Imanes Q U E volando van María José Muñoz Pellico
Tú, mi imán natural y permanente. Tú, mi fenómeno magnético en movimiento. Nuestras miradas volando juntas, el magnetismo espiritual. El amor, la línea de fuerza entre tú y yo.
Cuando la química y la física se mezclan con la alquimia, la razón desaparece, la razón se pierde y se convierte, lo que permite al “ser” adentrarse en ése mundo donde sientes como las fuerzas te atrapan dejándote completamente inmerso en un campo de energía especial. Sientes un campo de energía tan fuerte, tan intenso, tan inmenso; tan sólido pero de transparencia sonora, tan magnético pero más libre que la mariposa, tan enigmático pero tan cómplice; tan desconocido pero tan seguro que simplemente lo vives como tu campo de energía cálido, cómodo y vivo. De pronto sientes como el choque se convierte en un momento que te atrapa inmediatamente. Sientes su poder en un instante inesperado que es la mayoría de las veces “el más esperado”, y más aún si es que ya lo has vivido antes. Bueno no sé con certeza si ése momento se vive o se sueña, pero solo sé que simplemente lo sientes. El momento te transporta y te coloca, y de pronto se convierte en lugar, “el lugar”, un mundo donde a veces habita tu mente, donde a veces llevas a tu corazón de paseo y le permites vivir aunque sea un ratito sí quieres. Este choque, mezcla o unión de fuerzas te lleva directo al viaje más deseado, a la emoción más lúcida, al
rincón más confortable, te lleva justo al punto,…ése, el que tu ya sabes, el más profundo dentro de ti, el centro de todo lo que conoces y de todo lo que ignoras, el centro de todo lo posible y de todo lo imposible. Aquí en éste sitio me miro sin verme, me escucho sin oírme, me entrego sin dejarme y sin dejarte, solo sé que me siento, me siento presente en el cielo. Ahora mi razón se convirtió en mi sentimiento y ahí estoy y soy, ahí que es un aquí y que es donde me encuentro, y lo mejor, me encuentro contigo, juntos eternos cómplices sintiendo que nada vibra y todo se queda quieto, sin respirar, sin aire, llenos de fuerza, llenos de luz, llenos de paz, llenos de todo y vacíos de nada. Puedo ver el azul y el verde tan desconocidos de nuestro espacio y de la fuerza que todas y cada una de las veces es, “nuestra” fuerza. Gracias te doy, gracias de miradas que atrapan y sumergen, gracias de momentos e instantes mágicos e inolvidables, porque cuando la química y la física se mezclan con la alquimia, hace su aparición la ciencia del corazón, que llega molestando a la razón dejándola congelada mientras funde todo mi ser en el más vívido momento de magia y plenitud. Y todo pasa cuando… y tan sólo… cuando perdiéndose al encontrarse, tus ojos y los míos se tocan y volando van… se van mirándose.
Abril 2009