Ikastola - Temas Selectos De Salud Sexual Y Reproductiva

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Mejoramiento de la Calidad de Atención en Salud Sexual de Usuari@s de Atención Primaria

TEMAS SELECTOS DE SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA Objetivos • Actualizar a los profesionales de la salud respecto a las nuevas conceptualizaciones de • salud sexual y reproductiva. • Examinar algunos temas de salud reproductiva, especialmente relacionados con salud • sexual. • Enfatizar el papel social de los profesionales de la salud en la promoción de la salud sexual y reproductiva. Mitos * y realidades Una buena forma de introducirnos al tema de salud sexual reproductiva es cuestionando algunas de las falsas creencias ampliamente difundidas entre la población. Mito: El deseo sexual nace espontáneamente. Realidad: El deseo sexual se define como la disposición a entrar en una experiencia sexual. El deseo es la puerta de entrada para el desarrollo de la respuesta sexual. El deseo se dispara frente a ciertos estímulos, todos ellos aprendidos a lo largo de la vida y donde la cultura cumple un rol preponderante al definir cuales serán éstos. Así, durante el desarrollo psicosexual una de las tareas será identificar cuáles serán los eventos que nos servirán para gatillar nuestro deseo sexual. De esta forma, cada vez que aparece el deseo es porque lo hemos puesto en marcha a través del reconocimiento de un estímulo (en vivo o imaginariamente) reconocido como provocador. Mito: Las mujeres sienten menos deseo sexual que el hombre. Hombres y mujeres poseemos igualdad de posibilidades de sentir deseo. La diferencia se da, más bien, por oportunidades de aprendizaje diferenciadas para cada sexo. Así, a los hombres se les enseña y refuerza desde pequeños el reconocimiento de estos estímulos, así como la expresión del deseo. La socialización de las mujeres chilenas en este ámbito es más bien restrictiva, teniendo menos oportunidades para reconocer estos estímulos, al mismo tiempo que la expresión del deseo es muchas veces sancionada socialmente. Mito: un pene grande es importante para la gratificación de la mujer. Mito: el hombre con pene grande es más potente que el hombre con un pene más chico. Realidades: todos estas aseveraciones son falsas. Siempre resulta conveniente comentarlo con los consultantes varones y sus parejas, particularmente entre los jóvenes, quienes presentan una gran preocupación respecto al tamaño de sus órganos sexuales. Es importante aclarar este punto para evitar que puedan sentirse en desventaja en relación con otros hombres e incómodos con sus futuras parejas sexuales. El tamaño del pene no es el requisito principal en la gratificación sexual de la mujer. Más relevante que aquello, resulta ser la sincronía que un hombre y una mujer experimenten para adecuar la práctica sexual a las necesidades y sensaciones placenteras para el compañero o compañera sexual. Aunque todo esto parezca muy obvio, para muchos consultantes no lo *

Se usa aquí el término mito en su acepción común de falsa creencia y no en su acepción antropológica de sistema de creencias. Manual Conversemos de Salud Sexual Ministerio de Salud Chile Redacción y adaptación IKASTOLA 2002

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es. Sólo en la medida en que exploremos un poco sus mitos en lo que atañe a sus cuerpos, su sexualidad, la de sus parejas y su relación de pareja, podremos aclararlos brindándoles información precisa. Mito: la masturbación es normal sólo en hombres adolescentes. Realidad: Como revisamos en el módulo de desarrollo humano, la masturbación más que normal, es una conducta natural propia de nuestro ser sexuado. Así, no necesariamente es practicada por todas las personas. Respecto del sexo, hoy sabemos que la masturbación es también una práctica utilizada por las mujeres, aún cuando éstas no lo expliciten tanto como los varones. Por último, si bien es en la adolescencia donde su frecuencia puede ser mayor, la práctica autoerótica se mantiene a lo largo de la vida como una alternativa para todos/as aquellos/as que encuentran gratificación sexual en su utilización. Mito: no se pueden tener relaciones sexuales durante el embarazo. Realidad: cuando el embarazo no tiene complicaciones y ambos miembros de la pareja lo deseen, se pueden tener relaciones sexuales. La consejería profesional en este sentido, debe estar encaminada a disminuir temores respecto de la actividad penetrativa, ayudar en la identificación e incorporación de nuevas posiciones para tal evento, así como a valorizar, por parte de la pareja, el desarrollo y exploración de nuevas prácticas sexuales no penetrativas e igualmente gratificantes. 1. AVANCES EN MATERIA DE SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA Como ya hemos revisado, desde la realización de la Conferencia de Teherán en 1968, donde se habla por primera vez de “el derecho básico de las parejas e individuos para decidir libre y responsablemente sobre el número y espaciamiento de sus hijos, y para tener información, educación y medios para hacerlo”, se desarrolla un proceso ininterrumpido de Conferencias Internacionales donde la temática de derechos reproductivos se incorpora al debate permanente de organizaciones multinacionales. Ello tuvo como resultado, en la década de los 90, un cambio sustancial en el concepto de salud reproductiva y la visibilización de la temática de la sexualidad como un aspecto más de la salud y bienestar de las personas. Sin embargo, y reconociendo estos avances, las discusiones han continuado por la inclusión que se hace de la salud sexual dentro del marco de los derechos reproductivos, sin lograr separarse de éstos. Así, la sexualidad sigue siendo vista a la luz de la reproducción, y no ha podido ser reconocida como ámbito independiente (en términos de derechos) como una prioridad en sí misma. A pesar de existir la intención, no se han logrado gestar cambios más allá de aquellos referidos específicamente a las mujeres. Aún no poseemos estrategias específicas para abordar la salud sexual de los hombres o de aquellos grupos que no están en edad reproductiva (niños y adultos mayores), como asimismo de los grupos con distinta orientación sexual. Para estos, no han existido concensos mundiales que incluyan sus necesidades, que les consideren en su derecho al ejercicio de una sexualidad plena. Si entendemos la sexualidad como una capacidad que poseen todos los seres humanos, es posible suponer que no se está considerando todas las posibles demandas en esta temática. 2

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Si revisamos lo ocurrido en nuestro país al respecto, resulta importante recordar que en el año 1997 el Ministerio de Salud elaboró el documento “Prioridades de Salud País” 1 , instrumento que contiene los 16 problemas de salud principales a ser abordados por los programas de salud y donde, en el décimo tercer lugar aparece “la salud sexual y reproductiva”. Se desprende que al incorporar el término “sexual”, las políticas reconocen la necesidad de estrategias específicas, más allá de las relacionadas al proceso reproductivo. Ello implica asumir que se reconoce a la sexualidad como inherente a la condición humana, de la cual se derivan necesidades y demandas en las distintas etapas del ciclo vital. Cabe señalar que en nuestro país, las estrategias sanitarias se traducen en programas de salud específicos para asistir a la población general en sus procesos de saludenfermedad. Tomando en cuenta este antecedente, el documento en cuestión señala que la salud sexual y reproductiva se traduce en prioridad programática sólo para el programa de Salud del Adolescente y para el Programa de Salud de la Mujer. Para el primero, el interés central debe ser el embarazo no deseado, mientras que para el segundo se establecen como prioridades la mortalidad fetal tardía, el aborto provocado, las infecciones del tracto reproductivo y las alteraciones de la salud de la mujer postmenopaúsica. Esta situación indica que las actividades están centradas en su mayoría en el proceso reproductivo, más que en la salud sexual propiamente tal. El análisis más específico de las actividades señaladas para el Programa de Salud del Adolescente, en términos de embarazo no deseado, señala la promoción de conductas sexuales responsables, consejería individual y grupal en salud sexual y reproductiva, control del desarrollo psicoafectivo del feto-madre-padre para la aceptación del embarazo y control integral del embarazo en adolescentes. La descripción de tales actividades da cuenta de un enfoque basado aún en el riesgo, centrado en materias reproductivas: anticoncepción y embarazo. En el caso del Programa de Salud de la Mujer, las actividades se centran en educación y difusión sobre riesgos reproductivos, infecciones del tracto, servicios disponibles y conductas sexuales responsables; vigilancia y evaluación de mujeres y/o parejas con mayor riesgo reproductivo, con sintomatología de infecciones vaginales o en etapa de climaterio; control de mujeres embarazadas con morbilidad obstétrica, control preconcepcional en población de riesgo de recurrir a un aborto provocado, detección de infecciones vaginales durante el embarazo; se incluyen actividades de atención, consejería y tratamiento para cada una de estas poblaciones. Debemos reconocer avances en estas materias, por lo menos en lo concerniente a los lineamientos generales de la Política en Salud. Dichos avances no pueden ser vistos en forma independiente de los compromisos adquiridos por nuestro país a nivel mundial con las firmas de gran parte de las convenciones internacionales antes citadas. No podemos desconocer el avance que significa la incorporación de la actividad de consejería sexual y reproductiva en el Programa de la mujer, la consejeria para jóvenes en el Programa Adolescente y la consejería pre y post test en VIH/SIDA y en las Normas de manejo de las ETS, además de proyectos relacionados con VIH/SIDA, que a través de sus actividades educativas han visibilizado el tema de la Sexualidad, más allá de lo concerniente a la transmisión del VIH. Sin embargo, aún queda camino por recorrer y construir. 1

Prioridades de Salud País, MINSAL, División de salud de las personas. Manual Conversemos de Salud Sexual Ministerio de Salud Chile Redacción y adaptación IKASTOLA 2002

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La incorporación de la salud sexual y los derechos sexuales será futura. El trabajo realizado hasta ahora, ha hecho reflexionar acerca de las carencias que poseemos como país en estas materias. Un cambio a corto plazo en este ámbito, será ampliar la mirada, no sólo focalizándonos en la entrega de información y accesibilidad de los servicios, sino también incorporando, en las actividades sanitarias, la reflexión y discusión de los significados de la sexualidad como construcción social, tal que permita a la población una vivencia sexual saludable y placentera. 2. CONCEPTO DE SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA Resulta evidente entonces, que la salud sexual, si bien aporta a la salud reproductiva, es distinta de aquella y, por ende, requiere de un análisis propio más allá de lo concerniente al proceso reproductivo. Como ya mencionamos, la salud reproductiva ha sido definida como...“un estado general de bienestar físico, mental y social, y no de mera ausencia de enfermedades o dolencias, en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo, sus funciones y procesos”. De ello podríamos decir que la salud sexual es también un estado general de bienestar, más allá de la ausencia de enfermedad de los órganos, funciones o procesos vinculados a la respuesta sexual, derivado del logro de una vivencia sexual grata y placentera. La salud sexual no sólo se limita a las edades reproductivas como tampoco a la función sexual, y se convierte así en un aspecto de la salud integral que posee necesidades propias en cada etapa vital, conforme al género y al contexto sociocultural del que consulta . 3. LA SALUD CORPORAL Y EL CONOCIMIENTO DEL CUERPO SEXUADO: EL PRIMER PASO. La higiene y autocuidado del cuerpo, específicamente de los órganos sexuales y reproductivos tiene directa relación al reconocimiento de nuestro cuerpo sexuado desde que somos pequeños. Como lo decíamos en los primeros capítulos, niños y niñas desde muy temprano exploran sus cuerpos y encuentran en ellos sensaciones diversas, algunas más placenteras que otras. La exploración genital es un paso natural en la integración de nuestra sexualidad, en términos corporales. Sin embargo, muchas veces asusta y es reprimida, sobre todo en las niñas, por el temor al daño genital. Será función de una buena consejería promover la autoexploración genital, no sólo en las mujeres y hombres adultos, sino también en los púberes, como herramienta de autocuidado y de promoción de la salud sexual. La labor educativa al respecto debe mostrar también la diferencia entre el aparato sexual y el reproductivo, de modo que los consultantes puedan reconocer en ellos un cuerpo que responde activamente con sensaciones corporales frente a la estimulación sexual y que resulta diferente del aparato reproductor. A. Respecto de los organos propiamente sexuales 4

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Los consultantes debieran recibir información respecto del lugar (de modo de guiar la autoexploración), anatomía y función de cada uno de ellos. MUJERES Es necesario enfatizar la importancia de la vulva como órgano sensitivo, diferenciando el pubis o monte de Venus, los labios mayores, los labios menores, el clítoris y la vagina. Respecto del clítoris y su relevancia como órgano gatillador del orgasmo femenino, es fundamental reconocer su lugar dentro de la vulva, así como su conformación, esto es identificar que tiene una forma cilíndrica y termina en un glande con su capuchón formado por dos pliegues, que son la continuación de los labios menores. Mide de uno a tres centímetros. Las(os) consultantes debieran también recibir información respecto de la gran sensibilidad de los labios mayores y menores y del aumento de volumen que ocurre en estos últimos durante el proceso excitatorio, que permite el acortamiento, en términos de distancia entre el introito vaginal y el clítoris, propiciando así una mejor estimulación durante la penetración vaginal. La vagina debe ser reconocida en su doble función, sexual y reproductiva, haciendo hincapié que es uno más de todos los órganos sexuales, el cual puede o no ser utilizado en una actividad sexual. Esto dependerá de la práctica sexual escogida por la pareja. Otro organo importantísimo para la actividad sexual, aún cuando no son obsevables a simple vista, son las glándulas de Bartholin. Estas se encuentran a cada lado del orificio vaginal; cada una de ellas secreta durante la excitación sexual una o dos gotas de una sustancia acuosa, que es determinante para la lubricación vulvar y vaginal, de modo que el tocamiento genital y la penetración resultan indoloras. Los ovarios, las trompas de Falopio y el útero o matriz, son órganos netamente reproductivos, cuya indemnidad hace posible la reproducción. Si bien el útero sufre modificaciones durante la respuesta sexual, en términos de posición, así como también se contrae durante el orgasmo femenino, no es un órgano propiamente sexual y si es fundamental para la reproducción. HOMBRE Los órganos sexuales masculinos, el pene, los testículos y el escroto son también organos reproductivos. Respecto a su función sexual el pene y su glande son los organos sensitivos por excelencia en el caso de los hombres. La vasocongestión que sufren durante la excitación sexual los hace aumentar de tamaño y cambiar su coloración. El glande y su corona es la zona que posee mayor cantidad de terminaciones nerviosas sensoriales. Sin embargo no hay que olvidar el escroto como organo sensitivo. La evidencia clínica señala que los hombres disfrutan de las caricias genitales en esta zona, así como en el pubis. Manual Conversemos de Salud Sexual Ministerio de Salud Chile Redacción y adaptación IKASTOLA 2002

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Los testículos por su parte, protegidos por el escroto, también participan de la respuesta sexual movilizándose hacia arriba a modo de protección. La próstata, es la encargada de producir un líquido lechoso, de olor muy característico, alcalino y que contiene proteínas, calcio, colesterol, ácido cítrico y algunas enzimas. El líquido prostático compone el porcentaje más alto de líquido seminal. En términos reproductivos la alcalinidad de éste sirve para que el espermatozoide pueda sobrevivir y desplazarse en la vagina, cuyo pH es ácido. La secreción de las glándulas bulbouretrales o de Cowper también tienen una participación en el semen. Durante la excitación sexual, estas glándulas secretan un líquido alcalino, cristalino y adherente cuya función es limpiar la uretra de restos de orina (con pH ácido) y favorecer un ambiente alcalino para dar paso al semen. Este líquido contiene a menudo espermatozoides, por lo que pueden verse con frecuencia embarazos en una relación en donde se practicó el coito interrumpido o el retiro del pene antes de la eyaculación. Respecto de la función reproductora, la indemnidad de testículos, tubulos seminiferos, epidídimo y conductos otorgan la potencialidad para una adecuada respuesta reproductiva. Más alla de los organos sexuales propiamente tales, no debemos dejar de mencionar la relevancia de las sensaciones corporales, donde el cuerpo y cada una de sus zonas son una verdadera sábana de respuesta erótica. Si bien existen autores que gustan de identificar algunas zonas como erógenas, resulta mejor pensar que cada cuerpo en particular responde específicamente de acuerdo a gustos y preferencias sensitivas. Por último, debemos también mencionar que los pezones para ambos sexos son zonas de alta sensibilidad, que participan activamente en la respuesta sexual cambiando su tamaño, forma y coloración. B. Respecto de la Menstruación Otro tema que a muchas/os consultantes preocupa aún, tiene relación con la menstruación. Ello influenciado por una serie de mitos respecto de su impureza, pero también como resultado del escaso conocimiento que mujeres y hombres poseen de este proceso natural, tanto en términos fisiológicos como anatómicos. En algunas comunidades a lo largo de América Latina se piensa todavía que las mujeres están impuras o sucias, y que no deben acercarse a varones y, mucho menos, tener relaciones sexuales. Estos mitos han disminuido en la medida en que ha aumentado la información sobre este fenómeno entre la población y ha mejorado la condición de las mujeres. Es necesario informar a las mujeres de los cuidados que deben tener durante la menstruación: En primer término, recordarles que estar menstruando no significa que la mujer esté enferma y no pueda continuar con la vida normal, integrando el cuidado higiénico a su 6

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vida cotidiana; no hay ninguna actividad que se deba suprimir o alimentos prohibidos o limitados durante la menstruación. Es importante mencionar que durante la menstruación no hay impedimento para tener relaciones sexuales; esto dependerá del gusto o disgusto de los interesados. Tener relaciones sexuales durante la menstruación puede potenciar enfermedades infecciosas, si no se usa preservativo, incluyendo el riesgo de un embarazo si no se toman las medidas preventivas adecuadas. No se recomienda hacer lavados vaginales ni vulvares especiales durante o después de la menstruación, ya que puede eliminarse la flora vaginal normal, propiciándose así infecciones locales de diversas etiologías. Por último, más allá de la autoexploración como proceso de reconocimiento corporal, se debe promover esta técnica como herramienta diagnóstica de procesos patológicos. Respecto de los genitales, si se aprende a conocerlos en condiciones normales, será más fácil detectar cualquier patología tempranamente. C. Respecto de la exploracion genital Reconocemos que para la mayoría de las mujeres, debido a su educación, resulta difícil la exploración de los genitales; por eso es importante estimularlas para que se percaten de los beneficios que trae consigo esta exploración. Se recomienda la exploración vulvar una vez al mes, después del baño y auxiliada por un espejo. Se revisa el clítoris, el meato urinario, los labios mayores, los labios menores y la entrada vaginal; asimismo debe incluirse la valoración del periné y el ano. Se buscarán cambios de coloración de la piel de los labios mayores, presencia de nódulos o puntos dolorosos de la vulva en general, las condiciones de la mucosa vaginal, presencia o aumento de la secreción vaginal con cambio en sus características: olor, color etc., la presencia de abscesos y en general las condiciones del periné. También es importante enseñar a los hombres técnicas de autoexploración de genitales, sobre todo del pene y los testículos. Se revisará con regularidad el glande, su coloración, si existe escozor o algún punto doloroso. Al retraer el prepucio para liberar el glande se valorará el surco balanoprepucial, sobre todo en caso de los no circuncidados. Se revisará el escroto, palpando y buscando de cada lado el testículo correspondiente, haciendo hincapié en que la consistencia y el tamaño de los testículos sean simétricos; así, poco a poco se entrenará para reconocer el estado normal del patológico. Manual Conversemos de Salud Sexual Ministerio de Salud Chile Redacción y adaptación IKASTOLA 2002

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Cuando se detecte un aumento de tamaño en la bolsa escrotal por crecimiento testicular o aumento de la consistencia del testículo con la presencia o no de dolor a la palpación, hay que acudir con el/la especialista para una valoración temprana e integral. D. Respecto de la exploracion de los senos Desde que se inicia la pubertad se requiere del aprendizaje para explorar los pechos y detectar tempranamente procesos mamarios benignos o malignos. La técnica es muy sencilla y está al alcance de todas las personas. Frente a un espejo.se valorará la situación de los pezones, su simetría, que no existan zonas de retracción; la textura y coloración de la piel de ambas mamas será la usual y simétrica con la mama contralateral. Se busca intencionadamente nódulos, “bolitas” o puntos dolorosos. Se incluye la palpación suave del hueco axilar, donde igualmente se buscan nódulos o puntos dolorosos Se recomienda hacer esta autoexploración una vez al mes y, de preferencia después de la menstruación. Si se detecta algo sospechoso es necesario acudir al/la profesional para su atención temprana. 4. TEMAS SELECTOS DE SALUD REPRODUCTIVA Y SALUD SEXUAL A continuación se exponen algunos temas específicos de la esfera reproductiva, reconociendo las implicancias de éstos en la salud sexual de las y los consultantes. LA REGULACIÓN DE LA FECUNDIDAD Y LA ACTIVIDAD SEXUAL La posibilidad de controlar y regular la fecundidad es componente indispensable de la salud sexual y reproductiva, y constituye un derecho. Por tanto, es necesario que l@s profesionales de la salud cuenten con información para proporcionar servicios de calidad. La planificación conceptiva es la actitud consciente sobre el número y espaciamiento de los hijos, fundamentada en el conocimiento de métodos y técnicas anticonceptivas. Sin duda, uno de los eventos difíciles de asumir, tanto para una mujer como para un hombre, es un embarazo no planificado, que se traduce en una maternidad o paternidad no elegida. Los métodos anticonceptivos con los que contamos hoy en día son, en general, seguros para las mujeres y los hombres y cuentan con niveles variables de eficacia; la mayoría no interfiere con el placer sexual y son emocionalmente aceptables por ambas partes. El mejor anticonceptivo será el que la pareja determine que les brinda más protección, con menor interferencia y de bajo costo. Ninguno de los anticonceptivos con los que contamos actualmente es perfecto y todos tienen un índice mayor o menor de error.

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En vista de la gran cantidad de información disponible en lo que se refiere a anticoncepción, resumimos algunos puntos importantes en un cuadro al final de éste módulo. Afortunadamente, y gracias a los métodos anticonceptivos, se ha podido desligar el placer erótico de la reproducción. Ello resulta beneficioso para la salud sexual, en tanto la actividad erótica se desliga del riesgo del embarazo no planificado. Sin embargo, la elección del método es un aspecto clave para el funcionamiento sexual. Con esto hacemos referencia a que si no hay confianza en el método utilizado, ello podría interferir en la respuesta sexual produciendo bloqueos en cualquiera de sus fases producto de la ansiedad al respecto, tanto en hombres como en mujeres. Del mismo modo, sabemos que hay métodos hormonales no recomendables para ciertas mujeres que, de acuerdo a su perfil hormonal, pudiesen presentar descenso del deseo sexual o bien problemas de lubricación. El uso del preservativo es quizás uno de los métodos que más resistencia ofrece en su uso por sus implicancias en la respuesta sexual. Tanto hombres como mujeres pueden aducir que disminuye la sensibilidad. Si bien ésto es cierto, verdadero es también que ello podría ser un elemento a favor para una actividad sexual más prolongada y no únicamente centrada en el pene y la vagina. Es claro que el preservativo resulta ser la mejor protección, salvo la abstinencia, para evitar el embarazo, las enfermedades de transmisión sexual y el SIDA; su mayor incorporación a la práctica sexual dependerá del entrenamiento que se adquiera en la colocación de éste, tomando en cuenta también las consideraciones antes señaladas. EL EMBARAZO, POST PARTO Y LA SALUD SEXUAL Uno de los aspectos clave para lograr una plena salud reproductiva es la maternidad sin riesgo, concepto ligado directamente a la mortalidad materna, es decir, al número de mujeres que mueren por causas relacionadas con el embarazo y el parto. Según la Organización Panamericana de la Salud, en Latinoamérica fallecen anualmente 23.000 mujeres por estas causas. En su gran mayoría estas muertes son evitables. Con el objetivo de disminuir dicha cifra, deben propiciarse ciertas estrategias sanitarias encaminadas a fomentar, por ejemplo, la nutrición de las mujeres desde su niñez, tal que ello permita afrontar un embarazo en las mejores condiciones. La orientación y consejería en salud sexual y reproductiva es también central en estos términos, tanto respecto de la planificación conceptiva como respecto de los embarazos de alto riesgo y la prevención de las enfermedades de transmisión sexual y de la infección por el VIH. Ello propiciará que la maternidad sea elegida y por ende de menor riesgo. En nuestro país el control preconcepcional es la atención integral proporcionada en el consultorio de atención primaria a la mujer en edad fértil que desea iniciar o posponer un embarazo. Esta actividad permite acoger la demanda de regulación de fecundidad en mujeres nuligestas, así como también evaluar el grado de riesgo reproductivo antes de iniciar un embarazo, de modo de efectuar las intervenciones que sean necesarias para mejorar la condición de la futura embarazada (peso adecuado, control de patologías crónicas como diabetes o hipertensión, por ejemplo). Manual Conversemos de Salud Sexual Ministerio de Salud Chile Redacción y adaptación IKASTOLA 2002

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Del mismo modo, y una vez producido el embarazo, la orientación y atención prenatal, así como la asistencia adecuada en el parto, en todos los casos, evitando la utilización excesiva de las operaciones cesáreas, así como la atención obstétrica de emergencia, incluidos los servicios de remisión en caso de complicaciones en el embarazo, el parto y el aborto, contribuirán a una mejor salud reproductiva. Respecto de la salud sexual, durante el embarazo, el profesional deberá también asesorar respecto de cómo continuar con la vida sexual durante este período. Si no existen contraindicaciones, las recomendaciones tendrán el sentido de: •

Disminuir temores respecto de la actividad penetrativa,



Identificación e incorporación de nuevas posiciones para tal evento, así como el desarrollo y exploración de nuevas prácticas sexuales no penetrativas e igualmente gratificantes.

Hombres y mujeres se comportan de forma particular frente a un embarazo y la continuidad de la actividad sexual. Por tanto si bien no hay patrones, se debe acoger el hecho que existan parejas que deseen disminuir su frecuencia como otras que la aumenten. Los factores que influyen sobre el interés sexual durante el primer trimestre incluyen la fatiga, la náusea, los cambios fisiológicos (en particular la vasocongestión de los senos que ocurre durante la estimulación sexual puede ser dolorosa para una mujer que experimenta hipersensibilidad en esa zona) y alguna angustia difusa en mujeres que estén embarazadas por primera vez o que tuvieron complicaciones en el embarazo anterior. El segundo trimestre del embarazo hace más consciente a una mujer de la presencia del bebé en formación, por sus movimientos y aumento de tamaño; sin embargo, el segundo trimestre es por lo común más tranquilo, ha desaparecido la náusea y la somnolencia y puede aparecer un renovado interés sexual. Esto último puede relacionarse a la mejor disposición sexual que presentan algunas mujeres, sobre todo pasando los malestares de los primeros meses, debido a la ausencia de riesgo de embarazo o bien por el aumento de la vasocongestión pélvica o el aumento de la lubricación vaginal que favorece la excitación sexual. La actividad sexual durante el tercer trimestre del embarazo suele disminuir considerablemente. Las razones más comunes que se aducen para explicar este cambio son: malestar físico, miedo a dañar al bebé, pérdida de interés sexual, torpeza para efectuar el coito, recomendación médica y sentimientos de perdida de atractivo (según lo percibe la mujer). Desde el punto de vista de la salud existe el riesgo de inducir un parto prematuro a causa de las contracciones uterinas que acompañan al orgasmo. Las mujeres con antecedentes de sangrado vaginal durante el embarazo, membranas rotas o cuello maduro antes de tiempo son las que corren el riesgo de tener un parto prematuro. Las mujeres sin antecedentes de estas complicaciones y que están sanas, pueden participar en la actividad sexual durante el tercer trimestre del embarazo sin riesgo para ellas o para el 10

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feto. Lo importante aquí es potenciar en las parejas la idea que la actividad sexual no se limita a la actividad penetrativa, indagando con ellos prácticas estimulatorias de consenso y que les provean de satisfacción sexual. Durante la atención posparto y los controles posteriores, tanto del niño como respecto de la planificación conceptiva, es fundamental el apoyo del profesional para la continuidad de la actividad sexual con las consideraciones propias del actual período. El proceso de vida de hombres y especialmente de mujeres, muestra un cambio fundamental con la llegada de los hijos. La llegada de un hijo reconceptualiza de manera contundente la percepción de sí mismos de la mujer y del hombre y su concepción del mundo que los rodea; esto acompañado por el cambio hormonal que vive el cuerpo de una mujer, aunado a las expectativas, actitudes y valores ahora frente al nuevo status de madre y padre. Por tanto, la consejería en este sentido debe ir encaminada a disminuir las ansiedades respecto de la disminución de la actividad sexual, que aparece en varios casos, como a posibles bloqueos de la respuesta sexual. Hombres y mujeres deben conducirse con lentitud retomando la actividad sexual conforme aumentan las sensaciones gratas y no forzarse a tener relaciones sexuales. Es importante considerar los problemas de lubricación que pudiesen presentar algunas mujeres y asistirse con un lubricante vulvar y vaginal como paleativo mientras sea necesario. Por último, es importante propiciar en las mujeres la integración de la función maternal al ser mujer, y no la focalización del ser mujer en la maternidad, de modo que las mujeres puedan desempeñar tanto el rol de madres como el de amantes. EL EMBARAZO ADOLESCENTE Y LA SALUD SEXUAL La fecundidad adolescente es un problema que va mas allá de los ámbitos de la salud fisica y psicosocial, ya que constituye un fuerte indicador del desarrollo social. A pesar de que la fecundidad ha descendido prácticamente en toda América Latina, el número absoluto de hijos nacidos de adolescentes y la proporción de todos los nacimientos que ocurren entre adolescentes ha aumentado. Esto se debe a las estructuras de edad que han resultado de las altas tasas de fecundidad prevalente en años pasados y a la rapidez del descenso de dichas tasas. Por ejemplo, en Cuba los alumbramientos entre adolescentes correspondieron a 10.4% de todos los alumbramientos vivos entre 1950 y 1955, en tanto que se elevaron a 25% entre 1985 y 1990. Datos recientes del Centro Latinoamericano de Demografía estiman el porcentaje de nacimientos en madres adolescentes en alrededor de 20%; sin embargo, este número oculta las notables diferencias que existen en las tasas de fertilidad en la región que van desde 138 por 1000 para El Salvador, hasta 66 por 1 000 para Chile. Debe advertirse que, si bien se reconoce el problema que representa a nivel continental el aumento en los números de embarazos adolescentes por las consecuencias negativas que representa para l@s adolescentes mismas, sus hijos y para la sociedad, en muchos países no existen datos precisos de la magnitud del fenómeno. En algunos casos, debido a que no hay desagregación de estadísticas por género y edad, y en otros, sencillamente a causa del subregistro y/o la falta de registros confiables. Manual Conversemos de Salud Sexual Ministerio de Salud Chile Redacción y adaptación IKASTOLA 2002

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Muchas de los factores causales del embarazo adolescente tienen relación con las condiciones socioeconómicas existentes en la región. Para citar sólo un ejemplo, es bien sabido que la escolaridad es tal vez el factor social más importante para modificar la fecundidad de las mujeres, y lo es aún más en el caso de las adolescentes. Zeidenstein, del Population Council señala que “...la educación es uno de los aspectos críticos de la discriminación económica hacia las mujeres. En muchos países las muchachas reciben menos educación que los varones. Como resultado de esta falta de oportunidades de educación, las mujeres de los países más pobres presentan mayores tasas de fecundidad adolescente y las más altas tasas de mortalidad materna y neonatal. El vínculo entre poca educación, baja autoestima, dependencia económica y alta fecundidad femenina es directo”. Por otra parte, una diversidad de estudios realizados en países de la región demuestran que la causa de los embarazos adolescentes radica, no solamente, en su ignorancia respecto a la anticoncepción, ni en la inaccesibilidad de los servicios y métodos, sino, muy sustancialmente, en los patrones socioculturales que refuerzan las condiciones de subordinación de la mujer dentro de la sociedad y en la frecuente falta de habilidades para establecer un plan de vida por parte de los y las adolescentes. En muchos casos, las jóvenes se embarazan porque no existen otras alternativas (de estudio o trabajo) para adquirir status dentro de su grupo. Como ya hemos mencionado, cuando la cultura y los medios exaltan la maternidad y ésta se encuentra tan cercanamente vinculada con la identidad femenina, quedan pocos caminos que no conduzcan a la búsqueda de un embarazo, a pesar de las consecuencias que afectarán y marcarán toda la vida de la adolescente. Muchas jóvenes no intentan o no desean embarazarse; sin embargo, sienten que requieren la atención del hombre y su aprobación, y simplemente no pueden protegerse de la actividad sexual no deseada o de los embarazos. Tampoco debe olvidarse a sus compañeros, hombres jóvenes que pueden identificar erroneamente la desinhibida expresión de la sexualidad y la fecundidad con la masculinidad. Muchos de ellos no tienen la intención de volverse padres, pero ignoran los recursos a su alcance para evitar la paternidad o, simplemente, no se interesan en utilizarlos. Los riesgos y consecuencias del embarazo precoz afectan tanto a la madre como al hijo, al igual que a la sociedad. Los riesgos biomédicos para la joven y el niño son bien conocidos; menos estudiados son los riesgos asociados al desarrollo infantil, tales como desnutrición, problemas de aprendizaje y conducta, entre otros. Sólo hasta fechas recientes se da importancia al precio psicosocial que la joven paga: reincidencia del embarazo, abortos realizados en pésimas condiciones, deserción escolar, en caso de que asista a la escuela, matrimonios y uniones precipitados y disminución de las posibilidades de capacitación y empleo. Los varones, aunque en menor grado, también se ven afectados. En pocas palabras, el embarazo adolescente compromete el potencial de un pleno desarrollo humano de un gran sector de la población. Respecto de la salud sexual propiamente tal, el embarazo en adolescentes, acorta el proceso de aprendizaje erótico, sobre todo si tenemos en cuenta que estos embarazos ocurren en las primeras experiencias sexuales. A esto debemos sumarle todo lo ya mencionado respecto del efecto del embarazo en la vida sexual de mujeres y hombres. 12

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No se debe pasar por alto el efecto de un embarazo no planificado en términos de condicionamiento; así la actividad sexual puede tornarse amenazante e incluso aversiva, si las consecuencias del embarazo, en términos sociales, familiares, emocionales y de autovaloración, han sido ingratas. Muchas adolescentes sienten que poseen pocas habilidades para negociar sexualmente luego de un embarazo. Por una parte, sienten que frente a un hombre ya no es posible negarse a tener actividad sexual o bien, no podrán negociar la protección y/o el tipo de prácticas sexuales. En este contexto, la labor del profesional será apoyar el proceso de desarrollo psicosexual que se ha bloqueado, potenciando en las adolescentes destrezas y habilidades que las hagan responsables de su propio placer sexual, así como de las consecuencias de una actividad sexual desprotegida. En este sentido, debemos también propiciar estrategias de promoción de la salud sexual y reproductiva para adolescentes varones, que los hagan protagonistas del momento en que desean ser padres, al mismo tiempo que aprendan alternativas de satisfacción sexual más alla de la penetración, tan valiosas como ésta y, sin lugar a dudas, más protegidas. Por último, alentar el uso de la protección sexual, cuando la desición sea tener vida sexual, así como fortalecer las destrezas en el uso del preservativo. LA INFERTILIDAD, ESTERILIDAD Y SALUD SEXUAL En sociedades donde se valora altamente la posibilidad de procrear, la infertilidad y la esterilidad representan no sólo un problema médico, debido a sus connotaciones psicológicas y sociales. Los factores que intervienen para lograr una concepción humana son numerosos; en la mujer es necesaria una integridad anatómica de genitales y adecuado funcionamiento del eje hipotálamo-hipófisis-ovario que permita regular el ciclo menstrual, con una adecuada foliculogenésis, ovulación y la producción hormonal necesaria para sustentar el embarazo; en el hombre se requiere de estructuras anatómicas, función sexual y espermatogénesis normal que permita el depósito de un número adecuado de espermatozoides morfológicamente normales y móviles en el fondo de la vagina. Para que el encuentro del óvulo con el espermatozoide se lleve a cabo, es necesaria una adecuada interacción del moco cervical con el espermatozoide, que permita el transporte de éste al tercio externo de la trompa de Falopio; al mismo tiempo, esta estructura debe tener la movilidad e integridad necesaria para captar y transportar el óvulo a este encuentro. Todo lo anterior, está enmarcado por una compleja y fina interacción molecular, hormonal e inmunológica de distintas estructuras. Bustos y Castelazo 2 definen la esterilidad como la imposibilidad de lograr el embarazo, después de un año de tener relaciones sexuales (más de tres veces por semana) sin la utilización de un método anticonceptivo. Este periodo se ha definido basándose en estudios que indican que el 90% de las parejas sanas logran embarazarse, en estas condiciones, antes de 12 meses.

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Bustos L., H. H. y Castelazo M:E: Esterilidad e Infertilidad en Conapo, Antología de la Sexualidad Humana. Conapo y Miguel Angel Porrúa 1994 tomo III. Manual Conversemos de Salud Sexual Ministerio de Salud Chile Redacción y adaptación IKASTOLA 2002

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Los mismos autores definen la infertilidad como la incapacidad de tener hijos vivos a término. El aborto habitual es parte de la infertilidad y se presenta en aquellas mujeres con más de tres o seis pérdidas fetales (antes de las 20 semanas de gestación), continuas, interrumpidas y no deseadas. Estos dos fenómenos representan graves problemas para las parejas afectadas. Es común que cuando una pareja no logra cumplir con sus expectativas de reproducción se generen conflictos interpersonales, de pareja o de familia. La infertilidad y la esterilidad siempre deben ser consideradas un problema de pareja, aunque sea uno de los miembros el que presente el problema físico. Es especialmente importante que el personal de salud señale a las parejas afectadas que no existe un “culpable” y que la solución involucra a ambos. Esto es particularmente importante en el caso de las mujeres en comunidades populares o rurales, que consideran que cuando la maternidad no se logra la mujer no está completa. Deben trabajarse los aspectos de género con las parejas, las familias y la comunidad misma para la que la mujer se valore y sea valorada por los demás en sí misma y no, únicamente, en su papel de madre. Respecto de la salud sexual, es común encontrar en estas parejas, en uno (generalmente la mujer, relacionado a lo anteriormente señalado), o en ambos, insatisfacciones o bloqueos en la respuesta sexual. Así, lo más común es la mecanización del acto sexual como medio para el logro del fin perseguido, desvinculándolo del placer y, por tanto, ajeno al disfrute de la experiencia misma. Ello puede ir más lejos produciendo disfunciones ligadas a esta experiencia: en la mujer problemas de deseo o excitación y en el varón problemas en la respuesta eréctil. Del mismo modo, el diagnóstico, estudio y tratamiento de las parejas, una vez asumido el problema, representa un alto costo emocional, que puede traducirse en problemas de pareja y específicamente sexuales. Cuando la actividad sexual se liga a eventos externos, más que a condicionantes internas, es decir cuando la experiencia sexual se distancia del deseo de estar eróticamente con otro, ello puede traer efectos negativos a mediano y largo plazo. Por último, no debemos dejar de lado lo que eventualmente podría ocurrir luego del logro del objetivo esperado, es decir conseguido el éxito del tratamiento. Durante la primera etapa posterior al nacimiento del hijo/a, los efectos antes mencionados para cualquier pareja, pueden verse acrecentados en éstas, dada la ansiada espera. Igualmente, la actividad sexual puede sufrir cambios, en términos de frecuencia y disposición (sobretodo en las mujeres), quedando relegada por la crianza, que bajo éstas circunstancias, resulta ser el foco de gratificación prevaleciente. En todo las etapas señaladas, resulta entonces relevante, no dejar de lado la consejería profesional, en orden a visibilizar supuestos problemas que podrían estar presentes durante el proceso, tratando que los efectos de estudios y tratamientos sean mínimos respecto de la salud sexual de ambos miembros de la pareja.

LA MENOPAUSIA , ANDROPAUSIA Y LA SALUD SEXUAL

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Desde el punto de vista endócrino, el climaterio se caracteriza por la disminución o suspensión de la producción de estrógenos y progesterona. Por esta disminución de niveles hormonales se presentan signos y síntomas que, en su conjunto, han sido llamados síndrome climatérico. El síndrome climatérico en la pre-menopausia (antes del último sangrado) se manifiesta por irregularidades menstruales y algunos trastornos emocionales como fatiga e irritabilidad y otros como mareos y cefaleas. Una vez que se ha presentado la menopausia, se denomina síndrome climatérico post-menopáusico, en el que pueden presentarse fenómenos más agudos como bochornos, atrofia genital, osteoporosis, etc., que puede conducir a fracturas, arteriosclerosis, enfermedad coronaria y, en algunas mujeres, a trastornos emocionales. La menopausia se presenta, en promedio, entre los 45 y 50 años de edad. Actualmente, esta edad corresponde a mujeres productivas, y es necesario que cuenten con conocimientos claros de lo que les está pasando, tal y como requirieron información para vivir mejor la pubertad y la adolescencia. Cambios como la atrofia del epitelio vaginal, pérdida de la rugosidad de la vagina, adelgazamiento de la mucosa, disminución de la humedad, etc., pueden repercutir en la vida sexual de una mujer que no tenga información suficiente, por lo que la consejería se hace obligada. La consecuencia más evidente puede ser la dispareunia, es decir dolor durante la penetración (pero también podría existir durante el tocamiento genital), que al ocurrir sistemáticamente, en ausencia de información sobre su causa, puede construir el circuito ansioso típico de una disfunción sexual específica. La mujer y las parejas que posean educación al respecto podrán utilizar “muletillas” para aminorar la falta de lubricación, por ejemplo, utilización de lubricantes vaginales específicos ya existentes en el mercado, o bien lubricantes naturales, como la propia saliva. Del mismo modo, la mujer, en este período, requerirá una mejor preparación erótica, en términos de estimulación vulvar y tiempo de dedicación, que le permita la consecución del orgasmo. Ello puede toparse con el menor control eyaculatorio de su pareja, propio de la etapa de la adultez mayor. En estos casos, la consejería debe encaminarse a fortalecer en estas parejas alternativas no coitales, sin exigencias de rendimiento, donde ambos se provean de satisfacción, sin importar el cómo ni en qué momento de la relación sexual. Andropausia No existe una menopausia masculina, ya que los testículos siguen activos hasta una avanzada edad. Aun así, después de los 50 años hay un descenso de la producción de testosterona, lo que dará como resultado problemas físicos y emocionales muy parecidos a los de las mujeres. Se mencionan como los más relevantes, disminución del impulso sexual y una cierta inestabilidad emocional. Se presentan modificaciones en las curvas de respuesta sexual y así vemos cómo se alarga el tiempo para conseguir una erección y el periodo refractario, pudiéndo afectarse el control eyaculatorio. Sin embargo, el placer puede experimentarse con tanta o más intensidad que en los años anteriores.

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En este contexto, los hombres y sus parejas requieren también información respecto de los posibles cambios, propios del ciclo de vida, que pudiesen estar afectando la respuesta sexual de los varones. Ello porque el mito del “hombre siempre listo” tan ampliamente aceptado en nuestro país, puede jugar malas pasadas para un hombre que percibe que su respuesta sexual no es la de antes. El otro mito “los hombres saben de sexo, no preguntan por ello” puede conducir a muchos hombres, en etapa madura, a vivir en silencio los temores y preocupaciones al respecto, suscitando ansiedades frente a la experiencia sexual, que puede dar origen a disfunciones específicas. Una de ellas puede ser la evitación de la actividad sexual, un bloqueo de la fase del deseo, como forma de evitar la ansiedad y las posibles “consecencias de una mala actuación” durante la actividad sexual. Otra consecuencia probable, tiene que ver con problemas para conseguir y mantener la erección. Es importante que las parejas manejen información respecto a las posibles causas de ello, al mismo tiempo de generen mayor juego erótico, en términos de estimulación peneana específica y sostenida, que permita una adecuada turgencia peneana, por tanto un buen nivel excitatorio que posibilite el goce y la consecuente eyaculación. Este punto no es menor, sobre todo cuando una buena parte de las mujeres son “poco tocadoras” y así permanecen durante gran parte de la vida adulta, apoyándose muchas veces en la creencia irracional que el hombre no necesita estimulación específica. Ello puede compensarse en cierta forma durante algunos años, pero con el avance de éstos, tanto hombres como mujeres requieren estimulación genital más específica y sistemática para hacer del acto sexual una actividad gozosa y gratificante. Por último, es importante mencionar que en esta etapa y desde los 40 años de edad es necesario revisar, una vez al año, las condiciones de la próstata, debido a la alta frecuencia de adenoma y cáncer en dicho órgano. Sólo con la valoración anual puede detectarse tempranamente algún problema y resolverse de un modo menos agresivo que cuando se encuentra en estados avanzados o en etapas terminales. LA PRESENCIA DE CANCER Y LA SALUD SEXUAL La salud reproductiva de hombres y mujeres se ve cada vez más afectada por problemas relacionados con el cáncer. Es necesario educar a ambos para llevar a cabo las medidas que pueden detectar tempranamente estos padecimientos. El cáncer cervicouterino afecta a mujeres entre los 20 y hasta más de los 80 años de edad, siendo más frecuente entre los 45 y 65 años. Existe una relación entre algunos factores que influyen en la predisposición a la presencia de este cáncer: • • • • •

Inicio temprano de la vida sexual. Mayor número de embarazos. Mayor número de compañeros sexuales La presencia de enfermedades de transmisión sexual, entre los más relevantes, el virus papiloma Compañeros no circuncidados.

Para hacer el diagnóstico temprano del cáncer cervicouterino se recomienda practicar un Papanicolaou a todas las mujeres a partir del inicio de la vida sexual o a partir de los 30 16

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años, una vez por año. Con este estudio podrán tratar tempranamente, no sólo el problema del cáncer sino también procesos infecciosos e inflamatorios agudos o crónicos de cuello y vagina. De igual forma, cuando el cáncer de mama es detectado tempranamente existen muchas más posibilidades de que sea tratado, remita y esto se traduzca en una buena sobrevida. Uno de los mejores medios de prevención es la autoexploración sistemática y periódica a la que ya hicimos referencia. También a los hombres se les debe informar, enseñar a autoexplorarse los testículos y sensibilizarlos a acudir regularmente después de los 40 años a su médico para una exploración prostática; así podrán diagnosticarse y tratar tempranamente los tumores malignos de testículo y próstata con mejores pronósticos. Respecto de la salud sexual, un cáncer, de una u otra forma afecta la vida total y con ello también la vida sexual. La aceptación de la enfermedad, la posibilidad de muerte, las expectativas, temores y proyecciones, pueden conducir a cuadros depresivos que alteran la líbido del afectado, a la vez que la relación de pareja puede impactarse fuertemente con la noticia y con los efectos del tratamiento. El cáncer de mama y de útero poseen un matiz particular para las mujeres. El primero enfrenta al temor de la mastectomía y la consiguiente idea de pérdida del atractivo físico y sensual. El segundo, puede afectar la concepción de femenidad en la medida que el útero se relaciona fuertemente con la maternidad y, por ende, con el ser mujer. La histerectomía, más aún puede producir bloqueos en la respuesta sexual producto del desconocimiento anatómico, que lleva a muchas mujeres a creer e incluso experimentar la sensación fisica de un vacío al momento de la penetración. En los hombres, el cáncer testicular y prostático, puede también afectar la actividad sexual. Algunas intervenciones pueden ocasionar disminución o ausencia transitoria de líquido seminal y por ende afectar la eyaculación. En este caso, es importante que los pacientes, así como sus parejas, estén informadas que el orgasmo y la eyaculación pueden cursar de manera separada de forma tal que la actividad sexual suele ser igualmente gratificante, aún cuando no exista signo manifiesto en términos de eyaculación. En resumen, hombres y mujeres afectados de cáncer requieren también asesoría en términos de cómo enfrentar su vida sexual luego del diagnóstico. En este sentido, las personas afectadas así como sus parejas deberán conocer las consecuencias posibles del tratamiento en términos de disminución de la líbido por ejemplo, así como los efectos secundarios (tanto en términos reales como de experiencia subjetiva) de determinadas cirugías, de modo de adaptar su vida sexual para hacerla gratificante y menos ansiosa. EL ABORTO Y LA SALUD SEXUAL Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el aborto es “la expulsión o extracción de un feto o embrión que pesa menos de 500 gramos —edad gestacional aproximada de 20-22 semanas completas, o de 140-154 días completos—, o de cualquier otro producto de la gestación de cualquier peso y designación específica —por ejemplo la mola Manual Conversemos de Salud Sexual Ministerio de Salud Chile Redacción y adaptación IKASTOLA 2002

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hidatiforme— independientemente de la edad gestacional, tenga o no evidencia de vida y sea o no el aborto espontáneo o inducido” (CLAP-OPS/OMS, 1985) . El aborto inducido es la interrupción intencional del embarazo; se denomina también aborto provocado. Este tema ha causado y sigue causando enormes controversias. Algunos grupos hablan de que se trata del asesinato de un ser humano no nacido, en tanto que otros sostienen que el huevo fecundado y el embrión no tienen vida propia. En la gran mayoría de los países de la región el aborto inducido es ilegal y constituye un grave problema de salud pública. Por su misma condición, no existen datos fidedignos respecto a su incidencia. En Chile, las estimaciones varían de 150.000 a 200.000 de abortos por año. El Programa de Salud Materna y Maternidad sin Riesgos de la OMS señala en estimaciones ineditas que en América Latina y el Caribe se calculan 6.000 muertes maternas anuales por aborto en malas condiciones. También las complicaciones del aborto son muy difíciles de documentar debido al subregistro; sin embargo, con frecuencia se presentan en los servicios de salud situaciones derivadas de la práctica clandestina, que en la mayoría de los casos se realiza en malas condiciones de asepsia. El aborto constituye un problema social al afectar de manera diferencial a mujeres de clases sociales populares, ya que en algunos paises es posible obtener abortos seguros, aunque de manera ilegal, efectuados por personal calificado con buena calidad de servicio, si se cuenta con los recursos económicos. La prestación de servicios más amplios y mejores de planificación familiar, sabemos, contribuye a disminuir el número de abortos. Sin embargo, junto a ello se hace necesario atender a las necesidades de salud sexual de las adolescentes y mujeres jóvenes. Ello se traduce en otorgar consejería que aborde aspectos tales como el rol de género, habilidades de negociación sexual, responsabilidad y autogestión del riesgo, de manera tal que las mujeres estén habilitadas para decidir y hacer respetar el tipo y momento en que desean tener actividad sexual. Estudios realizados en nuestro país (Ortega, R., Leal, S.,1991), indican que el aborto a pesar de ser una experiencia dolorosa, no es comparable con el efecto, en términos subjetivos, de la noticia de un embarazo no deseado. En ese contexto, el aborto se convierte para las mujeres, en una experiencia aliviadora que devuelve la sensación de control perdida. Ello nos dice dónde debemos colocar el acento entonces, en fortalecer la sensación de control del proceso reproductivo ofreciendo servicios y educación para mantener la salud sexual y reproductiva de toda mujer y, en especial de aquellas que ya han tenido la experiencia, de modo de evitar la repetición de los abortos.

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5. SALUD SEXUAL: VIVENCIA Y COMPORTAMIENTO SEXUAL DE CHILENOS Y CHILENAS En este apartado deseamos incluir algunos de los resultados de la última investigación realizada por nuestro país por el Ministeriode Salud de a través de la Comisión Nacional del Sida, relacionada al comportamiento y vivencia sexual de mujeres y hombres. Creemos importante identificar las características de la conducta sexual en los tiempos que corren y si ello ha sido beneficioso en términos de salud sexual. Es importante mencionar que desde hace dos décadas al menos, se ha venido desarrollando en Chile una serie de estudios respecto del tema de la sexualidad, desde distintas aproximaciones que han permitido dar cuenta de cambios en el comportamiento y vivencia sexual. Debemos tener presente, sin embargo, que gran parte de ellas fueron realizadas en poblaciones específicas. Es posible afirmar que las primeras investigaciones realizadas estuvieron marcadas, por un interés en relacionar la sexualidad con problemas sociales y de salud reproductiva, para luego ser complementadas con investigaciones sobre actitudes y comportamientos sexuales, y posteriormente con aquellas focalizadas en el plano de los discursos acerca de la sexualidad. Así, paulatinamente, se ha incorporado el uso de técnicas cualitativas que ha permitido una aproximación distinta y complementaria a las exploraciones realizadas con técnicas cuantitativas. Y aunque, como lo dijimos, las poblaciones estudiadas no agrupan a la población nacional, han contribuido a un cuerpo de conocimiento útil, desde el cual seguir avanzando. La Encuesta Nacional de Comportamiento Sexual realizada por la Comisión Nacional del SIDA (CONASIDA), es quizás la primera investigación que ha logrado la representatividad a través de un muestreo aleatorio trietápico de la población urbana del país. Realizada durante el año 1998, contó con la participación de 5407 encuestados de 18 a 69 años de edad, a lo largo de todo Chile, concentrándose en aquellas ciudades que tenían una densidad poblacional mayor a 100.000 habitantes. A continuación presentamos una serie de resultados derivados de esta encuesta 3 . JUICIOS NORMATIVOS El estudio logró establecer una escala seleccionada de juicios normativos acerca de prácticas sexuales, identificando los acuerdos de los chilenos al respecto, así como los juicios más polares. Los mayores acuerdos se producen entre los entrevistados al aprobar que todas las formas de placer son válidas, si la pareja está de acuerdo (80% en las mujeres; 83,5% en los hombres); del mismo modo, el 75% de los hombres y sobre el 67% de las mujeres aprueban las relaciones sexuales prematrimoniales. Es posible observar algunas diferencias respecto de las opiniones y juicios entre hombres y mujeres respecto de la masturbación, siendo las mujeres quienes presentan los menores porcentajes de aprobación.

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Comisión Nacional del SIDA, “Estudio Nacional de Comportamiento Sexual: síntesis de información seleccionada”. MINSAL., Chile, 2000. Manual Conversemos de Salud Sexual Ministerio de Salud Chile Redacción y adaptación IKASTOLA 2002

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Los juicios de mayor desaprobación se refieren a las relaciones fuera de la pareja, es decir, frente al tema de la infidelidad. Sin embargo, mientras sólo el 6% de los entrevistados aprueba las relaciones de una mujer con su amante, el porcentaje se eleva al 10% cuando hablamos de las relaciones de un hombre con su amante. EDAD DE INICIACIÓN SEXUAL En el conjunto de iniciados de entre 18 y 24 años, el promedio de edad de esta primera experiencia sexual se ubica en los 17,5 años en el caso de las mujeres, y en los 16.6 en el grupo de varones. Vale decir, la iniciación ha tenido lugar antes de la edad de egreso de la enseñanza media. Más aún, algo más del 7% entre las jóvenes iniciadas, y cerca del 16% entre sus pares varones, declara haber tenido su primera relación sexual antes de los 15 años. La mayor precocidad -comparativa- de la edad de iniciación femenina, se observa en mayor medida entre las jóvenes de nivel socioeconómico bajo y, de manera notoria, al interior del conjunto de mujeres jóvenes que han alcanzado como máximo nivel de escolaridad la enseñanza básica (mediana: 15.6 años). Lo que indica que la mitad de ellas, ha tenido su primera relación sexual antes de los 16 años de edad. Por otra parte, en el tramo de 18 a 24 años se observa una relación entre la edad de iniciación y la condición ocupacional al momento de la encuesta, lo que se verifica entre las mujeres y no así entre los hombres. De tal modo, las jóvenes cuya principal actividad son las labores del hogar, han tenido en general una iniciación sexual más temprana que sus pares integradas a la fuerza de trabajo. En el otro extremo, son las estudiantes de este tramo de edad quienes en general reportan la iniciación sexual más tardía, lo que sugiere una asociación entre la edad de la primera relación sexual y el proyecto de vida en la población femenina. En cuanto a las motivaciones declaradas para la primera relación sexual, destaca la persistencia de las diferencias entre ambos sexos a través de las generaciones: así mientras los hombres jóvenes reportan en más de un 50% haberse iniciado por 'deseo' o 'atracción', las mujeres de su generación declaran como razón principal al 'amor'. Esta discrepancia no se modifica de manera importante en el tiempo, permaneciendo vigente en este aspecto la diferencia de género. Se observa que casi las tres cuartas partes de la población más joven se ha iniciado sin ningún tipo de protección. El 76% de las mujeres y el 71,3% de los varones de 18 a 29 años, declara que NO utilizó ninguna precaución en su iniciación sexual. CONVERSACIONES SOBRE INTIMIDAD En relación con el tópico “conversaciones sobre intimidad” (vida de pareja, sexualidad, aventuras amorosas, riesgos de enfermedades de transmisión sexual, etc.) un tercio de los encuestados dice no poseer interlocutores en estas materias, por lo menos en los últimos doce meses. Los grupos de edad muestran diferencias en este sentido, siendo la mayor diferencia entre los mayores y los menores de 45 años. En este caso los mayores de 45 años muestran una significativa menor presencia de conversaciones que los más jóvenes. Las 20

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mayores diferencias en este tema se producen más bien en relación con el tipo y cantidad de interlocutores. En este sentido, los hombres tienen por interlocutor a las mujeres en mayor proporción de lo que las mujeres tienen por interlocutor a los hombres. Esta diferencia parece radicar en el hecho de que los hombres tienden a tener por interlocutor a su pareja en mayor medida que las mujeres, quienes concentran una parte importante de sus conversaciones sobre intimidad con otras mujeres. Lo propio de los jóvenes, por diferencia con los otros grupos de edad, es la importancia de los amigos y la familia como interlocutores de sus conversaciones sobre intimidad. Según estrato socioeconómico puede observarse que la diferencia más importante ocurre entre el estrato alto y los dos restantes. A diferencia de éstos, el estrato alto concentra sus interlocutores más entre los amigos y menos en las parejas. Respecto de la extensión de estas redes (número de confidentes habituales), no se observa diferencia entre hombres y mujeres. Los mayores de 45 años tienen redes de menor tamaño que el resto, mientras los jóvenes menores de 25 años son quienes poseen las redes de conversación más extensas. En términos de estrato socioeconómico, los de estrato bajo son quienes poseen redes menos extensas de interlocutores, en comparación con los estratos superiores. PAREJAS SEXUALES Del total de mujeres que han iniciado actividad sexual, el promedio de parejas sexuales en la vida es de 1.9. Para los hombres, en cambio, el promedio es de 8.2 parejas sexuales en la vida. En términos de edad, el análisis muestra que la declaración de más de una pareja durante los últimos doce meses, es mayor en aquellas mujeres que no cohabitan con una pareja y que tienen entre 30 y 44 años (12.8%) con relación a las otras edades. Por otra parte entre las que cohabitan, el mayor porcentaje (2.6%) de más de una pareja en los últimos doce meses se observa entre las más jóvenes (entre 18-29 años) en comparación con otros grupos etáreos. Los hombres que no cohabitan y que tienen entre 30 y 44 años, el 35,5% de ellos declara haber tenido más de una pareja sexual en los últimos doce meses, porcentaje superior si se le compara con el resto de las franjas etáreas. Entre aquellos que cohabitan, los grupos de menos de 45 años, declaran en un porcentaje similar (8,0%) haber tenido más de una pareja sexual los últimos doce meses. La cifra desciende a 5.2% entre los hombres mayores de 45 años. Por otro lado, es posible afirmar que a medida que se sube en el nivel educacional (básica, media y educación superior) tanto de hombres y mujeres se aprecia un aumento en el porcentaje de multiparejas (más de una pareja a la vez) en los doce meses anteriores a la encuesta. Sin embargo el porcentaje de hombres con multipareja es mayor en todos los tramos de escolaridad que el de mujeres. PRACTICAS SEXUALES

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Si bien el estudio que estamos revisando se dirigió a explorar los patrones de comportamiento sexual de la sociedad chilena, en vías a determinar la mayor o menor probabilidad de exposición al VIH-SIDA, los datos entregan información relevante en términos de “repertorios sexuales” de los entrevistados, que en general, muestran una transformación en la sexualidad, expresada como diferencia en las prácticas sexuales predominantes en las generaciones jóvenes y las presentes en las generaciones mayores. La encuesta consideró como prácticas sexuales: el sexo vaginal, el sexo anal y sexo oral (que incluye fellatio y cunnilingus según corresponda). El análisis diferencia ciertos patrones de comportamiento sexual en los cuales se inscriben las prácticas sexuales. Así es posible distinguir entre lo que se denomina “repertorio sexual restringido”, caracterizado por la exclusividad de la práctica vaginal, de aquel patrón denominado “repertorio sexual amplio” basado en la combinación de la práctica vaginal con las formas anal y oral. La operacionalización de los dos patrones puede organizarse en tres categorías principales: sexo vaginal exclusivo; sexo vaginal y oral combinados; sexo vaginal y anal y/o oral combinados. La práctica vaginal (no necesariamente exclusiva) presenta un alto nivel de frecuencia (96,3% de los sujetos la ha incorporado en relación con su última pareja sexual), la practica vaginal en combinación con prácticas oral y/o anal es realizada por un 58.5% de la población estudiada en los últimos 12 meses. Ahora bien, el sexo anal acompaña a la práctica vaginal en una proporción notoriamente menor (1.7%) que la de sexo oral (36.8%). No obstante, cuando la práctica anal se incluye junto a las formas de sexo vaginal y oral, alcanza a un 21.7%. Globalmente, puede observarse que la combinación de práctica vaginal con otras prácticas supera notoriamente a la práctica vaginal exclusiva (37.7%). Las prácticas de sexo anal y/o oral que prescinden de la práctica vaginal alcanzan a un 3.7%. Desde este análisis, el repertorio sexual amplio que considera sexo vaginal y oral combinados y excluye sexo anal presenta un alto nivel de frecuencia y parece integrarse, bajo una lógica de normalización de ciertas prácticas sexuales; el sexo oral se transforma en el preámbulo de la forma vaginal que le sucede. El repertorio sexual amplio que considera el sexo vaginal combinado con sexo anal e incluye o no sexo oral en cambio, aparece menos frecuente y se presenta básicamente como agregada a la anterior. Desde este punto de vista, el sexo oral se presenta en la sociedad como una nueva normalidad, mientras la práctica anal constituye la trasgresión: mientras la primera se incorpora, la última se constituye en alternativa propiamente tal. Al observar los datos de acuerdo a la edad de los sujetos, se hace manifiesta una diferencia significativa en las prácticas sexuales. De esta manera, por ejemplo, la exclusividad de la forma vaginal varía desde un 74.3% para el grupo de 60-69 años, a un 27.1% para el grupo de 20-29 años. La combinación sexo vaginal y oral en la población más adulta (60-69 años) alcanza el 15.3%, mientras en el grupo etáreo de 20 a 29 años esta misma práctica se da en un 47.9% de los casos. Es posible apreciar una diferencia en las prácticas sexuales de dos generaciones consecutivas, a saber, entre aquellos sujetos de 40 a 49 y los de 50 a 59 años. En el primero la práctica sexual vaginal exclusiva alcanza el 44.9%, mientras en el segundo esta práctica se eleva al 64.9%. Podría hipotetizarse que esta diferencia está dada por 22

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una transformación cultural, ocurrida durante la década del 60, donde la generación ubicada en el tramo 40-49 años enfrentaba su etapa infanto-juvenil y por tanto sujeta a un nuevo contexto socializador. En cuanto a diferencias por sexo, los datos señalan mayor predominio de práctica sexual vaginal exclusiva en las mujeres (40.6%) que en los hombres (31.1%). Si bien, la incorporación de sexo oral en combinación con sexo vaginal no parece mostrar diferencias entre hombres y mujeres, sí lo es cuando se trata de la forma anal en combinación con el sexo vaginal, que alcanza en los hombres a un 24.1% y en las mujeres al 19.2 %. También es posible encontrar diferencias en hombres y mujeres de distintas generaciones. En cuanto a la adopción de la práctica anal, las mujeres menores (20-29 años) presentan un porcentaje de 20.3% para la combinación de sexo anal y vaginal y en las mayores (60-69 años) se observa un 3.4% de esta misma práctica. En los hombres menores, el porcentaje de la combinación de sexo anal y vaginal es de 21.7% y en los mayores es de un 6.1%. Por otro lado, en los grupos etáreos mayores, sobre 50 años de edad, los hombres presentan niveles más altos de prácticas de repertorio sexual amplio en la forma de combinación de sexo vaginal, oral y anal- que las mujeres (19.4% versus 9.7%). Puede sugerirse que tal diferencia puede ser explicada por diferencias sustantivas en los procesos de socialización de los géneros en generaciones pasadas. Por último cuando el tipo de prácticas sexuales se analiza en relación con la frecuencia mensual de relaciones sexuales, se observa que la frecuencia es mayor en parejas que han practicado un repertorio sexual amplio: mujeres y hombres concuerdan en declarar 10.8 relaciones sexuales al mes; la frecuencia se reduce a 7,3 relaciones sexuales en el mismo período cuando la práctica es exclusivamente vaginal. USO DEL CONDÓN En relación a la utilización del condón alguna vez en la vida, la encuesta muestra un uso mayor en hombres (52%) respeto del total de mujeres (38.2%). Del mismo modo la utilización es mayor a medida que se desciende en edad, tanto en hombres como en mujeres. Entendiendo que los períodos en que apareció el SIDA en Chile (1984) y en que se iniciaron las campañas de prevención en esta línea (1991) pueden haber influido en la utilización del condón, se tomaron por separado a los iniciados sexualmente en cada uno de estos tramos temporales y que habían declarado haber tomado alguna precaución durante su iniciación sexual. Al formular la pregunta ¿cuál fue esa precaución?, se encontró que el uso del condón aumenta de manera significativa a lo largo de estos tramos de tiempo. Otro dato importante que tiene relación con los iniciados sexualmente es que cerca del 85% tanto de hombres como mujeres no había tomado ninguna precaución en esa primera relación sexual. La principal motivación para el uso del condón durante la iniciación sexual es la prevención del embarazo, mencionada tanto por mujeres (85.7%) como por hombres (58%). Las opciones “prevención de ETS/SIDA” y la que incluye ésta en conjunto con la prevención del embarazo, es declarada por el 12.8% de las mujeres y por el 38.9% de los hombres, encontrándose diferencias significativas en las cifras de ambos grupos. Manual Conversemos de Salud Sexual Ministerio de Salud Chile Redacción y adaptación IKASTOLA 2002

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Con relación a los últimos cinco años, entre las personas que declaran haber tenido dos o más parejas, el 81.9% ha utilizado el preservativo en alguna de sus relaciones sexuales, a diferencia del 48.7% de aquellas que sólo han tenido una pareja. Los datos señalan que las opiniones asociadas al uso del preservativo cambian con la experiencia de uso; encontrando más opiniones positivas (“ponerlo es erótico”, “permiten aumentar el placer”) entre aquellos que lo han utilizado que entre aquellos que no lo han hecho. En aquellas situaciones donde las personas se enfrentan a la ruptura de una relación de pareja, los datos muestran que hombres y mujeres utilizan el condón en sus relaciones con otras personas en mayor proporción que al volver a tener una relación sexual con su pareja después de la ruptura. 6.TRASTORNOS DE LA ESFERA SEXUAL: ALGUNAS INDICACIONES PARA EL DIAGNÓSTICO Las actuales clasificaciones en sexología dividen los trastornos en : • • •

Alteraciones cualitativas de la función sexual Alteraciones cuantitativas de la función sexual Alteración o tratorno de la identidad de género

Las alteraciones cualitativas de la función sexual hacen referencia a lo que antiguamente se conocía con el término perversión. En la actualidad todas estas alteraciones se engloban bajo el concepto de parafilia, que en términos etimológicos significa que el objeto de atracción y/o la forma de seducción esta fuera de lo esperado. Por tanto, en este tipo de trastornos lo central es que existe una variación respecto del objeto y/o medio que gatilla la respuesta sexual. Corresponde a este tipo de trastornos, cuando la sustitución es del objeto: la zoofilia, la necrofilia, la pedofilia, la gerontofilia, entre otras. Cuando la sustitución es del medio a través del cual se obtiene gratificación sexual. Se describen las conductas sádicas, masoquistas y voyeuristas. Es importante considerar que para que un comportamiento sexual pueda ser considerado una parafilia deben cumplirse los siguientes criterios: • • •

La persona manifiesta un interés recurrente por un objeto sexual o un acto sexual determinado. La persona parafílica se ve asaltada continuamente por la idea de alcanzar la satisfacción sexual con cierto objeto o a través de un acto sexual específico. Los tipos de actividad sexual alejados de los límites de la parafilia suelen perder todo su poder erótico, a menos que el sujeto complete con ellos su fantasía parafílica.

Las parafilias suelen causar sentimientos de malestar y humillación a quién las padece, situación que puede generar la consulta al profesional. Del mismo modo, puede ocurrir que el compañero o compañera sexual consulten buscando respuesta al comportamiento 24

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señalado. Es importante considerar que en este último caso, el compañero puede consentir la práctica sin necesidad de poseer la pauta parafílica. Al ser una alteración muy específica, de complicado manejo, resulta conveniente derivar el paciente al profesional especializado. La alteración de la identidad de género, como su nombre lo indica, afecta el núcleo de la identidad génerica de forma tal que la persona que la padece tiene la convicción de pertenecer al sexo contrario de su sexo fenotípico. Esta alteración se conoce con el nombre de transexualidad. Su diagnóstico sólo puede ser realizado en sujetos adultos y debe ser diferenciado de otras patologías que involucren alteraciones de identidad. Por ello, resulta pertinente la derivación a un especialista en salud mental. Las alteraciones cuantitativas de la función sexual, se conocen comúnmente con el nombre de disfunciones sexuales y afectan el curso normal de la respuesta sexual en cualquiera de sus fases, bloqueándola y afectando la intensidad de aquella. Antes de revisar las disfunciones sexuales propiamente tales, resulta conveniente describir la respuesta sexual humana y cada una de sus fases, de manera de facilitar la comprensión de los criterios diagnósticos en cada disfunción. La respuesta sexual humana cambia de acuerdo con la edad del individuo, pero siempre existe el potencial y nunca se pierde por completo. Se dice que es integral porque es todo el organismo el que responde: la frecuencia cardiaca y la respiratoria aumentan; la temperatura y la tensión tanto arterial como muscular se incrementan, pero nunca en cifras que pongan en peligro nuestra existencia. Las contracciones no se restringen a la zona pélvica, sino que ocurren en todo el cuerpo. Los cambios corporales que ocurren durante la actividad sexual fueron descritos en forma sistemática por primera vez en 1966 por Masters y Johnson en un libro que se convirtió en un clásico titulado “Respuesta Sexual Humana”. En él se dice que la respuesta sexual se divide en dos momentos, el primero contempla la fase de exitación y meseta y el segundo la fase de orgasmo y resolución. Sus descubrimientos fueron luego complementados con los hallazgos clínicos de H. S. Kaplan, quién agrega la fase del deseo como previa a la fase excitatoria. Este módelo se conoce con el nombre de trifásico. El deseo El deseo sexual es vivenciado como sensaciones específicas que mueven al individuo a buscar experiencias sexuales o a mostrarse receptivo a ellas. Tales sensaciones son producidas por la activación de un sistema neural específico que al comenzar a funcionar hace que la persona se siente vagamente excitada, interesada o abierta a experiencias sexuales o, simplemente inquieta. El deseo se debe entender como una disposición, la puerta de entrada, o el “permiso” que cada sujeto se da para iniciar una experiencia sexual. La excitación El sustrato biológico de esta fase es la vasocongestión mediada por el Sistema Nervioso. Cuando un estímulo resulta efectivo para iniciar la respuesta sexual, el Sistema Nervioso emite neurotransmisores a los microvasos de la región pélvica. El mensajero químico produce apertura de arteriolas y cierre de vénulas y todo ello ocasiona la vasocongestión. Manual Conversemos de Salud Sexual Ministerio de Salud Chile Redacción y adaptación IKASTOLA 2002

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El congestionamiento sanguíneo provoca que las estructuras genitales aumenten de tamaño, como puede observarse en los labios menores, el clítoris y el pene. Debido a esto, los primeros signos de la excitación sexual son la lubricación vaginal y la erección del pene. En esta fase también las paredes vaginales se separan y el útero, que normalmente se recarga en la vejiga, tiende a verticalizarse y elevarse. En el varón, aparte de la erección peneana, los testículos son aproximados al periné debido a la acción del cremáster, músculo que se localiza en el escroto y que realiza esta acción cuando el medio es muy frío o ante una reacción de miedo. Lo contrario sucede cuando hay calor; es decir, la piel del escroto se torna delgada y los testículos penden hasta el extremo más bajo de esa bolsa. Durante esta fase también puede ocurrir que los pezones se pongan erectos y la areola aumente de tamaño. Cuando las mujeres no han lactado, sus glándulas mamarias pueden aumentar hasta 25%. La meseta Esta fase se caracteriza porque los cambios antes descritos alcanzan sus máximos valores. Los labios mayores se observan como hinchados e incluso tienden a separarse; los labios menores también están turgentes y adquieren una coloración intensa. Es importante mencionar que, al ser traccionado hacia arriba el pubis, el clítoris parece disminuir en tamaño, pero esto en realidad es sólo un efecto aparente y no significa que la excitación disminuya y, mucho menos, que haya terminado. El pene alcanza sus máximas dimensiones en cuanto a longitud y circunferencia se refiere. Es posible observar por la uretra la salida de unas cuantas gotas de un líquido transparente que proviene de las glándulas bulbouretrales o de Cowper y cuya función es alcalinizar la uretra para impedir que los espermatozoides sean dañados por el medio ácido que produce la orina. Es importante señalar que este líquido contiene espermatozoides, y aunque el varón se retire antes de eyacular dentro de la vagina siempre existe la posibilidad de un embarazo. Los testículos pueden estar pegados al periné, aunque descenderán de vez en cuando, si la meseta se prolonga. La duración de esta fase es muy variable y está más influenciada por aspectos psicosociales de lo que la gente se atreve a aceptar. El orgasmo En esta fase ocurren contracciones involuntarias de la musculatura pélvica y concomitantemente el individuo tiene diversas sensaciones que varían de acuerdo con la experiencia. Dicho de otra forma, la mujer experimenta una serie de contracciones en la parte más externa de la vagina y tiene sensaciones placenteras. Algunas dicen: “siento mariposas en el estómago”, otras dicen: “es como si cayera en una especie de vacío”. La mayoría coincide en que se pierde la percepción del tiempo; otras más relatan: “tengo unas sensaciones muy intensas en la región del clítoris que después se extienden como en ondas al resto del cuerpo”. El varón también tiene contracciones involuntarias, sobre todo en la base del pene, y en la mayoría de los hombres, la eyaculación (expulsión del semen por la uretra) ocurre durante el orgasmo. Sin embargo, debe enfatizarse que orgasmo y eyaculación no son el mismo fenómeno. Al igual que en la mujer, existen sensaciones placenteras que por definición son subjetivas y, por lo tanto, únicas o personales. La resolución En esta fase los cambios ocurridos remiten; es decir, se pierde la erección del pene y los testículos retornan a su posición normal. Los labios, tanto mayores como menores, recobran su tamaño y el clítoris retorna a su posición original, lo mismo que el útero. 26

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Respecto al varón debe señalarse que el tiempo requerido para que el pene pierda su erección se relaciona directamente con la duración de la meseta: entre más tiempo dure la meseta más tiempo estará el pene erecto después del orgasmo y viceversa. Periodo refractario Masters y Johnson señalan que este periodo, forma parte de la fase de resolución y lo describen como exclusivo de los varones. Los autores afirman que durante el lapso que dura este periodo no se puede tener otra respuesta, a diferencia de las mujeres que, por no tenerlo siempre, están listas y pueden tener orgasmos ad infinitum. Sin embargo, algunas mujeres mencionan que en ocasiones, después de uno o varios orgasmos, no pueden volver a intentar tener otra relación sexual porque están prácticamente exhaustas y ello es similar a lo que ocurre en el hombre. La duración del periodo refractario aumenta conforme el varón envejece. CLASIFICACIÓN DE LAS DISFUNCIONES SEXUALES Como ya dijimos, las disfunciones son alteraciones en una o más fases de la respuesta sexual humana, que se caracteriza por ser frecuente y por causar malestar al individuo que la sufre o a su pareja. Esta definición, excluye a los desempeños inadecuados que ocurren ocasionalmente, como también a aquellos desempeños inadecuados que no representan una problemática para la pareja. En esta definición, es evidente que la persona puede tener problemas en una o varias fases, pero también que otras pueden funcionar sin alteración ninguna. No basta con que ocurra un bloqueo en el ejercicio erótico; se hablará de disfunción cuando la alteración constituya un fenómeno recurrente. Esto significa que la disfunción no es un hecho aislado, sino más bien un hecho reiterado. Se menciona a la pareja como un factor importante para definir si hay o no disfunción, porque en un gran número de ocasiones las personas se sienten muy bien respecto a su desempeño, pero cuando se interroga al otro miembro de la diada, menciona que la actividad sexual no es placentera a causa de la manera en que la ejerce el individuo en cuestión. Las disfunciones, según su momento de aparición se dividen en: •

Disfunción primaria: cuando la persona la ha padecido desde siempre, y



Disfunción secundaria: adecuadamente.

cuando

ocurre

después

de

haber

funcionado

Es importante investigar las circunstancias en las que ocurre la problemática; es por ello que se habla de: •

Disfunción selectiva: cuando la alteración ocurre sólo con determinada persona; por ejemplo, cuando un hombre acude a consulta porque no tiene erecciones con una de sus parejas, pero sí con otra.

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Disfunción situacional: cuando la alteración sucede en circunstancias específicas; por ejemplo, cuando la mujer no llega al orgasmo, ya que viven en casa de sus suegros y piensa que no tienen suficiente intimidad.



Disfunción global: cuando la alteración se produce en toda circunstancia e independiente de la pareja.

A continuación se presenta una clasificación de las disfunciones sexuales de acuerdo con la fase de la respuesta sexual que resulte afectada; para este efecto se usará el modelo trifásico de H.S. Kaplan: a) Disfunciones de la fase de deseo Síndrome del deseo sexual inhibido: la disminución del deseo es persistente y profunda; en muchos casos no es quien padece esta disfunción el que busca ayuda, sino que su pareja se queja de que la frecuencia coital ha disminuido en forma importante o incluso ha desaparecido. Sin embargo, es posible en algunos casos que la frecuencia no se altere significativamente y más bien aquel que padece la disfunción se obligue a tener actividad sexual, por complecer al otro o por propia autoexigencia. Síndrome del deseo sexual hiperactivo: el individuo tiene un deseo sexual frecuente, y dedica la mayor parte de su tiempo a tratar de satisfacerlo, con lo cual soslaya muchas de sus actividades cotidianas. Durante mucho tiempo se le conoció como satiriasis en el caso de los hombres y ninfomanía en las mujeres. b) Disfunciones de la fase de excitación Síndrome de dificultad eréctil (del varón): el problema radica en que existe dificultad para lograr que el pene se erecte y se mantenga, de tal modo que permita la penetración y el juego penetrativo. Anteriormente se conocía como impotencia. Síndrome de hipolubricación o disfunción excitatoria (de la mujer): la queja consiste en que la vagina no se humedece y ello provoca que se dificulte la penetración o que, cuando se realice, provoque dolor. c) Disfunciones de la fase de orgasmo Síndrome de eyaculación precoz (discontrol eyaculatorio I) (del varón): el hombre percibe que no logra controlar el momento en que desea eyacular. El no control eyaculatorio puede ocurrir antes de la penetración, en el momento de rozar la entrada vaginal o inmediatamente después de introducir el pene. Síndrome de eyaculación retardada (discontrol eyaculatorio II): esta disfunción es lo contrario de la anterior y hace referencia a la incapacidad que tiene el hombre para lograr eyacular, independiente del tipo e intensidad de la estimulación. Síndrome de anorgasmia (en ambos sexos): la incapacidad para alcanzar el orgasmo puede ocurrir tanto en hombres como en mujeres, aunque es más informado por estas últimas. Durante mucho tiempo se dudó que los hombres padecieran esta disfunción; sin embargo, hay varones que pese a eyacular durante sus relaciones refieren no tener las 28

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sensaciones subjetivas del orgasmo. Esto también refuerza el hecho de que orgasmo y eyaculación son dos fenómenos diferentes, si bien bastante cercanos en la esfera temporal. d) Otras disfunciones Síndrome de vaginismo: contracción involuntaria y sostenida de la musculatura del tercio externo de la vagina que impide la penetración. Síndrome doloroso o dispareunia: hace referencia al dolor que puede experimentarse en los genitales en cualquiera de las fases de la respuesta sexual. Generalmente el término dispareunia se utiliza para referirse al dolor al momento de la penetración o durante el coito. Esta disfunción puede encontrarse tanto en hombres como en mujeres. Síndrome de evitación sexual fóbica: al experimentar un miedo constante e irracional, el individuo evita toda situación de índole sexual (conversaciones sobre sexo, películas de corte erótico, entre otros). Pese a que conoce que su miedo es exagerado y desproporcionado respecto al riesgo real, es capaz de cualquier cosa con tal de no verse enfrentado a la situación que lo altera. Causas de las disfunciones Las disfunciones pueden ser de origen biológico, psicológico, sociocultural y de pareja. Hace menos de veinte años se consideraba que más del 95% de los problemas sexuales eran de origen psicológico; sin embargo, en la medida en que la tecnología médica ha evolucionado las causas biológicas han sido mejor diagnosticadas. Resulta prácticamente imposible encontrar una causa única, la mayoría de las veces el origen es multifactorial; por ejemplo, la diabetes puede ocasionar que el hombre tenga problemas eréctiles pero la ansiedad causada por las primeras fallas, con toda seguridad exacerbará el grado de la disfunción. Por otro lado, aun cuando se trate de una disfunción de causa orgánica como la falla en la erección debida a sección medular, saber que la compañera puede obtener placer e incluso llegar al orgasmo por medio de caricias en las que no interviene el pene, puede mejorar en forma importante el aspecto anímico y el desempeño erótico-sexual del paciente Es posible identificar disfunciones cuya etiología se relaciona con determinadas enfermedades entre las que podemos encontrar cardiopatías, lesiones medulares, depresión o diabetes. Del mismo modo, un medicamento prescrito para aliviar una dolencia específica puede afectar el curso de la respuesta sexual. Un ejemplo lo constituye la eyaculación retrógrada causada por el Melleril. Quizás el efecto más conocido es la disminución del deseo producto de la utilización de antidepresivos triciclicos y las benzodiazepinas, o la dificultad eréctil producto de la utilización de antihipertensivos. La posibilidad orgásmica puede verse bloqueada con la utlización de neurolépticos e inhibidores de la MAO. Loss procedimientos quirúrgicos también pueden alterar en forma directa o indirecta la respuesta sexual. Un ejemplo de ello sería la eyaculación retrógrada o las fallas en la erección, posteriores a una prostatectomía. Manual Conversemos de Salud Sexual Ministerio de Salud Chile Redacción y adaptación IKASTOLA 2002

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Por otro lado, el carácter de las personas se relaciona en forma estrecha con el desempeño sexual; por ejemplo, los obsesivos con frecuencia sufren disfunciones sexuales. Recordemos que su enorme atracción por el perfeccionismo reside en que desconfían de sus actuaciones en todos los campos en los que se desenvuelven, y la sexualidad no es la excepción. La autoobservación es una de las formas como se expresa la ansiedad en las personas que padecen disfunciones sexuales. Cuando un varón que cree tener problemas eréctiles intenta una actividad sexual, tocará u observará de manera disimulada qué tan erecto se encuentra su pene y ello, desde el punto de vista neurológico, significa que su sistema nervioso se encuentra en estado de alerta (ataque o huida), con lo cual la sangre se dirigirá preferentemente a los músculos y al cerebro y no al pene, como ocurre cuando existe una respuesta sexual adecuada. Algo parecido puede ocurrirle a una mujer, que al exigirse estar excitada y lubricada, produce un bloqueo en el proceso de vasocongestión genital entorpeciendo su funcionamiento sexual. En términos generales puede afirmarse que los hombres son condicionados socialmente, desde su infancia, para que eyaculen rápido. Cuando el menor comienza a masturbarse lo hace en el baño y, casi siempre, a toda prisa para evitar ser sorprendido. Efectuar una práctica de este modo, a veces durante años, hará que el hombre se condicione para eyacular a la brevedad. Hasta hace unos años muchos varones tenían su primera relación coital con una prostituta que les exigía que terminaran de inmediato. En la actualidad, los jóvenes tienen su primer coito con una amiga, pero las condiciones no han cambiado a tal grado, que puedan realizar el acto con toda calma. Lo más probable es que sea una actividad clandestina y, por tanto, llena de tensión que, para variar, tiene que llevarse a cabo a gran velocidad para disminuir las posibilidades de ser sorprendidos. Todo lo anterior, conforma una de las causas más frecuentes para la eyaculación precoz. Por otro lado, cuando se analiza la historia de mujeres que padecen anorgasmia, un hallazgo frecuente es que nunca o casi nunca se masturbaron; ello no quiere decir que es necesaria la masturbación para que una mujer logre un orgasmo, sino más bien se relaciona a la necesidad que la mujer reconozca el tipo de estimulación apropiada en cuanto a objeto, intensidad y duración. La disfunción del deseo inhibido, por su parte, se relaciona muchas veces a una socialización represora en cuanto a la manifestación erótica, que se traduce en un sistema de valores sexuales que dificulta una búsqueda activa del deseo. Bibliografía: Kaplan HS. La nueva terapia sexual. Madrid: Alianza editorial, 1974: Tomo 1. Kosnik, A., La sexualidad humana. Edic. Cristiandad. Madrid, España 1978. Masters WH, Johnson VE. Respuesta Sexual Humana. Buenos Aires: Ed. Inter-Médica, 1978. MERCOP, Informe final heterosexual, fase cualitativa: “Actualización del proyecto de investigación sobre los efectos de la campaña del SIDA en Chile y los perfiles sociodemográficos y psicológicos de los grupos de conducta de riesgo” Santiago, 1994. 30

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Ministerio de Salud, Prioridades de Salud País. MINSAL., División de Salud de las personas. Stgo., Chile 1999. Ministerio de Salud, Estudio Nacional de Comportamiento Sexual. Síntesis de información seleccionada.Comisión Nacional del SIDA, Chile.,Agence Nationale de Recherches sur le SIDA, Francia. Chile.2000. Ministerio de Salud., Programa de Salud de la Mujer, Serie 01.División de Salud de las Personas, MINSAL., Stgo, Chile. 1997. The Alan Guttmacher Institute. Adolescentes de hoy. Padres del mañana. Un perfil de las Américas. 1988-1989. New York: 1990. Valdés, T., Faúndez, M., Diagnóstico de Salud Reproductiva en Chile. Fondo de Población de la Naciones Unidas y Foro Abierto de Salud y Derechos Reproductivos. Publicación gracias al aporte de la Fundación Ford. Stgo., Chile.1997. Velenzuela, M. Herold, J. Morris, L. “Encuesta de salud reproductiva en adultos jóvenes. Gran Santiago”. Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina Occidente, Universidad de Chile, 1989.

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MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS Descripción

Disponibilidad

Ventajas

Desventajas /

Limitaciones

Su efectividad depende del conocimiento de la técnica adecuada para colocarlo y de su utilización en cada actividad sexual.

Muy efectivos. El VIH y otros agentes infecciosos no pueden atravesarlo.

Ampliamente disponible en la mayoría de las farmacias y servicios públicos de salud.

En raras ocasiones produce efectos colaterales (algunas personas reportan irritación por el látex). Sólo se usa para coito vaginal u anal. Algunas personas deciden usarlo en relaciones orales.

Requiere alta motivación Es necesario aprender a usarlo. Puede romperse si no se usa correctamente o está caducado, o cuando hay mucha fricción (por ejemplo, cuando el condón está seco), si se emplean lubricantes grasosos. Puede restar sensibilidad

Su efectividad depende del conocimiento de la técnica adecuada para colocarlo y de su utilización en cada actividad sexual. Muy efectivo si se usa adecuadamente.

Muy efectivo. El VIH y otros agentes infecciosos no pueden atravesarlo.

No disponible en nuestro país.

No produce efectos colaterales. Se usa sólo durante las relaciones sexuales.

Técnica de colocación puede ser difícil. Es muy difícil de conseguir en la mayoría de los países.

No protege contra el VIH.

No disponible en servicios públicos de salud.

Sólo se usa durante las relaciones sexuales; es apropiado para usarlo ocasionalmente. Puede usarse durante años.

Sólo cuando se usan asociados a Sustancias químicas que inmovilizan algún método los espermatozoides en la vagina, de barrera. impidiendo que el esperma entre en el cérvix. Existen diversas presentaciones: espuma, película vaginal, crema, gel y supositorios vaginales. Deben ser usados asociados a métodos de barrera ( condones, diafragma y capuchón cervical), para lograr mayor efectividad..

No existen pruebas de que protejan contra VIH. Pueden proporcionar cierta protección contra infecciones producidas por bacterias.

Disponibles en farmacias.

Sólo se usan durante las relaciones sexuales. Su aplicación no requiere habilidad especial. No es necesaria la ayuda de un profesional de la salud.

Para su medida inicial se requiere de un profesional de la salud capacitado (médico ginecólogo, matrona ).. Algunas mujeres informan dificultad en colocarlo y retirarlo. Se necesita volver a medir cada dos años, después de un embarazo, o si la mujer pierde o aumenta de peso. Algunas personas pueden ser alérgicas a ellos.

CONDÓN Es una funda de látex , se utiliza desenrollándolo sobre el pene erecto antes del coito. El hombre eyacula dentro del condón. El condón es más efectivo en la prevención del embarazo cuando se usa con un espermicida. En algunos casos los condones están previamente lubricados; si no lo están, deben lubricarse con un lubricante a base de agua. Es el único método anticonceptivo reversible disponible en la actualidad para hombres. CONDÓN FEMENINO Es una funda suave de poliuretano que cubre el interior de la vagina ( similar al condón masculino). Puede ser usado con un espermicida.

DIAFRAGMA Y CAPUCHÓN CERVICAL Cúpula de goma flexible en forma de taza, que la mujer se coloca en el cuello del útero antes de una relación sexual para impedir el paso de los espermatozoides al útero. Requiere examen médico previo. Se coloca antes de cada relación y debe dejarse en su sitio durante 6 a 8 hrs. después del coito ESPERMICIDAS

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Prevención Prevención del del VIH y embarazo otras ETS

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Mejoramiento de la Calidad de Atención en Salud Sexual de Usuari@s de Atención Primaria Cuando se toman correctamente son muy efectivos.

NO

Disponible en farmacias y servicios públicos de salud.

Discreto, fácil de usar. Protección continua y efectiva. No interfiere con el acto sexual.

Requiere indicación por un profesional de la salud. Puede producir efectos colaterales. Existen condiciones en que no deben ser administradas.

Cuando se usan correctamente son muy efectivos.

NO

Disponibles en farmacias y servicios públicos de salud.

Se usa independientemente del coito. Puede ser usado sin que el hombre lo sepa.

Alta efectividad

NO

Pueden causar periodos irregulares; aumento de peso. Requiere control periodico por profesionales de la salud calificados cada tres meses. En caso de efectos colaterales no puede suspenderse su efecto. Existen algunas condiciones en que no deben ser usados. Pueden causar periodos irregulares. En algunas condiciones no pueden ser usados. Deben ser retirados por profesionales de la salud capacitados.

DISPOSITIVO INTRAUTERINO (DIU) Es un pieza de plástico flexible de formas diversas que puede contener cobre y que se coloca en el útero (por un profesional de la salud calificado (médico, matrona ). Tiene unos finos hilos que la mujer puede sentir, permitiendo asegurarse que esta colocado en el lugar correcto. El DIU actúa evitando la fecundación.

Alta efectividad

ANTICONCEPCIÓN “ NATURAL “ (Métodos de Abstinencia Periódica : del calendario, temperatura basal, moco cervical o Billings).Esto significa tener relaciones sexuales sólo durante las etapas del ciclo menstrual cuando la mujer no puede embarazarse. Requiere conocer estas etapas; incluye observar la temperatura del cuerpo y los cambios en el moco cervical.

Efectiva si se usa adecuadame nte.

NO Incrementa el riesgo de Enfermedad Inflamatoria Pélvica, en especial cuando hay frecuentes cambios de pareja sexual. NO

ANTICONCEPTIVOS ORALES (la píldora) Está hecha con hormonas sintéticas equivalentes a las que el organismo produce ( estrógenos, progestagenos ); existen diversas formulaciones (combinadas, progestágeno solo ). Mecanismo de acción más importante es inhibir la ovulación; pueden afectar la movilización de los espermios a través del aparto genital interno de la mujer.

ANTICONCEPTIVOS INYECTABLES El inyectable más conocido es la DepoProvera. La inyección debe administrarse cada tres meses en una clínica o centro de salud. Evita la ovulación.

IMPLANTES HORMONALES (conocidos como Norplant) Son seis tubos pequeños que se insertan debajo de la piel del antebrazo de la mujer. Los tubos lentamente liberan una hormona que evita la ovulación. Deben ser colocados y retirados por trabajadores de la salud capacitados. Su efectividad se prolonga hasta cinco años.

Discreto, fácil de usar. Protección continua y efectiva. No interfiere con el acto sexual. Larga duración ( 5 años ).

En los servicios públicos de salud está disponible la T de Cobre 380A ( es el método más usado ).

Se usa independientemente del coito. No interfiere con el acto sexual y otorga protección continua. Las mujeres por sí mismas pueden revisar que esté colocado en su lugar.

Puede ser usado por mujeres que conocen su ciclo fértil.

No produce efectos colaterales. No implica gastos.

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Algunas mujeres informan menstruación más abundante, prolongada, dolorosa. Se requiere de profesionales de la salud calificados para colocarlo o retirarlo. Existen algunas condiciones en que no debería ser usado, especialmente cuando hay antecedentes de ETS. Requiere de una capacitación y/o entrenamiento para su uso adecuado. Exige motivación diaria a fin de determinar los días fértiles del ciclo menstrual. Requiere del compromiso y colaboración de la pareja. Necesita de una observación cuidadosa.

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Mejoramiento de la Calidad de Atención en Salud Sexual de Usuari@s de Atención Primaria RETIRO/COITO INTERRUPTUS Consiste en retirar el pene de la vagina antes de la eyaculación. Evitando así que los espermatozoides penetren en ella.

ESTERILIZACIÓN Consiste en cortar los conductos deferentes en los hombres para impedir que haya espermatozoides en el semen, o en cortar o bloquear los tubos uterinos en las mujeres para prevenir que el óvulo y el espermatozoide se unan. ANTICONCEPCIÓN DE EMERGENCIA Utilización de dosis concentradas de píldoras anticonceptivas tradicionales o de la “Píldora del día después” a base de Levonorgestrel. Debe ser usada por la mujer después de tener relaciones sexuales no protegidas. Las píldoras deben tomarse dentro de las 72 horas después de tener relaciones sexuales sin protección, en dos dosis separadas por 12 hrs.

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Baja eficacia, porque el esperma puede producirse antes de eyacular y entrar en el cérvix. Excelente.

Excelente cuando se usa dentro del tiempo indicado.

Ninguna. El VIH ha sido encontrado en el semen producido antes de la eyaculación.

Disponible para todos los hombres.

Útil si no hay algún otro método disponible.

Alto riesgo de embarazo. Interfiere con el acto sexual.

Ninguna.

Disponible en clínicas y Servicios de Salud público. Debe ser efectuada por médicos capacitados.

Se usa independientemente del coito.

Ninguna.

La “píldora del día después” requiere de receta médica. Disponible en farmacias

Es una excelente opción frente a la ausencia o falla del método anticonceptivo utilizado.

Requiere de una intervención quirúrgica con anestesia local (hombres) o anestesia general (mujeres). No es reversible. Pueden producirse pequeñas infecciones después de la operación. Sólo debe tomarse en caso de emergencia. Si se toma varias veces en el mismo ciclo menstrual su eficacia es menor. Puede modificar el día de inicio de la menstruación. Sólo protege de las relaciones sexuales que se tuvieron en las últimas 72 hrs.

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Mejoramiento de la Calidad de Atención en Salud Sexual de Usuari@s de Atención Primaria PÍLDORAS ANTICONCEPTI VAS (la píldora)

IMPLANTES HORMONALES (conocidos como Norplant)

Está hecha con hormonas sintéticas equivalentes a las que el organismo produce. Su función es inhibir la ovulación.

Cuando se toman correctamente son excelentes.

Ninguna.

Disponible en farmacias y Servicios de Salud.

Discreto, fácil de usar. Protección continua y efectiva. No interfiere con el acto sexual.

Requiere que un trabajador de la salud lo administre. Puede producir efectos colaterales. Existen condiciones en que no deben ser administradas.

Son seis tubos pequeños que se insertan debajo de la piel del antebrazo de la mujer. Los tubos lentamente liberan una hormona que evita la ovulación. Deben ser colocados y retirados por trabajadores de la salud capacitados. Su efectividad se prolonga hasta cinco años.

Excelente.

Ninguna.

Disponibles en Servicios de Salud Públicos y clínicas privadas.

Discreto, fácil de usar. Protección continua y efectiva. No interfiere con el acto sexual. Larga duración.

Pueden causar periodos irregulares. En algunas condiciones no pueden ser usados. Deben ser retirados por trabajadores de la salud capacitados.

Excelente.

Ninguna.

Se usa independientemente del coito. Puede ser usado sin que el hombre lo sepa.

Pueden causar periodos irregulares. Aumento de peso. Requiere de acceso a trabajadores de la salud capacitados cada tres meses. En caso de efectos colaterales no puede suspenderse su efecto. Existen algunas condiciones en que no deben ser usados. Algunas mujeres informan menstruación muy abundante. Se requiere de trabajadores de la salud capacitados para colocarlo o retirarlo. Existen algunas condiciones en que no debería ser usado, especialmente cuando hay antecedentes de ETS. Requiere del compromiso de ambos compañeros. Necesita de una observación cuidadosa. Exige motivación diaria a fin de determinar los días fértiles del ciclo menstrual.

ANTICONCEPTI VOS INYECTABLES

El inyectable más conocido es la DepoProvera. La inyección debe administrarse cada tres meses en una clínica o centro de salud. Evita la ovulación.

DISPOSITIVO INTRAUTERINO (DIU

) Es un pieza de plástico flexible de formas diversas que puede contener cobre y que se coloca en el útero (matriz) por un trabajador de la salud capacitado. Tiene unos finos hilos que la mujer puede sentir para asegurarse que esta colocado en el lugar correcto. El DIU evita la fecundación.

Excelente.

Ninguna. Incrementa el riesgo de EPI después de insertarlo o debido al filamento del mismo.

Está disponible en Servicios de Salud público.

Se usa independientemente del coito. Las mujeres por sí mismas pueden revisar que esté colocado en su lugar. No interfiere con el acto sexual y otorga protección continua.

(Métodos del calendario, temperatura basal, moco cervical o billings).Esto significa tener relaciones sexuales sólo durante las etapas del ciclo menstrual cuando la mujer no puede embarazarse. Requiere conocer estas etapas; incluye observar la temperatura del cuerpo y los cambios en el moco cervical.

Efectiva si se usa adecuadamente .

Ninguna.

Puede ser usado por mujeres que conocen su ciclo fértil.

No produce efectos colaterales. No implica gastos.

ANTIC ONCEPCIÓN NATURAL

Manual Conversemos de Salud Sexual Ministerio de Salud Chile Redacción y adaptación IKASTOLA 2002

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Mejoramiento de la Calidad de Atención en Salud Sexual de Usuari@s de Atención Primaria RETIRO/COITO INTERRUPTUS

ESTERILIZACIÓ N

ANTICONCEPCI ÓN DE EMERGENCIA

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Consiste en retirar el pene de la vagina antes de la eyaculación. Evitando así que los espermatozoides penetren en ella.

Consiste en cortar los conductos deferentes en los hombres para impedir que haya espermatozoides en el semen, o en cortar o bloquear los tubos uterinos en las mujeres para prevenir que el óvulo y el espermatozoide se unan.

Utilización de dosis concentradas de píldoras anticonceptivas tradicionales o de la “Píldora del día después” a base de Levonorgestrel. Debe ser usada por la mujer después de tener relaciones sexuales no protegidas. Las píldoras deben tomarse dentro de las 72 horas después de tener relaciones sexuales sin protección, en dos dosis separadas por 12 hrs.

Baja eficacia, porque el esperma puede producirse antes de eyacular y entrar en el cérvix. Excelente.

Ninguna. El VIH ha sido encontrado en el semen producido antes de la eyaculación.

Disponible para todos los hombres.

Útil si no hay algún otro método disponible.

Alto riesgo de embarazo. Interfiere con el acto sexual.

Ninguna.

Disponible en clínicas y Servicios de Salud público. Debe ser efectuada por médicos capacitados.

Se usa independientemente del coito.

Excelente cuando se usa dentro del tiempo indicado.

Ninguna.

La “píldora del día después” requiere de receta médica. Disponible en farmacias

Es una excelente opción frente a la ausencia o falla del método anticonceptivo utilizado.

Requiere de una intervención quirúrgica con anestesia local (hombres) o anestesia general (mujeres). No es reversible. Pueden producirse pequeñas infecciones después de la operación. Sólo debe tomarse en caso de emergencia. Si se toma varias veces en el mismo ciclo menstrual su eficacia es menor. Puede modificar el día de inicio de la menstruación. Sólo protege de las relaciones sexuales que se tuvieron en las últimas 72 hrs.

Manual Conversemos de Salud Sexual Ministerio de Salud Chile Redacción y adaptación IKASTOLA 2002

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