La Sopa De Fideo 070905

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LA SOPA DE FIDEO Revista Día Siete (http://diasiete.com/) Edición 217, Hasta atrás La sopa de fideo TEXTO: MÓNICA LAVÍN (http://www.literaturainba.com/catalogo/lavin_monica.htm) Recién consumada la Revolución Mexicana, el Estado se propuso encontrar o edificar los símbolos de la identidad nacional y así aterrizó en el jarabe tapatío, el mariachi y los atuendos de charro y China poblana. Mexicanas y mexicanos del árido norte y del húmedo sur, de la costa y la montaña, los lacandones y tarahumaras, los mestizos todos nos miraríamos en el espejo de un traje de fiesta que se nos mandó a hacer. Hasta que nos lo creímos. Y fue rito de todo niño haber sido charro o china para mal bailar el jarabe que a su vez apeñuscaba una serie de bailes de época. ¿Qué tienen que ver los yucatecos y su trova fina y su achiote sensual con el tequila de occidente? ¿Qué los sonorenses con el traje de charro de los hacendados del Bajío? ¿O los jarochos, a quienes el blanco les viste tan bien, con la falda multicolor de la China, importada por la Nao? Ahora que aplaudimos más la diversidad, sea biológica o cultural, y pretendemos mirarnos en un espejo menos simplificable y ofrecer esa cara al mundo, se me ocurre que la sopa de fideo subsiste como símbolo de la identidad nacional. En ese caldo salpicado de canutos de pasta se mezclan los Méxicos de México. Toda esta exaltación de la sopa de fideo es porque hace poco un italiano que vivió un año en México recordaba los barrios de la ciudad que le gustaban y ciertas fondas donde comía. Ante mi ingenua interrupción sobre lo sabrosa que era la infaltable sopa de fideo en los comedores populares, él contestó con un desprecio cuyas consecuencias en el alma de un mexicano, mexicana en este caso, no sospechó. Espantosa, dijo con un gesto de repugnancia. Desde mi humilde comprensión debí suponer e la sopita de fideo –que da título a un libro de Cristina Pacheco– bajo los cánones de un italiano era una pasta insulsa y naufragante en un caldo aguado y apenas coloreado de tomate. Cómo iba a apreciar el oriundo de la pasta nostra lo que significaba el regalo de un chile verde flotando entre los trozos de pasta (que equivaldrían a un linguini destazado). Supe enseguida que estaba perdida en términos gastronómicos, que el italiano me hablaría de salsas como la carbonara, la napolitana, la matricciana, la arrabiata y todas aquellas que engalanaban cualquier tipo de pasta y contra las que yo nada tenía que oponer, menos una sopa de fideo. Pero no supo escuchar mis suspiros. Los suspiros de mexicana en el extranjero, de cuando ya quieres llegar a casa o se ha cansado el cuerpo y la vista de turistear y piensas en la tibieza de un tazón de sopa de fideo, empujado –para colmo e incomprensión de cualquier extranjero– con una tortilla hecha taco de sal.

Aún en las casas donde se sirven menús sofisticados se le echa de menos y se recurre a ella con ojos de beatitud. Más que México lindo y querido, si muero lejos de ti, la sopa de fideo es el mejor perol para contener la nostalgia de un mexicano lejos del terruño y el apetito de un mexicano en tierra propia, que reconoce en ese plato la entrada de su dotación de alimentos y el consuelo al esfuerzo cotidiano. A base de pasta frita, seguramente herencia del cocido madrileño, en un caldo de pollo sazonado con jitomate y cebolla, con una rama de perejil, es la sopa clásica del menú mexicano. Ostenta su mestizaje en el conjuro del trigo europeo y el jitomate que desde muy honrosa cuna mexicana se añadió a las cocinas del mundo. Sobra decir que sin el fruto colorado, los italianos mismos tendrían que borrar el pomodoro de su vocabulario y de sus mesas. Bendita sopa de fideo y torpe visión del italiano que en un año de andanzas en este terruño no supo mirar el significado del ultraje a su pasta nostra, la sopa de fideo nodriza y regazo materno, la sopa de fideo casa de ricos y casa de pobres. Seca o aguada es culto de las apetencias del mexicano y es perol de afectos. MÓNICA LAVÍN México, D.F., 1955. Escritora, periodista, guionista y conductorade radio. Ha publicado Ruby Tuesday no ha muerto y Café cortado, entre otros libros. Tomado de la Revista Día Siete No. 217. Por: Manuel Vega Velázquez ([email protected]) Septiembre 6, 2004 Fideo en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Fideo Recetas de la sopa de fideo: http://mexico.udg.mx/cocina/sopas/FideosMex.html http://www.clubplaneta.com.mx/cocina/receta_de_cocina_para_preparar_sopa_de_fideo. htm Una receta más: ½ paquete de fideo 1/3 de cebolla

1 tomate grande 1 diente de ajo grande 2 cucharadas de consomé de pollo en polvo 4 tazas de agua (chile serrano al gusto). 1. En un sartén dora con suficiente aceite el fideo cuidando que no tome color oscuro, sino ligeramente dorado. 2. Licua el tomate sin piel, con la cebolla, ajo y el chile junto con el consomé de pollo en polvo y las 4 tazas de agua. 3. Agregar al sartén y cuando empiece a hervir, incorpora el fideo. Ya dorado sazona con sal y pimienta. Prueba que tenga buen sabor. 4. Si deseas servir el fideo como pasta seca, déjala secar a fuego lento. Opcional : Agrega chorizo o jamón en cuadritos. También puedes acompañar con platito con queso fresco, aguacate y crema.

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