Los amantes (delirio del 02-04-06) Se oía el ruido de los cristales rompiéndose mientras los amantes se besaban otra vez. Sordos estaban al viento y a los cristales, pero el viento traía noticias importantes y los cristales no se rompen porque sí. Gemían, disfrutaban, restregaban sus cuerpos como poseídos por una voluntad ajena a ellos. Mas los cristales se rompieron por el viento. Un mensaje genera más mensajes que se transforman, se tergiversan, se desparraman y desaparecen. Allí bajo los lirios los niños oyen el mensaje. Pero no es para ellos, es para los amantes que no lo escuchan. Y el miedo se apodera de los niños, los gritos callan al viento, a los cristales y a los mensajes. Pero no calla a los amantes que siguen gimiendo, sordos, poseídos, inocentes.