Me pongo en presencia de Dios . Lo nombro. Hago un signo externo o repito una frase que me acerque a Dios. Busco su mirada. Siento que me mira, me acompaña, me espera. Trato de hacer silencio interior y calmarme. Dios es mi paz, lo único necesario....
Le pido una gracia especial para esta oración. Le pido que esté conmigo en este rato, le ofrezco lo que piense, lo que sienta... Que todo este tiempo sea para Él.
Leo el pasaje de la Biblia que voy a contemplar. Marco aquellas palabras, frases o actitudes que más me llaman la atención. Me imagino el lugar donde se desarrolló la historia. Veo con la imaginación los personajes... me pongo dentro de la escena, contemplando "desde dentro" lo que está pasando, escucho lo que dicen, miro lo que hacen... Si me ayuda, puedo buscar los textos paralelos, o acudir a otros textos con los que relaciono este pasaje. Puedo también leer los textos que están antes y después del que estoy rezando, para ubicarlo en el contexto.
Escucho a Dios... Escucho lo que esta Palabra tiene para decirme a mi... Me dejo cuestionar por el mensaje de Dios... no es una "reflexión intelectual" acerca de lo que la Biblia dice... es un encuentro de mi corazón con el corazón de Dios que quiere hablarme y tocar mi vida con su vida. ¿Cómo se relaciona todo esto con mi vida hoy?
Dialogo... Converso con el Señor como un amigo habla con su amigo ¿Qué le respondo a Dios? La contemplación me lleva al diálogo de corazón a corazón con Dios, como cuando un hijo habla con su padre, un amigo con su amigo, como conversan los que se quieren. Expreso mis sentimientos... pregunto... agradezco.... ofrezco... ME ofrezco a Dios... Me comprometo con lo que Él me pide
Miro cómo me fue en la oración. Doy gracias por lo que recibí... recuerdo lo que fui sintiendo y lo anoto lo más claramente posible. Si tengo posibilidad, busco con quién confrontar mi oración.