LEY DE LA ATRACCION YO SOY el que SOY Para el que todavía no conoce el poder mágico que tienen las palabras YO SOY al pronunciarlas, les voy a explicar en primera instancia donde fue que se dijeron por primera vez con ese significado. YO SOY es un nombre propio y es el sinónimo de JEHOVÁ o DIOS y fue Moisés quien lo escuchó en el monte Sinaí (aunque algunos historiadores coinciden en que fue más al norte en el monte Horeb, para más detalles consultar http://es.wikipedia.org/wiki/Mois%C3%A9s ) Fue en ese monte que Moisés se acercó a una zarza (arbusto) ardiente, de donde salían llamas, pero que sin embargo no quemaban a las ramas y fue ahí que Dios le llamó. Y ante este llamado Moisés preguntó quien me llama, y Dios respondió: YO SOY el que SOY Luego Dios le encomendó ahí a Moisés, que debía guiar al pueblo de los hebreos (de Egipto) a la tierra prometida. Esta historia ya es conocida, pero mi objetivo en este caso es hablar de esas “palabras mágicas”. Ahora saben que significan esas palabras y que fueron dichas por Dios para darse a conocer el mismo. Y a partir de aquí les empezaré a explicar su relación con la ley de la atracción. Ya sabemos por esta “ley” y por la física cuántica, que no existe ni el pasado ni el futuro, sólo el presente, el ahora. Por lo tanto debemos vivir el hoy sin renegar del pasado, ni soñar o esperar el futuro para vivir mejor nuestras vidas. Y Dios con esas palabras YO SOY, nos enseñó como debemos actuar en nuestra existencia. Por eso también se dice que Dios es verbo, porque es acción y palabra. Por lo tanto cuando pronunciamos esas palabras anteponiéndolas a un adjetivo, estamos dándole más fuerza y potencia a dicha expresión que estamos formando. Porque al decirlo tanto consciente como inconscientemente, estamos reconociendo que Dios está dentro nuestro y que forma parte de nuestro cuerpo, como cada uno de nosotros somos a su vez una parte indivisible de Él. Por esa razón hay que tener mucho cuidado al pronunciarlas, porque si las anteponemos a adjetivos negativos (Yo soy un fracasado, Yo soy un perdedor, etc) estaremos ordenándole a nuestro subconsciente que esa frase dicha al pasar, empiece a tomar fuerza no sólo en las palabras sino también en los hechos. Y por otro lado si aprendemos a utilizarlas para anteponerlas a adjetivos positivos, estaremos facilitando lo que nos estamos proponiendo mentalmente. Por ello la emoción que uno siente al decirnos a nosotros mismos Yo soy un ganador, Yo soy un triunfador. Porque aunque en el “presente” sepan que todavía no lo son,
sienten al pronunciarlas un deseo tan grande de conseguirlo que terminarán por lograrlo, si cumplen las reglas de la ley de la atracción. Por ello a quienes utilicen las afirmaciones para inducir al subconsciente que lo que están diciendo ya está cumplido (soy millonario, tengo mi auto nuevo, me entregaron mi casa, etc), entenderán que si anteponen a dichas afirmaciones las palabras Yo soy, estarán acercándose con mayor facilidad a sus objetivos (Yo soy millonario, Yo soy propietario de un auto nuevo, etc). Por supuesto que si dicen estas palabras sin hacer el resto de los “deberes”, por el sólo hecho de decirlas no van a conseguir nada. Siempre reitero lo mismo: Hay que saber utilizar la gramática, pero el primer paso después de pedir al Universo ese deseo específico, es ponerse en acción proponiéndose una meta a cumplir, sustentada en una voluntad perseverante. Si deseas saber más sobre la ley de la Atracción y acceder a un directorio con los mejores enlaces de libros y artículos que tratan sobre la Ley de la Atracción y la Física Cuántica puedes ingresar gratis en http://secretoalexito.jimdo.com/ Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.