Hora santa con Jesús sacramentado 1. GUIA: En nuestro deseo de adorar a Jesús presente en la Eucaristía, vamos a nuestros templos, y a veces nos ocurre que llegamos y nos sentimos con poca disposición, otras veces con nuestro corazón frío de devoción y en alguna oportunidad que no sabíamos que hacer... por lo que muchas veces al poco rato damos por terminada la visita al Santísimo Sacramento y nos retiramos. Este pequeño trabajo se ofrece como una ayuda a quienes hemos pasado alguna vez por estas situaciones y deseamos pasar una "hora santa" con Jesús. Es necesario que primero dispongas verdaderamente "perder " el tiempo con Nuestro Señor, si estás apurado, deja este encuentro para otro día, porque no se trata de "hacer" oraciones sino de comunicarnos con Jesucristo: hablarle con nuestra boca, mente y corazón, abrirnos a ver Su Rostro y a escucharlo. Elige dentro del templo, frente al sagrario el lugar que más te ayude por la intimidad que te ofrezca. Si en algún momento, ya experimentas encendido tu corazón sigue orando como te surja en tu interior y abandona esta ayuda, porque ya el Espíritu vino en tu auxilio y no hay mejor maestro de oración que Él. CANTO-----------------------------------------------------------2. GUIA: Queridos hermanos: estamos ante la presencia amorosa de Jesús Sacramentado, en esta Hora Santa. Estamos aquí por tres finalidades: La primera: para adorarlo. La segunda: para exponerle nuestras necesidades. Y la tercera: para orar por intercesión de las personas que lo necesitan.
Primera Finalidad: Adoremos a Jesús Sacramentado Señor Jesús Sacramentado, en esta noche, estamos aquí a tus pies, para contemplar tu gloria, esa que irradia y llena este lugar. Reconocemos, Señor, de acuerdo a nuestra fe, que estás presente en este augusto sacramento; por eso, Oh Señor, nos reconocemos como tus creaturas y reconocemos que tú eres nuestro único salvador y nuestro único Señor; y desde lo más profundo de nuestro ser, te adoramos; te adoramos porque tu eres nuestro Rey; te adoramos porque tu eres nuestro Redentor; te adoramos porque tu eres nuestro jefe; el Señor de los Señores y el Rey de Reyes. Te adoramos porque eres el pan de vida que nos alimenta en nuestro camino hacia ti y por eso decimos: ¡”Bendito seas por siempre”! ¡”Alabado seas por siempre, Señor”! Segunda finalidad: Por nuestras Necesidades: Lector: Después de que nos hemos rendido a tu amorosa presencia y hemos adorado tu gran ser, Oh Señor, queremos pedirte por nuestras necesidades… y comenzamos por las espirituales: Si Señor, cuántas necesidades espirituales tenemos. Necesitamos de ti, Señor; que vengas a darnos la gracia de tu amor. Queremos sentirnos amados por ti para que nos transformes en hombres y mujeres nuevos. Tu que eres el gran alfarero, toma el barro de nuestro ser y transfórmalo. Danos el anhelo de ti, de amar como tú amas; de tener compasión como tú lo tienes; de perdonar como tú perdonas. Que en nuestro corazón, Señor, no haya odios ni rencores… que a nadie le miremos con odios ni rencores; que a nadie le miremos con odio o resentimiento, Señor. Libera nuestra mente y nuestro corazón de todos los sentimientos negativos que hasta ahora hemos guardado; haz que nos demos cuenta de ello… nada ganamos y más nos alejamos de ti Señor, entre más odios tengamos. Tercera Finalidad: Por las personas que lo necesitan Lector: Trae a tu mente y a tu corazón a aquellas personas que tu crees que necesitan alguna gracia especial de Jesús. Puede ser un familiar cercano tuyo… o lejano… no importa. Puede ser algún amigo
o vecino. Puede ser alguien que está enfermo o en la cárcel. O bien, puede ser alguien que hace tiempo no le ves. Puede ser una persona con la que te has enemistado. Háblale así a Jesús: Señor, Jesús Sacramentado, también en esta hora santa, queremos interceder por aquellos que más te necesitan. Tú lavaste los pies a tus discípulos, en señal de humildad y de servicio, y les dijiste que entre ellos se sirvieran; nosotros Señor, queremos hacer esta oración por nuestros hermanos y hermanas que te necesitan. Sana, Señor, sus corazones. Señor, queremos pedirte que les sanes su corazón; que les liberes de todo aquello que les estorba para vivir tu reino. Libérales: Del Odio. Del rencor. Del resentimiento que les ha traído su vida pasada. Libérales de las intenciones malas, Señor, de los sentimientos negativos. Sánales también de sus enfermedades, Señor. Si, Jesús Bendito, sana también su cuerpo si tienen alguna enfermedad o dolencia; sánales Señor, por tu sangre preciosa… por tus llagas benditas; dales la salud plena Señor para que puedan glorificar tu nombre, ¡Oh Señor Sacramentado! CANTO__________________________________________________
3. Meditación (lee despacio, reflexivamente, si alguna frase te llama la atención, vuelve a leerla, a "saborearla", y recién después continúa) Jesús prometió estar con nosotros hasta el fin del mundo. Él está en medio de nosotros bajo distintas formas: 1-En la comunidad (Cuando dos o más personas se reúnen en su nombre) 2-En la Palabra 3-En la Eucaristía
No conforme de haberse encarnado, de haber muerto en la cruz, en la locura del amor por entrar a vivir en cada corazón, "inventó" el sacramento de la Eucaristía y enteramente nos da su Cuerpo, su Alma, su Sangre, su Divinidad. El viene a mí, para transformar todo mi ser y cambiar el hombre viejo esclavo del pecado en un hijo de Dios, capaz de vivir y participar en comunión con las tres personas divinas (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Es el momento de preguntarte ¿si Jesús se ha dado enteramente a mí, puedo yo no hacer lo mismo con Él? Entregó hasta su sangre en Su Crucifixión para ganar nuestro corazón, y quiso darse en la Eucaristía para ganar nuestro amor; ¿puedo resistir al mismo Cristo, que se ofrece como un regalo? Si tuviera alguna cosa mejor para darme, mejor que a sí mismo, Jesucristo me la daría. En la Eucaristía Jesús se queda con nosotros oculto bajo las apariencias sacramentales para salir a nuestro encuentro y entregarse. Se hace alimento para que sigamos luchando, se hace ofrenda permanente al Padre para seguir salvando al mundo y se nos hace anuncio y garantía de la Vida que no tenemos aún, pero que un día nos llegará. Desde esta admirable presencia de Jesús se ocupa de la obra de la gracia, purificando nuestra alma del pecado y preservándola de toda falta. CANTO__________________________________________________
4. Lectura del Evangelio según San Juan 6, 44-51. 2 “En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a ése yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán discípulos de Dios. Todo aquel que escucha al Padre y aprende de él, se acerca a mí. No es que alguien haya visto al Padre, fuera de aquel que procede de Dios. Ese sí ha visto al Padre. Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin embargo, murieron.
Este es el pan que ha bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida”. Palabra del Señor. Reflexión: Estas con nosotros, Señor resucitado, en el Pan de la Eucaristía, vives en medio de tu pueblo en los pequeños y humildes, tus predilectos, en todos aquellos y aquellas que son clavados en la cruz para que la humanidad entera resucite, para que todos los hombres mujeres tengan vida y la tengan en abundancia, para siempre. Te entregaste en alimento para la vida del mundo. Moriste para resucitar. El que cree en ti tendrá vida eterna. Todos son llamados a ser “discípulos de Dios”, hijos de un mismo Padre. Gracias a ti, Jesús hermano, nos incorporamos a la gran familia de Dios. Gracias a tu resurrección entramos a la vida nueva, la vida que compartimos contigo, la vida que no termina nunca porque viene de Dios. A ti acudimos, Señor Jesús porque vienes enviado por Dios y eres Dios. Vienes para dar vida al mundo, a nuestro mundo. Vienes para vencer la muerte en mí, en nosotros, en nuestros hogares. Vienes a implantar vida verdadera, la felicidad, la plenitud, la victoria sobre el sufrimiento, el mal y la injusticia. A ti acudimos, porque eres nuestro vecino, nuestro huésped, nuestro amigo, nuestro hermano. A ti te escuchamos, Señor Jesús, porque caminas a nuestro lado y, en la voz del mendigo y del niño de la calle, nos explicas el proyecto de Dios: proyecto de victoria y de vida para quienes creen en ti. ¡Cómo nos arde el corazón al escucharte! Y si no nos arde, es porque aún no te hemos reconocido. De ti aprendemos, Señor, de tu palabra, de tus obras, de tu vida; de tu pasión, muerte y resurrección; de tu saludo a los discípulos: “La paz esté con ustedes”; de las heridas en tu cuerpo resucitado y de tu palabra reconfortante: “No tengan miedo”. De ti nos alimentamos, Señor resucitado: “Yo soy el Pan de la vida: el que coma de este Pan vivirá para siempre”. CANTO__________________________________________________
5. Himno a Jesús Sacramentado por Santo Tomás de Aquino Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte. Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta el oído para creer con firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta palabra de verdad. En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí se esconde también la Humanidad; creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido. No veo las llagas como las vio Tomas pero confieso que eres mi Dios: haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti esperé y que te ame. ¡Oh memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al hombre: concede a mi alma que de Ti viva y que siempre saboree tu dulzura. Señor Jesús, bondadoso Pelícano, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero. Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro cara a cara, sea yo feliz viendo tu gloria. Amén. CANTO______________________________________________
6. Preces Ahora ofrecemos nuestras oraciones al Señor, a cada oración digamos: Escuchamos señor Oh Jesús, Pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción de tu familia amada. Señor, gemimos en la orfandad, danos vocaciones, danos sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos santos. Te lo pedimos por la inmaculada Virgen María, tu dulce y santa Madre. Oh Jesús, danos sacerdotes, religiosas y laicos según tu corazón. Oremos. Señor Jesús, Tú eres nuestra paz, mira nuestra patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren. Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan. Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte. Dales el don de la conversión. Protege a las familias, a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, a nuestros pueblos y comunidades. Que como discípulos misioneros tuyos, ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y de paz, para que en Ti, nuestro pueblo tenga vida digna. Oremos Señor, nos has saciado con el pan del cielo en la Eucaristía, y nos concedes ahora la gracia de estar ante tu Presencia santa, te pedimos que nos fortalezcas para que no dudemos, para que no nos enfriemos con la indiferencia religiosa que nos rodea, para que no nos engañemos, ni engañemos a los demás, para que no despreciemos a los hermanos, para que no busquemos los afanes mundanos en desprecio de los divinos, para que no caigamos en tentación de abandonarte, para que no destruyamos la vida, para que no despreciemos el Evangelio. Haz que te adoremos con corazón pobre y limpio, misericordioso y manso, para construir tu Reino y alcanzar la bienaventuranza eterna. Oremos Señor Jesús, ante tu presencia sacramental, te pedimos una fe firme, sin dudas ni vacilaciones, una fe alegre y portadora de paz y alegría en un mundo en guerras y odios, una fe hecha oración ante tu presencia y una fe que nos haga adoradores en espíritu y en verdad. Aumenta nuestra fe en el misterio que celebramos y adoramos, ayúdanos a crecer y testimoniar nuestra fe en la vida para que un día contemplemos tu rostro para siempre. Oremos Virgen María, Señora del Santísimo Sacramento, gloria del pueblo cristiano, gozo de la Iglesia universal, ruega por nosotros y concede a todos los fieles verdadera devoción a la Sagrada Eucaristía, siendo dignos de recibirla cada día. OREMOS
CANTO______________________________________________
7. ORACION DE ACCION DE GRACIAS ¡Gracias, Jesús Eucaristía! ¡Deseo, Señor, recibirte cada día en la Eucaristía como te mereces, con un interior perfectamente engalanado, con el corazón limpio y puro, con mi alma refulgente! ¡Gracias, Señor, porque eres el Amor, porque has venido al mundo por amor, porque entras en mi vida por amor, porque has entregado tu vida por mi por amor, porque estás presente cada día bajo las especies de pan y vino por amor! ¡Gracias, Jesús Eucaristía! ¡Gracias, porque me haces comprender que el amor es tu signo de distinción y debe ser también el mío! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque me haces comprendes que quieres entrar en mi corazón, quieres que goce con tu presencia, que tu amor llene por completo mi corazón, que todos mis sentimientos, mis palabras, mis pensamientos, mis miradas, mis acciones esté movidos por el mismo amor que tu presentas! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque eres la fuerza que sostiene mi vida, tan frágil y débil! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque tu presencia me sostiene y me alimenta! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque tomas todo aquello que me abruma y lo haces tuyo! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque eres el amor que se entrega hasta el extremo, porque tu amo es infinito, porque tu bondad es misericordiosa y compasiva, porque me buscas para que alcance la felicidad, porque quieres que ame como tu amas, sea fiel en el amor como lo eres tu! ¡Ayúdame, Señor, a olvidarme de mi, de mis apegos y de mis problemas y me entregue por completo a Ti como tu te has entregado hasta el extremo! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque eres la ternura de Dios presente en las especies santas! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque a tu lado siento que tu amor me salva, me sostiene, me cura y me conforta! Canto______________________________________________