía en un compás (números 1,4 y 5). Como final Brahms transforma el tema en una emotiva marcha fúnebre en memoria de su amigo muerto. *Ver Horizons of Immortality, de Erik Palmstierna, Constable, 1937
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Danzas Húngaras para piano a cuatro manos, CD 25 CD 25 Danzas Húngaras, para piano a cuatro manos Danzas Húngaras, para piano a cuatro manos Brahms compuso sus Danzas Húngaras en tres versiones. La primera, la original, es la versión a cuatro manos en un piano, grabación que se encuentra aquí. En el CD 6, que contiene la versión orquestal, se puede encontrar más información sobre estas danzas. Brahms también hizo arreglos a las Danzas Húngaras para un único pianista. La grabación de esta versión se encuentra en los CDs 32 y 33 (con 10 y 11 danzas respectivamente).
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Sonata para Piano en Do mayor, op. 1 + Scherzo en Mi bemol op.4, CD 26 CDs 26 + 27 Sonatas 1-3 + Scherzo op. 4 + Valses op.39 La música para piano de Brahms constituye dos secciones que empiezan con las Tres Sonatas, las Cuatro Baladas y un Scherzo (Op.4) un tanto largo. El grupo central consiste de piezas compuestas entre 1854-73 e incluye una gran mayoría de las piezas más técnicas. El grupo final consiste de sus últimas obras, algunas, las obras individuales más impresionantes de toda su producción, entre las que se incluyen las indudables obras maestras de los Opus 116 al 119. Sonata para Piano nº 1 en Do mayor, op.1 Robert Schumann escribió, en su último ensayo para la revista Neue Zeitschrift für Musik (Octubre de 1853), ‘sentado al piano’ un día de otoño, Brahms nos dio a conocer ‘paisajes maravillosos [...] su dominio en la interpretación [...] la transformación del instrumento en una orquesta de voces de duelo o júbilo. Eran sonatas o quizás sinfonías enmascaradas [...] piezas separadas para piano, en parte, de naturaleza diabólica bajo una forma muy atractiva [...] rugiendo como un torrente; las reunió todas en una cascada que alumbraba un arco iris sobre las furiosas olas, cayendo en las orillas donde revoloteaban mariposas y las voces de los ruiseñores iniciaban sus trinos.’ Aunque es contemporánea a la Sonata en Si menor de Liszt (al que Brahms había medio escuchado interpretar en Altenburg, en Weimar en June 1853) tiene una línea estructural y estética muy diferente. La Primera Sonata (Hamburgo 1852-53) es un desafiantemente clásico y grandioso alegato Beethoveniano, que guarda relación con la sonata Waldstein (una de las habituales en el repertorio de Brahms de aquella época) y la Hammerklavier (la postura y ritmo de su idea para la apertura). La Fantasía Wanderer de Schubert puede que también aceche en un Segundo plano. Sus movimientos extremos, temáticamente conectados (el concluyente rondo, según el compositor, estaba inspirado en uno de los poemas de Burns favoritos de Schumann, ‘Mi corazón está en las Tierras Altas’) engloban un conjunto de variaciones sobre una vieja canción juglar alemana y ‘románticamente coloreada’ por Anton Zuccalmaglio, Verstohlen geht der Mond auf (‘The moon steals upwards, blue, blue, little bloom’, en Do menor/mayor), y el turbulento martilleo en 6/8 da capo scherzo (en Mi menor) contrasta con un trío en ¾ ascendente en Do, più mosso. 67
Sonata para Piano en Do mayor, op. 1 + Scherzo en Mi bemol op.4, CD 26 Diseñada más de una vez con el aire lastimoso del movimiento lento, Brahms la recordó cuarenta años después poco antes de la publicación de sus Deutsche Volkslieder (Canciones Populares Alemanas) en junio de 1894. ‘Alguna vez se le ocurrió ‘, escribiría a Clara Schumann, ‘que la última de mis canciones viene en mi opus 1 [...] Podría representar a la serpiente que se muerde la cola, es decir, para expresar simbólicamente lo que cuenta la historia, cerrando el círculo...’ La Sonata en Do mayor fue publicada bajo recomendación de Robert y dedicada a Joachim. Como Brahms expresó le debía su ‘ciudadanía del mundo’. Scherzo en Mi bemol, op 4 A Liszt no le gustó el Scherzo en Mi bemol menor con dos tríos (Hamburgo 1851). Pero a Clara sí. ‘Asombroso […] lleno de imaginación y de ideas gloriosas.’ Los scherzos de la sonata de Beethoven, los tres primeros de Chopin (a pesar de que Brahms tenía un gran desconocimiento de ellos), el canon estilo Schumann y una cita recurrente de la Obertura del Hans Heiling de Marschner (1832) han generado las dinámicas creativas.
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Sonata para Piano en Do mayor, op. 1 + Scherzo en Mi bemol op.4, CD 26 CD 27 Sonatas para Piano nº 2 y 3 Sonata para Piano nº 2 en Fa sostenido menor, op. 2 La Segunda Sonata Sturm und Drang (Tormenta e ímpetu) se la dedicó a Clara (Hamburgo, noviembre de 1852). Presenta una ‘fantástica y salvaje’ combinación de adornos dramáticos y ensoñaciones poéticas contra un lienzo de emociones de alto voltaje y de un pianísimo leonino, improvisado y exultante arabesco. Una especie romántica de sonata clásicamente instruida quasi una fantasia según el entendimiento de Beethoven/Schubert; los movimientos centrales en Si menor – un conjunto de variaciones sobre una canción juglar alemana, Mir ist leide (‘It makes me sad, that winter has bared the wood and heath’); y un scherzo que evoluciona cíclicamente en 6/8 (con repeticiones variadas y un sonoro trío en Re mayor) – están vinculados para formar un todo. ‘Tu Segunda Sonata, querido amigo,’ escribió Robert Shumann el 20 de marzo de 1855, ‘ha conseguido una vez más acercarme a ti [...] Vivo en tu música, un movimiento tras otro, los cuales puedo interpretar más o menos de inmediato y lo ofrezco como acción de gracias. Me gustó desde el principio, todo el movimiento – nunca ha habido nada parecido. El andante, estas variaciones y después como culminación todo el scherzo, todo es tan diferente del resto. Y la finale, ese sostenuto [Introducción], la música al principio de la segunda parte [desarrollo], el animato y la conclusión – en pocas palabras y sin más dilación, una merecida corona de laureles para este Johannes, al que elogian desde lugares desconocidos’. ‘Mi más sincero agradecimiento por tus sentimientos sobre mi Sonata en Fa sostenido menor,’ le respondió Brahms una semana después. ‘Afortunadamente para ti que escribiste que algunos hombres (tú entre ellos) solían descubrir estrellas donde otros solamente veían bruma – y donde posiblemente solo haya bruma.’
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Sonata para Piano nº 3 en Fa menor, op. 5, CD 27 Sonata para Piano nº 3 en Fa menor, op.5 Completada en plena calentura tras el primer encuentro del joven Brahms con Schumann, Clara y Joachim. La Tercera Sonata (Düsseldorf 1853) – en clave de Fa menor, lo que Neuhaus llamaba ‘pasión humana, más terrenal’ – es una ‘sinfonía velada’ de erupción y éxtasis, el desafío de un ‘águila joven’ nacida de la musculatura Beethoveniana. El plano de sus cinco movimientos sugiere una partita barroca. La forma de sus movimientos extremos (el primer reverberante opus 1, incluida la repetición de la exposición; la última alusión en su tema lírico al motto FAE de Joachim – ‘Frei aber einsam,’ ‘Libre pero solitario’) recuerda el clásico diseño de la sonata y rondo. Durante el impulso de su scherzo ‘Clarascale’ colocado centralmente, la reminiscente temática de la giga basada en la Tercera Suite Inglesa de Bach (y también la finale del Trío para Piano en Do menor de Mendelssohn), y sus primeros intentos con el género triunfalmente consumados. En sus dos movimientos lentos – uno, una canción sin letra en tonos mayores y el otro un intermezzo en tono menor – recuerda a Schubert y atrae al romanticismo crepuscular de los ciclos de últimas piezas múltiples; aunque sutilmente comparada, la música carece de programa manifiesto. Pero un amor ascendente es sugerido en las líneas de Sternau prologando el Andante en Re bemol: ‘Cae el crepúsculo, centellea la luz de la luna, y dos corazones enamorados se unen en un abrazo de felicidad absoluta’. Y el amor convertido en ceniza parece ser el lamento del Rückblick (‘Recuerdo’) en Si bemol menor – una triste transformación del Andante realzado por los tambores amortiguados de un funeral.
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Variaciones y fuga sobre un tema de Handel, CD 28 Ciclos de Variaciones, CDs 28 + 29 Variaciones y Fuga sobre un tema de Handel en Si bemol mayor, op. 24 (1861) ‘Con un tema y variaciones, solamente el bajo significa algo para mi. Si hago alguna variación en la melodía, no puedo ser más ingenioso para que sea atractiva.’ Incandescente, noble, y pianísticamente, el ejemplo más poderoso de la inventiva de los de su clase desde las Variaciones Goldberg de Bach y las Variaciones Diabelli de Beethoven. Las Variaciones sobre un tema de Handel (Hamm 1861) fueron compuestas como regalo de cumpleaños para Clara – la anónima ‘liebe Freundlin’ del manuscrito – quien las interpretó por primera vez en Hamburgo el 7 de diciembre de 1861. Richard Specht, anterior biógrafo de Brahms, las imaginó guardando semejanza a ‘una serie de retratos de los grandes maestros’, ‘una estructura sencilla con un gran arco coronado por una gigantesca fuga, y lanzada con una fuerza aterradora, con una voz por encima de otra, irrumpiendo al final en un desesperado e imprudente júbilo, ese que uno se imagina ante la precipitosa caudal de un rio en la montaña’. Basadas en el Aria binaria de la Novena Suite de Handel, HWV 434 (1733), las 25 variaciones (v, vi, xiiii, xxi en tono menor), fundamentalmente cumplen con el esquema armónico y la estructura periódica del tema, y ensaya intensamente un cosmos entero de hechos diversos y emociones. Desde la práctica barroca, pasando por la lógica Beethoveniana, la ‘variación de carácter’ estilo Schumann’, el siciliano italiano, la retórica magiar, la persecución à la chasse, los estudios y escenas de ópera, hasta las viejas cajas de música estilo Biedermeier, el estruendo de vientos tormentosos, el clamor de campanas luteranas y la base de los puntos de pedales del órgano. Tempos diferentes y grupos que apuntan a una interesante sub-estructura.
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Variaciones sobre un tema de Paganini en La menor. Estudios op.35, Libro I y II, CD 28 CD 29 Variaciones, continuación Variaciones sobre un tema de Paganini en La menor. Estudios op.35, Libro I y II (1862-63) Inicialmente fueron interpretadas por el propio Brahms en Zürich el 25 de noviembre de 1865, defendidas por Tausig y admiradas por Liszt, las Variaciones Paganini (Viena 1862-63): Están basadas en el célebre Capricho 24, que cierra el Op.1 de Paganini (c 1805), y consolidaron al estudio-variación como dualidad romántica. Los dos libros independientes aunque conectados entre sí constan de 14 estudios cada uno, abordando todos y cada uno de los aspectos de la trascendental y moderna técnica de piano ‘ironframe’, especialmente a gran velocidad. Variaciones Hexen (Witch), solía llamarlas Clara. Los momentos de calma que hay (Libro I, xi-xiii; Libro II, iv, xii-xiii – reflejan ampliamente la clásica idea de relajación antes de la finale) llevan hasta algunas de las páginas más nostálgicamente bellas de Brahms. Tan impositivas mecánicamente como las Variaciones Handel musicalmente o las de Schumann espiritualmente, las Variaciones Paganini fueron percibidas por Tovey hace más de un siglo como ‘el conjunto de variaciones más brillantes que haya podido ocupar su lugar entre las verdaderas obras de arte’. Externamente demuestran afecto hacia los reyes de la interpretación de la era Romántica. Internamente, atienden a cuestiones más perdurables. Brahms el virtuoso público enfrentándose a Brahms el artista privado, esa es la paradoja y la fascinación. Crueles e implacables, necesitan un tiempo para asentarse. ‘Ignaz Friedman dijo ‘Si alguien las puede interpretar perfectamente antes de un año, le irá muy bien.’
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Variaciones sobre un tema de Robert Schumann en Fa sostenido menor, op 9, CD 29 Variaciones sobre un Tema de Robert Schumann en Fa sostenido menor, op. 9, 1854 Ninguna otra pieza resume mejor el eterno triángulo entre Brahms y los Schumanns como estas íntimas Variaciones, opus 9 (Düsseldorf 1854) - ‘Pequeñas Variaciones sobre un tema de él, dedicado a ella’. Brahms le envío una copia a Robert al manicomio de Endenich. ‘Mi queridísimo amigo: ¡Qué gran alegría me han proporcionado tus Variaciones! [...] ¡Qué tiernas, qué originales, qué magistral expresión, y qué ingeniosas son todas ellas! [...] Y además ¡qué variedad más maravillosa! La 3ª, la 4ª, la 5ª, la 6 con esos retrocesos en la segunda parte. ¡Y la 9ª, qué belleza de formas; la 10ª [Re mayor], como rebosa en arte, qué dulzura; qué forma individual y delicada en la 11ª [implicaba Sol mayor, aunque sin el acorde de esa nota nunca oída], y de qué manera más ingeniosa se una con la 12ª! Después la 13, con sus dulces tonos metafísicos, y a continuación el andante, con ese canon tan ingenioso y artístico, y la 15ª en Sol bemol mayor [otro canon], la 16ª [sobre un bajo transformado de Schumann] maravillosamente y dichosamente finalizando en Fa sostenido mayor [...] Escríbeme; Estaré encantado. Tu ferviente admirador y amigo, Robert.’ ‘Para el que sabe escuchar,’ es un laberinto de alusiones, de amistad y autobiografía; la obra brilla con códigos estilo Schumann e identidad con Clara. Su selección del tema (Bunte Blätter opus 99/4 [Albumblätt no. 1, 1841]) – ese triste aforismo que la propia Clara había utilizado el año anterior para sus Variaciones opus 20, compuestas para el cumpleaños de Robert -, no fue por casualidad. Como tampoco fue el argumento secundario del Romance opus 3 de su juventud dedicado a Robert en 1833, un extracto de su Impromptus opus 5 sobre un Tema de Clara Wieck. En la coda de sus variaciones ella lo vuelve a recuperar. Al completar su décima variación que junto con la undécima, añadida separadamente el día del santo de Clara, (‘Las rosas y heliotropos están en flor’ es el enigmático titular del manuscrito) Brahms desvela el secreto en la voz media de la textura. El resto de referencias y citas solo añaden nuevas dimensiones. Aunque esencialmente son muy de estilo Schumann en la partitura manuscrita desvela también la identidad (en honor a los ojos de Clara) de algunas de las variaciones según su vacilante ánimo, carácter y tempo: las más líricas (iv, vii, viii, xi, xiv, xvi) están firmadas como ‘B’[rahms] (y corresponden a Eusebius), las más ardientes (v, vi, ix, xii, xiii) ‘Kr’[reisler] (Florestan, su alter ego) en honor a la creación de Hoffman ‘Kapellmeister Johannes Kreisler’, tan apreciada por Robert. 73
Variaciones sobre una Canción Húngara en Re mayor, op. 21 no. 2, CD 29 Variaciones sobre una Canción Húngara en Re mayor, op. 21 noº2 (? 1853-54) ‘La forma de Variación,’ -declaró Brahms a Joachim en junio de 1856-, ‘debería ser más restringida y pura. La regla de los viejos compositores era seguir estrictamente al bajo en el tema. Beethoven cambió la melodía, la armonía y el ritmo de forma maravillosa […] que muchos compositores modernos (incluidos nosotros) tendemos, no sé como explicarlo, a preocuparnos demasiado del tema. Nos aferramos nerviosamente a la melodía, pero no sabemos manejarla con libertad; realmente no hacemos nada nuevo con ella, simplemente la sobrecargamos’. Dedicatoria en la partitura manuscrita para ‘Mi mejor amigo’ – Clara, las estrenó en Leipzig el 8 de diciembre de 1860 – las notables y expresivas Variaciones sobre un Tema Original (1856-57) presentan a Brahms, en un humor como Bach-Beethoven, con distintos temperamentos, desde el reflexivo pasando por el marcial hasta llegar al imaginativo y permanente reposo. La moción opuesta que acompaña al canon de la quinta ‘división’ es una proeza admirable. Dotadas de un sabor popular, las Variaciones sobre una Canción Húngara (c 1853/54) desarrollan un tema, métricamente irregular, y de procedencia incierta. Como anticipándose a los interrogantes y divagaciones tonales de todo el Op. 9, las seis primeras variaciones son en tono menor en lugar del esperado mayor. Asimismo, el doppio movimento ‘friss’ de la 13ª ofrece un giro inusual en su sección central. © Ates Orga 2004
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Balladas, op 10, Piezas para Piano op. 76, Rapsodias op.79, CD 30 CD 30 Ballades opus 10, Piezas para Piano opus 76, Rhapsodies opus 79. Baladas, op. 10 Las Cuatro Baladas (opus 10) fueron compuestas en 1854, el año que Schumann intentó suicidarse por primera vez, aunque la influencia de la interpretación de Clara podría estar reflejada en alguna parte, las obras están dedicadas al amigo de Joachim, el director de orquesta Julius Grimm. La primera de ellas es un Andante en Re menor basado directamente en un sangriento poema escocés. Las tres piezas siguientes no tienen ninguna conexión literaria y consisten de un Andante en Re mayor, seguido de un Intermezzo ternario y finalmente de un sereno Andante en Si menor. Klavierstücke (Piezas para piano), op.76 + Rapsodias, op.79 Las Piezas para Piano (Klavierstücke) y las Rapsodias de este disco son obras maduras que Brahms compuso tras finalizar la primera de sus cuatro grandes sinfonías. Las Piezas para Piano, op 76, llamadas así, fueron publicadas en 1878, en dos libros durante las vacaciones de verano de Brahms en el lago Pörtschach al sur de Austria; se componen de conjuntos opuestos de cuatro Capriccios y cuatro Intermezzos. Un año más tarde, de nuevo de vacaciones en el lago, Brahms compuso sus dos Rapsodias (Opus 79), la primera, una emanación de romanticismo y la segunda una pieza clásica en forma de Sonata.
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Piezas para Piano, Op. 116, 117, 118 y 119, CD 31 CD 31 Piezas para Piano, op. 116, 117, 118 y 119 Piezas para Piano, op. 116, 117, 118 y 119 La música para piano de Brahms forman tres secciones que empiezan con las tres Sonatas, cuatro Baladas y un Scherzo (op.4) bastante extenso. El grupo central consiste de piezas compuestas entre los años 1854-73 e incluyen la mayor parte de las piezas más técnicas. El grupo final lo forman sus obras tardías, algunas obras individuales más impresionantes de todos sus trabajos, incluyendo a las indudables obras maestras, Op. 116 al 119. Estas obras son generalmente más de carácter contemplativo que las piezas tempranas, aunque en algunos momentos, hay elementos desprovistos de heroísmo y drama. Las siete Fantasías forman el opus 116; son realmente notables pues constituyen una única obra vinculada, asociada relacionada por el intervalo de tresillos descendientes que sugieren una Sonata de siete movimientos. Brahms compuso esta obra en 1892 durante su estancia en Bad Ischl y el título oficial de la serie da a entender tres Capriccios y cuatro Intermezzos. El grupo abre y concluye con tormentosos Capriccios, ambos en Re menor mientras que las secciones centrales van desde Mi bemol, Mi y Mi menor formando así la estructura ternaria (A-B-A) tan satisfactoria. Los tres grupos finales de piezas de este disco datan también del año 1892, un año tan lleno de inspiración. El Opus 117 consta de tres Intermezzos reflexivos y contiene parte de la música más accesible y bella que Brahms pudo componer para un instrumento solo. El siguiente grupo, el Opus 118, etiquetado simplemente como Piezas para Piano (igual que el Op.76 del anterior grupo) consta de cuatro Intermezzos, una Balada y un Romance y aunque la obra es predominantemente lírica, se detectan exigencias técnicas severas en el Intermezzo en Mi bemol final, y también una profunda pasión en la pieza de apertura que contrasta con algunos momentos, como las tristes frases del emotivo segundo Intermezzo en La mayor. Por último, el opus 119, un grupo de piezas que consta de tres Intermezzos y una Rapsodia, el tributo final para su amiga pianista y fuente de inspiración Clara Wieck. David Doughty 76
Pianostudies, CD 32 CD 32 + 33 Piezas variadas para Piano Danzas Húngaras para piano solo números 1-10 (CD 32) + 11-21 (CD 33) La versión para piano solo fue publicada inicialmente en 1872 y presenta una impresionante variedad de exigencias para el instrumentista, con colores vivos orquestales y de los instrumentos populares, y un poder extremo y ‘leggiero’ (ligero). De principio a fin la música se encumbra por su brillantez y vitalidad rítmica, contrastando a veces con la grandeza y el humor, y a veces imitando el tremolando de un cimbalon, y a menudo empleando gradualmente efectos zíngaros como los apasionados crescendos.
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Cinco Estudios para Piano, CD 32 Cinco Estudios para Piano Brahms realizó un cierto número de arreglos para piano de obras de otros compositores, principalmente con el fin de desarrollar y mejorar su propia técnica pianística. Estas cinco adaptaciones de la música de Chopin, Weber y Bach fueron publicadas como un conjunto en 1879. Estudio de Chopin El Estudio sobre Chopin en Fa menor, op. 25 nº 2 presenta una sencilla y decorativa melodía rápida, en suaves tresillos y acompañamiento ondulante. Como si esto no fuera poco, Brahms dobla la melodía con sextos y tercios, mientras la mano izquierda de acompañamiento permanece prácticamente sin cambios. Rondo (Perpetuum mobile) de Weber Algunos de los arreglos de Brahms sirvieron para desarrollar la fuerza y flexibilidad de la mano izquierda de los pianistas y el Rondo de Weber es un fino ejemplo de ello. La mano izquierda tiene a su cargo 14 páginas de semicorcheas continuas, mientras que la mano derecha interviene solamente como ayuda en unas pocas líneas. Por otra parte, la mano derecha se ocupa de sus propios efectos pirotécnicos, proporcionando la base rítmica, a menudo cruzando al otro lado y a veces estallando en virtuosas semicorcheas. Presto de Bach – versiones 1 y 2 Estos dos verdaderos estudios para virtuosos son el doble del presto original de Bach con una línea instrumental exactamente igual. La segunda versión cambia de lugar las dos ‘voces’ de la primera versión, con los ajustes adecuados según su posición en el piano. La técnica que Brahms intenta conseguir aquí es el desarrollo de la coordinación exacta, de la independencia e igualdad entre las dos manos.
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Cinco Estudios para Piano, CD 32 Chaconne de Bach, transcrita solo para mano izquierda La Chaconne de la Partita nº 2 en Re menor de Bach para violín solo, es una de las piezas más monumentales del repertorio barroco para violín. Brahms sentía que el único camino para combatir su complejidad y virtuosismo técnico era la realizar adecuadamente una transferencia al piano siempre que se fuera a interpretar solamente con la mano izquierda. También le serviría para continuar con sus estudios y transcripciones para el fortalecimiento de la técnica para mano izquierda. Aparte de los ajustes hechos a la música en los niveles medios y bajos del piano, la transcripción se ha seguido fielmente de acuerdo con la original de Bach.
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Piezas variadas para piano, continuación, CD 33 CD 33 Piezas variadas para piano, continuación Como joven alumno de Eduard Marxen, a quien dedicó su Concierto para Piano en Si bemol, Brahms se sumió totalmente en la música de J. S. Bach, compositor cuyas obras estaban siendo descubiertas de nuevo por los músicos de la época. Influenciado por el ejemplo de Bach, Brahms probó a componer una serie de movimientos cortos de danza de estilo barroco. Las Dos Zarabandas fueron compuestas en febrero de 1855 y publicadas en 1917. Aquí Brahms utilizó el estilo característico de la danza de finales del siglo XVI como punto de partida, creando un material melódico y unas texturas que esperaban con expectación a esta música de piano más madura. Las Dos Gavotas (1854-55) tienen la elegancia y el encanto típico de esta danza francesa y contrastan de forma muy interesante. La primera en La menor tiene un señalado y claramente definido tema de staccato, mientras que la segunda en La mayor recoge este mismo tema y transforma las corcheas en un legato fluido y más suave. Las octavas quebradas iniciales de la mano izquierda quedan ahora invertidas y el material es desarrollado más profundamente, algo que se convertiría en un rasgo típico de Brahms: la utilización del fraseo y ritmos sincopados para desplazar a la medida subyacente. Las Dos Gigas, esta forma de danza, muy cercanas en estilo a las propias obras de Bach, fueron utilizadas por Brahms como ejercicios de composición de contrapuntos al estilo fuga de tres partes. Según la fecha encontrada en el manuscrito, parece que fueron compuestas en enero y febrero de 1855. Sobre la primera Giga, Brahms escribió: “merece la pena practicarla”, lo que implicaba que también pensó que era el medio ideal para desarrollar sus propias habilidades con el teclado.
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Piezas variadas para piano, continuación, CD 33 La Transcripción de la Gavota por Christoph W. Gluck fue publicada en 1871 y está dedicada a Clara Schumann. Con acordes de arpeggios en las dos secciones extremas, y un efecto a tres manos en la central, la versión de Brahms es el enriquecimiento para piano de la elegante danza de Gluck. El Estudio del Impromptu de Franz Schubert nunca se publicó mientras Brahms estaba vivo y se supone que es una obra de su juventud. Basado en el Op.90 nº 2 de Schubert, Brahms traslada la línea melódica, que fluye libremente en rápidos tresillos, originalmente interpretados por la mano derecha, a la mano izquierda desde la que ahora se demanda flexibilidad, fuerza y control. El Segundo movimiento (Andante, ma moderato) del propio Sexteto para Cuerda en Si bemol mayor, Op.18, de Brahms, es el origen del Tema y Variaciones. El tema en Re menor es grave y noble de carácter y las seis variaciones que siguen muestran su dominio en la forma de variación. La influencia del barroco aún se puede sentir aquí, con la primera variación siendo una reminiscencia de una de las variaciones de “La Folia” para violín y clavicordio de Corelli. El manuscrito de Brahms contiene una dedicatoria a Clara Schumann fechada el 13 de septiembre de 1860, cuando cumplió 41 años, donde indicaba que le entregaba la trascripción como un regalo y como una pieza de concierto deseada.
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Requiem Alemán, CD 34 CDs 34-59 Vocal music CD 34 Requiem Alemán Requiem Alemán op.45 (1868)
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Selig sind, die da Leid tragen Denn alles Fleisch ist wie Gras Herr, lehre doch mich Wie lieblich sind deine Wohnungen Ihr habt nun Traurigkeit Denn wir haben hie keine bleibende Statt Selig sind die Toten
El Consuelo de la belleza ‘Una obra de increíble importancia y gran maestría.’ Incluso el quejicoso critico del siglo XIX, Eduard Hanslick, quedó convencido tras escuchar el Requiem Alemán de Johannes Brahms. ‘Desde los tiempos de Mozart y Beethoven, no se había realizado tal contribución a la música sacra.’ Desde el día de su estreno, el Requiem de Brahms no ha dejado de interpretarse y de ser admirado, y es el pilar del repertorio de cualquier coro respetable.
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Requiem Alemán, CD 34 ¿Quién fue Johannes Brahms? ¿Era un anciano corpulento que ocultaba la cara tras una larga barba gris? ¿Está su música llena de una melancolía otoñal y belleza reconfortante que parece traicionar el dolor de las oportunidades perdidas? El filósofo Nietzsche fue severamente crítico; atribuyó a Brahms la ‘melancolía de la impotencia’. ¿Carece realmente esta música de fuerza? ¿Era tan perdidamente anticuado como clamaban los seguidores de Wagner? O ¿Realmente fue Brahms tan progresista, como Schönberg escribiría más tarde? Puede que la verdad se encuentre entremedias de todo esto. La personalidad de Brahms fue muy compleja y llena de contradicciones; y siempre permanecerá como un misterio – quizás sea lo mejor. Al leer sobre la vida de Brahms, ésta nos revela que podía ser brusco y distante pero también preocupado y generoso. Fue un gran apoyo para los más desafortunados. Tenía un gran sentido de la amistad, aun cuando a veces era muy molesto con sus amigos. Su biografía cita algunas relaciones platónicas con mujeres. Pero incluso Clara Schumann, su más devota amiga, declaró tras 25 años de amistad, que para ella Brahms seguía siendo un misterio. ¿Es cierto que nunca llegó a intimar con nadie? ¿Tenía miedo de las mujeres debido a su experiencia en un prostíbulo de Hamburgo, cuando tenía trece años y trabajaba tocando el piano para ganarse un dinero? Aunque lo fuera, esta sórdida actividad suplementaria le proporcionó un gran amor por la música popular de divertimento. The Light Muse, que incluye pinceladas de música zíngara y tensión del vals vienés surgen en todo momento en esta obra. La mayoría de sus contemporáneos apreciaron a Brahms por su música de cámara y sinfonías sólidamente compuestas. En estos géneros venerables, Brahms fue considerado como el verdadero heredero de Beethoven. Pero puede que sean sus innumerables canciones y obras corales las que ofrezcan una mejor indicación sobre su verdadera persona, pues los textos que elegía, reflejaban a menudo su preocupación por cuestiones fundamentales y las luchas de la vida y el amor. Aunque su conocimiento de la Biblia fue considerable, parece que Brahms estuvo más interesado en la resignación estoica que en la redención cristiana, y quizás dejó sus más íntimos sentimientos para su música.
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Requiem Alemán, CD 34 ‘Bienaventurados los que sufren.’ Brahms tenía la costumbre de trasmitir muchos comentarios enigmáticos, irónicos e incluso cínicos sobre su propia obra, mofándose de sí mismo. Como broma propuso que su brillante Segunda Sinfonía debía de ser ejecutada por una orquesta en la que los músicos llevaran brazaletes negros de luto. Su seria observación sobre el Requiem Alemán es una excepción: ‘Por lo que se refiere al título, yo preferiría sustituir la palabra Alemán por “Humanidad”.’ En una traducción libre sería algo así como ‘Un Requiem para la Humanidad’. Esta impresionante obra coral es sin duda el Requiem más reconfortante y humano que se haya compuesto. No aparecen los fantasmas del día del Juicio Final, como los dolientes habían padecido durante siglos con el Gregorian Dies Irae o – incluso más aterradores – en los réquiems de Berlioz y Verdi. A cambio, Brahms confortaba a los vivos, ayudándoles a aceptar la muerte. Para este fin, utilizó una recopilación de textos, bien elegidos, de la biblia traducida al alemán por Martin Lutero. Aunque Brahms casi había completado su apacible Requiem a la temprana edad de 33 años, deja traslucir la experiencia personal del dolor. La obra comenzó a tomar forma en 1856, cuando su buen amigo y padre spiritual Robert Schumann murió a la edad de 46 años, en desgraciadas circunstancias, en una institución mental en Endenich (cerca de Bonn) tras un intento de suicidio. Su terminación se aceleró por la muerte de la madre del compositor en 1865. Sin embargo el Requiem de Brahms no es una obra ‘a la memoria’ de su mentor o su madre, si no un mensaje de esperanza para todos nosotros. En cierto modo, el compositor fue ambivalente en su actitud hacia el Cristianismo y la tradicional fe Cristiana; evitaba el nombre de Jesucristo y pareció ir más allá de las religiones para poder llegar a la ‘humanidad’. ¿Se pudo haber realizado una composición más simbólica que este Requiem? Consta de siete movimientos. ¿Tuvo Brahms presente los siete días de la creación? ¿O en el libro de los siete sellos en la Revelación de San Juan? En total, la duración del Requiem es de setenta minutos – diez veces siete. Y el más dulce de los consuelos es oído en el mismísimo corazón de la obra. El primer y último movimiento pronuncian las bendiciones a los que lloran y a los muertos. El segundo y sexto movimiento son los más sombríos y largos. En el tercero y quinto movimiento, los solistas meditan, el barítono busca ayuda y la soprano se la ofrece: ‘Te consolaré como solo una madre puede.’ Y justo, en el centro de la obra está el movimiento más corto, una maravillosa sección coral y un oasis de paz: ‘Qué entrañable es tu morada.’ Igualmente simbólico es el uso 84
Requiem Alemán, CD 34 del color orquestal de Brahms. En el movimiento de apertura el ambiente es oscuro y los violines silenciosos. Cuando entran en el movimiento siguiente, quedan enmudecidos, como ‘sin cuerpo’ mientras acompañan al texto más triste de todos los del Requiem, ‘porque la carne es como la hierba.’ En varios de los acordes finales y en algunos momentos cuando el coro serenamente canta la palabra ‘bienaventurados’, Brahms reserva un símbolo especial: unos arpegios celestiales con el arpa. Clemens Romijn
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Testos del Requiem Alemán, CD 34 1.Selig sind, die da Leid tragen Selig sind, die da Leid tragen, denn sie sollen getröstet werden.
und gen Zion kommen mit Jauchzen; ewige Freude wird über ihrem Haupte sein; Freude und Wonne werden sie ergreifen und Schmerz und Seufzen wird weg müssen.
Die mit Tränen säen, werden mit Freuden ernten. Sie gehen hin und weinen und tragen edlen Samen, und kommen mit Freuden und bringen ihre Garben.
3. Herr, lehre doch mich Herr, lehre doch mich, daß ein Ende mit mir haben muß, und mein Leben ein Ziel hat, und ich davon muß.
2. Denn alles Fleisch ist wie Gras Denn alles Fleisch ist wie Gras und alle Herrlichkeit des Menschen wie des Grases Blumen. Das Gras ist verdorret und die Blume abgefallen.
Siehe, meine Tage sind einer Hand breit vor dir, und mein Leben ist wie nichts vor dir. Ach wie gar nichts sind alle Menschen, die doch so sicher leben.
So seid nun geduldig, lieben Brüder, bis auf die Zukunft des Herrn. Siehe, ein Ackermann wartet auf die köstliche Frucht der Erde und ist geduldig darüber, bis er empfahe den Morgenregen und Abendregen.
Sie gehen daher wie ein Schemen, und machen ihnen viel vergebliche Unruhe; sie sammeln und wissen nicht wer es kriegen wird. Nun Herr, wess soll ich mich trösten? Ich hoffe auf dich.
Aber des Herrn Wort bleibet in Ewigkeit. Die Erlöseten des Herrn werden wieder kommen,
Der Gerechten Seelen sind in Gottes Hand und keine Qual rühret sie an. 86
Testos del Requiem Alemán, CD 34 4. Wie lieblich sind deine Wohnungen
6. Denn wir haben hie keine bleibende Statt
Wie lieblich sind deine Wohnungen, Herr Zebaoth! Meine Seele verlanget und sehnet sich nach den Vorhöfen des Herrn; mein Leib und Seele freuen sich in dem lebendigen Gott.
Denn wir haben hie keine bleibende Statt, sondern die zukünftige suchen wir. Siehe, ich sage euch ein Geheimnis: Wir werden nicht alle entschlafen, wir werden aber alle verwandelt werden; und dasselbige plötzlich, in einem Augenblick, zu der Zeit der letzten Posaune. Denn es wird die Posaune schallen, und die Toten werden auferstehen unverweslich, und wir werden verwandelt werden. Dann wird erfüllet werden das Wort, das geschrieben steht: Der Tod ist verschlungen in den Sieg. Tod, wo ist dein Stachel? Hölle, wo ist dein Sieg?
Wohl denen, die in deinem Hause wohnen, die loben dich immerdar. 5. Ihr habt nun Traurigkeit Ihr habt nun Traurigkeit; aber ich will euch wieder sehen und euer Herz soll sich freuen und eure Freude soll niemand von euch nehmen. Sehet mich an: Ich habe eine kleine Zeit Mühe und Arbeit gehabt und habe großen Trost funden.
Herr, du bist würdig zu nehmen Preis und Ehre und Kraft, denn du hast alle Dinge geschaffen, und durch deinen Willen haben sie das Wesen und sind geschaffen.
Ich will euch trösten, wie Einen seine Mutter tröstet. 87
Testos del Requiem Alemán, CD 34 7. Selig sind die Toten Selig sind die Toten, die in dem Herrn sterben, von nun an. Ja der Geist spricht, daß sie ruhen von ihrer Arbeit; denn ihre Werke folgen ihnen nach.
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Acoomanied choral Works, CD 35 CDs 35 + 36 Obras corales con acompañamiento CD 35 Introducción y textos de Triumphlied, Ave María, Schicksalslied, Nänie, Begräbnisgesang, CD 35 Obras corales de Brahms El Requiem Alemán es una de las más grandes obras de Brahms, además de decisiva en su carrera. Tras otras obras corales, como el Ave María, op. 12, el Begräbnisgesang (Canto fúnebre), op. 13 y una ambientación del Salmo XIII, op. 27, ésta fue la primera vez que compuso para coro mixto, voces en solitario y orquesta completa. El interés del compositor y el conocimiento de la música de colegas anteriores brillan a través de varias de sus obras corales. La composición de Handel indudablemente fue un ejemplo para el Requiem Alemán y el Triumphlied (Canto del triunfo). El Schicksalslied (Canto del destino), op. 54, tiene un carácter similar al Requiem. Brahms compuso la obra en 1871 en Baden-Baden, ambientando el poema Hyperions Schicksalslied de Hölderlin. Tres años atrás se había encontrado con este texto que inmediatamente atrajo su atención. Tanto que realizó un boceto de la obra en ese mismo momento. Tiene tres movimientos y su carácter Romántico conecta muy estrechamente con la Alto Rhapsody (Rapsodia para Alto) y con Gesang der Parzen (Canto de las Parcas) Nänie, op. 82, fue la última obra de Brahms basada en un tema clásico – en esta ocasión en un texto de Schiller – que había dedicado a la madre de su amigo Anselm Feuerbach. Al igual que en el Schicksalslied los instrumentos de viento abren Nänie. Hay tres partes, la primera considerablemente más extensa que la segunda y la tercera. La música, claramente es la obra de un compositor maduro, con una tendencia a las fugas y a una estructura sutilmente equilibrada: la introducción orquestal de la primera parte se vuelve a repetir también al principio de la última parte. 89
Acoomanied choral Works, CD 35 El Triumphlied (Canto del triunfo), op. 55, ambientada en ocho partes para coro y orquesta. Brahms la compuso como declaración patriótica para celebrar la Victoria de Sedan. La obra es más superficial que otras obras suyas corales, aunque muestra la habilidad que el compositor tenía para la creatividad espontánea y de inspiración. Poco después permitió que su siguiente composición coral, el Schicksalslied (Canto del destino), que es más profundo, se impusiera. Tardó bastante tiempo en terminar esta composición, y aunque originalmente iba a ser dedicada a Bismarck, terminó siendo el Kaiser el que la dedicara. El doble coro de esta pieza la convierte en majestuosa y festiva, con algo más que débiles ecos del rezo barroco cantado. La Rapsodia para Contralto, coro masculino y orquesta, op. 53, es también conocida como la Alto Rhapsody. Es una ambientación de parte del Harzreise im Winter (Viaje al Harz en invierno ), escrito por Goethe en 1869, como canción de boda para Julie Schumann (la hija de Robert y Clara). Sin embargo tiene un ambiente poco festivo y algo melancólico, haciendo referencia más al propio compositor que a la novia. El lenguaje musical es inusualmente escueto. Una Rapsodia de formas muy distintivas. La temprana cantata Rinaldo, op. 50, comparte su instrumentación con la Alto Rhapsody. Esta cantata es la única incursión de Brahms en el territorio dramático. Para ella, Brahms utilizó el texto de Torquato Tasso de Goethe. Fue compuesta para el certamen Aachen Liedertafel y por ello debía ser una obra para un coro masculino mayor. Sin embargo, Brahms incumplió la fecha señalada, el 1 de Octubre de 1863. Abandonó la obra a la que regresó cinco años después, tras haber finalizado el Requiem, añadiéndole la sección final ‘Auf dem Meere’. Este género no era muy propicio para Brahms. Rinaldo tuvo poco un éxito limitado, algo justificado porque no se trata de ninguna obra maestra.
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Textos de Triumphlied, CD 35 Triumphlied, op.55 1. Hallelujah! Heil und Preis, Ehre und Kraft sei Gott unserm Herrn Denn wahrhaftig und gerecht sind seine Gerichte.
3. Und ich sahe den Himmel aufgethan; Und siehe, ein weißes Pferd, Und der darauf saß hieß Treu und Wahrhaftig, Und richtet und streitet mit Gerechtigkeit. Und er tritt die Kelter des Weins Des grimmigen Zorns des allmächtigen Gottes! Und hat einen Namen geschrieben Auf seine Kleide, und auf seiner Hüfte, also: Ein König aller Könige, und ein Herr aller Herrn, Halleluja, Amen!
2. Lobet unserm Gott, alle seine Knechte, Und die ihn fürchten, beide Kleine und Grosse, Halleluja! Denn der allmächtige Gott Hat das Reich eingenommen. Lasst und freuen und fröhlich sein, Und ihm die Ehre geben.
Revelation XIX
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Textos del Ave María, CD 35 Ave María, op.12 Ave Maria gratia plena Dominus tecum benedicta tu in mulieribus et benedictus fructus ventris tui Jesus. Sancta Maria Mater Dei ora pro nobis, nobis peccatoribus nunc et in hora mortis nostrae.
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Textos de Schicksalslied, CD 35 Schicksalslied, op.54 Ihr wandelt droben im Licht, Auf weichem Boden, selige Genien! Glänzende Götterlüfte Rühren euch leicht, Wie die Finger der Künstlerin Heilige Saiten.
Doch uns ist gegeben Auf keiner Stätte zu ruhn; Es schwinden, es fallen Die leidenden Menschen Blindlings von einer Stunde zur andern, Wie Wasser von Klippe zu Klippe geworfen, Jahrlang ins Ungewisse hinab.
Schicksallos, wie der schlafende Säugling, atmen die Himmlischen; Keusch bewahrt In bescheidener Knospe Blühet ewig Ihnen der Geist, Und die seligen Augen Blicken in stiller, Ewiger Klarheit.
Textos de Friedrich Hölderin
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Textos de Nänie, CD 35 Nänie, op.82 Auch das Schöne muß sterben! Das Menschen und Götter bezwinget, Nicht die eherne Brust rührt es des stygischen Zeus. Einmal nur erweichte die Liebe den Schattenbeherrscher, Und an der Schwelle noch, streng, rief er zurück sein Geschenk. Nicht stillt Aphrodite dem schöne Knaben die Wunde, die in den zierlichen Leib grausam der Eber geritzt. Nicht erretet den göttlichen Held die unsterbliche Mutter, Wann er, am skäischen Tor fallend, sein Schicksal erfüllt. Aber sie steigt aus dem Meer mit allen Töchtern des Nereus, Und die Klage hebt an um den verherrlichten Sohn. Siehe, da weinen die Götter, es weinen die Göttinnin alle, Daß das Schöne vergeht, daß das Vollkommene stirbt. Auch ein Klaglied zu sein im Mund der Geliebten, ist Herrlich, Denn das Gemeine geht klanglos zum Orkus hinab. Textos por Friedrich von Schiller
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Textos de Begräbnisgesang, CD 35 Begräbnisgesang, op.13 Nun laßt uns den Leib begraben, Bei dem wir kein’n Zweifel haben, Er werd am letzten Tag aufstehn, Und verrücklich herfürgehn.
Die Seel die lebt ohn alle Klag, Der Leib schläft bis am letzten Tag, An welchem ihn Gott verklären, Und der Freuden wird gewähren. Hier ist er in Angst gewesen, Dort aber wird er genesen, In ewiger Freude und Wonne Leuchten wie die schöne Sonne.
Erd ist er und von der Erden Wird auch wieder zu Erd werden, Und von Erden wieder aufstehn, Wenn Gottes Posaun wird angehn.
Nun lassen wir ihn hier schlafen Und gehn allsamt unser Straßen, Schicken uns auch mit allem Fleiß Denn der Tod kommt uns gleicher Weis.
Seine Seel lebt ewig in Gott, Der sie allhier aus seiner Gnad Von aller Sünd und Missetat Durch seinen Bund gefeget hat.
Textos de Michael Weiße, “Nun laßt uns den Leib begraben”, 1519
Sein Arbeit, Trübsal, und Elend Ist kommen zu ein’m guten End. Er hat getragen Christi Joch, Ist gestorben und lebet noch.
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Textos de Gesang der Parzen, CD 36 An goldenen Tischen. Sie schreiten vom Berge Zu Bergen hinüber: Aus Schlünden der Tiefe Dampft ihnen der Atem Erstickter Titanen, Gleich Opfergerüchen, Ein leichtes Gewölke.
CD 36 Gesang der Parzen, Alto Rhapsody, Rinaldo, Gesang der Parzen, op.89 Es fürchte die Götter Das Menschengeschlecht! Sie halten die Herrschaft In ewigen Händen, Und können sie brauchen, Wie’s ihnen gefällt.
Es wenden die Herrscher Ihr segnendes Auge Von ganzen Geschlechtern Und meiden, im Enkel Die ehmals geliebten, Still redenden Züge Des Ahnherrn zu sehn.
Der fürchte sie doppelt Den je sie erheben! Auf Klippen und Wolken Sind Stühle bereitet Um goldene Tische.
So sangen die Parzen; Es horcht der Verbannte, In nächtlichen Höhlen Der Alte die Lieder, Denkt Kinder und Enkel Und schüttelt das Haupt.
Erhebet ein Zwist sich, So stürzen die Gäste, Geschmäht und geschändet In nächtliche Tiefen, Und harren vergebens, Im Finstern gebunden, Gerechten Gerichtes.
Textos de Johann Wolfgang von Goethe, de la obra ‘Iphigenie in Tauris’
Sie aber, sie bleiben In ewigen Festen 96
Textos de Alto Rhapsody, CD 36 Alto Rhapsody, op.53 Aber abseits wer ist’s? Im Gebüsch verliert sich der Pfad. Hinter ihm schlagen Die Sträuche zusammen, Das Gras steht wieder auf, Die Öde verschlingt ihn. Ach, wer heilet die Schmerzen Des, dem Balsam zu Gift ward? Der sich Menschenhaß Aus der Fülle der Liebe trank? Erst verachtet, nun ein Verächter, Zehrt er heimlich auf Seinen eigenen Wert In ungenugender Selbstsucht. Ist auf deinem Psalter, Vater der Liebe, ein Ton Seinem Ohre vernehmlich, So erquicke sein Herz! Öffne den umwölkten Blick Über die tausend Quellen Neben dem Durstenden In der Wüste! Textos de Johann Wolfgang von Goethe 97
Textos de Rinaldo, CD 36 Rinaldo, op.50
Bunte, reich geschmückte Beete, Sie umzingelt ein Palast; Alles webt in Duft und Röte, Wie du nie geträumet hast.
Coro Zu dem Strande! Zu der Barke! Ist euch schon der Wind nicht günstig, Zu den Rudern greifet brünstig! Hier bewähre sich der Starke: So das Meer durchlaufen wir.
Rings umgeben Galerien Dieses Gartens weite Räume; Rosen an der Erde blühen, In den Lüften blühn die Bäume.
Rinaldo O lasst mich einen Augenblick noch hier! Der Himmel will es nicht, ich soll nicht scheiden. Der wüste Fels, die Wald umwachsne Bucht Befangen mich, sie hindern meine Flucht. Ihr wart so schön, nun seid ihr umgeboren, Der Erde Reiz, des Himmels Reiz ist fort. Was hält mich noch am Schreckensort? Mein einzig Glück, hier hab’ ich es verloren!
Wasserstrahlen! Wasserflocken! Lieblich rauscht ein Silberschwall; Mit der Turteltaube Locken Lockt zugleich die Nachtigall. Coro Sachte kommt! Und kommt verbunden Zu dem edelsten Beruf! Alle Reize sind verschwunden, Die sich Zauberei erschuf. Ach, nun heilet seine Wunden, Ach, nun tröstet seine Stunden Gutes Wort und Freundes Ruf.
Stelle her der goldnen Tage Paradiese noch einmal, Liebes Herz! Ja schlage, schlage! Treuer Geist, erschaff’ sie wieder! Freier Atem, deine Lieder Mischen sich mit Lust und Qual.
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Textos de Rinaldo, CD 36 Rinaldo Mit der Turteltaube Locken Lockt zugleich die Nachtigall; Wasserstrahlen, Wasserflocken Wirbeln sich nach ihrem Schall.
Rinaldo Weh! Was seh’ ich, welch ein Bild!
Aber alles verkündet: “Nur sie ist gemeinet!” Aber alles verschwindet, Sobald sie erscheinet In lieblicher Jugend, In glänzender Pracht.
Rinaldo Soll ich also mich bespiegeln, Mich so tief erniedrigt sehn?
Coro Ja, es soll en Trug entsiegeln.
Coro Fasse dich, so ist’s geschehn. Rinaldo Ja, so sei’s! Ich will mich fassen, Will den lieben Ort verlassen Und zum zweiten Mal Armiden. Nun so sei’s! So sei’s geschieden!
Da schlingen zu Kränzen Sich Lilien und Rosen; Da eilen und kosen In lustigen Tänzen Die laulichen Lüfte, Sie führen Gedüfte, Sich fliehend und suchend, Vom Schlummer erwacht.
Coro Wohl, es sei! Es sei geschieden! Sección del Coro Zurück nur! Zurücke Durch günstige Meere! Dem geistigen Blicke Erscheinen die Fahnen,
Coro Nein! Nicht länger ist zu säumen, Wecket ihn aus seinen Träumen, Zeigt den diamantnen Schild! 99
Textos de Rinaldo, CD 36 Erscheinen die Heere, Das stäubende Feld.
Und kein Verschonen Ist mehr zu hoffen. Vom Blitz getroffen Schon die Paläste; Die Götterfeste, Die Lustgeschäfte Der Geisterkräfte, Mit allem Lieben Ach, sie zerstieben!
Coro Zur Tugend der Ahnen Ermannt sich der Held. Rinaldo Zum zweiten Male Seh’ ich erscheinen Und jammern, weinen IN diesem Tale Die Frau der Frauen. Das soll ich schauen Zum zweiten Male? Das soll ich hören, Und soll nicht wehren Und soll nicht retten?
Coro Ja, sie zerstieben! Sección del Coro Schon sind sie erhöret, Gebete der Frommen! Noch säumst du, zu kommen? Schon fördert die Reise Der günstige Wind.
Coro Unwürd’ge Ketten!
Coro Geschwinde, geschwind!
Rinaldo Und umgewandelt Seh’ ich die Holde; Sie blickt und handelt Gleichwie Dämonen,
Rinaldo Im Tiefsten zerstöret, Ich hab’ euch vernommen; 100
Textos de Rinaldo, CD 36 Ihr drängt mich, zu kommen. Unglückliche Reise! Unseliger Wind!
Juntos Das erfrischet Und verwischet Das Vergangne Dir begegnet Das gesegnet Angefangne.
Coro Geschwinde, geschwind! Coro Segel schwellen. Grüne Wellen, Weiße Schäume! Seht die grünen Weiten Räume Von Delphinen Rasch durchschwommen!
Rinaldo Das erfrischet Und verwischet Das Vergangne. Mir begegnet Das gesegnet Angefangne. (Wiederholt zu dreien.)
Uno tras otro Wie sie kommen! Wie sie schweben! Wie sie eilen! Wie sie streben! Und verweilen So beweglich, So verträglich!
Todos Wunderbar sind wir gekommen, Wunderbar zurück geschwommen, Unser großes Ziel ist da! Schalle zu dem heil’gen Strande Losung dem gelobten Lande: Godofred und Solyma! Textos de ‘Rinaldo’, cantata de Johann Wolfgang von Goethe 101
Liner notes Obras corales, CDs 37-44 CD 37-44 Obras Corales “Para cantar, no para escuchar” Obras corales a cappella de Johannes Brahms Cuando uno piensa en Johannes Brahms, lo primero que nos viene a la mente son las cuatro sinfonías, los cuatro conciertos y las innumerable canciones y piezas de cámara. Entre sus composiciones corales y orquestales, el Requiem Alemán es el más conocido, y quizás también el Schicksalslied (Canto del Destino), el Triumphlied (Canto del Triunfo) y Nänie. Hoy, el hecho de que Brahms compusiera una gran cantidad de obras corales para ser interpretadas a cappella o con un acompañamiento instrumental mínimo, parecen haber quedado olvidadas en el tiempo – a excepción de los Liebesliederwalzer (Valses de amor). Sin embargo en el siglo XIX, las obras corales, íntimas, de cuatro partes y las piezas románticas orquestadas para grandes corales era posiblemente el género preferido, rivalizando en popularidad con la gran variedad de música de cámara interpretada en entornos familiares. En lugar de reunir a una orquesta al completo, era más rápido reunir a unos cuantos cantantes, incluyendo aficionados, capaces de dominar los fragmentos – que no siempre eran complejos – tras estudiarlos en poco tiempo. El espectro abarcaba piezas a pequeña escala interpretadas en domicilios particulares, con corales de voces masculinas y coros, un ambiente social frecuentemente influenciado por cuestiones políticas y gigantescos festivales de música que escenificaban grandes interpretaciones de oratorios. No es de extrañar que la dirección de coros jugara un papel importante en la vida de Johannes Brahms. En 1857, a la edad de 24 años, ya había empezado a dirigir un coro en Detmold, y durante muchos años fue responsable de dirigir las sociedades corales y academias de Hamburgo y Viena. Además de la libertad artística, esta forma de actividad musical estaba al alcance del joven compositor en cuanto a oportunidades sociales; el gran número de cantantes femeninas – quienes sentían una profunda admiración por su mentor – provenían principalmente de los ‘mejores’ círculos sociales. No hay que olvidar que así fue como Brahms, de orígenes obreros, se convirtió en miembro de la educada sociedad burguesa. Sus obras fueron muy bien recibidas por una gran variedad de públicos, y la inspiración para sus composiciones le llegaba de fuentes privadas y personales además de las esferas políticas y religiosas. En consecuencia, 102
Liner notes Obras corales, CDs 37-44 las composiciones para coros formaban el hilo conductor de todas las fases en la extensa carrera de Brahms, empezando con sus primeras obras (hasta1861), cuando experimentó con diferentes orquestaciones y enfoques estilísticos, pasando por trabajos esporádicos en la mitad de los años dedicados a sus obras tardías, y que – al igual que con las piezas instrumentales – se caracterizan por la particular y sublime manera en que maneja la elaboración de diseños únicos musicales. Las primeras obras Los primeros intentos de Brahms en el campo de composición coral incluyen – junto con una misa canónica prácticamente olvidada – el Geistliches Lied opus 30. Brahms compuso en 1856 esta pieza de cuatro partes para coro y órgano (o piano) basada en un texto de P. Flemming, antes de iniciarse en la dirección de coros. Aunque claramente está influenciada por los precursores desde Palestrina hasta Bach, -quien experimentó un renacimiento en la era romántica-, Brahms ya había comenzado un nuevo camino en el desarrollo del contrapunto vocal. Otra primera obra coral es el Ave María op. 12 (presente en los CDs 35 y 44) para coro femenino a cuatro partes y órgano (u orquesta), compuesta en 1858. Bramhs disfrutó de un gran éxito con esta pieza, no solo por ser maestro musical del coro de Detmold si no también como director del coro de Hamburgo. Los tonos “plateados” del coro femenino de Hamburgo en particular, sonaban “absolutamente deliciosos” para el compositor, “especialmente en la iglesia y con el órgano”. El Ave María de Brahms es la primera composición coral publicada y muestra una clara influencia del ideal romántico de la música coral. El Begräbnisgesang op. 13 data del mismo año. Pudieron ser las estructuras canónicas de esta obra, extremadamente compleja en algunas puntos, lo que indujeron al joven director del coro de Detmold a quejarse a su amigo, el violinista Joseph Joachim, “¡Qué poco conocimiento sobre prácticas poseo! Las prácticas corales presentan una debilidad importante y me serán muy útiles. Ciertamente mis composiciones son muy poco prácticas.” Justo un año después Brahms había logrado adquirido más práctica cuando empezó a componer en Hamburgo el Vier 103
Liner notes Obras corales, CDs 37-44 Gesänge opus 17, para voces femeninas, dos trompas y harpa. La oportunidad de dirigir voces femeninas de clase social alta en su Hamburgo natal, entre medias de sus compromisos de Detmold, fue su fuente de inspiración para un gran número de composiciones. Brahms combinó los suaves y melancólicos sonidos de la trompa, harpa y voces altas en el Vier Gesänge en una restringida interpretación de los profundos textos trágicos (de Ruperti, Shakespeare, Eichendorff y Ossian). A pesar del ocasional lastimero cromatismo, las tres canciones primeras, estrenadas en Hamburgo en 1860, siguen teniendo reminiscencias de Mendelssohn o Schumann. La cuarta pieza, la ‘Song from Fingal (Canción de Fingal)’, que fue compuesta algún tiempo después, es de otro tipo de escala más majestuosa con evoluciones dramáticas detalladas, y es también la única pieza de este ciclo que incluye una cuarta parte –similar a su posterior obra Gesang der Parzen (El canto de las parcas). El Marienlieder opus 22, para un coro a capella, mixto, de cuatro partes fue compuesta en 1859 y se estrenó por primera vez en Hamburgo. El propio Brahms escribió sobre estas composiciones: “Los poemas son antiguas canciones populares muy bellas y la música tiene el aire de la música popular y de los antiguos himnos alemanes”. En cuanto al estilo, Brahms se estaba acercando al modelo de canción, una sencilla armonización, de cuatro partes, de canciones laicas en la sociedad de clase media alemana en el siglo XVI; su incesante preocupación por la música antigua empezaba a dar sus frutos. Sin embargo hay muchos detalles que revelan que se trata de la obra de un compositor romántico. La stanza final de la primera pieza, dramáticamente, es variada, la maravillosa campana de la segunda (‘Marias Kirchgang’) se presenta en la forma de una pintura tonal, mientras que ‘Ruf zu Maria’ (No. 5) se caracteriza por la imitación de una trompa. Es muy probable que el 13th Psalm opus 27 para coro femenino de tres partes con órgano o piano (‘Herr, wie lange willst du mein so gar vergessen’) y el Drei geistliche Chöre opus 37 para coro femenino de cuatro partes con solistas, también fuera originario de este periodo de Hamburgo. Posiblemente Brahms compuso una gran parte de estas dos obras en 1859 (aunque el tercer coro sacro fue compuesto aparentemente en 1863), aunque no las publicó hasta 1864 y 1866 respectivamente. En estas dos obras, nuevamente Brahms evitó la ingenua y artificial relación con los venerados maestros de la polifonía vocal que habían estado ahí primero; en cuanto a la técnica de composición y armonía, Brahms empezaba a encontrar su propia dirección y dio como resultado el Drei geistliche Chöre, que sin ninguna duda tiene 104
Liner notes Obras corales, CDs 37-44 algo de la naturaleza del estudio. Sin embargo, en la versión impresa, no mantuvo el titular de la partitura manuscrita donde mencionaba la relación con las técnicas de composición, “Canone, Resoluzione in 4ta, in 5ta, in 8va”. Motetes A diferencia de las piezas para voces femeninas, todas compuestas por motivos de orden práctico, los motetes de Brahms son de inspiración mucho más espiritual. Cuando adoptó el término genérico de ‘motete’, Brahms fue, desde el principio, tomando lugar dentro de una larga tradición que deseaba explorar a nivel teórico; al mismo tiempo, esta tradición podía ofrecerle un ámbito más amplio para la experimentación que reflejara su evolución estilística. Esto queda claro si tenemos en cuenta que Brahms compuso un ciclo de motetes en cada una de sus tres fases creativas. El primero, el Zwei Motetten opus 29, para coro a capella de cinco partes, forma parte de los primeros bocetos de Brahms y pudo haberlo completado en 1860, al menos la segunda pieza (‘Schaffe in mir, Gott, ein reines Herz’). Ésta contiene complejas técnicas canónicas y dispositivos de fuga condensados dentro de un espacio extremadamente reducido. Por el contrario, las líneas individuales de la coral del primer motete, ‘Es ist das Heil uns kommen her’, tienen una naturaleza un tanto artificial. El Zwei Motetten opus 74, pudo también haberse basado en los bocetos pertenecientes a los años 1856-1860, aunque el ciclo no se completó hasta 1877/78. ‘O Heiland, reiß den Himmel auf’ es un motete coral que a diferencia del op. 29/1 presenta una serie de variaciones en forma de verso como una partita para órgano; la melodía coral alterna entre las diferentes pares en un ciclo que refleja adecuadamente el contenido. ‘Warum ist das Licht gegeben dem Mühseligen’, por otra parte, proviene de su fuerza expresiva particular de la forma dramática y melodía ambiental. Con sus clamores de ‘Warum’, añadiéndoles fuerza expresiva en la armonía, ahora posiblemente sea el motete más famoso de Brahms. Aunque la estructura de cuatro partes es una constante en todos los motetes opus 74, en el ciclo Drei Motetten opus 110, se alternan ocho y cuatro partes, con una sección breve central de cuatro partes emparedada entre dos piezas a gran escala presentando a los dos coros. La uniformidad de los motivos en estos motetes, compuestos en 1889, es típica del estilo de las obras tardías de Johannes Brahms. En el primer motete, ‘Ich aber bin elend’, el coro doble se utiliza como 105
Liner notes Obras corales, CDs 37-44 un medio sutil para contrastar grupos de voces mientras que en el tercer motete, ‘Wenn wir in höchsten Nöten sein’, todas las figuras melódicas utilizadas en la variación en desarrollo provienen de los dos motivos del principio. Esta obra coral e influyente de Brahms – la última – viene precedida de ‘Ach, arme Welt’, una canción sencilla de cuatro partes impregnada de harmonías discretamente matizadas. Canciones Seculares El grupo de obras titulado Weltliche Gesänge puede ser considerado como el equivalente profana de los motetes sacros. Aquí los elementos también proceden casi todos de los periodos creativos de Brahms. La colección abre con el Drei Gesänge opus 42, para coro de seis partes, y pertenece al primer periodo de Hamburgo (1859-61). Esta pieza individual gana peso por su alcance externo y artística estructura. In ‘Abendständchen’, un rítmico canon es cantado por mujeres y hombres; el impacto de ‘Vineta’ se consigue variando la estructura de las stanzas, mientras que ‘Darthulas Grabgesang’ sigue con un estilizado lamento. Por contra, el Sieben Lieder opus 62, compuesto antes de 1874, parece representar una vuelta al ideal popular. A pesar de su brevedad temporal y límites artísticos, este grupo de obras es muy variado, principalmente por la alternancia entre la orquestación de cuatro y ocho partes y segundo porque el lenguaje tonal, es a veces romántico, y a veces deliberadamente arcaico. Otro aspecto interesante son los textos, que Brahms escribe, que incluyen versos de Des Knaben Wunderhorn, la antología tradicional popular que posteriormente inspiraría algunas de las obras maestras para voces de Gustav Mahler. La pieza más famosa en el Op.62 de Brahms es sin lugar a dudas ‘Waldesnacht’, basada en el poema Jungbrunnen de Paul Heyse. El Lieder und Romanzen opus 93a, aunque compuesto en 1883, tiene un estilo más parecido a las obras tardías, más áspero en tono y mostrando una mayor serenidad en la elaboración de los motivos. Las melodías se basan de intervalos característicos e individuales – una técnica también perfeccionada por Brahms para su música instrumental de este periodo. No obstante, el Fünf Gesänge opus 104, marca un paso adelante más en la abstracción musical acompañada de una fuerza expresiva más realzada. Data de los años 1886-88, y esta obra ha sido interpretada tanto para indicar resignación como para reflexionar por la tensión entre subjetividad y objetividad. 106
Liner notes Obras corales, CDs 37-44 Obras populares y variadas Históricamente hablando, el Zwölf Lieder und Romanzen para coro femenino a cappella (piano ad libitum) corresponden al mismo periodo que los Weltliche Gesänge. No solo fueron compuestos durante el periodo de Brahms en Hamburgo, como el Drei Gesänge opus 42, si no que también están basados en fragmentos del texto de Jungbrunnen de Heyse. Desde la primera de las doce canciones, ‘Minnelied’, es evidente que la apariencia, aparentemente sencilla de la alegre canción coral de Brahms es engañosa. Aunque posiblemente más familiarizado con la ambientación de la música popular tradicional a través de su contemporáneo J.A.P. Schulz, Brahms adoptó solamente los perfiles más amplios – tempo, tono, arreglos de líneas, tipo de canción de baile – creando esta estructura mediante asimetrías en los intervalos, junto con efectos y acentos disonantes. En esta conexión es importante mencionar el género de las obras Quartette für vier Solostimmen, para cuatro voces solistas que también fueron compuestas por Brahms en diferentes épocas de su vida. Los Opus 31, 64, 92 y 112/1-2 incluyen obras más apropiadas para ser interpretadas en un entorno íntimo de cámara en lugar de la sala de conciertos. Tras adoptar un enfoque análogo hacia el cuarteto para cuerda en su música instrumental, Brahms quiso componer piezas que pudiera interpretar ad hoc en entornos familiares y que también pudieran ser estudiadas con solistas en sus coros. Por ello el Opus 31 contiene elementos de coral y solista bastante arbitrarios, recurrentes en repetidas ocasiones después – por ejemplo en el opus 112/1-2,. Los Zigeunerlieder opus 103 y 112/3-6, también fueron orquestados en cuatro partes (para voces solistas o coro) con piano. Brahms compuso estas obras en 1887 (posiblemente en Budapest) y en 1891 respectivamente. En cualquier caso presentan un innegable parecido a las conocidas Danzas Húngaras. Los textos fueron extraídos del patrimonio cultural húngaro y traducidos al alemán por una institutriz. Con estas canciones, a las que Eduard Hanslick rindió homenaje comparándolas con una ‘novela corta’, Brahms evocaba el enorme éxito cosechado con su Liebeslieder opus 52 y 65. Brahms compuso estas obras en Viena entre 1868/69 y 1874 respectivamente, y son una encantadora combinación de canción coral y vals. El Liebesliederwalzer opus 52 es famoso por los arreglos orquestales realizados por el propio compositor y también porque aparecieron en una versión aparte para piano solo. Brahms era consciente que a pesar de la inmensa destreza con que fueron compuestas, estas canciones eran esencialmente de naturaleza funcional, y también 107
Liner notes Obras corales, CDs 37-44 podían ser interpretadas en refinados estratos burgueses. Las obras corales de Brahms concluyen con Fest- und Gedenksprüche opus 109, para coro a capella de ocho partes. Este grupo de motetes estaba inspirado en el patriotismo apasionado del compositor, a quien el Triumphlied (Canto del triunfo) también debe su existencia. Posiblemente data de 1888, el ‘Dreikaiserjahr’ o Año de los Tres Emperadores; estos versos conmemorativos están basados en textos del Antiguo y Nuevo Testamento, reunidos de forma indiscriminada por Brahms. Aunque las citas bíblicas se refieren inequívocamente al demonio, Brahms concibió el Nº. 2, ‘Wenn ein starker Gewappneter’, como homenaje a un personaje no menos importante que el venerado Canciller Imperial, Bismarck, como refleja claramente la carta que dirigió a Hans von Bülow. En esta carta, Brahms describía la obra como “tres himnos cortos como proverbios (...), destinados específicamente para fiestas nacionales y conmemoraciones, entre las que se mencionaban las celebraciones conmemorativas de Leipzig, Sedan y la coronación del Emperador”. Tras el estreno en Hamburgo, con un coro de más de 400 miembros, el alcalde Petersen expresó su voto de agradecimiento, algo que Brahms también sabía – puesto que su objetivo había sido provocar un impacto en una gran audiencia. Esta obra, de motivos políticos, no fue compuesta con tanta sutiliza como el resto de sus piezas corales. Al mirar atrás Brahms sintió que algunos Kanons für Frauenstimmen compuestos al principio o durante sus años en Hamburgo fueron bastante peores. Aún así y consciente de su naturaleza pedagógica y alegre, los publicó en 1891 junto con un número de piezas posteriores, orquestadas de igual forma, y a la vez expresando sus reservas a su amigo Joachim: “Los cánones op. 113 are, son verdaderamente para cantar, no para escuchar”. Lo mismo se podría decir de Deutsche Volkslieder WoO 35, canciones publicadas en 1864, además de otras canciones populares alemanas no publicadas y compuestas de forma similar para sus coros o incluso para las damas a quién impartía lecciones de piano. [correction: delete final two sentences!] Jörg Rothkamm
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Textos de Liebeslieder-Walzer, opus 52, CD 37 4. No. 4 Wie des Abends schöne Röte Wie des Abends schöne Röte möcht ich arme Dirne glühn, einem, einem zu Gefallen sonder Ende Wonne sprühn.
Textos de “Polydora” por Georg Friedrich Daumer 1. No. 1. Rede Mädchen, allzu liebes Rede Mädchen, allzu liebes, das mir in die Brust, die kühle, hat geschleudert mit dem Blicke, diese wilden Glutgefühle! Willst du nicht dein Herz erweichen, willst du eine Überfromme, rasten ohne traute Wonne, oder willst du, dass ich komme? Rasten ohne traute Wonne, nicht so bitter will ich büßen, komme nur, du schwarzes Auge, willst du, dass ich komme wenn die Sterne grüßen?
5. No. 5 Die grüne Hopfenranke Die grüne Hopfenranke, sie schlängelt auf der Erde hin. Die junge, schöne Dirne, so traurig ist ihr Sinn! Du höre, grüne Ranke! Was hebst du dich nicht himmelwärts? Du höre, schöne Dirne! Was ist so schwer dein Herz? Wie höbe sich die Ranke, der keine Stütze Kraft verleiht? Wie wäre die Dirne fröhlich, wenn ihr der Liebste weit?
2. Nr. 2 Am Gesteine rauscht die Flut Am Gesteine rauscht die Flut, heftig angetrieben; wer da nicht zu seufzen weiß lernt es unterm Lieben.
6. No. 6 Ein kleiner, hübscher Vogel Ein, kleiner hübscher Vogel nahm den Flug zum Garten hin, da gab es Obst genug. Wenn ich ein hübscher, kleiner Vogel wär, ich säumte nicht, ich täte so wie der. Leimruten Arglist, lauert an dem Ort, der arme Vogel konnte nicht mehr fort.
3. No. 3 O die Frauen O die Frauen, o die Frauen, wie sie Wonne tauen! Wäre lang ein Mönch geworden, wären nicht die Frauen! 109
Textos de Liebeslieder-Walzer, opus 52, CD 37 9. No. 9 Am Donaustrande Am Donaustrande, da steht ein Haus, da schaut ein rosiges Mädchen aus. Das Mädchen ist wohl gut gehegt, zehn eiserne Riegel sind vor die Türe gelegt. Zehn eiserne Riegel das ist ein Spaß, die spreng ich als wären sie nur von Glas. Am Donaustrande, da steht ein Haus, da schaut ein rosiges Mädchen aus.
Wenn ich ein hübscher, kleiner Vogel wär, ich säumte doch, ich täte nicht wie der. Der Vogel kam in eine schöne Hand, da tat es ihm, dem Glücklichen nicht and. Wenn ich ein hübscher, kleiner Vogel wär, ich säumte nicht, ich täte doch wie der. 7. No. 7 Wohl schön bewandt war es Wohl schön bewandt war es vor ehe mit meinem Leben, mit meiner Liebe, durch eine Wand, ja durch zehn Wände erkannte mich des Freundes Sehe, doch jetzo, wehe, wenn ich dem Kalten auch noch so dicht vorm Auge stehe, es merkt sein Auge, sein Herze nicht.
10. No. 10 O wie sanft die Quelle O wie sanft die Quelle sich durch die Wiese windet. O wie schön wenn Liebe sich zu der Liebe findet! 11. No. 11 Nein, es ist nicht auszukommen Nein, es ist nicht auszukommen mit den Leuten; alles wissen sie so giftig auszudeuten. Bin ich heiter, hegen soll ich lose Triebe, bin ich still, so heißts ich wäre irr aus Liebe. Nein, es ist nicht auszukommen mit den Leuten; alles wissen sie so giftig auszudeuten.
8. No. 8 Wenn so lind dein Auge mir Wenn so lind dein Auge mir und so lieblich schauet, jede letzte Trübe flieht, welche mich umgrauet. Dieser Liebe schöne Glut, lass sie nicht verstieben! Nimmer wird, wie ich, so treu dich ein Andrer lieben.
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Textos de Liebeslieder-Walzer, opus 52, CD 37 16. No. 16 Ein dunkeler Schacht ist Liebe Ein dunkeler Schacht ist Liebe, ein gar zu gefährlicher Bronnen; da fiel ich hinein, ich Armer, kann weder hören noch sehn, nur denken an meine Wonnen, nur stöhnen, in meinem Wehn.
12. No. 12 Schlosser auf und mache Schlösser Schlosser auf, und mache Schlösser ohne Zahl, denn die bösen Mäuler will ich schließen allzumal! 13. No. 13 Vögelein durchrauscht die Luft Vögelein durchrauscht die Luft, sucht nach einem Aste, und das Herz, ein Herz begehrts, wo es selig raste.
17. No. 17 Nicht wandle, mein Licht Nicht wandle, mein Licht, dort außen, im Flurbereich! Die Füße würden dir, die zarten, zu nass, zu weich. Allüberströmt sind dort die Wege, die Stege dir; so überreichlich tränte dorten das Auge mir.
14. No. 14 Sieh, wie ist die Welle kla Sieh, wie ist die Welle klar, blickt der Mond hernieder! Die du meine Liebe bist, liebe du mich wieder. 15. No. 15 Nachtigall, sie singt so schön Nachtigall, sie singt so schön wenn die Sterne funkeln. Liebe mich, geliebtes Herz, küsse mich im Dunkeln.
18. No. 18 Es bebet das Gesträuche Es bebet das Gesträuche, gestreift hat es im Fluge ein Vögelein. In gleicher Art erbebet die Seele mir, erschüttert von Liebe, Lust und Leide gedenkt sie dein.
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Textos de Neue Liebeslieder opus 65, CD 37 21. No. 3 An jeder Hand die Finger An jeder Hand die Finger hatt’ ich bedeckt mit Ringen, die mir geschenkt mein Bruder in seinem Liebessinn. Und einen nach dem andern gab ich dem schönen, aber unwürdigen Jüngling hin.
Neue Liebeslieder opus 65 19. No. 1 Verzicht, o Herz, auf Rettung Verzicht, o Herz, auf Rettung, dich wagend in der Liebe Meer! Denn tausend Nachen schwimmen zertrümmert am Gestad umher! 20. No. 2 Finstere Schatten der Nacht Finstere Schatten der Nacht, Wogen- und Wirbelgefahr! Sind wohl, die da gelind rasten auf sicherem Lande, euch zu begreifen im Stande? Das ist der nur allein, welcher auf wilder See stürmischer Öde treibt, Meilen entfernt vom Strande.
22. No. 4 Ihr schwarzen Augen Ihr schwarzen Augen, ihr dürft nur winken; Paläste fallen und Städte sinken. Wie sollte steh’n in solchem Strauß mein Herz, von Karten das schwache Haus? 23. No. 5 Wahre, wahre deinen Sohn Wahre, wahre deinen Sohn, Nachbarin, vor Wehe, weil ich ihn mit schwarzem Aug’ zu bezaubern gehe. O wie brennt das Auge mir, das zu Zünden fordert! Flammet ihm die Seele nicht deine Hütte lodert. 112
Textos de Neue Liebeslieder opus 65, CD 37 24. No. 6 Rosen steckt mir an die Mutter Rosen steckt mir an die Mutter, weil ich gar so trübe bin. Sie hat Recht, die Rose sinket, so wie ich, entblättert hin.
28. No. 10 Ich kose süß mit der und der Ich kose süß mit der und der und werde still und kranke, denn ewig, ewig kehrt zu dir, o Nonna, mein Gedanke!
25. No. 7 Vom Gebirge Well auf Well Vom Gebirge Well auf Well kommen Regengüsse, und ich gäbe dir so gern hunderttausend Küsse.
29. No. 11 Alles, alles in den Wind Alles, alles in den Wind sagst du mir, du Schmeichler! Alle samt verloren sind deine Müh’n, du Heuchler!
26. No. 8 Weiche Gräser im Revier Weiche Gräser im Revier, schöne, stille Plätzchen! O, wie linde ruht es hier sich mit einem Schätzchen!
Einem andern Fang’ zu lieb stelle deine Falle! Denn du bist ein loser Dieb, denn du bist um alle! 30. No. 12 Schwarzer Wald, dein Schatten Schwarzer Wald, dein Schatten ist so düster! Armes Herz, dein Leiden ist so drückend! Was dir einzig wert, es steht vor Augen; ewig untersagt ist Huldvereinung.
27. No. 9 Nagen am Herzen fühl ich Nagen am Herzen fühl ich ein Gift mir. Kann sich ein Mädchen, ohne zu fröhnen zärtlichem Hang, fassen ein ganzes wonneberaubtes Leben entlang?
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Textos de Neue Liebeslieder opus 65, CD 37 Ist die Flur so voller Licht, dass die Blum’ im Dunkel stehe? Ist die Welt so voller Lust, dass das Herz in Qual vergehe?
31. No. 13 Nein, Geliebter, setze dich Nein, Geliebter, setze dich mir so nahe nicht! Starre nicht so brünstiglich mir ins Angesicht!
Georg Friedrich Daumer (No.’s 1-14) Wie es auch im Busen brennt, dämpfe deinen Trieb, dass es nicht die Welt erkennt, wie wir uns so lieb.
33. No. 15 Zum Schluss Nun, ihr Musen, genug! Vergebens strebt ihr zu schildern, wie sich Jammer und Glück wechseln in liebender Brust.
32. No. 14 Flammenauge, dunkles Haar Flammenauge, dunkles Haar, Knabe wonnig und verwogen, Kummer ist durch dich hinein in mein armes Herz gezogen!
Heilen könnet die Wunden ihr nicht, die Amor geschlagen, aber Linderung kommt einzig, ihr Guten, von euch.
Kann in Eis der Sonne Brand, sich in Nacht der Tag verkehren? Kann die heiße Menschenbrust atmen ohne Glutbegehren?
Johann Wolfgang von Goethe
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Textos de Neue Liebeslieder opus 65, CD 37 Bajos Felix Schuler-Meybier+, Manfred Bittner #, Christian Dahm #, Stephan Hess, Joachim Herrmann #, Philip Niederberger, Joachim Roesler+, Marcus Stäbler+ # = opus 52 + = opus 65 Nr. 1, 2, 7, 8, 12-15
Chamber Choir of Europe Sopranos Sandra Bernhardt, Beate Feuerstein-Weber, Marietta Fischesser, Heike Heilmann #, Anne-Kathrin Herzog+, Natalie Kopp, Eleonore Majer Altos Tanja Bauer #, See-Hyoung Chang+, Veronika David Jensovska, Birgit Meyer, Alexandra Paulmichl, Tina Reiche +, Elke Ullrich #
Solistas Gabriele Hierdeis, soprano (7, 21, 24, 27, 29) Eibe Möhlmann, alto (23) Daniel Sans, tenor (17, 28) Ken Gould, bajo (22)
Tenores Rolf Ehlers+, Jörg M. Krause+, Dan Martin #, Julian Prégardien, Daniel Schreiber, Christian Specht
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Textos de Drei Quartette opus 31, CD 38 Die Gleichgültigen: Lass sie nur lieben, und lass du uns tanzen! Schmachtende Liebe vermeidet den Tanz. Schlingen wir fröhlich den drehenden Reihen, Schleichen die andern zum dämmernden Wald. Lass sie nur lieben, und lass du uns tanzen! Schmachtende Liebe vermeidet den Tanz.
CD 38 Quartetos opus 31, 64, 92, 112a Drei Quartette opus 31 1. No. 1 Wechsellied zum Tanze Die Gleichgültigen: Komm mit, o Schöne, komm mit mir zum Tanze; Tanzen gehöret zum festlichen Tag. Bist du mein Schatz nicht, so kannst du es werden, Wirst du es nimmer, so tanzen wir doch. Komm mit, o Schöne, komm mit mir zum Tanze; Tanzen verherrlicht den festlichen Tag.
Die Zärtlichen: Lass sie sich drehen, und lass du uns wandeln! Wandeln der Liebe ist himmlischer Tanz. Amor, der nahe, der höret sie spotten, Rächet sich einmal, und rächet sich bald. Lass sie sich drehen, und lass du uns wandeln! Wandeln der Liebe ist himmlischer Tanz.
Die Zärtlichen: Ohne dich, Liebste, was wären die Feste? Ohne dich, Süße, was wäre der Tanz? Wärst du mein Schatz nicht, so möcht ich nicht tanzen, Bleibst du es immer, ist Leben ein Fest. Ohne dich, Liebste, was wären die Feste? Ohne dich, Süße, was wäre der Tanz?
Johann Wolfgang von Goethe
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Textos de Drei Quartette opus 31, CD 38 Ich hab’ wohl ein Netzchen, das fischt gar gut, Ich fang’ mir den goldenen Fisch in der Flut; Mein wirst du, o Liebchen, fürwahr du wirst mein, Und wolltest du’s auch nicht sein.
2. No. 2 Neckereien Fürwahr, mein Liebchen, ich will nun frein, Ich führ’ als Weibchen dich bei mir ein, Mein wirst du, o Liebchen, fürwahr du wirst mein, Und wolltest du’s auch nicht sein. “So werd’ ich ein Täubchen von weißer Gestalt, Ich will schon entfliehen, ich flieg’ in den Wald, Mag dennoch nicht deine, mag dennoch nicht dein, Nicht eine Stunde sein.”
“So werd’ ich ein Häschen voll Schnelligkeit, Und lauf’ in die Felder, die Felder breit, Mag dennoch nicht deine, mag dennoch nicht dein, Nicht eine Stunde sein.”
Ich hab’ wohl ein Flintchen, das trifft gar bald, Ich schieß’ mir das Täubchen herunter im Wald; Mein wirst du, o Liebchen, fürwahr du wirst mein, Und wolltest du’s auch nicht sein.
Ich hab’ wohl ein Hündchen, gar pfiffig und fein, Das fängt mir das Häschen im Felde schon ein: Mein wirst du, o Liebchen, fürwahr du wirst mein, Und wolltest du’s auch nicht sein.
“So werd’ ich ein Fischchen, ein goldener Fisch, Ich will schon entspringen ins Wasser frisch; Mag dennoch nicht deine, mag dennoch nicht dein, Nicht eine Stunde sein.”
After the Moravian by Josef Wenzig
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Textos de Drei Quartette opus 31, CD 38 3. No. 3 Der Gang zum Liebchen Es glänzt der Mond nieder, Ich sollte doch wieder Zu meinem Liebchen, Wie mag es ihr geh’n? Ach weh’, sie verzaget Und klaget, und klaget, Dass sie mich nimmer Im Leben wird seh’n! Es ging der Mond unter, Ich eilte doch munter, Und eilte dass keiner Mein Liebchen entführt. Ihr Täubchen, o girret, Ihr Lüftchen, o schwirret, Dass keiner mein Liebchen, Mein Liebchen entführt! After the Bohemian by Josef Wenzig
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Textos de Drei Quartette opus 64, CD 38 Unter den Bäumen am Bach, Wo ich vor Zeiten geboren, Gib mir ein schützendes Dach, Liebende Heimat!
Drei Quartette opus 64 4. No. 1 An die Heimat Heimat! Wunderbar tönendes Wort! Wie auf befiederten Schwingen Ziehst du mein Herz zu dir fort, Jubelnd, als müsst’ ich den Gruß Jeglicher Seele dir bringen, Trag’ ich zu dir meinen Fuß, Freundliche Heimat!
C.O. Sternau
5. No. 2 Der Abend Senke, strahlender Gott, die Fluren dürsten Nach erquickendem Tau, der Mensch verschmachtet, Matter ziehen die Rosse, Senke den Wagen hinab.
Heimat! Bei dem sanftklingenden Ton Wecken mich alte Gesänge, Die in der Ferne mich flohn; Rufen mir freudenvoll zu Heimatlich lockende Klänge: Du nur allein bist die Ruh’, Schützende Heimat!
Siehe, wer aus des Meeres krystallner Woge Lieblich lächelnd dir winkt! Erkennt dein Herz sie? Rascher fliegen die Rosse. Thetys, die göttliche, winkt. Schnell vom Wagen herab in ihre Arme Springt der Führer. Den Zaum ergreift Kupido. Stille halten die Rosse, Trinken die kühlende Flut.
Heimat! Gib mir den Frieden zurück, Den ich im Weiten verloren, Gib mir dein blühendes Glück! 119
Textos de Drei Quartette opus 64, CD 38 “Du musst vernünftig sein.” “Das heißt, so kalt wie Stein.” “Du wirst zugrunde gehen!” “Ach, möcht’ es bald geschehen!”
Auf dem Himmel herauf mit leisen Schritten Kommt die duftende Nacht; ihr folgt die süße Liebe. Ruhet und liebet! Phöbus, der Liebende, ruht.
After the Turkish by Georg Friedrich Daumer Friedrich Schiller
6. Nr. 3 Fragen “Mein liebes Herz, was ist dir?” “Ich bin verliebt, das ist mir.” “Wie ist dir denn zumut’?” “Ich brenn’ in Höllenglut.” “Erquicket dich kein Schlummer?” “Den litte Qual und Kummer?” “Gelingt kein Widerstand?” “Wie doch bei solchem Brand?” “Ich hoffe, Zeit wird’s wenden.” “Es wird’s der Tod nur enden.” “Was gäbst du, sie zu sehn?” “Mich, dich, Welt, Himmelshöh’n.” “Du redest ohne Sinn.” “Weil ich in Liebe bin.” 120
Textos de Vier Quartette opus 92, CD 38 8. No. 2 Spätherbst Der graue Nebel tropft so still Herab auf Feld und Wald und Heide, Als ob der Himmel weinen will In übergroßem Leide.
Vier Quartette opus 92 7. No. 1 O schöne Nacht O schöne Nacht! Am Himmel märchenhaft Erglänzt der Mond in seiner ganzen Pracht; Um ihn der kleinen Sterne liebliche Genossenschaft.
Die Blumen wollen nicht mehr blühn, Die Vöglein schweigen in den Hainen, Es starb sogar das letzte Grün, Da mag er auch wohl weinen.
Es schimmert hell der Tau Am grünen Halm; mit Macht Im Fliederbusche schlägt die Nachtigall; Der Knabe schleicht zu seiner Liebsten sacht O schöne Nacht!
Hermann Allmers
After the Hungarian de Georg Friedrich Daumer
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Textos de Vier Quartette opus 92, CD 38 10. No. 4 Warum Warum doch erschallen himmelwärts die Lieder? Zögen gerne nieder Sterne, die droben Blinken und wallen, Zögen sich Lunas Lieblich Umarmen, Zögen die warmen, Wonnigen Tage Seliger Götter Gern uns herab!
9. No. 3 Abendlied Friedlich bekämpfen Nacht sich und Tag: Wie das zu dämpfen, Wie das zu lösen vermag. Der mich bedrückte, Schläfst du schon, Schmerz? Was mich beglückte Sage, was war’s doch, mein Herz? Freude wie Kummer, Fühl ich, zerrann, Aber den Schlummer Führten sie leise heran.
Johann Wolfgang von Goethe
Und im Entschweben, Immer empor, Kommt mir das Leben Ganz wie ein Schlummerlied vor. Friedrich Hebbel
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Textos de Zwei Quartette opus 112, CD 38 12. Nr. 2 Nächtens Alto Nächtens wachen auf die irren, Lügenmächt’gen Spukgestalten, Welche deinen Sinn verwirren.
Zwei Quartette opus 112a 11. No. 1 Sehnsucht Es rinnen die Wasser Tag und Nacht, Deine Sehnsucht wacht.
Nächtens ist im Blumengarten Reif gefallen, dass vergebens Du der Blumen würdest warten.
Du gedenkest der vergangenen Zeit, Die liegt so weit.
Nächtens haben Gram und Sorgen In dein Herz sich eingenistet, Und auf Tränen blickt der Morgen.
Du siehst hinaus in den Morgenschein Und bist allein. Es rinnen die Wasser Tag und Nacht, Deine Sehnsucht wacht.
Franz Kugler
Franz Kugler
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Textos de Zwei Quartette opus 112, CD 38 Chamber Choir of Europe Quartette opus 31, 112a: Gabriele Hierdeis (soprano), Eibe Möhlmann (alto), Daniel Sans (tenor), Ken Gould (bajo) Quartette opus 64, 92: Sopranos Sandra Bernhardt, Beate Feuerstein-Weber, Marietta Fischesser,Anne-Kathrin Herzog, Eleonore Majer Altos See-Hyoung Chang, Veronika David Jensovska, Birgit Meyer, Alexandra Paulmichl, Tina Reiche Tenores Rolf Ehlers, Jörg M. Krause, Julian Prégardien, Daniel Schreiber, Christian Specht Bajos Felix Schuler-Meybier, Stephan Hess, Philip Niederberger, Joachim Roesler, Marcus Stäbler
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Texto de weltliche Gesänge, CD 39 In der Fluten Schoß hinab gesunken blieben unten ihre Trümmer stehn. Ihre Zinnen lassen goldne Funken widerscheinend auf dem Spiegel sehn. Und der Schiffer, der den Zauberschimmer einmal sah im hellen Abendrot, Nach derselben Stelle schifft er immer
Weltliche a cappella-Gesänge opus 42 1. No. 1 Abendständchen Knabe Hör es klagt die Flöte wieder Und die kühlen Brunnen rauschen, Blinder Holder wehn die Töne nieder Stille, stille, lass uns lauschen.
ob auch ringsumher die Klippe droht. Aus des Herzens tiefem, tiefem Grunde klingt es mir wie Glocken dumpf und matt, Ach sie geben wunderbare Kunde von der Liebe, die geliebt es hat. Eine schöne Welt ist da versunken, ihre Trümmer blieben unten stehn lassen sich als goldne Himmelsfunken oft im Spiegel meiner Träume sehn. Und dann möcht ich tauchen in die Tiefen, mich versenken in den Wunderschein, und mir ist, als ob mich Engel riefen in die alte Wunderstadt herein.
Knabe Holdes Bitten mild Verlangen Wie es süß zum Herzen spricht! Blinder Durch die Nacht die mich umfangen Blick zu mir der Töne Licht.
2. No. 2 Vineta Aus des Meeres tiefem Grundeklingen Abendglocken dumpf und matt. Uns zu geben wunderbare Kunde von der schönen alten Wunderstadt.
3. No. 3 Darthulas Grabgesang Mädchen von Kola, du schläfst! 125
Texto de weltliche Gesänge, CD 39 Um dich schweigen die blauen Ströme Selmas. Sie trauern um dich, den letzten Zweig von Thruthils Stamm! Wann erstehst du wieder in deiner Schöne, Schönste der Schönen in Erin! Du schläfst im Grabe langen Schlaf, dein Morgenrot ist ferne! Nimmer, o nimmer kommt dir die Sonne weckend an deine Ruhestätte: “Wach auf! Wach auf, Darthula! Frühling ist draußen! Die Lüfte säuseln auf grünen Hügeln, Holdseliges Mädchen, weben die Blumen! Im Hain wallt sprießendes Laub!” Auf immer, auf immer so weiche denn, Sonne, dem Mädchen von Kola, sie schläft! Nie ersteht sie wieder in ihrer Schöne! Nie siehst du sie lieblich wandeln mehr.
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Textos de Sieben Lieder opus 62, CD 39 5. No. 2 Von alten Liebesliedern Spazieren wollt ich reiten, Der Liebsten vor die Tür, Sie blickt nach mir von Weitem, Und sprach mit großen Freuden: „Seht dort meines Herzens Zier, Wie trabt er her zu mir. Trab Rösslein trab, Trab für und für.“
Sieben Lieder opus 62 4. No. 1 Rosmarin Es wollt die Jungfrau früh aufstehn, Wollt in des Vaters Garten gehn, Rot Röslein wollt sie brechen ab, Davon wollt sie sich machen, Ein Kränzelein wohl schön. Es sollt ihr Hochzeitskränzlein sein: “Dem feinen Knab, dem Knaben mein, Ihr Röslein rot, ich brech euch ab, Davon will ich mir winden, Ein Kränzelein so schön.”
Den Zaum, den ließ ich schießen, Und sprengte hin zu ihr, Ich tät sie freundlich grüßen, Und sprach mit Worten süß: »Mein Schatz, mein höchste Zier, Was macht ihr vor der Tür? Trab Rösslein trab, Trab her zu ihr.«
Sie gieng im Grünen her und hin, Statt Röslein fand sie Rosmarien: “So bist du, mein Getreuer hin! Kein Röslein ist zu finden, Kein Kränzelein so schön.”
Vom Rösslein mein ich sprange, Und band es an die Tür, Tät freundlich sie umfangen, Die Zeit ward uns nicht lange, In Garten giengen wir Mit liebender Begier;
Sie ging im Garten her und hin, Statt Röslein brach sie Rosmarien: “Das nimm du, mein Getreuer, hin! Lieg bei dir unter Linden, Mein Totenkränzlein schön.” 127
Textos de Sieben Lieder opus 62, CD 39 Trab Rösslein trab, Trab leis herfür.
Die Gedanken in die Schöne, Ach, mißgönte Ferne führt!
Wir setzten uns da nieder Wohl in das grüne Gras, Und sangen hin und wieder Die alten Liebeslieder, Bis uns die Äuglein nass, Wegen der Kläffer Hass. Trab Rösslein trab, Trab, trab fürbas.
Lass die Waldesnacht mich wiegen, Stillen jede Pein, Und ein seliges Genügen Saug’ ich mit den Düften ein. In dem heimlich engen Kreisen, Wir dir wohl, du wildes Herz, Und ein Friede schwebt mit leisen Flügelschlägen niederwärts.
6. No. 3 Waldesnacht Waldesnacht, du wunderkühle, Die ich tausend Male grüß’, Nach dem lauten Weltgewühle, O wie ist dein Rauschen süß!
Singet, holde Vögellieder, Mich in Schlummer sacht! Irre Qualen, löst euch wieder; Wildes Herz, nun gute Nacht!
Träumerisch die müden Glieder, Berg’ ich weich ins Moos, Und mir ist, als würd’ ich wieder All der irren Qualen los.
7. No. 4 Dein Herzlein mild Dein Herzlein mild, du liebes Bild, das ist noch nicht erglommen, und drinnen ruht verträumte Glut, wird bald zu Tage kommen.
Fernes Flötenlied, vertöne, Das ein weites Sehnen rührt, 128
Textos de Sieben Lieder opus 62, CD 39 Gott wolle die vereinen, die füreinander sind, Vom Grämen und vom Weinen wird sonst das Auge blind. Treuliebe steht in Himmelshut, es wird noch alles, alles gut. Gott wolle die vereinen, die füreinander sind.
Es hat die Nacht ein’n Tau gebracht den Knospen all im Walde, und morgens drauf da blühts zuhauf’ und duftet durch die Halde.
8. No. 5 All meine Herzgedanken All meine Herzgedanken sind immerdar bei dir. Das ist das stille Kranken, das innen zehrt an mir. Da du mich einst umfangen hast, ist mir gewichen Ruh und Rast. All meine Herzgedanken sind immerdar bei dir.
9. No. 6 Es geht ein Wehen Es geht ein Wehen durch den Wald, die Windsbraut hör ich singen. Sie singt von einem Buhlen gut und bis sie dem in Armen ruht, muss sie noch weit in bangem Mut sich durch die Lande schwingen. Der Sang der klingt so schauerlich, der klingt so wild, so trübe, das heiße Sehnen ist erwacht, mein Schatz zu tausend gute Nacht! Es kommt der Tag eh du’s gedacht, der eint getreue Liebe!
Der Maßlieb und der Rosen begehr ich fürder nicht. Wie kann ich Lust erlosen, wenn Liebe mir gebricht! Seit Du von mir geschieden bist, hab ich gelacht zu keiner Frist. Der Maßlieb und der Rosen begehr ich fürder nicht.
Paul Heyse 129
Textos de Sieben Lieder opus 62, CD 39 Um Hülf’ ich ruf’, mein höchster Hort, Erhör mein sehnlich Klagen! Schaff mir, Herzlieb, dein’ Botschaft schier, Ich muss sonst vor Leid verzagen! Mein traurig’s Herz, Leid’t großen Schmerz, Wie soll ich’s überwinden? Ich sorg’, dass schier Der Tod mit mir Will ringen um das Leben, Tu mir dein Troste geben.
10. No. 7 Vergangen ist mir Glück und Heil Vergangen ist mir Glück und Heil Und alle Freud’ auf Erden; Elend bin ich verloren gar, Mir mag nit besser werden. Bis in den Tod Leid’ ich groß Not, So ich dich, Lieb, muss meiden, Geschieht mir, ach, O weh der Sach’! Muss ich mich dein verjehen, Groß Leid wird mir geschehen. Erbarmen tu ich mich so hart, Das kommt aus Buhlers Hulde, Die mich in Angst und Not hat bracht, Und williglich das dulde. Um dich allein, Herzliebste mein, Ist mir kein Bürd’ zu schwere, Wär’s noch so viel, Ich dennoch will In deinem Dienst ersterben, Nach fremder Lieb’ nit werben. 130
Textos de Sechs Lieder und Romanzen opus 93a, CD 39 12. No. 2. Das Mädchen Stand das Mädchen, stand am Bergesabhang, Widerschien der Berg von ihrem Antlitz, Und das Mädchen sprach zu ihrem Antlitz: “Wahrlich, Antlitz, o du meine Sorge, Wenn ich wüsste, du mein weißes Antlitz, Dass dereinst ein Alter dich wird küssen, Ging hinaus ich zu den grünen Bergen, Presste bittres Wasser aus dem Wermut, Wüsche dich, o Antlitz, mit dem Wasser, Dass du bitter, wenn dich küsst der Alte! Wüsst´ ich aber, du mein weißes Antlitz, Dass dereinst ein Junger dich wird küssen, Ging hinaus ich in den grünen Garten, Pflückte alle Rosen in dem Garten, Presste duftend Wasser aus den Rosen, Wüsche dich, o Antlitz, mit dem Wasser, Dass du duftest, wenn dich küsst der Junge!”
Sechs Lieder und Romanzen opus 93a 11. No. 1. Der bucklichte Fiedler Es wohnet ein Fiedler zu Frankfurt am Main, Der kehret von lustiger Zeche heim, Und er trat auf den Markt, was schaut er dort? Der schönen Frauen schmausten gar viel an dem Ort! Du bucklichter Fiedler, nun fiedle uns auf, Wir wollen dir zahlen des Lohnes vollauf! Einen feinen Tanz, behende gegeigt! Walpurgisnacht wird heur gefei’rt. Der Geiger strich einen fröhlichen Tanz, Die Frauen tanzten den Rosenkranz. Und die erste sprach: Mein lieber Sohn, Du geigtest so frisch, hab nun deinen Lohn. Sie griff ihm behend unters Wams sofort Und nahm ihm den Höcker vom Rücken fort. So gehe nun hin, mein schlanker Gesell, Dich nimmt nun jedwede Jungfrau zur Stell!
Del Serbio, traducidos por Siegfried Kapper
Rheinisches Volkslied
131
Textos de Sechs Lieder und Romanzen opus 93a, CD 39 14. No. 4. Fahr wohl Fahr wohl, O Vögelein, das nun wandern soll; Der Sommer fährt von hinnen, Du willst mit mir entrinnen, Fahr wohl, fahr wohl! Fahr wohl, O Blättlein, das nun fallen soll; Dich hat rot angestrahlet Der Herbst im Tod gemalet, Fahr wohl, fahr wohl! Fahr wohl, All Liebes, das nun scheiden soll! Und ob es so geschehe, Dass ich nicht mehr dich sehe, Fahr wohl, fahr wohl, Fahr wohl!
13. No. 3. O süßer Mai O süßer Mai, Der Strom ist frei, Ich steh’ verschlossen, Mein Aug’ verdrossen; Ich seh’ nicht deine grüne Tracht, Nicht deine buntgeblümte Pracht, Nicht dein Himmelblau, Zur Erd’ ich schau’; O süßer Mai, Mich lasse frei, Wie den Gesang, An den dunklen Hecken entlang. Achim von Arnim
Friedrich Rückert
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Textos de Sechs Lieder und Romanzen opus 93a, CD 39 16. No. 6. Beherzigung Feiger Gedanken Bängliches Schwanken, Weibisches Zagen, Ängstliches Klagen Wendet kein Elend, Macht dich nicht frei. Allen Gewalten Zum Trutz sich erhalten, Nimmer sich beugen, Kräftig sich zeigen, Rufet die Arme Der Götter herbei!
15. No. 5. Der Falke Hebt ein Falke sich empor, Wiegt die Schwingen stolz und breit, Fliegt empor, dann rechts hin weit, Bis er schaut der Veste Tor. An dem Tor ein Mädchen sitzt, Wäscht ihr weißes Angesicht; Schnee der Berge glänzet nicht, Wie ihr weißer Nacken glitzt. Wie es wäscht und wie es sitzt, Hebt es auf die schwarzen Brau’n, Und kein Nachtstern ist zu schau’n, Wie ihr schwarzes Auge blitzt. Spricht der Falke aus den Höh’n: “O du Mädchen, wunderschön! Wasche nicht die Wange dein, Dass sie schneeig glänze nicht! Hebe nicht die Braue fein, Dass dein Auge blitze nicht! Hüll den weißen Nacken ein, Dass mir nicht das Herze bricht.”
Johann Wolfgang von Goethe
Del Serbio, traducidos por Siegfried Kapper
133
Textos de Fünf Gesänge opus 104, CD 39 19. No. 3. Letztes Glück Leblos gleitet Blatt um Blatt Still und traurig von den Bäumen; Seines Hoffens nimmersatt Lebt das Herz in Frühlingsträumen. Noch verweilt ein Sonnenblick Bei den späten Hagerosen Wie bei einem letzten Glück, Einem süßen, hoffnungslosen.
Fünf Gesänge opus 104 17. No. 1. Nachtwache I Leise Töne der Brust, Geweckt vom Odem der Liebe, Hauchet zitternd hinaus, Ob sich euch öffn’ ein Ohr, Öffn’ ein liebendes Herz, Und wenn sich keines euch öffnet, Trag’ ein Nachtwind euch Seufzend in meines zurück.
Max Kahlbeck
Friedrich Rückert
18. No. 2. Nachtwache II Ruhn sie? rufet das Horn Des Wächters drüben aus Westen, Und aus Osten das Horn Rufet entgegen: Sie ruhn! Hörst du, zagendes Herz, Die flüsternden Stimmen der Engel? Lösche die Lampe getrost, Hülle in Frieden dich ein. 134
Textos de Fünf Gesänge opus 104, CD 39 21. No. 5. Im Herbst Ernst ist der Herbst, Und wenn die Blätter fallen, Sinkt auch das Herz zu trübem Weh herab. Still ist die Flur, Und nach dem Süden wallen Die Sänger stumm, wie nach dem Grab. Bleich ist der Tag, und blasse Nebel schleiern Die Sonne wie die Herzen ein. Früh kommt die Nacht: Denn alle Kräfte feiern, Und tief verschlossen ruht das Sein. Sanft wird der Mensch, Er sieht die Sonne sinken, Er ahnt des Lebens wie des Jahres Schluss. Feucht wird das Aug’, Doch in der Träne Blinken Erströmt des Herzens seligster Erguss.
20. No. 4. Verlorene Jugend Brausten alle Berge, Sauste rings der Wald Meine jungen Tage, Wo sind sie so bald? Jugend, teure Jugend, Flohest mir dahin; O, du holde Jugend, Achtlos war mein Sinn! Ich verlor dich leider, Wie wenn einen Stein Jemand von sich schleudert In die Flut hinein. Wendet sich der Stein auch Um in tiefer Flut, Weiß ich, dass die Jugend Doch kein Gleiches tut. From the Bohemian, after Josef Wenzig
Klaus Groth
135
Textos de Fünf Gesänge opus 104, CD 39 Chamber Choir of Europe Sopranos: Sandra Bernhardt+, Florence Bruggey#, Judith Erb# +(Solo opus 93a), Beate Feuerstein-Weber*, Marietta Fischesser, Anne Hellmann+, AnneKathrin Herzog*, Eleonore Majer#, Barbara Mehr+, Shu-Fang Schendel, Julia Weigel# Altos:Veronika David Jensovska, Tanja Bauer+, Alena Leja, Birgit Meyer#*, Jochen Patscheke#, Alexandra Paulmichl+, Tina Reiche# *, Barbara Werner+, Ilona Ziesemer-Schröder+ Tenores:Jörg M. Krause, Julian Prégardien, Florian Schmitt+, Daniel Schreiber, Christian Specht, Thomas Vogel*, Jens Weiß#+ Bajos: Christian Dahm+, Joachim Herrmann #+, Stephan Hess*+, Philip Niederberger# *+, Joachim Roesler *, Frank Sauerland+, Johannes Schendel, Wilhelm Schwinghammer*, Marcus Stäbler# * + = opus op. 104, 1-4 # = opus 93, 104 Nr. 5 * = opus 62 136
Textos de Canciones Populares Alemanas WoO 40, CD 40 Zu dir versieh In Hoffnung viel, Nit mehr ich will, Allein setz mir ein gnädigs Ziel.
CD 40 14 Volkslieder WoO 40 + 12 deutsche Volkslieder WoO 35 Vierzehn Volkslieder, WoO 34 1. No. 1 Von edler Art Von edler Art, Auch rein und zart, Bist du ein Kron, Der ich mich han Ergeben gar, Glaub mir fürwahr; Das Herz in mir Kränkt sich nach dir, Darum ich b’gehr Auf all dein Ehr: Hilf mir, ich hab nicht Trostes mehr.
2. No. 2 Mit Lust tät ich ausreiten Mit Lust tät ich ausreiten Durch einen grünen Wald, Darin da hört’ ich singen Drei Vög’lein wohlgestalt, Und sind es nicht drei Vögelein, So sind’s drei Fräulein fein, Soll mir die Ein’ nicht werden, So gilt’s das Leben mein. Die Abendstrahlen breiten Das Goldnetz über’n Wald, Und ihm entgegen streiten Die Vög’lein, dass es schallt. Ich stehe auf der Lauer, Ich harr’ auf dunkle Nacht, Es hat der Abendschauer Ihr Herz wohl weich gemacht.
Wie ich ihm tu, Hab ich kein Ruh, Ohn dein Gestalt, Die mich mit G’walt Gefangen hat: Herzlieb gib Rat, Des ich mich doch 137
Textos de Canciones Populares Alemanas WoO 40, CD 40 In die Tiefe, bald ist er verschwunden, Dort unten empfaht ihn das Liebchen fein, Seine Ruh hat er endlich gefunden, ja funden.
In’s Jubelhorn ich stoße, Das Firmament wird klar, Ich steige von dem Roße, Und zählt’ die Vögelschar. Die Ein’ ist schwarzbraun’ Anne, Die Andre Bärbelein, Die Dritt’ hat keinen Namen, Die soll mein Eigen sein.
4. No. 4 Vom heiligen Martyrer Emmerano, Bischoffen zu Regensburg Komm Mainz, komm Bayrn, komm Österreich komm Aquitan, komm ganz Frankreich. Ruft alle an St. Emmeran, sein Vorbitt uns geleit zu der ewigen Seligkeit.
3. No. 3 Bei nächtlicher Weil Bei nächtlicher Weil, an ein’s Waldes Born, Tat ein Jäger gar trauriglich stehen, An der Hütte hängt stumm sein güldenes Horn, Wild im Winde die Haare ihm wehen, ja wehen.
Zu Piktavis, da du geborn, zum Bischoff erstlich wirst erkorn. Dein Eifer aber da nicht bleibt, von dann ‘gen Regensburg dich treibt.
Die du dich im Träumen gezeiget mir, Traute Nixe, schaff Ruh meiner Seelen, Du meines Lebens alleinige Zier, Was willst du mich ewiglich quälen, ja quälen?
Bayern dein ander Bistum war, manch Seel errettst aus Not und G’fahr.
So klagt er, und rauschend tönts hervor Aus des Quelles tief untersten Gründen. Wie ein Menschenlaut zu des Jägers Ohr: Komm herein, so tust Ruhe du finden, ja finden.
Dein Tod solchs g’nug bezeugen tut, zahlst fremde Schuld mit deinem Blut. Der wöll ihm durch sein Mart’r und Pein all Christenland befohlen sein.
Da stürzet der Jäger sich stracks hinein 138
Textos de Canciones Populares Alemanas WoO 40, CD 40 vor der heißen Hölle Pein. Kyrieleison.
5. No. 5 Täublein weiß Es flog ein Täublein weiße vom Himmel herab in engelischem Kleide zu einer Jungfrau zart; es grüßet sie so hübsch und säuberlich, ihr Seel war hochgezieret, gesegnet ward ihr Leib. Kyrieleison.
6. No. 6 Ach, lieber Herre Jesu Christ Ach, lieber Herre Jesu Christ, weil du ein Kind gewesen bist, so gib auch diesem Kindelein dein Gnad’ und auch den Segen dein! Ach, Jesus, Herre mein, behüt’ dies Kindelein!
Der Himmel ward erschlossen durch Gottes Schlüssel klar, Maria ist der Garten, da er gewachsen war, der Heilig Geist den Garten besser hat, gar schön ist er gezieret mit göttlicher Majestät. Kyrieleison.
Dein’r Engel Schar, die wohn’ ihm bei, es schlaf’, es wach’ und wo es sei. Dein Geist behüt’s, o Gottessohn, dass es verlang’ der Heil’gen Kron’. Ach Jesus, Herre mein, behüt’ dies Kindelein! Nun schlaf, nun schlaf, mein Kindelein! Jesus soll freundlich bei dir sein. Er wolle, dass dir träume wohl und werdest aller Tugend voll! Ach Jesus, Herre mein, behüt’ dies Kindelein!
So hat der Ruf ein Ende wohl hie zu dieser Stund, so wolln wir Gott nur bitten aus unsres Herzens Grund, dass er uns allen wolle gnädig sein, er woll uns auch behüten 139
Textos de Canciones Populares Alemanas WoO 40, CD 40 beichten und büßen, alle wir müssen, o hilf, o hilf, Sankt Raphael.
Ein’ gute Nacht und guten Tag geb’ dir, der alle Ding’ vermag! Hiermit sollst du gesegnet sein, du herzeliebes Kindelein! Ach Jesus, Herre mein, behüt’ dies Kindelein
8. No. 8 In stiller Nacht In stiller Nacht Zur ersten Wacht Ein Stimm begunnt zu klagen, Am düstern Ort, Im Garten dort Begann ein Herz zu zagen.
7. No. 7 Sankt Raphael Tröst die Bedrängten und hilf den Kranken, Sankt Raphael, Bresten und Schaden und überladen,
Ach Vater, Lieber Vater mein, Und muss den Kelch ich trinken, Und wenn es soll Nicht anders sein, Mein Seel lass nicht versinken!
o hilf, o hilf, Sankt Raphael. Wann wir uns legen, tu unser pflegen, Sankt Raphael, unsere Schmerzen nehme zu Herzen,
Ade, ade Zur guten Nacht, Maria, Mutter milde, Ist keine Seel’, Die mit mir wacht In dieser wüsten Wilde?
o hilf, o hilf, Sankt Raphael. Hin zum Verderben, lass niemand sterben, Sankt Raphael, 140
Textos de Canciones Populares Alemanas WoO 40, CD 40 Dass ich vom Scheiden nie hört sagn! Davon so muss ich mich beklagn. So muss ich Leid in meim Herzen tragn So mag es anders nit gesein. Ich fahr dahin, ich fahr dahin.
Der schöne Mond Will untergahn, Vor Leid nicht mehr mag scheinen, In dunkler Nacht Die Stern vergahn, Sie wollen mit mir weinen.
10. No 10 Der tote Knabe Es pochet ein Knabe leise an Feinsliebchens Fensterlein: Feinslieb sag, bist du darinnen? Steh auf und lass mich ein!
9. No 9 Abschiedslied Ich fahr dahin, weil es muss sein, Ich scheid mich von der Liebsten mein; So lang ich lebe, bleib ich dein, Leb wohl, ade, du Liebste mein! Ich fahr dahin, ich fahr dahin.
Ich kann mit dir wohl sprechen, Doch dich einlassen nicht; Ich bin mit Jemand versprochen, Einen Zweiten mag ich nicht!
Halt du die Treu so fest wie ich, Denn sieh, mein Herz, das liebt nur dich; Ich denke dein und sehne mich Und bitte Gott, er schütze dich! Ich fahr dahin, ich fahr dahin.
Mit dem so du versprochen, Feinsliebchen, der bin ich; Reich mir dein Händelein weiße, Vielleicht erkennst du mich.
Das sag ich ihr und niemand meh: Meim Herz geschah noch nie so weh. Sie liebet mir je länger je mehr Durch Meiden muss ich leiden Pein. Ich fahr dahin, ich fahr dahin.
Du riechest gar nach Erde, Sag, Liebster, bist du tot? Soll ich nach Erde nicht riechen, Da ich in dem Grab geruht? 141
Textos de Canciones Populares Alemanas WoO 40, CD 40 Nach manchem Seufzer schwere, Komm ich wohl wieder dar, Nach Jammer und nach Leide Seh ich dein Äuglein klar. Ich bitt dich, Auserwählte mein, Lass dir befohlen sein Das treue, junge Herze, Das Herze mein.
Weck Vater auf und Mutter, Weck deine Freund all auf. Grün Kränzelein sollst du tragen Mit mir in den Himmel hinauf.
11. No 11 Die Wollust im Maien Die Wollust in den Maien, die Zeit hat Freuden bracht, Die Blümlein mancherleien, Ein jeglichs nach sein’r G’stalt, Das sind die roten Röselein, Der Feyl, der grüne Klee; Von herzer Liebe scheiden Das tut weh.
12. No. 12 Morgengesang Wach auf, mein Kind, steh auf geschwind, sobald der Hahn die Flügel schwingt und dir von vier od’r fünfen kräht; der kommt zu spät, der sich lang dreht und wälzet in den Federn um, faulenzend hier und dort herum.
Der Vögelein Gesange, Die Zeit hat Freuden bracht, Ihr Lieb tät mich bezwingen, Freundlich sie zu mir sprach: Sollt, schönes Lieb, ich fragen dich, Wollst fein berichten mich. Genad mir, schöne Frauen, So sprach ich.
Bei deinem leichten weißen Kleid der Unschuld denk und Reinigkeit, und wann dein Seel ist rein und weiß, vor Flecken hüt dich alles Fleiß, wach dich in Reu und Herzeleid, so bleibt schneeweiß dein himmlisch Kleid. 142
Textos de Canciones Populares Alemanas WoO 40, CD 40 Wer blindlich rote Rosen bricht, gar leicht sich in die Dornen sticht, was vorgetan und nachbedacht, hat manchen großen Schaden bracht; denk alles vor, tu alles wohl, als wenns dein letztes Wort sein soll.
Viel hundert tausend ungezählt, Das nur unter die Sichel fällt, Ihr Rosen, ihr Lilien, Euch wird er austilgen, Auch die Kaiser-Kronen, Wird er nicht verschonen. Hüte dich schönes Blümelein!
13. No 13 Schnitter Tod Es ist ein Schnitter, der heißt Tod, Hat Gewalt vom höchsten Gott, Heut wetzt er das Messer, Es schneid’t schon viel besser, Bald wird er drein schneiden, Wir müssen nur leiden. Hüte dich schönes Blümelein!
Das himmelfarbe Ehrenpreiß, Die Tulipanen gelb und weiß, Die silbernen Glocken, Die goldenen Flocken, Senkt alles zur Erden, Was wird daraus werden? Hüte dich schönes Blümelein! Ihr hübsch Lavendel, Rosmarein, Ihr vielfärbige Röselein. Ihr stolze Schwertlilien, Ihr krause Basilien, Ihr zarte Violen, Man wird euch bald holen. Hüte dich schönes Blümelein!
Was heut noch grün und frisch da steht, Wird morgen schon hinweggemäht: Die edlen Narzissen, Die Zierden der Wiesen, Viel schön’ Hyazinthen, Die türkischen Binden. Hüte dich schönes Blümelein!
Trotz! Tod, komm her, ich fürcht dich nicht, 143
Textos de Canciones Populares Alemanas WoO 40, CD 40 Gegrüßt seyst du Maria, Du edle Jungfrau fein, Dein Leib soll dir gebähren, Ein kleines Kindelein.
Trotz, eil daher in einem Schritt. Werd ich nur verletzet, So werd ich versetzet In den himmlischen Garten, Auf den alle wir warten. Freu’ dich, schönes Blümelein.
Dein Leib soll dir gebähren, Ein Kindlein ohn einen Mann, Das Himmel und die Erde Einsmals zwingen kann.
14. No 14 Der englische Jäger Es wollt gut Jäger jagen, Wollt jagen auf Himmels Höhn, Was begegnet ihm auf der Heiden, Maria, die Jungfrau schön.
Maria die viel Reine, Fiel nieder auf ihre Knie, Dann bat sie Gott vom Himmel: Dein Will gescheh allhie.
Der Jäger, den ich meine, Der ist uns wohl bekannt, Er jagt mit einem Engel, Gabriel ist er genannt.
Dein Will der soll geschehen, Ohn Pein und sonder Schmerz. Da empfing sie Jesum Christum Unter ihr jungfräuliches Herz.
Der Jäger bließ in sein Hörnlein, Es lautet also wohl: Gegrüßt seyst du Maria, Du bist aller Gnaden voll.
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Textos de Canciones Populares Alemanas, WoO 35, CD 40 Deutsche Volkslieder, WoO 35
verschwunden ist all mein Leid.
15. No. 1 Scheiden Ach Gott, wie weh tut scheiden hat mir mein Herz verwundt. So trab ich über die Heiden und traur zu aller Stund. Der Stunden, der seind allsoviel mein Herz trägt heimlichs Leiden wie wohl ich oft fröhlich bin.
Mich dünkt in all mein Sinne und wenn ich bei ihr bin sie sei ein Kaiserinne kein lieber ich nie gewinn. Hat mir mein junges Herz erfreut wann ich an sie gedenke verschwunden ist all mein Leid. Sollt mich meins Buhln erwegen, als oft ein anderer tut, sollt führn ein fröhlichs Leben darzu ein leichten Mut? Das kann und mag doch nit gesein Gesegn dich Gott im Herzen es muss geschieden sein.
Hat mir ein Gärtlein bauet von Veil und grünem Klee; ist mir zu früh erforen tut meinem Herzen weh. Ist mir erfrorn bei Sonnenschein ein Kraut jelängerjelieber ein Blümlein Vergissnichtmein.
16. No. 2 Wach auf! Wach auf, mein Herzensschöne, Zart Allerliebste mein, Ich hör ein süß Getöne Von kleinen Waldvöglein, Die hör ich so lieblich singen,
Das Blümlein, das ich meine, das ist von edler Art ist aller Tugend reine ihr Mündlein, das ist zart. Ihr Äuglein, die seind hübsch und fein wann ich an sie gedenke 145
Textos de Canciones Populares Alemanas, WoO 35, CD 40 Ich mein, es woll des Tages Schein Vom Orient her dringen.
Du bist mein Trost auf Erden.
Ich hör die Hahnen krähen, Und spür den Tag dabei, Die kühlen Winde wehen, Die Sternlein leuchten frei. Singt uns Frau Nachtigalle, Singt uns ein süße Melodei, Sie meld’t den Tag mit Schalle.
17. No. 3 Erlaube mir Erlaube mir, feins Mädchen, in den Garten zu gehn, dass ich dort mag schauen, wie die Rosen so schön. Erlaube sie zu brechen, es ist die höchste Zeit; ihre Schönheit, ihre Jugend hat mir mein Herz erfreut.
Du hast mein Herz umfangen In treu inbrünstger Lieb, Ich bin so oft gegangen Feinslieb nach deiner Zier, Ob ich dich möcht ersehen, So würd erfreut das Herz in mir, Die Wahrheit muss ich g’stehen.
O Mädchen, o Mädchen, du einsames Kind, wer hat den Gedanken ins Herz dir gezinnt, dass ich soll den Garten, die Rosen nicht sehn? Du gefällst meinen Augen, das muss ich gestehn.
Selig ist Tag und Stunde, Darin du bist gebor’n, Gott grüßt mir dein rot Munde, Den ich mir hab erkor’n; Kann mir kein Liebre werden, Schau dass mein Lieb nicht sei verlor’n,
18. No. 4 Der Fiedler Es wohnet ein Fiedler zu Frankfurt am Main, 146
Textos de Canciones Populares Alemanas, WoO 35, CD 40 I hab di so lieb.
der kehret von lustiger Zeche heim; und er trat auf den Markt, was schaut er dort? Der schönen Frauen schmausten gar viel’ an dem Ort.
Sprichst allweil von Lieb’ Sprichst allweil von Treu’ Und a bissele Falschheit Is au wohl dabei!
“Du bucklichter Fiedler, nun fiedle uns auf, wir wollen dir zahlen des Lohnes vollauf! Einen feinen Tanz, behende gegeigt, Walpurgis Nacht wir heuer gefeir’t!”
Und wenn i dir’s zehnmal sag’, Dass i di lieb Und du willst nit verstehen, Muss weiter i gehn.
Der Geiger strich einen fröhlichen Tanz, die Frauen tanzten den Rosenkranz, und die erste sprach: “Mein lieber Sohn, du geigtest so frisch, hab’ nun deinen Lohn!”
Für die Zeit, wo du g’liebt mi hast, Dank i dir schön Und i wünsch’ dass dir’s Anderswo besser mag gehn.
Sie griff ihm behend’ unter’s Wams sofort, und nahm ihm den Höcker vom Rücken fort: “So gehe nun hin, mein schlanker Gesell, dich nimmt nun jedwede Jungfrau zur Stell’”
20. No. 6 Des Abends Des Abends kann ich nicht schlafen gehn, Zu meiner Herzliebsten muss ich gehn, Zu meiner Herzliebsten muss ich gehn, Und sollt’ ich an der Tür bleiben stehn, Ganz heimelig!
19. No. 5 Da unten im Tale Da unten im Tale Läuft’s Wasser so trüb Und i kann dir’s nit sagen 147
Textos de Canciones Populares Alemanas, WoO 35, CD 40 Ich mein, es woll des Tages Schein Vom Orient her dringen.
„Wer ist denn da? Wer klopfet an, Der mich so leis aufwecken kann?“ Das ist der Herzallerliebste dein, Steh auf, mein Schatz, und lass mich ein, Ganz heimelig!
Ich hör die Hahnen krähen, und spür den Tag dabei, Die kühlen Winde wehen, Die Sternlein leuchten frei. Singt uns Frau Nachtigalle, Singt uns ein süße Melodei, Sie meld’t den Tag mit Schalle.
Wenn alle Sterne Schreiber gut, Und alle Wolken Papier dazu, So sollten sie schreiben der Lieben mein, Sie brächten die Lieb’ in den Brief nicht ein, Ganz heimelig!
Du hast mein Herz umfangen In treu inbrünstger Lieb, Ich bin so oft gegangen
Ach, hätt’ ich Federn wie ein Hahn Und könnt’ ich schwimmen wie ein Schwan, So wollt’ ich schwimmen wohl über den Rhein, Hin zu der Herzallerliebsten mein, Ganz heimelig!
Feinslieb nach deiner Zier, Ob ich dich möcht ersehen, So würd erfreut das Herz in mir, Die Wahrheit muss ich g’stehen. Selig ist Tag und Stunde, Darin du bist gebor’n, Gott grüßt mir dein rot Munde, Den ich mir hab erkor’n; Kann mir kein Liebre werden,
21. No. 7 Wach auf! (2nd version Wach auf, meins Herzensschöne, Zart Allerliebste mein, Ich hör ein süß Getöne Von kleinen Waldvöglein, Die hör ich so lieblich singen, 148
Textos de Canciones Populares Alemanas, WoO 35, CD 40 23. No. 9 Altes Volkslied Verstohlen geht der Mond auf, Blau, blau Blümelein! Durch Silberwölkchen führt sein Lauf; Rosen im Tal, Mädel im Saal, o schönste Rosa!
Schau dass mein Lieb nicht sei verlor’n, Du bist mein Trost auf Erden.
22. No. 8 Dort in den Weiden Dort in den Weiden steht ein Haus, da schaut die Magd zum Fenster ‘naus! Sie schaut stromauf, sie schaut stromab: ist noch nicht da mein Herzensknab’? Der schönste Bursch am ganzen Rhein, den nenn’ ich mein, den nenn’ ich mein!
Er steigt die blaue Luft hindurch, Blau, blau Blümelein! Bis dass er scheint auf Löwenburg; Rosen im Tal, Mädel im Saal, o schönste Rosa! O schaue Mond durchs Fensterlein, Blau, blau Blümelein! Schön Trude lockt mit deinem Schein; Rosen im Tal, Mädel im Saal, o schönste Rosa!
Des Morgens fährt er auf dem Fluss, und singt herüber seinen Gruß, des Abends, wenn’s Glühwürmchen fliegt, sein Nachen an das Ufer wiegt, da kann ich mit dem Burschen mein beisammen sein, beisammen sein!
Und siehst du mich und siehst du sie, Blau, blau Blümelein! Zwei treu’re Herzen sahst du nie; Rosen im Tal, Mädel im Saal, o schönste Rosa!
Die Nachtigall im Fliederstrauch, was sie da singt, versteh’ ich auch; sie saget: übers Jahr ist Fest, hab’ ich, mein Lieber, auch ein Nest, wo ich dann mit dem Burschen mein die Froh’st’ am Rhein, die Froh’st’ am Rhein!
24. No. 10 Der Ritter und die Feine Es stunden drei Rosen auf einem Zweig, Schön ist der Sommer; 149
Textos de Canciones Populares Alemanas, WoO 35, CD 40 Sechshundert Laden hinaus.
Drauf sang eine Nachtigall anmutreich; Schön ist der Sommer!
Und als das Haus gebauet war, Legt er sich nieder und schlief, Da kam des jungen Markgrafen Weib, Zum zweiten und dritten und rief:
Der Ritter kam wohl durch den Wald, Schön ist der Sommer; Mein Rösslein, was machst du so plötzlich Halt? Schön ist der Sommer!
“Steh auf, steh auf, du Zimmergesell, Denn es ist an der Stund’, Hast du so wohl gebauet das Haus, So küss mir meinen Mund!”
Was schimmert Rotes durchs grüne Gras? Schön ist der Sommer; Als ob es Rosen in ihrer Pracht? Schön ist der Sommer!
Wenn dir der Wein zu sauer ist, So trink du Malvasier, Und wenn mein Mund dir süßer ist, So komme wieder zu mir!”
Und unter dem blühenden Rosenbaum, Schön ist der Sommer; Da lag eine Feine in tiefem Traum; Schön ist der Sommer!
26. No. 12 Altdeutsches Kampflied Wir stehen hier zur Schlacht bereit, o Michael! Erzengel helfe uns im Streit! Hilf uns hier kämpfen, die Feinde dämpfen, o Michael!
25. No. 11 Der Zimmergesell Es war einmal ein Zimmergesell, War gar ein jung frisch Blut, Er baut dem jungen Markgraf ein Haus; Zweifle nicht, mein Schatz, mein Kind, Er baut dem jungen Markgraf ein Haus 150
Textos de Canciones Populares Alemanas, WoO 35, CD 40 Wir streiten nur für gutes Recht, o Michael! Für den Glauben gehen wir ins Gefecht! O zieh ein Beistand uns einher, o Michael! O Führer der Heerscharen Heer! Du stürztest die in ew’ge Nacht, o Michael! die sich gen Gottes Licht gewagt. Dir ist geweiht das deutsche Land, o Michael! Lass es nicht sein der Fremden Tand! Du schaust die stolzen Feinde drohn, o Michael! Mach du zu Schanden ihren Hohn! O halte Zwiespalt von uns fern, o Michael! Und eine du des Volkes Kern! O Michael, mit uns zur Schlacht, o Michael! Wir stehn dann aller Höllen Macht!
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Textos de Canciones Zíngaras opus 103, CD 41 3. No. 3 Wisst ihr, wann mein Kindchen Wisst ihr, wann mein Kindchen am allerschönsten ist? Wenn ihr süßes Mündchen scherzt und lacht und küsst. Mägdelein, du bist mein, inniglich küss ich dich, Dich erschuf der liebe Himmel einzig nur für mich!
CD 41 Zigeunerlieder opus 103 + 112b; 7 Volkslieder WoO 33, a.o. Zigeunerlieder opus 103 1. No. 1 He, Zigeuner He, Zigeuner, greife in die Saiten ein! Spiel das Lied vom ungetreuen Mägdelein! Lass die Saiten weinen, klagen, traurig bange, Bis die heiße Träne netzet diese Wange!
Wisst ihr, wenn mein Liebster am besten mir gefällt? Wenn in seinen Armen er mich umschlungen hält. Schätzelein, du bist mein, inniglich küss ich dich, Dich erschuf der liebe Himmel einzig nur für mich!
2. No. 2 Hochgetürmte Rimaflut Hochgetürmte Rimaflut, Wie bist du so trüb; An dem Ufer klag ich Laut nach dir, mein Lieb!
4. No. 4 Lieber Gott, du weißt Lieber Gott, du weißt, wie oft bereut ich hab, Dass ich meinem Liebsten einst ein Küsschen gab. Herz gebot, dass ich ihn küssen muss, Denk, solang ich leb, an diesen ersten Kuss.
Wellen fliehen, Wellen strömen, Rauschen an dem Strand heran zu mir. An dem Rimaufer lass mich Ewig weinen nach ihr!
Lieber Gott, du weißt, wie oft in stiller Nacht Ich in Lust und Leid an meinen Schatz gedacht. Lieb ist süß, wenn bitter auch die Reu, Armes Herze bleibt ihm ewig, ewig treu. 152
Textos de Canciones Zíngaras opus 103, CD 41 7. No. 7 Kommt dir manchmal in den Sinn Kommt dir manchmal in den Sinn, mein süßesLieb, Was du einst mit heil’gem Eide mir gelobt? Täusch mich nicht, verlass mich nicht, Du weißt nicht, wie lieb ich dich hab, Dann strömt Gottes Huld auf dich herab!
5. No. 5 Brauner Bursche Brauner Bursche führt zum Tanze Sein blauäugig schönes Kind; Schlägt die Sporen keck zusammen, Csardasmelodie beginnt. Küsst und herzt sein süßes Täubchen, Dreht sie, führt sie, jauchzt und springt; Wirft drei blanke Silbergulden Auf das Zimbal, dass es klingt.
8. No. 8 Horch, der Wind klagt in den Zweigen Rote Abendwolken ziehn am Firmament, Sehnsuchtsvoll nach dir, Mein Lieb, das Herze brennt Himmel strahlt in glühnder Pracht Und ich träum bei Tag und Nacht Nur allein von dem süßen Liebchen mein.
6. No. 6 Röslein dreie in der Reihe Röslein dreie in der Reihe blühn so rot, Dass der Bursch zum Mädel geht, ist kein Verbot! Lieber Gott, wenn das verboten wär, Ständ die schöne weite Welt schon längst nicht mehr; Ledig bleiben Sünde wär!
9. No. 9 Weit und breit schaut niemand mich an Weit und breit schaut niemand mich an und wenn sie mich hassen, was liegt mir dran? Nur mein Schatz, der soll mich lieben, soll mich lieben allezeit, soll mich küssen, umarmen und herzen in Ewigkeit. Kein Stern blickt in finsterer Nacht;
Schönstes Städtchen in Alföld ist Ketschkemet, Dort gibt es gar viele Mädchen schmuck und nett! Freunde, sucht euch dort ein Bräutchen aus, Freit um ihre Hand und gründet euer Haus, Freudenbecher leeret aus. 153
Textos de Canciones Zíngaras opus 103, CD 41 keine Blum mir strahlt in duftiger Pracht. Deine Augen, deine Augen sind mir Blumen, Sternenschein, die mir leuchten so freundlich, die blühen nur mir allein.
10. No. 10 Mond verhüllt sein Angesicht Mond verhüllt sein Angesicht, süßes Lieb, ich zürne dir nicht. Wollt ich zürnend dich betrüben, sprich, wie könnt ich dich dann lieben? Heiß für dich mein Herz entbrennt, keine Zunge dir’s bekennt. Bald in Liebesrausch unsinnig, bald wie Täubchen sanft und innig.
11. No. 11 Rote Abendwolken ziehn Rote Abendwolken zieh’n am Firmament, sehnsuchtsvoll nach dir, mein Lieb, das Herze brennt. Himmel strahlt in glüh’nder Pracht, und ich träum bei Tag und Nacht nur allein von dem süßen Liebchen mein. 154
Texts Zigeunerlieder opus 112b, CD 41 Neider und Feinde hab ich in Stadt und Land. Neider und Feinde hab ich in Stadt und Land. Neider, hasst, verleumdet, doch das bringt mir keine Not. Wenn mir nur mein süßes Liebchen treu bleibt bis zum Tod.
Zigeunerlieder opus 112b 12. No. 3 Himmel strahlt so helle und klar Himmel strahlt so helle und klar, heller strahlt mir dein Augenpaar. Du meine Rose, mir ins Auge blick, dass ich dich segne in meinem Glück. Vögleins Lied so lieblich erklingt, süßres Lied mir mein Liebchen singt. Sonne küsst das ganze Erdenrund, heißer küsst mich dein Rosenmund.
15. No. 6 Liebe Schwalbe, kleine Schwalbe Liebe Schwalbe, kleine Schwalbe, trage fort mein kleines Briefchen! Flieg zur Höhe, fliege schnell aus, flieg hinein in Liebchens Haus!
13. No. 4 Rote Rosenknospen künden Rote Rosenknospen künden schon des Lenzes Triebe. Rosenrote Wangen deuten Mädchens erste Liebe. Kleiner roter Vogel, flieg herab zur roten Rose! Bursche geht zum ros’gen Mädchen kosen.
Fragt man dich, woher du kommest, wessen Bote du geworden, sag, du kommst vom treusten Herzen, das vergeht in Trennungsschmerzen.
14. No. 5 Brennessel steht an Weges Rand Brennnessel steht an Weges Rand, 155
Textos de Siete Canciones Populares, WoO 33, CD 41 Es sind wohl Locken kraus gekrollt; Schön ist der Sommer!
Sieben Volkslieder WoO 33 16. No. 1 Es stunden drei Rosen Es stunden drei Rosen auf einem Zweig, Schön ist der Sommer; Drauf sang eine Nachtigall anmutreich; Schön ist der Sommer!
Die Feine liegt da ohn’ Gewand Schön ist der Sommer; Wie sie der Himmel erschaffen hat. Schön ist der Sommer!
Und unter dem blühenden Rosenbaum, Schön ist der Sommer; Da lag eine Feine in tiefem Traum; Schön ist der Sommer!
17. No. 2 Dem Himmel will ich klagen Dem Himmel will ich klagen Mein Leiden und mein Zagen, Mein Liebblaublümelein!
Der Ritter kam wohl durch den Wald, Schön ist der Sommer; Mein Rösslein, was machst du so plötzlich Halt? Schön ist der Sommer!
Das mir das Herz abbricht, Das mich zu Grabe bringt! Es muss geschieden sein! Den Lieben muss ich meiden, Und den ich nicht kann leiden, Mein Liebblaublümelein!
Was schimmert Rotes durchs grüne Gras? Schön ist der Sommer; Als ob es Rosen in ihrer Pracht? Schön ist der Sommer!
Muss ich zu Lieb umfahn, O Gott, was hab’ ich getan! Es muss geschieden sein!
Was blinket daneben wie lichtes Gold? Schön ist der Sommer; 156
Textos de Siete Canciones Populares, WoO 33, CD 41 Jawohl, dein Bote will ich sein, In der Lenzeszeit! Jawohl, dein Bote will ich sein, Auf grün’ Heid’!
Wie ich es auch will machen, Doch alle mich verachten, Mein Liebblaublümelein! Wie lieb ich’s allen bot, Sie drohen mir den Tod, Es muss geschieden sein!
Es nahm den Brief in seinen Mund, Flog fort, hin durch des Waldes Grund, In der Lenzeszeit! Flog fort, hin durch des Waldes Grund, Auf grün’ Heid’!
Gilts denn um Liebe sterben, So will ich gern verderben, Mein Liebblaublümelein!
Zu Liebchens Türe hin es flog, “Schläfst, wachst du oder bis du fort?” In der Lenzeszeit! “Schläfst, wachst du oder bis du fort?” Auf grün’ Heid’!
Mein Herz, zu guter Nacht, An dein Herzlieb gedacht. Es muss geschieden sein!
“Ich schlafe nicht, ich wache nicht, Ich bin getraut seit Jahreszeit” In der Lenzeszeit! “Ich bin getraut seit Jahreszeit” Auf grün’ Heid’!
18. No. 3 Es saß ein schneeweiß Vögelein Es saß ein schneeweiß Vögelein Auf einem Dornenbäumelein, In der Lenzeszeit! Auf einem Dornenbäumelein, Auf grün’ Heid’!
“Bist du getraut seit Jahreszeit, Mich dünkt es eine Ewigkeit”
“Sag, willst du wohl mein Bote sein?” 157
Textos de Siete Canciones Populares, WoO 33, CD 41 da steht die junge Markgräfin, in ihrem schneeweißen Kleid.
In der Lenzeszeit! “Ich bin getraut seit Jahreszeit” Auf grün’ Heid’!
Was zog sie aus ihrer Tasche schnell? Vielhundert Stücke Gold, „Nimm’s hin, du schöner Junggesell, nimm’s hin zu deinem Sold!“
19. No. 4 Es war einmal ein Zimmergesell Es war einmal ein Zimmergesell, War gar ein jung frisch Blut, Er baut dem jungen Markgraf ein Haus; Zweifle nicht, mein Schatz, mein Kind, Er baut dem jungen Markgraf ein Haus Sechshundert Laden hinaus.
„Und wenn dir Wein zu sauer ist, so trink du Malvasier, und wenn mein Mündlein dir süßer ist, so komm nur wieder zu mir!“
Und als das Haus gebauet war, Legt er sich nieder und schlief, Da kam des jungen Markgrafen Weib, Zum zweiten und dritten und rief:
20. No. 5 Es ging sich unsre Fraue Es ging sich unsre Fraue Des Morgens in dem Taue, Der Herr erbarm’ sich unser! Da begegnet ihr ein Junge, Sein Bart war ihm einsprungen! In seiner großen Güte!
“Steh auf, steh auf, du Zimmergesell, Denn es ist an der Stund’, Hast du so wohl gebauet das Haus, So küss mir meinen Mund!”
“Wollst mir doch um dein Leben Ein Almosen geben, Gib mir das gülden Ringelein
Und als er hinausgezogen war, da ging er üb’r die Heid, 158
Textos de Siete Canciones Populares, WoO 33, CD 41 Von deinem schönen Fingerlein.” Den Ring hat sie gegeben Ihm um ihr junges Leben. Der Junge zog in Krieg und Streit, Gewann sich Ehr’ und gute Beut’.
Wollst uns das ewge Leben, o Königinne geben. Gib uns dein gülden Ringelein, dass wir von Sünd erlöset sein.
Er zog zur lust’gen Zeche Mit seinen Brüdern freche. Er schlug den Bruder überm Spiel, Ging unter die Räuber wüste.
21. No. 6 Nachtigall, sag Nachtigall, sag, was für Grüß’, Was ist dein Gesang so süß? So schaurig, so schaurig!
Ging unter die bösen Räuber Und raubt zum Zeitvertreibe. Dann ward er eingefangen Und an den Galgen gehangen.
Bald tut wohl mir dein Gesang, Und wird’s mir im Herzen bang! So schaurig, so schaurig!
Der Räuber pocht ans Himmelstor. “Wer pochet an, wer steht davor? Ich hör’ mein Ringlein an der Tür.” “Ein armer Sünder steht dafür!”
Wie es tönet durch den Wald Fließt dir die Träne von der Wang In dem Herzen ringt die Not, so als wär es gar der Tod.
“Du trugst den Ring am Finger, Er schützte dich Sünder immer, Er schließet dir die Himmelstür, Sonst müsst du bleiben gar dafür.”
Nachtigall, so wundersam, Sprich in Jesu Christi Nam’: Wie solch Singen möglich ist? Und verkünde, wer du bist! 159
Textos de Siete Canciones Populares, WoO 33, CD 41 Schön Trude lockt mit deinem Schein; Rosen im Tal, Mädel im Saal, o schönste Rosa!
Der du bist, das war ich einst, Meine Sünd’ ist nicht die kleinst’, Wart bis auf den jüngsten Tag, Auf mein Urteil mit der Klag’!
Und siehst du mich und siehst du sie, Blau, blau Blümelein! Zwei treu’re Herzen sahst du nie; Rosen im Tal, Mädel im Saal, o schönste Rosa!
Rauschend fliegt der Vogel fort, Warnt bald hier und warnt bald dort; Wer vernommen den Gesang, Der wird nicht mehr leben lang.
22. No. 7 Verstohlen geht der Mond auf Verstohlen geht der Mond auf, Blau, blau Blümelein! Durch Silberwölkchen führt sein Lauf; Rosen im Tal, Mädel im Saal, o schönste Rosa! Er steigt die blaue Luft hindurch, Blau, blau Blümelein! Bis dass er scheint auf Löwenburg; Rosen im Tal, Mädel im Saal, o schönste Rosa! O schaue Mond durchs Fensterlein, Blau, blau Blümelein! 160
Textos del opus 93b + Kleine Hochzeitskantate, CD 41 Die Frauen Nun, wir sehen, ihr seid Meister. Doch wir sind heut liberal; Hoffentlich, als schöne Geister, Treibt ihr’s etwas ideal.
23. Tafellied opus 93b (Dank der Damen) Die Frauen Gleich wie Echo frohen Liedern Fröhlich Antwort geben muss, So auch nahn wir und erwidern Dankend den galanten Gruß.
Die Männer Jeder nippt und denkt die Seine, Und wer nichts Besondres weiß: Nun - der trinkt ins Allgemeine Frisch zu aller Schönen Preis!
Die Männer Oh, ihr Güt’gen und Charmanten! Für des Echos holden Schwung Nehmt der lust’gen Musikanten Ganz ergebne Huldigung!
Alle Recht so! Klingt denn in die Runde An zu Dank und Gegendank! Sänger, Fraun, wo die im Bunde, Da gibt’s einen hellen Klang!
Die Frauen Doch ihr huldigt, will’s uns dünken, Andern Göttern nebenbei. Rot und golden sehn wir’s blinken Sagt, wie das zu nehmen sei?
Joseph von Eichendorff Die Männer Teure! zierlich, mit drei Fingern, Sichrer, mit der ganzen Hand Und so füllt man aus den Dingern ‘s Glas nicht halb, nein, bis zum Rand.
24. Kleine Hochzeitskantate WoO 16 Zwei Geliebte, treu verbunden gehen durch die Welt spazoren, Jedes hat sein Herz verloren, 161
Textos del opus 93b + Kleine Hochzeitskantate, CD 41 doch das Andre hats gefunden. Jeder trägt die leichte Last wie die Uhr am Kettchen fast. Also geht’s auf Steg und Wegen ruhig fort mit gleichen Schlägen. „Schau, die könnens!“ sagen ferne an der Himmelshöh die Sterne, „Wer sind sie? gleich schrein wir da: Sigmund und Emilia! Gottfried Keller
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Den dunkeln Schoß der Erde Altos Tanja Bauer + #, See-Hyoung Chang*, Veronika David Jensovska, Alena Leja+, Birgit Meyer# *, Alexandra Paulmichl, Tina Reiche*, Elke Ullrich#, Barbara Werner+, Ilona Ziesemer-Schröder +
25. Dem dunkeln Schoß WoO 20 Dem dunkeln Schoß der heilgen Erde Vertraut der Sämann seine Saat Und hofft, dass sie entkeimen werde Zum Segen, nach des Himmels Rat. Noch köstlicheren Samen bergen Wir trauernd in der Erde Schoß, Und hoffen, dass er aus den Särgen Erblühen soll zu schönerm Los. Chamber Choir of Europe
Tenores Rolf Ehlers*, Jörg M. Krause+ *, Dan Martin#, Julian Prégardien, Florian Schmitt+, Daniel Schreiber, Christian Specht, Stephan Weible#, Jens Weiß+
Sieben Volkslieder, Kleine Hochzeitskantate: Gabriele Hierdeis (soprano), Eibe Möhlmann (alto), Daniel Sans (tenor), Ken Gould (bajo)
Bajos Felix Schuler-Meybier*, Manfred Bittner#, Christian Dahm+ #, Stephan Hess, Joachim Herrmann+ #, Philip Niederberger, Joachim Roesler*, Frank Sauerland +, Johannes Schendel +, Marcus Stäbler*
Sopranos Sandra Bernhardt, Judith Erb+, Beate FeuersteinWeber# *, Marietta Fischesser, Heike Heilmann#, Anne Hellmann+, Anne-Kathrin Herzog*, Eleonore Majer# *, Barbara Mehr+, Shu-Fang Schendel+
+ = Dem dunkeln Schoß # = opus 103, 112b * = opus 93b
163
Textos de Dos Motetes opus 29, CD 42 3. 3. Geistliches Lied opus 30 Lass dich nur nichts nicht dauern, mit Trauern Sei stille! Wie Gott es fügt, So sei vergnügt mein Wille.
CD 42 Motetten opus 29, 74, 110 + Geistliches Lied opus 30 + Missa canonica WoO 18 Zwei Motetten opus 29
Was willst du viel dich sorgen auf morgen? Der Eine steht allem für, Der gibt auch dir das Deine.
1. No. 1 Es ist das Heil uns kommen her Es ist das Heil uns kommen her Von Gnad’ und lauter Güte, Die Werke helfen nimmermehr, Sie mögen nicht behüten, Der Glaub’ sieht Jesum Christum an Der hat g’nug für uns all’ getan, Er ist der Mittler worden.
Sei nur in allem Handel ohn Wandel, Steh feste! Was Gott beschleußt, Das ist und heißt das Beste.
2. No. 2 Schaffe in mir Gott Schaffe in mir Gott ein rein Herz und gib mir einen neuen gewissen Geist. Verwirf mich nicht von deinem Angesicht und nimm deinen heiligen Geist nicht von mir. tröste mich wieder mit deiner Hilfe, und der freudige Geist erhalte mich.
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Textos de Dos Motetes opus 74, CD 42 4. Martin Luther Mit Fried und Freud ich fahr dahin, in Gottes Willen, getrost ist mir mein Herz und Sinn, sanft und stille. Wie Gott mir verheißen hat, der Tod ist mir Schlaf worden.
Zwei Motetten opus 74 4. No. 1 Warum ist das Licht gegeben den Mühseligen 1. Hiob 3:20-23 Warum? Warum ist das Licht gegeben den Mühseligen, und das Leben den betrübten Herzen? Warum? Die des Todes warten und kommt nicht, und grüben ihn wohl aus dem Verborgenen; die sich fast freuen und sind fröhlich, dass sie das Grab bekommen. Warum? Und dem Manne, des Weg verborgen ist, und Gott vor ihm denselben bedecket. Warum?
5. No. 2 O Heiland, reiß die Himmel auf O Heiland, reiß die Himmel auf, Herab, herauf, vom Himmel lauf! Reiß ab vom Himmel Tor und Tür, Reiß ab, was Schloss und Riegel für! O Gott, ein’ Tau vom Himmel gieß; Im Tau herab, o Heiland, fließ. Ihr Wolken, brecht und regnet aus Den König über Jakobs Haus.
2. Klagen des Jeremias 3:41 Lasset uns unser Herz samt den Händen aufheben zu Gott im Himmel.
O Erd’, schlag aus, schlag aus, o Erd’, Dass Berg und Tal grün alles werd’ O Erd’, herfür dies Blümlein bring, O Heiland, aus der Erden spring.
3. Johannes 5:11 Siehe, wir preisen selig, die erduldet haben. Die Geduld Hiob habt ihr gehöret, und das Ende des Herrn habt ihr gesehen; denn der Herr ist barmherzig und ein Erbarmer. 165
Textos de Dos Motetes opus 74, CD 42 Hier leiden wir die größte Not, Vor Augen steht der bittre Tod; Ach komm, führ uns mit starker Hand Von Elend zu dem Vaterland. Da wollen wir all’ danken dir, Unserm Erlöser, für und für. Da wollen wir all’ loben dich Je allzeit immer und ewiglich. Friedrich Spee von Langenfeld
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Textos de Tres Motetes opus 110, CD 42 8. No. 3 Wenn wir in höchsten Nöten sein Wenn wir in höchsten Nöten sein Und wissen nicht, wo aus noch ein Und finden weder Hilf noch Rat, Ob wir gleich sorgen früh und spat, So ist das unser Trost allein, Dass wir zusammen insgemein Dich rufen an, o treuer Gott, Um Rettung aus der Angst und Not. Sieh nicht an unser Sünden groß, Sprich uns derselb’n aus Gnaden los, Mach uns von aller Trübsal frei; Auf dass von Herzen können wir Nachmals mit Freuden danken dir, Gehorsam sein nach deinem Wort, Dich allzeit preisen hier und dort.
Drei Motetten op. 110 6. No 1 Ich aber bin elend Ich aber bin elend, und mir ist wehe. Herr, Herr, Gott, barmherzig und gnädig und geduldig und von großer Gnade und Treue, der du beweisest Gnade in tausend Glied, und vor welchem niemand unschuldig ist.
7. No. 2 Ach arme Welt, du trügest mich Ach, arme Welt, du trügest mich Ja, das bekenn ich eigentlich, Und kann dich doch nicht meiden. Du falsche Welt, du bist nicht wahr, Dein Schein vergeht, das weiß ich zwar, Mit Weh und großem Leiden.
Paul Eber
Dein Ehr, dein Gut, du arme Welt, Im Tod, in rechten Nöten fehlt, Dein Schatz ist eitel falsches Geld, Dess hilf mir, Herr, zum Frieden.
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Textos de la Misa canónica WoO 18, CD 42 Missa canonica WoO 18
Chamber Choir of Europe
9. 1. Kyrie eleison. Christe eleison. Kyrie eleison.
Sopranos Sandra Bernhardt<*, Florence Bruggey+#, Judith Erb+*, Beate Feuerstein-Weber< #, Marietta Fischesser, Anne Hellmann*, Anne-Kathrin Herzog<#, Eleonore Majer<+, Barbara Mehr*, Shu-Fang Schendel, Julia Weigel+
10. 2. Sanctus, Sanctus, Sanctus, Dominus Deus Sabaoth. Pleni sunt coeli et terra gloria tua. Osanna in excelsis.
Altos Tanja Bauer, See-Hyoung Chang<, Veronika David Jensovska, Alena Leja, Birgit Meyer<+, Jochen Patscheke+, Alexandra Paulmichl<*, Tina Reiche<+#, Barbara Werner*, Ilona ZiesemerSchröder*
11. 3. Benedictus qui venit in nomine Domini. Osanna in excelsis. 12. 4. Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis. Dona nobis pacem.
Tenores Rolf Ehlers>, Jörg M. Krause, Julian Prégardien, Florian Schmitt*, Daniel Schreiber, Christian Specht, Thomas Vogel #, Jens Weiß+*
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Textos de la Misa canónica WoO 18, CD 42 Bajos Felix Schuler-Meybier<, Christian Dahm+, Joachim Herrmann+*, Stephan Hess<# *, Philip Niederberger, Joachim Roesler<#, Frank Sauerland*, Johannes Schendel, Wilhelm Schwinghammer#, Marcus Stäbler<+ # + = opus 74, opus 110/2 # = Missa canonica/1, opus 30 < = Missa canonica/2-4 * = opus 29, opus 110/1+3
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Textos de Marienlieder opus 22, CD 43 CD 43 Sacred Works: opus 22, 109, 41, 44 + songs from ‘Jungbrunnen’
Die Engel nun sinken auf ihre Knie, sie sangen alle Maria den Lobgesang!
Marienlieder opus 22
2. No. 2 Marias Kirchgang Maria woll’t zur Kirche gehn, da kam sie an den tiefen See. Als sie wohl an den See hinkam, der Schiffmann jung stand fertig da. “Ach, Schiffmann, schiff mich über das Meer,
1. No. 1 Der englische Gruß “Gegrüsset Maria, du Mutter der Gnaden!” So sangen die Engel der Jungfrau Maria in ihrem Gebete, darinnen sie rang. “Maria du sollst einen Sohn empfangen! Darnach tun Himmel und Erde verlangen, dass du die Mutter des Herren sollst sein”.
ich geb’ dir was dein Herz begehrt”. “Ich schiffe dich wohl über das Meer, wenn du willst meine Hausfrau sein”. Soll ich erst deine Hausfrau sein, viel lieber schwimm’ ich über das Meer”.
“O Engel, wie mag ich das erleben? Ich habe mich noch keinem Manne ergeben in dieser weiten und breiten Welt”.
Als sie wohl in die Mitte kam, fingen alle Glöcklein zu läuten an. Sie läuten groß, sie läuten klein, sie läuteten wohl alle zugleich.
Wie Tau kommt über die Blumenmatten, so soll dich der heilige Geist überschatten, so sollt der Heiland geboren sein.
Maria kniet auf einen Stein, dem Schiffmann sprang sein Herz entzwei.
Maria, die höret solches gerne, sie sprach: “Ich bin die Magd des Herren, nach deinem Worte geschehe mir”. 170
Textos de Marienlieder opus 22, CD 43 4. No. 4 Der Jäger Es wollt’ gut Jäger jagen, wollt’ jagen von Himmelshöhn; was begegn’t ihm auf der Heiden? Maria, die Jungfrau schön.
3. No. 3 Marias Wallfahrt Maria ging aus wandern, so fern ins fremde Land, bis sie Gott den Herren fand. Sie hat ihn schon gefunden wohl vor des Herodes Haus, er sah so betrüblich aus.
Der Jäger, den ich meine, der ist uns wohlbekannt, er jagt mit einem Engel, Gabriel ist er genannt.
Das Kreuz, das musst’ er tragen nach Jerusalem vor die Stadt, wo er gemartert ward.
Der Engel blies sein Hörnlein, das laut’ sich also wohl: “Gegrüßt seist du, Maria, du bist aller Gnaden voll!
Was trug er auf seinem Haupt? Ein’ scharfe Dornenkron’; das Kreuz, das trägt er schon.
Gegrüßt seist du, Maria, du edle Jungfrau fein! Dein Schoß soll hegen und tragen ein Kindlein zart und klein, das Himmel und auch Erden einmals wird nehmen ein”.
Daran soll man bedenken, ein jeder jung or alt, dass das Himmelreich leidet Gewalt!
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Textos de Marienlieder opus 22, CD 43 Maria, die vielreine, fiel nieder auf ihre Knie, dann sie bat Gott vom Himmel, sein Will’ geschehen soll.
Du bist der Brunn, der nicht verseicht, bitt’ für uns, Maria! Dass uns der heilig Geist erleucht zu wahrer Reu und ganzer Beicht! Jesus, dein Sohn, dir nicht verzeicht, bitt’ für uns, Maria!
Dein Will, der soll geschehen ohn Sonder Pein und Schmerz. Da empfing sie Jesum Christum in ihr jungfräulich Herz.
6. No. 6 Magdalena An dem österlichen Tag Maria Magdalena ging zu dem Grab; was fand sie in dem Grabe stehn? Einen Engel wohlgetan.
5. No. 5 Ruf zur Maria Dich, Mutter Gottes, ruf ’ wir an, bitt’ für uns, Maria! Tu’ uns in Ängsten nicht verlan, Jesum, dein Sohn, der Not ermahn, die er um menschlich Geschlecht wollte han, bitt’ für uns, Maria!
Der Engel grüßt sie in der Zeit: “Den da suchet das vielselige Weib, er ist erstanden von dem Tod, den du salben wolltest”.
Dass wir vollkommen werden gar, bitt für uns, Maria! Leib, Ehr’ und Gut auf Erd’ bewahr’, dass wir in Zeit viel guter Jahr’ dort leben mit der Engel Schar, bitt’ für uns, Maria!
“Maria!” ruft er ihr zu halt, da erkennt sie ihren Heiland, sie sah in aller der Gebärde, sam er ein Wärter wäre. 172
Textos de Marienlieder opus 22, CD 43 Des Himmels Sternenangesicht und aller Sonnen Licht, samt Edelgesteinen, sie dürfen nicht scheinen, die Perlen, Korallen, Gold, Silber, sie fallen vor dir in Finsternis.
7. No. 7 Marias Lob Maria, wahre Himmelsfreud’, der Welt Ergötzlichkeit! Wer wollt’ dich nicht lieben? Du stehst mir geschrieben, ja mir gegraben mit tiefen Buchstaben in meinem Herzelein!
Maria, o mein’ höchste Freud’, die Welt ist mir verleidt, ich suche zu sterben; du woll’st mir erwerben nur Gottes Gnaden, auf höheren Pfaden so scheid’ ich fröhlich hin.
Wie schmelzet ein Karfunkelstein im Lorbeerkränzelein, so geht es mir eben, mein’ Seel’ und mein Leben vor Lieb’ sich zertrennen und in sich verbrennen bei deinem Nennen! Der ganzen Schöpfung reiche Zier vergleicht sich nicht mit dir. Es dürfen die Blumen ihr’ Schönheit nicht rühmen, sie müssen sich schämen, du tuest benehmen all’ ihre Zierlichkeit. 173
Textos de Fest- und Gedenksprüche opus 109 10. No. 3 Wo ist ein so herrlich Volk, zu dem Götter also nahe sich tun als der Herr, unser Gott, so oft wir ihn anrufen. Hüte dich nur und bewahre deine Seele wohl, dass du nicht vergessest der Geschichten, die deine Augen gesehen haben, und dass sie nicht aus deinem Herzen kommen alle dein Leben lang. Und sollst deinen Kindern und Kindeskindern kundtun. Amen. (5. Mose 4,7,9)
Fest- und Gedenksprüche opus 109 8 .No. 1 Unsere Väter hofften auf dich; und da sie hofften, halfst du ihnen aus. Zu dir schrieen sie und wurden errettet; sie hofften auf dich und wurden nicht zu Schanden. Der Herr wird seinem Volk Kraft geben; der Herr wird sein Volk segnen mit Frieden. (Ps. 22,5 /6; Ps. 29,11)
9. No. 2 Wenn ein starker Gewappneter seinen Palast bewahret, so bleibet das Seine mit Frieden. Aber: ein jeglich Reich, so es mit ihm selbst uneins wird, das wird wüste; und ein Haus fället über das andere. (Luk. 11,22 / 17b)
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Texts Fünf Lieder opus 41 Mag ich nicht han ein Hochwild schön, So lass ich mich begnügen, Am Hasenfleisch, nichts mehr ich weiß, Das mag mich nicht betrügen.
Fünf Lieder opus 41 11. No 1 Ich schwing mein Horn Erster Jäger: Ich schwing mein Horn ins Jammerthal, Mein Freud ist mir verschwunden, Ich hab gejagt, muss abelahn, Das Wild lauft vor den Hunden, Ein edel Thier in diesem Feld Hätt ich mir auserkohren, Das schied von mir als ich es meld, Mein Jagen ist verloren. Fahr hin Gewild in Waldes-Lust, Ich will dich nimmer schrecken, Und Jagen dein schneeweiße Brust, Ein ander muss dich wecken, Mit Jagdgeschrey, und Hundebiss, Dass du kaum mögst entrinnen: Halt dich in Hut, schöns Maidlein gut, Mit Leid scheid ich von hinnen. Zweyter Jäger: Kein Hochgewild ich fahen kann, Das muss ich oft entgelten; Noch halt ich stets auf Jägers-Bahn, Wiewohl mir Glück kommt selten:
12. No. 2 Freiwillige her! Freiwillige her! Von der Memel bis zum Rhein, von den Alpen bis zum Meer, Freiwillige her! Schwarz, Rot, Gold ist das Panier, für dich, Deutschland, kämpfen wir! Freiwillige her! Freiwillige her! Nehmt die Büchsen, zielet gut! Auf zu Ross mit Schwert und Speer, Freiwillige her! Schwarz, Rot, Gold ist bedroht. Vaterland! Sieg oder Tod! Freiwillige her! Freiwillige her! Duldet ihr der Feinde Spott? 175
Texts Fünf Lieder opus 41 Musketen es sagen mit ihrem Eisenmund.
Ist der Fluch noch nicht zu schwer? Freiwillige her! Dänen, Welsche, wer es sei, nieder fremde Tyrannei! Freiwillige her!
Du Bruderherz, den wir tragen, bestell mir nun Quartier; wir haben zusammen geschlagen, bald werden sie mich auch tragen, Kamerad, bald folg ich dir.
Freiwillige her! Durch das Volk da braust der Sturm: Einig! Keine Trennung mehr! Freiwillige her! Einig! ruft’s im Schlachtenrot! Deutsches Volk, Sieg oder Tod! Freiwillige her!
14. No. 4 Marschieren Jetzt hab ich schon zwei Jahre lang in der verdammten Ki, Ko, Ka, in der Kasern gelegen. Nun schlage doch der Teufel drein, Kasernsoldat will ich nicht sein!
13. No. 3 Geleit Was freut einen alten Soldaten? Drei Salven über sein Grab. Die geben die Kameraden, die Musketen werden geladen, senkt man den Sarg hinab.
Korporal, Sergeant, Hauptmann, Oberstleutnant, wir Soldaten wollen marschieren. Es wird uns ja die Zeit so lang in der verdammten Ki, Ko, Ka, in der Kasern zu liegen. Des Abends, schon um halber neuen, da ist mein Mädel ganz allein.
Du Bruderherz, den wir tragen, du freust dich wohl zur Stund; dass tapfer du einst geschlagen, die lauten 176
Texts Fünf Lieder opus 41 gebt acht!
Ich stieg wohl aus dem Fenster naus, aus der verdammten Ki, Ko, Ka, aus der Kasern zu kommen. Zu meinem Schatz wollt ich die Nacht, sie haben mich auf die Wach gebracht.
Gebt acht! Und baut auf Gott und auf des Schwertes Streich, sonst niemand traut! Man triebe gern ein schnödes Spiel, nur unsre Schwäche ist ihr Ziel, gebt acht!
Die Trommeln drummen: Kamrad, kumm! aus der verdammten Ki, Ko, Ka, aus der Kasern zu ziehen. Hurra! Soldaten ziehn ins Feld, Soldaten gehört die ganze Welt!
Gebt acht! Seid fest in aller Not Bis in den Tod! Gott nicht verlässt, Wer treu für Recht und Wahrheit ficht, In Ehr und Vaterlandes Pflicht. Gebt acht!
Nun lebe wohl, du Teufelshaus, ei du verdammte Ki, Ko, Ka, Kasern, die Fahnen wehen. Wir ziehn zur Schlacht mit frohem Sinn, mein Schatz ist Marketenderin.
Gebt acht! Es tagt, zum Kampf bereit mit Schwert und Kleid seid unverzagt! Und ob der Feind wie Meeressand, wir retten doch das Vaterland! Gebt acht!
15. No. 5 Gebt acht! Gebt acht! Gebt acht! Es harrt der Feind, der schlimm es meint, ihr Brüder wacht! Im Westen, Süden, im Osten, Nord sind wir uns selbst der einz’ge Hort, 177
Textos de 12 Canciones y Romances opus 44 17. No. 2 Der Bräutigam Von allen Bergen nieder so fröhlich Grüßen schallt, das ist der Frühling wieder, der Frühling, der ruft zum grünen Wald!
Zwölf Lieder und Romanzen opus 44 16. No. 1 Minnelied Der Holdseligen sonder Wank sing’ ich fröhlichen Minnesang, denn die Reine, die ich meine winkt mir lieblichen Habe dank.
Ein Liedchen ist erklungen herauf zum stillen Schloss, dein Liebster hats gesungen, dein Liebster, der hebt dich auf sein Ross.
Ach, bin inniglich minnewund! gar zu minniglich dankt ihr Mund! lacht so grüßlich, lockt so küsslich, dass mir’s bebt in des Herzens Grund.
Wir reiten so geschwinde von allen Menschen weit, da rauscht die Luft so linde in Waldeseinsamkeit. Wohin? im Mondenschimmer so bleich der Wald schon steht. Leis rauscht die Nacht, frag nimmer, wo Lieb zu Ende geht!
Gleich der sonnigen Veilchenau glänzt der Wonnigen Augenblau. Frisch und ründchen blüht ihr Mündchen gleich der knospenden Ros’ im Tau. Ihrer Wängelein lichtes Rot hat kein Engelein, so mir Gott! Eya, säß ich unablässlich bei der Preislichen bis zum Tod.
178
Textos de 12 Canciones y Romances opus 44 Wozu sind mir die Gedanken mein? Zu denken, mein Liebster, allimmer dein!
18. No. 3 Barcarole O Fischer auf den Fluten, Fidelin! Komm schnell zu fischen her! Und auf seinem schmucken Kahne, auf dem Kahne rudert er. Fidelin linla. „Was willst du, dass ich fische?“ Fidelin! Mein Ringlein fiel ins Meer. Dir lohnt die schönste Börse, Fidelin! von hundert Talern schwer. „Nicht will ich deine Börse, Fidelin! von hundert Talern schwer.“ „Ein liebevolles Küsschen, Fidelin! ein Kuss ist mein Begehr.“
20. No. 5 Die Müllerin Die Mühle die dreht ihre Flügel der Sturm, der sauset darin und unter der Linde am Hügel da weinet die Müllerin: Lass sausen den Sturm und brausen, ich habe gebaut auf den Wind, ich habe gebaut auf Schwüre, da war ich ein törichtes Kind. Noch hat mich der Wind nicht belogen der Wind, der blieb mir treu, Und bin ich verarmt und betrogen, die Schwüre die waren nur Spreu.
19. No. 4 Fragen Wozu ist mein langes Haar mir dann, wenn ich kein Band drein flechten kann? Wozu ist mein Füßchen mir flink und fein, darf tanzen ich nicht mit dem Liebsten mein? Wozu ist mir nur die weiße Hand, darf ich nicht halten den Liebsten umspannt? Wozu mein Aug mir so schwarz und scharf, wenns nicht mehr den Liebsten erspähen darf?
Wo ist der sie geschworen? Der Wind nimmt die Klagen nur auf; Er hat sich auf’s Wandern verloren es findet der Wind ihn nicht auf. 179
Textos de 12 Canciones y Romances opus 44 21. No. 6 Die Nonne Im stillen Klostergarten eine bleiche Jungfrau ging. Der Mond beschien sie trübe, An ihrer Wimper hing Die Träne zarter Liebe. “O wohl mir, dass gestorben der treue Buhle mein! Ich darf ihn wieder lieben: Er wird ein Engel sein, Und Engel darf ich lieben.” Sie trat mit zagem Schritte wohl zum Mariabild; Es stand im lichten Scheine, Es sah so muttermild Herunter auf die Reine. Sie sank zu seinen Füßen, sah auf mit Himmelsruh’, Bis ihre Augenlider Im Tode fielen zu: Ihr Schleier wallte nieder.
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Textos de Cuatro Canciones de “Jungbrunnen“ + 2 canciones más 24. No. 9 Am Wildbach die Weiden, Am Wildbach die Weiden, die schwanken Tag und Nacht. Die Liebe von uns beiden hat Gott so fest gemacht.
Four songs from „Jungbrunnen“ (7-10) 22. No. 7 Nun stehen die Rosen in Blüte, Nun stehen die Rosen in Blüte, Da wirft die Lieb ein Netzlein aus, Du schwanker, loser Falter, Du hilfst dir nimmer heraus.
Am Wildbach die Weiden, die haben nicht Wort und Ton. Wenn sich die Augen besprechen, so wissen die Herzen davon.
Und wenn ich wäre gefangen In dieser jungen Rosenzeit, Und wär’s die Haft der Liebe, Ich müsste vergehen vor Leid.
25. No. 10 Und gehst du über den Kirchhof, Und gehst du über den Kirchhof, da findst du ein frisches Grab; da senkten sie mit Tränen ein schönes Herz hinab.
Ich mag nicht sehen und sorgen; Durch blühende Wälder schweift mein Lauf. Die lustigen Lieder fliegen Bis in die Wipfel hinauf.
Und fragst du, woran’s gestoben, kein Grabstein Antwort gibt; doch leise flüstern die Winde, es hatte zu heiß geliebt.
23. No. 8 Die Berge sind spitz Die Berge sind spitz und die Berge sind kalt, mein Schatz steigt zu Berge und ich in den Wald. Da tröpfelt das Laub von Regen und Tau, ob die Augen da tröpfeln, wer sieht es genau?
Paul Heyse 181
Textos de Cuatro Canciones de “Jungbrunnen“ + 2 canciones más aus der Tiefe steigt er auf zur bösen Erden.
26. No. 11 Die Braut Eine blaue Schurze hast du mir gegeben, Mutter, schad’ ums Färben, Mutter, schad’ ums Weben! Morgen in der Frühe wird sie bleich erscheinen, will zu Nacht so lange Tränen auf sie weinen.
In die Kirche soll ich – nun, ich will ja kommen, will mich fromm gesellen zu den andern Frommen. Lasst mich am Altare still vorüberziehen; denn dort ist mein Plätzchen, wo die Witwen knien.
Und wenn meine Tränen es nicht schaffen können, wie sie immer strömen, wie sie immer brennen, wird mein Liebster kommen und mir Wasser bringen, wird sich Meereswasser aus den Locken ringen.
27. No. 12 Märznacht Horch! Wie brauset der Sturm und der schwellende Strom in der Nacht hin! Schaurig süßes Gefühl! Lieblicher Frühling, du nahst!
Denn er liegt da unten in des Meeres Grunde, und wenn ihm die Wogen rauschen diese Kunde, dass ich hier soll freien und ihm treulos werden, 182
Textos de Cuatro Canciones de “Jungbrunnen“ + 2 canciones más Tenores Jörg M. Krause, Julian Prégardien*<, Florian Schmitt *<, Daniel Schreiber, Christian Specht, Jens Weiß
Chamber Choir of Europe Sopranos Sandra Bernhardt #*, Florence Bruggey +, Judith Erb+*, Beate Feuerstein-Weber #, Marietta Fischesser, Anne Hellmann*, Anne-Kathrin Herzog#, Natalie Kopp#, Eleonore Majer+, Barbara Mehr*, Shu-Fang Schendel, Julia Weigel+
Bajos Christian Dahm, Stephan Hess*<, Joachim Herrmann, Philip Niederberger, Frank Sauerland *<, Johannes Schendel, Marcus Stäbler+
Altos Tanja Bauer*, Veronika David Jensovska Solo A1 Strophe 2,4 (18), Alena Leja Solo A1 Strophe 1,3,5 (18), Birgit Meyer+ #Solo A2 Strophe 2,4 (18), Jochen Patscheke+#, Alexandra Paulmichl*, Tina Reiche+, Constanze Schumacher#, Elke Ullrich#Solo A2 Strophe 1,3,5 (18), Barbara Werner*, Ilona Ziesemer-Schröder *
+ = opus 22 < = opus 41 # = opus 44 * = opus 109
183
Textos del Ave María + Salmo 13 + coros opus 37, CD 44 dass nicht mein Feind rühme, er sei mein mächtig worden, und meine Widersacher sich nicht freun, dass ich niederliege. Ich hoffe aber darauf, dass du so gnädig bist; mein Herz freuet sich, dass du so gerne hilfst. Ich will dem Herrn singen, dass er so wohl an mir tut.
CD 44 Ave Maria, Psalm 13, Choruses opus 37, 17; Canons opus 113 1. Ave Maria Ave Maria, gratia plena Dominus tecum, benedicta tu In mulieribus et benedictus Fructus ventris tui Jesus. Sancta Maria, Sancta Maria, Maria ora pro nobis, Nobis peccatoribus, Nunc et in hora mortis nostrae. Amen.
Drei geistliche Chöre op. 37 3. No. 1 O bone Jesu O bone Jesu, miserere nobis, quia tu creasti nos, tu redemisti nos sanguine tuo praetiosissimo.
2. Psalm 13 opus 27 Herr, wie lange willst du mein so ganz vergessen? Wie lange verbirgest du dein Antlitz vor mir? Wie lange soll ich sorgen in meiner Seele und mich ängsten in meinem Herzen täglich? Wie lange soll sich mein Feind über mich erheben? Schaue doch und erhöre mich, Herr, mein Gott! Erleuchte meine Augen, dass ich nicht im Tode entschlafe,
4. No. 2 Adoramus te, Christe Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi; Quia per tuam sanctam crucem redemisti mundum. Domine, miserere nobis. 184
Textos del Ave María + Salmo 13 + coros opus 37, CD 44 Agimus tibi gratias, rex omnipotens beneficiis tuis, qui vivis et regnas per omnia saecula saeclorum. Amen
5. No. 3 Regina coeli Regina coeli laetare Alleluia, Quia quem meruisti portare. Alleluia, Resurrexit, Sicut dixit, Alleluia. Ora pro nobis Deum. Alleluia.
185
Gesänge für Frauenchor opus 17, CD 44 Keine Blum’, keine Blum’ süß Sei gestreut auf den schwärzlichen Sarg. Keine Seel’, keine Seel’ grüß Mein Gebein, wo die Erd’ es verbarg. Um Ach und Weh zu wenden ab; Bergt alleine Mich, wo kein Treuer wall’ ans Grab Und weine.
Gesänge für Frauenchor opus 17 6. No. 1. Es tönt ein voller Harfenklang Es tönt ein voller Harfenklang, Den Lieb’ und Sehnsucht schwellen, Er dringt zum Herzen tief und bang Und lässt das Auge quellen. O rinnet, Tränen, nur herab, O schlage, Herz, mit Beben! Es sanken Lieb’ und Glück ins Grab, Verloren ist das Leben!
William Shakespeare, traducción de August Wilhelm Schlegel
8. No 3. Der Gärtner Wohin ich geh’ und schaue, In Feld und Wald und Tal Vom Berg hinab in die Aue: Viel schöne, hohe Fraue, Grüß’ ich Dich tausendmal.
Friedrich Ruperti
7. No. 2. Lied Komm herbei, komm herbei, Tod! Und versenk in Zypressen den Leib. Lass mich frei, lass mich frei, Not, Mich erschlägt ein holdseliges Weib, Mit Rosmarin und Leichenhemd, O bestellt es! Ob Lieb’ ans Herz mir tödlich kommt, Treu’ hält es.
In meinem Garten find’ ich Viel Blumen, schön und fein, Viel Kränze wohl d’raus wind’ ich Und tausend Gedanken bind’ ich Und Grüße mit darein. 186
Gesänge für Frauenchor opus 17, CD 44 9. No. 4. Gesang aus Ossians „Fingal“ Wein’ an den Felsen, der brausenden Winde weine, o Mädchen von Inistore! Beug’ über die Wogen dein schönes Haupt, lieblicher du als der Geist der Berge, wenn er um Mittag in einem Sonnenstrahl über das Schweigen von Morven fährt.
Ihr darf ich keinen reichen, Sie ist zu hoch und schön, Die müssen alle verbleichen, Die Liebe nur ohne Gleichen Bleibt ewig im Herzen stehn. Ich schein’ wohl froher Dinge Und schaffe auf und ab, Und, ob das Herz zerspringe, Ich grabe fort und singe Und grab’ mir bald mein Grab.
Er ist gefallen, dein Jüngling liegt darnieder, bleich sank er unter Cuthullins Schwert. Nimmer wird Mut deinen Liebling mehr reizen, das Blut von Königen zu vergießen.
August Wilhelm Schlegel Trenar, der liebliche Trenar starb O Mädchen von Inistore! Seine grauen Hunde heulen daheim, sie sehn seinen Geist vorüberziehn. Sein Bogen hängt ungespannt in der Halle, nichts regt sich auf der Haide der Rehe.
187
Textos de Canons opus 113, CD 44 13. No. 4 Schlaf, Kindlein schlaf! Der Vater hüt’t die Schaf, die Mutter schüttelt ‘s Bäumelein, da fällt herab ein Träumelein. Schlaf, Kindlein schlaf!
No. 13 Kanons opus 113 10. No. 1 Göttlicher Morpheus, umsonst bewegst du die lieblichen Mohne; Bleibt das Auge doch wach, wenn mir es Amor nicht schließt.
Schlaf, Kindlein schlaf! Am Himmel ziehn die Schaf, die Sternlein sind die Lämmelein, der Mond der ist das Schäferlein. Schlaf, Kindlein schlaf!
11. No. 2 Grausam erweiset sich Amor an mir! O spielet, ihr Musen, Mit den Schmerzen, die er spielend im Busen erregt.
14. No. 5 Wille wille will, der Mann ist kommen, wille wille will, was bracht er dann? Wille wille will, viel Zuckerwaffeln, wille wille will, dies Kindelein soll han!
12. No. 3 Sitzt a schöns Vögerl aufm Dannabaum, thut nix als singa und schrein; was muss denn das für a Vögerl sein? Das muss a Nachtigall sein!
Wille wille will, der Mann ist kommen, wille wille will, was bringt er mehr? Wille wille will, gar hübsche Sachen, wille wille will, die Taschen sind ihm schwer!
Nein, mein Schatz, das ist kein Nachtigall, nein, mein Schatz, das darfst nit glaubn; kein Nachtigall schlägt auf kein’m Dannabaum, schlägt in a Haselnußstaudn. 188
Textos de Canons opus 113, CD 44 17. No. 8 Ein Gems auf dem Stein, Ein Vogel im Flug, Ein Mädel, das klug, Kein Bursch holt die ein!
Wille wille will, was solls noch geben? wille wille will, ein Rütelein! Wille wille will, er hörte schreien, wille wille will, ein schlimmes Bübelein! Wille wille will, mein Kind ist artig, wille wille will, mein Kind ist still! Wille wille will, das Rütlein geben, wille wille will, dem der es eben will!
18. No. 9 An’s Auge des Liebsten fest mit Blicken dich ansauge.
15. No. 6 So lange Schönheit wird bestehn, so lang’ auf Erden Augen sehn, wirst du der Liebe nicht entgehn.
19. No. 10 Leise Töne der Brust, geweckt vom Odem der Liebe, Hauchet zitternd hinaus, ob sich euch öffnet ein Ohr, Öffn’ ein liebendes Herz, und wenn sich keines euch öffnet, Trag’ ein Nachtwind euch seufzend in meines zurück!
16. No. 7 Wenn die Klänge nah’n und fliehen In den Wogen süßer Lust, Ach! nach tiefern Melodien Sehnt sich einsam oft die Brust.
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Textos de Canons opus 113, CD 44 Chamber Choir of Europe
20. No. 11 Ich weiß nicht, was im Hain die Taube girret? Ob sie betrübt wie meine Seele harret des Freundes, der von ihr sich hat verirret?
Sopranos Sandra Bernhardt S1 (13)*#, Florence Bruggey+, Beate Feuerstein-Weber S2 (13), Marietta Fischesser S2 (13), Anne-Kathrin Herzog S3 (13), Natalie Kopp S3 (13) *, Eleonore Majer #, ShuFang Schendel *+ S1 (13)
21. No. 12 Wenn Kummer hätte zu töten Macht, er müsste tödlich dies Herz durchbohren; und ließ ein Glück sich zurück beschwören, mein Seufzen hätt’ es zurück geschworen.
Altos Veronika David Jensovska, Alena Leja *+, Birgit Meyer, Jochen Patscheke*, Tina Reiche+, Constanze Schumacher*, Elke Ullrich*
22. No. 13 Einförmig ist der Liebe Gram, ein Lied eintöniger Weise, und immer noch, wo ich’s vernahm, mitsummen musst’ ich’s leise.
+ = opus 12, opus 27 * = opus 17, opus 37, opus 113
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Liner notes Canciones y duetos, CD’s 45-57 Canciones/Lieder Gustav Jenner, discípulo de Johannes Brahms en el último periodo de la vida del compositor, le citó en una ocasión como el profesor que decía ‘se deben de componer muchos Lied antes de crear uno que verdaramente cumpla con su objetivo’. De forma similar Jenner comentó que conocía muchos textos a los que Brahms había puesto música pero que no permitía que fueran publicados, prefiriendo destruir las composiciones. Esos fallidos bocetos podrían haber llenado fácilmente otros 13 CDs o más. Lieder proporcionó a Brahms un reto en el campo de la composicón durante toda su vida. De Liebestreu o ‘Faithful Love’ (opus 3/1), que narra el intent desesperado de una madre para desaconsejar a su hija que no se enamorara, este arco creativo se extiende por todas las creaciones de Brahms hasta Wenn ich mit Menschen- und mit Engelszungen redete (‘Though I speak with tongues of men and angels), que es el título de la última canción de ‘Four Serious Songs’ (opus 121). Esta última composición contiene el mensaje: ‘Y ahora vive de acuerdo a la fe, esperanza y caridad, estas tres; aunque la más grande de todas es la caridad.’ ¿Estaba este joven de veinte años hablando para él mismo, cuando una premonición que podría haberse confundido con la vision profética sobre lo que el futuro le aguardaba, abolía el amor o quizás sería mejor decir renegaba de las relaciones amorosas? ¿Estaba este hombre de sesenta años afirmando tal abstinencia tras una consciente retrospectiva, reafirmando su amor por la vida que no había dedicado a ninguna mujer en particular si no a toda la humanidad y a sus exigencias sobre el arte? El mismo Brahms escribe la respuesta a la segunda pregunta; él mismo citó al final del opus 121/4, para ser más exactos en uno de sus mejores y más conocidos Lieder, en el opus 32/9: Wie bist du meine Königin, durch sanfte Güte wonnevoll! (“How wondrous art thou my queen, when you are gentle and good!’) Lo que posiblemente impulsó esta canción fue la impresión que una bella muchacha y alumna suya de dieciséis años llamada Elisabeth von Stockhausen (su nombre de casada sería von Herzogenberg) causó en un Brahms de 32. De tal manera que provocaron que todas las 192
Liner notes Canciones y duetos, CD’s 45-57 emociones le vinieran a la mente, los eróticos enamoramientos de un aspirante a compositor, las amistades de un hombre que se había auto proclamado ciudadano de Viena y los descubrimientos filosóficos y teológicos de un anciano. ¡Por fin Brahms había encontrado su paz interior! Antes de que este opus ipsissimus surgiera, Brahms seleccionó poemas muy serios y variados, escritos por poetas de mucho peso, de igual forma que él sabía que podía confiar en cantantes amigos y con un editor y una audiencia que esperaban su producción más reciente con gran expectación. Fuese como fuese, durante más de cuatro décadas, Brahms nunca abandonó sus principios de que la inventiva del Lied debía derivarse partiendo de un estado básico de ánimo y no perdiéndose nunca en discusiones llenas de palabrería. Eso es comprensible incluso desde el punto de vista temático, como constata lo que Brahms dijo a Georg Henschel, uno de sus cantantes: “Un pensamiento es como una semilla: no para de germinar dentro de ti, sin que tú realmente te des cuenta que está creciendo. Cuando me ha venido a la mente el inicio de una canción o me topo con una, como por ejemplo, (y aquí cantó la primera parte de la primera línea de ‘The May Night’ (La Noche de Mayo)),entonces estoy perfectamente preparado para cerrar mi cuaderno e irme a pasear, o empezar a hacer algo completamente distinto, nunca volviendo a pensar en lo anterior al menos durante seis meses. Pero todo sigue ahí de alguna forma u otra. Cuando regreso a ello de nuevo después de un tiempo, veo que ya ha tomado forma por sí solo y puedo empezar a trabajar con ello.” El Lied, o para ser más precisos: el Kunstlied con acompañamiento para piano tenía un estatus diferente en el siglo XIX, comparado con el estatus que tiene hoy día. Los Lieder estaba disponibles en ediciones impresas y se podían escuchar en conciertos, ya que no había ningún medio para grabar las interpretaciones para la posteridad. Lo que importaba era la interpretación en sí, aunque consistiera en interpretaciones íntimas ejecutadas por uno mismo, en una sala de conciertos semi-pública o en las famosas veladas musicales conocidas como Liederabend. Y lo que también importaba eran los intérpretes, cómo tocaban y qué impacto tenía sus interpretaciones.
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Liner notes Canciones y duetos, CD’s 45-57 Brahms, que no fue una persona muy locuaz en lo que se refiere a hablar de sus obras creativas, sí hizo algunas observaciones de que se necesitaba algo más que una sólida preparación en las bases literales de los Lieder, y en las letras para poder abarcar el importante aspecto de esa disposición. Cuando Brahms no tenía más de 23 años escribió a Clara Schuhmann, tras haber escuchado ‘Die schöne Müllerin’ de Schubert: “Nunca había experimentado tanto placer escuchando un Lieder cantado como lo hice ayer noche. Cómo se queda uno inmerso en estos Lieder y por ello se viven una gran cantidad de experiencias. Solicita que te sean cantados como un grupo de canciones, aunque no olvides leer los poemas antes de empezar a experimentar completamente con esta forma artística.” Aunque enfatizó el valor de experimentar los textos poéticos no cantados que formaron las letras de sus Lieder – Brahms, que estaba en la fase, justo cuando un compositor empieza su carrera musical, intentaba por encima de todo iniciar su experiencia musical experimentando primero con los textos en su pureza; pero no hay ninguna duda de que ese punto de partida era inmediatamente seguido de cuestiones tales como la justificación, sentido y técnica de composición de la ambientación musical. Veinte años después, se le pudo escuchar comentar (y de nuevo hablando a Georg Henschel): “La última stanza de ‘Suleika Lied’ de Schubert pregunta “¿Qué significa ese movimiento?” -es el único lugar donde no puedo ayudar interiormente, remarcando que a las palabras de Goethe se les presta más atención que a la música. No puedo decir lo mismo de ningún otro poema de Goethe. Son tan completos que la música apenas puede tocarlos.” Y eso no era lo único sintió sobre el gran Johann Wolfgang von Goethe: de un total de 52 poetas, de cuyos trabajos Brahms basó sus Lieder oeuvre, solamente hay escasas apariciones de Heinrich Heine, Joseph von Eichendorff, Ludwig Uhland, Gottfried Keller, y Eduard Mörike. Fue su selectividad lo que claramente distinguió a Brahms de Robert Schumann antes y de Hugo Wolf después de él. Quizás aquí encontremos esa calidad reservada, típica de Brahms, ambientando famosos poemas con música de grandes compositores. Esto no significa solamente que alguien 194
Liner notes Canciones y duetos, CD’s 45-57 hubiera sentido una necesidad imperiosa para transformarlos en música; también significa que los poemas tenían la necesidad de esa transformación musical, porque áquello ‘no dicho’ en los poemas, está pidiendo ser expresado musicalmente y por ello deben ser rescatados para ser apreciados, en una forma que esos poetas nunca hubiesen podido expresarse porque su categoría histórico-literaria era comparativamente inferior. ¡Y ahora pienso en algunos poetas en particular como Wilhelm Müller y los ciclos de canciones de Schubert como ‘Die schöne Müllerin’’ o ‘Winterreise”! Hay otros muchos nombres – como los de los grandes poetas – con poemas que se pueden encontrar, ambientados musicalmente al menos dos veces. Me viene a la mente el caso de los Lieder de Brahms más conocidos que están basados en poemas de uno de esos poetas: Robert Reineck con el anteriormente mencionado Liebestreu o ‘Faithful Love’ (opus 3/1); August Heinrich Hoffmann von Fallersleben; Friedrich Martin von Bodenstedt; Emanuel Geibel con Spanisches Lied o ‘Canción Española’ (opus 6/1); Rosseau; Meissner; Ferrand con Treue Liebe or ‘Amor Verdadero’ (opus 7/1); August von Platen con Wie rafft ich mich auf in der Nacht (‘How I was bestirred of a night’) (opus 32/1); August Friedrich Graf von Schack with Abenddämmerung (‘Twilight’) (opus 49/5); Paul Heyse with Mädchenlied (‘Girl’s Song’) (opus 107/5); Ludwig Heinrich Christoph Hölty con Mainacht (‘May Night’) (opus 43/2); Max von Schenkendorf con Todessehnen (‘Longing for Death’) (opus 86/6); Friedrich Rückert con Mit vierzig Jahren ist der Berg erstiegen (‘By forty, you have climbed the mountain’) (opus 94/1); Karl C. Candisus con Alte Liebe (‘Old Love’) (opus 72/1); Karl von Lemcke con Verzagen (‘Despondency’) (opus 72/4); Theodor Storm with Über die Heide (‘Over the Heath’) (opus 86/4); Hermann von Lingg con Immer leiser wird mein Schlummer (‘Lighter far is now my slumber’) (opus 105/2); Christian Reinhold ; Hermann Almers with Feldeinsamkeit (‘The Loneliness of the Field’) (opus 86/2); Friedrich Halm; Hans Schmidt con Sapphische Ode (‘Sapphic Ode’) (opus 94/4); Detlev von Liliencron con Auf dem Kirchhofe (‘In the Churchyard’) (opus 105/4); Franz Theodor Krugler con Ständchen (‘Serenade’) (opus 106/1); Karl Joseph Simrock, tío del editor, con Auf dem See (‘On the Lake’) (opus 59/2); Felix Schumann, hijo menor de Clara con Meine Liebe ist grün (‘My Love Is Green’) (opus 63/5); Max Kalbeck, biógrafo de Brahms, et al. Sin embargo hay tres nombres recurrentes con cierta asiduidad; estos nombres son Klaus Groth, Georg Friedrich Daumer, y Ludwig Tieck. 195
Liner notes Canciones y duetos, CD’s 45-57 Un estrecha amistad iniciada en 1856 se forjó entre Brahms y el alemán del norte Klaus Groth (1819-1899). Un ciclo de poemas de este último titulado “Quickborn” sirvieron para crear una nueva audiencia de versos en un dialecto de Alemán Bajo, pero Brahms solamente trabajó con los versos en Alemán Alto contenidos en una antología titulada “100 Poems – Paralipomena to Quickborn.” Un mismo tópico se puede percibir en cada uno de los poemas que él seleccionó: la tierra natal y la nostalgia, por lo que ninguno está basado en ningún lugar ni tampoco en ningún episodio de su propia vida: ‘Oh if only I knew the way back, The cherished way back to the land of my childhood! Oh why did I seek after Fortune, And let go my mother’s hand? (Opus 63/8) (Brahms se independizó muy pronto, aunque siempre realizó un gran esfuerzo por mantenerse en contacto con su familia. Sus padres tuvieron muchos problemas y al final el matrimonio fracasó; Brahms tuvo que hacer lo imposible para que su padre asistiera al funeral de su madre, quien era 17 años mayor que él. El padre de Brahms volvió a casarse poco después y su segunda esposa era 19 años más joven aunque ella también se ganó el respeto y admiración de Brahms.) Así pues el tema principal de Groth fue también el tema de Brahms, y así ha permanecido, como un tema muy doloroso. Distintas palabras exóticas se abrieron ante Brahms, de forma evidente a través del verso de Georg Friedrich Daumer (1800-1875). Por otra parte, descubrimos un ardiente amor en Liebesglut (‘Embers of Love’) (opus 47/2) y el absorbente amor en Nicht mehr zu dir zu gehen (‘No more to visit you’) (opus 32/2); y por otra parte, descubrimos la luz en Botschaft (‘The Message’ (opus 47/1) y la alegría de vivir en Die Schnur, die Perl an Perle (‘The String, Pearl after Pearl’) (opus 57/7). Brahms también cuidó cuidadosamente de las antologías poéticas como Hafis – Persian Poems (here, with a healthy disrespect for philology, Daumer donned the mantle of the fourteenth-century Persian poet) y 196
Liner notes Canciones y duetos, CD’s 45-57 Polydora – A Songbook of World Poetry. De esta última antología Brahms extrajo la base poética para LiebesliederWalzer (opus 52) y también para Neue Liebeslieder-Waltzer (opus 65), ninguna de estas dos obras está contenida en esta edición. Brahms recogía flores para su propio ramo de ‘poesías del mundo.’ Josef Wenzig traduce el verso checo en alemán, Paul Heyse, poesía italiana, y Siegfried Kapper, poesía Serbia, otras adiciones a los nombres de los poetas incluyen ‘del lenguaje original serbio, ‘del dialecto siciliano’ o ‘calabrés’, etc, donde el título no lleve información adicional como ‘from des Knaben Wunderhorn’ o ‘Canción popular.’ Hay un tipo de camuflaje poético como en el caso de Daumer / Hafis, pero con un propósito diferente en este caso: Material etno-cultural adaptado como se podría describir para Brahms que pasó sus veranos residiendo en Suiza, Austria, Alemania o Italia; la música popular y ese tipo de música tan sencilla tenían un gran encanto para él. Ya en 1854 le insinuó algo a su amigo Otto Julius Grimm sobre esas tendencias: “He estado examinando tus Lieder … No se prestan fácilmente al acompañamiento, no son nada fáciles, no me gustaría escucharlos.¡En el futuro yo en tu lugar me tomaría la molestia de desarrollar algo más sencillo para acompañamiento! ¡Y lo digo en serio! Mira uno de mis Lieder, y dime si no son de principio a fin más fáciles de interpretar.” ¿Quizás la simplicidad no fue otra cosa que la concesión a beneficio de audiencias de aficionados, principales receptores de los Lieder? No podemos rechazar esa cuestión a la ligera, aunque la idea que la avala tiene más que ver con la economía y la demanda de honestidad artística . Diez años después llegó ese famoso pasaje en una carta y como era habitual, era de Clara Schumann: “El Lied navega por el rumbo equivocado hasta tal extremo que debería seguir una luz guía. Y en cuanto a mi, esa luz guía sería la canción popular o Volkslied.” Este no es el lugar adecuado para una discusión íntima de ese orden, pero transmite un claro mensaje para nosotros: la búsqueda de lo que necesita ser dicho y el rechazo a la palabrería y a lo artificial. El acompañamiento más sencillo no fue nunca el sello del único ciclo de Brahms, Liebesgeschichte der schönen Magelone und des Grafen Peter von Provence (‘Love Story of the Beautiful Magelone and Count Peter of Provence’) (opus 33) basado en una novela de Ludwig Tieck (1773-1853). ‘Romances’ fue el nombre que Brahms otorgó a quince 197
Liner notes Canciones y duetos, CD’s 45-57 Canciones sinfónicas, el término indica el origen francés de la historia, y también el tono narrativo de la música. Un tanto caprichosamente, Brahms en ocasiones defendía y en otras se oponía a la recitación de la trama de cuento de hadas entre los Lieder. La experiencia del oyente del ciclo completo queda sin duda realzada al escuchar un resumen de la trama o de extractos originales de la novela después de cada Lied. Rudolf von Beckerath, amigo de Brahms en sus últimos años, grabó lo siguiente para la posteridad: “Una vez Brahms se quejó que la mayoría de los cantantes masculinos y femeninos colocan sus Lieder en el orden quese les antoja, según les convenga para sus voces, y no prestan atención al esfuerzo que él había realizado con los arreglos y la composición de sus Lieder, como si fueran un ramo de flores.” Con referencia a esto hay dos datos importantes: (1) Brahms reunía a menudo sus Lieder, compuestos en diferentes años, para crear una composición totalmente nueva, y (2) las prácticas editoriales cuando publicaban Liederhefte o libretos de canciones eran muy diferentes a las prácicas de hoy en día. Por razones de publicación, un opus que consistía en un Lieder típicamente iba dividido en dos libretos – aunque ambas partes eran consideradas como un todo. Claro que la antología de cuatro volúmenes de Lieder de Brahms que usamos hoy día ha sido clasificada según su popularidad y gusto, lo que ha provocado el desorden de los números de opus. La edición en CD que presentamos aquí ha sido concebida más como un foro de interpretación musical; es decir, por regla general, cada duo ha trenzado su propia guirnalda floral única; sin negar que algunas de las grabaciones de los Lieder conforman el camino utilizado por Brahms para conectar entre sí algunas de sus composiciones: como los 7, 69, y 91 y los que no fueron numerados inicialmente WoO 32; y esos otros números de opus basados en la obra de un poeta: opus 33, 35, y 103, y los que no fueron numerados inicialmente WoO 22; además de los duetos: opus 20, 28, 61, y 66. ¿Tras éste, ya no hay más ciclos? Bueno, podríamos llamar colección a Volkslieder o ‘Canciones Populares’ (WoO 3133); igual que a las Zigeunerlieder o ‘Canciones Zíngaras’ (opus 103) se podría llamar colección de imágenes emotivas; y no hay duda que los anteriormente citados Vier ernsten Gesängen (‘Four Serious Songs’) (opus 121) se aproximan a lo ‘necesariamente cíclico,’ porque no es posible aislar ninguna de estas canciones de sus compañeras sin que pierdan su 198
Liner notes Canciones y duetos, CD’s 45-57 forma en el proceso. Brahms se sirvión con frecuencia de la Biblia, aunque fue exclusivamente para temas corales (por ejemplo el Requiem Alemán, Triumphlied (‘Canto de Triunfo’), los Motetes, Fest- und Gedenksprüche (‘Festive and Commemorative Pieces’). Aquí tenemos las reflexiones de Brahms sobre la muerte, ya sin estar oculta en la anonimidad coral o inmersa en el brillo sinfónico, o enconmendada a un cantante y a un pianista. Lo que queda por decir ya no puede ser pregonado y debe ser dicho en la intimidad. Tales reflesiones que legitimizan su periodicidad, nos devuelven a una vida sin meditación: ‘Por lo que he podido notar, no hay nada mejor para un hombre que disfrutar de sus propias obras; pues esa es su parcela.’ Vier Ernste Gesänge (‘Four Serious Songs’) (1) or (4): ‘Porque hablo las lenguas de los hombres y los ángeles, y no tengo caridad, me he convertido en el bronce sonoro de un platillo tintineante.’ Ciertamente un testamento eterno.
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Textos de varias canciones, CD 45 CD 45 Songs, vol. 1
Eisen und Stahl, man schmiedet sie um, Unsere Liebe, wer wandelt sie um? Eisen und Stahl, sie können zergehn, Unsere Liebe muß ewig bestehn!«
1. Von ewiger Liebe opus 43/1 Dunkel, wie dunkel in Wald und in Feld! Abend schon ist es, nun schweiget die Welt. Nirgend noch Licht und nirgend noch Rauch, Ja, und die Lerche sie schweiget nun auch.
2. Alte Liebe opus 72/1 Es kehrt die dunkle Schwalbe Aus fernem Land zurück, Die frommen Störche kehren Und bringen neues Glück.
Kommt aus dem Dorfe der Bursche heraus, Gibt das Geleit der Geliebten nach Haus, Führt sie am Weidengebüsche vorbei, Redet so viel und so mancherlei:
An diesem Frühlingsmorgen, So trüb’ verhängt und warm, Ist mir, als fänd’ ich wieder Den alten Liebesharm.
»Leidest du Schmach und betrübest du dich, Leidest du Schmach von andern um mich, Werde die Liebe getrennt so geschwind, Schnell wie wir früher vereiniget sind. Scheide mit Regen und scheide mit Wind, Schnell wie wir früher vereiniget sind.«
Es ist als ob mich leise Wer auf die Schulter schlug, Als ob ich säuseln hörte, Wie einer Taube Flug.
Spricht das Mägdelein, Mägdelein spricht: »Unsere Liebe sie trennet sich nicht! Fest ist der Stahl und das Eisen gar sehr, Unsere Liebe ist fester noch mehr.
Es klopft an meine Türe, Und ist doch niemand draus; 200
Textos de varias canciones, CD 45 Ich atme Jasmindüfte, Und habe keinen Strauß.
O zeigt mir doch den Weg zurück, Den lieben Weg zum Kinderland! Vergebens such ich nach dem Glück, Ringsum ist öder Strand!
Es ruft mir aus der Ferne, Ein Auge sieht mich an, Ein alter Traum erfaßt mich Und führt mich seine Bahn.
4. Über die Heide opus 68/4 Über die Heide hallet mein Schritt; Dumpf aus der Erde wandert es mit.
3. Heimweh II opus 63/8 O wüßt ich doch den Weg zurück, Den lieben Weg zum Kinderland! O warum sucht’ ich nach dem Glück Und ließ der Mutter Hand?
Herbst ist gekommen, Frühling ist weit, Gab es denn einmal selige Zeit? Brauende Nebel geisten umher, Schwarz ist das Kraut und der Himmel so leer.
O wie mich sehnet auszuruhn, Von keinem Streben aufgeweckt, Die müden Augen zuzutun, Von Liebe sanft bedeckt!
Wär’ ich nur hier nicht gegangen im Mai! Leben und Liebe - wie flog es vorbei!
Und nichts zu forschen, nichts zu spähn, Und nur zu träumen leicht und lind; Der Zeiten Wandel nicht zu sehn, Zum zweiten Mal ein Kind!
5. Der Tod, das ist die kühle Nacht opus 96/1 Der Tod, das ist die kühle Nacht, Das Leben ist der schwüle Tag. Es dunkelt schon, mich schläfert, Der Tag hat mich müd’ gemacht. 201
Textos de varias canciones, CD 45 7. O kühler Wald opus 72/3 O kühler Wald, Wo rauschest du, In dem mein Liebchen geht? O Widerhall, Wo lauschest du, Der gern mein Lied versteht?
Über mein Bett erhebt sich ein Baum, Drin singt die junge Nachtigall; Sie singt von lauter Liebe Ich hör es sogar im Traum.
6. Verzagen opus 72/4 Ich sitz’ am Strande der rauschenden See Und suche dort nach Ruh’, Ich schaue dem Treiben der Wogen Mit dumpfer Ergebung zu.
Im Herzen tief, Da rauscht der Wald, In dem mein Liebchen geht, In Schmerzen schlief Der Widerhall, Die Lieder sind verweht.
Die Wogen rauschen zum Strande hin, Sie schäumen und vergeh’n, Die Wolken, die Winde darüber, Die kommen und verweh’n. Du ungestümes Herz sei still Und gib dich doch zur Ruh’, Du sollst mit Winden und Wogen Dich trösten, - was weinest du?
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Textos de varias canciones, CD 45 8. Du sprichst, daß ich mich täuschte opus 32/6 Du sprichst, daß ich mich täuschte, Beschworst es hoch und hehr, Ich weiß ja doch, du liebtest, Allein du liebst nicht mehr!
Der Tag ging sturmbewegt und regenschwer, Auf allen Gräbern fror das Wort: Gewesen. Wie sturmestot die Särge schlummerten, Auf allen Gräbern taute still: Genesen.
Dein schönes Auge brannte, Die Küsse brannten sehr, Du liebtest mich, bekenn es, Allein du liebst nicht mehr!
10. Die Mainacht opus 43/2 Wann der silberne Mond durch die Gesträuche blinkt, Und sein schlummerndes Licht über den Rasen streut, Und die Nachtigall flötet, Wandl’ ich traurig von Busch zu Busch.
Ich zähle nicht auf neue, Getreue Wiederkehr; Gesteh nur, daß du liebtest, Und liebe mich nicht mehr!
Überhüllet von Laub girret ein Taubenpaar Sein Entzücken mir vor; aber ich wende mich, Suche dunklere Schatten, Und die einsame Träne rinnt.
9. Auf dem Kirchhofe opus 105/4 Der Tag ging regenschwer und sturmbewegt, Ich war an manch vergeß’nem Grab gewesen, Verwittert Stein und Kreuz, die Kränze alt, Die Namen überwachsen, kaum zu lesen.
Wann, o lächelndes Bild, welches wie Morgenrot Durch die Seele mir strahlt, find ich auf Erden dich? Und die einsame Träne Bebt mir heißer die Wang herab!
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Textos de varias canciones, CD 45 11. Wie Melodien zieht es mir opus 105/1 Wie Melodien zieht es Mir leise durch den Sinn, Wie Frühlingsblumen blüht es, Und schwebt wie Duft dahin.
Mir ist, als ob ich längst gestorben bin Und ziehe selig mit durch ew’ge Räume.
13. Komm bald opus 97/5 Warum denn warten von Tag zu Tag? Es blüht im Garten, was blühen mag. Wer kommt und zählt es, was blüht so schön? An Augen fehlt es, es anzuseh’n.
Doch kommt das Wort und faßt es Und führt es vor das Aug’, Wie Nebelgrau erblaßt es Und schwindet wie ein Hauch.
Die meinen wandern vom Strauch zum Baum; mir scheint, auch andern wär’s wie ein Traum. Und von den Lieben, die mir getreu und mir geblieben, wär’st du dabei!
Und dennoch ruht im Reime Verborgen wohl ein Duft, Den mild aus stillem Keime Ein feuchtes Auge ruft.
14. Sonntag opus 47/3 So hab’ ich doch die ganze Woche Mein feines Liebchen nicht geseh’n, Ich sah es an einem Sonntag Wohl vor der Türe steh’n: Das tausendschöne Jungfräulein, Das tausendschöne Herzelein, Wollte Gott, wollte Gott, ich wär’ heute bei ihr!
12. Feldeinsamkeit opus 86/2 Ich ruhe still im hohen grünen Gras Und sende lange meinen Blick nach oben, Von Grillen rings umschwirrt ohn’ Unterlaß, Von Himmelsbläue wundersam umwoben. Die schönen weißen Wolken zieh’n dahin Durchs tiefe Blau, wie schöne stille Träume; 204
Textos de varias canciones, CD 45 So will mir doch die ganze Woche Das Lachen nicht vergeh’n, Ich sah es an einem Sonntag Wohl in die Kirche geh’n: Das tausendschöne Jungfräulein, Das tausendschöne Herzelein, Wollte Gott, wollte Gott, ich wär’ heute bei ihr!
An dem Rimaufer laßt mich Ewig weinen nach ihr!
17. 3. Wißt ihr, wenn mein Kindchen am allerschönsten ist Wißt ihr, wann mein Kindchen am allerschönsten ist? Wenn ihr süßes Mündchen scherzt und lacht und küßt. Mägdelein, du bist mein, inniglich küß’ ich dich, Dich erschuf der liebe Himmel einzig nur für mich!
Zigeunerlieder opus 103 15. 1. He, Zigeuner, greife in die Saiten ein He, Zigeuner, greife in die Saiten ein! Spiel das Lied vom ungetreuen Mägdelein! Laß die Saiten weinen, klagen, traurig bange, Bis die heiße Träne netzet diese Wange!
Wißt ihr, wann mein Liebchen am besten mir gefällt? Wenn in ihren Armen sie mich umschlungen hält. Schätzelein, du bist mein, inniglich küß’ ich dich, Dich erschuf der liebe Himmel einzig nur für mich!
16. 2. Hochgetürmte Rimaflut Hochgetürmte Rimaflut, Wie bist du so trüb; An dem Ufer klag ich Laut nach dir, mein Lieb!
18. 4. Lieber Gott, du weißt, wie oft bereut ich hab Lieber Gott, du weißt, wie oft bereut ich hab, Daß ich meiner Liebsten einst ein Küßchen gab. Herz gebot, daß ich sie küssen muß, Denk, solang ich leb’, an diesen ersten Kuß.
Wellen fliehen, Wellen strömen, Rauschen an den Strand heran zu mir.
Lieber Gott, du weißt, wie oft in stiller Nacht Ich in Lust und Leid an meinen Schatz gedacht. 205
Textos de varias canciones, CD 45 Lieb ist süß, wenn bitter auch die Reu, Armes Herze bleibt ihr ewig, ewig treu.
Freunde, sucht euch dort ein Bräutchen aus, Freit um ihre Hand und gründet euer Haus, Freudenbecher leeret aus.
19. 5. Brauner Bursche führt zum Tanze Brauner Bursche führt zum Tanze Sein blauäugig schönes Kind; Schlägt die Sporen keck zusammen, Csardasmelodie beginnt.
21. 7. Kommt dir manchmal in den Sinn, mein süßes Lieb Kommt dir manchmal in den Sinn, mein süßes Lieb, Was du einst mit heil’gem Eide mir gelobt? Täusch mich nicht, verlaß’ mich nicht, Du weißt nicht, wie lieb ich dich hab, Lieb du mich, wie ich dich, Dann strömt Gottes Huld auf dich herab!
Küßt und herzt sein süßes Täubchen, Dreht sie, führt sie, jauchzt und springt; Wirft drei blanke Silbergulden Auf das Zimbal, daß es klingt.
22. 8. Rote Abendwolken zieh’n am Firmament Rote Abendwolken zieh’n am Firmament, Sehnsuchtsvoll nach dir, Mein Lieb, das Herze brennt, Himmel strahlt in glüh’nder Pracht, Und ich träum bei Tag und Nacht Nur allein von dem süßen Liebchen mein.
20. 6. Röslein dreie in der Reihe blühn so rot Röslein dreie in der Reihe blüh’n so rot, Daß der Bursch zum Mädel gehe, ist kein Verbot! Lieber Gott, wenn das verboten wär’, Ständ’ die schöne weite Welt schon längst nicht mehr; Ledig bleiben Sünde wär’! Schönstes Städtchen in Alföld ist Ketschkemet, Dort gibt es gar viele Mädchen schmuck und nett! 206
Texts various songs, CD 46 CD 46 Canciones y duetos, vol. 2
Sie: Löschet dein’ Lieb’; lass’ sie löschen nur! Löschet sie immerzu, Geh’ heim zu Bett, zur Ruh’! Gute Nacht, mein Knab’!
1. Vergebliches Ständchen opus 84/4 Er: Guten Abend, mein Schatz, guten Abend, mein Kind! Ich komm’ aus Lieb’ zu dir, Ach, mach’ mir auf die Tür, mach’ mir auf die Tür!
2. Des Abends kann ich nicht schlafen gehn WoO 33/38 Des Abends kann ich nicht schlafen gehn, Zu meiner Herzliebsten muß ich gehn, Zu meiner Herzliebsten muß ich gehn, Und sollt’ ich an der Tür bleiben stehn, Ganz heimelig!
Sie: Meine Tür ist verschlossen, Ich laß dich nicht ein; Mutter, die rät’ mir klug, Wär’st du herein mit Fug, Wär’s mit mir vorbei!
»Wer ist denn da? Wer klopfet an, Der mich so leis aufwecken kann?« Das ist der Herzallerliebste dein, Steh auf, mein Schatz, und laß mich ein, Ganz heimelig!
Er: So kalt ist die Nacht, so eisig der Wind, Daß mir das Herz erfriert, Mein’ Lieb’ erlöschen wird; Öffne mir, mein Kind!
Wenn alle Sterne Schreiber gut, Und alle Wolken Papier dazu, So sollten sie schreiben der Liebsten mein, Sie brächten die Lieb’ in den Brief nicht ein, Ganz heimelig! 207
Texts various songs, CD 46 Ach, hätt’ ich Federn wie ein Hahn Und könnt’ ich schwimmen wie ein Schwan, So wollt’ ich schwimmen wohl über den Rhein, Hin zu der Herzallerliebsten mein, Ganz heimelig!
4. Dort in den Weiden steht ein Haus WoO 33/31 Dort in den Weiden steht ein Haus, Da schaut die Magd zum Fenster ‘naus! Sie schaut stromauf, sie schaut stromab: Ist noch nicht da mein Herzensknab’? Der schönste Bursch am ganzen Rhein, Den nenn’ ich mein!
3. Erlaube mir, feins Mädchen WoO 33/2 Erlaube mir, feins Mädchen, In den Garten zu gehn, Daß ich dort mag schauen, Wie die Rosen so schön. Erlaube sie zu brechen, Es ist die höchste Zeit; Ihre Schönheit, Ihr Jugend hat mir mein Herz erfreut.
Des Morgens fährt er auf dem Fluß, Und singt hinüber seinen Gruß, Des Abends, wenn’s Glühwürmchen fliegt, Sein Nachen an das Ufer wiegt, Da kann ich mit dem Burschen mein Zusammen sein! Die Nachtigall im Fliederstrauch, Was sie da singt, versteh’ ich auch; Sie saget: übers Jahr ist Fest, Hab’ ich, mein Lieber, auch ein Nest, Wo ich dann mit dem Burschen mein Die Froh’st’ am Rhein!
O Mädchen, o Mädchen, Du einsames Kind, Wer hat den Gedanken Ins Herz dir gezinnt, Daß ich soll den Garten, Die Rosen nicht sehn? Du gefällst meinen Augen, Das muß ich gestehn. 208
Texts various songs, CD 46 5. Ich weiß mir’n Maidlein WoO 33/40 Ich weiß mir’n Maidlein hübsch und fein, Hüt du dich! Es kann wohl falsch und freundlich sein, Hüt du dich! Vertrau ihr nicht, sie narret dich!
Sie gibt dir’n Kränzlein fein gemacht, Hüt du dich! Für einen Narr’n wirst du geacht, Hüt du dich! Vertrau ihr nicht, sie narret dich!
Sie hat zwei Äuglein, die sind braun, Hüt du dich! Sie werd’n dich überzwerg anschaun, Hüt du dich! Vertrau ihr nicht, sie narret dich!
6. Feinsliebchen, du sollst WoO 33/12 Er: Feinsliebchen, du sollst mir nicht barfuß gehn, Du zertrittst dir die zarten Füßlein schön. Sie: Wie sollte ich denn nicht barfuß gehn, Hab keine Schuhe ja anzuziehn.
Sie hat ein licht goldfarbenes Haar, Hüt du dich! Und was sie red’t, das ist nicht wahr, Hüt du dich! Vertrau ihr nicht, sie narret dich!
Er: Feinsliebchen willst du mein eigen sein, So kaufe ich dir ein Paar Schühlein fein.
Sie hat zwei Brüstlein, die sind weiß, Hüt du dich! Sie legt’s hervor nach allem Fleiß Hüt du dich! Vertrau ihr nicht, sie narret dich!]2
Sie: Wie könnte ich euer eigen sein. Ich bin ein arm Dienstmägdelein. Er: 209
Texts various songs, CD 46 Und bist du arm, so nehm ich dich doch. Du hast ja Ehr und Treue noch.
Die Wangen sind wie Morgenröt, Wie sie steht über’m Winterschnee; O du schwarzbraunes Mägdelein, Du la la la la! Du läßt mir keine Ruh!
Sie: Die Ehr und Treu mir Keiner nahm, Ich bin wie ich von der Mutter kam.
Dein Augen sind wie die Nacht so schwarz, Wenn nur zwei Sternlein funkeln drin; O du! o du! o du! O du schwarzbraunes Mägdelein, Du la la la la! Du läßt mir keine Ruh!
Er: Und Ehr und Treu ist besser wie Geld. Ich nehm mir ein Weib, das mir gefällt. Sie: Was zog er aus seiner Tasche fein? Mein Herz, von Gold ein Ringelein!
Du Mädel bist wie der Himmel gut, Wenn er über uns blau sich wölben tut; O du! o du! o du! O du schwarzbraunes Mägdelein, Du la la la la! Du läßt mir keine Ruh!
7. Mein Mädel hat einen Rosenmund WoO 33/25 Mein Mädel hat einen Rosenmund, Und wer ihn küßt, der wird gesund; O du! o du! o du! O du schwarzbraunes Mägdelein, Du la la la la! Du läßt mir keine Ruh! , 210
Texts various songs, CD 46 8. Jungfräulein, soll ich mit euch gehn WoO 33/11 Er: Jungfräulein, soll ich mit euch gehn In euren Rosengarten, Da wo die roten Röslein stehn, Die feinen und die zarten, Und auch ein Baum der blühet Und seine Läublein wiegt, Und auch kein kühler Brunnen, Der grad darunter liegt.
Wohl, das wär mein Fug und Will, Die roten Röslein brechen, Denn es ist an der Zeit, Ich hoff, ich wollt erwerben, Die mir im Herzen leit. Sie: “Gut G’sell, darum mich beten hast, Das kann und mag nicht sein, Du würdest mir zertreten han, Die liebsten Blümlein mein. So kehre nun von hinnen, Und geh nun wied’rum heim, Du brächst mich doch zu Schanden, Fürwahr, das wär nicht fein.”
Sie: “In meinen Garten kannst du nicht An diesem Morgen früh, Den Gartenschlüssel findst du nicht, Er ist verborgen hie. Er liegt so wohl verschlossen, Er liegt in guter Hut, Der Knab darf feiner Lehre, Der mir den Gart’n auftut.”
Er: Dort hoch auf jenem Berge, Da steht ein Mühlenrad, Das mahlet nichts als Liebe, Die Nacht bis an den Tag. Die Mühle ist zerbrochen, Die Liebe hat ein End, So segn dich Gott, mein feines Lieb, Jetzt fahr ich ins Elend.
Er: In meines Buhlen Garten Da stehn der Blümlein viel, Wollt Gott sollt ich ih’r warten 211
Texts various songs, CD 46 9. All’ mein Gedanken WoO 33/30 Sie: All’ mein Gedanken, die ich hab, Die sind bei dir, Du auserwählter ein’ger Trost, Bleib’ stets bei mir. Du, du, du sollst an mich gedenken, Hätt’ ich aller Wunsch Gewalt, Von dir wollt’ ich nicht wenken.
Da ich von ihr scheiden sollt’, Da hätt’ sie mich umfangen. Sie: Die werte Rein’, die ward sehr wein’n, Da das geschah, Du bist mein und ich bin dein, Sie traurig sprach. Wann, wann, wann ich soll von dir weichen, Ich nie erkannt’ noch nimmermehr Erkenn’ ich dein geleichen.
Sie: Du auserwählter ein’ger Trost, Gedenk’ daran, Leib und Gut das sollst du ganz Zu eigen han. Dein, dein, dein will ich beleiben, Du gibst mir Freud’ und hohen Mut Und kannst mir Leid vertreiben.
10. Wach auf mein Herzensschöne WoO 33/16 Wach auf mein Herzensschöne, Zart Allerliebste mein, Ich hör ein süß Getöne Von kleinen Waldvöglein, Die hör ich so lieblich singen, Ich mein, es woll des Tages Schein Vom Orient herdringen.
Er: Die allerliebst und minniglich, Die ist so zart. Ihres gleich in allem Reich Find’t man hart. Bei dir, dir, dir ist kein Verlangen,
Ich hör die Hahnen krähen, Und spür den Tag dabei, Die kühlen Winde wehen, 212
Texts various songs, CD 46 Die Sternlein leuchten frei. Singt uns Frau Nachtigalle, Singt uns ein süße Melodei, Sie meld’t den Tag mit Schalle.
11. Wie komm’ ich denn zur Tür herein WoO 33/34 Er: Wie komm’ ich denn zur Tür herein, Sag’ du, mein Liebchen, sag’?
Du hast mein Herz umfangen In treu inbrünstger Lieb, Ich bin so oft gegangen Feinslieb nach deiner Zier, Ob ich dich möcht ersehen, So würd erfreut das Herz in mir, Die Wahrheit muß ich g’stehen.
Sie: Nimm den Ring und zieh’ die Klink, Dann meint die Mutt’r es wär’ der Wind, Komm’ du, mein Liebchen komm’! Er: Wie komm’ ich denn vorbei dem Hund? Sag’ du, mein Liebchen, sag’?
Selig ist Tag und Stunde, Darin du bist gebor’n, Gott grüßt mir dein rot Munde, Den ich mir hab erkor’n; Kann mir kein Liebre werden, Schau daß mein Lieb nicht sei verlor’n, Du bist mein Trost auf Erden.
Sie: Gib dem Hund ein gutes Wort, Dann geht er wied’r an seinen Ort, Komm’ du, mein Liebchen komm’! Er: Wie komm’ ich denn vorbei dem Feu’r, Sag’ du, mein Liebchen, sag’?
213
Texts various songs, CD 46 Sie: Schütt ein bißchen Wasser drein, Dann meint die Mutt’r es regnet ‘rein, Komm’ du, mein Liebchen komm’!
Zu Nächten da ich bei ihr war, Ihr Angesicht wollt röten, Sie sah den Knaben freundlich an, Sprach: Gott tu dich behüten. Mein Schimpf, mein Schmerz, Bricht mir mein Herz, Das werd ich jetzund innen.
Er: Wie komm’ ich denn die Trepp’ hinauf, Sag’ du, mein Liebchen, sag’?
Das Maidlein an der Zinnen stand, Hub kläglich an zu weinen: Gedenk daran du Reitersknab, Laß mich nicht läng’r alleine; Kehr wieder bald, Mein Aufenthalt, Lös mich von schweren Träumen.
Sie: Nimm die Schuh’ nur in die Hand Und schleich’ dich leis’ entlang der Wand, Komm’ du, mein Liebchen komm’!
12. So wünsch ich ihr ein gute Nacht WoO 33/18 So wünsch ich ihr ein gute Nacht, Bei der ich war alleine; Ein freundlich Wort sie zu mir sprach, Da wir uns sollten scheiden. Ich scheid mit Leid, Gott weiß die Zeit, Wiederkommen bringt uns Freud.
Der Knab wohl üb’r die Heiden reit’t Und wend’t sein Rößlein rumme: Daran gedenk, du schöne Maid, Und kehr dein Red nit umme; Beschert Gott Glück, Geht’s wieder zurück, Du bleibst mein’m Herzen eine Kron.
214
Texts various songs, CD 46 13. Soll sich der Mond nicht heller scheinen WoO 33/35 “Soll sich der Mond nicht heller scheinen, Soll sich die Sonn’ nicht früh aufgahn, So will ich diese Nacht gehn freien, Wie ich zuvor auch hab’ getan.”
Ach Scheiden, Scheiden über Scheiden, Tut meinem jungen Herzen weh, Daß ich mein schön Herzlieb muß meiden, Das vergeß’ ich nimmermeh’.
Als er wohl auf die Gasse trat, Da fing er an ein Lied und sang, Er sang aus schöner, aus heller Stimme, Daß sein Herzlieb zum Bett aussprang.
14. Die Sonne scheint nicht mehr WoO 33/5 Die Sonne scheint nicht mehr So schön, als wie vorher, Der Tag ist nicht so heiter, So liebreich gar nicht mehr.
“Steh still, steh still, mein feines Lieb, Steh still, steh still und rühr dich nicht, Sonst weckst du Vater, sonst weckst du Mutter, Das ist uns beiden nicht wohlgetan.”
Das Feuer kann man löschen, Die Liebe nicht vergessen, Das Feuer brennt so sehr, Die Liebe noch viel mehr.
“Was frag’ ich nach Vater, was frag’ ich nach Mutter, Vor deinem Schlaffenster muß ich stehn, Ich will mein schönes Lieb anschauen, Um das ich muß so ferne gehn.”
Mein Herz ist nicht mehr mein, O könnt ich bei dir sein, So wäre mir geholfen Von aller meiner Pein.
Da standen die zwei wohl beieinander Mit ihren zarten Mündelein, Der Wächter blies wohl in sein Hörnlein: Ade, es muß geschieden sein.
Das Feuer kann man löschen, Die Liebe nicht vergessen, Das Feuer brennt so sehr, Die Liebe noch viel mehr. 215
Texts various songs, CD 46 15. Schwesterlein WoO 33/15 Schwesterlein, Schwesterlein, wann gehn wir nach Haus? »Morgen wenn die Hahnen krähn, Wolln wir nach Hause gehn, Brüderlein, Brüderlein, dann gehn wir nach Haus.«
16. Der Gang zum Liebchen opus 48/1 Es glänzt der Mond nieder, Ich sollte doch wieder Zu meinem Liebchen, Wie mag es ihr geh’n?
Schwesterlein, Schwesterlein, wann gehn wir nach Haus? »Morgen wenn der Tag anbricht, Eh end’t die Freude nicht, Brüderlein, Brüderlein, der fröhlich Braus.«
Ach weh’, sie verzaget Und klaget, und klaget, Daß sie mich nimmer Im Leben wird seh’n!
Schwesterlein, Schwesterlein, wohl ist es Zeit. »Mein Liebster tanzt mit mir, Geh ich, tanzt er mit ihr, Brüderlein, Brüderlein, laß du mich heut.«
Es ging der Mond unter, Ich eilte doch munter, Und eilte daß keiner Mein Liebchen entführt.
Schwesterlein, Schwesterlein, was bist du blaß? »Das macht der Morgenschein Auf meinen Wängelein, Brüderlein, Brüderlein, die vom Taue naß.«
Ihr Täubchen, o girret, Ihr Lüftchen, o schwirret, Daß keiner mein Liebchen, Mein Liebchen entführt!
Schwesterlein, Schwesterlein, du wankest so matt? »Suche die Kammertür, Suche mein Bettlein mir Brüderlein, es wird fein unterm Rasen sein.« 216
Texts various songs, CD 46 17. Es steht ein’ Lind’ WoO 33/41 Es steht ein’ Lind’ in jenem Tal, Ach Gott, was tut sie da? Sie will mir helfen trauren, trauren, Daß ich mein’ Lieb’ verloren hab’, Daß ich mein’ Lieb’ verloren hab’.
18. Da unten im Tale WoO 33/6 Er: Da unten im Tale Läuft’s Wasser so trüb, Und i kann dir’s nit sagen, I hab’ di so lieb.
Es sitzt ein Vöglein auf dem Zaun, Ach Gott, was tut es da? Es will mir helfen klagen, klagen, Daß ich mein’ Lieb’ verloren hab’, Daß ich mein’ Lieb’ verloren hab’.
Sie: Sprichst allweil von Liebe, Sprichst allweil von Treu’, Und a bissele Falschheit Is auch wohl dabei.
Es quillt ein Brünnlein auf dem Plan, Ach Gott, was tut es da? Es will mir helfen weinen, weinen, Daß ich mein’ Lieb’ verloren hab’, Daß ich mein’ Lieb’ verloren hab’.
Er: Und wenn i dir’s zehnmal sag, Daß i di lieb, Und du willst nit verstehn, Muß i halt weitergehn. Sie: Für die Zeit, wo du g’liebt mi hast, Dank i dir schön, Und i wünsch, daß dir’s anderswo Besser mag gehn. 217
Texts various songs, CD 46 19. Es ging ein Maidlein zarte WoO 33/21 Es ging ein Maidlein zarte Früh in der Morgenstund In einen Blumengarten, Frisch, fröhlich und gesund; Der Blümlein es viel brechen wollt, Daraus ein’n Kranz zu machen Von Silber und von Gold.
Er nahm sie in der Mitten, Da sie am schwächsten war, Es half an ihm kein Bitten, Er warf sie in das Gras, Und rührte an ihr junges Herz, Da liegt das Maidlein zarte Voll bittrer Angst und Schmerz.
Da kam herzugeschlichen Ein gar erschrecklich Mann, Die Farb war ihm verblichen, Kein Kleider hatt er an. Er hat kein Fleisch, kein Blut, kein Haar, Es war an ihm verdorret, Sein Fleisch und Flechsen gar.
20. Vom verwundeten Knaben opus 14/2 Es wollt’ ein Mädchen früh aufstehn Und in den grünen Wald spazieren gehn. Und als sie nun in den grünen Wald kam, Da fand sie einen verwund’ten Knab’n. Der Knab’, der war von Blut so rot, Und als sie sich verwandt, war er schon tot.
O Tod, laß mich beim Leben, Nimm all mein Hausgesind! Mein Vater wird dirs geben, Wenn er mich lebend find’t; Ich bin sein einzig Töchterlein, Er würde mich nicht geben Um tausend Gulden fein.
Wo krieg’ ich nun zwei Leidfräulein, Die mein fein’s Lieb zu Grabe wein’n? Wo krieg’ ich nun sechs Reuterknab’n, Die mein fein’s Lieb zu Grabe trag’n? 218
Texts various songs, CD 46 Wie lang soll ich denn trauern gehn? Bis alle Wasser zusammengehn?
Das Blümlein, das ich meine, Das ist von edler Art, Ist aller Tugend reine, Ihr Mündlein, das ist zart, Ihr Äuglein, die sind hübsch und fein Wenn ich an sie gedenke, Wie gern ich bei ihr wollt sein!
Ja, alle Wasser gehn nicht zusamm’n, So wird mein Trauern kein Ende han.
21. Ach Gott, wie weh tut Scheiden WoO 33/17 Ach Gott, wie weh tut Scheiden, Hat mir mein Herz verwundt, So trab ich üb’r die Heiden Und traur zu aller Stund. Der Stunden, der sind allsoviel, Mein Herz trägt heimlich Leiden, Wiewohl ich oft fröhlich bin.
Sollt mich meins Buhln erwehren Als oft ein Ander tut, Sollt führn ein fröhlichs Leben, Dazu ein’n leichten Mut? Das kann und mag doch nicht gesein, Gesegn dich Gott im Herzen, Es muß geschieden sein.
Hat mir ein Gärtlein bauet, Von Veil und grünem Klee, Ist mir zu früh erfroren, Tut meinem Herzen weh. Ist mir erfrorn bei Sonnenschein, Ein Kraut je länger, je lieber, Ein Blümlein, vergiß nicht mein.
219
Texts various songs, CD 46 22. In stiller Nacht, zur ersten Wacht WoO 33/42 In stiller Nacht, zur ersten Wacht, Ein Stimm’ begunnt zu klagen, Der nächt’ge Wind hat süß und lind Zu mir den Klang getragen. Von herbem Leid und Traurigkeit Ist mir das Herz zerflossen, Die Blümelein, mit Tränen rein Hab’ ich sie all’ begossen. Der schöne Mon’ will untergon’, Für Leid nicht mehr mag scheinen, Die Sterne lan ihr Glitzen stahn, Mit mir sie wollen weinen. Kein Vogelsang noch Freudenklang Man höret in den Lüften, Die wilden Tier’ trau’rn auch mit mir In Steinen und in Klüften.
220
Texts various Songs and duets, CD 47 CD 47 Canciones, vol. 3
Als er wohl auf die Gasse trat, Da fing er an ein Lied und sang, Er sang aus schöner, aus heller Stimme, Daß sein fein’s Lieb zum Bett aussprang.
1. Liebestreu opus 3/1 »O versenk’, o versenk’ dein Leid, Mein Kind, in die See, in die tiefe See!« Ein Stein wohl bleibt auf des Meeres Grund, Mein Leid kommt stets in die Höh’.
“Steh still, steh still, mein feines Lieb, Steh still, steh still und rühr dich nicht, Sonst weckst du Vater, sonst weckst du Mutter, Das ist uns beiden nicht wohlgetan.”
»Und die Lieb’, die du im Herzen trägst, Brich sie ab, brich sie ab, mein Kind!« Ob die Blum’ auch stirbt, wenn man sie bricht, Treue Lieb’ nicht so geschwind.
“Was frag’ ich nach Vater, was frag’ ich nach Mutter, Vor deinem Schlaffenster muß ich stehn, Ich will mein schönes Lieb anschauen, Um das ich muß so ferne gehn.”
»Und die Treu’, und die Treu’, ‘s war nur ein Wort, in den Wind damit hinaus.« O Mutter und splittert der Fels auch im Wind, Meine Treue, die hält ihn aus.
Da standen die zwei wohl beieinander Mit ihren zarten Mündelein, Der Wächter blies wohl in sein Hörnelein, Ade, es muß geschieden sein.
2. Soll sich der Mond nicht heller scheinen opus 14/1 “Soll sich der Mond nicht heller scheinen, Soll sich die Sonn’ nicht früh aufgehn, So will ich diese Nacht gehn freien, Wie ich zuvor auch hab’ getan.”
Scheiden, Scheiden über Scheiden, Scheiden tut meinem jungen Herzen weh, Daß ich mein schön Herzlieb muß meiden, Das vergeß’ ich nimmermehr. 221
Texts various Songs and duets, CD 47 3. Ich hör’ meinen Schatz opus 19/4 Ich hör’ meinen Schatz, Den Hammer er schwinget, Das rauschet, das klinget, Das dringt in die Weite, Wie Glockengeläute, Durch Gassen und Platz.
Der Huld, für ihre Zornbescheide. So stehn wir, ich und meine Weide, So leider miteinander beide. 5. An die Nachtigall opus 46/4 Geuß nicht so laut der liebentflammten Lieder Tonreichen Schall Vom Blütenast des Apfelbaums hernieder, O Nachtigall!
Am schwarzen Kamin, Da sitzet mein Lieber, Doch geh’ ich vorüber, Die Bälge dann sausen, Die Flammen aufbrausen Und lodern um ihn.
Du tönest mir mit deiner süßen Kehle Die Liebe wach; Denn schon durchbebt die Tiefen meiner Seele Dein schmelzend »Ach«.
4. So stehn wir, ich und meine Weide opus 32/8 So stehn wir, ich und meine Weide, So leider miteinander beide.
Dann flieht der Schlaf von neuem dieses Lager, Ich starre dann Mit nassem Blick und totenbleich und hager Den Himmel an.
Nie kann ich ihr was tun zu Liebe, Nie kann sie mir was tun zu Leide.
Fleuch, Nachtigall, in grüne Finsternisse, Ins Haingesträuch, Und spend’ im Nest der treuen Gattin Küsse, Entfleuch, Entfleuch!
Sie kränket es, wenn ich die Stirn ihr Mit einem Diadem bekleide; Ich danke selbst, wie für ein Lächeln 222
Texts various Songs and duets, CD 47 Ophelia-Lieder WoO 22/1-5
Tät auf die Kammertür, Ließ ein die Maid, die als ‘ne Maid ging Nimmermehr herfür.
6. 1. Wie erkenn’ ich dein Treulieb Wie erkenn’ ich dein Treulieb Vor den andern nun? An den Muschelhut und Stab. Und den Sandalschuh’n.
9. 4. Sie trugen ihn auf der Bahre bloß Sie trugen ihn auf der Bahre bloß, leider, ach leider! Und manche Trän’ fiel in Grabes Schoß nunter, hinunter. Und ruft ihr ihn `nunter. Denn traut lieb Fränzel ist all’ meine Lust
Er ist lange tot und hin, Tot und hin, Fräulein! Ihm zu Häupten ein Rasen grün, Ihm zu Fuß ein Stein.
10. 5. Und kommt er nicht mehr zurück Und kommt er nicht mehr zurück? Und kommt er nicht mehr zurück? Er ist tot, oh Weh! In dein Todesbett geh!
7. 2. Sein Leichenhemd Sein Leichenhemd weiß wie Schnee zu sehn, Geziert mit Blumensegen, Das still betränt zum Grab mußt gehn Von Liebesregen.
Er kommt ja nimmer zurück Sein Bart war so weiß wie Schnee, Sein Haupt dem Flachse gleich: Er ist hin, ist hin, Und kein Leid bringt Gewinn. Gott helf ihm ins Himmelreich!
8. 3. Auf morgen ist Sankt Valentins Tag Auf morgen ist Sankt Valentins Tag, Wohl an der Zeit noch früh, Und ich, eine Maid, am Fensterschlag Will sein eu’r Valentin. Er war bereit, tät an sein Kleid, 223
Texts various Songs and duets, CD 47 11. Auf dem See opus 59/2 Blauer Himmel, blaue Wogen, Rebenhügel um den See, Drüber blauer Berge Bogen Schimmernd weiß im reinen Schnee.
12. Agnes opus 59/5 Rosenzeit, wie schnell vorbei, Schnell vorbei bist du doch gegangen! Wär mein Lieb’ nur blieben treu, Sollte mir nicht bangen.
Wie der Kahn uns hebt und wieget, Leichter Nebel steigt und fällt, Süßer Himmelsfriede lieget Über der beglänzten Welt.
Um die Ernte wohlgemut, Wohlgemut Schnitterrinnen singen. Aber, ach! mir kranken Blut, Will nichts mehr gelingen.
Stürmend Herz, tu auf die Augen, Sieh umher und werde mild: Glück und Friede magst du saugen Aus des Doppelhimmels Bild.
Schleiche so durch’s Wiesental, So durch’s Tal, als im Traum verloren, Nach dem Berg, da tausendmal, Er mir Treu’ geschworen.
Spiegelnd sieh die Flut erwidern Turm und Hügel, Busch und Stadt, Also spiegle du in Liedern, Was die Erde Schönstes hat.
Oben auf des Hügels Rand, abgewandt, Wein’ ich bei der Linde; An dem Hut mein Rosenband, Von seiner Hand, Spielet in dem Winde.
224
Texts various Songs and duets, CD 47 13. Dein blaues Auge opus 59/8 Dein blaues Auge hält so still, Ich blicke bis zum Grund. Du fragst mich, Was ich sehen will? Ich sehe mich gesund.
15 Therese opus 86/1 Du milchjunger Knabe, wie schaust du mich an? Was haben deine Augen für eine Frage getan! Alle Ratsherrn in der Stadt und alle Weisen der Welt Bleiben stumm auf die Frage, die deine Augen gestellt! Eine Meermuschel liegt auf dem Schrank meiner Bas’: Da halte dein Ohr d’ran, dann hörst du etwas!
Es brannte mich ein glühend Paar, Noch schmerzt, noch schmerzt das Nachgefühl: Das deine ist wie See so klar Und wie ein See so kühl.
16. Gestillte Sehnsucht opus 91/1 In gold’nen Abendschein getauchet, Wie feierlich die Wälder stehn! In leise Stimmen der Vöglein hauchet Des Abendwindes leises Weh’n. Was lispeln die Winde, die Vögelein? Sie lispeln die Welt in Schlummer ein.
14. Junge Lieder I opus 63/5 Meine Liebe ist grün wie der Fliederbusch, Und mein Lieb ist schön wie die Sonne, Die glänzt wohl herab auf den Fliederbusch Und füllt ihn mit Duft und mit Wonne.
Ihr Wünsche, die ihr stets euch reget Im Herzen sonder Rast und Ruh! Du Sehnen, das die Brust beweget, Wann ruhest du, wann schlummerst du? Beim Lispeln der Winde, der Vögelein, Ihr sehnenden Wünsche, wann schlaft ihr ein?
Meine Seele hat Schwingen der Nachtigall, Und wiegt sich in blühendem Flieder, Und jauchzet und singet vom Duft berauscht Viel liebestrunkene Lieder.
225
Texts various Songs and duets, CD 47 Ach, wenn nicht mehr in gold’ne Fernen Mein Geist auf Traumgefieder eilt, Nicht mehr an ewig fernen Sternen Mit sehnendem Blick mein Auge weilt; Dann lispeln die Winde, die Vögelein Mit meinem Sehnen mein Leben ein.
Der Himmelsknabe Duldet Beschwerde, Ach, wie so müd’ er ward Vom Leid der Erde. Ach nun im Schlaf ihm Leise gesänftigt Die Qual zerrinnt, Stillet die Wipfel! Es schlummert mein Kind.
17. Geistliches Wiegenlied opus 91/2 Die ihr schwebet Um diese Palmen In Nacht und Wind, Ihr heil’gen Engel, Stillet die Wipfel! Es schlummert mein Kind.
Grimmige Kälte Sauset hernieder, Womit nur deck’ ich Des Kindleins Glieder! O all ihr Engel, Die ihr geflügelt Wandelt im Wind, Stillet die Wipfel! Es schlummert mein Kind.
Ihr Palmen von Bethlehem Im Windesbrausen, Wie mögt ihr heute So zornig sausen! O rauscht nicht also! Schweiget, neiget Euch leis’ und lind; Stillet die Wipfel! Es schlummert mein Kind. 226
Texts various Songs and duets, CD 47 18. Sapphische Ode opus 91/4 Rosen brach ich nachts mir am dunklen Hage; Süßer hauchten Duft sie als je am Tage; Doch verstreuten reich die bewegten Äste Tau, der mich näßte.
20. Der Jäger opus 95/4 Mein Lieb ist ein Jäger, und grün ist sein Kleid, Und blau ist sein Auge, nur sein Herz ist zu weit. Mein Lieb ist ein Jäger, trifft immer ins Ziel, Und Mädchen berückt er, so viel er nur will. Mein Lieb ist ein Jäger, kennt Wege und Spur, Zu mir aber kommt er durch die Kirchtüre nur!
Auch der Küsse Duft mich wie nie berückte, Die ich nachts vom Strauch deiner Lippen pflückte: Doch auch dir, bewegt im Gemüt gleich jenen, Tauten die Tränen.
21. Immer leiser wird mein Schlummer opus 105/2 Immer leiser wird mein Schlummer, Nur wie Schleier liegt mein Kummer Zitternd über mir. Oft im Traume hör ich dich Rufen draus’ vor meiner Tür, Niemand wacht und öffnet dir, Ich erwach und weine bitterlich.
19. Regenlied WoO 23 Regentropfen aus den Bäumen Fallen in das grüne Gras, Tränen meiner trüben Augen Machen mir die Wange naß. Scheint die Sonne wieder heller, Wird der Rasen doppelt grün: Doppelt wird auf meinen Wangen Mir die heiße Träne glühn.
Ja, ich werde sterben müssen, Eine Andre wirst du küssen, Wenn ich bleich und kalt. Eh’ die Maienlüfte weh’n, Eh’ die Drossel singt im Wald: Willst du mich noch einmal seh’n, Komm, o komme bald! 227
Texts various Songs and duets, CD 47 22. Salamander opus 107/2 Es saß ein Salamander Auf einem kühlen Stein, Da warf ein böses Mädchen Ins Feuer ihn hinein.
24. Mädchenlied opus 107/5 Auf die Nacht in der Spinnstub’n Da singen die Mädchen, Da lachen die Dorfbub’n, Wie flink geh’n die Rädchen!
Sie meint’, er soll verbrennen, Ihm ward erst wohl zu Mut, Wohl wie mir kühlem Teufel Die heiße Liebe tut.
Spinnt Jedes am Brautschatz, Daß der Liebste sich freut. Nicht lange, so gibt es Ein Hochzeitgeläut. Kein Mensch, der mir gut ist, Will nach mir fragen; Wie bang mir zu Mut ist, Wem soll ich’s klagen?
23. Das Mädchen spricht opus 107/3 Schwalbe, sag’ mir an, Ist’s dein alter Mann, Mit dem du’s Nest gebaut? Oder hast du jüngst erst dich ihm vertraut? Sag’, was zwitschert ihr, sag’, was flüstert ihr des Morgens so vertraut? Gelt, du bist wohl auch noch nicht lange Braut?
Die Tränen rinnen Mir übers Gesicht Wofür soll ich spinnen? Ich weiß es nicht!
228
Texts various Songs and duets, CD 47 25. Wiegenlied opus 49/4 Guten Abend, gut’ Nacht, Mit Rosen bedacht, Mit Näg’lein besteckt, Schlupf’ unter die Deck’: Morgen früh, wenn Gott will, Wirst du wieder geweckt. Guten Abend, gut’ Nacht, Von Eng’lein bewacht, Die zeigen im Traum Dir Christkindleins Baum: Schlaf’ nun selig und süß, Schau’ im Traum ‘s Paradies.
229
Texts various songs, CD 48 CD 48 Canciones, vol. 4
2. Wie bist du, meine Königin opus 32/9 Wie bist du, meine Königin, Durch sanfte Güte wonnevoll! Du lächle nur, Lenzdüfte wehn Durch mein Gemüte, wonnevoll!
1. Nicht mehr zu dir zu gehen opus 32/2 Nicht mehr zu dir zu gehen Beschloß ich und beschwor ich, Und gehe jeden Abend, Denn jede Kraft und jeden Halt verlor ich.
Frisch aufgeblühter Rosen Glanz, Vergleich ich ihn dem deinigen? Ach, über alles, was da blüht, Ist deine Blüte wonnevoll!
Ich möchte nicht mehr leben, Möcht’ augenblicks verderben, Und möchte doch auch leben Für dich, mit dir, und nimmer, nimmer sterben.
Durch tote Wüsten wandle hin, Und grüne Schatten breiten sich, Ob fürchterliche Schwüle dort Ohn Ende brüte, wonnevoll!
Ach, rede, sprich ein Wort nur, Ein einziges, ein klares; Gib Leben oder Tod mir, Nur dein Gefühl enthülle mir, dein wahres!
Laß mich vergehn in deinem Arm! Es ist in ihm ja selbst der Tod, Ob auch die herbste Todesqual Die Brust durchwüte, wonnevoll!
230
Texts various songs, CD 48 3. Botschaft opus 47/1 Wehe, Lüftchen, lind und lieblich Um die Wange der Geliebten, Spiele zart in ihrer Locke, Eile nicht hinwegzuflieh’n!
4. Liebesglut opus 47/2 Die Flamme hier, die wilde, zu verhehlen, Die Schmerzen alle, welche mich zerquälen, Vermag ich es, da alle Winde ringsum Die Gründe meiner Traurigkeit erzählen?
Tut sie dann vielleicht die Frage, Wie es um mich Armen stehe; Sprich: »Unendlich war sein Wehe, Höchst bedenklich seine Lage;
Daß ich ein Stäubchen deines Weges stäube, Wie magst du doch, o sprich, wie darfst du schmälen? Verklage dich, verklage das Verhängnis, Das waltet über alle Menschenseelen!
Aber jetzo kann er hoffen Wieder herrlich aufzuleben, Denn du, Holde, Denkst an ihn.«
Da selbiges verordnete, das ewige, Wie alle sollten ihre Wege wählen, Da wurde deinem Lockenhaar der Auftrag, Mir Ehre, Glauben und Vernunft zu stehlen.
231
Texts various songs, CD 48 5. Von waldbekränzter Höhe opus 57/1 Von waldbekränzter Höhe Werf’ ich den heißen Blick Der liebefeuchten Sehe Zur Flur, die dich umgrünt, zurück.
6. Wenn du nur zuweilen lächelst opus 57/2 Wenn du nur zuweilen lächelst, Nur zuweilen Kühle fächelst Dieser ungemessnen Glut In Geduld will ich mich fassen Und dich alles treiben lassen, Was der Liebe wehe tut.
Ich senk’ ihn auf die Quelle, Vermöcht’ ich, ach, mit ihr Zu fließen eine Welle, Zurück, o Freund, zu dir, zu dir!
7. Es träumte mir opus 57/3 Es träumte mir, Ich sei dir teuer; Doch zu erwachen Bedurft ich kaum. Denn schon im Traume Bereits empfand ich, Es sei ein Traum.
Ich richt’ ihn auf die Züge Der Wolken über mir, Ach, flög’ ich ihre Flüge, Zurück, o Freund, zu dir, zu dir! Wie wollt’ ich dich umstricken, Mein Heil und meine Pein, Mit Lippen und mit Blicken, Mit Busen, Herz und Seele dein!
232
Texts various songs, CD 48 8. Ach, wende diesen Blick opus 57/4 Ach, wende diesen Blick, wende dies Angesicht! Das Inn’re mir mit ewig neuer Glut, Mit ewig neuem Harm erfülle nicht!
9. In meiner Nächte Sehnen opus 57/5 In meiner Nächte Sehnen, So tief allein, Mit tausend, tausend Tränen, Gedenk’ ich dein.
Wenn einmal die gequälte Seele ruht, Und mit so fieberischer Wilde nicht In meinen Adern rollt das heiße Blut,
Ach, wer dein Antlitz schaute, Wem dein Gemüt Die schöne Glut vertraute, Die es durchglüht,
Ein Strahl, ein flüchtiger, von deinem Licht, Er wecket auf des Wehs gesamte Wut, Da schlangengleich mich in das Herze sticht.
Wem deine Küsse brannten, Wem je vor Lust All seine Sinne schwanden An deiner Brust, Wie rasteten in Frieden Ihm Seel’ und Leib, Wenn er von dir geschieden, Du göttlich Weib!
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Texts various songs, CD 48 10. Strahlt zuweilen auch ein mildes Licht opus 57/6 Strahlt zuweilen auch ein mildes Licht Auf mich hin aus diesem Angesicht Ach, es können auch wohl Huldgebärden Machen, daß uns fast das Herze bricht. Was die Liebe sucht, um froh zu werden, Das verraten diese Blicke nicht.
12. Unbewegte laue Luft opus 57/8 Unbewegte laue Luft, Tiefe Ruhe der Natur; Durch die stille Gartennacht Plätschert die Fontäne nur. Aber im Gemüte schwillt Heißere Begierde mir, Aber in der Ader quillt Leben und verlangt nach Leben. Sollten nicht auch deine Brust Sehnlichere Wünsche heben? Sollte meiner Seele Ruf Nicht dir deine tief durchbeben? Leise mit dem Ätherfuß Säume nicht, daherzuschweben! Komm, o komm, damit wir uns Himmlische Genüge geben!
11. Die Schnur, die Perl’ an Perle opus 57/7 Die Schnur, die Perl’ an Perle Um deinen Hals gereihte, Wie wiegt sie sich so fröhlich Auf deiner schönen Brust! Mit Seel’ und Sinn begabet, Mit Seligkeit berauschet Sie, diese Götterlust. Was müssen wir erst fühlen, In welchen Herzen schlagen, So heiße Menschenherzen, Wofern es uns gestattet, Uns traulich anzuschmiegen An eine solche Brust.
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Texts various songs, CD 48 13. Eine gute, gute Nacht opus 59/6 Eine gute, gute Nacht Pflegst du mir zu sagen Über dieses eitle Wort, O wie muß ich klagen!
15. Wir wandelten opus 96/2 Wir wandelten, wir zwei zusammen, Ich war so still und du so stille, Ich gäbe viel, um zu erfahren, Was du gedacht in jenem Fall. Was ich gedacht, unausgesprochen verbleibe das! Nur Eines sag’ ich: So schön war alles, was ich dachte, So himmlisch heiter war es all’.
Daß du meiner Seele Glut Nicht so grausam nährtest; »Eine gute, gute Nacht«, Daß du sie gewährtest!
In meinem Haupte die Gedanken, Sie läuteten wie gold’ne Glöckchen: So wundersüß, so wunderlieblich Ist in der Welt kein and’rer Hall.
14. Schön war, das ich dir weihte opus 95/7 Schön war, das ich dir weihte, das goldene Geschmeide, süß war der Laute Ton, die ich dir auserlesen; das Herze, das sie beide darbrachte, wert gewesen wär’s, zu empfangen einen bessern Lohn.
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Texts various songs, CD 48 16. Denn es gehet dem Menschen wie dem Vieh opus 121/1 Denn es gehet dem Menschen wie dem Vieh; Wie dies stirbt, so stirbt er auch; Und haben alle einerlei Odem; Und der Mensch hat nichts mehr denn das Vieh: Denn es ist alles eitel.
17. Ich wandte mich und sahe an opus 121/2 Ich wandte mich und sahe an Alle, die Unrecht leiden unter der Sonne; Und siehe, da waren Tränen derer, Die Unrecht litten und hatten keinen Tröster; Und die ihnen Unrecht täten, waren zu mächtig, Daß sie keinen Tröster haben konnten. Da lobte ich die Toten, Die schon gestorben waren Mehr als die Lebendigen, Die noch das Leben hatten; Und der noch nicht ist, ist besser als alle beide, Und des Bösen nicht inne wird, Das unter der Sonne geschieht.
Es fährt alles an einen Ort; Es ist alles von Staub gemacht, Und wird wieder zu Staub. Wer weiß, ob der Geist des Menschen aufwärts fahre, Und der Odem des Viehes unterwärts unter die Erde fahre? Darum sahe ich, daß nichts bessers ist, Denn daß der Mensch fröhlich sei in seiner Arbeit; Denn das ist sein Teil. Denn wer will ihn dahin bringen, Daß er sehe, was nach ihm geschehen wird?
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Texts various songs, CD 48 18. O Tod, wie bitter bist du opus 121/3 O Tod, wie bitter bist du, Wenn an dich gedenket ein Mensch, Der gute Tage und genug hat Und ohne Sorge lebet; Und dem es wohl geht in allen Dingen Und noch wohl essen mag! O Tod, wie bitter bist du. O Tod, wie wohl tust du dem Dürftigen, Der da schwach und alt ist, Der in allen Sorgen steckt, Und nichts Bessers zu hoffen, Noch zu erwarten hat! O Tod, wie wohl tust du!
Und hätte allen Glauben, also Daß ich Berge versetzte, Und hätte der Liebe nicht, So wäre ich nichts. Und wenn ich alle meine Habe den Armen gäbe, Und ließe meinen Leib brennen, Und hätte der Liebe nicht, So wäre mir’s nichts nütze. Wir sehen jetzt durch einen Spiegel In einem dunkeln Worte; Dann aber von Angesicht zu Angesichte. Jetzt erkenne ich’s stückweise, Dann aber werd ich’s erkennen, Gleich wie ich erkennet bin. Nun aber bleibet Glaube, Hoffnung, Liebe, Diese drei; Aber die Liebe ist die größeste unter ihnen.
19. Wenn ich mit Menschen und mit Engelszungen redete opus 121/4 Wenn ich mit Menschen und mit Engelszungen redete, Und hätte der Liebe nicht, So wär’ ich ein tönend Erz, Oder eine klingende Schelle. Und wenn ich weissagen könnte, Und wüßte alle Geheimnisse Und alle Erkenntnis, 237
Texts various songs, CD 49 CD 49 Canciones, vol. 5
Was meine Pein: Geben den Witwer mir, Der kein ganz Herze hat; Halb ist’s der ersten Frau, Halb nur wär’s mein!
1. Klage I opus 69/1 Ach, mir fehlt, nicht ist da, Was mich einst süß beglückt; Ach, mir fehlt, nicht ist da, Was mich erfreut! Was mich einst süß beglückt, Ist wie die Well’ entrückt. Ach, mir fehlt, nicht ist da, Was mich erfreut!
2. Klage II opus 69/2 O Felsen, lieber Felsen, Was stürztest du nicht ein, Als ich mich trennen mußte Von dem Geliebten mein?
Sagt, wie man ackern kann Ohne Pflug, ohne Roß? Sagt, wie man ackern kann, Wenn das Rad bricht? Ach, wie solch Ackern ist, So ist die Liebe auch, So ist die Liebe auch, Küßt man sich nicht!
Laß dämmern, Gott, laß dämmern, Daß bald der Abend wink’ Und daß auch bald mein Leben In Dämmerung versink’! O Nachtigall, du traute, O sing’ im grünen Hain, Erleichtere das Herz mir Und meines Herzens Pein!
Zwingen mir fort nur auf, Was mit Qual mich erfüllt; Zwingen mir fort nur auf,
Mein Herz, das liegt erstarret Zu Stein in meiner Brust, 238
Texts various songs, CD 49 Es findet hier auf Erden An nichts, an nichts mehr Lust.
Dunkel wird mein Weg sich dehnen, Wenn ich scheiden muß von hier: Steh’ ich dann auf jenem Berge, Seufz’ ich einmal noch nach dir.
Ich frei’ wohl einen Andern Und lieb’ ich ihn auch nicht; Ich tue, was mein Vater Und meine Mutter spricht.
4. Des Liebsten Schwur opus 69/4 Ei, schmollte mein Vater nicht wach und im Schlaf, So sagt’ ich ihm, wen ich im Gärtelein traf. Und schmolle nur, Vater, und schmolle nur fort, Ich traf den Geliebten im Gärtelein dort.
Ich tue nach des Vaters Und nach der Mutter Wort, Doch heiße Tränen weinet Mein Herz in einem fort.
Ei, zankte mein Vater nicht wieder sich ab, So sagt’ ich ihm, was der Geliebte mir gab. Und zanke nur, Vater, mein Väterchen du, Er gab mir ein Küßchen und eines dazu.
3. Abschied opus 69/3 Ach, mich hält der Gram gefangen, Meinem Herzen ist so weh, Denn ich soll von hinnen ziehen Über jenes Berges Höh’!
Ei, klänge dem Vater nicht staunend das Ohr, So sagt’ ich ihm, was der Geliebte mir schwor. Und staune nur, Vater, und staune noch mehr, Du gibst mich doch einmal mit Freuden noch her.
Was einst mein war, ist verloren, Alle, alle Hoffnung flieht; Ja, ich fürchte, daß, o Mädchen, Dich mein Aug’ nicht wiedersieht.
Mir schwor der Geliebte so fest und gewiß, Bevor er aus meiner Umarmung sich riß: Ich hätte am längsten zu Hause gesäumt, Bis lustig im Felde die Weizensaat keimt. 239
Texts various songs, CD 49 5. Tambourliedchen opus 69/5 Den Wirbel schlag’ ich gar so stark, daß euch erzittert Bein und Mark, ja, Bein und Mark! Drum denk’ ich ans schön Schätzelein, Blaugrau, blau ist seiner Augen Schein.
Wenn ein Hauch sie entführet, Wer hielte sie auf? Der Hauch meiner Klagen Die Segel nur schwillt, Je mehr mein Verlangen Zurücke sie hält! Verhielt’ ich die Klagen: Es löst’ sie der Schmerz, Und Klagen und Schweigen Zersprengt mir das Herz.
Und denk’ ich an den Schein so hell, von selber dämpft das Trommelfell, das Trommelfell den wilden Ton, klingt hell und rein. Blaugrau, blau sind Liebchens Äugelein.
Ich rufe vom Ufer Verlorenes Glück, Die Ruder nur schallen Zum Strande zurück.
6. Vom Strande opus 69/6 Ich rufe vom Ufer Verlorenes Glück, Die Ruder nur schallen Zum Strande zurück.
So flüchtige Schlösser, Wer könnt’ ihn’n vertrau’n Und Liebe, die bliebe, Mit Freuden d’rauf bau’n? Wie Vögel im Fluge, Wo ruhen sie aus? So eilige Wand’rer, Sie finden kein Haus, Zertrümmern der Wogen
Vom Strande, lieb’ Mutter, Wo der Wellenschlag geht, Da fahren die Schiffe, Mein Liebster drauf steht. Je mehr ich sie rufe, Je schneller der Lauf, 240
Texts various songs, CD 49 Grünen Kristall, Und was sie berühren, Verwandelt sich all. Es wandeln die Wellen Und wandelt der Wind, Meine Schmerzen im Herzen Beständig nur sind.
Sinket die Sonn’, Die Welt wird leer, Muß mein Herz verzagen. Bin ich allein, Ach, immer allein, Meine Kräfte schwinden. Muß ich zurück In matter Pein, Kann dich nimmer finden.
Ich rufe vom Ufer Verlorenes Glück, Die Ruder nur schallen Zum Strande zurück.
8. Salome opus 69/8 Singt mein Schatz wie ein Fink, Sing ich Nachtigallensang; Ist mein Liebster ein Luchs, O so bin ich eine Schlang!
7. Über die See opus 69/7 Über die See, Fern über die See, Ist mein Schatz gezogen, Ist ihm mein Herz Voll Ach und Weh, Bang ihm nachgeflogen.
O ihr Jungfraun im Land, Von dem Berg und über See, Überlaßt mir den Schönsten, Sonst tut ihr mir weh!
Brauset das Meer, Wild brauset das Meer, Stürme dunkel jagen,
Er soll sich unterwerfen Zum Ruhm uns und Preis! 241
Texts various songs, CD 49 Und er soll sich nicht rühren, Nicht laut und nicht leis!
Daß er sich erhänge An ein böses Bäumchen hänge, An den weißen Hals mir! Gäbe Gott im hellen Himmel, Daß er lieg’ gefangen Lieg’ gefangen tief im Kerker, An der weißen Brust mir! Gäbe Gott, der Herr im Himmel, Daß er Ketten trage Ketten trage, festgeschlungen, Meine weißen Arme! Gäbe Gott im hellen Himmel, Daß ihn nähm’ das Wasser Daß ihn nähm’ das wilde Wasser, Mir in’s Haus ihn bringe!”
O ihr teuren Gespielen, Überlaßt mir den teuren Mann! Er soll sehn, wie die Liebe Ein feurig Schwert werden kann!
9. Mädchenfluch opus 69/9 Ruft die Mutter, ruft der Tochter Über drei Gebirge: “Ist, o Mara, liebe Tochter, Ist gebleicht das Linnen?” Ihr zurück die junge Tochter Über neun Gebirge: “Nicht in’s Wasser, liebe Mutter, Taucht’ ich noch das Linnen, Denn, o sieh’, es hat das Wasser Jawo mir getrübet. Wie dann erst, o liebe Mutter, Hätt’ ich es gebleicht schon! Fluch’ ihm, Mutter, liebe Mutter! Ich auch will ihm fluchen. Gäbe Gott im hellen Himmel,
10. An eine Äolsharfe opus 19/5 Angelehnt an die Efeuwand Dieser alten Terrasse, Du, einer luftgebor’nen Muse Geheimnisvolles Saitenspiel, Fang’ an, Fange wieder an Deine melodische Klage! 242
Texts various songs, CD 49 Ihr kommet, Winde, fern herüber, Ach! von des Knaben, Der mir so lieb war, Frischgrünendem Hügel. Und Frühlingsblüten unterweges streifend, Übersättigt mit Wohlgerüchen, Wie süß, wie süß bedrängt ihr dies Herz! Und säuselt her in die Saiten, Angezogen von wohllautender Wehmut, Wachsend im Zug meiner Sehnsucht, Und hinsterbend wieder. Aber auf einmal, Wieder Wind heftiger herstößt, Ein holder Schrei der Harfe Wiederholt mir zu süßem Erschrecken Meiner Seele plötzliche Regung, Und hier, die volle Rose streut geschüttelt All’ ihre Blätter vor meine Füße!
So schauert über mein Leben Ein nächtig trüber kalter Tag, Warum noch vor dem Tode beben, O Herz, mit deinem ew’gen Schlag! Sieh, rings entblättert das Gestäude! Was spielst du, wie der Wind am Strauch, Noch mit der letzten welken Freude? Gib dich zur Ruh’ - bald stirbt sie auch.
12. Abenddämmerung opus 48/7 Sei willkommen, Zwielichtstunde! Dich vor allen lieb’ ich längst, Die du, lindernd jede Wunde, Unsre Seele mild umfängst. Hin durch deine Dämmerhelle, In den Lüften, abendfeucht, Schweben Bilder, die der grelle Schein des lauten Tags gescheucht.
11. Herbstgefühl opus 48/7 Wie wenn vom frost’gen Windhauch tödlich Des Sommers letzte Blüte krankt, Und hier und da nur, gelb und rötlich, Ein einzles Blatt im Windhauch schwankt,
Träume und Erinnerungen Nahen aus der Kinderzeit, 243
Texts various songs, CD 49 Flüstern mit den Geisterzungen Von vergangner Seligkeit.
Alles schwankt in’s Ungewisse, Nebel schleichen in die Höh’, Schwarzvertiefte Finsternisse Widerspiegelnd ruht der See.
Und zu Jugendlust-Genossen Kehren wir ins Vaterhaus; Arme, die uns einst umschlossen, Breiten neu sich nach uns aus.
Nun am östlichen Bereiche Ahn’ ich Mondenglanz und Glut, Schlanker Weiden Haargezweige Scherzen auf der nächsten Flut.
Nach dem Trennungsschmerz, dem langen, Dürfen wir noch einmal nun Denen, die dahingegangen, Am geliebten Herzen ruhn;
Durch bewegter Schatten Spiele Zittert Lunas Zauberschein, Und durch’s Auge schleicht die Kühle Sänftigend in’s Herz hinein.
Und indes zum Augenlide Sanft der Schlummer niederrint, Sinkt auf uns ein sel’ger Friede Aus dem Land, wo jene sind.
14. Mein wundes Herz opus 59/7 Mein wundes Herz verlangt nach milder Ruh’, O hauche sie ihm ein! Es fliegt dir weinend, bange schlagend zu O hülle du es ein!
13. Dämmrung senkte sich von oben opus 59/1 Dämmrung senkte sich von oben, Schon ist alle Nähe fern, Doch zuerst emporgehoben Holden Lichts der Abendstern.
Wie wenn ein Strahl durch schwere Wolken bricht, So winkest du ihm zu: O lächle fort mit deinem milden Licht! Mein Pol, mein Stern bist du! 244
Texts various songs, CD 49 15. Treue Liebe opus 7/1 Ein Mägdlein saß am Meerestrand Und blickte voll Sehnsucht ins Weite. »Wo bleibst du, mein Liebster, wo weilst du so lang? Nicht ruhen läßt mich des Herzens Drang. Ach, kämst du, mein Liebster, doch heute!«
16. Parole opus 7/2 Sie stand wohl am Fensterbogen Und flocht sich traurig das Haar, Der Jäger war fortgezogen, Der Jäger ihr Liebster war. Und als der Frühling gekommen, Die Welt war von Blüten verschneit, Da hat sie ein Herz sich genommen Und ging in die grüne Heid’.
Der Abend nahte, die Sonne sank Am Saum des Himmels darnieder. »So trägt dich die Welle mir nimmer zurück? Vergebens späht in die Ferne mein Blick. Wo find’ ich, mein Liebster, dich wieder,
Sie legt das Ohr an den Rasen, Hört ferner Hufe Klang Das sind die Rehe, die grasen Am schattigen Bergeshang.
Die Wasser umspielten ihr schmeichelnd den Fuß, Wie Träume von seligen Stunden; Es zog sie zur Tiefe mit stiller Gewalt: Nie stand mehr am Ufer die holde Gestalt, Sie hat den Geliebten gefunden!
Und abends die Wälder rauschen, Von fern nur fällt noch ein Schuß, Da steht sie stille zu lauschen: »Das war meines Liebsten Gruß!« Da sprangen vom Fels die Quellen, Da flohen die Vöglein ins Tal. »Und wo ihr ihn trefft, ihr Gesellen, O, grüßt mir ihn tausendmal!« 245
Texts various songs, CD 49 17. Anklänge opus 7/3 Hoch über stillen Höhen Stand in dem Wald ein Haus; So einsam war’s zu sehen, Dort übern Wald hinaus.
19. Die Trauernde opus 7/5 Mei Mueter mag mi net, Und kei Schatz han i net, Ei warum sterb’ i net, Was tu i do?
Ein Mädchen saß darinnen Bei stiller Abendzeit, Tät seidne Fäden spinnen Zu ihrem Hochzeitskleid.
Gestern isch Kirchweih g’wä, Mi hot mer g’wis net g’seh, Denn mir isch’s gar so weh, I tanz ja net. Laßt die drei Rose stehn, Die an dem Kreuzle blühn: Hent ihr das Mädle kennt, Die drunter liegt?
18. Volkslied opus 7/4 Die Schwälble ziehet fort, ziehet fort, Weit an en andre Ort; Und i sitz’ do in Traurigkeit, Es isch a böse, schwere Zeit.
20. Heimkehr opus 7/6 O brich nicht, Steg, du zitterst sehr, O stürz’ nicht, Fels, du dräuest schwer, Welt, geh’ nicht unter, Himmel, fall’ nicht ein, Bis ich mag bei der Liebsten sein!
Könnt’ i no fort durch d’ Welt, fort durch d’ Welt, Weil mir’s hie gar net, gar net g’fällt! O Schwälble, komm, i bitt’, i bitt’! Zeig mir de Weg und nimm mi mit!
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Texts various songs, CD 49 21. Mondnacht WoO 21 Es war, als hätt’ der Himmel, Die Erde still geküßt, Daß sie im Blütenschimmer Von ihm nur träumen müßt.
23. Geheimnis opus 71/3 O Frühlingsabenddämmerung! O laues, lindes Weh’n, Ihr Blütenbäume, sprecht, was tut ihr so zusammensteh’n? Vertraut ihr das Geheimnis euch Von uns’rer Liebe süß? Was flüstert ihr einander zu Von uns’rer Liebe süß?
Die Luft ging durch die Felder, Die Ähren wogten sacht, Es rauschten leis die Wälder, So sternklar war die Nacht. Und meine Seele spannte Weit ihre Flügel aus, Flog durch die stillen Räume, Als flöge sie nach Haus.
24. In Waldeseinsamkeit opus 85/6 Ich saß zu deinen Füßen In Waldeseinsamkeit; Windesatmen, Sehnen Ging durch die Wipfel breit.
22. Lerchengesang opus 70/2 Ätherische ferne Stimmen, Der Lerchen himmlische Grüße, Wie regt ihr mir so süße Die Brust, ihr lieblichen Stimmen! Ich schließe leis mein Auge, Da ziehn Erinnerungen In sanften Dämmerungen Durchweht vom Frühlingshauche.
In stummem Ringen senkt’ ich Das Haupt in deinen Schoß, Und meine bebenden Hände Um deine Knie ich schloß. Die Sonne ging hinunter, Der Tag verglühte all, Ferne, ferne, ferne Sang eine Nachtigall. 247
Texts various songs, CD 49 25. Meerfahrt opus 96/4 Mein Liebchen, wir sassen beisammen, Traulich im leichten Kahn; Die Nacht war still und wir schwammen Auf weiter Wasserbahn.
26. Ständchen opus 106/1 Der Mond steht über dem Berge, So recht für verliebte Leut’; Im Garten rieselt ein Brunnen, Sonst Stille weit und breit.
Die Geisterinsel, die schöne, Lag dämm’rig im Mondenglanz; Dort klangen liebe Töne, Und wogte der Nebeltanz.
Neben der Mauer im Schatten, Da stehn der Studenten drei, Mit Flöt’ und Geig’ und Zither, Und singen und spielen dabei.
Dort klange es lieb und lieber, Und wogt’ es hin und her; Wir aber schwammen vorüber Trostlos auf weitem Meer.
Die Klänge schleichen der Schönsten Sacht in den Traum hinein, sie schaut den blonden Geliebten und lispelt: »Vergiß nicht mein!«
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Textos de varias canciones, CD 50 CD 50 Canciones, vol. 6
Alte Klänge blühend schreiten; Wie aus lang versunknen Zeiten Will mich Wehmut noch bescheinen, Und ich möcht’ von Herzen weinen.
1. Die Nonne und der Ritter opus 28/1 Da die Welt zur Ruh’ gegangen, Wacht mit Sternen mein Verlangen, In der Kühle muß ich lauschen, Wie die Wellen unten rauschen!
“Überm Walde blitzt’s von weitem, Wo um Christi Grab sie streiten; Dorthin will mein Schiff ich wenden, Da wird alles, alles enden!”
“Fernher mich die Wellen tragen, Die ans Land so traurig schlagen, Unter deines Fensters Gitter, Fraue, kennst du noch den Ritter?”
Geht ein Schiff, ein Mann stand drinnen, Falsche Nacht, verwirrst die Sinne! Welt Ade! Gott woll’ bewahren, Die noch irr im Dunkeln fahren!
Ist’s doch, als ob seltsam’ Stimmen Durch die lauen Lüfte schwimmen; Wieder hat’s der Wind genommen, Ach, mein Herz ist so beklommen!
2. Vor der Tür opus 28/2 Tritt auf den Riegel von der Tür, Wie gern käm ich herein, Um dich zu küssen. “Ich laß dich nicht herein. Schleich immer heim ganz sacht Auf deinen Füssen.”
“Drüben liegt dein Schloß verfallen, Klagend in den öden Hallen, Aus dem Grund der Wald mich grüßte, ‘s war, als ob ich sterben müßte.”
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Textos de varias canciones, CD 50 Wohl kann ich schleichen sacht Wie Mondenschein, Steh nur auf, laß mich ein: Das will ich von dir haben. O Mägdlein, dein’n Knaben Laß ein!
4. Der Jäger und sein Liebchen opus 28/4 Ist nicht der Himmel so blau? Steh am Fenster und schau! Erst in der Nacht, Spät in der Nacht Komm’ ich heim von der Jagd. “Anders hab’ ich gedacht, Tanzen will ich die Nacht! Bleib vor der Tür, Spät vor der Tür Willst du nicht tanzen mit mir!”
3. Es rauschet das Wasser opus 28/3 Es rauschet das Wasser und bleibet nicht steh’n; Gar lustig die Sterne am Himmel hingeh’n; Gar lustig die Wolken am Himmel hinzieh’n So rauschet die Liebe und fähret dahin.
Mädchen, der Himmel ist blau, Bleib am Fenster und schau. Bis in der Nacht, Spät in der Nacht, Heim ich kehr’ von der Jagd.
Es rauschen die Wasser, die Wolken zergeh’n; Doch bleiben die Sterne, sie wandeln und gehn. So auch mit der Liebe, der treuen, geschicht, Sie wegt sich, sie regt sich und ändert sich nicht.
“Ist auch der Himmel so blau, Steh’ ich doch nimmer und schau’ Ob in der Nacht, Spät in der Nacht Heim du kehrst von der Jagd.” 250
Textos de varias canciones, CD 50 5. Sagt mir, o schönste Schäf’rin mein WoO 33/1 Sagt mir, o schönste Schäf’rin mein, Der Augen edle Zier! Darf ich bei euch nicht kehren ein Als ein getreuer Hirt? Ich steh schon lang vor eurer Tür, O Schäferin eröffnet mir Die Pfort, die Pfort, die Pfort.
“So will ich aus Erbarmen dann Erhören deine Bitt, Die Pforte stehet offen schon, Komm nur in meine Hütt.“ Ach Schatz, wie seh ich euch hier stehn? Wie tugendsam, wie zart, wie schön Seid ihr, seid ihr, seid ihr! “Ach wie war ich so unbedacht, O edler schöner Hirt! Daß ich nicht ehr hab aufgemacht, Du hast mein Herz gerührt. Komm ‘nein, o schönster Schäfer mein, Ich will allzeit dein eigen sein, Ich will, ich will, ich will!
“Wer da? wer klopft vor meiner Tür Und will zu mir herein? Mein Hüttlein ich eröffne nicht, Ich lasse niemand ein, Und wenn er auch der Schönste wär, So macht er mir mein Herz nicht schwer. Umsonst! Umsonst! Umsonst!”
O werter Schäfer, mach dein Hütt Nur alsobald bei mir; So wahr ich leb, ich mach kein Schritt Jetz und mehr ab von dir. Mein Herz ist dein, o werter Hirt, Bis es der Liebe machen wird Ein End, ein End, ein End!”
Die finstre Nacht hat mich verführt In’n Wald, mein trautes Kind! Drum bitt ich, schlagt’s euch aus dem Sinn Und macht mir auf geschwind; Ich hab mich allzeit aufgeführt, Wies einem treuen Hirt’n gebührt, Allzeit, allzeit, allzeit. 251
Textos de varias canciones, CD 50 6. Gar lieblich hat sich gesellet WoO 33/3 Gar lieblich hat sich gesellet Mein Herz in kurzer Frist, Zu einer, die mir gefället, Gott weiß wohl, wer sie ist; Sie liebet mich ganz inniglich, Die Allerliebste mein, Mit Treuen ich sie mein.
Mit Venus-Pfeiln durchschossen Das junge Herze mein; Schöns Lieb, sei unverdrossen, Setz deinen Willen drein. Gesegn’ dich Gott, mein schönes Lieb, Ich soll und muß von dir, Du siehst mich wieder schier.
Wohl für des Maien Blüte Hab ich sie mir erkorn, Sie erfreut mir mein Gemüte Mein’n Dienst hab ich ihr g’schworn, Den will ich halten stetiglich, Sein ganz ihr untertan, Dieweil ich s Leben han.
7. Gut’n Abend, mein tausiger Schatz WoO 33/4 Er: Gut’n Abend, gut’n Abend, mein tausiger Schatz, Ich sag’ dir guten Abend; Komm’ du zu mir, ich komme zu dir, Du sollst mir Antwort geben, mein Engel! Sie: Ich kommen zu dir, du kommen zu mir? Das wär’ mir gar keine Ehre; Du gehst von mir zu andern Jungfrauen, Das kann ich an dir wohl spüren, mein Engel!
Ich gleich sie einem Engel, Die Herzallerliebste mein, Ihr Härlein kraus als ein Sprengel, Ihr Mündlein rot als Rubein, Zwei blanke Ärmlein, die sind schmal, Dazu ein roter Mund, Der lacht zu aller Stund. 252
Textos de varias canciones, CD 50 Er: Ach nein, mein Schatz, und glaub’ es nur nicht, Was falsche Zungen reden, Es geben so viel gottlosige Leut’, Die dir und mir nichts gönnen, mein Engel!
8. Gunhilde WoO 33/7 Gunhilde lebt gar stille und fromm In ihrem Klosterbann, Bis sie ihr Beichtiger verführt, Bis sie mit ihm entrann.
Sie: Und gibt es so viele gottlosige Leut’, Die dir und mir nichts gönnen, So solltest du selber bewahren die Treu’ Und machen zu Schanden ihr Reden, mein Engel!
Er zog mit ihr wohl durch die Welt, Sie lebten in Saus und Braus; Der Mönch verübte Spiel und Trug, Ging endlich auf den Raub. Gunhilde ach, du armes Weib, Gunhild, was fängst du an? Sie steht allein im fremden Land, Am Galgen hängt ihr Mann.
Er: Leb’ wohl, mein Schatz, ich hör’ es wohl, Du hast einen Anderen lieber, So will ich meiner Wege geh’n, Gott möge dich wohl behüten, mein Engel!
Sie weinet rot die Äugelein: O weh, was ich getan! Ich will nach Haus und Buße tun, Der Sünden Straf empfahn.
Sie: Ach nein, ich hab’ keinen Anderen lieb, Ich glaub’ nicht gottlosigen Leuten, Komm’ du zu mir, ich komme zu dir, Wir bleiben uns beide getreue, mein Engel!
Sie bettelte sich durch das Land, Almosen sie da nahm, Bis sie zum Rheine in den Wald, Wohl vor das Kloster kam. 253
Textos de varias canciones, CD 50 Sie pochet an das Klostertor, Das Tor wird aufgetan; Sie geht wohl vor die Äbtin stehn Und fängt zu weinen an.
9. Ach, englische Schäferin WoO 33/8 Ach, englische Schäferin, Erhöre mein Bitt, Und laß mich einkehren In deine grüne Hütt! Ich hab mich verspätet Mit Jagen im Wald, Die Nacht, die mich quälet, Ist schrecklich und kalt!
Hier nehmet das verlorne Kind, O Mutter, das entrann, Und laßt es harte Buße tun In schwerem Kirchenbann. Gunhilde, sprich, was willst du hier? Laß solche Rede sein, Hast ja gesessen im Gebet, In deinem Kämmerlein.
“Ach ja mein lieber Jäger, Was machst du denn hier? Habt ihr auf grün’ Heide, Im Wald kein Quartier? Bei mir zu verbleiben, Das kann ja nicht sein, Mein Tür ist verschlossen, Laß niemand herein!”
Gunhilde, du mein heilig Kind, Was klagest du dich an? Willst du hier Kirchenbuße tun, Was fang ich Ärmste an?
Ach, englische Schäferin, Holdseligstes Kind, Eur huldreicher Anblick Der hat mich entzündt; Wenn ich mich könnt laben Und lindern die Pein,
Sie führten sie ins Kämmerlein, Ob sie’s gleich nicht verstand; Der Engel, der ihr Stell vertrat, Alsbald vor ihr verschwand. 254
Textos de varias canciones, CD 50 Den Wald wollt ich lassen Und Schäfer nur sein!
Ihr könnt eine Andre lieben, Ich wünsch euch viel Glück, Dürft mir nicht mehr kommen Vor meine Schäferhütt!”
“Ach herzliebster Jäger, So spät in der Nacht Hat euch noch die Liebe Zu Kreuze gebracht! Wenn ich euch soll heben, Und lindern die Plag, Eure Schäferin werden, So kommet bei Tag.”
10. Es war eine schöne Jüdin WoO 33/9 Es war eine schöne Jüdin, Ein wunderschönes Weib, Die hatt’ eine schöne Tochter, Das Haar war ihr geflochten, Zum Tanz war sie bereit.
Ach, englische Schäferin, Warum denn so stolz, Es ist euer Bettlein Ja doch nur von Holz! Tät ich mich drein legen, So wär’s mir ein Spott, Gottbefohlen, du Schäferin, Ich muß jetzo fort.
“Ach, Mutter, liebste Mutter, Mein Herz tut mir so weh: Laß mich eine kleine Weile Spazieren auf grüner Heide, bis daß mir besser wird.” Die Mutter wandt den Rücken, Die Tochter sprang in die Gass’, Wo alle Schreiber saßen: “Ach, liebster, liebster Schreiber, Mir tut mein Herz so weh.”
“Ach lieber, mein Jäger, Was frag ich nach euch, Ihr seid bei Nacht kommen, Das hat mich erfreut: 255
Textos de varias canciones, CD 50 “Wenn du dich lassest taufen, Mein Weibchen sollst du sein.” Eh ich mich lasse taufen, Lieber will ich mich versaufen Ins tiefe, tiefe Meer.
Und da sie in den Wald raus kam’n, Viel heiße Tränen sie fallenließ. Er schaut ihr wohl unter die Augen, Warum weinet ihr, schöne Jungfraue? Warum sollt ich nicht weinen, Ich bin ja des Königs sein Töchterlein; Hätt ich meinem Vater gefolget, Frau Kaiserin wär ich worden.
“Gut Nacht mein Vater und Mutter, Wie auch mein stolzer Bruder, Ihr seht mich nimmermehr! Die Sonne ist untergegangen Im tiefen, tiefen Meer.”
Er nahm sein Rößlein wohl bei dem Zaum Und band es an einen Weidenbaum, Hier steh mein Rößlein und trinke, Mein jungfrische Herze muß sinken.
11. Es ritt ein Ritter WoO 33/10 Es ritt ein Ritter wohl durch das Ried, Er fing es an ein neues Lied, Gar schöne tät er singen, Daß Berg und Tal erklingen. Das hört des Königs sein Töchterlein, In ihres Vaters Lustkämmerlein, Sie flocht ihr Haar in Seiden, Mit dem Ritter wollt sie reiten.
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Textos de varias canciones, CD 50 12. Wach auf, mein Hort WoO 33/13 Wach auf, mein Hort, Vernimm mein Wort, Merk auf, was ich dir sage: Mein Herz das wüt’t Nach deiner Güt Laß mich, Frau nicht verzagen, Ich setz zu dir All mein Begier, Das glaub du mir, Laß mich der Treu genießen.
Du bist mir viel zu wilde Und wenn ich tät Nach deiner Bitt, Ich fürcht, Es blieb nicht stille. Ich dank dir fast, Mein werter Gast, Der Treue dein, Die du mir gönnst von Herzen. Da lag’n die Zwei, Ohn Sorgen frei, Die lange Nacht in Freuden, Bis üb’r sie schien Der Tag herein, Noch soll mein Treu nicht leiden, Noch für und für Lieg ich an dir, Das trau du mir, Laß mich der Lieb genießen.
Dein stolzen Leib Du mir verschreib, Und schleuß mir auf dein Herze, Schleuß mich darein, Herzliebste mein, Wend mir mein großen Schmerzen, Und den ich trag Tag unde Nacht Zu dir allein, Werd mir freundlich zu Willen.
Der Wächter an Der Zinnen stand: Liegt Jemand hier verborgen, Der mach sich auf
Ach, junger Knab, Dein Bitt laß ab, 257
Textos de varias canciones, CD 50 Und zieh davon, Daß er nicht komm in Sorgen. Nimm Urlaub von Dem schönen Weib, Denn es ist Zeit, Es scheint der helle Morgen.
13. Maria ging aus wandern WoO 33/14 Maria ging aus wandern, So fern ins fremde Land, Bis sie Gott den Herren fand! Sie hat ihn schon gefunden, Wohl vor des Herodes Haus, Er sah so betrüblich aus.
Von dann er sich schwang Hub an und sang Wie es ihm wär ergangen Mit einem Weib, Ihr stolzer Leib Hätt ihn mit Lieb umfangen. Hätt ihn verpflicht, Hub an und dicht’t Ein Tageweis Von einer schönen Frauen.
Das Kreuz, das mußt er tragen Nach Jerusalem wohl vor die Stadt, Wo er gemartet ward. Was trug er auf sein’m Haupte? Eine scharfe Dornenkron, Das Kreuz das trägt er schon. Daran soll man bedenken, Ein Jeder jung or alt, Daß das Himmelreich leid’t Gewalt!
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Textos de varias canciones, CD 50 14. Nur ein Gesicht auf Erden lebt WoO 33/19 Nur ein Gesicht auf Erden lebt, So mich vergnügen kann, Nur eines unt’r der Sonne schwebt, So ich nicht meiden kann. Mein Herz im Leib vor Freud aufspringt, Wenn ich nur denk daran, Aber der Seel groß Schmerz bringt, Wenn ichs nicht sehen kann.
Der Himmel selbst mir Zeuge sei, Daß ich dein Diener bleib.
Ob ich schon oft muß leiden viel Von bösen Zungen hart, Auf keine Weis doch meiden will, Schönste, dein Gegenwart. Wann ich dich lieb, o schönstes Kind, Was geht es Andre an. Ein jeder jetz und Lieben find’t, Das niemand wehren kann.
Gib du mir Wein zu trinken, So tu ich dir Bescheid, Tust du mir heimlich winke, So ist mein Herz erfreut.
15. Schönster Schatz, mein Engel WoO 33/20 Schönster Schatz, mein Engel, Ich lieb dich ganz allein, Ich hoff du sollst mein werden, Sollst noch mein eigen sein.
All Freud ist mir benommen, Vor lauter Traurigkeit; Ich hab mein Schatz gesehen In einem weißen Kleid.
Ach lieber Schatz, erlaube mir, Zu küssen deinen Mund, Dieweil dein liebes Angesicht, Mich also hart verwund’t. Mein Herz, Gesicht, mein’n ganzen Leib Auf ewig dir verschreib,
Ich hab ihn drin gesehen, Den ich nicht mehr sehn kann, Das tut mein Herze kränken, Das brennt wie Feuer und Flamm! 259
Textos de varias canciones, CD 50 16. Wo gehst du hin, du Stolze? WoO 33/22 Wo gehst du hin, du Stolze? Was hab ich dir getan, daß du an mir vorbeigehst, Und siehst mich gar nicht an? Seh ich dich kommen, Grüß ich dich, Du gehst vorbei und Dankst mir nicht; Es wird die Stunde kommen, Wo du noch denkst an mich!
17. Der Reiter WoO 33/23 Der Reiter spreitet seinen Mantel aus, Wohl in das grüne Gras: Da leg dich, du wackres Braunmägdelein, Mach dir dein Haupt nicht naß, Wohl in dem grünen Gras! Was soll ich bei dir sitzen, Ich hab gar g’ringes Gut! Hab zwei schwarzbraune Augen, Ist all mein Hab und Gut, Ist all mein Hab und Gut.
Die Rosen, die im Walde Erblühn in frischer Pracht, Bald sind sie abgefallen, Verblühet über Nacht. Fällt eine Rose In den Staub, So blüht die andre Auf am Strauch, Und ist es nicht die eine, Die andere mir lacht.
Mein Liebster ist hereingestiegen Wohl durchs Kammerfensterlein, Ich hatt ihn nicht gerufen, Konnt ihn nicht halten ein, Konnt ihn nicht halten ein.
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Textos de varias canciones, CD 50 18. Mir ist ein schöns brauns Maidelein WoO 33/24 Mir ist ein schöns brauns Maidelein Gefallen in den Sinn, Wollt Gott, ich sollt heut bei ihr sein, Mein Trauern führ dahin. Kein Tag noch Nacht hab ich kein Ruh, Das schafft ihr schön Gestalt. Ich weiß nicht, wie ihm fürbaß tu, Mein Feinslieb macht mich alt.
Ich hoff sie solls erfahren schier, Mein Sach soll werden gut. Damit will ich dem Maidelein Gesungen haben frei, Zu guter Nacht ein Liedelein, Alls Gut wünsch ich dabei, Damit daß sie gedenkt an mich, Wenn ich nit bei ihr bin. So b’üt dich Gott im Himmelreich, Ade, ich fahr dahin!
Dem Mägdlein ich gern dienen will, Wenn ichs mit Fugen kunnt; Darum hab ich der Neider viel, Daß mir nit wird vergunnt. Ich hoff, sie solls erfahren bald, Wie ich’s so treulich mein. Auf Erd ich mir nichts wünschen wollt, Denn zu sein bei ihr allein.
19. Ach könnt ich diesen Abend WoO 33/26 Er: Ach könnt ich diesen Abend Noch einmal freien geh’n! Mein jung’ Herz muß zerbrechen, Kann ich nicht mit ihr sprechen, Vor ihrem Schlaffenster steh’n.
Dem Maidlein ich mein Treu versprich, Zu Ehrn und anders nicht; Alls was doch fromm und ehrlich ist, Danach ich stets mich richt. Sollt denn mein Treu verloren sein, Kränkt mir mein Sinn und G’müt;
Ach schläfst du oder wachest du? Sag’, du mein schön’ Herzlieb! Liegst du so schwer in Träumen, Gedenk’ an den Getreuen, Der vor dein’m Schlaffenster steht. 261
Textos de varias canciones, CD 50 Sie: Ich schlafe nicht, ich wache, Ich schlafe wenn ich will. Du stehst wohl vor der Türe, Es will dir nicht gebühren, Denn du bist der Rechte nicht.
Und der Dritte, das war ein Husare, Den wollt’ das Mädchen han. Er führt das schöne Mädchen In’s Wirtshaus hinein, Und das Mädchen hat schöne Kleider, Und das Mädchen hat schöne Kleider, Versoffen müssen sie sein.
Er: Jetzt kann ich auch wohl wandern, Jetzt kann ich auch wohl geh’n, Muß wandern üb’r die Straßen, Mein’ Lieb’ hat mich verlassen: Sag’ schön’ Herzlieb, was hab’ ich dir getan?
Versoffen sind die Kleider, Kein Geld ist mehr da. Ei so muß das schöne Mädchen, Ei so muß das schöne Mädchen Bei der Nacht nach Hause geh’n. Ach Mutter, liebe Mutter, Das war ja mein’ Freud’. Denn die Bergischen Husaren, Denn die Bergischen Husaren Sind kreuzbrave Leut’!
20. Ich stand auf hohem Berge WoO 33/27 Ich stand auf hohem Berge, Schaut’ hin und schaut’ her, Und da sah ich ein schönes Mädchen, Und da sah ich ein schönes Mädchen, Zwei, drei wohl bei ihr steh’n.
Geh’n Abend spät schlafen, Stehn Morgens früh auf, Und da trinken sie ihren Kaffee, Und da trinken sie ihren Kaffee, Glas Branntwein darauf.
Der Erste war ein Maurer, Der Zweite ein Zimmermann, Und der Dritte, das war ein Husare, 262
Textos de varias canciones, CD 50 21. Es reit ein Herr und auch sein Knecht WoO 33/28 Es reit ein Herr und auch sein Knecht Wohl üb’r eine Heide, die war schlecht, ja schlecht, Und alles was sie red’ten da, War alls von einer wunderschönen Frauen, ja Frauen.
“Nun sattel mir mein graues Roß! Ich will von hinnen reiten, ja reiten.” Und da sie auf die Heide kam, Die Liljen täten sich neigen auf breiter Heide. Auf band sie ihm sein blanken Helm Und sah ihm unter sein Augen, ja Augen: “Nun muß es Christ geklaget sein, Wie bist so sehr zerhauen unter dein Augen.”
Ach Schildknecht, lieber Schildknecht mein, Was redst von meiner Frauen, ja Frauen, Und fürchst nicht meinen brauenen Schild! Zu Stücken will ich dich hauen vor meinen Augen.
“Nun will ich in ein Kloster ziehn, Will’n lieben Gott für dich bitten, ja bitten, Daß er dich ins Himmelreich will lan, Das g’schah um meinetwillen, schweig stille!”
“Eur’n braunen Schild den fürcht ich klein, Der lieb Gott wird mich wohl b’hüten, ja b’hüten.” Da schlug der Knecht sein’n Herrn zu tot, Das g’schah um Fräuleins Güte, ja Güte. Nun will ich heimgehn landwärts ein, Zu einer wunderschönen Frauen, ja Frauen; Ach Fräulein gebt mirs Botenbrot! Eu’r Herre der ist tot auf breiter Heide, ja Heide. “Und ist mein edler Herre tot, Darum will ich nicht weinen, ja weinen; Den schönsten Buhlen den ich hab, Der sitzt bei mir daheime, mutteralleine.” 263
Textos de varias canciones, CD 50 22. Es war ein Markgraf überm Rhein WoO 33/29 Es war ein Markgraf überm Rhein, Der hatt drei schöne Töchterlein. Zwei Töchter früh heiraten weg, Die dritt hat ihn ins Grab gelegt; Dann ging sie sing’n vor Schwesters Tür: Ach braucht ihr keine Dienstmagd hier?
So geh an meine Kiste her, Daran tut es geschrieben stehn, Da kannst dus mit dein’n Augen sehn. Und als sie an die Kiste kam, Da rannen ihr die Tränen ab; „Ach, bringt mir Weck, ach bringt mir Wein, Das ist mein jüngstes Schwesterlein!“ Ich will kein Weck, ich will kein Wein, Will nur ein kleines Särgelein!
„Ei Mädchen, du bist viel zu fein, Du gehst gern mit den Herrelein.“ Ach nein, ach nein, das tu ich nicht, Ich will erfüllen meine Pflicht. Sie dingt das Mägdlein auf ein Jahr, Das Mägdlein dient ihr sieben Jahr.
23. So will ich frisch und fröhlich sein WoO 33/32 So will ich frisch und fröhlich sein, ich hoff’ mir soll’s gelingen Zu Dienst der Allerliebsten mein Will ich jetzt fröhlich singen; Mein Herz das ist in Freuden ganz, Wenn ich sie an tu’ blicken, Sie leuchtet als der Sonne Glanz, Möcht’ mit ihr tanzen einen Tanz, Mein Herz mit ihr’m verstricken.
Und als die seiben Jahr warn um, Da ward das Mägdlein schwach und krank. „Ach Mägdlein, wenn du krank sollst sein, So sag, wer sind die Eltern dein? „Mein Vater war Markgraf am Rhein, Ich bin sein jüngstes Töchterlein.“ „Ach nein, ach nein, das glaub ich nicht, Daß du mein jüngste Schwester bist.“ Und wenn du mir nicht glauben willst,
Jetzt und zu dieser Maienzeit Tut sich herzlich erfreuen 264
Textos de varias canciones, CD 50 Manch Blümlein auf der Heiden breit, Trauern will ich auch scheuen Und freu’n der Allerliebsten mein, Der ich mich hab’ ergeben, In ihrem Dienst fast emsig sein, Ich hoff’ sie wird noch eigen mein, Im Tod und auch im Leben.
Ehr sitt kein gode Moder, Ehr könnt dat Ding nit rode! Wat dat Kind för’n Ding well han, Dingderlingdingding! Och Mod’r, ich well en Ding han! “Wat för en Ding, ming Hetzenskind?” En Ding, en Ding. “Wells de dann e Ringelchen han?” Nä, Moder, nä! Ehr sitt kein gode Moder, Ehr könnt dat Ding nit rode! Wat dat Kind för’n Ding well han, Dingderlingdingding!
Zart innigliches Jungfräulein Laßt mich der Treu geniessen. Eu’r steter Diener will ich sein, Euch in mein Herz verschliessen. Mein Gmüt vor Freuden allzeit lacht, dazu mein Gmüt und Sinne. Mein Herz warf Euch in Ehren tracht, Darin zu tausend gute Nacht, Ihr seid mein Kaiserinne!
Och Mod’r, ich well en Ding han! “Wat för en Ding, ming Hetzenskind?” En Ding, en Ding. “Wells de dann a Kleidchen han?” Nä, Moder, nä! Ehr sitt kein gode Moder, Ehr könnt dat Ding nit rode! Wat dat Kind för’n Ding well han, Dingderlingdingding!
24. Och Mod’r, ich well en Ding han WoO 33/33 Och Mod’r, ich well en Ding han! “Wat för en Ding, ming Hetzenskind?” En Ding, en Ding. “Wells de dann e Pöppchen han?” Nä, Moder, nä! 265
Textos de varias canciones, CD 50 Och Mod’r, ich well en Ding han! “Wat för en Ding, ming Hetzenskind?” En Ding, en Ding. “Wells de dann eine Mann han?” Jo, Moder, jo! Ehr sitt en gode Moder, Ehr künnt dat Ding wohl rode, Wat dat Kind för’n Ding well han, Dingderlingdingding!
Du geigtest so frisch, hab’ nun deinen Lohn!” Sie griff ihm behend’ unter’s Wams sofort, Und nahm ihm den Höcker vom Rücken fort: “So gehe nun hin, mein schlanker Gesell, Dich nimmt nun jedwede Jungfrau zur Stell’.”
26. Du mein einzig Licht WoO 33/37 Du mein einzig Licht, Die Lilj’ und Ros’ hat nicht, Was an Farb’ und Schein Dir möcht’ ähnlich sein Nur daß dein stolzer Mut Der Schönheit Unrecht tut.
25. Es wohnet ein Fiedler zu Frankfurt am Main 36 Es wohnet ein Fiedler zu Frankfurt am Main, Der kehret von lustiger Zeche heim; Und er trat auf den Markt, was schaut er dort? Der schönen Frauen schmausten gar viel’ an dem Ort.
Meine Heimat du, Von welcher Lust und Ruh’, Ist der Himmel gar, Wie die Erde bar; Nur daß dein strenges Wort Mich weht vom süßen Port.
“Du bucklichter Fiedler, nun fiedle uns auf, Wir wollen dir zahlen des Lohnes vollauf! Einen feinen Tanz, behende gegeigt, Walpurgis Nacht wir heuer gefeir’t!” Der Geiger strich einen fröhlichen Tanz, Die Frauen tanzten den Rosenkranz, Und die erste sprach: “Mein lieber Sohn, 266
Texts Fünf Lieder opus 41 27. Schöner Augen schöne Strahlen WoO 33/39 Schöner Augen schöne Strahlen, Schöner roter Wangen Prahlen; Schöne rote Lippen, schöne Marmorklippen Liebt mein Gesicht.
Jetzt hab’ ich mir vorgenommen Nimmermehr zu dir zu kommen, Denn du bist von Flandern, Liebst Ein’n um den Andern, Darum hass’ ich dich. Wer kann denken, wie es schmerzet, Wenn ein And’rer mit ihr scherzet; Mit den Augen zielen, Mit den Lippen spielen, Mir zum Verdruss.
Unter diesen Schönen allen Hat mir eine nur gefallen; Aber ihretwegen Fesseln anzulegen, Das tu’ ich nicht. Ich will stets in Freiheit bleiben, Meine Zeit in Lust vertreiben; Auch in jungen Jahren, mein Herz wohl bewahren, vor Liebespein. Fahre hin, du falsche Seelen, Ich will mich nicht um dich quälen; Willst du mich nicht lieben, Sondern nur betrüben, Bleib wo du bist. 267
Textos de varias canciones, CD 51 CD 51 Canciones, vol. 7
Sprecht, Amor sei nimmer Zu fürchten, das Kind! Lacht über ihn immer, Als Flüchtling, als blind,
1. Weg der Liebe I opus 20/1 Über die Berge, Über die Wellen, Unter den Gräbern, Unter den Quellen, Über Fluten und Seen In der Abgründe Steg, Über Felsen, über Höhen, Find’t Liebe den Weg!
Und schließt ihn durch Riegel Vom Taglicht hinweg: Durch Schlösser und Siegel Find’t Liebe den Weg. Wenn Phönix und Adler Sich unter euch beugt, Wenn Drache, wenn Tiger Gefällig sich neigt, Die Löwin läßt kriegen Den Raub sich hinweg, Kommt Liebe, sie wird siegen Und finden den Weg.
In Ritzen, in Falten, Wo der Feu’rwurm nicht liegt, In Höhlen, in Spalten, Wo die Fliege nicht kriecht, Wo Mücken nicht fliegen Und schlüpfen hinweg, Kommt Liebe, sie wird siegen Und finden den Weg.
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Textos de varias canciones, CD 51 2. Weg der Liebe II opus 20/2 Den gordischen Knoten, Den Liebe sich band, Kann brechen, kann lösen Ihn sterbliche Hand? Was müht ihr, was sinnet Ihr listigen Zweck? Durch was ihr beginnet, Find’t Liebe den Weg.
Ich, Liebchen, wär’ Schwalbe Und schlüpfte dir nach.
Und wär’ er verriegelt, Und wär’ er verkannt, Sein Name versiegelt Und nimmer genannt, Mitleidige Winde, Ihr schlüpftet zu mir Und brächtet mir Zeitung Und brächtet ihn mir.
Luna hängt sich Schleier Über ihr Gesicht, Schwebt in dämmernden Träumen Über die Wasser hin.
3. Die Meere opus 20/3 Alle Winde schlafen Auf dem Spiegel der Flut; Kühle Schatten des Abends Decken die Müden zu.
Alles, alles stille Auf dem weiten Meer! Nur mein Herz will nimmer Mit zu Ruhe geh’n.
Wärst fern über Bergen, Wärst fern überm Meer: Ich wandert’ durch Berge, Ich schwämme durchs Meer; Wärst, Liebchen, ein’ Schwalbe Und schlüpftest am Bach,
In der Liebe Fluten Treibt es her und hin, Wo die Stürme nicht ruhen Bis der Nachen sinkt. 269
Textos de varias canciones, CD 51 4. Die Schwestern opus 61/1 Wir Schwestern zwei, wir schönen, So gleich von Angesicht, So gleicht kein Ei dem andern, Kein Stern dem andern nicht.
5. Klosterfräulein opus 61/2 Ach, ach, ich armes Klosterfräulein! O Mutter was hast du gemacht! Lenz ging am Gitter vorüber Und hat mir kein Blümlein gebracht!
Wir Schwestern zwei, wir schönen, Wir haben nußbraun Haar; Und flichtst du sie in einem Zopf, Man kennt sie nicht fürwahr.
Ach, ach, wie weit, wie weit hier unten Zwei Schäflein gehen im Tal. Viel Glück ihr Schäflein, ihr sahet Den Frühling zum ersten Mal.
Wir Schwestern zwei, wir schönen, Wir tragen gleich Gewand, Spazieren auf dem Wiesenplan Und singen Hand in Hand.
Ach, ach, wie weit, wie weit hier oben, Zwei Vöglein fliegen in Ruh’! Viel Glück ihr Vöglein, ihr flieget Der besseren Heimat zu.
Wir Schwestern zwei, wir schönen, Wir spinnen in die Wett’, Wir sitzen an einer Kunkel, Wir schlafen in einem Bett. O Schwestern zwei, ihr schönen, Wie hat sich das Blättchen gewandt! Ihr liebet einerlei Liebchen; Jetzt hat das Liedel ein End’! 270
Textos de varias canciones, CD 51 6. Phänomen opus 61/3 Wenn zu der Regenwand Phöbus sich gattet, Gleich steht ein Bogenrand Farbig beschattet.
Wie viel schon der Lüfte Wehten vom Morgen Wehten bis abends So schnell ohne Ruh, Trugen mir Küßchen Vom kühligen Wasser, Trugen mir Küßchen Vom Liebsten herzu!
Im Nebel gleichen Kreis Seh ich gezogen; Zwar ist der Bogen weiß, Doch Himmelsbogen.
Wie wiegten die Halme Auf grünenden Bergen, Wie wiegten die Öhren Auf Feldern sich leis, Mein goldenes Liebchen, Lispelten alle, Mein goldenes Liebchen, Ich lieb dich so heiß.
So sollst du, muntrer Greis, Dich nicht betrüben: Sind gleich die Haare weiß, Doch wirst du lieben. 7. Die Boten der Liebe opus 61/4 Wie viel schon der Boten Flogen die Pfade Vom Walde herunter, Boten der Treu, Trugen mir Briefchen Dort aus der Ferne, Trugen mir Briefchen Vom Liebsten herbei! 271
Textos de varias canciones, CD 51 8. Klänge I opus 66/1 Aus der Erde quellen Blumen, Aus der Sonne quillt das Licht, Aus dem Herzen quillt die Liebe, Und der Schmerz, der es zerbricht.
10. Am Strande opus 66/3 Es sprechen und blicken die Wellen Mit sanfter Stimme, Mit freundlichem Blick, Und wiegen die träumende Seele In ferne Tage zurück. Aus fernen, verklungenen Tagen Spricht’s heimlich Mit freundlichen Blicken Zum Wandrer am Strande hier. Mir ist, als hätten die Stimmen Die je die Seele Mir sanft bewegt Und alle die freundlichen Blicke Sich in die Wellen gelegt.
Und die Blumen müssen welken, Und dem Lichte folgt die Nacht, Und der Liebe folgt das Sehnen, Das das Herz so düster macht.
9. Klänge II opus 66/2 Wenn ein müder Leib begraben, Klingen Glocken ihn zur Ruh’, Und die Erde schließt die Wunde Mit den schönsten Blumen zu! Wenn die Liebe wird begraben, Singen Lieder sie zur Ruh’, Und die Wunde bringt die Blumen, Doch das Grab erst schließt sie zu!
272
Textos de varias canciones, CD 51 11. Jägerlied opus 66/4 Jäger, was jagst du die Häselein? Häselein jag’ ich, das muß so sein.
12. Sommerabend opus 84/1 Die Mutter: Geh’ schlafen, Tochter, schlafen! Schon fällt der Tau aufs Gras, Und wen die Tropfen trafen, Weint bald die Augen naß!
Jäger, was steht dir im Auge dein? Tränen wohl sind es, das muß so sein. Jäger, was hast du im Herzelein? Liebe und Leiden, das muß so sein.
Die Tochter: Laß weinen, Mutter, weinen! Das Mondlicht leuchtet hell, Und wem die Strahlen scheinen, Dem trocknen Tränen schnell!
Jäger, wann holst du dein Liebchen heim? Nimmer, ach nimmer, das muß so sein.
Die Mutter: Geh’ schlafen, Tochter, schlafen! Schon ruft der Kauz im Wald, Und wen die Töne trafen, Muß mit ihm klagen bald! Die Tochter: Laß klagen, Mutter, klagen! Die Nachtigall singt hell, Und wem die Lieder schlagen, Dem schwindet Trauer schnell! 273
Textos de varias canciones, CD 51 13. Der Kranz opus 84/2 Die Tochter: Mutter, hilf mir armen Tochter, Sieh’ nur, was ein Knabe tat: Einen Kranz von Rosen flocht er, Den er mich zu tragen bat!
14. In den Beeren opus 84/3 Die Mutter: Singe, Mädchen, hell und klar, Sing’ aus voller Kehle, Daß uns nicht die Spatzenschar Alle Beeren stehle!
Die Mutter: Ei, sei deshalb unerschrocken, Helfen läßt sich dir gewiß! Nimm den Kranz nur aus den Locken, Und den Knaben, den vergiß!
Die Tochter: Mutter, mag auch weit der Spatz Flieh’n vor meinem Singen, Fürcht’ ich doch, es wird den Schatz Umso näher bringen.
Die Tochter: Dornen hat der Kranz, o Mutter, Und die halten fest das Haar! Worte sprach der Knabe, Mutter, an die denk’ ich immerdar!
Die Mutter: Freilich, für so dreisten Gauch Braucht es einer Scheuche, Warte nur, ich komme auch In die Beerensträuche! Die Tochter: Mutter, nein, das hat nicht Not: Beeren, schau, sind teuer, Doch der Küsse, reif und rot, Gibt es viele heuer! 274
Textos de varias canciones, CD 51 15. Vergebliches Ständchen opus 84/4 Er: Guten Abend, mein Schatz, guten Abend, mein Kind! Ich komm’ aus Lieb’ zu dir, Ach, mach’ mir auf die Tür, mach’ mir auf die Tür!
Sie: Löschet dein’ Lieb’; lass’ sie löschen nur! Löschet sie immerzu, Geh’ heim zu Bett, zur Ruh’! Gute Nacht, mein Knab’!
Sie: Meine Tür ist verschlossen, Ich laß dich nicht ein; Mutter, die rät’ mir klug, Wär’st du herein mit Fug, Wär’s mit mir vorbei!
16. Spannung opus 84/5 Er: Gut’n Abend, gut’n Abend, mein tausiger Schatz, Ich sag’ dir guten Abend; Komm’ du zu mir, ich komme zu dir, Du sollst mir Antwort geben, mein Engel!
Er: So kalt ist die Nacht, so eisig der Wind, Daß mir das Herz erfriert, Mein’ Lieb’ erlöschen wird; Öffne mir, mein Kind!
Sie: Ich kommen zu dir, du kommen zu mir? Das wär’ mir gar keine Ehre; Du gehst von mir zu andern Jungfrauen, Das hab’ ich wohl vernommen, mein Engel! Er: Ach nein, mein Schatz, und glaub’ es nur nicht, Was falsche Zungen reden, Es geben so viele gottlosige Leut’, Die dir und mir nichts gönnen, mein Engel! 275
Textos de varias canciones, CD 51 Sie: Und gibt es so viele gottlosige Leut’, Die dir und mir nichts gönnen, So solltest du selber bewahren die Treu’ Und machen zu Schanden ihr Reden, mein Engel!
Liebe Mutter, ich möcht keine Hexen sehn. »Liebes Kind, es ist wohl schon oft geschehn.«
Er: Leb’ wohl, mein Schatz, ich hör’ es wohl, Du hast einen Anderen lieber, So will ich meiner Wege geh’n, Gott möge dich wohl behüten, mein Engel!
Ach Mutter, worauf fliegen die Hexen zum Berg? »Auf Nebel, auf Rauch, auf loderndem Werg.«
Sie: Ach nein, ich hab’ kein’ Anderen lieb, Ich glaub’ nicht gottlosigen Leuten, Komm’ du zu mir, ich komme zu dir, Wir bleiben uns beide getreue, mein Engel!
Ach Mutter, was fegten im Dorfe die Besen. »Es sind auch viel’ Hexen auf’m Berge gewesen.«
Liebe Mutter, ob wohl im Dorf Hexen sind? »Sie sind dir wohl näher, mein liebes Kind.«
Ach Mutter, was reiten die Hexen beim Spiel? »Sie reiten, sie reiten den Besenstiel.«
Ach Mutter, was hat es im Schornstein gekracht. »Es flog auch wohl Einer hinaus über Nacht.«
17. Walpurgisnacht opus 75/4 Liebe Mutter, heut’ Nacht heulte Regen und Wind. »Ist heute der erste Mai, liebes Kind.«
Ach Mutter, dein Besen war die Nacht nicht zu Haus. »Lieb’s Kind, so war er zum Brocken hinaus.« Ach Mutter, dein Bette war leer in der Nacht! »Deine Mutter hat oben auf dem Blocksberg gewacht.«
Liebe Mutter, es donnerte auf dem Brocken droben. »Liebes Kind, es waren die Hexen oben.«
18. Guter Rat opus 75/2 276
Textos de varias canciones, CD 51 Tochter: Ach Mutter, liebe Mutter, Ach, gebt mir einen Rat! Es reitet mir alle Frühmorgen Ein hurtiger Reuter nach.
Tochter: Ach Mutter, liebe Mutter, Der Kleider hab’ ich nicht viel; Gib mir nur hundert Taler, So kauf’ ich, was ich will. Mutter: “Ach Tochter, liebe Tochter! Der Taler hab’ ich nicht viel; Dein Vater hat alles verrauschet In Würfel- und Kartenspiel.”
Mutter: “Ach Tochter, liebe Tochter! Den Rat, den geb’ ich dir: Laß du den Reuter fahren, Bleib noch ein Jahr bei mir!”
Tochter: Hat mein Vater alles verrauschet In Würfel- und Kartenspiel, So sei es Gott geklaget, Daß ich sein’ Tochter bin.
Tochter: Ach Mutter, liebe Mutter, Der Rat der ist nicht gut; Der Reuter, der ist mir lieber Als alle dein Hab und Gut.
Wär’ ich ein Knab’ geboren, Ich wollte zieh’n über Feld, Ich wollte die Trommel rühren Dem Kaiser wohl um sein Geld.
Mutter: “Ist dir der Reuter lieber Als alle mein Hab und Gut, So bind dein’ Kleider zusammen Und lauf dem Reuter nach!” 277
Textos de varias canciones, CD 51 19. Hüt du dich! opus 66/5 Ich weiß ein Mädchen hübsch und fein, Hüt du dich! Es kann wohl falsch und freundlich sein, Hüt du dich! Vertrau ihr nicht, sie narret dich!
Sie gibt dir’n Kränzlein fein gemacht, Hüt du dich! Für einen Narr’n wirst du geacht, Hüt du dich! Vetrau ihr nicht, sie narret dich!
Sie hat zwei Äuglein, die sind braun, Hüt du dich! Sie werd’n dich verliebt anschaun, Hüt du dich! Vertrau ihr nicht, sie narret dich! Sie hat ein licht goldfarbenes Haar, Hüt du dich! Und was sie red’t, das ist nicht wahr, Hüt du dich! Vertrau ihr nicht, sie narret dich! Sie hat zwei Brüstlein, die sind weiß, Hüt du dich! Sie leg’s hervor mit allem Fleiß Hüt du dich! Vetrau ihr nicht, sie narret dich! 278
Textos de varias canciones, CD 52 CD 52 Canciones, vol. 8
2. Keinen hat es noch gereut Keinen hat es noch gereut, Der das Roß bestiegen, Um in frischer Jugendzeit Durch die Welt zu fliegen.
Ludwig Tieck Liebesgeschichte der schönen Magelone und des Grafen Peter von Provence 15 Romances …..opus 33
Berge und Auen, Einsamer Wald, Mädchen und Frauen Prächtig im Kleide, Golden Geschmeide, Alles erfreut ihn mit schöner Gestalt.
1. In der Provence herrschte vor langer Zeit ein Graf, der einen überaus schönen und herrlichen Sohn hatte, welcher als die Freude des Vaters und der Mutter erwuchs. Er war groß, stark und glänzende blonde Haare flossen um seinen Nacken und beschatteten sein zartes jugendliches Gesicht; dabei war er in aller Waffenübung wohlerfahren, keiner führte im Lande und auch außerhalb die Lanze und das Schwert so wie er. Sein Vater gab ein großes Turnier, zu welchem viele Ritter geladen wurden. Es war ein Wunder anzusehn, wie der junge Mann die Erfahrensten aus dem Sattel hob. Er wurde von allen gerühmt und für den Besten und Stärksten geachtet; aber kein Lob machte ihn stolz. Unter andern war auch ein Sänger gekommen, der viele fremde Länder gesehen hatte; Dieser gesellte sich zu Peter, nahm seine Laute und sang:
Wunderlich fliehen Gestalten dahin, Schwärmerisch glühen Wünsche in jugendlich trunkenem Sinn. Ruhm streut ihm Rosen Schnell in die Bahn, Lieben und Kosen, Lorbeer und Rosen Führen ihn höher und höher hinan.
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Textos de varias canciones, CD 52 Rund um ihn Freuden, Feinde beneiden, Erliegend, den Held. Dann wählt er bescheiden Das Fräulein, das ihm nur vor allen gefällt.
3. Der junge Mann hörte still dem Gesang zu; als er geendigt war, blieb er eine Weile in sich gekehrt, dann sagte er. »Jetzt weiß ich, was mir fehlt, in der Ferne wohnt mein Sinn. O ich möchte schon auf meinem guten Ross sitzen und sogleich dem väterlichen Hause Lebewohl sagen.« Er war von diesen neuen Vorstellungen erhitzt, und ging in das Gemach seiner Mutter, wo er auch den Grafen, seinen Vater, traf. Peter ließ sich demütig auf die Knie nieder und trug seine Bitte vor, daß seine Eltern ihm erlauben möchten zu reisen und Abenteuer aufzusuchen; »denn«, so schloß er seine Rede: »wer immer nur in der Heimat bleibt, behält auch nur einen einheimischen Sinn, aber in der Fremde lernt man das nie Gesehene mit dem Wohlbekannten verbinden, darum versagt mir eure Erlaubnis nicht.«
Und Berge und Felder Und einsame Wälder Mißt er zurück. Die Eltern in Tränen, Ach, alle ihr Sehnen Sie alle verreinigt das lieblichste Glück. Sind Jahre verschwunden, Erzählt er dem Sohn In traulichen Stunden, Und zeigt seine Wunden, Der Tapferkeit Lohn. So bleibt das Alter selbst noch jung, Ein Lichtstrahl in der Dämmerung.
Es ward nun Befehl gegeben, alles zu seinem Zug zu rüsten. Der Vater segnete den Sohn, die Mutter aber ließ Peter heimlich zu sich kommen. Sie gab ihm drei kostbare Ringe und sagte: »Schau, mein Sohn, diese drei kostbaren Ringe habe ich von meiner Jugend an sorgfältig bewahrt; nimm sie mit dir und halte sie in Ehren, und so du ein Mädchen findest, das du liebst und das dir wieder gewogen ist, so darfst du sie ihr schenken.« Peter war frohen Mutes und spornte sein gutes Roß. Es lag ihm ein altes Lied im Sinne und er sang es laut: 280
Textos de varias canciones, CD 52 4. Traun! Bogen und Pfeil »Traun! Bogen und Pfeil Sind gut für den Feind, Hülflos alleweil Der Elende weint; Dem Edlen blüht Heil Wo Sonne nur scheint, Die Felsen sind steil, Doch Glück ist sein Freund.«
Versammlung der Ritter hinab. Peter rannte zu aller Erstaunen bald alle Sättel ledig, so daß sich in kurzer Zeit kein Gegner vor ihm mehr finden ließ. Darüber waren alle begierig, den Namen des fremden Ritters zu wissen, und der König von Neapel schickte selbst seinen Herold an ihn ab, um ihn zu erfahren; aber Peter bat in Demut, daß man ihm erlauben möchte, unbekannt zu bleiben, denn sein Name sei dunkel und von keinen Taten verherrlicht; Den König freute diese Antwort, weil sie ein Beweis von der Bescheidenheit des Ritters war und ließ ihn an seine Tafel laden, wo Peter der Prinzessin gegenübersaß und über ihre Schönheit erstaunte, denn er sah sie jetzt zum erstenmal in der Nähe. Sie blickte immer freundlich zu ihm hin, und dadurch kam er in große Verwirrung; im Saal kam er nachher mit der Prinzessin allein zu sprechen, und sie lud ihn ein, öfter wiederzukommen, worauf er Abschied nahm, und sie ihn noch zuletzt mit einem sehr freundlichen Blicke entließ.
5. Er kam nach vielen Tagereisen in die edle und vornehme Stadt Neapel. Schon unterwegs hatte er viel vom Könige und seiner überaus schönen Tochter Magelone reden hören, so daß er sehr begierig war, sie von Angesicht zu Angesicht zu sehn. Er stieg in einer Herberge ab und hörte vom Wirt, daß ein vornehmer Ritter, ein Herr Heinrich von Carpone, angekommen sei, und daß ihm zu Ehren ein schönes Turnier gehalten werden solle. Als der Tag des Turniers erschienen war, legte Peter seine Waffenrüstung an, und begab sich in die Schranken. Unter Trompetenschall trat ein Herold auf, der das Turnier ausrief, das zu Ehren der schönen Magelone eröffnet wurde. Sie selbst saß auf einer Tribüne und sah auf die
Peter ging wie berauscht durch die Straßen; er eilte in einen schönen Garten; tausendmal sagte er sich in Gedanken den Namen Magelone vor: Magelone, Magelone!
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Textos de varias canciones, CD 52 6. Sind es Schmerzen, sind es Freuden Sind es Schmerzen, sind es Freuden, Die durch meinen Busen ziehn? Alle alten Wünsche scheiden, Tausend neue Blumen blühn.
Auf und nieder schwanken! Ich kenne mich noch kaum. O, hört mich, ihr gütigen Sterne, O höre mich, grünende Flur, Du, Liebe, den heiligen Schwur: Bleib’ ich ihr ferne, Sterb’ ich gerne. Ach, nur im Licht von ihrem Blick Wohnt Leben und Hoffnung und Glück!
Durch die Dämmerung der Tränen Seh’ ich ferne Sonnen stehn, Welches Schmachten? welches Sehnen! Wag’ ich’s? soll ich näher gehn? Ach, und fällt die Träne nieder, Ist es dunkel um mich her; Dennoch kömmt kein Wunsch mir wieder, Zukunft ist von Hoffnung leer.
7. In derselben Nacht war Magelone ebenso bewegt als ihr Ritter; sie ging oft an das Fenster und sah nachdenklich in den Garten hinab. Sie beschloß, ihre Zuneigung ihrer geliebten Amme zu entdecken, vor der sie kein Geheimnis hatte: »Gertraud, hast du wohl den unbekannten Ritter bemerkt? Seit ich ihn gesehn habe, sind meine Augen unnütz, denn ich sehe nur die Gedanken, in denen er wohnt. Such ihn auf, Gertraud, frage ihn nach seinem Stand und Namen, damit ich weiß, ob ich leben oder sterben muß.«
So schlage denn, strebendes Herz, So fließet denn, Tränen, herab, Ach, Lust ist nur tieferer Schmerz, Leben ist dunkles Grab, Ohne Verschulden Soll ich erdulden? Wie ist’s, daß mir im Traum Alle Gedanken
Als der Morgen kam, ging die Amme in die Kirche und betete; sie sah den Ritter, der auch in einem andächtigen 282
Textos de varias canciones, CD 52 Gebet auf den Knien lag. Die Amme richtete den Auftrag des Fräuleins aus und Peter bekam eine große Freude; das Herz schlug ihm, denn er sah aus diesen Worten, daß ihn Magelone liebe; worauf er sagte: »Man erlaube mir, meinen Namen noch zu verschweigen, aber das könnt Ihr der Prinzessin sagen, daß ich aus einem hohen adelichen Geschlechte bin. Nehmt indes dies zum Angedenken.«
Keinen hab’ ich weit gefunden, Sagte lieblich die Gestalt, Fühle du nun die Gewalt, Die die Herzen sonst gebunden. Alle meine Wünsche flogen In der Lüfte blauen Raum, Ruhm schien mir ein Morgentraum, Nur ein Klang der Meereswogen.
Er gab hierauf der Amme einen von den drei köstlichen Ringen, und Gertraud eilte sogleich zur Prinzessin, ihr die erhaltene Kundschaft anzusagen, auch zeigte sie ihr den köstlichen Ring. Peter hatte der Amme zugleich ein Pergamentblatt mitgegeben, in der Hoffnung, daß Magelone die Worte lesen würde, die er im Gefühl seiner Liebe niedergeschrieben hatte.
Ach! wer löst nun meine Ketten? Denn gefesselt ist der Arm, Mich umfleucht der Sorgen Schwarm; Keiner, keiner will mich retten? Darf ich in den Spiegel schauen, Den die Hoffnung vor mir hält? Ach, wie trügend ist die Welt! Nein, ich kann ihr nicht vertrauen.
8. Liebe kam aus fernen Landen Liebe kam aus fernen Landen Und kein Wesen folgte ihr, Und die Göttin winkte mir, Schlang mich ein mit süßen Banden.
O, und dennoch laß nicht wanken, Was dir nur noch Stärke gibt, Wenn die Einz’ge dich nicht liebt, Bleib nur bittrer Tod dem Kranken.
Da begann ich Schmerz zu fühlen, Tränen dämmerten den Blick: Ach! was ist der Liebe Glück, Klagt’ ich, wozu dieses Spielen? 283
Textos de varias canciones, CD 52 9. »Daß du dich einem Fremden gleich so willig und ganz hingeben willst, Kind.«, sagte betrübt die Amme zu Magelone. »Fremd?« rief Magelone aus, »aber wer ist dann meinem Herzen nahe, wenn er mir fremd ist? Wie kann er mir denn fremd sein, da er nichts ist, als was ich bin, da ich nur das sein kann, was er mir zu sein vergönnt? Was wäre ich in der Welt, und was wäre die ganze unermeßliche Welt mir, wenn er mir fremd sein müßte?«
Dich gnädig erbarmen? So ist es kein Traum? Wie rieseln die Quellen, Wie tönen die Wellen, Wie rauschet der Baum! Tief lag ich in bangen Gemäuern gefangen, Nun grüßt mich das Licht! Wie spielen die Strahlen! Sie blenden und malen Mein schüchtern Gesicht.
Gertraud wandte viel Fleiß an, den Ritter wieder anzutreffen. Sie erzählte ihm alles. Peter wurde rot vor Freude und sagte: »Ach, liebe Amme, sagt ihr, daß ich vor Sehnsucht verschmachten muß, wenn ich sie nicht bald sprechen kann. Gebt ihr auch diesen zweiten Ring, als ein geringes Andenken von mir zu tragen.«
Und soll ich es glauben? Wird keiner mir rauben Den köstlichen Wahn? Doch Träume entschweben, Nur lieben heißt leben; Willkommene Bahn!
Die Amme erzählte Magelone alles und gab ihr auch den kostbaren Ring. Ein Blatt enthielt wiederum ein Lied. Magelone sang das Lied, küsste den Ring – und auch den ersten, um ihn nicht zu kränken - , las die Worte von neuem und sprach sie laut:
Wie frei und wie heiter! Nicht eile nun weiter, Den Pilgerstab fort! Du hast überwunden, Du hast ihn gefunden, Den seligsten Ort!
10. So willst du des Armen So willst du des Armen 284
Textos de varias canciones, CD 52 11. Der Ritter befand sich am folgenden Morgen wieder in der Kirche. Die Amme fand ihn, und es traf sich, daß sie beide in der Kirche allein waren, worauf sie sagte: »Wenn Ihr mir versichert, Herr Ritter, daß Ihr mein Fräulein in aller Zucht und Tugend lieben wollt, so will ich Euch auch nunmehr sagen, wo Ihr sie sprechen könnt. Macht Euch morgen nachmittag fertig, durch die heimliche Pforte des Gartens zu gehn, und sie dann auf meiner Kammer zu sprechen.«
Und wenn nun die Stunden Der Liebe verschwunden, Wozu das Gelüste, In trauriger Wüste Noch weiter ein lustleeres Leben zu ziehn, Wenn nirgend dem Ufer mehr Blumen erblühn? Wie geht mit bleibehangnen Füßen Die Zeit bedächtig Schritt vor Schritt! Und wenn ich werde scheiden müssen, Wie federleicht fliegt dann ihr Tritt!
Der Ritter stand noch lange und sah ihr im trunkenem Staunen nach, denn er vertraute dem nicht, was er gehört hatte. Er erschrak jetzt vor dem Gedanken, Magelone zu sprechen; er ging nach Hause, und glaubte in manchen Augenblicken, die Zeit stehe still, denn es wollte nicht Abend werden; und als es Abend war, saß er ohne Licht in seiner Kammer und betrachtete die Wolken und die Sterne, und sein Herz schlug ihm ungestüm:
Schlage, sehnsüchtige Gewalt, In tiefer, treuer Brust! Wie Lautenton vorüberhallt, Entflieht des Lebens schönste Lust. Ach, wie bald Bin ich der Wonne mir kaum noch bewußt. Rausche, rausche weiter fort, Tiefer Strom der Zeit, Wandelst bald aus Morgen Heut, Gehst von Ort zu Ort; Hast du mich bisher getragen, Lustig bald, dann still,
12. Wie soll ich die Freude Wie soll ich die Freude, Die Wonne denn tragen? Daß unter dem Schlagen Des Herzens die Seele nicht scheide? 285
Textos de varias canciones, CD 52 Will es nun auch weiter wagen, Wie es werden will.
ganzes Leben gewidmet sei; daß er sich durch ihre Liebe wie von Engelshänden berührt, aus einem tiefen Schlaf erwacht fühle.
Darf mich doch nicht elend achten, Da die Einz’ge winkt, Liebe läßt mich nicht verschmachten, Bis dies Leben sinkt! Nein, der Strom wird immer breiter, Himmel bleibt mir immer heiter, Fröhlichen Ruderschlags fahr’ ich hinab, Bring’ Liebe und Leben zugleich an das Grab.
Er schenkte ihr den dritten Ring, welcher der kostbarste von allen war, wobei er ihre Hand küßte. Sie war über seine Treue innig bewegt, stand auf und holte eine goldene Kette, die sie ihm um den Hals legte und sagte. »Hiermit erkenne ich Euch für mein und mich für die Eurige.« Dann nahm sie den erschrockenen Ritter in die Arme und küßte ihn herzlich auf den Mund, und er erwiderte den Kuß und drückte sie gegen sein Herz.
13. Jetzt war die Stunde gekommen, in welcher der Ritter seine geliebte Magelone besuchen sollte. Er ging auf die Kammer der Amme, wo er die Prinzessin fand. Magelone wollte aufstehen, als sie den Ritter eintreten sah, ihm um den Hals fallen und ihn mit Tränen und Küssen bedecken. Doch mäßigte sie sich und blieb sitzen. Peter warf sich ohne zu sprechen auf die Knie nieder; Magelone reichte ihm die schöne Hand, ließ ihn aufstehen und sich neben sie niedersetzen. Peter tat es, zitterte. Lange wollte kein Gespräch in Gang kommen; ihre zärtlichen Blicke, die sich verstohlen begegneten, störten die Worte; aber endlich entdeckte sich ihr der junge Mann, und sagte, daß ihr sein
Sie mußten Abschied nehmen; Peter eilte sogleich nach seinem Zimmer, als wenn er seiner Laute sein Glück erzählen müsse; er ging mit großen Schritten auf und ab und griff in die Saiten, küßte das Instrument, weinte heftig und sang er mit großer Inbrunst:
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Textos de varias canciones, CD 52 14. War es dir, dem diese Lippen bebten War es dir, dem diese Lippen bebten, Dir der dargebotne süße Kuß? Gibt ein irdisch Leben so Genuß? Ha! wie Licht und Glanz vor meinen Augen schwebten, Alle Sinne nach den Lippen strebten!
15. Peter hatte seine Geliebte indessen schon zum öfteren heimlich besucht, und er nahm sich vor, ihre Liebe auf die Probe zu stellen. Als er sie wieder sah, tat er sehr betrübt, und sagte, daß er bald scheiden müsse, denn seine Eltern würden seinetwegen in der größten Betrübnis leben. Als Magelone diese Worte hörte, wurde sie blaß. »Ja, reist nur ab, ich sehe Euch nicht wieder, lebt denn wohl, auf ewig wohl!«
In den klaren Augen blickte Sehnsucht, die mir zärtlich winkte, Alles klang im Herzen wieder, Meine Blicke sanken nieder, Und die Lüfte tönten Liebeslieder.
Peter sagte: »Nein, nein Magelone; wie könnte ich fortziehn, und dich nicht mehr sehen; alle meine Gedanken wohnen hier.« Magelone besann sie sich eine Weile. »Wenn Ihr mich liebt«, fing sie wieder an, »so sollt Ihr dennoch reisen. Denn es ist jetzt an dem, daß mich mein Vater mit dem Herrn Heinrich von Carpone vermählen will. Darum flieht von hier, und nehmt mich mit.«
Wie ein Sternenpaar Glänzten die Augen, die Wangen Wiegten das goldene Haar, Blick und Lächeln schwangen Flügel, und die süßen Worte gar Weckten das tiefste Verlangen; O Kuß, wie war dein Mund so brennend rot! Da starb ich, fand ein Leben erst im schönsten Tod.
Der junge Mann hörte mit Erstaunen diese Worte. »Ja«, rief er aus, »wir fliehen schnell zu meinem Vater, und das schönste Band soll uns dann auf ewig verbinden.« Peter nahm Abschied von seiner Kammer:
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Textos de varias canciones, CD 52 16. Wir müssen uns trennen Wir müssen uns trennen, Geliebtes Saitenspiel, Zeit ist es, zu rennen Nach dem fernen, erwünschten Ziel.
Ha! Lust zu vergeuden Das edele Blut! Zu schützen die Freude, Mein köstliches Gut! Nicht Hohn zu erleiden, Wem fehlt es an Mut? Senke die Zügel, Senke die Zügel, Glückliche Nacht! Spanne die Flügel, Daß über ferne Hügel Uns schon der Morgen lacht!
Ich ziehe zum Streite, Zum Raube hinaus, Und hab’ ich die Beute, Dann flieg’ ich nach Haus. Im rötlichen Glanze Entflieh’ ich mit ihr, Es schützt uns die Lanze, Der Stahlharnisch hier. Kommt, liebe Waffenstücke, Zum Scherz oft angetan, Beschirmet jetzt mein Glücke Auf dieser neuen Bahn! Ich werfe mich rasch in die Wogen, Ich grüße den herrlichen Lauf, Schon mancher ward nieder gezogen, Der tapfere Schwimmer bleibt obenauf. 288
Textos de varias canciones, CD 52 17. Die Nacht war gekommen. Magelone schlich durch den Garten; der Himmel war mit Wolken bedeckt, und ein sparsames Mondlicht drang durch die Finsternis. Vor der Pforte hielt Peter mit den Pferden, und so flohen sie heimlich und unter dem Schutz der Nacht davon. Der Tritt von den Pferden hallte im Forste weit hinab, die Wipfel der Bäume rauschten furchtbar in der Dunkelheit, aber Magelones Herz war frei und fröhlich, denn sie hatte immer ihren Geliebten neben sich.
18. Ruhe, Süßliebchen Ruhe, Süßliebchen, im Schatten Der grünen, dämmernden Nacht: Es säuselt das Gras auf den Matten, Es fächelt und kühlt dich der Schatten Und treue Liebe wacht. Schlafe, schlaf ein, Leiser rauscht der Hain, Ewig bin ich dein. Schweigt, ihr versteckten Gesänge, Und stört nicht die süßeste Ruh’! Es lauschet der Vögel Gedränge, Es ruhen die lauten Gesänge, Schließ, Liebchen, dein Auge zu. Schlafe, schlaf ein, Im dämmernden Schein, Ich will dein Wächter sein.
Beim Anbruch des Morgens äugelte die liebliche Sonne mit glühendem Funkeln durch den dichten Wald; die Rosse wieherten, die Vögel erwachten und sprangen mit ihren Liedern von Zweig zu Zweig. Gegen Mittag fühlte Magelone eine große Müdigkeit; beide stiegen daher an einer schönen kühlen Stelle des Waldes von ihren Pferden. Peter setzte sich nieder und breitete seinen Mantel aus, auf diesen lagerte sich Magelone und ihr Kopf ruhte im Schoß ihres Ritters. Sie blickten sich beide zärtlich an, und Magelone sagte: »Wie wohl ist mir, mein Geliebter, dass wir nun hier sind, von den Menschen fern und einer dem andern ganz eigen. Laß noch deine süße Stimme ertönen, damit die schöne Musik vollständig sei, ich will versuchen ein wenig zu schlafen.«
Murmelt fort, ihr Melodien, Rausche nur, du stiller Bach. Schöne Liebesphantasien Sprechen in den Melodien, Zarte Träume schwimmen nach. Durch den flüsternden Hain Schwärmen goldne Bienelein Und summen zum Schlummer dich ein. 289
Textos de varias canciones, CD 52 vom Ufer stand im Meere eine spitzige Klippe, auf diese setzte sich der Rabe, und Peter warf von neuem nach ihm mit Steinen; der Vogel ließ endlich den Zindel fallen, flog mit großem Geschrei davon und Peter sah im Meer nicht weit vom Ufer rot den Zindel schwimmen; fand einen kleinen, verwitterten Kahn, stieg rasch hinein, nahm einen Zweig, und ruderte damit, so gut er nur konnte, nach dem Zindel hin. Aber plötzlich erhob sich ein starker Wind, die Wellen jagten sich übereinander und ergriffen den kleinen Kahn. Peter setzte sich mit allen Kräften dagegen, aber das Schiff ward dennoch an der Klippe vorüber, ins Meer hinein getrieben, weiter und immer weiter. Peter dachte an seine Magelone zurück; das Schiff trug ihn wider Willen in die See hinein, er schrie und klagte, und alle seine Töne gaben ein Echo zurück: »Magelone!« rief Peter, »Eine schwarze Hand treibt mich von deiner Seite in das wüste Meer hinaus, und du bist allein und ohne Hilfe. O weh, nun ist alles verloren!«
19. Peter war durch seinen Gesang beinahe auch eingeschläfert, aber er ermunterte sich wieder, und betrachtete das Angesicht der schönen Magelone, die im Schlaf süß lächelte. Dann sah er über sich und bemerkte, wie eine Menge schöner und zarter Vögel oben in den Zweigen sich versammelten, die gar nicht scheu taten. Da sah er aber in dem Baum einen schwarzen Raben sitzen, und ihm schien, als wenn Magelone mit Bangigkeit Atem holte; er schnürte sie daher etwas auf, und ihr weißer schöner Busen trat aus den verhüllenden Gewändern hervor. Peter glaubte im Himmel zu sein, und alle seine Sinne wandelten sich um. Mit jedem Atemzug hob sich die zarte Brust und sank wieder. Der Ritter fühlte, daß er Magelone noch nie so geliebt habe. Zwischen den Brüsten versteckt, bemerkte er einen roten Zindel; er war neugierig zu erfahren, was es sein mochte; er nahm ihn und wickelte ihn auseinander. Da fand er die drei kostbaren Ringe, die er seiner Geliebten geschenkt hatte, und er war innig gerührt. Er wickelte sie wieder ein, und legte sie neben sich in das Gras; aber plötzlich flog der Rabe vom Baum hernieder und führte den Zindel hinweg, den er wohl für ein Stück Fleisch ansehn mochte. Peter erschrak, stand leise auf, um zu sehn, wo der Vogel mit den Ringen bleiben würde. Der Rabe flog vor ihm her, und Peter warf nach ihm mit Steinen, aber der Vogel flog immer weiter. Peter kam jetzt an das Meerufer. Nicht weit 290
Textos de varias canciones, CD 52 20. Verzweiflung So tönet denn, schäumende Wellen, Und windet euch rund um mich her! Mag Unglück doch laut um mich bellen, Erbost sein das grausame Meer!
sie aus, »warum hast du deine Geliebte verlassen? Was hab ich dir getan? Hab ich dich zu sehr geliebt?« Sie ging wie wahnsinnig im Wald hin und her; da traf sie die Rosse, die noch so angebunden standen, wie Peter sie festgemacht hatte. »O vergib mir, mein Geliebter!« rief sie aus, »jetzt werde ich wohl gewahr, daß du mich nicht verlassen hast. Welches Abenteuer hat uns denn voneinander getrennt?«
Ich lache den stürmenden Wettern, Verachte den Zorngrimm der Flut; O, mögen mich Felsen zerschmettern! Denn nimmer wird es gut.
Die Finsternis brach mit der Nacht herein, und der Mond warf gebrochne Strahlen durch den Wald; sie sah nach der See hinab, die in unermeßlicher Fläche vor ihren Augen bebte; dann glaubte sie die Stimme ihres Vaters und ihrer Mutter zu hören, und so trieb sich ihr Gemüt auf und ab, bis der Morgen emporkam. Magelone hatte in der Nacht beschlossen, nicht zu ihrem Vater zurückzukehren. Nach einer Wanderung von vielen Tagen stand sie gegen Abend auf einer freundlichen stillen Wiese, gegenüber lag eine kleine Hütte, und Vieh weidete auf den nahen Hügeln, das mit seinen Glocken ein angenehmes Getöne durch die Ruhe des Abends machte. Sie ging auf die Hütte zu, aus der ihr ein alter Schäfer entgegentrat. Sie redete ihn an, und flehte um Schutz. Er nahm sie gerne auf, und sie unterzog sich den Diensten willig, die sie leisten konnte. Manchmal sang sie in der Einsamkeit mit der Spindel vor der Tür sitzend:
Nicht klag’ ich, und mag ich nun scheitern, Im wässrigen Tiefen vergehn! Mein Blick wird sich nie mehr erheitern, Den Stern meiner Liebe zu sehn. So wälzt euch bergab mit Gewittern, Und raset, ihr Stürme, mich an, Daß Felsen an Felsen zersplittern! Ich bin ein verlorener Mann. 21. Magelone erwachte. Sie erschrak, als sie sich aufrichtete und Peter nicht mehr fand; sie wartete erst eine Weile, ob er nicht wiederkommen möchte, dann ging sie hin und her, und rief seinen Namen mit lauter Stimme. Aber sie erhielt keine Antwort. »O ungetreuer Ritter«, rief 291
Textos de varias canciones, CD 52 22. Wie schnell verschwindet Wie schnell verschwindet So Licht als Glanz, Der Morgen findet Verwelkt den Kranz,
Doch wir erwachen Zu tiefer Qual: Es bricht der Nachen, Es löscht der Strahl.
Der gestern glühte In aller Pracht, Denn er verblühte In dunkler Nacht.
Vom schönen Lande Weit weggebracht Zum öden Strande, Wo um uns Nacht.
Es schwimmt die Welle Des Lebens hin, Und färbt sich helle, Hat’s nicht Gewinn;
23. Peter auf seinem Kahn erholte sich aus seiner Betäubung, als die Sonne über die große Meeresflut heraufstieg. Ein großes Schiff segelte auf ihn zu, das von Mohren besetzt war; sie nahmen ihn ein und freuten sich über diese Beute, denn Peter war gar schön von Gestalt. Der Anführer des Schiffes beschloß, ihn dem Sultan als ein Geschenk mitzubringen. Man landete, und Peter ward sogleich dem Sultan vorgestellt, der einen großen Gefallen an ihm fand, und ihm auch die Aufsicht über einen schönen Garten anvertraute. Oft ging er einsam zwischen den Blumen des Gartens, und dachte an seine geliebte Magelone:
Die Sonne neiget, Die Röte flieht, Der Schatten steiget Und Dunkel zieht. So schwimmt die Liebe Zu Wüsten ab, Ach, daß sie bliebe Bis an das Grab! 292
Textos de varias canciones, CD 52 24. Muß es eine Trennung geben Muß es eine Trennung geben, Die das treue Herz zerbricht? Nein, dies nenne ich nicht leben, Sterben ist so bitter nicht.
denn er dachte unaufhörlich an seine Eltern und an seine Geliebte. Der Sultan hatte eine Tochter, die im ganzen Lande ihrer Schönheit wegen berühmt war, mit Namen Sulima. Sie fand oft Gelegenheit, den Fremden zu sehn, und ohne daß sie es anfangs wußte, hatte sich eine heftige Liebe zu ihm in ihr Herz geschlichen. Die Traurigkeit des Ritters zog sie an, sie wünschte ihn trösten zu können, ihm näherzukommen. Die Gelegenheit dazu fand sich bald und Peter kam in Verlegenheit; er sah das Mädchen öfter, und sie sagte ihm, daß sie aus Liebe zu ihm mit ihm entfliehen wolle; sie wolle ihm in der bestimmten Nacht durch ein kleines Lied ein Zeichen geben, wann er kommen und sie abholen solle.
Hör’ ich eines Schäfers Flöte, Härme ich mich inniglich, Seh’ ich in die Abendröte, Denk’ ich brünstiglich an dich. Gibt es denn kein wahres Lieben? Muß denn Schmerz und Trennung sein? Wär’ ich ungeliebt geblieben, Hätt’ ich doch noch Hoffnungsschein.
Die Nacht brach herein; der Mond ging auf und warf sein goldenes Netz über das Meer hin, als Peter nachdenklich am Ufer auf und nieder ging. Warum überlaß ich mich nicht dem gütigen Schicksal, und fahre einfach auf das Meer hinaus?« Er stieg beherzt in ein kleines Boot, nahm ein Ruder und arbeitete sich in die See. Es war die schönste Sommernacht; er überließ sich dem Zufall und den Sternen, und ruderte mutig weiter; da hörte er das verabredete Zeichen. Peter erschrak im Herzen, als er diesen Gesang vernahm:
Aber so muß ich nun klagen: Wo ist Hoffnung, als das Grab? Fern muß ich mein Elend tragen, Heimlich bricht das Herz mir ab.
25. Peter war nun schon lange am Hofe des Sultans. Der Sultan liebte ihn so sehr, daß er ihn durchaus nicht von sich entfernen wollte. Dies wurde Peter mehr und mehr bewußt und darüber wurde er mit jedem Tag betrübter, 293
Textos de varias canciones, CD 52 26. Geliebter, wo zaudert Geliebter, wo zaudert Dein irrender Fuß? Die Nachtigall plaudert Von Sehnsucht und Kuß.
Die Heimat entfliehet, So fahre sie hin! Die Liebe, sie ziehet Gewaltig den Sinn. Horch! wollüstig klingen Die Wellen im Meer, Sie hüpfen und springen Mutwillig einher,
Es flüstern die Bäume Im goldenen Schein, Es schlüpfen mir Träume Zum Fenster hinein.
Und sollten sie klagen? Sie rufen nach dir! Sie wissen, sie tragen Die Liebe von hier.
Ach! kennst du das Schmachten Der klopfenden Brust? Dies Sinnen und Trachten Voll Qual und voll Lust? Beflügle die Eile Und rette mich dir, Bei nächtlicher Weile Entfliehn wir von hier.
27. Peter ruderte stärker, um sich vom Land zu entfernen und dem Kreis zu entfliehen; Liebe wollte ihn rückwärts ziehn, Liebe trieb ihn vorwärts. Als das Morgenrot aufging, sah er das Land nur noch wie eine unkenntliche blaue Wolke liegen. Ein Schiff segelte auf ihn zu, und als es näher gekommen war, sah er, daß es Schiffer waren, die ihn willig aufnahmen. Er freute sich, als er hörte, daß sie nach Frankreich segelten.
Die Segel, sie schwellen, Die Furcht ist nur Tand: Dort, jenseit den Wellen Ist väterlich Land. 294
Textos de varias canciones, CD 52 28. Wie froh und frisch Wie froh und frisch mein Sinn sich hebt, Zurück bleibt alles Bangen, Die Brust mit neuem Mute strebt, Erwacht ein neu Verlangen.
29. Die Fahrt war glücklich, und man landete an einer kleinen unbewohnten Insel, um süßes Wasser aufzunehmen. Alles Schiffsvolk stieg an das Land, auch Peter. Er ging durch ein anmutiges Tal und verlor sich hinter einigen Hügeln immer mehr in Träumen, schlief endlich unter Blumen ein, und es war ihm im Traum, als wenn er den Namen Magelone rufen hörte. Aber der Wind blies indes lustig, und das Schiffsvolk eilte wieder in das Schiff, um abzufahren, nur Peter blieb aus; man rief ihn, aber da er nicht kam, fuhren die übrigen fort. Peter erwachte aus seinem Schlaf; er erschrak, eilte an das Ufer, aber niemand war da, und das Schiff nirgends zu sehn. Alle seine Hoffnungen waren wieder verschwunden: er stürzte nieder und lag am Ufer des Meeres ohne Besinnung. Fischer fanden den jungen Mann, der wie tot auf der Erde ausgestreckt lag. Sie luden ihn in ihr kleines Schiff, um ihn ins Leben zurückzubringen. Unterwegs erwachte Peter, wie er vernahm, daß zwei fremde Männer miteinander verabredeten, wie sie ihn zu einem alten Schäfer bringen wollten, der ihn pflegen würde. Er gab den guten Fischern eine Menge Goldes, und ließ sich den Weg nach der Hütte des Schäfers beschreiben.
Die Sterne spiegeln sich im Meer, Und golden glänzt die Flut. Ich rannte taumelnd hin und her, Und war nicht schlimm, nicht gut. Doch niedergezogen Sind Zweifel und wankender Sinn; O tragt mich, ihr schaukelnden Wogen, Zur längst ersehnten Heimat hin. In lieber, dämmernder Ferne, Dort rufen heimische Lieder, Aus jeglichem Sterne Blickt sie mit sanftem Auge nieder. Ebne dich, du treue Welle, Führe mich auf fernen Wegen Zu der vielgeliebten Schwelle, Endlich meinem Glück entgegen! 295
Textos de varias canciones, CD 52 Vor der Tür saß ein schlankes schönes Mädchen, zu dessen Füßen ein Lamm im Grase spielte. Peter fühlte sich wie von einer lieblichen Gewalt hingezogen. Die Schäferin nahm ihn freundlich auf, und ließ ihn in der Hütte ausruhn und sich erquicken. Magelone hatte auf den ersten Blick ihren Ritter erkannt; alle ihre Sorgen waren wie Schnee vor der Frühlingssonne hinweggeschmolzen, doch sie gab sich nicht zu erkennen.
Dann reiste Peter mit Magelone zu seinen Eltern, sie wurden vermählt, und alles war in der größten Freude. Auf dem Ort, wo Peter seine Magelone wiedergefunden hatte, pflanzte er mit seiner jungen Frau einen Baum; dann sangen sie folgendes Lied, welches sie später auf derselben Stelle in jedem Frühjahr wiederholten:
Nach zwei Tagen war Peter wieder ganz zu Kräften gekommen. Er saß mit Magelone, ohne daß er sie kannte, vor der Tür der Hütte. Bienen und Schmetterlinge schwärmten um sie, und Peter erzählte ihr sein ganzes Unglück. Plötzlich stand Magelone auf, löste ihre goldenen Locken und zog sie ihre vornehme Kleidung an, die sie eingeschlossen hielt, und so kam sie wieder vor die Augen Peters. Er war vor Erstaunen außer sich, umarmte die wiedergefundene Geliebte, sie weinten und küßten sich, so daß man hätte ungewiß sein können, ob sie vor Jammer oder übergroßer Freude so herzzerbrechend schluchzten. So verging ihnen der ganze Tag.
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Textos de varias canciones, CD 52 30. Treue Liebe dauert lange Treue Liebe dauert lange, Überlebet manche Stund’, Und kein Zweifel macht sie bange, Immer bleibt ihr Mut gesund.
Die trunkene, wonneklopfende Brust; Sie scheide Von Leide Auf immer, Und nimmer Entschwinde die liebliche, selige, himmlische Lust!
Dräuen gleich in dichten Scharen, Fordern gleich zum Wankelmut Sturm und Tod, setzt den Gefahren Lieb’ entgegen, treues Blut. Und wie Nebel stürzt zurücke, Was den Sinn gefangen hält, Und dem heitern Frühlingsblicke Öffnet sich die weite Welt. Errungen, Bezwungen Von Lieb’ ist das Glück, Verschwunden Die Stunden, Sie fliehen zurück; Und selige Lust, Sie stillet, Erfüllet 297
Textos de varias canciones, CD 53 CD 53 Canciones, vol. 9
Da werden alle Blumen wach, Da tönt der Vögel schmelzend Ach, Da kehrt der Frühling wieder.
1. An ein Veilchen opus 49/2 Birg, o Veilchen, in deinem blauen Kelche, Birg die Tränen der Wehmut, bis mein Liebchen Diese Quelle besucht! Entpflückt sie lächelnd Dich dem Rasen, die Brust mit dir zu schmücken. O dann schmiege dich ihr ans Herz, und sag ihr, Daß die Tropfen in deinem blauen Kelche Aus der Seele des treu’sten Jünglings flossen, Der sein Leben verweinet, und den Tod wünscht.
Es weht der Wind den Blütenstaub Von Kelch zu Kelch, von Laub zu Laub, Durch Tage und durch Nächte. Flieg auch, mein Herz, und flatt’re fort, Such hier ein Herz und such es dort, Du triffst vielleicht das Rechte.
3. Sehnsucht opus 14/8 Mein Schatz ist nicht da, Ist weit überm See, Und so oft ich dran denk’, Tut mir’s Herze so weh!
2. Der Frühling opus 6/2 Es lockt und säuselt um den Baum: Wach auf aus deinem Schlaf und Traum, Der Winter ist zerronnen. Da schlägt er frisch den Blick empor, Die Augen sehen hell hervor Ans goldne Licht der Sonnen.
Schön blau ist der See, Und mein Herz tut mir weh, Und mein Herz wird nicht g’sund, Bis mein Schatz wiederkommt.
Es zieht ein Wehen sanft und lau, Geschaukelt in dem Wolkenbau Wie Himmelsduft hernieder. 298
Textos de varias canciones, CD 53 4. Sommerabend opus 85/1 Dämmernd liegt der Sommerabend Über Wald und grünen Wiesen; Goldner Mond im blauen Himmel Strahlt herunter, duftig labend.
6. Der Kuß opus 19/1 Unter Blüten des Mais spielt’ ich mit ihrer Hand, Koste liebend mit ihr, schaute mein schwebendes Bild im Auge des Mädchens, Raubt’ ihr bebend den ersten Kuß.
An dem Bache zirpt die Grille, Und es regt sich in dem Wasser, Und der Wandrer hört ein Plätschern Und ein Atmen in der Stille.
Zuckend fliegt nun der Kuß, wie ein versengend Feu’r, Mir durch Mark und Gebein. Du, die Unsterblichkeit Durch die Lippen mir sprühte, Wehe, wehe mir Kühlung zu!
Dorten, an dem Bach alleine, Badet sich die schöne Elfe; Arm und Nacken, weiß und lieblich, Schimmern in dem Mondenscheine.
7. Gang zur Liebsten opus 14/6 Des Abends kann ich nicht schlafen gehn, Zu meiner Herzliebsten muß ich gehn, Zu meiner Herzliebsten muß ich gehn, Und sollt’ ich an der Tür bleiben stehn, Ganz heimelig!
5. Mondenschein opus 85/2 Nacht liegt auf den fremden Wegen, Krankes Herz und müde Glieder; Ach, da fließt, wie stiller Segen, Süßer Mond, dein Licht hernieder;
»Wer ist denn da? Wer klopfet an, Der mich so leis’ aufwecken kann?« Das ist der Herzallerliebste dein, Steh auf, mein Schatz, und laß mich ein, Ganz heimelig!
Süßer Mond, mit deinen Strahlen Scheuchest du das nächt’ge Grauen; Es zerrinnen meine Qualen, Und die Augen übertauen. 299
Textos de varias canciones, CD 53 Wenn alle Sterne Schreiber gut, Und alle Wolken Papier dazu, So sollten sie schreiben der Liebsten mein, Sie brächten die Lieb’ in den Brief nicht ein, Ganz heimelig!
Der Knabe war verschlafen gar, Er schlief so lang, so süße, Die Jungfrau aber weise war, Weckt’ ihn durch ihre Küsse! Das Scheiden, Scheiden tuet not, Wie Tod ist es so harte, Der scheid’t auch mancher Mündlein rot Und manche Buhlen zarte.
Ach, hätt’ ich Federn wie ein Hahn Und könnt’ ich schwimmen wie ein Schwan, So wollt’ ich schwimmen wohl über den Rhein, Hin zu der Herzallerliebsten mein, Ganz heimelig!
Der Knabe auf sein Rößlein sprang Und trabte schnell von dannen, Die Jungfrau sah ihm lange nach, Groß Leid tat sie umfangen!
8. Trennung opus 14/5 Wach auf, wach auf, du junger Gesell, Du hast so lang geschlafen. Da draußen singen die Vögel hell, Der Fuhrmann lärmt auf der Strassen! Wach auf, wach auf, mit heller Stimm’ Hub an der Wächter zu rufen, Wo zwei Herzliebsten beisammen sind, Da müssen sie sein gar kluge.
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Textos de varias canciones, CD 53 9. Scheiden und Meiden opus 19/2 So soll ich dich nun meiden, Du meines Lebens Lust! Du küssest mich zum Scheiden, Ich drücke dich an die Brust!
11. Entführung opus 97/3 O Lady Judith, spröder Schatz, Drückt dich zu fest mein Arm? Je zwei zu Pferd haben schlechten Platz Und Winternacht weht nicht warm.
Ach, Liebchen, heißt das meiden, Wenn man sich herzt und küßt? Ach, Liebchen, heißt das scheiden, Wenn man sich fest umschließt?
Hart ist der Sitz und knapp und schmal, Und kalt mein Kleid von Erz, Doch kälter und härter als Sattel und Stahl War gegen mich dein Herz. Sechs Nächte lag ich in Sumpf und Moor Und hab’ um dich gewacht, Doch weicher, bei Sankt Görg ich’s schwor, Schlaf’ ich die siebente Nacht!
10. In der Ferne opus 19/3 Will ruhen unter den Bäumen hier, Die Vögelein hör’ ich so gerne, Wie singet ihr so zum Herzen mir? Von unsrer Liebe was wisset ihr In dieser weiten Ferne?
12. O liebliche Wangen opus 47/3 O liebliche Wangen, Ihr macht mir Verlangen, Dies rote, dies weiße Zu schauen mit Fleiße. Und dies nur alleine Ist’s nicht, was ich meine; Zu schauen, zu grüssen,
Will ruhen hier an des Baches Rand, Wo duftige Blümlein sprießen. Wer hat euch Blümlein hierher gesandt? Seid ihr ein herzliches Liebespfand Aus der Ferne von meiner Süßen? 301
Textos de varias canciones, CD 53 Zu rühren, zu küssen! Ihr macht mir Verlangen, O liebliche Wangen!
13. Es liebt sich so lieblich im Lenze opus 71/1 Die Wellen blinken und fließen dahin, Es liebt sich so lieblich im Lenze! Am Flusse sitzet die Schäferin Und windet die zärtlichsten Kränze.
O Sonne der Wonne! O Wonne der Sonne! O Augen, so saugen Das Licht meiner Augen. O englische Sinnen! O himmlisch Beginnen! O Himmel auf Erden, Magst du mir nicht werden, O Wonne der Sonne! O Sonne der Wonne!
Das knospet und quillt, das duftet und blüht, es liebt sich so lieblich im Lenze! Die Schäferin seufzt aus tiefer Brust: »Wem geb’ ich meine Kränze?« Ein Reiter reitet den Fluß entlang, er grüßet so blühenden Mutes, die Schäferin schaut ihm nach so bang, fern flattert die Feder des Hutes.
O Schönste der Schönen! Benimm mir dies Sehnen, Komm, eile, komm, komme, Du süße, du fromme! Ach, Schwester, ich sterbe, Ich sterb’, ich verderbe, Komm, komme, komm, eile, Benimm mir dies Sehnen, O Schönste der Schönen!
Sie weint und wirft in den gleitenden Fluß die schönen Blumenkränze. Die Nachtigall singt von Lieb’ und Kuß, es liebt sich so lieblich im Lenze!
302
Textos de varias canciones, CD 53 14. Es hing der Reif opus 106/3 Es hing der Reif im Lindenbaum, Wodurch das Licht wie Silber floß. Ich sah dein Haus, wie hell im Traum Ein blitzend Feenschloß.
Sie sagen, das wär’ auf Erden Der allerschönste Ort. Sie sagen, unlösbar hielte Dein Zauber sie festgebannt; Sie hätten an deinen Blicken Die Flügel sich verbrannt.
Und offen stand das Fenster dein, Ich konnte dir ins Zimmer sehn, Da tratst du in den Sonnenschein, Du dunkelste der Feen!
16. Abendregen opus 70/4 Langsam und schimmernd fiel ein Regen, In den die Abendsonne schien; Der Wandrer schritt auf engen Wegen Mit düstrer Seele drunter hin.
Ich bebt’ in seligem Genuß, So frühlingswarm und wunderbar: Da merkt’ ich gleich an deinem Gruß, Daß Frost und Winter war.
Er sah die großen Tropfen blinken Im Fallen durch den goldnen Strahl; Er fühlt’ es kühl aufs Haupt ihm sinken Und sprach mit schauernd süßer Qual:
15. Bei dir sind meine Gedanken opus 95/2 Bei dir sind meine Gedanken Und flattern, flattern um dich her; Sie sagen, sie hätten Heimweh, Hier litt’ es sie nicht mehr.
Nun weiß ich, daß ein Regenbogen Sich hoch um meine Stirne zieht, Den auf dem Pfad, so ich gezogen, Die heitre Ferne spielen sieht.
Bei dir sind meine Gedanken Und wollen von dir, von dir nicht fort; 303
Textos de varias canciones, CD 53 Und die mir hier am nächsten stehen, Und wer mich scharf zu kennen meint, Sie können selber doch nicht sehen, Wie er versöhnend ob mir scheint.
»Steht zu Falkenstein ein tiefer Turm Wohl zwischen zwei hohen Mauren, So will ich an die Mauren stehn, Und will ihm helfen trauren.«
So wird, wenn andre Tage kommen, Die sonnig auf dies Heute sehn, Ob meinem fernen, bleichen Namen Der Ehre Regenbogen stehn.
Sie ging den Turm wohl um und wieder um: »Feinslieb, bist du darinnen? Und wenn ich dich nicht sehen kann, So komm’ ich von meinen Sinnen.« Sie ging den Turm wohl um und wieder um, Den Turm wollt’ sie aufschließen: »Und wenn die Nacht ein Jahr lang wär’, Kein Stund’ tät’ mich verdrießen!
17. Das Lied vom Herrn von Falkenstein opus 43/4 Es reit’ der Herr von Falkenstein Wohl über ein’ breite Heide. Was sieht er an dem Wege stehn? Ein Mädel mit weißem Kleide.
Ei, dörft ich scharfe Messer trag’n, Wie unser’s Herrn sein’ Knechte, So tät’ ich mit Dem von Falkenstein Um meinen Herzliebsten fechten!«
»Gott grüße euch, Herrn von Falkenstein! Seid ihr des Lands ein Herre, Ei so gebt mir wieder den Gefangenen mein Um aller Jungfrauen Ehre!«
Mit einer Jungfrau fecht’ ich nicht, Das wär’ mir eine Schande! Ich will dir deinen Gefang’nen geb’n, Zieh mit ihm aus dem Lande.
Den Gefangenen mein, den geb’ ich nicht, Im Turm muß er verfaulen! Zu Falkenstein steht ein tiefer Turm, Wohl zwischen zwei hohen Mauren. 304
Textos de varias canciones, CD 53 »Wohl aus dem Land da zieh’ ich nicht, Hab’ niemand was gestohlen; Und wenn ich was hab’ liegen lahn, So darf ich’s wieder holen.«
19. Auf dem Schiffe opus 97/2 Ein Vögelein Fliegt über den Rhein Und wiegt die Flügel Im Sonnenschein, Sieht Rebenhügel Und grüne Flut In goldner Glut. Wie wohl das tut, So hoch erhoben Im Morgenhauch! Beim Vöglein droben, O, wär’ ich auch!
18. Im Garten am Seegestade opus 70/1 Im Garten am Seegestade Uralte Bäume stehn, In ihren hohen Kronen Sind kaum die Vögel zu sehn. Die Bäume mit hohen Kronen, Die rauschen Tag und Nacht, Die Wellen schlagen zum Strande, Die Vöglein singen sacht.
20. Meine Lieder opus 106/4 Wenn mein Herz beginnt zu klingen Und den Tönen löst die Schwingen, Schweben vor mir her und wieder Bleiche Wonnen, unvergessen Und die Schatten von Zypressen Dunkel klingen meine Lieder!
Das gibt ein Musizieren So süß, so traurig bang, Als wie verlorner Liebe Und ewiger Sehnsucht Sang.
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Textos de varias canciones, CD 53 21. Ich schleich’ umher betrübt opus 32/3 Ich schleich’ umher, betrübt und stumm, Du fragst, o frage mich nicht, warum? Das Herz erschüttert so manche Pein! Und könnt’ ich je zu düster sein?
Und berauscht vom Sonnenbade Blind zur Erde niederfällt: So auch muß ich schmachten, bangen, Spähn und trachten, dich zu sehn, Will an deinen Blicken hangen Und an ihrem Glanz vergehn.
Der Baum verdorrt, der Duft vergeht, Die Blätter liegen so gelb im Beet, Es stürmt ein Schauer mit Macht herein, Und könnt’ ich je zu düster sein?
23. Trost in Tränen opus 48/5 Wie kommt’s, daß du so traurig bist, Da alles froh erscheint? Man sieht dir’s an den Augen an, Gewiß, du hast geweint.
22. Wie die Wolke nach der Sonne opus 6/5 Wie die Wolke nach der Sonne Voll Verlangen irrt und bangt Und durchglüht von Himmelswonne Sterbend ihr am Busen hangt.
“Und hab ich einsam auch geweint, So ist’s mein eigner Schmerz, Und Tränen fließen gar so süß, Erleichtern mir das Herz.”
Wie die Sonnenblume richtet Auf die Sonn’ ihr Angesicht Und nicht eh’r auf sie verzichtet Bis ihr eignes Auge bricht:
Die frohen Freunde laden dich, O komm an unsre Brust! Und was du auch verloren hast, Vertraue den Verlust.
Wie der Aar auf Wolkenpfade Sehnend steigt ins Himmelszelt 306
Textos de varias canciones, CD 53 “Ihr lärmt und rauscht und ahnet nicht, Was mich, den Armen, quält. Ach nein, verloren hab ich’s nicht, So sehr es mir auch fehlt.”
24. Auf dem See opus 106/2 An dies Schifflein schmiege, Holder See, dich sacht! Frommer Liebe Wiege, Nimm sie wohl in Acht!
So raffe dich denn eilig auf, Du bist ein junges Blut. In deinen Jahren hat man Kraft Und zum Erwerben Mut.
Deine Wellen rauschen; Rede nicht so laut! Laß mich ihr nur lauschen, Die mir viel vertraut!
“Ach nein, erwerben kann ich’s nicht, Es steht mir gar zu fern. Es weilt so hoch, es blinkt so schön, Wie droben jener Stern.”
Deine Wellen zittern Von der Sonne Glut; Ob sie’s heimlich wittern, Wie die Liebe tut?
Die Sterne, die begehrt man nicht, Man freut sich ihrer Pracht, Und mit Entzücken blickt man auf In jeder heitern Nacht.
Weit und weiter immer Rück den Strand hinaus! Aus dem Himmel nimmer Laß uns steigen aus!
“Und mit Entzücken blick ich auf, So manchen lieben Tag; Verweinen laßt die Nächte mich, Solang ich weinen mag.”
Fern von Menschenreden Und von Menschensinn, Als ein schwimmend Eden Trag dies Schifflein hin! 307
Textos de varias canciones, CD 53 25. Lied opus 3/6 Lindes Rauschen in den Wipfeln, Vöglein, die ihr fernab fliegt, Bronnen von den stillen Gipfeln, Sagt, wo meine Heimat liegt?
Berstet ihr Felsen, Ebnet euch Täler, Daß ich ersehe, Daß ich erspähe Meine ferne, süße Maid!
Heut im Traum sah ich sie wieder, Und von allen Bergen ging Solches Grüßen zu mir nieder, Daß ich an zu weinen fing.
27. Nachwirkung opus 6/3 Sie ist gegangen, die Wonnen versanken, Nun glühen die Wangen, nun rinnen die Tränen, Es schwanken die kranken, Die heißen Gedanken, Es pocht das Herz in Wünschen und Sehnen.
Ach, hier auf den fremden Gipfeln: Menschen, Quellen, Fels und Baum Alles ist mir wie ein Traum! Muntre Vögel in den Wipfeln, Ihr Gesellen dort im Tal, Grüßt mir von den fremden Gipfeln Meine Heimat tausendmal!
Und hab’ ich den Tag mit Andacht begonnen, Tagüber gelebt in stillem Entzücken, So leb’ ich jetzt träumend, Die Arbeit versäumend Von dem, was sie schenkte in Worten und Blicken.
26. Sehnsucht opus 49/3 Hinter jenen dichten Wäldern Weilst du, meine Süßgeliebte, Weit, ach weit, weit, ach, weit!
So hängen noch lang nach dem Scheiden des Tages In säuselnder Nachtluft, beim säuselnden Winde Die Bienlein, wie trunken Und wonneversunken An zitternde Blüten der duftigen Linde. 308
Textos de varias canciones, CD 53 28. Todessehnen opus 86/6 Ach, wer nimmt von meiner Seele Die geheime, schwere Last, Die, je mehr ich sie verhehle, Immer mächtiger mich faßt? Möchtest du nur endlich brechen, Mein gequältes, banges Herz! Findest hier mit deinen Schwächen, Deiner Liebe, nichts als Schmerz. Dort nur wirst du ganz genesen, Wo der Sehnsucht nichts mehr fehlt, Wo das schwesterliche Wesen Deinem Wesen sich vermählt. Hör’ es, Vater in der Höhe, Aus der Fremde fleht dein Kind: Gib’, daß er mich bald umwehe, Deines Todes Lebenswind. Daß er zu dem Stern mich hebe, Wo man keine Trennung kennt, Wo die Geistersprache Leben Mit der Liebe Namen nennt. 309
Textos de varias canciones, CD 54 CD 54 Canciones, vol. 10
Immer sich quälen, Selbst sich betrüben, Und ihr Vergnügen Immer nur ahnen, Da, wo sie nicht sind; Kannst du mir’s sagen, Liebliches Kind?
1.Frühlingslied opus 85/5 Mit geheimnisvollen Düften Grüßt vom Hang der Wald mich schon, Über mir in hohen Lüften Schwebt der erste Lerchenton. In den süßen Laut versunken Wall’ ich hin durchs Saatgefild, Das noch halb vom Schlummer trunken Sanft dem Licht entgegenschwillt.
3. Es schauen die Blumen alle opus 90/3 Es schauen die Blumen alle Zur leuchtenden Sonne hinauf; Es nehmen die Ströme alle Zum leuchtenden Meere den Lauf.
Welch ein Sehnen! welch ein Träumen! Ach, du möchtest vorm Verglühn Mit den Blumen, mit den Bäumen, Altes Herz, noch einmal blühn.
Es flattern die Lieder alle Zu meinem leuchtenden Lieb Nehmt mit meine Tränen und Seufzer, Ihr Lieder, wehmütig und trüb!
2. Serenade opus 70/3 Liebliches Kind, Kannst du mir sagen, Warum einsam und stumm Zärtliche Seelen
4.Regenlied opus 59/3 Walle, Regen, walle nieder, Wecke mir die Träume wieder, Die ich in der Kindheit träumte, 310
Textos de varias canciones, CD 54 Wenn das Naß im Sande schäumte!
Drang bis ins verborgne Leben.
Wenn die matte Sommerschwüle Lässig stritt mit frischer Kühle, Und die blanken Blätter tauten, Und die Saaten dunkler blauten.
Walle, Regen, walle nieder, Wecke meine alten Lieder, Die wir in der Türe sangen, Wenn die Tropfen draußen klangen!
Welche Wonne, in dem Fließen Dann zu steh’n mit nackten Füßen, An dem Grase hin zu streifen Und den Schaum mit Händen greifen.
Möchte ihnen wieder lauschen, Ihrem süßen, feuchten Rauschen, Meine Seele sanft betauen Mit dem frommen Kindergrauen.
Oder mit den heißen Wangen Kalte Tropfen aufzufangen, Und den neuerwachten Düften Seine Kinderbrust zu lüften!
5. Nachklang opus 59/4 Regentropfen aus den Bäumen Fallen in das grüne Gras, Tränen meiner trüben Augen Machen mir die Wange naß.
Wie die Kelche, die da troffen, Stand die Seele atmend offen, Wie die Blumen, düftertrunken, In dem Himmelstau versunken.
Wenn die Sonne wieder scheinet, Wird der Rasen doppelt grün: Doppelt wird auf meinen Wangen Mir die heiße Träne glühn.
Schauernd kühlte jeder Tropfen Tief bis an des Herzens Klopfen, Und der Schöpfung heilig Weben 311
Textos de varias canciones, CD 54 6. Liebesklage des Mädchens opus 48/3 Wer sehen will zween lebendige Brunnen, Der soll mein’ zwei betrübte Augen seh’n, Die mir vor Weinen schier sind ausgerunnen, Wer sehen will viel groß’ und tiefe Wunden, Der soll mein sehr verwund’tes Herz beseh’n, So hat mich Liebe verwund’t im tiefsten Grunde.
8. Ein Sonett opus 14/4 Ach könnt’ ich, könnte vergessen sie, Ihr schönes, liebes, liebliches Wesen, Den Blick, die freundliche Lippe die! Vielleicht ich möchte genesen! Doch ach, mein Herz, mein Herz kann es nie! Und doch ist’s Wahnsinn, zu hoffen sie! Und um sie schweben, Gibt Mut und Leben, Zu weichen nie.
7. Gold überwiegt die Liebeopus 48/4 Sternchen mit dem trüben Schein, Könntest du doch weinen! Hättest du ein Herzelein, O, du gold’nes Sternlein mein, Möchtest Funken weinen.
Und denn, wie kann ich vergessen sie, Ihr schönes, liebes, liebliches Wesen, Den Blick, die freundliche Lippe die? Viel lieber nimmer genesen!
Weintest mit mir, weintest laut Nächte durch voll Leiden, Daß sie mich vom Liebsten traut, Um das Gold der reichen Braut Mich vom Liebsten scheiden.
312
Textos de varias canciones, CD 54 9. Ständchen opus 14/7 Gut Nacht, gut Nacht, mein liebster Schatz, Gut Nacht, schlaf wohl, mein Kind! Daß dich die Engel hüten all, Die in dem Himmel sind! Gut Nacht, gut Nacht, mein lieber Schatz, Schlaf du, von nachten lind.
10. Sehnsucht opus 14/8 Mein Schatz ist nicht da, Ist weit überm See, Und so oft ich dran denk’, Tut mir’s Herze so weh! Schön blau ist der See, Und mein Herz tut mir weh, Und mein Herz wird nicht g’sund, Bis mein Schatz wiederkommt.
Schlaf wohl, schlaf wohl und träume von mir, Träum von mir heute nacht! Daß, wenn ich auch da schlafen tu, Mein Herz um dich doch wacht; Daß es in lauter Liebesglut An dich derzeit gedacht.
11. Bitteres mir zu sagen denkst du opus 32/7 Bitteres zu sagen denkst du; Aber nun und nimmer kränkst du, Ob du noch so böse bist. Deine herben Redetaten Scheitern an korall’ner Klippe, Werden all zu reinen Gnaden, Denn sie müssen, um zu schaden, Schiffen über eine Lippe, Die die Süße selber ist.
Es singt im Busch die Nachtigall Im klaren Mondenschein, Der Mond scheint in das Fenster dir, Guckt in dein Kämmerlein; Der Mond schaut dich im Schlummer da, Doch ich muß ziehn allein!
313
Textos de varias canciones, CD 54 12. Frühlingstrost opus 63/1 Es weht um mich Narzissenduft Es spricht zu mir die Frühlingsluft: Geliebter, Erwach im roten Morgenglanz, Dein harrt ein blütenreicher Kranz, Betrübter!
Wir wollen, wenn du von ihr gehst Und einsam dann und traurig stehst, Sie hüten. Erwach im morgenroten Glanz, Schon harret dein der Myrtenkranz, Geliebter! Der Frühling kündet gute Mär’, Und nun kein Ach, kein Weinen mehr, Betrübter!
Nur mußt du kämpfen drum und tun Und länger nicht in Träumen ruhn; Laß schwinden! Komm, Lieber, komm aufs Feld hinaus, Du wirst im grünen Blätterhaus Ihn finden.
13. Erinnerung opus 63/7 Ihr wunderschönen Augenblicke, Die Lieblichste der ganzen Welt Hat euch mit ihrem ew’gen Glücke, Mit ihrem süßen Licht erhellt.
Wir sind dir alle wohlgesinnt, Du armes, liebebanges Kind, Wir Düfte; Warst immer treu uns Spielgesell, Drum dienen willig dir und schnell Die Lüfte.
Ihr Stellen, ihr geweihten Plätze, Ihr trugt ja das geliebte Bild, Was Wunder habt ihr, was für Schätze Vor meinen Augen dort enthüllt!
Zur Liebsten tragen wir dein Ach Und kränzen ihr das Schlafgemach Mit Blüten.
Ihr Gärten all, ihr grünen Haine, Du Weinberg in der süßen Zier, 314
Textos de varias canciones, CD 54 Es nahte sich die Hehre, Reine, In Züchten gar zu freundlich mir.
Und blickt dann vom Himmel der Sterne Schar Und das Glühwürmchen in der Lilie Schoß, Dann lasse ich sie aus den Armen los Und küsse ihr scheidend das Augenpaar.
Ihr Worte, die sie da gesprochen, Du schönstes, halbverhauchtes Wort, Dein Zauberbann wird nie gebrochen, Du klingst und wirkest fort und fort.
15. Heimweh I opus 63/7 Wie traulich war das Fleckchen, Wo meine Wiege ging, Kein Bäumchen war, kein Heckchen, Das nicht voll Träume hing.
Ihr wunderschönen Augenblicke, Ihr lacht und lockt in ew’gem Reiz. Ich schaue sehnsuchtsvoll zurücke Voll Schmerz und Lust und Liebesgeiz.
Wo nur ein Blümchen blühte, Da blühten gleich sie mit, Und alles sang und glühte Mir zu bei jedem Schritt.
14. Junge Lieder II opus 63/6 Wenn um den Holunder der Abendwind kost Und der Falter um den Jasminenstrauch, Dann kos’ ich mit meinem Liebchen auch Auf der Steinbank schattig und weich bemoost.
Ich wäre nicht gegangen, Nicht für die ganze Welt! Mein Sehnen, mein Verlangen, Hier ruht’s in Wald und Feld.
Und wenn vom Dorfe die Glocke erschallt Und der Lerche jubelndes Abendgebet, Dann schweigen wir auch, und die Seele zergeht Vor der Liebe heiliger Gottesgewalt. 315
Textos de varias canciones, CD 54 16. Nachtigall opus 97/1 O Nachtigall, Dein süßer Schall, Er dringet mir durch Mark und Bein. Nein, trauter Vogel, nein! Was in mir schafft so süße Pein, Das ist nicht dein, Das ist von andern, himmelschönen, Nun längst für mich verklungenen Tönen In deinem Lied ein leiser Widerhall!
beisammen sein, beisammen sein! Die Nachtigall im Fliederstrauch, was sie da singt, versteh’ ich auch; sie saget: übers Jahr ist Fest, hab’ ich, mein Lieber, auch ein Nest, wo ich dann mit dem Burschen mein die Froh’st’ am Rhein, die Froh’st’ am Rhein!
18. Trennung opus 97/6 Da unten im Tale Läuft’s Wasser so trüb, Und i kann dir’s net sagen, I hab’ di so lieb.
17. Dort in den Weiden steht ein Haus opus 97/4 Dort in den Weiden steht ein Haus, da schaut die Magd zum Fenster ‘naus! Sie schaut stromauf, sie schaut stromab: ist noch nicht da mein Herzensknab’? Der schönste Bursch am ganzen Rhein, den nenn’ ich mein, den nenn’ ich mein!
Sprichst allweil von Liebe, Sprichst allweil von Treu’, Und a bissele Falschheit Is au’ wohl dabei.
Des Morgens fährt er auf dem Fluß, und singt herüber seinen Gruß, des Abends, wenn’s Glühwürmchen fliegt, sein Nachen an das Ufer wiegt, da kann ich mit dem Burschen mein
Und wenn i dir’s zehnmal sag, Daß i di lieb und mag, Und du willst nit verstehn, Muß i halt weitergehn. 316
Textos de varias canciones, CD 54 Für die Zeit, wo du g’liebt mi hast, Da dank i dir schön, Und i wünsch, daß dir’s anderswo Besser mag gehn.
20. Juchhe opus 6/4 Wie ist doch die Erde so schön, so schön! Das wissen die Vögelein; Sie heben ihr leicht Gefieder, Und singen so fröhliche Lieder In den blauen Himmel hinein.
19. Spanisches Lied opus 6/1 In dem Schatten meiner Locken Schlief mir mein Geliebter ein. Weck ich ihn nun auf? - Ach nein!
Wie ist doch die Erde so schön, so schön! Das wissen die Flüss’ und Seen; Sie malen im klaren Spiegel Die Gärten und Städt’ und Hügel, Und die Wolken, die drüber gehn!
Sorglich strählt ich meine krausen Locken täglich in der Frühe, Doch umsonst ist meine Mühe, weil die Winde sie zerzausen. Lockenschatten, Windessausen Schläferten den Liebsten ein. Weck ich ihn nun auf? - Ach nein!
Und Sänger und Maler wissen es, Und es wissen’s viel and’re Leut’, Und wer’s nicht malt, der singt es, Und wer’s nicht singt, dem klingt es Im Herzen vor lauter Freud’!
Hören muß ich, wie ihn gräme, Daß er schmachtet schon so lange, Daß ihm Leben gäb’ und nähme Diese meine braune Wange, Und er nennt mich eine Schlange, Und doch schlief er bei mir ein. Weck ich ihn nun auf? - Ach nein!
21. Nachtigallen schwingen opus 6/6 Nachtigallen schwingen Lustig ihr Gefieder, Nachtigallen singen Ihre alten Lieder. 317
Textos de varias canciones, CD 54 Und die Blumen alle, Sie erwachen wieder Bei dem Klang und Schalle Aller dieser Lieder.
Und manche Leute waren, die dich sah’n, Und kamen dann zu mir, dich zu verklagen. Als sie mir’s sagten, hab’ ich laut gelacht, Und in der Kammer dann geweint zur Nacht. Als sie mir’s sagten, fing ich an zu singen, Um einsam dann die Hände wund zu ringen.
Und meine Sehnsucht wird zur Nachtigall Und fliegt in die blühende Welt hinein, Und fragt bei den Blumen überall, Wo mag doch mein, mein Blümchen sein?
23. Das Mädchen opus 95/1 Stand das Mädchen, stand am Bergesabhang, Widerschien der Berg von ihrem Antlitz, Und das Mädchen sprach zu ihrem Antlitz: „Wahrlich, Antlitz, o du meine Sorge, Wenn ich wüßte, du mein weißes Antlitz, Daß dereinst ein Alter dich wird küssen, Ging hinaus ich zu den grünen Bergen, Pflückte allen Wermut in den Bergen, Preßte bitt’res Wasser aus dem Wermut, Wüsche dich, o Antlitz, mit dem Wasser, Daß du bitter, wenn dich küßt der Alte! Wüßt’ ich aber, du mein weißes Antlitz, Daß dereinst ein Junger dich wird küssen, Ging hinaus ich in den grünen Garten, Pflückte alle Rosen in dem Garten, Preßte duftend Wasser aus den Rosen,
Und die Nachtigallen Schwingen ihren Reigen Unter Laubeshallen Zwischen Blütenzweigen, Von den Blumen allen Aber ich muß schweigen. Unter ihnen steh’ ich Traurig sinnend still: Eine Blume seh’ ich, Die nicht blühen will.
22. Am Sonntag Morgen, zierlich angetan opus 49/1 Am Sonntag Morgen zierlich angetan, wohl weiß ich, wo du da bist hingegangen, 318
Textos de varias canciones, CD 54 Wüsche dich, o Antlitz, mit dem Wasser, Daß du duftest, wenn dich küßt der Junge!“
Wär’ ich doch noch froher! Wenn den Liebsten küßte, Wär’ mich doch noch wohler!
24. Beim Abschied opus 95/3 Ich müh’ mich ab und kann’s nicht verschmerzen Und kann’s nicht verwinden in meinem Herzen, Daß ich den und jenen soll sehen, Im Kreis um mich herum sich drehen, Der mich nicht machte froh noch trübe, Ob er nun ging’ oder bliebe, Und nur die Eine soll von mir wandern, Für die ich ertragen all die Andern.
26 Mädchenlied opus 95/6 “Am jüngsten Tag ich aufersteh’ Und gleich nach meinem Liebsten seh’, und wenn ich ihn nicht finden kann, leg’ wieder mich zum Schlafen dann. “O Herzeleid, du Ewigkeit! Selbander nur ist Seligkeit! Und kommt mein Liebster nicht hinein, mag nicht im Paradiese sein!”
25. Vorschneller Schwur opus 95/5 Schwor ein junges Mädchen: Blumen nie zu tragen, Niemals Wein zu trinken, Knaben nie zu küssen. Gestern schwor das Mädchen Heute schon bereut es: „Wenn ich Blume trüge, Wär’ ich doch noch schöner! Wenn ich Rotwein tränke,
27. Maienkätzchen opus 107/4 Maienkätzchen, erster Gruß, Ich breche euch und stecke euch An meinen alten Hut. Maienkätzchen, erster Gruß, Einst brach ich euch und steckte euch Der Liebsten an den Hut. 319
Textos de varias canciones CD 55 CD 55 Canciones, vol. 11
2. Der Jäger Bei nächtlicher Weil, an ein’s Waldes Born, Tat ein Jäger gar trauriglich stehen, An der Hütte hängt stumm sein güldenes Horn, Wild im Winde die Haare ihm wehen, ja wehen.
28 deutsche Volkslieder WoO 32 1-28 1. Die Schnürbrust Die Maid sie wollt ‘nen Buhlen wert und sollt sie ihn graben wohl aus der Erd!
Die du dich im Träumen gezeiget mir, Traute Nixe, schaff Ruh meiner Seelen, Du meines Lebens alleinige Zier, Was willst du mich ewiglich quälen, ja quälen?
Sie grub wohl ein, sie grub wohl aus, einen stolzen Buhlen grub sie aus.
So klagt er, und rauschend tönts hervor Aus des Quelles tief untersten Gründen. Wie ein Menschenlaut zu des Jägers Ohr: Komm herein, so tust Ruhe du finden, ja finden.
Der Buhle hatte Gut und Gold, Er gab dem Mädchen manchen Sold. Er gab ihr einen Gürtel schmal, Der war gesponnen überall.
Da stürzet der Jäger sich stracks hinein In die Tiefe, bald ist er verschwunden, Dort unten empfaht ihn das Liebchen fein, Seine Ruh hat er endlich gefunden, ja funden.
Der war gesponnen bis auf Blut, Das Mädchen starb in wilder Wut. Ach, pflanzt drei Rosen auf das Grab Dann kömmt mein Buhle und pflückt sie ab.
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Textos de varias canciones CD 55 3. Drei Vögelein Mit Lust tät ich ausreiten Durch einen grünen Wald, Darin da hört ich singen, Drei Vögelein wohlgestalt.
4. Auf, gebet uns das Pfingstei Auf, gebet uns das Pfingstei, Hei, Rosenblümelein, Und reicht den kühlen Trunk herbei, Hei, Rosenblümelein, Freu dich, wackres Mägdelein!
So sein es nit drei Vögelein, Es sein drei Fräulein fein. Soll mir das ein nit werden, So gilt es das Leben mein.
Wir kommen von dem Bensberg, Hei, Rosenblümelein. Die Heiden stürmten dort den Berg, Hei, Rosenblümelein, Freu dich, wackres Mägdelein!
Das erste heißet Ursulein, Das andre Bärbelein Das dritt hat keinen Namen, Das soll des Jägers sein.
Sie wollten han die Veste, Hei, Rosenblümelein, Das waren böse Gäste, Hei, Rosenblümelein, Freu dich, wackres Mägdelein!
Er nahm sie bei den Händen, Bei ihrer schneeweißen Hand, Er führts des Walds ein Ende, Da er ein Hüttlein fand.
Sie stürmten Tor und Mauer, Hei, Rosenblümelein, An Pfeilen regnet es ein Schauer, Hei, Rosenblümelein, Freu dich, wackres Mägdelein!
Da lagens beieinander bis in die dritte Stund’. “Kehr’ dich, schön’s Lieb, herumb, Beut mir dein’n roten Mund!” 321
Textos de varias canciones CD 55 Und als die Pfeile verschossen sein, Hei, Rosenblümelein, Da regnet es nieder Mauerstein, Hei, Rosenblümelein, Freu dich, wackres Mägdelein!
5. Des Markgrafen Töchterlein Es war ein Markgraf überm Rhein, Der hatt drei schöne Töchterlein. Zwei Töchter früh heiraten weg, Die dritt hat ihn ins Grab gelegt; Dann ging sie sing’n vor Schwesters Tür: Ach braucht ihr keine Dienstmagd hier?
Bergab zog da der Böhmen Zahl, Hei, Rosenblümelein, Bergab ins schöne Wuppertal, Hei, Rosenblümelein, Freu dich, wackres Mägdelein!
„Ei Mädchen, du bist viel zu fein, Du gehst gern mit den Herrelein.“ Ach nein, ach nein, das tu ich nicht, Ich will erfüllen meine Pflicht. Sie dingt das Mägdlein auf ein Jahr, Das Mägdlein dient ihr sieben Jahr.
Der Junker Hans war da im Gang, Hei, Rosenblümelein, Verstand sich auf den Vogelfang, Hei, Rosenblümelein, Freu dich, wackres Mägdelein!
Und als die seiben Jahr warn um, da ward das Mägdlein schwach und krank. ,,Ach Mägdlein, wenn du krank sollst sein, so sag, wer sind die Eltern dein?`` Mein Vater war Markgraf am Rhein, ich bin sein jüngstes Töchterlein.``
Die Stadt an dem Wupperstrand, Hei, Rosenblümelein, Ward Leichelingen da genannt, Hei, Rosenblümelein, Freu dich, wackres Mägdelein!
,,Ach nein, ach nein, das glaub ich nicht, daß du mein jüngste Schwester bist.`` Und wenn du mir nicht glauben willst, 322
Textos de varias canciones CD 55 so geh an meine Kiste her, daran tut es geschrieben stehn, da kannst dus mit dein’n Augen sehn.
Wohl durchs Kammerfensterlein, Ich hatt ihn nicht gerufen, Konnt ihn nicht halten ein, Konnt ihn nicht halten ein.
Und als sie an die Kiste kam, da rannen ihr die Tränen ab; ,,Ach, bringt mir Weck, ach bringt mir Wein, das ist mein jüngstes Schwesterlein!`` Ich will kein Weck, ich will kein Wein, will nur ein kleines Särgelein!
7. Die heilige Elisabeth Die heilige Elisabeth an ihrem Hochzeitsfeste Verließ den stolzen Fürstensaal, Verließ heimlich die Gäste, Ging in den dunkeln Wald hinaus, Wo eine heilge Kapell erbaut, Der Mutter Gottes zu dienen!
6. Der Reiter Der Reiter spreitet seinen Mantel aus, Wohl in das grüne Gras: Da leg dich, du wackres Braunmägdelein, Mach dir dein Haupt nicht naß, Wohl in dem grünen Gras!
O Mutter Gottes, welches Leid, Ich muß jetzt von dir scheiden! Die letzten Blumen bring ich heut, Fort muß ich, ich muß meiden Jetzt deinen heilgen Gnadenort Muß weithin in die Fremde fort. Ade du Heilandsmutter!
Was soll ich bei dir sitzen, Ich hab gar gringes Gut! Hab zwei schwarzbraune Augen, Ist all mein Hab und Gut, Ist all mein Hab und Gut.
Du Bild, so heilig, gnadenreich, Mein Aug steht voller Zähren, Daß ich jetzund dich nicht mehr schau, Das will mich schier verzehren; Leb wohl, leb wohl, du Mutter mein,
Mein Liebster ist hereingestiegen 323
Textos de varias canciones CD 55 Mit deinem lieben Kindelein! Ade, zu tausendmalen!
8. Der englische Gruß Gegrüßet, Maria, du Mutter der Gnaden! So sangen die Engel der Jungfrau Maria In ihrem Gebete, darinnen sie rang.
Sie betet, flehet also lang Und will darob nicht beben, Daß sich ein scharfes blankes Schwert Jetzt über ihr erhebet; In reiner Gnade schwebt ihr Blick, Und achtet nicht des Räubers Tück, Der sie da will ermorden!
Maria, du sollst einen Sohn empfangen, Darnach tun Himmel und Erde verlangen, Daß du die Mutter des Herren sollst sein. O Engel, wie mag ich das erleben, Ich hab mich noch keinem Manne ergeben In dieser weiten und breiten Welt.
Als der Räuber diesen Blick vernahm, Und schaut die heilge Frauen, Schwere Reue ihn da überkam, Sein Herz beginnt zu grauen. Legt ab sein Schwert und seinen Spieß, Auf seine Knie sich niederließ, Wagt dann sie anzublicken.
Wie Tau kommt über die Blumenmatten, So soll dich der heilige Geist überschatten; So soll der Heiland geboren sein. Maria die höret solches gerne, Sie sprach: ich bin eine Magd des Herren, Nach deinem Worte geschehe mir!
Um dich sind Gottes Engel rings, Den Lockenschmuck zu schützen, Ich muß mein Leben lang dies Knie O Fraue, vor dir beugen, O Tugendreiche, bet für mich, Daß Gott der Herr erbarmet sich Und mich in Gnaden segnet.
Die Engel sanken auf ihre Knie, Sie sangen alle: Maria, Maria, Sie sangen Maria den Lobgesang. 324
Textos de varias canciones CD 55 9. Ich stund an einem Morgen Ich stund an einem Morgen Heimlich an einem Ort Da hätt ich mich verborgen, Ich hört klägliche Wort Von einem Fräulein hübsch und fein, Das stund bei seinem Buhlen, Es muß geschieden sein.
Der Knab, der sprach aus Mute, Dein Willen ich wohl spür, So verzehrten wir dein Gute, Ein Jahr werd bald hiefür, Dennoch müßt es geschieden sein, Ich will dich freundlich bitten, Setz deinen Willen drein. Das Fräulein, das schrie Morte! Mord über alles Leid, Mich kränken deine Worte, Herz Lieb, nicht von dir scheid. Für dich so setz ich Gut und Ehr, Und sollt ich mit dir ziehen, Kein Weg wär mir zu fern.
Herzlieb, ich hab vernommen, Du wolltst von hinnen schier, Wenn willst du wiederkommen, Das sollst du sagen mir; So merk, Feinslieb, was ich dir sag, Mein Zukunft tust du fragen, Ich weiß weder Stund noch Tag.
Der Knab der sprach mit Züchten, Mein Schatz, ob allem Gut, Ich will dich freundlich bitten, Schlag dirs aus deinem Mut. Gedenk wohl an die Freunde dein, Die dir kein Arges gönnen. Und täglich bei dir sein.
Das Fräulein weinet sehre, Ihr Herz war Kummers voll, Nun gib mir Weis und Lehre, Wie ich mich halten soll. Ich setz für dich, was ich vermag, Und willt du hie beleiben, Ich verzehr dich Jahr und Tag. 325
Textos de varias canciones CD 55 10. Gunhilde Gunhilde lebt gar stille und fromm In ihrem Klosterbann, Bis sie ihr Beichtiger verführt, Bis sie mit ihm entrann.
Sie pochet an das Klostertor, Das Tor wird aufgetan; Sie geht wohl vor die Äbtin stehn Und fängt zu weinen an. Hier nehmet das verlorne Kind, O Mutter, das entrann, Und laßt es harte Buße tun In schwerem Kirchenbann.
Er zog mit ihr wohl durch die Welt, Sie lebten in Saus und Braus; Der Mönch verübte Spiel und Trug, Ging endlich auf den Raub.
Gunhilde, sprich, was willst du hier? Laß solche Rede sein, Hast ja gesessen im Gebet, In deinem Kämmerlein.
Gunhilde ach, du armes Weib, Gunhild, was fängst du an? Sie steht allein im fremden Land, Am Galgen hängt ihr Mann.
Gunhilde, du mein heilig Kind, Was klagest du dich an? Willst du hier Kirchenbuße tun, Was fang ich Ärmste an?
Sie weinet rot die Äugelein: O weh, was ich getan! Ich will nach Haus und Buße tun, Der Sünden Straf empfahn.
Sie führten sie ins Kämmerlein, Ob sies gleich nicht verstand; Der Engel, der ihr Stell vertrat, Alsbald vor ihr verschwand.
Sie bettelte sich durch das Land, Almosen sie da nahm, Bis sie zum Rheine in den Wald, Wohl vor das Kloster kam. 326
Textos de varias canciones CD 55 11. Der tote Gast Es pochet ein Knabe leise An Feinsliebchens Fensterlein: Feinslieb sag, bist du darinnnen? Steh auf und laß mich ein!
12. Tagweis von einer schönen Frauen Wach auf, mein Hort, Vernimm mein Wort, Merk auf, was ich dir sage: Mein Herz das wüt’t Nach deiner Güt Laß mich, Frau nicht verzagen, Ich setz zu dir All mein Begier, Das glaub du mir, Laß mich der Treu genießen.
Ich kann mit dir wohl sprechen, Doch dich einlassen nicht; Ich bin mit Jemand versprochen, Einen Zweiten mag ich nicht! Mit dem so du versprochen, Feinsliebchen, der bin ich; Reich mir dein Händelein weiße, Vielleicht erkennst du mich.
Dein stolzen Leib Du mir verschreib, Und schleuß mir auf dein Herze, Schleuß mich darein, Herzliebste mein, Wend mir mein großen Schmerzen, Und den ich trag Tag unde Nacht Zu dir allein, Werd freundlich mir zu Willen.
Du riechest gar nach Erde, Sag, Liebster, bist du tot? Soll ich nach Erde nicht riechen, Da ich in dem Grab geruht? Weck Vater auf und Mutter, Weck deine Freund all auf. Grün Kränzelein sollst du tragen Mit mir in den Himmel hinauf.
Ach, junger Knab, Dein Bitt laß ab, 327
Textos de varias canciones CD 55 Du bist mir viel zu wilde Und wenn ich tät Nach deiner Bitt, Ich fürcht, Es blieb nicht stille. Ich dank dir fast, Mein werter Gast, Der Treue dein, Die du mir gönnst von Herzen.
Und zieh davon, Daß er nicht komm in Sorgen. Nimm Urlaub von Dem schönen Weib, Denn es ist Zeit, Es scheint der helle Morgen. Von dann er sich schwang Hub an und sang Wie es ihm wär ergangen Mit einem Weib, Ihr stolzer Leib Hätt ihn mit Lieb umfangen. Hätt ihn verpflicht, Hub an und dicht’t Ein Tageweis Von einer schönen Frauen.
Da lagn die Zwei, Ohn Sorgen frei, Die lange Nacht in Freuden, Bis über sie schien Der Tag herein, Noch soll mein Treu nicht leiden, Noch für und für Lieg ich an dir, Das trau du mir, Laß mich der Lieb genießen. Der Wächter an Der Zinnen stand: Liegt Jemand hier verborgen, Der mach sich auf 328
Textos de varias canciones CD 55 13. Schifferlied Dort in den Weiden steht ein Haus, Da schaut die Magd zum Fenster ‘naus! Sie schaut stromab, sie schaut stromab: Ist noch nicht da mein Herzensknab’? Der schönste Bursch am ganzen Rhein, Den nenn’ ich mein!
14. Nachtgesang Wach auf, meins Herzensschöne, Zart Allerliebste mein, Ich hör ein süß Getöne Von kleinen Waldvöglein, Die hör ich so lieblich singen, Ich mein, es woll des Tages Schein Vom Orient her dringen.
Des Morgens fährt er auf dem Fluß, Und singt hinüber seinen Gruß, Des Abends, wenn’s Glühwürmchen fliegt, Sein Nachen an das Ufer wiegt, Da kann ich mit dem Burschen mein Beisammen sein!
Ich hör die Hahnen krähen, Und spür den Tag dabei, Die kühlen Winde wehen, Die Sternlein leuchten frei. Singt uns Frau Nachtigalle, Singt uns ein süße Melodei, Sie meld’t den Tag mit Schalle.
Die Nachtigall im Fliederstrauch, Was sie da singt, versteh’ ich auch; Sie saget: übers Jahr ist Fest, Hab’ ich, mein Lieber, auch ein Nest, Wo ich dann mit dem Burschen mein Die Froh’st’ am Rhein!
Du hast mein Herz umfangen In treu inbrünstger Lieb, Ich bin so oft gegangen Feinslieb nach deiner Zier, Ob ich dich möcht ersehen, So würd erfreut das Herz in mir, Die Wahrheit muß ich g’stehen. 329
Textos de varias canciones CD 55 Selig ist Tag und Stunde, Darin du bist gebor’n, Gott grüßt mir dein rot Munde, Den ich mir hab erkor’n; Kann mir kein Liebre werden, Schau daß mein Lieb nicht sei verlor’n, Du bist mein Trost auf Erden.
Ach nein, das soll geschehen nit, Ich selbst helf rudern dir, Damit du nur in kurzer Zeit, Herzliebster, kommst zu mir. Weil dus, schöns Lieb, denn meinst so gut, Will ichs gleich wagen frei, Allein das bitt ich fleißig dich, Steh mir ohn Falschheit bei.
15. Die beiden Königskinder Ach Elselein, liebes Elselein mein, Wie gern wär ich bei dir; So sind zwei tiefe Wasser Wohl zwischen dir und mir,
16. Scheiden Ach Gott, wie weh tut Scheiden, Hat mir mein Herz verwundt, So trab ich üb’r die Heiden Und traur zu aller Stund. Der Stunden, der sind allsoviel, Mein Herz trägt heimlich Leiden, Wiewohl ich oft fröhlich bin.
Willt du dich lassen abwenden drum, Weil sind der Wasser zwei; Da doch sonst mancher stolzer Knab Leidt noch so mancherlei. Ach Lieb, das schrecket mich allein, Daß ich nicht fahren kann, Und wenn dann bräch das Schiffelein, Müßt ich bald untergehn.
Hatt mir ein Gärtlein bauet, Von Veil und grünem Klee, Ist mir zu früh erfroren, Tut meinem Herzen weh. Ist mir erfrorn bei Sonnenschein, 330
Textos de varias canciones CD 55 Ein Kraut jelängerjelieber, Ein Blümlein Vergißnichtmein.
17. Altes Minnelied Ich fahr dahin, wenn es muß sein, Ich scheid mich von der Liebsten mein, Zuletzt laß ich ihrs Herze mein, Dieweil ich leb, so soll es sein. Ich fahr dahin, ich fahr dahin!
Das Blümlein, das ich meine, Das ist von edler Art, Ist aller Tugend reine, Ihr Mündlein, das ist zart, Ihr Äuglein, die sind hübsch und fein Wenn ich an sie gedenke, Wie gern ich bei ihr wollt sein!
Das sag ich ihr und niemand mehr: Mein’m Herzen g’schah noch nie so weh. Sie liebet mich je länger je mehr; Durch Meiden muß ich leiden Pein. Ich fahr dahin, ich fahr dahin!
Sollt mich meins Buhln erwehren Als oft ein Ander tut, Sollt führn ein fröhlichs Leben, Dazu ein’n leichten Mut, Das kann und mag doch nicht gesein, Gesegn dich Gott im Herzen, Es muß geschieden sein.
Ich bitt dich, liebste Fraue mein, Wann ich dich mein und anders kein, Wann ich dir geb mein Lieb allein, Gedenk, daß ich dein eigen bin. Ich fahr dahin, ich fahr dahin! Nun halt die Treu als stet als ich! So wie du willt, so findst du mich. Halt dich in Hut, das bitt ich dich! Gesegn dich Gott! Ich fahr dahin! Ich fahr dahin, ich fahr dahin! 331
Textos de varias canciones CD 55 18. Der getreue Eckart In der finstern Mitternacht Steht der Ritter auf der Wacht, Schauet hin nach jeder Seit, Droht mit seinem Schwerte weit.
19. Die Versuchung Feinsliebchen, du sollst mir nicht barfuß gehn, Du zertrittst dir die zarten Füßlein schön. Wie sollte ich denn nicht barfuß gehn, Hab keine Schuhe ja anzuziehn.
Wer auch anzukommen wagt, Dieses eine sei gesagt: Dieser Berg ist nicht geheuer, Drinnen brennt das Höllenfeuer.
Feinsliebchen willst du mein eigen sein, So kaufe ich dir ein Paar Schühlein fein. Wie könnte ich euer eigen sein. Ich bin ein arm Dienstmägdelein.
Was für süße Töne auch, Was euch winken schöne Fraun: Eure Seele muß verderben, Muß dem Himmel hier absterben.
Und bist du arm, so nehm ich dich doch. Du hast ja Ehr und Treue noch. Die Ehr und Treu mir Keiner nahm, Ich bin wie ich von der Mutter kam. Und Ehr und Treu ist besser wie Geld. Ich nehm mir ein Weib, das mir gefällt. Was zog er aus seiner Tasche fein? Mein Herz, von Gold ein Ringelein! 332
Textos de varias canciones CD 55 20. Der Tochter Wunsch Och Mod’r, ich well en Ding han! “Wat för en Ding, min Hetzenskind?” En Ding, en Ding. “Wells de dann e Pöppchen han?” Nä, Moder, nä! Ehr sitt kein gode Moder, Ehr künnt dat Ding nit rode! Wat dat Ding för’n Ding well han, Dingderlingdingding!
Nä, Moder, nä! Ehr sitt kein gode Moder, Ehr künnt dat Ding nit rode! Wat dat Ding för’n Ding well han, Dingderlingdingding! Och Mod’r, ich well en Ding han! “Wat för en Ding, min Hetzenskind?” En Ding, en Ding. “Wells de dann eine Mann han?” Jo, Moder, jo! Ehr sitt en gode Moder, Ehr künnt dat Ding wohl rode, Wat dat Ding för’n Ding well han, Dingderlingdingding!
Och Mod’r, ich well en Ding han! “Wat för en Ding, min Hetzenskind?” En Ding, en Ding. “Wells de dann e Ringelchen han?” Nä, Moder, nä! Ehr sitt kein gode Moder, Ehr künnt dat Ding nit rode! Wat dat Ding för’n Ding well han, Dingderlingdingding! Och Mod’r, ich well en Ding han! “Wat för en Ding, min Hetzenskind?” En Ding, en Ding. “Wells de dann a Kleidchen han?” 333
Textos de varias canciones CD 55 21. Schnitter Tod Es ist ein Schnitter, heißt der Tod, Hat Gewalt vom höchsten Gott, Heut wetzt er das Messer, Es schneid’t schon viel besser, Bald wird er drein schneiden, Wir müssen’s nur leiden. Hüt dich schönes Blümelein!
Werd ich auch verletzet, So werd ich versetzet In den himmlischen Garten, Auf den alle wir warten. Freu’ dich, schönes Blümelein. 22. Marias Wallfahrt Maria ging aus wandern, So fern ins fremde Land, Bis sie Gott den Herren fand!
Was heut noch grün und frisch da steht, Wird morgen schon weggemäht2: Die edlen Narzissen, Die Zierden der Wiesen, die schön Hyazinthen, Die türkischen Binden. Hüt dich schönes Blümelein!
Sie hat ihn schon gefunden, Wohl vor des Herodes Haus, Er sah so betrüblich aus. Das Kreuz, das mußt er tragen Nach Jerusalem wohl vor die Stadt, Wo er gemartert ward.
Das himmelfarbne Ehrenpreis, Die Tulipanen gelb und weiß, Die silbernen Glocken, Die goldenen Flocken, Sinkt alles zur Erden; Was wird daraus werden? Hüt dich schönes Blümelein!
Was trug er auf sein’m Haupte? Ein scharfe Dornenkron, Das Kreuz das trägt er schon. Daran soll man bedenken, Ein Jeder jung or alt, Daß das Himmelreich leid’t Gewalt!
Trotz Tod! Komm her, ich fürcht dich nit, Trotz, eil daher in ein’m Schritt. 334
Textos de varias canciones CD 55 23. Das Mädchen und der Tod Es ging ein Maidlein zarte Früh in der Morgenstund In einen Blumengarten, Frisch, fröhlich und gesund; Der Blümlein es viel brechen wollt, Daraus ein’n Kranz zu machen Von Silber und von Gold.
Er nahm sie in der Mitten, Da sie am schwächsten war, Es half an ihm kein Bitten, Er warf sie in das Gras, Und rührte an ihr junges Herz, Da liegt das Maidlein zarte Voll bittrer Angst und Schmerz.
Da kam herzugeschlichen Ein gar erschrecklich Mann, Die Farb war ihm verblichen, Kein Kleider hatt er an. Er hat kein Fleisch, kein Blut, kein Haar, Es war an ihm verdorret, Sein Fleisch und Flechsen gar.
24. Es ritt ein Ritter Es ritt ein Ritter wohl durch das Ried, Er fing es an ein neues Lied, Gar schöne tät er singen, Daß Berg und Tal erklingen. Das hört des Königs sein Töchterlein, In ihres Vaters Lustkämmerlein, Sie flocht ihr Haar in Seiden, Mit dem Ritter wollt sie reiten.
O Tod, laß mich beim Leben, Nimm all mein Hausgesind! Mein Vater wird dirs geben, Wenn er mich lebend findt; Ich bin sein einzig Töchterlein, Er würde mich nicht geben Um tausend Gulden fein.
Und da sie in den Wald raus kam’n, viel heiße Träne sie fallenließ. Er schaut ihr wohl unter die Augen, Warum weinet ihr, schöne Jungfraue? 335
Textos de varias canciones CD 55 Warum sollt ich nicht weinen, Ich bin ja des Königs sein Töchterlein; Hätt ich meinem Vater gefolget, Frau Kaiserin wär ich geworden.
Ich gleich sie einem Engel, Die Herzallerliebste mein, Ihr Härlein kraus als ein Sprengel, Ihr Mündlein rot als Rubein, Zwei blanke Ärmlein, die sind schmal, Dazu ein roter Mund, Der lacht zu aller Stund.
Er nahm sein Rößlein wohl bei dem Zaum Und band es an einen Weidenbaum, Hier steh mein Rößlein und trinke, Mein jungfrisch Herze muß sinken.
Mit Venus-Pfeiln durchschossen Das junge Herze mein; Schöns Lieb, sei unverdrossen, Setz deinen Willen drein. Gesegn dich Gott, mein schönes Lieb, Ich soll und muß von dir, Du siehst mich wieder schier.
25. Liebeslied Gar lieblich hat sich gesellet Mein Herz in kurzer Frist, Zu einer, die mir gefället, Gott weiß wohl, wer sie ist; Sie liebet mich ganz inniglich, Die Allerliebste mein, Mit Treuen ich sie mein.
26. Guten Abend Guten Abend, guten Abend, mein tausiger Schatz, Ich sag’ dir guten Abend; Komm’ du zu mir, ich komme zu dir, Du sollst mir Antwort geben, mein Engel! Ich kommen zu dir, du kommen zu mir? Das wär’ mir gar keine Ehre; Du gehst von mir zu andern Jungfrauen, Das kann ich an dir wohl spüren, mein Engel!1
Wohl für des Maien Blüte Hab ich sie mir erkorn, Sie erfreut mir mein Gemüte Mein’n Dienst hab ich ihr g’schworn, Den will ich halten stetiglich, Sein ganz ihr untertan, Dieweil ichs Leben han. 336
Textos de varias canciones CD 55 Ach nein, mein Schatz, und glaub’ es nur nicht, Was falsche Zungen reden, Es geben so viel gottlosige Leut’, Die dir und mir nichts gönnen, mein Engel!
Das sind die roten Röselein, Der Feyl, der grüne Klee; Von herzer Liebe scheiden Das tut weh.
Und gibt es so viele gottlosige Leut’, Die dir und mir nichts gönnen, So solltest du selber bewahren die Treu’ Und machen zu Schanden ihr Reden, mein Engel!
Der Vögelein Gesange, Die Zeit hat Freuden bracht, Ihr Lieb tät mich bezwingen, Freundlich sie zu mir sprach: Sollt, schönes Lieb, ich fragen dich, Wollst fein berichten mich. Genad mir, schöne Frauen, So sprach ich.
Leb’ wohl, mein Schatz, ich hör’ es wohl, Du hast einen Andern lieber, So will ich meiner Wege geh’n, Gott möge dich wohl behüten, mein Engel!
Nach manchem Seufzer schwere, Komm ich wohl wieder dar, Nach Jammer und nach Leide Seh ich dein Äuglein klar. Ich bitt dich, Auserwählte mein, Laß dir befohlen sein Das treue, junge Herze, Das Herze mein.
Ach nein, ich hab’ kein’ Anderen lieb, Ich glaub’ nicht gottlosigen Leuten, Komm’ du zu mir, ich komme zu dir, Wir bleiben uns beide getreue, mein Engel! 27. Die Wollust in den Maien Die Wollust in den Maien, Die Zeit hat Freuden bracht, Die Blümlein mancherleien, Ein jeglichs nach sein’r G’stalt, 337
Textos de varias canciones CD 55 28. Es reit ein Herr und auch sein Knecht Es reit ein Herr und auch sein Knecht Wohl üb’r ein’ Heide, die war schlecht, ja schlecht, Und alles was sie red’ten da, War all’s von einer schönen Frauen, ja Frauen.
“Nun sattel mir mein graues Roß! Ich will von hinnen reiten, ja reiten.” Und da sie auf die Heide kam, Die Liljen täten sich neigen auf breiter Heide.
Ach Schildknecht, lieber Schildknecht mein, Was redst von meiner Frauen, ja Frauen, Und fürcht’st nicht meinen brauenen Schild! Zu Stücken will ich dich hauen vor meinen Augen.
Auf band sie ihm sein blanken Helm Und sah ihm unter sein Augen, ja Augen: “Nun muß es Christ geklaget sein, Wie bist so zerhauen unter dein Augen.”
“Eur’n braunen Schild den fürcht ich klein, Der lieb Gott wird mich wohl b’hüten, ja b’hüten.” Da schlug der Knecht sein’n Herrn zu Ast, Das g’schah um Fräuleins Güte, ja Güte.
“Nun will ich in ein Kloster ziehn, Will’n lieben Gott für dich bitten, ja bitten, Daß er dich ins Himmelreich will han, Das g’schah um meinetwillen, schweig stille!”
Nun will ich heimgehn landwärts ein, Zu einer wunderschönen Frauen, ja Frauen; Ach Fräulein gebt mirs Botenbrot! Eu’r Herre der ist tot auf breiter Heide, ja Heide! “Und ist mein edler Herre tot, Darum will ich nicht weinen, ja weinen; Den schönsten Buhlen den ich hab, Der sitzt bei mir daheime, Mutteralleine!” 338
Textos de varias canciones, CD 56 CD 56 Canciones, vol. 12
2. Wehe, so willst Du mich wieder opus 32/5 August von Platen (1796-1835) Wehe, so willst du mich wieder, Hemmende Fessel, umfangen? Auf, und hinaus in die Luft! Ströme der Seele Verlangen, Ström’ es in brausende Lieder, Saugend ätherischen Duft!
1. Lied aus dem Gedicht “Ivan” opus 3/4 Weit über das Feld durch die Lüfte hoch Nach Beute ein mächtiger Geier flog. Am Stromesrande im frischen Gras Eine junge weißflüglige Taube saß; O verstecke dich, Täubchen, im grünen Wald! Sonst verschlingt dich der lüsterne Geier bald!
Strebe dem Wind nur entgegen Daß er die Wange dir kühle, Grüße den Himmel mit Lust! Werden sich bange Gefühle Im Unermeßlichen regen? Atme den Feind aus der Brust!
Eine Möwe hoch über der Wolga fliegt, Und Beute spähend im Kreise sich wiegt. O halte dich, Fischlein, im Wasser versteckt, Daß dich nicht die spähende Möwe entdeckt! Und steigst du hinauf, so steigt sie herab Und macht dich zur Beute und führt dich zum Grab.
3. Die Liebende schreibt opus 47/5 Ein Blick von deinen Augen in die meinen, Ein Kuß von deinem Mund auf meinem Munde, Wer davon hat, wie ich, gewisse Kunde, Mag dem was anders wohl erfreulich scheinen? Entfernt von dir, entfremdet von den Meinen, Führ’ ich stets die Gedanken in die Runde Und immer treffen sie auf jene Stunde,
Ach, du grünende feuchte Erde du! Tu dich auf, leg mein stürmisches Herz zur Ruh’! Blaues Himmelstuch mit der Sternlein Zier, O trockne vom Auge die Träne mir! Hilf, Himmel, der armen, der duldenden Maid! Es bricht mir das Herz vor Weh und Leid! Friedrich Martin von Bodenstedt 339
Textos de varias canciones, CD 56 Die einzige: da fang’ ich an zu weinen. Die Träne trocknet wieder unversehens: Er liebt ja, denk’ ich, hier in diese Stille, O solltest du nicht in die Ferne reichen? Vernimm das Lispeln dieses Liebewehens; Mein einzig Glück auf Erden ist dein Wille, Dein freundlicher zu mir; gib mir ein Zeichen!
Wer um dich stirbt, Der hat keine Ruh’! Kindchen erbarm dich, Und komm herzu! Ja, komm herzu, Herzu, herzu! August Kopisch
Johann Wolfgang von Goethe 5. 2. Während des Regens Voller, dichter tropft ums Dach da, Tropfen süßer Regengüsse, Meines Liebchens holde Küsse Mehren sich, je mehr ihr tropfet! Tropft ihr, darf ich sie umfassen, Laßt ihr’s, will sie mich entlassen; Himmel, werde nur nicht lichter, Tropfen, tropfet immer dichter!
Acht Lieder und Gesänge opus 58 4. 1. Blindekuh Im Finstern geh’ ich suchen, Mein Kind, wo steckst du wohl? Ach, sie versteckt sich immer, Daß ich verschmachten soll! Im Finstern geh’ ich suchen, Mein Kind, wo steckst du wohl? Ich, der den Ort nicht finde, Ich irr’ im Kreis umher!
August Kopisch
340
Textos de varias canciones, CD 56 6. 3. Die Spröde Ich sahe eine Tig’rin Im dunkeln Haine, Und doch mit meinen Tränen Konnt’ ich sie zähmen.
Da brechen manche Knospen los, Verstohlen, Da öffnen ihren süßen Schoß Violen; Da neigt ihr Haupt im Dämmerschein Die Rose, Da wird mein Liebchen auch noch mein, Das lose!
Sah auch die harten Steine, Ja Marmelsteine, Erweicht vom Fall der Tropfen Gestalt annehmen.
Melchior Grohe Und du, so eine zarte, Holdsel’ge Kleine, Du lachst zu meinem Seufzen Und bittern Grämen.
8. 5. Schwermut Mir ist so weh ums Herz, Mir ist, als ob ich weinen möchte Vor Schmerz! Gedankensatt Und lebensmatt Möcht’ ich das Haupt hinlegen in die Nacht der Nächte!
August Kopisch from the Calabrian
7. 4. O komme, holde Sommernacht O komme, holde Sommernacht, Verschwiegen; Dich hat die Liebe recht gemacht Zum Siegen!
Karl August Candidus
341
Textos de varias canciones, CD 56 9. 6. In der Gasse Ich blicke hinab in die Gasse, Dort drüben hat sie gewohnt; Das öde, verlassene Fenster, Wie hell bescheint’s der Mond.
11. 8. Serenade Leise, um dich nicht zu wecken, Rauscht der Nachtwind, teure Frau! Leise in das Marmorbecken Gießt der Brunnen seinen Tau.
Es gibt so viel zu beleuchten; O holde Strahlen des Lichts, Was webt ihr denn gespenstisch Um jene Stätte des Nichts!
Wie das Wasser, niedertropfend, Kreise neben Kreise zieht, Also zittert, leise klopfend, Mir das Herz bei diesem Lied.
Friedrich Hebbel
Schwingt euch, Töne meiner Zither, Schwingt euch aufwärts, flügelleicht; Durch das rebumkränzte Gitter In der Schönen Kammer schleicht.
10. 7. Vorüber Ich legte mich unter den Lindenbaum, In dem die Nachtigall schlug; Sie sang mich in den süßesten Traum, Der währte auch lange genug.
»Ist denn, liebliche Dolores«, Also singt in ihren Traum »In der Muschel deines Ohres Für kein Perlenwörtchen Raum?
Denn nun ich erwache, nun ist sie fort, Und welk bedeckt mich das Laub; Doch leider noch nicht, wie am dunklern Ort, Verglühte Asche der Staub.
O dem Freund nur eine Stunde, Wo dein Arm ihn heiß umschlingt, Und der Kuß von deinem Munde Feurig bis ans Herz ihm dringt!
Friedrich Hebbel 342
Textos de varias canciones, CD 56 Hast du ihn so ganz vergessen? Einsam harrt er am Balkon, Überm Wipfel der Zypressen Bleicht des Mondes Sichel schon.
13. Edward opus 75/1 Schottische Ballade Dein Schwert, wie ist’s von Blut so rot? Edward, Edward! Dein Schwert, wie ist’s von Blut so rot? Und gehst so traurig her? O!
Wie das Wasser, niedertropfend, Kreise neben Kreise zieht, Also zittert, leise klopfend, Ihm das Herz bei diesem Lied.«
O, ich hab geschlagen meinen Geier tot, Mutter, Mutter! O, ich hab geschlagen meinen Geier tot, Und keinen hab ich wie er. O!
Adolf Friedrich, Graf von Schack
Deins Geiers Blut ist nicht so rot, Edward, Edward! Deins Geiers Blut ist nicht so rot, Mein Sohn, bekenn mir frei! O!
12. Sommerfäden opus 72/2 Sommerfäden hin und wieder Fliegen von den Himmeln nieder; Sind der Menschen Hirngespinste, Fetzen goldner Liebesträume,
O, ich hab geschlagen mein Rotroß tot, Mutter, Mutter! O, ich hab geschlagen mein Rotroß tot, Und’s war so stolz und treu. O!
An die Stauden, an die Bäume Haben sie sich dort verfangen; Hochselbsteigene Gewinste Sehen wir darunter hangen.
Dein Roß war alt und hast’s nicht not, Edward, Edward! Dein Roß war alt und hast’s nicht not, Dich drückt ein andrer Schmerz. O!
Karl August Candidus 343
Textos de varias canciones, CD 56 O, ich hab geschlagen meinen Vater tot! Mutter, Mutter! O, ich hab geschlagen meinen Vater tot, Und weh, weh ist mein Herz! O!
Und was soll werden dein Weib und Kind? Edward, Edward? Und was soll werden dein Weib und Kind, Wann du gehst über Meer? O!
Und was für Buße willt du nun tun, Edward, Edward? Und was für Buße willt du nun tun, Mein Sohn, bekenn mir mehr! O!
Die Welt ist groß, laß sie betteln drin, Mutter, Mutter! Die Welt ist groß, laß sie betteln drin, Ich seh sie nimmermehr! O!
Auf Erden soll mein Fuß nicht ruhn! Mutter, Mutter! Auf Erden soll mein Fuß nicht ruhn! Will gehn fern übers Meer! O!
Und was willt du lassen deiner Mutter teur? Edward, Edward? Und was willt du lassen deiner Mutter teur, Mein Sohn, das sage mir! O!
Und was soll werden dein Hof und Hall? Edward, Edward? Und was soll werden dein Hof und Hall, So herrlich sonst und schön? O!
Fluch will ich euch lassen und höllisch Feur, Mutter, Mutter! Fluch will ich euch lassen und höllisch Feur, Denn ihr, ihr rietet’s mir! O!
Ich laß es stehn, bis es sink und fall! Mutter, Mutter! Ich laß es stehn, bis es sink und fall, Mag nie es wiedersehn! O! 344
Textos de varias canciones, CD 56 14. So laß uns wandern opus 75/3 Ach Mädchen, liebes Mädchen, Wie schwarz dein Auge ist! Fast fürcht’ ich, es verzaubert Mich einst voll arger List.
Wohlan, so laß uns wandern, Du wanderst frisch mit mir; Ein Kleid von grüner Farbe, Mein Mädchen, kauf’ ich dir. “Ein Kleid von grüner Farbe, Das auch nicht gar zu lang: So kann ich mit dir wandern, Nichts hindert mich im Gang.”
“Und wär’ mein Auge schwärzer, Um vieles schwärzer noch, Dich, Liebster mein, verzaubern, Ich tät’ es niemals doch.”
Ein Kleid von grüner Farbe, Das auch nicht gar zu lang: So kannst du mit mir wandern, Nichts hindert dich im Gang.
Die Kräh’ auf jener Eiche, Sieh, wie sie Eicheln pickt! Wer weiß, wen einst der Himmel Zum Bräutigam dir schickt!
Wir wollen lustig wandern, Bergüber und talein; Die großen, freien Wälder Sind unser Kämmerlein.
“Und sprich, wen sollt er schicken? Ich gab ja dir mein Wort, Weißt, unterm grünen Baume, Bei unsrer Hütte dort.”
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Textos de varias canciones, CD 56 15. Mädchenlied opus 85/3 Siegfried Kapper (1821-1879) Ach, und du mein kühles Wasser! Ach, und du mein rotes Röslein! Was erblühst du mir so frühe? Hab’ ja nicht, für wen dich pflücken!
16. Ade! opus 85/4 Siegfried Kapper (1821-1879) Wie schienen die Sternlein so hell, so hell Herab von der Himmelshöh’. Zwei Liebende standen auf der Schwell’, Ach, Hand in Hand: “Ade!”
Pflück’ ich dich für meine Mutter? Keine Mutter hab’ ich Waise! Pflück’ ich dich für meine Schwester? Ei doch, längst vermählet ist sie!
Die Blümlein weinten auf Flur und Steg, Sie fühlten der Liebenden Weh, Die standen traurig am Scheideweg, Ach, Herz an Herz: “Ade!”
Pflück’ ich dich für meinen Bruder? Ist gezogen in die Feldschlacht! Pflück’ ich dich für den Geliebten? Fern, ach, weilet der Geliebte! Jenseit dreier grünen Berge, Jenseit dreier kühlen Wasser!
Die Lüfte durchrauschen die Waldesruh’, Aus dem Tal und von der Höh’ Wehn zwei weiße Tücher einander zu: “Ade, ade, ade!”
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Textos de varias canciones, CD 56 17. Klage opus 105/3 Deutsches Volkslied Feins Liebchen, trau du nicht, Daß er dein Herz nicht bricht! Schön Worte will er geben, Es kostet dein jung Leben, Glaub’s sicherlich, glaub’s sicherlich!
Volks-Kinderlieder WoO 31 18. 1. Dornröschen , Volkslied. Im tiefen Wald im Dornenhag, Da schläft die Jungfrau hundert Jahr, Es schläft die Flieg an der Wand, In dem Schloß Hund und Roß, Es schläft wohl auf dem Herd der Brand.
Ich werde nimmer froh, Denn mir ging es also: Die Blätter vom Baum gefallen Mit den schönen Worten allen, Ist Winterzeit, ist Winterzeit!
Der Ritter zog sein Schwert da frisch Und hieb sich ab das Dorngebüsch, Und ging hinein ins Königshaus, Ins Kämmerlein Zum Bettelein, Küßt auf den Mund die schlafende Braut.
Es ist jetzt Winterzeit, Die Vögelein sind weit, Die mir im Lenz gesungen, Mein Herz ist mir gesprungen Vor Liebesleid, vor Liebesleid.
Da wacht das schöne Mägdelein, Schenkt ihm ihr feines Ringelein, Die Flieg erwachet an der Wand, In dem Schloß Hund und Roß, Auf dem Herd erwacht der Feuerbrand.
347
Textos de varias canciones, CD 56 19. 2. Die Nachtigall , Volkslied. Sitzt a schöns Vögerl aufm Dannabaum, Tut nix als singa und schrain; Was muß denn das für a Vögerl sain? Das muß a Nachtigall sain!
Meld du di! Ach, mein Hennlein, bi bi bi! Was wird da die Mutter sagen? Sie wird mich zum Tor ‘naus jagen! Ach, mein Hennlein, bi bi bi! Meld du di! Ach, mein Hennlein, bi bi bi! Muß geschwind zur Stadt hinlaufen, muß ein ander Hennlein kaufen!
Noan, mai Schatz, das is koan Nachtigall, Noan, mai Schatz, das darfst nit glaubn; Koan Nachtigall schlägt auf oanam Dannabaum, Schlägt in a Haselnußstaudn.
Ach, mein Hennlein, bi bi bi! Meld du di! Ach, mein Hennlein, bi bi bi! Geh die Gasse auf und nieder, Finde grad mein Hennlein wieder!
20. 3. Die Henne , Volkslied. Ach, mein Hennlein, bi bi bi! Meld du di! Ach, mein Hennlein, bi bi bi! Saht ihr nit mein Hennlein laufen? Möcht mir gleich die Haar ausraufen!
Ach, mein Hennlein, bi bi bi! Hab i di! Ach, mein Hennlein, bi bi bi! Meine Mutter gib mir Brocken, Soll damit mein Hennlein locken.
Ach, mein Hennlein, bi bi bi! Meld du di! Ach, mein Hennlein, bi bi bi! Als i bei dem Bub gesessen, Hat sie noch ihr Futter g’fressen!
Ach, mein Hennlein, bi bi bi! bi bi bi, Und das Bröckli, das schluck i!
Ach, mein Hennlein, bi bi bi! 348
Textos de varias canciones, CD 56 21. 4. Sandmännchen
Sanndmännchen aus dem Zimmer, Es schläft mein Herzchen fein, Es ist gar fest verschlossen Schon sein Guckäugelein. Es leuchtet morgen mir Willkomm Das Äugelein so fromm! Schlafe, schlafe, schlaf du, mein Kindelein!
Die Blümelein sie schlafen Schon längst im Mondenschein, Sie nicken mit den Köpfen Auf ihren Stengelein. Es rüttelt sich der Blütenbaum, Es säuselt wie im Traum: Schlafe, schlafe, schlaf du, mein Kindelein!
Anton Wilhelm Florentin von Zuccalmaglio
Die Vögelein sie sangen So süß im Sonnenschein, Sie sind zur Ruh gegangen In ihre Nestchen klein. Das Heimchen in dem Ährengrund, Es tut allein sich kund: Schlafe, schlafe, schlaf du, mein Kindelein!
22. 5. Der Mann , Volkslied. Wille wille will, der Mann ist kommen, Wille wille will, was bracht er dann? Wille wille will, viel Zuckerwaffeln, Wille wille will, dies Kindelein soll han! Wille wille will, der Mann ist kommen, Wille wille will, was bringt er mehr? Wille wille will, gar hübsche Sachen, Wille wille will, die Taschen sind ihm schwer!
Sandmännchen kommt geschlichen Und guckt durchs Fensterlein, Ob irgend noch ein Liebchen Nicht mag zu Bette sein. Und wo es nur ein Kindchen fand, Streut er ihm in die Augen Sand. Schlafe, schlafe, schlaf du, mein Kindelein!
Wille wille will, was solls noch geben? Wille wille will, ein Rütelein! Wille wille will, er hörte schreien, Wille wille will, ein schlimmes Bübelein! 349
Textos de varias canciones, CD 56 Wille wille will, mein Kind ist artig, Wille wille will, mein Kind ist still! Wille wille will, das Rütlein geben, Wille wille will, dem der es eben will!
Und der wilde Knabe brach ‘s Röslein auf der Heiden; Röslein wehrte sich und stach, Half ihm doch kein Weh und Ach, Mußt es eben leiden. Röslein, Röslein, Röslein rot, Röslein auf der Heiden.
23 6. Heidenröslein , Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) Sah ein Knab’ ein Röslein stehn, Röslein auf der Heiden, War so jung und morgenschön, Lief er schnell, es nah zu sehn, Sah’s mit vielen Freuden. Röslein, Röslein, Röslein rot, Röslein auf der Heiden.
24 7. Das Schlaraffenland , Volkslied. In Polen steht ein Haus, In Polen steht ein Haus, In Polen steht ein polsches Haus, Da gehn die Krieger ein und aus, Da gehn die Krieger ein, Da gehn die Krieger aus.
Knabe sprach: Ich breche dich, Röslein auf der Heiden! Röslein sprach: Ich steche dich, Daß du ewig denkst an mich, Und ich will’s nicht leiden. Röslein, Röslein, Röslein rot, Röslein auf der Heiden.
Im Haus ist eine Magd, Im Haus ist eine Magd, Das ist ‘ne hübsche Schenkenmagd, Die bringt den Gästen was behagt, Die bringt den Gästen was behagt, Was einer immer fragt.
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Textos de varias canciones, CD 56 Die Magd steht an der Tür, Die Magd steht an der Tür, Die Magd steht an der Kammertür Und zieht die Kreiden nie herfür, Und zieht die Kreiden nie herfür, Umsonst kriegt jeder hier!
Ull Frau nohm Hemdensohm, Macht dem ull Mann en Tom, Leht ihm su riden. Ull Mann wull riden, Wull hat he ken Mütz; Ull Frau nohm Topp voll Grütz, Macht dem ull Mann en Mütz, Leht ihm su riden.
Sag, Bruder, willst du Bier? Sag, Bruder, willst du Bier? Sag, ist der Wein noch lieber dir, So schenke dir vom besten ein, So schenke dir vom besten ein, So schenke dir nur ein!
Ull Mann wull riden, Wull hat he ken Sadl; Ull Frau nohm Lindenblatt, Klebt dem ull Mann fürt Gatt, Leht ihm su riden.
25. 8. Beim Ritt auf dem Knie, Volkslied. a. Ull Mann wull riden, Wull hat he ken Pärd; Ull Frau nohm Zickenbuck, Sett den ull Mann darupp Leht ihm su riden. Ull Mann wull riden, Wull hat he ken Tom;
b. Alt Mann wollt reiten Und hatte kein Pferd; Alt Frau nahm’n Ziegenbock, Setzt den alten Mann daropp Und ließ ihn reiten. Alt Mann wollt reiten Und hatte kein’n Hut; Alt Frau nahm’n schwarzen Topf, 351
Textos de varias canciones, CD 56 Setzt’n dem alten Mann auf’n Kopf Und ließ ihn reiten.
26. 9. Der Jäger im Walde, Volkslied. Der Jäger in dem Walde Sich suchet seinen Aufenthalt, Mit Hund und Wehr wohl hin und her, Ob für ihn nichts zu treffen wär.
Alt Mann wollt reiten Und hatte kein’n Sporn; Alt Frau nahm’n Haseldorn, Gab’n dem alten Mann zu Sporn Und ließ ihn reiten.
Mein Hündelein ist stets bei mir In diesem grünen Laubgewölb, Mein Hündchen wacht, Mein Herz es lacht, Die Augen gehen hin und her.
Alt Mann wollt reiten Und hatte kein’n Sattel; Alt Frau nahm’n Unterrock, Setzt den alten Mann daropp Und ließ ihn reiten. Alt Mann wollt reiten Und hatte kein’n Zaum; Alt Frau nahm’n Hemdensaum, Gab’n dem alten Mann zum Zaum Und ließ ihn reiten.
27. 10. Das Mädchen und die Hasel, Volkslied. Es wollt ein Mädchen brechen Gehn die Rosen in der Heide; Was fand sie da am Wege stehn? Ein Hasel, die war grüne. Was fand sie da am Wege stehn? Ein Hasel, die war grüne.
Alt Mann wollt reiten Und hatte kein Peitsch; Alt Frau nahm’n Katzenschwanz, Gab’n dem alten Mann in d’Hand Und ließ ihn reiten.
Gut’n Tag, gut’n Tag, lieb Hasel mein, Warum bist du so grüne? Hab Dank, hab Dank, wacker Mägdelein, 352
Textos de varias canciones, CD 56 Warum bist du so schöne? Hab Dank, hab Dank, wacker Mägdelein, Warum bist du so schöne?
Wills Mädchen ihren Kranz behalten, Zu Hause muß sie bleiben; Darf nicht auf alle Narrentanz gehn, Die Narrentanz muß sie meiden. Darf nicht auf alle Narrentanz gehn, Die Narrentanz muß sie meiden.
Warum daß ich so schöne bin, Das will ich dir wohl sagen; Ich eß weiß Brot, trink kühlen Wein, Davon bin ich so schöne; Ich eß weiß Brot, trink kühlen Wein, Davon bin ich so schöne.
Hab Dank, hab Dank, lieb Hasel mein, Daß du mir das gesagt, Hatt mich sonst heut auf’n Narrentanz bereit’t, Zu Hause will ich nun bleiben. Hatt mich sonst heut auf’n Narrentanz bereit’t, Zu Hause will ich nun bleiben.
Iß’st du weiß Brot, trinkst kühlen Wein Und bist davon so schöne, So fällt alle Morgen Tau auf mich, Davon bin ich so grüne. So fällt alle Morgen Tau auf mich, Davon bin ich so grüne.
28. 11. Wiegenlied, Volkslied. Schlaf, Kindlein schlaf! Der Vater hüt’t die Schaf, Die Mutter schüttelt ‘s Bäumelein, Da fällt herab ein Träumelein. Schlaf, Kindlein schlaf!
So fällt alle Morgen Tau auf dich Und bist davon so grüne; Wenn aber ein Mädchen seinen Kranz verliert, Sie kriegt ihn nimmer wieder. Wenn aber ein Mädchen seinen Kranz verliert, Sie kriegt ihn nimmer wieder.
Schlaf, Kindlein schlaf! Am Himmel zieh’n die Schaf, Die Sternlein sind die Lämmelein, 353
Textos de varias canciones, CD 56 Der Mond der ist das Schäferlein. Schlaf, Kindlein schlaf!
Wir grüßen den erkornen Herrn! Strömt aus in Festgesang! Wir grüßen den erkornen Herrn! Strömt aus in Festgesang!
Schlaf, Kindlein schlaf! So schenk ich dir ein Schaf, Mit einer gold’nen Schelle fein, Das soll dein Spielgeselle sein. Schlaf, Kindlein schlaf!
Vom Himmel kommt er zart und lind. Auf Jubelklang! Auf Blumen eingewiegt ein Kind. Strömt aus in Festgesang! Auf Blumen eingewiegt ein Kind. Strömt aus in Festgesang!
Schlaf, Kindlein schlaf! Und bläk nicht wie ein Schaf, Sonst kommt des Schäfers Hündelein Und beißt mein böses Kindelein. Schlaf, Kindlein schlaf!
Vor ew’ger Jugend hellem Schein. Auf Jubelklang! Sinkt alles düstre Alte ein. Strömt aus in Festgesang! Sinkt alles düstre Alte ein. Strömt aus in Festgesang!
Schlaf, Kindlein schlaf! Geh fort und hüt die Schaf, geh fort, du schwarzes Hündelein, Und weck mir nicht mein Kindelein! Schlaf, Kindlein schlaf!
Die ganze Welt erstehet jung. Auf Jubelklang! In neuer Glaubenstaten Schwung. Strömt aus in Festgesang! In neuer Glaubenstaten Schwung. Strömt aus in Festgesang!
29. 12. Weihnachten, Volkslied. Uns leuchtet heut der Freude Schein! Auf Jubelklang! 354
Textos de varias canciones, CD 56 30. 13. Marienwürmchen aus Des Knaben Wunderhorn Marienwürmchen, setze dich auf meine Hand, Ich tu’ dir nichts zu leide. Es soll dir nichts zu leid geschehn, Will nur deine bunten Flügel sehn, Bunte Flügel meine Freude.
Laß mich dir anbefohlen sein, So lang ich Odem habe.
Marienwürmchen, fliege weg, Dein Häuschen brennt, die Kinder schrein So sehre, ach, so sehre. Die böse Spinne spinnt sie ein, Marienwürmchen, flieg hinein, Deine Kinder schreien sehre.
Weck mich aus meiner Trägheit auf, Zur Tugend an mich treibe; Gelt, vor dem kurzen Lebenslauf, Den Tod ins Herz mir schreibe.
Der Tag schleicht hin, die Nacht geht an, Dein Licht in mir laß scheinen, Zum Guten mich allzeit ermahn, Mein Herz zieh nach dem deinen.
Beschütz mich in dem letzten Streit, Wenn Leib und Seel sich scheiden, Begleit mich in die Ewigkeit, Wo Freud ist sonder Leiden.
Marienwürmchen, fliege hin zu Nachbars Kind, Sie tun dir nichts zu leide. Es soll dir ja kein Leid geschehn, Sie wollen deine bunten Flügel sehn, Und grüß sie alle beide.
Das bitt ich durch die Lieb zu mir, Laß dieser mich genießen, Zur Lieb bin ich verpflichtet dir, In Lieb will ich beschließen.
31. 14. Dem Schutzengel, Volkslied. O Engel, mein Schutzengel mein, Du Gottes Edelknabe, 355
Textos de varias cancioens, CD 57 CD 57 Canciones, vol. 13
2. Magyarisch opus 46/2 Sah dem edlen Bildnis in des Auges Allzusüßen Wunderschein, Büßte so des eigenen Auges heitern Schimmer ein.
1. Die Kränze opus 46/1 Hier ob dem Eingang seid befestiget, Ihr Kränze, so beregnet und benetzt Von meines Auges schmerzlichem Erguß! Denn reich zu tränen pflegt das Aug’ der Liebe.
Herr mein Gott, was hast du doch gebildet Uns zu Jammer und zu Qual Solche dunkle Sterne mit so lichtem Zauberstrahl!
Dies zarte Naß, ich bitte, Nicht allzu frühe träufet es herab. Spart es, bis ihr vernehmet, daß sie sich Der Schwelle naht mit ihrem Grazienschritte, Die Teuere, die mir so ungelind.
Mich geblendet hat für alle Wonnen Dieser Erde jene Pracht; All umher, wo meine Blicke forschen, Ist es Nacht.
Mit einem Male dann hernieder sei es Auf ihres Hauptes gold’ne Pracht ergossen, Und sie empfinde, daß es Tränen sind; Daß es die Tränen sind, die meinem Aug’ In dieser kummervollen Nacht entflossen.
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Textos de varias cancioens, CD 57 3. Die Schale der Vergessenheit opus 46/3 Eine Schale des Stroms, welcher Vergessenheit Durch Elysiums Blumen rollt, Bring, o Genius, bring deinem Verschmachtenden! Dort, wo Phaon die Sängerin, Dort, wo Orpheus vergaß seiner Eurydike, Schöpf den silbernen Schlummerquell! Ha! Dann tauch’ ich dein Bild, spröde Gebieterin, Und die lächelnde Lippe voll Lautenklanges, des Haars schattige Wallungen, Und das Beben der weißen Brust, Und den siegenden Blick, der mir im Marke zuckt, Tauch’ ich tief in den Schlummerquell.
Welch ein Sehnen! welch ein Träumen! Ach, du möchtest vorm Verglühn Mit den Blumen, mit den Bäumen, Altes Herz, noch einmal blühn.
5. Wie sich Rebenranken schwingen opus 3/2 Wie sich Rebenranken schwingen In der linden Lüfte Hauch, Wie sich weiße Winden schlingen Luftig um den Rosenstrauch: Also schmiegen sich und ranken Frühlingsselig, still und mild, Meine Tag- und Nachtgedanken Um ein trautes, liebes Bild.
4. Frühlingslied opus 85/5 Mit geheimnisvollen Düften Grüßt vom Hang der Wald mich schon, Über mir in hohen Lüften Schwebt der erste Lerchenton.
6. Ich muß hinaus, ich muß zu dir opus 3/3 Ich muß hinaus, ich muß zu dir, Ich muß es selbst dir sagen: Du bist mein Frühling, du nur mir In diesen lichten Tagen.
In den süßen Laut versunken Wall’ ich hin durchs Saatgefild, Das noch halb vom Schlummer trunken Sanft dem Licht entgegenschwillt. 357
Textos de varias cancioens, CD 57 Ich will die Rosen nicht mehr sehn Nicht mehr die grünen Matten; Ich will nicht mehr zu Walde gehn, Nach Duft und Klang und Schatten.
8. Mit vierzig Jahren opus 94/1 Mit vierzig Jahren ist der Berg erstiegen, Wir stehen still und schaun zurück; Dort sehen wir der Kindheit stilles liegen Und dort der Jugend lautes Glück.
Ich will nicht mehr der Lüfte Zug, Nicht mehr der Wellen Rauschen, Ich will nicht mehr der Vögel Flug Und ihrem Liede lauschen.
Noch einmal schau, und dann gekräftigt weiter Erhebe deinen Wanderstab! Hindehnt ein Bergesrücken sich, ein breiter, Und hier nicht, drüben geht’s hinab.
Ich will hinaus, ich will zu dir, Ich will es selbst dir sagen: Du bist mein Frühling, du nur mir In diesen lichten Tagen.
Nicht atmend aufwärts brauchst du mehr zu steigen, Die Ebene zieht von selbst dich fort; Dann wird sie sich mit dir unmerklich neigen, Und eh’ du’s denkst, bist du im Port.
7. In der Fremde opus 3/5 Aus der Heimat hinter den Blitzen rot Da kommen die Wolken her, Aber Vater und Mutter sind lange tot, Es kennt mich dort keiner mehr.
9. Steig auf, geliebter Schatten opus 94/2 Steig auf, geliebter Schatten, Vor mir in toter Nacht, Und lab mich Todesmatten Mit deiner Nähe Macht!
Wie bald, ach wie bald kommt die stille Zeit, Da ruhe ich auch, und über mir Rauscht die schöne Waldeinsamkeit, Und keiner kennt mich mehr hier.
Du hast’s gekonnt im Leben, Du kannst es auch im Tod. 358
Textos de varias cancioens, CD 57 Sich nicht dem Schmerz ergeben, War immer dein Gebot.
11. Kein Haus, keine Heimat opus 94/5 Kein Haus, keine Heimat, Kein Weib und kein Kind, So wirbl’ ich, ein Strohhalm, In Wetter und Wind!
So komm! Still meine Tränen, Gib meiner Seele Schwung, Und Kraft dem welken Sehnen, Und mach mich wieder jung.
Well’ auf und Well’ nieder, Bald dort und bald hier; Welt, fragst du nach mir nicht, Was frag’ ich nach dir?
10. Mein Herz ist schwer opus 94/3 Mein Herz ist schwer, mein Auge wacht, Der Wind fährt seufzend durch die Nacht; Die Wipfel rauschen weit und breit, Sie rauschen von vergangner Zeit.
12. Ich schell’ mein Horn opus 43/3 Ich schell’ mein Horn ins Jammertal, Mein Freud ist mir verschwunden, Ich hab gejagt, muß abelahn, Das Wild läuft vor den Hunden, Ein edel Tier in diesem Feld Hatt ich mir auserkohren, Das schied von mir als ich wohl spür, Mein Jagen ist verloren.
Sie rauschen von vergangner Zeit, Von großem Glück und Herzeleid, Vom Schloß und von der Jungfrau drin Wo ist das alles, alles hin? Wo ist das alles, alles hin, Leid, Lieb und Lust und Jugendsinn? Der Wind fährt seufzend durch die Nacht, Mein Herz ist schwer, mein Auge wacht.
Fahr hin, Gewild, in Waldes Lust, Ich will dir nimmer schrecken, Mit Jagen dein schneeweisse Brust, 359
Textos de varias cancioens, CD 57 Ein ander muß dich wecken, Mit Jägers Schrei, und Hundebiß, Daß du nit magst entrinnen: Halt dich in Hut, mein Tierle gut, Mit Leid scheid ich von hinnen.
Ich lehnte mich über die Brücke, Tief unter mir nahm ich der Wogen in Acht, Die wallten so sacht, In der Nacht, in der Nacht, Doch wallte nicht eine zurücke.
Kein Hochgewild ich fahen kann, Das muß ich oft entgelten; Noch halt ich stet auf Jägers Bahn, Wiewohl mir Glück kommt selten: Mag mir nit gwöhn ein Hochwild schön, So laß ich mich begnügen, Am Hasenfleisch, nit mehr ich heisch, Das mag mich nicht betrügen.
Es drehte sich oben, unzählig entfacht Melodischer Wandel der Sterne, Mit ihnen der Mond in beruhigter Pracht, Sie funkelten sacht In der Nacht, in der Nacht, Durch täuschend entlegene Ferne. Ich blickte hinauf in der Nacht, in der Nacht, Und blickte hinunter aufs neue: O wehe, wie hast du die Tage verbracht, Nun stille du sacht In der Nacht, in der Nacht, Im pochenden Herzen die Reue!
13. Wie rafft’ ich mich auf in der Nacht opus 32/1 Wie rafft’ ich mich auf in der Nacht, in der Nacht, Und fühlte mich fürder gezogen, Die Gassen verließ ich vom Wächter bewacht, Durchwandelte sacht In der Nacht, in der Nacht, Das Tor mit dem gotischen Bogen. Der Mühlbach rauschte durch felsigen Schacht, 360
Textos de varias cancioens, CD 57 14. Der Strom, der neben mir verrauschte opus 32/4 Der Strom, der neben mir verrauschte, Wo ist er nun? Der Vogel, dessen Lied ich lauschte, Wo ist er nun? Wo ist die Rose, die die Freundin am Herzen trug? Und jener Kuß, der mich berauschte, Wo ist er nun? Und jener Mensch, der ich gewesen, und den ich längst Mit einem andern ich vertauschte, Wo ist er nun?
Reiche Erde, arme Erde, Hast du keinen Raum für mich? Wo ich einst begraben werde, An der Stelle lieb’ ich dich.
16. Vergangen ist mir Glück und Heil opus 48/6 Vergangen ist mir Glück und Heil Und alle Freud’ auf Erden; Elend bin ich verloren gar, Mir mag nit besser werden. Bis in den Tod Leid’ ich groß Not, So ich dich, Lieb, muß meiden, Geschieht mir, ach, O weh der Sach’! Muß ich mich dein verjehen, Groß Leid wird mir geschehen.
15. Ein Wanderer opus 106/5 Hier, wo sich die Straßen scheiden, Wo nun gehn die Wege hin? Meiner ist der Weg der Leiden, Des ich immer sicher bin. Wandrer, die des Weges gehen, Fragen freundlich: Wo hinaus? Keiner wird mich doch verstehen, Sag’ ich ihm, wo ich zu Haus.
Erbarmen tu ich mich so hart, Das kommt aus Buhlers Hulde, Die mich in Angst und Not hat bracht, Und williglich das dulde. Um dich allein, Herzliebste mein, 361
Textos de varias cancioens, CD 57 Ist mir kein Bürd’ zu schwere, Wär’s noch so viel, Ich dennoch will In deinem Dienst ersterben, Nach fremder Lieb’ nit werben.
17. Unüberwindlich opus 72/5 Hab’ ich tausendmal geschworen Dieser Flasche nicht zu trauen, Bin ich doch wie neugeboren, Läßt mein Schenke fern sie schauen.
Um Hilf’ ich ruf’, mein höchster Hort, Erhör mein sehnlich Klagen! Schaff mir, Herzlieb, dein’ Botschaft schier, Ich muß sonst vor Leid verzagen! Mein traurig’s Herz, Leid’t großen Schmerz, Wie soll ich’s überwinden? Ich sorg’, daß schier Der Tod mit mir Will ringen um das Leben, Tu mir dein Troste geben.
Alles ist an ihr zu loben, Glaskristall und Purpurwein; Wird der Propf herausgehoben, Sie ist leer und ich nicht mein. Hab’ ich tausendmal geschworen, Dieser Falschen nicht zu trauen, Und doch bin ich neugeboren, Läßt sie sich ins Auge schauen. Mag sie doch mit mir verfahren, Wie’s dem stärksten Mann geschah. Deine Scher’ in meinen Haaren, Allerliebste Delila!
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Textos de varias cancioens, CD 57 18. Murrays Ermordung opus 14/3 O Hochland und o Südland! Was ist auf euch geschehn! Erschlagen der edle Murray, Werd’ nie ihn wiedersehn.
O, Königin, wirst lange Sehn über Schlosses Wall, Eh’ du den schönen Murray Siehst reiten in dem Tal.
O, weh dir! Weh dir, Huntley, So untreu, falsch und kühn, Sollst ihn zurück uns bringen, Ermordet hast du ihn.
19. Verrat opus 105/5 Ich stand in einer lauen Nacht An einer grünen Linde, Der Mond schien hell, der Wind ging sacht, Der Gießbach floß geschwinde.
Ein schöner Ritter war er, In Wett- und Ringelauf; Allzeit war unsres Murray Die Krone obendrauf.
Die Linde stand vor Liebchens Haus, Die Türe hört’ ich knarren. Mein Schatz ließ sacht ein Mannsbild raus: »Laß morgen mich nicht harren;
Ein schöner Ritter war er Bei Waffenspiel und Ball; Es war der edle Murray Die Blume überall.
Laß mich nicht harren, süßer Mann, Wie hab’ ich dich so gerne! Ans Fenster klopfe leise an, Mein Schatz ist in der Ferne!«
Ein schöner Ritter war er In Tanz und Saitenspiel; Ach, daß der edle Murray Der Königin gefiel.
Laß ab vom Druck und Kuß, Feinslieb, Du Schöner im Sammetkleide, Nun spute dich, du feiner Dieb, Ein Mann harrt auf der Heide. 363
Textos de varias cancioens, CD 57 Der Mond scheint hell, der Rasen grün Ist gut zu unserm Begegnen, Du trägst ein Schwert und nickst so kühn, Dein’ Liebschaft will ich segnen! -
21. Versunken opus 86/5 Es brausen der Liebe Wogen Und schäumen mir um das Herz; Zwei tiefe Augen zogen Mich mächtig niederwärts.
Und als erschien der lichte Tag, Was fand er auf der Heide? Ein Toter in den Blumen lag Zu einer Falschen Leide.
Mich lockte der Nixen Gemunkel, Die wunderliebliche Mär, Als ob die Erde dunkel Und leuchtend die Tiefe wär’!
20. Nachtwandler opus 86/3 Störe nicht den leisen Schlummer Dess’, den lind ein Traum umfangen! Laß ihm seinen süßen Kummer! Ihm sein schmerzliches Verlangen!
Als würde die seligste Ferne Dort unten reizende Näh’, Als könnt’ ich des Himmels Sterne Dort greifen in blauer See. Nun brausen und schäumen die Wogen Und hüllen mich allwärts ein, Es schimmert in Regenbogen Die Welt von ferne herein.
Sorgen und Gefahren drohen, Aber keine wird ihm schrecken, Kommst du nicht, den Schlafesfrohen Durch ein hartes Wort zu wecken. Still in seinen Traum versunken, Geht er über Abgrundtiefen, wie vom Licht des Vollmonds trunken, Weh’ den Lippen, die ihn riefen! 364
Textos de varias cancioens, CD 57 22. An den Mond opus 71/2 Silbermond mit bleichen Strahlen Pflegst du Wald und Feld zu malen, Gibst den Bergen, gibst den Talen Der Empfindung Seufzer ein.
23. Willst du, daß ich geh’ opus 71/4 Auf der Heide weht der Wind Herzig Kind, herzig Kind Willst du, daß trotz Sturm und Graus In die Nacht ich muß hinaus Willst du, daß ich geh’?
Sei Vertrauter meiner Schmerzen, Segler in der Lüfte See: Sag’ ihr, die ich trag’ im Herzen, Wie mich tötet Liebesweh.
Auf der Heid’ zu Bergeshöh’ Treibt der Schnee, treibt der Schnee; Feget Straßen, Schlucht und Teich Mit den weißen Flügeln gleich. Willst du, daß ich geh’?
Sag’ ihr, über tausend Meilen Sehne sich mein Herz nach ihr. »Keine Ferne kann es heilen, Nur ein holder Blick von dir.«
Horch, wie klingt’s herauf vom See Wild und weh, wild und weh! An den Weiden sitzt die Fei Und mein Weg geht dort vorbei Willst du, daß ich geh’?
Sag’ ihr, daß zu Tod getroffen Diese Hülle bald zerfällt; Nur ein schmeichlerisches Hoffen Sei’s, das sie zusammenhält.
Wie ist’s hier in deinem Arm Traut und warm, traut und warm; Ach, wie oft hab’ ich gedacht: So bei dir nur eine Nacht Willst du, daß ich geh’? 365
Textos de varias cancioens, CD 57 24. Minnelied opus 71/5 Holder klingt der Vogelsang, Wenn die Engelreine, Die mein Jünglingsherz bezwang Wandelt durch die Haine.
Obgleich der Augen stolzes Licht Mir mißgönnt seinen Schein. Ich will, ich soll, ich soll, ich muß dich lieben, Dadurch wir beid’ uns nur betrüben, Weil mein Wunsch doch nicht gilt Und du nicht hören wilt.
Röter blühen Tal und Au, Grüner wird der Wasen, Wo die Finger meiner Frau Maienblumen lasen.
Wie manchen Tag, wie manche Nacht, Wie manche liebe Zeit Hab’ ich mit Klagen durchgebracht, Und du verlachst mein Leid! Du weißt, du hörst, du hörst, du siehst die Schmerzen, Und nimmst der’ keinen doch zu Herzen, So daß ich zweifle fast, Ob du ein Herze hast.
Ohne sie ist alles tot, Welk sind Blüt’ und Kräuter; Und kein Frühlingsabendrot Dünkt mir schön und heiter. Traute, minnigliche Frau, Wollest nimmer fliehen; Daß mein Herz, gleich dieser Au, Mög’ in Wonne blühen!
25. An die Stolze opus 105/1 Und gleichwohl kann ich anders nicht, Ich muß ihr günstig sein, 366
Textos de coros femeninos, WoO 19 + 36CD 58 CD 58 Coros femeninos, vol. 1
Acht deutsche Volkslieder WoO 36 2 1. Totenklage In stiller Nacht, zur ersten Wacht, ein Stimm’ begunnt zu klagen, der nächt’ge Wind hat süß und lind zu mir den Klang getragen. Von herbem Leid und Traurigkeit ist mir das Herz zerflossen, die Blümelein, mit Tränen rein hab’ ich sie all’ begossen.
1. Dein Herzlein mild WoO 19 Dein Herzlein mild, Du liebes Bild, Das ist noch nicht erglommen, Und drinnen ruht Verträumte Glut, Wird bald zu Tage kommen. Es hat die Nacht Ein’n Tau gebracht Den Knospen all im Walde, Und Morgens Drauf da blüht’s zuhauf Und duftet durch die Halde.
Der schöne Mond will untergahn, für Leid nicht mehr mag scheinen, die Sterne lan ihr Glitzen stahn, mit mir sie wollen weinen. Kein Vogelsang noch Freudenklang man höret in den Lüften, die wilden Tier’ trauern auch mit mir in Steinen und in Klüften.
Die Liebe sacht Hat über Nacht Dir Tau ins Herz gegossen, Und Morgens dann, Man sieht’ dir an, Das Knösplein ist erschlossen.
3. 2. Altes Lied So will ich frisch und fröhlich seyn, Ich hoff, mir solls gelingen, 367
Textos de coros femeninos, WoO 19 + 36CD 58 Zu Dienst der Allerliebsten mein, Will ich jetzt fröhlich singen; Mein Herz das ist in Freuden ganz, Wenn ich sie an thu blicken, Sie leuchtet als der Sonnenglanz, Möchte mit ihr tanzen einen Tanz, Mein Herz mit ihr verstricken.
Du riechest gar nach Erde, Sag, Lieber, bist du todt? Soll ich nach Erde nicht riechen, Da ich in dem Grab geruht? Weck Vater auf und Mutter, Weck deine Freunde all auf. Grün Kränzlein sollst du tragen Mit mir in den Himmel hinauf.
4. 3. Der tote Gast Es pochet ein Knabe sachte auf Feinsliebchens Fensterlein: Feinsliebchen sag, bist du darinnnen? Steh auf und laß mich ein!
5. 4. Ich hab die Nacht geträumet Ich hab die Nacht geträumet Wohl einen schweren Traum; Es wuchs in meinem Garten Ein Rosmarienbaum.
Ich kann mit dir wohl sprechen, Doch dich einlassen nicht; Ich bin mit Jemand versprochen, Einen Zweiten mag ich nicht!
Ein Kirchhof war der Garten, Ein Blumenbeet das Grab, Und von dem grünen Bäumen Fiel Kron’ und Blüte ab.
Mit dem, so du versprochen, Feinsliebchen, der bin ich; Reich mir dein Händlein weiße, Vielleicht erkennst du mich.
Die Blüten tät ich sammeln In einen goldenen Krug; Der fiel mir aus den Händen, Daß er in Stücken schlug. 368
Textos de coros femeninos, WoO 19 + 36CD 58 D’raus sah ich Perlen rinnen Und Tröpflein rosenrot; Was mag der Traum bedeuten? Ach Liebster, bist du tot?
7. 6. Es waren zwei Königskinder Es waren zwei Königskinder, Die hatten einander so lieb, Sie konnten beisammen nicht kommen, Das Wasser war viel zu tief.
6. 5. Altdeutsches Minnelied (identical to WoO 38/14) Mein Herzlein tut mir gar zu weh! Das macht, weil ich in Trauren steh’. Mein Herzlein tut mir weh, Gleich wenn ich dich anseh’, Ach soll’ ich dich verlassen, Das tu’ ich nimmermeh’.
Lieb Herze, kannst du nicht schwimmen? Lieb Herze so schwimm zu mir; Drei Kerzen will ich aufstecken, Und die sollen leuchten dir. Da saß eine falsche Nonne, Die thät, als wenn sie schlief, Sie thät die Kerzen auslöschen, Der Jüngling ertrank so tief.
Mein Herzlein tut mir gar zu weh! Das macht, weil ich in Sorgen geh’. Wenn ich im Garten steh’, Meine süße Blum’ nicht seh’, Um eine weiße Lil’je Tut mir mein Herz so weh.
Sie schwang sich um ihren Mantel, Und sprang wohl in die See. Ade! Mein Vater und Mutter, Ihr seht mich nun nicht meh’! Da hört man Glocken läuten, Da hört man Jammer und Noth; Da liegen zwei Königskinder, Die sind all beide todt. 369
Textos de coros femeninos, WoO 19 + 36CD 58 8. 7. Spannung Guten Abend, guten Abend, mein tausiger Schatz, Ich sag’ dir guten Abend; Komm’ du zu mir, ich komme zu dir, Du sollst mir Antwort geben, mein Engel!
Und gibt es so viele gottlosige Leut’, Die dir und mir nichts gönnen, So solltest du selber bewahren die Treu’ Und machen zu Schanden ihr Reden, mein Engel! Leb’ wohl, mein Schatz, ich hör’ es wohl, Du hast einen Anderen lieber, So will ich meiner Wege geh’n, Gott möge dich wohl behüten, mein Engel! Ach nein, ich hab’ kein’ Anderen lieb, Ich glaub’ nicht gottlosigen Leuten, Komm’ du zu mir, ich komme zu dir, Wir bleiben uns beide getreue, mein Engel!
Ich kommen zu dir, du kommen zu mir? Das wär’ mir gar keine Ehre; Du gehst von mir zu andern Jungfrauen, Das kann ich an dir wohl spüren, mein Engel! Ach nein, mein Schatz, glaub’ es nur nicht, Was falsche Zungen reden, Es geben so viele gottlosige Leut’, Die dir und mir nichts gönnen, mein Engel!
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Textos de coros femeninos, WoO 19 + 36CD 58 9. 8. Mit Lust tät ich ausreiten Mit Lust tät ich ausreiten Durch einen grünen Wald, Darin da hört’ ich singen, ja singen, Drei Vögelein wohlgestalt.
Er nahm sie bei den Händen, Bei ihrer schneeweißen Hand, Er führt’s des Walds ein Ende, ja Ende, Da er ein Bettlein fand. Da lagens beieinander Bis in die dritte Stund’. “Kehr’ dich, schön’s Lieb, herumb, herumb, Beut mir dein’n roten Mund!”
So sein es nit drei Vögelein, Es sein drei Fräulein fein. Soll mir das eine nicht werden, ja werden, Gilt es das Leben mein. Das erste, das heißet Ursulein, Das andre Bärbelein Das dritte hat keinen Namen, ja Namen, Das soll des Jägers sein.
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Texts WoO37, CD 58 16 deutsche Volkslieder WoO 37
Suche mein Bettlein mir Brüderlein, es wird fein unter’m Rasen sein.«
10. 1. Schwesterlein, Schwesterlein Schwesterlein, Schwesterlein, wann gehn wir nach Haus? »Morgen wenn die Hahnen krähn, Wolln wir nach Hause gehn, Brüderlein, Brüderlein, dann gehn wir nach Haus.«
11. 2. Ich hört ein Sichlein rauschen Ich hört ein Sichlein rauschen, Wohl rauschen durch das Korn, Ich hört ein Mägdlein klagen, Sie hätt’ ihr Lieb verlorn.
Schwesterlein, Schwesterlein, wann gehn wir nach Haus? »Morgen wenn der Tag anbricht, Eh endet die Freude nicht, Brüderlein, Brüderlein, der fröhliche Braus.«
Laß rauschen Lieb, laß rauschen, Ich acht nicht, wie es geht, Ich tät mein Lieb vertauschen In Veilchen und in Klee.
Schwesterlein, Schwesterlein, wohl ist es Zeit. »Mein Liebster tanzt mit mir, Geh ich, tanzt er mit ihr, Brüderlein, Brüderlein, laß du mich heut.«
Du hast ein Mägdlein oben In Veilchen und in Klee, So steh ich hier alleine, In meinem Herzensweh.
Schwesterlein, Schwesterlein, was bist du so blaß? »Das macht der Morgenschein Auf meinen Wängelein, Brüderlein, Brüderlein, die vom Taue naß.«
Ich hör’ ein Hirschlein rauschen Wohl rauschen durch den Wald, Ich hör’ mein Feinslieb klagen, Die Lieb’ verrauscht so bald.
Schwesterlein, Schwesterlein, du wankest so matt? »Suche die Kammertür, 372
Texts WoO37, CD 58 Laß rauschen, Lieb, laß rauschen, Ich weiß nicht, wie mir wird, Die Bächlein immer rauschen, Und keines sich verirrt.
Der Ritter kam wohl durch den Wald, Schön ist der Sommer; Mein Rößlein, was machst du so plötzlich Halt? Schön ist der Sommer!
In meines Vaters Garten, Da steh’n zwei Bäumelein. Der eine trägt Muskaten, Der andre Nägelein.
Was schimmert Rotes durchs grüne Gras? Schön ist der Sommer; Als ob es Rosen in ihrer Pracht? Schön ist der Sommer!
Muskaten die sind süße, Braunnägelein sind klar, Die schenk ich dir, Feinsliebchen, Zum seligen neuen Jahr.
Was blinket daneben wie lichtes Gold? Schön ist der Sommer; Es sind wohl Locken krausgekrollt; Schön ist der Sommer!
12. 3. Der Ritter und die Feine Es stunden drei Rosen auf einem Zweig, Schön ist der Sommer; Drauf sang eine Nachtigall anmutreich; Schön ist der Sommer!
Die Feine liegt da ohn’ Gewand Schön ist der Sommer; Wie sie der Himmel erschaffen hat. Schön ist der Sommer!
Und unter dem blühenden Rosenbaum, Schön ist der Sommer; Da lag eine Feine in tiefem Traum; Schön ist der Sommer! 373
Texts WoO37, CD 58 13. 4. Ich stand auf hohem Berge Ich stand auf hohem Berge, Sah nieder ins tiefe Tal, Ein Schifflein sah ich fahren, sah ich fahren, Darin drei Grafen war’n.
Ich weiß von keiner Liebe, Weiß auch von keinem Mann; Ins Kloster will ich ziehen, will ich ziehen, Will werden eine Nonn’. „Willst Du ins Kloster ziehen, Willst werden eine Nonn; So will ich nicht mehr ruhen, nicht mehr ruhen, Bis dass ich zu dir komm.“
Der jüngste von den Grafen, Der in dem Schifflein saß, Gab mir einmal zu trinken, mir zu trinken, Guten Wein aus einem Glas.
Und wie er kam vor’s Kloster, Ganz freundlich klopfte er an: „Gebet mir die jüngste Nonne, jüngste Nonne, Die erst ist kommen an.“
Was zog er ab vom Finger? Ein güldnes Ringelein, Sie da, du Hübsche und Feine, Hübsche und Feine, Das soll dein eigen sein.
Es ist keine angekommen, Es kommt auch keine hinaus! „So will ich das Koster anzünden, anzünden, Das schöne Nonnenhaus!“
Was soll ich mit dem Ringe? Bin gar ein junges Blut: Dazu ein armes Mädchen, armes Mädchen, Hab weder Geld noch Gut.
Da kam sie hergeschritten, Schneeweiß war sie bekleid’t; Ihr Haar war abgeschnitten, abgeschnitten, Zur Nonne war sie bereit.
„Bist du ein armes Mädchen, Hast weder Geld noch Gut; So denk an unsere Liebe, uns’re Liebe, Die zwischen uns Beiden ruht!“ 374
Texts WoO37, CD 58 Sie hieß den Herrn willkommen: „Willkommen aus fremdem Land! Wer hat euch heißen kommen, heißen kommen, Wer hat euch hergesandt?“
Sie weinet rot die Äugelein: O weh, was ich getan! Ich will nach Haus und Buße tun, Der Sünden Straf empfahn.
Sie gab dem Herrn zu trinken Aus einem Becherlein. In zweimal dreizehn Stunden, dreizehn Stunden, Schlugs ihm sein Herz entzwei.
Sie bettelte sich durch das Land, Almosen sie da nahm, Bis sie zum Rheine in den Wald, Wohl vor das Kloster kam. Sie pochet an das Klostertor, Das Tor wird aufgetan; Sie geht wohl vor die Äbtin stehn Und fängt zu weinen an.
14. 5. Gunhilde Gunhilde lebt’ gar stille und fromm In ihrem Klosterbann, Bis sie ihr Beichtiger entführt, Bis sie mit ihm entrann.
Hier nehmet das verlorne Kind, O Mutter, das entrann, Und laßt es harte Buße tun In schwerem Kirchenbann.
Er zog mit ihr wohl durch die Welt, Sie lebten in Saus und Braus; Der Mönch verübte Spiel und Trug, Ging endlich auf den Raub.
Gunhilde, sprich, was willst du hier? Laß solche Rede sein, Hast ja gesessen im Gebet, In deinem Kämmerlein.
Gunhilde ach, du armes Weib, Gunhild, was fängst du an? Sie steht allein im fremden Land, Am Galgen hängt ihr Mann. 375
Texts WoO37, CD 58 Gunhilde, du mein heilig Kind, Was klagest du dich an? Willst du hier Kirchenbuße tun, Was fang ich Ärmste an?
Du geigtest so frisch, hab’ nun deinen Lohn!” Sie griff ihm behend’ unter’s Wams sofort, Und nahm ihm den Höcker vom Rücken fort: “So gehe nun hin, mein schlanker Gesell, Dich nimmt nun jedwede Jungfrau zur Stell’.”
Sie führten sie ins Kämmerlein, Ob sie’s gleich nicht verstand; Der Engel, der ihr Stell’ vertrat, Alsbald vor ihr verschwand.
16. 7. Die Versuchung Feinsliebchen, du sollst mir nicht barfuß gehn, Du zertrittst dir die zarten Füßlein schön.
15. 6. Der bucklichte Fiedler Es wohnet ein Fiedler zu Frankfurt am Main, Der kehret von lustiger Zeche heim; Und er trat auf den Markt, was schaut er dort? Der schönen Frauen schmausten gar viel’ an dem Ort.
Wie sollt’ ich denn nicht barfuß gehn, Hab keine Schuhe ja anzuziehn. Feinsliebchen willst du mein eigen sein, So kaufe ich dir ein Paar Schühlein fein.
“Du bucklichter Fiedler, nun fiedle uns auf, Wir wollen dir zahlen des Lohnes vollauf! Einen feinen Tanz, behende gegeigt, Walpurgis Nacht wir heuer gefeir’t!”
Wie könnte ich euer eigen sein. Ich bin ein armes Mägdelein. Und bist du arm, so nehm ich dich doch. Du hast ja die Ehr und die Treue noch.
Der Geiger strich einen fröhlichen Tanz, Die Frauen tanzten den Rosenkranz, Und die erste sprach: “Mein lieber Sohn,
Die Ehr und Treu mir Keiner nahm, 376
Texts WoO37, CD 58 Ich bin wie ich von der Mutter kam.
Die Zeit hat Freuden bracht, Die Blümlein mancherleien, Ein jegliches nach sein’r G’stalt, Das sind die roten Röselein, Der Feyl, der grüne Klee; Von herzer Liebe scheiden Das tut weh.
Und Ehr und Treu ist besser wie Geld. Ich nehm mir ein Weib, das mir gefällt. Was zog er aus seiner Tasche fein? Von lauter Gold ein Ringelein!
Der Vögelein Gesange, Die Zeit hat Freuden bracht, Ihr Lieb tät mich bezwingen, Freundlich sie zu mir sprach: Sollt, schönes Lieb, ich fragen dich, Wollst fein berichten mich. Gnad mir, schöne Frauen, So sprach ich.
17. 8. Altes Minnelied Ich fahr dahin, wenn es muß sein, Ich scheid’ mich von der Liebsten mein, Zuletzt laß ich ihr’s Herze mein, Dieweil ich leb’, so soll es sein. Ich fahr dahin, ich fahr dahin! Halt die Treu’ als stät als ich! Wie du willst, so findest du mich. Halt dich in Hut, das bitt ich dich! Gesegne dich Gott! Ich fahr dahin! Ich fahr dahin, ich fahr dahin!
Nach manchem Seufzer schwere, Komm ich wohl wieder dar, Nach Jammer und nach Leide Seh ich dein Äuglein klar. Ich bitt dich, Auserwählte mein, Laß dir befohlen sein Das treue, junge Herze, Das Herze mein.
18. 9. Die Wollust in den Maien Die Wollust in den Maien, 377
Texts WoO37, CD 58 19. 10. Trennung Da unten im Tale Läuft’s Wasser so trüb, Und i kann dir’s net sagen, I hab’ di so lieb.
20. 11. Der Jäger Bei nächtlicher Weil, an eines Waldes Born, Tat ein Jäger gar trauriglich stehen, An der Hüfte hängt stumm sein güldenes Horn, Wild im Winde die Haare ihm wehen, ja wehen.
Sprichst allweil von Liebe, Sprichst allweil von Treu’, Und a bißele Falschheit Is auch wohl dabei.
Die du dich im Träumen gezeiget mir, Traute Nixe, schaff Ruh in meiner Seelen, Du meines Lebens alleinige Zier, Was willst du mich ewiglich quälen, ja quälen?
Und wenn i dir’s zehnmal sag, Daß i di lieb und mag, Und du willst nit versteh’n, Muß i halt weiter geh’n.
So klagt er, und rauschend tönt’s hervor Aus des Quelles tief untersten Gründen. Wie ein Menschenlaut zu des Jägers Ohr: Komm herein, so tust Ruhe du finden, ja finden.
Für die Zeit, wo du gliebt mi hast, Dank i dir schön, Und i wünsch, daß dir’s anderswo Besser mag gehn.
Da stürzet der Jäger sich stracks hinein In die Tiefe, bald ist er verschwunden, Dort unten empfaht ihn das Liebchen fein, Seine Ruhe hat er endlich gefunden, ja funden.
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Texts WoO37, CD 58 21. 12. Scheiden Ach Gott, wie weh tut Scheiden, Hat mir mein Herz verwundt, So trab ich über die Heiden Und traure zu aller Stund. Der Stunden, der sind so viel, so viel, Mein Herz trägt heimlich Leiden, Wiewohl ich so fröhlich bin.
Mich dünkt in all mein Sinne Und wenn ich bei ihr bin Sie sei ein Kaiserinne Kein lieber ich nimmer gewinn. Hat mir mein junges Herz erfreut Wenn ich an sie gedenke, Verschwunden ist mir mein Leid. Sollt ich mich meins Buhln erwehren Als doch so mancher tut, Sollt führen ein fröhliches Leben, Dazu einen leichten Mut? So mag es wieder nit geseg’n; Gesegne dich Gott von Herzen, Es muß geschieden sein.
Hat mir ein Gärtlein bauet, Von Veil und grünem Klee, Ist mir zu früh erfroren, Tut meinem Herzen weh. Ist mir erfror’n bei Sonnenschein, Ein Kraut je länger, je lieber, Ein Blümlein Vergißnichtmein. Das Blümlein, das ich meine, Das ist von edler Art, Ist aller Jugend reine, Ihr Mündlein, das ist zart, Ihr Äuglein, die sind hübsch und fein Wenn ich an sie gedenke, So wollt ich gern bei ihr sein! 379
Texts WoO37, CD 58 22. 13. Zu Straßburg auf der Schanz Zu Straßburg auf der Schanz, Da ging mein Trauren an; Das Alphorn hört’ ich drüben wohl anstimmen, Da mußt ich hinüberschwimmen, Das ging ja nicht an.
23. 14. Wach auf, mein Hort Wach auf, mein Hort, Vernimm mein Wort, Merk auf, was ich dir sage: Mein Herz das wüt’t Nach deiner Güt Laß mich, Frau nicht verzagen, Ich setz zu dir All mein Begier, Das glaub du mir, Laß mich der Treu genießen.
Ein Stund in der Nacht Sie haben mich gebracht; Sie führten mich gleich vor des Hauptmanns Haus, Ach Gott, sie fischten mich im Strome auf, Mit mir ist’s aus.
Dein stolzen Leib Du mir verschreib, Und schleuß mir auf dein Herze, Schleuß mich darein, Herzliebste mein, Wend mir mein großen Schmerzen, Und den ich trag Tag unde Nacht Zu dir allein, Werd mir freundlich zu Willen.
Frühmorgens um zehn Uhr Stellt man mich vor das Regiment; Ich soll da bitten um Pardon, Und ich bekomm doch meinen Lohn, Das weiß ich schon. Ihr Brüder allzumal, Heut’ seht ihr mich zum letztenmal; Der Hirtenbub ist nur schuld daran, Das Alphorn hat mir solches angetan, Das klag ich an.
Ach, junger Knab, Dein Bitt laß ab, 380
Texts WoO37, CD 58 Du bist mir viel zu wilde Und wenn ich tät Nach deiner Bitt, Ich fürcht, Es blieb nicht stille. Ich dank dir fast, Mein werter Gast, Der Treue dein, Die du mir gönnst von Herzen.
Und zieh davon, Daß er nicht komm in Sorgen. Nimm Urlaub von Dem schönen Weib, Denn es ist Zeit, Es scheint der helle Morgen. Von dann er sich schwang Hub an und sang Wie es ihm wär ergangen Mit einem Weib, Ihr stolzer Leib Hätt ihn mit Lieb umfangen. Hätt ihn verpflicht, Hub an und dicht’t Ein Tageweis Von einer schönen Frauen.
Da lagn die Zwei, Ohn Sorgen frei, Die lange Nacht in Freuden, Bis über sie schien Der Tag herein, Noch soll mein Treu nicht leiden, Noch für und für Lieg ich an dir, Das trau du mir, Laß mich der Lieb genießen. Der Wächter an Der Zinnen stand: Liegt Jemand hier verborgen, Der mach sich auf 381
Texts WoO37, CD 58 24. 15. Der Ritter Es ritt ein Ritter wohl durch das Ried, Er fing es an ein neues Lied, Gar schöne tät er singen, Daß Berg und Tal erklingen.
25. 16. Ständchen Wach auf, mein Herzensschöne, Herzallerliebste mein, Ich hör ein süß Getöne Von kleinen Waldvöglein, Die hör ich so lieblich singen, Ich meint’, es woll des Tages Schein Vom Orient her dringen.
Das hört des Königs sein Töchterlein, In ihres Vaters Lustkämmerlein, Sie flocht ihr Haar in Seiden, Mit dem Ritter wollt sie reiten.
Ich hör die Hahnen krähen, Und spür den Tag dabei, Die kühlen Windlein wehen, Die Sternlein leuchten frei. Singt uns Frau Nachtigalle, Singt uns ein süße Melodei, Sie neut den Tag mit Schalle.
Und da sie in den Wald raus kam’n, Viel heiße Träne sie fallenließ. Er schaut ihr wohl unter die Augen, Warum weinet ihr, schöne Jungfraue? Warum sollt ich nicht weinen, Ich bin ja des Königs sein Töchterlein; Hätt ich meinem Vater gefolget, Frau Kaiserin wär ich worden.
Der Himmel tut sich färben, Aus weißer Farb’ in blau, Die Wolken tun sich färben, Aus schwarzer Farb’ in grau; Die Morgenröt tut entweichen, Wach auf, mein Lieb, und mach mich frei, Der Tag will uns verschleichen.
Er nahm sein Rößlein wohl bei dem Zaum Und band es an einen Weidenbaum, Hier steh mein Rößlein und trinke, Mein jungfrische Herze muß sinken. 382
Texts WoO37, CD 58 Du hast mein Herz umfangen In treu inbrünstger Lieb, Ich bin so oft gegangen Feinslieb nach deiner Zier, Ob ich dich möcht ersehen, So würd erfreut das Herz in mir, Die Wahrheit muß ich g’stehen. Selig ist Tag und Stunde, Darin du bist gebor’n, Gott grüßt mir dein roten Munde, Den ich mir hab erkor’n; Kann mir kein Liebre werden, Schau, daß mein Lieb nicht sei verlor’n, Du bist mein Trost auf Erden.
383
Textoss WoO 38 1-20, CD 59 CD 59 Coros Femeninos, vol. 2
Spann, spann, spann, Spann nur bald an!
20 Deutsche Volkslieder WoO 38
Wo, wo, wo, Wo willst du hin? Ich will nach Sachsen hin, Wo die schöne Mädchen sind! Wo, wo, wo, Wo willst du hin? Ich will nach Hannover hin, Wo die Junggesellen sind. Da, da ,da, Da will ich hin!
1. Die Entführung Auf, auf, auf! Schätzelein, mach auf! Tu mir auf und laß mich ein, Ich will bei meinem Schätzchen sein! Still, stille, still, Rede nit zu viel! Meine Mutter schläft allhier Und der Hund liegt vor der Tür. Still, stille, still, Rede nit zu viel!
Hier, hier, hier, Hier halte still! Hier ist gut Bier und Wein, Hier wollen wir lustig sein! Kost, kost, kost, Kost, was es will! Kost mirs mein schönes Geld, Schatz, wenn es dir gefällt. Kost, kost, kost, was es nur will!
Wer, wer, wer, Wer ist denn der? Ists ein Schelm oder Dieb, Der mir mein Mädchen liebt? Spann, spann, spann, Spann nur bald an! Spann mir sechs Rösslein ein, Ich will der Fuhrmann sein. 384
Textoss WoO 38 1-20, CD 59 2. Gang zur Liebsten Des Abends kann ich nicht schlafen gehn, Zu meiner Herzliebsten muß ich gehn, Zu meiner Herzliebsten muß ich gehn, Und sollt’ ich an der Tür bleiben stehn, Ganz heimelig!
3. Schifferlied Dort in den Weiden steht ein Haus, Da schaut die Magd zum Fenster ‘naus! Sie schaut stromauf, sie schaut stromab: Ist noch nicht da mein Herzensknab’? Der schönste Bursch am ganzen Rhein, Den nenn’ ich mein!
»Wer ist denn da? Wer klopfet an, Der mich so leis aufwecken kann?« Das ist der Herzallerliebste dein, Steh auf, mein Schatz, und laß mich ein, Ganz heimelig!
Des Morgens fährt er auf dem Fluß, Und singt herüber seinen Gruß, Des Abends, wenn’s Glühwürmchen fliegt, Sein Nachen an das Ufer wiegt, Da kann ich mit dem Burschen mein Beisammen sein!
Wenn alle Sterne Schreiber gut, Und alle Wolken Papier dazu, So sollten sie schreiben der Lieben mein, Sie brächten die Lieb’ in den Brief nicht ein, Ganz heimelig!
Die Nachtigall im Fliederstrauch, Was sie da singt, versteh’ ich auch; Sie saget: übers Jahr ist Fest, Hab’ ich, mein Lieber, auch ein Nest, Wo ich dann mit dem Burschen mein Die Froh’st’ am Rhein!
Ach, hätt’ ich Federn wie ein Hahn Und könnt’ ich schwimmen wie ein Schwan, So wollt’ ich schwimmen wohl über den Rhein, Hin zu der Herzallerliebsten mein, Ganz heimelig! 385
Textoss WoO 38 1-20, CD 59 4. Erlaube mir, feins Mädchen Erlaube mir, feins Mädchen, In den Garten zu gehn, Daß ich dort mag schauen, Wie die Rosen so schön. Erlaube sie zu brechen, Es ist die höchste Zeit; Ihr Schönheit, Ihr Jugend hat mir mein Herz erfreut.
Bald wird er drein schneiden, Wir müssen nur leiden. Hüt dich schönes Blümelein! Was heut noch grün und frisch da steht, Wird morgen schon hinweggemäht: Die edlen Narzissen, Die Zierden der Wiesen, Die schön’ Hyazinthen, Die türkischen Binden. Hüt dich schönes Blümelein!
O Mädchen, o Mädchen, Du einsames Kind, Wer hat den Gedanken Ins Herz dir gezinnt, Daß ich soll den Garten, Die Rosen nicht sehn? Du gefällst meinen Augen, Das muß ich gestehn.
Viel hundert tausend ungezählt, Das nur unter die Sichel fällt, Ihr Rosen, ihr Lilien, Euch wird er austilgen, Auch die Kaiserkronen, Wird er nicht verschonen. Hüt dich schönes Blümelein!
5. Schnitter Tod Es ist ein Schnitter, der heißt Tod, Hat Gewalt vom höchsten Gott, Heut wetzt er das Messer, Es schneid’t schon viel besser,
Das himmelfarbne Ehrenpreis, Die Tulipanen gelb und weiß, Die silbernen Glocken, Die goldenen Flocken, Sinkt alles zur Erden, 386
Textoss WoO 38 1-20, CD 59 Was wird daraus werden? Hüt dich schönes Blümelein!
6. Die Bernauerin Es ritten drei Reuter zu München hinaus, Sie ritten wohl vor der Bernaurin ihr Haus, Bernaurin, bist du drinnen? Ja drinnen?
Ihr hübsch Lavendel, Roßmarein, Ihr vielfarbige Röselein. Ihr stolze Schwertlilgen, Ihr krause Basiljen, Ihr zarte Violen, Man wird euch bald holen. Hüt dich schönes Blümelein!
Bist du darinnen, so tritt du heraus, Der Herzog ist draußen vor ihrem Haus, Mit allem seinem Hofgesinde, ja Gesinde. Sobald die Bernaurin vors Tor hinaus kam, Drei Herren gleich die Bernaurin vernahm: Bernaurin, was willst Du machen, ja machen?
Trotz! Tod, komm her, ich fürcht dich nicht, Trotz, eil daher in ein’m Schritt. Werd ich nur verletzet, So werd ich versetzet In den himmlischen Garten, Auf den all wir warten. Freu’ dich, du schönes Blümelein.
Ei, willst du lassen den Herzog entwegn, Oder willst du lassen dein jungfrisches Lebn Ertrinken im Donauwasser? Ja Wasser? Und als ich nicht will meinen Herzog entwegn, So will ich lassen mein jungfrisches Lebn Ertrinken im Donauwasser, ja Wasser.
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Textoss WoO 38 1-20, CD 59 7. Der eifersüchtige Knabe Es stehen drei Sterne am Himmel, Die geben der Lieb ihren Schein. Gott grüß euch, schönes Jungfräulein, Jungfräulein, wo bind ich mein Rösselein hin.
Was zog er ihr aber vom Finger, Ein rotes Goldringelein, Er warfs in fließend Wasser, Es gab einen klaren Schein! Schwimme hin, schwimme hin, Goldringelein, Bis an die tiefe See! Mein Feinslieb ist mir gestorben, Jetzt hab ich kein Feinslieb mehr.
Nimm du es, dein Rößlein, beim Zügel, beim Zaum, Binds an den Feigenbaum. Setz dich eine kleine Weil nieder, Mach mir eine kleine Kurzweil.
So geht’s, wen ein Mädel zwei Knaben lieb hat, Tut wunderselten gut. Das haben wir beid erfahren, Was falsche Liebe tut.
Ich kann und mag nicht sitzen, Mag auch nicht lustig sein. Mein Herz ist mir betrübet, Feinslieb von wegen dein. Was zog er aus seiner Tasche, ein Messer, war scharf und spitz. Er stachs seiner Lieben durchs Herze, daß’s rote Blut gegen ihn spritzt.
8. Der Baum im Odenwald Es steht ein Baum im Odenwald, Der trägt viel grüne Äst, Da bin ich wohl viel tausendmal Mit meinem Schatz gewest!
Und da er es wieder heraußer zog, Von Blut war es so rot. Ach reicher Gott vom Himmel, Wie bitter wird mir der Tod.
Da sitzt ein kleiner Vogel drauf, Der pfeift gar wunderschön, Ich und mein Feinslieb horchen auf, 388
Textoss WoO 38 1-20, CD 59 Wenn wir mit’nander gehn.
9. Des Markgrafen Töchterlein Es war ein Markgraf übern Rhein, Der hatt drei schöne Töchterlein. Zwei Töchter früh heiraten weg, Die dritt hat ihn ins Grab gelegt; Dann ging sie sing’n vor Schwesters Tür: Ach braucht ihr keine Dienstmagd hier?
Der Vogel sitzt in seiner Ruh Wohl auf dem höchsten Zweig, Und schauen wir dem Vogel zu, So pfeift er alsogleich. Der Vogel sitzt in seinem Nest Wohl auf dem grünen Baum, Ach, Schatz, bin ich bei dir gewest Oder ist es nur ein Traum?
„Ei Mädchen, du bist viel zu klein, Du gehst gern mit den Herrelein.“ Ach nein, ach nein, das tu ich nicht, Ich will erfüllen meine Pflicht. Sie dingt das Mägdlein auf ein Jahr, Das Mägdlein dient ihr sieben Jahr.
Und als ich wieder kam zu ihr, Verdorret war der Baum, Ein andrer Liebster stand bei ihr, ja wohl, es war ein Traum!
Und als die sieben Jahr warn um, Da ward das Mägdlein schwach und krank. „Sag, Mägdlein, wenn du krank sollst sein, Wer, wer, wer sind die Eltern dein?“ „Mein Vater war Markgraf am Rhein, Ich bin sein jüngstes Töchterlein.“
Der Baum, der steht im Odenwald, Und ich bin in der Schweiz; Da liegt der Schnee so kalt, so kalt, Das Herz es mir zerreißt!
„Ach nein, ach nein, das glaub ich nicht, Daß du mein jüngste Schwester bist.“ „Und wenn du mir nicht glauben willst, 389
Textoss WoO 38 1-20, CD 59 So geh an meine Kiste her, Darin tut es geschrieben stehn, Da kannst du’s mit deinen Augen sehn.“
Die Mutter tät ihr rufen, Die Tochter nahm ein’ Sprung, Sie sprang wohl in die Straßen, Wo Herrn und Schreiber saßen, dem Schreiber sprang sie zu.
Und als sie an die Kiste kam, Da rannen ihr die Tränen ab; „Ach, bringt mir Weck, ach bringt mir Wein, das ist mein jüngstes Schwesterlein!“ „Ich will kein Weck, ich will kein Wein, Will nur ein kleines Särgelein!“
“Ach, Schreiber, liebster Schreiber, Schreib meiner Mutter ein’ Brief. Schreib mich und dich zusammen, Zusammen in Gottes Namen, Daß in ein Christin bin.”
10. Die stolze Jüdin Es war eine stolze Jüdin, Ein wunderschönes Weib, Die hatt eine schöne Tochter, Ihr Haar war schön geflochten, Zum Tanz war sie bereit.
Ach hübsch und feine Jüdin, Das kann fürwahr nicht sein. Du musst dich lassen taufen, Marianchen sollst du heißen, Herzallerliebste mein!
“Ach, Tochter, liebste Tochter, Das kann fürwahr nicht sein. Es wär ja eine Schande Im ganzen jüdschen Lande, Wenn du zum Tanz wollst gehn.” 390
Textoss WoO 38 1-20, CD 59 11. Der Zimmergesell Es war einmal ein Zimmergesell, War gar ein jung frisch Blut, Er baut dem jungen Markgraf ein Haus; Zweifle nicht, mein Schatz, mein Kind, Er baut dem jungen Markgraf ein Haus Sechshundert Laden hinaus.
12. Liebeslied Gar lieblich hat sich gesellet Mein Herz in kurzer Frist, Zu einer, die mir gefället, Gott weiß wohl, wer sie ist; Sie liebet mich ganz inniglich, Die Allerschönste mein, Mit Treuen ich sie mein.
Und als das Haus gebauet war, Legt er sich nieder und schlief, Da kam des jungen Markgrafen Weib, Zweifle nicht, mein Schatz, mein Kind, Da kam des jungen Markgrafen Weib, Zum zweiten und dritten und rief:
Wohl für des Maien Blüte Hab ich mir sie erkorn, Sie erfreut mir mein Gemüte Mein’n Dienst hab ich ihr g’schworn, Den will ich halten stetiglich, Sein ganz ihr untertan, Dieweil ichs Leben han.
“Steh auf, steh auf, du Zimmergesell, Denn es ist an der Stund’, Hast du so wohl gebauet das Haus, Zweifle nicht, mein Schatz, mein Kind, Hast du so wohl gebauet das Haus, So küß mir meinen Mund.”
Ich vergleiche einem Engel, Die Herzallerliebste mein, Ihr Härlein kraus als ein Sprengel, Ihr Mündlein rot als ein Rubein, Zwei blanke Ärmelein, die sind weiß, Dazu ein roter Mund, Der lacht zu aller Stund. 391
Textoss WoO 38 1-20, CD 59 Mit Venus-Pfeiln ist durchschossen Das junge Herze mein; Schönes Lieb, hab kein Verdrießen, Setz deinen Willen darein. Gesegne dich Gott, mein schönes Lieb, Ich soll und muß von dir, Du siehst mich wieder schier.
Gleich wenn ich dich anseh’; Ach soll’ ich dich verlassen, Das tu’ ich nimmermeh’. Mein Herzlein tut mir gar zu weh! Das macht, weil ich in Sorgen geh’. Wenn ich im Garten steh’, Meine süße Blum’ nicht seh’, Um eine weiße Lilie Tut mir mein Herz so weh.
13. Heimliche Liebe Kein Feuer, keine Kohle kann brennen so heiß Als heimliche Liebe, von der niemand nichts weiß.
15. Dauernde Liebe Mein Schatz, ich hab es erfahren, Daß du willst scheiden von mir; Tu mir die Ursach sagen, Was ich getan hab dir?
Keine Rose, keine Nelke kann blühen so schön, Als wenn zwei verliebte Seelen so beieinander stehn. Setze du mir einen Spiegel ins Herze hinein, Damit du kannst sehen, wie so treu ich es mein!
Kann dir kein Ursach sagen, weiß weder Zeit noch Stund; komm ich in fremde Lande, gar bald vergeß ich dein!
14. Altes Liebeslied (identical to mit WoO 36/ 5) Mein Herzlein tut mir gar zu weh! Das macht, weil ich in Trauren steh’. Mein Herzlein tut mir weh,
Und als er kam in die Fremde, dacht er noch etliche Mal: 392
Textoss WoO 38 1-20, CD 59 „Muß wied’r einmal nach Hause, Muß halten mein ehrliches Wort!“
Als ich mit meinem Schatz in die Kirche wollt gehn, Viel falsch, falsche Zungen unter der Türe stehn. Die eine redt dies, die andere redt das, das macht mir gar oft die Äuglein naß.
Und als er wieder nach Hause kam, Feinsliebchen stand vor der Tür: „Gott grüße dich, mein Schätzchen, Sehn wir einander hier?“
Die Disteln und die Dornen, die stechen allzu sehr, Die falschen, falschen Zungen aber noch mehr. Kein Feuer auf Erden auch brennet so heiß, Als heimliche Liebe, die niemand nicht weiß.
Was tat er ihr bald schenken? Ein schön Goldringelein. Was schenket sie ihm bald wieder? Ein schön Goldkränzelein.
Ach Herzliebster Schatz, ich bitte noch eins, Du wollest auch bei meiner Begräbnis sein. Bei meiner Begräbnis ins kühle Grab, dieweil ich dich so treulich geliebet hab.
Womit war es gebunden? Mit lauter Liebesband. Wohl mit Jelängerjelieber, von Gottes Vaterhand.
17. Morgen muß ich fort von hier Morgen muß ich fort von hier Und muß Abschied nehmen. O du allerhöchste Zier; Scheiden das bringt Grämen. Da ich dich so treu geliebt Über alle Maßen, Muss ich dich verlassen!
16. Während der Trennung Mein Schatz ist auf die Wanderschaft hin, ich weiß aber nicht, was ich so traurig bin. Vielleicht ist er tot und liegt in guter Ruh, Drum bring ich meine Zeit so traurig zu. 393
Textoss WoO 38 1-20, CD 59 Wenn zwei gute Freunde sind, Die einander kennen, Sonn und Mond bewegen sich, Ehe sie sich trennen. Wieviel größer ist der Schmerz, Wenn ein treu verliebtes Herz In die Fremde ziehet!
Ich will indessen, Mein Engel und mein Kind, Dein nicht vergessen, Du liegst mir in dem Sinn. Die Zeit wird’s fügen, Dass mein Vergnügen Nach überstand’ner Pein Wird desto größer sein.
Küsset dir ein Lüftelein Wange oder Hände, Denke, daß es Seufzer sein, Die ich zu dir sende, Tausend schick’ ich täglich aus, Die da wehen um dein Haus, Weil ich dein gedenke!
Weht, weht, ihr Winde, Und bringt mir einen Gruß Von meinem schönsten Kinde, Darum ich trauern muß. Küßt ihr die Wangen, Sagt mein Verlangen, Bringt ihr die Botschaft mein: Ich leb’ und sterbe dein.
18. Scheiden Sind wir geschieden, Und ich muß leben ohne dich, Gib dich zufrieden, Du bist mein einz’ges Licht. Bleib’ mir beständig, Treu, unabwendig: Mein letzter Tropfen Blut Sei dir, mein Engel, gut.
Flieht, flieht, ihr Lerchen, Über Berg und über Tal, Grüßt meine Schönste, Viel hunderttausendmal. Flieht in den Garten, Tut meiner warten; Allwo die Treue blüht, Ich leb und sterb vergnügt. 394
Textoss WoO 38 1-20, CD 59 19. Vor dem Fenster Soll sich der Mond nicht heller scheinen, Soll sich die Sonn’ nicht früh aufgehn, So will ich diese Nacht gehn freien, Wie ich zuvor auch hab’ getan.”
20. Ständchen Verstohlen geht der Mond auf, Blau, blau Blümelein! Durch Silberwölkchen führt sein Lauf; Rosen im Tal, Mädel im Saal, o schönste Rosa!
Als er wohl auf die Gasse kommen, Da fing er an ein Lied und sang, Er sang aus schöner, aus heller Stimme, Daß sein Herzlieb zum Bett aussprang.
Er steigt die blaue Luft hindurch, Blau, blau Blümelein! Bis daß er scheint auf Löwenburg; Rosen im Tal, Mädel im Saal, o schönste Rosa!
“Steh still, steh still, mein feines Liebchen, Steh still, steh still und rühr dich nicht, Sonst weckst du mir auf die Mutter, Das ist uns gar nicht wohlgetan.”
O schaue Mond durchs Fensterlein, Blau, blau Blümelein! Schön Trude lockt mit deinem Schein; Rosen im Tal, Mädel im Saal, o schönste Rosa!
Da standen die zwei beieinander Mit ihren zarten Mündelein, Der Wächter blies wohl in sein Hörnlein, Ade, es muß geschieden sein.
Und siehst du mich und siehst du sie, Blau, blau Blümelein! Zwei treu’re Herzen sahst du nie; Rosen im Tal, Mädel im Saal, o schönste Rosa!
Ach Scheiden, Scheiden über Scheiden, Tut meinem jungen Herzen weh, Daß ich mein schön Herzlieb muß meiden, Auf das vergeß’ ich nimmermeh’. 395
Organ Music, CD 60 CD 60 Organ Music Brahms’ music for organ On the face of it, there was no particular reason why Brahms should write organ music: his musical upbringing had centred on theatre music and the violin, his subsequent experience on orchestra and chamber music. Yet even as a child he had frequented the city library in Hamburg to study scores of the great contrapuntal periods, and a fascination with contrapuntal procedures runs like a thread through his output, sometimes stealthily, sometimes overtly as in the Handel fugue for piano from opus 24. Throughout his life Brahms continually widened his knowledge of Baroque music, coming to be familiar with Schütz, Scheidt, Pachelbel as well as with Bach and Handel: and eventually he became on of the editorial committee of Denkmäler Deutscher Tonkuns (DDT)t, thereby setting the seal on a lifelong interest. It was therefore not altogether surprising that he should have written for the organ, although even by the middle of the nineteenth century the instrument itself – a victim of affluence – was succumbing to the attentions of ‘improvers’ and to those Romantic organ building trends which stripped it of its intrinsic suitability for contrapuntal music. Brahms’ organ output falls into two distinct groups, one dating from his twenties, the other from just before his death. The youthful group - the A flat minor Fugue, the Prelude and Fugue on ‘O Traurigkeit’, and the two Preludes and Fugues in A minor and G minor – were all composed in 1856-7, though they waited some years for publication and sometimes even longer for performance, Brahms not being an organist himself. The earnest, virile two Preludes and Fugues show the strongest influence of Bach’s fugal procedures, whilst the A flat minor Fugue, a withdrawn highlycharged work, is much more indebted to harmonic textures and the warmth of 19th-century organ tone. The later group, the Eleven Chorale Preludes Opus 122 show Brahms looking back, almost in a spirit of detachment, over the accumulated musical experience of a lifetime. In the Preludes, romantic Feeling and an awareness of contrapuntal procedures going back as far as Scheidt (whose Tabulantura Nova of 1624 had appeared as volume I of DDT in 1894) are sublimated into a masterly unity. 396
Brahms’ creative genius was such that neither of these groups can be accused of pastiche: but the later works have the stronger, indeed unique, character, and are the products of such a special emotional and spiritual state that some comment is called for. Consciously or unconsciously, Brahms was setting the seal of finality on his output, and the opus 122 Preludes, together with the Four Serious Songs written earlier in 1896, are full of the awareness of mortality. Just as the Four Serious Songs are meditation on the human condition and the finality of death, so do the texts of at least six of the Chorale Preludes deal with death or its approach. Brahms’ attitude to death was complex and doubting, unlike the simple yearning for death at the gate of eternal life so eloquently expressed in some of Bach’s cantatas. Longing for peace, he yet lacked the simple Christian Faith which could have fortified his vulnerable inner self. ‘Who knoweth’ he asks in the Serious Songs ‘whether the soul of man shall travel upward?’ Brahms’ friend Herzogenberg had publicly taken him to task for the attitude displayed in the Serious Songs, calling it ‘not only undogmatic, but unbelieving’. This is no way disconcerted Brahms: he wrote to Herzogenberg in July 1896 saying wryly ‘I shall shortly be sending you some little things which you can (also) attack for their “un-Christian thinking” in your new journal’. This must refer to the newly-completed Chorale Preludes. There is incidentally no reason to translate ‘little things’ as ‘trifles’ and to deduce from this, as some writers have done, that Brahms thought little of the compositions. In fact, the chorale prelude may well have struck Brahms as a vitally appropriate outlet at this juncture. It offered him an objective, historical, and comfortingly stable artistic form in which to express his ambivalent thoughts about death; and the idea of using Christian chorales may have drawn him in some intuitive fashion, much as a half-believing mourner is reassured by the unchangingly objective requiem liturgy. Whatever the exact state of his mind, Brahms was able to create a series of small masterpieces, in which his own rich vein of romantic wistfulness is combined with great historical insight into the techniques of the chorale prelude. This fruitful blend of emotion and experience results in music of great beauty and concentration, to which the player returns time and time again with increasing involvement. The listener, toot, must likewise be prepared to be a pilgrim.
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Organ Music, CD 60 Prelude and Fugue in A minor This sturdy work is dedicated to Clara Schumann. The brief prelude is fairly Bachian in texture – perhaps with suggestions of BWV 543. Its most arresting moment is the final passage, which makes use of the ‘Neapolitan’ juxtaposition of B flat an G sharp is dramatic chords of B flat major, G minor, and E flat major. The fugue follows traditional patterns, the triplet motifs of the end of the subject gradually assuming considerable importance. Again, there is an arresting chordal passage where the bass descends chromatically from G sharp to E: this reappears, chorus-like, near the end, and leads to cadenzas which again use ‘neapolitan’ harmony.
Choral Prelude and Fugue ‘O Traurigkeit’ Brahms sets the melody of this little-known passion chorale as a canto fermo in the right hand, with accompanying sixths and thirds in the left. After the five phrases of the chorale have so appeared, he adds an inspired coda, the first phrase reappearing at an anguished higher pitch before subsiding to a close through a long descending melisma. The fugue uses a free subject unconnected with the chorale, and is carried on in resourceful counterpoint by the manuals, whilst the chorale appears line by line in the pedals. Prelude and Fugue in G minor The Prelude is a free fantasia, with manual passage-work at times prophetic of Reger. It is built around massive chord sequences which strongly outline a variety of keys (including a poignant B minor). The fugue subject is based on a twice-repeated rhythmic motif; triplet figures again emerge and become important. The final peroration is eloquent and unusual, with descending chromatic figures reminiscent of Bach’s Jesus Christus, unser Heiland in the ‘18’ preludes, which Brahms obviously knew well.
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Organ Music, CD 60 Fugue in A flat minor Deeply serious and introverted , this is an interesting first venture in organ writing for a young man of 23. The extremely flat tonality, which involves many double-flats and at one point takes the key-signature of B minor in desperation, bespeaks an almost mystically withdrawn frame of mind, as in the sombre slow movement of the Horn Trio opus 40. The drooping fugue subject is answered in inverted form. This procedure precludes a regular counter-subject, but during the first episode (in A flat major over an E flat pedal) a heart-warming new figure emerges – at first in crotchets, but soon diminished to quavers, and appearing both normally and in inversion, in combination with the subject as the fugue unfolds. CHORALE PRELUDES Op.122 Mein Jesu, der du mich This is the longest and most monumental of the set; its impressive contrapuntal scope again suggest Bach’s Jesus Christus, unser Heiland. Brahms uses a technique adapted by Scheidt from the 16th-century motet – a series of fugal expositions based on successive lines of the chorale, each of which is rounded off by a statement of the chorale phrase in long pedal notes. The prelude ends in a blaze of splendid subdominant harmony over a final pedal. Herzliebster Jesu Bachian models – Durch Adams Fall, or Bach’s own setting of Herzliebster Jesu in the miscellaneous preludes – again come to mind, and the harmony of the magnificent second phrase is directly suggested by Bach’s own harmonisation of the chorale in the St. John Passion (no.7) though Brahms characteristically ever further, uses the poignantly emotional flat 3rds and 6ths of the scale. Note, to, the sighing, heartbroken pedal motif, underlining the tragic mood.
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Organ Music, CD 60 O Welt, ich muss dich lassen A different aspect of Bachian style is evident here – the use of phrased pairs o notes of which (unusually) the first, not the second is the harmony note. Was Brahms thinking of Bach’s cantata no. 161. Komm, du süsse Todesstunde, which also employs this device? He may not have been able to emulate its trusting attitude to death, but some of the pastoral feeling is apparent. This spacious prelude, almost every bar of which contains some wonderful details, is full of a luminous serenity. Herzlich tut mich erfreuen This, the most animated of the preludes, looks forward to the new heaven and the new earth – probably that of the Book of Revelation. Possibly with symbolic intent each line of the chorale is first sketched by the manuals only, before being proclaimed in robuster style in the tonic by the whole organ. The player is aware in this prelude, of Brahms the pianist in the background: the subtle cross-accents and melting ambiguities of the manual phrases are the odds with the objective tone of the organ. Schmücke dich, o liebe Seele A straightforward, beatifully0srought piece of counterpoint, an idealised essay in ‘fifth species’. Ancestors of this lovely piece, which speaks of the serenity of souls emerging into the light, can be found among Pachelbel’s chorale settings. O wie selig seid ihr doch, ihr Frommen The chorale contemplates, in rapt stillness, the peace of souls in paradise. At first sight this prelude looks rather neutral, but the poetic range of the harmony soon dispels this impression. The use of 12/8 for the chorale melody permits the use of one of Brahms’ favourite devices, hemiola, whereby the harmony functions ambiguously in either ¾ or 6/8 units – a subtlety which underlines the timeless, trancelike atmosphere of the prelude.
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Organ Music, CD 60 O Gott, du frommer Got This is an interesting and unusual piece, with many references to other parts of the composer’s output. The trombones of the slow movement of the Third Symphony seem to sound out in bars 43/4, whilst the sighing motif which pervades the prelude suggest the wistful spirit of some of the Intermezzi which Brahms had completed four years previously. Despite the robust squareness of the chorale itself, there is an underlaying doubt, even despair, in the way it is set. This is particularly noticeable near the end, where the music loses its way and sights itself into silence. With a stoical gesture, Brahms summons the pedals (silent until now) to his aid, and finishers the peace with an elegiac Bachian passage of sixpart harmony. Es ist ein’ Ros’ entsprungen Possibly the most famous of the set, this is a delightful and tender intermezzo, it evokes the fragrance of the spotless Rose of Bethlehem, Brahms responding warmly to the latent nostalgia of the words. He enmeshes Praetorius’ melody in a delicate web of appoggiaturas and shifting pianistic accents. No more subtle study in rubato organ-playing exists. Herzlich tut mich verlangen Another Bachian prelude on the lines of the Orgelbüchlein; the close intricacy of the harmony recalls Jesu, meine Freude. Bach would not, however, have broken the unity by setting the third phrase for manuals only, in 6/8. This device nevertheless allows a gleam of light and hope in to Brahms’ otherwise stern, grim setting. Another setting of the same chorale, but viewed in a different light. This piece could almost have been scored as an Intermezzo for viola or ‘cello and piano: the manual parts, whose complex textures suggest a wealth of implied harmony, provide a halo of veiled sonority round the chorale melody in the pendal part.
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O welt, ich muss dich lassen This is the last music Brahms ever wrote, and one is inevitably temped to compare Bach’s Vor deinem Thron. But whereas that prelude is totally contrapuntal, this is harmonic, and incorporates a very moving poetic ‘conceit’ – the cadence of each phrase is twice echoed, as if lingering and looking back with intense reluctance to depart. Brahms took his leave in terms which are simple yet intensely concentrated, heartfelt yet never sentimental. Sublimity entered in – as it always must – unsought.
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