Caminando lentamente, me incorporo a mi sufrida humanidad, con paso tembloroso y el corazón henchido llego al centro de los gritos. Manos sudorosas,voces que se extienden hacia todo el mundo sentimientos comunes y miradas de lucha clamando todos al mismo tiempo:justicia e igualdad. Vallejo reinaba en medio del ágape, Aimaras, quechuas, mestizos...todos unidos bajo un mismo cielo nuestras voces abren nuevas realidades, quizá nuestro grito sea escuchado por corazones inertes y metalizados, quizá sigamos gritando desde la misma muerte que el agua les pertenece a todos, que la tierra es del campesino, que la educación debe ser gratuita. Entonces Las bombas lacrimógenas danzarán frente a nuestros ojos su danza de la muerte. Quizá una mancha de sangre quede como único testigo de que el pueblo si luchó, que nos silenciaron con flashes y cámaras; y comparan quien vale más? la vida de un perro o la vida de los campesinos de Ayacucho? Quizás a los «no tocados» se les conmueva el corazón cuando sólo quede muerte y llanto en las tierras de Cajamarca. Quizás Totorococha cobre venganza y arrastre a todos por igual, Quizá en medio de estas cifras del INEI la pobreza baile una marinera, y se siente a la mesa del Presidente. Quizá los pobres pasarán a mejor vida de tanto esperar sentados sobre un banco de oro, Quizá Yanacocha vomite a los foráneos e Inkari vuelva para cumplir su promesa. Quizás algún día San Marcos se respete y se levanten los estudiantes muertos en Ayacucho,Arequipa,Puno...
con la guadaña en mano proclamarán Basta de vender nuestra tierra,de matar de hambre al pueblo ¡Basta de la maldita represión! Alejandro Romualdo se unirá a nuestra lucha, y con las palabras afiladas uno a uno tocaremos oídos insensibles y cerebros quemados. Quizá la selva deje de llorar sus árboles muertos, su coca destruida, Quizás los campesinos puedan gritar la verdad: Estamos cansados de que maten nuestros cultivos, de que la papaya se pudra antes de tiempo, Estamos cansados de que nos llamen terroristas y de salir sonriendo en el canal 7. Quizá cuando todo esto pase... yo ya este bajo tierra, como la niña de Guatemala, esperando la canción de la libertad, esperando la nueva realidad