Narco

  • May 2020
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  • Words: 4,335
  • Pages: 11
Elaborado por: Domínguez Ávila Abel Juan. Rodríguez Trejo Eduardo Daniel. Nácar Dávila Julián Jonathan. Hernández Hernández Antonio.

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La salida del ejército en el 2007 puede ser interpretado de diversas formas. Dichas interpretaciones pueden ser múltiples y contrastantes y es posible que en la multiplicidad de estas nos pendiésemos; mas sin embargo la respuesta a esto seria tener “cierta conciencia de que en verdad se da es diversidad de significado, diversidad de interpretaciones; pero no es renuncia a un algo de uniformidad….por gracia de lo cual no se pierde la posibilidad de un conocimiento racional”1.

Así pues la supuesta lucha frontal contra el crimen organizado, puede verse más como un simulacro que un intento real de solucionar el fenómeno que ha trastornado al pueblo mexicano, ya que el accionar del Estado parece ser el siguiente:

a) Monopolizar el trafico de la droga mediante la protección a un Cártel y la desarticulación de la competencia por medio de; b) una militarización permanente del país, que es utilizada para legitimar al Estado y encubrir los nexos que existen entre él y el narco, además de servir para; c) controlar a la sociedad civil organizada y los movimientos sociales mediante la coerción, de tal manera que se vean satanizados a ojos del resto de la población.

Estos presupuestos pueden ser tomados como punto de partida para intentar descifrar que hay detrás de un gobierno que hace uso de la violencia armada y psicológica mediante la: “razón de Estado”.

La idiosincrasia del mexicano siempre lo ha llevado a buscar motes o definiciones a actividades o situaciones cotidianas en las cuales esta inmerso, de tal manera se realiza una categorización que se basa en la tradición.

Algo parecido ha sucedido con el narcotraficante, que una vez definido y clasificado en el léxico popular los escritores y cantantes coadyuvan a esparcir los motes impuestos, y dentro de esas definiciones que se han reafirmado y convertido en parte de la misma colectividad podemos encontrar que según la jerarquía en la que se encuentran reciben el nombre; e. g., al líder se le llama gran señor, mafioso, cerebros de jefes, mero mero, número uno, al negocio en sí se le denomina contrabando, carga o negocios chuecos, los encargados de ajustar cuentas o proteger el negocio se les llama: famosas pistolas, hombres valientes o pistoleros de valor y hombría, los enemigos se clasifican en dos, los de la autoridad y los traidores a quienes se 1

Beuchot, Mauricio. Tratado de hermenéutica analógica: hacia un nuevo modelo de interpretación, México: UNAM, Facultad de Filosofía y Letras, 2a ED. 2000, pág. 52.

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refieren como: “hombres de verde” o “guachos” y “dedos, “soplones”, el “gallo negro”, y el “amarrador”2, respectivamente.

Aunado a ello el narcotraficante, cualquiera que sea su status dentro del orbe criminal ha ganado fama de pertenecer a una “especie dura y temeraria” además de ser vistos como iletrados y desprovistos de agudeza intelectual. Sus placeres: comida, tequila, mujeres y armas3. Pero sobre todo es visto como alguien que, una vez que se presenta el peligro, se muestra valiente y agresivo en contra de la amenaza, con experiencia en las lides de violencia dentro del mundo del narcotráfico4.

Es precisamente la valentía de las “famosas pistolas” y su repugnancia a los “soplones” y a los “guachos” que se a esparcido la ola de violencia en el país, ya que han muerto 10 mil 475 personas entre ellas 997 de funcionarios de los tres niveles del gobierno adjudicadas al crimen organizado, en un período que va del 1 de diciembre de 2006 y al 13 de marzo del presente año, asevera la PGR (Procuraduría General de la Republica)5.

Secuestros, levantones, asesinatos, extorsiones y hostigamientos son pan de cada día para los pobladores de la zona norte del país -ya que la zona es estratégica y representa una mina de oro para el crimen organizado- y no se le puede achacar solamente a los integrantes del crimen organizado esas transgresiones, ya que militares, policías y funcionarios del Estado los cometen, pues la versión idealizada en el libro Narcotráfico, S. A., es fantasiosa, ya que es cierto que no todos los policías están coludidos con el crimen ni todos son corruptos pero si contrasta con la percepción de los habitantes del norte, ya que dicen que los problemas se presentan más seguido con las policías, especialmente con la Judicial Federal6.

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Astorga, Luís Mitología del “narcotraficante en México”. México, D. F., Ediciones UNAM-Plaza y Valdés, 1995, pág. 93. 3 Ibíd., págs. 72-73. 4 Lara, Eric. “Salieron de San Isidro…” El corrido, el narcocorrido y tres de sus categorías de análisis: el hombre, la mujer y el soplón. Un acercamiento etnográfico Revista de Humanidades: Tecnológico de Monterrey [en línea] 2003, [fecha de consulta: 22 de mayo de 2009] Disponible en: ISSN 1405-4167. 5 Noticiero el universal. Van 10 mil 475 muertos por el narco: PGR, [en línea]. http://www.youtube.com/watch?v=oc-JjCD3pNs [citado 25 de marzo de 2009]. 6 Astorga, Luís. Mitología del “narcotraficante en México”. México, D. F., Ediciones UNAM-Plaza y Valdés, 1995, págs. 84-85.

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La corrupción policial descrita por los literatos norteños viene a reafirmar lo ya inculcado en la gente -por la experiencia-, la creencia de que las policías de los tres órdenes de gobierno están inmiscuidas con el narco:

Y allí vamos… a noventa, cien. Bajo la velocidad y empiezo a ver la hilera de carros que están parados (…) le bajo y empiezo a pasarlos, despacio: veo puras camionetas ránger, suburbans, pickups, fords, cheyenes (…) voy despacio y los voy rebasando, y a mi derecha veo a Rodolfo, mi pareja de policía federal de caminos (…) yo venía por el carril derecho, pero sin detenerme a pensarlo ni un segundo me encajé por el lado izquierdo. Vi al grillo, al tondy, al Memo, al Marcio, al Mickey, vi a Rodolfo, vi a los mafiosos7.

A pesar del terror desatado por los narcos el pueblo los sigue idolatrando al encontrar en ellos una especie de figura a seguir e imitar a fuerza de escuchar reiteradamente que los delincuentes son superhéroes, que cuentan con dinero a manos llenas y carecen de privaciones8, esa concepción del narcotráfico pasa a ser directrices del actuar en la sociedad o, en el mejor de los casos, una representación de sus aspiraciones: riqueza, mujeres, hombría, poder, etc.9.

Pero no sólo los que desean enriquecerse rápido ensanchan las filas del narcotráfico, también se encuentran las personas a las cuales el Estado les a negado la oportunidad de progresar. De tal manera las poblaciones marginadas y desprotegidas son fácilmente enganchadas, por que ven en el narco la manera de progresar, ya que el panorama, pese a los niveles educativos logrados, no asegura un buen trabajo. Por supuesto, el abandono del campo por parte de las políticas sociales, en particular desde el gobierno de Carlos Salinas, acentuada en las

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Campbell Federico. Tijuana bajo la niebla. En: Martín Solares, Mario Bellatin. Nuevas líneas de investigación: 21 relatos sobre la impunidad, Ediciones Era, 2003, página. 181. 8 Astorga, Luís. Corridos de traficantes y censura, Región y Sociedad [en línea] 2005, XVII (enero-abril): [fecha de consulta: 23 de mayo de 2009] Disponible en: ISSN 1870-3925. 9 Lara, Eric. “Salieron de San Isidro…” El corrido, el narcocorrido y tres de sus categorías de análisis: el hombre, la mujer y el soplón. Un acercamiento etnográfico. Revista de Humanidades: Tecnológico de Monterrey [en línea] 2003, Disponible en: [fecha de consulta: 22 de mayo de 2009] ISSN 1405-4167.

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administraciones de Ernesto Zedillo y Vicente Fox, arroja a familias enteras a labores de siembra y custodia de plantíos de marihuana y amapola. No hay otra forma de sobrevivir10.

El abandono del campo, la marginación de las comunidades, ha ayudado al narcotráfico y debido a ello buena parte del territorio se ha plagado del fenómeno, pero también encontramos que el principal aliciente lo ha encontrado en el apoyo que recibe de numerosos funcionarios al servicio del Estado. La conjunción Estado-Narcotráfico denota una lamentable alteración en el sistema político del país, cuando uno de los principales objetivos del gobierno es contrarrestar el narcomenudeo y la violencia derivada de los conflictos entre y contra los Cárteles, por al contrario de dicha teoría, un amplio sector del gobierno fomenta el desarrollo del narcotráfico, favoreciéndolo en lugar de erradicarlo. La relación Estado-Narco lo podemos también observar en el ideario colectivo de la narrativa:

“¿Cómo serían los Estados modernos sin nosotros? Sonrió, nos han creado para su beneficio, ni duda cabe. El poder y el dinero son parte del mismo sueño. La corrupción es multilateral, ¿Quién no ansía enriquecerse rápido?”11 Pero el imaginario colectivo nunca podrá superar a la realidad que es tétrica, los corridos, novelas y otras expresiones que han sido denominadas como “narcocultura” se quedan cortas en sus descripciones ante este escenario que azota al país.

Para ver mejor que tan funesta es la realidad ponemos en tela de juicio la guerra del Estado mexicano contra el narco, por la relación que hay entre ambos y la protección que altas esferas del Estado proporcionan al crimen organizado, pongamos el caso de Genaro García Luna actual titular de la Secretaria de Seguridad Pública (SSP) y creador de la AFI (Agencia Federal de Investigación); de quien se ha documentado sus nexos con el Cártel de Sinaloa (Pacífico) en especial con la célula de los Beltrán Leyva (cuando aún se encontraban unidos), quien por cierto fue la que mejores relaciones afianzó con los regimenes panistas encabezados por Vicente Fox y Felipe Calderón respectivamente.12

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Oliva Posada, Javier. El narcotráfico, problema social. En: la Jornada [en línea], 28 de mayo de 2007. Disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2007/05/28/index.php?section=opinion&article=020a1pol lunes. 11 Mendoza Elmer. País Guadalupano. En: Martín Solares, Mario Bellatin, Nuevas líneas de investigación: 21 relatos sobre la impunidad. Ediciones Era, 2003. página. 20. 12 Ravelo Ricardo. Narco y gobierno: de poder a poder. En Proceso. Nº 1630 (27 de enero de 2008); pág. 19.

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Esto se puede ver en la detención de los 327 líderes del narcotráfico detenidos hasta mediados de mayo de este año que se componía así: del Cártel del Golfo, 146; del Cártel del Pacífico (Sinaloa), 85; de los Arellano Félix, 40; del Cártel de Juárez, 12; del Cártel Norte del Valle (colombiano) 27; y del Cártel de La Familia, 1513; se puede ver que los arrestos al Cártel de Sinaloa es irrisorio, ya que es considerado actualmente como el Cártel más poderoso de México y tal vez de toda América, con una estructura sólida y casi intocable, al Cártel de los Arellano se le han cortado sus principales cabezas, al del Golfo se le mantiene en una arremetida dantesca, los demás Cárteles son considerados peligrosos pero no con los alcances de éstos tres: Pacífico, Golfo y Arellano Félix.

El Cártel de Sinaloa siguió fortaleciéndose hasta la detención de “el Mochomo” -Alfredo Beltránlo que provoco la salida de los Beltrán Leyva de dicho Cártel. Así, los Beltrán Leyva iniciaron carrera propia, debido a esto se ha iniciado una cacería en contra de sus integrantes ya que según Herrera Valle, -quien fuera alto mando en la SSP14 y quien ha sido detenido y arraigado espectacularmente a partir de las declaraciones de un testigo que lo inculpó de recibir sobornos del narcotráfico. Pero el propio testigo incrimina a García Luna y al subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial de la SSP, Facundo Rosas. Ambos recibieron, según su testimonio, costosos regalos del Cártel de Sinaloa15- Genaro García Luna, quien ha sido señalado directamente como presunto protector de los hermanos Beltrán Leyva16, y comprobado con un mensaje entregado por el Cártel del Golfo al entonces procurador de la PGR, Daniel Cabeza de Vaca, en el que se menciona: “…de ante mano sabemos que el director de la AFI, Genaro (García) Luna está coludido con la organización de los Beltrán Leyva, y de quienes ha recibido grandes cantidades de dinero17”.

Las declaraciones ponen en evidencia la tesis de que el Estado favorece a un Cártel mientras desarticula a los demás; pues, la ineficacia de la lucha contra el narcotráfico es por la corrupción que existe dentro de las instituciones gubernamentales.

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Gustavo Castillo y Juan Carlos García. Capturan en Teocaltiche, Jalisco, a 5 integrantes del cártel de Sinaloa En: La jornada [en línea] (Sábado 16 de mayo de 2009) disponibles en: http://www.jornada.unam.mx/2009/05/16/index.php?section=politica&article=015n1pol 14 Ricardo Ravelo La guerra anti narco: de la simulación a la inoperancia En: Proceso. 1637 (16 de marzo de 2008) pág. 22 15 Ravelo Ricardo, García Luna, incriminado. En Proceso. No1673 (23 de noviembre de 2008) pág. 21. 16 Ravelo Ricardo. Incólume, la fuerza del “Chapo” En: Proceso. 1630 (27 de enero de 2008) pág. 17. 17 Ravelo Ricardo. Narco y gobierno: de poder a poder. En: Proceso. Nº 1630 (27 de enero de 2008) pág. 19.

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Pero no es sólo el Cártel del Pacífico quien a recibido ayuda oficial, sino también el Cártel del Golfo, quien la obtuvo por medio de su brazo armado (los Zetas) durante el gobierno foxista, en especial del entonces procurador Macedo de la Concha, quien fue sustituido por la presiones de EU (Estado Unidos) ante las sospechas de apoyar al grupo armado y sustituido por Daniel cabeza de Vaca18, quien se refería al grupo como un mito19.

Pero la corrupción no queda solamente en el gabinete del presidente Calderón, ya que las declaraciones del secretario de economía Gerardo Ruiz Mateos sobre el riesgo de que el próximo presidente de México fuera un narcotraficante20, se harán realidad si el gobernador de Sonora Eduardo Bours Castelo llegará a ella, ya que ha manifestado públicamente su intención de postularse para las elecciones del 2012 teniendo grandes posibilidades debido a su inmensa fortuna, pero él y su familia no son ajenos al narco de acuerdo con informes de la DEA (Agencia Antinarcóticos) y de la PGR. Ya que tan sólo en año y medio han sido asegurados 24 camiones de la empresa Bachoco (propiedad de la familia Bours Castelo), cargados con mariguana y cocaína, los camiones cubrían el trayecto más importante de trasiego de droga: Tijuana, Mexicali y San Luís Río Colorado, donde operan Los Beltrán Leyva célula del Cártel de Sinaloa (cuando aún se encontraban unidos), por lo cual el gobernador Castelo a lanzado protestas enérgicas contra la PGR y se ha pronunciado en contra de los retenes21.

Otro indicio es la amistad intima que tiene con Parada Morales que opera para el Cártel de Sinaloa, en particular con la célula Beltrán Leyva que son amos y señores del narco en Sonora, tiene empresas camaroneras y trafica con grandes volúmenes de drogas en barcos pesqueros por el Golfo de California. Con ello se encuentra que el gobernador Eduardo Bours es una pieza importante de todo el narcotráfico internacional que opera desde Sonora, Ricardo su hermano, así como otros miembros de su familia, son los principales enlaces con los mafiosos teniendo la protección de las autoridades federales.22

Son diversas las implicaciones que impiden un funcionamiento correcto de las autoridades. Tanto de la SSP y la PGR. Dicha problemática refleja diferencias institucionales que se traducen en acusaciones y choques entre los titulares de ambas dependencias, quienes 18

Ravelo Ricardo. Protectores del Cártel del Golfo. En: Proceso. Nº 1635. (2 de marzo de 2008) pág. 9. Ravelo Ricardo. ...si existen Proceso. Nº En: Proceso. Nº 1635 (2 de marzo de 2008) pág. 8. 20 El Universal. Desatan polémica declaraciones de Secretario de Economía. En: Zocalo [en línea] (19 de febrero 2009) disponible en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/desatan-polemica-declaracionesde-secretario-de-economia/ 21 Ravelo Ricardo. Dueños de Sonora. En: Proceso. Nº 1643 (27 de abril de 2008) pág. 12-17. 22 Ravelo Ricardo. La red de los Bours En: Proceso. Nº 1645. (11 de mayo de 2008) pág. 12-15. 19

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trabajan con modelos incompatibles23. Sumado a esto se une el ejército que da muestras de la deficiencia y falta de coordinación en la guerra calderonista en contra del narcotráfico, aunado a la terrible corrupción que impera y absorbe no sólo

a estas instituciones sino a toda la

maquinaria del Estado, ya que el respeto de la ley sólo se da si la gente experimenta de manera cotidiana durante generaciones que quienes la representan son los primeros en hacerla cumplir y que se aplica efectivamente a todos por igual.24

En esta lucha contra el narcotráfico como se ha visto a servido más como una pantalla que como un verdadero combate frontal, ya que funcionarios cercanos y consentidos por el presidente Calderón solapan la actividad, y más aún por lo que se ve se protege al Cártel de Sinaloa comandado por Joaquín “el Chapo” Guzmán, aquí otra evidencia: “Hay empresas como Nueva Industria Ganadera de Culiacán S.A. de CV propiedad de Ismael “el Mayo” Zambada, que actualmente son promocionadas por el gobierno federal y que durante el gobierno de Fox recibieron el apoyo de la Secretaria de Economía a través del Fondo de Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes)”.25

Tal vez lo que evidencie más la falacia que es la guerra contra el narco desde sus inicios es el caso de Sergio Villareal alias “El Grande” quien no sólo opera libremente y controla el mercado de cocaína asociado al Cártel de Sinaloa, si no que se jacta de tener compradas a todas las autoridades locales y federales, es arropado por empresarios y políticos panistas26, y ejemplo de ello se tiene; ya que un hermano del narco, estuvo casado con Elsa María, hermana del senador del PAN (Partido Acción Nacional) por Coahuila José Guillermo Llamas, el padrino del bautizo de la hija del legislador fue Felipe Calderón, y como tal llegó con la protección del Estado Mayor Presidencial, y más recientemente la alcaldesa de Ciudad Lerdo, Rosario Castro Lozano impidió que fuera detenido por el ejército.27

Pero esto no daña sólo a la imagen del país, sino al pueblo, quien es el que saca la peor parte, ya que se encuentra entre fuego cruzado, el del Estado y el del narco, los cuales son

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Ricardo Ravelo. Cada quien por su lado. En: Proceso. Nº (3 de Agosto de 2008) pág. 25-28. Astorga, Luís. Corridos de traficantes y censura, Región y Sociedad [en línea] 2005, XVII (enero-abril): [fecha de consulta: 23 de mayo de 2009] Disponible en: ISSN 1870-3925 25 Cervantes Desusa. Paraíso del narcolavado. En: Proceso. No 1666 (octubre del 2008) pág. 26 Rodrigo Vera. Poderoso y protegido. En: Proceso. Nº (11 de noviembre de 2007). Pág. 16-19. también en: Bienvenidos a la narcopolítica. En: Proceso. Nº (7 de octubre de 2007) pág. 24-27. 27 Carrasco Jorge. Durango impunidad garantizada. En: Proceso. Nº Edición especial nº 24, el México narco, primera parte. Pág. 35. 24

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antagónicos supuestamente, pero ambos mantienen en zozobra a la población: “la violencia que genera la lucha que Calderón inicio contra el narcotráfico solo desato más violencia de la que ya se suscitaba”28, el resultado de la guerra iniciada es obvio cuando, policías, militares y agentes ministeriales demuestran su capacidad para resolver casos torturando a los acusados para que confiesen (a pesar de que algunos no son culpables), lo corrupto de las fuerzas policíacas, como reconoció el titular de la (SSP) Gerardo García Luna: “el mismo precio de corromper es bajo para el crimen organizado”29. Para colmo se justifican diciendo que aprender a estos policías es algo positivo y demuestra que el sistema funciona, cuando también él se encuentra en presunta complicidad con la delincuencia.

La confianza que tiene el pueblo en sus fuerzas policíacas y militares es poca, llegando a pensar que su capacidad es mínima, no obstante a estas acusaciones, las fuerzas armadas no tiene problemas para agredir a manifestantes, incluso llegando a disparar y luego preguntar, dando como resultado la muerte de personas que nada tenían que ver con esta lucha30 incluso la CNDH (Comisión Nacional de Derechos Humanos), apoya esta ola de violencia justificando la labor del ejército.31

Un caso de gran resonancia fue el sucedido en los poblados de Tres Marías, Amayuca y Xoxocotla donde los pobladores fueron reprimidos de una manera brutal por parte de la policía de los tres ordenes de gobierno y el ejército, por manifestar su apoyo al magisterio morelense, después de lo sucedido unos 800 elementos de las fuerzas federales rodearon a las comunidades para impedir que sus habitantes vuelvan a cerrar las vías de comunicación, en las entradas y salidas de las

localidades también instalaron retenes, donde interrogan a las

personas que entran y salen, Por su parte, Vicente Ríos dijo: “nos trataron como delincuentes de alta peligrosidad;

un operativo muy grande que deberían de implementar contra los

integrantes del crimen organizado, no contra nosotros”.32

Un caso que llamó la atención en Sinaloa fue el asesinato de 2 jóvenes quienes regresaban de una fiesta, después de la agresión los vecinos afirman haber oído a los militares decir: “hubieran

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Sara Pantojay Alejandro Medellín. El Universal. Martes 02 de enero de 2007 Silvia Otero. El Universal. Domingo 14 de octubre de 2007 30 Gastón Monge. El Universal. Lunes 30 de abril de 2007 El Universal. 31 Liliana Alcántara. El Universal. Miércoles 07 de mayo de 2008. 29

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Cruz Rubicela. Salida del Ejército y la PFP de Xoxocotla y Amayuca, exigencia popular en Morelos sábado En: La jornada [en línea] 11 de octubre de 2008. Disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2008/10/11/index.php?section=sociedad&article=039n1soc

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matado a todos”, ya que 2 jóvenes sobrevivieron33, ante ese atropello familiares y pobladores de Badiraguato se manifestaron frente al cuartel, y caso igual acaecido en Coahuila donde dos veterinarios fueron rafageados por el ejército, al hacerse las investigaciones pertinentes no se encontró ningún cadáver, ya que los militares se los llevaron, pues se presume que uno de ellos sobrevevivió, hasta el momento se desconoce su paradero, además uno de los testigos afirma que los militares olían a marihuana34. De tal manera, ya nadie confía en los encargados de cuidar a la ciudadanía, en lugar de defendernos los militares intimidan a los periodistas35. Y el ejército, policías y la PGR se dedican a atacar a manifestantes y agredir a civiles36. Los partidos políticos están comprados en algunos Estados37 y los elementos mandados por EU resultan tan corruptos como los nuestros.38

Otra caso es el sucedido a Juan Antonio Guajardo Anzaldúa quien fuera candidato del PT (Partido del Trabajo) para la presidencia municipal de Río Bravo en Tamaulipas que denuncio públicamente la narcopolitica que se vive en Tamaulipas, los nexos entre el PRI

(Partido

Revolucionario Institucional) y el Cártel del Golfo. Y por ello el 29 de noviembre fue ejecutado, ya había sufrido atentados, por los cuales había responsabilizado al gobernador Hernández Flores.39

La presencia de diez mil efectivos en la fronteriza Ciudad Juárez ha logrado contener la violencia, pero la ciudadanía acusa a los policías de corrupción y a soldados de violar derechos humanos. La CNDH ha lanzado acusaciones contra soldados y policías federales señalando que apuntan torpemente contra mujeres y niños durante los cateos en domicilios y en los puntos de inspección.40

De esta manera se pueden llegar a la conclusión y afirmación de las hipótesis propuestas ya que, el Estado se encuentra en una guerra simulada contra el narco, El Estado protege al Cártel

33

Carrasco Jorge. Retenes asesinos. En: Proceso. Nº 1641. (12 de abril de 2008). Turati Marcela. “No corras, por las manos en la cabeza” Proceso. Nº 1699 (24 de mayo de 2009). 35 Javier Cabrera y Yovana Gaxiola El Universal Miércoles (07 de mayo de 2008) 36 Randal C. Archibold y Andrew Becker. El Universal. Miércoles 28 de mayo de 2008 37 Juan Veledíaz. El Universal. Miércoles 07 de noviembre de 2007 38 Vidal Miriam. El Universal (jueves 01 de febrero de 2007) y Varillas Adriana. El Universal (viernes 01 de febrero de 2008). 39 Jorge Carrasco y Arturo Rodríguez…Por eso lo mataron. En: Proceso. (9 de diciembre de 2007) págs. 6-11 40 Reuters. Juárez: bajan 80% las ejecuciones; los policías y militares abusan. En: La jornada [en línea] 9 de mayo de 2009. Disponible en: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2009/04/09/ciudad-juarez-peligraexito-de-presencia-militar-por-corrupcion-policiaca 34

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de Sinaloa y se sirve de las fuerzas armadas para desacreditar movimientos sociales, y la militarización en la cual se encuentra sumergido el país es una forma de atemorizar a la población más que una verdadera lucha contra el crimen organizado ya que se podría decir que las policías, con sus presupuestos crecientes y su costosa tecnología, ni son útiles ni pueden detener el tráfico. Significa más bien legitimar una guerra contra la población41, como nos comenta el periodista Santiago Granados, quien vive el fenómeno directamente:

“Manifiestamente,

puedo decir que lo más alarmante sería que la población se llegara a

acostumbrar a dicha situación. Nadie recuerda que las dictaduras militares ultraderechistas de los años 70 en América del Sur empezaron como «planes de salvación nacional» que pretendían acabar con la «violencia callejera» generada por los enfrentamientos entre grupos guerrilleros izquierdistas, la policía y el ejército. Algo muy parecido a lo que está ocurriendo en Ciudad Juárez”.

Y agrega: “sin embargo, pregúntale a cualquier persona cuya existencia es más que rutinaria y te va a decir que consideran que la presencia de 10 mil soldados en la ciudad es algo bueno. Los hace sentirse seguros. En realidad, no piensan en las consecuencias a largo plazo; en lo que puede convertirse en una ocupación militar.”

Como se ha demostrado, con las evidencias existentes la salida del ejercito a las calles no cumple el fin que lo llevo allí, hay un vínculo político y económico por parte del Estado con el narcotráfico (que la tradición maneja), no se tiene una guerra directa que busca su erradicación. Se tiene la hipótesis de que el actual Estado mexicano apoyada por su fuerza legitimada busca unificar y controlar la distribución de la droga en el país, ya que, en el gobierno de Calderón se ha consolidado una creciente militarización con numerosos retenes que al parecer su accionar sólo se ha derivado en el incremento de muertes civiles en los supuestos operativos, así como la desarticulación de la organización de ésta.

41

Francisco A. Gomezjara, Mora Gerardo y otros. Proemio El imperio de la droga. Ediciones fontorama, colección rompan filas, México 1992, pág. 9.

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