UNIVERSIDAD PRIVADA DE MICHOACAN “Educación constante, servicio de excelencia” LICENCIATURA EN PSICOLOGIA
SEMINARIO DE PSICOLOGÍA CLÍNICA
LA FASE MEDIA DEL TRATAMIENTO
Elaborado por: Gamiño Molina Karla Yubaniyali
Maestro: Isaac Santana Camarena
LA FASE MEDIA DEL TRATAMIENTO El inicio de la sesión debe ser totalmente sobrio, con un simple saludo, y entonces el terapeuta tendrá que esperar a que sea el paciente quien inicie el diálogo. Si la conducta del terapeuta es la adecuada, el paciente pronto se dará cuenta de que es él el verdadero protagonista de la entrevista y después de un tiempo en tratamiento ellos aceptaran la misión de inaugurar el dialogo. Si, por el contrario, el terapeuta empujado por su impaciencia y su propia ansiedad, comienza el dialogo, impedirá que el paciente exprese aquello que espontáneamente y por propia iniciativa hubiera manifestado. De otra manera, el terapeuta deberá impedir que la sesión transcurra en silencio y si después de un rato no observa iniciativa por parte del paciente para hablar, será el terapeuta quien rompa el silencio en dicha situación sin necesidad de introducir un tema específico. Este comienzo del terapeuta tendrá que venir configurado por el interés en saber qué es lo que está ocurriendo en la mente del paciente, dejando claro que si el terapeuta toma la palabra en primer lugar, es únicamente debido al silencio del paciente. Un aspecto que considero importante es el hecho de no emplear un lenguaje intelectual, es decir, con términos psicológicos que los pacientes no conocen, pues esto además de confundir al paciente, hacen ver de una manera narcisista al terapeuta, y en ocasiones, solo cuando sea necesario emplear alguna de estas palabras, se tiene que dejar claro cuál es la razón por la que se utiliza dicha palabra. Por otro lado, es de igual importancia utilizar un lenguaje razonable similar al del paciente ya que esto facilita la comprensión entre uno y otro. Sin embargo, por mi parte se me haría un poco complicado acomodar mi lenguaje al del paciente pues existen muchos modismos y coloquialismos que realmente desconozco. A parte de la comunicación verbal, debe ser tenida en cuenta la comunicación no verbal ya que es una comunicación involuntaria a través de la cual el paciente expresa rasgos de carácter y aspectos de su personalidad que en ocasiones no
expresa de manera verbal. Es importante que como futuros psicólogos podamos saber que la comunicación no verbal expresada por el paciente debe siempre ser considerada por el terapeuta, sin embargo, no se tiene que hacer ninguna clase de interpretación sobre dichos gestos o manera de hablar al paciente, pues una interpretación no solicitada es sentida como una agresión. De igual manera, es importante tener en cuenta la comunicación no verbal que el terapeuta expresa al paciente, pues en realidad el paciente capta más características del terapeuta de las que este desearía, por lo cual es necesario que el terapeuta procure que todo aquello que desea comunicar al paciente llegue mediante el lenguaje verbal y no mediante gestos o actitudes. Algo que por mi parte considero muy difícil es el interpretar o evaluar el significado de los silencios, ya que estos silencios pueden significar muchas cosas, como una defensa frente a la ansiedad, un ataque dirigido a la relación con el terapeuta, anular al terapeuta al negarle su colaboración, inhibición frente a la posibilidad de dar a conocer lo que está oculto, o como una simple demanda para que el terapeuta tome una parte más activa en el proceso. De cualquier manera que sea, el silencio siempre es considerado como una resistencia por parte del paciente y para mí sería un tanto difícil trabajar o eliminar dichas resistencias. Yo desconocía que en psicoterapia psicoanalítica existe un método llamado delimitación de las áreas de discusión o focalización selectiva, en el cual el terapeuta debe tener presente en su mente las áreas conflictivas del paciente para que cuando éste esté hablando, el terapeuta pueda captar cuál de sus verbalizaciones se relaciona con dichas áreas. Si el terapeuta ha mantenido una actitud de respeto a la libertad del paciente desde el comienzo de la entrevista, permitiéndole expresar sin interferencias aquello que en cada momento se halla más presente en su mente, no le será muy difícil darse cuenta de cuáles son sus inquietudes y preocupaciones más inmediatas. De esta manera, considero de vital importancia que el terapeuta seleccione el material que se trabajará en el dialogo, de acuerdo con lo que considere más
urgente para el paciente en cada momento, por lo cual tratará de evitar que surjan discusiones de otros temas y en dado caso, el terapeuta tendrá que mostrar al paciente sus ansiedades y temores frente a un tema determinado al cual el paciente trata de encubrir con otras cuestiones de menor importancia, y si el paciente continua alejándose de los asuntos que es necesario aclarar, el terapeuta podrá preguntar cuál es la relación entre lo que el paciente está hablando y la cuestión que parece debe ser aclarada con mayor urgencia. Un aspecto importante que me ha dejado muy marcada es que (como nos mencionó nuestro maestro de seminario de psicología clínica) la psicoterapia no se aprende solo de los libros de texto o de las clases en la escuela, si no que la mayoría se aprende a través de la propia experiencia y la asistencia a supervisiones. Por lo cual no existen normas acerca de los puntos a discutir en la terapia, ya que esto va a depender de la situación y de las necesidades predominantes del paciente. Cuando el tiempo de la sesión está por terminar no es conveniente plantear cuestiones complejas ni realizar intervenciones que puedan ser dolorosas para el paciente. El terapeuta deberá permitir al paciente que se exprese libremente y de una manera tan relajada como él lo desee, sin mostrar impaciencia o prisa por que el paciente termine de hablar. De esta manera, considero importante que cuando llegue el límite de la sesión el terapeuta informe al paciente que está por concluir la sesión e indique la necesidad de dejar pendiente el tema para poder reanudarlo la próxima sesión.
BIBLIOGRAFÍA
Coderch, J. (1987). Teoría y técnica de la psicoterapia psicoanálitica. España: Herder.