>Quiero imaginar una fogata en un campamento en las afueras de Cafarna�n. Un hombre, Jes�s el Nazareno, mir�ndola con detenimiento. cada chispa, cada resquebrajarse de las brasas. Los doce durmiendo a unos pasos del fuego. Es la medianoche, el cielo est� limpio de nubes. >Judas Iscariote se acerca por el fondo de la escena y se sienta al lado de �l. >S�lo atender a un hombre pod�a sacar a Jes�s de su contemplaci�n ardiente. >- Judas, �no pod�s dormir? >- No, Maestro. >- �Por qu�? >- No s�. Tengo un nudo en el pecho. > >Jes�s lo mira como desnud�ndole el coraz�n. Mira y contempla ese fuego divino -eso es cada uno de los hombres para Dios. Judas lo esquiva. Una, dos. hasta que no puede m�s y desea mirarlo, aunque tanto amor lo destruya. >Se contemplan en silencio, Judas intenta una sonrisa. Jes�s tiene un gesto maternal en el rostro. Judas se pone serio, mira el fuego y rompe en llanto. >Cristo lo abraza y acaricia como a un hijo. >- Judas, �sab�s que te amo? >- S�. Va. no s�. creo. >- Judas. �me cre�s? > >Judas calla. Jes�s lo abraza fuerte. Judas es un ni�o llorando en brazos de una madre. No puede entender el amor y eso es algo que lo enloquece. A Judas le duele su coraz�n de piedra, le hiere a cada paso, lo punza por dentro. Sabe. siente que en las manos que lo abrazan hay algo m�s que un hombre, hay algo m�s que s�lo un hombre. Quiz�s por eso llora. Llora tres a�os sin entender nada. Judas sufre atrozmente ser Judas Iscariote. >Judas trata pero no se deja amar. Judas es un hielo, elige serlo y el fuego de Dios no lo puede calentar. >El fuego sigue ardiendo y Judas se ha dormido en los brazos del Se�or. >Cristo no ve en Judas un traidor. All� hay un hombre, un hijo. >Jes�s mira las �ltimas brasas y abraza con un fuego indecible a su amigo. >Ha quedado el campamento a oscuras. >Se escucha entre l�grimas un susurro suave: > >- Judas, Amigo, te amo, �me cre�s?