LA CASA 22
María del Rosario López Torres (M. R. L. T.)/ 2009
Mis investigaciones sobre las muertes que ocurrieron en la casa 22 por fin han dado fruto, pero es demasiado tarde… 25 de Octubre, me enteré de muertes ocurridas en una casa antigua. Decidí investigar sobre el asunto. Estaba atardeciendo, el cielo se empezó a ocultar entre nubes. Y en eso entré. Al entrar un escalofrío cubrió mi cuerpo, era extraño. Me acerqué a la sala de esta, y en ese instante las ventanas empezaron a sonar como si alguien quisiera entrar a la casa. Rato después recordé que los muertos se habían encontrado en la recamara principal de la casa. Subí las escaleras, y entré a la habitación, no di con nada, era solo una habitación común con excepción de unas fotografías de casas viejas y negras. Se hacía de noche, no había luz en toda la calle. No tuve más que irme. 26 de Octubre, mi segundo y último día de investigación. Investigué todo sobre las casas de los retratos en internet y en libros de registros pasados, pero no encontré nada sobre estas. Ni nombres de dueños, ni agencias que vendieran esta casa, ni mucho menos de escrituras. Solo encontré las victimas de cada una de ellas, fueron decenas de personas, familias enteras y vagabundos. Y Cada una de ellas, de las victimas, fueron encontradas en la recamara principal. Me decidí ir otra vez a la casa. Pero, pensé en quedarme toda la noche. Pasaron las horas, no sentí sueño alguno; después me dio por ir a la recamara principal para seguir buscando más detalles sobre las muertes. Por desgracia no encontré nada otra vez. Comencé a sentir sueño y sin pensarlo me dormí. Empecé a soñar… Soñaba en que salía de la habitación por la ventana volando como si no tuviera cuerpo, no sentía frío; en eso quise despertar, pero no pude, regresé a la recamara donde hacia dormido, tan rápido que ni me di cuenta de algo…
Cuando llegué al lugar observé que las ventanas estaban bloqueadas por madera, las puertas selladas con grandes tablones de metal. Entonces es cuando vi algo que resolvió todo este caso… Las almas de aquellas personas muertas rodeaban la casa tocando con fuerza, puños y patadas, retumbaban las ventanas. Cada uno de ellos quería regresar al cuarto para despertar… Cada persona que durmió en este sitio nunca despertó…