PRÓLOGO Ya han pasado dos horas. Dos interminables horas llevo “estudiando”, o mejor dicho, haciendo el intento de estudiar porque la verdad, es que no se nada del tema. La profesora de ética nos planteó hacer una redacción sobre qué era para nosotros el amor, y os juro que intenté hacerla, pero después de lo que ha sucedido estos meses solo pude entregarle un folio en blanco. Estamos acabando el primer trimestre y, más vale que estudie para el examen si quiero aprobar... y haga la asquerosa redacción. <<¿Qué es el amor?>> vaya tonteria. Todas los demás habrán escrito cosas cómo lo mucho que quieren a sus novios, o lo dolidos que están porque esa persona ni les mira. Yo personalmente, prefiero no escribir nada a escribir ese tipo de tonterias. En realidad, creo que todos hemos pasado por este mundo de felicidad que denominamos “amor”, pero que no se puede expresar con palabras. Tiene un significado demasiado amplio y difícil de entender... como alguien dijo una vez: Nacemos y vivimos. Vivimos y amamos. Y no sabemos lo que es el día. Y no sabemos lo que es la vida. Y no sabemos lo que es el amor. Después de esto... ¿Quién soy yo para explicar qué es el amor? La respuesta la sé, soy la menos indicada. Bueno, después de esto pensaréis que soy una adolescente, digamos, no muy afortunada en cuestiones de amor, y no os equivocáis. No he tenido ni una sola relación con un final feliz. Me resigno a pensar que es porque aún no he encontrado a mi príncipe azul, porque la otra teoría me asusta, y es que la vida no es un cuento de hadas. Alguien me dijo, que en la vida hay decisiones fáciles y decisiones correctas, y yo siempre he elegido las correctas. Esto me a echo fuerte en ese sentido pero necesito la esperanza de que algún día la decisión correcta será la fácil, y que ese día llegará pronto. En fin, no voy a estudiar más, es imposible. ¡No puedo concentrarme! En realidad, no me importa en absoluto lo que es la duda metódica cartesiana, mi mente está muy lejos de los apuntes de ética. <
> Primer día en un nuevo instituto. Aún hacia calor y yo ya echaba de menos el verano. No me imaginé siquiera que este último curso en el instituto iba a cambiar por completo mi vida y mi forma de pensar. Yo siempre había tenido las ideas muy claras pero, aunque a primera vista pueda parecer borde y distante, en el fondo tengo sentimientos y esta “claridad de ideas” me haría mucho daño en mi futuro.