La cultura arquitectónica y urbana. Siglo XXprincipios del siglo XXI Rafael López Rangel*
A raíz de la lectura del capítulo Arquitectura**, del libro “México, su apuesta por la cultura” (Grijalbo-Proceso-UNAM, México 2003), me permito llevar a cabo las reflexiones siguientes: No hay duda de que en los primeros años del siglo XXI se prolongan – con algunas acentuaciones- las preocupaciones que hemos denominado de “fines de siglo y milenio” en el ámbito de la cultura urbano-arquitectónica en México. Por ello, es pertinente ahora, preguntarse, en primer lugar: ¿Qué aconteció en el siglo XX, o mejor dicho ¿qué procesos le dieron su característica urbano arquitectónica al siglo XX? Fundamentalmente dos, si bien estructurados de manera compleja: 1.-La instauración del funcionalismo arquitectónico y urbanístico (fines de la década de los veinte a fines de los años sesenta (desarrollo del Estilo Internacional-principios de los setenta). 2.-La desintegración de los paradigmas del movimiento funcionalista, y en pleno auge del
Estilo Internacional, la presencia de una polémica y la
eclosión de diversidad de lenguajes y propuestas (principios de los años setenta a nuestros días, ya entrados en los primeros años del siglo XXI).
En realidad, se ha realizado un número considerable de estudios de la primera etapa, aunque todavía está a la espera un enfoque epistemológico que nos permita responder a interrogantes ahora fundamentales para encontrar su naturaleza social, estética y cultural y medioambiental (A nivel general, basados en Piaget, Vigosky, R. García. I. Prigogine)
A reserva de
ampliarnos mas en este reto, se podría generalizar lo siguiente: en la primera etapa una de las preocupaciones fundamentales era insertarse en la modernidad de la cultura industrial dentro del sistema generado por la Revolución Mexicana, enfrentándose a los requerimientos planteados por los diversos actores de la vida económica social y cultural, alrededor
de la “clase política” (ésta,
que actuaban
por cierto, fungió por buen tiempo
como el protagonista principal). Otros actores fueron
los inversionistas
inmobiliarios y sus sistemas financieros, algunas organizaciones sociales demandantes
y
naturalmente
los
profesionales
de
la
construcción
arquitectónica y urbana. En los primeros momentos éstos discutían acerca del lenguaje adecuado para los requerimientos emergentes y en poco tiempo –década de los 30- asumen el funcionalismo. Los ejes teóricos, con sus contradicciones entre sí, en torno a los cuales se construían las nuevas ideas eran: la Modernidad, la Cultura Industrial, las nuevas “necesidades sociales”, la emergencia de nuevas tecnologías, la “estricta racionalidad” -entre el espiritualismo y el pragmatismo de izquierda, de vocaciónemancipatoria- y el carácter nacional de la arquitectura. Los usuarios directos, en los programas institucionales,
contaban
poco y menos aún en la construcción empresarial privada. Si algo resaltó en esta etapa fue la presencia de la tensión entre la cultura internacional y las culturas locales. Algunos edificios paradigmáticos y de calidad fueron las primeras casas para obreros, la Ciudad Universitaria de El Pedregal, y el conjunto M Alemán al comienzo y en pleno desarrollo del funcionalismo. Están reconocidas obras del sector privado, la casa Max Cetto, la casa Barragán, la casa del Moral, la casa Artigas (M Adría). Destaca el conjunto Aristos de José Luis Benlliure.
(Continuará...) *coordinador Xavier Guzmán Urbiola.
**UAM-X
La cultura arquitectónica y urbana. Siglo XX – principios del XXI
₊
Rafael López Rangel** Segunda parte
Pero si a juicio nuestro la primera etapa (la de la arquitectura funcionalista) no ha sido suficientemente valorada, la segunda, menos. Empero, está siendo vivida intensamente, no sólo en los ámbitos de la cultura urbana y arquitectónica y ha exhibido por un lado su potencialidad y sus terribles contradicciones, producto sin duda por las inequidades del sistema económico-político, que ahora adquiere en mayor magnitud proporciones mundiales,
pero que aloja en su seno la contraparte, de múltiples formas.
Es una época en que desde la sociología, la filosofía y la ciencia política, se discute la Modernidad (A.Touraine, J. Habermas, Wallernstein, Beck, Elias , etc). En la cultura arquitectónica es una etapa en que los paradigmas de la modernidad funcionalista se han puesto en cuestión una vez que se reconocen sus ambivalencias y patologías: segregación socioespacial aguda, fuertes
déficits
insustentabilidad.
de
vivienda
Intensas
-seis
presiones
millones
han
surgido
anuales y
otras
(Ricalde)se
han
intensificado. Es de reconocerse –y se hecho muy poco- el surgimiento de la contestación en la enseñanza de la arquitectura –el movimiento de “Autogobierno”de la Escuela y luego Facultad de Arquitectura de la UNAM, (principios de los setenta-1984) que a pesar de que no logró una institucionalidad larga, sus proclamas, planteamientos educativos y teóricos, forman parte de ese vuelco de nuestra cultura arquitectónica que hemos
estado mencionando. Forman parte de la búsqueda de nuevos paradigmas y nuevas preocupaciones. Evidentemente, la segunda etapa se caracteriza por un conjunto de preocupaciones, a saber: Interés en la vinculación de la arquitectura con la ciudad, sus barrios y sectores (V. Jiménez, C Mijares, González Lobo, R. Eibenschuz, J. Legorreta, T. González de León, A. Kalach ). Interés por los actores sociales en la construcción urbana. Preocupación por los Centros Históricos y sectores de valor cultural. Intensificación de la hipermodernidad global (Proyecto JVC en Guadalajara, Biblioteca Vasconcelos en la ciudad de México, arquitectos como
Isaac
Broid, A. Kalach, Luis Vicente Flores, etc.) y en contrapartida, intensificación del apego a las culturas locales y a la “formula global-local” (grupo LBC, Atolini Lack, Diego Villaseñor, Marco Aldaco, Javier Sordo Madaleno, José Iturbe). Se
está
dando,
además,
un
hecho
de
gran
importancia:
resemantización de los términos identidad y de patrimonio (en obras arquitectónicas: grupo LBC, Atolini Lack, Diego Villaseñor, Marco Aldaco, Javier Sordo Madaleno, José Iturbe) (H. Ricalde). Finalmente, queda una asignatura pendiente: el desarrollo de la construcción conceptual, que reconozca la naturaleza histórica y en consecuencia cambiante de las teorías y que pueda construir el conocimiento y la idea misma de la arquitectura y la ciudad para que sea eficaz para actuar en las actuales condiciones. De hecho esta tarea está ya en curso por medio de esfuerzos múltiples y en diversas instancias. *UAM-X
₊ ₊ Reflexiones hechas a raíz de la lectura del capítulo Arquitectura, - coordinado por Xavier Guzmán Urbiola- del libro “México, su apuesta por la cultura”, Grijalbo, Proceso, UNAM, México, 2003.
Construcción urbana. Un equivalente a 4.000 nuevos edificios de cinco pisos, con departamentos construidos cada uno de ellos sobre 150 metros cuadrados, emergen en casi todos los barrios de las principales ciudades de Bolivia y confirman que el auge de la industria de la construcción ha retornado con fuerza. En los dos últimos años, y en especial en el 2006, casi tres millones de metros cuadrados –que equivalen a 4.000 multifamiliares medianos– han comenzado a ser edificados en las ciudades de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, según establecen los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE). En las zonas residenciales cobran rápida notoriedad esbeltas construcciones de vidrio y hormigón armado, el diseño es moderno y vanguardista y las obras son ejecutadas por empresas medianas y pequeñas. En los barrios populares predomina el ladrillo visto y los formatos tradicionales que son trabajados por arquitectos independientes y experimentados maestros albañiles. Otro indicador que muestra la reactivación de la industria de la plomada y del andamio es el incremento del consumo de cemento. Los datos preliminares del INE dan cuenta que las ventas anuales de cemento aumentaron en 17,1 por ciento a noviembre del 2006, alcanzando un pico de 1,5 millones de toneladas métricas con un incremento neto de más de 215 mil toneladas con relación a una gestión anterior. La reactivación de la construcción urbana se produce después de varios años de estancamiento y es producto de un clima de mayor seguridad para la inversión, la siempre creciente demanda poblacional, un mayor apoyo financiero de las entidades bancarias y el aumento relativo en el ingreso de los sectores de mejor condición económica. EL CRECIMIENTO ES MUCHO MAYOR. "Hay un crecimiento del sector y una mayor construcción de viviendas", dice el presidente de la Cámara Departamental de la Construcción de La Paz, Iván Bustillo, que destaca la favorable evolución de esta actividad, que sería mucho mayor a la que registran las cifras oficiales. "Si bien los edificios multifamiliares pueden parecer las mayores construcciones, porque son visibles debido a su ubicación y tamaño, no se puede desconocer la proliferación de construcciones en zonas marginales. Un solo hecho avala esta afirmación: los numerosos barrios que se crean anualmente en las ciudades de La Paz y El Alto, en zonas cada vez más alejadas del casco urbano central o radio urbano". La reactivación de la industria de la construcción comenzó a fines del 2004 y ahora se siente con mayor intensidad, especialmente en La Paz, donde aumentó la demanda de mano de obra, de maestros albañiles, ayudantes y aprendices, a la par que crece el consumo y los precios los materiales de construcción como ladrillo, arena, piedra, aceros, fierros y estuco.
El panel solar híbrido Miércoles, 16 Abril 2008 - iPerseo
El “Panel Solar Híbrido” es un panel que integra la energía solar fotovoltaica y la térmica en un único dispositivo. Las dos variantes del panel están adaptadas al medio en el que se utilizan: En el panel solar híbrido utilizado en edificaciones, el calor existente en las células fotovoltaicas es transferido a un absorbedor de temperatura integrado en su parte posterior. El serpentín es recorrido por un fluido calor-portante, dicho fluido llega al intercambiador de calor del acumulador de agua caliente, donde cede el calor. El sistema, además de permitir la cogeneración de energía eléctrica y calor, permite aumentar la producción eléctrica al refrigerar los paneles solares. En el panel empleado en huertas solares se sustituye el acumulador de agua por un sistema de refrigeración basado en radiadores que enfrían el fluido calor-portante por convección de aire. De esta forma el Panel Solar Híbrido se usa como un panel solar fotovoltaico refrigerado, concentrando su función en la producción de electricidad. La vida útil de la instalación es más prolongada debido a que la temperatura de trabajo de los Paneles es más baja.