Lo más importante del mundo para nosotros son nuestras necesidades; afectan nuestras opiniones, nuestras actitudes y nuestros puntos de vista. Por lo general estamos más conscientes de las necesidades insatisfechas que de las satisfechas. Las necesidades fundamentales de la vida se aceptan tan comúnmente que por lo general las pasamos por alto. Nadie esta consciente del aire que respira, del suelo que pisa, del agua que bebe y sin embargo son las necesidades que más echamos de menos cuando desaparecen. Cuando se nos priva de cualquiera de los aspectos básicos de la vida, de pronto los vemos con mayor claridad y como a través de una lente de aumento, agrandados. Por supuesto, hay otras necesidades además de las básicas y se multiplican a medida que crecemos. Un bebé tiene necesidades similares a las de un adulto: comida, agua, calor, seguridad, alguien que vea todo lo bueno que hay en él, o amor. A medida que maduramos, la comida, el agua y el calor son cosas que a menudo damos por sentadas, ya que esas necesidades casi siempre se ven satisfechas (en el caso de la mayoría de nosotros). Las necesidades básicas se olvidan cuando aparecen otras necesidades: una necesidad de amor, de satisfacción sexual y de procrear; y la más grande de todas, la necesidad de un sentido de nuestra propia estimación. Una necesidad de experimentar agrado hacia la persona que es usted. Como verá, la mayor parte de estas necesidades son emocionales. Después vienen las necesidades de las cosas, de ciertas actividades: el dinero es una necesidad; el trabajo, las vocaciones, las ocupaciones menores y las vacaciones, todo ello, son necesidades.