Los Flechas Navales 24.01.09

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LOS FLECHAS NAVALES José González Parada.- Llegué a Soller por primera vez el 1 de marzo de 1.974, al ser destinado a este pueblo mallorquín desde la Academia de la Guardia Civil de Ubeda donde había ingresado el día 1 de septiembre de 1.973. Con el tiempo fui conociendo el pueblo así como sus lugares más emblemáticos como el Puig Mayor, el mirador de Ses Barques, el Destacamento de Alerta y Control número 7, la Sierra de Alfabía, la Estación Naval de Soller donde se encontraba la Escuela de Armas submarina, ubicada en uno de los extremos de la herradura que forma la Bahía de Puerto de Soller, y que hoy es el Museo del Mar. Es, éste último, el lugar por el que sentía mayor interés por conocer, puesto que, como marinero que había dejado de serlo hacía solamente varios meses, me picaba el gusanillo por saber algo sobre la historia de dicha base naval. Allí supe que en unas maniobras navales cerca del lugar, el Lepanto había hundido al submarino C-4 pereciendo en el naufragio 44 tripulantes, hecho ocurrido en el año 1.946. Pero lo que más me impactó fue la narración de un sollerense mayor de edad cuando me contó la desgracia del Crucero “Baleares” y la desaparición de 788 tripulantes a pesar de que se salvaron 435, entre ellos tres flechas navales de los doce que éste crucero llevaba en la madrugada del 5 al 6 de marzo de 1.938 cuando se hundió. El mayor motivo de mi interés por el Baleares estaba en que yo siempre había escuchado en Sanlúcar que un sanluqueño embarcado en él, había desaparecido en el mismo cuyo nombre era Manuel Barón Romero, Teniente de Navío. Se puede decir que fue un desastre, pero no era en sí la historia del hundimiento del Baleares lo que más me interesaba en esos momentos, era simplemente lo que me contó sobre los desaparecidos donde incluía a nueve flechas navales, porque esto significaba que allí habían perecido niños de los que llamamos de la guerra. ¿Pero quienes eran los flechas navales?. En Sanlúcar yo los había visto de niño cuando estaban en el “Hotel” o “Chalet” llamado del Castillo –en la Avenida de Bajo de Guía-, y que después sirvió desde finales del año 1.964 como Escuela marítima donde se impartía cursos de Motoristas Navales, donde me incluyo yo, -aunque no pude por entonces terminar el curso, por ingresar en el Cuartel de Marinería de San Fernando el 2 de Enero de 1965-, y a continuación como Comisaría de la Policía Nacional hasta que ésta lo abandonó encontrándose en la actualidad vacío aunque hace poco tiempo fue restaurado. “Este “Chalet” fue construido por el General de las Guerras de Cuba y Filipinas, Sr. González Montero, que se cree era de Sanlúcar, fue construido entre los años 1.908 y 1.911 y tiene en la fachada el escudo del General con las armas de Caballería, un León con un puñal en la garra y una leyenda que dice “Monke-Muzo”. Tenía un embarcadero dentro del jardín que yo conocí y del que por un pequeño túnel que atravesaba por debajo de la actual avenida, se salía embarcado al mar, a semejanza de los palacios venecianos.

En primer lugar la Escuela de Flechas Navales en Bajo de Guía LOS INICIOS DE LOS FLECHAS NAVALES La primera escuela de flechas navales fue creada en Palma de Mallorca (Baleares), el 19 de noviembre de 1.936 siendo Delegado Provincial Francisco Rosselló Pericás y Delegado local Juan Sastre Soler junto con el Cónsul de Cuba y piloto de la Marina Mercante, Nadal Antelmo Janer padre de Nadal Antelmo Morey, uno de los tres flechas navales supervivientes del crucero Baleares, ocupando el edificio en que hoy está enclavado el Grupo Escolar “JAIME I”, en Palma de Mallorca. Éste consistía en un programa de estudios para la formación de grumetes dirigidos a los miembros de la legión de Flechas con la categoría de “Vanguardistas” que tuvieran interés por el mar. Sus actividades estaban relacionadas con el mar y consistían en remar, maniobras de vela, historia naval, reglamentos para evitar abordajes, pilotaje y navegación, salvamento, rutina de la vida a bordo, comercio exterior, etc. Estos flechas navales eran parte de la “Legión Nacional de Flechas”, perteneciente a la rama juvenil de la Falange Española de las JONS como imitación de los “balillas” italianos, las “juventudes Hitlerianas” alemanas y también del “Konsomol” soviético como ejemplo de los “boy –scouts”. Los flechas estaban divididos según su edad, en: • Cachorros (de 6 a 9 años). • Escoltas (de 10 a 13 años). • Vanguardistas (de 14 a 17 años). El Vanguardista de primera debía saber: • La historia de la bandera. • Hacer ocho clases de nudos y aplicarlos. • Aplicar las prendas del Uniforme a usos útiles. • Cantar bien el himno y tres canciones patrióticas. • Cómo se socorre de urgencia a un accidentado. • Seguir en 30 minutos una pista de 500 metros, interpretando los signos artificiales. • Recorrer un kilómetro en 10 minutos (20 pasos andando y 20 pasos corriendo).

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Disponer un guiso cualquiera sin más utensilios que una sartén. Saber orientarse con la brújula y sin ella de día y de noche. Tener una hucha o bien una libreta de ahorro. Los artículos 1º, 3º, 4º, 5º y 7º de las pruebas exigidas a los Escoltas, que eran los siguientes. 1º.- Explicar el Código de Honor y el Juramento, demostrando haber comprendido su significación. 3º.- Saber presentarse a los superiores, saludarles y cumplir una orden. 4º-. Distinguir las insignias, categorías, grados, etc.., de Falange y del Ejército. 5º.- Izar correctamente la bandera. 7º.- Talonar el paso y hacer bien los movimientos de orden.

Al no poder ser numerosos el grupo de Flechas Marítimos, de cada cuartel, agrupación o puerto de mar, se escogió el 10% de los encuadrados, formándose de esta manera: Al concederle al flecha su ingreso en la Sección Náutica de la Legión Nacional de Flechas, éste quedaba registrado como GRUMETE. De esta manera, cada tres flechas o grumetes formaban 1 Elemento y, cada 3 elementos, 1 Escuadra que recibía el nombre de BAJEL, compuesta de 9 flechas navales, 1 jefe y 1 subjefe, en total 11 elementos a cuyo primer jefe se le llamaba PATRÓN O NOSTRAMO. 3 BAJELES formaba 1 GOLETA y al jefe se le llamaba PILOTO. 3 GOLETAS constituía un NAVÍO cuyo jefe se le llamaba PILOTO DE ALTURA. 3 NAVÍOS constituía 1 FRAGATA y su jefe tenía el título de JEFE DE NÁUTICA. El programa de estudios de los Flechas Navales incluía todo el año, reuniéndose en invierno en un cuartel de Palma de Mallorca donde se daban las clases teóricas de náutica y, las práctica en verano se daban en un viejo barco que había en el puerto para desguazar, un velero cuyo nombre era “Zaffi”. Como hemos dichos, los flechas que ingresaban en la Sección Náutica de las organizaciones Juveniles lo hacían con la categoría de Grumetes, ascendiendo de categoría a medida que pasaban un examen sobre 12 temas que eran los siguientes:

CATEGORIA

MARINERO

CONOCIMIENTOS 1-. Presentar un Certificado de su PILOTO de haber servido con disciplina y aprovechamiento por lo menos tres meses como GRUMETE. 2.- Conocer la Historia Marítima desde los primeros tiempos hasta el siglo XV y presentar una carta en la que se han trazado los rumbos seguidos por Colón y Sebastián Elcano. 3.- Conocer el nombre de diferentes botes, partes de los mismos y de los remos, saber dibujar de una manera clara cualquier clase de ellos. 4-. Presentar en un tablero en haya en el que se han clavado o pegados los siguientes nudos: Nudo de rizo, Vuelta de escota, Vuelta de braza, Dos cotes, Vuelta ballestrinque, Nudo de pescador, Eslinga, Balso por seno y Balso de calafate. Saber para que sirven los diferentes clases de cabos, con qué material se fabrican y definir los siguientes tecnicismos-COLCHAR, TORCIDA Y CUMPLIDO-. 5-. Construir un saco marinero de lona para guardar la ropa y un petate también de lona. 6.- Conocer tres clases diferentes de ANCLAS y dibujar una de ellas. 7.- Cuartear el compás y saber dar parte a sus superiores de buques en el horizonte o de la dirección del viento respecto al buque. 8-. Explicar el significado de LONGITUD y LATITUD y saber la

situación de su casa usando esas coordinadas. 9.- Nombrar y explicar las siete guardias y conocer los toques de campana de a bordo. 10.- Presentar un modelo de buque construido por el mismo. 11.- CONOCER el ejercicio de “abandonar el buque”. 12.- Poseer la especialidad de NADADOR de los FLECHAS terrestres.

PATRÓN

CONTRAMAESTRE

1.- Presentar un certificado de su PILOTO de haber servido con disciplina y aprovechamiento seis meses por lo menos como MARINERO. 2.- Conocer la historia Marítima desde Colón hasta nuestros días. 3.- Conocer la etiqueta naval y manejar botes a vela y al remo. 4.- Presentar una costura de ojo y una de empalmadura. 5.- Dibujar el aparejo de una GOLETA y nombrar los mástiles y botavaras. 6.- Dibujar la cadena del ancla de un buque y la sondanesa con las marcas. 7.- Conocer el uso de varios tipos de correderas. 8.- Conocer los diversos métodos de señales a bordo y recibir 30 letras por minutos con el SEMÁFORO. 9.- Ayudar en la construcción o reparación de un barco. 10.- Conocer el ejercicio de FUEGO A BORDO”. 11.- Conocer y saber mandar “singladura a bordo” y “un día de trabajo a bordo”. 12.- Saber calcular la estima y el rumbo entre dos puntos. 1.- Presentar un certificado de su PILOTO de ALTURA de haber servido con disciplina por lo menos un año como PATRÓN. 2.- Nombrar y describir nueve clases de buques. 3.- Nombrar y definir la jarcia firme de una Fragata. 4.- Nombrar y definir la jarcia de babor de la arboladura de una fragata. 5.- Nombrar y definir las cabos que guarnecen las diferentes velas de BERGANTÍN GOLETA. 6.- Describir el SEXTANTE y su uso. 7.- Reglamento de luces de situación y para evitar abordajes. 8.- Demostrar habilidad en mandar una tripulación a bordo y en tierra. 9.- Poseer la especialidad de “AMBULANCIA” de los FLECHAS terrestres. 10.- Saber pronosticar el tiempo según el aspecto del cielo, nubes y horizonte. 11.- Saber usar e interpretar el Código Internacional de señales. 12.- Conocer los Sistemas de Salvamentos en caso de naufragio.

Debido al escaso número de especialistas de confianza en la Armada, ésta demostró gran interés en preparar señaleros, comunicaciones, radio etc.., y empezó a apoyar de una manera decidida a estos flechas desarrapados encargándose de ellos el Almirante Francisco Bastarreche que dio facilidades para la creación de una escuela naval facilitando uniformes, profesores y materiales cambiando incluso de barco para las prácticas como fue la entrega por parte de un sollerense -D. José Ripoll-, de un buque de 305 toneladas, botado en 1.878. Este buque de nombre “Unión”, era un buque de hierro que se encontraba atracado al costado del yate del Almirante Bastarreche, se había empleado para llevar naranjas desde Soller a Cette

(Francia) y que a causa de la guerra tuvo que interrumpir los envíos regalando el buque a los flechas navales para sus prácticas. Su inauguración se produjo el día 2 de Mayo de 1.937, asistiendo las primeras autoridades mallorquina, el Contralmirante Jefe de la Base Naval, Almirante Bastarreche, el jefe de la Guardia Urbana, el Jefe del Estado Mayor de la Armada, D. Pedro Sanz, así como los cónsules de Alemania y Portugal y el Almirante Marenco de Moriando y el Comandante del Zeno, el señor Marcotini. El mismo tenía alojamiento para los primeros 60 alumnos que hacía vida a bordo y cuyas enseñanzas eran gratuitas así como la manutención gracia a las aportaciones de simpatizantes y socios protectores. Este velero cambió su nombre más tarde por el de “Felipe Crespi”, nombre del flecha naval más joven de los que murieron en el crucero Baleares. Más tarde se contó con otro motovelero de casco de madera construido en 1.919 de 27,77 metros de eslora, 7,30 de manga y 123 toneladas en el que los flechas navales hacía sus prácticas de navegación. Los requisitos que se pedían para su ingreso en la Academia Naval de Flechas de Baleares y enrolarse como grumetes eran los siguientes: • Haber cumplido los 14 años. • Pertenecer a la Legión Naval de Flechas. • Ser presentado por sus padres. Hay que decir que la edad mínima no se cumplió en todos los casos, ya que había alumnos que ingresaron en la Escuela Naval con 12 y 13 años como fue el caso del flecha naval Amadeo González Rodríguez que se escapó de su casa en Galicia e ingresó en la Escuela de Flechas Navales de Baleares sin el permiso paterno y sin cumplir la edad reglamentaria, así como otros padres que no permitió darle permiso a sus hijos para su ingreso. Cuando el Almirante Bastarreche los dotó de uniformidad, estos usaban un uniforme semejante a la Marina de Guerra Española. Azul marino en invierno y blanco en verano. Zapatos negros o blancos según uniforme y en la cinta de la gorra llevaban una inscripción donde decía “Flechas Marítimos” en amarillo y en ambos extremos un escudo de Falange en rojo. El emblema era de seis centímetros de altura, con el ancla bordada en blanco y las flechas en rojo, con el uniforme en blanco el ancla era azul. Se llevaba en la manga izquierda a diez centímetros del hombro, y sobre el bolsillo izquierdo llevaba bordado en rojo el nombre de la Goleta o Navío y debajo el puerto de esta manera: GOLETA CHURRUCA Palma de Mallorca Los Marineros llevaban un ángulo recto de cinta plateada de 4 cm. de lado y uno de ancho debajo del emblema. Los Patrones dos ángulos. Los Contramaestres tres ángulos. Con el uniforme blanco estos ángulos eran de color azul. Estos distintivos no podían usarse antes de haber aprobado los exámenes correspondientes, aún en el caso de que los flechas estuvieran mandando interinamente BAJELES o fueran subjefes de Goletas, Navíos y Fragatas, cargos que correspondían a Contramaestres. El uniforme de jefes de Goletas, Navíos, Fragatas etc.., era el de oficial de Marina Mercante. En la gorra se usaba el emblema anteriormente descrito y también en ambas solapas, de 3 cm., de longitud, el ancla era dorada. Los Jefes de Goletas llevaban en la bocamanga un galón dorado. Los de Navíos dos y los de Fragatas tres, de 1 cm., de ancho. Los Jefes de Sección Provincial los galones que le correspondían según el número de flechas Marítimos que tuviera a su mando, y si pasaban de dos Navíos cuatro galones con los emblemas colocados en las mangas sobre los galones en vez de las solapas.

La prenda de abrigo era un tabardo azul modelo Marina de Guerra Española con botón de ancla dorado. El régimen dentro de la Academia era bastante intenso, empezando por una intensiva educación naval mediante un horario de clases bastante exhaustivo: Hora LUNES, MIÉRCOLES, VIERNES MARTES, JUEVES SÁBADO 6,30 Diana y zafarrancho de coys Diana y zafarrancho de coys 6,45 Desayuno Desayuno 7,00 Baldeo y Limpieza General Baldeo y limpieza General 7,45 Lavarse y mudarse Lavarse y mudarse 8,00 Izar la bandera -relevo guardia Izar la bandera-relevo guardia 8.15 Revista de policía visita enfermería Revista Policía, visita enfermería 8,30 Ejercicio Militar Gimnasia 9,00 Señales Señales 10,00 Maniobra y recorrido Maniobra y recorrido 11,00 Matemática Idioma y Patria 11,45 Primera comida Primera comida 14,30 Ordenanzas Armamento 15,30 Física Ejercicio marineros 16,30 Religión y Moral Higiene naval 17,00 Lavarse y mudarse los francos Lavarse y mudarse los francos 17,30 Segunda comida Segunda comida 18,00 Revista y salida de francos Revista y salida de francos 19,30 Oración, lista y reparto de la guardia Oración, lista y reparto de la guardia 20,30 Regreso de francos, retreta Regreso de francos, retreta 21,00 Silencio Silencio Los flechas que tenían un régimen externo tenían un horario diferente: • A las 7,00 entraban en el barco. • A las 11,30, salida para comer. • A las 14,30, Regreso. • A las 17,30, Salida. • A las 19,30, Regreso de los que tenían guardias. De la primera promoción, compuesta de 60 alumnos interno más 30 externos, 70 acabaron los estudios en el plazo previsto iniciando las prácticas en distintos buques de la Armada española, como fueron el Baleares, Canarias, Almirante Cervera o el Júpiter, aunque en el periodo lectivo diversos contingentes fueron destinados en los buques de la Armada para realizar prácticas. La selección se hacía a partir de un examen y los que obtenían mejores notas eran destinados a los buques. Primero en grupos de 4 y más tarde en grupos de 12 en los cruceros y en grupos de 2 en destructores y otras naves de poco tonelaje, En febrero de 1.938, se destinó un nuevo grupo de 12 flechas navales al “Baleares” que es menester mencionarlos a todos por su final destino. Nombre Edad Natural de: Destino en el Buque Francisco Colom Palmer 13 Palma Puente-Señalero Guillermo Gari Mateu 13 Buñola Puente-Señalero Pablo Jove Coll 17 Sancelles Puente-Señalero Felipe Crespi Martín 13 Palma Puente-Señalero Antonio Matas Serra 13 Marratxi Puente-Señalero Miguel Roca Barceló 16 Lluchmayor Puente-Señalero Miguel Roses Buades 16 Palma Puente-Señalero Modesto Codina Nadal 15 Manacor Puente-Señalero José Estevez Barcia Bayona (Pontevedra) Radio-TSH

Nadal Antelmo Morey Amadeo González Rodríguez José Leyva Solla

14 14 16

Cárdenas (Cuba) Tui (Pontevedra) Bayona (Pontevedra)

Radio-TSH Radio-TSH Radio-TSH

De todos ellos solo los tres últimos lograron sobrevivir al hundimiento, aunque uno de ellos, parece ser que fue José Estévez Barcía, llegó a tierra todavía vivo y pereció en el hospital, los ocho restantes, que estaban destinados en el puente de mando, murieron al instante. Sobre el hundimiento del Baleares quién mejor para contarlo que D. Eduardo Palomar Baró. EL HUNDIMIENTO DEL “BALEARES” por Eduardo Palomar Baró.

A principios de 1938 la Escuadra nacional incorporó a sus filas cuatro ‘cruceros auxiliares’, naves mercantes reacondicionadas en astilleros españoles y destinadas exclusivamente a la protección de los convoyes. Este año tuvo tres características principales en la guerra: se advirtió un dominio creciente de la Flota de los nacionales en los teatros de operaciones. Se ordenó a la Marina apoyar las operaciones terrestres de las fuerzas de Franco, que habían iniciado la toma de los puertos del Mediterráneo. Y por último, comenzó la lucha entre los Barcos de guerra y las Fuerzas aéreas. En la noche del domingo 6 de marzo de 1938, la Escuadra roja, mandada por Luis González Ubieta, y compuesta por los cruceros “Libertad” −buque insignia− y “Méndez Núñez”, y dos flotillas de destructores, zarpa del puerto de Cartagena con el propósito de proteger a unas falúas que pretendían dar un audaz golpe de mano a la Base aeronaval de Palma de Mallorca, y así acabar de un solo golpe con el mayor número de buques nacionales. Esta operación estaba apoyada por Indalecio Prieto y por el comisario general de la flota, Bruno Alonso. Sin embargo, el plan, basado en la infiltración de un cierto número de veloces lanchas torpederas soviéticas en la citada bahía, fracasó antes de empezar, ya que los técnicos rusos alegaron la mala mar para regresar inmediatamente a puerto. González de Ubieta no ocultó que el verdadero motivo, en su opinión, había sido la cobardía de las tripulaciones soviéticas, acusación a la que los rusos respondieron acusándole de derrotista y traidor. Dispuesto a aprovechar en lo posible los dispositivos acordados, el Jefe de la Flota y Estado Mayor decidió salir a alta mar para tratar de dar caza al crucero “Almirante Cervera”, que se creía navegaba hacia Cádiz para ser sometido a reparaciones de cierta consideración. Mientras tanto, la flota del Bloque nacional no permanecía inactiva. La división de cruceros abandonaba el puerto en solitario para prestar protección a un convoy de armamento. El capitán de navío Francisco Moreno Fernández, −que fue nombrado el 30 de julio de 1936 vocal de la Junta de Defensa Nacional, en representación de la Marina, y que actuó como jefe de la flota nacional prácticamente durante toda la contienda− permaneció en tierra, por considerar la operación como secundaria, por lo que el Estado Mayor de la Flota y la insignia de mando se trasladaron al crucero “Baleares” desde el “Canarias”, al mando del contralmirante Manuel de Vierna y A las 00:45 del 6 de marzo de 1938, por sorpresa, las dos flotas se encuentran en alta mar, sin sospechar ninguna de ellas la presencia del contrario. Temeroso González Ubieta de salir malparado en caso de una confrontación, ordena la retirada de sus buques, y el regreso de los mismos a sus respectivas bases.

Pero poco después, el destructor rojo “Sánchez Barcaiztegui” avista de nuevo al “Baleares”, que navega acompañado de los cruceros “Canarias” y “Almirante Cervera” y de los destructores “Velasco”, “Huesca” y “Teruel”, lanzando dos torpedos sin éxito contra el “Baleares”, que a la vista del enemigo, sin poder localizar a este debido a la oscuridad, decide rodear el convoy para protegerlo en lugar de elevar la velocidad para evitar los torpedos enemigos. A las 02:05 horas, la Flota nacional decide mantener el rumbo, para evitar acercarse a la Flota roja. Se detecta al enemigo, y el contralmirante Manuel de Vierna ordena el lanzamiento de proyectiles iluminantes, lo que fue un error ya que se delató al abusar de esa señalización, así como del excesivo uso que se hizo de las señales de los telégrafos luminosos, que fueron vistas por la Flota gubernamental. Estos errores cometidos no reportaron ninguna ventaja para los artilleros del “Baleares”, y sí, en cambio para los del “Libertad” que rápidamente ahorquillaron al buque nacional, el cual abrió un fuego descoordinado, que solamente consiguió señalar con claridad su posición a los destructores enemigos, los cuales lanzaron 12 torpedos, dos de los cuales hicieron blanco. El impacto fue fulminante, volando el pañol de municiones de proa y el puente. El “Baleares” a las 02:19 horas, se escoró rápidamente y con varios incendios a bordo. El “Canarias”, que le seguía, esquivó los restos, y guió al “Almirante Cervera” fuera de la acción. Por su parte los republicanos abandonaron también el combate. Mientras ambas Flotas abandonan el lugar, dos destructores de la ‘Royal Navy’, “Boreas” y “Kempenfelt” ven los proyectiles iluminantes y la explosión, dirigiéndose al lugar del combate a toda máquina. A las 03:50 horas ven el crucero en llamas y a las 04:25 pueden ya ver a los hombres del “Baleares” en el agua. Inician una operación de rescate tan audaz como arriesgada, ya que la Aviación roja, con una formación de 9 Tupolev SB-2 “Katiuska”, trataron de rematar al crucero nacional, que ya estaba hundido, lanzando bombas contra los dos destructores británicos, que se dedicaban al salvamento de los náufragos, llevándose la peor parte el “Boreas” donde hubo un muerto y cuatro heridos. Hacia las 7:00 de la mañana, con el amanecer, la división de cruceros nacionales da media vuelta en busca de sus compañeros, que ya habían sido auxiliados por los marinos británicos. En el desastre perecieron 788 hombres, entre ellos el contralmirante Manuel de Vierna Belando, el comandante capitán de navío Isidro Fontenla Maristany, 6 jefes, 15 capitanes, 17 oficiales, 10 maquinistas, 27 auxiliares, 657 marineros, 75 soldados de Infantería de Marina, 8 flechas navales, 1 capellán, etc. Un grupo de tripulantes se hundió cantando, brazo en alto, el himno de la Falange, el “Cara Sol”. Fueron rescatados 435 hombres. La escuela de Flechas Navales siguió en activo durante varios años más tras el hundimiento del “Baleares” expandiéndose la organización a diferentes zonas de España donde sobrevivió varios años hasta que empezó su decadencia hacía los años 60, extinguiéndose finalmente. Yo no se hasta cuando estuvieron en Sanlúcar los flechas navales, pero se que se formaron muchísimos chavales provenientes de casas muy pobres, hijos de marineros, y que después fueron grandes profesionales en la Armada Española quedando todavía varios oficiales y jefes que salieron de los Flechas Navales de Sanlúcar de Barrameda. Después de la Guerra Al finalizar el conflicto, y después de un examen, muchos de aquellos Flechas fueron promovidos al empleo de timoneles, señaleros y radiotelegrafistas, ya que la Armada consideró de interés tenerlos en sus filas. Pero, además de eso, debido al buen resultado de la experiencia de la Escuela de Palma, se pensó en la conveniencia de establecer otras Escuelas de FN extendidas por el litoral español;

idea ésta que fue muy bien acogida por varios Jefes de la Armada, encabezados por el Almirante Fco. Bastarreche y Díez de Bulnes, e impulsada también por FET y de las JONS. La promoción de la idea se inició con la participación de los Flechas Navales en el primer desfile de la Victoria, y posteriormente, con el viaje de prácticas que, ese mismo año de 1939. realizaron aquellos jóvenes a numerosos puertos españoles a bordo de la motonave Ciudad de Alicante; lo que dio como resultado que al año siguiente se encontrasen ya funcionando ocho escuelas en toda España. Considerando la importancia que tuvo en su momento para la divulgación de los Flechas Navales en España, señalaremos brevemente el periplo que realizaron a bordo del Buque Escuela Ciudad de Alicante. La motonave zarpó de Cádiz el día 13 de junio de 1939, visitando Pasajes. Bilbao. La Coruña, Ferrol, Vigo, Marín, Lisboa, Ceuta, Palma de Mallorca, Ibiza. Barcelona, Valencia, Alicante, finalizando su viaje en Cádiz el 17 de julio siguiente; es decir, realizaron una singladura de 34 días de duración. Sin embargo, lo que realmente impulsó la espléndida iniciativa fue la Ley de 14 de diciembre de 1940, de organización de la Sección Naval del F. de J., que venía a desarrollar, en este ámbito, la anterior Ley de 6 de diciembre de 1940, de constitución del Frente de Juventudes. En efecto, esa norma legal otorgaba todas las competencias para atender a la formación marinera de la juventud española y ello permitió que, al paso del tiempo, su expansión resultase verdaderamente espectacular, constituyéndose Centros, tanto en tierra como en buques, a lo largo de todo el litoral nacional, e incluso se contó con una Escuela en Madrid. Los objetivos profesionales que se marcaron aquellas primeras escuelas buscaban la cualificación de los alumnos en los oficios propios de la Suboficialidad de la Armada, como radiotelegrafistas, mecánicos, timoneles-señaleros, mayordomos, maquinistas navales, etc ... pero también se les preparaba para que, en su momento, pudieran incorporarse a la Marina Mercante o de Pesca. Todo ello enmarcado lógicamente en el ideario de FET y de las JONS. Para ese último objetivo, en todas las Escuelas, el puesto de Director recaía en una Jerarquía del Movimiento, por entender, según el escritor historiador D. José Carlos de Luna, que debía estimarse "la prioridad indiscutida de la formación del espíritu sobre el orden técnico". En el año 1940 estaban en funcionamiento las Escuelas de FN de Huelva, Cádiz, Sanlúcar de Barrameda, Sevilla, Algeciras, Málaga, Palma de Mallorca y Barcelona, total ocho. De éstas, cuatro estaban ubicadas en buques y el resto en tierra. Los estudios en las Escuelas de FN se realizaban en régimen de internado y la vida en ellas era la propia de un establecimiento militar, pero atemperada lógicamente a la edad e idiosincrasia de los alumnos. Este tipo de vida se entendía que era el apropiado para proporcionar a la Marina Española unos hombres rectos, disciplinados, valientes, patriotas y cristianos. Evidentemente, esa pretensión significaba el contrapunto de lo que, por desgracia, nutrió durante mucho tiempo los barcos de nuestra Armada. En esta Escuela, como en todas las de Flechas Navales, el sistema de enseñanza discurría sobre tres ejes esenciales: la educación nacionalsindicalista, la religión, y la formación profesional; todo ello incardinado en el objetivo último de conseguir buenos profesionales de la mar con moral nacional y católicos. En un escrito de la época puede leerse: "Con las Escuelas de Flechas Navales se pretende (y se puede decir que esto ha empezado a ser realidad) encauzar esas aficiones, de acuerdo con las capacidades de cada muchacho y orientar su porvenir hacía la especialidad que le agrade y pueda desempeñar dignamente. Ahora el aprendizaje de marino dejará de ser un calvario de penalidades sin cuento al uso de truculentos actores de folletín. El espíritu de la Falange pone también buen orden en ello".

"A los 16 años el Flecha Naval debe tener normalmente la instrucción preparatoria para embarcar en viajes de prácticas de cabotaje en buque de condiciones adecuadas ( ... ) ése es el momento crítico en que deberá orientarse su vida hacia la especialidad para la que se halle capacitado." En cumplimiento de lo expresado anteriormente varios alumnos de la primera promoción de Flechas Navales de la Escuela José Antonio, de Barcelona, fueron enviados en marzo de 1940 a San Fernando (Cádiz) donde realizaron varios cursos de perfeccionamiento para incorporarse de forma efectiva en la Armada. La Sección inicialmente la formaba una Centuria, llevaban un uniforme idéntico al de los marinos de la Armada. Con el tiempo nuestros Flechas también dispusieron de una banda de cornetas y tambores que actuaba en La vida en la Escuela de Flechas Navales era lo que en aquellos momentos pos bélicos se consideraba la adecuada. Es decir, la implicada con los aspectos castrenses, considerados entonces métodos de contrastada eficacia. Así, vivían en un régimen casi militar con sus formaciones, guardias, revistas, actos solemnes ... y contaban con su correspondiente equipo individual completo; entre otras cosas, casco de acero, cartucheras reglamentarias y un fusil (por supuesto inutilizado). En el buque se contaba también con un pequeño cañón de desembarco. Conclusiones De todo lo expuesto se puede concluir que la iniciativa para la creación de los Flechas Navales correspondió a un pequeño grupo de falangistas residentes en Palma de Mallorca. En efecto, todos los datos bibliográficos recogidos apuntan al Delegado Provincial de las OO.JJ. de Mallorca, Francisco Roselló Pericas, al Delegado local de Palma, Juan Sastre, y al Piloto de la Marina Mercante, Nadal Antelmo Janer (padre de un flecha superviviente del Crucero Baleares) como iniciadores de la obra. Ellos decidieron crear, a finales de 1936, en plena Guerra Civil, esta especialidad dentro de la Legión de Flechas de Baleares; no sabemos, sin embargo, si ello fue resultado de una iniciativa innovadora original, o se debió a la imitación de otros movimientos juveniles que, como la GIL o las Juventudes Hitlerianas que ya contaban con sendas Secciones Navales o de pre-marinos. Sea como fuere, lo cierto es que dicha iniciativa fue muy bien vista por los altos mandos de la Armada Nacional y, a principios de 1937 el Almirante Bastarreche decidió apoyar la obra y dotarla de todo lo necesario para su correcto funcionamiento. Al respecto no debemos olvidar que la Armada Nacional se encontraba, por aquel entonces, muy necesitada de personal especialista para completar las dotaciones de sus buques. Es bien sabido que un importante contingente de la marinería de la Flota de Guerra se había amotinado contra sus mandos y pasó a formar parte activa de la flota de la República. Así, pues, parece que la intencionalidad de los altos jefes de la Armada Nacional cubría dos objetivos importantes. Por una parte se trataba de dotar a los buques de guerra nacionales de personal cualificado en ciertas actividades técnicas, Y por otra parte, se garantizaba la fidelidad ideológica de este personal, con la vista puesta, lógicamente, en el próximo futuro que vería acceder a estos jóvenes aprendices de marineros a puestos de responsabilidad dentro de la Armada. Se estaba sembrando para impedir, o evitar en lo posible, una repetición de los sangrientos amotinamientos ocurridos durante los primeros días del Alzamiento. Como hemos visto, la experiencia de la Escuela de Flechas Navales de Palma pronto cobró popularidad y, a su imagen y semejanza, empezaron a aflorar otras .por todo el litoral español. En fecha tan temprana como abril de 1938 ya nos encontramos con una Escuela de Flechas Navales en Melilla.

Las mismas patas para un banco Pero en realidad fue después de terminada la guerra civil cuando tuvo una verdadera expansión. La Ley Fundacional del F. de J. de 6 de diciembre de 1940, y la posterior Ley de desarrollo de la Sección Naval del F. de J., de 14 de diciembre del mismo año, fueron los eficaces resortes que impulsaron la creación y desarrollo de las Escuelas de Flechas Navales, de tal forma que el año 1960 figuraban censadas en la Delegación Nacional del Frente de Juventudes 18 Escuelas de Flechas Navales en todo el territorio nacional. Poco a poco y como es lógico, debido a los cambios que progresivamente se iban verificando en la sociedad española, estas Escuelas se fueron adaptando a los nuevos modos que las circunstancias exigían. Es decir, fueron perdiendo el fogoso contenido del ideario nacionalsindicalista, se les desprendió de sus formas militares y en sus últimos tiempos no fueron más que Centros de Formación Profesional en las ramas de los trabajos del mar. El proceso de desarrollo que experimentó nuestro País en la década de los 60, y el normal funcionamiento de las Escuelas de Suboficiales y los Cuarteles de Instrucción y Marinería de Cádiz, de Cartagena y Ferrol, que cubrían las necesidades que de este tipo de personal se demandaba, hicieron que su muerte se produjera de manera “natural”. Es difícil cuantificar cuantas Escuelas han existido a través de los tiempos, porque mientras algunas de ellas se extinguieron en fechas más o menos tempranas, como la de Palma, otras iban naciendo en otras partes de España. Ya hemos dicho que en el inventario de 1960, realizado por la Delegación Nacional del Frente de Juventudes, aparecieron 18 Escuelas de Flechas Navales. Una valoración objetiva, desde una perspectiva puramente profesional, nos permite llegar a la conclusión de que en algunas de estas Escuelas se cumplió el objetivo de capacitación técnica del alumnado. Muchos de nuestros Flechas han llegado a ocupar puestos de responsabilidad en el mundo naval (tanto en la Armada como en la Marina Civil). No obstante, en el aspecto ideológico, nos encontramos con el inevitable efecto de la presión de la corriente dominante. Es decir, el pensamiento político - cultural dominante en el mundo occidental, al cual pertenecemos, han hecho prácticamente incompatible los postulados Nacionalsindicalistas inculcados a aquellos Flechas Navales con tanto amor y ansias revolucionarias. Cuando nuestros Flechas salían al mundo real, éste era irreconocible para ellos. Nosotros sabemos que la tarea de cambiar un orden injusto por otro mejor está reservada únicamente a las minorías selectas. Sin embargo, estoy seguro, todavía hoy encontraríamos profesionales de la mar, educados en estos Centros, orgullosos de haber formado parte de aquella Sección Naval del Frente de Juventudes.

Incluso, pienso, habrá entre los hombres del mar surgidos de nuestras Escuelas, muchos con la suficiente inteligencia y sensibilidad como para apreciar el legado que de esta maravillosa Obra del Frente de Juventudes recibieron. Lo que sí resulta incuestionable es que hoy, con sus luces y sus sombras, la realidad de nuestra Armada, de nuestra Marina Mercante y de nuestra Marina de Pesca, es debida, en parte, a la ingente tarea que con muy pocos medios, pero con gran ilusión, realizaron unos enamorados de España, de su juventud y de las cosas del mar. A ellos, como a todos los que trabajaron en favor de la juventud durante esos años de nuestra historia que hoy se pretende silenciar, cuando no tergiversar, se les debe un homenaje, España les debe un homenaje. Nota: Los Flechas Navales, caídos en el crucero "Baleares" fueron nueve: Felipe Crespí Miguel Rosas José Esteve Francisco Solom Guillermo Garí Pablo Jover Antonio Roca Modesto Codina Antonio Mata

Algunos centros históricos donde se ubicaron los Flechas Navales.

Sede del Centro de Arqueología Subacuática de Cádiz. El emblemático edificio del Balneario de Nuestra Señora de la Palma y el Real acoge en Cádiz al Centro de Arqueología Subacuática del IAPH desde el año 1998. El edificio, construido en la década de los veinte, se caracteriza por su ubicación sobre la playa de La Caleta y por sus largas galerías laterales que parecen abrazar el mar. Su uso como balneario fue abriéndose a otros fines en función del progresivo abandono de la utilización de este tipo de instalaciones. Entre 1936 y 1943 alojó una Escuela de Flechas Navales, convirtiéndose desde entonces en sede del Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.

Centro Andaluz de Arqueología Subacuática

El cañonero Calvo Sotelo, a pesar de que era nuevo, siguió dando problemas de pesos y estabilidad después de la Guerra Civil. Para tratar de solucionarlo se le redujo el armamento a la mitad, bajando también su calibre, quedando con 2 cañones de 101mm. Transcurrió la posguerra como buque nodriza de la escuadrilla de lanchas torpederas de Tarifa y luego como escuela de flechas navales. A partir de 1952 quedó arrumbado en el arsenal de la Carraca y ya no volvió a navegar. Fue dado de baja el 9 de abril de 1957. Casi al final de la guerra, a principios de marzo de 1939, el buque Ciudad de Alicante se encontraba atracado en el puerto de Cádiz junto a otras unidades, dispuestas para el transporte de tropas a Cartagena, expedición que no llevó a cabo y cuando el primero de abril se anunció oficialmente el final de la guerra, el barco se encontraba en Ferrol, donde sería desarmado. En los primeros meses de la posguerra, el buque continuó adscrito a la Armada, verificando un viaje como buque-escuela de los Flechas Navales bajo la dirección de los capitanes de navío Lutgardo López y Gabriel Rodríguez Acosta, estando al mando del capitán Francisco Sastre Orozco, habilitado de teniente de navío de la Reserva Naval. El 13 de Junio de 1939 zarpó de Cádiz y visitó los puertos de Pasajes, Bilbao, La Coruña, El Ferrol, Vigo, Marín, Lisboa, Cádiz, Ceuta, Palma de Mallorca, Ibiza, Barcelona, Valencia, Alicante y Cádiz, donde rindió viaje el día 17 de julio.

Junto a la playa de la Malvarrosa en Valencia, hay una casa, hoy convertida en Casa-Museo, donde se alberga recuerdos, objetos personales y obras literarias del escritor Vicente Blasco Ibáñez,

hijo de un comerciante aragonés. Esta casa fue construida en 1.902, y aquí escribió Blasco Ibáñez muchas de sus obras literarias. Entre naranjos y la playa, esta casa fue durantes varios años la Escuela de Flechas Navales. Dedicado a mi buen amigo Manuel Sánchez Mejías (El Butanito). Un flecha naval que todavía lo vive como en aquellos años. Sanlúcar de Barrameda, 25 de enero de 2009.

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