Identidad Y Expectativas Sociales.docx

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IDENTIDAD Y EXPECTATIVAS SOCIALES La identidad es el conjunto de los rasgos propios de un individuo o de una comunidad. Estos rasgos caracterizan al sujeto o a la colectividad frente a los demás.La identidad es la conciencia que una persona tiene respecto de si misma y que la convierte en alguien distinto a los demás. Aunque muchos de los rasgos que forman la identidad son hereditarios o innatos, el entorno ejerce una gran influencia en la conformación de la especifidad de cada sujeto; por esta razón tiene validez expresiones tales como “estoy buscando mi propia identidad”. En este sentido, la identidad se asocia con algo propio, una realidad interior que puede quedar oculta tras actitudes o comportamientos que en realidad no tienen relación con la persona. La formación de la identidad tarda años en consolidarse, por ello, en la adolescencia se presentan una serie de altibajos emocionales por el sentimiento de no correspondencia a la sociedad. Todos poseen una identidad nacional, cultural y la que más cuesta forjar: La identidad personal. La identidad personal en términos generales, es la concepción y expresión que tienen cada persona acerca de su individualidad y pertenencia o no a ciertos grupos, es aquí donde el adolescente se siente turbado ante la presión de las diferentes expectativas que la sociedad tiene hacia su persona, creando moldes y estereotipos que frustran la libertad individual de maniobrar su futuro. Las expectativas sociales influyen indudablemente en el desarrollo de los individuos, por ejemplo, ¿Qué pasa cuando un joven de una familia adinerada cae en la delincuencia, o cuando uno de limitados recursos económicos sale adelante?, ¿Qué pasa cuando el hijo no quiere ser futbolista como su padre y quiere ser cantante como su madre?. En situaciones como las anteriores, las expectativas sociales son rotas, pero en la mayoría de los casos nos enfrentamos a jóvenes insatisfechos con su vida, por haber seguido la corriente. CARACTERISTICAS Una expectativa es lo que se considera con mayor probabilidad de suceder. La sociedad crea roles que el individuo en busca de identidad debe de asumir. A la hora de relacionar el impacto que tienen las expectativas de la sociedad en la búsqueda de identidad de los adolescentes y jóvenes se ve marcada en ciertas dimensiones: 1- Incertidumbre: Algunos están formalmente definidos, pero otros son más ambiguos, lo que puede dar problemas al sujeto. 2- Generalidad o especificidad de algunas expectativas. 3- Amplitud: Algunas expectativas, como las que emanan de roles derivados de edad o sexo tienen repercusión en una amplia gama de comportamientos. Las expectativas sociales buscan reducir la incertidumbre de ciertos comportamientos. Si bien es cierto, muchas veces ayudan a encaminar, algunas otras tienden a confundir a los individuos poniendo en mayor duda su identidad. DESCRIPCIONES 1- ¿Por qué decimos que la relación Identidad y expectativa social llena de incertidumbre al sujeto? Muchas veces, él y la adolescente caen en un mundo de murallas cerradas por las expectativas sociales, apareciendo esa incertidumbre de si podrá lograr su objetivo; lo que dirá mi familia, amigos, o la demás gente; y también aparece el debate de lo que esta correcto y lo que no. En más de una ocasión hemos escuchado la expresión “la oveja negra de la familia”, frase que no es más que la manifestación de una colisión al no haber actuado como los demás lo esperaban, esto, puede ser para bien, o para mal.

Podemos decir entonces que el mundo frustrado del sujeto en muchos casos se debe a esa incertidumbre de hacer lo que yo quiero o lo que ellos quieren que haga, donde podemos notar, que la palabra identidad personal desaparece, suplantándola por intereses de terceros para ser aceptado, aprobado y/o aplaudido. 2- Generalidad o especificidad de algunas expectativas. Aquí, el sujeto se enfrenta a una serie de suposiciones y prejuicios infinitos, y precisamente, esto tiene un gran impacto en la formación de la identidad. La mayoría de los casos, se esperan acciones repetidas debido a que muchos casos anteriores han seguido el mismo patrón. Por ejemplo, si hay un adolescente perteneciente a una familia disfuncional, se espera que este sea rebelde;y ,es mucho más común cuando sucede por influencia de hermanos mayores o si su padre hizo lo mismo cuando joven. Ahora bien, la otra cara de la moneda es cuando se asume que ciertos roles, cargos o posiciones sociales están “apartadas” para algunos individuos debido a su posición económica o social. Los anteriores son ejemplos de las incógnitas que invaden en la formación de la identidad, en una sociedad donde el individuo vale por lo que tiene y no por lo que es. 3- Amplitud Podemos notar que hemos estado en los extremos del semáforo más común de la adolescencia: ¿Hare esto para cuidar la reputación de mi familia?, ¿Podre salir de este círculo vicioso de maltrato y pobreza? Lo mismo sucede cuando se llega el momento de enfrentarse con el mundo laboral, donde se reservan algunos cargos según el género, sexo, edad y demás requisitos que pretender restringir el rol de cada ser humano. Cuando un sujeto se enfrenta a una realidad donde por ser mujer u hombre no se pueden asumir ciertas tareas, es difícil poder generar confianza para una identidad autentica y con buenos valores, lo que lleva a los adolescentes y jóvenes a crearse barreras imaginarias que, con el paso de los años quedan desfasadas y deja como resultado una persona inconforme que pasara lamentándose el resto de su vida por no haber salido de “su rol” creado por la sociedad, impidiendo que el individuo llegue a ser la persona que deseaba ser. BASE LEGAL Existen maneras en las cuales el Estado interviene en la formación de la identidad de sus individuos, esto creando leyes que protegen, regulan y establecen el trato que se debe dar ante estas situaciones y que son aplicables para los adolescentes que están en una etapa de transición de niño a adulto. Desde la constitución de la república, hasta leyes más específicas como la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia; se tratan temas relacionados a la identidad personal de los individuos, así como el libre albedrio. Por ejemplo, en la Constitución de la república, el capítulo I se titula Derechos individuales, donde habla del derecho a un nombre, a una nacionalidad, a la integridad física y moral, derecho a la libertad de expresión, además que nadie puede obligar a nadie a ser o hacer lo que no quiere, ni a privarse de lo que la ley no prohíbe, ya que el seguimiento de la ley también es importante en la identidad de una persona que posee buenos valores éticos y morales. En el código de familia, en el capítulo I, habla de los derechos personalísimos y del derecho a la identidad en un sentido estricto, donde recalca el derecho a la identificación , que encierra atributos de la personalidad como sexo, filiación nacionalidad, etc., dejando de lado elementos espirituales y culturales que son aprendidos en el transcurso de la vida.

Sexualidad y Cultura La cultura se refiere a la forma total de vida de una sociedad o grupo, incluye las costumbres, tradiciones, creencias, valores y productos físicos desde las herramientas hasta las obras de arte e incluso algunas conductas transmitidas de padres a hijos. La cultura vive cambios de forma constante y paulatina a través del contacto con otras culturas o bien por las exigencias de los miembros de ésta. Posee variantes denominadas “subculturas”, asociadas con ciertos grupos, por lo general grupos étnicos, dentro de una sociedad. Los grupos étnicos constan de gente unida por sus ancestros, la religión y el lenguaje o los orígenes nacionales, los cuales contribuyen a un sentimiento de identidad, actitudes y creencias que se comparten. En este entorno, es importante reconocer que el ser humano es un ser social, pues se concibe asociado con otros formando grupos donde cada quien satisface sus necesidades físicas, afectivas y sociales, de tal forma que la cultura moldea el comportamiento de los miembros de la sociedad con el fin de lograr una convivencia social en armonía.

La sexualidad es evolutiva pues desde el nacimiento va moldeando al sujeto a partir de sus transformaciones, trasciende el centro de la persona, se difunde y se proyecta a todas las zonas del desarrollo humano, es decir la sexualidad se va moldeando por factores externos y algunos de éstos son los siguientes: Los estereotipos culturales, que son el conjunto de creencias compartidas por una sociedad, que tenemos sobre los miembros de un grupo en particular, el grupo de acuerdos implícitos en una sociedad permiten a un grupo de personas cooperar y funcionar. Éstos no son estáticos, la misma sociedad los transforma a través del tiempo según las condiciones económicas, políticas, etc. Los estereotipos de género, que son los acuerdos sociales generales sobre los roles que se asignan tanto a hombres como mujeres. Tanto los estereotipos culturales como los de género, deben ser lo suficientemente rígidos como para permitir el orden, así como flexibles para dejar que el cambio se lleve a cabo. Los esquemas de género, que es la percepción que adquiere el individuo de lo que la sociedad espera de él, como hombre o como mujer y que se transmite a través de la familia, que le da al individuo un sentido de identidad. La sexualidad es un elemento que abarca todos los aspectos de la vida en el desarrollo de las personas, los cuales a su vez también se manifiestan a través de la cultura en que se viva, por

tanto cualquier cambio que se vea en el sistema social en general, tendrá sus efectos de manera notoria en el sistema de valores del grupo. La sexualidad, como muchos otros aspectos de la experiencia humana, se muestra como una realidad muy compleja y diversa. De este modo, a la hora de abordar la sexualidad se deben tener en cuenta dos grandes categorías: La que hace referencia a la división orgánica entre hombres y mujeres, y a las cualidades que los diferencian. La que hace referencia al comportamiento erótico y a determinados aspectos físicos o de personalidad, asociados o relacionados con lo erótico. No obstante, e independientemente del alcance del término sexo, lo cierto es que la sexualidad siempre adquiere significados adicionales e implica algo más. En este sentido, diversos psicólogos han acotado la sexualidad como una fuerza primaria en la vida de cada individuo. Dicha fuerza es penetrante e integral, implicando diversos procesos fisiológicos y psicológicos. Se trata, por tanto, de un proceso activo, dinámico y orgánico, con una multiplicidad de variables interrelacionadas y cambiantes. En definitiva, se trata de una dimensión que engloba aspectos como nuestra manera de pensar, sentir y expresarnos acerca de nuestro género, nuestros órganos sexuales, nuestro cuerpo, nuestras imágenes mentales y nuestras elecciones y preferencias. De este modo se hace patente la enorme complejidad de la sexualidad humana, hasta el punto de que puede resultar muy difícil distinguir entre los aspectos sexuales y los no sexuales en la vida de una persona.

IDENTIDAD Y EXPECTATIVAS SOCIALES ADOLESCENCIA, PUBERTAD, JUVENTUD.

La adolescencia consiste más en un proceso, en una etapa de transición que en un estadio con límites temporales fijos. Ahora bien, los cambios que ocurren en este momento son tan significativos que resulta útil hablar de la adolescencia como un periodo diferenciado del ciclo vital humano.

La adolescencia comienza con la pubertad, es decir, con una serie de cambios fisiológicos que desembocan en plena maduración de los órganos sexuales, y la capacidad para reproducirse y relacionarse sexualmente.

El intervalo temporal en que transcurre comenzaría a los 11-12 años y se extendería hasta los 18-20. Sin embargo no podemos equiparar a un chico de 13 con uno de 18 años; por ello hablaremos de “adolescencia temprana” entre los 11-14 años (que coincide con la pubertad), y luego de un segundo periodo de “juventud” entre los 15-20 años; su prolongación hasta llegar a la adulted, dependerá de factores sociales, culturales, ambientales, así como de la adaptación personal.

En sociedades diferentes a la nuestra y también en la misma sociedad occidental, en otros tiempos, la adolescencia puede, o podía, darse por terminada con el matrimonio y la entrada en el mundo laboral. En la actualidad, y dentro del contexto occidental, la generalizada demora del momento del matrimonio, la situación de prolongación de los estudios y, sobre todo, de desempleo juvenil, ha hecho difícil la delimitación final de la edad adolescente; en definitiva la sociedad occidental ha contribuido a alargar la adolescencia mucho más de lo habitual en otras sociedades.

Los cambios biológicos marcan el inicio de la adolescencia, pero esta no se reduce a ellos, sino que se caracteriza además por significativas transformaciones psicológicas y sociales.

ADOLESCENCIA: ÉPOCA DE INMADUREZ EN BUSCA

DE MADUREZ:

El ingreso en el mundo adulto exige una serie de cambios, de maduraciones en todos los niveles del ser que desembocan en actitudes y comportamientos de madurez. Este cambio pone de manifiesto que el verdadero sentido de la etapa adolescente es la maduración de la autonomía personal. El adolescente en medio de su desorientación y conflictos persigue tres objetivos íntimamente relacionados entre sí: Conquista de madurez entendida como personalidad responsable. Logro de la independencia Realización de la cualidad de tener una existencia independiente, de ser, en definitiva, persona. La adolescencia debe entenderse, por consiguiente, como un complejo proceso de maduración personal, como una “etapa de inmadurez en busca de madurez”. Pero la inmadurez del adolescente es distinta a la del niño o el adulto inmaduro: La inmadurez del niño es la de la persona que, sin valerse de sí misma, no percibe esta situación como problemática. La inmadurez del adolescente es la de quien no sabiendo valerse por sí mismo, experimenta el deseo de hacerlo, y al intentar conseguirlo pone en marcha capacidades nuevas, es decir, inmaduras. La inmadurez del adulto normalmente no es debida a una falta de experiencia ante situaciones nuevas, sino a una ausencia de esfuerzo. Al comparar las actitudes o el comportamiento del adolescente con el “niño bueno” o el adulto responsable, se puede tener una falsa impresión de retroceso, ya que el adolescente es menos ordenado, menos sociable, menos dócil y menos respetuoso que antes; pero eso no significa que sea menos maduro o menos responsable. Ahora el adolescente necesita obrar por convicciones personales lo que le conduce a replantearse su comportamiento anterior. Ha elegido un campo de juego más difícil que antes, y esto produce que se obtengan peores resultados, sin embargo estos resultados no son signos de retroceso, sino de crecimiento, de madurez propia de la adolescencia. Por tanto sería un error creer que la madurez llega de pronto al final de la adolescencia.

A partir de los 12 años comienza el aprendizaje para saber afrontar la realidad de modo personal. A lo largo de este aprendizaje el chico/a denota comportamientos inmaduros, pero hay que decir que estos comportamientos son necesarios para el desarrollo de la personalidad. El adolescente madura en la medida en que se decide a recorrer el camino recién descubierto sin “andaduras”. El progreso es más lento y difícil pero también más efectivo. “El concepto de madurez respecto al adolescente no debe considerarse un estado fijo o el punto final de proceso de desarrollo; la madurez es un término relativo que denota el grado en que la persona descubre y es capaz de emplear recursos, que se hacen accesibles a él en el proceso de crecimiento”. Junto con los comportamientos inmaduros, se dan también desde el inicio de la etapa adolescente, comportamientos que denotan cierta madurez; porque un rasgo de inmadurez solamente queda evidenciado cuando se ha producido algún progreso de algún tipo. CONCLUSIÓN: La adolescencia es una época de inmadurez que normalmente (no siempre) deja paulatinamente de serlo. PRINCIPALES TEORÍAS SOBRE LA ADOLESCENCIA:

Teoría psicoanalítica de FREUD: Según esta teoría la adolescencia es un estadio del desarrollo en el que brotan los impulsos sexuales y se produce una primacía del erotismo genital. Supone, por un lado, revivir conflictos edípicos infantiles y la necesidad de resolverlos con mayor independencia de los progenitores y, por otro lado, un cambio en los lazos afectivos hacia nuevos objetos amorosos. Teoría de la adolescencia de ERIKSON: Para ERIKSON la adolescencia es una crisis normativa, es decir, una fase normal de incremento de conflictos, donde la tarea más importante es construir una identidad coherente y evitar la confusión de papeles. Visión psicosociológica: Esta visión subraya la influencia de los factores externos. La adolescencia es la experiencia de pasar una fase que enlaza la niñez con la vida adulta, y que se caracteriza por el aprendizaje de nuevos papeles sociales: no es un niño, pero tampoco es un adulto, es decir, su estatus social es difuso. En este desarrollo del nuevo papel social, el adolescente debe buscar la independencia frente a sus padres. Surgen ciertas contradicciones entre deseos de independencia y la dependencia de los demás, puesto que se ve muy afectado por las expectativas de los otros. Escuela de Ginebra. PIAGET: Este autor señala la importancia del cambio cognitivo y su relación con la afectividad. El importante cambio cognitivo que se produce en estas edades genera un nuevo egocentrismo intelectual, confiando excesivamente en el poder de las ideas.

La sociedad actual crea estereotipos de hombres y mujeres haciéndolos que actuén de determinada manera creando machismo e incluso discriminación a la mujer haciéndola ver con incapacidad e inferioridad para realizar ciertas actividades.

La presión de pares son todos aquellos aspectos que la sociedad impone para que las personas actuén de esa manera.

De esta manera es necesario tener una buena educación sexual para no tener estos estereotipos que dañan a la sociedad y de esta forma saber las conductas, y la forma de generar la igualdad de género, reconociendo que la persona se debe de respetar a sí misma y a los demás. Dimensiones de la sexualidad -Biológica: Son aquellos aspectos que hacen referencia a lo meramente biológico. -Psicológica: Hace referencia a todo aquello que conscierne a los pensamientos que la persona posee, respecto a su sexualidad. -Cultural: Se refiere a todas aquellas formas de comportamiento que posee un individuo.

Identidad personal y sexualidad responsable Es necesario que cada persona se conozca a sí misma, que sepa lo que quiere lograr u obtener, es decir, que conozca quien realmente es; cuando una persona lo tiene en claro, no se deja influenciar por las demás personas ni por aspectos negativos, porque sabe lo que es sin dejar de llevar una relación con las personas y realiza acciones acertadas viviendo su sexualidad de una forma responsable.

La sexualidad como un aspecto importante en nuestro proyecto de vida Como se mencionaba anteriormente es importante que cada quien sepa lo que es, todos sus objetivos, las expectativas que tiene consigo mismo y las metas que quiere alcanzar, todo ser humano tiene metas ( a pesar de ser alguien cambiante de ideas) que desea cumplir y si realmente lo quiere obtener debe saber que a pesar de cualquier obstáculo debe de luchar por cumplirlo pero debe de ser firme consigo mismo sin dejarse influenciar por los demás.

Conductas de riesgo y conductas que involucran riesgo La diferencia que existe entre conductas de riesgo y conductas que involucran riesgo es que las primeras son las conductas que el adolescente adquiere por aceptación de grupo, entre otros factores que surgen por la curiosidad de experimentar cosas nuevas y las conductas que involucran riesgo son aquellas decisiones que se toman pero que no son certeras , es decir que son se sabe los efectos que puedan traer dicha acción. "Los amigos son como compañeros de viaje, que deberían ayudarse el uno al otro para perseverar en el camino hacia una vida más feliz". La amistad La amistad implica establecer relaciones basadas en la confianza, la intimidad, la comunicación, el afecto y el conocimiento mutuo. En la amistad se dan características dependiendo de la edad: -De 11 a 13 años los niños basan su amistad en actividades en grupo relacionadas a las tareas o actividades escolares. -De 14 años los adolescentes buscan a alguien en quien confiar, a esta edad la mayoría tiene un amigo en quien confiar. -De 15 años los jóvenes experimentan cambios los cuales dan la oportunidad de interactuar con las demás personas pero solo creando pequeños grupos de amigos. Las relaciones de amistad permiten el desarrollo personal ya que al relacionarse con las demás personas, específicamente con los amigos, se crea un sentimiento de confianza y cariño, además que si son amistades basadas en el respeto y la lealtad, la persona puede tener una autoestima saludable. existen algunas dificultades como la timidez y el miedo al compromiso. El enamoramiento es una etapa que según los científicos es producido por una molécula conocida como factor de crecimiento nervioso (NGF) y esta produce todas las emociones y sensaciones que se dan en el enamoramiento que provocan una sensación de felicidad. En esta etapa se idealiza a la pareja, pero esto no es permanente ya que al conocer a produndidad la pareja puede cambiar el pensamiento y sentimiento que se poseía hacia ella, sin embargo también puede suceder que a pesar de los defectos que la pareja posee se acepten y así se forma algo más sólido que es el amor. Para lograr la autorrealización se necesita tener relaciones armoniosas que permitan el cumplimiento de las áreas que se desean alcanzar. En una relación existen dos tipos de parejas las cuales son:

Parejas autoestimadas: Son aquellas parejas que llevan una relación armoniosa con respeto y confianza. Parejas desvalorizadas: Son en las que hay una sumisión, falta de confianza y maltrato. Al conocer estos tipos de pareja es necesario mencionar que para lograr superar los problemas que se puedan presentar en la relación debe de haber un compromiso y el desarrollo de la intimidad. La identidad sexual es formada por tres factores: -Identidad de género: Se da entre los 3 o 4 años de edad, en esta etapa se identifica a qué sexo se pertenece. -Rol de género: Son todos aquellos factores que la sociedad impone a cada sexo. -Orientación sexual: Se refiere a los gustos y al grado de atracción que se tiene para las personas del sexo opuesto o incluso del mismo sexo.

Para este tercer componente existe la posibilidad que exista atracción por el mismo sexo, en ese caso se habla de la homosexualidad, que para ello existen algunas teorías:

Construcción social de la masculinidad y feminidadTeorías biológicas: de las cuales se derivan 3, la genética, la hormonal y la neuroanatómica que mencionan que la homosexualidad se da de forma natural adquirida y no por factores de la sociedad

Teorías conductual: hace referencia a que la homosexualidad se adquiere mediante factores que provienen de la sociedad, es decir que mediante el aprendizaje se obtiene.

Cualquier persona normal mantiene relaciones amenas y cordiales con cientos de personas, pero con algunas de ellas se genera un vínculo afectivo más intenso que con otras. Aún así, muchas veces no podemos definir si una persona es amiga, casi amiga, o simplemente alguien con quien existe afinidad y nos llevamos bien. ¿Basta con que alguien nos declare su amistad para considerarlo un amigo? ¿Quiénes son nuestros verdaderos amigos y quiénes no? ¿Cómo distinguir a los amigos sinceros de aquellas personas que sólo fingen su amistad para obtener algún beneficio? Para responder todas estas preguntas, es necesario reflexionar sobre la amistad: qué significa, cómo se

expresa, cuáles son sus requisitos. ¿Estaremos siendo buenos amigos? ¿Son nuestros amigos todos aquellos que dicen serlo?

El concepto de amistad. La amistad surge cuando dos o más personas desarrollan un afecto mutuo, desinteresado e incondicional. Un amigo se asemeja a un hermano, pero existe una diferencia fundamental: los amigos no nos vienen dados, podemos elegirlos. En este punto se encuentra la clave del asunto. Los amigos tienen tanta importancia en nuestras vidas justamente porque se trata de relaciones que nosotros mismos decidimos crear y mantener a cada instante. Nada ni nadie nos obliga a soportarlos, como sí puede suceder con ciertos parientes. Por el contrario, la amistad se genera cuando dos personas se eligen mutuamente para compartir parte de sus vidas: experiencias, intereses, conocimientos, actividades, etc. Es muy difícil encontrar una buena definición de “amistad”, capaz de agotar toda la complejidad de semejante concepto. Algunos la conciben como “una virtud que nos lleva a una relación sólida, profunda, desinteresada y recíproca con otra persona”. Para la Real Academia Española, consiste en el “afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”.

Características de una relación de amistad. - Confluencia de las voluntades para establecer y mantener un vínculo de afecto recíproco y confianza mutua. La amistad unilateral no existe. Es una farsa. Si el afecto y la confianza no son recíprocos, no puede haber amistad. Para que exista amistad, es imprescindible que todas las personas involucradas experimenten el deseo de crear ese vínculo. Porque no sólo se trata de crearlo: también se debe mantenerlo, y eso es quizás lo más complicado y apasionante a la vez. Las verdaderas amistades se asemejan a las plantas: requieren cuidado, y se van marchitando si no se las atiende debidamente. - Continúa actualización, recreación y redefinición. La amistad no es algo estático. Como toda relación humana, varía con la experiencia y el trato cotidiano. Luego de una charla, de compartir una experiencia, seguimos siendo amigos, pero nunca de la misma manera que antes. Cada nueva palabra, cada reacción, cada contestación, cada nueva experiencia compartida va forjando una historia común, que será tenida en cuenta por los

amigos en sus futuros intercambios. Entonces, la amistad es una relación que está constantemente actualizándose: se recrea y se redefine constantemente, para mejor o para peor. -Permanece a lo largo del tiempo, el espacio y los cambios personales. La amistad genuina es indisoluble. El amigo temporario no es un amigo, es otra cosa. Durante el crecimiento físico y mental, vamos cambiando muchas cosas, pero no a los verdaderos amigos. Los amigos de verdad pueden tener profundos desacuerdos, que provoquen apasionadas discusiones muy enriquecedoras, pero tales diferencias jamás resultarán tan grandes como para amenazar la continuidad de la relación amistosa. Antes que el orgullo por tener la razón, siempre se impondrá el afecto, la tolerancia y la aceptación del otro tal como es. Entonces, la amistad no puede más que crecer a lo largo del tiempo, a medida que los amigos van teniendo ocasión de conocerse y comprenderse mejor. Tampoco la distancia amenaza a una amistad verdadera: dos amigos siempre se sentirán cerca uno del otro, se encuentren donde se encuentren, y siempre hallarán la forma de mantener el contacto y la vitalidad del vínculo. -Es desinteresada. De lo contrario, no hay amistad sino manipulación. La amistad es incompatible con el interés, egoístamente entendido. No busca el beneficio propio, sino el enriquecimiento común. La amistad es el fin de la relación, y no un medio para obtener fines subsiguientes. De lo contrario, no hay que hablar de amistad sino de manipulación: una persona simula ser amiga de otra para conseguir algo de ella. En la amistad, se ve al otro como persona, y se siente interés por conocerla a fondo. En la manipulación, el otro es visto como un instrumento, como una cosa útil a mis propósitos. Las relaciones de manipulación son en muchos casos válidas y necesarias en la vida social, pero jamás no deberían ser confundidas con relaciones de amistad, porque no lo son, ni se le parecen. La amistad debe darse siempre de igual a igual, sin que uno esté dominando ocultamente al otro para sacar una ventaja. El típico caso de una falsa amistad es el de los intercambios que siempre se orientan en un solo sentido: uno siempre da (afecto, bienes, favores, etc.) y el otro siempre recibe, cuando en una amistad verdadera los roles de dador y receptor se intercambian constantemente. Otra forma de manipulación, quizás más oculta e inconsciente, ocurre cuando una persona busca la amistad de otra porque cree que eso la ayudará a superar algún problema personal, a posicionarse mejor en ciertos ámbitos, a relacionarse con la gente que rodea a esa persona, etc.. Por ejemplo, si una persona trata de

hacerse amiga de gente extrovertida para superar su timidez, no busca amigos sino instrumentos. Lo mismo ocurre si me hago amigo de una persona para tener ocasión de tratar a alguien que conviva con ella. Entonces, no hay amistad verdadera si la causa de la unión es el interés individual, sea del tipo que sea. -Puede basarse en intereses y metas comunes. Muchas veces, la amistad se alimenta de cierta cantidad de ideas, objetivos, prioridades, opiniones e intereses, pero estos tienen que ser compartidos. Casi siempre, los amigos comparten filosofías de vida, posiciones políticas, nociones sobre el bien y el mal, etc. Estas coincidencias de fondo hacen tolerable cualquier diferencia superficial y generan una sensación de complicidad que fortalece la amistad. -Enriquece a ambos. El resultado de una amistad es siempre el beneficio mutuo. Los amigos se ven como iguales, y se ayudan a crecer. Cuando se establece una verdadera relación de confianza, las críticas constructivas de nuestros amigos nos ayudan a mejorar, a desarrollar nuestras potencialidades contando con el juicio sincero de alguien que nos aprecia y que quiere lo mejor para nosotros. La mirada de un amigo siempre complementa y enriquece la mirada propia. El amigo nos presta sus ojos para ver nuestra realidad desde una óptica diferente. -Genera un compromiso, un deseo de pasar tiempo juntos y un agrado por compartir ideas, gustos y experiencias. -Despierta un interés y una preocupación genuina. Cada amigo experimenta el deseo de mantenerse al tanto de lo que le pasa al otro: su bienestar, sus problemas, sus logros. Se está atento para apoyarlo cuando haga falta, para celebrar lo que le ocurra de positivo, para apuntalarlo cuando esté por caer. -Empatía y espontaneidad. Un verdadero amigo tiene una poderosa voluntad de comprender al otro, de ver por qué actúa como lo hace, y de qué formas puede ayudarlo a mejorar. Este interés por descubrir y conocer más profundamente al amigo genera un clima de no agresión, en el que ambos pueden hablar sin miedos y sin temor de ser reprendidos por ser quiénes son y pensar cómo piensan. Entre amigos se puede hablar y actuar con naturalidad, minimizando los frenos sociales que normalmente surgen por temor al rechazo en relaciones de menor confianza e intimidad. La emoción del enamoramiento.

Los hombres, son los que parecen ser más susceptibles a la acción de las sustancias asociadas al amor. Ellos se enamoran más rápida y fácilmente que las mujeres. El verdadero enamoramiento parece ser que sobreviene cuando se produce en el cerebro la FENILETILAMINA, compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas que tiene la capacidad de aumentar la energía física y la lucidez mental. El cerebro responde a tal compuesto con la secreción de dopamina (inhibe el apetito), norepinefrina y oxitocina, provocando que los enamorados puedan permanecer horas conquetéandose, haciendo el amor o conversando sin sensación alguna de cansancio o sueño. Estos compuestos ayudan a forjar lazos permanentes entre la pareja tras la primera oleada de emoción y por si fuera poco hasta fortalecen el sistema inmunológico. En caso contrario, a las personas que tienen menos receptores cerebrales de los que se necesitan para recibir la oxitocina, se les dificulta establecer lazos permanentes con su pareja. Lamentablemente el período de enamoramiento no es eterno, perdura de 2 a 3 años, incluso a veces más, pero al final la atracción bioquímica decae. Con el tiempo el organismo se va haciendo resistente a los efectos de estas sustancias. Es entonces cuando comienza una segunda fase donde están presentes otro tipo de sustancias químicas como las endorfinas de estructura similar a la de la morfina y otros opiáceos; los que confieren la sensación común de seguridad, comodidad y paz, dando lugar a la etapa del apego. La pasión del enamoramiento. La pasión impide ver los defectos de la persona objeto de este sentimiento, antes al contrario se ve adornada con innumerables cualidades. Aparece a los ojos del apasionado como un ser especial, único en el mundo. La pasión es una fantasía sobre la otra persona, se la idealiza de tal forma que, una vez que este sentimiento finaliza, no se la reconoce. Cuando se ve la realidad objetivamente, cuesta comprender cómo se pudieron haber hecho tantas “locuras” por ella. Muchas veces se desearía no volver a coincidir más con la persona que fue objeto de nuestra pasión porque nos gusta nada de ella, incluso se puede llegar a sentir repulsión hacia ella. Se podría decir que la pasión es una fuerte atracción física pasajera que lleva a la interacción sexual. Es un ansia, una adicción, que dirige a querer estar siempre cerca de la persona objeto de la pasión. Los sentimientos del enamoramiento. Aunque el enamoramiento es vivido como una experiencia única, en realidad existe una gran similitud entre las diferentes personas enamoradas, a pesar de que haya también grandes diferencias individuales.

Sexualidad y Cultura 1) Que la sexualidad no se reduce a un aspecto biológico sino que se desarrolla influida por el conjunto de creencias, prácticas sociales y normas que influyen en las distintas realidades de cada cultura. (Tal y como explicábamos en los post ¿Sabes la diferencia entre sexo y género? y Cómo afectan los estereotipos de género a la sexualidad). 2) Que al igual que la cultura (entendiendo por cultura el conjunto de modos de vida y costumbres de una época o de un grupo social) ha ido cambiando a lo largo de la Historia, los estereotipos de género y la sexualidad también lo han hecho. 3) Que en la mayor parte de las culturas la sexualidad es un tema tabú o, dicho de otra manera, es una cosa que no se puede decir, hacer o tratar debido a ciertos prejuicios o convenciones sociales y religiosas. 4) Que la sexualidad forma parte de todas las personas pero que, al estar considerada tabú, no es fácil comunicar aquello que tiene que ver con los sentimientos, la afectividad, la reproducción, el placer, la pareja… Esto sucede en muchos países, también en España. 5) Que hay que acabar con los estereotipos y que la mejor manera de hacerlo es hablar sobre sexualidad, pues ello nos ayudará a reconocer nuestras dificultades así como las de las personas con quienes nos relacionamos, porque la comunicación nos permite reconocer nuestro cuerpo, identificar nuestros deseos y nuestras emociones y medirlas con las del otro u otra, proporcionándonos información para superar los obstáculos que vayamos encontrando con nuestra pareja. Esto, según la OMS, mejora nuestro estado de salud general, tanto físico, como psíquico y emocional, nuestras relaciones afectivas y, por ello, nuestra calidad de vida. 6) Que es preciso respetar todas las pautas culturales relacionadas con la sexualidad, siempre y cuando no atenten contra la integridad física, psíquica y emocional de las personas. 7) Que es fundamental respetar los Derechos Humanos y reconocer que la igualdad entre mujeres y hombres es el principio que garantiza el respeto de la diferencia. 8) Que los derechos sexuales y reproductivos son DERECHOS HUMANOS y como tales deben ser reconocidos y respetados en todo el mundo. 9) Que hay tantas formas de vivir la sexualidad como personas y que, por ello, la sexualidad se expresa de muchas maneras y debemos reconocer y respetar la diversidad de opciones.

A menudo, en nuestra sociedad, la sexualidad es territorio abonado para el escándalo. Sin embargo, en las últimas décadas se ha ido abriendo paso la idea de que la sexualidad es un aspecto más de la cultura humana y que, por tanto, debe ser objeto de trabajo educativo como

tantos otros aspectos de la cultura. Esa nueva perspectiva ha generado en el ámbito científico laSexología, que en los últimos tiempos cobra cada vez mayor rigor, a pesar de la imagen nefasta que proyecta de ella la omnipresente "tele-basura". Se debe tener presente que la sexualidad humana, junto a la innegable base natural, se inserta y se define en el campo más cambiante y difuso de la cultura. Esa es una condición que se da en los humanos y algunos pocos primates. Somos seres culturales por excelencia; y la cultura es algo que se da y se define en la sociedad, y los individuos asumen y contrarían en mayor o menor medida en su proceso de socialización. El individuo se define y se posiciona frente a la cultura, cuando menos en parte. Por lo que respecta a la sexualidad, también. La cultura sexual ha evolucionado históricamente a través de los tiempos, en las más diversas sociedades. También en la nuestra. Se ve sometida a condicionantes naturales y culturales de muy diversa índole: Políticos, económicos, religiosos, éticos... Se manifiesta en cuestiones tan evidentes y dispares como la demografía o el lenguaje. Así es que la cultura sexual se presenta como algo muy diverso en nuestro mundo, tanto histórica como geográficamente. Tanto individual, como grupalmente. La sexualidad es el conjunto de condiciones que caracterizan el sexo de cada persona o animal. Desde el punto de vista histórico cultural, es el conjunto de fenómenos emocionales, de conducta y de prácticas asociadas a la búsqueda de emoción sexual, que marcan de manera decisiva al ser humano en todas y cada una de las fases determinantes de su desarrollo. Durante siglos se consideró que la sexualidad en los animales, incluyendo al ser humano, era de tipo instintiva1.[cita requerida] En esta convicción se basaron las teorías para fijar las formas no naturales de la sexualidad, entre las que se incluían todas aquellas prácticas no dirigidas a la procreación.[cita requerida] Sin embargo, hoy se sabe que algunos mamíferos muy desarrollados, como los delfines o algunos pingüinos, presentan un comportamiento sexual diferenciado, que incluye, además de homosexualidad (observada en más de 1500 especies de animales), variantes de la masturbación. Sexualidad humana[editar] Artículo principal: Sexualidad humana La sexualidad no solo comparte las partes del cuerpo del hombre y mujer, esta diferenciación en el pasado fue utilizada para someter a distintos roles a la gente, no solo los marcados por nuestra sociedad, como el decir de que el color rosa es para las niñas y el azul para los niños, o que las mujeres tenían el deber de permanecer en el hogar a cumplir con las labores domésticas y que los hombres debían cazar o traer sustento;[cita requerida] sino que también compete a los cambios

psicológicos que distinguen al hombre y a la mujer, aunque se puede decir que estos están estrechamente ligados a las diferencias cerebrales que existen2[cita requerida] ya que "siempre se ha sospechado que los cerebros de las mujeres y los de los hombres, son un poco diferentes. Ahora la ciencia está apoyando un dato del saber popular: un nuevo estudio[¿cuál?] descubrió que los hombres tienen más sinapsis conectando a las células en una región particular del cerebro[cita requerida]". Así nos damos cuenta de que las reacciones entre ambos ante una misma situación son muy distintas.3 La sexualidad es un universo complejo que engloba cuatro aspectos principales: biológico, psicológico, social y ético.[cita requerida] Todos estos están relacionados entre sí, cada uno de ellos, juega un papel importante en la forma de cómo percibimos todo lo relacionado a lo sexual. La sexualidad humana, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, se define como: Un aspecto central del ser humano, a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se viven o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.4 Se propone que la sexualidad es un sistema de la vida humana que se compone de cuatro características, que significan sistemas dentro de un sistema.[cita requerida] Estas características interactúan entre sí y con otros sistemas en todos los niveles del conocimiento, en particular en los niveles biológico, psicológico y social. Las cuatro características son: el erotismo, la vinculación afectiva, la reproductividad y el sexo genético (genotipo) y físico (fenotipo). El erotismo es la capacidad de sentir placer a través de la respuesta sexual, es decir a través del deseo sexual, la excitación sexual y el orgasmo. La vinculación afectiva es la capacidad de desarrollar y establecer relaciones interpersonales significativas. La reproductividad es más que la capacidad de tener hijos y criarlos, incluye efectivamente los sentimientos de maternidad y paternidad, las actitudes paternas y maternas, además de las actitudes favorecedoras del desarrollo y educación de otros seres. La característica del sexo desarrollado, comprende el grado en que se experimenta la pertenencia a una de las categorías dimórficas (femenino o masculino). Es de suma importancia en la construcción de la identidad, parte de la estructura sexual, basado en el sexo, incluye todas las construcciones mentales y conductuales de ser hombre o mujer.[cita requerida] Hay que tener en cuenta que es muy importante que sepamos cuales son nuestras actitudes más personales e íntimas hacia la sexualidad.

Uno de los productos de la interacción de estos holones es la orientación sexual. En efecto, cuando interactúan el erotismo (la capacidad de sentir deseo, excitación, orgasmo y placer), la vinculación afectiva (la capacidad de sentir, amar o enamorarse) y el género (lo que nos hace hombres o mujeres, masculinos o femeninos) obtenemos alguna de las orientaciones sexuales a saber: la bisexualidad, la heterosexualidad y la homosexualidad. La definición de trabajo propuesta por la OMS (2006) orienta también la necesidad de atender y educar la sexualidad humana. Para esto es de suma importancia, reconocer los derechos sexuales (WAS, OPS,2000): El derecho a la libertad sexual. El derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexuales del cuerpo. El derecho a la privacidad sexual. El derecho a la libre asociación sexual. El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables y con cuidados. En la medida que estos Derechos sean reconocidos, ejercidos o respetados, llegarán a existir sociedades más sanas en el sentido sexual.[cita requerida] Es importante notar que la sexualidad se desarrolla y se expresa de diferentes maneras a lo largo de la vida de forma que la sexualidad de un infante no será la misma que la de un adolescente o un adulto.[cita requerida] Cada etapa de la vida necesita conocimientos y experiencias específicos para su óptimo desarrollo. En este sentido, para los niños es importante conocer su cuerpo, sus propias sensaciones y aprender a cuidarlo. Un niño o una niña que puede nombrar las partes de su cuerpo (incluyendo el pene, el escroto o la vulva) y que ha aceptado que es parte de él, es más capaz de cuidarlo y defenderlo.[cita requerida] También es importante para ellos conocer las diferencias y aprender que tanto los niños como las niñas son valiosos y pueden realizar actividades similares.[cita requerida] En esta etapa aprenden a amar a sus figuras importantes primero (los padres, los hermanos) y a las personas que los rodean, pueden tener sus primeros enamoramientos infantiles (que son diferentes de los enamoramientos de los adolescentes) y también viven las primeras separaciones o pérdidas, aprenden a manejar el dolor ante estas.[cita requerida] En cuanto a la reproductividad, empiezan a aprender a cuidar de los más pequeños (pueden empezar con muñecos o mascotas) y van desarrollando su capacidad reproductiva. También tienen grandes dudas sobre su origen, generalmente las dudas que tienen con respecto a la relación sexual necesitan la aclaración del sentido amoroso y del deseo de tenerlo que tuvieron sus padres. Les resulta interesante el embarazo y el nacimiento en un sentido de conocer su propio origen.[cita requerida] Sobre todo será importante indagar la pregunta y responderla al nivel de conocimiento de acuerdo a la edad del menor. La sexualidad adulta contiene los cuatro elementos en una interacción constante. Por ejemplo, si una mujer se siente satisfecha y orgullosa de ser mujer, es probable que se sienta más libre de

sentir placer y de buscarlo ella misma.[cita requerida] Esto genera un ambiente de cercanía afectiva y sexual con la pareja y un clima de mayor confianza que a su vez repercute en las actividades personales o familiares que expresan la reproductividad. En realidad podríamos empezar por cualquiera de las características en estas repercusiones positivas o también negativas. Cada una de las características presentará problemas muy específicos. Así, encontramos en el sexo, los problemas de homofobia, violencia contra la mujer, desigualdad sexual, etcétera. En la vinculación afectiva se encuentran las relaciones de amor/odio, la violencia en la pareja, los celos, el control de la pareja. El erotismo presentará problemas tales como disfunciones sexuales o las infecciones de transmisión sexual. En cuanto la reproductividad se observan trastornos en la fertilidad o, más tarde, violencia y maltrato infantil, abandono de los hijos, etc.[cita requerida] Al igual que muchos animales, los seres humanos utilizan la excitación sexual con fines reproductivos y para el mantenimiento de vínculos sociales, pero le agregan el goce y el placer propio y el del otro.[cita requerida] El sexo también desarrolla facetas profundas de la afectividad y la conciencia de la personalidad. En relación a esto, muchas culturas dan un sentido religioso o espiritual al acto sexual (Véase Taoísmo, Tantra), así como ven en ello un método para mejorar (o perder) la salud. La complejidad de los comportamientos sexuales de los humanos es producto de su cultura, su inteligencia y de sus complejas sociedades, y no están gobernados enteramente por los instintos, como ocurre en casi todos los animales.[cita requerida] Sin embargo, el motor base de gran parte del comportamiento sexual humano siguen siendo los impulsos biológicos, aunque su forma y expresión dependen de la cultura y de elecciones personales; esto da lugar a una gama muy compleja de comportamientos sexuales. En muchas culturas, la mujer lleva el peso de la preservación de la especie.[cita requerida] Desde el punto de vista psicológico, la sexualidad es la manera de vivir la propia situación. Es un concepto amplio que abarca todo lo relacionado con la realidad sexual. Cada persona tiene su propio modo de vivir el hecho de ser mujer u hombre, su propia manera de situarse en el mundo, mostrándose tal y como es. La sexualidad incluye la identidad sexual y de género que constituyen la conciencia de ser una persona sexuada, con el significado que cada persona dé a este hecho.[cita requerida] La diversidad sexual nos indica que existen muchos modos de ser mujer u hombre, más allá de los rígidos estereotipos, siendo el resultado de la propia biografía, que se desarrolla en un contexto sociocultural.[cita requerida] Hoy en día se utilizan las siglas GLTB (o LGBT) para designar al colectivo de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales.[cita requerida] La sexualidad se manifiesta también a través del deseo erótico que genera la búsqueda de placer erótico a través de las relaciones sexuales, es decir, comportamientos sexuales tanto autoeróticos (masturbación), como heteroeróticos (dirigidos hacia otras personas, éstos a su vez pueden ser heterosexuales u homosexuales). El deseo erótico (o libido) que es una emoción compleja, es la

fuente motivacional de los comportamientos sexuales.[cita requerida] El concepto de sexualidad, por tanto, no se refiere exclusivamente a las “relaciones sexuales”, sino que éstas son tan sólo una parte de aquel objetivo. Se desarrolla de forma lenta, y a una edad llegada justa, con técnicas generalmente nuevas. Lo que la naturaleza no da. En las últimas décadas, un concepto nuevo, “género”, permite hacer una interpretación mucho más rica de los comportamientos de los sexos. La biología no define por sí misma el destino: los roles sociales y las conductas dejan su marca en la sexualidad de cada uno. Así reflexiona la doctora en filosofía Diana Maffía, docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y en la de Humanidades de la Universidad de Rosario. Codirige la investigación “Género y construcción de ciudadanía” (UBA) y dirige la referida a “Control, defensa y promoción de los derechos sexuales y reproductivos” de la Fundación Ford y la Defensoría del Pueblo. Hay palabras que suelen confundirse. Cuando se habla de género, ¿se está aludiendo a la sexualidad de una persona? —Básicamente, se afirma que el género tiene que ver con los aspectos culturales con los cuales se interpreta la sexualidad. En realidad, el término género comenzó a ser empleado por la sexología en la observación clínica de casos en que el sexo físico no se correspondía con lo que iba a ser el destino y el reconocimiento posterior de un sujeto. El feminismo toma este concepto en los años 70 para producir una crítica a los estereotipos, en lo que respecta a establecer jerarquías entre los sexos y a asignar roles sociales en forma fija. ¿A qué tipo de casos clínicos se refiere? —El sexólogo John Money, en los años 50, introdujo el concepto de género para señalar la influencia de la cultura en la identidad sexual. Un mellizo varón, por un accidente, había sufrido una mutilación en el pene que le iba a hacer imposible su destino como varón. Ante eso, los médicos deciden transformarlo en mujer. Se requería del compromiso de la familia y del equipo médico para tratarlo como mujer, a fin de adecuar a lo que iba a ser su vida no sólo su anatomía sino también su sexualidad subjetiva y el reconocimiento social que recibiera. Este caso es tomado como prueba de la fuerte influencia que ejerce la cultura sobre la sexualidad de una persona ¿Puede precisar cuánto de fuerte es la influencia de la cultura sobre la identidad sexual? —Creo que las influencias son mutuas y se refuerzan una a otra. El modo dicotómico de pensar la identidad sexual es cultural. La identidad sexual está atravesada por las expectativas sociales sobre el comportamiento admitido y deseable para cada sexo, por el modo en que cada cultura reconoce en el otro o la otra los signos de lo masculino y lo femenino (por ejemplo la vestimenta, el pelo, la actitud corporal, cierto tipo de adornos, los objetos amorosos y conductas permitidas para cada uno/a, etc.). La identidad sexual depende de aspectos subjetivos, pero también de relacionales y sociales. Y por supuesto, parte del imperativo cultural es su alineamiento con la anatomía, con la genitalidad. Pero esa genitalidad, que aparece como la base "natural" sobre la cual se funda la dicotomía, cuando aparecen casos de ambigüedad o hermafroditismo se disciplina

quirúrgica y hormonalmente. Se la "corrige". Es decir, la ideología dicotómica produce un mandato sobre la anatomía para que no la desmienta. La identidad sexual también produce a su vez su influencia sobre la cultura, como señala por ejemplo la epistemología feminista, cuando emprendimientos que se presentan como humanos pero en realidad son masculinos (como la ciencia) universalizan el modo de conocimiento correspondiente a la maduración psicosexual masculina para todo sujeto cognoscente. Así, formas de acceso al mundo y al conocimiento correspondientes a otras formas de maduración, vinculadas a los afectos y las emociones, quedan despojadas de valor para el conocimiento. La ciencia toma entonces la forma de una relación de dominio sobre la naturaleza. Y nuevamente, entre las aplicaciones de la ciencia están aquellas en que se procura explicar la sexualidad humana, con lo que el círculo retorna. El feminismo ha impulsado políticas de discriminación positiva. ¿Cuáles fueron los resultados? —Estas políticas son medidas de acción afirmativa destinadas a poner en igualdad de condiciones a un grupo desventajado, que pueden ser las mujeres, las minorías raciales o, por ejemplo, los discapacitados. Los sujetos no están en un mismo punto de partida y, además, no es suficiente iniciar una carrera desde un lugar común si las condiciones atléticas son muy diferentes; de ahí que las reglas iguales no siempre garanticen que el juego sea limpio. Entonces, ¿cómo distinguir el juego limpio de las reglas iguales y universales aplicadas a todos? Reconociendo las diferencias. Ahora, reconocer las diferencias no es una tarea sencilla, porque parte del problema de la discriminación consiste en no ver cuáles son esas condiciones que nos hacen diferentes y en naturalizar esas condiciones. Es decir, parte del trabajo que los sujetos tenemos que hacer consiste en discutir los destinos, los lugares naturales que se supone que ocupamos. Si nosotros pensamos cuáles han sido los grandes cambios de los últimos tiempos en cuanto a los sujetos políticos, las mujeres y los niños/niñas y adolescentes son dos ejemplos de cambio de status como sujetos políticos. Con la convención por los Derechos del Niño y la convención contra toda forma de Discriminación hacia las Mujeres se los saca de ese estado "natural" de subordinación en el que se hallaban desde hacía dos mil quinientos años. ¿Qué relación existe entre las dos convenciones que mencionó y la práctica efectiva de nuestros jueces y funcionarios hacia las mujeres y los niños? —La ignorancia de estos tratados hace que ni los abogados ni los jueces los usen como argumento al resolver las causas. Hay excepciones, pero la mayoría de los jueces no trabaja con la legislación internacional. Por ejemplo, el sistema de salud se considera —y los médicos lo perciben así— limitado a la ley de salud y a la de ejercicio de la medicina, sin atender a los tratados internacionales de derechos humanos, como si éstos fueran válidos sólo en las relaciones entre los países. Pero hasta la conducta individual y propia de la cotidianidad está contemplada por esos tratados. Nuestra ley de Infancia es una ley de patronato, opuesta a la convención por los Derechos del Niño, pero ningún juez la ha declarado inconstitucional. Ella separa a los chicos de su red afectiva, se apropia de su voluntad y los somete a tutela: todo aquello que la Convención dice que no hay que hacer. Pero igual, muchos jueces trabajan con esa ley, sin tomar en cuenta la

Convención. Otros la tienen presente, pero no declaran la inconstitucionalidad de la ley. Estos cambios llevarán tiempo.

¿Se presenta la misma situación en materia de jurisprudencia sobre los derechos de la mujer? —Ahí ha habido un trabajo mayor. Cuando retornó la democracia las mujeres veníamos trabajando reivindicaciones legales desde muchos años atrás. Pero aun así, todavía hablar de la despenalización del aborto produce escándalos nacionales, muchos más de los que causan los casos de abuso infantil o incestos, que suelen quedar ocultos. Muchas veces la Justicia protege a la familia nuclear aunque para ello se tenga que sacrificar a alguno de sus miembros, y hasta en casos de abuso sexual y de violencia doméstica algunos jueces proponen una mediación para poder reestructurar ese núcleo familiar. Esto es como decir que la única manera de sobrevivir es tolerar el maltrato, el abuso, etcétera, porque en realidad, la supervivencia del afectado dependería de la supervivencia de este núcleo, porque el abusado o la abusada no sería nada en sí mismo sino que lo que es en función de una estructura. Además, ese ideal de familia patriarcal choca con nuestra realidad, en la cual se ha desarrollado una diversidad de arreglos familiares con nuevas estructuras de convivencia. Las ideas sobre la familia y sobre la sexualidad parecen muy proclives a ser naturalizadas, nunca cuestionadas. —Yo creo que el sexo no se puede naturalizar y uno lo ve claro cuando aparecen sexualidades diferentes por la no coincidencia entre el sexo anatómico y el sexo cromosómico, o por la no coincidencia entre lo que pueda ser el sexo anatómico y la subjetividad sexual, el modo en que el sujeto se considera a sí mismo y el reconocimiento de género que un sujeto hace de otro. Cuando, por ejemplo, nace un bebé con sexo anatómicamente ambiguo, inmediatamente se hace un esfuerzo por determinar quirúrgicamente el sexo. Esto obedece a una cuestión de disciplinamiento que no admite la ambigüedad. Entonces se determina cromosómicamente y se adapta anatómicamente, para que el sujeto pueda ser etiquetado, rotulado claramente como un varón o como una mujer. Perdura la necesidad de la dicotomía, de leer claramente los genitales, porque la idea que domina es que el genital es un signo, una cifra que debe ser leída e interpretada, que debe conducirnos a una referencia exacta. Es muy fuerte el mito del sexo biológico. Hay un alineamiento entre el sexo cromosómico, el sexo anatómico, la identidad sexual y el rol sexual, como si fuera la última compuerta que separa la civilización de la barbarie.

¿Es posible un cambio en la percepción, en la cultura jurídica, en la cultura política con respecto al tratamiento de mujeres, sexualidades ambiguas y hasta menores, en un contexto de crisis y empobrecimiento como el que existe en nuestra sociedad? —Creo que sí. Por supuesto, ningún sujeto es nada más que un niño, nada más que un pobre, nada más que una mujer, nada más que un homosexual. Somos sujetos complejos que participamos en diversos "clubes" de la humanidad. Y en ninguno de los grupos vulnerados deja de haber mujeres. Es decir, la diferencia entre las mujeres y los varones no es como la diferencia entre los pobres y los ricos: las mujeres no son una minoría social. Somos una expresión de la humanidad, y por lo tanto, si se considera a las mujeres como una minoría se deja a la humanidad como masculinizada. Creo que ha sido un error del feminismo hacer reivindicaciones desde el gueto. En cambio, la discriminación positiva es necesaria en el proceso de visibilización que tanto nos preocupa. La sexualidad humana es la capacidad de sentir experiencias eróticas y de responder a ellas. Representa el conjunto de comportamientos que conciernen la satisfacción de la necesidad y el deseo sexual. Los seres humanos utilizan la excitación sexual con fines reproductivos y para el mantenimiento de vínculos sociales, pero le agregan el goce y el placer propio y el del otro. El sexo también desarrolla la afectividad y la conciencia de la personalidad. En algunas culturas se otorga un sentido religioso o espiritual al acto sexual, o se le atribuye poder para mejorar la salud si se realiza de una forma determinada, o de perderla, si se hace desordenadamente. Egremy define a la sexualidad como la "Construcción bio-socio-psicológica que nos permite establecer relaciones con los demás desde el eje sexo-genérico". La OMS, OPS y WAS (2000) Definen el término “sexualidad” se refiere a una dimensión fundamental del hecho de ser un ser humano: Basada en el sexo , incluye al género, las identidades de sexo y género, la orientación sexual, el erotismo, la vinculación afectiva y el amor, y la reproducción . Se experimenta o se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. La sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales. Es un aspecto central del ser humano presente a lo largo de su vida.1 Aunque existen conductas sexuales comunes a la mayoría de seres humanos, el comportamiento sexual es variado. Una parte de ese comportamiento es instintiva, como ocurre en casi todos los animales, aunque su forma y expresión está modulada por la cultura y por preferencias personales.

En la sexualidad humana pueden distinguirse aspectos relacionados con la salud, el placer, legales, religiosos, etc. El concepto de sexualidad comprende tanto el impulso sexual, dirigido al goce inmediato y a la reproducción, como los diferentes aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre, mujer o ambos a la vez) y de las expectativas de rol social. En la vida cotidiana, la sexualidad cumple un papel muy destacado ya que, desde el punto de vista emotivo y de la relación entre las personas, va mucho más allá de la finalidad reproductiva y de las normas o sanciones que estipula la sociedad. Además de la unión sexual y emocional entre personas de diferente sexo (heterosexualidad), existen relaciones emocionales y sexuales entre personas del mismo sexo (homosexualidad o androfilia y genofilia) que —aunque tengan una larga tradición (ya existían en la antigua Grecia y en muchas otras culturas)— en algunos sectores siguen siendo valoradas en la actualidad negativamente y son incluso motivo de discriminación social. La identidad sexual es la conciencia propia e inmutable de aprender del propio sexo, es decir, el saber conocerse e integrarse dentro del espectro sexual. En la definición de la identidad sexual están implicados multitud de factores, entre los que podemos destacar el psicológico, social y biológico y -dentro de este último- el gonadal, cromosómico, genital y hormonal. En realidad hay 78 factores distintos que se diferencian en sentido masculino o femenino en cualquier persona. En la mayoría de las ocasiones, los hombres nacen con genitales masculinos y los cromosomas XY, mientras que las mujeres poseen genitales femeninos y dos cromosomas X. Sin embargo existen personas que no pueden ser clasificadas por estos factores, ya que poseen combinaciones de cromosomas, hormonas y genitales que no siguen las definiciones típicas que se han relacionado con el hombre y la mujer. De hecho, algunas investigaciones sugieren que uno de cada cien individuos puede nacer con rasgos intersexuales, o lo que vulgarmente se conoce como hermafrodita.

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