Animales sentinelas Por Claude Morgan
Desde
Trad. J. Peldoza
Jerry Bromenshenk ha estado supervisando niveles de polución en el medio ambiente con equipos " rastreadores " químicos por casi 30 años. Un momento después de un aviso, él y un equipo de científicos de la Universidad de Montana en Missuola pueden transportar su laboratorio, poner a punto sus instrumentos, y colocar sus muy sensibles rastreadores, a trabajar. En terreno, los rastreadores toman millones de muestras del aire, tierra y agua y los procesan como datos científicos. Pero éstos rastreadores no son instrumentos comunes. Para ser exactos, son abejas, abejas melíferas. Y si lo que el equipo de la Universidad de Montana es verdad, entonces estas pequeñas unidades zumbadoras pueden ser nuestra mejor esperanza de realizar una exacta y actual determinación de la calidad del medio ambiente en un tiempo adecuado. Las abejas y otros " animales centinelas" están proporcionando a los científicos un cuadro sorprendentemente y completo del mundo natural que nosotros habitamos. Al contrario del equipo mecánico de supervisión, las abejas (Apis mellifera) son baratas, reemplazables y entregan de inmediato información actualizada. "Nosotros hacemos todos esto en un tiempo actual," dice Bromenshenk. "Cuando nuestras pequeñas abejas de miel están en problema, también lo estamos los humanos". El equipo, consolidado en parte por concesiones del Departamento de Energía del Departamento de Defensa de estados Unidos, ya ha ayudado a localizar y rastrear contaminantes y material radiactivo en casi 30 sitios del país. Usando pequeñas colmenas, computadoras portátiles y equipos diseñados para exámenes químicos, los científicos hacen pruebas para una variedad de químicos y compuestos. "Nosotros podemos encontrar desde petroquímicos a perfumes," afirma Garon Smith, el químico del equipo. "Nosotros podemos encontrar cualquier cosa, desde toxinas a luz en la oscuridad" agrega Bromenshenk. "La madre Naturaleza hizo a las abejas, perfectas recolectoras de muestras". Considere la majestuosidad de su diseño. Luciendo una cubierta de pelos cargados electrostáticamente las abejas atraen polen-y otras partículas-a su cuerpo imantado. Ellas filtran el aire y el agua a través de sus cuerpos a una fenomenal velocidad. Su casa, la colmena, es una perfecta galería de observación de los gases contaminantes que ellas recogen. Debidamente impresionados, incluso el Departamento de Defensa ahora emplea un ejército de abejas melíferas. Manteniendo una colmena permanente desde 1995, el Ejército emplea no a uno, sino dos animales centinelas en Ft. Dietrich, Maryland. Las
abejas controlan que se mantengan los estándares conforme a las normas medioambientales federales para la tierra, mientras diminutos peces de agallas azules observan los mismos niveles en el agua. Las abejas están en todas partes. Criar abejas es una de las prácticas agrícolas más antiguas conocidas por la humanidad. Los apicultores mantienen colmenas en casi cada rincón del globo. Capitalizando esa inmensa red en 1984, el equipo de la Universidad de Montana usó a las abejas locales y apicultores en Puget Sound para resolver un regional, y finalmente, un nacional misterio: ¿De donde provenían enormes cantidades de arsénico, cadmio y fluoruro? Las abejas encontraron al culpable rápidamente: una fundición en Tacoma, Washington. Publicado en la Revista Science un año más tarde, el estudio Puget Sound se mantiene como la única prueba científica de la data de un transporte de largo alcance de metales pesados, dice Bromenshenk. Los rastros de contaminantes artificiales están por todas partes. ¿Así, como saber por donde empezar la limpieza? Las abejas de la Universidad de Montana están trazando mapas de amplios espacios de tierra en Maryland para dar un cuadro monitoreado del problema. Si los químicos y compuestos no pertenecen al ambiente, dice Bromenshenk, las abejas son las primeras en buscarlos fuera. "Si está en la colmena y no es parte de la biología de la abeja, nosotros lo vemos," dice él. "Y si nosotros lo vemos, nosotros podemos medirlo". ¿Cuan exacta es una lectura basada en el más perfecto coleccionista de la Madre Naturaleza? "Nosotros estamos mirando partes por billón, zambulléndose hacia el nivel de partes por cuadrillones ", dice Bromenshenk. De hecho, él dice, las abejas melíferas son tan exactas que su equipo está deseoso de desafiarlas contra cualquier rastreador químico mecánico de actual uso en terreno. Probando el aire del desierto para la evidencia de armas químicas en Irak, dice Bromenshenk, los monitoreadores de las Naciones Unidas emplearon sólo 30 estaciones rastreadoras para el país entero. Con más de 15,000 individuos por cada mini - colmena, sus abejas podrían volar en amplios círculos alrededor de las estaciones de rastreo de las Naciones Unidas. Dado las dificultades políticas encontradas por inspectores de armas químicas en lugares como Irak, Bromenshenk dice, hay otra razón todavía por qué las abejas son rastreadoras excelentes. "Las abejas ignoran, convenientemente, si es o no un día de tomas de muestras".