La Neumonía Vírica

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La neumonía vírica es una infección en los pulmones provocada por un virus. La neumonía, ya sea de origen viral o bacteriano, supone la causa principal de fallecimientos infantiles en todo el mundo. Las estimaciones hablan de más de un millón y medio al año; una cantidad que supera las causadas por el sida, la malaria y el sarampión juntos. El costo para tratar esta enfermedad en Asia meridional y África subsahariana, donde se producen el 85%, no iría más allá de los 200 millones de dólares. La realidad nos enfrenta con el hecho de que menos del 20% de los niños afectados reciben la medicación necesaria. Paralelamente, sería necesario implementar hábitos como una alimentación adecuada, proceder a la inmunización y controlar los factores ambientales. Etiología de la neumonía vírica La neumonía vírica tiene más probabilidades de prosperar en los niños pequeños y en los adultos mayores. Los virus causantes de la neumonía son los siguientes: 

Influenza (A ó B): Estos virus están asociados a epidemias. El virus de la influenza tiene la capacidad de mutar las proteínas de la envoltura continuando con los ciclos de infección. Afecta más a las personas mayores y a enfermos con ciertas dolencias crónicas.



Sincitial: El virus sincitial es responsable de neumonitis en los niños y resfriados en los adultos. Se trata de una infección estacional y representa la causa primera de las enfermedades virales en niños y bebés. No hay vacunas disponibles.



Paerainfluenza: Ataca sobre todo a niños menores de cinco años. En los adultos afecta en tracto respiratorio superior. No hay vacuna disponible ni antivirales.



Adenovirus: Puede ser el causante de las neumonías atípicas en ciertos entornos.



Virus del sarampión: Puede desarrollar neumonía viral en el caso de las personas con el sistema inmunitario debilitado.



Citomegalovirus: Puede provocar una neumonía intersticial en las personas inmuno deprimidas.



Varicella - zoster: Puede causar neumonía en jóvenes adultos en los inicios de la infección, aunque se trata de un hecho bastante excepcional.

Las personas que tienen un mayor riesgo de contraer una neumonía de origen viral son aquellas con el sistema inmunitario debilitado, como en el caso del sida, bebés muy prematuros, niños con problemas cardiacos o pulmonares o personas

que

han

recibido

quimioterapia

u

otros

medicamentos

inmunodepresores. Sintomatología de la neumonía vírica Los síntomas que acompañan a la neumonía viral suelen aparecer de un modo progresivo y no suelen ser demasiado alarmantes en un primer momento. Los más comunes engloban: ARTÍCULOS RELACIONADOS 

Bronquitis aguda y crónica: consecuencias, síntomas y tratamiento



Síndrome coqueluchoide o coqueluche: síntomas y definición



Virus: tipos, tratamiento, clasificación, estructura y definición 

Tos.



Fiebre.



Escalofríos.



Dificultades respiratorias.



Estado de confusión, sobre todo en personas mayores.



Cefaleas.



Sudoración excesiva.



Falta de apetito.



Fatiga.



Dolor torácico.

Cuando la infección vírica se agrava puede aparecer insuficiencia respiratoria, hepática o cardíaca. En algunas ocasiones las infecciones bacterianas se dan durante o justo después de una neumonía viral, lo que conlleva que puedan desarrollarse formas más serias de neumonía.

Prevención de la neumonía viral La prevención es un aspecto fundamental en todo tipo de enfermedades. En el caso de la neumonía vírica se recomienda lavarse las manos con frecuencia. Evitar el tabaco, ya que merma la capacidad de los pulmones a la hora de defenderse de la infección. En el caso de los niños, ancianos y personas con ciertas enfermedades, como diabetes, cáncer, asma, enfisema o sida, las vacunas pueden constituir una ayuda importante. Cuando se trata de personas con el sistema inmunitario debilitado es conveniente alejarse de las multitudes y, si es necesario, hacer uso de una máscara. Diagnóstico de la neumonía viral Ante la sospecha de haber contraído la enfermedad es necesario someterse a examen para obtener el diagnóstico adecuado. No es extraño confundir los síntomas de una neumonía con los de una bronquitis u otras infecciones respiratorias. El primer paso consiste en un examen físico completo y una radiografía del tórax. Según sea la gravedad de la infección pueden ser necesarias otras pruebas como un conteo sanguíneo completo, una tomografía computarizada del

tórax,

hemocultivos

o

exámenes

de

sangre

para

diagnosticar virus específicos. Más raramente puede ser necesaria una broncoscopia o una biopsia de pulmón abierto. Tratamiento de la neumonía vírica Para la neumonía vírica no son efectivos los antibióticos; se trata con medicamentos conocidos como antivirales. El tratamiento también puede incluir hospitalización en caso de necesidad, bien para prevenir la deshidratación o ayudar a la respiración cuando la infección es grave. En general hay que beber mayor cantidad de líquidos, hacer uso de humificadores y, si procede, utilizar oxígeno. La fiebre se puede controlar con ácido acetilsalicílico (excepto los niños)

o

con

medicamentos

antiinflamatorios

no

esteroideos.

Los

medicamentos para la tos requieren la previa consulta al médico, ya que pueden ser contraproducentes. También se recomienda descansar lo máximo posible.

Tratamiento La mayoría de los casos de neumonía puede ser tratada sin hospitalización. Normalmente, los antibióticos orales, reposo, líquidos, y cuidados en el hogar son suficientes para completar la resolución. Sin embargo, las personas con neumonía que están teniendo dificultad para respirar, las personas con otros problemas médicos, y las personas mayores pueden necesitar un tratamiento más avanzado. Si los síntomas empeoran, la neumonía no mejora con tratamiento en el hogar, o se producen complicaciones, la persona a menudo tiene que ser hospitalizada. Los antibióticos se utilizan para tratar la neumonía bacteriana. En contraste, los antibióticos no son útiles para la neumonía viral, aunque a veces se utilizan para tratar o prevenir las infecciones bacterianas que pueden ocurrir en los pulmones dañados por una neumonía viral. La elección de tratamiento antibiótico depende de la naturaleza de la neumonía, los microorganismos más comunes que causan neumonía en el área geográfica local, y el estado inmune subyacente y la salud del individuo. El tratamiento de la neumonía debe estar basada en el conocimiento del microorganismo causal y su sensibilidad a los antibióticos conocidos. Sin embargo, una causa específica para la neumonía se identifica en solo el 50 % de las personas, incluso después de una amplia evaluación. En el Reino Unido, la amoxicilina y la claritromicina o la eritromicina son los antibióticos seleccionados para la mayoría de los pacientes con neumonía adquirida en la comunidad; a los pacientes alérgicos a las penicilinas se les administra la eritromicina en vez de amoxicilina. En Estados Unidos, donde las formas atípicas de neumonía adquiridas en la comunidad son cada vez más comunes, la azitromicina, la claritromicina y las fluoroquinolonas han desplazado a amoxicilina como tratamiento de primera línea. La duración del tratamiento ha sido tradicionalmente de siete a diez días, pero cada vez hay más pruebas de que los cursos más cortos (tan corto como tres días) son suficientes. [cita requerida] Entre los antibióticos para la neumonía adquirida en el hospital se pueden incluir la vancomicina, la tercera y cuarta generación de cefalosporinas, las carbapenemas, las fluoroquinolonas y los aminoglucósidos. Estos antibióticos

se suelen administrar por vía intravenosa. Múltiples antibióticos pueden ser administrados en combinación, en un intento de tratar todos los posibles microorganismos causales. La elección de antibióticos varía de un hospital a otro, debido a las diferencias regionales en los microorganismos más probables, y debido a las diferencias en la capacidad de los microorganismos a resistir a diversos tratamientos antibióticos. Las personas que tienen dificultad para respirar debido a la neumonía puede requerir oxígeno extra. Individuos extremadamente enfermos pueden requerir de cuidados intensivos de tratamiento, a menudo incluyendo intubación y ventilación artificial. La neumonía viral causada por la influenza A pueden ser tratados con amantadina o rimantadina, mientras que la neumonía viral causada por la influenza A o B puede ser tratado con oseltamivir o zanamivir. Estos tratamientos son beneficiosos solo si se inició un plazo de 48 horas de la aparición de los síntomas. Muchas cepas de influenza A H5N1, también conocida como influenza aviar o «gripe aviar», han mostrado resistencia a la amantadina y la rimantadina. No se conocen tratamientos eficaces para las neumonías virales causadas por el coronavirus del SRAS, el adenovirus, el hantavirus o el parainfluenza virus.

Diagnóstico

Neumonía apical derecha. El diagnóstico de neumonía se fundamenta tanto en la clínica del paciente como en resultado de Rx. Generalmente se usan la Rx de tórax (posteroanterior y lateral), analítica sanguínea y cultivos microbiológicos de esputo y sangre. La radiografía de tórax es el diagnóstico estándar en hospitales y clínicas con acceso a rayos x. En personas afectadas de otras enfermedades (comosida o Enfisema) que desarrollan neumonía, la Rx de tórax puede ser difícil de interpretar. Un TAC u otros test son a menudo necesarios en estos pacientes para realizar un diagnóstico diferencial de neumonía.

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