Escudo de Oaxaca
En la primera sección: Un perfil estilizado de un nativo del estado de Oaxaca. En la misma sección se observa la flor y el fruto en forma estilizada del árbol del huaje. En la segunda sección: el perfil de uno de los palacios del centro arqueológico de Mitla, haciendo alusión a nuestro pasado remoto. En la misma sección y a un lado, la cruz emblemática de la orden de los dominicos en reconocimiento a su gran labor de aculturación en todo el territorio oaxaqueño. En la sección inferior: dos fuertes y vigorosas manos en actitud de estar rompiendo las cadenas de la esclavitud.
Etnias de Oaxaca En las regiones geoeconómicas citadas, conviven 16 grupos etnolingüísticos, a saber: amuzgos, chatino, chinanteco, chocho, chontal, cuicateco, huave, ixcateco, mazateco, mixe, mixteco, náhuatl, triqui, zapoteco, zoque y el popoloca en peligro de extinción, donde casi dos millones de habitantes son indígenas, lo que significa que de 6 cada 10 oaxaqueños pertenecen a algún grupo étnico .
Uno de estos pueblos son los mixes, también llamados aywk. De acuerdo con el antropólogo Gustavo Torres Cisneros, su territorio –ubicado al noreste de la capital del estado– se compone de 290 comunidades y localidades asentadas dentro de 19 municipios, ocupando una extensión aproximada de seis mil kilómetros cuadrados. “Se estima que viven más de 168 mil en la parte más oriental de la sierra norte de Oaxaca”.
• Amuzgos: El pueblo Amuzgo vive entre los estados de Oaxaca y Guerrero. Amuzgo en su lengua, significa "lugar donde hay librerías o bibliotecas". Son un pueblo con una alta sensibilidad y actualmente viven en el oeste de Oaxaca, en los municipios de San Pedro Amuzgos y Santa María Ipalapa; mientras que en el estado de Guerrero, viven en los pueblos de Xochistlahuaca, Tlacoachistlahuaca, Cosuyoapan, Zacoalpa, Chochoapan, Huehuetono, El Pájaro, Las Minas, Cerro Bronco, Guadalupe Victoria, Guajentepec y Pueblo Nuevo. La lengua pertenece al grupo Otomangue, tronco Savizaa, familia mixteca. • Chatino: El territorio del pueblo chatino se sitúa en la Sierra Madre del Sur, extendiéndose por la costa del suroeste al noroeste de la entidad, en la zona del distrito de Juquila, penetrando hacia la zona montañosa del distrito de Sola de Vega hasta colindar con los distritos de Miahuatlán y Pochutla. Su lengua se le clasifica en el grupo Otomangue, tronco Savizaa, familia zapoteca. Como todos los pueblos que son hijos de los hijos de nuestros Viejos Abuelos, los chatinos mantienen como una de sus herencias fundamentales a la familia. • Chinantecos: El pueblo chinanteco vive en la parte norte del estado, colindando con el estado de Veracruz, al noroeste con la región mazateca, al oeste con la cuicateca y al sur y sureste con la zapoteca, y abarcando 17 municipios conocidos como "la Chinantla"en los distritos de Cuicatlán, Tuxtepec, Choapan, Etla e Ixtlán, entre los municipios más conocidos están: Ayotzintepec, San Felipe Usila, San José Chiltepec, San Lucas Ojitlán, San Juan Bautista Valle Nacional, San Pedro Yolox y Santiago Comaltepec. Los Chinantecos en su lengua se llaman a sí mismos "Tsa ju jmí", que significa "gente de palabra antigua ", entendiéndose por ello que son herederos de un conocimiento milenario depositado en su lenguaje.
• Chochos: El pueblo chocho se encuentra ubicado en la Mixteca Alta, repartido en 17 municipios de los distritos de Coixtlahuaca, Teposcolula, Tlaxiaco y Nochixtlán. Ellos se nombran a sí mismos en su lengua "Runixa ngiigua", que se puede traducir como " los que hablan el idioma ". Su idioma pertenece al grupo Otomangue, tronco Savizaa, familia Mazateco-Popoloca. El pueblo chocho en el pasado llegaba hasta el actual estado de Puebla, pero la expansión de los aztecas y mixtecos hace 600 años redujo su territorio de manera considerable. • Chontales: El territorio chontal se encuentra distribuido en la Sierra Madre del Sur y en la Planicie Costera Sudoccidental en los distritos de Yautepec y Tehuantepec. Este pueblo antiguo, que de acuerdo a su tradición oral son originarios del sur, se llama a sí mismo "Slijuala xanuc’", que probablemente signifique "habitante de las montañas". Su lengua pertenece al grupo Joca-Meridional, tronco Yumapacua. Los chontales son un pueblo milenario que ha convivido con otros pueblos hermanos del área como los zapotecos, huaves y mixes. • Cuicatecos: El territorio de este grupo se ubica en la Sierra Madre Oriental en el Noroeste del estado donde se forman las Sierras de Pápalo y Teutila. Con grandes cañadas, ríos caudalosos en tiempos de lluvia, en las partes altas de clima templado y en las partes bajas de clima tropical en la que se da la caña de azúcar, frutas, especialmente el mango. Muchas personas han perdido la lengua, pero culturalmente siguen siendo cuicatecos. La lengua en extinción pertenece al grupo Otomangue, tronco Savizaa, familia Mixteca. En lengua Náhuatl "cuica" significa canto y seguramente
que en el momento de esplendor este pueblo se debió significar por su capacidad para el canto. En el México Antiguo el canto era una de las artes más socorridas y en el lenguaje metafórico, canto significa sabiduría. • Huaves: El actual territorio del pueblo huave se encuentra situado en el litoral del Golfo de Tehuantepec, aproximadamente en las dos terceras partes de una barra de 40 Km. que separa al Océano Pacífico de dos grandes lagunas, conocidas como Mar Superior y Mar Inferior. Las más conocidas poblaciones son: San Mateo del Mar, San Francisco del Mar y San Dionisio del Mar, municipios pertenecientes al distrito de Tehuantepec. • Ixcatecos: Este es uno de los pueblos indígenas de Oaxaca que está perdiendo presencia. Siendo uno de los factores la pobreza, la que los ha obligado a emigrar, perdiendo los elementos culturales de los pueblos indígenas. En Santa María Ixcatlán, en la Mixteca Alta se encuentra el reducto de este pueblo. • Mazatecos: El pueblo mazateco vive en las regiones de la Cañada y el Valle de Papaloapan-Tuxtepec repartidos en 35 municipios, existiendo dos zonas llamadas la mazateca alta y la baja. La región mazateca se divide en cinco sub áreas dentro de tres regiones ecológicas, que comprenden la tierra caliente, la tierra templada y la tierra fría. Los mazatecos en su lengua se llaman a sí mismos "Ha shuta enima", que se traduce como " los que trabajamos el monte, humildes, gente de costumbre ", pero también se dice que mazateco viene de la lengua Náhuatl y que quiere decir "gente del venado". • Mixtecos: La región mixteca se encuentra en la mayor parte el estado de Oaxaca y un poco en los estados de Puebla y Guerrero. Se divide en Alta y Baja Mixteca, ocupando 189 municipios en el estado de Oaxaca, en los distritos de Huajuapan, Tlaxiaco, Putla, Juxtlahuaca, Nochixtlán, Teposcolula, Jamiltepec y Silacayoapan y 14 municipios más que pertenecen ocho a distritos de Cuicatlán, dos a los de Zaachila, uno a Sola de Vega, dos a Etla y uno a Juquila.
• Nahuas: En el mosaico pluricultural y plurilingûístico de Oaxaca está presente el grupo indígena más numeroso de México. Los nahuas son probablemente los herederos más antiguos de la Toltecayotl, la sabiduría indígena que impulsó el desarrollo humano durante aproximadamente
siete mil quinientos años, desde la invención de la agricultura en el sexto milenio antes de Cristo hasta la llegada de los europeos en 1519 d.C. Este pueblo extendió sus horizontes en lo que hoy se conoce como Mesoamerica. • Popolocas: Otro de los pueblos indígenas menos numerosos es el de los Popolocas. Compartiendo los estados de Puebla y Oaxaca, especialmente en el primero, los popolocas han sido un pueblo que ha vivido en la Mixteca. Bautizados por los mexicas como popolocas, que según se traduce del náhuatl como "tartamudos", siempre han sido considerados un pueblo con una cultura poco desarrollada. • Triquis: El territorio del pueblo triqui comprende una zona baja, cuya cabecera es San Juan Copala, y una zona alta, con cabecera en San Andrés Chicahuaxtla en los distritos de Juxtlahuaca, Putla y Tlaxiaco, región montañosa conocida como Nudo Mixteco. • Zapotecas: El pueblo zapoteca es el más numeroso en Oaxaca. Actualmente se encuentra dividido en cuatro grandes regiones, que a pesar de tener la misma raíz mantienen características específicas que los diferencian unos de otros, no sólo en las variantes lingüísticas, sino en general en su cultura. • Zoques: Los zoques viven en el estado de Chiapas, penetran ligeramente los estados de Tabasco, Oaxaca y Sur de Veracruz. En Oaxaca existen dos comunidades agrarias zoques en los límites con el estado de Chiapas en la región del Istmo de Tehuantepec, Santa María Chimalapa y San Miguel Chimalapa, pertenecientes al Distrito de Juchitán.
Vestimenta
El Huipil en las mujeres. El telar de cintura es un instrumento producto de la sabiduría de sus antepasados. Consiste en un palo que se sujeta al tronco de un árbol con otros hilos y ahí se coloca el “hilo base”, que es el blanco, y luego a ese hilo se le va tejiendo el hilo de color. La mujer tiene que hincarse en el suelo frente al árbol y forma un ángulo con los hilos y lo detiene contra la cintura, por eso se llama telar de cintura. Las mujeres que hacen huipiles son verdaderas artistas, llamarles artesanos y a su trabajo “artesanías” es desvalorizarlo.
Las enaguas son las faldas que usan las mujeres. Tienen la misma cantidad de tela en los bajos que en la cintura, donde se recogen en plieges o pequeñas tablas. Se les dejan dos aberturas laterales al nivel de la cintura. También en la cintura disponen de cuatro cintas para atar que permiten ajustar las dos mitades por separado. El ruedo se suele llenar de guarniciones de encajes y otras labores
Ubicación Geográfica
Oaxaca se encuentra al sur del país y colinda con Guerrero al oeste, Puebla al noroeste, Veracruz al norte, con Chiapas al este y al sur con el Océano Pacífico. Las coordenadas geográficas extremas son: Al norte 18°39', al sur 15°39' de latitud norte; al este 93°52', al oeste 98°32' de longitud oeste.
Origen
El nombre de Oaxaca proviene del idioma náhuatl Huaxyacac. Huax quiere decir huaje y yacac en la nariz o en la cima; de ahí que el nombre signifique en la nariz o en la cima de los huajes. Esto es debido a que en la región de los Valles Centrales crecen unos árboles con vainas rojas conocidas como guajes o huajes.
Artesanías
Oaxaca es conocido por su fuerte herencia artística. Canastas, jarrones, joyas y alfombras echas a mano hacen que Oaxaca sea un popular destino de compras. Esta lagartija es un típico ejemplo de un alebrije un estilo tradicional de escultura de madera popular entre los artesanos oaxaqueños. Fíjate en el brilloso y colorido diseño. Los alebrijes representan el espíritu innovador e irreal del alma Oaxaqueña mediante la formación de figuras obtenidas después de un tallado y pintado manual. El tallado de madera es una tradición ancestral de los Zapotecas, la cual llega a su máxima expresión con la elaboración de los alebrijes; piezas irreales y mágicas salidas de la imaginación del artesano Oaxaqueño, los alebrijes representan el espíritu innovador e irreal del alma Oaxaqueña mediante la formación de figuras obtenidas después de un tallado y pintado manual . El Sr. Manuel Jiménez fue el precursor y único artesano que realizó este tipo de figuras y su trabajo se hizo famoso en todo México. "Alebrije" es una palabra en caló (lenguaje gitano adoptado) que quiere decir "cosa enredada difícil y de tipo confuso o fantástico", y Arrazola es un nombre vasco que debió ser del encomendero de la zona. El zapoteco no tiene la "R" en su suave lengua. El nombre de "Alebrijes" y el fondo de su diseño fantasioso se copió de los "Alebrijes" de la familia Linares que en la ciudad de México hacía él y sus hijos en el taller que tenían al lado del mercado Sonora al final de la Ave. Tres jóvenes y talentosos artesanos Arsenio Morales, Andrés y Miguel Ramírez, quienes trabajaban junto con Alvaro Obregón, expandieron la creación de estas figuras, mismas que se extraen de las ramas de los árboles que recolectan en las montañas, la cual transportan en la espalda para llevarlas al pueblo. Estos viajes los hacen diario, ya que la madera solo puede ser tallada cuando aún está verde.
Las variadas formas de las ramas del copal, invitan a los artesanos a realizar con su imaginación y con la ayuda de machetes y navajas figuras de animales tales como: leones, jaguares, iguanas, perros,
serpientes, pájaros, cabras y diversidad de figuras fantásticas imaginarias, estos trabajos pueden llevarse horas o días, dependiendo de la complejidad del diseño y del acabado. Las figuras de Arrazola pintadas de diferentes colores son decoradas después, con dibujillos finos de tipo estrella, o dibujos florales. El encanto de las figuras es que tienen formas de animales, seres extraterrestres, naguales, ángeles o algo inesperado. Los animales como armadillos y puerco espín son incomparables. El único límite es la imaginación usada El costo de las piezas varia de acuerdo con la originalidad del trabajo.
Fiestas Dos pueblos en el mundo viven especialmente la pasión de la muerte, el egipcio y el mexicano. Y dos son las grandes fechas que unen a todos los mexicanos, de Norte a Sur, ricos y pobres, el día de Guadalupe-Tonatizin y la Fiesta de Difuntos.
En Oaxaca esta fecha es muy importante y mueve profundas estructuras psicosociales y culturales, que vienen desde los ancestrales tiempos de nuestros Viejos Abuelos.
Cada pueblo, dentro de las más de ocho mil comunidades con que cuenta el estado, realiza la fiesta de manera diferente. Es increíble la diversidad, el sincretismo y la creatividad producto de las 16 culturas indígenas, la cultura mestiza y la cultura afroamericana. La creencia en una vida después de la muerte subyace como una sólida infraestructura cultural, que nos da aplomo y fortaleza a todos los pueblos de México.
En San Jerónimo Yahuiche, en el municipio de Atzompa, a los pies de Monte Alban y conurbado con la Ciudad de Oaxaca todo comienza el día 31 que se va al Mercado de Abastos a hacer la “plaza de muertos”. Como sabemos, cada día de la semana en los Valles Centrales un pueblo realiza un tinaguis o plaza. Sin
embargo, el día 31 de Octubre, sea el día que sea, todos los pueblos grandes hacen “el mercado de muertos”, para que la gente venda y compre todo lo necesario para poner los altares y preparar las comidas. Flores de todos los colores, como la de zempuasuchitl con sus amarillo intenso, la “borla” con su profundo color guinda, las generosas flores de campo, que en esta temporada brotan por todas partes dándole al paisaje un aire de intensa nostalgia y belleza. Las cañas es otro de los elementos fundamentales para hacer los altares, que deberán estar en todas las casas a partir del día 31. Los altares tienen un profundo significado filosófico-religioso, en el que se mezclan íntimamente la cultura del Anáhuac con la Occidental.
En el altar estarán los alimentos tradicionales que se les ofrecen a los difuntos que cada año “regresan a casa” a comer lo que más les gustaba en vida. Esta es la razón por la que además de poner sus fotografías, se les pone mole negro y tamales de fríjol, mezcal, cigarros, pan, fruta, dulces, flores, veladoras y algunas “gustos personales” de cada difunto, “para que se den su gusto”. El altar tendrá en la parte central una o varias imágenes religiosas, tanto de la casa como de la preferencia que tuvo el difunto. Es costumbre que el 31 se pone el altar y en la noche se va al panteón a “alumbrar”, previa limpieza y ornato de las tumbas, por la noche se va a “socializar” con los vivos y los muertos. Se lleva una banda de música, comida y bebida y se vela hasta muy entrada la madrugada. El mexicano tiene trato íntimo con la muerte. Comparte, “bromea” y se divierte con ella.
El día primero “llegan los angelitos” por la noche. En efecto, la creencia es que primero llegan las almas que desencarnaron en la infancia. El día dos llegan “los fieles difuntos”. La costumbre es que ese día se junta a comer la familia y se invitan a los amigos. A los parientes y amigos también se les lleva a sus casas pan, tamales y mezcal. Es un momento para reforzar los lazos familiares y de amistad en la comunidad. Vivos y muertos se reconcilian en la fiesta. En los Valles existe la tradición de la “comparsa”. Cada pueblo le hace sus variantes, pero básicamente los personajes son: la viuda, el padre de ella, el marido moribundo, el capataz, el doctor, el cura, el curandero o chaman, las muertes y los diablos. La trama de la representación consiste en que la mujer está muy afligida porque su esposo está muy enfermo y a punto de morir. Recurre a su padre para que le ayude y éste llama al capataz para saber cómo andan las finanzas. El capataz le informa que se cuenta con los recursos y entonces mandan llamar al médico, quien después de sacarles dinero, no puede curar al moribundo. Entonces se llama al cura y lo mismo sucede. Como último recurso se llama al curandero o chaman, que siempre llevará un atuendo con reminiscencias de los Viejos Abuelos y esté, si puede curar al marido, ante el malestar de las muertes y los diablos que se quieren llevar al enfermo.
Todos los personajes de la comparsa o “muerteada” son muchachos y ellos confeccionan sus atuendos y máscaras. Es natural, como en todas las fiestas de la Cultura Popular, ver integrados a los niños y a toda la familia. En este caso, los niños se disfrazan de diablos y acompañan a los “guencheros” en el recorrido que hacen por el pueblo; pues es la costumbre ir a algunas casas y hacer la representación, solo que se improvisan versos chuscos y los personajes toman los nombres de la familia visitada. Estos versos provocan la risa de la gente que los acompaña por su picardía, dado que se preparan con antelación tocando los puntos cómicos de cada familia.
Como todas las fiestas de la Cultura Popular, permite que el pueblo se una y a través de este tipo de actividades se fortalezcan los valores y principios que lo humanizan. El comunitarismo, la solidaridad, el compadrazgo, la amistad, así como los lazos familiares se vitalizan en estas fiestas donde todos participan.
La comparsa recorre todo el pueblo. La banda de música y los cuetes anuncian su presencia. El pueblo sigue a la comparsa entre gritos y algarabía. El mezcal corre de mano en mano, lo mismo que los cigarros. En cada casa se le entrega a la comparsa “sus muertos”. De esta manera, un miembro lleva cargando durante
todo el recorrido un enorme “tenate” donde se deposita el pan, la fruta, el chocolate, el mezcal y lo que los anfitriones quieran regalar a los muchachos. Al final de la comparsa lo recolectado se divide en partes iguales.
La principal representación de la comparsa se realiza en el panteón del pueblo. Parte de la tradición es que la gente no debe reconocer a los integrantes de la comparsa. Para los niños es un evento verdaderamente mágico en el que su imaginación es estimulada de manera considerable y fija en su conciencia, casi de manera imborrable las tradiciones y costumbres, que cuando sea un hombre, las mantendrá vivas a pesar de todas las asechanzas y dificultades.
El pueblo va al panteón a recordar a sus muertos y a compartir con sus familiares y amigos a la muerte. Los antiguos mexicanos mantenían que para tener conciencia plena de la vida se requiere tener conciencia plena de la muerte. De la muerte, en un sentido profundamente personal, lo que nos libera de los miedos y de las ataduras. Así la muerte para el mexicano es vida. Conciencia de que este mundo es solo un paso temporal a la vida eterna.
Bebidas tradicionales
El pulque llamado en lengua náhuatl “octli”, fue una bebida sagrada que sólo podían ingerir los sacerdotes en ocasiones muy especiales y los ancianos en las fiestas. El pulque se hace del fermento del maguey a partir del cocinado los corazones o piñas de las plantas, luego se les machaca para así extraer su jugo y luego se pone a fermentar. De esta misma forma se elabora en la actualidad el pulque y el mosto para destilar y obtener el mezcal.
En el Anáhuac existía una Diosa llamada Mayáhuel y del maguey se derivaban muchos productos como telas, mecates, papel y medicinas. Los Viejos Abuelos tenía muy penada la embriaguez. Los “masehuales” (el pueblo) la primera vez que se les encontraba en estado de ebriedad en público, eran trasquilados y sancionados en una plaza, la segunda vez, eran ejecutados públicamente. La nobleza y los sacerdotes eran ejecutados en privado a la primera ocasión. Cuando llegaron los españoles, que habían aprendido el proceso de la destilación gracias a los árabes que dominaron España por ocho siglos, inmediatamente hicieron la conexión entre los dos conocimientos y nació el mezcal. Con la materia prima de los antiguos mexicanos y con la técnica aportada por los árabes, traída por los españoles. Maguey es una palabra de origen antillano que denominaba al aloe o sávila. Los conquistadores la tomaron para nombrar de esta forma a todas las plantas parecidas que fueron encontrando a su paso.
Agave es el nombre científico que le dio al maguey el naturalista sueco Carlos de Linneo a mediados del siglo XVIII (del vocablo grecolatino agavus). En lengua náhuatl el maguey es llamado “metl” o “mexcalmetl”. La palabra mezcal tiene su origen en vocablos de la lengua náhuatl. Algunos sostienen que deriva de “mexcalli” (“metl” o ”meztl”,maguey, y de “ixcalli”, cocer ). La traducción sería entonces “maguey cocido”. Bernal Díaz apunta que los Viejos Abuelos chupaban como un dulce (como en la actualidad) las pencas del maguey cocido. Lo cierto es que nuestros antepasados fermentaban y no destilaban el jugo del maguey cocido. Las palabras maguey y agave son sinónimos. La diferencia está en el uso que se le da a la planta. La sábila (o aloe) es aquella que se utiliza para fabricar aceites o jabones. El henequén (agave fourcroydes) es la que se usa para producir fibras. Del maguey se produce el pulque, bebida fermentada muy popular en México y de baja graduación alcohólica (maguey manso o agave atrovirens Kawr). El agave es la planta de cuyos jugos fermentados y luego destilados se obtiene el mezcal. Hay más de cien variedades de magueyes o agaves. Son plantas hermafroditas y monocotiledóneas, es decir que su semilla es indivisible, como el maíz. Si bien de aspecto son parecidas a los cactus, pertenecen a otra familia, las amarilidáceas. Solo en México existen más de cien especies, una veintena de subespecies y casi treinta variedades, con formas y tamaños diferentes. Encontramos desde el más pequeño “henequén” o el agave deserti de Baja California, cuyas hojas solo tienen 30 cm. de largo, hasta el más grande que crece en el centro del país que llega a tener un diámetro de 10 metros y una altura de 3 metros.
Tienen forma de piña (o ananás) de la cual salen sus hojas o pencas, a veces rectas y otras dobladas de manera caprichosa, carnosas pero duras, de bordes espinosos, a veces de color amarillo, y con una púa en la punta. Sus flores (llamadas quiotes) llegan a medir 12 metros. La coloración se encuentra desde el verde claro hasta el verde oscuro casi púrpura, pasando por varios tonos de azul. Se reproducen de dos formas. Una es cortar sus flores, quitar los pétalos, ya que en cada una de ellas se forma una yema que da origen a un hijuelo (un quiote puede dar de 550 a 2500) y la otra es a partir de un rizoma que surge de la base de la planta que al encontrarse a ras del suelo, le da el sol y entonces crece una yema que da origen a un hijuelo (desde su primer año, la planta da de 8 a 15 hijuelos, por lo cual es importante mantener el terreno desmalezado). En los dos casos se siembran estos hijuelos en invernaderos hasta que le salgan raíces (de 3 a 4 años). Posteriormente son transplantados al lugar definitivo hasta que alcancen el tamaño necesario para cosecharlos (tardan alrededor de 7 años en desarrollarse). La elaboración del mezcal empieza cuando, después de 8 a 9 años, la siembra del maguey llega a su madurez. Para preparar el maguey, se cortan las pencas hasta dejar limpia la "piña", llamado así el tallo por el aspecto que adquiere después del corte. Se selecciona según su tamaño, para facilitar su manejo y cocción dentro de un horno cónico hecho en la tierra. Éste es calentado previamente a base de leña, además de agregar piedras de río para concentrar el calor. Las "piñas" se acomodan en el horno y se cubren con bagazo y mantas durante un período de 3 días.
Cuando la cocción de las "piñas" llega al punto ideal, éstas son removidas y colocadas dentro de un aro de piedra, de aproximadamente 5 metros de diámetro
para iniciar la molienda, en el centro hay un poste vertical que conecta un eje a una enorme rueda de piedra. Esta rueda es arrastrada alrededor del aro por un burro o caballo para machacar el maguey. El maguey machacado se coloca dentro de barricas de roble, con capacidad de 300 galones, y se añade un porcentaje de agua (5 a 10%). El tepache, resultado de la mezcla, se deja descubierto para fermentación natural, sólo con su propia levadura. Este proceso dura de 4 a 30 días dependiendo de la temperatura ambiente. El tepache, con los sólidos y líquidos, es transferido a un alambique de cerámica o de cobre. Un sombrero de cobre se coloca arriba del alambique y la mezcla se calienta, evapora y condensa lentamente a través de un serpentín que gota a gota deposita el mezcal en un recipiente de recolección. La fibra es retirada del alambique y el alcohol puro de la primera destilación se coloca nuevamente en el alambique y el proceso de destilación se repite. El líquido resultante es el exquisito mezcal.
Zonas Arqueológicas
Tumba Zapoteca de Huijazoo, Suchilquitongo Los Viejos Abuelos en el período Clásico o del esplendor, generalmente no construían pirámides para fines mortuorios. Hasta ahora la única pirámide descubierta hecha ex profeso como una tumba es la del Señor de Pacal en Palenque, Chiapas. Las tumbas que tenemos son del período Postclásico y fueron construidas en las ruinas abandonadas del período Clásico, como es el caso de la famosa Tumba 7 de Monte Alban. La zona arqueológica está a noventa metros de altura del Valle y está compuesta por una serie de montículos o “mogotes” que delinean claramente que son pirámides o juegos de pelota cubiertos de tierra. Dainzu La zona arqueológica de Dainzu fue explorada en 1965 por el arqueólogo mexicano Ignacio Bernal. El nombre de este viene del nombre que tiene el cerro donde se encuentran los vestigios. Dainzu quiere decir en lengua zapoteca "cerro de órganos". Dainzu es famoso por su galería de jugadores de pelota labrados en piedra y adosados sobre el muro del núcleo principal.
Una de las características especiales de los juegos de pelota de Oaxaca es que no poseen en sus paredes laterales los anillos de piedra por donde pasaban las pelotas de hule, impulsadas por los golpes que los jugadores les daban con las caderas y los antebrazos. Existe un grabado en piedra muy interesante donde aparece un individuo con todo el estilo maya, tanto morfológicamente, como por su atuendo. Esto nos demuestra el contacto tan intenso que tuvieron entre si las culturas del Anáhuac y que no fueron, como no lo son ahora, ínsulas incomunicadas una de otras.
Comida Algunos de los platillos típicos del estado de Oaxaca son el Caldillo de Vigilia, cecina en salsa, chile de Oaxaca, chiles rellenos de sardinas, mole coloradito, mole negro, nieve de tuna, pizatl en chiltextli y salsa de chile serrano.
Clima Oaxaca es una de esas ciudades privilegiadas que disfrutan de un clima que a menudo es llamado como “Eterna Primavera". Ubicada en el altiplano central y debido a su altitud de 5000 pies, la ciudad goza de un clima benigno durante todo el año. Verano e invierno generalmente son templados. Las noches se ponen un poco frías como para utilizar una chaqueta en invierno, así que ve preparado. En los meses de verano llueve durante la tarde y durante la noche, principalmente en julio y agosto, Usualmente la lluvia dura solo un par de horas después de las cuales el sol sale de nuevo y el aire es mucho más limpio y la ciudad también. De octubre a mayo son generalmente los meses más secos.
I T S O N Instituto Tecnológico de Sonora
Álbum de Oaxaca Sociocultural
Mario Enrique Galicia Escamilla Matricula: 73242 Grupo: Lu,Mi,Vi, 09 Aula: AV313
Cd. Obregón Sonora, a Lunes 04 de Septiembre de 2006.